el tiempo pasó...¡ya no es una niña!

Re: el tiempo pasó...¡ya no es una niña!

VII CAPITULO

- *ves cachorro, ya descargarte tu furia, no me digas cachorro –le hablo Sesshoumaru a su “conciencia”, pero en algo tenia razón, ya no sentía tanta molestia
- ¿Por qué los mataste? –pregunto la joven que se encontraba recostada en el árbol, con sus ojos cerrados, y con una tranquilidad que se reflejaba en su rostro

Sesshoumaru no respondió, la miro de reojo por última vez y se dio media vuelta para irse.

- Dime, gran Sesshoumaru Daiyoukai, Señor de las tierras del Oeste ¿tuviste lastima de una pobre humana? –la joven hablaba con tanta confianza y un poco de burla, que lo disimulaba bien al demostrar tanta tranquilidad

Sesshoumaru sorprendido de que esta joven lo hubiera llamado así, dio media vuelta y hablo

- Ambos sabemos que tú no eres ninguna tonta humana, tú aura es de un ser sobrenatural –habló Sesshoumaru con tono frio y sereno
- Pero no me respondiste a la pregunta
- Hump, no creas que yo te salve –habló con un tono de sarcasmo- solo lo hice porque tenía otros motivos
- Perdón por tanta grosería mía, no me he presentado como es debido –la joven se paró y abrió sus dos grandes ojos- soy Youchiro Kinami

Youchiro Kinami, una joven alta y albina, con una cabellera larga rubia que le llegaba hasta su espalda, tenía unos ojos grises y grandes, cerca de su ojo derecho tenia quince estrellas que llegaban hasta sus labios, dos trenzas adornaban su cabeza en forma de corona, y sus vestiduras eran llenas de estrellas y soles.

- *sabia que en algún lado la había visto* -pensaba Sesshoumaru- eres de la dinastía Kinami
- Si, gran lord, mi madre entablo una amistad con tu madre –Youchiro guardo silencio y miro al cielo y después hablo- hasta que mi madre murió
- *si, ella es idéntica a su madre* -pensó Sesshoumaru- ¿Por qué murió? –pregunto Sesshoumaru, ya que había sabido por parte de su madre, que esta mujer tenia varios milenios de vida, y que era imposible de que muriera ahora
- No se, tal vez la mataron, en la dinastía hay unos que le tenían gran envidia –su tono de voz era algo apagado, al recordar el dolor de haber perdido a su madre- no debiste haber destruido a esos pobres insectos, tenia la esperanza de que la muerte entendiera cuan necesitada estoy de irme de este mundo
- No se te hubieran acercado ni a un milímetro, tu aura los hubiera evaporizado –Sesshoumaru miro al cielo, y la volvió a mirar- tus intentos de morir hubieran fracasado –esta vez, utilizo un tono sarcástico
- Desde cuando el Grand Lord del Oeste habla tanto jaja –hablo con tono de burla

A Sesshoumaru que no le agrado lo que dijo, dio media vuelta y cogió camino por todo el bosque, para dirigirse donde Ah-Un y Jaken, gracias a esa charla, había olvidado el motivo de su molestia



- Ehh gracias, pero...deberías...-Rin señalo con su dedo, a que se parara- pararte
- Perdón –Kohaku se paro y ayudo a Rin a que se parara- no quería incomodarte
- Ehh, ¿Qué hay de tú hermana Sango? –pregunto Rin tratando de disolver la incomodidad que se sentía
- Con unas gemelas y un niño, pero mis sobrinas están cada día volviendo loco a Inuyasha
- Me imagino
- Rin me tengo que ir ya, se me hiso tarde
- Bueno, no importa, nos vemos otro día
- Sayônara Rin –se despidió Kohaku de un abrazo- Kirara –llamo Kohaku a su gatita

Kirara que había estado viendo todo, se transformo en una gata grande; su estado original, y atendió al llamado de Kohaku y se hiso cerca de él.
Kohaku se subió encima de la gata gigante y dijo:

- Rin ten cuidado por favor, hay muchos peligros por acá –dijo observando el bosque que los rodeaba- cualquier cosa me buscas, yo estaré por acá cerca
- Gracias, y lo tendré en cuenta, por favor si te encuentras al señor Inuyasha y a su familia y amigos, mándale saludos de mi parte
- Bueno
- Sayônara Kohaku

Kirara salió volando, mientras Kohaku seguía pensando en algo que le preocupaba, cuando estaba con Rin, escucho un ruido y sintió la presencia de alguien a unos metros de hay, por eso el “cuídate Rin”, pensaba que Rin se fuera de ese lugar lo mas pronto posible.

Kirara seguía volando, pasando por encima de árboles y ríos, Kohaku quería ir donde su hermana Sango, hace tiempo no la visitaba, Kirara también quería saber de sango y sus hijos, además tendría la suerte de encontrarse por ahí a Inuyasha y a Kagome.



Rin se quedo sola, en el “lugar” observando cada parte del lugar donde se encontraba, había olvidado porque se había quedado ahí, quería sentir paz y tranquilidad, tenia la esperanza de que su gran lord y amor apareciera, así fuera en un espejismo, pero no, recogió algunos dientes de león, y soplo cada uno de ellos, se sentía así, su gran lord se había llevado todo de ella, extrañaba mucho su antigua vida, con Ah-Un, como extrañaba a ese dragón de dos cabezas, extrañaba a Jaken y sus regaños, lo extrañaba a él, quería estar cerca de él, solo quería volver a su antigua vida con él.

Rin observo uno de los grandes árboles que habían ahí, era de flores de sakura, lo sabia, aunque este todavía no hubiera florecido, se sentó debajo de esté, recogió sus rodillas y metió su cabeza entre estas, y lloro. Lloro como nunca lo había hecho, se sentía impotente, no podía hacer nada, quería gritar, pero no podía, su voz no salía, era como si se hubiera cerrado su boca y no podía gritar, al estar con Kohaku se dio cuenta de cuanto lo extrañaba, y le hizo recordar de porque estaba ahí, porque su lord Sesshoumaru la había dejado, la había abandonado, y no tuvo la suficiente fuerza de salir corriendo detrás de él, no creía que él la había abandonado, solo quería escapar de esa dura y amarga realidad.

Levanto su rostro, sus ojos rojos vieron que el crepúsculo estaba apareciendo, se levanto, se dirigió al lago y mojo su rostro, miro el camino a su “hogar”, tenia que aceptar que ya se terminaba otro día, otro día sin él, y camino por todo el camino que la dirigía a su “nueva vida”, vida que odiaba.



aqui les dejo el septimo capi, espero que les guste, gracias a todas(o) que me han apoyado y aconsejado

 

Re: el tiempo pasó...¡ya no es una niña!

PERDON!!!PERDON!!!PERDON POR DEMORARME TANTOO!!!
PERO ES KE VOLVI DE LAS VACACCIONES Y LAS TAREAS ME TIENEN ACORRALADA, NO ME DEJAN NI UN DIA EN PAZ JAJAJ. ADEMAS DE QUE ESTAMOS EN LA EPOCA DE MITAD DE AÑO Y BLABLA NO ME DEJAN TIEMPO PARA NADA, TENGO UN POCONON DE EXPOSICIONES Y NO SE EN QUE MOMENTO VOY A APRENDEMERLAS Y EXPONERLAS JAJAJAJ, ADEMAS MI HERMANA MAYOR SE QUEDO SIN TRABAJO xD Y PUES UTILIZA EL COMPUTADOR TODO EL FIN DE SEMANA Y NO ME LO PRESTA (EL COMPUTADOR ES DE ELLA xD) VOY A VER SI COLOCO LA CONTINUACION ESTE FIN DE SEMANA, OJALA NO ME CIERREN EL FIC xD

GRACIAS
SESSXRIN

 

Re: el tiempo pasó...¡ya no es una niña!

gracias por sus post, en serio mme encantan y me ayudan a continuar el fic y no dejarlo, valoro mucho sus post y bienvenidos a ludwing, inuykagxever y suri, espero que les siga gustando el fic.


VIII

En una pequeña roca, al lado de un pacifico y bello rio, se encontraba un pequeño demonio, cuyo nombre era Jaken. El pequeño youkai se encontraba en una discusión, de ir o no ir.

Desde hace un año, el Lord Sesshoumaru había dejado a la voluntad de la naturaleza a uno de sus acompañantes, a su querida e indispensable Rin, desde ese momento cada día se hicieron fríos y amargos, así hiciera un calor de treinta grados, esos días sin la ya grande Rin, eran como un frio invierno, sin nadie que iluminara esos días. Y, es que Rin, era la luz de ellos, de él, a que con sus cantos y su presencia, hacían que ellos sentían, que el cielo había dejado en la tierra, aun bello y delicado ángel.

Aunque no lo admitiera, el pequeño youkai quería mucho a su acompañante, le había tomado un cariño enorme, disfrutaba de sus peleas, que, al final, resultaban en un pequeño beso en la mejilla por parte de ella, y es que desde que Rin no estaba, su amo Sesshoumaru, se había vuelto mas frio y distante, ya ni decía ni una sola palabra, duraba semanas callado, y se ausentaba mucho, y en sus ojos que antes no demostraba ningún sentimiento y emoción, ahora, reflejaban tristeza y nostalgia.

Hasta Ah-Un, necesitaba y extrañaba a la mujer, a esa hermosa ángel, que con sus besos, abrazos y cantos, le daba cariño, amor y cuidado, que su amo, simplemente por naturaleza no demostraba, ahora el dragón de dos cabezas, en sus ojos, se encontraban fríos y tristes, extrañaba demasiado a su “pequeña” acompañante.

Desde hace un año, sus días se convirtieron en un trago amargo, lleno de tristeza, y sin vida, por eso ya cansados de necesitarla, el youkai, se discutía en ponerle fin a ese sufrimiento, e ir donde su preciada acompañante; si su amo no era capaz de ir, él lo haría, iría con Ah-Un para poder verla y hablarle, oírla y hasta olerle, porque hasta su olor era de flores; flores dulces como la miel, dulce como su melodiosa voz.

El pequeño Youkai, bajo de la roca y se dirigió donde Ah-Un, que se encontraba recostado en el suelo, debajo de un frondoso árbol, camino despacio, había tomado una decisión…
…iría a ver a Rin

Aun recordaba e lugar donde la ultima vez vio a Rin, en esa aldea, que recién había recibido un ataque de un “insecto” como él y su amo definían, se imagino que aun debía de estar ahí, a donde mas se iría, con tantos peligros que hay en los alrededores, con tantos monstruos llenos de ganas de comer, de alimentarse de pobres y frágiles humanos, Rin no era la excepción, así que pensó y afirmo, que si Rin hubiera sido inteligente, se quedaría en esa aldea, al menos no pasaría sus días sin ninguna protección, y, es que al menos, en la aldea, tenia posibilidades de vivir un poco mas.



Sus ojos comenzaron abrirse, aun sentía que los tenía cerrados, pero al sentir unos pequeños y frágiles rayos de luz, que pegaban directamente en sus ojos, sabia que ya había comenzado a amanecer.

Abrió sus dos profundos y oscuros ojos, hinchados de tanto llorar, sabia que al llorar no le devolvería a su amo, pero al menos descargaba esos sentimientos que se encontraban aferrados a su corazón, sentimientos de tristeza.

Se sentó en el futón, con sus manos, se apoyo en el suelo, y se levanto, cada día sentía que no tenia fuerzas, ni de caminar, pero lo que la motivaba a continuar, era por sus dos amigos, Yura y Jacki, que le demostraba que aun en su vida quedaba algo porque continuar.

Camino y salió de la acogedora casita, respiro profundo y dejo que el aire se infiltrara por sus pulmones y recorriera cada parte de su cuerpo. Su cabello se mecía al compa del aire, quería volar, pero no podía, era como otros de sus incansables sueños.
La verdad detestaba y adoraba estar en el lago, en aquel “lugar”, como lo habían definido sus dos amigos, porque estar ahí, le recordaba a su amado Sesshoumaru, todo le recordaba a él, el sentir el aire, le recordaba al hermoso cabello de Sesshoumaru, que se movía en el aire, le recordaba esos días que se encontraba junto a él, cuando la vida solo giraba por estar al lado de él, detestaba estar sufriendo a cada segundo, pero adoraba recordarlo, era una completa masoquista.

Camino por los lugares que rodeaba a la aldea, no tenia nada en especial que hacer tan temprano en la mañana, así que decidió recorrer esos caminos, de pronto, recordó aquel lugar que Yura le había mostrado, se dirigió por el camino que había memorizado para llegar a ese “lugar”, camino, y se encontró con aquellos arbustos que tapaban la vista a ese hermoso lago, los corrió y se adentro allí, oh, como adoraba aquel lugar, se levanto la parte de debajo de su kimono y corrió, hasta llegar al árbol donde la ultima vez había estado, se recostó y de una vez, pareciera que el sueño llego de una vez, para devolverle esa necesidad de soñar con su lord…
…Sesshoumaru.




Rayos fuertes de luz pegaban directamente –otra vez- en sus ojos, esta vez no eran débiles, pero al menos las hojas del árbol no dejaban que esos rayos de luz, fueran una molestia para ella.

Abrió sus dos grandes ojos de color chocolate, demostrando un poco de susto, y era la clase de susto que uno siente cuando se pasa del sueño, se sentó en una de las grandes raíces de árbol y se dispuso a aclarar la mente, no sabia exactamente cuanto había dormido, se levanto y camino hasta el lago, donde el sol se alcanzaba a reflejar, miro al cielo, pero no podía ver nada, los fuertes rayos de luz impedían su vista, se imagino que ya estaba como al medio día, respiro hondo y miro los alrededores, se le hacia tan extraño que ninguno de sus amigos la estuvieran buscando, siempre que se ausentaba por la mañana, ellos preocupados por ella, salían a buscarla, encontrándola siempre ahí, pensó que tal vez, se imaginaban que ella estaría a salvo.

Miro su reflejo en el lago, podía observar sus grandes ojos hinchados, no le gusto para nada eso, así que sumergió sus manos en el lago y mojo su rostro, cuando el lago volvió a aplacarse, volvió a mirar, pero esta vez, se dio cuanta de algo raro, como un animal de dos cabezas y en medio una cabeza verde, sorprendida, volteo y miro arriba, pero no vio nada, pensaba que ya se estaba volviendo loca, pero no, vio como un pequeño youkai con un bastón, caminaba buscando algo.

-¡Jaken! –Grito, a ese sapito lo podría distinguir en cualquier parte, así estuviera anciana y le fallara la memoria, a ese pequeñito –en tamaño- lo distinguía perfectamente
-¿Quién es usted humana? –Jaken no se creía que esa jovencita era la alegre y divertida Rin
Eso le callo como baldé de agua fría a Rin
-¡yo, Rin! –Rin movía sus manos demostrando angustia
Jaken observo mas detenidamente a la joven, miro y se infiltro en sus ojos grandes chocolates, aun quedaba esa pizca de felicidad e inocencia que demostraba Rin en su mirada
-¿Rin?
-¡Si! Soy yo ¡Rin! –exclamo de felicidad la humana al escuchar que su querido sapito la recordaba mientras ella mostraba una de sus grandes y escondidas sonrisas, y de una vez se apresuro para correr y abrazarlo
-*esa es Rin* -pensó Jaken mientras recibía el abrazo gustoso.


Yura buscaba como una loca a Rin por todas partes, estaba preocupada, Rin no se demoraba tanto, temía que le pasara algo, se imagino que se encontraba en aquel “lugar”, corrió, tenía en su mano derecha un palo, grueso y que cualquiera que lo viera, se daría cuenta del gran dolor que produciría un golpe con ese palo, sabia que al menos con eso, espantaba a los hombres que trataban de propasarse con ella, y porque no, espantar algunos pequeños y diminutos insectos, corrió, hasta encontrarse con esos arbustos que daban paso al “lugar”.

Observo como Rin estaba arrodillada con sus brazos rodeando a un youkai, y que este tenia sus brazos alrededor de la espalda de su amiga, pensó lo peor, que le estaría haciendo ese youkai, corrió dispuesta a pegarle un solo golpe a ese youkai, había echo lo mejor yendo al lugar, no dejaría que nadie lastimara a su amiga.

-¡Maldito monstruo! –grito Yura mientras saltaba donde se encontraba su amiga arrodillada y golpeaba en la cabeza al sapo youkai
-¡No! –grito Rin
Pero ya era tarde, el pobre Jaken estaba viendo estrellitas
-¡Rin! ¡¿Estas bien?! –pregunto Yura preocupada por su amiga
-Si, tranquila, no me paso nada –dijo mientras se paraba y colocaba sus manos en los hombros de su amiga- no debiste hacer eso, el pobrecito debe tener un buen golpe en la cabeza
-Como que pobrecito Rin, tienes suerte de que no te halla hecho nada –dijo Yura mas tranquila
-No me iba hacer nada, porque él es el sapo youkai verde, que me cuidaba del que te hable
-¡¿Ese era?!
-¡Si estúpida humana! –intervino Jaken mientras se levantaba del suelo
-¡¿Cuál estúpida humana?!
Jaken levanto su brazo y la señalo
-¡ya veras estúpido sapo! –Yura iba a lanzársele encima a golpearlo, se le había quitado el miedo, pensaba tal vez, le daría un buen golpe por tratarla de estúpida
- ya dejen de pelear –intervino Rin tranquilamente con una sonrisa en el rostro, aun no podía creer que estuviera viendo a su acompañante
-perdón Rin –se disculpo Yura, sabiendo perfectamente que esa sonrisa no era falsa, sino de felicidad

De repente a Rin se le organizaron todos sus recuerdos, y de una vez un vacio inundo su pecho

-¿Por...Que? ¿Por qué me dejaron aquí? –Rin tenia esa sorpresa y vacio, de que la noche a la mañana, apareciera el fiel sirviente de su amo
-ni yo se Rin, ese día, el señor Sesshoumaru se fue, sin decir nada
- *así que lo hiso por voluntad propia*-pensaba Rin mientras sentía que se le desgarraba algo en su pecho- ¿por...que?- se pregunto mientras caía arrodillada en el suelo
-no lo sabemos Rin, yo vine porque te extrañábamos mucho, y lo digo por Ah-Un

El dragón de dos cabezas apareció de los arbustos, caminado despacio hacia Rin.
Yura retrocedió unos pasos, ese monstruo si le producía miedo. El dragón siguió caminando hasta que sus cabezas quedaron al frente de Rin, esta feliz, cogió con sus manos las dos cabezas del animal, y recostó su cabeza con la de ellos, uno de ellos, la lamio, como si fuera un perro, Rin sonrió para sus adentros, extrañaba mucho a ese dragón y a su acompañante Jaken.

Yura sabia perfectamente que ella sufría mucho, y que al reencontrase con unos de sus queridos, después de tanto tiempo era una sorpresa de felicidad, se dio cuenta que en ese lugar, estaba como “colada”, camino lentamente hacia atrás, hasta desaparecer por los arbustos.

-*cuando te extrañaba Ah-Un* -pensaba Rin

Pero la felicidad no le duro mucho, de repente una neblina espesa inundo el lugar, la vista se había perdido, era como un manto gris por todos lados, cada uno perdió contacto del otro, estaban completamente perdidos, Ah-Un en medio de la desesperación de no poder sentir a Rin, soltó uno de sus grandes bolas de fuego para esparcir la neblina, Jaken hizo lo mismo, cuando la neblina ya no era tan profunda, algunos rayos de sol se alcanzaron a divisar y todo volvió a la normalidad, con una excepción, Rin ya no estaba.

motas:perdo por la tardanza, pero es que he tenido muchas complicasiones y pues estoy pensando en hacer la prox. conti y adelantandome con exposiciones, trabajos, tareas, evaluaciones, pruebas de todo, en fin, por fin pode sacr un tiempo para subir la conti, espero que les agrade

 

Re: el tiempo pasó...¡ya no es una niña!

XI (1 PARTE)

Las flores rosadas de sakura caían libremente por los aires, rebeldes, sin que nadie las detuviera, caían pero sin llegar a tocar el suelo, el aire que se hallaba en aquel lugar no dejaba que cayeran, solo las elevaba por los cielos, llevándolas a un rumbo sin fin, y en el cielo parecían pétalos blancos y rosados por los rayos del sol. Y ahí se encontraba aquella niña de belleza inigualable esperando que algún día fuera como aquellas flores, libres y sin preocupaciones. Aquella niña disfrutaba estar en medio de aquel baile de pétalos, con los brazos extendidos al aire, daba vueltas en aquel jardín, sintiendo las maravillas y belleza de aquellas flores, y de la libertad del aire que soplaba como un baile sin fin.

- ¿Qué haces en las tierras de mi padre? Intrusa –pregunto un niño de cabellos plateados y ojos ámbar
La niña se detuvo y lo miro detenidamente
- No ves, estoy disfrutando –la niña soltó una pequeña risita mientras seguía con lo suyo
- ¿Quién eres? –pregunto el peli-plateado
- Mmm, la hija de mi madre –la niña soltó otra vez otra risita, mientras seguía observándolo directamente a los ojos
El niño se estaba poniendo muy molesto
- Sal de aquí –dijo el niño
- Pero que maleducado eres –la niña fingió una cara de ofendida- no te han enseñado modales Sesshoumaru
El niño ya estaba molesto
- ¿Quién te dijo mi nombre? ¡intrusa! –dijo mientras la miraba con ojos molestos y dando miedo
La niña volvió a reírse, como una niña picara
- Mmm, tengo un pequeño don –la niña miro hacia el cielo y lo volvió a mirar- y no soy ninguna intrusa –esta vez, lo miro fríamente, dándole la misma mirada que Sesshoumaru le había dado hace un momento. Algo que no funciono con ella.
Sesshoumaru se quedo callado.
La niña volvió a reírse
- Era una broma
Sesshoumaru estaba más que molesto, la niña se estaba burlando de él, y no lo iba a permitir
- Sal de estas tierras, ¡intrusa! –dijo fríamente, y fue una orden
La niña desapareció, Sesshoumaru se extraño por eso, pero después escucho otra vez esa risita detrás de una de sus orejas
- Eres un tontico Sess –la niña había corrido lo suficiente rápido, que ni los ojos de Sesshoumaru lo había podido detectar, haciendo parecer que simplemente había desaparecido.
Molesto por como lo trato, se volteo para ponerle cara, pero ya no estaba.
- Estoy aquí –escucho Sesshoumaru la misma voz de aquella niña, pero esta vez no la podía ver, solo podía escucharla, y provenía del jardín que se encontraba cerca de ellos, se podría decir que era un bosque en miniatura.
Se adentro en el bosque, no dejaría que una pequeña niña lo tratara de tonto, nadie lo trataría así, él mismo la sacaría de las tierras de su padre.
Escucho otra vez una risita picara
No podía encontrarla, la niña lo estaba utilizando, él iba al lugar donde provenía la risa, pero se escuchaba de diferentes lugares, esa niña sabia como correr y esconderse.
Hasta que por fin la encontró, en la mitad del pequeño bosque, había una sección circular que no tenía árboles, era el único lugar en el bosque donde la luz del sol se podía infiltrar. Y ahí estaba, como la primera vez que la vio, en medio de un sinfín de pétalos de sakura, y con la vista al cielo. La niña se volteo y lo vio, sonrió y soltó otra pequeña risa.
- Nos volveremos a ver Sesshoumaru –dijo y desapareció.

Fin del flash back.

Sesshoumaru se encontraba en el lugar donde se encontraba “escondido”, escondido de sus sentimientos, se encontraba en la punta de un precipicio, perdido en sus pensamientos y recuerdos, la pequeña charla con aquella mujer, Youchiro, le hiso recordar su pasado, momentos de cuando era pequeño, hablar con ella, simplemente ella, hacia que olvidara esa molestia que había tenido antes, y hacia que le produjera otra molestia, simplemente creía que la odiaba, porque ella era una de las dos mujeres que le hablaba de esa manera, y le sacara todas sus verdades.

Flas back

Los rayos de luz pasaban débilmente por los grandes ventanales recubiertos por cortinas grandes de color ocre pálido, haciendo que la habitación fuera un poco sombría. Su madre, como siempre portando una postura elegante y con gracia, se encontraba parada al lado de unos de los ventanales, pensativa. El silencio inundaba el lugar, su madre lo había llamado para que se reuniera con ella en aquella grande sala, era raro que su madre lo llamara para eso, para que estuviera solo con ella, era raro.
Cuando iba a decir una sola palabra, su madre se volteo y una grande sonrisa adorno su rostro, curioso, miro donde su madre dirigía su vista, habían dos personas, dos mujeres, una adulta y otra niña.
La mujer era alta y albina, con una larga trenza rubia que llegaba hasta sus pies, sus ojos eran de un negro intenso, tenia un gran sol en la frente, pequeñas estrellas bajaban por los lados de su rostro y seguían por todo el cuerpo, en cada mano había una sol, y sus vestiduras eran blancas y al final de estas habían pequeños soles.

La niña que se encontraba a su lado, era pequeña –en estatura- albina, su cabello era rubio intenso y llegaba hasta sus hombros, y dos trenzas adornaban su cabeza, como una diadema, sus ojos eran grandes y grises, cerca de su ojo derecho, tenia quince estrellas que llegaban hasta sus labios, al igual que su madre, traía unas vestiduras extrañas y blancas, pero estas tenían soles y estrellas. Ambas eran hermosas y con una presencia inigualable.

Su madre camino elegantemente, como lo hacia siempre y abrazo a la mujer adulta, después dirigió su vista a la pequeña, y le sonrió.

- Sesshoumaru, ella es Yachiru de Kinami Solerius –dijo dando a conocer el nombre de la mujer mas alta- y ella es su pequeña y hermosa hija, Youchiro Kinami
La niña hiso una pequeña reverencia y sonrió.

Sesshoumaru abrió sus ojos ámbar en forma de sorpresa, esa niña ya la había visto antes, era la niña del jardín, la que se burlo de él y desapareció. De repente una molestia inundo su rostro, esa niña no se iba a ir sin dar una explicación.
La niña que lo estaba observando, disfrutaba de la molestia que producía en Sesshoumaru, y como muestra de esto, soltó otra de sus risas picaras.
La niña levanto su rostro y miro directamente a los ojos negros profundos de su madre, luego sonrió y salió de aquella habitación.

- Madre, ¿me puedo retirar? –pregunto Sesshoumaru a su querida madre
- Claro

Sesshoumaru salió de aquella sala, y camino por unos pasillos, que al igual que la habitación, entraban pequeños rayos de luz por las ventanas que se encontraban cerca del techo. Hasta cuando diviso el final del pasillo, era obvio porque entraba una gran cantidad de luz.

Salió y como si leyeran su mente, Youchiro se encontraba como la primera vez que la vio, disfrutando del aire y de la naturaleza, camino hasta llegar a un metro de distancia de ella.

- Te dije que íbamos a volvernos a ver, Sesshoumaru –dijo la Youchiro mientras lo observaba directamente a los ojos
- ¿Qué haces acá? –pregunto molesto
Youchiro soltó una risita
- ¿Eres sordo o que?, soy la hija de una querida amiga de tu madre, ¿no escuchaste?
- Claro que escucho –hablo fríamente- ¿Qué hacías ese día aquí?
- Me encanta este lugar, sobre todo en primavera, por eso ese día estaba aquí, para sentir el aire y las flores de sakura en mí.
Él solo la observo.

notas: bueno, aqui les dejo la primera parte del capi noveno, espero que les agrade y pzzz tratare de no demorarme en la conti, y perdon por ser tan cortico, pero cmo saben es la primera parte y pzz, 1. no tenia mucha imaginacion o mas bien no tenia las ideas bien organizadas desde le punto en que deje la primera parte y 2. pzzz no tenia mas tiempo jajja
gracias a todos(a) que leen mi fic