El Starlight

Tema en 'Final Fantasy: Crimson Sky' iniciado por MrJake, 20 Octubre 2023.

  1.  
    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

    Aries
    Miembro desde:
    22 Marzo 2015
    Mensajes:
    14,167
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Rigel Betelgeuse

    El golpe de Brigid fue lo suficientemente contundente como para que Harold pudiese, una vez más, incrustar su katana en la estatua, provocando que la llama de la misma se extinguiese, y esta cayese al suelo en redondo. Habíamos acabado con ella... Y menos mal, porque empezaba a resultar un problema.

    —Hala, Harold, espero que te hayas quedado contento. Ya hemos superado tu prueba... —le dije, con cierto tono de reproche. El tipo se acercó al monstruo para recoger una piedra: era el Orichalcum, y luego me lo tendió.

    Con este ya tenía los tres, ¿eh? Los tres materiales legendarios de los que se componía la Zanarkad. ¿Y ahora qué más querría Harold? ¿Qué otra excusa encontraría para seguir lanzándome a peligrosos combates?

    Antes de poder responder, empezó a brillar. Su cuerpo estaba emitiendo destellos, y corrí a su lado inmediatamente.

    —¿¡Qué te está pasando, Harold!? —pregunté confuso. No podía ser... Poco a poco, su cuerpo empezaba a desaparecer. ¿Otra vez? ¿Otra vez me iban a quitar todo aquello que me unía a Elérea y a mi familia?

    Sus últimas palabras fueron contundentes. Tenía que buscarle, o eso decía. Buscarle de verdad. Buscar el Camino a Zanarkand. ¿Qué clase de broma pesada era esta?

    —... Volvamos al Starlight. Necesito hablar con Cid de lo que acaba de pasar.

    Bueno, teníamos el Starlight aparcado en la puerta del volcán, y como el camino de vuelta es el mismo que el de ida, me lo ahorro (? No había emboscadas ni nada, so. Zireael Amelie

    Ofrezco a los proyectos de Cid los siguientes materiales:

    - Gancho de tierra: Amerizar a veces es un poco fastidioso. Pero no queda otra, como ya sabréis por el, ejem, "incidente" de la Algaba de Baobab, no es que sea muy seguro aterrizar en tierra. Pero he pensado: si crease un gancho capaz de alcanzar a tierra, el barco podría quedarse flotando con los motores magicita activos al mínimo sin que caiga y sin que se nos lo lleve el viento... ¿veis por donde voy?
    Se necesita:
    - Materiales afines a la tierra: 0/100
    - Metales: 0/100

    Materiales afines a la tierra: topacio x2
    Metales: hierro x5

    - Radar geolocalizador: Con la cantidad de cosas interesantes que hay en Ilumbra, tener que estar recorriendo de un lado a otro cada rincón solo para descubrir a un monstruo concreto que buscabas o a una persona específica que necesitaba ayuda debe ser un peñazo, ¿verdad? Pues quizá mi magicita tenga la solución para eso, ¡vosotros traedme los materiales y ya veráis las barbaridades que puedo llegar a hacer!
    Se necesita:
    - Materiales mágicos: 0/250

    Materiales mágicos: polvo somnífero, esencia mágica, nodo magitek x2
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    21,351
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Tras el extraño encuentro con "Harold" y descubrir que parecía ser una especie de proyección y que nunca fue el Harold de verdad, el grupo regresó rápidamente al Starlight. Allí, Cid les esperaba, haciendo como siempre sus planos y otras cosas que solo él parecía entender; y Rigel no tardó en dirigirse al niño para preguntarle acerca de todo lo sucedido. Le contó la experiencia con Harold, le habló de los metales, de la Zanarkand, y le dijo sus últimas palabras. Y, reflexivo, el ingeniero prodigioso no pudo sino reflexionar en el sitio (estaba sentado con las piernas cruzadas sobre el suelo, y casi parecía estar meditando como un monje de Shinryu).

    —Interesante... una "proyección", ¿eh? Supongo que si la katana esa que lleva es capaz de guardar recuerdos es posible que se manifiesten, aunque que sean tan vívidos y puedan incluso interactuar con vosotros es raro. De todas formas, para eso la espada tuvo que estar físicamente en cada sitio, ¿no? Y no estuvo. Hmm, qué enigmático, sin duda. Esa katana tiene pinta de guardar más que un secreto.

    >> Sobre cómo construir ese "Camino a Zanarkand" que te dijo Harold, bueno, te avisó de que necesitarías un genio, ¿y qué soy yo? —esbozó una sonrisa confiada, quizá incluso un poco prepotente—. Tú dame esos minerales y yo me encargo, moradito. Sabiendo lo que tengo que conseguir, no me cabe duda de que tendrás una réplica exacta de esa katana en tus manos en cosa de un ratillo, ¡palabra de genio! Ya si la copia te ayuda o no a encontrar el camino, pues no sé... ¡habrá que probarlo primero!

    DONACIONES A PROYECTOS:

    Gancho:
    -Topacio: 10 (x2)
    -Hierro: 3 (x5)
    TOTAL: 45 (20 tierra, 25 metales)


    Radar:
    -Esencia mágica: +18
    -Nodo magitek: +18 (x2)
    -Polvo somnífero: +3

    TOTAL: 57
     
  3.  
    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

    Aries
    Miembro desde:
    22 Marzo 2015
    Mensajes:
    14,167
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Rigel Betelgeuse

    Acudí al camarote de Cid para contarle todo lo que había ocurrido. Como Harold nos había ido llevando de un lado a otro para enfrentar a vertiginosos monstruos, recolectando materiales. Todo para... luego desaparecer. Las palabras de Harold eran claras: había que buscar a un genio para poder encontrar el camino.

    —Está bien, Cid. Todos tuyos. Puedes quedarte con la Adamantita, la Titanita y el Orichalcum.

    >>Avísame cuando esté listo. Confío en ti.

    Genialidad de Cid + Adamantita + Titanita + Orichalcum
    300 guiles
     
  4.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    21,351
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Así, Rigel le entregó los minerales a Cid con una única instrucción: tratar de reproducir una copia del arma de Harold, de la Zanarkand; y todo ello únicamente en base a la descripción que le habían dado de esta y a las palabras de Harold sobre su arma y sobre encontrar el "camino" que había dicho este. Parecía una tarea imposible, desde luego, ¿quién podría reproducir nada con tan poca información?

    ... y, sin embargo, cuando pasó a penas una hora Cid estuvo de regreso con un arma enfundada entre sus manos. Nono, tras él, brincaba orgulloso.

    —Je, je... cuando se tiene mano de obra competente uno trabaja mucho más rápido. A ver qué te parece, moradito.

    Se la entregó con sumo cuidado, casi como si temiese que se cayese y terminase rota, o como si le diese reparo extraerla él mismo. Bueno, tenía sentido: no dejaba de ser una espada que era casi tan grande como el propio Cid. Le podía llegar perfectamente al estómago en longitud.

    Rigel la tomó entre sus manos y la desenvainó, y... quedó sorprendido al ver el resultado final. La hoja negra era inmaculada, opaca pero brillante, y se sentía sorprendentemente ligera. Se podía apreciar con el ojo desnudo lo afilada que estaba, sin duda. Era... era una copia excelente. No sabría recordar cada detalle de la Zanarkand original, pero desde luego, si le decían que la tenía en las manos, se lo creería.

    —Está hecha con exactamente los mismos materiales que la katana que tú decías, moradito —dijo Cid—. He decidido, en honor a tu amiguito, que ya que no es la verdadera, no la podemos llamar igual, pero como es un trabajo tan excelente, tenemos que mantener parte del nombre... así que se llamará Camino a Zanarkand. Está hecha con materiales sagrados y yadah, yadah, así que quién sabe. Quizá sí que te indique el dichoso camino. Yo ya no puedo hacer nada más, ¡de hecho, nadie podría!

    ... indicar el camino. Los mismos materiales. Casi por instinto, Rigel alzó la katana, y sintió entonces un breve tirón. Parecía como si una fuerza invisible tirase ligeramente del arma. Cedió algo de resistencia, y observó entonces cómo se inclinaba poco a poco en una dirección, hasta que la fuerza tirante era solo hacia delante.

    —Huh, mira tú —musitó Cid—. ¿Eso lo ha hecho mi pequeñina ella sola? Apunta al norte desde aquí. Pues al norte solo está la tierra yerma de Garladia, quizá alguna islita en el camino, y, a lo lejos... Hashmal.


    Obtienes la "Camino a Zanarkand". Además de equiparla y usarla de forma normal en combate, podrás utilizar esta arma en cualquier momento para que te indique el camino. Apuntará en una dirección cardinal concreta, buscando a su versión original.
     
    • Fangirl Fangirl x 1
  5.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    21,351
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Hello, so, como estamos llevando el rol bastante a tirones, pero parece que empezamos a recobrar un poquito de ritmo en los últimos días, había escrito este pequeño mini-evento por refrescar un poco la memoria y meternos un poquito en el mood de la situación actual del rol y eso. No tenéis que hacer nada al respecto, tomarlo como un pequeño relato interno, como quien ve una escena de lo que está sucediendo en un lugar lejano durante la campaña de un videojuego (?) Y no lo toméis como una forma de meteros prisa ni nada, solo pensé en hacerlo para que no perdamos el hilo, que entre las mil cosas opcionales y todo el tiempo pasado es fácil quedarnos como "wait, ¿qué teníamos que hacer ahora exactamente...?".

    Lucas Diamond Amane Lelouch Gigi Blanche Zireael Amelie Hygge

    En el Starlight, surcando los cielos...


    Tras entregarle la katana a Rigel, Cid salió al exterior del Starlight, a cubierta. El barco había arrancado el vuelo una vez más, rumbo al siguiente destino que el nuevo Titán y sus compañeros decidiesen. Con cierto brillo en los ojos, el niño miró al cielo verdoso, y suspiró.

    —... dije que algún día volaría —dijo para sí mismo, en voz alta—. Y ahora que vuelo, quiero... volar más alto. Saber qué hay allá arriba... haya ángeles o no, me da igual.

    Sus palabras le llenaron de cierta melancolía, y no pudo evitar visualizar a su padre. A veces pensaba que esas ansias de conocimiento que tenía, esa curiosidad por conocer lo que nadie conocía, no era más que una forma de lidiar con sus problemas. De mirar a otro lado y olvidar el pasado, de plantearse metas cada vez más inalcanzables. Pero aun así, las alcanzaba todas.

    Y en ese momento, vio pasar un pequeño cometa sobre su cabeza, uno blancuzco, que fue rápido, pasando en un parpadeo. Y quedó atónito. Su mente, que no dejaba de ser algo infantil pese a lo desarrollada que estaba, en seguida recordó aquellos cuentos que leía sobre destellos en el cielo, y cómo había que pedir un deseo cuando veías pasar uno. Y pese a que sabía que eran meras tonterías, pues no se veían nunca dichos destellos, menos a la luz del día... acababa de verlo. Estuvo ahí, por unos segundos. Por lo que quiso pedir un deseo. Cerró mucho los ojos, y... se sorprendió a sí mismo cuando verbalizó el deseo en su cabeza. Lo primero que pasó por esta no fue sobre su padre, ni sobre sus ambiciones o ansias de conocimiento, fue algo tan... simple, tan fácil, pero a la vez tan inalcanzable, que cuando se dio cuenta y abrió los ojos, una lágrima caía por su mejilla.

    "Deseo tener una vida normal".

    La secó rápidamente, mirando a su alrededor con vergüenza. Menos mal que nadie le vio...

    ***

    En otra parte del mundo...


    Pie derecho, pie izquierdo. Pie derecho, pie izquierdo. Su caminar era perfecto, inmaculado, como el ritmo de un metrónomo que se movía de izquierda a derecha siempre a la misma velocidad. Espalda recta, manos a la espalda, brazos arqueados en un giro cerrado de 90 grados, toda su poste era perfecta en todos los sentidos: impecable, brillante, inmaculada.

    Notaba aún el peso del orbe que guardaba en su bolsillo, sobre Inmaculado, el estoque pulcramente enfundado en su cadera izquierda. Había logrado arrebatarles los Ojos de Shinryu a esos idiotas que acompañaban a Fauna, y con ellos, no tendría problema alguno en desbloquear la entrada a uno de los árboles sagrados, para ascender al Cielo, a… su “casa”, si es que podía llamarlo así.

    Se permitió el lujo de alzar una mano para apartar un mechón de su cabello que parecía amenazar con salirse de su impecable trenza, y se encontró a sí misma exhalando un suspiro pesado. Pensar en el Cielo, pensar en los Ojos en Fauna, la nueva Shinryu, los hijos del Emperador eleano, y todos los demás tipos que lograron plantarle cara en la Algaba… le hizo pensar en él nuevamente. Y el labio le tembló por unos segundos.

    El otro Profeta… ¿Kein, se hacía llamar?

    Apretó el puño con fuerza. Lo había olvidado ya, sí. Lo había olvidado. No le importaba lo más mínimo, y no iba a dejar que recordarle le afectase. Esa persona ya no era parte de su vida, porque incluso si seguía viviendo, no era el mismo. Nunca estuvo destinada a estar con él, ese nunca fue el plan del Creador. El Creador perdió las riendas del mundo hacía mucho tiempo… y ella tenía ahora el poder para devolvérselas. Debía resetearlo todo, resetear el mundo, para permitirle un nuevo comienzo. Era todo cuanto podía concederle a aquel mundo podrido que cada vez se consumía más, y más, y más. La autodestrucción era inminente si seguían por ese camino, y alguien debía frenarlo todo y darle una nueva oportunidad.

    Y ella era la elegida. Lo tenía claro. El Creador la seleccionó a ella. Era especial, desde que esa persona apareció en su vida lo supo. Todo fueron mensajes que le confirmaron sus sospechas: solo ella podía adquirir el poder necesario para alcanzar el corazón de toda Ilumbra y resetear todo. Pero para eso… tenía que regresar.

    Se detuvo, al fin, ante el coloso helado que las yermas tierras de Hashmal albergaban: el gigantesco Takhian, magullado por las incesantes ventiscas. El árbol de Zénit. Lo conocía bien; en anticipación a sus planes futuros, se preocupó de atacar personalmente el continente y reforzar con sus poderes manipulativos a los monstruos de la zona, y se preocupó de magullar todo lo posible el árbol. Sabía que Zénit planearía algo para tratar salvaguardar el mundo, y por eso visitó frecuentemente Hashmal en aras de debilitarle a través de su conexión con el flujo de Tahkian. Ahora, eso sí, los poderes del Profeta habían sido asimilados por ella misma, y esas acciones que antes la ayudaron ahora hacían que el incremento de poder que le supuso asimilar a Zénit fuese menos del que podría ser. No importaba: con Alma ya tenía más que suficiente.

    Pero ni siquiera ella sería inmune al poder del flujo si no tenía una llave. Los dos focos de esencia y antiesencia… y ahora que tenía ambos Ojos, cada uno albergando el poder de uno de los polos opuestos, podría conseguirlo. Hashmal se prestaba como la opción más viable para subir por aquel árbol, simplemente por la escasa vigilancia y el abandono que tenía aquel continente.

    Así pues, alzó las manos, sacando ambos ojos y alzándolos juntos, esperando que la energía fluyese entre ellos y abriese el camino hacia el interior del árbol y del flijo. Y cerró los ojos. … pero no notó ni una gota de esencia manar de aquel ritual. Confusa, lo volvió a intentar otra vez, pero… no hubo resultados. Tomó de cerca el Ojo que representaba la esencia, y lo miró.

    Y entonces se dio cuenta.

    —Este no… —dijo en voz alta, antes de morderse el labio, furiosa.

    No era posible, no. Sentía la esencia dentro, pero el Ojo parecía inactivo. Le faltaba algo. Estaba incompleto. No, ¡no, no, no! Su plan, su perfecto e inmaculado plan, de nuevo truncado. Estaba segura, completa y absolutamente segura de que estaba completo, de que lo estuvo en algún punto. ¿Qué se le escapó, entonces? ¿Qué le falló? Sin el polo de esencia, no podría subir sin arriesgar su propia vida en el proceso… y la vida de una elegida como ella era valiosa, era insustituible. No podía morir, no podía correr el riesgo.

    —¿Qué ha podido ocurrir…? —meditó en voz alta, furibunda, su mano frotando meticulosamente su mentón—. Ese desgraciado de Zénit… —terminó concluyendo, deduciendo que el cuidador del Ojo en cuestión debió plantear alguna medida de seguridad en este.

    Su mente, rápida y sagaz como era, valoró las opciones. Pero no había muchas. Precisamente ella, un ángel con poderes Profetas casi maximizados, podría intentar hacer las veces de polo de antiesencia, pero si le faltaba el contrario… no habría nada que hacer.

    Y solo existían tres formas de subir por el flujo: que los de arriba lo inhabilitasen por unos instantes para permitirle subir, usar los dos Ojos o… usar una alternativa. Descartando las dos primeras, le faltaba lo tercero. Apretó los labios.

    —Fauna…

    Ella era pura esencia. El polo que le faltaba. Su cuerpo serviría exactamente igual que el Ojo de Shinryu completo. Abriría el camino sin problema alguno. Y ella, junto a sus compañeros, sabían también esto; por lo que irían tras ella, y también tratarían de encontrar la parte que les faltaba: la parte de antiesencia.

    Umbra, la Soberana.

    Molesta, chasqueó la lengua, dejó que sus alas angelicales manasen de su espalda y comenzó a flotar, alejándose, mirando asqueada el cielo verdoso.

    —Este estúpido cielo… este estúpido mundo basado en mentiras —musitó, para sí misma, en voz baja—. Me tiene harta. Nunca debió existir. Pero no pasa nada. Es el destino de Ilumbra que los fallos terminen corrigiéndose. ¿Qué es otra pequeña espera sobre tantos años de planificación?

    >> … os espero, Fauna, a ti y a todos —esbozó una sonrisa siniestra, que no tardó en volverse una pequeña carcajada—. Dejaré que hagan el trabajo por mí —terminó diciendo—. Me abrirán el camino al Cielo… y me pondrán en bandeja de plata a “Kein”.

    Chasqueó la lengua de nuevo. Al decir ese nombre, notó un ligero pinchazo en el pecho, una sensación que le hizo sentir un sabor desagradable en la boca. El vello se le erizó, incluso. Vacuos sentimientos que trataba de reprimir, pues la desviaban de su propósito.

    —Esos poderes son míos —dijo, algo irritada—. Soy la Elegida. Él no sería nada… sin mí. Nadie en este mundo lo sería.

    Y, así, se desvaneció en el aire, volando a tal velocidad que pareció un cometa que recorrió el cielo fugazmente, en un destello apenas perceptible.
     
    • Fangirl Fangirl x 3

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso