El Pianista (sesshXkago)

Re: El Pianista (sesshXkago)

holas!! esto es un record... suelo tardar tanto?... bueno como sea je... aca les traje la conti!! y veop que me comentaron algunos tardios asi que aqui mas agradecimientos... para los que no esten interezados... salteense la parte roja y carnivoros como son, deborence mi cap entero jejeje xD

bueno muchas gracias y grxs or comentar! claro, despues dejame el titulo de tu fic ypaso con mucho gusto :D

bueno... muchas gracias por leer

ja che...entra mas seguido -.- na mentira... grxs por pasarte

ja me alegro que te guste tanto :D

jano tendes? aca explico bastante jha... aunque falta mucho :D

desaparecida! me alegra que te entristeciera, te lo merecias... :P a re jajaja :D grxs por pasarte

ja no t preocupes, no pienses que lo dij de manera agresiva eh?... lo decia de la mejor manera, explicando je... mira, por el trabajo que te tomaste... te dedico al cap!

me alegra que lo sigas y que te guste!!! muchas gracias!!!


ahi les va:


Tenerla entre sus brazos era lo mas especial y fuerte que jamás había sentido, era lo mas extraño pero a la ves común que jamás viviría, con seguridad eso se repitió todas esas mañanas al despertar con ella enredada entre sus brazos. Solía acariciar con sus ojos cerrados los sedosos cabellos de la niña, mientras esta inconsciente se la pasaba susurrando su nombre entre sueños con una dulce sonrisa entre sus labios.

Bancotsu le había contado en pocas palabras pero muchas miradas y demostraciones públicas su nueva y firme relación con la bella kikyo, la delicada pero fuerte doncella de firme porte. Siempre le había caído bien kikyo, sobre todo cuando hacia años atrás había rechazado de tan fúnebre manera a su amigo Ban, pero en si, luego de un tiempo también había aprendido a confiar en ella y siendo amiga de ambos, sabia esta mas que ningún otro.

Sentado lo mas cómodo posible, su espalda aun le molestaba un poco. Paso su mano por detrás de su torso, y presionando sonó varios huesos. Miro luego hacia abajo, unos dibujos geométricos entre negro y blanco se le presentaron y ante tal belleza el no pudo mas que tocar con delicadeza, sentir, ver y escuchar a esas teclas hablarle al oído con una temblorosa melodía, que poco a poco parecía elevarse y formar en una espesa nube imágenes espejísticas de la mente del alto hombre.

Con sus orbes una vez más cerradas, mientras tocaba la hermosa melodía estiró otra vez más la espalda y sintió en su regazo un leve tiron. Un dulce ronroneo se extendió por la habitación, pero siquiera presto atención al detalle. Más y más recuerdos le inundaban la mente. Sin estar seguro de que recordar todo eso importase, ceso de taquetlear las teclas de golpe y se levanto tirando al gato molesto al piso.

-¿que quieres? –pregunto con pesadez mientras caminaba hacia la puerta.

-lamento molestarte, pero quería hablarte de… -dijo una femenina y aguda voz mientras veía como el hombre que le sacaba mas de dos cabezas, algo rudamente azotaba la puerta detrás de ella y se recargaba sobre la misma

-habla –dijo el con molestia “odio que sean tan… estupidas… ¿tanto les cuesta siquiera hablar lo que ya vienen a decir? Siquiera saben cerrar la puerta”

La chica delante de sesshomaru no sabia que decir, temerosa ante tal presencia. Sabia que solía ser algo rustico y misterioso, a veces daba miedo verlo caminar, con su altanera mirada ubicada siempre al frente y su semblante en alto, como si realmente no le temiese a nada. Sin embargo, ese hombre tan hermoso que atraía mas de una mirada, había ablandado también mas de un corazón, cuando de la nada apareció a la par de una chica de primero. Todas paseaban en algún momento el mismo rumor, y alimentaban aun mas al extraño dicho de que la pareja de ese misterioso y sensual rey fuera justamente la chica que públicamente había rechazado al adonis mas cotizado… el mejor amigo del chico en cuestión.

No pudo evitar recordar ante ese pensamiento una situación similar. Sonrió para sus adentros, viéndose estudiar una situación que comenzó igual, pero acabo ciertamente diferente. Miro a la chica sin embargo, con una mascara bañada en desprecio, esa debilidad, esa… impaciencia… Dios, cuando se dignaría a hablar! La veía titubear mas de una ves, movía sus labios y decía solamente cosas incoherentes. Era simple, sus cabellos algo largos y lacios, casi sin brillo. Su voz sin potencia, sus labios finos y algo secos. Eso observaba mientras ella lo miraba ahora de soslayo. Sabia lo que esa niña quería, deseaba lo que todas las demás quería de él… pero no era estupido, sabia que el era bueno, uno de los mejores. Y potencialmente uno mejor que Bancotsu, con seguridad. Su futuro brillaba en fama y fortuna por sus habilidades y se reconocía bello… no era que su ego cambiara su forma de ser, que él lo supiera no quería decir que se jactara de eso, aunque Kagome lo había cambiado, jamás había sucedido de esa forma, sino que simplemente lo sabia, lo reconocía, y con esa herramienta siempre lograba estudiar a las demás colegialas que venían como perros falderos detrás de él.

Una ves su amigo y confidente le pregunto el porqué de su continuo rechazo a todas, al menos antes solía sucumbir al coqueteo de una que otra de quinto o hasta de sexto, mujeres maduras y deseables que estaban con el tal ves una noche y a la siguiente ninguno parecía recordar… pero el solo sabia la respuesta con certeza, todas o mejor dicho ninguna cumplía con sus expectativas…. A las que antes se había entregado ahora eran insuficientes, y las demás peores eran para él… sin importar nada, sus objetivos en una mujer habían cambiado drásticamente y ahora lo único que deseaba es que aquella mujer tuviera la vos, el cuerpo, el rostro, la mirada y la inteligencia… de Kagome.

Miro hacia el techo cuando escucho de repente y una ves mas el maullido insistente del gato. Bajo su vista, y la chica allí estaba, arrodillada acariciándolo. Sin embargo, aunque el gato se dejo acariciar unos segundos, miró a sesshomaru y se alejo de la chica.

-si no tienes nada mas importante que hacer mas que molestar a mi gato, largate.

La chica lo miro con una vista húmeda. Sesshomaru camino una ves mas hacia el piano y sintió los pasos de ella detrás de el. Era demasiado ruidosa…

-pero si ya te dije… no estabas escuchando, ¿cierto? –dijo con algo de reproche.

Miro las partituras y repitió las palabras de la chica, tan poca atención le había prestado… siquiera había notado que ella le había vuelto a dirigir mas de dos palabras seguidas. Miro hacia la ventana, estaba por caer el sol.

-no, no me interesa de todos modos.

-pero… es que… -su voz se entrecorto y algunas lagrimas escaparon-no te cuesta nada! Es solo una firma!

Sesshomaru miro algo extrañado a la chica, quien estaba un poco mas alta que él, estando el sentado. Kagome era mas alta de todos modos… rayos debía dejar de pensar un poco en ella, su corazón parecía acelerarse cada ves que ella aparecía al menos en sus pensamientos… aunque no demostró incomodidad, no comprendió para nada las palabras de la chica. Se puso de pie nuevamente al ver que ella lloraba en silencio, esta dio unos pasos hacia atrás.

-¿que firma? –pregunto lo mas neutral que un humano pudiese lograr

-amm… -dijo ella tragando algo de saliva – el director mando a buscarte para que firmes esto… toma –dijo con tono de desdén mientras miraba al gato en el piso, tratando de no volver a cruzarse con la temible mirada de sesshomaru. este rezongo para sus adentros, se había confiado demasiado y no había notado que las intenciones de la chica eran otras.

-no vuelvas nunca a interrumpir nunca mas mientras yo estoy practicando con el piano –dijo directamente mirando a la chica entregándole bruscamente una hoja que rápidamente firmo –y dile a tus amiguitas lo mismo. –se volteo y camino hacia la ventana

-pero… -dijo ella acercándose rápidamente a la puerta –sesshomaru? lamento… molestarte una ves mas –dijo limpiándose la nariz con su manga y respirando algo difícilmente –pero es que… -él la miro de perfil y ella quedo estática –tengo que traerte un paquete –dijo rápido con un hilito de voz asustada cada ves mas.

Espero una respuesta al ver que sesshomaru suspiraba en silencio.

-entrégaselo a Bancotsu y no molestes –gruño a los minutos del tenso ronroneo del gato debajo de sus piernas.

La chica suspiro algo forzosamente y salio dejando la puerta abierta olvidada. El se quedo mirando como caía en sol hasta que con calma cerro de un portazo la habitación. Ya no podía tocar el piano, no con esta intranquilidad rodeándolo. Había alcanzado a ver la sonrisa lanzada por la chica a través del vidrio de la ventana, al parecer Bancotsu seguía pareciéndole a las chicas mas amable que el… que extraño, se notaba que no conocían el lado celoso de la nueva novia.

Se sentó en una silla alejada y reposo su cabeza en su mano. Estaba aburrido, mirando con detalle una y mil veces más el piano negro que tenia delante. ¿Qué hacer? Estos últimos días los había pasado de largo como si fueran instantes… tantas escenas se le venia a la mente, las largas y nocturnas caminatas por el bosque, los cómodos silencios cuando estaban solos en la misma habitación, los gritos de éxtasis que ella solía regalarle, los aullidos de placer que ella le hacia dar… tantas cosas que en poco tiempo había vivido. Y aun así, el no lograba sentirse contento, si realizado, pero no contento con las cosas que habían pasado. Porque al fin de cuentas, se dijo a si mismo observando un mechón de pelo que caía sobre su hombro y creando vagamente las escenas en que ella se la pasaba admirándole esa cualidad, al fin de cuentas… él había terminado alejándola.

Apoyo sus manos en su regazo, estaba aun mas sucumbido ante este pensamiento. Millones de veces había concordado con sus acciones, los secretos, las pequeñas mentiras… todas para protegerla, y valía la pena. Pero… ¿no era el precio demasiado caro a pagar?

Su relación nunca había sido muy cariñosa en cuanto a palabras, mas bien ellos por raro que pareciese solían comunicarse con sus miradas, con sus besos, son sus abrazos. Y aunque ella pareciese mas normal inclusive que las demás, era la mas extraordinaria de todas. Y el sexo… sin parecido alguno. Nunca le había confesado quien era en realidad, nunca le dijo que él tocaba el piano y nunca dejo que nadie se lo dijera. Al principio por temor a que lo quisiera superficialmente por lo que representaba, y luego por temor a que ella perdiera confianza al darse cuenta que desde un principio le había sostenido una gran mentira. La idea de eso era inclusive tonta e infantil, pero el lo había decidido así y nunca dio marcha atrás. Luego, llegaron las noticias de su tio y profesor de piano, aquel que Kagome alguna ves se había cruzado, las noticias de que por alguna razón el cuerpo de Naraku había desaparecido. Eso tampoco se lo había contado, ni Bancotsu a Kikyo, bajo el lema de que ellas los habían protegido en una ocasión y ahora ellos debían protegerlas de ese nuevo temor.

Luego fueron los extraños mensajes y peligros sin explicación en la institución, esas amenazas constantes a las chicas, que habían escondido también. Eso fue lo que claramente había logrado separar aun mas a la pareja, de alguna manera esa comunicación silenciosa entre ambos había terminado costándole a sesshomaru que Kagome notara un secreto, una mentira en sus ojos, y había causado su enojo y desilusión.

Pero ¿Qué podía el hacer en este caso? No soportaba la idea de que nada le sucediera, y ante la fantasiosa pero tal ves no tan irreal sombra de que Naraku aun siguiera vivo… era una constante alucinación que lograba machacar los sueños de sesshomaru por la noche y lograba vivir días y días de pesadilla. Esta era una tarde calurosa, mas una noche algo fría. Así describía el día mientras caminaba pausadamente y entraba al cuarto. Las blancas y acústicas paredes que delicadamente adornaban el salón le dio tremenda tranquilidad, aquí habían ellos hablados por primera ves. Camino al cómodo sillón en donde el se había acomodado y acaricio el terciopelo negro.

-la primer mentira… -se dijo a si mismo en un susurro, recordando la conversación.

Estruendosa, la interrupción acelero y saco el aire al chico, quien desorbitadamente encontró a la puerta a una negra y alta figura.

-sesshomaru! –grito histéricamente mientras corría hacia el. Como el trecho no era largo, cayo torpemente sobre el y ambos en el suelo, los dos comenzaron a tambalearse tratando de separarse y ponerse de pie.

-Bancotsu! –grito viendo la escena recién lograda de su novio sobre el albino, ambos en el suelo moviéndose extrañamente. A Bancotsu le salieron varias gotitas al estilo anime cuando vio a kikyo parada mirándolos con la frente arrugada…

-¿no es lo que piensas? –dijo indeciso viendo como ella se acercaba bramando

-lo se… venia detrás de ti –dijo aun con algo de cautela, dándole una mano a cada uno para ayudarlos a ponerse de pié

-ten más cuidado –dijo seriamente sesshomaru

-lo lamento, toma Sessh, esto me lo trajo una chica hace rato –dijo Ban con algo de velocidad en su vos. Sessh al notar que ahora la pareja se mostraba expectante, no evito interesarse y mirar una blanca y pequeña cajita de unos 10 X 25 centímetros. Era bastante ancha y cuando la tomo de entre las manos de kikyo, sintió que a su ves era pesada.

-¿que es? –pregunto con una ceja arqueada

-…no lo se –reconoció kikyo –pero cuando nos la dieron, traía una extraña carta a su lado. Ohh… -exhaló al ver un ruido detrás de ella, se trataba del gato –demonios, soy alérgica… a eso.

-kikyo –reto Ban – es un gato espectacular…

-¿Qué decía la carta? –pregunto ya cansándose de no llegar al punto y tratando se encontrar la vuelta para abrir la caja sesshomaru

-eso es lo que nos izo venir y traerte eso antes que nada…

-en un principio la chica me sonó extraña –interrumpió kikyo

-si, yo tampoco la había visto por aquí. Una morena así… -se detuvo un segundo al ver los celos y la venita inflarse en su novia –en fin, cuando la recibimos decidimos ver el mensaje para saber si era muy… ya sabes, urgente… y bueno…

-¿Qué decía? –interrumpió ya impaciente mirando con algo de rabia a su amigo. Kikyo suspiro.

-sesshomaru… tenemos la intuición que se trataba de Naraku –dijo ella. Sesshomaru abrió sus ojos un poco mas y miro con reproche y desentendimiento a Ban. Este lo miro con inocencia fingida.

-de nada vale mentirle –se defendió –después de todo… después de esto…

-supongo que era algo grave –dijo interrumpiéndolo una ves mas – ¡ya que ninguno se digna a finalmente decirme que demonios decía la estupida carta!

Los dos quedaron en silencio, sintiendo unos nudos en sus gargantas y una acidez repentina en sus estómagos. Kikyo se retiro un poco para atrás y cuando choco con el musculoso cuerpo de Ban, este la abrazo por la cintura.

-Los Lazos Jamás Deben Quedar Sueltos, Porque La Tela Se Puede Destilar. Eso decía… -dijo el amigo con seriedad.

Sesshomaru tardo unos instantes en procesar la información.

-¿eso es todo? –dijo al final.

-si –dijo con algo de curiosidad kikyo

-entonces… -al ver que nadie decía nada prosiguió –¿porqué les parece que esto es de.. Él? –pregunto con burla, cansado de tantas vueltas.

Los dos lo miraron con atención y el suspiro y afino su mirada.

-como quieran… -dijo y miro la caja una vez más. El sello ya lo había destrozado en el largo transcurso de la charla y ahora solo restaba levantar la tapa. Como sostenía la caja con ambas manos, Kikyo se aproximo y tomo la tapa. Con lentitud, dándole tiempo a Ban de acercarse, los tres centraron su vista en el centro y su contenido. Cuando ella termino de retirar la tapa… los tres simplemente no podían creerlo.

Un grito, un golpe y bramidos, luego otro grito y llanto despavorido, un chico helado en su lugar, una mujer doblada de asco, un chico tirado en el suelo de la impresión y una caja con una cabeza cortada de una mujer de unos cuarenta años rodando por el suelo.

Los tres quedaron sin poder creerlo, Bancotsu se asusto y se asqueo, Kikyo no paraba de llorar, cuando vio la expresión fría y horrorosa como de dolor de la mujer de negros cabellos que les recordó tanto a su madre, y él… él cuando la vio la reconoció al instante, tan parecida. Tan igual… a ella. No pudo más que sentir que la sangre se le iba de la cabeza y que sus pulmones se comprimían… ahora estaba en el suelo, contrayéndose de un ataque, la impresión lo estaba matando. La idea surrealista de todo esto lo estaba matando…

Pasaron unos buenos ratos hasta que Ban vio al gato acercarse asechante a la caja, seguramente atraído por la curiosidad y el aroma a carne. Que asquerosidad, una atrocidad.

-¡quien es capas de hacer algo así! ¡Quien es tan endemoniadamente malvado y sangriento para cometer acto tan atroz…! ¡Es una cabeza… Dios Santo! –recitó con gran drama Kikyo, mirando compungida al gato lamiendo la sangre chorreada en el piso.

Sesshomaru escucho el grito y como reaccionando de sus compulsiones, tomo el inhalador y recuperándose un poco de la impresión y mirando a un lado, se sentó en el piso. El gato maulló y al ver lo que hacia, suspiro asqueado. Vio como Bancotsu de pronto se abalanzaba y espantaba al pequeño de cabellos negros, que se acerco a sesshomaru y ronroneo acariciándolo. Este lo miro con algo de asco, pero acaricio dulcemente su cabeza, como concentrándose mas de la cuenta en el gato en cuestión.

-sesshomaru –llamo con decisión mirándolo desde las alturas.

Sessh comprendió y se puso de pie.

-¿estas bien? –pregunto aun cerca de la cabeza, mientras caminaba hacia kikyo, ahora recargada sobre una pared abrazándose a si misma y sin cesar el llanto mirando directamente a la cabeza descuartizada. La abrazo de frente, tapándole los ojos a ella con su propio hombro. Esta tardo pero lo abrazo fuertemente, como aferrándose a el para tratar de salir de esa otra realidad, evitando que ese miedo, esa impresión se apoderara de ella nuevamente como recién. Su llanto ceso casi a la par que sesshomaru le accedía a Bancotsu y lentamente inspeccionaba la cabeza.

-buyo –llamo en voz baja –quédate quieto.

El gato maulló como en señal de obediencia y sesshomaru se acerco a la atrocidad que rodando estaba visiblemente lejos del blanco cartón. Su rostro tenia los ojos abiertos y sangre debajo de los parpados, sus labios entreabiertos y la frente arrugada.

-¿ahora que haremos? –pregunto Ban luego de unos minutos mirando el cabello de su chica que aun no lo soltaba ni el quería soltar. –sesshomaru… -llamo

-debemos decirle a Kagome –dijo con vos segura, como si esa respuesta la hubiera pensado ya bastante antes de contestar. Ante las ganas de contradecir de su amigo, este repuso fuertemente –es su madre! Tiene derecho a saberlo…

-el… yo lo mate… ¿como es posible? –pregunto kikyo despegando un poco su cabeza y mirando con ansias a su fuerte Ban

-eso no lo sabemos –contesto sesshomaru –pero lo que es seguro es que con esto… debemos alejar lo antes posible a Kagome del instituto… su casa no es segura pero por estos días con la gente rodeándola tendremos mas tiempo para buscar la manera de protegerla. Estando aquí, será más difícil controlarla.

Ambos miraron son sorpresa a sesshomaru.

-pero… ¿mandarla a casa dices? Sesshomaru… -dijo cada ves mas sorprendido Bancotsu

-Sessh… -dijo triste kikyo al notar el frío semblante de su amigo, la tristeza pero más la culpa, eso se notaba en la vista del joven pianista –¿estas seguro? Si la alejas de aquí, la alejaras del instituto, de la música… de todo –dijo haciendo énfasis en la ultima parte, con esperanzas vanas de que sesshomaru abandonara su idea, pero a la ves apoyando la decisión, ella y los tres sabían que era la mas sabia. Sesshomaru accedió con la cabeza.

Su amigo supo lo difícil que era para él esta decisión, le palmeo la espalda en señal de que él estaba allí para el. Sesshomaru no respondió pero los miro un segundo, dando a entender el agradecimiento. Cuando salieron, ya habían limpiado todo y decidido los siguientes pasos. En la caja cargaban con asco y delicadeza la cabeza de la madre de la chica, y habían decidido al menos enterrar esa parte del cuerpo, velando por poder darle una pequeña parte del respeto que alguien muerto se merecía. Sesshomaru por otra parte, fue directamente al cuarto de ella.

Noto la sorpresa en el rostro de su hermana cuando lo vio allí, pero haciendo caso omiso y escuchando las sirenas de un coche policía en la entrada del colegio, solo se apresuro por encontrar a Kagome dormida. Cuando la vio tan angelical y hermosa, dio una seña y su hermana sin reprochar decidió salir.

“sabia que eran ellos dos, el uno para el otro” pensó mientras abandonaba el recinto.

Mientras tanto, sesshomaru despertó en silencio a Kagome. Esta al verlo sintió algo de miedo, las ropas de el estaban algo manchadas con sangre y fácilmente noto la tristeza y el temor en su mirada. Pero ante todo estaba la decisión. Sesshomaru titubeo como jamás había hecho y se sentó a su lado.

-Sessh… ¿Qué…?

-debemos hablar, hay algo que eh querido decirte –dijo volviendo a tomar decisiones, ya había cambiado de parecer, y el tiempo era poco o nulo para que tocaran la puerta de la habitación y no quedaran segundos – me temo que… últimamente lo nuestro… no estoy seguro de lo que sientes Kagome… ni de lo que siento – sintió en su cuello un nudo que le costo desatar para seguir hablando tantas mentiras… pero al instante que la vio despertar y mirarlo con esos ojos repletos de amor, supo que no habría otra manera de protegerla que esa que él tanto ya había estudiado… alejándola para que no fuera más un cabo a atar – y creo que yo… no lo se… eh perdido el interés hacia ti. No lo lamento Kagome… es mejor así. Sin culpas… solo sigue tu vida –su porte serio y callado sello la conversación cuando se puso de pie. Se volteo velozmente y le dio la espalda, esperando el llanto o los gritos. Solo escucho el silencio. Luego de que las sirenas se sintieran más cerca, decidió no agregar nada mas y aprovechar esto. Camino hacia la puerta cuando…

-sesshomaru –llamo lentamente Kagome, este se detuvo y sintió sus manos y rodillas temblarles –yo te amo –dijo con decisión pero sin reproche alguno, como si confesara algo prácticamente obvio. Este sintió su corazón darle un dobles… como no tirársele encima y hacerla suya una ves mas? Pero al ritmo que iban las cosas… no tendría tiempo y no valía la pena.

-pues yo no –dijo y salio casi corriendo. Ella quedo en shock cuando sintió la puerta tocar y bario sin caer aun en la cuenta de lo que había sucedido, cuando dos hombres vestidos de azul oscuro y sus sombreros negros en sus manos acompañaban al director de la institución.

-¿si? ¿En que puedo ayudarlos? –pregunto casi al borde de las lagrimas, confundida.





largo? espero les haya gustado... acepto comentarios!! besooosuerteeee


la pomy :D

 

Re: El Pianista (sesshXkago)

holas mis amores!!! como estan? bueno estecapitulo lo escribi especialmente distints a otros, espero les guste. bueno, aca van a saber qué pasa con kagome luego de ese evento horroroso, lo ice para que sus corazones se calmaran y no me cierren la conver:P. la accion llegara pronto... lo prometo *perverso*

ahora los agradecimientos...

Victoria_7: este cap es un desalient para sus corazones xD jaja no taba muy inspirada, peroprometo que en prox. te vas a morir de la impresion muajuajuaaa

ladymary: por supuesto, las chicas pueden ir tomando notas de los mensajes subliminales de mi fic :cool: me alegra que te guste y de nada por los agradecimientos xD mi teoria es que si usteds se toman el trabajo de comentar, yo debo devolverselos y responderles.

alania: amiguita!! sos una borracha! cofcof... jeje como que soy mavada?? y vos? bue... ahora te voy motrando nuevos eventos, algunos tranquis...

icoshimi: ja es cierto, hace rato nop te veía. me alegra que volvieras:o me alegra que te este gustando, grxs por el animo!

SARITZ: ja ahora vas a ver qé esde la vida de nuestra kag... jejeje :cool: para saber mas de sessh... habra que esperar xD

kokoroyami: ja cierto... aunque aun no se sabe si es él, ojo mujuajuaaa... espero e guste este super relax capi. *verguenza*

shinfua: jajaja me alegra que te haya orrorizado la historia muajuajuaaa... *perverso* mi mision fue cumplida... espero que te guste el cap!!

pan-chan: muchas gracias por los alagos :llorar1: te kieroooo jajaja y aca tenes la conti :D

div_dulce: ja y bue... asi se hace interezante la cosa... segui leyendo che rata... ¬¬

atropos_dian: ja que me paso por la cabeza? la cabeza de la madre de kag!!! claro jajajaja....

inu_*kagome*: ja bue espero te guste este cap...

aaqui les va: :D








Las caricias son anheladas en la fría soledad del cuarto, cuando las sábanas resultan rugosas y hasta ásperas, y cuando nuestra piel quema, esperando a que alguien venga a saludarla. Los días se enfrentan con los relojes, pues estos cuando no hay nadie a tu lado, no se dignan a sucederse veloces, al contrario se alimentan de tu soledad y te torturan una mil veces más, yendo lentos, pesados, riéndose acompasadamente.

-lo lamento señorita, pero creo que este empleo pueda no ser tan adecuando para usted.

-bien… muchas gracias señor, lamento las molestias- dije y retrocediendo suspiré resignada. Mi cuarta oferta de empleo, rechazada. Cada ves perecía hacerse más difícil y las excusas más duras. Que ya habían tomado el empleo, que no estaba calificada… que era demasiado joven.

Caminé por las calles superpobladas de gente sin poder evitar chocarme a varios, insultos, quejas. Todos me miraban con desprecio ¿tan obvia era, ahora que ya no era más una estudiante? Daba asco… esa seguramente era la respuesta. Camine más rápido y mi cabeza bajó de golpe, casi chocando trémulamente con migo misma, pues sentí como mi mandíbula se afirmaba y me mordí un poco la lengua.

Torpemente desplegué una larga hoja, tercer día que los avisos del diario no me ayudaban. Ultimo aviso marcado en rojo… tachado. El final del camino, doblé con los ojos algo cargados de angustia y cansancio y con mis manos alzando el bolso, me senté en una banca de la hermosa plaza que solía concurrir en conjunto a mis amigas.

Miré el cielo, ¿qué estarían haciendo? Mis vestimentas eran oscuras y bastante cómodas, un Jean apretado a la cadera con una remera larga azul verdosa tirando al negro. Leí desde arriba las inscripciones “one chanse to change de world” ingles, un idioma interesante y fácil de aprender. Fácilmente me distraje traduciendo la frase, y luego imaginándome otras que serían idóneas para remeras de chicas como las que yo había conocido hacía un tiempo.

Me levante, sentía ruidos y voces de pequeños cerca, decidí que verlos mas atentamente seria de ayuda. De pronto, mientras veía mis piernas entrecruzarse en el suelo y mis zapatillas desatadas, sonó mi celular.

-hable –dije con un tono algo autoritario, no me enojaba que me interrumpieran, no estaba haciendo nada interesante en verdad, solo que miraba a mujeres altas y formadas pero jóvenes, seguramente un par de años mayores, con ropas caras y portes orgullosos, ellas sí debían tener buenos empleos… la gente las trataba bien y se hacia a un lado cuando pasaban, porque las veían exitosas… si yo al menos tuviera un poco mas formado el cuerpo y mis rasgos, podría pasar por alguien ya recibida y…

-Kagome! –escuché un grito, mire con espanto el teléfono

-si…si? –pregunte algo atontada y un suspiro viajo por mi cabeza.

-ah estas allí… hace rato que no me contestabas, ¿donde estas? ¿Qué estas haciendo?

-sota, lo lamento, estaba descansando. Oye… -dije mirando mi reloj-¿no deberías estar en el colegio?
-ah hermana, esperaba encontrarte en casa… ¿encontraste empleo ya? –su voz, infantil pero tan preocupada. Me izo sentir culpa y a la ves congoja… ¿le diría que no?

-no me contestaste –dije autoritaria – ¿Qué pasa que…?

-estoy en el recreo, ¿ya? –contesto con enojo y a la ves gracia, lo conocía, podía dibujar su rostro con mis ojos cerrados –y tú no das buen ejemplo… ¿lo conseguiste?

-si –dije mintiendo. Tome aire un instante, decidida a no cavilar para que me creyera-si hermano, conseguí trabajo esta mañana misma –aparenté felicidad, corriendo mi mirada a dos pequeñas niñas jugando con muñecas – ¿y sabes? Estoy feliz hermano.

-¡me alegra escuchar eso! –escuche que dijo

-ahora ve a clase y déjate de preocuparte –reté, tratando de no torturarme más tiempo con ese endemoniado celular –si te llegan a ver…

-si si adiós hermana, ¡nos vemos en casa!

Cortó. Sonaba feliz… al menos complacido. Sonreí al saber que otra ves le había dado esperanzas a mi inteligente hermanito, tan bueno en matemáticas… no como su hermana. Sonreí torcidamente mientras tomaba pie… ¿qué le diría luego cuándo volviera a casa? Me sentía aun más culpable, pues… bueno, encima de no conseguir empleo, le había mentido.

Caminé por otras calles paralelas, éstas estaban algo vacías. Cuando estaba por llegar a la principal, que era la que me llevaba a casa, leí un letrero. “se busca empleado”. Me acerqué algo ansiosa, sin observar más detalle que debajo del titulo, donde descansaban dos frases. “chico/a sin necesidad de previa experiencia, disponibilidad horaria. Persona responsable” ¡era yo! Eso era para mi… sin pensarlo, entre al local donde un llamador de tubos huecos sonó armoniosamente, y con mi mirada llena de brillo, fui a donde encontré a la primer persona a la vista. Estaba detrás de un mostrador y era un anciano.

-¡buenos días! –salude y él me miro, aparentaba ser buena persona, cosa que más me alegro.

-muy buenos días, joven. ¿Qué se le ofrece?

-pues… venia por el trabajo. Necesitaba de esto y bueno…

-hump –interrumpió el hombre, que de repente aparento estar pensativo-ya veo ya veo, venga señorita, aquí atrás le tomaran algunos datos…

Cuando salio, resulto no ser mucho más alto que yo. Caminamos hasta detrás del local, el cual aun no me había detenido a inspeccionar, cuando unos tres hombres y una dama de recibieron con unas sonrisas algo raras.

-hola –saludaron todos y respondí -¿qué te trae a pedir empleo a un lugar como este?

-pues… -cavile un segundo –pues creo que la necesidad… -dije honestamente –aunque no duden que realmente soy responsable, y que me comprometeré a fondo con lo que me digan. No les fallaré. –la determinación en mis palabras me izo sonrojar un poco, no las pensé bien antes de decirlas. La dama sonrió juguetonamente y me tomo una mano –valla nomás, totosai. Creo que hemos encontrado nuestra nueva empleada.

Sonreí de oreja a oreja, de eso estaba segura. Uno de los hombres me tomo de la otra mano y la estrechó, por alguna razón seguían manteniéndose alegres. De pronto sentí una mano detrás mío, cuando me gire vi a otro de los hombres.

-hola –volvió a saludarme, sonriéndome –mi nombre es Rancotsu. Toma, ya que tienes tanta decisión, ¿que te parece si comienzas a limpiar ahora mismo? –miré incrédula lo que me daba… una… ¿escoba?

Mire a mi alrededor y luego tras unos amistosos empujoncitos, la mujer me dirigió a la parte de adelante del lugar y me fue indicando estanterías y secciones que debía limpiar. Me enseño las cosas que debía utilizar para la limpieza y cuando ella volvió a meterse detrás de la puerta al final de lugar, el anciano sonriente me dio nuevas indicaciones.

-ella es Jakotsu, y es una de las escritoras del local.

-¿escritoras?-pregunte mirando por primera ves que en las estanterías habían lotes llenos de papeles, algunos en blanco, otros escritos. Más allá, sobre las paredes, habían enmarcadas unas hojas aparentemente de imprenta. Cuando me acerqué, divisé varias portadas de revista, todas tituladas *Culture*.

-ya veo… -razoné-entonces esta es la sede de una revista, y ellos son escritores –dije en voz alta cuando el anciano se detuvo delante mío.

-cierto –dijo y sonrió una ves más –los demás son Rencotsu, encargado de la sección de Economía. Kyokotsu es el encargado de la sección de Deportes, especialmente Boxeo y Rugby. Suicotsu es el encargado de sección de Salud, Gincotsu es el encargado de la sección de Metalúrgica, ya sabes… empresas, nuevos artilugios, tecnología, y demás de ese lado. Él no esta aquí pues izo un viaje a Alemania, ya luego lo verás.

-ya veo –dije luego de escuchar la explicación, eran varios nombres pero de seguro luego me los aprendería. Mire nuevamente la revista y la imagen seria de los hermanos y la relajada por parte de la dama me llamaron a la curiosidad.

-¿ella que sección carga?

-¿Jakotsu? Pues ella se encarga de la sección de modas, música, cosas de adolescentes –dijo obviamente señalando mi edad. Sonreí amablemente y luego de suspirar, me puse a limpiar los pisos. Estaba algo decaída ante la idea de ser un conserje, y la molestia de rebajarme a fregar cosas… bueno era bastante pesado. Por algunos momentos había llegado a esperar ser famosa y exitosa, ahora lo mas cerca que iba a estar de eso eran las portadas de las estrellas. Sonreí una ves mas, quizás vería alguna ves a algún ex compañero.

Luego de eso, comencé mi trabajo y sin más, ese mismo mediodía le dije a mi hermano mi nueva ocupación. Desde eso han pasado ya tres semanas, son ocho horas de trabajo y luego conseguí un empleo de entrega, con la bicicleta me recorro unos tres kilómetros al día haciendo entregas. No es gran cosa pero me mantiene ocupada y con la mente fresca, no ah sido fácil, especialmente no fue fácil cuando me crucé a Inuyasha, pero las cosas al menos se mantienen en pie. Sota está como quiere en la escuela, así que después de todo, no tengo mucho más que quejarme, aun así no puedo decir que no extraño mi instituto y también el colegio, claro.

- Me entristece saber que mi nieta tiene esta vida, déjame ofrecerte algo. Yo puedo darte dinero y…

-no, no abuelo, para nada. Al principio hubiera llorado de felicidad, pero ahora que noté lo bien que me hace cumplir esos horarios y estar en mi mundo, creo que es más fácil vivir bajo mi propia mano.

-al menos déjame quedarme con ustedes, alguien mayor les será de ayuda. Vamos Kagome, déjame malcriarlos un poco.

-Hay abuelo- suspiré al escuchar eso, recién había llegado y me hablaba mientras yo cocinaba el almuerzo-esta bien, quédate. Le diré a sota y habilitaremos un cuarto.

-bien! Traeré las cosas de mi tienda aquí y entonces podremos vivir también de mis ingresos.

-si –dije sonriente –al fin todo parece marchar bien… viviremos bien así. Abuelo, ¿seguro quieres venir hasta aquí a vivir? Es decir… mudarte de casa es un largo paso…

-déjamelo a mi –interrumpió y se marcho.


Así los días pasaban tranquilos para Kagome, una gran descarga emocional se había producido hacía poco, pero los vecinos y algunas amigas habían sido de apoyo para los hijos dolidos. Por otro lado, Kagome se llevaba más que bien con Jakotsu, que a veces se quedaba las mañanas enteras contándole lo último en modas y discutiendo con ella qué debería y que no debería aparecer en la revista. Podría decirse que de a poco había logrado establecer un nuevo ritmo de vida, y aunque estaba alejada del mundo de la música, se conformaba con cantar un poco mientras se bañaba y agradecía a Kamy que su hermano pudiera ser nuevamente feliz.