El reino de Fuego - parejas indefinidas

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por xX Yuki Uchiha Xx, 29 Enero 2013.

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    Inaru Uchiha

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    hollla..

    ay me gusto mucho el capitulo, al fin se da cuenta de que si le gusta Sasuke, me gusta la actitud de ten ten, mi parte favorita fue donde Sakura empuja a Sasuke y cae junto con Naruto fue un momento único jejeje, también qué lindo itachi al evitarle lo del momento de la entrega del anillo jejeje ..

    Avísame cuando subas la continuación.

    Atte: Inaru♥
     
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    xX Yuki Uchiha Xx

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    Título:
    El reino de Fuego - parejas indefinidas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3964
    Capítulo 5:

    Los nuevos prometidos llegaron a la fiesta nuevamente, esta vez varios estaban bailando, los reyes se habían retirado con la intención de dejar que los jóvenes príncipes se divirtieran, de todas maneras habían muchos guardias del castillo cuidando sigilosamente el lugar; esa clase de diversión entre ellos y sin tanto protocolo o formalismo, era debido a que no había nobles invitados, tan solo los reyes del país del Hierro y los príncipes, así que todo quedaba en el castillo. Itachi invitó a Sakura a bailar, ella aceptó puesto que no podía darse el lujo de rechazar a su prometido, él se estaba portando bien, así que, qué más daba, todos esos últimos días estuvo practicando aquellos bailes, y se había dado cuenta de que era tan fácil como trepar árboles, se sorprendió de saber que era buena para bailar, y lo demostró frente a todos, quienes no creían que en tan poco tiempo ella hubiese aprendido a bailar de aquella forma tan grácil, tan delicada, tan femenina.

    —Lo haces muy bien para ser tu primer baile —la halagó el príncipe—, creo que a muchos les gustas.

    En ese momento, Sakura se percató de las miradas de todos, sobretodo de los hombres, incluidos príncipes, guardias y consejeros, y también las de las envidiosas, las doncellas y algunas princesas, la miraban y murmuraban sin ningún tipo de vergüenza, por lo que la pelirosa terminó sonrojándose, lo cual se vio adorable ante las miradas masculinas; minutos después, los prometidos fueron interrumpidos por Shisui.

    —Disculpen la molestia, pero me gustaría bailar con la princesa si fuera posible —solicitó muy caballerosamente.

    —Claro, te la encargo —él soltó gentilmente a Sakura y ella tomó la mano que él le extendía, los dos empezaron a bailar mientras que Itachi regresaba a su puesto.

    —Te la quitaron, pobre de ti —le decía Naruto cuando se acercaba junto a Sasuke.

    —Sí, pero sólo dejó que se fuera porque era Shisui, él sabe que Shisui no lastimará a Sakura —comentaba el pelinegro menor.

    —Cállense, eso no les incumbe —contestó a sus hermanos sin mirarles.

    —No lo molestes teme —reía Naruto.

    —Tú empezaste dobe —respondía Sasuke.

    Luego se quedaron callados, miraban bailar a la ojijade, se veía más relajada con Shisui que con Itachi, eso era más que obvio; por otra parte, la princesa Hinata no dejaba de echar ojitos a Naruto, cosa que ambos pelinegros notaron, pero el rubio era tan despistado que no se daba cuenta de aquella situación.

    —¿Bailarás con alguien dobe? —le preguntaba Sasuke muy intrigado por la respuesta de su hermano.

    —No, la verdad es que estoy cansado, y no creo que alguien quiera bailar conmigo después de todo, a las chicas les molesta que sea tan hablador, aunque algún día hallaré a la indicada, la que me quiera por como soy —decía orgulloso.

    —¿Eres idiota o te haces? —le fastidiaba Itachi—, allí hay una que no deja de mirarte, y tú ni caso.

    —¿En serio?, ¿y quién es? —el rubio comenzó a buscarla con la mirada, y Hinata al darse cuenta de que él estaba mirando a otras chicas, se dio media vuelta, así que cuando el príncipe pasó su mirada por donde se encontraba la princesa, sólo la vio de espaldas—, no hay nadie, ustedes sólo se la pasan fastidiándome.

    —Pero ella… —Sasuke iba a responder pero Itachi lo calló.

    —No malgastes esfuerzos hermano, si no puede darse cuenta por sí mismo, no es digno de ella —Sasuke se sintió mal por Naruto, aunque no lo demostró del todo, y el rubio, se sintió mal por sí mismo.

    **********

    —Y dime princesa ¿Cómo se está portando mi primo? —ella sonrió.

    —Él es bueno conmigo, no podría decir lo contrario, y pues, me he dado cuenta de que respeta mucho tu opinión —fue lo que le contestó—, creo que por ello me trata bien.

    —No es eso, realmente Itachi es buen tipo, solamente intenta olvidar la presión que siente por lo de convertirse en rey tan pronto, con otras cosas que en verdad no le convienen, pero creo que tú lo ayudarás a partir de ahora, sería bueno que le enseñaras cosas que en el castillo no se puede aprender —le sugirió, aunque más que como una sugerencia, sonó a favor.

    —Por supuesto, haré lo que pueda, después de todo, él me dejará ir cuando ya sea rey —estas palabras sorprendieron a Shisui, quien se detuvo de golpe en cuanto al baile, e hizo que Sakura casi tropezara, pero se percató a tiempo y la sostuvo sin inconveniente alguno.

    —¿Te dejará ir? —preguntó confundido—, ¿eso fue lo que te dijo?

    —S-sí —a la pelirosa le pareció extraño que Shisui no lo supiera—, es un trato que hicimos hace unas semanas, antes de que él…

    Ella se quedó recordando aquel beso que Itachi le arrebató, su primer beso, que no estuvo para nada mal, pero que no fue porque ella lo sintiera, no fue porque ella quisiera besarlo en aquel momento, aquello la hizo sonrojar de nuevo, y Shisui entendió el por qué de su silencio y sonrojo; él sonrió, después hablaría con Itachi sobre aquel trato, por ahora se dedicaría a pasarla bien.

    —Y dime Sakura, en este tiempo que ya llevas en el castillo, ¿te ha llegado a gustar alguno de los príncipes?, digo, no porque seas prometida de uno, no puedes mirar a los otros, además, así como hay cosas que Itachi no me cuenta, hay cosas que yo tampoco lo hago, por lo que puedes confiar en mí —otras vez el rubor en sus mejillas, pero esta pregunta era algo confusa, aunque perfectamente clara, y confusa porque ella no tenía en claro quién le agradaba de ese modo, ya se había dicho así misma que ella no era así, de enamoradiza y cursi, eso no iba con ella, Sakura era simplemente Sakura.

    —No quisiera pensar en esas cosas, aunque puedan suceder con el tiempo, espero no ceder ante ellas —eso fue suficiente respuesta para el joven príncipe—. Ahora dime tú ¿tienes alguna prometida o algo así?

    —¿Eh? —esa pregunta le cayó de sorpresa, y es que no esperaba que ella cogiera la suficiente confianza como para preguntárselo, pero no le molestó del todo—, bueno, eso es complicado, no he aceptado ningún compromiso aún, y no estoy del todo obligado todavía, mi padre puede seguir reinando sin problemas.

    —Entonces sí te agrada alguien —afirmaba la ojijade como si fuera fácil entender aquello, y él sonrió, o más bien se rió, lo cual ocasionó que varios dirigieran sus miradas hacia ellos.

    —L-lo siento —dijo aclarando su garganta—, creo que es hora de que vuelvas al lado de mi primo, vamos.

    Y extendiéndole el brazo, se marcharon hacia donde se encontraba su puesto, junto a Itachi, el cual estaba algo serio; se despidió de la pelirosa con una leve reverencia, y se dirigió a su lugar, pero luego se marchó del gran salón, se fue solo, y a Sakura le pareció muy extraño, así que se excusó diciendo que quería algo de aire nuevamente, y se levantó para irse; Itachi se levantó también, la tomó de la mano, y se la llevó dejando solos a Sasuke y Naruto.

    —¿Quieres seguir a Shisui? —la pelirosa se quedó de piedra, sus planes fueron revelados—, te llevaré hasta donde se encuentra.

    Ella callaba, en silencio y sumisa, como una esposa ideal, siguió a su prometido cuidadosamente sin hacer ningún ruido, él la llevó hasta unas escaleras, que llevaban hacia la torre donde él la había besado antes, y eso la puso nerviosa, pero continuó, ella creía en la promesa de que Itachi no la volvería a besar; llegaron hasta arriba, y oían unas voces, la puerta estaba entreabierta, por lo que Sakura se dio cuenta de que aquella voz masculina era de Shisui, y había otra voz, pero era femenina, la cual ella no reconocía, se acercaron más y vieron a una castaña de cabello largo, lacio, y en una cola baja, era hermosa, aunque era solo una doncella, la pelirosa la había visto en la fiesta, ella era la doncella de la princesa Shizune del país del Trueno, eran la familia enemiga de los Uchiha.

    —Ella es la amante de Shisui —susurró él—, aunque no del todo así; se llama Hana, pero, no siempre pueden verse, esta es una oportunidad especial, y este lugar se lo sugerí viendo que son muy pocos los que vienen hasta aquí arriba.

    —Él me dijo que no había aceptado ningún compromiso, ¿acaso era por ella? —preguntó en un susurro también.

    —Sí, él la ama, y viceversa, pero esta es una unión que no podría darse así como así —respondió el pelinegro.

    —¿Pero si yo pude convertirme en princesa, por qué ella no? —Sakura estaba muy fastidiada con el asunto, le parecía injusto que dos personas que se amaran no pudiesen estar juntos.

    —Es complicado, lo tuyo fue por un pacto, pero ella es sólo una doncella, y además, sirve a la familia de mi tío Madara, es más como una esclava, aunque Shizune, mi prima, sabe sobre esto, y lo aprueba, ella es la única cuerda en esa familia —eso hizo sentir peor a Sakura, lágrimas cayeron por sus mejillas, pero se volteó para que Itachi no la viera.

    —Ya vámonos, si este es un momento precioso para ellos, dejémoslos a solas —ella fue bajando con cuidado, y el príncipe Itachi la siguió.

    Ambos caminaban en silencio hasta el gran salón, pero él la detuvo por un momento, la volteó, y la miró de frente a su rostro, tomó un pañuelo, y le limpió los restos de lágrimas que habían quedado; ella se sorprendió, y recordó las palabras de Shisui: “Itachi es un buen tipo”, realmente lo era, era sensible aunque un poco torpe a veces, pero tenía un buen corazón, si no fuera así, no permitiría los encuentros de su primo en su propio castillo, sabiendo que no era correcto.

    **********

    La fiesta terminó sin nada que reportar, ni Sasuke aceptó las invitaciones de Ino para bailar, ni Naruto notó quién era la princesa que no le quitaba la mirada de encima; habitaciones había para todos, así que tocó descansar, lo cual hicieron todos sin excepción, o eso pensaban, ya que había una serpiente rondando el castillo…

    …Al día siguiente, todos amanecieron para el desayuno real que iba a ser en el gran comedor, ya que después de ello, los invitados regresarían a sus reinos…

    —Buenos días, princesa —Sakura recién salía de su habitación, cuando se encontró con aquella inesperada sonrisa—, ayer no tuve tiempo de presentarme adecuadamente, mi nombre es Izuna Uchiha.

    —B-buenos días, su alteza —saludó la pelirosa con un poco de temor y una leve reverencia—, soy Sakura Haruno.

    —Lo sé, la futura soberana de este reino —ambos caminaban con sus guardias detrás, Shii por la princesa, y Orochimaru por Izuna—, y eso será muy pronto a mi parecer, el rey no luce muy bien.

    —Eso no lo podría asegurar, su alteza, es algo de lo que no me compete hablar, además… —ella fue interrumpida.

    —Además Izuna, si deseas saber cómo se encuentra mi padre, puedes ir y preguntárselo tú mismo, así como lo ha hecho el príncipe Neji —Sakura se sintió aliviada de ver a Itachi, detrás de él llegaba Konan, y es que ella al parecer había ido a buscar a Itachi para informarle sobre la extraña visita del príncipe Izuna junto a su consejero Orochimaru.

    Inoichi llegaba junto a Konan, lo habría interrumpido de alguna reunión, pero él no dudó en ir a buscarla y protegerla del enemigo, así sea su propia familia; de esto se dio cuenta la pelirosa, y lo agradeció, en verdad no sólo Izuna la ponía nerviosa, sino también el tal Orochimaru, se notaba a leguas que aquel hombre no llevaba ninguna buena intención, aunque había algo en el príncipe Izuna que la hacía pensar que sólo era manipulado o algo así, su mirada mostraba algo de pureza, aún no estaba del todo corrompido, aún tenía oportunidad de hacer lo correcto, todo eso se le vino a la cabeza cuando se alejaba junto a Itachi, ya que Inoichi se ofreció a llevarlo ante el rey Fugaku y ofrecer sus respetos.

    —Gracias Itachi —dijo la princesa, y él la quedó viendo unos segundos, luego se detuvieron y posó su mirada sobre el guardia de la princesa.

    —Shii —llamó muy serio—, no dejes que se vuelvan a acercar a la princesa, de ellos sólo la princesa Shizune puede hacerlo, y también los Hyuuga, a pesar de todo confío más en ellos que en Izuna y Orochimaru.

    —Sí, su alteza —contestó Shii haciendo una reverencia.

    —Konan, buen trabajo —a ella le sonrió, y aunque Konan lo tomó como un simple agradecimiento, a la pelirosa por alguna razón le molestó.

    —Gracias, su alteza —dijo sin mirarlo y también haciendo una reverencia.

    —Sakura, tengo que irme, estaba acompañando al rey Dan, ve a desayunar con los demás, deben estar esperándote —y así se marchó, también con una sonrisa hacia ella.

    Ella no se movió hasta que ya no lo vio más, y luego se dio media vuelta y continuó su camino hacia el gran comedor, todos los príncipes y princesas se encontraban allí, y ciertamente la esperaban, sin ella no podían comenzar, ahora era la princesa heredera; Sakura tomó asiento, y luego los demás, y así comieron… ella notaba cómo Shisui miraba hacia donde se encontraba Shizune, pero realmente miraba a la doncella que se encontraba detrás de ella, y ahora se sentía cómplice de aquel amor prohibido, pero la hacía sentir bien, y quería ayudarles, así que lo primero que haría cuando fuera reina, sería pedir que Hana viniera al castillo como su doncella, y luego la convertiría en alguna noble o algo así, y poco a poco habrían más opciones para que Shisui pudiera comprometerse con ella, Sakura sonreía, estaba contenta, Sasuke y Naruto estaban cerca y la miraban curiosos, intentando descifrar qué era lo que sucedía con ella, Ten Ten también la miraba y quería saber de qué iba aquella expresión.

    —¿Qué sucede Sakura? —le preguntaba bajito a su lado la castaña.

    —Es que… —iba a contarle de sus planes.

    Todo iba bien, todo en calma, hasta que entró el príncipe Izuna algo enojado, tomó asiento sin saludar a nadie, y sin mirar a nadie más que a Sakura, lo cual casi todos notaron, y pensaron que se atrevía a mirarla sólo porque el príncipe Itachi no estaba presente.

    —I-zu-na —esa era Ten Ten, quien parecía no temerle a su primo—, ¿se puede saber qué te sucede?

    —Ten Ten, cálmate —le sugería susurrando su hermano Shisui quien estaba a su lado—, no armes un escándalo aquí, si deseas golpearlo o lo que sea, espera a que terminemos de comer.

    —Tienes razón, lo siento, pero que deje de mirar a Sakura de esa manera —Naruto reía con lo que decían sus primos, él tampoco le temía a Izuna.

    —¿Cómo se atreven…? —cuestionaba furioso Izuna levantándose de su lugar y queriendo lanzarse contra Naruto, pero Sasuke se metió.

    —Recuerda que no estás en tu reino donde haces lo que te place, así que compórtate idiota —todos los príncipes y princesas miraban anonadados aquella escena.

    —¡Izuna, tranquilízate por favor! —Shizune no sabía cómo calmar a su hermano.

    Izuna se enojó mucho más que antes, iba a lanzarle un golpe a Sasuke, pero Sakura se levantó de su lugar y se interpuso entre ellos, no quería que nadie arruinara aquel momento, pronto Shisui y Hana ya no podrían verse, hasta alguna nueva oportunidad quizás algo lejana, así que el golpe lo recibió ella, fue bueno que Izuna se diera cuenta a tiempo que a quien iba a golpear era a una chica y no al mediocre de su primo, por lo que contuvo su fuerza lo más que pudo, y gracias a ello, ella en vez de ser golpeada con su puño, fue con su antebrazo, quien la hizo caer por la fuerza, claro que cayó encima de Sasuke.

    El guardia de la princesa detuvo al príncipe Izuna, el cual no opuso resistencia, en verdad se había asustado de sólo pensar qué le había hecho, Naruto salió en defensa de ellos, mientras que Shisui salió a buscar a Itachi, el cual, interrumpido nuevamente, decidió ir a intervenir en aquella lucha, además de que Shisui condujo al rey Dan a aquel lugar, él debía presenciar aquello, él era un mediador, y por lo tanto sería de ayuda.

    Itachi entró al comedor, vio a todos los príncipes y princesas alrededor del lugar donde supuestamente estaban luchando, eran Izuna y Naruto, parecían ya haberse dado algunos golpes, y Shii había soltado al príncipe Izuna por órdenes de los príncipes Sasuke y Naruto; Sasuke estaba sosteniendo a Sakura, ella se había desmayado por el impacto y el susto, ya que en su rostro no le había pasado nada, al menos eso parecía. Itachi fue rápidamente hacia ellos y los detuvo.

    —¡Ya basta, ¿qué es todo esto?! —él estaba gritando, estaba exaltado—, si ya terminaron de comer, por favor vuelvan a sus habitaciones, pero déjenme a solas con ellos.

    —Él empezó, si no fuera porque quiso golpear a Sasuke, y salió golpeando a Sakura —el rubio se estaba excusando de aquel comportamiento.

    —¡Tú ni siquiera eres parte de esta familia, así que no te metas! —esta vez Izuna era el que gritaba, hiriendo a Naruto mientras los demás terminaban de retirarse.

    —Naruto ha demostrado ser mucho más familia para nosotros que tú, y tu patético padre —le decía un furioso Sasuke, quien siempre agradeció tener a Naruto de hermano.

    —Eso es totalmente cierto, el que debe agradecer de estar aquí eres tú —Sai ya no podía quedarse tan sólo mirando.

    —Creo que ya es hora de terminar con esto —el rey Dan quien había estado escuchando aquello desde la puerta esperando que todos salieran, caminó hacia ellos—. Príncipe Izuna, es hora de que vuelva a su reino, será lo mejor, y lo lamento por la princesa Shizune que nada tiene que ver en todo esto.

    —Izuna, márchate si no quieres que te mate en este instante —Itachi no quería verlo, sabía que si lo hacía perdería la cordura, por lo que se fue acercando hasta donde estaba Sakura, la cargó en brazos y se la llevó de allí.

    Izuna salió de aquel lugar, Orochimaru se encontró con él, quiso saber qué le había sucedido, pero el príncipe no quiso darle detalles, después de aquello, buscaron a Shizune, su doncella, guardián y los cinco se marcharon sin despedirse de nadie; Sasuke se sentía fatal, ese golpe no era para ella, era para él, y si ella dejaba de hablarle, si se enojaba con él, nunca perdonaría a Izuna, él no lo odiaba, Sasuke también pudo ver que su primo se contuvo para no golpear tan fuerte a Sakura, que incluso parecía que quiso detenerse pero ya era muy tarde, eso le hizo sentir aún peor.

    **********

    Sakura estaba en su cama cuando recobró el conocimiento, sólo casi una hora le tomó para hacerlo, pero Itachi le había ordenado que descansara, y que cualquier cosa, podían avisarle sin dudar, además de que ya todos habían vuelto a su reino, incluso Ten Ten, Shisui y Sai, de quienes no pudo despedirse; recordaba muy bien todo lo sucedido, y sólo se sintió como una tonta, aunque intentaba detener aquella riña, terminó siendo una carga para muchos. Quiso levantarse, al menos para salir al jardín, ya llevaba tres o cuatro horas metida en la habitación sin poder hacer nada, estaba aburrida.

    —Konan, quiero salir —pedía con una lúgubre voz.

    —Lo siento su alteza, son órdenes del príncipe Itachi, él está encargado de su seguridad —se disculpaba su doncella.

    —Entonces llámalo, es una orden —en ese momento Konan salió a prisa, ella pensaba que la princesa era algo caprichosa, pero le agradaba que lo fuera, al menos con el príncipe Itachi, quien ante ella cedía a sus pedidos casi siempre.

    La doncella fue a buscarlo, lo interrumpió de otra reunión con Fugaku e Inoichi, él también se veía realmente aburrido, así que inventó una excusa de que la princesa estaba pidiendo su presencia, se sentía realmente mal y necesitaba de su compañía; sus consejeros tuvieron que entenderlo y lo dejaron ir, Itachi a la vez estaba preocupado, pero le parecía extraño que Sakura pidiese su compañía.

    —¿Estás segura que eso fue lo que dijo? —le preguntó algo cansado y aceptando cualquiera que fuera la respuesta.

    —Bueno su alteza, ella realmente pidió por usted, está aburrida y quiere salir, quizás usted pueda ponerle como condición que sólo saldrá si usted la acompaña —le sugirió divertida.

    Ambos llegaron a la habitación de la pelirosa, Shii resguardaba la entrada, se hizo a un lado para dejar entrar al príncipe y a Konan, los cuales lo hicieron al instante, y él, se dirigió inmediatamente hacia la cama de la princesa, ella estaba echada hacia un lado, y jugaba con sus dedos dibujado sobre su cama, al percatarse de la presencia de Itachi, saltó de la cama como una niña que ve entrar a su papá y quiere saltar a sus brazos para jugar.

    —I-ta-chi, quiero salir de aquí, ten compasión —le rogaba la pelirosa de manera traviesa, lo cual le hizo perder la cabeza por un momento.

    —Sakura —intentando mirar hacia otro lado—, te dejaré salir solo si voy contigo, lo cierto es que también necesito un poco de aire, y de paso te vigilo.

    —P-pero no me pasó nada, mírame —con total inocencia se paró sobre la cama, y caminó hasta acercarse al rostro del príncipe, lo cual hizo que este se sonrojara como nunca lo había hecho ante una chica.

    Konan al notar esto, se retiró de la habitación, dejándolos a solas, era un momento de intimidad para ellos, al menos lo era para el príncipe, ya que parecía haberse quedado prendado de la pelirosa, se notaba el interés que había despertado por la princesita, y todos lo sabían, incluso Sasuke y Naruto, y por supuesto el príncipe Shisui, por ello le sorprendió saber que la iba a dejar ir una vez se convierta en rey, aunque pensándolo bien, si Itachi realmente sentía aquello por Sakura, él la dejaría ir si eso la hacía feliz.

    —Y-ya puedo ver que no te pasó nada, al menos en el exterior, pero aquí… —extendió su mano y acarició su mejilla, luego con uno de sus dedos, presionó un punto bajo su ojo izquierdo, y ella se sobresaltó—… ¿eso dolió verdad?

    —¿C-cómo supiste?, ni yo lo noté hasta que me tocaste —ella dejaba que él le siguiera acariciando aquel lugar, le agradaba que lo hiciera.

    —Me he metido antes en muchas peleas, así que puedo darme cuenta —él ya no estaba tan nervioso.

    El hecho de que ella siguiera tan cerca y estuvieran solos, lo hizo desear besarla, por lo que se acercó lentamente mostrando sus intenciones, y Sakura por aquellos segundos lo deseó, pero él recordó su promesa, y milímetros antes de llegar, agachó la cabeza, la soltó con delicadeza, y se hizo a un lado, sonrió en señal de derrota.

    —Konan te acompañará, aún tengo cosas que hacer —Itachi se marchó, la dejó helada.

    Sakura no entendía lo que acababa de pasar, ella estaba deseosa de un beso suyo, pero él no lo hizo, recordó aquella promesa, y cumplió, eso la dejó aún con más ganas de besarlo, pero le era demasiado difícil admitirlo, nunca se lo diría; se tiró a la cama, se metió bajo las sábanas, y abrazó una almohada, momentos después Konan entró.

    —Entonces ¿Lista para salir princesa? —ella le sonreía pensando que Sakura estaría entusiasmada por escapar de la habitación.

    —Me siento algo mareada, creo que me quedaré en cama —Konan estaba desconcertada, algo cambió desde que se marchó, pero no supo qué.
     
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    Izuna

    Izuna otouto de Uchiha Madara (¿?)

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    *shock*....snif....snif...yo.....yo....soy malvada T_T!!!!!!! por que??!!!! yo soy pacific@, yo no mataria ni a una mosca D': mama eso me lastimo mucho, yo jamas golpearia a Sakura-chan, ya me cae bien snif T_T yo no...buaaaaaaaaaa!!!!!!!! buaaa!!!!! nadie de mi familia me quiere :'(
    Bueno dejando mi drama atras u.u.....PUSISTE SHISUHANA *-*TE AMOOOO!!!! pero es triste que no puedan estar juntos :'( espero que Skura pueda hacer algo, a esa picarona le gusta sasuke ¬w¬....vovliendo a lo anterior...me echaron del reino T_T!! mama buscame una pareja:D...yugito *--* la hermana de Shii aajshjdg xDD jajajajaja solo fue sugerencia
    En resumen: ME EN-CAN-TO, jejeje
    gracias por avisarme :D espero la conti muy pronto de neuvo *-*
    sayoooooo <3
     
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    Rein

    Rein Once

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    Otra vez pasaron varias cosas y me encantó *w* amo tu forma de narrar todo, ya te lo había dicho no? No lo sé pero no me cansaré de decirlo :D me gustó el baile m los imaginé muy románticos :3 bueno al ItaSaku xD A Shisui y a Sakura... No jaja me dio un poco de ternura su plática. Luego el amor prohibido de Shisui!!! *w* casi muero!! xD bueno no es literal jaja Luego la pelea a medio desayuno D: me lo imaginé muy genial xD aunque pobre Sakura... No se lo merecía... Pero hizo bien y a la vez mal... Pobre Sasuke-kun u.u se ha de sentir de la fregada por eso u.u Ahora lo último: el momento ItaSaku *w* muy tierno... Me hubiera gustado que sí la hubiera besado xP pero veo que es hombre de palabra :3 me dolió que mi hijo Naruto le haya afectado el comentario de Izuna! :P juro que lo mataría pero... Estoy muerta xD bueno gracias por avisarme y espero y así sea para la próxima *w* sayonara-ttebane (*w*)/
     
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    himeko hyuga

    himeko hyuga Usuario común

    Piscis
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    Hola! me encanto el cap! no se si me habia pasado a leer el anterio, porque creo que no jeje ^^U perdon u.u
    esta vez fue mas notorio el romance que flota en el habiente o eso creo yo. Se ve que Sakua aprende bastante rapido y eso es bueno, pues siempre es una lata aprender cosas como esas que regiran tu vida a partir de ese momento. Me gusto mucho la descripcion del baile y que los reyes desaparecieran para dejar dsfrutar a los principes que aunque ya no usan tanto protocolo entre ellos aun sigue existiendo formalismo.
    NaruHina! Naruto es un despistado! como no le resulta evidente que la Hyuga esta loca por él?Me gusto ucho la frase que Itachi le emciono a su hermano de que si no erz capaz de darse cuenta por si mismo de la princesa, no era digno de ella. Itachi es todo un conquisador y un romantico *-*
    Pobre Sasuke, se esta enamorando de la princesa y no se da cuenta, por eso le duele y le preocupa tanto que ella este molesto con él por el golpe, pobrecito, será dejado por su hermano mayor, porque Sakura ha comenzado a mostrar interes por Itachi, y eso con el tiempo es algo inevitable, basta con esa demostracion en la que queria besarlo, me encanto esa escena fue tan romantica... e inocente, me recordo algo personal que ocurrio hace años y me saco una gran sonrisa =D
    gracias por avisarme de la conti espeo que lo hagas con la prox

    att:Himeko-chan =D
     
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  6.  
    Inaru Uchiha

    Inaru Uchiha Entusiasta

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    Hola…. Me gusto mucho el momento donde casi se besan, ya casi se me figuraba que se besaban, que mal el momento donde golpearon a sakura, lo bueno que no fue mucho lo del golpe, ya empiezo a dudar lo que yo creí que sucedería, que quedaría con Sasuke, por cómo se está comportando itachi parece que ya ay amor, jejeej
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    xX Yuki Uchiha Xx

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    Capítulo 6:

    La “enfermedad” de la princesa duró todo un día y una noche, los tres príncipes y los reyes estaban preocupados; Sasuke pensaba que era a causa del golpe que recibió por parte del príncipe Izuna, a pesar de que le habían informado que no le sucedió nada de importancia, pero él no lo creía así y se culpaba por ello; Naruto le había llevado ramen ya que se enteró que la pelirosa no había comido nada en todo el día; y el príncipe Itachi le envió un ramo de flores de cerezo, las cuales perfumaron sus aposentos, e hicieron que aquellos sentimientos que ella intentaba expulsar de su mente, fueran difíciles de olvidar.

    Un día y medio después, la princesa salió al fin, se dejó ver por todos en el té de la tarde, y se disculpó por haberlos preocupado; los que la observaban se dieron cuenta de que estaba algo pálida y se preocuparon aún más, pero no dijeron nada, y Sasuke no se atrevía a mirarla fijamente, ni a dirigirle la palabra, lo cual Sakura pudo notar. Saliendo de aquel lugar, la princesa pidió al príncipe Sasuke que la acompañara a la biblioteca, necesitaba hablar con él, por lo que él no pudo rechazarla, para él era difícil inventar excusas, así que se encaminaron juntos hacia allí.

    —Sasuke, ¿puedes dejar de poner esa cara?, es deprimente —le dijo con seriedad mientras caminaba hacia un librero y pasaba sus dedos por los muchos libros que este contenía, leyendo los lomos curiosamente.

    —S-sakura, en verdad yo… yo lo siento mucho, todo fue por mi culpa, yo… —ya no pudo continuar hablando, se sostenía la cabeza de impotencia, no sabía qué más decir para que ella le perdonara, y es que Sakura empezaba a ser alguien importante para él, aunque sabía que aquello nunca sería más que una amistad, pero por lo menos deseaba protegerla cuanto pudiera.

    —Tonto, no te culpes por meterme donde no me llaman… —contestó mirándolo con una tierna sonrisa esta vez—… aunque si sucediera nuevamente, me volvería a meter.

    —Pero… —la princesa no lo dejó hablar.

    —Estos últimos días fueron muy extraños —la ojijade agachó un poco la cabeza y fijó sus ojos en aquel anillo que no dejaba de brillar delicadamente en su dedo.

    —¿Te gustó el anillo verdad?, Itachi siempre fue amable con las mujeres —el pelinegro vio cómo la princesa pareció entristecerse un poco—, pero parece que ahora toda su amabilidad está enfocada en ti.

    —Tu primo Izuna, no es tan malo como parece, me pregunto qué sucedió realmente con él —ella seguía sonriendo, y esta vez se acercaba a Sasuke—, ustedes los Uchiha han complicado mi vida, aunque no puedo asegurar si para bien o para mal, claro que en tu caso sé que es para bien.

    —Cambiaste de tema, él sí que te afecta, los dos son tan tontos —Sasuke ya lucía más animado, no podía sentirse mal, si veía a alguien más sentirse peor.

    —Eso no es… —iba a negar aquello, pero de pronto las puertas de la biblioteca se abrieron, y Naruto apareció junto a Itachi; ellos, los prometidos, se miraron por unos segundos, y luego, ella se marchó en silencio.

    **********

    Días después, el príncipe Itachi había estado aún más evasivo hacia la princesa Sakura, y ella de la misma forma, si uno estaba en la biblioteca pasando el rato, el otro se iba al jardín, o a la torre, además de que Sakura se escudaba con la compañía de Naruto o Sasuke, y también, yendo a alguna lección en compañía de Konan, o un té con la reina, y hasta le pidió a su guardia Shii, que le enseñara el manejo de la espada, empezando por el kenjutsu al igual que lo hacían Naruto y Sasuke, aunque ellos ya tenían mucha más experiencia; la reina no se opuso, por lo que empezó sus entrenamientos con muchas más medidas de seguridad que las que tenían los príncipes, y allí Sakura podía olvidar por momentos aquellos pensamientos y sentimientos que inundaban su mente y su corazón; buscar pasajes secretos, ya no era prioridad, los empezaba a olvidar, o mejor dicho, no los recordaba bien por tener su mente en ocupada otro lado.

    Pasaron un par de meses, y la princesa Sakura cada día se parecía más a una princesa, sin perder su humildad y sentido del humor, además de no temerle a nada, a excepción del príncipe heredero, a quien cuando debía acompañar en alguna reunión, evitaba mirarlo, y cuando él la invitaba a salir o tener una comida juntos y a solas, ella inventaba algo para rechazarlo, pero delante de los demás fingía muy bien, todos creían que se llevaban perfectamente, y a pesar de ello, Itachi no se atrevía a preguntarle sobre su cambiante actitud.

    —¿Están peleados o algo así? —le cuestionó Sasuke a Itachi, un día en que estaban descansando en la biblioteca.

    —Sí Itachi, ¿por qué la estás evitando?, ¿le hiciste algo y no te perdona? —lo interrogaba Naruto mientras arrojaba bolas de papel hacia un contenedor de basura, intentando encestar.

    —No se metan… de todas formas ustedes no entenderían —respondió con un largo suspiro.

    —¿No entiendo que te enamoraste de Sakura?, eso es demasiado evidente; a lo que me refiero es si pelearon por algo, o lo que te preguntó Naruto —él pelinegro mayor agachó la mirada, sintió un leve rubor en sus mejillas y no quiso que lo descubrieran sus hermanos.

    —¿La besaste otra vez? —el rubio estaba algo enojado con su hermano mayor.

    —No la besé, y ese creo que es el problema, yo le prometí que no lo haría, pero ella pareció querer recibir uno el día de aquel incidente —contaba avergonzado—; no podría hacerlo, le prometí también que cuando me convierta en rey, dejaría que se marchara y fuera libre nuevamente.

    Sasuke y Naruto se sorprendieron, ya que ellos no sabían sobre ese asunto aún, se dieron cuenta de que Itachi hablaba sinceramente, él no deseaba atar a Sakura a una vida de “esclavitud” en aquel castillo, conocían perfectamente el espíritu libre de aquella muchacha, y ese era una de sus grandes cualidades.

    —No seas egoísta, al menos pregúntale si eso es lo que aún desea, quizás quiera pasar su vida contigo, y tú sólo pasas de ella —le aconsejó Sasuke—, también es obvio que te ve de otra forma, y finge ser indiferente.

    —El teme tiene razón, yo creo que ella será sincera si lo haces, puede ser que le avergüence, ya que le llevas varios años de diferencia, pero para el amor, no hay edad, eso dicen —y con estas palabras, dejaron meditando al mayor de sus hermanos.

    ***********

    Una tarde, llegaron visitas al castillo, los reyes del país del Viento, el rey Gaara y la reina Matsuri, ellos aún eran jóvenes, la reina Mikoto, a pedido del rey Fugaku, había invitado a sus majestades a una cena, y les había informado a los príncipes herederos para que estuviesen listos para recibirlos, por lo que ellos estuvieron esperándolos en la puerta principal del castillo, para guiarlos hacia sus aposentos, y luego pasar a aquella cena.

    Sakura se arreglaba lo mejor posible, ella estaba nerviosa, sobretodo porque el príncipe Itachi se ofreció recogerla una hora antes del evento, y ella no pudo negarse, ya que la reina estaba presente cuando lo hizo; ya estaba lista, a la princesita no le gustaba hacer esperar a nadie, no importara que fuera un amigo o enemigo, además, era él quien la iba a buscar. La puerta de su aposento fue abierta, y Konan le avisaba que el príncipe ya se encontraba afuera esperando por ella, por lo que ella salió y lo saludó con una leve reverencia, se detuvo a su lado para cogerse de su brazo que él le ofreció, y sin decir nada, dejó que él la guiara.

    —¿No me hablarás ahora que estamos solos? —le preguntó el pelinegro.

    —Aún es temprano para la cena ¿Me dirás hacia dónde me llevas? —ella se sentía curiosa por saber, y también se le notaba algo sonrojada.

    —Sakura, en verdad me estás volviendo loco —él se detuvo, deslizó el brazo de la princesa del suyo con cuidado, y la tomó de la mano—, quiero preguntarte algo muy importante.

    Ella volvió a seguirlo sumisamente, se dirigieron a la misma habitación donde él le había entregado aquel anillo, ella lo reconoció al instante, él la hizo tomar asiento en uno de los sillones que habían allí, él hizo lo mismo; se observaron sigilosamente, al menos ella quería averiguar de qué iba aquello, y cuando ella se rendía esquivando la mirada, sintió cómo él se levantó de su lugar, caminó hacia ella, y se arrodilló hasta quedar a su altura.

    —Contéstame algo —ella lo volvió a mirar, a aquellos ahora cercanos y profundos ojos negros—, ¿qué piensas sobre ser reina?, ¿deseas convertirte en una realmente?, ¿deseas ser “mi” reina?

    —Esas son muchas preguntas, ¿no lo crees?, pero si debo responderlas, diría que… —ella se ruborizó y apartó la mirada moviendo la cabeza hacia un lado, por lo que Itachi posó su mano sobre su quijada, y giró su rostro hacia él con delicadeza.

    —Te necesito a mi lado Sakura, pero es tu decisión, no te forzaré a nada, yo… —la pelirosa lo cortó, puso dos dedos sobre los labios del azabache.

    —No digas más por favor —agachó un poco la cabeza.

    Itachi sonrió, y ella lo sintió en las yemas de sus dedos, él quitó aquellos dedos de sobre él, y cogió aquella pequeña mano, con ambas manos varoniles que encantaban a cuanta mujer las viera, no la dejó ir, colocó su frente junto a la de ella, ocasionándole un sobresalto a la princesa, y otro de sus últimamente conocidos y largos suspiros salió de su boca, para seguirlo unas cuantas palabras.

    —¿Sabes?, ya no sé qué hacer contigo, no puedo contenerme más —ambos sentían sus alientos tan cercanos, tan cálidos, sus respiraciones estaban perfectamente coordinadas, y hasta se podría decir que oían los latidos del otro.

    —Yo tampoco puedo negarlo más, realmente acabé enamorándome de ti, pero tengo miedo —estas últimas palabras sonaron como en un susurro y entrecortadas.

    —¿Me tienes miedo? —preguntó él algo inquieto y esperando una respuesta que lo tranquilizara.

    —Tengo miedo de que si estoy contigo, luego te aburras y busques a una mujer más linda y con más experiencia que yo, por eso preferiría si nada sucede, aunque ya es tarde para decir algo así ¿Verdad? —Itachi la entendió perfectamente, y es que él tenía la culpa de aquellas inseguridades.

    —No sé si hacer otra promesa, una que diga que no veré a otra mujer sino tan sólo a ti, no quisiera que nuestra relación se base en ello, quiero que confíes en mí, por eso haré lo que sea por ganarme tu confianza —alzó la mano de Sakura y la besó, después la abrazó tiernamente.

    Afuera de aquella habitación, muchos minutos después, se encontraban Konan, Shii e Inoichi, los cuales esperaban que ya salieran para conducirse hacia la cena con los reyes visitantes, pero nada daba indicio de que aquello fuera a pasar, hace un buen rato que no oían ningún ruido, y eso los preocupó, por ello, mandaron a Konan, a que entrase y se fijara, para avisarles de la hora y que llegarían tarde; la peliazul tocó, nadie respondió, pidió disculpas y abrió la puerta entrando, buscó con sus bellos ojos, recorrió la habitación hasta llegar a la cama, donde ambos, la princesa y el príncipe dormían plácidamente, ella se sorprendió y casi entra en shock, cuando se dio cuenta de que aún seguían con ropa, estaban tapados porque ya el clima era frío, pero pudo verlos bien, y era lógico que durmieran, ya que esas últimas semanas, los dos no habían podido hacerlo bien, durante todo el día tenían muchas cosas que hacer, y cuando llegaba la hora de dormir, a pesar del cansancio, al menos sabía que la princesa no podía dormir a causa de sus sentimientos hacia el príncipe, y el príncipe, parecía tener el mismo dilema.

    —Sería una lástima despertarlos, dejémoslos descansar por ahora —sugería Inoichi quien estaba detrás de Konan observando a los amantes descansando en los brazos del otro.

    —Tiene razón —Konan sonreía complacida—, ¿Pero qué haremos con los reyes?, ya casi es la hora de la cena.

    —Vayan tú y Shii, y busquen a los príncipes Sasuke y Naruto, ambos son buenos amigos del rey Gaara, que ellos cenen con él; y en cuanto a la reina, tienes permiso para cenar con ella, después de todo es una vieja amiga tuya; yo informaré a la reina Mikoto sobre el asunto —los tres se fueron a hacer lo que dijo Inoichi, y la cena se llevó a cabo como lo planearon.

    **********

    —Oye Gaara, vuelve pronto —se despedía Naruto de su amigo el rey del país del Viento, y el pelirrojo le sonreía en respuesta.

    —Dobe —el pelinegro lo golpeó en la cabeza—, es rey Gaara, ¡rey!, no lo olvides.

    —Pero teme, a Gaara le gusta que lo llame tan solo por su nombre —el rubio respondía, y Sasuke movía su cabeza en señal de desaprobación.

    Los dos príncipes se despidieron de los reyes, los cuales siempre tenían una cálida bienvenida y agradable hospitalidad en aquel reino, nunca tenían quejas, menos de Naruto que siempre les hacía inolvidables cualquier momento en su compañía; ellos caminaban de regreso a sus aposentos, ya era de día, y aún no tenían noticias de la princesa, ni tampoco de Itachi, y se suponía que ellos estarían en aquella cena.

    —Deberíamos buscarlos ¿No lo crees teme? —decía un aburrido Naruto.

    —Bueno, pero, supongo que deben estar en sus asuntos —Sasuke estaba pensativo, y algo preocupado, ya que cuando preguntó a Konan por ellos, ella se sonrojó ligeramente, y sólo atinó a apurarlo para que se arreglara para la cena.

    —Yo iré a buscar a Sakura, ¿no te gustaría que saliéramos a la aldea de Konoha nuevamente? —el pelinegro lo miró de reojo y suspiró resignado.

    —Está bien, vamos —se fueron juntos con una nueva misión, buscar a Sakura…

    ********** País del agua

    Hinata estaba en sus aposentos, leía uno de sus libros favoritos, o al menos eso aparentaba, ya que sus pensamientos estaban llenos de un joven rubio de ojos azules, el cual la hacía sonrojar cada dos o tres minutos, la princesa se arrepentía de no haberse acercado al príncipe el día de la fiesta, y hasta tuvo oportunidad al día siguiente en aquel desayuno, pero por su timidez, le fue imposible, y para tener otra oportunidad así, suponía que sería en la boda del príncipe Itachi, y sólo si es que era invitada a esta; su madre interrumpió su aparente tranquilidad ingresando derepente, la observó por un momento en silencio, se sentó frente a ella, y empezó a hablar.

    —Hinata-chan, ¿ahora sí me contarás? —y es que ella cada día intentaba sacarle la verdad a su hija, sabía que algo le preocupaba, o eso parecía.

    —M-ma-má, yo, n-no es nada —respondía con una forzada sonrisa.

    —No creo que no sea nada, me das la misma respuesta cada día desde que llegaste de aquella fiesta, y yo que aparto un tiempo tan solo para hablar contigo —decía haciéndose la víctima.

    —Madre —la ojiperla se sentía culpable—, es sólo q-que no es t-tan importante.

    —¿Cómo no puede ser tan importante?, te ves pálida, distraída, y a veces te ruborizas de la na… —la reina suspiró y se levantó de su asiento acercándose a su hija—, ¿cómo no lo vi antes?, tú estás enamorada…

    Hinata se ruborizó hasta más no poder, y su madre se sorprendió, había dado en el clavo, había descubierto algo de información sobre su hija, ni siendo ninja podría haberle sacado alguna información por sí sola, ella era muy reservada; el dilema ahora estaba en saber de quién, y esa sería otra guerra. Hinata ya no pudo más por la vergüenza, y se desmayó.

    —¡Hinata, Hinata! —gritó ella mientras la zarandeaba para despertarla de su inconciencia…

    ********** País de la Tierra

    FLASHBACK

    Pasaron varios días después del incidente en aquel desayuno, desde que llegaron nuevamente a su país, Shisui, Ten Ten y Sai, continuaban enojados con su primo Izuna, él había causado que tuvieran que dejar el castillo tan pronto, no les había gustado nada como trató a Naruto y Sakura; por otro lado, Shisui se enojó también, porque ya no podría ver por más tiempo a su amada Hana, eso lo frustraba, aunque aparentase estar bien.

    —¿A dónde crees que vas? —le preguntó Sai a Ten Ten, la cual llevaba capa, y estaba ya subiendo a un caballo, pero él la pudo reconocer.

    —A arreglar unos asuntos, finge que no me has visto —le pidió ya estando lista para partir.

    —Te meterás en problemas, deberías ir con alguien —le sugirió su hermano menor.

    —Volveré pronto, lo prometo, tú sabes que a pesar de todo, el tío Madara no me hará daño —y dicho esto, se marchó a gran velocidad.

    *** País del Trueno

    Dos días de viaje le tomó para llegar al país del Trueno, donde reinaba Madara Uchiha, a la entrada, descubrió su cabeza, y Orochimaru, quien en aquellos momentos se encontraba a la puerta dando ciertas instrucciones a los guardias, se percató de la princesa, y le sonrió macabramente, cosa que le causó escalofríos a la castaña.

    —Princesa Ten Ten ¿A qué le debemos el honor de su visita? —ella bajó del caballo con la ayuda de un guardia, y otro se llevó su caballo a descansar.

    —He venido a ver a Izuna —contestó fríamente.

    —Entonces déjeme guiarla, usted siempre es bienvenida —el consejero cara de serpiente, como ella y sus hermanos lo llamaban, la llevó hacia un salón, y la dejó a cargo de Samui, quien se encargaba de las lecciones de la princesa Shizune.

    Aquel castillo siempre la ponía nerviosa, era más oscuro de lo habitual, y ese consejero, siempre la ponía de mal humor, las excepciones eran las mujeres, Samui, Hana, y por supuesto su prima Shizune, ellas eran la luz en aquella oscuridad. Ten Ten se sentó y le sonrió a la mujer en señal de saludo y confianza.

    —¿Se encuentra bien su familia, su alteza? —le preguntó la doncella.

    —Todos estamos bien, claro que mi hermanito debe estar extrañando a Hana, después de que se tuvo que marchar sin despedirse… —le contestó a la rubia.

    —La princesa Shizune nos contó lo sucedido, Hana también está triste, es difícil para ambos el estar lejos y ser de diferentes clases —comentó Samui.

    —Lo sé, espero que se pueda hacer algo por ellos, o lo más probable es que mi hermano renuncie al trono, pero todavía hay tiempo —en aquel momento entró el príncipe Izuna, e interrumpió aquella conversación; la castaña se levantó.

    —Samui, puedes retirarte —le ordenó a la rubia.

    —Sí, con permiso sus altezas —y con reverencias, se retiró dejándolos a solas.

    Ambos primos ni siquiera se saludaron, entre ellos nunca fue necesario el protocolo, ni los halagos, siempre iban al punto, si tenían que insultarse, lo hacían, y así de sincera era su relación, sin hipocresías.

    —Toma asiento —ella se sentó—. ¿Sabe tu familia que estás aquí?

    —Ya sabes que yo vengo cuando quiero —dijo seria—, sobretodo, cuando alguien de aquí se porta muy mal; Izuna la miró con una ceja levantada.

    —Estaba ocupado ¿Sabes?, no tengo tiempo para tus jueguitos —le habló fastidiado.

    —Y yo no tengo tiempo para ver cómo intentas arruinar la vida de los demás, déjate ya de ser tan obediente a papito y compórtate como un hombre —le hablaba exaltada—; deja a Sakura y Naruto en paz, ellos son parte de mi familia, y espero que algún día los consideres parte de la tuya.

    Ella se levantó muy enojada, ya estaba lista para irse, caminó unos pasos, pero Izuna se apresuró y la cogió del brazo, la detuvo con un poco de brusquedad, aunque ella lo sintió como algo parecido a cariño.

    —Quédate, mi padre me pidió que te invitara a cenar con nosotros, además, ya es de noche, sería de lo peor si te dejara ir ahora —ella no se sorprendió, como le había dicho a Sai, Madara nunca se metía con su sobrina, Izuna y él la respetaban.

    Así tuvieron su cena, y para variar, fue más alegra de lo normal gracias a la presencia de la castaña, ella solía sacar a relucir y encarar a los verdaderos Madara e Izuna, no les temía para nada, y por otra parte, Shizune, pasó una agradable noche conversando con su prima.

    *** País de la Tierra

    Sai le había contado a Shisui sobre su hermana, no podía vivir con un secreto así para él solo, quería compartir la culpa con alguien más; sus padres se dieron cuenta de la ausencia de Ten Ten, y ya se imaginaban hacia dónde se habría ido, puesto que sabían toda la historia de los sucedido en el país del Fuego, ella a veces actuaba de manera arrebatada, pero tenían la seguridad de que se encontraría a salvo, el rey Obito sabía que podía confiar en que su hermano Madara cuidaría de ella durante su estancia.

    *** País del Trueno

    Ten Ten se levantó muy temprano para marcharse hacia su reino, había descansado lo suficiente, y le dieron algunas provisiones para el camino, pero antes de subir a su caballo, se acercó a Izuna con una extraña sonrisa, la cual lo asustó un poco.

    —Oye Izuna —él la miró más fijamente, y recibió un golpe por su parte, uno de sus puños fue lanzado hacia su ojo derecho.

    —¡¿Qué significa esto Ten Ten?! —le preguntó gritando.

    —Es un recuerdo, para que no olvides todo lo que te he dicho, adiós —y subiendo a su caballo, retomó su viaje de regreso.

    FIN FLASHBACK

    ********** País del Fuego

    Inoichi la noche anterior, había hablado con la reina, le había informado sobre el príncipe Itachi y la princesa Sakura, contó con detalles la situación en la que fueron hallados, y la reina Mikoto, de por sí, se dio cuenta de que en verdad ambos estaban muy cansados de tantas actividades y formalidades, ellos merecían un descanso, ya que quizás pronto no tendrían tiempo para ello, de todas formas, podían adelantar su boda, quizás para el siguiente mes, antes de que la salud del rey empeorara; la reina ordenó a Inoichi darles una semana de descanso a los dos, sin salir del castillo, ya que abandonarlo sería muy peligroso, pero libres de lecciones y actividades o todo tipo de reuniones, para que tuviesen tiempo a solas y se puedan conocer mejor.

    —Debo arreglar los compromisos de Sasuke y Naruto, ya no quiero preocuparme de eso después —dijo la reina a Fugaku, quien acababa de dar sus informes habituales.

    —Sí, su majestad —contestó él.

    —Espero que no me contradigan, estos chicos son un poco rebeldes a veces, sobretodo Naruto, pero en cuanto a Sasuke, mi problema es que es testarudo, y no acepta fácilmente este tipo de cosas —la reina sonaba cansada, ella sí no tenía tiempo para descansar de sus obligaciones, menos siendo que por ahora reinaba casi sola.

    Ese día, tampoco vieron a Sakura e Itachi, los príncipes se agotaron en buscarlos, además de que Kakashi y Nagato los obligaron a entrenar como era de costumbre, y más aún, ya que últimamente por ponerse a jugar con la princesa, se habían saltado algunas de sus prácticas.

    Sakura se sentía bien en sus brazos, ellos ya habían desayunado, y ya habían sido informados sobre el descanso que se tomarían por una semana, por lo que los dos estaban contentos, pero también actuaban algo avergonzados, les era difícil mirar a la cara del otro, y eso era algo que Itachi no se creía, ya que él de por sí era un conquistador, aunque con Sakura, había perdido todas aquellas habilidades, y se sentía como si mirara a una mujer por primera vez.
     
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    xX Yuki Uchiha Xx

    xX Yuki Uchiha Xx Made in Uchiha clan

    Virgo
    Miembro desde:
    24 Julio 2012
    Mensajes:
    115
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El reino de Fuego - parejas indefinidas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3983
    Capítulo 6:

    La “enfermedad” de la princesa duró todo un día y una noche, los tres príncipes y los reyes estaban preocupados; Sasuke pensaba que era a causa del golpe que recibió por parte del príncipe Izuna, a pesar de que le habían informado que no le sucedió nada de importancia, pero él no lo creía así y se culpaba por ello; Naruto le había llevado ramen ya que se enteró que la pelirosa no había comido nada en todo el día; y el príncipe Itachi le envió un ramo de flores de cerezo, las cuales perfumaron sus aposentos, e hicieron que aquellos sentimientos que ella intentaba expulsar de su mente, fueran difíciles de olvidar.

    Un día y medio después, la princesa salió al fin, se dejó ver por todos en el té de la tarde, y se disculpó por haberlos preocupado; los que la observaban se dieron cuenta de que estaba algo pálida y se preocuparon aún más, pero no dijeron nada, y Sasuke no se atrevía a mirarla fijamente, ni a dirigirle la palabra, lo cual Sakura pudo notar. Saliendo de aquel lugar, la princesa pidió al príncipe Sasuke que la acompañara a la biblioteca, necesitaba hablar con él, por lo que él no pudo rechazarla, para él era difícil inventar excusas, así que se encaminaron juntos hacia allí.

    —Sasuke, ¿puedes dejar de poner esa cara?, es deprimente —le dijo con seriedad mientras caminaba hacia un librero y pasaba sus dedos por los muchos libros que este contenía, leyendo los lomos curiosamente.

    —S-sakura, en verdad yo… yo lo siento mucho, todo fue por mi culpa, yo… —ya no pudo continuar hablando, se sostenía la cabeza de impotencia, no sabía qué más decir para que ella le perdonara, y es que Sakura empezaba a ser alguien importante para él, aunque sabía que aquello nunca sería más que una amistad, pero por lo menos deseaba protegerla cuanto pudiera.

    —Tonto, no te culpes por meterme donde no me llaman… —contestó mirándolo con una tierna sonrisa esta vez—… aunque si sucediera nuevamente, me volvería a meter.

    —Pero… —la princesa no lo dejó hablar.

    —Estos últimos días fueron muy extraños —la ojijade agachó un poco la cabeza y fijó sus ojos en aquel anillo que no dejaba de brillar delicadamente en su dedo.

    —¿Te gustó el anillo verdad?, Itachi siempre fue amable con las mujeres —el pelinegro vio cómo la princesa pareció entristecerse un poco—, pero parece que ahora toda su amabilidad está enfocada en ti.

    —Tu primo Izuna, no es tan malo como parece, me pregunto qué sucedió realmente con él —ella seguía sonriendo, y esta vez se acercaba a Sasuke—, ustedes los Uchiha han complicado mi vida, aunque no puedo asegurar si para bien o para mal, claro que en tu caso sé que es para bien.

    —Cambiaste de tema, él sí que te afecta, los dos son tan tontos —Sasuke ya lucía más animado, no podía sentirse mal, si veía a alguien más sentirse peor.

    —Eso no es… —iba a negar aquello, pero de pronto las puertas de la biblioteca se abrieron, y Naruto apareció junto a Itachi; ellos, los prometidos, se miraron por unos segundos, y luego, ella se marchó en silencio.

    **********

    Días después, el príncipe Itachi había estado aún más evasivo hacia la princesa Sakura, y ella de la misma forma, si uno estaba en la biblioteca pasando el rato, el otro se iba al jardín, o a la torre, además de que Sakura se escudaba con la compañía de Naruto o Sasuke, y también, yendo a alguna lección en compañía de Konan, o un té con la reina, y hasta le pidió a su guardia Shii, que le enseñara el manejo de la espada, empezando por el kenjutsu al igual que lo hacían Naruto y Sasuke, aunque ellos ya tenían mucha más experiencia; la reina no se opuso, por lo que empezó sus entrenamientos con muchas más medidas de seguridad que las que tenían los príncipes, y allí Sakura podía olvidar por momentos aquellos pensamientos y sentimientos que inundaban su mente y su corazón; buscar pasajes secretos, ya no era prioridad, los empezaba a olvidar, o mejor dicho, no los recordaba bien por tener su mente en ocupada otro lado.

    Pasaron un par de meses, y la princesa Sakura cada día se parecía más a una princesa, sin perder su humildad y sentido del humor, además de no temerle a nada, a excepción del príncipe heredero, a quien cuando debía acompañar en alguna reunión, evitaba mirarlo, y cuando él la invitaba a salir o tener una comida juntos y a solas, ella inventaba algo para rechazarlo, pero delante de los demás fingía muy bien, todos creían que se llevaban perfectamente, y a pesar de ello, Itachi no se atrevía a preguntarle sobre su cambiante actitud.

    —¿Están peleados o algo así? —le cuestionó Sasuke a Itachi, un día en que estaban descansando en la biblioteca.

    —Sí Itachi, ¿por qué la estás evitando?, ¿le hiciste algo y no te perdona? —lo interrogaba Naruto mientras arrojaba bolas de papel hacia un contenedor de basura, intentando encestar.

    —No se metan… de todas formas ustedes no entenderían —respondió con un largo suspiro.

    —¿No entiendo que te enamoraste de Sakura?, eso es demasiado evidente; a lo que me refiero es si pelearon por algo, o lo que te preguntó Naruto —él pelinegro mayor agachó la mirada, sintió un leve rubor en sus mejillas y no quiso que lo descubrieran sus hermanos.

    —¿La besaste otra vez? —el rubio estaba algo enojado con su hermano mayor.

    —No la besé, y ese creo que es el problema, yo le prometí que no lo haría, pero ella pareció querer recibir uno el día de aquel incidente —contaba avergonzado—; no podría hacerlo, le prometí también que cuando me convierta en rey, dejaría que se marchara y fuera libre nuevamente.

    Sasuke y Naruto se sorprendieron, ya que ellos no sabían sobre ese asunto aún, se dieron cuenta de que Itachi hablaba sinceramente, él no deseaba atar a Sakura a una vida de “esclavitud” en aquel castillo, conocían perfectamente el espíritu libre de aquella muchacha, y ese era una de sus grandes cualidades.

    —No seas egoísta, al menos pregúntale si eso es lo que aún desea, quizás quiera pasar su vida contigo, y tú sólo pasas de ella —le aconsejó Sasuke—, también es obvio que te ve de otra forma, y finge ser indiferente.

    —El teme tiene razón, yo creo que ella será sincera si lo haces, puede ser que le avergüence, ya que le llevas varios años de diferencia, pero para el amor, no hay edad, eso dicen —y con estas palabras, dejaron meditando al mayor de sus hermanos.

    ***********

    Una tarde, llegaron visitas al castillo, los reyes del país del Viento, el rey Gaara y la reina Matsuri, ellos aún eran jóvenes, la reina Mikoto, a pedido del rey Fugaku, había invitado a sus majestades a una cena, y les había informado a los príncipes herederos para que estuviesen listos para recibirlos, por lo que ellos estuvieron esperándolos en la puerta principal del castillo, para guiarlos hacia sus aposentos, y luego pasar a aquella cena.

    Sakura se arreglaba lo mejor posible, ella estaba nerviosa, sobretodo porque el príncipe Itachi se ofreció recogerla una hora antes del evento, y ella no pudo negarse, ya que la reina estaba presente cuando lo hizo; ya estaba lista, a la princesita no le gustaba hacer esperar a nadie, no importara que fuera un amigo o enemigo, además, era él quien la iba a buscar. La puerta de su aposento fue abierta, y Konan le avisaba que el príncipe ya se encontraba afuera esperando por ella, por lo que ella salió y lo saludó con una leve reverencia, se detuvo a su lado para cogerse de su brazo que él le ofreció, y sin decir nada, dejó que él la guiara.

    —¿No me hablarás ahora que estamos solos? —le preguntó el pelinegro.

    —Aún es temprano para la cena ¿Me dirás hacia dónde me llevas? —ella se sentía curiosa por saber, y también se le notaba algo sonrojada.

    —Sakura, en verdad me estás volviendo loco —él se detuvo, deslizó el brazo de la princesa del suyo con cuidado, y la tomó de la mano—, quiero preguntarte algo muy importante.

    Ella volvió a seguirlo sumisamente, se dirigieron a la misma habitación donde él le había entregado aquel anillo, ella lo reconoció al instante, él la hizo tomar asiento en uno de los sillones que habían allí, él hizo lo mismo; se observaron sigilosamente, al menos ella quería averiguar de qué iba aquello, y cuando ella se rendía esquivando la mirada, sintió cómo él se levantó de su lugar, caminó hacia ella, y se arrodilló hasta quedar a su altura.

    —Contéstame algo —ella lo volvió a mirar, a aquellos ahora cercanos y profundos ojos negros—, ¿qué piensas sobre ser reina?, ¿deseas convertirte en una realmente?, ¿deseas ser “mi” reina?

    —Esas son muchas preguntas, ¿no lo crees?, pero si debo responderlas, diría que… —ella se ruborizó y apartó la mirada moviendo la cabeza hacia un lado, por lo que Itachi posó su mano sobre su quijada, y giró su rostro hacia él con delicadeza.

    —Te necesito a mi lado Sakura, pero es tu decisión, no te forzaré a nada, yo… —la pelirosa lo cortó, puso dos dedos sobre los labios del azabache.

    —No digas más por favor —agachó un poco la cabeza.

    Itachi sonrió, y ella lo sintió en las yemas de sus dedos, él quitó aquellos dedos de sobre él, y cogió aquella pequeña mano, con ambas manos varoniles que encantaban a cuanta mujer las viera, no la dejó ir, colocó su frente junto a la de ella, ocasionándole un sobresalto a la princesa, y otro de sus últimamente conocidos y largos suspiros salió de su boca, para seguirlo unas cuantas palabras.

    —¿Sabes?, ya no sé qué hacer contigo, no puedo contenerme más —ambos sentían sus alientos tan cercanos, tan cálidos, sus respiraciones estaban perfectamente coordinadas, y hasta se podría decir que oían los latidos del otro.

    —Yo tampoco puedo negarlo más, realmente acabé enamorándome de ti, pero tengo miedo —estas últimas palabras sonaron como en un susurro y entrecortadas.

    —¿Me tienes miedo? —preguntó él algo inquieto y esperando una respuesta que lo tranquilizara.

    —Tengo miedo de que si estoy contigo, luego te aburras y busques a una mujer más linda y con más experiencia que yo, por eso preferiría si nada sucede, aunque ya es tarde para decir algo así ¿Verdad? —Itachi la entendió perfectamente, y es que él tenía la culpa de aquellas inseguridades.

    —No sé si hacer otra promesa, una que diga que no veré a otra mujer sino tan sólo a ti, no quisiera que nuestra relación se base en ello, quiero que confíes en mí, por eso haré lo que sea por ganarme tu confianza —alzó la mano de Sakura y la besó, después la abrazó tiernamente.

    Afuera de aquella habitación, muchos minutos después, se encontraban Konan, Shii e Inoichi, los cuales esperaban que ya salieran para conducirse hacia la cena con los reyes visitantes, pero nada daba indicio de que aquello fuera a pasar, hace un buen rato que no oían ningún ruido, y eso los preocupó, por ello, mandaron a Konan, a que entrase y se fijara, para avisarles de la hora y que llegarían tarde; la peliazul tocó, nadie respondió, pidió disculpas y abrió la puerta entrando, buscó con sus bellos ojos, recorrió la habitación hasta llegar a la cama, donde ambos, la princesa y el príncipe dormían plácidamente, ella se sorprendió y casi entra en shock, cuando se dio cuenta de que aún seguían con ropa, estaban tapados porque ya el clima era frío, pero pudo verlos bien, y era lógico que durmieran, ya que esas últimas semanas, los dos no habían podido hacerlo bien, durante todo el día tenían muchas cosas que hacer, y cuando llegaba la hora de dormir, a pesar del cansancio, al menos sabía que la princesa no podía dormir a causa de sus sentimientos hacia el príncipe, y el príncipe, parecía tener el mismo dilema.

    —Sería una lástima despertarlos, dejémoslos descansar por ahora —sugería Inoichi quien estaba detrás de Konan observando a los amantes descansando en los brazos del otro.

    —Tiene razón —Konan sonreía complacida—, ¿Pero qué haremos con los reyes?, ya casi es la hora de la cena.

    —Vayan tú y Shii, y busquen a los príncipes Sasuke y Naruto, ambos son buenos amigos del rey Gaara, que ellos cenen con él; y en cuanto a la reina, tienes permiso para cenar con ella, después de todo es una vieja amiga tuya; yo informaré a la reina Mikoto sobre el asunto —los tres se fueron a hacer lo que dijo Inoichi, y la cena se llevó a cabo como lo planearon.

    **********

    —Oye Gaara, vuelve pronto —se despedía Naruto de su amigo el rey del país del Viento, y el pelirrojo le sonreía en respuesta.

    —Dobe —el pelinegro lo golpeó en la cabeza—, es rey Gaara, ¡rey!, no lo olvides.

    —Pero teme, a Gaara le gusta que lo llame tan solo por su nombre —el rubio respondía, y Sasuke movía su cabeza en señal de desaprobación.

    Los dos príncipes se despidieron de los reyes, los cuales siempre tenían una cálida bienvenida y agradable hospitalidad en aquel reino, nunca tenían quejas, menos de Naruto que siempre les hacía inolvidables cualquier momento en su compañía; ellos caminaban de regreso a sus aposentos, ya era de día, y aún no tenían noticias de la princesa, ni tampoco de Itachi, y se suponía que ellos estarían en aquella cena.

    —Deberíamos buscarlos ¿No lo crees teme? —decía un aburrido Naruto.

    —Bueno, pero, supongo que deben estar en sus asuntos —Sasuke estaba pensativo, y algo preocupado, ya que cuando preguntó a Konan por ellos, ella se sonrojó ligeramente, y sólo atinó a apurarlo para que se arreglara para la cena.

    —Yo iré a buscar a Sakura, ¿no te gustaría que saliéramos a la aldea de Konoha nuevamente? —el pelinegro lo miró de reojo y suspiró resignado.

    —Está bien, vamos —se fueron juntos con una nueva misión, buscar a Sakura…

    ********** País del agua

    Hinata estaba en sus aposentos, leía uno de sus libros favoritos, o al menos eso aparentaba, ya que sus pensamientos estaban llenos de un joven rubio de ojos azules, el cual la hacía sonrojar cada dos o tres minutos, la princesa se arrepentía de no haberse acercado al príncipe el día de la fiesta, y hasta tuvo oportunidad al día siguiente en aquel desayuno, pero por su timidez, le fue imposible, y para tener otra oportunidad así, suponía que sería en la boda del príncipe Itachi, y sólo si es que era invitada a esta; su madre interrumpió su aparente tranquilidad ingresando derepente, la observó por un momento en silencio, se sentó frente a ella, y empezó a hablar.

    —Hinata-chan, ¿ahora sí me contarás? —y es que ella cada día intentaba sacarle la verdad a su hija, sabía que algo le preocupaba, o eso parecía.

    —M-ma-má, yo, n-no es nada —respondía con una forzada sonrisa.

    —No creo que no sea nada, me das la misma respuesta cada día desde que llegaste de aquella fiesta, y yo que aparto un tiempo tan solo para hablar contigo —decía haciéndose la víctima.

    —Madre —la ojiperla se sentía culpable—, es sólo q-que no es t-tan importante.

    —¿Cómo no puede ser tan importante?, te ves pálida, distraída, y a veces te ruborizas de la na… —la reina suspiró y se levantó de su asiento acercándose a su hija—, ¿cómo no lo vi antes?, tú estás enamorada…

    Hinata se ruborizó hasta más no poder, y su madre se sorprendió, había dado en el clavo, había descubierto algo de información sobre su hija, ni siendo ninja podría haberle sacado alguna información por sí sola, ella era muy reservada; el dilema ahora estaba en saber de quién, y esa sería otra guerra. Hinata ya no pudo más por la vergüenza, y se desmayó.

    —¡Hinata, Hinata! —gritó ella mientras la zarandeaba para despertarla de su inconciencia…

    ********** País de la Tierra

    FLASHBACK

    Pasaron varios días después del incidente en aquel desayuno, desde que llegaron nuevamente a su país, Shisui, Ten Ten y Sai, continuaban enojados con su primo Izuna, él había causado que tuvieran que dejar el castillo tan pronto, no les había gustado nada como trató a Naruto y Sakura; por otro lado, Shisui se enojó también, porque ya no podría ver por más tiempo a su amada Hana, eso lo frustraba, aunque aparentase estar bien.

    —¿A dónde crees que vas? —le preguntó Sai a Ten Ten, la cual llevaba capa, y estaba ya subiendo a un caballo, pero él la pudo reconocer.

    —A arreglar unos asuntos, finge que no me has visto —le pidió ya estando lista para partir.

    —Te meterás en problemas, deberías ir con alguien —le sugirió su hermano menor.

    —Volveré pronto, lo prometo, tú sabes que a pesar de todo, el tío Madara no me hará daño —y dicho esto, se marchó a gran velocidad.

    *** País del Trueno

    Dos días de viaje le tomó para llegar al país del Trueno, donde reinaba Madara Uchiha, a la entrada, descubrió su cabeza, y Orochimaru, quien en aquellos momentos se encontraba a la puerta dando ciertas instrucciones a los guardias, se percató de la princesa, y le sonrió macabramente, cosa que le causó escalofríos a la castaña.

    —Princesa Ten Ten ¿A qué le debemos el honor de su visita? —ella bajó del caballo con la ayuda de un guardia, y otro se llevó su caballo a descansar.

    —He venido a ver a Izuna —contestó fríamente.

    —Entonces déjeme guiarla, usted siempre es bienvenida —el consejero cara de serpiente, como ella y sus hermanos lo llamaban, la llevó hacia un salón, y la dejó a cargo de Samui, quien se encargaba de las lecciones de la princesa Shizune.

    Aquel castillo siempre la ponía nerviosa, era más oscuro de lo habitual, y ese consejero, siempre la ponía de mal humor, las excepciones eran las mujeres, Samui, Hana, y por supuesto su prima Shizune, ellas eran la luz en aquella oscuridad. Ten Ten se sentó y le sonrió a la mujer en señal de saludo y confianza.

    —¿Se encuentra bien su familia, su alteza? —le preguntó la doncella.

    —Todos estamos bien, claro que mi hermanito debe estar extrañando a Hana, después de que se tuvo que marchar sin despedirse… —le contestó a la rubia.

    —La princesa Shizune nos contó lo sucedido, Hana también está triste, es difícil para ambos el estar lejos y ser de diferentes clases —comentó Samui.

    —Lo sé, espero que se pueda hacer algo por ellos, o lo más probable es que mi hermano renuncie al trono, pero todavía hay tiempo —en aquel momento entró el príncipe Izuna, e interrumpió aquella conversación; la castaña se levantó.

    —Samui, puedes retirarte —le ordenó a la rubia.

    —Sí, con permiso sus altezas —y con reverencias, se retiró dejándolos a solas.

    Ambos primos ni siquiera se saludaron, entre ellos nunca fue necesario el protocolo, ni los halagos, siempre iban al punto, si tenían que insultarse, lo hacían, y así de sincera era su relación, sin hipocresías.

    —Toma asiento —ella se sentó—. ¿Sabe tu familia que estás aquí?

    —Ya sabes que yo vengo cuando quiero —dijo seria—, sobretodo, cuando alguien de aquí se porta muy mal; Izuna la miró con una ceja levantada.

    —Estaba ocupado ¿Sabes?, no tengo tiempo para tus jueguitos —le habló fastidiado.

    —Y yo no tengo tiempo para ver cómo intentas arruinar la vida de los demás, déjate ya de ser tan obediente a papito y compórtate como un hombre —le hablaba exaltada—; deja a Sakura y Naruto en paz, ellos son parte de mi familia, y espero que algún día los consideres parte de la tuya.

    Ella se levantó muy enojada, ya estaba lista para irse, caminó unos pasos, pero Izuna se apresuró y la cogió del brazo, la detuvo con un poco de brusquedad, aunque ella lo sintió como algo parecido a cariño.

    —Quédate, mi padre me pidió que te invitara a cenar con nosotros, además, ya es de noche, sería de lo peor si te dejara ir ahora —ella no se sorprendió, como le había dicho a Sai, Madara nunca se metía con su sobrina, Izuna y él la respetaban.

    Así tuvieron su cena, y para variar, fue más alegra de lo normal gracias a la presencia de la castaña, ella solía sacar a relucir y encarar a los verdaderos Madara e Izuna, no les temía para nada, y por otra parte, Shizune, pasó una agradable noche conversando con su prima.

    *** País de la Tierra

    Sai le había contado a Shisui sobre su hermana, no podía vivir con un secreto así para él solo, quería compartir la culpa con alguien más; sus padres se dieron cuenta de la ausencia de Ten Ten, y ya se imaginaban hacia dónde se habría ido, puesto que sabían toda la historia de los sucedido en el país del Fuego, ella a veces actuaba de manera arrebatada, pero tenían la seguridad de que se encontraría a salvo, el rey Obito sabía que podía confiar en que su hermano Madara cuidaría de ella durante su estancia.

    *** País del Trueno

    Ten Ten se levantó muy temprano para marcharse hacia su reino, había descansado lo suficiente, y le dieron algunas provisiones para el camino, pero antes de subir a su caballo, se acercó a Izuna con una extraña sonrisa, la cual lo asustó un poco.

    —Oye Izuna —él la miró más fijamente, y recibió un golpe por su parte, uno de sus puños fue lanzado hacia su ojo derecho.

    —¡¿Qué significa esto Ten Ten?! —le preguntó gritando.

    —Es un recuerdo, para que no olvides todo lo que te he dicho, adiós —y subiendo a su caballo, retomó su viaje de regreso.

    FIN FLASHBACK

    ********** País del Fuego

    Inoichi la noche anterior, había hablado con la reina, le había informado sobre el príncipe Itachi y la princesa Sakura, contó con detalles la situación en la que fueron hallados, y la reina Mikoto, de por sí, se dio cuenta de que en verdad ambos estaban muy cansados de tantas actividades y formalidades, ellos merecían un descanso, ya que quizás pronto no tendrían tiempo para ello, de todas formas, podían adelantar su boda, quizás para el siguiente mes, antes de que la salud del rey empeorara; la reina ordenó a Inoichi darles una semana de descanso a los dos, sin salir del castillo, ya que abandonarlo sería muy peligroso, pero libres de lecciones y actividades o todo tipo de reuniones, para que tuviesen tiempo a solas y se puedan conocer mejor.

    —Debo arreglar los compromisos de Sasuke y Naruto, ya no quiero preocuparme de eso después —dijo la reina a Fugaku, quien acababa de dar sus informes habituales.

    —Sí, su majestad —contestó él.

    —Espero que no me contradigan, estos chicos son un poco rebeldes a veces, sobretodo Naruto, pero en cuanto a Sasuke, mi problema es que es testarudo, y no acepta fácilmente este tipo de cosas —la reina sonaba cansada, ella sí no tenía tiempo para descansar de sus obligaciones, menos siendo que por ahora reinaba casi sola.

    Ese día, tampoco vieron a Sakura e Itachi, los príncipes se agotaron en buscarlos, además de que Kakashi y Nagato los obligaron a entrenar como era de costumbre, y más aún, ya que últimamente por ponerse a jugar con la princesa, se habían saltado algunas de sus prácticas.

    Sakura se sentía bien en sus brazos, ellos ya habían desayunado, y ya habían sido informados sobre el descanso que se tomarían por una semana, por lo que los dos estaban contentos, pero también actuaban algo avergonzados, les era difícil mirar a la cara del otro, y eso era algo que Itachi no se creía, ya que él de por sí era un conquistador, aunque con Sakura, había perdido todas aquellas habilidades, y se sentía como si mirara a una mujer por primera vez.
     
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    Rein

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    Me gustó :33 Me gustó el Flashback :33 Me emociona que Tenten sea respetada xD Entonces será ItaSaku? *w* Lindo!! :33 Qué bueno que ya se hablan esos dos xD Al principio pensé que estarían peleados por un largo rato u_u Pero no x33 Bueno, espero el siguiente capítulo :D Casi se me olvida que se me hizo muy tierno que Hinata se haya desmayado xD Sayonara-ttebane! :D
     
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    Inaru Uchiha

    Inaru Uchiha Entusiasta

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    Holla.. me gusto mucho el capitulo creo que se puede dar muy bien la relación de Sakura e itachi se esta comportando muy lindo con ella y comprensible, veremos que sucede, me gusto la parte del golpe estuvo muy padre jeje que buen recuerdo.
    Avísame cuando subas la continuación.
    Atte: Inaru♥
     
  11.  
    Izuna

    Izuna otouto de Uchiha Madara (¿?)

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    kawaiiiii!!!
    disculpa por responderlo hasta ahora madre....aunque creo que la habia hecho y me lo borraron xD
    jajaja me encanto mucho y sobre todo el hecho de que tenten es respetada por su familia
    yo no soy frio XD de hecho soy bueno y cariñoso (?)
    jajaja no note errores ni nada, jeje sabia que seria itasaku....pero yo queria sasusaku ewe
    jeje no importa
    espero la conti *-*
     
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  12.  
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    Título:
    El reino de Fuego - parejas indefinidas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3043
    Hola a todos ^^ Perdonen la tardanza y lo corto del capi... El siguiente será más largo XP


    Capítulo 7:

    La pelirosa estaba emocionada, por fin estaba con la persona que quería, pero él no la había tocado en el aspecto que su cuerpo le pedía, sólo la abrazaba o acariciaba gentilmente; la vergüenza le impedía decírselo, ya que su inexperiencia la hacía sentirse inferior, y ella ni idea de lo que pasaba por la cabeza de su amado pelinegro. Por otro lado, Itachi tenía unas ganas inmensas de hacerla suya, pero decidió que contenerse sería una mejor idea, le daba miedo herirla, le parecía muy delicada e inocente para él; Sakura al verse ignorada en ese aspecto, se hizo la dormida, y esperó a que el pelinegro durmiera también, para marcharse de aquella habitación, y regresar a la suya.

    Las lágrimas querían salir, la pelirosa se sentía triste, le dolía el pensar que él ni siquiera la besaba; su rumbo cambió, se apresuró a la habitación de Naruto, en la cual estaba aquel pasaje para salir del castillo, necesitaba tomar aire fresco por un momento, y despejar su mente, abrió la puerta con mucho cuidado, nadie se había percatado de su huida, ni de sus movimientos sospechosos, entró muy despacio y cerró la puerta tras sí, suspirando de alivio y esperando escapar rápidamente.

    —¡¿Sakura-chan?, ¿qué haces en mi habitación?! —preguntó un rubio muy sorprendido y avergonzado, ya que se estaba vistiendo cuando se percató de que una pelirosa traviesa entraba como si nada.

    —N-naruto —ella al verlo bien, se puso muy colorada, y se dio media vuelta para que él pudiese terminar y no la creyera una pervertida o algo así—, s-siento mucho entrar así, pensé que estarías entrenando.

    —Oye, sí querías ver a un hombre desnudo, sólo tenías que pedírmelo Sakura-chan —esas palabras enojaron a la pelirosa quien cogió lo primero que encontró por ahí, y se volteó para lanzárselo con una excelente puntería en la cabeza al rubio.

    —¡Baka, baka, baka! —ella estaba muy avergonzada y a la vez furiosa, al ver a Naruto ya estaba vestido, pero en el suelo por aquel golpe sorpresa recibido.

    —S-sakura-chan, solo bromeaba —a duras penas podía hablar, pero no quería que ella le lanzara alguna otra cosa.

    La princesa suspiró de resignación, Naruto era así de nacimiento, y nada se podía hacer al respecto, se acercó a él y lo ayudó a ponerse de pie, disculpándose por tratarlo de aquella forma, ya que en sí fue por su causa que todo eso sucediera, ella no debió invadir su privacidad. Él aún la miraba con curiosidad, no tenía idea de por qué ella estaría ahí, pero antes de que el rubio preguntara, la pelirosa se apresuró a responderle.

    —Y-yo sólo quería salir un momento por allí —dijo señalando el cuadro de la reina Kushina—, pero no quiero que nadie se entere, en especial Itachi.

    —¿Estás huyendo de él?, ¿te hizo algo?, pensé que estaban pasando un buen momento juntos —el ojiazul parecía enojado, ya que al ver el rostro de la princesa, se percató de su tristeza.

    —No es e-eso, de todos modos es una mala idea, regresaré a mi habitación —se dio media vuelta para irse, cuando Naruto la detuvo cogiéndola del brazo.

    —¡Espera Sakura-chan! —ella se detuvo sin mirarlo—, si eso quieres, puedes contar con que no se lo diré a nadie, pero ten cuidado y regresa antes de que anochezca.

    —Gracias Naruto —lo abrazó rápidamente, y desapareció por aquel pasaje detrás del cuadro.

    Minutos después de llegar hasta el otro lado, la princesa ya tenía puesta una de las capas, abrió la salida, y salió de allí; ella corría a toda prisa, le encantaba sentir el viento sobre su rostro, era como si volara otra vez libre por aquel bosque, fuera de aquel enorme castillo, el cual ahora era su hogar, quería llegar hacia un lugar especial, uno que frecuentaba cuando estaba enojada o frustrada por alguna pelea con Karín, había una pequeña cascada, y era allí donde enfriaba su cabeza de aquellos sentimientos que la inundaban y no la dejaban pensar con claridad. Ese lugar estaba a unos diez minutos del castillo, así que no sería problema para volver a tiempo, además de que no tenía que desviarse mucho del camino que la conectaba con aquel pasaje secreto del que acababa de salir.

    —Que nostalgia —decía mientras observaba que no hubiera nadie cerca para así poder quitarse aquellas ropas y meterse bajo la cascada.

    Al hacerlo y estar segura de que se encontraba completamente sola, se metió sin pensárselo más, escaló con cuidado una gran roca, la cual estaba justamente debajo de la cascada, era el lugar perfecto, lo necesitaba, quería refrescarse, aquellas aguas siempre la habían reconfortado, por lo que se quedó bajo ella casi unos veinte minutos; la princesa empezó a cantar, era una dulce canción de cuna, una que su madre le cantaba cuando era niña, y que Karín le había seguido cantando aun cuando ya era una adolescente rebelde.

    —Se nota que estás muy bien sin mí —aquella voz tan varonil, tan encantadora, la había hecho callar, la hizo voltear a mirar de dónde venía, y al hallarlo cerca de sus ropas, recordó que estaba completamente desnuda y se percató de que él no dejaba de mirarla.

    —¡Kyaaaaa…! —gritó la princesita intentando cubrirse con sus manos y cerrando los ojos, pero al hacerlo resbaló y cayó hacia el río en la parte de abajo.

    El príncipe Itachi, se quitó la capa y lo que le estorbaba de prisa, quedando en paños menores, se metió al río, y se dispuso a buscar a la princesa que aún no salía a la superficie; segundos después la halló y la sacó con cuidado en brazos, ella estaba inconsciente, parecía haberse golpeado la cabeza, por lo que la recostó sobre su capa cubriéndola lo necesario, luego le dio respiración boca a boca para que respirara y despertara, lo cual sucedió casi al instante. Ella botó agua que había tragado, tocía, intentó levantarse, pero el príncipe dejo que se quedara sentada.

    —No vuelvas a asustarme así —el pelinegro había agachado la cabeza, estaba aliviado, agotado, y avergonzado.

    —¿C-cómo me encontraste? —le preguntó ella mirando hacia otro lado.

    —Te estaba buscando ya que cuando desperté no estabas, y al hacerlo me encontré con Naruto, primero me golpeó y no sé por qué, luego me mostró este pasaje y me dijo que te hallara; cuando salí y caminé por unos minutos, escuché tu voz, sabía que eras tú —él aún no la miraba en lo absoluto.

    —Ese Naruto… —el azabache se acercó más a ella, descubrió un poco su hombro ya que había visto un rasguño cuando la sacó del río.

    —Estás algo herida —dijo acariciando aquel rasguño con delicadeza, y ella se estremeció al contacto, por lo que con un manotazo lo apartó.

    —Déjame, al menos piensa en lo que yo siento cuando me tocas —su voz salió entrecortada, resentida, por lo cual se levantó cogiendo sus ropas para vestirse en algún otro lugar.

    —Estás equivocada si piensas que no quiero hacerlo contigo —más directo no pudo ser, y ella se sonrojó de pies a cabeza; él se levantó y se paró detrás de ella—, es tan difícil contenerme, y más después de haberte visto sin nada encima.

    Sus palabras fueron susurradas al oído de la ojijade, la cual no pudo contenerse tampoco, aunque seguía avergonzada, ya que él había visto sus pequeños y aún sin formar atributos, y pensó en cómo ese infantil cuerpo podría atraerlo, pero se volteó a mirarlo, y vio que él también estaba sonrojado, se veía tan sexy, tan bello, soltó sus ropas, dio un paso hacia él y de puntitas se abrazó de su cuello para estamparle un apasionado y largo beso, uno tan esperado por ambos, y él no se opuso.

    Unos aldeanos pasaban por aquel lugar, regresaban a la aldea después de haber ido a recoger fresas, eran más de veinte entre adultos y niños, y al darse cuenta de aquella escena, ese beso que lo decía todo, se quedaron en shock, ellos habían reconocido al príncipe heredero, pero a la mujer de capa, sólo la veían por la espalda, y el cabello rosa que se dejaba ver.

    —Todos los rumores sobre el príncipe eran ciertos después de todo —dijo una de la mujeres con altanería y menosprecio, en voz alta para que la escucharan—; vamos niños, estas cosas no se hacen a la vista de todos, menos en esas fachas —Itachi y Sakura se separaron, pero ella seguía volteada, mientras que el príncipe los encaró.

    —Siento mucho molestarlos, fue solo un impulso, mi novia casi muere —les contestó él haciendo que un anciano se le acercara dejando un par de metros de distancia.

    —Su alteza —dijo con una reverencia—, hay lugares para hacer estas cosas, mire a los niños —el príncipe se sonrojó, además de que ellos estaban pensando en otras cosas.

    —Yo de verdad lo siento mucho, mi novia casi se ahoga, tuve que meterme para salvarla y acabé así —él les hizo una pequeña reverencia, cosa que no era su obligación, y los aldeanos se sorprendieron.

    —¿Novia, su alteza?, creí que pronto se casaría con una princesa, y desde aquí ella… —era otra mujer de esas entrometidas.

    —Ella es la princesa Sakura, mi prometida, y me encantaría presentarla, pero no está en condiciones, está algo asustada aún —en eso Sakura respiró hondo, intentó cerrarse la capa con sus manos, y así descalza y con el cabello mojado, se acercó, sintió que era su deber como la futura reina.

    —S-siento no verme bien ahora, soy la princesa Sakura, encantada de conocerlos —hizo también una reverencia.

    —¿S-sakura? —preguntó un joven de piel clara, ojos y cabello color azul—, ¿tú una princesa?, quién lo imaginaría.

    —¡Shotaro! —la princesa corrió y se abrazó del joven, mientras que Itachi miraba la escena con un pequeño dolor en el corazón…

    ********** País del Trueno

    El Rey Madara se encaminaba hacia los calabozos de su castillo, un lugar oscuro y tenebroso para algunos, aunque para él en aquel momento, cierta parte de este, tuviese otro significado; ya se le había hecho costumbre ir allí una vez por semana, tenía que verla a toda costa, comprobar si había mejoras en su salud, el rey se había obsesionado con aquella mujer que desde hace unos años atrás estaba bajo su cuidado, se sentía culpable de la condición en que una orden suya la había dejado, una espada envenenada, con uno de los tantos venenos experimentales de Orochimaru la habían dejado así, aún sin habla. La reina Kushina no estaba muerta, ella se encontraba en un calabozo especialmente preparado para ella, y eso era un secreto, ni siquiera sus hijos lo sabían, ni ningún otro más que sus consejeros y él, además de las dos doncellas que se encargaban de cuidarla.

    —¿Cómo te encuentras hoy querida Kushina? —le preguntaba mientras besaba su mano, aunque ella se soltó bruscamente de él y lo miró furiosa—, tan llena de energía como siempre.

    —N-nar-ruto —sus ojos se habían llenado de lágrimas, la pelirroja pudo decir al fin una palabra, y fue una decepcionante para el rey, él esperaba oír algo como su nombre, un “gracias” o hasta un “me quedaré contigo en agradecimiento”, pero no fue así.

    El rey de cierta forma se sintió mejor, esa era una señal de que Orochimaru estaba avanzando con el antídoto que ayudaría en su completa recuperación, pero de todas maneras, con una fingida sonrisa se marchó de ahí, y viéndolo mejor, oír “Naruto” en vez de “Minato” fue un total alivio.

    ********** País del Fuego

    —Oye, ten cuidado —le decía el joven al sentirse tan pegado al cuerpo de ella, ya que podía sentir que no llevaba nada debajo de aquella capa.

    —Tienes razón, lo siento Sho —le contestaba sonriente—, es que me sorprendiste, hace tres años te marchaste, no sabía que habías vuelto, y me alegró.

    —A mí también me alegra ver… —el príncipe lo cortó.

    —No me gusta interrumpir, pero debemos irnos princesa, ya está anocheciendo, y aún estamos mojados —habló mirándola mostrándole su molestia.

    —Es cierto, ya es tarde —respondía alejándose de Shotaro, y poniéndose a lado de Itachi, quien ya había cogido sus prendas y se había puesto la capa—. Espero poder presentarme a la aldea correctamente y a su debido tiempo, con permiso.

    Con estas palabras, la princesa y el príncipe empezaron a alejarse, ya habían caminado uno o dos minutos en silencio, Sakura veía a Itachi de reojo y estaba segura de que estaba molesto, pero no tenía idea del por qué, ya que hace momentos se estaban besando como si nunca lo hubiesen hecho, y se sentía tan bien… sus pensamientos fueron interrumpidos por los jadeos de alguien que llegó corriendo detrás de ellos.

    —S-sakura, ¿en verdad eres tú? —preguntaba luego de haberse detenido detrás a unos pasos de ellos—, es que no pareces la Sakura que conocí hace muchos años atrás, ella nunca se hubiese disculpado tanto, ni qué hablar de reverencias, y menos haciendo lo que alguien te dice, y ella siempre parecía feliz, en cambio tú…

    —Ella está bien conmigo, ¿podrías llamarla su alteza?, sé que son muy amigos, pero ni siquiera Karín la llama como tú lo haces —Itachi suspiraba de molestia—; si te lo he permitido hasta ahora es por ella, pero ya no más, Sakura ya no pertenece a tu mundo.

    —Le pido perdone mi insolencia, sus altezas —sus palabras sonaron duras para la princesa, ella solo oía en silencio, y aun dando la espalda. El joven Shotaro se marchó decepcionado de su antigua mejor amiga.

    Ellos continuaron con su camino, hasta que entraron nuevamente a aquel pasaje, ambos continuaban con las capas, y cuando llegaron a la habitación de Naruto, Sakura se metió a su baño, iba a vestirse, no cerró totalmente la puerta, por lo que minutos después de que Itachi terminó de colocarse sus ropas, entró sin pedir permiso, y ella ni se inmutó, ya que él la había visto antes sin perderse nada; se dispuso a salir, pero él la arrinconó hacia una de las paredes, e intentó besarla, cosa que a ella le molestó del todo, quiso zafarse de su agarre, aunque eso fue algo difícil, el príncipe tenía demasiada fuerza, y ella no había entrenado lo suficiente con Shii como para defenderse y golpearlo como ansiaba en aquel momento.

    —¿No quieres besarme porque acabas de ver a tu noviecito? —era muy evidente que algo había molestado a Itachi, y ahora Sakura sabía que el motivo tenía que ver con Shotaro.

    —Estás loco —ella no quería mirarlo—, eres un idiota ¡Suéltame!

    En aquel momento Sasuke y Naruto entraban a la habitación, estaban discutiendo tranquilamente como solían hacerlo, cuando oyeron el grito de Sakura en su baño, y entraron para ver qué sucedía; al darse cuenta de que Sakura estaba siendo forzada por Itachi a recibir uno de sus besos, Sasuke lo jaló dejando libre a la princesa, y Naruto le hizo paso para que pudiera marcharse sin problema.

    —¡¿Por qué la tratas así?! —gritaba Sasuke muy furioso.

    —Ese no es problema tuyo —contestaba soltándose de él.

    —Sakura estaba llorando, y se suponía que regresaría feliz —el rubio tenía razón, Itachi lo entendió, estaba tan celoso y furioso que aquello quedó en segundo plano, se había comportado como un imbécil.

    —Iré a buscarla —dijo por instinto, pero Sasuke lo detuvo.

    —Creo que será mejor que la dejes sola por el momento, no creo que quiera verte ahora —Itachi lo pensó un segundo, y luego se marchó igual.

    Intentó ir a buscar a Sakura, pero ella se rehusó a verlo, no pensó que él la trataría de aquella forma, la princesa pensaba que él sería lindo y encantador con ella, aunque la realidad era otra, esta vez desde que se confesaron, era su primera pelea, y no tenía idea de cuánto duraría, pero por ahora no deseaba darle la cara, al menos no para hablar del asunto. Naruto y Sasuke no podían hacer nada al respecto, era cierto que no era asunto suyo.

    ********** País de la Tierra

    Un par de semanas después…

    Los príncipes y la princesa habían sido invitados por los príncipes herederos del país del Fuego a pasar su última noche de solteros, dando una pequeña celebración por ello, y cada uno por su lado, es decir, la princesa Sakura estaría con las princesas invitadas, y el príncipe Itachi tan solo con los príncipes; la princesa Ten Ten estaba emocionada, la celebración era al día siguiente y luego a la mañana siguiente sería la gran boda, ella esperaba encontrarse a una Sakura llena de felicidad.

    *********** País del Fuego

    Cuando llegó Ten Ten, a pesar de las sonrisas que mostraba la princesa Sakura, pudo ver reflejada aquella tristeza que la angustiaba. Konan le había contado a la princesa Ten Ten todo lo ocurrido en aquellas últimas semanas, y lo único en lo que ella pensó, fue en un plan para reconciliarlos, poniéndose de acuerdo con sus hermanos Shisui y Sai, y sus primos Sasuke y Naruto; además de que intentó hablar con las princesas invitadas para que la apoyaran y a los príncipes se lo dejaba a Shisui.

    Todos estuvieron de acuerdo con el plan, y fue verdaderamente un alivio que Izuna no llegara, sólo Shizune estaba allí, pero para la boda si estarían presentes él y Madara; la única que se opuso un poco fue Ino, a quien se le notaba la envidia que sentía hacia Sakura por quedarse con uno de los príncipes más apuestos y codiciados, pero tuvo que aceptar ante las amenazas de Ten Ten.

    Llegada cada celebración en su respectivo salón, todas murmuraban y Sakura ni idea de qué ocurría, aunque Ten Ten intentara entretenerla con historias extrañas, de todas formas, en un momento dado, la castaña tomó de la mano a la princesita diciéndole que quería entregarle un obsequio personalmente, pero era todo una trampa, la metió en una habitación donde quedó encerrada.

    —¿Tú también?, ya me parecía que Shisui se comportara tan extraño —dijo Itachi al ver a la princesa intentar abrir la puerta usando la fuerza.

    —I-itachi… —dijo cuando volteó a verle, estaba algo sonrojada, y extremadamente nerviosa.

    Todos los demás disfrutaban de su fiesta personal…
     
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    Rein

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    Mujer!!!!! Kyaaaaaa...!!! *me desmayo y me levanto después de unos minutos xD* E-e-e-e-e *me bofeteo* Estoy viva?!?!!??! Te juro que morí cuando leí esa parte-ttebane *w* Aunque dañada y todo... u_u Quiero ver a mi hijo-ttebane x3 Aunque si llega a suceder será dentro de mucho capítulos-ttebane xD (creo yo ._.) O sea que... Madara... está obsesionado conmigo?! O_O ñam! Eso no me agrada mucho-ttebane...
    Bueno ya basta xD La linda parejita se desean y mucho *w* Bueno... Al principio, pues ya al final no tanto pero... Con el plan de los príncipes y princesas espero y se reconcilien para la boda del día siguiente-ttebane :33 Tenten es un amor x3 Itachi es muy celoso -.- Pero creo que así está bien para que la historia se ponga buena-ttebane *////* Y te agradezco que hayas subido capítulo y me hayas avisado :D Me puso feliz pues... El foro está un poco muerto ya-ttebane :S Nunca me esperaba que me tuvieran encerrada viva-ttebane :33 La reina Kushina es la mejor-ttebane! xD ok ya basta! ._______.
    Espero y me puedas avisar para la conti!! *w* La esperaré con ansias-ttebane :33
    Sayonara-ttebane! O/
     
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    Inaru Uchiha

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    Hola.. bueno quien entiende a itachi jeeje… parece que va por un buen camino jeje, y estuvo bueno cuando la encontró en el lago y la salvo jeje pero que le pasa a itachi .. de un momento es muy lindo y otro es muy malo … al final la trato mal y tuvieron que intervenir =s..
    Avísame cuando subas la continuación.
    Atte: Inaru♥
     
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    Uzuqui

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    hola!
    mira acabo de hallar tu fic ...a mi me han gustado los primeros cinco capitulos!
    cuando lo lea todo te dejare un revien, pero preferí dejarte este primero, me agrada todo del fic...
    no soy muy fan del este anime 8yo se que es pecado, lo se!) pero despues del fic tal vez me lo proponga...en fin gracias por publicar una historia como esta...vere de terminarla pronto...pero no creo que sea hoy...ya me iba cuando lo encontre T-T
    hasta entonces
     
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    xX Yuki Uchiha Xx

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    Título:
    El reino de Fuego - parejas indefinidas
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2969
    Capítulo 8:

    Sakura se puso muy nerviosa, estaba frente a frente a la persona a la cual todos esos días estuvo evitando, no sabía cómo actuar o qué decir, era una situación muy complicada, era vergonzoso, pero debía responder, él le había hablado.

    —Me vengaré de Ten Ten cuando logre salir de aquí —sólo eso se le ocurrió, para luego desviar la vista hacia otro lugar, y caminar en dirección contraria de donde se encontraba el príncipe.

    —Mañana nos casaremos, no puedes huir por siempre de mí, ¿lo sabías querida princesa? —aquello la hizo detenerse.

    —Lo sé, no tienes por qué recordarme que la poca libertad que me queda, se irá mañana cuando diga sí —contestó fríamente, aparentando estar tranquila, cuando por dentro se iba quebrando de a poquitos.

    El príncipe quiso contestar, quizás se disponía a decir algo hiriente, pero se contuvo, sabía que empeoraría las cosas, además ella tenía razón, él y el matrimonio arreglado, ninguno era motivo para que Sakura estuviera orgullosa y emocionada; el silencio duró unos largos minutos, la pelirosa miraba a todas partes, menos por donde estaba sentado Itachi, quien estaba observando cada detalle del inocente rostro de aquella muchacha intrusa en su corazón, cuando se percató que ella se agarró la cabeza y le preocupó.

    —¿T-te sientes bien? —le preguntó por instinto, ella levantó la cabeza y lo miró fijamente.

    —Estoy bien —respondió más para sí misma que para él—, es sólo que… bueno, hay una forma de salir, pero no creo que podamos, sería irrespetuoso.

    —¿Eh?, no entiendo —él se levantó de su lugar y empezó a seguirla, ya que ella también se había levantado y estaba yendo hacia algún punto de aquella habitación.

    —Esta era la habitación del rey Minato, en esta parte del castillo, cuando deseaba descansar durante el día, él venía aquí, pero no sólo la usaba para dormir, la usaba también para escapar de sus consejeros, y se dirigía hacia otro lugar —ella se acercó más hacia una de las paredes de ladrillos, había varios que sobresalían, señaló varios, pero se detuvo en uno, y lo empujó con sus pequeños dedos, lo cual sólo lograron introducirlo a medias.

    —Déjame ayudarte —Itachi estaba detrás de ella, rozó la mano de la princesa, la cual se alejó al tacto, pero dejó que él terminara el asunto.

    Segundos después, y con la fuerza de un varón, se abrió un nuevo pasillo, la pared se había dividido y había dejado un espacio para quien quisiera entrar.

    —¿Ahora me dirás por qué no podemos usarlo?, pareces conocer este castillo mejor que yo —decía algo decepcionado pero a la vez curioso.

    —Nos llevará hacia los aposentos de tu madre, y no creo que quieras pasarte por allí, además ella no conoce estos pasillos —la princesa tenía razón, y el príncipe deseaba que ese en especial fuera un secreto entre los dos, por lo que desistieron de la idea y cerraron el pasillo.

    —Me vengaré de Shisui más tarde —ella lo miró nuevamente—. Pero ahora, sólo deseo que perdones mi comportamiento tan infantil, no quise que quedáramos así, yo te amo Sakura.

    —El amor duele, quisiera no haberme enamorado de ti —ella se dio media vuelta para alejarse aún más de él.

    —E-espera, por favor —la abrazó con fuerza por detrás, no quería dejarla escapar—, yo sólo estaba celoso, ese muchacho parecía conocerte mucho más que yo, y te veías tan feliz por haberlo visto, que no supe cómo reaccionar, nunca me había sentido de esta forma, perdóname…

    —Tonto Itachi, ¿por qué tendrías que ponerte celoso por otro, si te dije que sólo te amaba a ti; trataste mal a mi amigo Shotaro, y te desquitaste conmigo, además él podrá conocer mi pasado, pero mi presente y futuro sólo te pertenecen a ti… el amor duele, pero duele más estar lejos de ti —ella se dio media vuelta, entrelazó sus brazos alrededor del cuello de su amado, y lo besó tiernamente, lo había ansiado tanto como él, y después de retener aire por muchos segundos...

    —En verdad lamento haber sido un idiota, nunca quise lastimarte —la princesa le sonreía complacida, hace mucho que él no la veía sonreír, e igualmente le sonrió.

    El juego de sonrisas coquetas y luego besos apasionados y reconciliadores, acabó cuando Shikaku entró sin avisar a aquella habitación, detrás de él estaba Konan y una enojada Ten Ten, junto a la princesa Ino, quien no quiso ser complice de aquello y fue a contárselo al consejero real; se veían algo avergonzados, pero sentían que todo estaba bien después de todo.

    —Parece que es todo por hoy —decía Itachi soltando gentilmente la mano de la princesa.

    —Siento interrumpir, sus altezas, pero no podemos dejar solos a sus invitados —hablaba Shikaku muy serio.

    —Eso es cierto, debemos terminar por hoy, mañana será un día muy cansado, y no queremos llegar tarde —se giró para retirarse antes, junto a las chicas.

    —Que descanses, mi princesa —ella volteó a mirarlo, le sonrió, y segundos después se retiró.

    —Su alteza, me alegra que esté en buenos términos con la princesa, pero debemos regresar —el príncipe lo miró con mala cara.

    Ambos se encaminaron hacia el salón donde se encontraban los príncipes, cuando Itachi entró, todos lo quedaron viendo en silencio y sorprendidos, parecía enojado, pero no con ellos, y pensaban: ¿sería con ellos?, si sólo intentaban ayudar, para sorpresa, él leyó sus rostros dándoles algo de alivio.

    —No es con ustedes, lo lamento y gracias por lo que hicieron —dijo calmado, cuando el príncipe Shisui vino por detrás y lo abrazó por los hombros.

    —¿Nos contarás lo que sucedió con la princesa? —le preguntó con tono juguetón, dejando a todos ansiosos por una respuesta.

    —Como sea, creo que no es asunto tuyo, además, no era nuestro deber ayudarlo —soltó el príncipe Neji de la forma más antipática arruinando aún más aquel momento.

    —Vuelve a decir algo así, y no te dejaré ni siquiera mirar a mi hermana nuevamente —lo amenazó con una falsa sonrisa el príncipe Sai, y el príncipe Shisui sólo lo aniquilaba con la mirada.

    —¿Yo con tu hermana?, tanto andar con Naruto te arruinó el cerebro —contestó serio.

    —¡¿Qué fue lo que dijiste princesita?! —y aquello hizo que todos se abalanzaran contra todos y armaran una grande, llena de insultos y pequeños golpes, se notaba la gran amistad que había entre ellos a pesar de las diferencias de reinos, padres y todo eso.

    Ya calmados luego de unas horas, gracias a que el príncipe Neji confesara que le agradaba mucho la princesa Ten Ten, los príncipes se pasaron casi toda la noche intentando fastidiar al príncipe Itachi, y aún más, querían que se retractara sobre el matrimonio, e intentara escapar de todo lo que se le vendría, pero con nada lo convencían, nada ni nadie podría quitarle de la cabeza que necesitaba a Sakura, y que era plenamente feliz a su lado; faltando un par de horas para el amanecer, los príncipes desistieron de sus malvadas bromas, y brindaron su apoyo incondicional.

    ********** Al alba…

    Todo el reino de Fuego estaba de fiesta, el príncipe heredero y la princesa Sakura al fin se casarían, varios reyes llegaron aquella mañana, unos más alegres que otros, había guardias por todas partes, y aumentaron cuando llegó el rey Madara, junto al príncipe Izuna, además de que su consejero Orochimaru no se apartaba ni un segundo de ellos, y todos parecían temerle. Por otra parte, todos los príncipes y princesas estaban en sus respectivos aposentos arreglándose para el gran evento, pero el aposento en el cual entraban y salían doncellas por doquier, era el de la princesa que se convertiría en la futura reina, aquella ojijade que había conquistado al encantador príncipe Itachi.

    Sakura estaba nerviosa, pero no tenía dudas respecto a esto, sabía que amaba a Itachi, y aunque fuese un matrimonio arreglado por sus familias, ya no quedaba pizca de enojo o resentimiento por ello; la boda se llevó con normalidad conforme al protocolo que debían seguir, pero para muchos de los presentes, se veía tan real y llena de romance, las miradas, las manos de ambos al tocarse, las sonrisas sinceras, y los besos, todas esas demostraciones de amor fueron mostradas a todos sin temor o vergüenza.

    La celebración por aquella unión empezó dando un paseo en carruaje por la aldea de Konoha, haciendo que los aldeanos pudiesen ser testigos y compartir la alegría de aquel día. Muchos ojos de ancianos, jóvenes y niños, se posaban sobre la hermosa princesa heredera, algunos la recordaban de aquel incidente cerca de la cascada, y otros como Shotaro, suspiraban resignados de que aquella pelirosa acabara en los brazos de otro. Las otras miradas se dirigían hacia el príncipe, algunas mujeres de por ahí, habían estado con él, y aunque solamente fuera por una noche, ya se creían con más derecho que la pelirosa, la menospreciaban.

    En la noche, la gran fiesta en el castillo, fue una de las mejores, el rey Fugaku estaba presente, aunque se le notaba algo debilitado; algunos reyes como el rey Madara y el rey Hiashi, habían retornado a sus reinos cuando hubo acabado la ceremonia de boda. Los nuevos esposos se retiraron a su nuevo aposento a medianoche, los nervios reinaban en los dos, iban en silencio, aunque sonreían torpemente.

    —Su alteza, pase un momento por aquí por favor —Konan le pedía a la princesa que la siguiera hacia una habitación cercana, dejando ambas al príncipe, el cual ingresó solo a su nueva recámara nupcial.

    Konan se encargó personalmente de preparar a la princesa para la noche de bodas, dándole algunos consejos, ya que sabía que la pelirosa era vírgen, y quizás no sería placentero la primera vez; una vez lista, y en un atuendo y peinado más cómodos, la acompañó hasta la puerta de su aposento, donde el príncipe la esperaba ansioso. Ella llamó a la puerta tan solo para avisar que en aquel momento entraría, y así lo hizo, entró llena de timidez, pensando que dolería, pero al divisar al príncipe de pie, también con algo de ropa menos, y recibiéndola con una cálida y a la vez encantadora sonrisa, se olvidó de aquello, sólo deseaba estar rodeada por sus brazos.

    —Las mujeres sí que se hacen esperar —se iba acercando hacia ella tranquilamente—, tú serás la única por quien lo haga.

    —¿E-en serio? —ella retrocedía temerosa y al mismo tiempo juguetona—, entonces vuelvo más tarde.

    Se dió media vuelta, llegó hasta la puerta, pero él ya estaba detrás suyo, la deseaba, no dudó en tomarla de la cintura, luego girarla quedando cara a cara, y cargarla en brazos, como una princesa, irónicamente, pero haciéndola sentir que de esa no escaparía, y que a partir de ahora, ellos se pertenecían mutuamente.

    —Te crees muy lista princesita —Sakura estaba sonrojada, se rindió tan solo cuando la atrapó—, te amo Sakura.

    Esto último se lo había susurrado al oído, mientras la llevaba a la cama, lugar donde la recostó con cuidado, quedando él sobre ella.

    Esa noche fue especial para ambos, era la primera vez para ella, y era la primera vez que el príncipe Itachi lo hacía con una mujer a quien amaba y deseaba proteger; ya la había visto desnuda antes, pero ella a él no, y fue muy vergonzoso, aunque al final, eso no importó para nada, el sentimiento de amor y placer eran mutuos, ambos pensaron que ahora sentían amarse aún más, y no deseaban separarse jamás.

    **********

    El príncipe Sasuke se había retirado temprano de aquella fiesta, alegó ante su madre que no se sentía bien, y se marchó hacia la biblioteca, donde minutos después Sai y Shisui entraron sin previo aviso.

    —Oye Sasuke —Shisui se sentó a su lado, estaba serio y Sasuke pareció fastidiado—, ¿Es cierto que estás enamorado de Sakura?

    Ante aquella pregunta, el aludido se quedó de piedra, y se cuestionaba internamente si había sido tan obvio, ya que siempre hizo lo posible por no demostrarlo; a pesar de todo ello, no supo qué o cómo contestar, no sabía si podía contárselo a él, ya que era el mejor amigo de su hermano Itachi.

    —¿Qué te hizo pensar eso?, ¿no sería tonto que lo estuviera, sabiendo que se casaría con Itachi? —interrogó con serenidad, sin dar a conocer sus sentimientos en aquel incómodo momento, y mirando a la nada, la cual estaba cerca de Sai.

    —Al parecer soy un imbécil por no haberlo notado, pero a Sai se le escapó —dijo apenado, lamentándose del mal primo que era por no darse cuenta antes.

    —¿Sai?, ¿cómo se le pudo escapar algo que nunca he dicho? —otra vez con más preguntas que intentaban desviar el tema sin éxito alguno. Sai sonreía como cuando estaba seguro de lo que decía.

    —Yo solamente dije: 'Que mal por Sasuke el tener que verla todos los días, sabiendo que no puede ser de él' —contestó aún con aquella sonrisa que nunca le agradó a Sasuke, pero que siempre tuvo que soportar.

    —Entonces... ¿Es cierto? —volvió a preguntar Shisui—, sea cual sea tu respuesta, quedará entre nosotros.

    Sasuke se levantó de su lugar, estaba cansado, la cabeza le dolía, y solo tenía algo en mente: Sakura. Sincerarse ahora no cambiaría nada, pero quizás le ayudaría a sobrellevar aquella angustiante carga, Sai tuvo gran razón en lo que dijo, y ciertamente su primo menor siempre fue muy atento, se daba cuenta de las situaciones antes que los demás. Los miró por unos segundos, luego un largo suspiro salió de él, ni siquiera había hablado con Naruto del asunto.

    —¿Puedo pasar un tiempo en vuestro reino?, solo hasta que me haga a la idea, o quizás me vaya más lejos, de todos modos debo olvidarme de ella —confesó con dolor en sus palabras.

    —Siento haber apoyado tanto a Itachi, y haberme olvidado de ti, no puedo decir lo mismo de Naruto, él ha estado con la princesa Hinata toda la noche, parece que al fin se dio cuenta de su presencia —concluyó—. Eres bienvenido cuando estés listo, hablaré con mis padres de esto, sin mencionarles el motivo, y les pediré a tus padres lo mismo.

    Y así, Sasuke sintió que tenía más personas en quienes confiar, intentaría marcharse junto a sus primos si se lo permitieran, él esperaba que todo saliera bien.

    ********** Dos semanas después

    —Ya van diez días desde que Sasuke se marchó —decía la reina con algo de tristeza, mientras tomaba el té con Naruto.

    —Sí, eso es cierto, me pregunto cuándo volverá —el rubio se veía con un espíritu apagado.

    —Naruto, el rey y yo estuvimos pensando en esto mucho, y hemos pedido la mano de la princesa Ino para tí —soltó sin más su madre, haciendo que este bote todo el té de la impresión.

    —¡¿L-la princesa I-ino?!, pero yo... —él parecía más deprimido que antes.

    —¿Acaso no te quieres casar?, ya que Itachi ya lo hizo, tú y Sasuke pueden hacerlo ahora —la reina lo miraba atentamente, esperando una respuesta.

    —No quiero a la princesa Ino, si es con ella o con otra que no sea la princesa Hinata, no me casaré, lo siento madre —contestó con seriedad, cosa que hizo sonreír a la reina.

    —Si ella te hubiese oído, seguramente estaría tan sonrojada como cuando estaba a tu lado en la fiesta, no te preocupes, ella ha sido pedida para ti por el rey, y el rey Hiashi aceptó la petición de tu padre, ambos notaron que ustedes dos son felices juntos —ella sonreía aún más al ver la enorme sonrisa que se le formó al príncipe—, esto también ayudará a que podamos convertirnos en aliados.

    ********** Reino del Trueno

    El príncipe Izuna cada vez se sentía peor, veía las familias de sus tíos, todos ellos gozando de su felicidad, padres riendo con sus hijos, orgullosos de ellos, velando porque fuesen felices, siempre unidos, en total confianza, pero él, tenía lo contrario, una familia desunida, una hermana que le temía, un padre al cual ambos temían, sonrizas forzadas, guardando apariencias, secretos, desconfianza, y amor, eso no había, al menos no para él, no de parte de su padre, ya que estaba seguro que su hermana lo quería, y él a ella, y esperaba protegerla de su propio padre si algún día le llegara a necesitar; en Orochimaru no confiaba, se notaba que escondía cosas de él, por lo que un día de pura curiosidad, bajó a las mazmorras, de donde siempre lo veía entrar y salir, aunque ya conocía los tiempos en que lo hacía, por lo que en aquel momento, sabía que no lo encontraría allí. Al principio todo se veía normal, mazmorras vacías, una especie de laboratorio a un lado, más mazmorras luego de este, pero no reparó en observar cada una de ellas, y ya disponiéndose a volver a sus aposentos, oyó una voz, como un quejido, una palabra, un nombre, uno muy conocido.

    —N-narut-to —era la voz de una mujer, estaba en la última celda, tenía un largo cabello rojizo como un tomate, y era muy hermosa, pero demasiada tristeza en su rostro.

    La reconoció al instante, sabía que ella había sido una reina, la reina Kushina del reino de Fuego, la verdadera madre de Naruto, él sabía muy bien que su supuesto primo, no tenía sangre Uchiha, pero aunque hiciera creer a todos que lo odiaba, no era así, todo por guardar las apariencias de ser un buen enemigo, para que su padre esté orgulloso de él.

    —Esto está mal, muy mal —se dijo para sí mismo. Ella lo miraba con súplica, y eso lo conmovió, un escalofrío recorrió su cuerpo.

    Salió de allí rápidamente, fue a su habitación, estuvo vomitando en el baño, eso le sucedía cada vez que estaba en desacuerdo con algo, y en lo único que pensaba, era en que Naruto debía enterarse de la verdad, cueste lo que cueste.
     
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