Romántico El primer y más grande amor

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Gedith, 10 Enero 2016.

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    Gedith

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    8 Enero 2016
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    Título:
    El primer y más grande amor
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    751
    Los dos siguientes días pasaron con normalidad, sin Sebastián, Santiago o Keun Suk revolviéndolo todo a su paso; la escuela era como un monasterio de aburrido. Cristy no hacía más que mirar la cadenita que le había regalado Keun antes de irse, era una joya hermosa. El yin y el yang, un símbolo muy importante en la cultura asiática; representaba el bien y el mal, el día y la noche, el hombre y la mujer. Pero más que todo, representaba la unión de dos personas que estaban destinadas a permanecer juntas.

    Labrada delicadamente, era una joya única traída desde Corea, su diseño consistía en dos gotas separadas pero unidas a la vez por un pequeño punto de plata en medio. El Yin estaba hecho de plata y el yang de una piedra semi preciosa llamada ónix. En el centro de cada una había un pequeño diamante y cada gota llevaba una cadena.

    Junto al regalo había una nota que Keun había dejado donde le decía que le entregaría una cadenita cuando se fuera, para poder encontrarla en el futuro y volver a estar juntos.

    Cristy no podía soportar no verlo, se mantenía callada y alejada de todos, incluso de sus amigas. Se imaginaba el día que tendría que separarse de él definitivamente.

    -Cristy ¿Estás bien?- preguntó Malayka desde atrás mientras tocaba su hombro.

    -¿Eh? …si, si, no te preocupes. Estoy bien- decía en un tono apagado mirando al vacío.

    -No estés así amiga. Sabías que algún día tendría que irse.

    -Lo sé. Lo peor es que aún no se va del todo y ya lo extraño mucho… No quiero imaginar qué pasará cuando ya no vuelva a verlo nunca más.

    Se abrazó a su amiga y ocultó la cara entre sus cabellos, los ojos se le llenaron de lágrimas. La alegría que mostraba al principio había dado paso al dolor y a la desolación. Jessica la observaba de lejos mientras maquinaba un plan para acercarse a Keun Suk cuando llegara.

    El día en que llegarían los tres chicos a la escuela, había llegado. Cristy caminaba de un lado a otro muy nerviosa, miraba desde el balcón la entrada principal esperando cuando llegara el auto de Keun Suk. Era desesperante ver que se acercaba la hora de entrada y él no llegaba.

    Jessica por su parte esperaba en la parte baja, callada, oculta de Santiago cerca de las escaleras. Pocos minutos antes del timbre, vio llegar un auto negro, bajó un chico alto y delgado, pero no podía ver bien su cara porque llevaba gafas y un sombrero de ala negro. Lo vio acercarse moderadamente acompañado de dos guardas, no había nadie más alrededor. Cuando estaba cerca de las escaleras, salió corriendo de su escondite, chocando intencionalmente con él. El golpe tan brusco hizo que Jessica se cayera al suelo y Keun se agachó para ver si se había lastimado.

    -¿Estás bien?... Disculpa, pero no te vi- la cogió del brazo y se quitó las gafas. Jessica levantó el rostro acomodando su cabello delicadamente, quería seducirlo desde el principio.

    -¡Ayyyy! No te preocupes estoy…- lo miró y de inmediato quedó cautivada de sus ojos, bajó la mirada y vio que su nariz y su piel blanca era perfecta, siguió bajando y deseó besar sus labios rojos y hermosos; volvió en sí después de unos segundos- …Bien.

    Keun asintió y le ofreció la otra mano para que se levantara. Ella sin dejar de mirarlo, sentía sus palmas suaves y delicadas y veía el resto de su cuerpo; muy delgado pero varonil. Su voz la transportaba al cielo, nunca había escuchado una voz tan sensual.

    -¿Puedes caminar?- le preguntó al ver que hacía un gesto de dolor al apoyar su pie.

    -¿Ah?...- miró sus piernas- Sí, sí…- trató de dar un paso y se dobló su rodilla- ¡Ayy!- cogió su pierna.

    -¿Te duele? Creo que tienes que ir a enfermería para que te revisen- se mostró preocupado porque sentía que era culpable del accidente.

    -No, estaré bien. Sólo necesito que me ayudes con las escaleras. Pasará pronto.

    -¿Estás segura? Mis guardas pueden llevarte al hospital para que te revisen.

    -No es necesario, sólo necesito un poco de ayuda, pero sino puedes…- puso cara de decepción y volteó hacia las escaleras intentando subir.

    -¡No! Espera…- la cogió de un brazo pasándolo alrededor de su cuello mientras que cogía su cintura con la otra mano.

    El plan había dado resultado.
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    599
    Cristy esperaba ansiosa cuando sintió una mano en el hombro, volteó y se encontró con Santiago que le sonreía coqueto.

    -¿Me extrañaste?

    -¿Es broma?- quitó su hombro- ¿Por qué no dejas de fregar y vas con tu noviecita que debe estar buscándote como loca?- dijo realmente fastidiada.

    -Ja jajaja, ¿Estás celosa?

    -¿Queeeeeé? Jajajaja, perdóname papito pero tengo mejores gustos- le echó una mirada de desprecio y volteó a mirar hacia la salida.

    Vio como se acercaba el auto de Keun Suk y sonrió dando palmaditas de alegría. Santiago miró también y no pudo evitar sentirse molesto, aún más cuando se dio cuenta que Cristy se disponía a bajar.

    La cogió del brazo y la volteó hacia él.

    -¿A dónde crees que vas?

    -¡Suéltame! ¿Qué haces?

    -¿Quién es él? ¿Tu novio?

    -No te importa- trató de soltarse nuevamente, pero éste cogió con fuerza su muñeca. –¡Ay, me lastimas!

    -¡Dime quién es ese! ¿Tu extranjero?

    -Ya te dije que no te importa. No te metas en mis cosas- se quejaba al hablar.

    -No te voy a dejar. Me interesas- la jaló hacia su cuerpo. Ella ponía resistencia colocando sus manos en su pecho mientras que Santiago la apretaba por la cintura.

    -¿Qué sucede aquí?- se escuchó una voz varonil desde las escaleras.

    Cristy volteó asustada y vio que se trataba de Keun Suk, se alegró al verlo. Forcejeó más para que Santiago la soltara y cuando lo logró se acercó a Keun abrazándolo con fuerza.

    -¡Keun Suk-ah! ¡Volviste!- decía mientras se abrazaba a su cuello.

    No vio que Jessica estaba a su lado, sintió la frialdad del recibimiento, lo soltó y miró sus ojos. No la miraba a ella, sus ojos estaban clavados en el hombre que hasta hace poco estaba sujetándola. Era una mirada profunda y oscura, tan poderosa que podía matar con ella.

    Desvió su mirada hacia Cristy y sintió dolor, sujetó sus brazos y la apartó de él con determinación.

    -¡Keun Suk-ah!- dijo otra vez Cristy sin comprender su reacción.

    Keun Suk miró hacia las escaleras y empezó a descender por ellas, Cristy corrió detrás de él buscando una respuesta mientras Santiago y Jessica se quedaban solos reprochándose mutuamente con la mirada.

    Santiago se acercó lentamente a su novia, la cogió con fuerza del brazo para reclamarle, no le gustó para nada verla en brazos de otro.

    -¿Quién es ese idiota y por qué venías colgada de él? ¿Me estás poniendo los cuernos?- casi susurraba en su oído. Quería gritarle pero los alumnos ya estaban en clases y había silencio en el pasadizo.

    -¡Déjame! Me haces daño- Jessica se quejaba tratando de escapar de Santiago, sabía que cuando se enfurecía, podía ser muy violento. Incluso la había golpeado un par de veces.

    -No te voy a dejar- acercaba aún más su cara a la de ella, su mirada llena de rabia, la asustaba.

    -Por favor, suéltame- suplicaba.

    -No, hasta que me digas quién era ese idiota y que hacías con él.

    -Está bien, pero déjame que me haces daño- logró soltarse y mientras frotaba su brazo le contó lo que había escuchado de las chicas.

    -Así que se trata de él ¿no?- miraba al vacío maliciosamente- Ya veremos quién gana.

    -¿Qué vas hacer?- preguntó curiosa.

    -¿Qué te importa? Ya cambiaste tu objetivo ¿no? Entonces ya no tienes derecho de reclamarme nada… hasta aquí llegamos.

    Sonrió mientras sellaba el rompimiento con un sutil beso en los labios y se dirigió a clases dejándola sola en el balcón.
     
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    45
     
    Palabras:
    895
    Cristy bajó las escaleras lo más rápido que pudo, lo cogió del brazo pero éste se soltó. Entonces corrió aún más rápido y se puso delante de él para impedir que siguiera avanzando.

    -¡Keun Suk, espera! ¿Qué te pasa?... ¿Por qué actúas así?

    -Déjame pasar- dijo fríamente mientras evitaba mirarla a los ojos.

    -¡No hasta que me digas qué pasó para que te pusieras así!

    Tomó un poco de aire antes de contestar.

    -¿Crees que soy estúpido?- la miró con ira y dolor a la vez.

    -¿Qué? ¿Por qué dices eso?...- lo miraba con una expresión de angustia temiendo que se fuera –¿Es porque… ese idiota me tenía sujeta?

    -¿Sujeta dices? Creo que estabas muy cómoda en sus brazos- le reprochó con un gesto sarcástico- Vuelve, no le debe gustar para nada que lo hayas dejado para venir detrás de mí.

    Trató de pasar nuevamente pero Cristy extendió los brazos a los lados. Lo miró estudiando sus gestos y su ceño fruncido, entonces comprendió lo que sucedía.

    -¿Estás celoso?- dijo nerviosa de equivocarse por un momento, pero una alegría interna se apoderaba de su corazón.

    -¿Celoso?- metió las manos en los bolsillos de su pantalón y miró hacia un lado- ¿Por qué debería estarlo?- la miró de reojo y luego hizo un gesto desafiante acercando su rostro hacia ella.

    -Sólo somos amigos ¿no?, ¿por qué tendría que estar celoso si te dejas abrazar por cualquier don nadie que se te pasa por el frente?

    -¡Sí, estás celoso!- ya no pudo esconder su alegría.

    Subió al mismo escalón en el que se hallaba él, se acercó lentamente mientras lo hacía retroceder nervioso a la pared. Él tragaba saliva sintiendo la cercanía.

    Lo miró a los ojos con todo el amor que tenía guardado, humedeció sus labios, cogió su rostro lentamente mientras Keun miraba como se acercaba más y más, bajaba la miraba hacia sus labios y sintió un deseo incontrolable de besarlos. Cristy sonreía dulcemente mientras se perdía en lo profundo de sus ojos, sus labios rojos se abrieron lentamente ansiando un beso.

    Keun Suk se quedó paralizado y su cuerpo se puso tenso, abrió más los ojos sin saber que hacer. Muy lentamente como si se hubiese detenido el tiempo, fue cerrando los ojos sintiendo el dulce sabor de sus labios, su cuerpo se relajó de a poco y sus brazos se movieron automáticamente subiendo por la espalda de la chica, apresándola suavemente contra su cuerpo.

    Después de unos segundos de haber probado el dulce sabor de su boca, se separaron mirando sus labios rojos y húmedos por el tierno beso compartido. Juntaron sus cabezas y sonreían dulcemente mirándose a los ojos.

    -Mianhe- decía él.

    -No…, perdóname tú a mí. No tuve tiempo de explicarte lo que pasaba- se separó unos centímetros de él para explicarle.

    -Yo…- pero fue callada con otro beso. Esta vez era él quien tomaba la iniciativa, exploraba su boca queriendo sentir cada centímetro de ella. Cristy deliraba con el sabor de sus labios, se dejó llevar envuelta en sus brazos.

    Dejó sus labios dando pequeños toques acompañados de una hermosa sonrisa.

    -¡Saranghae!- dijo ella emocionada. Keun Suk sonreía pero no decía nada.

    -Tú… no dices nada, es que… ¿No me amas?- preguntó confundida mirando sus ojos.

    -La verdad… no sé que es lo que siento- soltó su cintura y cogió una de sus manos, la beso y sin soltarla- Sé que eres especial para mí pero…

    -¿Pero?- trató de soltar su mano- No me amas ¿cierto?- sintió como un escalofrío recorría todo su cuerpo.

    Keun cogió su mano con más fuerza y con la otra, acarició su cabello mientras la recostaba en su pecho.

    -¿Lo sientes?... ¿Mi corazón?... ¿Puedes sentirlo?- Cristy asintió con la cabeza.

    -Siento que mi corazón va estallar de alegría, no puedo controlarlo- levantó su rostro tomando su mentón- Es por ti. ¿No es esto… suficiente por ahora?

    -Pero es que yo… te dije que te amo. Si tú sientes lo mismo, ¿Por qué no puedes decirlo?

    -Mi cultura es muy distinta a la tuya, lo sabes- la tomó por los hombros- Nosotros no decimos con tanta facilidad a las personas "Te amo", lo decimos cuando estamos seguros que es así.

    -Entonces ¿No me amas?- se apartó de él -¿Es así? ¿Sólo juegas conmigo?

    -¡No, no es así! No me estás comprendiendo- tomó sus manos nuevamente- Tú me gustas, me gustas mucho.

    -Pero no me amas- miraba al piso mostrando su decepción.

    -Mianhe… Cris, si esperas que te diga que te amo… sin estar seguro de lo que siento, no sería completamente sincero contigo.

    Trató de acariciar su mejilla, pero ella movió la cabeza negando y retrocediendo un poco más.

    -No. Está bien. Ya debería haber aprendido la lección pero… sigo siendo una tonta- levantó la mirada y Keun pudo ver lágrimas en su rostro, luego sonrió- Lo siento, olvida lo que dije.

    Volteó para bajar las escaleras, Keun Suk trató de tomar su brazo pero ella se soltó sin problema. Descendió rápidamente y se perdió en los pasadizos de la escuela. Keun no la siguió esta vez, sabía que debía dejarla sola. Necesitaba poner en orden sus ideas y él también necesitaba digerir con calma lo que acababa de pasar.
     
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    El primer y más grande amor
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    673
    -¡Hey!- le dijo Veyra en voz muy baja después de tirarle una bola de papel para que le prestara atención desde el otro lado de la mesa.

    Jessica se había sentado en el asiento vacío al lado de Keun Suk y acaparaba su atención hablándole de cualquier tontería. Él trataba de no prestarle atención, pero era tanta su insistencia que terminaba por seguir el hilo de la conversación.

    Miró hacia Veyra esperando que le dijera algo.

    -¿Qué pasó con Cris?- susurraba, aún estaban en clases y no podían interrumpir porque el profesor de esa hora era muy estricto- ¿Por qué no está aquí?

    -Se sintió un poco mal, ya no ha de tardar- trató de calmar a su amiga.

    -Le timbré pero dejó su celular aquí.

    -Ya volverá, no te preocupes.

    Veyra se quedó más tranquila con las respuestas que Keun Suk le dio. Terminó la clase y Cristy no regresaba, Keun se asomó al balcón tratando de visualizarla, pero no la hallaba, dio la vuelta para ir a buscarla y se topó de frente con Jessica que le sonreía coquetamente. Esto empezaba a fastidiarlo porque no soportaba a las chicas melosas y osadas como ella.

    Trató de seguir su camino, pero la chica se lo impidió.

    -¡Espera!

    -¿Qué quieres?- dijo fastidiado.

    -¿Qué pasa? ¿Estás molesto?

    -No, es solo que necesito buscar a alguien.

    -¿A quién? ¿A Cristy? No la encontrarás- dijo mientras se miraba las uñas perfectamente pintadas.

    -¿Qué estás diciendo? ¿Por qué estás segura de lo que dices?- su expresión cambió drásticamente dando paso a la preocupación.

    -Ella ha sido siempre así. Tratando de llamar la atención de los chicos, dando lástima con su cara de niña buena.

    -¿De qué estás hablando? Ella no es así. Además, no deberías hablar de personas que no están presentes.

    Jessica cruzó los brazos y esbozó una sonrisa muy falsa y maliciosa.

    -¿Que no es así dices? Sé muy bien que clase de tipa es y puedo decirte que no es la mosquita muerta que todos creen.

    -Habla claro, no entiendo que tratas de decir- Jessica había despertado la curiosidad en él.

    -Santiago, el chico con el que la viste abrazada cuando llegamos, ¿Lo recuerdas?

    -¿Qué tiene que ver ese tipo en todo esto?- frunció el ceño al recordar.

    -Ellos ya se conocían…- daba la vuelta alrededor de Keun mientras hablaba- hace dos años, Cristy decía estar enamorada de él. Siempre andaba por toda la escuela acosándolo y mandándole notitas. Arrrg… realmente era un fastidio. Santiago muchas veces la rechazó pero ella seguía insistiendo.

    -Un día, cuando todos los alumnos se encontraban en el patio, decidió confesarse por todo lo alto, segura de que sus sentimientos eran correspondidos. Santiago la puso en su lugar delante de todos porque no le daba la talla para estar con alguien como él. Después de eso, desapareció del mapa. Hasta ahora, que volvió después de que todo el mundo se olvidó de aquel incidente tan bochornoso.

    Keun Suk escuchaba atentamente lo que Jessica decía y en su mente veía a Cristy siendo avergonzada delante de todos y pudo entender por fin el significado de su palabras "ya debería haber aprendido la lección". Sintió lástima por ella y dolor en su corazón, sin saberlo la había lastimado profundamente.

    -¡Que idiota he sido!- se recriminaba mirando al cielo y cerrando los puños con fuerza. Avanzó hacia las escaleras dejando a Jessica atrás.

    -¡Espera! ¿A dónde vas?- no la escuchó un segundo más y ésto la enojó- ¡Idiota! ¿Quién te crees que eres para dejarme aquí hablando sola?

    Keun Suk recorrió toda la escuela buscándola pero sin resultados. Se acercó a sus guardas que esperaban en la entrada principal y preguntó si la habían visto. Éstos le informaron que se había ido casi dos horas pero que no sabían hacia donde.

    Subió a su auto y fue a buscarla solo, decidió no volver hasta encontrarla, así tuviera que recorrer toda la ciudad.
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    474
    Cristy había salido casi desorientada, con mil pensamientos en la cabeza, el pasado y el presente se le cruzaban delante de sus ojos como dos tiempos paralelos. La imagen de Keun Suk y la de Santiago se confundían en su mente.

    Caminó mucho por calles llenas de tiendas comerciales y gente que iba y venía; los veía pasar y veía en sus rostros la curiosidad al verla. No prestaba la más mínima atención a sus comentarios, solo caminar y caminar sin tener un destino definido, sólo quería alejarse de la escuela lo más posible.

    Keun Suk había llamado a la casa de Cristy preguntando por ella pero su abuela le había dicho que estaba en la escuela, señal de que no había regresado. Más preocupado que al principio y al no hallarla cerca, decidió ir a los lugares que había ido antes con ella. Aparcó el auto en un estacionamiento seguro y siguió a pie, se había puesto unas gafas y una gorra negra para no llamar la atención, necesitaba concentrarse en buscarla y no en evitar a la gente.

    Cristy llegó a un parque después de caminar un largo rato, se acercó a una fuente que se encontraba en el centro de la plaza y recordó aquella ocasión que jugaron con el agua. Parecían niños pequeños corriendo alrededor mientras las personas que pasaban por ahí se divertían al verlos.

    Era contradictorio el sentimiento que albergaba su corazón, sonreía al recordar cada mirada, cada sonrisa que le regalaba; pero a la vez le dolía el alma al darse cuenta que su amor no era correspondido. Sus lágrimas caían y se mezclaban con el agua cristalina de la fuente mientras hacía movimientos ondulantes que la hacían perderse aún más.

    Absorta en sus pensamientos, no se dio cuenta que se acercaban dos tipos que al verla sola quisieron sobrepasarse con ella, la molestaban tocándola osadamente haciéndola enojar.

    -¡¿Qué te pasa idiota?!- se incorporó del todo mientras le daba un golpe en el rostro con la mano abierta a uno de ellos.

    -¡¿Qué te pasa, niña?! ¿Cómo te atreves a golpearme?- la sujetó del brazo, enojado mientras el otro reía maliciosamente.

    La gente pasaba y miraba pero nadie se metía, sólo unos pocos trataron de llamar su atención para que la dejaran tranquila, pero los tipos tenían facha de malvivientes y los asustaban cuando mostraban bajo sus ropas lo que parecía ser una navaja.

    -¡No te metas, ella es mi flaca!- decía el que la tenía sujeta cuando querían intervenir.

    -Vamos a casa mami- se acercaba a su oído tratando de jalarla, pero ella se negaba a ir con ellos.

    -¡¡No, déjame!!- forcejeaba para soltarse- ¡¡Por favor, ayúdenme!!- volteaba buscando ayuda.

    -¡¡¿No escuchaste que dijo que la dejes?!!- se escuchó una voz de entre el público.
     
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    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    709
    Cristy pareció reconocer la voz, buscó entre la poca gente que se encontraba a su alrededor y vio que alguien se acercaba a paso firme. Tenía cubierto el rostro, pero desde lejos, pudo reconocerlo.

    -¡Keun Suk!- susurró. Jalaba con más fuerza para soltarse pero el chico la apresaba aun más.

    -¡No te metas que es mi flaca!- gruñó

    -¿Ah sí? ¿Y cómo se llama?- dijo con calma mientras se acercaba al centro. El otro tipo se movió cautelosamente detrás de él para sorprenderlo.

    -¿A ti que te importa?- lo miró despectivamente de pies a cabeza- ¿Quién eres? ¿Batman?

    Se reía descaradamente esperando que su compinche le siguiera la broma, pero éste se encontraba más concentrado mirando lo que llevaba en los bolsillos para robarle. Keun miraba de reojo para no dejarse sorprender.

    -¡¡Suéltala!! Te lo advierto, no querrás verme enojado- le advirtió.

    -Jajajajaja, ¿Tú me lo adviertes? ¿Qué me vas hacer? ¿Bailar el lago de los cisnes? – se burló de él al verlo tan delgado y de apariencia tan frágil- Jajajaja no me hagas reir…- soltó a la chica y sacó su navaja acercándose temerariamente a Keun Suk.-Mejor vete brother, o te enviaré al hospital por meterte donde no te llaman.

    Las personas alrededor lo instaban a alejarse porque los tipos estaban armados, pero Keun no hacía caso de lo que decían. El tipo y su amigo, empezaron a cercarlo, daban vueltas lentamente esperando el momento de atacar. Keun no se movía, estudiaba sus movimientos, miraba a través de las gafas cada paso que daban.

    Primero atacó uno, cogiéndolo por la espalda, mientras el otro se abalanzaba con navaja en mano para herirlo en el vientre. Pero Keun era ágil, dobló el brazo del que lo apresaba y de un puntapié hizo caer al otro. Tiró al primero al suelo y le dio dos golpes en la cara para desorientarlo un poco. El que parecía el jefe se levantó nuevamente y esta vez, más seguro de sí mismo, se abalanzó con más ímpetu hacia el chico, lo atacó de frente con su navaja.

    Keun saltó hacia atrás evitando la navaja que brillaba con el sol. Nuevamente el maleante atacó, ésta vez Keun Suk se apartó hacia un costado dándole un golpe en el brazo que sostenía el arma, haciendo que caiga al suelo, luego lo cogió con gran habilidad del brazo y lo dobló hacia atrás hasta hacerlo arrodillar.

    -¡¡SUELTAME!! MALDICIÓN- decía enfurecido y mostrando dolor. El otro tipo se levantó para contra atacar pero Cristy se le hecho encima por la espalda, su acción le dio valor a algunos hombres que estaban mirando la pelea y lo agarraron, impidiendo que le hiciera daño.

    La policía llegó unos segundo después, alertados por algunos transeúntes. Keun lo soltó y dio la vuelta para ir al encuentro de Cristy, la vio y sintió un gran alivio de que estuviera a salvo, ella se abalanzó a él y lo abrazó con fuerza del cuello, lloraba en su hombro descargando el miedo que sentía por dentro. Él la abrazaba cerrando los ojos y acariciando su pelo, perdía su rostro entre sus cabellos y daba gracias de que no le hubiera pasado nada.

    Después de unos segundos se separaron.

    -¿Estás bien?- preguntó él cogiendo su rostro con ambas manos. Cristy asintió.

    -Estaba preocupado por ti, ¿Por qué dejaste la escuela tan de repente?- de pronto empezó a regañarla- ¿Dónde tienes la cabeza? ¿No sabes que la calle es muy peligrosa para niñas como tú?

    -Pero todo está bien, ya no me regañes- se lamentaba ella frunciendo el ceño y limpiando sus lágrimas.

    -¡Niña tonta!- le dio un golpecito en la frente para luego volver a abrazarla- Si te hubieran lastimado… no sé que habría hecho.

    -Pero estoy bien… gracias a ti estoy bien- lo abrazaba con fuerza.

    -Ok. Vamos, te llevaré a casa.

    Se separó de ella para llevarla de lado, pero entonces sintió como ella se colocaba en frente de él intempestivamente. Lo último que Keun vio fue el cuerpo de Cristy abrazándolo con fuerza mientras se desvanecía en sus brazos; miró confundido detrás de ella y vio al malhechor que miraba estupefacto su mano ensangrentada.
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1096
    -¡Yo… te amo!

    Es lo último que recuerdo haber dicho después de caer en sus brazos. Una fuerte punzada en la espalda hizo que me desvaneciera. Después…, silencio total.

    No puedo ver nada, pero puedo sentir una mano apretando fuertemente la mía mientras estoy siendo llevada por un muy largo corredor.

    Los ojos completamente cerrados, me cuesta respirar y el dolor que siento en el pecho es cada vez más fuerte, siento muchas ganas de dormir pero una voz lejana me pide que resista, que no me vaya. ¿Qué haré? Veo una luz muy brillante al final del pasillo, quiero ir hacia allá pero la voz que grita mi nombre, me lo impide.

    -¡Cristy! ¡Resiste por favor, resiste!

    -Lo siento, pero tienes que esperar aquí- le dice una enfermera al chico que trataba de entrar con ella a la sala de emergencias.

    -¡Pero… pero!- se agarra la cabeza y gruñe con fuerza al no poder seguir su camino. Da unos pasos atrás, se recuesta a la pared mientras trata de recobrar un poco el aliento.

    Se deja caer al suelo y entierra la cabeza entre sus piernas, mira sus manos ensangrentadas y recuerda lo que pasó.

    “Todo estaba bien en ese momento, tenía a la chica a su lado y al verla en peligro se había dado cuenta que sentía algo más que un gusto por ella. Se había enamorado y quería decírselo.

    Irían a la escuela y llegarían tomados de la mano, para que todos supieran que estaban juntos. Sus planes de irse quedarían atrás. Se quedaría en ese país hasta ahora extraño para él y su sueño de ser un gran actor lo compartiría al lado de la chica que amaba.

    Pero un despreocupado policía que creía tener el control de todo, no se percató que el delincuente tenía otra navaja oculta entre sus ropas.

    Pudo más la ira que lo consumía por la humillación de haber sido vencido por un niño extranjero al que había subestimado. Quería lastimarlo, matarlo si era necesario porque aunque sabía que regresaría a la cárcel; prefería refundirse por matar a un chino extranjero, que ser la burla de sus "colegas " por haber sido vencido por un idiota amarillo.

    Keun no lo vio venir, los sentimientos que embargaban su corazón de alegría lo habían cegado al peligro, no así a la chica, que pudo ver como una rápida sombra se acercaba por el frente de ambos mientras el sol del día hacía brillar el arma que se incrustaba en su cuerpo”.

    Todo parecía como una película que pasaba por su cabeza y se repetía una y otra vez.

    -Si lo hubiera visto venir- se repetía a cada instante- Ahora ella… no estaría aquí.

    De pronto sintió vibrar su teléfono, vio un número desconocido, pensó en no contestar pero pensó que podría ser importante.

    -¿Yoboseyó?- contestó casi sin aliento.

    -¿Qué? ¡Oye Keun Suk habla español! ¿Quiéres? No entiendo nada- respondía Malayka un poco confundida al no entender lo que decía.

    -¿Quién es?- contestó el chico al no poder reconocer la voz al otro lado de la línea.

    -Soy Malayka, te llamo para saber si encontraste a Cristy. Es que ya salimos y aún no regresa.

    Keun se cogió la cabeza y cerró los ojos al darse cuenta que no pudo avisar a nadie de lo que había ocurrido. Trató de explicarle a la chica lo que había sucedido y le pidió que le avisara a sus familiares donde estaban.

    Las amigas de Cristy se alarmaron mucho al saber que su amiga estaba en el hospital, se encontraban en las afueras de la escuela a punto de partir a sus casas y al saber la noticia, no pudieron más que echarse a llorar, llamando la atención de los otros escolares que se encontraban cerca.

    -¿Qué… qué sucede?- preguntó preocupado Sebastián. Miraba a las chicas y trataba de que le dijeran algo pero ellas no querían que supiera.

    -¿Por qué no dicen nada, eh? ¿Acaso se trata de Cristy? …¡¿Le pasó algo?!

    Las miraba cada vez más intrigado, posaba la mirada en cada una de ellas y lo peor pasaba por su cabeza.

    -¡¿No me van a decir?!- gritó cogiendo del brazo con fuerza a Raquel

    -¡Cristy se está muriendo!- gritó Veyra –¡Está muy grave en el hospital! Keun Suk acaba de avisarnos que…

    Sebastián no esperó que Veyra terminara de hablar, salió corriendo hacia su auto y se fue volando. No medía las consecuencias de la velocidad que llevaba, sólo pensaba en Cristy, en que quería estar a su lado; los ojos llorosos le impedían ver con claridad el camino hacia el hospital. Al llegar, preguntó por ella y le indicaron la zona de espera, se dirigió hacia allá y vio la silueta de Keun Suk que caminaba de un lado a otro con la mirada perdida en el vacío.

    De un momento a otro se volvió frenético al ver que sus manos y ropas estaban manchadas de sangre. Se acercó a toda velocidad hacia él con los puños cerrados con fuerza. Sin pensar en lo que hacía, levantó un puño y lo estrelló en la cara de Keun que desprevenido, cayó con fuerza al piso.

    Sebastián se tiró encima de él para seguir golpeándolo pero el guardia de seguridad de la sala, lo contuvo.

    -¡¡¡SUÉLTAME!!! ¡¡Voy a matar a este maldito!!- gritaba tratando de safarce. Keun no respondía a la agresión, la cabeza gacha mientras limpiaba la sangre que brotaba de sus labios hacían ver que Sebastián tenía razón.

    Se sentía culpable de que Cristy estuviera ahí, al borde de la muerte. Sino le hubiera dicho aquello en las escaleras, sino la hubiera lastimado como lo hizo antes de que abandonara la escuela. Sino se hubiera aparecido en su vida… sino…

    No tenía fuerzas para enfrentarlo, se sentía destruido por dentro. Sólo se levantó del suelo, trató de mirarlo a la cara pero no podía.

    -Lo… lo siento… todo es mi culpa. Mian… mianhe- dijo apenas con un último aliento antes de que brotaran las lágrimas de sus ojos que habían sido reprimidas inconscientemente.

    Sebastián sintió un gran dolor en sus palabras, relajó los brazos que eran sujetados por el guardia y fue liberado. Miró con lástima a Keun Suk, la ira se había ido dando paso a la compasión. Se daba cuenta con aquellas palabras que su enemigo era tan vulnerable en ese momento que cualquier cosa podría estar pasando por su cabeza.
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1053
    Pasaron dos horas desde que Cristy entró al quirófano, los abuelos y la madre de la chica habían llegado angustiados informados por Malayka. Cuando vieron a Keun y Sebastián esperando por noticias en la sala, se acercaron a ellos preguntando lo que había pasado. Keun trató de explicarles lo sucedido y pedía perdón una y mil veces cargando con la culpa de todo. A pesar del dolor de la familia, entendieron que no fue culpa suya, ya que él trató de defenderla de esos maleantes.

    Trataron de consolarlo al ver su estado, pero no podía con la culpa.

    Las tres amigas se cogían de las manos mientras rezaban por que saliera bien de la operación. Sebastián no decía nada, no miraba a nadie, solo miraba su reloj cada cierto tiempo y bufaba al no tener noticias.

    Media hora después, salió el doctor informando que había sido una operación muy difícil y que debían esperar 24 horas para ver como evolucionaba la chica. La herida había sido profunda y había perforado el bazo, causando una hemorragia interna.

    Las siguientes horas serían decisivas para la chica. Los abuelos y la madre de Cristy lloraban abrazados y sus amigas ya no tenían más lágrimas en los ojos. Sebastián pedía con todas sus fuerzas que saliera con bien de todo y Keun Suk, sólo podía pedir ser él quien estuviera en esa cama, al borde la muerte, dispuesto a dar su vida por la de ella.

    Eran las 7 de la noche y ya se habían ido las tres amigas y Sebastián, no podían quedarse porque eran menores de edad y había una restricción en esos lugares. Los abuelos se habían ido a descansar porque no podían hacer nada en ese momento. Sólo la madre y Keun Suk, que había obtenido un permiso especial, se habían quedado en la sala de espera de cuidados intensivos.

    -Es mejor que te vayas a tu casa- le dijo cariñosamente a Keun, al ver lo cansado que estaba.

    -¿Eh? No…, yo me quedaré- la miró con tristeza tratando de disimular el cansancio en su rostro.

    -No es necesario que te quedes… Además, no puedes hacer nada aquí.

    -¡No! Quiero quedarme. Por favor, Ud. vaya a descansar.

    - Es mi hija, no puedo dejarla sola.

    -Pero… no está sola, me tiene a mí… yo… no la dejaré.

    La determinación en sus palabras hizo que aflorara una pequeña sonrisa en el rostro de la señora. Sintió alivio al ver que ese chico quería a su hija tanto como ella a él.

    -Está bien. Me iré porque confío en ti.

    Salió después de ver por última vez a su hija que dormía conectada a un respirador y a una serie de aparatos que pondría nervioso al más fuerte. Se despidió del chico, no sin antes recomendarle que cuidara a su hija.

    Al verse solo y sentir el silencio a su alrededor, no pudo detener el impulso de verla, se vistió de forma apropiada y entró a la sala donde estaba Cristy.

    Cuando abrió la puerta y la vio acostada en esa fría cama de hospital, tan indefensa, entre sábanas blancas, respirando con dificultad; y el sonido de la máquina que contaba cada latido de su débil corazón, que parecía detenerse cuando respiraba. Sintió un dolor profundo que lo hizo estremecer, las lágrimas nublaban su visión y sentía como sus piernas perdían fuerza.

    Se recostó por un momento en la puerta y la miró de lejos, volteaba el rostro hacia un lado y luego hacia el otro cerrando los ojos con fuerza como tratando de despertar de una pesadilla. Tomó valor mientras soltaba un suspiro que lo había estado ahogando hasta ese momento, caminó tan despacio que podía oír cada paso rechinar sobre el desgastado piso de madera de la sala. Al llegar junto a ella, vaciló un poco antes de tomar su mano, estaba fría y su color se había tornado pálido, la acarició por un momento con los dedos y buscó donde sentarse.

    No pudo evitar dejar caer las lágrimas cuando sus ojos se desviaron hacia su rostro, estaba muy demacrada por la pérdida de sangre, sus labios pálidos y resecos dejaban escapar el oxígeno que recibía a través de la mascarilla, mientras su cabello desordenado caía suavemente sobre sus hombros.

    Estuvo mucho tiempo mirándola con miedo de que en cualquier momento dejara de respirar. Aunque hacía muchísimo tiempo no rezaba, empezó a orar con mucha fe mientras apretaba su mano entre las suyas. Cogía su cabello y jugaba con los mechones mientras sonreía tiernamente pensando en los momentos felices que había pasado a su lado.

    Poco tiempo después se quedó dormido.

    -¡Hey… despierta chico!- le decía una enfermera tocándolo en el hombro, haciéndolo despertar sobresaltado.

    -¡¿Eh?! ¿Wae?

    -¿Qué haces aquí? No puedes quedarte.

    -Oh, mianhe- se levantó e hizo una reverencia- Por favor… déjeme quedarme aquí, no molestaré.

    -No, no puedes. Debes irte afuera o el doctor hará que te saquen.

    -¡Arasseo!- dijo con tristeza mientras daba la espalda a la enfermera y se volvía a mirar a la chica tendida en la cama aún dormida.

    -¡Espera!- le dijo- ¿Es tu novia?

    -¡¿Eh?!... no, aún no…- cogió su mano y la acarició suavemente mientras bajaba la cabeza tratando de ocultar una lágrima –Yo no pude pedirle que lo sea… ahora… sólo deseo… que sea lo primero que pueda decirle cuando despierte.

    Otra lágrima se escapaba de sus ojos, ya no podía controlarlas, caían sin pedirle permiso, cada vez que venían esos recuerdos, tristes o felices o simplemente viéndola tendida en aquella fría cama, las lágrimas aparecían rebeldes y caían sin control.

    La enfermera sintió pena de él y al ver que el chico aún sostenía la mano de la chica, quiso ayudarlo.

    -Está bien, puedes quedarte. Pero por favor, si viene el doctor no le digas que te dejé aquí ¿ok?

    Keun levantó el rostro lloroso y mostró una hermosa sonrisa, tan dulce que encandiló de inmediato a aquella enfermera.

    -¡Ayyy!- suspiró la enfermera- Que suerte tiene esta niña de tenerte a su lado. Si tuviera diez años menos…

    Luego salió, dejándolo solo con la paciente.

    -Me quedaré aquí, contigo. No te dejaré nunca.

    Acarició su frente apartando unos cabellos que caían sobre sus ojos y luego besó su mano.
     
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    Gedith

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    45
     
    Palabras:
    1417
    Cuando estuvo a punto de amanecer, la enfermera entró nuevamente para revisar a la chica y avisar a Keun que saliera antes que llegara el médico. Éste accedió sin protestar porque no quería meter en problemas a la persona que lo había ayudado.

    Poco después llegó la madre de Cristy y el médico salió para darles las noticias de que el peligro había pasado. Ahora tenían que esperar que la chica despertara para estar seguros que no tuviera otra lesión más grave.

    La pasaron a otra sala donde podría recibir visitas y pudiera estar más cómoda, pero algo no estaba bien.

    Habían pasado dos días desde aquel incidente, recibía visitas a toda hora de sus amigos y familiares que la querían y esperaban su pronta recuperación. Sebastián y Santiago también iban frecuentemente y a toda hora pero cada vez que se encontraban en los pasillos, la atmósfera se volvía muy tensa. La madre de Cristy se dio cuenta de la rivalidad que tenían y trataba de apartarlos de su hija para que no causaran problemas.

    No así con Keun. Se sentaba a su lado, le llevaba cosas para que comiera ya que casi no se movía de su lado. Sólo se iba una vez al día para darse un baño y cambiarse de ropa. Y cuando volvía, causaba todo un revuelo entre el personal femenino del hospital, que lo atendían mejor que a los pacientes.

    Pero Cristy no despertaba. Esto preocupaba sobremanera al doctor, no entendía porqué no reaccionaba, las medicinas estaban ayudando a que no se generaran infecciones que pusieran en riesgo su vida. Las heridas cicatrizaban satisfactoriamente y no había más traumatismos y mucho menos embolias en su cabeza.

    -No lo entiendo- decía el médico en el consultorio, a la madre de Cristy- Ya debería haber despertado. Se le han hecho todos los exámenes para descartar cualquier traumatismo, pero todo está bien.

    -Pero ¿Qué podemos hacer, doctor? ¿Por qué mi hija no despierta?- la madre estaba muy angustiada.

    -Sólo esperar, no podemos hacer nada más señora. Y tener fe que en cualquier momento reaccione.

    Los médicos no tenían la certeza de lo que sucedía, nada iba mal pero la chica no despertaba.

    -¿Sucede algo? –preguntó Keun desde la silla al lado de la cama, cuando vio a la mamá de la chica, parada junto a la puerta de la habitación y conteniendo las lágrimas.

    -No…- trató de calmarse un poco mientras se limpiaba el rostro- No pasa nada.

    Se acercó a la cama y Keun le cedió el asiento. Al tomar la mano de su hija no pudo menos que estallar en llanto y ocultar su rostro entre las sábanas. Esta reacción hizo estrujar el corazón de Keun y pensar en lo peor. Tocó el hombro de la señora y ésta levantó la cara y miró a su hija.

    -¿Qué vamos hacer?- decía angustiada- Los médicos no saben porqué no despierta, dicen que si sigue así… podría entrar en coma.

    Sus palabras cayeron como un balde de agua fría sobre su cuerpo. Dio un paso atrás al sentir que sus piernas perdían fuerzas.

    -¿Qué dice?... No, eso no puede ser- Sus palabras apenas emitían sonido.-Ella es muy fuerte, despertará pronto.

    -Eso espero- se le entrecortaba la voz- porque si mi hija no despierta antes de siete días… el coma… podría ser irreversible.

    Esta noticia era algo que nunca pasó por su mente, él contaba con que despertaría en cualquier momento y que él estaría ahí para cuando llegara ese momento.

    Cinco días más pasaron llenos de angustia entre todos los que la conocían, rezaban dentro y fuera del hospital, hacían cadenas de oración por su pronta recuperación en la escuela; y el padre de Keun desde Corea, llamaba todos los días a su hijo preguntando por la chica. También estaba sumamente preocupado por la decisión que había tomado su hijo de no querer partir a su país.

    La hora límite para ponerse al día con todo lo concerniente al nuevo programa donde participaría, estaba llegando y si él no se apresuraba a partir, perdería la gran oportunidad que desde hacía mucho tiempo estaba esperando.

    -¡Ya te dije que no iré, padre!- decía algo molesto a través del teléfono. Había salido de la habitación y se encontraba solo en el pasillo, o eso creía.

    Para que no entendieran su conversación, hablaba sólo en coreano y sólo cuando se sentía muy presionado soltaba frases sueltas en español para que su padre supiera la determinación de sus palabras.

    -¡¡Andwe!!- dio un grito que alertó a las enfermeras que seguían cada paso que daba el chico mientras conversaba por celular.

    -¿Qué sucederá? ¿Está muy molesto por algo?- decían -Pero no se entiende nada de lo que dice.

    -Creo que está hablando con su padre porque le escuché decir una palabra parecida a eso.

    -Seguramente quiere llevárselo y él no quiere.

    -Debe ser, desde que la chica llegó aquí, él no se ha movido de su lado. Para desgracia de sus padres y satisfacción nuestra- cuchicheaban en medio de risitas- Sí, es que es tan guapo. Podría ser actor sin dudarlo.

    Éstas no se habían dado cuenta que en ese momento llegaba Sebastián con un hermoso ramo de flores, al escucharlas hablar no pudo evitar en que tal vez tenían razón y decidió investigar nuevamente sobre la identidad de Keun Suk. Siguió su camino dejando atrás a las enfermeras y siguió a Keun sin que se diera cuenta, mientras éste entraba a la habitación después de colgar el teléfono.

    Decidió no entrar y ver lo que sucedía dentro.

    -¡Yeobo!- tomaba su mano suavemente entre las suyas mientras se sentaba al lado de la cama- ¡Despierta por favor!

    -¿Qué tengo que hacer para que reacciones? ¿Eh?... El tiempo se está acabando… Sino despiertas pronto, tendré que irme y dejarte aquí y… no quiero hacerlo.

    Los ojos se le humedecieron nuevamente pensando en la posibilidad de dejarla ahí, sola, sin poder hacer nada más por ella. El corazón se le estrujaba de solo pensar en apartarse de ella y no volver a verla nunca más.

    -Yo… tengo una gran oportunidad para mi carrera en mi país. Vine aquí para escapar de cosas malas que estaban a punto de sucederle a mi padre, pero ahora… todo está bien. Tengo que regresar y quiero llevarte conmigo. Quiero que veas en lo que estoy a punto de convertirme, quiero que te sientas orgullosa cuando camines a mi lado por las calles de Seúl, tomada de mi mano.

    -Que la gente que nos vea y diga "Mira, ahí va Jang Keun Suk, con su novia. Que suerte tiene ese chico de tener a su lado a una mujer tan hermosa" o "Ahí van la pareja perfecta, a pesar de todas las actrices que han trabajado con él, sólo la prefirió a ella, porque es la mejor"

    -Despierta pronto y te mostraré lo maravilloso de mi cultura, estudiarás allá y no te faltará nada porque todo lo mío, será tuyo también. Te daré el amor que nadie más podrá darte y no me apartaré de ti. Nunca.

    Tan absorto estaba en sus pensamientos y en lo que le decía a Cristy, que no se dio cuenta que sus palabras fueron atentamente escuchadas por Sebastián que hasta ese momento había caído en cuenta de lo que se trataba todo.

    -Entonces… es actor. Eso explica todo… Es por eso la seguridad que lo seguía siempre. Y el ocultar su rostro. Era para que no lo reconocieran.

    Meditó un poco más y luego decidió entrar, asustando un poco a Keun que sobresaltado se levantó de su asiento. Se limpió las lágrimas mientras se inclinaba a saludarlo.

    -Hola- le dijo fríamente mientras lo miraba detenidamente de pies a cabeza- Sólo vine un momento para saber si Cris ya había despertado.

    Miró a la chica mientras dejaba las flores en una mesita al costado de la cama. Luego volvió sobre sus pasos y lo observó nuevamente pero esta vez se centró en sus facciones y pudo ver con más detenimiento lo extraño y hermoso de su rostro. Su piel tan bien cuidada y su porte de príncipe, lo habían asombrado sobremanera. Se sintió nervioso después de un rato y sólo se despidió sin decir una palabra.

    Keun se sintió intrigado por la situación pero tampoco quiso ahondar en el asunto. Ahora lo más importante era hacer que Cristy despertara.

    De pronto, algo cruzó por su mente.
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    1498
    ¿Y si la besaba?

    ¿Como en los cuentos de hadas en que la princesa se quedaba profundamente dormida y el beso de su príncipe rompía el hechizo despertándola del largo sueño? Se acercó hacia ella inclinándose muy despacio, no era el primer beso que le daba pero igual se sentía muy nervioso.

    Posó sus labios sobre los de ella muy tiernamente; estuvo así unos segundos, sin moverlos, cuando sintió un pequeño movimiento en los labios de la chica. Abrió los ojos y vio que ella también los había abierto, se separó un poco mostrando una tierna sonrisa mientras la miraba, pero los ojos de ella no mostraban emoción, miraba al vacío.

    Su cuerpo comenzó a agitarse frenéticamente mientras que el marcapasos conectado a ella comenzó a mostrar signos de arritmia. Keun trató de sujetarla para que dejara de agitarse mientras gritaba desesperadamente a los médicos para que acudieran en su ayuda.

    Poco tiempo después la habían estabilizado. El médico salió con el grupo de enfermeras y al no estar presente ningún familiar cercano a la chica, le dio la noticia a Keun de que Cristy por fin había despertado. Quiso verla, pero el médico le dijo que ahora debía descansar porque la arritmia había sido causada por una emoción muy fuerte.

    Sin más que hacer, Keun dio la noticia a la madre y abuelos de Cristy y éstos a las amigas más cercanas para que todos supieran la gran noticia. Una hora después, un gran alboroto se armaba en la sala de espera del hospital porque todos querían entrar a verla y a nadie se le permitía el ingreso. Solo Keun que era casi un inquilino y los abuelos y madre de Cris estaban con ella.

    Cris no entendía lo que había pasado, sólo recordaba el incidente del parque pero de ahí en adelante no sabía cuantos días había pasado en ese lugar. La madre de ésta le había contado que Keun la había cuidado todo este tiempo y que no se había apartado de ella ni un segundo.

    Cristy escuchaba y miraba con atención a su madre mientras el corazón se le hinchaba de la emoción al saber que el chico que ella amaba, no la había abandonado. Tomada de la mano de él, la apretaba suavemente y lo miraba de vez en cuando dejando escapar una lágrima que era limpiada siempre por los delicados dedos del chico.

    Después de una hora, pudo recibir a todas las visitas pendientes, se acomodó un poco teniendo siempre a su lado a su amado que no la dejaba en ningún momento. Recibió muchas muestras de cariño y algunos regaños también por parte de los profesores que le pedían regresar pronto a la escuela porque todos la esperaban con ansias para que siguiera haciendo de las suyas.

    Poco después, cuando terminó la hora de visitas, todos se fueron, incluyendo a su madre y sus abuelos. Sólo Keun, como siempre, se quedó a su lado. Todo volvía a la calma, Cris se acomodó con la ayuda de Keun para descansar después de tanto alboroto y le pidió que fuera a descansar porque veía lo demacrado de su rostro.

    -¡Estoy bien!, no te preocupes por mí- le decía siempre sonriente.

    -Pero, yo estoy bien. Quiero que te vayas a descansar porque sé que no la has pasado bien en estos últimos días.

    -Ya te dije que no me iré. No quiero dejarte sola nunca más- le decía mientras le acomodaba un poco el cabello detrás de la oreja.

    -Además, hay algo que quiero decirte.

    -¿Qué es?- preguntó un poco asustada.

    -¿Wae? No tienes por qué asustarte, no es nada malo.

    -No estoy asustada, es solo que…

    -¿Te intriga?- sonrió

    -Un poco, pero dímelo ya por favor.

    -¡Kurae!... Son muchas las cosas que quiero decir en este momento, pero…- bajó la cabeza y miró su mano-… Yo…

    Estaba a punto de hablar cuando fueron interrumpidos por Sebastián que había anunciado su llegada de forma un poco ruidosa. Tocó la puerta que estaba semi abierta y entró sin esperar el permiso de nadie.

    -¡Hola!- dijo sosteniendo un ramo de flores- Escuché la gran noticia pero estaba trabajando, así que no pude venir más temprano- se acercó a la cama mientras extendía su obsequio a la chica.

    -Esto es para ti. Espero que te gusten.

    -Gracias, están muy lindas- sonrió forzadamente mientras cogía las flores.

    -No más que tú- dijo Sebastián sin darse cuenta.

    Keun Suk volteó a verlo arqueando las cejas y haciendo un gesto de desagrado, celoso del regalo y de las palabras que le había dirigido a su chica. Porque era su chica, aún no se lo había propuesto pero dentro de él, Cristy le pertenecía.

    Movió la cabeza nuevamente queriendo quitarse la tensión en los hombros. Cristy lo vio de reojo y sonrió.

    -¡Keun Suk-ah! ¿Puedes buscar algo para colocar las flores?- mientras las ponía en sus manos.

    -¿Eh?... ¿Yo?- señalaba su pecho de forma graciosa.

    -Sí, por favor, es que no quiero que se marchiten tan pronto. Me gustan mucho las flores y la verdad es que no las recibo muy seguido que digamos- dijo mientras las olía.

    -¡Hummm, huelen muy bien!

    A Cristy no le agradaba la presencia de Sebastián pero se había dado cuenta que Keun Suk se había puesto celoso al escuchar su comentario y quiso picarlo un poquito para ver si así lograba que le confesara sus reales sentimientos.

    Keun terminó cogiendo las flores de mala gana y salió para buscar un recipiente que le sirviera.

    -Y… ¿Cómo has estado?- preguntó nervioso Sebastián.

    -No lo sé, acabo de despertar- dijo seria después de verlo salir- ¿De verdad? ¿Es lo único que se te ocurre decir? Creo que el coma afectó más tu cerebro que el mío.

    -Cris no hace falta que me hables así. Yo solo quise saber como estabas, pero si te molesta mi presencia… te dejaré tranquila- dijo apenado.

    Estaba dando la vuelta hacia la puerta cuando Cris sintió que había sido muy dura con él.

    -¡Espera!- éste volteó al instante.

    -Perdóname tú a mí, es que…

    -No te preocupes. Te entiendo- se acercó un poco más- Creo que yo estaría igual si me hubieran hecho lo que yo te hice a ti… Perdóname por favor.

    -Ok, no te preocupes.

    -Entonces, ¿Podemos comenzar de nuevo?

    -¿Comenzar de nuevo dices? No entiendo.

    -Quiero decir, a ser amigos. Como si nos viéramos por primera vez.

    -Es un poco raro creo, pero lo intentaré.

    -No importa, el hecho que puedas verme nuevamente como un amigo, para mí es suficiente por ahora.

    -Sebastián, no te confundas. Nunca seré más que una amiga para ti.

    -Nunca digas nunca.

    -No es así. Yo estoy segura de mis sentimientos y sé que no cambiarán jamás.

    -Pero Cristy yo…

    -Pero nada Sebastián, yo amo a Keun Suk y eso no cambiará, ya te lo dije.

    Mientras mantenían esta conversación, Keun Suk esperaba en la recepción por un florero, miraba las flores con desdén y recordaba que nunca le había regalado flores a Cristy. Tenía ganas de tirarlas a la basura pero no estaría bien, no eran de él y tenía que respetar el regalo de alguien más aunque no le gustara la idea.

    Antes de volver a la habitación con el arreglo, escuchó las últimas palabras que Cristy decía. La firmeza con que le decía a Sebastián que sólo lo amaba a él, le dio valor para declararse de una buena vez. Abrió la puerta y entró con una gran sonrisa, colocó las flores lejos de la vista de la chica, casi ocultas y se sentó en la cama a la altura de Cristy.

    Pasó su brazo izquierdo por detrás de ella y con la otra rodeó su cintura logrando tenerla muy cerca de él. Le dio un beso en la mejilla y le sonrió maliciosamente a Sebastián marcando su territorio. Cristy se sorprendió al ver lo que hacía, lo miró fijamente a los ojos y Keun Suk aprovechó para darle un beso en la boca.

    -¡Ya entendí!- dijo Sebastián irritado mientras arqueaba una ceja.

    Se despidió y se fue.

    -Oppa ¿Qué fue eso?- preguntó Cristy inmediatamente después de que Sebastián saliera.

    -¿Qué?- se hizo el desentendido mientras apoyaba el mentón en el hombro de ésta.

    -Eso, el abrazo y el beso ¿Por qué lo hiciste?

    -Sólo quise hacerlo. Eres mi chica ¿Es que no puedo?

    -¡¿Tu chica?!- volteó a mirarlo nuevamente- ¿Desde cuando? No recuerdo que me lo hayas pedido.

    -¿Ah no?- separó su cara- Tienes razón…

    Se separó y se colocó en frente de ella. Se detuvo un momento para decirlo lo más concentrado y firme que podía. Keun tomó sus manos con las suyas y las acariciaba con delicadeza, empezó a sentir la adrenalina que recorría su cuerpo.

    -Cris, yo…- levantó la mirada y la vio a los ojos-¡TE AMO!
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    45
     
    Palabras:
    2234
    El rostro se le iluminó cuando escuchó aquellas palabras, estaba tan sorprendida que se quedó muda de la emoción. Keun le hablaba pero ella no contestaba, solo lo miraba a los ojos con una enorme sonrisa.

    Se acercó un poco más y le dio un beso para sacarla de sus pensamientos. Esta vez, ella parpadeó pero no separó sus labios de los de él, levantó una mano y acarició su rostro. Sintió como su aliento acariciaba su cara y la embriagaba con su dulce aroma.

    -¿De verdad… me amas?- separó sus labios para hablarle pero sin dejar de tocar su rostro.

    -Así es, te amo… ¡te amo!- decía sonriente mirándola fijamente a los ojos.

    Otra vez unieron sus labios, pero esta vez los envolvía un sentimiento extraño, más que amor, sintieron deseo el uno por el otro.

    Unos días después dieron de alta a Cristy, tenía sentimientos encontrados porque estaba feliz de regresar a casa y a su vida diaria pero por otro lado, se sentía triste porque su novio no estaría con ella. Le había comentado sobre su viaje, que no lo podía posponer más, tardaría un par de semanas y luego volvería.

    Acompañada de su madre y sus amigas, Cristy reía forzadamente para que no se dieran cuenta de su pesar, subió las escaleras hacia el departamento con un poco de esfuerzo y al abrir la puerta, se encontró con que su casa se había convertido en un enorme jardín. El aroma de las flores llenaba toda la casa y el color de las orquídeas eran tan brillantes que la transportaban a otro mundo.

    -¡Pero… pero ¿Qué es esto?!- preguntó emocionada.

    -¡Abue ¿quién trajo todas estas flores?!- dijo sin dejar de mirarlas mientras se acercaba a leer cada una de las notas que traían los enormes ramos acomodados por toda la sala.

    -¿Quién más crees que podría haberlas enviado?- dijo orgullosa la abuela.

    -¡¿Keun Suk?! ¡¿Fue Keun Suk, abue?!

    Abrió una de las tarjetas y leyó "Para la mujer más hermosa del mundo", se emocionó aún más, leyó otra y luego otra y todas eran firmadas por el chico.

    Una semana después ya estaba lista para regresar a la escuela. Estaba a punto de salir cuando escuchó que alguien tocaba la puerta. Abrió despreocupadamente creyendo que era su madre que llegaba por ella y se llevó una gran sorpresa cuando vio que quien había llegado, era nada menos que Sebastián.

    -¿Sebastián? Pero… ¿Qué haces aquí?- él era la última persona que esperaría encontrar.

    -¡Vine para llevarte a la escuela!- le dijo muy sonriente mientras le alcanzaba un pequeño ramo de flores.

    -No era necesario que vinieras. Mi madre no tardará en llegar por mí.

    Era muy seca cuando hablaba con él, aunque lo había visto algunas veces en el hospital y sus amigas le habían comentado lo que había cambiado desde aquel incidente; no le era fácil verlo nuevamente como un amigo más.

    -Cris por favor, no me rechaces más.

    -Escúchame Sebastián, no quiero que vengas a mi casa. No quiero que fuerces las cosas, no me hace sentir cómoda el que estés viniendo a cada momento y menos aún desde que estoy con Keun Suk, así que debo pedirte que te vayas de una vez.

    -Cristy, no he olvidado que tienes una relación con ese chin…- estaba a punto de hablar mal de Keun pero Cristy le clavó una mirada de enojo que le hizo comprender de inmediato que debía callar-…perdón, quiero decir con Keun Suk. Pero estoy aquí sólo como amigo, nada más. Ahora que Keun no está, quiero que te apoyes en mí.

    -No es necesario, ya te lo dije. Tengo muchas amigas en quien apoyarme y en lo que respecta a Keun Suk, él volverá pronto. Me lo prometió.

    -Está bien, si quieres creer que él volverá, no diré lo contrario. Pero sólo esta vez, déjame que te lleve. Aún estás convaleciente y el autobús podría ser un mal innecesario para ti.

    Cristy lo pensó por un momento. No tenía sentido rechazar el ofrecimiento de Sebastián, además, sólo la llevaría a la escuela ¿Qué podría pasar?

    Aceptó de mala gana y subió al auto, durante todo el camino no se dijeron una sola palabra. Cristy revisaba los mensajes que Keun le había enviado días atrás y sentía que lo extrañaba demasiado. Sebastián trataba de disimular frente a ella pero sentía muchos celos al ver la expresión que tenía cuando leía aquellos mensajes.

    Pronto llegaron a la escuela y todo se veía demasiado tranquilo. Ella se sintió aliviada de volver sin contratiempos porque en algún momento pensó que Sebastián la secuestraría y se la llevaría lejos de ahí; aún no confiaba en él.

    Por el contrario, éste se comportó como un caballero, abrió la puerta del auto y le ofreció su mano para ayudarla a bajar. Cris la aceptó sintiéndose confiada de que ya había llegado a su destino. Caminó unos pasos hacia la entrada y sintió cómo caían desde el balcón montones de confetis de colores, levantó la miraba y vio a sus compañeros de clases que le daban la bienvenida con silbatos, globos y cornetillas. Se sentía realmente feliz por aquel recibimiento pero no pudo evitar pensar que faltaba alguien para completar esa felicidad, buscó y buscó y no lo vio por ningún lado.

    Su cara se entristeció de pronto y antes que alguien lo notara, limpió de su rostro las lágrimas que empezaban a asomar.

    En clases, sus amigos más cercanos le dieron la bienvenida con un caluroso abrazo. Pero en la escuela había una persona que no le agradaba para nada el regreso de la chica. Jessica, se había ocupado todo el tiempo de ganarse a los amigos de Cristy pero como la falsedad se le salía por todos los poros, había sido inútil. Así que, la odiaba más que nunca.

    Se le paseaba por delante y le clavaba unas miradas de odio y de envidia que Cristy no tomaba en cuenta, ella sólo se concentraba en recuperar el tiempo perdido en las materias. Había decidido que durante el tiempo que faltaba para terminar la secundaria, se esforzaría al máximo para que su novio estuviese orgulloso de ella.

    -No podré volver a clases- le dijo Keun antes de partir.

    -Pero, perderás el año- se preocupó ella.

    -No es así, tendré tutores en mis tiempos libres que me ayudarán a terminar la prepa. Mi vida siempre ha sido así.

    -Pero ¿Por qué? ¿Qué es lo que impide que lleves una vida normal?

    -No puedo decírtelo por ahora.

    -Keun ¿Es que no confías en mí?

    -No es eso, es solo… es complicado- sonrió y le acarició la cabeza con delicadeza.

    -¿Algún día me lo dirás cierto?

    -Sí… Ahora tengo que irme. Te veré en dos semanas ¿Arasseo?

    Se levantó de la cama donde ella estaba y la cogió de las manos llevándola hacia su pecho.

    -¡Arasseo!- dijo risueña.

    -¡Te amo Cris! No lo olvides- se acercó y le dio un dulce beso en la boca.

    -¡Yo también te amo, Keun Suk-ah!

    Esta breve conversación antes de partir, era lo único que la hacía sonreír cuando se sentía sola y deprimida, sacaba su álbum y miraba todas las fotos que se habían tomado, ella no quería olvidarse de su rostro y le gustaba recordar cada momento que pasaron juntos.

    Pasadas las dos semanas, Keun regresó. Pero no entró a clases, era necesario que firmara los documentos que autorizaban su traslado a otro país. Pero no había llegado solo como las veces anteriores en que llegaba sólo con sus guardaespaldas, esta vez su madre lo había acompañado. Le intrigaba saber cómo era la chica que había robado el corazón de su hijo.

    Él le había hablado tantas veces de ella, que era como si la conociera de toda la vida. Pero nunca quiso mostrarle sus fotos porque quería que su madre la conociera en persona.

    Dio la casualidad que en el momento que llegaban a la escuela y se dirigían hacia la oficina del director, apareció Jessica acompañada de otra chica. Al verlo de nuevo frente a frente, no pudo más que emocionarse y correr hacia él como si fueran grandes amigos mientras clamaba su nombre.

    Keun Suk y la Sra. Jang se sobresaltaron sobremanera porque no estaban acostumbrados a esa clase de demostraciones de afecto. Keun se deshizo del abrazo de la chica mientras miraba a su madre que empezaba a preguntarse si era ella su novia. Seguro de sí y libre de ella, le dijo que no.

    Jessica cambió de inmediato su expresión cuando vio que era dejada atrás sin recibir una sola palabra de parte del chico. Vio a la dama que lo acompañaba y se dio cuenta que era su madre, era una señora muy guapa y de porte muy distinguido.

    Keun y su madre llegaron a su destino y tramitaron la documentación pendiente, después de un tiempo, todo estaba listo. Salió hacia el comedor de la escuela y le envió un mensaje de texto a Cristy. Cuando ésta lo leyó, dejó todas sus cosas tiradas y salió disparada cual bólido sin decir nada a nadie. El profesor de dicha hora, se mató llamándola pero ella no hizo caso.

    Todos se quedaron viendo la reacción de la chica, pero conociendo de antemano que ella sólo reaccionaría de esa manera por alguien, salieron detrás de ella.

    Cristy corría por todos lados con una enorme sonrisa y los ojos enrojecidos de emoción. Se topó con Santiago que quiso detenerla, pero ella lo empujó hacia un lado.

    Cuando llegó a la cafetería buscó con la mirada entre la poca gente que ahí había. Miró al fondo y vio que Keun estaba ahí sentado, de impecable traje negro, las gafas oscuras atenuaban el tono de su piel. Cris se sintió nerviosa, apenas habían pasado dos semanas desde la última vez que se vieron, pero a ella le había parecido un siglo.

    Se acercó despacio temiendo que fuera una ilusión, Keun levantó la mirada y la vio acercarse. Se levantó mientras le regalaba una hermosa sonrisa, se quitó las gafas para verla bien y fue a su encuentro.

    Cristy ya no pudo contenerse más, corrió hacia él y se abrazó fuerte de su cuello mientras que Keun rodeaba su cintura con ambos brazos.

    -¡Keun Suk-ah! ¡Volviste! ¡Volviste!

    -¡Te dije que volvería! ¿No?- enterraba su cara entre sus cabellos. Ella asentaba con la cabeza mientras las lágrimas empezaban a caer sobre su hombro.

    -¿Me extrañaste?- preguntó sonriendo sin separarse de ella.

    -¿Qué si te extrañé dices? ¡Casi muero en este tiempo que no estuviste aquí!

    -Quiero presentarte a alguien- se separó de ella y al ver sus lágrimas, sacó un pañuelo de su bolsillo y las limpió delicadamente.

    -¿Qué? ¿Presentar dices? ¿A quién?- miró hacia la mesa donde había estado sentado hace un momento y vio a una señora que la miraba con agrado.

    Tenía cierto parecido con el chico así que pudo deducir que era su madre. La tomó de la mano y la dirigió hacia ella.

    -¡Madre! Te presento a mi novia, Cristy- le hablaba en coreano ya que no entendía español.

    -¡Oh! Así que, tú eres Cristy, la novia de mi hijo- decía ella mientras Keun traducía.

    -Mucho gusto de conocerla señora- se inclinó hacia la Sra. Jang mostrando su respeto- Mi nombre es Cristela Almengor, pero puede llamarme Cristy o Cris.

    A la Sra. Jang le agradó que la chica la saludara de forma adecuada, como las costumbres de su país. Tenía mucha gracia en su saludo y le agradaba su aspecto físico, le parecía que era muy bonita y que hacían linda pareja.

    Se sentaron un rato los tres a conversar, pero como Cristy no entendía algunas cosas de las que conversaba Keun con su madre, éste le traducía todo lo que podía. Después de unos minutos más, la Sra. se despidió, dejando a los chicos solos un momento.

    -Le agradaste a mi madre- le dijo Keun mientras tomaba su mano.

    -¿En serio? Estaba muy asustada. Creí que me odiaría por hacerte venir hasta aquí.

    -No digas eso, de verdad le caíste bien. Pero ahora tengo algo que decirte.

    Cris se puso muy nerviosa, por alguna razón no quería escucharlo. Temía que le dijera que ya no volvería más. Y así fue, le explicó que su trabajo era muy demandante y que las oportunidades estaban creciendo cada vez más para él. Que sería muy difícil que volviera pero que seguirían en contacto vía internet o por teléfono, la llamaría siempre y regresaría por ella al terminar la secundaria.

    Tenía pensado hablar con los tutores de la chica para que dieran su permiso de que pudiera emigrar a Corea, a su lado. Allá tendría más oportunidades de vida y estaría a su lado cuidándola siempre, no quería dejarla sola pero no tenía otra alternativa por el momento.

    El mundo se le vino encima en ese momento, Cris no sabía que hacer, sentía que el pecho se le oprimía de dolor, no pudo contener las lágrimas al escucharlo decir que tal vez no volvería a verlo. Keun trataba de animarla y le prometió que pase lo que pase, él volvería por ella.
     
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    Romance/Amor
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    45
     
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    En un principio, es decir desde que Keun Suk regresó a Corea, mantenían una comunicación casi continua. Se hablaban por teléfono o chateaban por internet, si se cruzaban sus horarios, se dejaban mensajes y horas después se respondían.

    Cristy se esforzaba por sacar las mejores notas, no salía a fiestas ni compartía en ninguna de las actividades de la escuela. Se había convertido en una chica apagada, sólo la sostenía la ilusión de que volvería a ver a su novio al terminar el año y que luego estarían juntos para siempre.

    Los días pasaban y pasaban y Cristy y Keun tenían cada día menos comunicación. El trabajo de Keun lo mantenía siempre ocupado, a veces pasaba una semana completa sin que contestara los mensajes que Cris le enviaba. Pero cuando ésta pensaba que él ya se había olvidado de ella, él contestaba cada uno de sus mensajes y se disculpaba cariñosamente por no haber contestado a tiempo.

    Le contaba que había veces en que no podía dormir en 36 horas y menos aún contestar su teléfono o manejar las redes sociales porque quienes se encargaban de eso, eran otras personas.

    Él le decía que se moría por verla aunque sea unos minutos pero Corea estaba al otro lado del mundo y hacer un viaje así no era cosa fácil, mas la tranquilizaba prometiéndole que volvería pronto para llevársela con él a su país porque la madre de Cris ya había dado su aprobación para que su hija emigrara con él.

    Por fin el tan esperado fin de año escolar había llegado y la fiesta de graduación con ella. Ésta era la fiesta más esperada por todos los chicos y chicas que alistaban sus mejores trajes para la noche. Pero Cristy, no tenía planeado asistir, estaba muy triste porque había pasado casi dos meses y Keun Suk no se comunicaba con ella, siempre era alguien más que contestaba su teléfono y le decía que él estaba muy ocupado y que luego le devolvería la llamada. Nunca lo hacía, así que ella dejó de llamar y dejar mensajes.

    Empezó a creer que la había olvidado y que su promesa de volver por ella, habían sido sólo palabras vacías.

    Su madre y amigas tocaban la puerta de su habitación por mucho tiempo insistiendo para que fuera a dicha fiesta, era tanta la insistencia que Cristy tuvo que abrir o se quedaría en una habitación sin puerta.

    Las dejó entrar e inmediatamente después se tiró de nuevo en la cama, eran casi las 6 de la tarde y ella aún vestía el pijama. Iveth, que así se llamaba su madre llevaba en sus manos un hermoso vestido color azul cielo. Era largo, escotado, hecho todo de seda y con preciosos acabados de pedrería en el borde.

    -Mamá, ya te dije que no quiero ir. No tengo ánimos de salir- decía ella abrazada a su almohada mientras miraba con tristeza una fotografía en la que aparecían ella y Keun Suk a la orilla del mar.

    -¡No señor!- dijo Iveth por fin decidida e indignada al ver como estaba Cristy. Dejó el vestido a un lado y la cogió de la mano haciendo que se levantara de un salto.

    -Compré este hermoso vestido para que lo uses hoy, no para que lo arrimes por ahí y sigas comportándote como si el mundo si hubiera acabado.

    -Pero mamá ¡¿Es que no entiendes que no quiero ir?!- se zafó del agarre de su madre y se dirigió hacia la puerta intentando escapar.

    Pero su madre era cosa seria, no la dejaría en paz tan fácilmente. Cristy podía negarse hasta la muerte a salir de su habitación aunque ésta se estuviera cayendo, pero contradecir una orden de su progenitora, era muy distinto. Era una madre amorosa y comprensiva siempre y trataba de llevar las cosas con buen ánimo, pero cuando se le acababa la paciencia, era una pelea perdida.

    Iveth dejó el vestido en la cama y salió detrás de ella para hacerla entrar en razón.

    -¡Es la noche de tu graduación y no voy a permitir que te quedes aquí, mientras tus amigos se divierten!- la tomó del brazo y la hizo girar para hablarle cara a cara.

    -¡Mírame cuando te hablo jovencita! Eres una chica linda y siempre has estado llena de vida…

    -No, ya no soy así- dijo con tristeza- ¡¿Es que no entiendes que si Keun Suk no está a mi lado, el mundo ya no me sirve?!

    Fue terrible escucharla decir aquello, ¿A dónde se había ido la chica alegre y llena de vida que todos conocían? ¿Cuándo fue que se convirtió en la sombra de lo que era antes? Fría y sombría, Cris era ahora un ser sin alma, sin emoción, como un fantasma que deambula sin saber a donde ir o a que mundo pertenecer. Hasta el rosado de sus mejillas habían dado paso a un color pálido y una mirada sin luz.

    Se dejó caer en cuclillas y agarrando sus rodillas se echó a llorar, como tantas veces sintió la necesidad de hacerlo pero no lo hizo. Sentía que si lo hacía, era señal de que todos tenían razón cuando le decían que se olvidara de Keun Suk y retomara su vida porque él ya no volvería.

    Su amor había sido lindo, sí. Pero había terminado, porque había sido un amor adolescente, el primer y verdadero amor de juventud. Ése que cuando llega crees que es el más grande y maravilloso y que será el único hasta el final, pero cuando te das cuenta que no es así, que sólo fue el primero y que no será para siempre, duele, duele mucho. Te mata en vida porque diste todo de ti, y jamás volverás hacerlo.

    Su madre no pudo soportar verla llorar de aquella manera, se puso a su altura y la jaló hacia su pecho acariciando su pelo, sus lágrimas acompañaban las de su hija y trató de consolarla de alguna manera pero las palabras no salían de su boca, era mejor dejar que Cris curada sus heridas dejando salir todo el dolor que llevaba dentro a través de las lágrimas.

    Después de tanto llanto, Cristy decidió ir a la fiesta, pero llegaría del brazo de su abuelo, porque no quiso tener pareja esa noche, a pesar que se lo habían pedido muchísimas veces Sebastián y Santiago.

    Lucía hermosa, la más linda de la noche. Todos voltearon a verla, seguían su entrada hasta su mesa como si se tratara de una princesa, trataba de sonreír pero en el fondo sólo quería llorar sin parar.

    La ceremonia era un poco aburrida, como todas, uno a uno los alumnos que se graduaban eran llamados a la plataforma para recibir su diplomas. Llegó el turno de Cristy y al subir era ovacionada por sus amigos que la tenían en gran estima. Además porque a pesar de haber tenido desventaja por lo de su accidente, había logrado su objetivo, ser la mejor alumna del año.

    Ya se preparaba para regresar a su mesa donde la esperaban su madre y abuelos, cuando las luces se apagaron y una luz blanca la iluminó en el centro de la sala, luego comenzó a sonar una tonada desconocida para todos, muy suave y de un tono muy dulce. ( )
     
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    La luz la cegaba mientras que todos fijaron la mirada al frente del escenario principal, unas imágines empezaron a aparecer en la pantalla grande que habían acomodado para la ceremonia. Una gran fotografía de Cristy que la mostraba con uniforme escolar y una enorme sonrisa traviesa acompañada del título y la letra traducida de una canción se mostraba de fondo y una voz singular empezaba a escucharse en la entrada del salón, en un idioma ya conocido por todos.

    Cristy sintió que faltaba poco para desmayarse, retrocedió unos pasos al escuchar que aquella voz se acercaba a ella, no pudo verlo hasta que otra luz iluminó su imagen en la entrada. Su corazón y su razón estaban a punto de estallar, las lágrimas aparecieron en el instante en que lo vio, sintió deseos de correr y abrazarlo, pero sus piernas no respondían.

    Keun Suk estaba hermoso, más bello que nunca, se había pintado el cabello de castaño y se lo había dejado crecer un poco más. Vestía un elegante esmoquin negro y sus ojos brillaban más que las propias estrellas de la noche, sus labios rojos y sus mejillas sonrosadas hacían notar lo feliz que estaba de volver.

    Micrófono en mano, entonaba con pasión cada letra de la canción, quería transmitir todos los sentimientos que hacia ella sentía.

    "En realidad después de nuestro primer encuentro

    Decirte que me gustabas no fue algo fácil para mí.

    Siempre procuraba hablarte yo primero

    Porque tenía miedo a perderte.

    Te escribía mensajes una y otra vez

    Aunque tras revisarlos, decidía borrarlos finalmente.

    Sabía que si mi amor por ti se hacía más profundo

    Sólo nos dañaría a ambos

    Y fue ahí cuando los miedos se apoderaron de mi mente.

    Así que recé con todo mi corazón por ti

    La persona anhelada que creo que es la indicada para mí."

    Al llegar hasta esta parte, Cristy había leído cada frase en la pantalla, lo miraba a él y se emocionaba con cada letra de la canción. Keun la miraba en todo momento con ternura y acentuaba cada palabra que salía de su boca, tomó su mano con delicadeza y la llevó a su pecho. Le dio vuelta hacia el escenario y comenzó a ascender por la escalerilla con ella.

    Cristy se tapaba la boca queriendo callar los gritos de alegría que quería dejar escapar al tenerlo otra vez a su lado.

    "Estoy enamorado… me enamoré

    Mientras esté contigo no sentiré miedo nunca más.

    Y veo lo hermoso que es el mundo"

    Las chicas suspiraban al oírlo cantar, su voz dulce y varonil conjugaban perfectamente con su porte de príncipe. Iveth se agarraba de las manos con sus padres y se emocionaba al ver la hermosa escena. Ella sabía de la llegada de Keun Suk, pero no podía decir nada porque se lo había prometido.

    En el escenario Keun seguía cantando tomado de la mano de Cristy y en cada estribillo, volteaba y le cantaba mirándola a los ojos.

    Fue una presentación espectacular, como ver a un cantante profesional en un gran concierto, pero con entradas preferenciales, todos quedaron cautivados por su voz, chicas y chicos, padres de familia y profesores de la escuela.

    Cuando terminó la canción, un gran alboroto se sintió en todo el lugar. Cristy y Keun eran ajenos a todos, estaban completamente sumergidos en su burbuja de amor, se miraban a los ojos y sin poder contenerse más se acercaron lentamente para dar paso a un hermoso beso.
     
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    SEIS AÑOS DESPUÉS…

    -¡Cris! Levántate que se hace tarde- Ana la movía por debajo de las sábanas para que se levantara más rápido. Debían ir a trabajar y se habían quedado dormidas después de un arduo trabajo la noche anterior.

    -¡Un ratito más…!- se movió aún más hacia la orilla tratando de evitar las fastidiosas manos que la sacudían con ímpetu.

    A Ana ya se le había acabado la paciencia, se subió en la cama de rodillas y comenzó con las cosquillas haciendo que Cristy al tratar de evitarlas, rodara debajo de la cama con sábanas y todo.

    -¡Auch!- se escuchó debajo de la cama- ¡¡Unnieeee!! ¡Me las vas a pagar!-decía mientras trataba de desenredarse.

    Ana rió complacida de haber logrado su cometido y salió como rayo antes que su amiga se pudiera zafar del lío en el que estaba.

    Minutos después Cris se encontraba lista y a punto de salir, tenía una reunión muy importante con una marca de cosméticos nacionales que gracias a su imagen había logrado expandir sus negocios hacia Europa. Esto la tenía muy emocionada porque sería la primera vez que saldría del continente y tenía muchos planes de vivir en el extranjero.

    Quería cambiar de rumbo, olvidar el pasado que la atormentaba día a día; además de conocer lugares nuevos que la mantuvieran alejada de todo.

    -¿Cris, estás lista?- preguntó Sebastián al otro lado del celular.

    -¡Sí, ya bajamos! Espéranos un momento por favor.

    Zapatos en mano, llegó corriendo al ascensor seguida por Ana a la que se le caían las carpetas de las manos.

    -¡Cris, más despacio!- rogaba Ana.

    El revestimiento dentro del mismo había sido convertido en espejo personal de Cris desde que se mudó de departamento. Hacía ya 3 años que se había mudado junto a su amiga y obtenido su independencia para hacer lo que le gustaba, modelar alta costura y ser imagen de grandes marcas en su país.

    Habían pasado algunos años desde que terminó la escuela y decidió quedarse en su país para cuidar a sus abuelos. A su madre le había llegado una importante oportunidad de trabajo pero tenía que salir del país para acceder a ello y como sus abuelos estaban ya ancianos, no querían irse con ella, es por eso que Cristy queriéndolos como los quería, sacrificó su viaje a Corea hasta que hubiera alguien de confianza que pudiera hacerse cargo de ellos.

    El viaje del quinto piso a la salida se le hacía eterno y tormentoso pues recordaba momentos vividos con su primer amor como en el que en una ocasión se quedaron atrapados en el ascensor del centro comercial y tuvo que auxiliarlo porque éste sufrió de un ataque de pánico por la claustrofobia. De pronto una a una fueron pasando imágenes ya repetidas en su cabeza, había sido así desde el momento en que se separaron para siempre.

    El dolor y el arrepentimiento hacían mella en su cerebro pero no remediaban nada, no podía cambiar el pasado, muchas cosas habían pasado desde que se separaron.

    -¡Cris! ¡Despierta ya niña!- la haló del brazo sin esperar que respondiera.

    -¿Eh? ¿Llegamos ya? …Fue muy rápido- se lamentó mientras acomodaba su cabello hacia atrás.

    -¿Cuándo dejarás de pensar en él? Ya han pasado más de tres años desde la última vez que se vieron ¿y aún no puedes olvidarlo?

    Caminaban hacia la salida pero esta vez con menos prisa, Ana no podía avanzar por esperar a su amiga que había cambiado su estado de ánimo de un momento a otro.

    -No puedo…, quiero, …pero no puedo- se entristeció mientras la miraba conlos ojos un poco húmedos.

    -Cris, no. Ya no por favor- le tocó el hombro con un suave masaje- Linda, ya es hora que empieces a olvidar… por tu bien.

    -¡Ayy amiga…!- la abrazó con fuerza y lloró en su hombro sin poderlo evitar- Lo amo tanto… tanto, a pesar del tiempo, no lo puedo evitar… creo que nunca podré olvidar.

    Sebastián miraba de cerca, ninguna se había percatado de su presencia. A él le dolía verla así siempre, sobre todo porque él la amaba tanto como ella a Keun Suk y no podía decírselo porque ella lo alejaría de inmediato, siempre lo había sabido y era por eso que callaba.

    -¡Chicas!- gritó desde su auto- ¡Vamos ya, nos esperan!- fingió no darse cuenta de lo que pasaba, sonreía tiernamente mientras se acercaba a Ana para ayudarla con los documentos que cargaba.

    -¡Oh, eres muy amable, Sebas!- le sonreía Ana.

    -No es nada, tengo que ser siempre un caballero con dos damas tan hermosas.

    -¡Gracias! ¿Qué afortunada llegará a ser tu esposa?

    Sebastián sostenía las carpetas con una mano mientras que con la otra abría la puerta para que subieran ambas chicas. Se había convertido en su chofer por puro gusto desde que empezaron a trabajar juntos en la empresa de su madre.

    Él había recomendado a Cristy apenas salieron de la escuela, como modelo; su madre la apreciaba mucho porque era talentosa en lo que hacía y muy atenta con todos. Poco a poco y con mucho esfuerzo se había convertido en la modelo principal de su agencia y la causante de que el nombre de la agencia tuviera tanto prestigio en toda América.
     
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    -¡No lo puedo creer! ¡Creo que estoy soñando!- decía emocionada Cristy a su amiga mientras el avión levantaba vuelo hacia París, Francia.

    -¡¡Ayyy!!- gritó Ana-¡Pero qué…? Se quejó ella frotándose donde había recibido el pellizco.

    -¡Oh, mianhe unnie!, necesitaba comprobar si estaba soñando.

    -¿No podías comprobarlo en tu brazo?- la miró algo molesta.

    -Ya unnie- la movió del brazo- no te enojes, es que estoy tan emocionada que creo que me desmayaré en este momento… mira- mostrando sus manos- Mis manos tiemblan de la emoción.

    -Sí, sí, las veo, las veo. Pero ahora… ¿Podemos dormir? El viaje será largo y agotador.

    Se colocó una mascarilla en los ojos y se dispuso a dormir o a tratar de hacerlo porque conociendo los hábitos de viaje de su amiga, lo más que podía lograr hacer era dormir diez minutos cada dos horas.

    Después de 15 horas de vuelo, llegaron sanas y salvas a su destino, miraron sus relojes y marcaban las 23 horas en Panamá, en Francia eran las 15 horas del siguiente día. Tomaron su cosas y fueron directo al hotel, no tenían tiempo de descansar, la sesión de fotos sería dentro de dos horas y sin conocer la ciudad ni nadie que las guíe, sólo podían concentrarse en el trabajo.

    Sería un viaje de apenas cinco días, tenían que terminar todo en dos si querían conocer la ciudad. Todo salió de acuerdo a lo planeado, para la noche del segundo día todo estaba terminado, tenían la noche libre y podrían descansar de un arduo trabajo.

    -Cris, estoy tan emocionada, no puedo esperar a recorrer las discos, me han dicho que los chicos de aquí son súper guapos.

    -¿Te han dicho? ¡Es que no has visto ninguno aún?- decía mientras terminaba de arreglarse el vestido

    -Con todo lo que tengo que hacer, ¿Crees que he podido fijarme en alguien?

    -Ya, no exageres, bien que te vi coqueteando con el director de cámara- se rió.

    -Ah, bueno… es que… eso no cuenta. Yo quiero conocer FRANCESES, no un dizque español con acento argentino jajajaja.

    -Te pasas, jajajajaja

    -Bueno, ya estoy lista- dijo Cristy dando una vuelta coqueta delante del espejo- ¿Qué tal me veo?

    -Muy bonita. A veces siento envidia de ti- se sentó derrotada al filo de la cama.

    -¡Hey!- se acercó y se sentó a su lado tomándola de la mano- No digas eso, me haces sentir mal.

    -No amiga, no me hagas caso… es que a veces creo que no soy lo suficientemente bonita como para competir contigo. Mira, tú tienes a Sebastián loquito por ti sin hacer nada. Él te quiere a pesar de saber que nunca podrás verlo como hombre, mientras que yo… bueno pues, ya sabes…

    -Lo siento Ana, he tratado de mil maneras que se aleje de mí y que se fije en ti, pero…

    -Lo sé, no te preocupes. Desearía que dejara de mirarte como lo hace y volteara a verme tan siquiera un instante.

    -Ay unnie, ¿Qué estaremos pagando en esta vida? Los hombres que amamos no nos pertenecen y por más que luchemos contra el destino… siempre seremos vencidas.

    -No es cierto Cristy, tú tienes oportunidad, puedes ir a buscarlo, ahora estás más cerca de él y quizás cuando te vea…

    -¡Me rechazará!- se levantó intempestivamente- En el pasado, lo lastimé demasiado… tanto que casi no pudo soportarlo.

    -Pero tal vez, aún sienta algo por ti.

    -No lo creo, he leído sobre él y visto las cosas que ha estado haciendo hasta ahora. Es un casanova que juega con todas las mujeres que se cruzan en su camino. ¿No te acuerdas de la chica ésta que protagonizó con él You´r Beautiful?

    -Ah, ¿Chiné, no?- dijo en un tono medio raro.

    -¡No! Shin Hye, Park Shin Hye, no Chiné- dijo Cristy tratando de corregir a su amiga.

    -Bueno, es que sabes bien que a mí esto de los idiomas no me va.

    -Ok, ok. Shin Hye está súper enamorada de él y él sólo la usa. Todo el mundo lo sabe.

    -Pero a ti te quiso, a ella no. Es diferente.

    -Eso fue hace muchos años… y además no creo que quiera verme, ahora está mejor sin mí.

    -¿Te imaginas, que hubiera pasado si se quedaba en Panamá contigo como había dicho?

    Cristy de pronto empezó a recordar aquel momento.

    Él había llegado dispuesto a quedarse con ella, hacer una carrera en ese país que ya sentía su hogar. Había hecho planes, sabía que tendría que trabajar un poco más duro por ser extranjero, pero si estaban juntos, apoyándose el uno al otro, lo lograrían.

    Pero el amor que Cristy sentía por él era tan fuerte que tuvo que sacrificarse para que él no pasara privaciones. La Sra. Jang había viajado días antes que su hijo para verse con Cristy, le había tomado cariño pero sabía que si él se quedaba en Panamá, las puertas se le cerrarían por completo.

    Desde el inicio de su carrera siempre había tenido que lidiar con muchos problemas y personajes poderosos que querían manejar su carrera tomando en cuenta que tenía un futuro brillante. Su padre mismo tuvo que alejarlo de su lado para protegerlo de esas mafias y estando solo en un país extranjero, sería presa fácil para quien quisiera destruirlo.

    Fue así que cuando Keun Suk llegó dispuesto a quedarse, se dio con la ingrata sorpresa de que Cristy lo engañaba con Sebastián. Fue un golpe muy duro para él, pero lo suficiente como para que no quisiera volver a buscarla. Regresó devastado a su país y se prometió así mismo que nunca más se enamoraría, el dolor que sentía por la traición había traspasado hasta lo más profundo de su alma.
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
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    45
     
    Palabras:
    993
    En el club, la fiesta estaba en todo su apogeo. Cristy y Ana se divertían con unos chicos que habían conocido en el medio en el que se movían. Bailaban y se divertían al ritmo de la música, después de unas horas ya estaban cansadas y se disponían a regresar al hotel.

    El lugar estaba tan abarrotado de gente que apenas y podían caminar hacia la salida, en el camino Cristy sintió que alguien la rozaba y sin esperar explicaciones volteó con la mano abierta estampando en el acto la cara del pervertido que se encontraba detrás de ella.

    ¡Plap! ¡Pero qué te pasa?- se escuchó en un español algo chancado el reclamo de un tipo entre la multitud.

    -¡Eres un imbécil! ¿Cómo te atreves a tocarme?- gritó Cristy sin miedo mientras se enfrentaba al depravado.

    -¡Yo no te toqué! ¿No ves que estoy saliendo igual que tú?- se ofuscó el tipo tratando de aparentar inocencia.

    -¡Eres un maldito imbécil! ¿Crees que soy tonta? ¿Qué no reconozco a los pervertidos como tú?- no dejaba de gritar, las cosas ya se estaban poniendo de castaño a oscuro.

    -¡Oyeme! ¿Qué te pasa? ¡No fue para tanto… además a las tipas como tú les gusta que las toquen, así que no me vengas con que no te gustó!

    Cristy realmente estaba molesta, levantó nuevamente la mano para darle otra cachetada al atrevido pero éste la detuvo a medio camino, apretó su muñeca y la jaló hacia él cogiendo su cabeza tratando de besarla a la fuerza. Ella forcejeaba para liberarse, Ana golpeaba su espalda tratando de ayudar pero otro tipo, amigo de éste, la sujetó de ambos brazos.

    -¡Suéltame imbécil!- decía Ana mientras la gente a su alrededor sólo atinaba a mirar la escena.

    Un poco más lejos, en el piso de arriba, zona vip, se encontraba un grupo de chicos que departía alegremente, uno de ellos se percató de la situación y avisó al que lo acompañaba para que hicieran algo por las féminas, pero éste ni se inmutó.

    -¿Qué caso tiene meterse en problemas por ese tipo de chicas? Todas son iguales- fue tan indiferente la reacción del chico que su amigo sólo movió la cabeza en forma negativa y decidió intervenir.

    -¡¡SALUD!!- chin chin, sonaban las copas unas a otras, las chicas lo rodeaban y se le ofrecían descaradamente, se dejaban tocar sin miramientos mientras éste hacía lo que quería con cada una de ellas.

    -¡¡DÉJALA!!- se oyó entre el tumulto.

    Cristy escuchó detrás de ella y creyó reconocer la voz, volteó desesperada buscando saber a quién le pertenecía. Un hombre alto, guapo y de cabello oscuro apareció de pronto ante ella. Lo vio y se sintió decepcionada, el chico se acercó a ambos, ni siquiera la miró, se enfrentó con una dura mirada al tipo.

    -¿Crees que ésta es la mejor manera de atender a una dama que visita tu país?- dijo en un acentuado francés increpándole su actitud.

    -¡¿Qué?! ¿Quién eres tú para venir a decirme lo que tengo o no tengo que hacer en mi país?

    -¡Un francés como tú! Y me molesta que trates de esta manera a personas que vienen desde tan lejos para conocer nuestra cultura y se lleven la peor imagen por idiotas como tú.

    -¿Qué? ¿Idiota dices?- dejó a la chica a un lado con brusquedad y se volteó a mirarlo frente a frente.

    Su amigo miraba desde lo alto con una copa en la mano y una chica tomada por la cintura al lado.

    -Esto se pondrá bueno- dijo divertido haciendo una mueca de medio lado.

    En unos pocos segundos la mitad del club se había convertido en un campo de batalla, chicos que estaban tanto a favor de Cristy como en contra de ella, se habían unido a la lucha, unos para defenderla y otros porque el alcohol se les había subido a la cabeza y no tuvieron mejor idea que participar de la gresca.

    Los golpes iban y venían a diestra y siniestra y las chicas trataban de defender como podían al chico que había llegado a defenderlas pero sin resultado alguno porque las amigas de los agresores, también las agredían a ellas.

    -¡Aish!, ya me cansó esto- el chico que observaba desde lo alto dijo al fin, molesto porque la pelea no tenía cuándo acabar.

    Se acercó al tumulto y dando golpes por doquier llegó hasta donde estaba su amigo, lo jaló del hombro y al momento de salir del centro se topó con Cristy que estaba muy agitada y con los pelos revueltos y por toda la cara. La miró muy seriamente y con un gesto despectivo siguió su camino.

    Cristy se quedó impávida, tan quieta que parecía estar clavada en el suelo, lo siguió con la mirada hasta que desapareció, mientras su corazón estaba a punto de estallar. Ana la sacudió cuando vio que no reaccionaba mientras le hablaba.

    -¡¡Cris!! ¡¿Qué haces?! ¡¡Vámonos ya!!- la jaló apenas obtuvo un poco de su atención.

    Cris era llevada afuera, del brazo como si fuera un paquete, sin movimiento ni emociones. Al sentir el aire fresco de la calle en su rostro, se liberó de la mano que la sujetaba y como si se estuviera ahogando, soltó un profundo suspiro y las lágrimas empezaron a salir sin control.

    -¿Eh? ¿Cris, que sucede? ¿Te sientes mal?- Ana ya se estaba asustando- ¡Háblame por favor, no te quedes callada que me estás asustando!- la sacudió tomándola por ambos brazos.

    -E-e-es él…- miró al vacío- Es él Ana ¡¡ES ÉL!!- gritó y empezó a correr tras el auto negro que ya había pasado delante de ellas.

    -¿Qué?- la siguió

    -¡¡Cris!! ¡¡Detente!!- la jaló antes que la atropellaran.

    -¡¡Noooooo!!- gritó desesperada ¡¡Déjame, tengo que alcanzarlo!!

    -¡Cris! ¡Cris! ¡Detente por favor!
     
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    Gedith

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    Romance/Amor
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    45
     
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    607
    La escena en la habitación del hotel era muy lamentable, Ana y Jean Piere, amigo francés de KeunSuk; trataban de sujetar a Cristy para que el médico le colocara unos calmantes. Poco tiempo después salieron los tres para dejarla descansar.

    Después de las presentaciones correspondientes entre Ana y Jean Piere, la primera supo que Keun había llegado para una sesión fotográfica y que el segundo era un conocido de él con el que pensaba trabajar por esos lares ya que su fama se había acrecentado tanto que necesitaba nuevos contactos en Europa.

    Por su parte, Ana le contó a grandes rasgos al francés sobre la situación entre su amiga y el actor y éste al fin pudo comprender la actitud tan egocéntrica y despectiva que tenía con algunas personas.

    -¿Pero es que no es así siempre?- preguntó ella un poco incrédula

    -No, cuando estamos con personas del medio, es muy divertido y colaborador con todos pero si encuentra a alguna chica que parece inocente o algo incrédula, simplemente la trata mal o juega con ella.

    -No es posible que sea la misma persona. El Keun Suk del que me ha hablado mi amiga es todo lo contrario, debe haber cambiado por lo que pasó en el pasado.

    -Sí, debe ser así. ¿Pero ahora, que pasará con tu amiga?

    -Nada, nos iremos mañana. Tenemos muchos compromisos y no podemos quedarnos más tiempo aquí.

    -Es una lástima. Me hubiera gustado mucho mostrarles un poco más de mi país, para que no se fueran con una terrible imagen de nuestra ciudad.

    -Oh, no te preocupes. Con lo que hiciste por nosotras anoche, pudimos darnos cuenta que este es un hermoso país lleno de hermosas personas como tú- le sonrió gratamente y le ofreció su mano en señal de agradecimiento.

    -Ahora tengo que irme. Espero que tu amiga se recupere pronto.

    -Sí, yo igual.

    -Adios.

    -¡Espera!- Ana tomó del brazo al chico pensando un poco en lo que diría.

    -¿Sucede algo?- Jean Piere volteó sorprendido ante la actitud de Ana.

    -Sí, por favor. No le digas nada de esto a Keun Suk.

    -¿Por qué? Creí que querías que tu amiga se reencontrara con él.

    -Y así es, pero… él ha cambiado mucho. Cris sigue siendo un chica inocente y él…

    -¿Él qué? ¿Crees que tratará de vengarse de ella si la ve otra vez?

    -Sí, eso creo, pero también tengo miedo que para él, ella ya no signifique nada y termine humillándola.

    -Pero tal vez no sea así. Tal vez si le dice toda la verdad, él entenderá y volverán a estar juntos.

    -No lo sé. ¿Y si nos equivocamos y es peor para ella? Cristy ha sufrido mucho todos estos años, no soportaría tener que enfrentarse de nuevo a Keun Suk y darse cuenta que él ya no siente nada por ella.

    -Hagamos algo- dijo después de razonar un poco.

    -¿Qué?

    -¿Por qué no vamos a buscarlo?

    -¡¿Qué?! ¿Buscarlo dices?... ¿Tú y yo?... No nononono, te volviste loco- retrocedió un poco mordiéndose el labio inferior.

    -¿Por qué? Creo que es una buena idea.

    -No, no es buena idea. Es la peor idea que he escuchado hasta el momento.

    -No, mira. Vamos, le cuentas todo lo que sabes y si no te cree no pasa nada, no le dices a tu amiga y ella nunca se enterará que lo viste.

    -Parece sencillo pero… no sé… tengo mis dudas.

    -Vamos, hay que intentarlo.

    Después de pensarlo un poco mientras le hacía un agujero al suelo de tanto dar vueltas, Ana decidió ir con él al hotel donde se hospedaba KeunSuk.
     
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    Gedith

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    -Aaaahhhhh- salía KeunSuk despreocupadamente y estirándose de la habitación.

    Miró a su alrededor, vio que todo era un caos pero no le importó. Fue directo al refrigerador y sacó una botella de agua bien helada. Se sentó en el sofá y poco tiempo después vio que llegaba Jean Piere con una chica que lo miraba fijamente de una forma muy extraña.

    -¿Sucede algo?- preguntó Keun en inglés mirando de pies a cabeza a la desconocida. -¿Acaso? ¿Me conoces?

    -No- dijo Ana moviendo la cabeza y siguiéndolo con la mirada.

    Era la primera vez que lo veía en persona, era muy alto y mucho más guapo de lo que imaginaba. Incluso en el recuerdo de Cristy no lo era tanto como ahora.

    -¿Quién es tu amiga?- dijo otra vez, sentándose en el sofá nuevamente mientras cruzaba las piernas- No está mal. Para ti, claro.

    Sonrió de forma muy seductora, haciendo un guiño, se comportaba de una manera muy sensual, queriendo atraer aún más la mirada de la chica.

    -Es una amiga. Acabamos de conocernos.

    -¿Ah sí? ¿Y donde?

    -Nos conocimos anoche, en el club ¿Te acuerdas?

    -Anoche conocimos muchas chicas, pero a ella no la recuerdo.

    -Es una de las chicas involucradas en la pelea.

    -¡Ahhhh! las vándalas de la fiesta ¿no?

    -¿Qué? ¿Vándalas dices? No creo que el defender nuestra dignidad equivalga a ese calificativo de tu parte.

    -¿Hablas español?- se sorprendió cuando Ana terminó de hablar.

    -Sí, soy latina. No sabía que su "majestad" supiera hablar español.

    -Jajajaja, eres muy graciosa. Entonces sí sabes quien soy ¿Verdad?

    -Lamentablemente ahora sí sé quien eres. Y me doy cuenta que fue un grave error haber venido hasta aquí.

    Se volteó hacia Jean Piere para despedirse.

    -Tengo que irme. Tenías razón, fue buena idea que viniera yo en lugar de…

    -¿En lugar de quién?- preguntó Keun intrigado.

    -De nadie- se apresuró a decir Ana mientras volteaba a mirarlo- Quería presentarle a alguien, pero creo que fue mejor que no viniera conmigo. Es una fan y creo que si le hubiera visto, se habría decepcionado muchísimo.

    -Adiós y gracias por todo.

    -Sí, ok, no te preocupes.

    Ana salió muy decepcionada del lugar pero tranquila de haber evitado una situación demasiado dolorosa para su amiga.

    Jean Piere cerró la puerta detrás de Ana, buscó un lugar donde sentarse y respiró profundamente antes de hablar.

    -¿Por qué me miras así?

    -Por nada. Es solo que… te miro y trato de imaginar cómo fuiste antes de que te volvieras así.

    -¿Así? ¿Así como?- bebía y bebía grandes sorbos de agua.

    -Frívolo, sin emociones. Mirando a las personas por encima del hombro. No puedo imaginar que en otro tiempo fuiste amable y que alguna vez te enamoraste.

    -¿Qué dices? Nunca me he enamorado. No ha nacido aún la mujer que haga estremecer mi corazón- dijo con una sonrisa de medio lado.

    -¿Es así?...- se inclinó hacia delante cruzando los dedos por encima de sus piernas.

    - ¿Qué sucede? Estás muy extraño. ¿Hay algo que deba saber?

    -No lo sé. La verdad no sé si debas saberlo. A estas alturas creo que es mejor dejar las cosas como están.

    Keun se quedó pensando un poco, su amigo lo había inquietado con sus palabras, pero no lograba entender qué quería decir.
     
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    Después de una hora meditando a solas, Cristy había salido de la habitación. No encontró a su amiga por ningún lado y no podía llamarla por teléfono porque había dejado su móvil. Decidió darse un baño y alistar sus cosas para partir.

    -Ya despertaste- dijo Ana cuando entró y vio que Cris terminaba de arreglarse.

    -Sí. ¿Dónde estabas?

    -Salí a caminar un poco, con un amigo.

    -¿Un francés?

    -Mmm, sí ¿Cómo lo sabes?

    -En algún momento tenías que haber conocido a uno. ¿Era guapo?

    -Sí... Cris ¿Te sientes bien?

    Su forma de hablar era muy serena, actuaba como si nada hubiera sucedido, como si le hubieran reseteado el cerebro.

    -Sí, ¿por qué?

    -Es que anoche… tú…

    -Anoche estuvo mal que me comportara así. Lo siento. No volverá a pasar.

    Ana la jaló del brazo porque Cristy no dejaba de arreglar una y otra vez sus maletas mientras evitaba mirarla a los ojos.

    -Cristy ¿qué te sucede? ¿Por qué actúas así?

    Ella jaló de su brazo y siguió haciendo lo mismo.

    -No me pasa nada. Tenemos que irnos y ya se nos hace tarde. Deberías arreglar tú también tus cosas.

    -Está bien. Si no quieres hablar ahora, lo haremos después.

    Salió hacia la habitación contigua para alistarse ella también.

    ---

    - ¿En serio no hablarás?- preguntó Keun.

    -¿Qué quieres saber?

    -Quiero saber por qué me hablaste antes así. ¿Hice algo mal?

    -Mmm…- dudó un poco- No…Creo que estuviste bien. Eres sincero en tu forma de comportarte con los demás y creo que mi amiga fue capaz de ver en lo que te haz convertido ahora.

    -¿A sí? ¿Y eso es bueno?

    -Claro, así evitará el sufrimiento de alguien más.

    -¡Ya por Dios! ¡Déjate de juegos y de palabras sin sentido que no estoy entendiendo nada!

    Keun ya se había cansado de la situación, últimamente no tenía mucha paciencia y la actitud de su amigo no ayudaba en nada.

    -Está bien. Yo no quería decir nada porque creí que sería mejor dejar las cosas como hasta ahora pero si tanto insistes, te contaré ¿OK?

    -Sí… OK- se acomodó en el sofá cruzando piernas y brazos.

    -Anoche, en el club, conocí una chica…

    -La que trajiste.

    -Bueno, sí. En realidad fueron dos. Ana, que es la que acabas de conocer y…- trataba de buscar un nombre que lo ayudara con su historia.

    -¿Quién? ¿Quién era la otra chica?

    - Bueno es que, no sé su nombre.

    -¿No sabes? Bueno no importa, sigue.

    -Bueno la Srta. X. Bueno tú ya sabes lo que pasó anoche ¿no?

    -Sí sí. Las busca pleitos del club, sigue.

    -Es que ése es el problema. No es que buscaran problemas porque sí, estaban defendiéndose de esos tipos que querían sobrepasarse con ellas.

    -¿Eso te dijeron? ¡Omo! que fácil eres, no me digas que te creíste ese cuento. ¿No sabes que esas son las tácticas de las mujeres para llamar la atención de hombres como nosotros?

    -¿Eso crees?

    -No lo creo, lo sé.

    -Sí, me doy cuenta. Entonces creo que esta conversación no cambiará nada, así que mejor, lo dejamos ahí.

    Se disponía a levantarse e irse pero Keun lo detuvo por el brazo.

    -No, espera. No te puedes ir así. Tienes que decirme lo que está pasando.

    -No tiene caso Keun. Ya te lo dije, no cambiará nada si te digo lo que sé. Estás tan envenenado que todo lo que diga creerás es una mentira o peor aún que estoy tratando de engañarte.

    -Pero ¿Por qué creería eso?

    -Mira, hay cosas que mejor hay que dejarlas en el pasado para que duelan menos- lo cogió del hombro apretándolo un poco.

    Luego salió de la habitación para evitar más preguntas.

    -¡Aish! ¿Pero a éste, que le pasa?... Bueno, después lo averiguaré.
     
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    613
    -Por fin llegamos… fue un viaje demasiado pesado ¿No crees?- dijo Ana tratando de relajar un poco el ambiente.

    Cristy había tirado las maletas apenas llegó. Se fue directo a su habitación dejando a Ana sola en la entrada. Estaba muy rara, no había dicho ni una sola palabra durante el vuelo; es más, se la había pasado durmiendo todo el viaje.

    -Cris, vamos a comer algo ¿quieres? Muero de hambre.

    -No, gracias. Ve tú, yo sólo quiero descansar.

    -Pero tienes que comer algo- se acercó a ella después de cerrar la puerta- Haz dormido durante todo el viaje. Te enfermarás.

    -Que más da.

    Las palabras de la chica denotaban a leguas que estaba profundamente deprimida y Ana no entendía porqué. Abrió la puerta del dormitorio de Cristy, pero no la halló, se había refugiado en el baño. Por el momento decidió dejarla sola, ya habría tiempo para hablar con ella después.

    Lo siguiente que hizo Ana fue contactar a Sebastián, era urgente que él estuviera al tanto de la situación. Aunque Ana se moría por él, sabía que sólo Sebastían podía sacarla de su depresión; lo había hecho antes y esta vez no sería la excepción.

    -¿Eso fue todo?- dijo Sebastián confundido mientras jugaba con su cubierto- Si ellos no hablaron y tú no le haz dicho nada tampoco, entonces no entiendo porqué se comporta así. Tal vez los escuchó cuando creían que dormía.

    -¿Es lo que crees?... No, estoy segura que estaba dormida. El doctor le puso un calmante muy fuerte porque estaba descontrolada y nosotros no nos quedamos mucho tiempo en el hotel como para que le haya dado tiempo de reaccionar.

    -Entonces, es algo más. Pero conociéndola como la conozco, no hablará hasta que pase un poco el tiempo y ya no le duela tanto el tema.

    -Sí, no hablará. Pero hay algo más que me preocupa.

    -¿Qué es?

    -Bueno son dos cosas, pero la más importante es…que…

    -Vamos, dilo de una vez que me estás poniendo nervioso.

    -Desde que salimos de Francia, solo ha dormido. Tengo miedo que vuelva intentar… bueno… tú sabes.

    -Quieres decir… ¿atentar contra su vida?

    -Sí. Yo la veo muy mal. Ella ya no es la de antes, estas cosas la debilitan un montón.

    -Tienes razón, tenemos que estar más pendientes de ella. Pero… ¿qué es lo segundo que te preocupa?

    - Es que no sé si debería preocuparme, pero… ¿que tal si… por alguna razón… Keun Suk regresa?

    -¿Queeé? No, no eso no puede ser, él no puede volver. ¿Por qué volvería? Él es muy famoso allá en su país. No tendría razón para regresar… a menos que…

    -¿A menos qué…?

    -Que el francés le contara todo.

    -Es una posibilidad, pero… ¿Qué podemos hacer? Si vuelve significa que aún le importa, pero sino…

    Era un problema no saber qué hacer en esta situación. Ana quería el bienestar de Cristy, pero no estaba segura si debería contactar nuevamente con Keun Suk. Si él volvía y se reconciliaba con Cristy, podía luchar por Sebastián, pero si volvía y le hacía daño a su amiga, ésta se refugiaría definitivamente en él y entonces ya no tendría ninguna esperanza.

    Sebastián por el contrario, rogaba que Keun Suk no volviera más, él quería quedarse con Cris y para lograrlo haría cualquier cosa; incluso, sacarla del país. >- ¿Qué sucede? Estás muy extraño. ¿Hay algo que deba saber?


    -No lo sé. La verdad no sé si debas saberlo. A estas alturas creo que es mejor dejar las cosas como están.

    Keun se quedó pensando un poco, su amigo lo había inquietado con sus palabras, pero no lograba entender qué quería decir.
     
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