Titulo: El Pavo Real en el estanque. Autor: Miss Simple Temática: Original. Un solo capitulo. Género: Romance/Fantasia (?) Categoría: Todas las edades. El Pavo real en el estanque El príncipe decidió dar un paseo por el extenso estanque del castillo. De hecho, solía caminar diariamente por ahí, las hojas verdes de los grandes arbustos que rebosaban alrededor del rio, producían en él una especie de sensación de tranquilidad. Su querida y amada esposa había insistido en darle un aspecto oriental, con piedras oscuras en las orillas y un pequeño tubo de bambú en medio, por donde caía agua cristalina. Curiosamente, sus ojos dorados se fijaron con gracia a la esquina norte del rio, donde descansada un albino pavorreal; aún mantenía su plumaje cerrado y lo miraba profundamente. Siempre tuvo aquella sensación de que la elegante mascota lo contemplaba con amor, pero nunca se acercaba a él, ni a su esposa o sus sirvientes. Sólo permanecía echado mirando a su alrededor o, en algunos casos, deslumbraba con su plumaje abierto, pavoneándose por la extensión del estanque. Nunca más allá de los arbustos. No lo entendía, incluso llegó a pensar que tal vez debía deshacerse de la criatura; después de todo, su reina estaba embarazada y cuando su heredero creciera, querrá acercarse al pavo y éste lo repelería, llegando incluso, a lastimarlo. No obstante, su amada insistió en que se quedara, alegando que era su más profunda posesión y hablando las infinitas virtudes que poseía su querida mascota. Accedió, naturalmente. ¿Cómo negarle algo a esa bella mujer? Sin duda, Andrómeda era la mujer más hermosa del reino. El largo cabello ondulado de matiz dorado, los destellantes e inocentes ojos azules y esa divina sonrisa, que era capaz de derretir el hielo en su corazón, fueron los causantes del profundo amor que sentía por ella, una atracción que comenzó siendo física, pero que terminó en una mezcla de belleza y pasión. —Particularmente…superficial —decía ella, con esa sonrisa única de la cual no sabía su significado, pero que usaba cada vez que elogiaba sus ojos, su boca o su cabello. Lo perturbaba de alguna manera, pero el pensamiento era rápidamente opacado al sentir sus labios tocando los suyos. —Hola, mi rey —escuchó una voz. El albino animal extendió su atractivo plumaje al instante que se levantaba del pasto, contemplando a la mujer que abrazaba al príncipe. La reina fijó los ojos azules en el animal, sonriéndole burlonamente por sobre el hombro de su esposo. Ahí estaba la pobre e ingenua princesa, transformada en un precioso pavo real; observándola con sus torturados ojos negros por medio del estanque, donde seguramente podía ver reflejada su piel verde y la fealdad característica de una bruja. Por primera vez en doscientos años, había ganado. Sonrió maliciosamente, disfrutando de la melancolía de la antigua princesa, que aún no podía creer que su adorable hombre no pudiera ver la verdad detrás de la belleza de su falsa esposa. Las brujas también tienen finales felices. Con engaños y magia negra, por supuesto. ¿Y por qué no? Con una pizca de superficialidad.