Long-fic El Profesor Layton y el demonio de Ehyssaia

Tema en 'Fanfics abandonados de Videojuegos' iniciado por MrJake, 3 Enero 2013.

?

¿Qué les pareció?

Poll closed 31 Enero 2013.
  1. Bueno

    100.0%
  2. Típico

    0 voto(s)
    0.0%
  3. Original

    0 voto(s)
    0.0%
  4. Aburrido

    0 voto(s)
    0.0%
  5. Malo

    0 voto(s)
    0.0%
  6. Interesante

    0 voto(s)
    0.0%
  7. Intrigante

    0 voto(s)
    0.0%
Se permite votar por más de una opción.
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
    Miembro desde:
    12 Julio 2012
    Mensajes:
    21,317
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    El Profesor Layton y el demonio de Ehyssaia
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2151
    Nueva idea, nuevo fic.

    Primero, aclarar varias cosas:

    -Esta historia no influye ni es influenciada por ninguna de las sagas originales de “El profesor Layton”, aunque cronológicamente hablando se situaría en los inicios de Layton en la investigación (cuando Emmy es su ayudante) de los distintos casos.

    -En esta historia no aparecen, a excepción de Emmy y Layton (más algún que otro secundario) ningún personaje de la saga original. Ni siquiera Luke.

    -Esta historia es la primera aventura de Layton cuando Emmy lo acompaña, sustituyendo así a “la llamada del espectro”. Digamos que se trata de un universo paralelo de Layton. Al no haber sucedido en este universo la historia de “la llamada del espectro”, Layton no conoció a Luke, es por eso que solo Emmy lo acompaña en su aventura.

    -Siguiendo los videojuegos, al final de cada capítulo pondré los “Misterios” de la historia, siempre y cuando aparezca alguno nuevo en el mencionado capítulo o Layton haga una de sus “Reflexiones” sobre el mismo.

    Dicho esto…

    EL PROFESOR LAYTON y el demonio de Ehyssaia.

    Prólogo: El inicio de la aventura

    “Estimado profesor Hershel Layton.

    Sé que usted no me conoce, ni yo tampoco lo conozco a usted. Mas si he oído hablar de su fama y sus capacidades, y encontrándonos en la situación en la que estamos, veo que es usted el último recurso que queda.

    Nuestra isla está siendo atemorizada por un horrible y monstruoso ente demoníaco. Sé que resulta increíble, pero si acude a nuestra isla, Ehyssaia, comprenderá todo.

    No le pediría esto si realmente no fuese nuestra última alternativa. El demonio aterroriza a los ciudadanos y turistas, y para una isla como Ehyssaia, que vive del turismo, esto podría traerle la ruina económica.

    Rezo por que acepte mi petición. Realmente necesitamos de su intelecto

    Adjunto le dejo facilidades para su traslado a Ehyssaia”.



    Ehyssaia… nunca antes oí hablar de aquél lugar. Pero cuando el profesor recibió esa carta, no pudo resistirse. Cuando quise darme cuenta, estaba subida en un barco, rumbo a Ehyssaia.

    —Profesor, ¿en qué piensa? —le pregunté, al ver como miraba el mar en cubierta. La brisa marina era realmente agradable, y el rugir de las olas transportaba a una a la más serena calma.

    —Mm… —meditó Layton—. Me inquieta esta carta —dijo, mirándola pensativo—. Primero, el hecho de que carece de remitente. ¿Quién será quien pide ayuda? Peor lo que más me inquieta es lo que se nos cuenta en la carta. ¿Un demonio que atormenta la isla? Carece de lógica.

    —Supongo que pronto veremos al “demonio” con nuestros propios ojos, profesor. Aunque no sé si creerme esa historia. ¿Y si no es más que una broma?

    —En ese caso, nuestro remitente tiene muy mal gusto para las bromas, Emmy —el profesor quedó pensativo un momento—. Tengo curiosidad por ver la isla. Nunca había oído hablar de ella, pero según la carta es muy popular entre los turistas. Debe ser una isla paradisíaca, todo un placer tropical.

    Asentí. Lo cierto es que deseaba ver esa isla yo también.



    Al poco tiempo, se divisó a lo lejos una pequeña isla llena de edificios y rodeada de árboles, un lugar que ya rebosaba belleza vista desde lejos: era la isla, Ehyssaia.

    —Nos acercamos —dijo Layton mientras se agarraba a la barandilla blanca y el aire hacía ondearse su chaqueta negra. Agarrando con la mano izquierda su característico sombrero de copa, sonrió mientras miraba la isla.



    Desembarcamos en un puerto bastante grande, en el que, por el contrario, no había ningún barco, solo el pequeño barco en el que íbamos y algunas lanchas, poco más. Ciertamente extraño para ser un lugar turístico.

    Entonces sucedió algo que nos sorprendió: un gran grupo de personas se apelotonó frente al barco, y gritó algo de montarse en el barco y volver.

    —¡Calma, señores! —gritó el profesor al verse rodeado por la muchedumbre en el muelle, la cual luchaba por subir al barco.

    —¡¿Por qué tanto alboroto?! —exclamé, empujada por tres personas que trataban de pasar al barco.

    Conseguimos al fin salir del cúmulo de personas, y, desde lejos, los miramos extrañados.

    —Es extraño que tengan tanta prisa por montarse en un barco —dije—. ¿Se habrá retrasado el suyo?

    De repente, un grito entre el alboroto.

    —¡El capitán no está! ¡Nadie pilota el barco! —gritó uno de los hombres.

    Varios suspiros de decepción se produjeron.

    —¿Nadie puede pilotar el barco? —propuso una mujer.

    —Dejadme mirar —propuso un hombre, que atravesó la pequeña cubierta y entró en la sala del timón. Poco tiempo pasó hasta que salió, cabeza gacha.

    —No tiene combustible. ¡Al barco no le queda ni gota de combustible! —exclamó.

    Layton se rascaba la barbilla pensativo, mientras yo no entendía nada. ¿Habíamos venido a la isla sin nadie que pilotase ese pequeño barco?

    —¡Qué alboroto! ¿Qué sucede aquí? —dijo un hombre que me resultaba conocido, un hombre de voluminosa masa muscular, mientras se acercaba a nosotros. Lucía unas gafas de sol y un tupé muy ostentoso—. Para unas vacaciones que me cojo y… ¡oh, Emmy!

    —¡Ah! —exclamé—. Inspector Grosky, qué coincidencia. ¿Venía usted en nuestro barco?

    —Sí, así es. Pensaba ir de vacaciones a otro lugar, pero un contratiempo me obligó a cambiar repentinamente de rumbo ¡y aquí estoy, en esta isla!

    —¿Viene de vacaciones? —pregunté.

    —Sí, ¡se acabó el trabajo por ahora! —miró su reloj—. ¡Es muy tarde! Debería buscar un buen hotel ya. ¡Nos vemos, Emmy!

    Y salió a correr bruscamente, como acostumbraba a hacer. La verdad, no me sorprendió nada encontrar a una mujer pelirroja vestida con un curioso sombrero siguiéndolo, corriendo al trote.

    —¡Oh, mi amado Clamp! ¡Te seguiré a donde vayas, querido! —y se perdió en el pueblo, tras el inspector.

    —Como siempre, Hannah seguirá a Grosky allá donde vaya —dije, sonriente.

    —Curiosa pareja. ¿Los conoces? —me preguntó el profesor.

    —Bueno, el inspector Grosky, digamos que es un viejo amigo. Y ella, Hannah, la presidenta del club de fans del inspector. Y la única miembro —reí suavemente.

    El profesor sonrió.

    —Bueno, deberíamos preguntar a estas personas ahora que parece que el asunto se ha calmado.

    Asentí.



    Nos acercamos a una chica que permanecía allí, en el muelle, sollozando, cuando el resto de impulsivas personas se habían ido. Miraba al barco con anhelo.

    —Disculpe, señorita, ¿puedo preguntarle algo?

    —Oh, adelante —dijo con la cabeza agachada.

    —¿A qué se deben tantas ansias por subir al barco? ¿Perdieron el suyo?

    Ella miró a Layton con ojos llenos de lágrimas.

    —Hace algún tiempo, un crucero que tenía por destino Hawaii nos trajo aquí por error. Sucedió lo mismo que ha sucedido hoy con vuestro barco: cuando llegamos, el conductor había desaparecido. Y el barco no tenía combustible. Al día siguiente… el crucero no estaba.

    —¿¡Cómo!? —me extrañé.

    —Todos los turistas que íbamos a Hawai quedamos aquí atrapados. Aquí no tienen barcos, no tienen nada para moverse, porque hace tiempo que también desaparecieron todos. Solo quedan esas lanchas sin bastante combustible ni como para moverse dos kilómetros. Así que estamos aquí atrapados, todos los que estábamos en el crucero, turistas y tripulación incluida.

    —Mmm… —reflexionó Layton—. Es ciertamente extraño. ¿No venían ustedes de turismo a esta isla?

    —¡Pero si la isla no la conoce nadie! Ni siquiera sale en los mapas, ¡no hay cobertura del móvil aquí! Estamos incomunicados, sin posibilidad de escapar. Por eso cuando vimos llegar un barco vimos la oportunidad de escapar. Pero… por lo visto os ha pasado lo mismo que a nosotros.

    —Profesor —dije algo asustada—. ¿Estamos atrapados en la isla?

    —No lo sé, Emmy, pero todo parece apuntar que sí. Pero hay algo que me inquieta. Creo que lo primero que deberíamos hacer es buscar al que nos mandó la carta. Puede que él nos aclare ciertas cosas —levantando ligeramente el sombrero, dijo—. Señorita, gracias por contarnos todo esto. Emmy, vayamos dentro del pueblo, ¿te parece?

    Asentí. Íbamos a irnos, pero la chica dijo algo.

    —Procuren no andar por la calle de noche. Correrían el peligro de encontrarse con… con el demonio.

    Miré al profesor, que miraba entonces al mar sin inmutarse.

    El demonio… parece ser que de verdad existía.

    Esto solo fue el principio de la aventura que nos esperaría en Ehyssaia. No podíamos imaginarnos todo lo que nos quedaba por vivir allí. No podíamos hacernos una mínima idea de lo que nos esperaba.





    MISTERIOS.

    1) El remitente anónimo.

    Layton recibió una carta solicitando ayuda. En ella, se le explicaba el problema del “demonio” que atemorizaba a los habitantes de Ehyssaia. Pero el autor de la carta no dejó su firma. ¿Quién pudo mandarla?

    Reflexiones de Layton:

    >> Quien envió la carta dice haber oído hablar de mí. ¿Hasta una isla tan remota llega la fama de un mero profesor de arqueología?

    >> Cuando llegamos a la isla, una señorita afirmó que en la isla se encontraban “incomunicados”. De ser cierto, ¿cómo pudo enviarse la carta?



    2) Los barcos fantasmas

    A la llegada de Layton y Emmy, un grupo de turistas trataron de montar ansiosamente en el barco, ¡pero el capitán no estaba! Y el combustible se había agotado. Esto mismo, parece ser, sucedió con un gran crucero, que además desapareció al poco tiempo después de desembarcar. Además, todos los barcos de la isla desaparecieron misteriosamente. ¿Realmente estos barcos se movieron solos, sin conductor y combustible?

    Reflexiones de Layton:

    >> Me extraña que no haya movimiento portuario constante en una isla que supuestamente, según la carta, vive del turismo.

    >> Los turistas del crucero no se dirigían aquí, sino a Hawai. ¿Por qué se cambió de rumbo tan drásticamente?





    Sin más, me despido hasta la próxima y rezo por que les haya gustado, esperando sus comentarios y críticas.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso