El sueño roto de naruto

Re: El sueño roto de naruto

Cap. 27

Como si fuera mía…


Naruto Pov

Cinco años habían pasado desde que Sakura-chan se fue ¡La extraño tanto, Dattebayo!

En tanto tiempo parecía como si el color en la vida del teme se hubiera desvanecido, al igual que en la mía.

Claro, él y yo teníamos muy buenas motivaciones. Él su hija y yo a Hinata-chan y Kenji, pero aún así nos faltaba Sakura-chan… Era como cuando Sasuke-teme se había marchado. Podíamos continuar, pero realmente era duro.

A él no podía prometerle traerla de regreso… pues si él lo deseara él mismo podría traerla a rastras a la aldea.

Por él y su vida no podía hacer nada. El teme se la había forjado de esa manera, él, por mucho que me doliera, tendría que lidiar con ello. Por otro lado, si podía hacer que la vida de Hina-chan un poco mejor.

Todos los días desde que ella había tenido a ken-chan había sido algo así como la niñera personal ¡Eso era molesto, ttebayo! Pero era algo que estaba dispuesto a pasar por ella ¡Hinata-chan lo valía!

Corrí hacia la misión Uchiha con el pequeño Kenji moviéndose lo más que podía para escapar de mi agarre.

¡Ja! ¡Del poderoso Naruto Uzumaki nadie se escapa! Ese niño soñaba con cosas imposibles si se creía capaz de lograrlo.

Solté una carcajada y él se detuvo, para soltar un gracioso gruñido, lo cual sinceramente solo me hizo reír más fuerte.

¡El hijo de Hinata trataba de imitar al teme!

¡Por Kami! ¡Si Hina-chan se enteraba le iba a dar algo, ttebayo!

─ ¡No te burles! ─gritó él y por un momento me pareció que estaba desesperado.

─ ¡Kenji-chan! ¡NO imites al teme de Sasuke! ─le grité yo sin parar de reír─ ¡Hinata-chan te va a regañar!

Lo sentí reírse y yo me estremecí al oír la sombra de la maldad entremezclarse con su voz. Cualquier cosa que o hubiera hecho reír de aquella manera sin duda no era buena para mí, pero de cualquier motivo seguí con el mismo paso. Solo era cuestión de dos minutos para que pudiera entregar esa diabólica y pequeña cosa con su madre.

─Mamá no me dirá nada… ─su tono ligeramente cantarín me desconcentró. Ese niño tramaba algo y estaba seguro de que era algo aterrador.

¡Ese niño era tan malo como Sasuke-teme, Dattebayo!

─Claro que si ¡A Hinata-chan no le va a gustar que quieras ser igual a Sasuke! ─le grité a la desesperada, no había otra cosa que decirle, pero de nuevo soltó una risita espectral que me puso los vellos de punta.

─Mamá se va a enojar contigo y no conmigo… ─canturreó de nueva cuenta y esa vez me detuve de lleno en un edificio. Lo cargue por debajo de sus brazos y lo puse delante de mí, a una considerable y segura distancia─ Le diré a mamá que me llevaste al campo de entrenamiento… y a papá que a Akari le diste un tazón de rammen ─su amenaza me caló hondo.

¡Ese niño era macabro! ¡La encarnación misma del mal! ¡Un demonio enviado a la tierra para destruir a este guapo y poderoso rubio!

Sentí mi rostro pálido ¡¿Y como no?! ¡Si abría esa maldita boquita iba a morir! A Hina-chan no le gusta que lo entrene en lugar de llevarlo al parque.

Y Sasuke… ¡Sasuke era aterrador con el tema del rammen! ¡Ambos se enfadarían y yo moriría!

¡Eso era de lo más injusto! Yo solo le complacía a esos dos… Esos niños ponían sus mejores caritas y ¿Qué hacia yo? ¡Aceptaba! Cualquiera diría que era estúpido ¡Pero no lo era! ¡Solo era demasiado bueno con ese par!

Tragué y miré directamente a los ojos de Kenji… Eran idénticos a los de su madre… Eso no ayudaba… En momentos como ese entendía porque a Sasuke se le revolvía el estomago, sus ojos se apagaban y hacia lo que ella le decía cuando miraba a Akari a los ojos.

Es difícil luchar contra lo que de alguna manera amas…

─Creo que será mejor que vallamos a tu casa… Hinata-chan ha de estar preocupada… ─susurré dándome por vencido sabiendo que no podría acusar a ese mocoso a menos que tuviera material más valioso que él que él poseía de mi.

¡Un buen ninja como yo lo vencería fácilmente, ttebayo! Solo tendría que pensar una manera…

Lo coloqué de nuevo como un costal de papas sobre mi espalda y corrí a la mansión Uchiha de nueva cuenta… Necesitaba llegar temprano… Esa noche Gaara cenaría con el Hokage y su familia y como de costumbre yo estaba invitado por mi hermosa Hina-chan.

Apenas pisamos territorio de la mansión ambos nos estremecimos.

¡Hinata cocina como los dioses!

Dejé al engendrito en el piso y corrí a la cocina tratando de mantener mi lado infantil bajo control. Ya tenía veinte cuatro… tenía que mostrar madurez y compostura, aunque sea por unos instantes.

─ ¡Hinata-chan! ─grité sin poder contenerme al entrar en la cocina y por un momento me maldije por canturrear su nombre ¡No! ¡Había sonado cual demonio igual a Kenji!

La chica más hermosa del universo me miró confundida cuando me quede estático a mitad del lugar. Seguro se preguntaba porque no había corrido a ella alzándola en brazos, para luego hacerla girar en el aire como hacia normalmente, como hacía para que por unos segundos todo pareciera como si fuera mía.

Se acercó a mí y yo seguía sin reaccionar.

¡Seguramente viéndome como un idiota, ttebayo!

Ella estiró su mano hacia mi rostro, seguramente con el propósito de acariciarme la mejilla, para luego sonreír de manera tierna y sonrojarse de manera casi imperceptible. Con el tiempo ella había ganado confianza, de alguna manera el convivir con el teme parecía haberla vuelto más segura de ella.

¡¿Y como no?!

Para vivir con el teme se hay que tener carácter y aún más se necesita para poder controlar a esos dos monstruosidades que tenían como hijos.

Suspiré en cuanto su perfume me llegó a la nariz.
Amaba su aroma, su calor, su belleza… Lo amaba todo de Hinata-chan.

Miré por encima de mi hombro y agudicé mi oído tratando de identificar algún sonido, pero no había señales de Kenji por el pasillo, así que seguramente se hallaba en su habitación cambiándose de ropa, para que su madre no se diera cuenta de que había estado entrenando toda la mañana.

Sonreí.

Eso me daba tiempo suficiente.

Me giré a ella y con un rápido movimiento mis labios se posaron en los de ella ¡Me encontraba en el cielo, ttebayo!

Hina-chan me abrazó y yo a ella mientras desesperado la besaba con descontrol. Hacía días que no estaba tan cerca de ella, aunque tampoco podía quejarme.

Ambos sabíamos que no estábamos haciendo lo correcto, a pesar de todo Sasuke-teme no se lo merecía… Él no merecía ser el Hokage cornudo de la aldea, pero esto era demasiado fuerte, además de que él sabía lo que nosotros teníamos y nunca le había importado más allá que para advertirnos que más valía lo nuestro jamás fuera descubierto por los niños…

Mis manos bajaron por la espalda de Hinata-chan y la apreté más a mi cuerpo ¡Kuso! ¡Esto me estaba costando!

Su cuerpo se pegó al mío y se restregó de manera sugerente. De una manera que siempre me era demasiado sorprendente ¡Mi Hina-chan era crueeel, ttebayo!

─Hinata-chan… ─gemí por lo bajo… ¡Me tenía a su mercerd!

─ ¡Mamá! ─gritó una suave vocecita a mis espaldas y nos separamos como si una corriente eléctrica nos recorriera.

Me giré y miré a Kenji quien nos miraba furioso y con los ojos llenos de lágrimas. Me volví a Hinata-chan y ella también lo miraba con lágrimas en los ojos.

Tragué grueso.

Nuestro momento se había acabado. Ahora sí, tendría que dejar la aldea nuevamente. Me tenía que ir como Sakura-chan, pero yo lo tendría que hacer para que esto no se volviera más peligroso de lo que ya era.

Aunque de una cosa estaba seguro… Kenji nunca nos lo perdonaría. Sasuke era su padre a sus ojos. Él lo amaba y lo idolatraba, mientras yo solo era un amigo que les servía como tapete a esos dos chiquillos.

¡Kusoooo! ¡Ahora todo estaba mal, Dattebayo!

​

Continuara…​

Hola... Etto… Bueno, me tardé. Demasiado, pero si me dejan explicarles sabrán porque. Verán, el jueves pasado ─no este, el otro─, tuve un arranque de Emo y estaba tan depre que se me pasó la mano con los cortes… De verdad no se en que pensaba, pero pues la cosa se puso gruesa… Así que me tenían vigilada las 24 del día, no tenía inspiración y me dolían mucho, pero pues… Ya.

No lo volveré a hacer.

Mis padres no me dejan tranquila, estoy en terapia y mi novio me atosiga cada a cada rato para verme como van los cortes, pero les diré lo mismo que a ellos ¡Ya sé que fue una estupidez! ¡No lo vuelvo ha hacer!

Tal vez les vale gorro saberlo, pero se los digo porque la verdad esa es mi disculpa por no haberlo traído antes.

Los quiero!


Kisses!!!

 

Re: El sueño roto de naruto

Cap. 28

¡Llego el momento de decir la verdad!


Sasuke se quedó quieto una vez que Naruto le contó lo sucedido trabándose y confundiendo el orden de las palabras. Estaba agitado y al parecer muy asustado, pero eso no lo iba a ablandar.

Estaba enfurecido y moría de ganas por arrancarle la cabeza al dobe y a Hinata, para luego ponerlos sobre una chimenea como trofeos, pero tenía que encargarse de todo lo que sucedía antes de que su hermosa hija se enterara de todo.

─Usuratonkashi… ─murmuró destilando odio en cada miserable letra.

En medio del jardín de la mansión, donde se encontraban le era imposible perder el control, tenía tanta compostura que su rubio amigo empezaba a asustarse de verdad. La cara de Uchiha era más peligrosa de lo que muchos siquiera serian capaces de sospechar jamás.

El Uzumaki se revolvió incomodo, sabía que era probable que en esos momentos su mejor amigo lo odiara y no quisiera verlo de nueva cuenta, pero sencillamente no podía sentirse del todo culpable. Era consiente de que posiblemente había arruinado una familia que se había formado con tantos años de esfuerzos y dolor, además de que seguramente quien más sufriría todas las consecuencias sería Kenji e incluso tal vez la pequeña Akari. El momento, el simple beso y contacto con Hinata para él lo era todo.

─Sasuke-teme no creo que sea para… ─trató de excusarse, pero el Sharingan apareció en los ojos del joven Hokage y calló de golpe.

─No te atrevas a decirlo siquiera, porque soy capaz de reventarte la cabeza en este instante ─lo amenazó y Naruto abrió los ojos como platos, realmente sorprendido por la amenaza y el tono.

Pocas veces había oído ese tono de voz tan sombrío y lleno de segundas intenciones, claramente estaba en problemas si Sasuke estaba tan furioso como su voz se lo indicaba.

─Sasuke yo… ─intentó decir algo coherente, pero en realidad no se le ocurría nada ¿Qué podía decir? “Sasuke-teme lamento que uno de tus hijos me encontrara con Hinata, olvidémoslo seguro él también lo hará” o quizá un sencillo “¡Tranquilo teme! A la próxima te invito y hacemos un trió” Era lógico que ninguna cosa que le pasaba por la cabeza decirle era la correcta.

─Esto va más halla de tu control Naruto… ─susurró el azabache─ Si de verdad amas tanto a tu… “Hinata-chan…” ─musitó con odio contenido, lo cual sorprendió al chico de ojos azules. En todo el tiempo que llevaban casados Sasuke había establecido algo parecido a una amistad con Hinata, tal vez incluso y sí la veía como se supone que uno vería a una hermana, pero en esos momentos era imposible que el joven Uchiha sintiera siquiera un poco de simpatía por la mujer que les había destrozado la vida a él y a su hija─ Me separaré de ella y tú podrás quedártela…

Esa frase enfado a Naruto ¿Qué creía? ¿Qué Hinata era un objeto? En sus ojos brillo una ira que hace mucho tiempo no sentía brotar en su interior, una ira parecida a la que sintió cuando ese día en el puente vio a Orochimaru, estaba dispuesto a darle una golpiza a su mejor amigo, pero al ver que sus ojos se volvían negros y llenos de una melancolía que él bien ya conocía se contuvo y se sintió curioso.

─ ¿Qué les diremos a los niños? ─inquirió el chico y el sexto lo miró con los ojos entrecerrados, para luego suspirar resignado.

¿Qué acaso el dobe ese no entendería nunca?

─Yo veré que les diré, ellos son mi familia Naruto, no la tuya… ─musitó quedamente para luego dirigirse con los niños que seguro en esos momentos se encontraría en la habitación de Akari haciendo algunos de los deberes que Hinata les ponía.

Él tendría que encargarse de que Kenji entendiera lo que sucedía. Le gustaría con toda su alma que Hinata fuera la que se lo tuviera que decir, para que oyera las palabras del niño.

Sabía que el hijo de la Hyuuga desearía quedarse con él y eso le daba gusto de alguna manera, pues era seguro que ella no se querría alejar jamás de su hijo.

Se detuvo frente a la puerta, pero justo cuando iba a abrirla escuchó un grito.

─ ¡Eres un mentiroso! ─la voz de Akari se quebró y luego escuchó un sollozo que lo impulsó a derribar la puerta de un golpe. Los dos niños dentro lo miraban, pero en cuanto la pequeña lo identifico giró la cabeza decidida a que no viera sus lágrimas. Sabía que su papá querría saber que había ocurrido, además de que un Uchiha jamás derrama una lágrima.

─Kenji, ve con tu madre ─le ordenó Sasuke al niño.

─ ¡No quiero! ─gritó el castaño y Sasuke lo miró desubicado, él siempre lo obedecía ciegamente.

Los ojos de Kenji también estaban llenos de lágrimas, pero él no apartaba el rostro sino que lo miraba con el ceño fruncido mientras se mordía el labio. El joven Hokage lo entendió, el niño se debatía entre decírselo o no, al parecer ese enano era fiel a él, pues vio la determinación en su rostro justo cuando abrió la boca.

─Ve a tu cuarto, estoy al tanto de todo.

─Sí… ─susurró y salió del cuarto con la cabeza gacha y limpiándose la humedad de las mejillas con las mangas de su playera gris.

En cuanto estuvo fuera Sasuke cerró la puerta con un suspiró. Tendría que hacer algo por él, al parecer lo quería más que a su propia madre. Se giró y vio a su hija mirando por la ventana mientras sus hombros se sacudían ligeramente, caminó hacía ella rascándose la nuca. Siempre tenía problemas cuando de palabras se trataba con ella.

─Akari… ─la llamó, pero ella ni siquiera se giró para mirarlo─ Sé lo que te dijo Kenji… ─susurró con suavidad y ella dio la vuelta para abrazarlo con los ojos anegados de lágrimas de nueva cuenta.

─No le creas ─sollozó ella escondida entre sus brazos─, es un niño mentiroso. Siempre dice muchas mentiras… ─le insistió, pero esta vez Sasuke sabía que debían de enfrentar la verdad. Había llegado el momento en que los niños supieran la verdad.

Eran demasiado pequeños todavía, pero era consiente de que debían de enterarse antes de que las cosas se les saliera ─aún más─ de control.

─Akari… Él no dice mentiras, Hinata sí se estaba besando con Naruto ─confesó y sintió el pequeño cuerpo de su hija tensarse entre sus brazos.

Ahora venía la parte difícil.

Explicarle a su hija que ellos habían estado juntos desde siempre, que él había dejado que le pusieran los cuernos sin que le importara y eso se iba a complicar mucho, pues estaba seguro de que la niña odiaría a Hinata siendo creyente de que Sasuke la amaba, lo cual le causaría problemas al momento de admitir que ni siquiera sentía algo un poco romántico por la chica y sería peor cuando ella preguntara él porque se habían casado y todo lo demás…

Pasara lo que pasara tendría que contarle todo a su hija.

─ Ellos siempre se han querido mucho y yo los dejé… ─admitió haciendo una mueca. Su orgullo estaba poniéndose en juicio con esa charla, pero ¿Qué más podía hacer?

─ ¿Por qué? ¿No quieres a mi mamá? ─preguntó ella mirándolo con sus ojos jade brillando a causa de las lágrimas.

El Hokage sintió su corazón encogerse, en ese momento vio a Sakura frente a sus ojos el día que le ordenó la partida de la aldea. La culpa aún lo consumía y cada día deseaba con más fuerza en el ser capaz de regresarla a casa, pero sabía que de hacerlo se arriesgaba a perder a su hija.

─Akari… Hinata y yo no nos amamos, no como tu desearías ─musitó y vio destrozado como las lágrimas rodaban como ríos por sus mejillas.

(…)​

─Hinata-chan… ─llamó Naruto a la chica, pero ella seguía dándole la espalda.

El joven rubio se acercó a ella y en cuanto su mano se posó sobre el hombro de la Hyuuga, ella se apartó como si su tacto la quemara. Los ojos azules se abrieron sorprendidos y llenos de dolor. Sabía que era en parte su culpa el que todo terminara, pero no podía creer que su hermosa Hinata lo rechazara de esa manera y ni siquiera fuera capaz de mirarlo o dirigirle la palabra.

─Lo lamento Hinata-chan… ─susurró antes de dar medía vuelta y salir de la habitación que compartían ella y su mejor amigo.

En cuanto la puerta se cerró a sus espaldas la chica de ojos color perla se giró con estos totalmente anegados de gotas salinas, sentía una gran opresión en el pecho y deseaba con todas sus fuerzas correr tras el Uzumaki y suplicarle que se quedara con ella siempre, pero después de lo sucedido con su hijo estaba segura de que nada de eso podría suceder jamás.

Sabía que su hermoso hijo jamás sería capaz de perdonarle el engañar a Sasuke, para el pequeño él era su héroe. Un tipo de ídolo. Kenji adoraba al Uchiha de una manera que le parecía imposible dado lo frío que este era con él e incluso con Akari en ocasiones, pero tenía que reconocer que el sexto tenía su encanto cuando se trataba de jugar con ellos, demostrando que no era solamente un ser que servía para asesinar.

Esperó sentada en el centro de la cama abrazándose las piernas, tratando de controlar su llanto, tenía que mantenerse fuerte para cuando llegara el momento de enfrentar a su esposo, pero era incapaz de hacerlo pensando en lo que podría suceder con su hijo. El clan seguramente se enfurecería con ella y se lo arrebataría. No sabía si serían capaces de que asesinarlo o algo por el estilo, ni siquiera sabía si ellos ya se habrían enterado de lo sucedido, pero no podía dejar de torturarse al pensar en el “podría suceder”.

─Hinata ─la voz fría y dura de Sasuke la obligó a mirarlo, pero no le extraño en lo más mínimo. Él tenía todo el derecho de estar enfadado, ella y sus estúpidas necesidades primitivas habían arruinado todo.

─L- lo la-lamento Sasu- Sasuke-kun… ─sollozó, mientras imploraba con la mirada, pero la de él se encontraba totalmente fría. Se lo merecía.

Se merecía cada gota de odió que el pudiera destilar e incluso el deseo homicida que él quisiera desatar sobre ella, después de todo había arruinado su vida, la de los niños…

─Tendrás que decirle a Kenji que no soy su padre ─musitó el azabache y ella palideció.

─No… ¡No! ¡No puedo decirle eso Sasuke! ─gritó desesperada─ ¿Quieres que le diga que no es tu hijo? Y cuando me pregunte ¿Qué? ¿Le diré que me violaron? ¡Por Kami! ¡Solo tiene cinco años! ¡No lo entenderá!

─ ¡Ese ya no es mi problema! ¡Yo tengo mi propia hija y tengo que y lidiar con que tú mataste su familia! ─exclamó enfurecido. Estaba perdiendo la calma y era necesario mantenerla en momentos difíciles─ Ahora tendrás que arreglártelas sola, puedes irte con Naruto en cuanto lo desees, pero no quiero que vuelvas a casa en un tiempo ─vio el dolor en la mirada de la chica, pero en realidad no le pedía no volver a verla jamás, era consciente de que ella también sentía cariño por la pequeña, también él sentía algo por Kenji, pero necesitaba tiempo para que ella asimilara de lo que hablarían en cuanto despertara─ Yo también tengo que hablar con Akari sobre… Sakura.

Hinata abrió los ojos impresionada. Ese nombre no había sido mencionado en tanto tiempo… Y ahora parecía que era momento de que el pasado los alcanzara.
.
.
.
Continuara…
Hola! OMG!
Bueno, realmente me esforcé… No es un capitulo muy bueno… de hecho creo que es pésimo, pero no doy para más, tal vez el siguiente sea mejor, aunque también puede ser peor. Las cosas se les complican a ellos y a mí xD! Ok… Tal vez estoy sobre actuando, pero bue… Tal vez exagero.
Si no les gusta díganmelo porfa!!
Ahora, quiero agradecer por sus post! Realmente me encanta que les guste la historia y mi forma de escribir! Es decir... OMG! Me suben el autoestima!
Los amooo!!!
Kisses!!!

 

Re: El sueño roto de naruto

Cap. 29


Las palabras nunca habían dolido tanto



Sencillo. Todo era muy sencillo.

Eso era lo que se repetía el Uchiha tratando de pensar como hablaría de lo sucedido con su hija. Llevaba parado en la puerta rosada de su habitación cerca de una hora. En momentos caminaba por el pasillo, luego tomaba el pomo y se quedaba quieto mirando el letrero con su nombre escrito o solo se recargaba en la pared intentando que un tipo de iluminación divina llegara a él.

¡Por Kami! ¡El era Sasuke Uchiha! Era Hokage y se podría decir que uno de los ninjas más poderosos, pero el simple hecho de tener que confesar era una de las misiones más riesgosas que jamás había decidido tomar.

¿Temía que Akari se enfadara con él? No, de hecho le aterraba. Era extraño admitirlo, pero sabía que de verdad le daba terror el hecho de que su hija de cinco años se enojara con la confesión que haría.

No estaba seguro de merecérselo. Después de todo, lo que había hecho había sido únicamente por ella ─y quizás por su orgullo herido, pero eso no contaba y él tampoco lo contaría─, así que en realidad no podía culparlo. Un padre haría hasta lo imposible por su hija, y si alguna vez lo había dudado, jamás lo haría de nuevo.

Entró con paso decidido y la encontró tumbada de lado en la cama con Kouga a su lado. Al mirar ese lobo recordaba el día en que él y Sakura se habían despedido en el campo de entrenamiento. Se sentó en la orilla de la cama y sintió el corazón estrujarse cuando vio las lágrimas rodar por sus mejillas. Le acarició el cabello y un sollozó escapó de sus pequeños y sonrosados labios, esa vez ella parecía incapaz de controlarse, por lo que escondió su rostro en el peludo costado de su mascota.

El enorme animal se movió y empezó a lamerle el rostro, pero ella seguía llorando.

Sasuke suspiró frustrado.

Quitó de encima al animal y lo bajó de la cama de un empujón, para tomar a su hija en brazos y acurrucarla contra él. Ese trabajo siempre lo había considerado un poco duro para los hombres, pero a final de cuentas era su culpa lo que sucedía. Sino hubiera sido tan estúpido seguramente en esos momentos su hija no estaría llorando.

Se maldijo una y otra, y otra vez, pero era el momento de asumir sus responsabilidades. Sí seguía postergándolo era posible que de verdad arruinara todo.

─Akari, no llores ─susurró, pero no obtuvo más respuesta que un par de sollozos aún más fuertes─. Akari, no sufras… Hinata no merece tus lágrimas ─intentó, pero al instante se arrepintió. Estaba culpando a Hinata con esas palabras y era obvio que ella no tenía más culpa que él.

Su hija trató de escapar de sus brazos de manera desesperada, pero él no la dejaría ir. Primero hablaría con ella a pesar de estar sintiendo pánico y ya después… tampoco la dejaría ir. Ella era todo lo que le quedaba para seguir viviendo.

─Hinata no es tu madre ─soltó sin pensarlo demasiado. Sabía que si lo hacía terminaría no diciendo nada y todo quedaría estancado de nueva cuenta.

Al sentir a la niña quedarse quieta en sus brazos acercó sus labios a su cabeza, el llanto parecía haber cedido y eso lo tranquilizaba. Suspiró lleno de alivió, esperaba que ella empezara a llorar con más fuerza, que en medio de gritos le exigiera respuestas, pero ella no lo hacía, lo cual lo tenía al borde de la euforia.

Pensó que posiblemente toda su preocupación había sido en vano, después de todo podría tener una vida con su hija y todo se solucionaría de manera sencilla.

─Mentiroso… ─susurró la suave y hermosa voz de Akari, que en esos momentos sonaba afilada. El Uchiha se tensó.

Alguna vez, en algún momento alguien le pudo haber dicho casas mucho peores, pero jamás algo le había sentado tan mal. Miró la cabeza gacha de la niña y cuando esta lo miró e sorprendió totalmente.

Los hermosos ojos esmeraldas de su hija se habían vuelto de color rojo sangre.

Ella era joven, casi una bebe, pero siempre había demostrado una fuerza increíble, un poder y habilidad nata tal y como Itachi. No podía negar que estaba más que orgulloso por las habilidades de su hija, pero el hecho de que desarrollara el sharingan a tan corta edad lo perturbaba.

─Akari… ─musitó sosteniéndola de la barbilla, permitiéndose hundirse por completo en el aterrador rojo que brillaba de manera poco usual, ella no parecía consciente de que sucedía. Solamente lo miraba con el ceño fruncido.

Un par de lágrimas rodaron por las mejillas de la niña y el Sharingan desapareció con un parpadeo.

─ ¡Eres igual de mentiroso que Kenji! ─gritó la pequeña azabache.

No viéndolo venir y aún aturdido por la imagen de su hija con la mirada rojiza, Sasuke la dejó ir de sus brazos. La confusión en su rostro desapareció con la misma rapidez con la misma rapidez con que apareció.

─Akari, eso no es ver-

─ ¡Lo que tu dices no es verdad! ─vociferó la pequeña alejándose de él de un salto. Estaba asustada y le dolía el hecho de que su padre le dijera esas cosas. Ella solo era una niñita, no tenía por que sufrir eso. Si sus padres no se querían ella quería estar con su papá, pero después de eso… No estaba segura si quería un padre mentiroso─ ¡Mamá! ¡Ella es mi mamá! ─exclamó con la voz quebradiza debido a sus sollozos─ ¡Tú eres malo! ¡No te quiero! ¡Quiero a mi mamá! ─soltó ella y de un momento a otro salió corriendo de la habitación dejando a Sasuke en completo estado de shock, parado a mitad de la habitación, sin saber exactamente en que momento se había puesto de pie.

Pensando que lo mejor era dejarla sola un momento, decidió ir a su habitación o a algún lugar por ahí, aún no eran ni siquiera las tres de la tarde, volvería para antes de las seis, a pesar de estar muy enojada ella no sería capaz de saltarse el toque de queda. No lo haría a menos que deseara tenerlo verdaderamente mal.

Además, estaba seguro que Akari no tenía la menor intención de decir lo que había dicho, que en realidad solo estaba molesta, pero no podía llegar a creérselo del todo. Deseaba, pero nada se lo podía asegurar.

Se tumbó en el primer sofá que estaba a su alcancé en la sala principal. Su único propósito en ese momento era relajarse un poco, dejar que las palabras dichas por Akari se salieran de su mente de una maldita vez. Poco a poco todo se fue volviendo negro, las noches en vela que había pasado desde que se mudo a una habitación con Hinata ya le estaban empezando a cobrar factura, lo cual no era para nada raro, podía ser un gran ninja, tener una gran resistencia, pero seguía siendo humano, aunque muchos lo dudaran.

(…)

─Que problemática, deberías callarte o lo despertarás
Escuchaba como alguien susurraba, pero también oía la molesta y aguda voz de una mujer. Se revolvió incomodo, sentía el cuello torcido y le dolía la espalda.

─De cualquier manera ¡Es grosero! ¿Por qué nadie nos recibió en la entrada como de costumbre y porque no esta Hinata y los niños…? ─Al escuchar eso último su cuerpo se tensó y con un movimiento rápido se puso de pie analizando su entorno y la situación.

Frente a él se encontraba una rubia claramente enojada, un chico con cara de aburrimiento y un pelirrojo con cara de póker, que miraba a la nada.

Los sucesos de él día le atacaron. Por un momento pensó que tal vez todo había sido un mal sueño o algo por el estilo, pero sabía que no era así.

─ ¡Ya era hora! ─reclamó Temari y Sasuke analizó todo con más detenimiento.

─ ¿Y mi hija? ─preguntó de modo brusco.

La pareja lo miró confundidos y el Kazekage arqueó una ceja. El Uchiha se maldijo. Ahora quedaría como un imbécil e irresponsable frente a él, aunque claro, ya quería ver a Gaara pasando por lo que él, con Soun.

─La cena se cancela ─musitó y sin más se alejó de ahí, sin saber a donde podría ir en busca de su hija.

(…)

Se encontraba sentado detrás de su escritorio con todos los ninjas que no estaban de servicio parados frente a él. Incluso se encontraba su antiguo sensei incluido entre ellos, eso en realidad no le sorprendía mucho, hacía tiempo que parecían haberse limado ciertas diferencias.

Ser Hokage a veces tenía sus ventajas, hacía casi tres años de la última vez que había visto a Kakashi, suponía que el tiempo y la distancia habían terminado con el rencor acumulado, después de todo su vida no había sido tan mala durante ese tiempo, aunque bien pudo haber sido mejor…

─Mi hija ha desaparecido ─anunció y todos se quedaron completamente quietos. Los presentes en esa sala eran terriblemente consientes que la preocupación bien disimulada del Hokage se podría convertir en ira cien por ciento pura, con cualquier movimiento en falso─. Búsquenla ─ordenó con un tono de voz peligroso─. No me importa como, pero la quiero frente a mí de inmediato ─con un asentimiento todos los presentes desaparecieron del lugar.

─Sasuke ¿Qué sucedió? ─preguntó Hinata que se encontraba de pie a su lado derecho, con s pequeño hijo llorando en sus brazos. Esos dos no se habían contentado aún, pero el niño estaba tan preocupado por Akari que en esos momentos soportaría a su madre por un poco de consuelo.

─Le dije que no eras su madre ─soltó en un bufido.

Estaba perdiendo la compostura por completo. En el día se había sentido, feliz, culpable, pleno, lleno de miedo, nerviosismo, asombro, confusión y en esos momentos estaba ya al borde de un colapso nervioso, a penas era consciente de que había plantado al pelirrojo. Y que sino le avisaba a Ino, esta vendría directamente a él con la firme intención de partirle la cara por tal estupidez, a pesar de ser ella la principal persona en insistir que lo mejor era confesarlo todo.

─ ¡Eres un idiota, teme! ─gritó la voz del rubio, que se encontraba a su izquierda y el desesperado padre no atinó a más que darle tan duro como pudo.

Naruto salió disparado hacia la pared y un crujido resonó cuando se estrello contra ella. Sasuke miraba a Su mejor amigo con ira asesina. Realmente deseaba matarlo en ese momento, pero no lo haría. En caso de que su hija no apareciera le daría con más fuerza, lo haría sufrir por horas, días o meses, de ser necesario, hasta que hubiera terminado con su propio dolor.

─ ¡Esto es culpa tuya en primer lugar! ¡Si no fueras un estúpido y la hubieras besado nada de esto pasaría! ─el dolor en el rostro del Uzumaki iba más allá de lo físico. Jamás había esperado algo así, pero sin lugar a dudas acababa de descubrir que eso era cierto.

El azabache por un momento pensó que tal vez había sido demasiado duro, pero sabía que tenía razón. Él ya había pagado por todos sus errores del pasado, el dolor sufrido en cinco años, pero Naruto había cometido uno más grande que los suyos propios, era momento de que lo supiera. En algún momento mientras él confesaba lo sucedido, se había contenido por que era su amigo, pero en ese momento ya no podía más.

─Yo la traeré de vuelta a ti, Sasuke ─juró el chico rubio, levantándose del suelo con pesar. Esa promesa ya la había hecho antes a otra persona, pero esta vez sí conseguiría su propósito. Después de todo ¿Qué tan difícil es encontrar a una niña?

Continuara…​

Hola!

Bien, pues aquí el Chap!!! Espero les agradé! No dormí nada para terminarlo hoy! Decidí agregarle un poco de drama xD! Pensé que sería mejor que solo el hecho de que Akari se tomara perfectamente lo del asunto de la maternidad. Es duro vivir engañado durante toda tu vida xD! Eso es fácil de entender, así que espero sus comentarios acerca de lo que sucede!

Me voy de vacaciones!

Los amo!!!

Kisses!!!

 

Re: El sueño roto de naruto

Cap. 30

Preguntas ¡No siempre es bueno saber las respuestas!



¿Cuánto había pasado desde que su hija había salido de la seguridad de su hogar? ¿Cuánto desde que dio la orden de encontrarla? No buscarla, encontrarla. Claro estaba ¿Cuánto desde que Naruto había salido disparado de la oficina mientras el Uchiha analizaba su promesa? Mucho más de lo que un padre podía esperar a que los inútiles que le seguían el rastro la llevaran a su lado.

La noche estaba llegando a su fin, eran casi las cinco de la mañana y el astro rey no demoraría demasiado en aparecer. Esa noche había estado dando vueltas como león enjaulado por su oficina, mientras Hinata lo observaba parada junto a la ventana, cuidando a Kenji que se encontraba dormido en la gran silla del Hokage, lo cual solo lo hacía sentir ─ligeramente─ aún más miserable, dado que con ello recordaba cuanto amaba Akari sentarse en esa silla y girar.

─Esto ya es demasiado, si ellos no pueden con esto yo mismo la traeré de vuelta ─gruñó y sin más salió disparado por la ventana, tal y como su mala costumbre le indicaba constantemente.

No se preocupó, ni siquiera un poco en decirle a Hinata que no se preocupara o algo por el estilo. Él era el que necesitaba en esos momentos que le dijeran esas palabras y deseaba que lo hicieran, a pesar de que sabía que eso no tendría la mayor o la menor importancia en todo caso. Simples voces no lo convencerían de ello. Necesitaba sentir a su hija en sus brazos, acariciar su sedoso cabello azabache y morir de dolor mientras observaba esos hermosos ojos brillantes como esmeraldas.

A su parecer no era tan difícil encontrar a una niña. Es decir ¿Dónde se pueden meter? Para su mala fortuna esa pregunta solo consiguió frustrarlo aún más al pensar en el tamaño de la pequeña Uchiha. Ella era realmente de tamaño compacto, más pequeña que otros niños de su edad, lo cual reducía el lugar de búsqueda a lugares un poco más chicos que un metro. O sea, un muy amplio repertorio de lugares.

Saltó de tejado en tejado hasta que se encontró lo suficientemente cerca del parque. Como cada vez que lo estaba, no pudo contenerse y se dirigió directamente a la banca.

Después de todo hacía tiempo que estaba considerando el ser un masoquista. Mal que mal es lugar no podía dejar de ejercer atracción hacía él, con justa razón, claro. En todo caso no siempre una chica de ojos verdes que fue tu primer amor te confiesa lo que siente por ti y suplica para estar a tu lado. A cualquiera eso le calaría realmente hondo.

Miró el lugar fijamente. Ese lugar lo llenaba de nostalgia, tanto era así, que incluso era capaz de ver la frágil figura de una Sakura inconsciente de doce años recostada en ella.

Respiró profundamente.

Lo mejor sería pensar en ello después, ahora no tenía tiempo para deprimirse por Sakura. En esos momentos lo primordial era encontrar a Akari.

(…)​

─Papá… ─susurró Akari una vez más mientras se abrazaba las rodillas y lágrimas corrían por sus mejillas. Tenía demasiado frio, hambre y estaba cansada. No había podido dormir nada en absoluto a pesar de habérselo propuesto.

No sabía que hora era, pero estaba casi segura de que ya había amanecido. Deseaba con todas sus fuerzas un tazón de Ramen o como mínimo un poco de cereal sin azúcar, del que solía comes Sasuke todas las mañanas. Quería que su papá la cargara y la abrazara, pero eso no sería posible. Ella no quería a su padre, porque él era un mentiroso. Él quería quitarle a su mamá, solo porque él ya no la quería. Eso estaba muy mal y solo la gente mala hace cosas malas.

Un sollozó escapó de su garganta y se mordió el labio inferior para contenerlo, a pesar de que ya no quería nada con su padre no podía evitar el seguir su ejemplo: "Un Uchiha nunca llora". Ella a pesar de todo llevaba sangre poderosa.

─Yo no quiero ser su hija… ─gimió mientras una gota de dolor rodaba por su mejilla.

Se dejó caer hacía atrás y varias de las cajas que estaban apiladas cayeron, dejando al descubierto todo su contenido.

Frunció el ceño y empezó a recogerlas metiéndolas a las cajas sin prestar atención alguna, hasta que una imagen le llamó la atención. Sus ojos se fijaron en la fotografía sin marco que se encontraba ya un tanto maltratada.

La observó atentamente y sonrió al ver a su padre de ese tamaño ¡Valla que había sido pequeño! Dejó la fotografía a un lado suyo y ya no se dedico a recoger, sino que se dedicó por completo a la acción de buscar más de esas fotografías. Poco a poco el hambre, el frio y el cansancio la fueron abandonando. Todo lo que podía pensar y sentir era felicidad al ver a Sasuke como nunca antes.

Había imágenes de él cuando no era más que un bebe en brazos, cuando gateaba por todos lados, cayendo al piso constantemente y muchas imágenes de él con un chico mayor que se parecía mucho a él. Una encantadora sonrisa se encontraba tatuada en su rostro, ese era un lado de él que nunca había visto, podía identificar a su abuela, porque estaba segura que eso era de ella y también podía asegurar que el hombre mayor con cara de dolor de estomago era su abuelo y que él chico que llevaba a papá en la espalda, debía de familiar o algo así, porque se parecían demasiado esos dos.

Después de unas horas separando fotografías que se quería quedar su estomago soltó un rugido y ella se abrazó el vientre con un brazo mientras unas lágrimas traicioneras escaparon de sus ojos ¡Se moría de hambre! Pero tendría que esperar a que anocheciera para salir a buscar algo de comer, estaba pensando en que lo mejor sería dormir un poco, cuando un destello rosado de una fotografía la distrajo.

Frunciendo el ceño la tomó y se sorprendió al ver que en ella se encontraba su papá, Naru-baka, un hombre de mascara que ya había visto antes y una hermosa niña de cabellos rosados y sonrisa contagiosa. Sonrió al ver que Sasuke y Naruto se veían molestos mientras ella parecía radiante ¿Cómo se resistían ellos a la sonrisa de esa niña?

Sin pensarlo dos veces colocó la imagen en el motón de las que quería conservar cuando. Ya sabía que esa foto era de equipo, porque su mamá Hinata también tenía una, pero ella siempre la tenía sobre una mesita de la sala de estar y no encerrada en un asqueroso y viejo cuarto de almacenaje. Se puso de pie y sintió que sus piernas reclamaban por ello. Se sentía tan cansada y con tanta hambre que no estaba segura de seguir consiente mucho rato, por lo cual se puso a husmear en otras cajas.

Buscó por un rato hasta que encontró una sabana vieja y unos cuantos cojines en una caja sellada, los acomodó con cuidado y luego tomó la caja con fotos y se la llevó con ella hasta donde había colocado la improvisada cama. Vació el contenido sobre ella y se tumbó mientras seguía revisando.

Había muchas fotos de cuando su padre era pequeño, pero de pronto la colección terminaba hasta el momento donde aparecía la chica de cabellos rosados y luego esa era la única en la que parecía ser un niño, porque justo detrás de ella, se encontraba una foto que la dejó helada.

En ella se encontraba Sasuke, exactamente igual a como ella conocía, con la chica de cabello rosas rodeándole el cuello con los brazos desde la espalda y besándole la mejilla, mientras un brillo en sus ojos y una sonrisa casi imperceptible se encontraba en el normalmente serio como una roca rostro de Sasuke.

Frunció el ceño molesta ¿Qué hacía esa chica besando a su papá? ¡¿Quién se creía para hacerlo?! De un momento a otro esa chica ya no le agradaba en lo más mínimo y la sonrisa que momentos antes la había cautivado ahora era la cosa más despreciable que había conocido jamás.

Dejó la fotografía lejos de su vista y la siguiente no pudo ser más chocante de lo que ya era.

Lágrimas rodaron por sus mejillas totalmente enfadada. La visión de esa chica sentada en el escritorio mientras su padre la besaba en los labios le dolía, y mucho.

Se suponía que su papá estaba con Hinata, en su mente pasaban mil cosas, pero en su inocencia era incapaz de comprender que tal vez ellos no habían estado juntos todo el tiempo como pareja.

Habían unas cuantas más de esas imágenes que le partían el corazón, pero no las suficientes para hacerla sentir realmente miserable.

(…)​

─ ¡¿Cómo demonios dejaste que eso pasara?! ─gritó totalmente furiosa la joven rubia parada en la puerta de su casa.

En su mente solo era capaz de pensar en matar al chico que hace tantos años le había robado el corazón. De verdad, cuando sucedió lo de Sakura lo creyó un imbécil, estúpido, desgraciado y muchas cosas más, pero realmente no podía hacer nada por ello. De cualquier forma, era posible que si ella fuera él, quizá las cosas hubieran sido peores. Pero en ese momento deseaba arrancarle la cabeza.

─Quieto ─susurró una voz dentro de la casa, pero Sasuke la ignoró de igual manera igual que los gritos lanzados por Ino.

─No vine a escuchar reclamos ─soltó Sasuke furioso, ya era casi medio día y se encontraba a punto de matar a alguien─ ¿Vas a ayudar a buscarla o no? ─preguntó mirándola duramente.

Por un momento vio la duda en los ojos de la Yamanaka y eso en realidad no le podría molestar por más que deseara. La entendía. Si a él le dieran dos días al mes con Sakura no los querría dejar de lado por nada del mundo, pero si eso no fuera importante él realmente no habría ido a pedirle ayuda en primer lugar.

─De acuerdo… ─musitó ella con el dolor brillando en sus ojos. Se giró un poco y se asomó a la sala─ Soun, te quedas con papá, mientras yo voy son Sasuke a buscar a Akari ─anunció y antes de que ella pudiera dirigir su mirada de regreso al Hokage el pequeño niño llegó a su lado con los ojitos desorbitados y cara de susto.

Sasuke no se sorprendió.

Al parecer su hija tenía… cierto encanto que la hacía irresistible para niños más pequeños e incluso hasta de algunos de siete años.

─ ¿Akari-chan? ─preguntó él y cuando su madre asintió sus brillantes ojos aguamarina se empezaron a llenar de lágrimas.

─Oh, no ─gimió ella y se agachó para tomarlo en brazos, cuando se enderezó, miró a Gaara que se encontraba a su lado con el ceño fruncido─. Ayúdame ─imploró Ino mirando al pelirrojo, quien dando un suspiró tomó a su hijo en brazos, para luego mirar a la chica─. Tengo que ayudarlo… ─suspiró ella, pero al ver que este no decía nada un nudo se formó en su garganta─ Es la hija de Sakura… ─se justificó con los ojos llorosos.

Le dolía en el alma que él no hablara y la mirara de esa forma tan fría, pero… Akari la necesitaba en esos momentos.

El Kazekage la miró atentamente antes de soltar un suspiro.

─ ¿Dónde la han buscado? ─preguntó de pronto volviéndose hacía Sasuke, que realmente parecía a punto de matar a alguien.

─Por todos lados ─respondió de inmediato y Gaara solo levantó una ceja.

Bien, si eso fuera cierto hacía rato que ella habría aparecido.

(…)​

Akari se talló los ojos de nueva cuenta ¡Kami! ¡Se estaba muriendo de sueño! Pero ahora no podía dejar de pensar en esa chica y su papá. No le parecía justo ¿Por qué Sasuke si dejaba que ella lo besara y a su mamá casi nunca lo hacía?

─Te odio… ─murmuró y de pronto la puerta que se encontraba frente a ella se abrió. Por un momento se sintió tentada a correr lejos de ahí, pero después de unos segundos de mirarlo fijamente decidió que era lo que quería hacer─ ¿Quién es ella? ─preguntó mostrándole una foto.

─Ella es Sakura Haruno… Tu madre… ─respondió y los ojos de la pequeña se abrieron tanto que, justo un segundo después le fue imposible contener las traicioneras lágrimas.


Continuara…

 

Re: El sueño roto de naruto

Ugg... Me tarde vidas... Lo lamento, pero el internet en mi casa es una poqueria y no me deja publicar bien. Este capitulo es cortito... Lo escribí en mi libreta y la verdad es menos cuando se pasa a Word ¡Espero de verdad que les guste! No hice mi tarea por hacerles el Chap!


Cap. 31



Quiero a mi papá.


Sus mejillas estaban húmedas, pero eso no le importaba en esos momentos ¿Qué significaba eso? Había entendido las palabras pero no su verdadero significado. Además ¿Quién era ese hombre de mascara?

─ ¿M-mi mamá? ─preguntó molesta. Lanzó la foto lejos y se levanto de un salto─ ¡Mi mamá es Hinata! ─las lágrimas rodaban sin control de sus mejillas y miró al hombre con ira.

No entendía porque todos se empeñaban en decirle esas cosas. Ella ya tenía a su mamá y realmente no necesitaba otra cuando una ya había hecho cosas malas como besar a Naruto.

─Tengo que llevarte con tu padre ─anunció el hombre. Akari negó con la cabeza y trató inútilmente de escapar, pero él era más rápido y se a echó al hombro. Podía sentirla golpear su espalda buscando con desesperación ser liberada.

La pequeña Uchiha soltaba grititos y sollozaba.

Era ridículo.

Su orgullo estaba siendo pisoteado por un completo extraño. Deseaba poder pelear como lo hacía su padre e incluso como Naruto. No se podía creer que estaba siendo sometida por cualquier persona. Ella era una Uchiha y no podía permitirlo, pero por el momento, a pesar de todo, no era más que una niñita.

─ ¡Déjame! ¡No quiero! ¡Su-el-ta-me! ─estaba desesperada ¡No podían hacerle eso! Escuchó como el hombre se reía ligeramente y se enfureció ¡Ella no era un estúpido payasito! Ella era la hija del Hokage y la heredera del clan Uchiha, se suponía que debía de respetarla. No podían tratarla como a cualquier otra persona corriente.

Sentía el aire empujando su cabello hacia delante y sus ojos eran testigos de cómo a cada segundo se alejaba más de la mansión y se acercaba a la torre Hokage.

Estaba enojada, pero no podía evitar pensar que probablemente su padre se encontraría por lo que le había hecho. Le esperaba un buen regaño y un gran castigo, que de hecho, ella no creía merecer en lo más mínimo. Después de todo el culpable de que ella hiciera eso, había sido él por mentiroso y en esos momentos ella por haberse atrevido a a tocar a su papá y tener esos ojos tan… verdes.

Sus movimientos y quejas se detuvieron al instante. Tenía los ojos abiertos de terror y una lágrima solitaria rodó por su mejilla. LE dolía pensarlo, pero de algún modo lo sabía. Sasuke había dicho la verdad, al igual que el hombre de mascara. Un sollozo salió de su boca y el hombre se detuvo de golpe.

No le importaba ya nada, que más daba que la viera llorar. La tomó por debajo de sus brazos y la sostuvo frente a él.

Akari tenía los ojos cerrados con fuerza y se mordía el labio tratando de contener los sollozos. Era una imagen lamentable, pero sinceramente él no tenía la menor idea de que hacer. Los ANBU eran buenos en muchas cosas, pero el cuidar niños nunca había formado parte de su entrenamiento.

Un suspiro escapó de su boca y la acercó a su cuerpo, era pequeña y la veía verdaderamente frágil, pero a todo lo contrarió ella se aferró con fuerza a su cuello y lloró ahí, lo cual le traía extraños recuerdos.

Recuerdos que le eran dolorosos, al recordar la última persona con la cual había tenido ese contacto.

─La encontraste ─la voz de Naruto sonó extremadamente sería, pero aún así ella no pudo evitar separarse del hombre y arrojarse a los brazos del rubio. Él había besado a Hinata y había conocido a su madre, pero a pesar de todo no podía dejar de sentir ese infantil enamoramiento con él.

Siempre le había fascinado el calor de sus brazos y la deliciosa tortura que era compartirlo con su padre, Kenji y Hinata, además de la devoción que esté siempre había profesado hacía ella, haciéndola sentir especial.

─Quiero a mi papá… ─susurró en su pecho, mientras él le acariciaba el cabello. Se sentía como en casa y por un momento era casi capaz de olvidarse de todo.

─Es justo a donde te voy a llevar… ─Naruto la apretó a él y el pequeño cuerpo se estremeció sin que él pudiera notarlo. Había estado tan preocupado. Deposito un beso en la coronilla de Akari y se volvió al hombre─ Gracias Kakashi-sensei.

(…)​

─ ¡Deja de moverte! ─soltó Sasuke levantándose de un salto ¡Estaba harto! Había tenido que volver a la oficina y dejar de buscar a su hija porque el estúpido Kazekage creía que solo estorbaba, podría estar de acuerdo en ello… pero no conforme con eso, también había enviado a la rubia con él, la cual no había dejado de caminar por toda la oficina con el mocoso siguiéndola.

─ ¡No me grites! ¡¿Realmente crees que eres el único preocupado?! ¡Ella es su hija! ¡No puedes simplemente orde…! ─estaba enojada, verdaderamente preocupada realmente, pero había tocado una fibra sensible.

─ ¡Por que es su hija estoy así! ─soltó Sasuke sin pensar y se sintió estúpido─ Ahora solo quédate quieta o lárgate, no soporto verte dando vueltas ─estaba totalmente fuera de si. Se dejó cr en la silla y cerró los ojos. Todo era una mierda.

Akari era su hija, la había tenido con ella. Había aprendido a vivir con ello, se había acostumbrado a la ausencia de Sakura así como a extrañarla, pero el que su hija desapareciera la hacía que todo eso pareciera peor.

Realmente se había acostumbrado a las perdidas desde que era niño, pero eso se le salía de las manos por completo.

El mundo era un asco total, siempre lo había sabido de sobra y nunca le había molestado, pero Akari se había vuelto su vida. Ella y solo ella, era la razón por la cual continuaba viviendo.

─ ¿Qué haré si algo le ha pasado? ─susurró a la nada. Jamás se había sentido tan vulnerable. Todo en él le aseguraba que algo malo venía.

―Sasuke ―jadeó Ino y él salió de sus pensamientos, pero justo cuando levanto la cabeza para obligarla a callar todo el mundo volvió al lugar en que debía estar. En la puerta Naruto sostenía a su hija.

Quería ir hasta ella, tomarla y abrazarla con fuerza, decirle que se había preocupado, regañarla de manera pobre y rogarle por el juramento de que no lo volvería a hacer, pero simplemente se quedó sentado. Mirándola sin moverse un poco. El rostro de Naruto le decía que algo malo pasaba, además, nunca había visto llorar de esa manera a Akari.

Sus ojos se movían del cuerpo de la pequeña Uchiha al rostro angustiado de Naruto. Sus ojos se conectaron por menos de un segundo y el pánico en estos fue más que claro.

─Quiere saber sobre Sakura ─musitó el Uzumaki y Sasuke dejó de respirar por completo.

No sabía que hacer con ello, simple y sencillo. Hablar de Sakura era algo verdaderamente duro para él y lo peor, tendría que hacerlo con su hija, aunque claro… Deseaba matar a quien se le había ocurrió abrir la boca, pues tenía claro, Naruto era estúpido, pero no suicida.
.
.
.
Continuara…

 

Re: El sueño roto de naruto

Capitulo 32.
Simon di… Bueno, Akari dice.

Se dejó caer en el sofá y le indicó a Akari que se acercara. La pequeña Uchiha llevaba un rato huyendo de él, de verdad parecía temer el regaño que vendría como consecuencia por lo sucedido, pero Sasuke no tenía la menor intención de regañarle, al menos no en ese momento.
Él era el que se sentía en problemas realmente. Hasta el momento había considerado la idea de mentirle y asegurarle que su madre había muerto cuando nació o algo por el estilo, pero se sentía demasiado presionado por el pasado y el futuro.
Akari se había enojado cuando le dijo que Hinata no era su madre, se imaginaba que las cosas se pondrían de una manera imposible si en algún momento se enteraba que ella seguía viva.
Debía ser sincero así le costara la vida.
─Akari ¿Quieres oír de tu madre? Siéntate ─su voz sonó más fría de lo que deseaba, pero simplemente no podía evitarlo. Era un tema delicado que no quería tocar.
La niña caminó lentamente y se sentó junto a su padre. Sí, estaba asustada, pero quería saber sobre Sakura. Su madre.
Cuando la miró a los ojos se dio cuenta de que brillaban, no podía saber su era por emoción o tristeza y eso lo hacía sentir miserable.
─Ataca… ─susurró desviando la mirada. No iba a ser capaz de mirarla a a los ojos mientras hablaba. Podría ir en ese momento y terminar con la indeseable existencia de Hatake por meterlo en ese lio.
─ ¿Cómo se llamaba? ─musitó ella haciendo un agujero en el tapiz del sofá con el dedo. Sasuke se estremeció sin poder evitarlo. Akari sonaba ansiosa y notaba en su voz lágrimas sin derramar.
─Haruno Sakura ─las palabras salieron como un suspiro, por un instante dejó que estas acariciaran sus oídos, para después darse cuenta de que seguramente parecía un completo idiota.
Cerró los ojos y tomó aire esperando otra pregunta, pero el silenció reinó en la sala por un par de minutos. Y realmente se sintió aliviado, hasta el momento en que escuchó un sollozo ahogado.
Fijó sus ojos en la péquela niña a su lado y antes de pensarlo a la tenía en sus piernas, mientras está lloraba abrazándose a su pecho. No entendía porque lloraba, realmente no había dicho nada que fuera a causar eso, solamente había pronunciado dos palabras.
Tragó grueso y trató de mostrarse calmado. La mascara de frialdad no podía perderla, no cuando más la necesitaba. Después de todo no dejaría que nadie se diera cuenta de cuanto le afectaba realmente todo eso.
─ ¿Dónde esta? ─susurró la pequeña azabache en los brazos de su padre.
Sasuke se tensó.
Esa no era una pregunta que pudiera responder.
─No lo se ─respondió él, al igual que Akari, se dieron cuenta del dolor que transmitía su voz.
Por primera vez en mucho tiempo comprendió que la extrañaba de verdad. Sakura le había hecho falta, estaba tan acostumbrado a ella en el tiempo que estuvieron juntos, que incluso después de tantos años notaba su ausencia.
─Quiero conocerla ─suplicó su hija mirándolo a los ojos.
Sintió su corazón encogerse ante esas palabras. No estaba seguro de querer verla. Aún pensaba que ella lo engañaba con su antiguo sensei, a pesar de querer convencerse a si mismo de lo contrario, además, ella era lo perfecto para Akari y temía que sí su hija se encariñaba, el podría llegar a perderla.
─No se donde está ─alegó y la decepción de Akari fue tan obvia que no pudo evitar derretirse ante las lágrimas que se prendían de sus hermosas pestañas─, pero la buscaré ─aseguró y la sonrisa que iluminó el rostro de su hija que todo lo que necesitó para convencerse, aunque fuera solo por un momento de que las cosas no se encontraban tan mal como para repararlas.

(…)​

─ ¡Estas demente, Sasuke! ─saltó Naruto buscando alguna reacción que indicara todo lo contrario, pero no la obtuvo.
─Lo harás, no me importa si mueres en el intento ─musitó con voz filosa, mientras le lanzaba una mirada furibunda por encima de los papeles que estaba leyendo.
No había pensado que el rubio iba a ser tal dolor de cabeza en lo referente a eso, por un momento había creído que estaría tan entusiasmado con la idea de encontrar a Sakura, que saldría de la aldea sin llevar siquiera equipaje.
─ ¡Pero no tienes idea de donde buscar! ¡Y si… y si… y si ya tiene otro novio! ─soltó de golpe y en ese instante se arrepintió.
¡Era demasiado sexy para morir!
─Si así fuera… No es mi problema ni el tuyo ─contestó Sasuke mirándolo fijamente. Su voz era inexpresiva y Naruto se estremeció ante la indiferencia del joven Hokage. Eso era mil veces más aterrador que obvia ira─. Solo tráela, su hija quiere verla.
─ ¡Pero Sasuke! ¡Yo no creo que sea buena i…!
─No me interesa ─lo interrumpió y el chico quiso ponerse a saltar, gritar chillar como lo haría Kenji al querer algo, pero sabía que se vería ridículo…
─Sasuke, de verdad ¿será bueno para Akari? ─preguntó realmente preocupado. En realidad no se refería a ella, ella era inteligente y seguro le ayudaría a superar lo de Hinata y él, sí veía a su madre, no, lo que de verdad le asustaba era Sasuke. Él ya era un niño grande, pero no creía que tuviera la suficiente madurez para lo que se vendría.
─Akari la quiere conocer, nada más importa ─sentenció y el Uzumaki sonrió ligeramente. Tal vez no era tan teme, después de todo estaba seguro de que el sacrificaría su propia felicidad por la de su hija.
─Lo que tu digas Sasuke… ─susurró y salió de la oficina después de lanzarle una mirada.
Ese chico que estaba sentado detrás del escritorio leyendo todos esos papeles de verdad le preocupaba, era su mejor amigo y de alguna manera durante un tiempo fue su amor platónico.
Cerró la puerta detrás de si y sacudió la cabeza mientras un sonrojo le cubría las mejillas ¡Eso era estúpido! Pensó en Hinata y trató de que todo volviera a la normalidad dentro de su mente, solamente estaba divagando.

(…)​

─Papá… ─susurró la suave voz de Akari asomándose por la puerta. Sasuke la miró de inmediato. Estaba aliviado de que a parecía haber superado el mutismo, aunque claro, solo fue un día no había dejado de sentirse como un imbécil porque no conseguía que su hija le dirigiera la palabra.
─ ¿Qué sucede? ─preguntó levantándose de la cama y caminando hacía ella solamente en pantalones negros de algodón.
─ ¿Naruto se va? ─preguntó ella con lágrimas en los ojos.
El joven Uchiha la miró confundido ¿Por qué lloraba?
─Sí.
─ ¡No quiero que se vaya! ─chilló con todas sus fuerzas.
Sasuke se sobresaltó y la miró sin saber que hacer ¡¿Por qué demonios su hija hacía ese drama?! Ella jamás en su vida se había puesto a llorar como una bebe para conseguir algo.
─Pero ¡¿Qué diablos…?!
─ ¡Sí se va no se va a casar conmi…! ─Akari se tapó la boca con las dos manos y miró a su padre con cara de susto.
Sabía que no debía decirlo, sabía que algo malo pasaría y que su papá se enojaría con ella, o peor aún con Naruto por ello, pero realmente no había podido contenerse.
─ ¿Qué dijiste? ─preguntó sin creerlo y mirándola como si no la reconociera. Sí no hubiera visto el Sharingan en sus ojos juraría que no era Uchiha.
La pequeña negó con la cabeza aún tapándose la boca y con los ojos bien abiertos.
─ ¿Te gusta Naruto? ─su voz sonó forzada y Akari bajó la mirada con las mejillas sonrojadas.
Por un segundo la habitación permaneció en silencio sepulcral. No lo negó y eso causó que Sasuke se sintiera confundido.
─ ¿Quieres que lo obligue a casarse contigo? ─preguntó y cuando la pequeña levantó la cara de golpe se sorprendió de encontrar una ligera y casi invisible sonrisa en los labios de su padre.
¡No estaba enojado!
Soltó un gritito y se lanzó a abrazarlo con toda la fuerza que tenía mientras asentía con la cabeza una y otra vez.
Era feliz, tendría a su mamá y tendría a Naruto con ella, nada podría hacerla sentir mal.

(…)​

Naruto se acercó a la puerta de la mansión rascándose la cabeza.
Estaba verdaderamente confundido ¿Por qué Sasuke había enviado a tantos a buscarlo? ¡Apenas y había salido de la aldea! Seguramente se había arrepentido de todo y había decidido que Akari y él estaban mejor sin saber nada de Sakura.
─ ¡Gaara! ─gritó entusiasmado al ver al chico pelirrojo salir de la mansión.
Sus ojos aguamarina se posaron en los azules de Naruto y se acercó a él lentamente mientras un pequeño niño rubio los seguía.
─ ¡Enano! ─soltó entusiasmado, pero en cuanto se acercó para levantarlo de piso notó que él estaba llorando y lo miraba con odio.
Se quedó quieto por un momento y luego miró al Kazekage confundido, pero eso solo logró desubicarlo aún más. En el frio rostro del chico se encontraba una ligera sonrisa.
─ ¿Qué sucede? ─preguntó mirándolo con los ojos entrecerrados. Ahora estaba receloso.
Nada, nada había hecho que Sasuke desistiera de que él buscara a Sakura y luego lo traía de regreso a Konoha para encontrarse con un Gaara que sonreía.
Algo realmente raro pasaba.
─Akari dice… ─susurró el chico de la arena antes de tomar al niño en brazos y alejarse de la mansión sin decir nada más.
¿Qué demonios significaba eso? ¡No había entendido nada, Dattebayo!
Continuara…
¡Hello!
Bien ¿esto contesta preguntas sobre Akari? xD! OK, esto es realmente gracioso, tal vez piensen que hay OoC en Sasu-chan ¡Pero vamos! Es realmente normal que los hombres duros se ablanden ante sus hermosas y adorables hijas xD!
No ya enserio, la maternidad y la paternidad cambia vidas UoU. Esta el hecho de que además Sasuke no tiene nada más importante que Akari ¡Ella es todo lo que le queda! Además de que se parece a Sakura en más cosas que solo los ojos, sin mencionar que ADORA molestar a Naruto.
Espero les gustara! Me divertí mucho escribiendo el capitulo a pesar de que me tarde un poquito xD!
Kisses!