El Refugio (001-005)

Tema en 'Tenumbris' iniciado por Reual Nathan Onyrian, 23 Febrero 2021.

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    Monpoke

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    "Un interesante stock". De basura. Halago un poco las opciones ofrecidas por el cazador, pero bien podría considerarse que son cosas que se encontró tiradas.

    "Te doy esta batería por el tuvo de metal". Ofrezco al mostrarle el elemento que conseguí ayer entre los dedos.

    Esa cosa solo servira si me encuentro una linterna, sin ella, solo es un objeto corriente que ocupa especio.

    Si me encuentro una linterna luego, a menos se donde encontrar ambos. Con él.

    "¿Y cuanto te vale esta cosa?". Pregunto al mostrarle el blister de píldoras.

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    Última edición: 31 Marzo 2021
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    Reual Nathan Onyrian

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    La criatura parece olisquear el aire, y realiza un rictus de asco ante la presencia de As.

    — Tanto olor a podredumbre lastima mi nariz, Pedazo de Carne. Pero acepto tu oferta. Toma el tubo sin problemas —comentó, sonriendo de manera enigmática. Luego, le arrebató las píldoras de la mano.— ¿Quieres separarte de esto? Ningún problema. Las píldoras nunca vienen mal.

    >> Ahora, ¿quieren comprar algo más, o ya puedo irme? Este lugar apesta.

    >>> Pedir algún consejo.
    >>> Mostrar Objeto
    >>> Seguir comerciarndo


    Pueden vender las píldoras a 30 Rep.

    ¡Obtienes el Tubo de Metal (recurso grande)!


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    • Caja de Herramientas (200 Rep - 1 unidad - Se utiliza para mejorar el Banco de Trabajo)
    • Batería 9v (50 Rep - 2 Unidades)
    • Botella (20 Rep - 1 Unidad)
    • Bengala (60 Rep - 2 Unidades - Sirven como fuentes de luz)
    • Linterna (140 Rep - 1 Unidad)
    • Gasolina (68 Rep - 1 Unidad)
    • Alambre (30 Rep - 1 Unidad)
    • Fósforo (6 Rep - 13 Unidades)
    • Clavo (2 rep - 13 Unidades)
    • Huevo rojo (70 Rep - 1 Unidad)
    • Trapo (14 Rep - 4 Unidades)
    • Cargador de pequeño calibre (100 Rep - 1 Unidad)
    • Cinta (40 Rep - 2 Unidades)
    • Reloj (300 Rep - 1 Unidad - Permite saber la hora actual)
    • Marco de pistola (450 Rep - 1 Unidad)
    • Partes de armas (450 Rep - 1 Unidad)
    • Cadena (150 Rep - 1 Unidad)
     
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    Gigi Blanche

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    Historias. De repente me había enfrascado con el concepto a pesar de no entenderlo, de ser incapaz de procesarlo como tal. No contaba con la teoría para definirlo, ni los recuerdos para revivirlo, pero permanecía en mi mente de manera insistente. Era una pulsación constante, una intermitencia con la aparente intención de enseñarme a gritos lo que importaba. No oía un sonido, sin embargo. Era similar a verme frente a un espejo, luchando por comunicarme. Ni siquiera era ruido blanco, sólo... silencio. Como si hubiesen anulado el sentido de la audición de cada persona sobre la tierra.

    Un silencio quieto, pacífico y angustiante.

    Había una historia sobre la piel del chico, había una entre las manchas de mis dedos y probablemente la hubiera en la cicatriz de la chica, incluso en el muchacho joven y el anciano. Quizás estuvieran selladas a cal y canto, quizá nunca fuésemos capaces de recuperarlas... pero estaban ahí y sólo me quedaba aferrarme a esa fe.

    Me alegraba que el muchacho hubiera comprendido lo que creía, que debíamos unirnos para sobrevivir. Detalló el llavero con la yema de los dedos, se sintió extrañamente personal y sin embargo lo dejé hacer. Lo dejé repasar sus contornos, la frialdad del metal, incluso el prácticamente indistinguible relieve de la sangre seca. Allí también había una historia, podía sentirla.

    Observar ese llavero me calmaba.

    Volví a encerrarlo en mi puño al oírlo hablar, lo regresé a mi bolsillo y asentí lentamente, viéndolo a los ojos. Ojalá hubiera podido transmitirle más, haber sido capaz de poner mis pensamientos en palabras, ya que no creía que las señas y gestos bastaran para hacerme entender. Para concederle lo único que rebotaba en mi mente.

    Gracias.

    Y eso fue todo antes de que volviéramos a desmayarnos. Cuando abrí los ojos me encontré en la misma posición que recordaba haber tomado antes. Seguía en la silla, sólo que con el torso echado sobre el espaldar. Arrugué el ceño, recuperando el control de mis sentidos, y noté de inmediato la quietud asentada en el ambiente. Al parecer sería una rutina que se iría repitiendo. La sangre había desaparecido, los latidos rítmicos también, y en su lugar fuimos honrados con la presencia de un nuevo y extraño sujeto. Su hocico estirado no era humano, fue lo primero que pensé, y mi cuerpo se tensó de punta a punta.

    No parecía hostil, sin embargo, al menos hasta que noté que llevaba algo sobre los hombros y un segundo después lo desplomó contra el suelo. El corazón se me congeló en el pecho y me eché con fuerza contra el espaldar de la silla, como si intentara alejarme de allí. Mis pies se deslizaron un par de veces por la madera, buscando comprimirse, y el aire resonó como un jadeo tembloroso al brotar de mis labios.

    Muerto.

    Era el anciano.

    Muerto.

    Era el anciano y estaba

    muerto.

    Fue apenas un instante, una imagen breve y repentina antes de que las raíces se lo tragaran, pero mis ojos lo habían visto, lo habían trazado en un lienzo oscuro y sin importar hacia dónde mirara seguía allí. Sobre la pared, en el suelo, frente a mis párpados cerrados. Estaba en todas partes.

    Me encogí sin darme cuenta, había vuelto a esconder la cabeza entre las rodillas y desde allí me alcanzaron las voces de los demás, como un eco distante. ¿Estaban conversando tan tranquilamente? ¿Cómo podían? ¿Cómo mierda podían? No lo entendía, no tenía sentido, ¿es que acaso no tenían emociones? ¿Por qué no se asustaban?

    ¿Qué estaba mal conmigo?

    Me seguí guiando por los sonidos que me rodeaban, en cierto punto creí oír que arrancaban unas raíces y el chirrido subsecuente me obligó a apretar los dientes, cerrando los ojos con aún más fuerza. No quería nada de eso, quería irme de allí, no quería vivir asustada. No quería.

    Dios, no quería.

    Perdón que mi personaje sea tan useless (??
     
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    Reual Nathan Onyrian

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    Wolfman - 15 de Reputación

    Al ver que ya no se encontraba obteniendo respuesta de nadie, el invitado bufó, soltando saliva, y volvió a cargarse su bolsa al hombro, molesto.

    — Ya saben que tienen que hacer. No me decepcionen, Pedazos de Carne —espetó, casi escupiendo, y salió de la cabaña.

    Las raíces comenzaron a retorcerse y retraerse, dejando a la vista el suelo de madera del refugio. El tiempo pareció volver a su curso normal, mientras el mundo volvía a respirar, y el bosque cobraba vida de nuevo. Otro día daba inicio. Otro día para explorar, recoger recursos, e intentar sobrevivir. Otro día para intentar huir de Tenumbris.

    Hygge Amane Hitori Gigi Blanche Monpoke

    Sé que algunos pueden estar ocupados por épocas complicadas y demás, pero ya el rol se está quedando estancado, así que lo voy a ir acelerando. El alba se acabó, chicos, y comienza el nuevo día.
     
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    Zireael

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    Las personas estábamos hechas de historias, eso era obvio en cualquier contexto, las historias nos moldeaban, nos convertían en las personas que éramos. Nosotros no recordábamos una mierda de las nuestras, ninguna de ellas, ni las que tenía mi tinta o las manchas de la chiquilla, mucho menos el llavero. Nos habían arrebatado cada una de ellas de tajo pero aún así no habían eliminado lo que estas habían causado en nosotros.

    La mocosa no podía hablar.

    Yo había intentado desenfundar un arma que no cargaba y no me inmutaba ante la sangre.


    Las historias estaban escritas aunque no pudiésemos leerlas y quizás eso era lo más frustrante de todo el asunto, pero no había nada que pudiésemos hacer además de, bueno, no morirnos en ese puto bosque suponía. Al menos digamos que en ese la enana esa coincidía conmigo o había intentado decirme eso de alguna forma, el hecho de que si seguíamos moviéndonos solos no íbamos a llegar a ninguna puta parte. Tan siquiera su forma de asentir parecía una suerte de agradecimiento.

    No tardamos en irnos a negro otra vez y al despertar me enderecé pero no me moví de mi lugar, allí al pie de la silla de la chiquilla, y observé a los demás interactuar con aquella cosa que obviamente no era humana. Su hocico era canino, al menos eso lo sabía bien, por otro lado parecía fastidiado con nuestra mera existencia y... Bueno, el viejo de la orgía la había palmado al parecer.

    ¿Para qué nos traía un cuerpo, de todas maneras?

    Normal que apeste este puto lugar si traes cuerpos, hombre.

    Hubo algunas negociaciones, algo de conversación, y finalmente el animal, persona, la mierda que fuese se retiró. La raíces se retorcieron antes de dar paso al suelo de nuevo y el bosque pareció reactivarse, el alba había retrocedido hasta desaparecer, dejando el día para nosotros. Me levanté como si nada a pesar de la posición incómoda que había mantenido mientras hablaba con la chiquilla y también de que había quedado en el suelo, me estiré por pura manía aunque en sí el cuerpo no me lo pidió.

    Caminé por el espacio, pensando qué mierda podía hacer con las cosas que tenía encima y un poco porque sí y por lo que le había dicho a la enana antes de caer noqueados, hablé al aire.

    —Saldré al bosque —dije cuando ya casi iba a llegando a la salida de la cabaña—. Si el viejo de verdad la palmó no deberían dejarlo adentro.


    Even tho el rol anda inactivo y me voy a matar si te dejo morir otro rol (?) si no me falla la memoria ya se puede sacar de partidas en prueba y hacérsele subforo
     
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    Monpoke

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    Comenzar a moverse. Dar inicio a este minsable día y la espera de la horrible noche, solo explorando con la esperanza de dar con la salida o algo que me permita vivir otro día.

    Sujeto con fuerza el tuvo recién aadquirido. No quiero pelear, pero desde el comienzo parece ser inevitable.

    Salir vivo de esta. Es del tipo de tarea la cual puedo lograr. No me subestimes, bosque de pacotilla.

    Aun cargando la soga al hombro, me movilizo hacia el pozo. Agarre la soga de uno, debería umplir si función también en este.

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    Amane

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    La propuesta en sí nunca llegó, pero sinceramente esperaba que de verdad mereciese la pena si teníamos que recorrer el bosque para encontrarlo y que nos lo dijese al fin. Por el momento, pasé a cruzarme de brazos y observé como el otro chico más joven comerciaba con Wolfman antes de que se fuese finalmente.

    Suspiré ligeramente, echando un nuevo vistazo por la ventana para comprobar que un nuevo día se hacía paso en el bosque. De nuevo, algunos se fueron dispersando, y parecía que pocas opciones nos quedaban al resto. Prefería la seguridad de aquella cabaña, por supuesto, pero si no hacíamos todos un esfuerzo, nunca lograríamos escapar de ahí.

    Me levanté de la cama y me acerqué a la silla donde estaba la niña, ocupando el espacio del rubio que acababa de salir por la puerta. Parecía asustada, más de lo normal, y realmente era la reacción más lógica teniendo en cuenta que acabábamos de ver el cadáver de uno de los miembros del grupo y unas raíces haciéndolo desaparecer. Todos tendríamos que estar tan aterrados como ella y aun así parecíamos reaccionar con la normalidad de quien había pasado por situaciones similares antes.

    No recordaba nada y aun así no había sentido pánico al ver un cadáver, casi se sentía natural. Realmente me preguntaba por qué, aun cuando sabía que era misión imposible recordar nada de mi pasado y que, en general, era una pérdida de tiempo intentarlo.

    —Hey —la llamé, con un tono suave—. Voy a salir al bosque, ¿te gustaría acompañarme? Es mejor que quedarse aquí encerrado y entre las dos seguro encontramos algo.

    Weno, Gigi y yo nos vamos por ahí juntitas so tiro dado para ambas
     
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    Reual Nathan Onyrian

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    As se acercó al pozo, y con un poco de esfuerzo y tiempo, logró arreglarlo lo suficiente como para que al menos fuera de utilidad para el resto. Tal vez tuviera otros usos, quien sabía, o quizás cumpliría un papel mucho más importante en su supervivencia, a pesar de la falta de sed que experimentaban.

    Has reconstruido el Pozo. La soga se consume en el proceso.

    Una nueva guía fue agregada.
     
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    Monpoke

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    El pozo resultó ser funcional con la soga, no recogí ninguna cantidad de agua o probé la soga. Tal como se ve, podrá cortarse en cualquier momento.

    Mientras trabaje, logré ver cómo más abandonaban la choza y se internaban en el bosque. Esta vez parece que seremos más lo que estemos fuera.

    Aunque ninguno se tomó la molestia de apagar el generador, que aún está ahora sigue encendido en sus probables últimos restos de gasolina.

    Apagar el generador. Una tarea importante, menos mal soy yo quien se hace cargo.

    Antes de partir, dejo el tuvo de metal en el armario. No queriendo cargar con ese peso muerto.

    Terminando, salgo al bosque.

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    Hygge

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    La Maldecida
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    El suceso con el tal Wolfman, si bien pareció perturbar a la Maldecida por su simple e ilógica existencia (como todo lo que se encontraba en aquel bosque), no le arrancó ninguna reacción significativa de encima. Se limitó, pues, a observar expresiones. Movimientos, manías del resto de presentes. Cómo la niña asustada se había ganado la atenta protección de otras dos personas era algo curioso de ver. Eran meros desconocidos, pero el instinto protector arribaba incluso cuando de uno mismo dependía la supervivencia.

    Las raíces retrocedieron y el nuevo día llegó. Se frotó los ojos, casi como en un gesto inconsciente más que por sueño, pues no sentía, y siguió los pasos del resto. Siendo sus sombras de aquí a allá. Unas más pequeñas, otras más grandes. Pero siempre cerca, silente. Inquietante.

    Sus caminos tuvieron que separarse cuando decidieron continuar explorando el bosque. Estaría bien si, para el anochecer, llegaba al menos uno de vuelta.
     
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  11.  
    Zireael

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    Para cuando quise darme cuenta la tarde había caído en el bosque de nuevo y bien podía haber seguido dando vueltas hasta encontrar algo diferente, pero realmente sentí que no valía la pena arriesgarme a que la noche me alcanzara allí, a mitad de la nada. No luego del río de sangre aquel, el tipo con cara de lobo o qué sé yo y el viejo de la orgía muerto.

    El mensaje era claro, ya adentro la noche era peligrosa, afuera que ni se dijera.

    Regresé sobre mis pasos hasta la zona segura y una vez dentro de la cabaña, me dejé en la habitación donde habíamos despertado, sentado en el suelo con la espalda pegada a la pared.


    Aprovecho para mandar a este pendejo al refugio aunque el contador se acabó but el vacío legal (?

    Inventario:
    -Antorcha
    -Goma
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  12.  
    Amane

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    Los agujeros no parecían estar hechos por los gusanos aquellos, pero definitivamente sí lo estaban por alguna especie de bicho... o lo que sea que fuese aquella cosa que salió del mismo. Por suerte no parecía un animal agresivo, o simplemente en aquella ocasión no le apeteció atacarme; la cuestión era que agradecí que acabase saliendo huyendo antes que dejarme más heridas por el cuerpo.

    Me pude asomar por el agujero y descubrí que el insecto había dejado algo a su paso. ¿Un... huevo? Sí, tras examinarlo un poco pude definir que se trataba de un huevo. Era grande, bastante asqueroso y... ¿era tan siquiera útil? Bueno, al menos sabría de su existencia, quién sabe.

    Ya no había nada más que llamase mi interés y, al salir de la cabaña, me di cuenta de que, efectivamente, se nos había hecho tarde. Con cuidado, pero también dándonos prisa, la niña albina y yo redirigimos nuestros pasos hasta alcanzar de nuevo el refugio. Lo último que quería era que el siguiente cadáver que trajesen ahí fuese el nuestro.

    Inventario de La Observadora:
    —Fósforos (x2)
    —Bidón de gasolina

    Gigi Blanche holi bby uwu no sé si vas a reincorporarte aquí también pero, de cualquier modo, volvemos al refugio y aquí tu inventario <3

    Inventario de La Hija:
    —Fósforos (x2)
     
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    Reual Nathan Onyrian

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    "Al llegar al refugio, a tiempo para que las luces se terminaran de apagar en el mundo exterior y todo quedara a oscuras, al notar sus rostros, comienzan a darse cuenta de algo. Solo tres han vuelto a salvo. El bosque, al parecer, se cobró otras dos nuevas víctimas. La boca se les seca, y la garganta se les atenaza, mientras la oscuridad los envuelve, tanto por fuera, como por dentro. Un pensamiento insidioso comienza a oradar sus pensamientos. ¿Acaso... acaso ustedes serán los próximos?

    La noche ha llegado"
    Más tarde pongo el evento chicos, que ando bastante ocupado. No se olviden de encender el generador y las luces, ¿eh? Última ayuda que les doy.
     
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  14.  
    Zireael

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    Para cuando llegué a la cabaña no había un alma y genuinamente pensé que todos la habían palmado ese día, desde el crío que se las daba de listillo hasta la pelirroja, pasando por la de la cicatriz y la niña albina. Todos habían terminado consumidos por el bosque, haciendo que me sentencia de que éramos como una manada de perros salvajes y que debíamos trabajar en grupo solo fuese un augurio de muerte.

    Flexioné las rodillas para poder poner los brazos encima y dejé caer la cabeza entre ellos, no sentía cansancio, sueño, nada, pero ver que solo quedaba yo me lanzó encima tal intranquilidad que no supe qué más hacer. Incluso cuando había pensado que si los otros eran inútiles daba igual, que era más fáciles deshacerse de los lastres, ¿pero cómo iba a ser todos tan puto inútiles como para que solo quedara yo?

    Pasado un rato escuché pasos, eran livianos y por rebote asumí que eran del chiquillo o eran de alguna de las chicas, cosa que se respondió cuando vi aparecer a la de la cicatriz con la niña albina. Ni siquiera me di cuenta, pero suspiré con alivio y aún así... Éramos solo tres.

    Solo tres.

    Me levanté un poco de golpe, casi les pasé por encima y salí antes de que la oscuridad aquella tan horrible nos cayera encima, todo para encender el generador, volver adentro y encender las luces. Ya estaba claro que entre menos iluminación hubiese, más nos podíamos ir a la mierda y si había alguna forma de intentar salvarnos el culo al menos un poco, pues se intentaba.

    Inhalé con fuerza al regresar a la sala que a comenzaba a entender como la principal, volví a dejar caer el peso en el suelo apoyando la espalda en la pared. Solté un suspiro pesado, casi hastiado y esperé.


    Esperé por lo que fuese a caernos encima a nosotros esa noche.


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    me voy a tener que pegar un post-it en la laptop que ponga ENCENDER GENERADOR Y LUCES EN TENUMBRIS xd
     
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    Gigi Blanche

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    El día había transcurrido y cuando observé el alce herido a la distancia, cuando agitó sus astas a una distancia peligrosa de la chica, incluso cuando los gusanos aparecieron y se enredaron en torno a su cuerpo como malditas sanguijuelas, no hice nada. No hice nada y pensé que era una cosa vacía e inservible.

    La voz en mi cabeza ni siquiera me resultaba propia.

    Regresamos al refugio en lo que el crepúsculo se anunciaba, allí estaba el chico de los dibujos en la piel y reparé en el silencio. Era pesado, oscuro, incluso condenatorio. Era un silencio tan ruidoso que observé en todas direcciones, sujetándome los brazos entre sí. ¿Sólo... quedábamos nosotros tres? Imágenes raudas del muchacho joven y la pelirroja se entremezclaron con el cadáver del anciano, con los berridos desgarradores del alce y con la textura viscosa y húmeda de los gusanos. Los sentí reptando por mi piel, aquí y allá, removí los pies en un gesto nervioso y resollé, alzando la mirada poco a poco.

    Sólo quedábamos nosotros tres.

    ¿Y qué rayos iban a lograr conmigo?

    Vacía.

    Inservible.

    Busqué a mi compañera, luego regresé la mirada al chico y me acuclillé frente a él. Primero me tomé el tiempo de observarlo, de confirmar que no contara con alguna herida expuesta o nada que indicara... bueno, que estaba lastimado. El caso era que los jodidos gusanos me seguían reptando por la piel y el dolor del alce también. ¿La chica no se habría infectado con algo? Se me dificultaba leerla, tan impasible y hermética como siempre se mostraba, y además ¿qué iba a poder hacer yo por ella?

    Miré al chico a los ojos, lo hice con una intensidad que buscaba denotar mis intenciones de captar su atención, y pensé que intentar hablar sería futil. Alcé mi brazo entre ambos en posición horizontal, entonces, se lo mostré y arrastré las uñas negras de la mano contraria. Surcos rojizos se marcaron poco a poco, hasta que detuve el movimiento y me pellizqué la piel de repente, apretando los dientes bastante por reflejo. Hice énfasis allí, como si algo me mordiera, y luego señalé a la chica.

    Esperaba que eso ayudara un poco, ya que... no creía que la muchacha fuera a decir algo si estaba infectada o le dolía.


    tengo un cóctel molotov y me siento en btooom

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    Zireael

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    Cuando quise darme cuenta tenía a la niña frente a mí, se había acuclillado frente a mí y la sentí repasarme con la vista antes de que alzara la mirada para encontrar la suya, imaginé que estaría revisando mi estado, pero lo cierto era que no tenía heridas de ninguna clase, no había tenido que toparme con criaturas raras ni nada parecido. Estaba entero, es decir, al menos físicamente.

    Encontré sus ojos después, me miraba con una intensidad estúpida y entendí que quería decir algo, pero no podía hablar. Clavé la mirada en su brazo extendido entre nosotros y di un respingo cuando la vi pasarse las uñas por la piel, marcando caminos rojizos, y para cuando se pellizcó estiré la mano para detenerla sin pensarlo un puto segundo aunque no apliqué fuerza suficiente para lastimarla.

    —Ya para, no te lastimes —pedí en voz baja.

    Había señalado a la otra, ¿no? Tardé un rato en conectar neuronas, tenía que disculparme, no era lo que se dice un genio y entender señas era toda una misión, pero por el motivo que fuese logré entonces más o menos a lo que se refería. Solté el agarre casi con cuidado, me incorporé y me acerqué a la chica de la cicatriz, no me había molestado en detallar hasta ahora que la muchacha esta era alta, no le sacaba mucho de altura realmente y por obvio que fuese, recién ahora reparé en sus ojos dispares.

    La repasé con la vista de la misma forma que la niña me había revisado a mí, aunque con el ceño fruncido. Solo quedábamos nosotros, así que si algo le pasaba a esta chica iba a ser una bronca de las buenas, al menos no creía que ayudara mucho al estado mental de la chiquilla.

    —¿Te pasó algo? —pregunté y lo cierto era que con ese silencio no hacía falta levantar mucho la voz, pero se me coló cierto tono demandante—. Te pasó algo allí afuera. ¿Te sientes bien?


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    Btooom flashbacks con la molotov de belu help mE

    Levantarme a comer pastel >>>>> responderle a la hija
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Cuando llegamos al refugio, me di cuenta de que el único que parecía haber en el mismo era el chico de los tatuajes; ni rastro de la pelirroja o del otro chiquillo. La noche había caído ya sobre el bosque y, se mirase por donde se mirase, nada de eso podía ser una buena señal.

    ¿Dos días y ya habían caído la mitad? La expectativa de vida en ese momento era francamente baja para nosotros, entonces.

    Vi de soslayo como el rubio se levantaba casi de golpe y salía de la cabaña, apareciendo después para encender las luces de lugar. Era obvio que ninguno sentíamos hambre, sed ni sueño en aquel bosque, pero aun así tenía que admitir que la exploración me había acabado cansando y por ello ni me percaté de que habíamos estado a oscuras todo el rato hasta entonces.

    Noté después como la niña se alejaba de mi posición para acercarse al chico y aproveché para apoyarme con la espalda sobre la pared, cruzándome de brazos en el proceso. Me quedé mirándoles, tampoco había mucho más que hacer ahí, y lo cierto es que no tardé demasiado en entender lo que la albina parecía querer transmitirle al otro. Fruncí ligeramente el ceño, algo contrariada, pero tuve que recuperar la expresión neutral en cuanto el Indicador se acercó y me habló.

    Pestañeé lentamente un par de veces al recibir su mirada. Al final acabé por desistir, así que me agaché para levantar un poco el borde de los pantalones y giré la pierna en cuanto me erguí de nuevo, dejando a la vista el lugar en el tobillo dónde me había mordido el bicho aquel.

    —Llegamos a otra cabaña parecida a esta. No había nadie, pero estaba infestada de una especie de gusanos y uno logró morderme. Pica un poco, pero no es nada grave. Estoy bien —dirigí la mirada entonces hacia la figura de la Hija y me acerqué, hasta lograr agacharme a su lado y poder mirarla mejor—. De verdad. Estoy bien, tranquila.

    Quizás tenía muchas esperanzas de que la mordedura no se me infectase o de que el bicho no me hubiese inyectado cualquier cosa en el cuerpo, porque no tenía ni idea de que especie animal podría ser aquella, pero era obvio que lo último que necesitábamos era preocuparnos por eso en ese momento, así que mientras pudiese mantenerme en pie no le daría más vueltas de las necesarias.

    Me levanté entonces y me senté en el borde de la cama, volviendo a bajar la tela de los pantalones hasta dejarla perfectamente en su sitio. Dejé salir un suspiro y busqué de nuevo al chico con la mirada.

    >>¿Has descubierto algo nuevo hoy?

    Porque era más que obvio que íbamos a tener que compartir información si no queríamos seguir el mismo camino que los otros tres.

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    —Bidón de gasolina
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Por un instante creí que la señorita cicatriz aquí presente se iba hacer la tozuda, ni idea, pensé en la posibilidad de que simplemente negara que algo le había pasado y siguiera con su vida así nada más, como si tuviese otra opción en este bosque de mierda. Sin embargo, acabó por subir el borde del pantalón, dejando descubierta la mordida de solo Dios sabría qué bicho.

    Repasé la herida con la vista mientras las escuchaba, inhalé aire con fuerza y lo liberé de la misma manera. No había nada que hacerle, pero supongo que valía saber que tenía eso allí en caso de que de repente saliera con síntomas de cualquier cosa rara, mientras no fuese así imaginaba que la chiquilla podía quedarse tranquila su... Conocida, ahora amiga, hermana mayor, el lugar que fuese que estaba tomando la muchacha de la heterocromía, estaba bien por los momento. Podría haberle dicho que nos dijera si se empezaba a sentir mal o algo, pero imaginé que era de sentido común.

    Se acercó a la niña, le dijo que estaba bien y yo me limité a ponerme a dar vueltas en el espacio como un animal encerrado. Me rasqué el dorso del brazo izquierdo sin darme cuenta prácticamente, también el dorso de la mano justo en el tatuaje del pájaro aquel medio sin gracia. No me acordaba de un carajo de nada antes de ser lanzado a ese bosque, pero solo me quedó asociar la comezón a la tinta que tenía metida en la piel, incluso si parecía vieja.

    Me quedé quieto después, ahí a mitad de la sala y fue cuando encontré los ojos de la mayor, que me soltó una pregunta a la que no me quedó más que negar con la cabeza.

    —Llegué a un camino, pero al seguirlo acabé llegando a un sitio en el que había estado ayer, las casas quemadas de dónde traje la gasolina. Recorrí parte del bosque con el otro mocoso, pero nos separamos y no sé qué pasó con él después —comencé a decir mientras me dejaba caer en el borde de la cama junto a ella, sin motivo en especial—. Luego di palos de ciego por un rato, llegué a los mismos lugares o a sitios distintos donde no encontré la mayor cosa.

    Saqué el hongo que había conseguido encontrar y lo extendí hacia ella, la niña también debería alcanzar a verlo desde donde estaba.

    —Encontré esto. Ayer había encontrado otros hongos, pero se descomponen al día de haberlos arrancado del parche así que ya se fueron a la mierda. —Suspiré con cierta pesadez—. ¿Algo además de tu mordida de gusano?


    Estas dos chicas eran todo lo que quedaba de un grupo, si no lograba congeniar con ellas los tres estábamos muertos. Con la enana albina ya había llegado a términos, no sé ni cómo porque todo fue bastante impulsivo, así que ahora la cosa era tratar de no ser un dolor en el culo con esta otra suponía.

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  19.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master yes, and?

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    Voy a musicalizar todo lo que haga con esta niña con CLANN? yes i will


    La Hija

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    No lo había considerado ni por un segundo, era algo que lisa y llanamente se me había escapado hasta ahora. Había recibido los surcos rojizos con una naturalidad absoluta, la sensación de las uñas y el ligero dolor consecuente no encendían alarma alguna. No lo había considerado ni por un segundo, no, hasta que el chico me detuvo de un movimiento seco y di un respingo en consecuencia, tensándome ligeramente. No le temía a él como tal, sólo me había sorprendido y sus palabras acompañaron la sensación de extrañeza.

    Que no me lastimara, decía.

    Fue junto a la chica y permanecí inmóvil un par de segundos, hasta que los oí hablar y me giré para apoyar la espalda en la pared, justo donde él había estado, con las piernas recogidas y los pies descalzos uno encima del otro. Movía los dedos como un niño pequeño al cual le fue ordenado quedarse quieto. Escuché cada palabra que dijeron, aunque tuviera la vista pegada en mi brazo y en los surcos rojizos. Que no me lastimara, había dicho, y en toda su cara había visto que... ¿que estaba mal? ¿Era eso? Arrugué el ceño, llevando una sola uña a mi piel, y tracé una pequeña curva que alcanzó un límite y se cerró sobre sí misma. Era como una luna creciente y no lo entendía.

    ¿Por qué no debía, si él también llevaba dibujos en la piel?

    ¿No le habría dolido hacérselos, acaso?


    Alcé la mirada entre la mata de cabello albino apenas advertí movimiento. La chica se agachó junto a mí y me habló, buscando tranquilizarme. Era difícil leerla, ya lo había pensado, pero si insistía en estar bien... bueno, debería creerle, ¿verdad? Le sostuve la mirada un par de segundos hasta que asentí, había estado mordisqueándome la mejilla sin darme cuenta.

    La seguí en su recorrido hasta la cama, luego el chico se le unió y yo me quedé allí, sentada contra la pared. Eché un vistazo a la habitación donde nos encontrábamos, mientras oía el relato del muchacho. Cuando hizo mención a un algo específico regresé la mirada, distinguiendo... ¿era un hongo? ¿Por qué brillaba? Quizás estuviéramos en una cabaña misteriosa donde la gente moría y los espejos hablaban, pero ese hongo estaba brillando y no me resistí a la tentación de incorporarme y acercarme, como una niña curiosa. Me moví lento y dubitativo, como siempre, como si le temiera a mi propia sombra, y seguí dudando al buscar los ojos del chico y estirar las manos, en un intento de pedirle si no me lo daba un momento para inspeccionarlo mejor.


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  20.  
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    "Crish.

    Crish.

    Crish.

    Los foquitos de las lámparas fueron explotando de a uno, sumiendo lentamente a los tres habitantes del lugar en completa oscuridad. Parecían darles el tiempo justo para que se observaran entre sí, dándose cuenta de lo ocurrido. Parecían estar burlándose.

    El generador todavía sonaba a la distancia, pero ya no había luces que pudieran ahuyentar la tenebrosa negrura que todo lo engullía. La situación se mantuvo así por unos segundos, hasta que, desde un cuarto lejano, una luz comenzó a titilar. Carmesí, como la sangre, aparecía y desaparecía de su visión. Algo parecía encontrarse en esa habitación, oculto a su vista.

    Tal vez otro visitante.

    Algún enemigo.

    O peor."
     
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