El Tesoro de las Eras I: Aura

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Mary Shirou, 9 Julio 2011.

  1.  
    Mary Shirou

    Mary Shirou Star Witch

    Géminis
    Miembro desde:
    30 Marzo 2011
    Mensajes:
    559
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    El Tesoro de las Eras I: Aura
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    1807
    Capítulo 19

    Mientras tanto, ya cuando Aura y Percival estaban lejos, Caliel se volteó a ver a Lancelot ante la mirada sospechosa de Gilgamesh

    “Lancelot, tengo que pedirte un favor”- dijo la ángel, con seriedad

    El caballero parpadeó un par de veces, mientras que el Rey sonreía divertido

    “Ciertamente… Hitori es un buen arma cuando la sabes utilizar, pero no sólo es bueno usarlo contra un arma de distancia intermedia, como una espada, sino que con una espada de mayor alcance, como una lanza… ¿Razono bien?”- preguntó, penetrando con sus ojos rojos

    Caliel le devolvió la mirada, con una sonrisa desafiante

    “Sí, razonas bien, Gilgamesh… No es que no me haya divertido con nuestro combate, pero sé que con este pelirrojo puedo tener un combate casi en condiciones iguales”- dijo y dirigió su mirada al otro:- “Bueno, ¿te animas?”

    Lancelot seguía sin responder, así que su compañero le dio un manotazo en la cabeza

    “¡Reacciona imbécil!”- exclamó
    “Pero… Pero… ¡Es una mujer!”- exclamó el otro, perplejo
    “Ah, claro… Se me olvida que como pese a todo eres un conquistador te dejas perder con facilidad… Si incluso Judith pudo darte una paliza, cuando es de las más débiles…”- dijo el de ojos rojos soltando una carcajada

    Ante eso, el otro reaccionó e hizo aparecer su lanza para atacar rápidamente a su compañero, pero Caliel, en un movimiento rápido, sacó a Hitori y contraatacó al de cabellos cobrizos, haciéndolo retroceder

    “Como solicité, Lancelot, quiero que seas tú mi oponente y que tengas un buen combate conmigo”- indicó la ángel

    Lancelot bufó, molesto

    “No me gusta combatir contra una mujer”- reclamó
    “Si te das cuenta, soy un ángel… Y mi esencia es la que me acerca más a ser una mujer, Lancelot”- aclaró la ángel:- “Pero también soy guerrera y clamo mi derecho a escoger un rival al que pueda combatir adecuadamente de acuerdo a mis capacidades”

    El guerrero suspiró y se puso en guardia

    “Como este es un combate de práctica, estableceré las reglas”- intervino Gilgamesh:- “El primero que de tres estocadas en partes no vitales gana. El combate es sólo usando sus armas, por lo que está prohibido usar combos o patadas. Si dañan algo vital quedarán automáticamente descalificados… ¿Entendieron?”

    Ambos asintieron y luego de tomar una distancia prudente, ambos se pusieron en guardia y, luego que el de ojos rojos indicara el inicio de la batalla, ambos comenzaron su combate.

    El combate era más difícil usando solamente las armas, porque se hacía complicado no usar puños o patadas cuando se acortaban las distancias entre ellos. Como Gilgamesh no mencionó para nada los empujones, los usaron como forma de apartarse.

    El choque entre las armas se hacía más intenso y era más difícil no querer golpear a su contrincante, más que la mirada de Gilgamesh parecía penetrar con su mirada los pensamientos de ambos y eso les impedía incluso el pensar en la idea de atacar de forma prohibida.

    La batalla se extendía con las limitaciones, y por la habilidad de ambos era difícil lograr que uno de ellos tomara ventaja y lograse al fin un punto para vencer.

    Caliel, tomando ventaja, dio un ataque certero en el hombro del de cabellos cobrizos, pero antes que Gilgamesh cantara el primer punto, Lancelot hizo un giro veloz que hubiera conectado a la espalda de la ángel. Sin embargo, ella se agachó y la lanza sólo alcanzó a cortar ciertos cabellos, los que se desvanecieron de inmediato

    “¡Punto para Caliel!”- pudo decir el Rey, apartando a los dos

    Lancelot bufó molesto ante la ventaja tomada por la mujer y aumentó la intensidad del ataque. Su lanza rozó los brazos de la ángel, pero no llegó a herirla, por lo que no pudo contar su ataque como un punto a su favor.

    Al ver que la ofensiva no acabaría pronto, la de cabellos oscuros comenzó a contraatacar velozmente. Su cuerpo estaba estimulado con la emoción de tener una buena batalla luego de mucho tiempo, y Hitori parecía cantar en cada uno de sus movimientos.

    Lanza y katana seguían enfrentándose, y a cada choque aparecían más chispas con el roce de ambas y, pese a todo, los guerreros ya comenzaban a cansarse

    “Se ve que están a buen nivel”- intervino Gilgamesh:- “Ya ha pasado un buen tiempo… ¿Por qué no descansan y esperamos a Aura?”- preguntó, con tono amistoso

    Mas, le bastó mirar los ojos enfurecidos de los dos y el aura combativa de ambos para darse cuenta que su propuesta no daría efecto, por lo que dijo

    “Parece que no se van a detener… Bien, como de otra manera no conseguirán los puntos necesarios, pueden atacarse físicamente, aunque ya saben, sin heridas…Vitales…

    No había alcanzado a terminar cuando los otros dos habían comenzado a combatir nuevamente, esta vez intentando no sólo acertar con el ataque con sus armas, sino que a intentar golpearse con todo lo que tenían

    El nivel de evadir ataques del rival era amplio en ambos guerreros, por lo que el tiempo seguía pasando y nuevamente era imposible saber quién de los dos iba a propinar el próximo golpe.

    Sin embargo, en un movimiento que ni él pudo explicar, el caballero de la lanza aprovechó una distracción para dar una patada certera… En medio de sus senos

    “¡Punto para Caliel y a la otra te descalifico, Lancelot!”- exclamó Gilgamesh

    Sólo bastó eso para que se creara el caos
    “¡Imbécil!”- gritó la ángel, golpeándolo en el rostro
    “¡Oye! ¡No era nada vital!”- reclamó el de cabellos cobrizos, mientras apartaba la sangre que comenzaba a brotar de su nariz
    “¡Pero esa es una de las partes sensibles de una mujer! ¡Acaso querías que te pateara en tus partes sensibles!”- intervino Gilgamesh, colocándose entre ambos
    “¡Pero es un ángel! ¡Ustedes mismos dijeron que sólo tenía esencia femenina!”- volvió a reclamar Lancelot
    “¡Argh!”- reclamó Caliel, indignada
    “¿Se puede saber el porqué siempre que me alejo pasa algo que puede ser interesante?”- se escuchó una voz a la distancia

    Los tres se sorprendieron al ver que Aura y Percival ya habían regresado de su misión. El Caballero se notaba sorprendido mientras caminaba al paso de la muchacha, mientras que ella lucía una mirada seria, aunque la chispa de su mirada indicaba que le había ido mucho mejor de lo que se esperaban

    “¡Lancelot! Golpeaste a una mujer… ¡Es increíble!”- dijo Percival, con una sonrisa divertida
    “No me hace gracia…”- refunfuñó el lancero, mirando avergonzado lo hecho

    Caliel, mientras tanto, enfundó a Hitori y se acercó a su protegida, mirándola sorprendida

    “No me costó tanto encontrarlo”- dijo la humana:- “Recuerda que mis habilidades son mayoritariamente mágicas y Percival me llevó al lugar de las armas que tienen propiedades relacionadas con ella”

    La ángel parpadeó un par de veces para luego ir directamente donde el Caballero más joven y lo tomó del cuello de su camisa, enfadada

    “¿La llevaste a ese lugar?”- preguntó, claramente airada
    “Claramente no tiene mayores habilidades físicas… Con esa arma va a poder defenderse bien y va a poder defender a otros… No me arrepiento de llevarla allá”- dijo él, sin mostrar temor

    Al ver que no intimidaría al otro, miró con enfado a Aura

    “No tienes de qué enfadarte, Caliel… Creí que ya sabías bien que mi habilidad es con magia y no con armas… Percival no hizo más que confirmar lo que ambas ya sabíamos”- dijo la humana, posando sus ojos verdes en los de la otra

    El Trono suspiró

    “Pero, ese arco…”- dijo, con algo de nervios
    “Es el arco que se le otorgó a Yoichi hace siglos atrás… Es obvio que a estas alturas el espíritu del héroe acompaña a quien usa ahora su arco para que sus tiros sean más certeros”- explicó Percival

    El arco era largo, casi más alto que la misma Aura, como el majestuoso arco japonés, mas estaba recubierto y reforzado, asemejándolo al arco compuesto mongol. Tenía una tensísima cuerda plateada y algunos colores plateados junto al mango recubierto de cuero negro. El tipo de madera era desconocido para la humana, pero podía comprender que eso no era más que consecuencia de la destrucción indiscriminada de la naturaleza en el mundo.

    “Un arco de samurái… ¿Sabrás llevarlo bien?”- preguntó Gilgamesh, algo preocupado
    “Ni idea… Piensa que también uso lentes, pero en fin, aquí estoy, tengo un arco como arma además de las dagas que me dio Räsiel… ¿Será suficiente?”- preguntó, mirando al Trono
    “Supongo que sí… Pero sería bueno que practicaras algo”- respondió
    “¿Tenemos tiempo?”- preguntó la joven
    “Cierto, no lo tenemos, pero si conseguimos que Rafael o Gabriel te ayuden, supongo que servirá para que al menos tengas la idea de cómo tirar”- explicó Caliel

    La humana asintió y se colocó al lado de su guía

    “Espera… ¿Tan luego se van?”- preguntó Lancelot
    “No tengo tiempo para conocer a todos los que quisiera ver acá, Lancelot… Para mí, mi misión es sumamente importante, en especial porque sé la recompensa que me aguarda al final del camino y debo enfocarme en eso… Si tengo la posibilidad de volver, lo haré, lo prometo”- dijo Aura, con voz firme

    Todos se sorprendieron de la firmeza de la joven, más cuando de la nada corrió una suave brisa que parecía reafirmar sus palabras. Su aura se manifestó levemente, brillante y clara como la luz del sol en la mañana.

    “Entonces vamos, no tenemos más tiempo que perder”- dijo Caliel, con una sonrisa tranquila
    “Vamos”- dijo Aura e inclinándose habló con los guerreros:- “Gracias por la ayuda… Y nos veremos algún día”
    “Nos veremos, Aura… Quizás no seas la más fuerte físicamente, pero al menos tienes un corazón lleno de valentía y eso, aunque quizás no lo desees, ya te hace parte de este Cielo… ¿Lo entiendes?”- dijo Gilgamesh

    La joven asintió algo avergonzada, comprendiendo las palabras del Rey. Caliel se despidió con un gesto de la cabeza, pues sabía que luego de ayudar a la humana debería regresar al lugar, ya sea con la venia divina o no. Ambas se giraron en dirección a la salida y comenzaron a caminar.


    A diferencia del camino de ida, los piropos se transformaron en comentarios, algo familiar para ambas y en miradas admiradas por el valor de la muchacha y la fuerza del ángel que fue capaz de luchar contra Gilgamesh y Lancelot de continuo y sin tener mayor sensación de cansancio. Algunos miraban la oportunidad de que finalmente ángeles y humanos luchen del mismo lado, o que humanos y ángeles aprendan finalmente del otro, como en los viejos tiempos…
     
  2.  
    Mary Shirou

    Mary Shirou Star Witch

    Géminis
    Miembro desde:
    30 Marzo 2011
    Mensajes:
    559
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    El Tesoro de las Eras I: Aura
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    1336
    Capítulo 20

    Caliel y Aura caminaban en paz por los caminos del Cielo, en un sector donde se cruzaban pacíficamente ángeles y humanos.

    “¿Dónde iremos ahora?”- preguntó Aura
    “Tenemos que ir a un sector donde nos ganaremos hartos problemas”- respondió el Trono, seriamente
    “¿Aún más problemas? Creí que nos bastaba con lo que ya teníamos”- parpadeó la humana, extrañada
    “Sí, es raro decir eso, pero de verdad que si descubren que vamos a ese lugar sin permiso, ahí sí que nos ganaremos más de alguna paliza”

    La humana se sorprendió por el temor que manifestó su acompañante. Por eso prefirió no seguir preguntando y continuar caminando en silencio junto a Caliel.

    En eso, notaron una figura que se les hizo muy familiar con su cabellera roja-fuego y sus ojos similares a los de un dragón.

    “Es bueno verlas de nuevo, Caliel, Aura”- saludó el recién llegado, mirándolas fijamente
    “Lo mismo podemos decir, Rafael”- saludó Caliel, saludando con una reverencia al arcángel

    Aura, mientras tanto, sintió el fuerte impulso de buscar algo en la mochila de Rehael y no se detuvo hasta sacar una especie de escama de color rojizo

    “Rafael… Creo que esto es tuyo”- dijo y le entregó la escama

    El arcángel lo tocó y parpadeó un par de veces mientras palpaba la escama. Caliel y Aura miraban sorprendidas cómo muchas imágenes se reflejaban en su mirada, mientras una nueva luz surgía en sus ojos. Por un momento pareció que las piernas del ángel iban a flaquear, pero él mismo fue capaz de mantenerse en pie.

    “¿Qué has hecho, Aura?”- le recriminó su acompañante
    “Nada… No lo sé… Sentí el impulso, como si Räsiel me hubiese ordenado que lo hiciera”- respondió la muchacha, mientras miraba confundida al de cabellos rojos

    Al escuchar el nombre de la Guardiana, el arcángel instantáneamente miró a la chica, con la mirada perdida en un sin fin de pensamientos y recuerdos fugaces. Sólo dos pudieron ser lo suficientemente concretos como para que, a partir de ellos, su mente se abriera y abandonara el sello que podría retenerlo.

    Eones atrás, antes de la creación humana, él se encontraba allí, conversando con una misteriosa silueta dorada mientras extraños de alas de dragón conversaban entre ellos luego de la llegada de su Padre a ese sector del cosmos que era originalmente su hogar… Y, más adelante, una profunda conversación con Räsiel, donde ella le encarga la seguridad de una lujosa espada de energías tan rojas como la escama que ella guardó.

    Se frotó suavemente los ojos con una mano. Buscó en uno de sus bolsillos y se puso un brillante monóculo en su ojo izquierdo, cosa que no hacía de hace varias centurias.

    “Vaya”- dijo él, luego de recuperar un poco la compostura:- “El momento más especial para que Räsiel dé señales de seguir existiendo”- dijo, con algo de molestia
    “Yo creo que era el momento más adecuado”- dijo Caliel:- “De otra manera siento que no tendría fuerzas para llevar a cabo esta revolución”- y sonrió agradecida a la humana
    “Pero ya hay muchas cosas en el Cielo que ya no podremos cambiar, por mucho que ahora contemos con el apoyo que deseamos”- dijo el de cabellos rojos, con algo de tristeza
    “Ya estamos haciendo algo… Y recuerda que tú mismo lo permitiste”- dijo la humana, con algo de orgullo

    Rafael miró a la humana y recordando los hechos del Juicio, sonrió, aunque la sonrisa no se transmitió a su mirada

    “Eso creo que si se ha permitido, es porque ya es momento de despertar”- dijo Caliel, con seriedad
    “¿Despertar? La última vez que escuché eso fue antes de que Räsiel desapareciera de nuestras vidas”- indicó el pelirrojo, con algo de molestia
    “No deberías tenerle rencor… No sabes la historia que debió haber vivido”-indicó Aura, un poco más seria

    El arcángel no respondió a eso, quizás por temor a decir algo que pudiera lastimar incluso a la humana. En cambio, prefirió cambiar de tema.

    “Ahora… ¿creen que sea prudente que vayamos a ese lugar?”- preguntó
    “Es necesario… Pese a todo, debemos conversar con ella”- dijo Caliel
    Ella es tan enigmática e irritante que Räsiel”- indicó Rafael, con algo de molestia
    “Ok… Entonces no debería hacerme tantas expectativas”- dijo Aura, algo extrañada
    “Puede ser, pero si no vamos, no encontraremos manera de continuar nuestro camino”- dijo el Trono, algo inquieta
    “Si es así… Vamos, quizás queda muy poco tiempo”- dijo el Arcángel, mirando las nubes como si en ellas encontrase alguna señal

    Las otras asintieron y comenzaron a caminar, mas a los pocos minutos pudieron notar algo que no habían podido percibir antes, quizás por estar concentradas en su propios pensamientos, o porque no se habían dado cuenta de la capacidad real de Rafael.

    La energía del arcángel las había rodeado imperceptiblemente, cubriéndolas con un tenue aura de color fuego, haciéndolas invisibles a los ojos delos otros ángeles. Eso hizo que, dentro de su prisa, tomaran las cosas con más tranquilidad.

    Mientras caminaban, la humana pensaba el por qué Räsiel había permitido que todos los ángeles la olvidaran, sin importar las reales consecuencias… ¿Acaso ella sabía algo que los demás no? O sino ¿cuál era realmente la misión de la ángel?

    Además, parecía que Rafael le guardaba algo de rencor. ¿Habrá sucedido algo que haya provocado todo esto?

    Al preguntarse eso, miró al arcángel, pero parecía que él también estaba ensimismado en sus propios pensamientos y no quiso preguntar, más que todo porque ya estaba predispuesta a la respuesta pronto lo sabrás.

    Ante el pensamiento, bufó, sacando a los otros dos de sus propias ideas

    “Lo siento”- se excusó y los otros miraron nuevamente hacia el horizonte, sin entablar palabra alguna

    En eso, la vegetación y la energía que rodeaba Araboth comenzó a desaparecer y todo pasó a ser gris, no oscuro ni aterrador, como sería el Infierno, sino que… Gris.

    Para Aura, no había mejor definición para aquel lugar como algo en que reinaba lo Gris. No existía la pureza y la santidad que existía en el Cielo, pero tampoco había algo que asustara y que acongojara como expresaban que existía en el Infierno. Era un punto donde, al parecer, no había una real distinción en bien y mal, pero sí existía el suficiente equilibrio para que aún así hubiera vida… Algo más parecido a un desierto, pero vida al fin y al cabo.

    “Qué lugar más extraño”- dijo Caliel, admirada
    “Ciertamente… Pero estamos en un lugar donde no cualquiera puede estar”- dijo Aura, mientras intentaba captar la mayor cantidad de imágenes en su mente para cuando pudiera contar su experiencia
    “Y, si fuéramos concretos, ni siquiera nosotros podemos entrar… Ni puedo entender cómo fue tan fácil entrar aquí”- dijo Rafael, con un tono admirado
    “¿Por qué?”- preguntó la humana
    “Porque, en la práctica, estamos en otra dimensión”

    Y no necesitó decir más al ver el rostro de admiración de sus dos acompañantes, aunque la sorpresa fue más para él cuando sintió la presencia de alguien muy familiar

    “Pensé que era el único al que le gustaba romper las reglas”- se escuchó una voz, grave pero a la vez con tono muy divertido

    Rafael se volteó junto al Trono y a la humana. Al parecer, el comentario le cayó bastante mal

    “No estoy de genio para tus bromas, Uriel”- dijo, irritado:- “De cualquier manera, ¿a qué vienes?”
    “Creo que a lo mismo que ustedes”- y fijó su mirada en la humana:- “¿A encontrarse con ella?”
    “Sí… Mientras ruego a quien sea para que al fin conozca su nombre”- indicó Aura:- “¿Vamos?”- y volvió a voltearse


    Los otros la siguieron sin contestar. Al fin y al cabo, quien tenía que prepararse y encontrarse con ella era la humana…
     
  3.  
    Mary Shirou

    Mary Shirou Star Witch

    Géminis
    Miembro desde:
    30 Marzo 2011
    Mensajes:
    559
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    El Tesoro de las Eras I: Aura
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2048
    Capítulo 21


    Esa caminata fue muy silenciosa, más que todo porque los tres Celestiales tenían sus propios asuntos que pensar, mientras que la humana estaba concentrada en lo que veía y sentía en aquel paraje.


    “¿Sucede algo?”- preguntó Caliel, sacándola de sus pensamientos


    La humana posó sus ojos en el Trono y ésta se estremeció al ver la intensidad de su mirada


    “¿Hm? No, no es nada”- respondió y volvió a fijar su mirada en el horizonte.


    A la distancia comenzaba a distinguirse una especie de castillo, más bien un fortín, el que estaba compuesto de tres torres y un sector central, rodeado de una gran muralla. A diferencia del resto del paraje, ahí habían unos pocos árboles, de tonalidades verde-grisáceas y algo de pasto, del mismo color


    “Bueno, al menos esto cambia un poco el ambiente”- reconoció Uriel, un poco más animado


    En tanto, Rafael se fijó en los brazos de Aura y finalmente fue capaz de distinguir las runas que había dibujado Räsiel


    “Hey… ¿No son esas las runas que sólo Räsiel conoce?”- preguntó, con un tono que sorprendió a todos


    Uriel, al escuchar el nombre de labios de su compañero, sintió cómo en su mente aparecían los recuerdos que parecían haber sido sellados de ella, todos relacionados con la Guardiana. Sin embargo, había algo en su mente que seguía ausente.


    “Veo que pudiste verlo, Rafael. Ya me preocupaba que fuera algo de todos los arcángeles”- dijo Caliel, con preocupación

    “¿De todos?”- preguntó Uriel, acercándose a la humana y palpando las runas:- “¿Qué es lo que saben que aún no nos dicen?”


    El Trono y la humana se miraron mutuamente, comprendiendo que la situación debía conversarse antes de salirse de las manos.


    “Räsiel aún está en el Jardín, si es lo que quieren saber. Sin embargo, la decisión de vender su voluntad a Yahvé llevó a que ella fuese olvidada, quedándose sola durante todo ese tiempo”- comenzó Caliel

    “Sin embargo, con mi muerte, los lazos que ella aún tiene con ustedes ha llevado que sus recuerdos comiencen a aparecer. Es por eso que ustedes son capaces de ver una revolución que no existiría si yo no hubiese llegado aquí”- continuó la humana

    “Habíamos visto a los Ángeles, Virtudes y Dominaciones moverse en revolución. Incluso podría estar seguro que Azrael y los ángeles de la muerte también están en esto…”- dijo Uriel

    “Pero… Puede ser que sea muy tarde para ser definitivamente libres”- intervino Rafael, con algo de tristeza


    Aura lo miró con simpatía, comprendiendo finalmente que eso era lo que complicaba tanto al arcángel


    “En vez de quejarte tanto, deberías ayudar a Chris, mira que él aún está furioso contigo”- le dijo, gentilmente

    “¿Chris?”- y agrandó sus ojos, revelando que eso también estaba olvidado:- “Es cierto, tenía una promesa que cumplir…”


    Esta vez, su tambaleo fue tan fuerte que Uriel se vio obligado a afirmarle


    “Es increíble… Primero veo que Miguel no es capaz de reconocer el enlace con Räsiel, y Rafael era incapaz de recordar a Chris… ¿Qué es lo que ocurre en realidad en el Paraíso?”- dijo la humana y se sentó, con gesto de pensar

    “¿En qué estás pensando?”- dijo Caliel

    “Estaba recordando que cuando llegué, habían muchas almas que estaban intentando llegar al Cielo, pero éstas estaban corruptas y Azrael se vio obligado a destruirlas… Incluso mencionó que tuvo que arrancarme de mi cuerpo antes que los demonios me corrompieran…”- y se acercó a los arcángeles:- “Perdonen que les pregunte, pero… ¿Existe alguna posibilidad que la corrupción se haya apoderado del Cielo desde antes?”


    Los tres parpadearon, sorprendidos de aquella pregunta


    “La Corrupción pertenece al Infierno, ¿sabes?”- dijo Caliel, con un tono extraño

    “No… En un momento golpeó las puertas del Cielo, es por eso que Räsiel se vio obligada a actuar, pero…”- y agitó su cabeza al ver la confusión de los otros:- “De nada sirve que piense ahora en eso, tenemos que llegar al Lecho y hablar con ella


    Dicho esto, se volteó en dirección al fortín y comenzó a caminar con decisión. Los otros, al no saber cómo reaccionar, decidieron seguirla, aunque no hubiera qué comentar.


    “A propósito… ¿Alguno de ustedes ha visto su rostro alguna vez? Digo, el de la profetisa”- se escuchó la voz de la chica, a la distancia

    “No”- respondieron, al unísono

    “De acuerdo… Ahora no se atrasen, llegó el momento de encontrarnos con ella”- y mantuvo su paso.


    Mientras Aura caminaba, sabiendo que había dejado atrás a sus compañeros, pensaba en las circunstancias que la habían llevado a estar en ese lugar. Azrael le había mencionado que su fuerza y la de Chris, si eran corrompidos, podían hacer un gran daño en el cielo, mientras que Rehael y Aerwndel la habían tratado como Hija del Fénix, un título bastante singular que le hacía recordar leyendas de uniones de ángeles y humanos.


    Por otro lado, el encuentro con Räsiel fue un encuentro prácticamente consigo misma. Entonces, se dio cuenta que ambas eran realmente parecidas, mucho más de lo que había sentido la primera vez que estuvo con la Portadora, años atrás…


    ***


    “¿Tendré el poder para ayudarte?”


    Aura, de 13 años, miraba nuevamente la figura de Räsiel, la cual ya no estaba ensangrentada, pero aún no parecía tan humana como podía imaginarlo


    “No lo sé con exactitud… Sabes que es posible que haya una gran guerra entre el Cielo y el Infierno y esta vez los humanos estarán en medio de esto”- respondió, e hizo ademán de acariciar la cabeza de su compañera:- “Pero como me has salvado, podré darte la habilidad de proteger a quienes amas”

    “Pero eso… ¿en qué te ayuda?”


    La Guardiana se puso delante de ella y la miró con intensidad


    “¿Has sentido alguna vez que no eres libre?”- preguntó, con seriedad


    La niña parpadeó, confundida


    “Sólo cuando mis padres me castigan o no me dejan hacer lo que quiero”- respondió, algo dubitativa

    “Imagínate eso, pero repetido todos los días de tu existencia… E imagina que una vez, aprovechando la oportunidad, tus padres dejan sin seguro la puerta que te asegura el salir a donde quieras… ¿qué harías?”


    Aura pareció pensarlo por unos momentos y sonrió traviesamente


    “Aprovecharía de escapar”- contestó finalmente

    “Entonces puedes comprender que cuando esa batalla llegue, será el momento en que aquel que me tiene prisionera se va a olvidar del seguro que me mantiene ahí, y finalmente seré libre… Y junto a mi, será libre todo el que desee…”

    “Oh, genial…”


    ***


    Aura se detuvo, haciendo que los otros tres chocaran entre sí


    “¿Pasa algo?”- preguntó Caliel, con preocupación


    La chica negó con la cabeza


    “Nada, sólo me dejé llevar por mis pensamientos…”- y miró hacia adelante:- “Miren, ya llegamos”


    Las puertas del fortín se alzaban ante ellos, imponentes. En ellas habían diferentes signos tallados, entre esos, algunas de las runas que tenía Aura en sus brazos. Éstas resplandecieron levemente, haciendo que se abriese el paso.


    “No sabía que las runas sirvieran de contraseña”- dijo Uriel

    “No es que no lo sepas, sino que no lo recuerdas”- indicó Caliel, con una sonrisa triste:- “¿Avanzamos…?”


    Pero, antes de mencionar el nombre de la mortal, ésta ya se hallaba a metros de distancia del grupo, guiada por sus instintos


    “¡Espera! ¡Nadie en el Lecho puede entrar solo!”- exclamó Rafael

    “¡Entonces por qué se demoran tanto!”- se escuchó la voz de Aura, con algo de enfado


    Los tres avanzaron y alcanzaron a la humana, que los miraba con seriedad.


    “Si sabes bien qué hay aquí, guíame”- dijo ella, haciendo que Rafael se pusiera delante de ellos


    El arcángel asintió con la cabeza y comenzaron a caminar nuevamente, esta vez en silencio.


    Al avanzar, las antorchas que estaban puestas en las paredes comenzaron a prenderse por sí solas, iluminando el camino. Ninguno de los que caminaban ahora tenía la conciencia plena de haber estado ahí antes, mas Aura, sumergida en pensamientos y en recuerdos, comenzó a tener la noción de quién podría estar ahí


    ***


    “Räsiel no puede venir a verte siempre”


    Aura, de 15 años, se sorprendió al escuchar una voz familiar para ella; aunque definitivamente no era la voz de la Portadora, sí tenía cierto parecido, así que se volteó.


    La persona que se encontraba delante suyo estaba vestida con una túnica café, como una monja, sólo que ésta poseía una capucha que hacía que ocultara su rostro. Sólo se podían distinguir sus ojos, de color verde esmeralda al igual que los suyos…


    Al igual que los de Räsiel…


    “¿Quién eres?”- preguntó la humana

    “Alguien que no es bienvenida en muchos lugares, pero Räsiel me aseguró que tú si eras capaz de comprenderme”- respondió la mujer

    “No puedo comprenderte si no puedo ver el resto de tu rostro”- inquirió la humana

    “No lo puedes ver ahora, porque en el futuro sé que me harás que te lo muestre a la fuerza”- replicó la otra, con un tono divertido


    Aura enarcó una ceja, comenzando a comprender


    “Una profetisa, ¿eh? Creí que los verdaderos profetas se habían extinguido hacía mucho tiempo atrás”- le dijo

    “Sí, y ciertamente no formo parte de los vivos, pero a la vez sigo cumpliendo condena”- y se acercó a la humana para tocar su rostro:- “Sólo puedo decir que realmente te pareces a mi”


    Aura se apartó, molesta


    “No puedo saber eso si no veo tu rostro”- insistió

    “Y te dije que lo verás en su momento, por ahora sólo te diré que mi nombre es…”


    ***


    “Renialt”- murmuró, finalmente


    Los arcángeles y el Trono la miraron, con algo de sorpresa. Aura no les hizo caso y comenzó a correr a lo que parecía ser el centro de una de las torres, pese a los gritos que insistían en que no se apartara de ellos


    “Maldita sea… ¡Por qué ahora!”- exclamó, viendo que a partir de ahí comenzaban unas escaleras que iban en descenso


    Bajó corriendo las escaleras, con el riesgo constante de caer. Por momentos, los gritos de los celestiales que seguían a sus espaldas parecían desaparecer, mas estaba enfocada en encontrar a la profetisa, para confirmar sus sospechas.


    Llegó al final de ellas, en cuyo centro se encontraba una fogata cuyas llamas eran de un color celeste, naciendo de una combustión naranja. Al otro lado de la fogata se encontraba aquella figura tan familiar para ella, cuyos ojos resplandecían con mayor fuerza que cuando la conoció por primera vez… Salvo que esta vez, en lugar de ser dos ojos esmeraldas, era uno de color verde y el otro amarillo…


    “Como los ojos de Alhaya”- se escuchó a Caliel, paralizada ante la mirada de la mujer

    “No deberías adelantar las sorpresas… Es Aura quien busca respuestas, no tú”- se escuchó la voz de la profetisa, y la humana pudo notar que esta vez ese tono era más profundo, casi hipnotizante

    “Seré yo la de las respuestas, pero creo que tú sabes lo que pasa en el Cielo, ¿o no, Renialt?”- preguntó la humana, con seriedad


    Aquellos ojos se posaron nuevamente en la humana, quien parecía enfurecerse ante el brillo divertido que éstos poseían


    “Si lo sé o no lo sé, creo que sabes bien que los ángeles no son los únicos que buscan su libertad”- respondió la profetisa, divertida


    Ante esa respuesta, Aura no resistió más y se acercó a la mujer, la agarró de la túnica y arrancó violentamente la capucha, para luego soltarla, entre asustada y sorprendida.


    Era un temor comprensible, en especial si fue capaz de darse cuenta que, si se mirara al espejo, podría encontrar ese mismo reflejo, sólo que con unos años más y, aunque ella no lo quisiera admitir, más odiosa que su ser actual.


    “Te dije que me arrancarías la capucha a la fuerza, ¿no es así?”- y comenzó a reír
     
  4.  
    Mary Shirou

    Mary Shirou Star Witch

    Géminis
    Miembro desde:
    30 Marzo 2011
    Mensajes:
    559
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    El Tesoro de las Eras I: Aura
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2112
    Estoy de vuelta... Pero nadie ha leído ._.

    Capítulo 22


    Aura seguía sin dar crédito a lo que veía.


    Renialt era de largo cabello castaño, piel pálida y su ojo derecho esmeralda, en tanto que el izquierdo era amarillo, con el centro de color negro, al igual que un gato. Su sonrisa era parecida, y mostraba unos impecables dientes blancos. Pero, lo que impactaba más era su enorme parecido con ella y con Räsiel.


    Aún no meditaba sobre las palabras de Caliel sobre Alhaya, pero ya tendría tiempo para eso.


    “Renialt, no es para reírse”- dijo, enfadada

    “Lo sé, pequeña, pero hacía tanto que esperaba ver tu reacción… Casi se salieron tus ojos, ¿sabías?”- replicó la otra, quien ya había dejado de reír

    “Y sabes que detesto que me trates como pequeña… Aunque nunca esperé verte tan presente”- y sus ojos destilaban furia


    Renialt hizo el gesto de comenzar a reír nuevamente, cuando escuchó la voz de Rafael


    “Disculpen… ¿se conocen?”- preguntó

    “Yo no llamaría conocerla…”- comenzó Aura

    “Más bien, yo la conozco mejor que nadie, pero ella no me conoce en lo absoluto”- concluyó Renialt, ganándose una nueva mirada de furia

    “Creo que a nadie le gusta que le interrumpan”- insistió la humana

    “Pero ya sabes, eres la única persona en mucho tiempo que ha tenido cercanía conmigo, así que deja molestarte”- y acarició la cabeza de Aura, a la manera que se hace a un cachorro

    Guau”- dijo, con resignación


    Los demás sonrieron al ver la relación que tenían las dos mujeres, la cual tenía signos de ser algo que había perdurado en el tiempo, pese a la distancia espiritual


    “En fin… Vinieron porque Aura regresa a la Tierra, ¿ne?”- comenzó la de los ojos extraños, esta vez con una sonrisa misteriosa

    “Sí… Y también por muchas otras inquietudes”- respondió Uriel

    “Por ejemplo, del porqué no puedes recordar siquiera a tu propio hijo, ¿no?”


    El moreno parpadeó, confundido


    “¿Hijo?”- preguntó

    “Oh, sigues sin recordar… Entonces cuando volvamos a vernos me preguntarás de eso, estoy segura”- y, manteniendo su sonrisa, se dirigió hacia unos estantes, los cuales, dicho sea de paso, los visitantes no se habían percatado de su existencia:- “En fin… Aura, ¿te has preguntado alguna vez en este tiempo el por qué eres tú la más capaz para volver a la Tierra?”


    La humana pareció pensarlo por unos momentos hasta que negó con la cabeza.


    “Como has notado, hay algunos ángeles que han acertado con tu origen. Te llaman Hija del Fénix… Aunque, ¿por qué razón? Realmente a ambas nos falta conocimiento para llegar a eso”- comenzó la mayor, mientras sacaba un libro del estante:- “Sin embargo, es esa misma esencia la que permite moverte por los planos celestiales y mortales como si fuese algo normal, aparte de otras circunstancias…”

    “¿Cómo cuáles?”- preguntó Caliel

    “Creo que lo sabes, Aura… Debiste de tener más hermanas, ¿verdad? Sin embargo sus almas no alcanzaron a entrar a sus cuerpos, así que ni siquiera pudieron ver la luz del día”- comenzó, mientras hacía ver que seguía leyendo:- “En realidad, si hubieras tenido aquellas hermanas, tu poder espiritual no habría sido ni la cuarta parte de lo que es ahora. Por lo tanto, gran parte de tu habilidad se debe al residuo de las almas de tus hermanas”

    “Espera… ¿Quieres decir que en realidad si hubiese muerto teniendo a mis hermanas en la Tierra… No habría podido regresar?”


    Renialt negó con la cabeza


    “No, porque el poder de Räsiel se habría manifestado en una de tus hermanas, el mío en otra de ellas y el de Alhaya en otra… Es decir, tú hubieras sido una humana común y corriente inmersa en un mundo que no hubieses sido capaz de comprender…”


    Se acercó a Aura y acarició suavemente su rostro


    “Sin embargo, las fuerzas cósmicas, aquellas que creo que ni Yahvé puede comprender y que lógicamente no puede controlar, hicieron de ti alguien que tiene una habilidad y un poder espiritual que ningún humano es capaz de conocer ni comprender… Quizás con excepción de Chris, claro está”- y se apartó:- “En ti está un fragmento de Räsiel, un fragmento de Alhaya y un fragmento mío…”

    “Pero, si fuese así, tarde o temprano esos fragmentos tendrán que regresar a ustedes, para que al fin sean libres”- y la humana apretó sus puños:- “Tarde o temprano estaría destinada a desaparecer, porque un humano no puede tener fragmentos de otras almas porque eso va contra la ley natural y la ley cósmica”

    “Es al revés… Si hemos dejado esos fragmentos en ti, es porque nosotras somos las destinadas a desaparecer”


    Hubo un silencio incómodo, seguido de unos sollozos que provenían de la humana


    “Ustedes… ¿desaparecer? Pero si han estado siempre conmigo… Si ustedes desaparecen, si ustedes pasan a ser parte del olvido, todo lo que he hecho hasta ahora no tiene sentido… ¡Si Räsiel desaparece, toda esta revolución no tendrá sentido!”- exclamó, mientras las lágrimas se deslizaban libremente por sus mejillas

    “Al contrario… Toda esta revolución es para que Räsiel sea libre… Pero su libertad no puede ser conseguida en este plano. Sólo puede ser cuando ella regrese al Fuego del cual realmente proviene… No, del cual nosotras tres venimos”- replicó la otra, calmadamente

    “Hablas como si fuesen seres separados… Pero yo he visto con mis propios ojos el real parecido entre ustedes”- mencionó Caliel, mientras sostenía firmemente el hombro de Aura

    “Realmente eres Justicia, ¿ne? Es cierto… En un principio las tres fuimos una, pero el unirnos sólo causará más problemas… Al menos por ahora”-y su sonrisa se dulcificó

    “Entonces, me eligieron para que guarde sus esencias hasta que realmente sean una nuevamente, ¿verdad?”- preguntó Aura, con algo de rabia:- “En sí, no soy más que una fuente que debe esperar a que ustedes alcancen su plenitud. Luego ustedes desaparecen y me dejan sola, probablemente sin poderes ni nada…”- y la miró con rencor:- “Y mis deseos… Y mis sueños… ¿Dónde quedan en sus maravillosos planes?”


    El dolor en sus palabras hizo que tanto los Celestiales como la misma profetisa se estremecieran, sintiendo suyo el dolor de la humana, algo que nunca habían sentido antes.


    Sintiendo cómo la energía de Aura comenzaba a oscurecerse, Renialt se acercó a ella y la sacudió firmemente, tratando de hacerla reaccionar


    “No digas que no hemos pensado en tus sueños, Aura… ¡Recuerda por qué vas a regresar a la Tierra en lugar de lamentarte!”- exclamó, comenzando a enojarse


    La energía de la humana pareció normalizarse, pero eso no se transmitió a su mirada


    “Sé bien porqué lo haré…”- y se apartó de ella para mirarla con dureza:- “¿Alguna otra profecía que quieras dar, aparte de declarar que sólo soy una herramienta?”- preguntó, con ira


    La profetisa la miró con tristeza


    “Tan sólo… Ten cuidado, No sólo eres especial por tener esos fragmentos, sino por lo que tú eres. Lamento haberte dicho la verdad de esta manera…”- y acarició con gentileza su rostro:- “No digas que eres una herramienta, porque la recompensa que tendrás por tu labor es mucho más grande de lo que te imaginas. Así que… Ten fe, sé que todo tendrá sentido al final”


    Aura la miró con dureza, pero finalmente asintió. Renialt pareció calmarse y miró al grupo de ángeles que la acompañaba


    “Ustedes están conscientes de lo que provocarán al rebelarse contra la supuesta voluntad de Yahvé, ¿verdad? Por un tiempo deberían evitar mayor conflicto y sólo cooperen con conseguir que Aura pueda regresar a la Tierra mortal. Luego… Me temo que tendrán que dejar sin ayuda al mundo mortal, al menos hasta que se pueda controlar el conflicto que existe en la Tierra…”- y miró a Azrael:- “Sé que será más difícil para ti, así que creo que eres el más indicado para acompañar a Aura y a Chris hasta que llegue el momento”


    Azrael asintió, sabiendo que con lo que iban a hacer, sería difícil que permanezca en el Cielo por mucho tiempo, mucho más ante el prejuicio de aquellos que están con Miguel


    “Finalmente, tengan mucho cuidado… Alguna vez Yahvé representó lo que era el bien en este mundo, pero la Sombra que acecha en cualquier parte ha ido borrando desde dentro lo que le hace daño… Él ya no es ni volverá a ser el mismo, porque la Sombra lo tocó antes que nadie en esta ocasión. Mas, no teman, porque sé que con la unión que se va a realizar, podrán vencer en el final, no sin tener grandes pérdidas, pero la voluntad de Aquel que es el real Principio de todo nos va a acompañar hasta el final. Ténganlo por seguro”


    Las palabras de la profetisa dejaron confundidos a aquellos que la escucharon, pero Aura sintió que comprendía a la perfección el mensaje de Renialt, pues era testigo de la corrupción que había transmitido Yahvé en los últimos años.


    “Entonces… No podemos seguir aquí por mucho tiempo”- concluyó la humana


    La otra asintió


    “El tiempo se acaba Aura. Si no regresas pronto a la Tierra, puede que ya sea muy tarde, tanto para el alma de Chris como para tu propia alma”- y le entregó una esfera de un negro tan opaco que no emitía ningún rastro de luz:- “Entrégalo a Chris, pero sólo cuando él esté listo para esto”


    Aura movió su cabeza afirmativamente y guardó la esfera en su mochila.


    “Bien, entonces nos vemos… Algún día”- y se volteó, para iniciar nuevamente la marca

    “Sabes que será más luego de lo que te imaginas”- y sonrió misteriosamente

    “Renialt… Déjate de acertijos”- se escuchó la voz molesta de Aura, cuando ya estaba cerca de la puerta


    En eso, la de ojos multicolor miró a los ángeles.


    “¿Qué esperan? Si la dejan sola, será más fácil que Miguel detenga su camino”- ordenó


    Los ángeles asintieron rápidamente y apuraron el paso para alcanzar a su compañera. En realidad, pudieron volar para alcanzarla, pero tenían en cuenta que debían respetar la condición de Aura. Aun así, no debieron apresurarse demasiado, ya que encontraron a la humana en el umbral del portón principal.


    “¿Aura?”- preguntó Caliel

    “Ahora que hemos visto a Renialt sólo me queda regresar a las puertas del Cielo para regresar a la Tierra…”- dijo, con voz calmada y se giró a sus acompañantes:- “Les agradezco por todas las molestias que les he causado”

    “¿Y ese cambio de ánimo?”- preguntó Azrael

    “Nadie sabe si será la última vez que nos veamos… De acuerdo a lo que dijo Renialt, existe la posibilidad que al fin pueda ir al lugar donde realmente desea reposar mi corazón… Donde sé que podré estar con Chris sin las típicas divisiones que causa la separación entre el Cielo y el Infierno, que, según los prejuicios angelicales y del mismo Yahvé, sería nuestro destino”- y tomó con firmeza su bolso.- “Ahora tengo las herramientas para defender a los míos, pero sé que los extrañaré… Y sé que de vez en cuando me sentiré sola al no poder contar con su ayuda…”

    “Puede que no ayudemos como debería corresponder, pero recuerda que nosotros también estamos en búsqueda de la verdad… Y no nos detendremos hasta conseguirla, para así poder ir en pleno a la Tierra a ayudar… Y quizás así podría volver a existir aquella relación inicial que existía entre ángeles y humanos”- dijo Rafael, con algo de esperanza

    “No… Sabes bien que eso ya no ocurrirá”- dijo Uriel, con algo de tristeza


    Los otros agacharon su cabeza con tristeza, sabiendo que el arcángel tenía razón.


    “Eso nadie lo sabe”- dijo Aura:- “Pero al menos, esto es un inicio”- y miró hacia la puerta dimensional:- “Vamos, ya no tenemos tiempo que perder”


    En silencio continuó la marcha, cada uno envuelto en sus propios pensamientos e inquietudes, pues no sabían qué les aguardaba al llegar a las puertas… ¿Podría Aura salir sin problemas y regresar a la Tierra? ¿Podrían hacerla pasar desapercibida a los ojos de Miguel?


    Mas, no eran conscientes de quien los aguardaba al otro lado del portal.


    “¿Yendo a un lugar tabú? Eso no lo esperaba de ustedes”- se escuchó una voz, al que no pudieron reconocer por la luz que los enceguecía.


    Aura tembló de miedo. ¿Acaso Miguel conseguiría detenerla esa vez?
     
  5.  
    Mary Shirou

    Mary Shirou Star Witch

    Géminis
    Miembro desde:
    30 Marzo 2011
    Mensajes:
    559
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    El Tesoro de las Eras I: Aura
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    1770
    Ya llegando al final, de todas maneras :P

    Capítulo 23:


    Para su alivio, se trataba de Gabriel, quien no se fijó tanto en la humana, sino que en los ángeles que la acompañaban.


    “Es cierto que Azrael es quien ha acompañado a Aura en su camino”- dijo, con voz tranquila:- “Pero Caliel, tú sabes que tu lugar es al lado del mismo Yahvé, como Trono de Justicia…”- la regañó y dirigió su mirada a los otros dos:- “¿Y ustedes, Rafael, Uriel? Se supone que ustedes mismos ordenaron hacer que esta situación pase lo más desapercibido posible… ¿Y qué es lo que hacen? ¡Van donde esa bruja a escuchar sus palabras sin sentido!”

    “¡No hables de esa forma cuando te refieres a Renialt!”- reclamó Aura, con molestia


    Al escuchar a la humana, los ojos tormentosos del arcángel se fijaron en ella


    “No sé qué es lo que le has estado haciendo a mis compañeros… Pero el que les hagas cometer faltas tan graves hacen que dude sobre mi decisión de ayudarte a hacer regresar a la Tierra”- indicó, seriamente

    “No sé si se te ha contagiado la actitud de Miguel, pero no eres quién para retractarte de tus propias palabras”- lo regañó Rafael, con seriedad

    “Una cosa es que apoyemos esto, más que todo por ayudar a remediar el error cometido por Azrael, pero otra cosa es que vayan en contra de la voluntad de nuestro Padre… ¡Ustedes saben bien por qué tenemos prohibido atravesar aquel portal!”- reclamó Gabriel

    “Todo es para mantener la ignorancia que tiene impuesto Yahvé a los ángeles”- dijo Aura, con seriedad


    Ojos esmeraldas chocaron entre sí y una oleada de ira se sintió emanar desde el arcángel. Azrael se puso delante de la humana, defensivamente.


    “¿Ignorancia? ¿Qué sabes tú de eso?”- preguntó, con tono peligroso


    Aura no quiso responder, pues sintió la cálida presencia de Räsiel atravesar su ser, como si quisiera intentar comunicarse con Gabriel. Cerró sus ojos y dejó que su contraparte celestial intentara tocar el corazón del arcángel y respondió


    “¿Acaso no recuerdas el tiempo en que tuvieron su libre albedrío?”- preguntó, calmadamente


    Gabriel parpadeó, confundido. Mas, no fue el único, ya que tanto Rafael como Uriel también mostraron miradas confundidas, a diferencia de Azrael y Caliel, quienes parecían conocer más… O al menos, tenerlo más presente en sus recuerdos


    “Sí…”- dijo Aura, dejándose llevar por la presencia de Räsiel:- “¿No se acuerdan de los clanes? ¿El cómo se formaban realmente los nuevos ángeles y cómo se les enseñaba la alabanza perfecta a los ojos de Dios? ¿Cómo aprendían a escuchar la voz del alma humana pidiendo auxilio y volaban presurosos a ayudar? ¿Y las otras creaturas espirituales? ¿Dragones? ¿Elfos? ¿Los seres del mar y los fénix que volaban entre los planos? ¿La voz de la misma Gaia? ¿Cómo pueden haber permitido que tan valiosos recuerdos desaparecieran de sus corazones, que por mucho que sean seres espirituales, igual lo poseen, e igual deberían estar abiertos para escuchar realmente la voz de quien realmente les debe guiar?”

    Ella no se había dado cuenta, pero las runas dibujadas en sus brazos comenzaron a brillar tenuemente y finas lágrimas corrieron libremente por sus mejillas, dejándose estremecer por el dolor que sentía la Guardiana del Jardín al ver el estado de sus compañeros, de aquellos que la habían visto y que la habían olvidado junto con todas aquellas cosas valiosas que brotaron de sus labios. No quiso decir más, sabiendo que mientras más hablara, más problemas podría causar durante el tiempo en que separarían caminos, pues ya llegaría el tiempo en que la verdad saldría por completo a la luz y provocaría la verdadera libertad, tanto en ángeles como en los mismos humanos. Sin embargo, el permitir que Räsiel ocupara por tanto tiempo su conexión la debilitó y cayó extenuada en los brazos de Caliel, la más compuesta de todos, quien la acogió con ternura y esperó a que sus compañeros reaccionaran al fin.


    “¿Qué la agotó tanto?”- preguntó Azrael


    La respuesta del Trono fue apuntar hacia las runas, las que aún conservaban levemente su brillo.


    “No recordaba que Räsiel tuviera esa habilidad”- añadió, al ver que su compañera no respondería más

    “Yo tampoco sé por qué se logró esto, pero quizás es sólo el resultado de la íntima relación entre Aura y ella”- respondió la de cabellos azabaches, mientras esperaba la reacción de los tres arcángeles presentes

    “¿Qué crees que les haya ocurrido?”-preguntó el ángel de la Muerte al no notar reacción en ellos


    El Trono no supo responder, pero en los ojos de los tres arcángeles aparecían diferentes imágenes, en las cuales destacaba la figura de la Guardiana del Jardín, en diferentes escenas.


    En la mente de Rafael aparecía una espada acompañada con una promesa “entrega esta espada a quien realmente le pertenece”… Y junto a ello, las ocasiones en las cuales enseñaba a una pequeña ángel los diferentes modos de vivir de ángeles y humanos. Él disfrutaba mucho de su compañía, pero al no ser ella de su clan, no podría enseñarle más que lo necesario.


    Uriel recordó el cómo conducía a aquella ángel al interior de un gran jardín, indicándole que sólo el poder de un ángel podría mantener con vida el Jardín, y que Yahvé la había considerado digna de ser quien, con su oración y la fuerza de su corazón, mantuviera aquel lugar tan resplandeciente como cuando fue creado, ya hacía eones atrás. A su lado iba alguien a quien no pudo distinguir su rostro, pero el sentimiento que se formó en su corazón al verlo, reconoció que era alguien sumamente importante para él.


    Gabriel, en tanto, fue el que aparentemente recibió más de la energía de la Guardiana, al poder distinguir claramente su posición en toda la situación ocurrida en el Cielo. Recordó la “aparente” traición de Luzbel, su expulsión del Cielo junto a otros ángeles de su Clan, quienes estaban de acuerdo con su líder. Recordó el momento en que él mismo se convirtió en líder del clan y, por sobre todas las cosas, estar acompañado de una pequeña ángel preguntándole con inocencia “¿porqué tía Luz no puede volver al Cielo?


    Lágrimas se formaron en los rostros de los tres, bajo la atenta mirada de Caliel y Azrael. Aura parecía no reaccionar aún, pero por la mirada de angustia que cubría su rostro, se podía adivinar que también había sido testigo de aquellas imágenes que rodaron por las mentes de los arcángeles.

    Lentamente, los ojos de ellos volvieron a enfocarse y se notaba que aún se encontraban turbados por lo que habían experimentado. Casi por lógica, Gabriel parecía ser el más afectado de ellos, ya que incluso llegó a derramar un par de lágrimas.


    “Räsiel… Ella… Ella sigue en el Jardín, ¿verdad?”- preguntó Rafael


    Azrael asintió, poniéndose de pie junto a sus camaradas, mientras que el Trono seguía preocupada por la mortal


    “Ella sigue ahí. Ha velado todo este tiempo para que todo estuviese listo para el momento de nuestro nuevo despertar”- y los miró con severidad-: “Aún están recobrando sus recuerdos, pero quiero que sean conscientes que han provocado un gran daño al aceptar que Miguel les dirigiera, mucho más cuando en aquel momento su corazón estaba dañado por la decisión de Luz”


    Uriel asintió, avergonzado


    “Sólo ahora, incluso antes de sentir la presencia de Räsiel, he sido consciente que Miguel no estaba capacitado para ser nuestro líder, mas no encontraba motivo para contradecirle abiertamente”- y miró a la humana:- “Desde el momento que ella pisó el Cielo, ha causado un gran movimiento entre los ángeles”

    “Ahora que me percato… Aura se parece mucho a Räsiel”- dijo Rafael:- “Y fue por medio de ella que hemos podido recordar… ¿Cómo puede ser eso?”- y entonces distinguió las runas creadas por la Guardiana:- “¡Pero si son esas runas…!”

    “Räsiel se las puso apenas entró al Jardín. No entiendo perfectamente el porqué, pero entre ambas hay un lazo que existe de hace mucho tiempo”- explicó Caliel, sin despegar la vista de su protegida


    Todos asintieron, comprendiendo que eso también existía en el pasado, cuando realmente los lazos entre humanos y ángeles eran más fuertes de lo que lo son ahora.


    “Pero todo este tiempo… Mientras Aura no estuvo aquí, Räsiel estuvo sola”- dijo Gabriel, con tristeza


    Los arcángeles asintieron y pudieron comprender al fin el dolor de la ángel


    “No estuvo sola… Aún cuando no estaba aquí… Ella podía sentirme… Y yo podía sentirla”- se escuchó débilmente la voz de Aura, quien al fin reaccionaba.

    “¡Aura! ¿Estas bien?”- preguntó Caliel, preocupada


    La de ojos verdes asintió y miró a los arcángeles


    “Espero que al fin pudieran comprender”- dijo simplemente


    Ante la respuesta afirmativa del grupo, se enderezó, sacudió un poco el polvo acumulado y comenzó a caminar sin esperarles.


    Por su parte, al notar que ella no iba a decir más, siguieron su camino.


    Finalmente se podían ver los muros de Araboth, dándoles la bienvenida aunque, a diferencia del camino de ida, el regreso del Lecho de las Sombras no estaba protegido por Rafael, así que el grupo se ganó muchas miradas de los ángeles que pasaban por ahí. Algunas miradas eran desconfiadas, otras confusas y otras aparentemente indiferentes, pero el brillo de sus ojos daba a entender que era todo lo contrario.


    Nuevamente llegaron al límite entre Sión y Araboth, esta vez yendo hacia la entrada principal, donde Aura finalmente podría regresar a la Tierra. Ahí les aguardaba Rehael, con una mirada confiada


    “Noto que al fin nuestros líderes recuperan su aura normal”- dijo, con una sonrisa

    “¿Tú lo sabías?”- preguntó Rafael:- “Eres mi subordinado… Deberías…”- pero calló al notar que el ángel lo detenía

    “Debía haberlo hecho, pero hubiera levantado muchas sospechas. Aceptaré mi castigo cuando sea necesario, pero debo recordarle que aún seguimos sin sistema de clanes”- respondió el de cabellos verdosos, solemnemente

    “Me alegro que arreglen sus diferencias, pero creo que ya debería irme a la Tierra”- dijo Aura, con tranquilidad


    El grupo asintió y continuaron camino hacia la entrada, confiados en que al fin acabaría su peregrinaje por el Cielo.


    Sin embargo, alguien no había dicho la última palabra.


    “Bien, bien, bien… ¿Quién podría decir que mis hermanos arcángeles se rebelarían contra el Cielo?”


    Y, siendo rápidamente rodeados de diferentes clases de ángeles, el grupo que protegía a Aura se vio acorralado por Miguel y sus aliados…
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso