Nota: puse como público a alguien más joven de 9 años y no puedo cambiar la edad para leer esto, pero gente de 12, 13 y 16 pueden leerlo, de hecho lo considero para todo público porque no creo que haya escenas subidas de tono y si hay alguna, puedo dejarlo en contenido oculto Capítulo 1: El inicio de una promesa. Tras sus aventuras en distintas regiones, victorias y fracasos, llegó un momento en el que Ash volvió a descansar en Pueblo Paleta y empezó a sentir que sus pokémon no podían ser sus únicas compañía, por lo que, en su celebración, al ganar una competición importante, en una lejana región, comenzó a mirar a Misty con otros ojos y poco a poco fueron formando un vínculo que era distintos al que tenía con su equipo y con pikachu. Un años después se hicieron novios y a los tres años después se casaron. En los nueve siguientes nació un niño al que llamaron Drex. Desde muy pequeño le gustaba escuchar las historias de su padre y se imaginaba a sí mismo con su fiel pokémon luchando contra el equipo rocket o un líder de gimnasio. Aparte, cuando se jubiló Mr. Mime, un Jigglypuff, al que llamaban Jiggly se ocupaba de las tareas y cuidaba del joven chico de pelo negro, desordenado debido a que no se peinaba, al gustarle como era y ser poco presumido, de ojos marrones, estatura alta, delgado además de llevar gorras imitando a Ash, camisetas rojas o naranjas y pantalones vaqueros. El día anterior de la elección del starter inicial, Drex fue al colegio y allí, un chico de pelo punk, camiseta sin mangas negra y pantalones rasgados mostraba su murkrow a todos y como le obedecía. -¿Veis? No solo soy un buen entrenador ¡Soy el mejor del pueblo! ¡Pronto dejaré este estercolero y me haré un maestro!-Entonces Drex puso interés a su relato. -¿Como has conseguido ese pokémon? Si se reparten mañana-Le preguntó y el joven sonrió. -No es asunto tuyo, lo importante es que este pokémon es mío y hace lo que yo le ordeno, así de simple ¡Quítale el almuerzo!-El cuervo se fue volando con el bocadillo del chico y todos los abusones rieron y se quedó con hambre. Al salir de la escuela, solo pensó en conseguir su primer pokémon y derrotar a ese chico. A la mañana siguiente sonó el timbre y Jiggly abrió-Buenos días, profesor Oak-Le saludó al anciano y La familia Ketchum le miró, mientras el cabeza de familia sonreía. -Hola, Drex, tengo un pokémon ordenado expresamente para ti de parte de tu padre-Le dijo y le mostró una pokéball, que al abrirla salió un pichu-Es el hijo del pikachu de Ash y es un regalo por tu cumpleaños ¿Que te parece?- -¡increíble! ¡Gracias papá!-Se dieron un abrazo y Ash habló con Jiggly-Necesito que le cuides mientras viaja para que no le pase nada ¿Puedo contar con tu ayuda?- -¡Por supuesto, señor Ketchum!-Le dijo ella, pero Drex protestó. -Ya soy mayor, no necesito a nadie más que a mis pokémon ¡Y ella no es de mi equipo!- -Hijo ¿No te has dado cuenta de la moraleja de mis historias? En todas voy acompañado, porque con gente y conociendo a nuevos amigos es como se madura en un viaje-Le dijo. -¿Me permitirías que te acompañase, Drex?- Le preguntó la jigglypuff y el entrenador accedió, sintiendo que así sería más divertido y salieron del pueblo por el norte.