El renacer de la villa de las sombras (shikatema, nejiten, naruhina...)

Re: El renacer de la villa de las sombras (shikatema, nejiten, naruhina...)

Hooooooooolaaaaaaaaa
Perdonadme por el enorme retraso en poner la conti, pero es que no he tenido practicament tiempo para escribir.
Pero buen como dicen mejor tarde que nunca así que sin más dilación os dejo el capi, espero que lo disfruteis.
Este capi se lo dedico a Kurokaze que aunque no postee me ha estado ayudando con la batalla de Neji, Tenten y Orochimaru.
Allá voy


Cap. 19 Si quieres vivir tienes que matarme


Eran un equipo perfecto, sin decirse palabra aquellos dos ninjas sabían perfectamente que planeaba el otro, con tan solo una mirada podían saberlo todo del otro en una batalla. Tenten confiaba plenamente en su compañero de equipo, sabía que él tenía mucha más experiencia y habilidad, a parte de una herencia familiar envidiable, pero a ella no le faltaba autoestima y confianza en si misma, y gracias a eso era capaz de seguir el ritmo demoledor del genio Hyuuga.

Pese a esta gran compenetración entre los dos ninjas el ritmo de lucha de Orochimaru era demasiado fuerte para ellos dos y tenían pocas oportunidades de atacar al sannin. Neji y Tenten no cesaban su movimiento por toda la estancia esquivando como buenamente podían los ataques del feroz sannin que no se detenía ni un solo momento, parecía que tuviera energía ilimitada, y como está claro el genio Hyuuga y la dominadora de armas no eran capaces de seguir con ese ritmo.

Orochimaru sonreía satisfecho al ver que los tenía contra las cuerdas y que estos no tenían la más mínima oportunidad de vencerlo. Pese a que no podrían vencerlo el sannin debía admitir que aquellos dos jóvenes tuvieran más resistencia que lo que él deseaba.

Neji sabía que tenían que derrotar a aquel hombre lo más rápido posible o terminarían agotados y sin posibilidad de defenderse en las garras de aquel reptil depredador. Su gran capacidad de observación y su experiencia en batallas lo llevaron hasta una conclusión: el poder de Orochimaru era demasiad poderoso para que ellos pudieran soportarlo, su única oportunidad era distraerle y aprovechar el momento para destruirle de un solo golpe.

La distracción era sin la menor duda la mejor de las opciones, pero sabía de sobras que aquel hombre no se distraería tan fácilmente, debía buscar algo que lograra ser un éxito y que no los condenara a la muerte en manos de aquel monstruo, por lo menos no a los dos, no podía arriesgar a Tenten a morir, eso si que no se lo perdonaría.

Tenten no sabía que hacer, por mucho que pensara no podía sacar en claro ninguna estrategia que lograra vencer al temido sannin. Miró con desesperación al Hyuuga buscando en su mirada la seguridad que a ella le faltaba. Pero la mirada de Neji expresaba la misma desesperación que ella. Un puño directo a su rostro la hizo volver la vista a su enemigo.

Ambos siguieron en aquel ritmo destructivo, violento y asesino del sannin hasta que Neji logró dar un golpe certero en el rostro del sannin que le dio unos segundos para acercarse a Tenten.

Tenten estaba asustada, la mirada de Neji no le agradaba nada, reflejaba miedo e inquietud, ¿Qué estaba pensando hacer? ¿Qué le pasaba?

- Tenten perdóname – dijo él seriamente.

¿Perdonarlo? ¿Por qué razón? Las piernas de la kunoichi temblaban como unas maracas, no le gustaba nada todo aquello. Sus ojos estaban vidriosos, era demasiada la tensión para que ella pudiera soportarla sin inmutarse y las lágrimas de desesperación empezaron a brotar con impaciencia.

Orochimaru se reincorporó del golpe y Neji salió corriendo hacia el exterior de la caseta en dirección hacia el bosque, dejando atrás a una impactada kunoichi junto a Orochimaru.

- No puede ser, no puede haberme dejado sola con él, Neji no puedes rendirte ahora y abandonarme ¿porqué me haces esto? - se preguntaba Tenten es sus pensamientos mientras las lágrimas brotaban con más fuerza.

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Axel corría tan rápido como sus piernas se lo permitían hacia el despacho de Tsunade. Abrió la gran puerta de madera de una patada, aunque podía haber entrado perfectamente por el agujero que había justo al lado de la puerta. El fuerte golpe de la puerta provocó que todos los que se encontraban en el interior del despacho giraran bruscamente su cabeza hacia allí con las armas en alto por si a caso.

Cuando vieron a Axel todos se relajaron y algunos se acercaron a él corriendo para ayudarlo a entrar el cuerpo medio muerto de Shikamaru.

- Shadow me dijo que lo trajera aquí, me comentó que tú quizás podrías hacer algo por él – le comentó Axel a Youko.

- Gracias Axel, hemos tenido suerte, podremos salvarlos – gritó con alegría la muchacha.

Naruto y Axel situaron el cuerpo inconsciente del shinobi en el suelo junto al de la muchacha. El joven moreno se acercó al cuerpo de Shadow, demasiado conmovido por su lamentable estado.

- ¿Por qué no me dejaste que te ayudara? – preguntó en un susurro mientras contemplaba aquel rostro tenso e inquietante.

- Axel no te culpes, ella lo decidió así – intentó animarlo Lee dándole unas palmadas en la espalda.

- Pero si hubiese confiado en mi quizás no estaría ahora muerta – respondió Axel dolido.

- Eso no es lo importante ahora, debemos confiar en Youko para que se salven – dijo Temari agarrando de la mano a Shikamaru.

Todos miraron a Youko esperando que empezara a actuar, ella pidió espacio y con su propia sangre, hizo un círculo que rodeara los cuerpos de ambos shinobis. La muchacha cerró los ojos y se concienció de lo importante que era su tarea, sabía que no podía ni debía fallar a sus compañeros, las vidas de ambos ninjas estaban en peligro y junto a sus vidas también dependian las de los habitantes de la villa de las sombras.

Concentró un chakra de color verdoso en ambas manos y pulsó el círculo de sangre que había dibujado con anterioridad. Ambos cuerpos situados en el interior se iluminaron y una fuerte ventisca azotó la habitación en un momento levantando una fuerte polvareda que obligó a cerrar los ojos a todos los ninjas que se encontraban en el interior de la habitación.

*+​

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Shikamaru se despertó en el centro de una sala oscura, no podía ver los limites de aquella habitación y casi no podía ver el suelo. La luz que entraraba en la habitación procedía de algún punto indeterminado del techo y solamente lo iluminaba a él.

El shinobi comprobó como estaban sus heridas y para su sorpresa no había ni el más mínimo indicio de que hubiese estado a punto de morir. Extrañado se levantó del lugar y con las manos como escudo fue caminando hasta lograr topar con una pared.

Después de pasar una hora andando por aquel lugar sin encontrar ni una sola pared que limitara la estancia donde se encontrara se sentó en el suelo y se colocó en su típica pose de pensar, pues todo aquello era demasiado extraño.

Buscó entre sus recuerdos algo con lo que pudiese salir de allí y fue entonces cuando recordó una frase que escuchó la primera vez que tuvo un sueño con su villa y con Shadow: No te preocupes cuando se marche el sol, mientras la última sombra se mantenga a tu lado.

Esa marcha del sol, seguramente hacía referencia al término de la vida, por lo último que recordaba, seguramente había fallecido. Y La última sombra, seguramente era Shadow, pues ella misma había afirmado ser la última guerrera de las sombras con vida.
Seguramente ella también había fallecido, pues la última imagen que había recibido de ella así se lo indicaba. Además ese espacio se parecía mucho a los que siempre veía cuando ella le mostraba el futuro.

- Me prometiste que la última sombra me ayudaría, quiero hablar con Shadow – gritó mirando a la luz que lo seguía iluminando.

Hubo unos segundos de silencio en los que se escuchó la voz de Shikamaru perderse en el vacío. Pero entonces una voz imponente, seria y fría retumbó por el lugar.

- El espacio y el tiempo son muy frágiles ¿estás seguro de querer romper ese equilibrio frágil?

Dudó un momento, no sabía si era adecuado romper el equilibrio entre el tiempo y el espacio, tal vez ocasionara daños irreversibles en el mundo, pero tampoco podía quedarse eternamente en aquel lugar.

- Sí – dijo finalmente con seguridad.

Una luz apareció desde uno de los lados de la habitación y una puerta de color blanco apareció brillando en toda su esplendor. Shikamaru con paso cauteloso se acercó hasta allí y la abrió con lentitud. Se adentró en la habitación y sintió que todo desaparecía a su alrededor.

Su ropa de guerrero desapareció y en unos segundos aparecieron unas prendas de color blanco con detalles dorados muy elegantes. La gran luminosidad de la sala que lo estaba cegando fue disminuyendo hasta dejarle contemplar la sala donde se encontraba.

Esta vez estaba en el interior de una sala completamente blanca que tenía una gran fuente de agua cristalina en el centro. Se acercó hasta allí buscando indicios de la presencia de la kunoichi de las sombras. Rodeó por completo la fuente y allí pudo divisarla.

Se encontraba de pie vestida con un vestido negro largo por la mitad del muslo, con diversos dibujos que parecían ser típicos de su villa, al igual que el pañuelo gris que recogía su cabello. En su mano portaba una katana plateada.

Con unos movimientos lentos que parecían más bien una danza colocó la katana apuntando a su pecho, cerró los ojos y movió la katana hacia su cuerpo.

Una gota de sangre manchó el perfecto blanco del suelo, un pequeño charco de sangre se fue formando y la kunoichi abrió los ojos llena de sorpresa, la sangre no era suya. Delante de ella, Shikamaru agarraba la afilada hoja de la katana con ambas manos logrando así detener el avance de esta en el cuerpo de la kunichi, pero provocando cortes en sus manos.

- ¿Qué te crees que estás haciendo? – le recriminó él.

- Quiero salvarte la vida – respondió bajando la mirada mientras soltaba la katana y dejaba caer sus brazos a los lados de su cuerpo, rendida.

- ¿Dónde estamos? – preguntó Shikamaru sujetando la katana por su empuñadura.

- La sala de la vida, donde se da el origen del tiempo – respondió ella dándole la espalda.

- ¿Hemos muerto? – siguió cuestionando.

- No todavía, estamos unidos, tú intentas mantenerme con vida con lo poco que te queda a ti de vida – contestó aun sin mirarlo – No debí dejar que te enfrentaras a Orochimaru, te he condenado a sufrir mi destino – dijo ella amargamente.

Shikamaru la cogió por los hombros y la giró para que lo mirara a la cara, pero ella seguía con la mirada baja, incapaz de enfrentarlo a los ojos.

- Deja de culparte, los dos nos expusimos a morir, tú no tienes la culpa de nada – le dijo Shikamaru sacudiendo su cuerpo levemente.

- Tú no lo entiendes Shikamaru, tú no deberías estar aquí, no voy a condenarte a sufrir mi destino, por eso devuélveme la katana – pidió ella estirando su brazo hacia el arma.

- No Shadow, no voy a hacerlo, no voy a dejarte morir mientras mi cuerpo aguante – dijo Shikamaru muy seguro de sí mismo.

- ¿Cuánto crees que aguantaras Shikamaru? No eres eterno, morirás antes de lo que te imaginas, por eso déjame que te ayude – insistió.

- Si tengo que morir moriré, pero no quiero seguir con vida sabiendo que tú te has sacrificado para ello, no podría soportar esa culpabilidad, a parte que es inhumano – defendió el Nara alejando lo más que pudo el arma de la muchacha.

- Shikamaru, tú no lo entiendes, pero tienes que seguir con vida porque tú eres importante para nuestra villa, si vas a poder salvar a cientos de personas no te preocupes por una que no vale la pena, por un monstruo destinado a morir – dijo con la voz entrecortada mientras escondía el rostro bajo su melena.

- No hables así de ti misma, si estás dispuesta a sacrificarte por la villa no puedes ser un monstruo. No te juzgues tan duramente – afirmó Shikamaru tiernamente.

Acercó su mano lentamente hacia el rostro de ella, quería calmar un poco su dolor, pues no podía evitar sentirse compadecido por el dolor y la fragilidad que transmitía la muchacha en aquel instante. Apartó la cabellera de su rostro, y la obligó a levantar la mirada, ella intentó esquivarla como si mirarlo la quemara por dentro. El corazón del shinobi se quedó compungido cuando vio aquellas lágrimas deslizarse por su rostro.

El joven Nara secó lo más dulcemente que pudo las lágrimas de la muchacha.

- Déjame morir, por favor – suplicó intentando esquivar su mirada.

- Quiero saber porqué sufres – dijo Shikamaru.

- He fracaso en el objetivo de toda mi existencia, ya no tiene sentido para mi seguir con vida, solo soy una arma rota – respondió ella amargamente – Mátame – le ordenó ella entre la fuerza de sus lágrimas.

- No voy a hacerlo – insistió Shikamaru.

La muchacha cogió la mano con la que el joven Nara sujetaba la espada, la alzó haciendo fuerza contra el chico que oponía resistencia. Apunto de nuevo su espada en su pecho, pese al constante forcejeo de Shikamaru por evitarlo.

- La villa te necesita con vida, no tienes otra alternativa. Si quieres vivir tienes que matarme.


Bueno espero que os haya gustado.
Intentaré escribir en todos mis tiempos libres para no continuar restrasandome, pero el probllema es que voy retrasada en todos mis ff.
Bueno intentaré todo cuanto pueda, pero os aseguro que no abandonaré el ff por más de tres semanas.
Cuidaos mucho
Adioooooooooooooós