El Pianista (sesshXkago)

Re: El Pianista (sesshXkago)

primero, quiero agradecer a quienes aun siguen mi fic a pesar de mi ausencia. el que no conteste puntualmente a cada quien en esta ocasion se debe a mi poco tiempo, pero al menos ya estoy mejor. o al menos ya controlo mejor mi situacion.

ahora, y sin más... les dejo la conti ^^

Si se comparase con un tiempo atrás, cada visión en el espejo le resultaría completamente contraria a la que había tenido alguna vez. Estaba convencida de que su esencia era la misma, y que ella no había cambiado, y ya comenzaba a imaginar que todo lo que alguna ves fue en realidad jamás pasó. Pues aunque ya no se atreviera a pensar directamente en estos hechos, eran sombras que se movían en su mente, nunca estando en primera plana pero siempre presente en sus miradas al mundo.

Sus largas y pálidas piernas no temblaban ni desvariaban en sus suaves contoneos, y el control excéntrico sobre su porte y sonrisas resultaba misteriosamente atrayente para las cámaras que la siguiera tal y como a un famoso. El reconocimiento y las preguntas eran parte de ella, como siempre lo habían sido los brillos y la felicidad que la rodeaba entre la jubilosa fama a la cual Kouga la ataba. Pero aun así, cada ves que pasaba por su reflejo y este le mostraba las largas y sedosas tiras de cabello negras y azules, y le mostraba el brillo en sus ojos, y su piel decorada con vivos colores y sonrisas… aun en este momento, seguía sintiendo remordimiento y una pequeña molestia. Había algo que había olvidado y que aunque siempre veía las sombras detrás de los camarógrafos y fotógrafos, no lograba querer saber qué era aquello de lo cual ella no estaba enterada.

Esta noche era como tantas otras, ya los galardones eran comunes ante la fama que el muchacho tenia. Ella solo se dignaba a sonreír y contestar con evasivas, pues ya había bastantes conmociones con respuestas intrépidas de su pareja. Ahora la ventana en la esquina de su mesa le llamaba la atención más de lo determinado, y los aromas perfumados provenientes de los que la rodeaban la mareaban al punto de sentirse surrealista. La comida dio inicio de la mejor manera, y entre delicias ella sonreía a los comentarios de los demás.

-hay pero miren que hermosa dedicatoria, este video está dedicado a un antiguo amigo mío –contó la señora, retomando la palabra. Luego de un silencio por la muerte del hombre que estaba conmemorándose, ella se reincorporó y limpio algunas lagrimas –eres muy amable –dijo tomando una servilleta de seda que Kagome le alcanzó –era un gran hermano.

-no sabia que eran familiares –respondió ella mirando con atención la gran imagen del hombre tocando el piano. Un extraño escozor la mantuvo helada un instante, como si quisiese recordar algo que en parte quisiera evitar

-el apellido es de casada –dijo la mujer, sin prestar atención a la distancia de Kagome.

Le siguieron algunas presentaciones de bandas o de músicos poco relevantes, y pronto las charlas en el lugar predominaron la ocasión. De repente un espasmo la recorrió, luego de haber pasado más de la mitad de la ocasión sentada en su lugar sin interrupción, velando con varias copas de vino entre sus manos.

Se sintió mareada y Kouga se alejó en un palpitar, de pronto la incomodidad creció y noto que la atmósfera era más densa.

-me da la impresión… -dijo para sí misma, cuando la mujer sentada a su lado le sonrió

-¿dijiste algo? –pregunto esta, algo desinteresada –verás… como una de las socias que armaron esta ocasión, siento en este momento un poco de… nerviosismo.

-¿Por qué? –susurró Kagome, algo perdida aún pero interesada.

-hay querida, no puedo decírtelo –ambas estaban algo ebrias con sus bebidas en sus manos, y la mujer izo ahora una mueca que a Kagome confundió más –pero ya veras… muy pronto

Ahora el ambiente, además de denso, era misterioso… y para ella, parecía augurar de todo menos algo bueno. Kouga retornó al momento a su asiento y abrazó de golpe la figura de la chica, pero por alguna razón ésta lo alejo.

Pretendió levantarse para ir al baño, sin embargo las amables manos de la mujer la detuvieron y las palabras melosas del hombre la retuvieron allí. El escenario brilló por su ausencia cuando las luces apagaron, y la ventana crujió un segundo.

-… y ahora –se escucho una voz en Of. que había anunciado a cada artista de la velada-la más sorpresiva de las sorpresas, con ustedes, ¡Sesshomaru Taisho!

Kagome se puso de pie de golpe, como si de un títere manipulado tratase, y el estruendo de la silla asustó a más de uno que estaba adormecido por la oscuridad. Kouga reacciono mirándola atentamente y la mujer se volteó escudriñándola en la oscuridad, cuando una suave y llevadera nota se extendió por la sala. Era la dulzura de la melodía lo que por un instante la obligo a voltearse y mirar las cortinas moverse.

El sonido del viento, el susurrar de esas telas… el sonido, la música, la trama de la melodía… la trama de su vida, él… su trauma… Sesshomaru… todos sus recuerdos parecían golpearle la cara y a la ves llenarla de vida, el dolor y la euforia mezcladas… y la melodía que insertaba en ella más de una flecha. De pronto, aun sin que las luces se encendieran, apareció la voz del interlocutor nuevamente en el aire.

-el artista solicita la presencia de una de las invitadas al escenario, si por favor esta pudiera subir.

Entonces la luz de un reflector la dejo más helada y asustada, pues la luz había colocado todas las miradas sobre ella. Miró a ambos lados y pensó que debía ser una coincidencia, tal vez la luz le estaba devolviendo la realidad y hacía momentos el alcohol la había poseído. O tal ves realmente quisiera seguir escuchando la melodía que se había detenido a esperarla. Sin mirar a Kouga siquiera, tomó paso lento y tímido a la escalera de la tarima, y subió frágilmente, como titubeando, pero la luz la iluminaba a todo momento. La rustica mano de un hombre treintón, quien dirigía el espectáculo, la guió a tientas en la oscuridad, y la melodía retorno.

Mientras tocaba el micrófono no pudo evitar, por más nerviosa que estuviera, mirar la ventana y dejarse conquistar por el piano. Era electrizante y a la vez relajante, y sentía que estaba flotando. El alcohol le había cortado desde ya las inhibiciones, y se encontró siguiendo la melodía repentinamente, mirando como se daba paso momentáneo a la figura de la luna, esplendida ante su voz.

La letra se formo prácticamente sola, y la música resplandeció en el lugar, a oscuras. De pronto el reflector comenzó a dañarle la mirada, y cerro sus ojos perdiéndose en su propia oscuridad mientras se concentraba de lleno en la balada. A veces entre la melodía del piano escuchaba aclamaciones de sus notas, y a veces sentía que sus manos rozaban su cuerpo cuando la nota la asfixiaba lentamente. La agonía, el sufrimiento, la paz, el silencio… la canción había concluido y cuando abrió sus ojos, todo volvía a estar sumergido en tinieblas. La luz de la luna aun seguía latente, y allí se fijó, contemplándola como si fuera la única que recordara la sombra de algo que aun no había terminado de recordar.

Otra melodía, mas fuerte y rápida la atrapó y enredó entre sus dedos. Ella se sintió perdida, obligada a seguirla cuando el reflector volvió a torturarla, pero ahora vio antes de cerrar sus ojos un detalle… otro reflector cercano alumbraba un poco más a su derecha. La duda, la curiosidad… estaba ansiosa… aun con sus ojos cerrados no dejaba de pensar en la melodía que la envolvía y manipulaba.
Solo alguien la había controlado y enamorado de esa manera hacia mucho tiempo, solo alguna vez había escuchado esa facilidad en las notas… pero para ella era imposible… ese nombre… volvió a la mente ese nombre y las posibilidades de volver a verlo. El dolor, la desesperación, y nuevamente el resurgimiento del amor, el verdadero amor y sentimientos que había reprimido.

Miro desesperanzada y no encontró en la oscuridad la figura de Kouga, realmente no deseaba encontrarlo… no podía engañarse, y en ese momento, acompañada del valor de la música, agrego en sus letras la verdad. Ese no había sido su amor, porque el único amor que había sentido era tan grande que solo dejaba lugar a la lujuria. Era ella para el otro y el otro era ahora quien volvía a ocupar su mente… lagrimas cayeron de la mirada de la chica mientras retomaba el compás, porque lo había recordado todo.

Y aunque lloraba tristemente, su corazón latía veloz sumergido en esperanzas. Si volteaba, podía que se llevara la peor de sus decepciones y además dejaría de cantar irremediablemente, pero si no lo hacia tenia miedo de poder volver a perderlo.

Ella no lo había planteado, pero Kouga sí se preguntaba porqué estaba ella allí. Cuando comenzó a cantar, en vez de hechizarse con su canto, enfureció y perdió el control mientras corría de un lado a otro llamando chicos de otras mesas.

De repente, el movimiento en la oscuridad fue llevado de manera poco sutil y muchos lo notaron, pero la sorpresa de la habilidad de ambos músicos de allá arriba termino haciendo olvidar estos detalles.

-maldición, ¡saquenla de allí! –gritaba un disgustado Kouga.

-pero… ¿Cómo? No podemos arrastrarla… -dijo otro.

-vayan y háganlo –sentencio el, empujando a varios y volviendo a su silla. Allí hizo varias llamadas por teléfono que confundieron nuevamente a muchos, porque hablaba más fuerte de lo normal. –si… esta aquí, los dos juntos… ¡si, juntos!... ¿Qué quieres que haga, idiota? No es mi culpa…

Finalmente la segunda canción estaba terminando, y ella pudo determinar que la melodía seguiría, como si el pianista y ella hubieran acordado eso. Ella decidida, comenzó a posicionarse cantando la última parte, para que al concluir pudiera mirarlo… y de repente… un gran estruendo y luces la perdió.



Abrió sus ojos y casi no veía más que confusas sombras… lo próximo que vio era que ella estaba en la parte de atrás de un auto que parecía conducir muy velozmente.

-¿Kouga? ¿Qué sucede aquí…? –pregunto sobandose la cabeza y tratando de sentarse, pero cuando noto que Kouga prácticamente no la miraba, observó al conductor.

-¡¡¡INUYASHA!!!








les gusto??? espero que la proxima ves que ponga conti, ya haya vuelto al foro... ^^ y alli agradecere y comentare cada comentario.

la pomy

 

Re: El Pianista (sesshXkago)

sirenita: bueno bueno ^^ que bien que te esta gustando, acá se vienen muchas aclaraciones y a la vez incognitas... *_*

Joha.suki: hola tanto tiempo :D bueno, es que asi viene la mano xD tuve que ponerla con otro jeje... y ahora me mataran ja.

BCZO: ¿porque ese nick? ja aca se vienen algunas respuestas, aunque no las de tus preguntas jajaaa

kikuyo: jaja mi trama es muchisimo mas compleja que eso xD o tal ves no :o falta que vos sigas leyendo y me digas ^^ espero te guste y grxs por pasarte

sessholove: de nada por la conti jaja... bueno aca se viene otra :)

Shailon: paso todo eso... porque soy mala :D

Pan-Chan: que copado que te sigas pasando :D lo agradesco muchisimo, no sabes cuanto. bueno, ya se viene la conti del otro, la hado ya... YA xD que ando con la racha de maldad. espero no me mates cuando leas este jejeee...

inu_*kagome*: jaja bueno, espero te guste esta conti :D

victoria_7: gracias por tu apoyo, lo siento realmente :) bueno aca se viene un diálogo decisivo en lo que sigue, espero te encante muajuaaa :cool:

cinyoh: mucha desesperacion en ese mensaje xD me gusta me gusta... bueno aca viene mas desesperacion:

Qué feliz la esperanza la había puesto, y qué hermoso, entonces, la vida había hecho poner el cielo y las cosas debajo del mismo cuando supo que entonces había estado cerca de él. Y qué oscura y asquerosamente sucia se había vuelto entonces todo el panorama, ante el traqueteo de la marcha del auto, cuando con sus manos atadas y su respiración agitándose, la esperanza quedaba kilómetros atrás.

-¿qué hicieron con él? ¿Por qué estoy atada? –preguntó mientras se inclinaba hacia delante.

-quédate quieta –dijo Kouga, mirándola desde su puesto con una mano debajo de su mandíbula. Ahora su rostro no brillaba como solía, y sus cabellos no caían en perfecta simetría. Parecía alguien normal, un chico de calle, un embustero, cualquier cosa menos lo que ella había amado. Lo vio sonreír con algo de ironía – ¿Para qué lo quieres si me tienes a mi acá?

-¿porqué estoy atada? Y ¿qué hace él acá? –preguntó algo enfadada por el tono que todo estaba tomando mientras despertaba, dirigiendo su atención a Inuyasha.

Sin obtener más que respuestas vacías y comentarios irónicos, decidió guardar silencio y tratar de recordar todo lo último que había sucedido. Tal vez así deduciera cómo había llegado allí Sesshomaru, porqué Kouga estaba tan diferente, qué hacía Inuyasha conduciendo, y finalmente… cómo era que Sesshomaru había tocado de esa manera el piano.

-¿A dónde vamos? –preguntó secamente, mirando el camino de una ruta bastante cerrara y mal cuidada.

Por primera vez la voz cambió de dueño, y el tono fue completamente neutral.

-iremos a un hotel en las lejanías de la ciudad, tal vez así evitemos las cámaras.

Kagome miró más enfadada al retrovisor que le mostraba los ojos dorados de Inuyasha. Conducía parsimoniosamente y había sabido que varias sonrisas se habían dibujado con algunos comentarios de Kouga por el contorno de su rostro, y sin embargo no pudo recordar que jamás le hablara tan calmadamente. Se extrañó se la libertad con la que se acomodó en el asiento de atrás, sintiendo un peso menos sobre ella, como si la tranquilidad de él la calmase un poco más.

-¿porqué debemos evitar las cámaras? –pregunto al cabo de unos minutos. Kouga miró a Inuyasha, pero este se concentró en el camino.

-Harán preguntas que no conviene contestar –dijo cuando volteó a la izquierda y tomó un camino de tierra. Kagome se golpeó la cabeza con un bache y el carraspeó suavemente –llegaremos dentro de poco y cuando estemos instalados te sacaremos las cuerdas.

Se trataba de un lugar limpio y simple, rodeado de un estacionamiento y césped, como si de un campo se tratase. A lo lejos por sobre una loma se observaba dibujada la línea de carretera y más allá el contorno de una estación de servicio. Cuando ella bajó del auto, la luz del sol estaba plena y dedujo que era mediodía.

-dos habitaciones por favor –pidió Inuyasha mientras Kouga estaba detrás de ella ocultando las sogas con que estaba maniatada.

-¿solo dos? –preguntó en tono áspero. Inuyasha lo miró un instante y sonrió cuando agarró las llaves.

-vamos que será tarde.

Llegaron s los cuartos en el segundo piso. Estaba uno frente a otro y parados en el pasillo, Inuyasha puso en cada cerrojo la llave correspondiente.

-decide –miró a Kagome.

-¿Qué cosa?

-¿cuál cuarto quieres? –ella miró estupefacta un instante a Inuyasha, pero luego recordó la situación y que Kouga (más violento que de costumbre) estaba vigilándola por detrás y sin objetar señaló el cuarto que tenía enfrente.

-bien, conmigo dormirás entonces.

-¿qué dices? –gritó ella y Kouga a la vez. Inuyasha elevó sus hombros y abrió la puerta.

-es mi cuarto y ella lo eligió, ahora entra – la empujo –y vos cálmate, que tu trabajo terminó. Con eso tus días de sexo con ella… -cerró la puerta y dejó al chico afuera. -¿qué te sucede? –dijo al ver la expresión de ella sentada molesta sobre la cama.

-¿porqué diablos me tomas, Inuyasha? ¿Crees que soy uno de los gatos con los cuales soles acostarte todas las noches? ¿Eh? ¿Crees que…? –Empezó a vociferar mientras seguía con la vista a Inuyasha que recorría tranquilamente la habitación y entraba al baño -¡demonios, escuchame!

Hubo silencio y de pronto él apareció y se acercó a ella. Esta se puso de pie amenazadora, pero el otro solo se detuvo y le mantuvo fija la mirada.

-¿porqué dices esas cosas? –preguntó

-… ¿cómo es eso que terminó su trabajo? –Pregunto con indignación y enojo, señalando a la puerta-eso de acostarse…

-no digas más- interrumpió y se sentó. Ella se mantuvo de pie e izo que suspirara –Kagome, él estaba contigo porque se lo pedí, es cierto. Pero no lo obligue a que lo hiciera como novio, así que no pienses que te vendí a él.

-ahora me trata así porque… -una lágrima amenazó con salir –dios, ¿cómo llegué a esto?

-ven que te desato –dijo mirando los brazos dirigidos hacia atrás –si no te acercas no podré… bien –dijo cuando ella se volteó y se acercó, él prosiguió mientras seguía desatando los nudos – no quería que llegaras a esto pero… era necesario.

-¿necesario para qué? –preguntó cuando tuvo libres las manos, ahora mirándolo con curiosidad.

-es una larga historia y si la entendieras seguro que… siéntate y comenzaré, pero mejor apurémoslo que llegaremos tarde.

-¿A dónde?

-luego… ahora te diré que yo no soy el Inuyasha que crees. Kagome, no tengo tu edad.

-¿Cómo que…?

-no me interrumpas. Escucha, tengo dos años más. No me llamo así, en realidad, pero no te diré mi nombre y seguirás conociéndome como los demás, porque Inuyasha yo mismo me llamo. Ahora, hace un tiempo me ofrecieron como empleo conocerte y cuidarte… te conocí, nos hicimos amigos y luego novios. Pero no estaba en mis planes –miró el piso- no estaba en mis planes que lo fuéramos.

Kagome achicó su mirada tratando de comprender y no malinterpretar sus palabras, pero estaba muy nerviosa.

-no entiendo –dijo ella.

-lamento haberte tratado tan mal –la miró con un destello en los ojos –fui una mala pareja, ¿cierto? Jamás te demostré el cariño… yo… te quería como amigo. Y me obligaron a hacerlo –se sonrojó a penas- sé que luego de saber esto me odiarás aún más, pero fue mi obligación hasta que me peleé contigo y tuve que alejarme. En ese momento me llamaron para que fuera a China, ¿lo recuerdas? Allí es cuando vine a ver a mi jefe. Fue quien llamó a la institución y avisó que podías ser candidata a la beca…

Se izo nuevamente silencio y un chasquido casi audible en la mente de Kagome le izo dar un respingo. Abrió grandes los ojos, mirando a Inuyasha tan fijo como él.

-¿entré porque…?

-sí, sabía que tenías talento y él te envió.

-pero… ¿porqué? ¿Quién es el? ¿Por qué le intereso?

-sería mas peligroso que yo te dijera eso. Escucha, no hay mucho tiempo. Cuando volví quise hablarte pero fue difícil, tenía que mantener la imagen y todo eso. No me agradó verte así pero me alegró que me detestaras, así te irías mejor. –Kagome notó que movía sus manos mientras hablaba, pero ahora Inuyasha las cerraba y abría entrelazadas, aprensándose los dedos nerviosamente- pensé de pronto que allí estarías a salvo de todo y no me di cuenta de la amenaza en que te estaba sumergiendo. Y cuando quise meterme, estaba demasiado afuera del tema. Me habían ya sacado del caso.

-caso… ¿qué caso? –preguntó ansiosa de saber un poco más, mucho más y descubrir el significado de sus acertijos.

-mientras trabajaba con él –bajó la voz y se acercó a ella. Esperó como si escuchara algo y luego habló susurrante- mientras lo hacía, me uní a la policía al descubrir algunos trabajos sucios. Iría preso su no lo haría –dijo como si se excusara, aunque a Kagome poco le interesó –y bueno, ellos asumieron que lo mejor era que me alejara de ti. Mi jefe me dijo lo mismo pues no era conveniente que me vieran cerca en ese lugar. Cuando fui, estabas con otro y… -calló mientras se enderezaba.

-sesshomaru… -dijo ella como hablándole a la nada mientras se perdía en la pared –no entiendo –dijo al cabo –no comprendo el significado de esto. Vienes como si un agente fueses a decirme que no te conozco por ninguna casualidad, que nunca fuiste realmente mi amigo, sino que alguien te pagada… y este otro… ¿Quién es? Al menos dime ¿por qué yo y todo esto?

-mira, no pienses que no te quise. Las veces que hablé con vos lo hice sinceramente, las cosas que te conté, los consejos… -ella carraspeó y se alejo un poco con la silla –escucha, lo que importa ahora es que entiendas lo siguiente. El chico que conociste, con el que estabas… -ella lo miro accediendo- él entra en todo esto de mala manera. Estabas bajo el cuidado de alguien demasiado impulsivo y enfermo, colega mío para poca suerte… y el chico ese se metió en el camino. Ahora el peligro aumentó, al hacerte famosa.

-Inuyasha… no entiendo aun nada.

-parece que hay alguien que te quiere hacer daño –repuso más ansioso y apresurado –alguien que te quiere muerta, o al menos quiere verte sufrir. No sé quien es, pero mi jefe quiere evitar eso. Te mandó al colegio de música cuando vio que la situación empeoró, pero Naraku falló y todo salió mal desde allí.

-Naraku… -exclamó interrumpiéndolo y poniéndose de pie de golpe -¿tu trabajas con él?

-trabajé… murió hace un tiempo. Sé lo que sucedió, sé lo que hacía allí. Pero prometió no propasarte contigo… mientras te portaras bien. Creo que cumplió… pero Naraku tenía intereses propios y tu noviecito –dijo en tono áspero – bueno él… tenía problemas aparte con él. Esto izo que Naraku perdiera los estribos y no te cuidara realmente como debía, estableció una guerra contra él…

-pero Naraku mató a mi madre –interrumpió.

-no, no lo izo –respondió de repente con nueva energía, como respondiendo algo que esperaba responder.

-¿y entonces?

-él murió la noche que Kikyo lo mató. Sí, no te sorprendas, te dije que sabía todo. Yo lo encontré cuando ella pidió a sus matones que lo arrojaran a ese lugar… y yo escuché sus últimas palabras. No pongas esa cara, hicieron bien, el tipo se lo merecía. Pero no es Naraku tu enemigo, y lo que le sucedió a tu madre… fue alguien más.

-¿Por qué no puedo ver a Sesshomaru? ¿Por qué el se enojo conmigo? –pregunto como si ya quisiera hablar de otra cosa.

-mucho no puedo decirte, pero te saqué de allí con el inepto de Kouga… porque las cámaras darían tu paradero. Ahora los hermanos no pueden defenderte más…

-¿hermanos…? –preguntó insegura.

-sí… ellos también estaban encargados. Conseguiste ese trabajo de casualidad porque colocaron el cartel para que lo vieras. Ella es la que principalmente te cuidó, por eso es que te trajo aquí. Pensamos que tal vez en China estarías mejor… hasta que a ese pianista se le ocurrió la idea de subirte al escenario.

-¿porqué crees que lo izo?

-no lo sé… la verdad que ese chico es un misterio para mi.

-¿la policía izo que me traigas aquí?

-no, mi jefe lo ordenó.

-oye Inuyasha…

-dime.

-aún no entiendo bien que sucede aquí… pero creo que te debo una disculpa.

-no, todas las disculpas son mías hacia ti. Quisiera haber podido ser honesto mucho antes.

Ella sonrió quejumbrosa y luego miro las cortinas que brillaban con la luz de la tarde.

-dime… ¿para qué se hacía tarde? –preguntó pensando con un poco más de claridad.

-hum… -posó una mano sobre la de ella –quiero que sepas que estaré siempre a tu lado para ayudarte, ¿comprendes?

-si –accedió ella

-quiero que veas algo.

Prendió la televisión. En esta, los cabellos plateados de un chico revoloteaban ante la mirada de la chica, que lo reconoció al instante.

“… famoso músico, ganador de un concurso internacional, es encontrado muerto esta madrugada luego de presentación especial en un evento de caridad. Se dice que los posibles asesinos hayan escapado con dos famosos raptados, el señor Kouga Hotono, también músico, y la señorita que es su novia, Kagome Higurashi. El paradero es desconocido y se esperan más noticias…”

Inuyasha la miró, estaba pálida e inmóvil.

-Inuyasha… -tanteó la cama y se sentó.

-lo lamento, te sacamos cuanto antes pudimos…

-pero… las sogas… él…

-no, nosotros no lo hicimos. Te atamos porque… te dejé atar para que Kouga me dejara traerte.

Ella lo miró, parecía honesto pero no sabía que más creer. Siquiera ganas de llorar tenía, de lo perpleja que estaba mientras miraba de repente el piso y se encontraba como flotando en un mar de sangre, fría, pegajosa y tortuosa…. Sin saber qué más hacer. ¿Era cierto lo que Inuyasha decía? ¿Sesshomaru estaba muerto? ¿Por qué pasaba todo esto? ¿Y estaba ella realmente secuestrada por ellos dos?...



se murio sesshomaru!!! como como??? Pomy que hiciste?????

:cool:proximamente... más de esto...

La pomy xD