One-shot de Dragon Ball - El museo

Este es un relato escrito para el concurso de aniversario "¿Recuerdas cuando..."

Espero que a los lectores les agrade. Lo hice basándome en uno de mis personajes favoritos de la serie.



El museo

— Es nuestro turno de entrar — decía con entusiasmo una mujer de cabellos negros.

La última persona que se encontraba delante de ellos en la fila había entrado, lo que quería decir que tendrían vía libre para ser los siguientes en conseguir boletos para entrar al interior de un enorme museo situado en una ciudad enorme en la Isla del Este.

Milk fue la primera en avanzar, tomando a su esposo de la mano y arrastrándolo hacia adelante, todo eso mientras Gohan los seguía desde atrás.

— Hola, ¿podría darnos unas tres entradas para ver el museo? — la mujer puso su mejor sonrisa a la persona encargada de la boletería.

— Por supuesto, enseguida se las doy — contestó una mujer de cabellos rubios y aspecto juvenil — Verán por pantalla el costo de las entradas.

— Oye, Milk — Gokú le llamó la atención a su esposa — Hay cientos de museos en donde la entrada es gratis. ¿Por qué teníamos que venir particularmente a este?

— Ay, Gokú, ya te lo dije — la mujer refunfuñó ante lo dicho por su marido — Uno de los tutores de Gohan notó que él puede tener ciertos intereses en las ciencias naturales, y es por eso por lo que nos recomendó traerlo a este museo para que él pudiera ver en persona lo que tienen para exhibir. Aquí encontraremos cosas que en otros museos no hay. ¿Acaso no quieres ver a tu hijo convertido en un gran científico en el futuro?

— Está bien, está bien — Gokú sabía que, de hacer otra pregunta, su esposa podría montar una escena en ese lugar, así que eligió quedarse al margen — Solamente preguntaba. Sabes que soy olvidadizo.

— A ti se te olvida todo lo que no tenga que ver con comida o artes marciales, tú nunca cambiarás, Gokú — Milk lo decía bastante molesta, pero tampoco tenía deseos de gritarle a su esposo nuevamente.

Gohan, por su parte, estaba algo avergonzado al notar que había algunas personas mirando la pequeña discusión que mantenían sus padres en tan solo la entrada del museo. Él, tras haber entrenado un par de veces junto a él, sabía que las cosas como esa no eran su estilo. Incluso el traje formal que tenía puesto se le veía muy extraño, ya que él acostumbraba a verlo portando siempre el uniforme de la escuela tortuga.

Tan pronto como la mujer en la boletería les entregó las entradas, la familia pudo ingresar al interior de lo que era el museo.

— ¿Sabes? — preguntó Gokú, al que se le había ocurrido algo — No teníamos que pagar la entrada. Pude haberme teletransportado al interior de este lugar si simplemente me hubiera concentrado en sentir el ki de alguno de los que entró antes que nosotros. No son tan fuertes, pero si me hubiera concentrado, en diez minutos lo habría conseguido.

— Ay, Gokú, ¿acaso quieres que tu hijo se convierta en un delincuente? — la mujer no quería levantar la voz, pero estaba a punto de hacerlo — Pagar para entrar a estos sitios es algo que hacen las personas civilizadas. Y quisiera que Gohan se convirtiera en alguien así.

La vergüenza en el pequeño Gohan no hacía más que aumentar, puesto a que sentía que las personas que los estaban viendo incrementaban en número, además de que notaba la cara de confusión en algunos de ellos al haber escuchado a su padre hablando sobre teletransportarse y sentir el ki.

Gokú, viendo que su esposa no toleraría otra de sus preguntas, eligió que lo mejor sería callarse y simplemente, disfrutar ese día de descanso del entrenamiento para poder darle a Gohan el paseo que le recomendaron los tutores.

— Está bien, ya entendí, no te enfades — decía con ambos brazos levantados, haciéndole ver que se había rendido ante ella — Gohan, ¿qué es lo que te gustaría ver primero? Ya que vinimos aquí por ti, sería bueno que tú decidas.

— Bueno… — empezó a hablar el joven hijo de Gokú con cierta timidez — Quisiera poder ir a ver los restos del anquilosaurus. Vi una foto de ellos al entrar, y creo que sería interesante ver sus huesos.

— Perfecto, para allá vamos entonces — Gokú, con la mejor de sus sonrisas, empezó a caminar junto a su hijo siguiendo las indicaciones del museo hacia el sector en donde se encontraban dichos dinosaurios.

El haber contemplado ese gesto hizo que el enojo en la cara de Milk se cambiara por una sonrisa. Sabía que la naturaleza de saiyajin de Gokú era la que influía en su forma de ser, anhelando pelear siempre que pudiera, o pasarse el resto de sus días entrenando. Pero verlo hacer un esfuerzo le hizo recordar que, muy en el fondo, su esposo era un ser humano con defectos tal y como ella.

Habiendo olvidado las dos pequeñas discusiones que empezó con su esposo en el lugar, ella se acercó a su familia, tomando a Gohan de la mano derecha, mientras que Gokú hacía lo propio, pero tomándolo desde su mano izquierda. Fue así como la familia se acercó al sector del museo donde se encontraban los huesos de un dinosaurio cuadrúpedo, con una foto aproximada de lo que podría haber sido mientras estaba con vida.

Mientras que Gohan y Gokú se quedaron asombrados viendo la forma del esqueleto del extinto dinosaurio, Milk se aseguró de observar en todo momento el rostro de su hijo, notando una expresión de felicidad en él que no veía cuando tenía sus clases de literatura o de matemáticas. Era como si los seres vivos realmente le llamaran la atención, y parecía que estaba cerca de confirmar lo que uno de los profesores le había mencionado.

— Mira, papá, no se parece en nada a los dinosaurios que viven cerca de las montañas — señaló el joven híbrido de saiyajin y humano — Aquí dice que este dinosaurio se alimentaba de plantas — mencionaba mientras leía un cartel colocado en el sitio.

— Es probable que los otros dinosaurios que se alimentan de carne los hayan exterminado a todos — Gokú pensó que era una de las razones por las que no había visto uno así en su vida — La naturaleza es fascinante. Seguro estos dinosaurios deben ser más débiles en comparación a los demás.

— Aquí también menciona que este dinosaurio contaba con una porra en su cola, la que le permitía defenderse de los depredadores — Gohan entonces tuvo una pregunta que lo empezó a invadir — Pero, si eso es verdad… ¿por qué estos dinosaurios se extinguieron? ¿Acaso no pudieron defenderse de sus depredadores?

— Bueno, hijo, creo que si no lo dice en este pequeño cartel informativo es porque no saben la respuesta aún — Milk pensó que iba por el camino correcto con él.

— Que lástima, tenía muchas ganas de saberlo — Gohan se desanimó un poco — Seguro que sería muy interesante saberlo.

— Dijiste que querías ser un gran investigador en el futuro, ¿verdad? — preguntó Gokú, recordando las frecuentes charlas que mantenía con su hijo cada noche — ¿Qué te parecería dedicarte a investigar la razón por la cual estos dinosaurios ya no habitan en la Tierra? Con tu nivel de poder, estoy seguro de que podrás adentrarte en terreno peligroso y averiguarlo.

— ¡Eso me gustaría muchísimo! — al dar esa respuesta, parecía que el rostro de Gohan se iluminaba con alegría — ¡Puede que termine decidiendo convertirme en investigador para descubrir lo que sucedió aquí!

— Tu padre y yo estaríamos muy felices de poder ver tu sueño hecho realidad, ¿no es así, Gokú? — fue la pregunta de Milk hacia su esposo.

— Claro que sí — Gokú se agachó para tomar a Gohan y cargarlo sobre sus hombros — Gohan, yo sé que muchas veces menciono que el entrenamiento es muy importante. Pero ahora que tanto Freezer como su padre fueron derrotados, y siendo que ellos eran los emperadores del universo, no creo que la Tierra esté en peligro nuevamente. Ha pasado un año, y ni Piccolo ni Vegeta han vuelto a causar problemas. Yo creo que no será necesario que entrenes conmigo.

— ¿De verdad? — al pequeño Gohan le hacían mucha ilusión esas palabras — ¿Podré dedicarme a mis estudios?

— Por supuesto, después de todo, a ti no te gusta mucho pelear, ¿verdad? — Gokú le preguntó, de forma inocente, ya que él conocía la respuesta.

— Bueno… — Gohan no quería desilusionar a su padre con su respuesta.

— Está bien — luego de decir esas palabras, Gokú dejó a Gohan en el suelo — Puedes hacer lo que tú quieras. En tanto hagas caso a tu madre siempre.

— Nada nos haría más felices que ver tu sueño hecho realidad, Gohan — Milk se agachó para acariciar sus cabellos — Si lo que deseas es convertirte en investigador, podrás hacerlo.

El pequeño guerrero se emocionó demasiado hasta el punto en el que tuvo que contener sus lágrimas para no tener que llorar en ese momento en frente de la gente que lo estaba viendo. Lo cierto era que él odiaba involucrarse en las peleas. Desde el momento en el que vio a su padre siendo atacado por Raditz, hasta la sangrienta batalla que tuvo en contra de Freezer y Cold en la Tierra, Gohan siempre sintió miedo cada vez que le tocaba estar en el campo de batalla, por más que supiera que él estaba obligado a pelear siendo tan fuerte como lo era él.

El haber escuchado esas palabras de su padre lo tranquilizaron bastante, y cuando lo pensaba, encontró lógica en las mismas. Luego de un combate muy difícil, tanto Freezer como su padre fueron derrotados y eliminados gracias al poder del super saiyajin. Por lo tanto, no había nada que temer para él. Si alguna amenaza ponía en peligro la Tierra, sabía que Gokú y los otros guerreros podrían hacerse cargo.

Eso le permitiría poder concentrarse en sus estudios para convertirse en un gran científico. Sabiendo que sus padres lo apoyarían, y apreciando el gesto que tuvieron con él al llevarlo al museo para que pudiera observar lo que allí tenían, sentía que debía mostrarse agradecido ante ellos.

— Gracias por haberme traído aquí — comentó haciendo una reverencia ante sus padres.

— No es nada, amor — Milk se sentía feliz al ver que su hijo también lo era — Todo lo que haremos será apoyarte para que puedas ver tus sueños hechos realidad.

Esas palabras le dieron a Gohan una mezcla de esperanza, felicidad y deseo porque el futuro que él anhelaba llegase pronto. Una sonrisa se encargó de mostrar lo feliz que estaba por haber escuchado que sus padres siempre lo apoyarían hiciera lo que hiciera. El pequeño entonces, les pidió a sus padres que continuaran con su visita al museo. Quizá podría encontrar algo que le gustara más que el anquilosaurio.

[…]

Varios años después, Gohan regresó al mismo lugar. Pero el museo ya no era un lugar con gran concurrencia, sino un sitio casi desierto. Desde afuera, se podía ver un gran desgaste en la edificación, y varios huecos tanto en las paredes como en el techo.

El guerrero se adentró alerta por uno de los muchos huecos en su interior, solo para ver el lugar hecho un completo desastre. Manchas de sangre, telas de araña, polvo, y muchos escombros eran lo que adornaban el lugar. Era un espectáculo triste para él, sobre todo porque sabía perfectamente quienes fueron los responsables de haber hecho una atrocidad como esa.

— ¡Malditos androides! — gritó mientras apretaba los puños con furia — ¡Llegué muy tarde! ¡Ya han destruido todo el lugar! ¡Algún día esos sujetos tienen que pagar! ¡No pueden salirse con la suya después de todo lo que hicieron!

Viendo que ya no tenía nada que hacer en ese sitio, Gohan se disponía a abandonar el edificio, hasta que una imagen captó su atención. Acercándose tras sentir que un recuerdo despertó en él, pudo ver ante él la foto del anquilosaurio. Esta misma se encontraba rasgada por la mitad, y varios trozos que la conformaban habían caído al suelo. Los huesos que conformaban su esqueleto habían quedado hechos polvo, y lo único que quedaba del animal que le despertó tanto interés fue el cráneo. Todo lo demás ya no estaba allí.

Gohan entonces recordó aquel día en el que les dijo a sus padres que se convertiría en un investigador de la fauna perteneciente a la familia de los dinosaurios. Todo lo sucedido en ese día llegó a su mente. El resto del paseo junto a sus padres, los increíbles animales que había descubierto allí, incluso el viaje de regreso a su casa a bordo de la nube voladora.

Lejos habían quedado esos días en los que su familia estaba completa y la Tierra a salvo. El guerrero, defensor único del planeta Tierra luego de la masacre que ocasionaron los androides del doctor Gero, recordó una conversación que había tenido con su padre en ese mismo lugar. Pero no era la conversación lo que perturbaba su memoria, sino una frase dicha por su propio padre.

“Ahora que tanto Freezer como su padre fueron derrotados, y siendo que ellos eran los emperadores del universo, no creo que la Tierra esté en peligro nuevamente. Ha pasado un año, y ni Piccolo ni Vegeta han vuelto a causar problemas. Yo creo que no será necesario que entrenes conmigo.”

Eso fue un completo error para él. Creyó que, el haber decidido dejar los entrenamientos para dedicarse a sus estudios fue lo que condenó al resto de los guerreros Z a perecer en la pelea en contra de esos androides. Deseaba poder volver el tiempo atrás, no para borrar ese día de la existencia, sino para tomar una decisión diferente para su futuro. Él tenía bastante claro por qué atravesaban la situación actual.

— Si hubiera seguido entrenando, podría haber ido con ellos a la batalla, y no habrían tenido que morir así — Gohan lamentó haberse alejado de los entrenamientos en su momento, todo mientras cargaba con esa incertidumbre de lo que hubiera sido la pelea contra los androides si él hubiera estado presente en la batalla.

El joven guerrero estaba dispuesto a irse, cuando una imagen de él junto a sus dos padres se hizo presente en su mente. Era lo que recordaba de aquel día, en el que tanto su padre como su madre le dijeron que él podría seguir sus sueños con libertad. Algo que, debido al apocalipsis desatado por los androides 17 y 18, era imposible de lograr.

— Pero… ese día fue uno de los más felices… — Gohan pronto se vio con sentimientos encontrados — Tal vez, debí haber hecho un esfuerzo y combinar tanto el estudio con el entrenamiento. Quizá eso habría hecho muy diferentes las cosas…

Sin embargo, los pensamientos del joven se vieron interrumpidos cuando sintió una enorme cantidad de energía siendo disparada en las cercanías. El repentino subidón de ki que percibió lo hizo entrar en alerta, y fue por eso por lo que salió pronto del museo, elevándose en el aire para divisar el sitio de origen del que provenía ese ki. Fue ahí que vio un resplandor en el horizonte, el cuál no hizo más que delatar la presencia de los dos androides en aquel sitio. Estaba claro lo que tendría que hacer. Siendo el único capaz de hacerle frente a esos monstruos, estaba obligado a ayudar a las personas allí presentes.

Antes de partir, Gohan se convirtió en super saiyajin, para luego echar un vistazo a los restos de aquel museo. No era lo que él recordaba, pero pese a su destruida imagen, el guerrero no dejaba de sentir aprecio por el lugar, siendo el sitio donde tomó una decisión que terminó decidiendo el rumbo de su futuro.

— Si algún día termina esta pesadilla, volveré a este lugar — Gohan supo que matar a los androides no sería el final, y que habría mucho que reconstruir — Y haré que este sitio sea como lo fue en ese día.

Con una motivación para salir a pelear y así ponerle fin al terror que los androides causaban, el hijo de Gokú salió volando a toda velocidad hacia el lugar del encuentro con los androides. El miedo, nuevamente, estaba presente en él, puesto a que sabía que su poder todavía no había alcanzado el nivel necesario para derrotarlos.

Pese a que sus instintos como humano le decían que no debía acudir a la batalla, sus células de saiyajin lo impulsaban a seguir adelante.