El Maestro del Caos

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Askelad, 21 Junio 2009.

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¿Les gusto el prólogo de la historia?

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    Askelad

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    El Maestro del Caos
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    Género:
    Aventura
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    92
     
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    Bueno bueno, aprovechando la racha de inspiración, les dejo un especial, espero pronto terminar el capitulo 29.... bueno les dejo para que lean...

    Especial 8: "Tarde Libre"

    Mientras Andru y compañía se alojaba en Karltown, en Tabatha el tiempo aun avanzaba, más aun para una joven guerrera que había dejado el ejército temporalmente, y se aventuro al peor de los infiernos con su entrenamiento junto a Mitsha y el mismísimo Lao Shang-Lung, un entrenamiento que duro un mes entero en donde aprendió a dominar las artes marciales y sobre todo las artes ocultas del caos que en el libro yacían.
    Era una tarde soleada, el Maestro Shang-Lung había partido de viaje junto a Raoh por asuntos personales dejando a Mitsha a cargo de la pradera y de su hogar en particular. Aquel soleado día, Alice se encontraba recostada en el pasto bajo un frondoso abeto sobre una pequeña elevación por el cual se lograba ver parte del cielo despejado. Con los ojos cerrados se preguntaba a si misma que sería de ella ahora, que haría con su nuevo poder… < ¿Qué harías tu Andru? >

    -Seguramente haría todo aquello que no estaba a su alcance, como colarse en territorio enemigo, que pedazo de idiota- decía Mitsha con su ironía de costumbre
    -Tienes razón… <se levanta> al final, no pude hacerme de todos los secretos del libro, pero, con lo que obtuve me he convertido en alguien temible, pero… da igual. Mitsha, siempre he tenido una duda con respecto a tu relación con Andru, conozco casi todo su pasado, pero en lo que sé, no hay nada sobre ti…
    -es comprensible, Andru y yo somos hijos de distintos padres, mi padre es Shang-Lung y el de Andru es el difunto Elías, increíblemente un descendiente de los abkanis, creo que cuarta generación.
    -Aun así se parecen físicamente, bueno tú eres más hermosa. Pero volviendo a mi pregunta ¿por qué eres tan severa con Andru siendo su única familia?
    -No es que quiera ser severa, debo serlo por ciertas razones, la primera es porque debo mantener mis instintos, quizás Andru también te lo haya mencionado, ya que cuando estamos frente a otro dragón del caos, tendemos a sulfurarnos, nuestra parte bestial sale a la luz y deseamos acabar con el otro, por ello debo ser fría y no perder el control, y pues la segunda razón… es que Andru me recuerda mucho a mi madre, aunque no lo creas nunca pude tener una relación estable con ella, mi carácter, mi ser en sí eran muy salvajes y hasta autodestructivos, si no fuera por mi abuelo Dan quien me educo como soldado y mi padre quien luego tomo cargo mío y me entreno con las reglas de la nobleza del imperio de Gaia, de seguro me hubiera convertido en un demonio que arrasaría con todo. No soy alguien de quien se pueda fiar, pensándolo bien, mi forma de ser se contrapone con mis deseos, una parte de mi quiere recuperar el tiempo perdido que no tuvimos y quizás enmendar mi despreciable actitud con mi madre- Mitsha se mostraba imparcial en cada palabra, pero Alice estaba acostumbrada a Andru y podía percibir eso leves cambios emocionales en ella
    -Recuperar el tiempo perdido… no puedo decir que te comprenda mucho, pero creo entender algo, en mi caso, he vivido toda mi vida como una soldado bajo la protección de mi padre, el cuarto general del caos, no llegue a conocer a mi madre ni a otro integrante de mi familia, por lo que a los únicos que tengo son a mi padre y bueno, a Andru, aunque también tengo a mis amigos como Kurio o Kase, tambien a Amy y Raetza, tu no quedas fuera Mitsha
    -A mi no me metas en tu circulito cursi, no odio esas cosas pero tampoco me agradan, no soy una persona de mucho afecto que digamos
    -¿Y qué hay de Raoh?, es el único humano que he visto que puede estar a tu lado <evadiendo la mirada y algo sonrojada> y que puede tocarte
    -Raoh es distinto, quizás sea un humano, pero ha estado conmigo desde que tiene 2 años, por lo cual mi ser no lo rechaza, y si, de vez en cuando necesito algo de placer y lo utilizo, al final, el día en que muera se convertirá en mi guardián de las sombras más poderoso
    -Eres tan insensible, pero eso me agrada de ti
    -Y tu tan inocente para tu edad… ¿y qué tan lejos has llegado con Andru?- con aquella pregunta la muchacha se sonrojo mucho más –Así que hasta ese punto <risas> me parece bien, Alice… -antes de que pudiese decir algo, los ojos de Mitsha se tornan rojos carmesí, algo maligno había invadido las praderas
    -¿Cuántos son?- pregunta Alice mientras se levantaba invocando sus espadas
    -no lo sé con seguridad, son fuertes- en el rostro de Mitsha se dibuja una malévola sonrisa –Es momento de ver que tan fuerte te has vuelto y yo de divertirme, sólo no me estorbes, una cosa, primero mata y después pregunta
    -Que rara regla, me agrada.

    A lo lejos, cerca de los inicios de la pradera, dos encapuchados caminaban buscando a alguien, de pronto, una lobo negro de tres metros con cuernos y filosos dientes trata de devorarles, pero estos saltan esquivando el temible ataque, sin embargo desde el cielo le ataca un chacal de igual tamaño, rojo como el desierto y de filosas garras como navajas, uno de los encapuchados levanta la mano dejando ver una espada muy familiar con la cual desvía el ataque del chacal alejándole de ellos. Ya en el suelo ambos canes rodearon a los intrusos quienes se mantenían tranquilos

    -Esa espada… Soul Hander, Devius- dice Alice apareciendo a un lado del lobo negro
    -¿Aun vive esa escoria?- Mitsha se mostraba molesta al descubrir la identidad de los visitantes
    -Me ofende que hables así de nosotros perra- responde el otro encapuchado quien era Ciel –La escoria ha de conocer su lugar
    -¿Escoria? Ustedes son los que han perdido contra nosotros, aun teniendo el dragon blessing- Mitsha se mostraba segura ante estos temibles enemigos
    -Es cierto, perdimos, pero esta vez será distinto, no tienes a Andru para que te apoyes y hemos mejorado desmesuradamente desde la última vez- Devius mostraba toda su soberbia y exceso de confianza
    -¡A callar se ha dicho!- grita Mitsha parando la burda charla -¡Chiraco, Dimilar Wind!-

    El Chacal abre su inmenso hocico y crea una gigantesca esfera de viento que lanza hacia los hermanos y desde el otro lado el lobo hacía algo similar <Vaux, ¡Frozen Hell!> desde su hocico una intensa llama azul que desprendía hielo comenzaba a crecer y es lanzada al mismo tiempo que el ataque de viento, ambos impactando contra los sujetos creando una poderosa explosión.
    Al dispersarse el vapor del hielo y tierra, se logra ver que ambos hermanos aun estaba de pie intactos, aquellos tremendos ataques no habían surtido efecto alguno, Mitsha no entendía como

    -¿Qué pasa Mitsha? ¿Tu mascota no es tan fiera como parece?- Devius mostraba toda su ironía seguido de una desagradable risa
    -Ni aunque Andru estuviera aquí podrías contra nosotros, con nuestro poder actual, no hay nadie capaz de vencernos, nadie, jajajja- Ciel deja relucir su locura
    -Vaux, retrocede a mi sombra, artes del caos, técnica secreta de la oscuridad “Duelo de Sombra”- Vaux desaparece en la sombra de Alice y de pronto, una extraña aura obscura rodea su cuerpo tomando su forma, pero con visibles rasgos más salvajes. Al dar un paso, con un leve retardo el aura se movía de la misma forma, como un rastro detrás de una huella.
    -Tú también vuelve Chiraco, Anubis, Alastor, estad preparados para cuando os invoque- decía Mitsha para sí misma, en eso su cuerpo se envolvió de un aura obscura –Es momento de pelear como se debe- aquella aura obscura la cubre por completo convirtiéndola en el demonio de los ojos rojos.

    Ambas guerreras comienzan sus ataques contra los hermanos, pero estos sólo rieron y contrarrestaron con gran facilidad cada movimiento de las bravas guerreras y absorbían cada poder que les era arrojado pero estas no desistían de su fiero ataque, sin embargo fueron arrojadas lejos por un el poder de las espadas de los hermanos. A distancia, ambas pensaban en una nueva estrategia, pero antes de que pudiesen hacer algo, Ciel extiende su espada al cielo una gran ventisca se reúne alrededor del filo de Thanatos y libera esa fuerza sobre Alice mientras que Devius estaba sobre Mitsha atacando insaciablemente con Soul Hander la cual iba deshaciendo la forma sombría de Mitsha con cada roce y más aun con los cortes. Desde el otro lado Alice se reponía del poderoso ataque de viento, sin duda alguna era el Dimilar Wind, pero aquella forma de usarlo era más efectiva. Lista para el combate se enfrenta cara a cara contra Ciel quien tranquilamente blandía su espada y bloqueaba cada ataque de las duales hielo y fuego de Alice, sin embargo la joven guerrera había tenido un fuerte entrenamiento con Mitsha y este comenzaba a mostrar frutos, Ciel notaba el incremento de fuerza desmesurado el cual comenzaba a presionarla obligándola a tomar enserio a la joven guerrera la cual no cesaba hasta que fue obligada a retroceder con un poderoso agitar de Thanatos, Alice desaparece las espadas y materializa una nueva espada curva como una cimitarra, cuyo filo dorado y hoja plateada relucían con el sol, era una espada que desbordaba llamas azules, y en su brazo izquierdo se materializa un escudo de igual características cuyo centro llevaba el emblema de Andru. Con estas nuevas armas, Alice comienza su ataque, sus movimientos eran distintos y más cerrados, impidiéndole a Ciel una oportunidad de ataque, entre cortes y golpes del escudo Ciel se hallaba desorientada, mientras tanto Devius comenzaba a tener problemas contra Mitsha quien había invocado a su temible espada Rakuetsha la cual cambiaba de forma elemental impidiéndole a Devius mantener una estrategia, pero aun así lograba hacerle frente dar la pelea en iguales condiciones

    -(Algo no está bien, ciertamente hemos mejorado, pero ellos, algo en ellos ha cambiado)- pensaba Mitsha tratando de encontrar la razón de su brusca mejora.
    -¿Qué pasa Mitsha?- decía Devius con una voz irónica -¿Ese es tu límite? Jajajajja, pobre, no eres nada sin Andru, y aunque estuviese no podrían con nuestros nuevos Darong Blessing modificados
    -¡DEVIUS! ¡ESTUPIDO IDIOTA!- le grita Ciel desde el otro lado
    -¿Qué importa hermana? Aunque lo sepan no podrán con nosotros
    -Eso es verdad Devius, a por ellos

    Ambos desaparecen y reaparecen frente a las espaladas de sus oponentes liberando un temible caos dragon con gran facilidad, Mitsha logra bloquear con Basoetsha, pero Alice recibe de lleno el ataque quedando muy dañada, pero aun así vuelve a levantarse, se mostraba molesta, y arremete violentamente contra Ciel arrojándola contra el suelo y liberando fugazmente un temible puño de Balore enterrando a su enemigo y destrozando su armadura, pero sin que se diera cuenta, Ciel le agarra desde el cuelo, su pecho el cual había sido totalmente destrozado por el temible poder de Alice, se regeneraba a una velocidad inigualable, y fue ahí que logro verse el dichoso artefacto incrustado en el centro de su pecho, una gema azul con un borde dorado del cual sobresalían cuatro puntas incrustadas en el cuerpo de Ciel, y dentro de la joya una extraña aura negra que relucía de un singular brillo oscuro, rápidamente el pecho ya sanado se cubre por una armadura hecha de poder, Ciel levanta a Alice por el aire mientras esta trataba de zafarse, pero Ciel no le permitió hacerlo debilitándola con golpes a su estomago, golpes brutales los cuales Alice mostraba al escupir sangre, mientras tanto desde el otro lado Mitsha dejaba relucir su naturaleza salvaje combatiendo mas como una bestia que como guerrera, pero aun así Devius mantenía la ventaja en el combate acertando más golpes y cortes hasta que logra clavar a Soul Hander en el hombro, pero Mitsha lo sostiene con su mano izquierda, y con gran esfuerzo logra quitar la espada pero en ese instante Devius atraviesa su estomago con su brazo el cual había transformado en su forma dragón, Mitsha estaba impactada, tanto ella como Alice estaban en serios problemas

    -Eso pasa por subestimarnos Mitsha, pobre… tener que morir aquí- quitando su mano –Ahora déjame acabar con tu hermoso dolor
    -Ya quisieras- dice Mitsha con una sonrisa, y desde la sombra de Devius aparecen dos enormes manos las cuales le aplastan –Bien hecho Alastor –ambas manos desaparecen y junto a la sombra de Mitsha aparecen dos grandes alas precedidas de un demonio alado, un cuerpo fornido, alas negras como las de un cuervo, su rostro cubierto por una máscara blanca sin rostro y que sólo dejaba ver sus ojos blancos cubre a Mitsha y retrocede un poco para que esta pudiera sanarse

    Mientras tanto Alice aun recibía una paliza de parte de Ciel quien no mostraba signos de detenerse, pero al joven guerrera con las pocas fuerzas que le quedaban aprieta sus puños y los choca a gran velocidad en la sien de Ciel provocándole un gran dolor y así liberándose de su sufrimiento, estaba demasiado débil para levantarse de inmediato, pero su oponente aun se regodeaba de dolor en el suelo, Alice mira a Mitsha quien estaba bastante herida pero ve que Devius había sufrido bastante daño, estando en el suelo, sobre estaba un licántropo similar a un chacal negro, con atuendos del desierto el cual portaba un cetro dorado cuyo extremo superior le adornaba una extraña cruz y desde el otro lado una cuchilla similar a las de las lanzas con la cual apuñalaba el cuerpo de Devius mientras Mitsha se recuperaba

    –Si ha invocado a Anubis, esto debe ser grande… joder, ni el Balore pudo romper la gema
    -Claro que no podrá hacerlo- dice Ciel quien se había recuperado, pero ahora estaba en su forma Dragon, una forma monstruosa fortalecida por el poder de la gema –Como dijo mi hermano, han sido mejorada, no hay nada que puedan hacer para destruirlas
    -Mierda…- no sabía que decir, no sabía que pensar, la mente de Alice se nublo al ver aquel mal que estaba frente a ella, un mal que no sería para nada fácil derrotar, estaba exhausta después de la gran paliza, pero no podía morir ahí

    Desde el otro lado, el báculo de Anubis fue detenido y empalado en el mismo por Devius quien se levantaba al igual que su hermana en su forma dragón, ahora eran dos monstruos imparables, pero no eran los únicos que podían hacer tal cosa, Mitsha estaba molesta, Alastor desaparece y esta con una tranquilidad singular se quita los aretes los cuales tenían un grabado similar al que poseían los sellos de Andru puestos por Lao Shang-lung, luego se quita los brazaletes y los deja caer sin preocupación alguna, de pronto un extraña sensación recorrió sobre los hermanos, una sensación muy familiar, como la que sintieron de Andru aquella vez, pero era distinta, no tan agresiva como la de él, pero aun así peligrosa. Desde la espalda de Mitsha aparecen dos alas negras las cuales la cubren por completo y al abrirse esta había adquirido su forma de dragón completa una forma temible, más aun que la de los hermanos mejorados por las reliquias. Mitsha ve a Alice quien estaba bastante herida, sabía que en ese estado sería una carga pero la necesitaba para vencerles, no le quedaba opción, debía combatir sola

    -Mitsha…- Alice jadeaba por el dolor en su cuerpo –Aun puedo, no, aun debo pelear, el idiota se levantaría sin pensarlo dos veces, es hora de dejar de ser tan débil
    -¡Alice! Si combatirás tendrás que usar una mejor arma
    -Lo sé… pero no tengo nada más
    -Usa esta- dice Mitsha lanzándole a Rakuetsha –Yo me basto conmigo misma
    -Pero, yo no puedo tocarla- en eso Alice recuerda su entrenamiento cuando la espada intento devorar su alma, la espada no podía ser levantada por nadie que no fuera un demonio como ellos, pero Alice no lo pensó dos veces y sujeto la espada, de pronto una maligna aura rodea su brazo tratando de dañarla, pero Alice aprieta con fuerza la empuñadura deteniendo el aura –No estoy de humor para soportar tus intenciones malignas, ahora vuelve y me dejaras usar tu fuerza, no seré Andru ni Mitsha, pero de que mi corazón se ha vuelto algo oscuro por ellos, eso sí, ahora Rakuetsha ¿cooperaras por las buenas?- en eso aquella aura sombría crece y cubre el brazo derecho de Alice transformándose en parte de su armadura –Lo tomare como un sí, modo caos, sable ártico, espada de fuego, vuélvete un solo ser de doble cara

    Alice se levanta y mira al cielo, levemente voltea su mirada hacia Ciel con intenciones asesinas, la presencia de esta se vio opacada por la joven, pero Ciel mostro rencor y comenzó su ataque, Alice da un giro con Rakuetsha justo en el rostro de Ciel enviándola al suelo, pero esta se levanta rápidamente sin embargo antes de que pudiera acercarse es golpeada por una poderosa esfera de fuego azul la cual el dragon blessing absorbe y fortalece a Ciel, pero Alice no le importo y continuo con su ataque, sus movimientos se habían vuelto más rápidos y brutales, aun en su forma dragón, esta no era rival para el poder de la espada la cual cortaba todo, pero Ciel no le importo, estaba en su máxima forma con todo su poder liberado, una humana no podría contra un dragón del caos por lo que continuo su ataque frente a frente.
    En ese mismo momento, Devius chocaba garras contra Mitsha quien no mostraba signo de afectarle el nuevo poder de su oponente, algo era distinto a ella, era como si su verdadero poder recién se mostrara, un poder temible e incomparable a los presentes. Devius parecía tener problemas, pero aun al recibir heridas graves, se regeneraba rápidamente por el poder de la reliquia, algo molesto para Mitsha, debía hallar la forma, el sobrecargarla ya no era una opción como la primera vez, entonces recordó una técnica enseñada por su padre, una de linaje real. Mitsha golpea a Devius en el rostro, lo agarra con fuerza y lo arroja contra Ciel, rápidamente se reúne con Alice a quien por un momento temió al ver su mirada, una que le recordaba a la de Andru

    -Das miedo ¿sabes?- dice Mitsha con un tono algo irónico
    -Gracias- responde Alice seriamente sin dejar de mirar a sus oponentes
    -No podemos sobrecargar sus baratijas, y aunque las destruyamos como lo hiciste, se regenera junto al cuerpo, pensaba arrancarla, pero de seguro se volvería a crear otra gema inmediatamente
    -Tchk, y yo que trate de hacer una abertura para ello- Alice mostraba una mirada aun más asesina
    -Tranquila, de ahora en adelante serás mi apoyo directo- Mitsha sujeta la mano Alice con la que sostenía a Rakuetsha y esta se transforma en su forma máxima, una espada de metro y medio de largo, un filo delgado apenas del ancho de un brazo, aquel filo plateado con trece inscripciones resplandecía con un brillo oscuro, emanando una gran cantidad de poder como llamas salvajes, su empuñadura ancha se cerró volviéndose compacta, dando mayor libertad al manipularla contra enemigos como ellos –Ahora podrás usar el caos mismo como elemento
    -¿Cómo pretendes derrotarles?
    -Borrare sus existencias, esta técnica consumirá mucho de mi poder, así que tendrás que cubrirme, nos desharemos de Devius primero, ahora vamos

    Alice asiente con la cabeza y va junto a Mitsha quien ataca a Devius brutalmente, este logra defenderse pero aun así el poder de Mitsha le superaba en creces, Ciel se repone y ataca a Mitsha pero es bloqueada por Alice quien rápidamente corta una de las alas de Devius mientras este era golpeado por Mitsha, mientras el ala se regeneraba rápidamente Mitsha corta la otra ala y al mismo momento Alice entierra la espada en la espala dando a la reliquia en su pecho frenando la regeneración momentáneamente y en ese momento la mano derecha de Mitsha se envuelve en un velo dorado, una extraña silueta se dibuja detrás de ella, una muy sombría, con aquel poder entierra su mano en el pecho justo sobre la espada pero no hubo sangre, al jalar la mano Mitsha arranca una extraña esfera la cual le produjo un dolor indescriptible a Devius, Mitsha le había arrebatado el alma, sin piedad alguna la destruye y junto a esta, al retirar la espada, el cuerpo ardió en llamas negras quedando en meras cenizas

    -Esa técnica, es la misma que uso Andru contra Dartaros, le has robado el alma- dice Alice algo sorprendida
    -¿Ese idiota sabe usarla? Joder… eso es algo que tendré en cuenta- dice Mitsha algo descontenta
    -ustedes ¡MALDITAS PERRAS! ¡¿QUÉ DEMONIOS LE HAN HECHO A DEVIUS?!- Ciel estaba furiosa
    -Le quite el alma, con ello, aun teniendo el dragon blessing no podrá hacer nada, pero ahora que lo sabes no será fácil hacer contigo

    Ciel tomo guardia y se preparo para lo peor, huir no era una opción, ya no, estira su brazo e invoca a Tanathos y con el otro invoca la espada de su hermano, Soul Hander, las alza frente a ella y las atraviesa a su cuerpo liberando el poder de estas armas en ella misma, ambos brazos se destruyen y vuelven a crecen cubiertos por la forma de cada espada, era un ser monstruoso, de gran poder y maldad, pero la estrategia seguía en pie.
    Alice comenzó el ataque, pero extrañamente Ciel lograba bloquear cada golpe con sus brazos repeliendo le poderoso filo de Rakuetsha mientras Mitsha conjuraba el Dedrid dragon, en medio de la batalla Alice pierde su espada y Ciel entierra sus garras en ambos hombres de la joven mientras la estrangulaba con su cola, Alice no hallaba como zafarse, en eso Mitsha sujeta su espada en el aire y la agita enviando una honda de energía obligando a Ciel a retroceder soltando a Alice quien cae toda ensangrentada, pero se vuelve a levantar y le arrebata Rakuetsha a Mitsha, y vuelve al combate, estaba poseía por el deseo de la batalla algo que intimido a Ciel quien a pesar de ese gran poder no podía reprimirla.
    Mitsha, quien ya tenía el ataque listo, se une al combate junto a Alice intercambiando golpes los cuales eran difíciles de bloquear para Ciel quien baja la guardia y recibe de lleno el Dedrid dragon al mismo momento Alice corta sus brazos y parte la reliquia en dos, rápidamente Mitsha conjura la técnica e introduce su mano el pecho de Ciel, pero reacciona enterrando su cola en la espalda de Mitsha, pero esta no se detuvo, Alice no podía moverse, por lo que enterraba mas la espada provocándole mayor dolor a Ciel, la cual sufría cada vez mas mientras Mitsha retiraba con mayor esfuerzo su alma, hasta lograr arrancarla y destruirla en el acto, al igual que el cuerpo de su hermano, esta se incinero en fuego negro quedando solo sus cenizas.
    La batalla había terminado, Mitsha vuelve a su forma humana, cayendo al suelo sumamente exhausta y junto a ella Alice quien se quejaba por el dolor de las heridas

    -¡Joder! ¡Esto duele mucho!- gritaba Alice muy molesta
    -Tengo que curarte antes de que te desangres
    -Tu calla, apenas puedes moverte, de seguro ese agujero en tu espalda te debe de doler mucho
    -Sí que duele, pero yo puedo curarme sola, mientras no tenga los aretes ni los brazaletes, mis poderes de dragón se manifestaran como si estuviese transformada
    -Como digas, sólo espero no quedar con horribles cicatrices
    -¿Eso es lo que más te preocupa?
    -Claro, no quiero que Andru vea mi cuerpo así
    -Jajajjajaj, auch, jjajaja, joder, duele…. Como sea, salimos de esta bien, pero me temo que debemos entrenar un poco más, pero ten en cuenta una cosa, ahora estas a un nivel distinto a cuando llegaste
    -¿lo dices por la batalla?...
    -No, lo digo porque has podido domar a Rakuetsha, nadie quien no sea un dragón puede cogerla, tanto así que incluso siendo un dragón, si la espada no lo desea te devorara
    -Casi lo logra, tuve que ponerme algo… malvada jajajaj, auch… por amor a Dios, recupérate luego y sana estas heridas, mientras tanto dormiré un poco
    -¡HEY! ¡NO TE DUERMAS! Joder- Mitsha se levanta con esmero, y con dificultad adquiere su forma semidragón –Esta es la primera vez que me preocupo por un humano, menos mal que nadie me ve- recoge a Alice y se la lleva a la casa donde trata las heridas de ambas….

    A la mañana siguiente Alice despierta en la cama toda vendada, pero para sorpresa de ella, Mitsha dormía a su lado, se veía como una mujer normal y pacífica, le recordaba a Andru, aun cansada por el combate se queda recostada y pensando, hasta que es interrumpida por ronquido

    -Algo tenía que tener esta mujer- dice Alice tapándole la boca….
     
    Última edición: 14 Febrero 2014
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    Ha gracias amigo por no retrasarte,a pesar de ser un capitulo de relleno estuvo intenso y emocionante,je je me habria gustado que fuera Andru el que les pateara el trasero a esos dos pero también quería ver a Mitsha haciendo de las suyas nuevamente je je je y ya vi otra adorable faceta de ella
     
  3.  
    Askelad

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    Capítulo 29: Arcadia

    Ya han transcurrido tres días desde la gran batalla entre Max y Edgar, sin embargo Max sólo mostraba leves signos de mejora, aun con la atención de Lucy, por lo que Andru no le quedo más opción que seguir con su plan hacia Arcadia. Esa misma tarde, todos se preparan para partir, Max y Lucy se daban sus últimas palabras de despedida, pero el tiempo era crucial, aquel viaje de una hora se extendería más por la terrible condición de Max. Sin demora, parten dejando a Lucy en la cabaña…
    Su camino hacia el este, les llevo por una cantera cuya base estaba cubierta por un denso bosque del cual no había forma de cruzar, algo en aquel bosque era maligno. Su ruta que ya se había extendido, se alargo mas, tomando un gran desvió, pero no les importo, la salud de su compañero era su prioridad.
    No fue hasta la mañana siguiente que lograron llegar al punto indicado por Lilith, era un pequeño llano cubierto por flores de diversos colores, y en el centro, una formación rocosa con gran detalle; junto esta una posada para los viajeros, aun no era la hora, pero en su andar, habían logrado ver a la distancia la enorme isla flotante.
    Dentro de la cabaña, Max reposaba en un sofá mientras Andru reunía información sobre Arcadia

    -Buenas tarde señor, necesito información
    -¿De qué clase?- pregunta el dueño de la posada
    -Arcadia, necesito ir a ese lugar ¿cómo abordo?
    -Sin un pase autorizado por algún gremio o por la realeza, no podrás subir- responde el dueño
    -Debe de haber otro camino ¿Cierto?- pregunta Andru mientras dejaba un pequeño saco con monedas de oro
    -Déjeme recordar <revisa la bolsa> Si que lo hay <guarda la bolsa> pero no son muy seguros, aun así tienes aunque sea una oportunidad de subir
    -Cuénteme- Andru mostraba sumo interés en las palabras de aquel hombre
    -El primer método es infiltrarse por el submundo de Echos, pero viendo el estado de su compañero, no lo veo como una opción segura, ya que tardarías a lo menos unas dos semanas en llegar a Arcadia desde ese lugar, la otra es utilizando pases falsos, ya que obtener un pase del gremio tardarías como una semana mínimo y qué decir de la realeza, si estáis en este estado de seguro han de tener problemas ¿o no joven caballero del caos?
    -Veo que no te preocupa quien soy
    -Para nada, mi trabajo es hospedar a las personas que lo desean y también vender la información que me soliciten, da igual el cliente, mientras pague. Ahora bien, los pases tienen un coso muy elevado, entre mayor su precio mayor su autenticidad… sin embargo creo que con lo que me has dado se cubre la cuota <risas> vuelve en una hora, Arcadia llegara como en hora y media, así que aún hay tiempo para que descansen en mi posada.
    -gracias señor- dejando un pequeño saco y yendo donde sus compañeros –Ya sé cómo abordar Arcadia, en una hora más nos entregaran unos pases, obviamente serán falsos, pero creo que mi incentivo fue bueno por lo que no tendremos problemas
    -Que bueno, ahora solo hay que esperar- dice Tatiana mirando a Max quien dormía plácidamente.
    -Esta ocasión será muy distinta a las demás, así que tratemos de mantener los perfiles muy bajo, si es necesario, negaras a toda costa nuestra relación, mi prioridad ahora es el bienestar de ustedes dos, sobretodo de Max ¿Queda claro Tatiana?
    -No me agrada para nada el plan, pero creo que es lo mejor hasta el momento.
    -Por ahora descansemos.

    La hora transcurrió sin problemas, Andru recibió los tres pases y se dirigieron a la plataforma de abordaje. En ella, quedaron sorprendidos al ver la gran sombra que los cubrió, junto a ellos hombres y mujeres con carretas y bolsos, mercaderes que iban por negocios y otras personas que iban de turismos, era sorprendente la cantidad de personas que habían visto, demasiado.
    Desde el cielo descienden cinco plataformas, cada una custodiada por dos personas aladas, los afamados Arcadianos, vistiendo una túnica blanca y sobre esta una armadura dorada, sus grandes alas blancas relucían ante todo. Las personas alrededor comenzaron a acercarse a las plataformas mostrando el pase los cuales eran revisados por los guardias Arcadianos, mientras Andru y compañía se acercaban, los guardias detienen a una pareja, habían mostrado pases falsos, todos se detuvieron y los guardias sometieron a los sujetos, desde su cintura tomaron unas extrañas esposas las cuales al ser colocadas en las muñecas de los acusados, estos desaparecen, las personas se mantuvieron en silencio, para ellos era normal lo que acababan de ver, sin embargo para Andru y compañía fue algo por lo cual temer. Las pertenencias fueron dejadas en la posada y la fila continuó avanzando hasta llegar al turno de ellos. Andru saca los tres pases y los muestra tranquilamente, el guardia los observa y fija su mirada en Maximiliam, y volvia nuevamente a los pases.

    -¿Motivo de visita?- pregunta el guardia mirando fijamente a Andru
    -Es llevar a nuestro amigo para que lo atienda un doctor
    -Aquí en tierra también hay doctores- acota el guardia fríamente
    -Eso es verdad, pero ninguno se compara con los de Arcadia, sus habilidades son los mejores en todo Echos, tanto así que afirmaría que son inclusive mejores que los de Tabatha
    -Eso es verdad… prosigan, sin embargo, cualquier acto sospechoso serán apresados e interrogados. Favor de cumplir las reglas de la ciudadela
    -Sí señor. Sigamos-

    El guardia les devuelve los pases dejándoles avanzar. Se mantuvieron unos minutos en la plataforma hasta que los guardias dieron el aviso y estas comenzaron a elevarse, Andru se mostraba interesado por el mecanismo, pero prefería aguardar sus dudas, no deseaba levantar sospechas.
    El viaje fue corto y tranquilo hasta la estación de Arcadia, era un lugar muy concurrido, lleno de personas de toda clase, algunos aguardando al próximo destino, otros simplemente conversando o esperando quizás a alguien. Los guardias le indicaron pasar por una casilla donde se les informo sobre las leyes de la ciudadela y las sanciones por estas.
    Ya libres, salieron de la estación para encontrarse con un lugar que nunca habrían imaginado, una ciudad compuesta de grandes torres, y edificios flotantes sujetos por puentes que conectaban a varios de estos entre sí, su suelo cubierto por una hermosa forestación y baldosas hechas del más fina roca pulida, una ciudad donde el blanco primaba en el paisaje.
    Junto a la salida, Andru divisa un mural con el mapa de la ciudad en donde estaban indicados los distritos y los edificios más importantes, y entre ellos el hospital que buscaban.

    -Tatiana, ya sé dónde está el Hospital, apurémonos- Andru cruzando el brazo izquierdo de Max sobre su hombros
    -Como digas D- mirando a Max -aguanta un poco Max, ya estamos a un paso del hospital- Tatiana mostraba una leve sonrisa para levantar el animo
    -Es fácil decirlo sin las heridas que tengo, sólo llévenme- dice Max entre susurros

    Mientras continuaban su camino por la ciudad, en lo alto de torre central, una reunión importante llegaba a su fin, los altos mandos se retiraban quedando un hombre de gran estatura, su cabello dorado y largo amarrado en trenza el cual reposaba en su hombro derecho, sus ojos verdes miraban a toda la ciudad con una mirada seria. Vestía una túnica blanca y sobre esta, la armadura de los Caballeros Okrams con el emblema real en su pecho, y su espalda totalmente adornada por sus grandes alas blancas.
    La puerta se abre y entra una joven de unos veinticinco años vistiendo el traje de la armada Arcadiana, pero en su hombro colgaba una insignia de gran rango y en su espalda cargaba una lanza dorada mientras que su brazo derecho era cubierto por un escudo en forma de sol.

    -Lord Lebintos, ya he revisado a los embarcados, y sólo una pareja fue detenida antes de subir, fuera de ello nada peculiar…
    -¿Estás segura Catrina? ¿Nada peculiar?- insiste Lebintos
    -Mmm… creo que tiene razón, había un grupo de tres personas, uno de ellos muy lastimado, su motivo era ir al hospital…- Catrina aguarda silencio, recordó los rostros de aquellos tres- ahora que lo pienso, sus rostros se me hicieron muy conocidos.
    -Buena observación- dice Lebintos –Sobre mi escritorio hay unos papeles, de seguro refrescaran tu memoria
    -Si- revisando los papeles los cuales eran carteles de criminales, pasando de hoja en hoja se sorprende al encontrar los rostros de aquellos tres, pero más aun por el contenido de los carteles, rápidamente se voltea y arrodilla frente a Lebintos- Mi Lord, me disculpo por mi incompetencia.
    -No es momento para disculpas, prepara una tropa de inmediato, estamos lidiando con un hombre peligroso
    -Si Mi Lord.
    -Yo me detendría ahí- dice una sombra encapuchada que aparece junto a Lebintos –No hay necesidad que actúes tan rápido Ícaro
    -Detesto cuando te apareces de esa forma Erion, sabes que tu grado de Emperador no es muy valorado aquí en Arcadia, por lo que tus leyes no son aplicables, y menos tus caprichos- Ícaro mostraba rechazo a las palabras de Russaj y aun mas a su presencia
    -Como gustes, pero dime Ícaro ¿No sientes curiosidad de ver que hará en este lugar?- Russaj sólo mostraba una despreocupada sonrisa
    -Tu <mirando a Russaj fríamente> ¿Hasta cuándo pretendes seguir con esa retorcida lógica?
    -¿Retorcida? No se dé que hablas <risas> haz lo que quieras, sólo no te confíes como lo hicieron Pharos y Baku
    -No soy tan blando como ellos, ahora si me disculpas, hay una operación que debo realizar, así que vete
    -Como desees Ícaro, sólo no fracases- desaparece
    -Catrina, recuerda que todo lo que se ha hablado es suma confidencialidad, al fin y al cabo, eres la única persona en la que puedo confiar, inclusive más que mis propios camaradas Okrams.
    -Por supuesto Mi Lord. Iré a preparar a las tropas, estaremos listos en 10 min.
    -Bien, les supervisare desde el “Mirador Central”.
    -<sorpresa> Sé que son peligrosos, pero ¿tanto así para que usted tome dicho puesto?- Catrina se mostraba algo preocupada, aquel lugar es temido cuando es utilizado por Ícaro.
    -No pierdas tiempo en dudas, ve a reunir a tus hombres e inicia la cacería-

    Mientras ocurría aquella conversa en las estancias de Icaro, Andru y Tatiana aguardaban en el hospital, los doctores estaban atendiendo a Max, en eso el médico a cargo se acerca, era una mujer de edad. Miro a ambos y pregunto la razón del estado del paciente

    -Mmm, como decirlo- la doctora buscaba las palabras para obtener la verdad –Ustedes <suspiro> ¿qué han hecho para que él este en tal estado?
    -Un combate contra el jefe de la guardia de Hainstown, aunque sus heridas son por usar una habilidad única…
    -Mmm… <mirando a todos lados> vengan conmigo- la doctora los lleva a una habitación en privado –Mi política, no, mi ética profesional es sanar a todo los heridos que ingresen a este hospital, pero no quita el hecho de que tenga mi deber con mi ciudad.
    -entiendo…- responde Andru algo complacido pero a su vez sintiéndose comprometido –Aquella batalla se produjo debido a que nosotros somos caballeros del caos, de seguro si vas a alguna estación de guardia verás nuestros rostros o algo que nos identifican.
    -Lo suponía, entonces tu eres el tan afamado General Darklis… al verte luces sumamente normal, y no sólo ello, el hecho de que has arriesgado tu propia vida para que pudiesen atender a tu compañero, suena raro, pero es totalmente distinto a como lo dicta la guardia… <frotando su frente> ahora que sé quiénes sois realmente, puedo entender su situación, pero no comprendo el estado de vuestro compañero, enfrentarse a alguien nunca deja esa clase de heridas, le hemos aplicados atención medica, pero no podré hacer si no conozco la razón de dichas heridas
    -Estado Braker, ese es el nombre de lo que causo eso- dice Tatiana inmediatamente
    -Estado… braker… creo haber escuchado eso antes… ¿Cómo funciona este estado?
    -Es un fenómeno físico, creo que sería más apropiado denominarlo anomalía, debido a que es un estado autodestructivo en donde el cuerpo no mide sus límites y se fuerza a sí mismo causándose dichos daños…
    -“Ruptura de Control Equilibrado”- dice la doctora –Por eso me sonaba, hace un tiempo atrás, mi mentor tuvo que atender un caso similar, un joven de pelo plateado oscuro padecía de los mismos síntomas, sin embargo, este estado no es algo frecuente entre los seres vivos, diría que ocurre 1 entre 1.000.000.000.000 de personas, pero verlo… es una oportunidad de oro para la medicina <suspiro>, dejen a su amigo en mis manos. Una cosa antes de retirarme, por lo menos el estará aquí una semana antes de poder salir, así que mantened el perfil bajo
    -Se lo agradezco- Tatiana sostenía las manos de la doctora mostrando toda su fe
    -Gracias- dice Andru…

    La doctora se retira para poner en marcha su trabajo, Andru y Tatiana decidieron esperar pacientes, pero aquella paz no duró mucho, la entrada principal del hospital se abre y de esta entran soldados de la guardia principal, rápidamente rodearon el recinto y cerraron la vía de escape de los caballeros, pero al llegar al salón de espera, estos no estaban. Catrina se presenta y solicita un reporte, pero antes de que pudiera verificar, un grito en el ala oeste alerto su estado y rápidamente se dirigió a aquel lugar seguida de los soldados. Para su sorpresa estaba vacío, de pronto una puerta se abre y cae uno de sus soldados amordazado, dentro habían más…

    -¡Soldado, avisa al capitán y que movilice al escuadrón principal cerca de las áreas del hospital! Ustedes quédense aquí y busquen a cualquier paciente extranjero con lesiones graves…

    Mientras los soldados buscaban por los alrededores, Andru y Tatiana trataban de mantenerse ocultos cerca del hospital, no podían dejar a su compañero…
    -¡AQUÍ ESTAN!- grita un soldado revelando la ubicación de los guerreros, rápidamente Andru salta sobre él azotándolo contra la muralla, y en un instante el lugar se vio rodeado de soldados, Andru materializa una espada, mientras Tatiana sostiene a Claymore, pero antes de que pudiesen iniciar la batalla aparece Catrina apuntando con su lanza dorada desde su mano izquierda
    -¡General del Caos Darklis, bajo el nombre de la santidad de Arcadia, serás apresado y juzgado por la corte Real de Echos!
    -Suena divertido <leve sonrisa>, lástima que no tengo tiempo para ello, ¡Ahora!- grita Andru agachándose, en ello Tatiana agita su poderosa espada liberando una fuerte ráfaga con la cual aprovecharon para huir.

    Catrina quien había sido burlada por segunda vez, vuela tras ellos dirigiendo a las tropas las cuales bloqueaban cada salida, pero los guerreros fácilmente se los quitaban de encima. Mientras tanto desde el mirador, Ícaro observada el espectáculo analizando meticulosamente cada movimiento de Andru y su compañera, en eso, cierra sus ojos y conjura un hechizo con el cual se comunica con Catrina.

    -(Ya hemos ganado la batalla)- dice Ícaro mientras cargaba en su mano un extraño poder
    -(Mi señor, lamento mi incompetencia)- responde mientras continuaba su ataque contra Andru.
    -(No hay nada de que disculparse, gracias a tus actos has abierto la brecha de su derrota. Sólo sigue mis instrucciones al pie de la letra y lograremos atraparle. Acorrálalo y dirígelo hacia el este, allí le tendrás en campo abierto y estarán al borde de la ciudad.)
    -(Como diga mi Lord)- Catrina agita con fuerza su lanza provocando distancia entre ella y Andru el cual continua con su carrera, pero no tardo mucho en percatarse que era llevado a una trampa deteniéndose -¿Por qué te detienes Darklis? ¿A caso pasa algo?- Catrina reía levemente mostrándose superior
    -Joder, nos tienen rodeados Tatiana, no me queda otra, arrodíllate- Tatiana ve la mirada de Andru y lo hace sin dudar. Con fuerza, Andru sostiene a Valefort y en ese instante el ambiente comenzó a sentirse denso, la voluntad de Andru se manifestaba con fuerza y odio, y esta se tornada más sofocante a medida que retiraba a Valefort de su funda, provocando que los soldados más débiles cayeran inconscientes y los otros solo se inmovilizaran, pero la única que se mantenía en pie pero sofocada era Catrina. Sin embargo antes de que pudiese desenvainarla por completo, su espacio fue perturbado obligándolo a saltar hacia atrás instintivamente, y en ese preciso momento, una flecha de luz cae justo donde Andru estaba antes de saltar, aquel ataque le desconcentro perdiendo el control de su voluntad en el lugar liberándolos… Andru miraba a todas parte, pero no lograba ver la fuente y sin percatarse, por suerte del destino, una segunda flecha cae rosando su rostro sin que este pudiese presentirla.

    -(Mi Lord, ya casi estamos en el lugar indicado)
    -(Bien, cuando de la orden, protéjanse)

    Andru se mostraba algo anonadado, y sin pensarlo dos veces deja a Valefort en su lugar y materializa a Galamoth, la cual agita liberándola de su forma rígida, y dirigiéndola contra todos los soldados cercanos dañándoles de gravedad, mientras caían, Catrina se vio horrorizada y no espero para hacerle frente, mientras tanto, Tatiana le protegía la espalda a su general de los ataques de aquellos que aun permanecían de pie.
    Catrina era una oponente formidable, con escudo desviaba cada ataque de Andru con gran facilidad, mientras que con su lanza contraatacaba dejando poco espacio para una respuesta a su oponente, quien no mostraba signos de rendirse, pero sus ataques no eran muy eficientes, hasta que cambio la modalidad de su espada sellándola y utilizándola en su forma rígida con lo que sus ataques eran más fuertes y efectivos, Catrina comenzaba a sentir la presión de un verdadero Guerrero, pero ya era tarde para este, sin darse cuenta, en su cólera, Andru había sido arrastrado hasta el borde de la ciudad, un área totalmente abierta y con una caída al vacío, lo único que le respaldaba, eran las endebles barandas, cosa que los arcadianos no necesitaban.

    -¡Resguárdense!- grita Catrina retrocediendo y lanzando un hechizo explosivo del cual Andru y Tatiana esquivaron sin problema, pero con el fin de acercarles más al borde -(Son todos suyos Mi Lord)- dice Catrina cubriéndose con su escudo
    -Bien hecho- Desde el mirador, Ícaro alza su mano izquierda y aparece un Arco hecho de luz el cual apunta hacia el cielo –“Rain of judgment”- coloca su mano izquierda en el arco y a medida que jalaba hacia atrás, se manifestaba una flecha de luz la cual era rodeada de aros que rebosaban de escritura mágica.

    La flecha es soltada abriendo el cielo sobre Andru y Tatiana, del cual una gigantesca aureola se presenta llena de otras más pequeñas, las cuales se iluminaron, Andru reconoció ese ataque por lo que sujeto a Tatiana y la lanzo al suelo, desvanece a Galamoth y sujeta a Claymore, las aureolas iluminadas comenzaron a desprender cruces de luz cuyas puntas eran tan afiladas como la más poderosa lanza forjada en la tierra, Con Tatiana en el suelo y Claymore en mano, Andru con todas sus fuerzas, utiliza la zona de acero para destruir las múltiples cruces que caían sobre él. Catrina quien se cubría con su escudo lo retira levemente para ver la perdición de sus enemigos, pero estaba asombrada por la gran determinación de este quien destruía la mayoría de los ataques, pero aun así era inevitable, ya tenía clavado varias cruces, pero así continuo los dos minutos que duró el hechizo.
    Los soldados se levantaros y observaron el escenario del juicio, pero para su sorpresa el aun estaba de pie, ensangrentado y quitándose con gran dolor las cruces que aun ardían en su cuerpo, mientras que su compañera que yacía en el suelo se encontraba intacta. Todos murmuraban, nadie podía creer que hubiese alguien que sobreviviese a dicho ataque, y por sobre todo Ícaro quien le observaba ofendido.
    Tatiana abre los ojos y levanta rápidamente para sostener a su compañero quien estaba por desfallecer, pero cae en el hombre su hombre. Tatiana retiraba las cruces restantes, no le importaba quemarse mientras pudiese librarle de dicha agonía.

    -Eres digno de respetos Darklis, has demostrado ser quien todos dicen, sin embargo tu suerte ya no podrá salvarte más, no hagas esto más horrible de lo que pueda llegar a ser, entrégate junto a tu compañera de forma pacífica
    -(No permitiré eso)- le irrumpe telepáticamente Ícaro
    -(¡Mi Lord!)

    Desde el mirador, Ícaro desvanece el arco de luz y toma un objeto que llevaba colgando, al alzarlo hacia el frente, presiona con fuerza y ambas partes se extiendes mostrando su verdadera forma, un arco plateado con similares grabados como los guantes de Baku o la extraña arma de Pharos, era el Arco de Apolo como él le llamaba. Era casi tan largo como su propio brazo, su filamento fino elástico, se mostraba tenso, tanto así que podría cortar cualquier cosa como una espada. Ícaro apunta hacia Andru, pero desvía su objetivo hacia su compañera. Al igual que el arco anterior, crea una flecha de luz, pero esta era distinta, la flecha en si estaba graba por símbolos idénticos al del arco, los cuales resplandecían. La flecha es soltada y en medio del aire se transforma en una gran lanza, Andru, quien apenas se movia, con las pocas fuerzas que le quedaban sujeta a Tatiana y la pone a espaldas de él, recibiendo la lanza de luz directamente en su pecho, cargaba demasiado poder y logra atravesarle llegando a Tatiana, ambos son arrastrados por la fuerza de la lanza calendo al vacio, Andru yacía inconsciente en la caída, pero Tatiana sujeta fuertemente a Andru e impulsándose con el viento producido por el agitar Claymore logra agarrarse de una saliente pero su desgracia no había terminado, la lanza que aun cargaba Andru en su pecho estalla enviando a Tatiana a una cueva que estaba cerca de la saliente, sin embargo Andru no tuvo la misma fortuna siendo expulsado en dirección contraria, lo único que le esperaba era tierra firme.

    Desde arriba, Catrina observaba daba instrucciones, su misión había acabado, sólo quedaba ir por aquel que estaba en el hospital. Llegando, Ícaro le esperaba en la puerta. Ambos se dirigieron a la habitación, entrando sólo ellos.
    Allí yacía Max postrado en la cama muy débil por la operación, pero con fuerzas suficientes para entablar una leve charla…

    -¿Y ustedes son?- pregunta Max
    -Limítate a responder nada más- dice Catrina pero es silenciada por Ícaro
    -Responde soldado ¿Cuáles son sus propósitos?
    -¿Por qué no mejor buscas una aguja en un pajar? Es más simple- responde Max
    -…. Tu amigo ya me hiso perder los estribos por lo que no tengo paciencia
    -Ya veo… te propongo algo, primero preguntas, y yo te responde, luego yo pregunto y tú me respondes ¿te parece?
    -De acuerdo. ¿Vuestro propósito?
    -Visitar algunos lugares, volvernos más fuerte, y la revancha contra Russaj. Ahora es mi turno ¿Qué pasó con mis camaradas?
    -Muertos, le atravesé con mi mejor ataque y cayeron al vacio
    -¿Y sus cuerpos?
    -No te apresures… ¿Por qué habéis venido solos?
    - <sonrisa>… al parecer la conversación ya termino… en una semana como mínimo me iré de esta isla
    -¿Qué estupideces dices? En 12 días estaremos en la capital donde serás juzgado por la corte imperial, hubiese preferido juzgarle bajo nuestras leyes, pero hay cosas que escapan de mis manos. ¿Y a que viene eso de que te irás en una semana?
    -Responde Ícaro ¿Recuperaste los cuerpos?
    -No
    -Entonces aún no ha acabado, le he visto volver del mismo infierno, así que esto no es la excepción… el vendrá, y más fuerte de lo que te imaginas, lo peor que de todo es que ya no será tan cuidadoso, el caos reinara en toda Arcadia
    -Parece que la razón te ha abandonado, mi lanza de longinus le ha atravesado y explotado, y la muchacha estaba pegada a él al momento del ataque….
    -¿Y? ya te lo dije, mientras no vea los cuerpos, para mi siguen vivos.
    -Tienes razón, la conversación ha acabado. Los doctores me confirmaron que te darán de alta en 5 días, de ahí serás transferido a una celda.
    -Cómo gustes, ahora si me disculpan, necesito dormir…
    -… Catrina, vámonos.
    -Si señor….

    Cuando Ícaro y Catrina salieron, Max pensaba para sí sobre el estado de sus compañeros, mientras tanto Ícaro le ordenaba a Catrina iniciar una búsqueda intensiva…
     
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    Askelad

    Askelad Entusiasta

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    El Maestro del Caos
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    92
     
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    En un principio este capitulo tenia ciertas variable, como mostrar a una Tatiana mas adorable, pero preferí darle este otro enfoque para que sea más sustentable su verdadera forma, y se entienda el porque de sus simples actos (Andru la reprime demasiado)

    bueno, aquí va el cap. espero que sea de su agrado, y lamento la demora (universidad T.T)


    CAPITULO 30: “Sendero Negro”


    Bajo un frondoso árbol, rodeado de un singular follaje, abrumada por el sonido del viento que mecía sutilmente la copa del árbol y el aroma fresco del pasto, una pequeña niña se hallaba recostada muy tranquila, absorta en este pequeño paraíso, pero aquella sutil brisa comenzó a tornarse paulatinamente agresiva, las hojas revoloteaban en el aire asustando a la pequeña de cabello dorado. Su mirada fija en la remecida copa del árbol, denota una extraña figura negra, una muy familiar. Aquella negra armadura, su corto cabello de un dorado desteñido, una mirada fría, casi sepulcral, su aliento frió congelaba lo verde a su alrededor, y poco a poco el árbol se fue marchitando hasta quedar seco sin hoja mostrándose por completo, una imagen escalofriante que paralizo a la pequeña que al darse cuenta ya era una adulta vistiendo la misma armadura…

    -¿Es así como honras mi nombre, es así como deseas que te recuerden?, aun no es tu tiempo de cruzar esta línea, despierta Tatiana, despierta o sufre el peor de los infiernos a mi lado- decía la figura sombría
    -Padre…- dijo Tatiana. Aquel mundo se torna oscuro y sus ojos levantándoce bruscamente, un dolor inmenso rodeo su pecho, denudo cayendo de la cama en la cual se hayaba postrada, con esfuerzo, se levanta apoyándose en la cama y volviendo otra vez a esta, con una mano en su cabeza, sus recuerdos borrosos le atormentaban, y en un destello su memoria vuelve a su lugar, la cruel imagen de su aplastante derrota la atormentaba, y más aun el haber soñado con su padre quien no le permitió gozar de la muerte… -Debo encontrarlos… pero donde mierda estoy…

    Tatiana miraba aquella pequeña y deteriorada habitación, sentimientos de nostalgia la rodearon, aquel lugar le recordaba a su hogar, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la puerta se abre y detrás de esta aparece una joven, lucia ropaje harapiento y sucio, lleno de parches, pero fueron aquellas alas grises las que pusieron en alerta a Tatiana, pero su cuerpo lastimado la detuvo, en eso la muchacha corre a su socorro sujetándola, violentamente Tatiana la aleja de su lado.

    -¡Sólo trato de ayudarte!- grita la muchacha molesta por la mala actitud de Tatiana
    -Eres una de ellos, una arcadiana
    -¿Una de ellos? <risas> dices cosas divertidas ¿de dónde eres?
    -Soy de Tabatha… es extraño, por tu actitud no pareciera que fueras una de ellos, aun con esas alas
    -Mis alas, si te has dado cuenta son grises, como muchos de los que habitamos aquí en UnderSky, ello es signo de impureza y rebeldía contra Arcadia- la joven se abrazaba a si misma mostrándose algo reprimida
    -No lo entiendo…
    -Arcadia es una utopía gobernada por la familia Lebintos, aquellos quienes deshonramos la pureza de la raza, aquellos quienes somos considerados escoria de la humanidad, todo aquello que signifique maldad, ociosidad, involución, todo ello es condenado por estos lideres, como la basura que hay que desechar, y estas alas teñidas por la suciedad y opacadas por esta oscuridad en las que nos obligan a vivir es la muestra de esta injusticia…
    -¿Dónde estamos exactamente?... no recuerdo mucho desde que caí de arcadia
    -Como dije, estamos en Undersky, un sistema de cuevas que se ubican debajo de Arcadia, es un lugar algo desolado y despojado de toda bendición de Dios…
    -Ya veo… entonces estoy en mi mundo- dice Tatiana dejándose caer en la cama muy relajada…
    -¿Por qué actúas tan tranquilamente? ¿No te preocupa eso? ¿Cómo es que puedes creer en mis palabras sin siquiera una duda?- la joven trataba de encontrar una respuesta a la actitud de Tatiana
    -Digamos que me siento identificada de cierto modo… por cierto, mi nombre es Tatiana
    -El mio Silvia…
    -¿Cuánto tiempo llevo en este lugar?
    -Tan sólo un día. Es cierto, déjame cambiarte las vendas- pregunta la joven mientras sacaba unas vendas de un mueble cercano a la cama- ¿Cómo es que te hiciste esa clase de daño?-
    -Fueron hechas en combate contra los Arcadianos, aunque el agujero en mi pecho fue hecho por Icaros. Siento que olvido algo… ¡¿Dónde está Claymore?!
    -¿Quién es Claymore?
    -Mi espada, grande, plateada, filosa, con un zafiro en la empuñadura
    -Debe de estar en donde te encontré, no pude cogerla, era demasiado pesada. ¿Pero como es eso de que te enfrentaste a la armada arcadiana, y mas aun, al mismo Icaros?
    -Larga historia. A parte de mi ¿No has visto a un sujeto de cabello negro y ojos plateados?
    -No, sólo te encontré a a ti, lo lamento- responde algo apenada
    -Ya veo… un día, heridas no tan graves… debo recuperar mis cosas… lo lamento Max, creo que tardare un día o dos en ir por ti.
    -¿De que hablas?- pregunta Silvia mientras cambiaba el vendaje
    –Lo que haré de aquí en adelante, no puedo hacer nada en mi actual condición, por ello dedicare unos días en recuperar mis fuerzas y con ello mi equipo para adentrarme una vez más en Arcadia
    -¡Estas loca! ¡Por poco mueres y quieres volver! ¿Por qué?- la joven no comprendía dichas palabras
    -Simple, hay alguien quien espera por mi regreso, por ello debo recuperarme y volver…
    -No lo entiendo…
    -Esta bien si no lo entiendes, de todas formas, gracias por curar mis heridas…
    -Mmm, ya termine, descansa de momento.
    -Gracias. Silvia, a parte de ti ¿Alguien mas habita este lugar?
    -No, vivo sola…- dice con una cara levemente triste
    -Disculpa mi intromisión pero ¿Qué les paso?
    -Ellos fueron asesinados por los bandidos, mi padre era el líder de la resistencia, el se oponía a las leyes de Arcadia pero también alegaba por la debilidad de este lugar. El jefe de los bandidos no le pareció bien y termino por matarle, nadie dijo, al contrario le felicitaron por hacerlo, todo por que decían que por culpa de él los de arriba nunca les perdonaría, o dejarían de diezmarlos…
    -Que cruel… pero creo entender la cruda realidad…- Tatiana guarda silencio mientras mantenía aquella imagen en su mente.

    En lo mas profundo de su subconsciente, dentro de su sueño, Tatiana se hallaba nuevamente bajo aquel frondoso árbol de su niñez, pero se encontraba en su forma real, y en la copa del árbol, sentado con una sonrisa desquiciada se hallaba su padre, pero era distinto, lucia mas joven, vivo…

    -Parece ser que el destino nos vuelve a unir padre
    -¿Unir? Estamos separados muchacha, nuestras alamas estan en el mismo mundo, pero nuestros cuerpo distanciados, además ¿Quién es exactamente al que hablas?
    -¿Ah? Se que luces joven, pero…
    -Mira bien muchacha…- dice aquel hombre, y detrás de este una sombra oscura le rodea convirtiéndose en el verdadero Brahms…
    -Padre, entonces tu…
    -Mi querida hija, heredera de mi nefasto legado- dice Brahms mientras su manos se posaban sobre aquel otro hombre –Te has vuelto blanda por ese hombre, te has repremido ante el miedo ¿a caso no tienes la voluntad?
    -mmm… incluso en la muerte sigues reprochándome- aquella mirada desconcertada en Tatiana se torna oscura, mostrando una frialdad única -lo que yo haga ya no ha de importarte, a quien siga es mi problema, detesto admitirlo, pero odio el hecho de que no pude ser yo quien te matara, cada de mi vida he deseado cortarle la garganta, estrangularlo, partirlo en pedazos, pero no puedo. Quizás pienses que soy débil, pero así soy y de esta forma he encontrado una nueva fuerza, una que ni en vida hubieras podido enfrentar, lamento tener esta clase de sentimientos hacia Andru, pero es la única manera en la que puedo seguir adelante, además es muy divertido estar a su lado, y que decir lo increíblemente excitante que es el tener que combatir sin poder usar mi 100%. De todas formas, ya no tiene importancia, ni siquiera tiene sentido este sueño. Claymore, entre todas las formas que has podido tomar ¿Tuvo que ser la de él?
    -Es la mas cercana que he tenido…
    -Ya veo. Padre, guárdeme un lugar en el infierno, algún día necesitare un buen guía asi que no te pierdas… hasta la vista…- Con aquellas palabras, la sombra de Brahms desaparece dejando a Tatiana y Calymore a solas
    -Eso fue dulce incluso en su retorcida forma, ahora es momento de mostrar tus verdaderos colores, de usar mi verdadera fuerza ¡Ven por mí y destruyamos este lugar!-

    Los ojos de Tatiana se abren, pero se mostraba con calma. Al ver el lugar, este estaba oscuro, era de noche, y un silencio abrumador rodeaba el lugar, el susurro del viento se escuchaba a ratos. Tatiana se levanta y sale de la habitación, para su sorpresa, sentada frente a la mesa bajo la luz de una vela, estaba Silvia tejiendo una bufanda, al ver a Tatiana de pie se asusto y trato de ayudarla, pero la detiene y se sienta en una de las sillas junto a ella.

    -Creo que… no podre quedarme por mucho. Mi conciencia es algo molesta por lo que tendre que partir hoy mismo, si fueras tan amable de decirme donde quedaron mis cosas…
    -Aquí…- mostrándole sus morrales que solían colgar en su cintura –es todo lo que pude recobrar, al parecer los ladrones aun llegaban al lugar, pero tu espada, realmente no pude con ella…
    -Da igual, con esto, con esto podre preparar un elixir que restaurara mis fuerzas casi por completo. Muchas gracias Silvia- dice Tatiana con una gran sonrisa

    Silvia le responde una sonrisa similar prometiéndole ayudarla en lo que pudiera. Con sus pertenencias en mano, comienza a preparar el elixir que Andru le había enseñado, pero había un ingrediente faltante, una hierba de la cual no quedaba, al muchacha al escucharla, recordó un lugar cerca de Claymore donde había esa clase de plantas. Dejando a Tatiana, ella sale de casa en busca de dichas hierbas. El tiempo pasaba y Silvia no regresaba, en medio de la noche Tatiana se preguntaba como estaban los demás, que sería de su familia, hasta que la preocupación la corrompió. Cubriendo su torso semi desnudo con una camiseta materializada va en busca de la muchacha, camino y camino, pero no lograba encontrar el lugar, de pronto una voz familiar suena en sus oídos –ven- decía la voz –Por aquí- repetía la voz, sin dudas, la joven siguió el sonido de esa voz hasta dar con el lugar donde se hallaba su espada, la cual era la que le llamaba, pero aquella escena siniestra frente a ella la dejo perpleja, un montón de bandidos que trataban de tomar su espadas, y al costado unas lanzas que contenían el cuerpo desmembrado de la pequeña Silvia. Tatiana miraba desolada, su ira era grande, tanto que sus uñas rasgaron la palma de su mano mientras que su boca fue cortada por sus dientes, una impotencia grande, pero todo fue dejado en un suspiro… una calma le rodeaban sin embargo a costa de una fría mirada.
    Uno de los bandidos se percato de la presencia de Tatiana y se acerca con un cuchillo en mano el cual posa sobre el cuello de esta, mientras su lengua recorría la mejilla de la joven, esta pregunta porque había pasado eso… el bandido sonríe respondiento –estábamos aburridos. Disfrutamos escucharla gritar mientras jugábamos con su cuerpo, pero fue mas excitante sus gritos de agonía mientras la despedazábamos gritana ¡Tatiana! ¡Tatiana!, que linda… pero ahora esta muerta. Tu eres la siguiente nena- Tatiana no se inmuto en ningún momento, de pronto el cuchillo que estaba en su cuello se vio inscrustado por debajo de la mandibula de aquel bandido matándolo en el acto. Camino lentamente hacia los otros quienes corrían a vengar a su amigo sin embargo al acercarse estos no alcanzaban a tocar a la joven cayendo partidos por la mitad frente a ella, los bandidos se asustaron pero temían demasiado para huir, se abrieron dejando el paso a Tatiana quien recoge a Claymore la cual posa sobre su frente mientras que de sus ojos brotaban lagrimas de tristeza. Sutilmente retira la espada y dando un giro en su mano la guarda la deja en su espalda donde queda sujetada como siempre, al voltearse, todo el lugar estaba rodeado de un charco de sangre, todos estaban muertos menos uno quien se ocultaba detrás de unas rocas, cuando intento escapar, una hoz de viento corta sus piernas, dejándolo agonizando en el suelo, sus gritos de terror y dolor excitaban a Tatiana quien le miraba sádicamente.

    -¿No es divertido? Parece que no, sólo lo es cuando se lo haces haces a alguien más, fufu…
    -¡NO ME MATES, POR FAVOR NO ME MATES!
    -¿Y por qué no debería? ¡¿EH?! ¡USTEDES NO TUVIERON PIEDAD, LA ABUSARON DE ELLA, LA TORTURARON HASTA QUE SE ABURRIERON Y LUEGO LA EMPALARON COMO SI FUESE UN PERRO! ¡¿POR QUE DEBERÍA DE TENERTE PIEDAD?! ¡RESPONDE!
    -¡NOS MANDARON HA HACERLO! ¡POR CULPA DE ELLA, EL HIJO DE NUESTRO JEFE SE SUICIDO!
    -ya veo… no sólo acabaron con su padre quien era el líder anterior, si no que tenían que tomar venganza por el precio que ella tuvo que pagar… ¿Qué debo hacer?- Tatiana se acerca a la cabeza empalada de Silvia –Dime pequeña ¿Qué dirías tu si pudieras hablar?, Mátalos a todos jijiji, como digas… <suspiro> el placer de matar había sido arrebatado, pero creo que por hoy me dare un gusto- con una sonrisa en su rostro, Tatiana chasquea su espada con las lanzas prendiéndolas y con ello quemando los resto de Silvia y de todos los demás muertos

    Tatiana se acerca al bandido y le corta las otras extremidades, cruelmente lo toma de la espalda enterrando su mando y lo carga consigo, obligándole a decirle la ubicación de su guarida. Al llegar, azota contra la pared al moribundo bandido y se adentra en la guarida de la banda donde es recibida con desprecio, pero basto el agitar de su espada para matar a la mayoría, como una golondrina se mueve gracilmente entre los bandidos destrozándolos con su zona de acero dejando un camino de sangre y carne.Continuo adentrándose más y más sin dejar a nadie vivo hasta llegar a la habitación de su líder, un hombre alto y delgado con múltiples cicatrices que dejaba ver en su torso desnudo, una de sus alas negras estaba cortada mientras que la otra estaba algo dañada y cubierta por vendas, su mirada fría e imparcial no se inmutaba por la presencia de Tatiana quien poso la punta de su espada sobre su cuello

    -Si vas a matarme, pues hazlo- dice el líder de los bandidos quien tranquilamente acomoda su rostro sobre su mano mientras que con su otra mano movía la espada hasta el costado de su cuello listo para un corte limpio
    -Tú… no tiene placer alguno el hacerlo- responde Tatiana retirando su espada
    -Has entrado a mi guaridad, acabo con todos, y me perdonas…
    -La muerte es una liberación para ti, es mejor que sufras en vida.
    -¿no guardas resentimientos por haber matado a la pequeña Silvia?
    -Para nada, ya me deshicise de ellos. Ademas ella esta aquí por alguna razón
    -Es verdad, y no es porque fue hija de un revolucionario, si no por sus propios crímenes
    -¿lo dices por la muerte de tu hijo?
    -¿Eso? No. Ella era una estafadora, mi hijo no fue el único en morir bajo sus manos, al final cada quien recibe lo que hace. Si no tienes mas asuntos, vete.
    -ya veo… pero si tengo un asunto. ¿Cómo vuelvo a Arcadia?
    -Sigue las antorchas con la marca roja, allí llegaras a una saliente en donde tendrás que escalar. Ya arriba, estarás justo detrás de la prisión de Arcadia.
    -Justo al lugar que deseaba llegar. Nos vemos algún día en el infierno.
    -Cómo desees.

    A pesar de aquella mezcla de sentimientos, el corazón de Tatiana se sentía libre, mientras se alejaba del lugar siguiendo las indicaciones del líder, una sonrisa se mostraba en su rostro. Al alejarse, la figura del líder se desvanece junto a todos los cadáveres quienes fueron devorados por las sombras y en le centro de la habitación se manifiesta Pharos muy sorprendido de la gran fuerza de voluntad.


    -El demonio carga consigo unos increíbles aliados… tales como lo fueron los míos en antaño <risas>. Por lo menos me ahorro el trabajo de aniquilar a la basura de Arcadia, aunque aun queda más…
     
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    CAPITULO 31: “La Revancha”

    Parada frente a la salida, Tatiana admirando con asombro el paisaje de la superficie, todo se veía tan diminuto que le emocionaba, pero al voltear su mirada sobre si, una gran quebrada y muy recta, lo cual la desmotivaba de cierta manera, pero el deseo de salvar a su compañero y amigo le daba las fuerzas necesarias, aun así no dejaba de quejarse.


    -Joder… primero caigo de la sima, luego me veo envuelta en una masacre innecesaria (la cual disfrute de cierto modo…), pero lo peor fue haberme perdido en ese maldito laberinto, las jodidas antorchas sólo estaban hasta la mitad del camino… bueno el nunca menciono que fuera fácil, pero joder, fueron cinco malditos días encerrada dentro, ¡CINCO!. Tengo hambre, mi cuerpo esta sucio, y me siento algo sola <suspiro> Max, y por sobre todo D, me han de dar una gran recompensa por esto.


    Tatiana materializa dos cuchillos con los cuales comienza a escalar la altisima muralla. Mientras tanto, en las estancias de Icaros, el y su protegida mantenían una simple charla, pero irrumpidos por una inesperada y peculiar visita.


    -¿No hubo problemas con el prisionero?- pregunta Icaros a su protegida quien sentada en un rincón de la habitación, pulía su lanza con gran diligencia.

    -Para nada mi señor, le transferimos ayer por la tarde, fue un trayecto tranquilo, sin embargo lo que me llamo la atención fue cooperación, incluso me contó una historia, una de sus vivencia, al parecer su general realmente es alguien digno de ser temido- Catrina se mostraba algo seria ante el asunto

    -¿Qué te hace pensar en eso?- Icaros se mostraba algo interesado, pero antes de que pudiese recibir una respuesta, una sombre se materializa frente a la ventana, era el líder de los bandidos de UnderSky

    -Nadie que yo haya conocido se enfrenta a la muerte y escapa. El puede ver lo que los muertos ocultan, su camino es el de la muerte y destrucción… aunque ahora dudo que haya logrado escapar- al instante en que se voltea hacia Icaros, Catrina se levanta y en un sagaz movimiento posa su lanza sobre su cuello listo para matarlo

    -Tú- dice Icaros con algo de disgusto –Déjale Catrina, el es Pharos

    -¡Ah!- alejándose con una reverencia –Mis disculpas Lord Pharos

    -No tienes por qué…- Sutilmente su apariencia cambia, su cuerpo se ve envuelto en telas oscuras formando un traje con los emblemas de los Okrams, aquellas negras alas se convierten en su manto el cual cubre por completo su cuerpo mientras que con su mano cubría su rostro su mascara blanca. –Así es mas cómodo

    -No había visto esa apariencia en años… a pesar de ser un muerto, no has borrado las torturas de tu pasado, que desagradable criatura- decía sin disimulo alguno dejando ver su malestar ante Pharos –Catrina, lo que veas y escuches ahora, no saldrá de esta habitación ¿queda claro?

    -Si mi Lord…

    -Ahora Pahros ¿Qué pretendes viniendo a mis aposentos de esa forma?

    -Toma- dice extendiendo su mano de la cual aparece una espada larga dentro de su funda plateada, la cual emitía una extraña aura

    -Esa espada… se parece a la que porta Erion, pero…

    -Mi Lord, si me permite- pregunta la joven, quien al ver el gesto de su amo, se acerca a mirarla, sus sospechas eran ciertas –Esta es la espada del general Darklis

    -En efecto joven arcadiana- afirma Pharos –Esta es la gloriosa Valefort, o también conocida como la Mano Izquierda del Emperador, es la espada que fue hecha para proteger a los amos, su particularidad es que su fuerza proviene de la fuerza de voluntad, y del mismo miedo. Su portador es capaz de manifestar su presencia haciéndose mas abrumador de lo que es, pero lo mas intrigante es que es la gemela de la espada Okram, o mas bien dicho de Alefort

    -Espera… ¿me estas diciendo que esta arma tiene tanto poder como la de Erion? ¿y cómo es posible que alguien como Darklis la posea?... sin embargo lo que mas me intriga es el hecho de que sepas tanto de ellas.

    -He vivido mas de lo que aparento… se supone que debo entregarle esto a Erion, pero como recompensa por los múltiples cuerpos que me has otorgado, te la entregare a ti. Ademas no hay mucho que Erion pueda hacer, aquel que porte la mano derecha del emperador, no podrá cargar a la izquierda.

    -Cómo sea, ahora es mio este grandioso poder- Icaros coge el arma, pero al tratar de desenvainarla, no puede, esta estaba enganchada firmemente a la funda -¿Qué es este truco?

    -Ninguno, pensé que quizás en manos de un Arcadiano, de uno de los nuestros podría utilizarla, pero al parecer la espada es quien determina a quien entregara su poder.

    -Ya veo- dice algo molesto y colgando la espada en su cintura- si no tienes mas asuntos, regresa a tus deberes

    -Como gustes Adrian…- dando la espalda y desapareciendo del lugar…

    -Catrina, toma tus cosas, iremos a darle una visita a nuestro prisionero.


    Mientras Icaros y su protegida volaban hacia la prisión, Tatiana había alcanzado a llegar a la sima. Parada bajo de la gran edificación que yacía sobre unos inmensos pilares los cuales eran su último paso para llegar hacia su compañero. Con un leve desanimo, Tatiana entierra su cuchillo y continua la escalada. Mientras avanzaba, en un pilar cercano ve una extraña figura, una diminuta sombra no mas grande que la de un niño que subía con gran facilidad, la cual se pierde al llegar a la sima, algo en aquella figura le resultaba familiar.

    En apenas unos minutos, logro llegar a la sima colándose en el recinto. Mientras recorría el lugar por las sombras, Icaros arribaba junto a su protegida. Al llegar a la celda de Maximiliam, Icaros le muestra Valefort, Max queda anonadado, la espada que Andru atesoraba como su vida estaba en manos de aquel quien había derrotado al trío, Max se resigno por un momento, en eso las palabras de Icaros sonaron en el lugar.


    -¿Cómo libero esta espada?- pregunta Icaros, pero Max no responde. Icaros insiste, pero sin resultado alguno. Catrina toma su lanza y la entierra en el hombro derecho de Max quien se queja, pero aun no habla… -Suficiente Catrina- retirando la lanza -Eres terco-

    -Mas de lo que crees… pero si te hace sentir bien, esa espada sólo le obedece a él… y el hecho de que no se entregue a otro quiere decir que él aun está con vida, le espera ansiosa- responde Max con una leve sonrisa, en eso la espada libera sutilmente un poco de aura plateada -¿lo vez? Ella aun ansia el retorno de su dueño


    Mientras la conversación transcurría, en lo alto de una torre, un sujeto encapuchado cuyo rostro cubierto a la mitad por una mascara blanca dejaba ver su sutil sonrisa. –Es momento de empezar la fiesta- dice, y como el viento desaparece sin dejar rastro alguno


    -Ya me arte… ahora se…- antes e que pudiera decir una palabra más, la pared junto a ellos se desmorona, y una fugas figura aparece dando una patada, Catrina se interpone protegiendo a su superior, pero aquella patada era demasiado fuerte enviando a Catrina contra Icaros y haciéndoles retroceder, aquella figura era Tatiana quien sin espera blande su espada y destruye el techo bloqueando el camino entre ellos.

    -¡Tatiana! Estas bien- dice con una sonrisa

    -No es momento Max- con mero agitar, la joven corta los barrote y saca a su compañeros. Ambos comenzaron a correr por los pasillos, pero estos eran interceptados por los guardias.

    -joder… hay muchos… ¿D, dónde esta D?

    -ni idea, después veremos eso, ahora salgamos

    -Por aquí- dice una pequeña y dulce voz, al voltear la mirada, se percatan de que era tan sólo una niña de ojos pardos y rojo cabello, pero era extraño el que alguien como ella estuviera en tal lugar –Por aquí cosas de señor verde- dice la pequeña la cual comienza a moverse

    -Cosas- dice Max –es cierto… Tatiana, sigámosla, tengo que recuperar mis pertenencias


    Ambos siguieron a la pequeña, a su vez le protegían de los soldados. Al llegar a la dicha habitación, Max recupera sus pertenencias mientras Tatiana retenía todo a los soldados en la puerta.


    -¿Listo?- pregunta inocentemente la niña –Papá esperando- la pequeña apuntaba la ventana

    -Si nos ha ayudado, pues a seguirla. Tatiana, ábrenos un paso por la ventana

    -¡De acuerdo!- dice la guerrera que en un simple agitar de su espada abre un enorme agujero, rápidamente da la vuelta y se deshace de los soldados dejándolos moribundos

    -Te has sobrepasado-

    -Antes de venir aquí, no pude evitar manchar mis manos con sangre Max, asi que no es tiempo para reproches- la mirada de Tatiana era seria, pero firme.

    -Cómo sea-


    La pequeña niña corre a la ventana y salta despreocupadamente hasta caer en una saliente y de ahí hasta llegar a suelo, detrás de ella le siguieron Max y Ti, pero para desgracia de ellos, estaban totalmente rodeados, y sobre los aires, Icaros les aplaudia su osadia, mientras tanto Catrina se se acercaba con su lanza lista para atacar, pero al dar un paso mas, una un ligero sonido metálico se escucha en el aire obligándole a retroceder, donde había pisado se hallaba la marca de un corte, Catrina despliega las tropas y les ordena disparar con lanzas y flechas, las cuales al ser lanzadas, se destruían en el aire. Max y la pequeña se hallaban agachados mientras que Tatiana mantenía a Claymore en su hombro lista para continuar con la Zona de Acero la cual había mejorado con su resolución de no respetar la vida. Icaros ordena retroceder las tropas, en eso libera el arco de Apolo del cual comenzó a emanar una intensa luz, era un ataque que ni la zona de acero sería capaz de detener. Al ser lanzado, Tatiana con una sonrisa complaciente baja su espada sorprendiendo a a todos, en especial a Icaros, quien no se dio cuenta que algo decendia desde el cielo justo enfrente de sus enemigos. La flecha impacto y un intenso has de luz fue liberado pero se vio opacado por una oscuridad que se desvaneció al instante, aquella sombra encapuchada cuyo manto se desase en llamas dejando ver su apariencia, unas ropas holgadas, un Keykogi blanco con diseños de fuego en sus bordes y espaldas, en sus pies unas botas plateadas y en cada mano un guantes, en el izquierdo un guante de metal con adornor de rayos y el otro el guantes del caos. Su rostro estaba cubierto por una mascara blanca con un adorno en su frente y pelo largo y negro que se desteñía en las puntas mostraban un semblante sombrío e imponente.


    -Eso ha sido cruel de tu parte Icaros- dice aquel hombre sosteniendo los restos de la flecha

    -¡Papá! ¡Papá!- gritaba la pequeña de emoción al ver al hombre. Corre hacia el y le abraza

    -<risas> Ahora no Yûko, este es un momento complicado, quédate junto a Max y Ti ¿de acuerdo?

    -¡Si papá!

    -Tu…- Icaros se sentía ofendido -¿Quién diablos eres insolente basura?

    -Oe oe… no te sulfures Icaros. Mejor que eso, devuélveme a Valefort antes de que cause mas caos del que planeo

    -¿Ah? No puede ser… ¡Te vi caer, vi cuando mi lanza exploto en tí!

    -Lo iso- Aquel sujeto se quita la mascara mostrando su rostro. Era nada mas y menos que Andru. –Aquel ataque me dejo un gran agujero en mi cuerpo, justo como el de Russaj, usaste la misma técnica. Joder, ambos sois molestos. Ahora devuelve a Valefort- a pesar de la situación, Andru se mostraba muy tranquilo, como si no le importase

    -Pudrete- Icaros vuelve a alzar su arco, pero debajo de el una enorme mano cubierta por un guante dorado que expedía rayos por doquier trato de atraparle, y desde el suelo, donde salía aquella mano, una segunda aparece saliendo una cabeza de una bestia, la cual estaba cubierta por una gran armadura dorada. El monstruo logra salir mostrándose por completo, era Galamoth en su verdadera forma, y a un lado de el, desde su sombra, dos alas tan grandes como él, y en un agitar, emergen un dragón de igual tamaño. Era el dragón de la oscuridad Seth. Ambos guardianes comenzaron a causar estragos a su alrededor sin escatimar en daños

    -¿Lo entiendes ahora Icaros? Mejor devuelveme a Valefort antes de que estos muchachos causen mas estragos

    -¡MUERE!- Icaros se eleva y desde el cielo dispara una flecha la cual impacta con un pentagrama que se había formado delante del arco, al tocar el pentagrama, este brilla liberando una lluvia de flechas pero todas fueron desvanecidas en el aire por el fuego exhalado de Seth. Distraído por el espectáculo, Andru aprovecha la oportunidad, sacandose el keykogi quedando este sujeto por su cinturón, aquella camiseta negra y ajustada, tenia parte de la espalda abierta, en eso dos grandes alas negras de dragón emergen y de un salto Andru se impulsa hasta Icaros, quien reacciona tarde y es atrapado por Andru, con su mano sobre su rostro, y con la otra soltando las cadenas del caos, le amarra y caen juntos, haciendo que Icaros chocara directamente con el suelo dejándolo gravemente herido. Andru se acerca y toma su espada, con ella en mano, la desenfunda y una gran fuerza oprime a todos en el lugar haciendo que cayeran sofocados, tan sólo un instante, Andru vuelve a guardar su espada y la cuelga en su cintura.


    -Maldito- decía Icaros con un fuerte jadeo que demostraba su dolor –No…. No dejare… que te…. Te… vayas- con aquel maltrecho cuerpo, logra levantarse, pero sus pies apenas le sostenían, antes de que pudiera hacer algo, le da un fuerte puñetazo en el estomago obligándole vomitar sangre, sutilmente se acerca a su oído

    -Si no hubieras hecho tanto alboroto la primera vez, o me hubieras entregado a valefort cuando te lo pedi, no hubiésemos llegado a esto- su voz fría sin remordimientos le produjeron un gran temor a Icaros el cual recordaba las palabras de Maximiliam. –Nos vemos Icaro- Andru le deja caer, pero al dar la vuelta la joven Catrina, asustada pero fiel a su deber le desafiaba. Andru se acerca y toma la lanza y se la arrebata, la presencia de Andru era demasiado fuerte, el temor de Catrina la consumió haciendo que esta cayera arrodillada sin poder enfrentarle. Mientras se alejaba, ambos guardianes se disipan liberando a la ciudad de la agonía del caos. Al llegar al borde Andru mira a sus compañeros –Yûko, chicos… nos vamos- Andru se voltea hacia el borde del abismo, Yûko se sube a su espalda y se sujeta fuerte, en eso Max se acerca mirando el borde

    -¿Cómo pretendes que bajemos?- antes e que pudiese tener una respuesta, tanto a el como a Tatiana les rodea las cadenas del caos, y sin previo aviso Andru los lanza al vacio y consigo el mismo.


    En aquella precipitosa caída, Max y Ti se mostraban preocupados, en eso Andru vuelve a dispersar sus Alas pero esta vez adquiriendo la forma de semidragón y así logrando bajar hasta tierra firme…

    Mientras tanto, desde las alturas, oculto en las nubes, Pharos y la sombra de Erion admiraban el espectáculo


    -Esplendido, tanto poder, tanta maldad, deseo… deseo acabar con ella- decía Erion estremecido por sus ansias

    -El ira por tu cabeza, sólo espera

    -Tienes razón… je.- dando la vuelta –Ve a echarle una mano a Icaros…


    En suelo firme, Andru y compañía daban una última mirada a aquel paraíso, un paraíso del cual no eran invitados deseados. Con una sonrisa de satisfacción se van el lugar por un sitio mas seguro.
     
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    Ahora a perderme por otro rato mas... me disculpo por ello, pero la universidad pide tiempo jejej.
    ojala les haya gustado. Hasta el siguiente Cap. el Nº 32: "Promesa Eterna" y Nº 33: "Reunión".

    Bueno, bye bye
     
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    Historias alternas:"El Espadachín Titánico"
    Capítulo 01: En Rumbo

    Frente a las costas de un pequeño pueblo al oeste de Tabatha, se hallaba un joven de 23 años, su pelo negro, largo y despeinado sujeto con una tiara plateada, vistiendo un traje de viaje, protegido por una pechera de cuero y colgando desde su cintura, una larga espada recta, miraba absorto el azul del mar, hasta que fue interrumpido por los marinos del lugar...

    -¡Alone! ¡Ya es hora de partir!- le grita uno de los marinos
    -¡Ya voy!- grita el joven entusiasmado, dando la vuelta corre hasta el barco.

    El sol brillaba intensamente, el viento soplaba a favor y las gaviotas anunciaban buen tiempo para los marinos quieren se lanzaron a los brazos del mar -Bienaventurados somos los hijos de Poseidón, atados a sus caprichos, guiados por sus deseos, hemos de brindar y orar por nuestra fortuna. Bienaventurados somos los hijos de Poseidón, por ser los únicos quienes osamos contra nuestro padre, quienes le respetamos y le enfrentamos. Bienaventurados somos, porque a nuestro destino llegaremos aun cuando él no lo quiera- Recitaban los marinos desde su corazón. Alone, quien se unió a la aventura, grababa en sus memorias dichas palabras.

    -Ya ha pasado un mes desde que me encontré con Andru, y pensar que él se convirtió en un General del caos, en cambio yo, aun sigo buscando el camino de la espada, un camino que me condujo a estos muchachos- mirando a los marinos. Voltea hacia el mar apoyado en la baranda -quienes encontraron el mapa para llegar al continente perdido de Eucaria, quizás sea una locura, pero, según los archivos del alquimista RAM, en aquel lugar vivió uno de los tres legendarios espadachines de Terra, aquel quien le apodaban "Espadachín Titánico". Se dice que su fuerza era bestial, una fuerza digna de compararse con la de un titán. Con el sólo agitar de su espada cortaba bosques enteros o dividía el mar en dos, un poder mortal. El compartía su puesto con Dankalius, "el Caballero Oscuro" y Ziel, "La Emperatriz". Si todo marcha bien, buscare los secretos del Titán y estaré a un paso de convertirme en el mejor maestro de espadas y así derrotar a Andru y con ello a los Caballeros del Caos.

    El día transcurrió tranquilamente, y así fue por una semana. ya en mar abierto, desde el suroeste, una fuerte y densa ventisca azota los mares volviéndolos turbios, los marinos estaban acostumbrados a dichos eventos, pero este era distinto, algo en el molestaba al capitán quien se sentía intranquilo, pero para cuando se dio cuenta, la tormenta les atrapo. Los marineros combatían con el mar y entre ellos Alone tratando de ser de utilidad, pero para infortunio de la tripulación, cayeron en un remolino destruyendo la embarcación por completo...

    Han pasado días desde que la tormenta seso, Alone, el único sobreviviente, se hallaba varado en medio de la nada, inconsciente y con pocas fuerzas... pero la piedad del mar le dio otra oportunidad dejándole varar en las costa de una playa tropical, en donde es encontrado por un hombre de pelo largo hasta la espada y de un azul cielo.

    -Un forastero... si le recojo... Lord Danarac me colgará... joder- dice el hombre quien a pesar de sus pensamientos, recoge a Alone y lo deja en una posada de un pueblo cercano.

    A la mañana siguiente

    -¿Dónde estoy?- dice despertando todo adolorido, junto a el una bolsa con comida y una botella con agua pura. Alone no lo pensó dos veces y comió de aquel regalo. Saciado, sale de la habitación y baja al primer piso donde el dueño le llama
    -has despertado joven, cuando llegaste, estabas medio muerto, no creí que sobrevivieras
    -¿Ah?... disculpe pero... ¿Dónde estoy?- pregunta el joven algo atolondrado
    -Esto es Pravia, uno de los tantos pueblos de Eucaria
    -Eu... caria? ¿Eucaria ha dicho?- el rostro de Alones se ilumino dejando ver una gran sonrisa de alegría -¡POR FIN LLEGE!

    El destino es caprichoso, pero siempre ocurre por alguna razón....
     
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    surisesshy

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    Kyaaaaaa!!!! me gusto, me gusto me gusto, todo, el relleno, la trama, la historia principal, los nuevos personajes, las nevas facetas de los antiguos personajes, todo, especialmente Andru, quien cada vez se vuelve mas temible, tengo curiosidad de que tan fuerte es Erion, ya quiero ver su pelea con Andr y si este lo vencera, porque amigo, de ti lo puedo esperar todo, aaahh la uni te comprendo muy bien, pero igual me quedare esperando tu capitulo con ansias, puff la hermana de valefort (o hermano) debe ser igual de fuerte, por cierto las isla flotante y sus habitantes me recordaron a one piece, ¿por que sera? XD hasta el proximo capitulo!
     
  9.  
    Askelad

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    CAPITULO 32: “Promesa Eterna”

    Sentados frete a una fogata, el cuarteto disfrutaba del jabalí que Andru había cazado. Con agrado comían, pero no dejaban de estar intrigado por las habilidades de Andru y sobre todo por aquella pequeña niña pelirroja de tierna apariencia sentada en el regazo de Andru disfrutando de la comida junto a él.


    -Andru, esto…- Tatiana no hallaba como preguntar –bueno, me alegro que estés bien

    -No… exijo una explicación ¿Cómo es que eres capaz de usar los poderes de dragón aquí? Y sobre todo ¿Quién es esa niña?- Max pregunta sin rodeo alguno. Andru sonríe y asiente

    -Todo en su orden. En primer lugar, ustedes merecen una disculpa de mi parte- Andru se inclina mostrando su arrepentimiento, lo cual sorprendió a sus compañeros –Hasta ahora no he tomado muy enserio la situación y por ello es que los expuse a un peligro que casi nos costó la vida. Pero me alegro de corazón que estéis bien los dos. Tatiana, al parecer lograste sacarte un peso de tu corazón, y esa resolución te ha llevado a mostrar tu verdadera naturaleza, desde ahora no la vuelvas a reprimir nunca más. Max… lo lamento, no sé qué decir, pero prometo que no volverá a ocurrir.

    -Estás perdonado- dice Max –Ahora sólo responde a mis preguntas

    -De acuerdo. Para empezar, esta pequeña es mi hija Yüko Malcovish, a partir de ahora ira con nosotros, así que cuiden de ella como lo han hecho conmigo

    -¿hija?- dicen ambos al unísono. –Explícate- replica Max-

    -Verán, cuando tenía 17 años, en mi travesía por Tabatha llegue a un pueblo, allí conocí a su madre, ella era un año mayor que yo, pero igual logramos entendernos. Paso esto y aquello, para cuando me di cuenta ella se había marchado. Nunca más volví a saber de ella hasta hace poco. Cuando caí de Arcadia, ella fue quien me encontró, sacrifico su vida para que yo pudiese vivir, y su último deseo fue que me hiciera cargo de esta niña la cual resulto ser mi hija. Ahí fue cuando entendí que ella había huido para no darme problemas.

    -Esa <sniff> esa historia <sniff> tan triste- dice Tatiana entre sollozos

    -Que conmovedora historia, ahora di la verdad- dice Max matando el dramático momento

    -¿Verdad? ¿De qué hablas Max?- alega Tatiana, no entendiendo la situación

    -¿Eres tonta o qué? Es obvio que ella no es hija de Andru, mirala bien, que yo sepa, Andru es un dragón no un zorro mágico… les conozco bien, recuerda que viví en Echos

    -Jajaja, me atrapaste- Lo lamento- con una burlesca sonrisa se disculpa, por lo menos había logrado engañar a uno de ellos

    -Aunque debo admitir que tiene un pequeño parentesco a alguien, me recuerda a Alice- dice Max, en eso Andru asiente con la cabeza

    -Eso es cierto, esta forma que tiene ahora es una imagen de la mujer que amo, ella vio a través de mis recuerdos y es por eso que caprichosamente decidió tomar dicha forma, aunque también tiene unos leves rasgos míos. Cómo sea, la historia es así…


    Después de caer de Arcadía, mi cuerpo estaba muy malherido, no tenía fuerzas para nada, no recuerdo como, pero sí que me hallaba flotando en un lago cristalino en medio de un bosque brumoso, con algo de misticismo, sin embargo alrededor de aquel lago, el sol dispersaba la bruma, aun así no lograba hacer nada hasta que mi cuerpo maltrecho topa con un viejo árbol, su aroma me era familiar, pero mi mente estaba nublada. De la nada, un pequeño ser, un espíritu del bosque, tan pequeño como una ardilla estaba sobre mí, mirándome frente a frente, su cuerpo algo traslucido de un verde pálido, sus ojos claros como dos gotas de agua me miraban fijamente. El pequeño espíritu se acercó a la bolsa que colgaba en mi cintura y saco lo que era una semilla de eternal Gaia, le mire entusiasmado, por lo cual con las pocas fuerzas que tenía se la regale, el espíritu se mostraba muy contento. Corrió hacia el árbol y deposito la semilla, y de pronto este comenzó a florecer maravillosamente, fue ahí cuando comprendí que aquel árbol, era como el que yace en el pueblo de Tatiana. El espíritu vuelve a acercase a mí y con él, varios más lo cuales se recostaron sobre mi herida y con sus diminutos cuerpos se fundieron al mío sanándome paulatinamente hasta que sellaron la herida. -Una vida por otra- fueron las palabras del espíritu el cual sonrió y desapareció en la copa del árbol. Cerré mis ojos y me deje llevar por el cansancio, pero no duro mucho. A lo mejor, un pequeño aullido llamo mi atención, me repuse y salí del agua. Mi mirada se volteo nuevamente al lago pensando que aquello tan solo había sido un sueño, pero fue real. Volví a escuchar el aullido y corrí hacia su origen encontrando a un pequeño zorro rojo atrapado en lo que parecían ser telarañas, eran demasiado grandes, materialice un corvo y con el logre cortar la densa tela la cual me dio algo de dificultad. Ya libre el zorro me mira y huye despavorido al bosque, lo único que hice fue sonreír. Para cuando me había dado cuenta de mi situación, no sólo me había adentrado al bosque si no que este se sentía extraño, de un ambiente denso, pero lo sorprendente era que podía sentir que en lo profundo de este, estaba una de las parte de Basoetsha. Continua adentrándome mas, y a medida que avanzaba, el entorno se volvía mas oscuro y nefasto, los arboles marchitos y un sinfín de telarañas de diversos tamaños, pero lo que mas me inquietaba eran los constantes rasgueos en los árboles, se sentía como si pequeñas agujas tocaran la superficie y la rasgaran para no caer. Antes que pudiera reaccionar, estaba rodeado de arañas, eran asombrosas y desquiciadamente gigantes, tanto como perro e inclusive mas grande que mi <Tatíana y Max le miraban algo horrorizados mientras imaginaban la escena>. Aun me hallaba débil, mis fuerzas no me abandonaron e invoque mis llamas negras las cuales disperse a mi alrededor alejando a las temibles criaturas, pero no fue suficiente, las telarañas no se quemaron y desde lejos sentía como llegaban mas y mas, me hallaba en un gran aprieto, en eso, desde uno de los marchitos árboles, una hermosa mujer de larga cabellera negra, de piel blanco pálido, cubierta por un vestido negro de seda abierto de par en donde colgaba de sus brazos cubriendo sólo desde su cintura hacia el suelo y pecho tapado con su sedoso pelo. Sutilmente se acerca a mi con una sonrisa, era realmente hermosa, pero sentía algo maligno y a la vez familiar.

    -No me gusta que mis presas huyan, menos si son tan deliciosas como, pero tu no estas nada mal- dice la mujer con una sensual voz, al abrir su boca saca su lengua larga en la cual llevaba incrustada una gema, la cual resultaba ser la gema de Basoetsha, sin respeto alguno lame mi mejilla gustándole mi sabor. Comenzó a reír y de su espalda su pelo se alborota y le emergen gigantescas patas de araña que la elevan, su sensual boca abre como la mandíbula de una araña llena de filosos dientes- tu seras mi sena y la de mis queridos hijos- comienza a reír diabólicamente, pero antes de que pusiera su horrenda mandíbula, un leve resplandor rojo cae desde el cielo el cual desencadeno un tremendo incendio, las telarañas que me sostenían se derritieron y con un poco de esfuerzo logre zafarme y golpe a la mujer araña sacándola de encima. Sin pensarlo corrí hacia el origen del destello el cual me condujo lejos de aquel siniestro lado del bosque volviendo al comienzo de aquel bosque denso bosque, pero su sensación era distinta, era mas mística y pura, el único detalle era que este esta cubierto de una neblina que no dejaba ver mucho que digamos.

    Aquel destello había desaparecido y sin mucho que hacer, decidí explorar ese lado del bosque. No se cuanto habré caminado, pero no importara cuanto avanzara, parecía que anduviera en círculos. Me detuve para admirar mi entorno, pero nada, hasta que en tan sólo un instante vi una gran sombra la cual oscureció todo, pero como dije tan sólo un instante. Sin miedo y quizás por osadía, corrí tras esta sombra hasta dar con una extraña estructura, como el marco de una puerta, pero era especial, nunca había visto uno como esa. Mientras caminaba por el camino de piedra, admiraba las estatuas de zorros que estaban a los costados. Al final del camino había otro marco, y detraz de este unas escaleras que daban a un gran terreno en donde yacía un templo. Camine cautelosamente hasta el centro y de la nada algo cae desde el cielo, sin tiempo de reaccionar sólo alcance a tirarme al suelo evitando ser aplastado. Me levante e intente tomar a Valefort, pero fue ahí cuando me percate que no la tenía conmigo por lo que materialice a Galamoth. Observe a aquella criatura, era un enorme zorro, mucho mas grande que cualquier chacal del infierno. Su robusto pelaje rojo casi como las llamas, sus ojos pardos y fieros, su grandes dientes y garras y por sobre todos esas nueve colas que oscilaban furiosamente. Aquel zorro dio un gran rugido y se abalanzo contra mi, intente retenerle con Galamoth pero era inútil, cada vez que lo envolvía, su cuerpo se convertía en trozos de papel y aparecía por cualquier dirección. La batalla no duro mucho, en un fuerte azote, el zorro me lanzo contra un pilar que estaba al costado del templo, yo estaba cansado y ya no deseaba mas, pero si me quedaba tranquilo, sería mi fin. Mientras aun permanecía tirado en el suelo, veía como el zorro se acercaba lentamente mientras en sus nueve colas, las cuales estaba abiertas como un abanico, se prendían en sus puntas bolas de fuego que pretendía arrojarme, pero ante de que pudiera hacerlo, un pequeño zorro, el mismo que había salvado en el bosque se interpuso

    -Muévete- dijo una voz varonil y profunda denotando una gran seriedad, pero el pequeño zorro no se movía, aun cuando temblaba -¿Por qué ayudas al extranjero? –le pregunta el gran Zorro. El pequeño comenzó a moverse mientras hacia unos extraños ruidos los cuales no entendía. Al terminar, el zorro voltea su mirada hacia mi a la vez que las bolas de fuegos se extinguían, no se como, pero me di cuenta de su expresión de felicidad al igual que la mia al ver que ya no me encontraba en peligro. Aquel gran zorro se vio envuelto en un torbellino de hojas y al disiparse en lugar de una gran bestia, se hallaba un hombre alto, mas que yo. Vestia un traje blanco y holgado de anchas mangas y se extendía desde su cintura y espalda en dos partes, por debajo, llevaba unos pantalones anchos de color café como los troncos del bosque con hermosos diseños de hojas de otoño. Su largo pelo rojo y liso le llegaba hasta la mitad de la espalda y sobre su cabeza un extraño sombrero largo y negro al igual que los diseños de estrella de cinco puntas que llevaba dibujado en la espalda de su traje. Su rostro era el de un hombre de unos cuarenta años, de atractiva figura. Se acerca caminando, mientras lo hacia la niebla se disipaba mostrando la verdadera forma del lugar. Era hermoso, ea un verdadero santuario salvaje pero sagrado. Ya frente a mi, aquel hombre se arrodilla sin quitar su mirada de la mía -¿Por qué le ayudaste?

    -¿Te refieres al pequeño zorro? Pues ¿por qué no?- respondí con otra pregunta la cual pareció intrigar al hombre

    -los humanos sois unas criaturas extrañas. Os destruis entre vosotros, no tienen respeto por los espíritus que les rodean, tienen a alterar el equilibrio con las guerras y sus pecaminosos actos, pero aun así, aun así hay quienes caminan fuera de la regla. Sin embargo eso no aplica a ti ¿o me equivoco demonio?

    -El termino correcto es Dragón del Caos- respondí con una sonrisa

    -Una vida por otra- se levanta y me da la espalda –Márchate un vez que te recuperes

    -Eso sería fácil si no estuviera tan lastimado… además aun tengo asuntos en el otro lado del bosque con esa mujer araña, ella tiene algo que me pertenece

    -Explícate Dragon

    -En primer lugar, mi nombre es Andru Malcovish, lo segundo, esa mujer araña tiene el orbe mágico de mi espada, con ese orbe en su poder, ella ha logrado aumentar sus poderes.

    -Eso explicaría como ha logrado avanzar tanto estos últimos meses. Eso quiere decir que la razón de que muchos de mis camaradas hayan muerto es por tu culpa

    -En pocas palabras, sí… si necesitas que me haga responsable, pues acepto. Sólo dime como acabar con ella

    -No te será fácil, si no fuera por Yüko no hubieses escapado de las redes. Mi nombre es Tamahome, un zorro de 130 años que ha heredado las artes del Onmyo del sumo sacerdote Huan-Tsen hace ya mas de 80 años.

    -Un placer Tamahome. Si fuese posible, ¿Podrías hacer algo con estas heridas?

    -Si has de prestarme tus fuerzas, será mejor que sea en tu pleno estado. Akane, Naoto, háganse cargo de él- dice el Tamahome y desde los arboles descienden dos extrañas criaturas, era otro zorro de color castaño con tan solo dos colas, y un mapache igual color, ambos se transformaron en humanos, el zorro en una joven doncella y el mapache en un muchacho algo desaliñado. Con gran sutileza comenzaron a tratar mis heridas, en eso todo el lugar comenzó a rodearse de distintas criaturas, zorros de varias colas, mapaches, cuervos, serpientes, y otros animales que no recuerdo, pero el que destacaba mas era Tamahome, no solo era fuerte si no el guardián de todos esos seres.

    -Señor, señor- dice Akane -¿Cómo se iso esa clase de herida? Se ve que los espíritus le sanaron, pero esas heridas son muy graves

    -Esto… bueno, en una batalla con Icaros, el me arrojo una lanza hecha de luz la cual me atravesó y luego exploto con ello caí de Arcadia hasta no se… sólo recuerdo haber despertado en un lago donde me ayudaron unos espíritus del bosque…

    -¿Arcadia? ¿esa no es la isla del hombre pájaro de los Okrams lord Tamahome?- pregunta Naoto

    -Afirmativo, para que el te hubiese atacado significa que eres un enemigo de Echos ¿Hay algo que quieras decirnos Andru?- Tamahome no quitaba su mirada de mi

    -Algo… eso seria pues… de que soy uno de los cinco generales del Caos de Tabatha

    -Había escuchado algo al respecto. Es cierto que puedo notar una temible Aura maligna, pero aun veo algo de luz… poca, pero la hay.

    -¡LISTO!- dicen ambos sirvientes de Tamahome al unisono –Sus heridas están curadas, en dos días estará listo para el combate- dice Naoto con una desaliñada sonrisa –Yo creo que mañana lo estará- refuta Akane


    Esa noche, bajo la mística luna en aquel bosque, agotado por la exhaustas experiencias cai bajo un profundo sueño en el que logre adentrarme en mi mundo en donde los recuerdos me invadían, entre ellos vi a una pequeña niña pelirroja corriendo de un lado a otro, pero lo que mas me impacto fue el haber escuchado una voz que me llamaba, me incitaba a ir a la ciudad de Tao-Tsen tan pronto como pudiese… sin respuestas, desperté y tal como había dicho Akane, mis heridas habían sanado, comprendí que la influencia del bosque sobrepasaba a la del sello por lo que parte de mis habilidades de dragón ayudaron a sanarme. Al levantarme, me fije que junto a mi la pequeña Yüko dormía plácidamente pero despertó al momento de moverme.

    Camine un poco por el lugar admirando aquella mística zona, pero no duro mucho, me tope con Tamahome quien al verme comenzó explicarme la situación, al parecer durante la noche, la Jyorougumo <cómo ellos le llamaban> había comenzado a avanzar destruyendo parte del bosque, había sobrepasado los límites y estaba invadiendo terreno sagrado, todo por obtener mi carne, ella deseaba el poder oscuro que albergaba mi ser.

    Tamahome toma su forma de zorro de nueve colas y monte sobre él. Corrió rápido hacia la zona en donde la maligna Jyorougumo se encontraba, en el camino nos topamos con distintos de sus esbirros pero con el fuego fatuo que emanaba de las colas de Tamahome los eliminábamos fácilmente. Al llegar frente a la dichosa mujer, nos vimos rodeados por cientos de sus esbirros, pero con la débil influencia del sello abkanis, logre transformarme en mi forma semi dragón e invoque a Astaroth la cual inbui con el fuego Fatuo. Fácilmente nos deshicimos de las criaturas y nos enfrentamos contra su jefe, la cual había adoptado una horrenda forma arácnida la cual superaba en tamaño a Tamahome.

    La batalla fue dura, aun con parte de mi poder dragón y las extraordinarias habilidades onmyoji de Tamahome, parecían no afectarle, la gema de basoetsha le hacia inmune a todo, en un descuido fui atrapado por las cedas, en donde la el monstruo trato de devorarme, por Tamahome se interpuso siendo este mordido y a la vez envenenado, y de un solo agitar lo escupe lejos, Tamahome se veía muy mal herido y rodeado de los esbirros. Senti una ira y un deseo de muerte como ninguno, y en eso la misma voz de mis sueños vuelve a hablarme –déjalo salir- exhale, no comprendí, pero mi cuerpo sabia que hacer… -Devora todo, Galamoth- antes de que pudiese hacer algo, un rayo negro cae del cielo y desde el suelo un brazo gigante cubierto de una dorada armadura agarra la cabeza de la Jyogrougumo y la revienta calcinando a al vez el cuerpo con los rayos que hemergian de la mano, las arañas al ver como su ama había muerto se retiran despavoridas y temerosas, al igual que Galamoth se desvanecía en la tierra en donde logre ver una diabólica sonrisa. Ya libre corrí hacia Tamahome quien estaba muy lastimado, con las fuerzas que aun tenia lo cargue y lleve hasta el templo donde las demás criaturas me ayudaron llevarlo justo enfrente del templo que era su hogar. A pesar que la batalla había sido corta, había cobrado una vida muy valiosa.


    -Andru- aclama Tamahome en su agonía –Ha sido corto el tiempo que hemos estado juntos, hubiera deseado conocerte mejor, como lo hice con Dankalius Malcovish- al escuchar el nombre de mi abuelo quede sorprendido –Yo ya sabía de tu venida, como el dijo, su heredero vendría algún día y me prestaría el poder que necesitara, pero a cambio… <toce sangre> a cambio le daría el poder necesario para continuar su camino… lamentablemente no tengo dicho poder

    -No sigas… cuéntame todo una vez que te recuperes

    -No… yo no sobreviviré…- con mucho esfuerzo se levanta y camina hacia las puertas del templo, mientras que su cuerpo adquiría la forma de un pequeño zorro no mas grande que lo normal, se acuesta frente a la puerta y se rodea con sus nueve colas- Andru… no puedo darte el poder que le prometí, pero si la herencia de mi raza. Yüko, en tus manos dejo el libro del Onmyo, ve con Andru… se le aprecias y nadie te reprochara por acompañarle, conviértete en el ser que será el soporte para el destructor… y a ti Dragon, júrame que la cuidaras ,as que a tu vida

    -Lo haré como si fuese mi propia hija-

    -Gracias… mis compañeros, mi familia, lamento mi partida, pero mi espíritu siempre estará con ustedes, ahora es momento de descansar…- lentamente cierra los ojos hasta no abrirlos mas, todos en el lugar lloraron su partida mientras los cuervos le cubrían con un manto blanco y las puertas que permanecían cerradas se abren y dentro de estas una doncella de blancos cabellos y de una hermosura indescriptible lo toma entre sus brazos y se lo lleva dentro, era algo que nunca vería otra vez en mi vida. Dando mi última despedida, me aleje del pueblo y con migo Yüko quien me había entregado el libro de Tamahome. En un par de horas salí del bosque y me halle frente al camino que daba a Tao-Tsen. Esa noche llore la partida de un posible gran amigo…
     
  10.  
    surisesshy

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    UUUUUH que perfecto regalo de cumple,encontrar conti en tu historia... aunque mas corta de lo normal.

    RAYOS incluso yo me la crei que era su hija de sangre >.> joooo!!! pinche Andru. Me sorprendio su actuar, Andru nunca habia actuado de esa forma, se veia... maduro XD lo siento pero siempre lo eh visto como a un chamaco jugueton.

    Por cierto yo sabia que andru era anormal pero rayos salvarse de un ataque asi, nooooo, ya eso es estar tocado por dios XD el tipo tiene suerte, si si si ya se es el prota y no puede morir facilmente.

    Me gusto la conti pero QUIERO MAAAASSS obviusli ;_; asi que continuala pronto!! bey.
     
  11.  
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    Me tarde un chingo en terminar este capitulo, pero bueno, una disculpa, en especial a Surisesshy. pero bueno, aqui va e cap 33.
    Espero que les guste.


    CAPITULO 33: “Reunión”


    -Es una historia algo triste- dice Tatiana a la luz de la antorcha

    -Ciertamente- apoya max con un leve tono de tristeza

    -Sin embargo ese no es el fin de la historia, aquella voz que me estuvo hablando en mi estadia en el bosque, aún continuaba llamándome, con lo cual llegue a la conclusión de que provenía de Tao-Tsen…


    A tan sólo unas horas de Tao-Tsen, con mi mente despejada y mis objetivos claros, tenía que decidir qué hacer. Tenía en mi poder otro fragmento de Basoetsha, podía sentir a Valefort llamándome desde los cielos y yo sin poder ir en su búsqueda y en vuestra ayuda. Antes de abandonar el bosque un viejo mapache se nos acercó, advirtiéndonos que aquel lugar era tierra sagrada donde las impurezas no eran bienvenidas, era claro que mi esencia maligna sería un problema, además de la pequeña Yüko, pero que podía hacer.

    Sin más demoras, caminamos hacia Tao-Tsen. A tan solo unos metros, decidimos disfrazarnos, materialice una capucha con la cual cubrí los rastros de la batalla y a su vez Yüko uso una de las habilidades típicas de los zorros, la trasformación, en donde adquirió la forma de una especie de serpiente llamada Kudakitsune, con aquel reducido tamaño se introdujo en mi ropa enrollándose en mi cuello, lo cual era agradable, era como tener una bufanda de piel de alta calidad. Como sea, ya con un pequeño disfraz nos adentramos a la ciudadela. Su construcción era muy particular, aquellas formas tan hermosas, estructuras que utilizaban bastante las curvas en su forma, unos colores agradables. Sus calles limpias con árboles muy distintos a los que afuera rodeaban, pero en particular aquella cuerda blanca de gran grosor que estaba amarrada a la mayoría de los árboles. Su gente no era muy distinta de la vista en Echos, sólo todos humanos. Sus ropas eran particulares, parecían ser vestidos largos de diversos diseños en las mujeres, y en los hombres, pantalones anchos con una chaqueta holgada. Era una ciudad bastante grande y viva. Mientras caminaba por aquellas calles con suelo de piedra, llegue a parar al distrito comercial, con diversos puestos de comidas, comercio, y todo aquello me vi algo abrumado, pero no hubo tiempo de estarlo, cerca mío un ladrón habría perpetrado su viles actos, venia en dirección mía y detrás de este los soldados y el afectado, apenas estuvo cerca, por instinto le agarre el cuello y lo azote al suelo impidiendo su escape, pero también llamando la atención. Trate de irme pero un soldado me detiene, me observaba sospechoso pero tan sólo agradeció mi gesto y me dejo ir.

    Camine por una hora observando el lugar, aquellos canales de piedra cubiertos por cristalina agua, los peces de hermosos colores nadando de un lugar a otro. Realmente era una ciudad espectacular, rebosaba de pureza, era como si todo mal se esfumase, e inclusive el sello que estaba sobre mi se había desvanecido un poco como lo fue en el bosque, pero no me preocupaba, mi naturaleza maligna se veía apaciguada y lograba pasar desapercibido. En mi recorrido llegue al centro de la ciudad en donde se hallaba una un hermoso templo, era como una choza por su forma, su base ancha y redonda iba disminuyendo en cada uno de sus seis pisos hasta terminar en una cúpula con hermosos decorados sobre esta. Trate de acercarme pero dos cosas fueron las que me impidieron hacerlo. Una eran los guardias que custodiaban todo el recinto, y dos, una extraña presencia que parecía custodiar el perímetro. No deseaba problemas pero debía entrar de una u otra manera, después de todo, aun escuchaba aquella familiar voz llamándome desde dentro de aquel templo. Di media vuelta y camine en dirección norte con destino a uno de los tantos jardines que allí había. Sentado en una banca comiendo unos extraños pero deliciosos bollos junto a Yüko quien aún permanecía en su forma de pequeña, varios soldados se acercaron y entre estos un hombre de gran tamaño, casi tanto como Baku, su piel morena de gran musculatura, con unos tatuajes rosjos que cubrían su desnudo torso, vestía un pantalón ancho y blanco con una muslera de igual color que le cubrían los costados de las piernas hasta la rodilla; sus muñecas con grandes brazaletes blancos y en sus dedos 5 años blancos. Su rostro fiero de edad, quizás unos 40 o 50 años, de frondosa barba blanca, al igual que su cabellera y unos ojos profundos; sin embargo era su equipo lo llamaba mi atención, pues en su cintura por la espalda cargaba una hermosa katana de oro y de gran tamaño y aquel extraño disco dorado que llevaba incrustado desde la mitad de su espalda parecía canalizar mucha energía a simple vista.


    -¿Qué asuntos tiene un demonio como en nuestro sagrado santuario?- pregunta el hombre mientras sus soldados me rodeaban apuntándome con sus lanzas

    -Deseaba conocer el templo, pero creo que es imposible- respondí con calma, estaba más interesado en terminar aquellos deliciosos bollos.

    -Mi nombre es Enka- dice aquel robusto guerrero quien se sentó en una roca justo frente a mi mirándome fijamente con una sonrisa despreocupada. Le ofrecí uno de los bollos que tenía el cual acepto gustosamente sorprendiendo a sus soldados –Por su sabor, diría que es de Kanade-san, sabroso. Gracias por la ofrenda, ahora dime demonio ¿con qué propósito deseabas entrar en nuestro templo?

    -Una voz me llamaba, sólo quería saber quién era- tan sólo me quedaba la mitad del bollo

    -Es raro e interesante. ¿De dónde eres?

    -Soy de Tabatha.

    -Interesante. Bueno demonio

    -Andru, Andru Malcovish...- interrumpí, es cierto que soy un demonio, pero tengo un nombre

    -lo lamento, entonces… Andru… como deberías saber pero no lo sabes, en esta ciudad está prohibido la presencia de cualquier entidad maligna, no importa su origen, deben de ser erradicadas, ya que esa es mi misión como Asura ¿Ahora comprendes porque estoy aquí?

    -Lo comprendo. Ahora que lo recuerdo, no hace mucho me enfrente a otro que también decía pertenecer a los Asura, era un maestro de espadas muy habilidoso, un tal Shura

    -¿Qué fue de mi antiguo camarada?- pregunta Enka muy intrigado

    -mis compañeros y yo acabamos con él, pero insisto que fue su culpa, ya que él quería robar mi espada.

    -Una lástima, era un gran hombre, pero por alguna razón su alma fue corrompida por algo muy maligno- se mostraba algo triste, en eso saco la empuñadura de Basoetsha mostrándole el origen del cambio de Shura

    -Esta pequeña empuñadura es lo que lo controlaba, esta es tan solo la punta del iceberg de una espada cuyo poder erradica en la maldad pura, la espada que sólo los pecadores pueden portar.

    -Ya veo- dice levantándose. Guarde la empuñadura y tome algo de distancia de Enka y los soldados –Da igual las circunstancias que nos ha llevado a esta breve charla. Por favor, muere.


    Enka coloca su mano en hombro y en aun milésima de segundo un rayo recorrió el halo en su espalda liberándose en su palma, me agache soltando la capucha la cual quedo totalmente chamuscada, en un giro rápido materialice a Astaroth con la que me quite de encima a todos los guardias y tome mayor distancia de mi oponente quien me miraba encantado. Con aquel fuerte brazo desenvaina la espada, la cual al igual que su funda, era totalmente de oro y de hermosos diseños


    -En la antigüedad, esta espada era un bastón de oro, tuve innumerables batallas las cuales fueron grandes victorias. En mi última batalla en un extraño laberinto, me enfrente a un mítico demonio de rayo, su fuerza y tamaño descomunal impidieron mi victoria, mi arma fue destruida y antes de morir fui salvado por el Sumo Sacerdote Tao Jung quien me acogió a sus servicios. Me otorgo el poder del demonio lo cual vez en mi espalda, y mi arma fue fundida para crear esta nueva espada que es capaz de canalizar la fuerza del rayo.

    -Ya veo… en pocas palabras soy más fuerte que tu

    -¿a qué te refieres?- pregunta Enka

    -Aquel demonio dl que hablas se llama Galamoth y es uno de mis sirvientes, prueba de ello es que puedo materializar su poder en esta arma- estire mi mano y materialice a Galamoth la cual liberaba sus poderosos rayos

    -Si no fuera porque reconozco esa presencia, no te creería. Soldados, aléjense, él es alguien peligroso.


    Los soldados se alejaron quedando en un lugar más seguro, el cuerpo entero de Enka brillaba por la electricidad que se generaba en el halo de oro la cual se manifestaba en la espada en tremendos rayos azules. Sabía que sería una batalla peligrosa y le pedí a Yüko resguardarse. Ya preparado, sin dar respiro a mi oponente le ataco con el látigo pero este rebota al ser bloqueado por la espada ye n un leve giro contraataca bloqueando el ataque con la espada en forma sólida creando un poderoso choque eléctrico, cada uno volvió hacia el otro intercambiando un sinfín de golpes pero ninguno acertaba; con un golpe al suelo logre tomar distancia, comencé a sentir el efecto de las heridas de mi último combate, sólo había una alternativa, huir de aquel lugar. Guarde a Galamoth en eso Enka me arroja un poderoso rayo el cual retuve con mi mano derecha acumulándolo en el guante del caos, utilizando una de las técnicas de mi maestro Lung, junte mis manos al pecho con los puños cerrados retrayéndolos con fuerza hasta dejarlo en mi cintura, la electricidad acumulada creaba gran estática entre mis puños y sin quitarlos de su posición doy un salto hacia adelante dando un doble puñetazo con las manos abiertas simulando las fauces de un tigre y liberando todo aquel rayo el cual avanzaba cortando y calcinando todo como poderosas cuchillas. Enka con su poderosa espada retiene y desvía los rayos al cielo, pero para su sorpresa yo me había fugado con Yüko, no sé qué tan molesto estaría, pero no le fue fácil encontrarme.

    Me hallaba nuevamente en el centro de la ciudad caminando entre los pasajes evitando a cada soldado que podía pero no duraría mucho tiempo. En mi sigilo, accidentalmente me topo con una pequeña niña, no tendría más de 11 años. Sus cabello largo y liso hasta la mitad de su espalda, su piel blanca como la nieve y de ojos de verdes como la hierba fresca. Vestía un traje similar al de Tamahome, pero con menores detalles. La pequeña emanaba una extraña pero pacifica aura, era demasiada pura. Con aquellos ojos me pide ayuda, me conto que los soldados le perseguían pero no menciono la razón, no dude y la ayude llevándola al cementerio donde me había indicado. Allí, frente a una tumba de piedra muy particular la pequeña comenzó a rezar. Al terminar se voltea a mí.


    -Esta es la tumba de mi madre, no la he podido visitar en más de 5 años debido a mis labores

    -¿Por casualidad eres una onmyoji?- pregunte sin pensarlo mucho

    -Sí, soy la Gran sacerdotisa de esta gran ciudad, soy la sucesora del legado de los Tao, mi nombre es Tao-Lin. La verdad es que nuestro encuentro estaba predestinado, y lo sé por dos visiones que tuve cuando era pequeña y una de hace tan sólo una semana. En ella lucias muy distinto, te veías mas maligno y estabas acompañado por una niña menor que yo. Y eso no es todo, en aquella visión yo tenía que llevarte dentro del templo hacia el portal espiritual.

    -eso tiene sentido, una voz me ha estado llamando hacia dentro de aquel lugar.

    -Tenemos que irnos, ellos vienes

    -No… no será necesario- me agache y tome a Yüko –Escóndete con Lin, ella entenderá. –Yüko me miro algo nerviosa pero no dudo en obedecerme y se introdujo entre las ropas de Lin provocándole algo de cosquillas.


    Al instante, dos entidades aparecieron, uno de ellos era Enka y el otro era una mujer de cabello negro y muy largo amarrado en una cola con un cinto rojo de hermosos diseños y fijado con un pin de esmeralda. Vestía un traje amarillo y sobre este una chaqueta purpura en forma de triangulo hacia el centro. Desde su cintura se desplegaba una larga falda roja con diseños de cuadriculares en la base en dorado y esta era sujetada por un obi negro del cual desprendían siete lazo negros cuyas puntas terminaban en purpura y sus bordes en dorado. En ambas manos portaba brazaletes que sujetaban las mangas amarillas y en sus piernas dos zapatos de igual color. Portaba una espada curva de gran tamaño con incrustaciones de rubí en bases de oro al igual que la empuñadura. Tenía una mirada seria, más que la de Enka.


    -Lady Tao-Lin, por favor aléjese de ese demonio y vuelva al templo para resguardarla del peligro

    -¡No comprendes Tae! El…

    -No me importa, como Asura de Tao-tseng juré protegerla de cualquier mal, se lo juré a usted y al sumo sacerdote que en paz descanse.

    -Ve muchacha- le dije dándole un empujón, la pequeña algo insegura acepta y se va junto a Tae. En eso Enka se acerca a mí colocando su espada en mi cuello, yo sonreí y extendí mis manos, me estaba entregando, pero a Enka no pareció gustarle y me da un fuerte golpe con el costado de espada tirándome al suelo. Me levante y volvi a estirar mis manos, pues preferí entregarme a tener otro problema

    -¿por qué no te defiendes?- pregunta Enka mientras me tenia agarrado desde el cuello de mi abrigo

    -Ustedes deben entregarme a la justicia de los Okrams, después de todo soy el general de la primera brigada del caos. Estoy algo exhausto, así que por ahora sólo deseo jugar al prisionero.

    -Aun cuando sea cierto, como Asura es mi deber acabar con todo demonio

    -Debemos entregarlo a las autoridades Okrams, debo admitirlo, no ha hecho ningún daño desde que entro en Tao-Tsen- Dice Tae con una mirada fría mientras me daba la espada y se marchaba con Lin.


    Fui tomado preso y llevado hasta una torre que quedaba muy cerca del templo, donde me confinaron en el último piso, era una habitación extraña, no se veía tan sólida pero estaba rodeada por una extraña energía impenetrable, Enka me dijo que me sería imposible huir, aquella celda disipaba mi poder oscuro, el tenía razón, pero no era motivo para preocuparme. Me acerque a la muralla y di un fuerte puñetazo, uno con más fuerza de lo que podía realizar provocando que la torre entera se remeciera pero el escudo aun se mantenía. Enka estaba asombrado de tal poder. Resolví quedarme sentado y meditando.

    Enka dejo el piso dejándome sólo. Me mantuve tranquilo meditando, esperando a que vinieran en mi ayuda. A tan solo unos minutos de mi encierro, frente a la reja de mi celda aparece Yüko cargando la llave envuelta en un extraño papel que resultaba ser un talismán, con el cual pudo atravesar la barrera y deshacerla. Aquello produjo que mi poder se liberara estrepitosamente llamando la atención de todos, sobre todo de Enka, quien no tardo en llegar a al lugar, pero era tarde, ya había roto la pared que daba hacia el templo y sin miedo alguno, tomo a Yüko y doy un gran salto impulsándome con una técnica de viento hasta caer en el techo de este pasando de largo. Me hallaba en el segundo piso rodeado de monjes y espiritistas asustados y otros que me apuntaban con extrañas armas, pero mi mente estaba en otra, la voz venía desde el sexto piso. Los soldados me atacaron y los evadí corriendo en dirección a la escalera en iba bordando todo el contorno de la estructura hasta llegar al último piso donde estaban Tae y Lin, y para mi sorpresa también Enka. Lin se mantuvo al margen, pero indiscretamente me apuntaba a una puerta cerrada, era una entrada extraña, su forma circular con varios signos dibujados y en su marco de igual forma una escritura similar a la del libro del caos.

    No tuve tiempo de admirar dicha puerta, pues Tae y Enka estaban sobre mi sofocándome con sus ataques los cuales bloqueaba con Astaroth, pero difícil, ambos hacían un gran equipo, tanto que me acordaba de ustedes. Siempre he pensado que las cosas que me han sucedido han sido por capricho del destino, y como en otras ocasiones, Enka me golpea fuertemente arrojándome justo al lado de la puerta, la cual comienza a brillar, pero era un brillo oscuro, al abrirse una resplandeciente luz se vio opacada por unos extraños tentáculos de energía oscura que me agarraron hacia adentro cerrándose las puertas inmediatamente.

    Sentía mi cuerpo ligero, como si flotase en la nada, era todo blanco y pacifico, pensé que estaba muerto, pero fue una voz de antaño quien me trajo a la realidad, aquella voz que tanto me llamaba resultaba ser Dan, mi querido abuelo Dan.


    -han pasado muchos años Andru- dice el con su serenidad de siempre, aun mantenía aquel semblante sereno, serio y frio pero con algo de melancolía en sus plateados ojos, el mismo de siempre. Camine hacia él y simplemente lo abrase y comencé a llorar, fue cuando me di cuenta de que poseía el aspecto de mi yo de 6 años, con algo de ternura, como nunca antes el corresponde a mis sentimientos, pero aquel emotivo momento sólo era un efímero acto de mi yo reprimido. –Has vivido bien, pero aun no has crecido como esperaba. Andru- dice mientras me alejaba de si para poder verme a la cara –Esta no será la primera vez que nos veamos, pero si la más importante. Escúchame Andru, y escúchame bien pues mis palabras no podrán ser repetidas. Ante todo, quiero disculparme de la forma más sincera que puedo mostrar contigo- yo me sorprendí de esas palabras, pero sobre todo del hecho de que para mí un niño, el gran guerrero que él era se arrodillara ante mi totalmente arrepentido –Todo lo que has sufrido, y lo que aun te falta por sufrir, todo lo que has tenido que superar, todo los cambios que has padecido, batalla una de las importantes batallas que has librado, todo ello es mi culpa, yo construí tu camino, yo fui el creador de tu fatídico destino, por eso, aun cuando no sienta remordimiento alguno, debo de darte mis sinceras disculpas, pues cargas con el peso de mi venganza.

    -No lo entiendo- dije confundido y aun con algunas lágrimas en mis ojos, el se levanto y sujeto mis hombros, y con su mano derecha me mostro el horizonte en todo lo que era nada se transformo en tierras llanas y desconocidas

    -Toda mi vida he mantenido un solo remordimiento, y ese es el no haber podido acabar con toda la humanidad, sobre todo con los dragones de Gaia, mi cobardía y debilidad me han asechado por siglos. Quizás no entiendas ahora, pero sé que lo harás, sé que veras la injusticia de estos mundos y cuando eso llegue, tendrás que cargar el peso de la destrucción.

    -¡no entiendo! ¡¿Cómo se supone que deba creer eso?!

    -porque quieras o no, tu nacimiento estaba predicho desde antes, pues eso que llevas dentro, aquella otra entidad que tu llamas tu “otro yo” no es más que el verdadero Darklis, tu, Andru Malcovish no eres más que los residuos de un alma que no pudo despertar como era debido. Tu debiste desaparecer hace muchos años atrás, pero fue gracias a mi que estas aquí ahora conmigo. Gracias a mí los caballeros del caos existe, gracias a mi es que los Okrams son lo que son, gracias a mi, Ouroboros no ha desaparecido de este mundo, y a quien has de derrotar ahora para sellar tu destino, si te preocupas por Cain, pues estas mal, el se ha convertido en una mera marioneta de este demonio de mayor poder

    -¡¿Y POR QUE NO FUISTE TU?! ¿Por qué soy yo el que debe tomar las riendas? Tu eres el más fuerte del mundo

    -Lo soy, incluso ahora sigo siendo más fuerte que cualquiera sobre la faz de Terra, pero ya he alcanzado mi límite, no importa cuánto más trate, ya no puedo seguir. Andru… ¿aceptaras este destino?

    -No lo sé-

    -Hay dos opciones, puedo darte el verdadero poder y además el mío si aceptas, un poder imparable, uno que inclusive hará que Darklis no sea nada y tu existencia sea totalmente esencial en este mundo, o puedes ser lo que eres y vivir hasta el día en que tu sanidad no tenga más defensa y Darklis se convierta una vez más como en sus otras vidas pasadas en el demonio que vivirá para acabar con Damián.

    -¿Qué tiene que ver el en todo esto?

    -no es momento para contestar eso. Ahora Andru, quieras o no, tu destino ya fue decidido, yo sólo lo he modificado a través de los años con el fin de asegurar tu existencia y que mi venganza pudiera ser llevada a cabo.

    -estás enfermo- le dije, ya no me sentía yo mismo, un extraño viento rodeo mi cuerpo y recupere mi forma original –hay algo más que ocultas, si fuera tan solo venganza, no te habrías tomado tanta molestia.

    -Nunca se te escapa nada, realmente te crie bien. La nada, persigo la nada misma, siempre he deseado el poder para acabar con todo, porque al final, una vez que la nada exista, él tendrá que aparecer y corregir todo.

    -¿él? ¿Hablas de Dios?-

    -No seas tan ingenuo, el no se molestara con criaturas tan efímeras como nosotros. Por ahora no hay razón para hablar de ello.

    -cuando dijiste que habías manipulado todo ¿eso incluye la vida de mi madre? ¿La relación que tuvo con mi padre y Shang? ¿El hecho de que me haya convertido en general de caos? ¿Todo aun después de morir?

    -Todo Andru, Mitsha, a pesar de ser un dragón del caos perfecto, un verdadero demonio capaz de igualarme, no tiene el poder necesario para cumplir mis ambiciones, además, aun cuando no quiera admitirlo, no tiene el valor suficiente para acabar contigo, al contrario de ti, tu no dudarías en matarla, y bien lo sabes

    -Eso…- no pude excusarme, pues tenía la razón, sería capaz de matarla si quisiera.

    -Shang simplemente fue necesario para despertar esa parte de tu madre, la parte dragón, y tu padre, el fue la llave de todo, pues la sangre Abkanis era necesaria para despertar el poder del mal absoluto. Mi muerte fue el puente entre los caballeros y tú, sabía que solo no podrías crecer como era debido, así que me asegure de que te unieras aun cuando eso significara morir. Aun estando en la muerte, tengo mis aliados y marionetas cercas. ¿no crees que es extraño que al fortuna siempre haya estado de tu lado? Pero ahora es mi última movida, al igual que en el ajedrez, tu movimiento significara el fin de este juego que he mantenido.

    -me das asco… pero, no importa cuánto trate, todo mi ser está de acuerdo contigo. Me importa un carajo tus deseos, me importa un carajo lo que vaya a pasar en el futuro, aceptare mi destino, no aceptare lo que has forjado para mí, sin embargo por ahora, viviré para hasta el día que sea inevitable, pero te advierto, cuando llegue ese día, pagaras con tu alma.

    -Para ese entonces, te estaré esperando para entregártela. Desde ahora Andru, te libero de la ultima cadena que te ata a este mundo terrenal, dejaras el camino de los mortales, caminar a la par con los inmortales, serás capaz de ver la cara de los divinos y maligno, pero por sobre todo reinaras sobre el caos mismo- Dan entierra su mano en mi pecho y arranca mi alma y la revienta, sentí que morí, pero ahí estaba, frente a él, vivo, sentía como mi cuerpo se liberaba de toda tensión, pero por sobre todo de aquella extraña influencia.

    -Este poder… este es el verdadero poder de un pecador. Sin embargo, no es lo suficientemente poderoso para enfrentarme a mis oponentes- retire mi alma la cual era más obscura que la noche y la dividí en dos, una mitad fue devuelta a mi mientras que la otra se la entregue a Yüko quien acepto mi maldad con gusto. Aquel espacio vacío comenzó a llenarse de la pureza del lugar. Mi alma se hallaba en equilibrio con ambas fuerzas. –Dan, espero que la próxima charla sea más agradable que esta.

    -<risas> la otra parte del poder, el que una vez fue mío, esta con el señor de la montaña, no dudes en recobrarlo de sus manos.

    -De acuerdo. Eso me recuerda una cosa- no alcance a terminar cuando todo se volvió nuevamente blanco

    -Nos vemos en el infierno Andru-

    -Joder… nunca me das lo que quiero. Allí te buscare… vamos Yüko- a mi espalda se abre la puerta, la cual cruce para retornar al templo. En el plano físico, mi cuerpo había cambiado, era más ligero pero firme, mi cabello había crecido y a su vez se había desteñido en las puntas quedando blanco. Mis ojos se mantenían plateados aun cuando sentía que el poder del dragón emergía. Y junto a mí, una pequeña niña pelirroja que resultaba ser Yüko.

    -¡maldito demonio! ¡Profanaste la santidad del mundo espiritual!- grita Tae saltando hacia mí, pero su espada es detenida por una gran garra negra hecha de energía oscura que provenía del brazo de Yüko, quien la arrojo lejos. Enka no aguardo y me atravesó con su espada liberando una fuerte descarga la cual desaparece, sin problema retire la espada y sujete a Enka de cuello y lo arroje hacia Tae quien lo recibe evitando el impacto.

    -No malgasten sus fuerzas- les dije mientras caminaba hacia Lin quien también venía a mi lado

    -¡Cuidado con el demonio sacerdotisa!- grita Tae muy preocupada, pero quedo impresionada al ver que me había arrodillado frente a la pequeña

    -Muchas gracias por permitir conocer mi destino

    -lamento que sea de esa forma, pero se fiel a el

    -No tengo más alternativa- respondí, sentí que mi expresión era la misma de mi abuelo.

    -Enka, Tae, ofrézcanle el traje que mi abuelo ha guardado por años

    -Pero, ese traje es para un Divino

    -No Enka, ese traje pertenece a él, fue entregado por un demonio y ha de ser devuelto a otro. Crean en mi, pues él, aun cuando sea un mal para este mundo, es quien será el salvador de ahora.

    -¡MONJES! ¡TRAED EL COFRE!- grita Tae muy molesta, pero ya resignada. Se acerca a mi –No apruebo esto, pero debido a que es la primera vez que veo la expresión de mi difunto maestro en ella es que me doy cuenta de la seriedad de sus palabras, no sé que habrá visto en ti, así que no la defraudes


    El traje llego, era un haori negro, con el emblema de la muerte en la espalda en dorado. Junto a este unos pantalones holgados de similar color, con diversas correas en la base. Me puse el pantalón sobre los que tenia al igual que el haori sobre mi destrozada túnica de mi maestro, como con cada cosa que adquiria, la imbuí de mi energía la materialice fusionándola con el atuendo ya puesto. La túnica se desvaneció quedando el haori el cual se tiño de blanco conservando el diseño de la muerte adornado con vivaces llamas en el borde la ropa y en las mangas. Los pantalones se mantuvieron negros y en mi cintura una muslera que protegía mis costados. Era ligero pero sentía las propiedades del abrigo.


    -gracias por todo nuevamente, ahora ya es momento de partir en busca de mis amigos. Momento para darle una lección a Icaros- dije con una sonrisa mientras me paraba en el balcón

    -¿Cómo pretendes llegar a ese lugar?- pregunta Tae

    -Nunca les dije que clase de demonio soy, soy el más terrible de todos demonios, un Dragón del Caos. Me retire el haori el cual quedo colgando en mi cintura y desde mi espalda extendí mis alas de dragón. Fuera de eso, el resto ya lo asumen. Llegue a Arcadia, envié a Yüko en su ayuda mientras yo creaba un poco de jaleo.

    -Es interesante Andru- Dice Max mientras anotaba algunas cosas en su libreta –En pocas palabras, puedo afirmar que en definitiva, te has vuelto en su totalidad un demonio. ¿Qué harás ahora?

    -Continuar con el plan de recobrar a Basoetsha y darle la bronca a Russaj

    -Me gusta ese plan, pero ¿Qué hay del último Okram? Aun nos falta aquel que vive en las costas- dice Tatiana incentivando los deseos asesinos de Andru

    -Concuerdo con Tatiana- agrega Max –mientras tú y Tatiana se entretienen con los soldados, yo me ocupare de adquirir algunos ítems que requiero. Por otra parte, es el camino más directo sin jodidos obstáculos para llegar a la capital. Desde ahí hay un canal que lleva a la capital en tres días.

    -Decidido entonces… ¡A por el último Okram!
     
  12.  
    surisesshy

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    Jooo ese andru solo piensa en armar jaleos, definitivamente es un "caos" XD dios asi que ya es un demonio completo, valla jaleos le gusta armar no? Y pa colmo de males va en busca de mas, hombre tenia que ser, pero puff, creo que si existiera me enamoraria de el XD, jajaaja es mi tipo, lioso y con caballerocidad escondida jajajaa me ha gustado el capitulo, algunos errores de dedo y de palabras pero ya estoy acostumbrada jajaja revisa antes de publicar!!! En algunos me confundo y tengo que releer, le quita drama a la historia T.T, lastima que tendre que esperar una eternidad para el proximo capis ;_; aprovecha que es vacaciones y has el proximo capitulo vago!!! XD nah mentira yo te comprendo si hasta yo no eh podido termianr mi capitulo de mi historia.

    Me encanto mucho, disculpas aceptadas, no me hags enojar eh?!!! XD siguela pronto beys!! (Te salio exigente la tia esta)
     
  13.  
    Askelad

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    CAPITULO 34: “La Diva del Mar”

    Desde la capital, en el salón del trono, Erion descansaba de su arduo trabajo diario, sin embargo su paz no duro mucho, un soldado de gran confianza entra al salón y le despierta algo abrumado.


    -Mi lord, le traigo alarmantes noticias- dice el soldado –Sus sospechas son fundamentadas con mis observaciones

    -En pocas palabras, aquel sujeto planea traer de vuelta al demonio- dice Erion con una fría calma

    -Si mi lord, ya han sido tres los templos saqueados en el continente de Tabatha, me preocupa el hecho de que logren obtener más piezas para el ritual.

    -No desesperes Truman, pues dos de las siete piezas se hallan en mi poder y por ende no podrán liberarle del todo, sin embargo no es algo de lo que deba alegrarme. Toma a los hombres que requieras y si es necesario, solicita el apoyo de los magos, es prioridad máxima el recuperar los trozos faltantes.

    -Como diga mi lord… si me permite hacerle un comentario- dice Truman mirando fijamente al emperador

    -Dime- responde este con su mano en la frente pensando en su próximo movimiento.

    -Últimamente le noto algo exhausto ¿hay algún asunto que requiera mi presencia?

    -A decir verdad sí, hasta ahora le he dejado andar suelto por Echos, pero creo que cometí un leve error, algo fuera de mis predicciones… -suspiro- olvídalo Truman, encárgate de recuperar las piezas faltantes. Ya me encargare personalmente de esa molestia

    -Para que usted tome el mando de la situación significa algo grave. Le ruego mi asistencia

    -No, cumple tu misión- niega de forma tajante

    -….- Truman guardia silencio, mostrando algo de disconformidad, sin embargo un gran peso había sido puesto en sus hombros y por ello no insistió más a su señor- partiré lo antes posible. Con vuestro permiso- Truman se retira, en ese instante, desde las sombras de Erion se manifiesta Pharos

    -Es raro verte tan agotado- dice Pharos

    -A diferencia tuya, este cuerpo siente fatiga al sobre exigirle, mi alma se agota al espiar a ese individuo utilizando la proyección astral.

    -Ya veo… ¿Cuál será tu próximo movimiento en este desquiciado juego que has iniciado?- pregunta Pharos mientras invadía el espacio personal de Erion

    -¿No es obvio?- dice con una sonrisa que deja lucir sus más oscuras intenciones –dejar que entre a mi trampa- se levanta del trono y se dirige a sus aposentos –Te encomiendo mi puesto mientras reposo. No hagas ninguna estupidez

    -He atendido a cada Emperador desde que este glorioso imperio se fundó, sólo será hacer lo de siempre- dice Pharos mientras se sienta en el trono y adquiere la forma de Erion.


    A lo lejos, Andru se aproximaba con su grupo a la ciudad portuaria más grande de Echos, hogar de la temida raza que ha hundido cada barco de los Caballeros del Caos que ha intentado atracar en el continente, los Marines, todos ellos liderados por como dicen los rumores, una hermosa mujer, Elena, la quinta caballero Okram.

    La ciudad mostraba mucha vida, una gran variedad de objetos y productos marinos, los cuales combinaban con el ambiente costero, un sinfín de marineros y entre ellos los mencionados marines. El día era perfecto, el sol brillaba con intensidad, la brisa del mar con salado aroma refrescaba la ciudad y el mismo ánimo de los ciudadanos daba gran vida y esplendor, sobre todo por ser un lugar de gran comercio entre las pequeñas islas cerca de Echos.

    Andru y Yûko deciden separarse de los muchachos para explorar por su cuenta, mientras tanto Max se dirige al mercado por los artículos que necesitaban, en eso Tatiana decide ir a la cantina más cercana, no había bebido algo decente desde hace mucho.

    Mientras paseaba por los rincones de la ciudad, Andru disfrutaba la grata vista, y le enseñaba a su pequeña sobre las cosas que veían, en su caminar, pasaron por una pequeña tienda de dulce en donde Yûko quedó atrapada por el sutil aroma, más dulce que las manzanas de su bosque.

    Desde una esquina, oculta de Andru, una sombra les observaba con gran entusiasmo, les había seguido desde que entraron a la ciudad, sin embargo no hallaba la forma de reunirse con él a solas , la pequeña no se alejaba por nada del mundo, pero una oportunidad se presentó ante esta sombra. Andru se agacha y le entrega unas monedas de oro a Yûko quien entra a la tienda entusiasmada, rápidamente la sombra se acerca a Andru, pero este no estaba donde suponía, y de la nada, una mano le agarra y le arrastra hasta el callejón, al ver a la sombra de cerca, Andru se percató de que era una hermosa mujer de cabellera azul y corta hasta los hombros, sus labios brillaban de azul oscuro y sus ojos de un profundo esmeralda. Aparentaba ser de unos 27, vestía una ropa algo provocadora, un escote que incitaba lujuria y una falda corta y botas largas, todo aquel conjunto con colores marinos y en su espalda semidesnuda por el atuendo, un tatuaje de una rosa de hielo adornada de espinas que se expandían por los hombros y su columna hasta llegar a la base que estaba cubierta por la falda que llevaba.


    -Eres encantador- dice la mujer con una sensual voz mientras se apegaba a Andru provocándole con su prominente pecho, el cual no dejaba mucho a la imaginación –Tienes lindos ojos, y un gran cuerpo- atrevidamente desliza su mano sobre el pecho de Andru quien le miraba algo sorprendido

    -No sé qué pretendes, pero será mejor que te detengas- Andru le toma los hombros y la aleja un poco, no solo por el hecho de la provocación de la mujer si no que algo le molestaba de ella

    -No seas así galán- la mujer se acerca nuevamente y posa sus manos sobre el rostro de Andru quien se mantuvo indiferente en todo momento –No eres divertido sabes, para ser un guerrero de gran poder, no aprovechas mucho que digamos, dime General del Caos Darklis ¿Me concebirías un hijo?

    -¿Qué?- Con aquellas palabras Andru comprobó sus sospechas, aquella mujer era Elena, pero fue su petición la que lo dejo realmente anonadado, ni siquiera Alice le había pedido algo como eso, no sabía que responder

    -Sé que sabes quién soy, pero en este momento me importa un carajo nuestra relación política, mi prioridad es obtener la mejor herencia, así que Darklis ¿Me ayudaras?- insiste Elena con sus labios muy cerca de los de Andru

    -lo lamento, pero este cuerpo ya pertenece a una mujer, me corrijo, a dos mujeres.

    -Ustedes los hombres- Elena se molesta y se aleja un poco de Andru –tu, Adrián, y Erion, Bastián queda fuera porque está casado y Pharos… sólo es un cadáver, pero ustedes tres no tienen consideración alguna conmigo ¿Cuál es el problema de un poco de sexo y dejarme embarazada? Sois unos cobardes

    -¿Ellos también te rechazaron?

    -Si… Adrián está muy obsesionado con su ciudad y con esa niña que tiene a cargo y Erion, bueno el emperador tiene sus deberes, pero creo que esta algo mal de la cabeza, y ahora tú, el enemigo, podrías perfectamente aprovechar dicha situación y aun así también la rechazas… porque…

    -Dime ¿Por qué tan desesperada por tener un hijo?

    -No se trata de tener simplemente un hijo, este ha de ser con alguien que posee un gran poder, quiero que mi herencia sea la mejor de todas, ya que mi propio poder es único, al igual que el tuyo, puedo ver perfectamente esa poderosa energía fluyendo descontroladamente dentro de ti, tanto que me asusta y me atrae, tu energía es demasiado destructiva, peor que la de Erion, por eso te deseo.

    -Un deseo sin lugar a dudas algo fuera de lo común, pero lamento no poder ser partícipe de este.

    -En ese caso me olvidare de todo…


    En eso aparece Yûko y se acerca rápidamente al lado de Andru mostrando una mirada desafiante contra Elena quien sonrió agradada por la expresión de la pequeña. De pronto la atmosfera comenzó a sentirse fría y húmeda, una densa niebla rodeaba el cuerpo de Elena y poco a poco comenzaba a condensarse sobre su cuerpo formando una hermosa armadura blanca con diseños azules en forma de mar. Y de su cintura, en un pequeño estuche de cuero, la guerrera toma una vara plateada con una serpiente enroscada, en cuyos extremos se extendían puntas, y una de ella, estaba divida en tres. Al alzarla frente a si horizontalmente, desde ambos extremos se extendieron dos secciones, la delantera se divide formando el tridente y la trasera, quedando como un afilado arpón.


    -ya que hemos llegado a esto, no queda más que terminarlo ¿no crees Darklis?

    -Así parece- dice mientras se agalla hasta quedar a la altura de Yûko quien acerca su oído- (escúchame bien, ve con Max y Ti y diles que nos veremos en el puerto del canal dentro de 30 minutos)- Yûko asiente con la cabeza y se marcha en busca de sus compañeros. –Tengo un favor que pedirte Elena

    -¿Cuál?- pregunta Elena algo curiosa

    -Que no te contengas- dice Andru con una sonrisa atacando con una gran espada de energía que luego se transforma en Galamoth.


    Elena se mantenía erguida y frente a ella una muralla gruesa de hielo que resistió todo el ataque de Andru, y de la misma manera en que se manifestó la muralla, esta se deshace y se transforma en estacas de hielos que sonarrojadas velozmente hacia Andru, pero usando a Galamoth en su forma recta, utiliza la zona de acero y se deshace del ataque. En eso Elena salta sobre él tratando de apuñalarle con el tridente, Andru se agacha esquivando y salta hacia el lado corriendo hacia la izquierda por un lugar más amplio y detrás de él, sobre un piso de hielo montando una gran ola le seguía Elena con gran esmero. Andru continuo corriendo para escapar de aquella gran ola mientras Elena congelaba el piso el piso que estaba cerca de Andru y lanzaba estacas de hielo.

    La ciudad se había vuelto un campo de batalla, pero no parecía importarle a los lugareños, estaban en total calma, simplemente haciéndose a un lado, sólo los soldados se unían a la cacería contra Andru, pero aquel ambiente era extraño, los soldados no parían ir contra el guerrero del caos sino contra su propia aliada, pues esta estaba creando un alboroto otra en el pueblo


    -¡Mi Lady, cálmese o volverá a dejar en desmedros la ciudad!- le grito un soldado que fue congelado en el acto por Elena. Sus compañeros le socorrieron lo más rápido posible, y así ocurrió con varios. Sin embargo Andru parecía disfrutar aquella corrida.


    Por otro lado, desde el mercado, Tatiana y Yûko se reúnen con Max quien estaba por terminar sus compras, a pesar que el combate entre Andru y Elena era lejos de donde estaban, podían ver la gran ola y los enormes pilares de hielo que se erigían al pasar de la guerrera que perseguía con gran afán al caballero.


    -Otra vez con eso- dice el vendedor que atendía a Max –Lady Elena debe haber sido rechazada por otro gran guerrero, jojojo, esperemos que los soldados no tengan que trabajar tanto esta vez

    -así que nuestro jefe ya se reunió con ella, fue más rápido de lo que pensé, por cierto ¿Qué las trae por aquí?- pregunta Max

    -Oni-san, Papá dice que le esperemos en el puerto del canal en 30 minutos- dice la pequeña Yûko

    -De acuerdo… ahora que me percato, has aprendido bien nuestro idioma, al parecer Andru sí que se preocupa por ti, eres muy afortunada- le dice Max haciendo que Yûko se sonrojara y ocultara detrás de Tatiana. Bueno, si todo el mundo se ve calmado es porque la agitación es algo común en este lugar, demos una vuelta por algo de comer y de ahí vamos al puerto

    -¡SII!- asienten ambas jóvenes


    La carrera de Andru le había llevado hasta la entrada de la ciudad y con ello un escenario el cual no importaba mucho destruir, pero Andru no se había percatado de un detalle, aquel terreno era pantanoso, una ventaja estratégica a favor de Elena, quien se acerba a pie mientras su entorno se cubría de una densa niebla en la que desapareció por completo, pero no era problema para Andru, ya no. Elena confiada camina entre la nieva hacia Andru lista para empalarle, pero al momento de hacerlo, Andru le intercepta primero desviando la lanza con Galamoth y dando un puñetazo, pero Elena esquiva rápidamente y desaparece nuevamente, creyendo estar segura, de la nada aparece un látigo de trueno el logra esquivar, rápidamente cambia de lugar pero igual forma el látigo vuelve a interceptarla, estaba sorprendida que Darklis fuera capaz de encontrarla, pero al observar bien se percató de que el aura de Darklis rodeaba toda el área y por ello era capaz de verle, aun así ella tenía la ventaja de terreno, comenzó a girar el tridente y desde el suelo, las aguas se levantan en torrentes salvajes que son lanzados hacia Andru quien contraataca con un fuerte tornado, pero los múltiples torrentes deshicieron el tornado y atraparon a Andru, pero este no parecía alterarse a pesar de estar quedándose sin aire, desvanece a Galamoth y materializa en su lugar a Astaroth, la cual sujeta con fuerza y comienza a girar con el torrente, y con algo de dificultad golpea el agua activando el dispositivo del arma provocando que el torrente reventara y así quedando libre para continuar.

    Elena se sentía cada vez más atraída, quería la semilla de Andru a toda costa, y esta tendría que ser a la fuerza. Alzando el tridente, comienza a alterar el terreno congelándolo y levantando enormes estacas de hielo que trataban de empalar a Andru pero este libera un poderoso fuego negro que derretía el hielo, Elena no le quedó otra que enfrentarle cuerpo a cuerpo, y para ella significaba que la victoria estaba asegurada.

    Frente a frente, ambos chocaban sus armas, Andru decide combatir con mayor rapidez y vuelve a materializar a Galamoth con la que comienza a presionar a Elena, y al tener una abertura, da un rápido corte en el área del estómago dañándole de gravedad, pero quedo sorprendido al ver que Elena se levanta y continua su combate, y sobre de que aquella herida no emanaba sangre alguna. Liberando el látigo, lo agita velozmente proporcionándole una variedad de cortes profundos, de igual forma Elena continuaba combatiendo sin derramar sangre, Andru sorprendido bajo la guardia y es atravesado por el arpón del tridente el cual se quita con gran dolor, sin embargo su parte dragón comenzó a regenerarle.


    -¿Sorprendido Darklis?- dice Elena quien se quitaba el polvo de encima –Esta es mi habilidad, un cuerpo inmortal, no importa lo que pase, no puedo morir, no niego que siento dolor, pero mi cuerpo aún sigue, es porque en mi raza, específicamente en mi familia, poseemos lo que se llama “El cuerpo Vacío”, por ello no importa cuántas veces me cortes, el agua se estancara en la herida y pasara a ser parte de mi cuerpo…

    -Ya veo- una sonrisa se dibujaba en Andru –Entonces no te molestara ser algo más electrizante –Andru extiende a Galamoth y la enrosca en el brazo derecho de Elena, y libera un destructivo rayo el cual recorre el cuerpo de Elena, sin embargo esta reía descaradamente –Pero qué demonios…

    -<riéndose> me haces cosquillas <risas> electricidad, no me hagas reír <risas> para, para, <risas> esto es ridículo

    -Mierda- Andru retira a Galamoth, pues no había obtenido el efecto que deseaba

    -Otra pista más Darklis, las células de mi cuerpo son como las de las medusas, no sólo se regeneran, si no que absorben la electricidad, como dije antes, una característica propia de nuestra familia.

    -No te puedo dañar, ni siquiera electrocutar, sin embargo hay una mentira en tus palabras, es cierto que te regeneras, pero no puedes mantener esa forma una vez dañada, por ello congelas las heridas

    -Error Darklis- Elena muestra su brazo y este cambia su forma a un cumulo de agua que era totalmente maleable –te lo dije Darklis, mi cuerpo no es normal, la ventaja de esto es que a quien rodee con esta forma puedo o intoxicarlo o sanarlo- Elena regresa su brazo a su forma real, pero aquella demostración dio a Andru la pista para ganar el combate.



    Con Galamoth en mano, continua su combate, pero esta vez era Elena quien llevaba la delantera, obligando a retroceder al caballero quien sólo podía defenderse de los distintos ataques que venían de todas direcciones, pero era el tridente del que más atento estaba, su daño era mayor. Andru se hallaba arrinconado ante tal combinación y presión que ejercía Elena, pero no era su primera batalla y estaba acostumbrado a ello, de un giro rápido con Galamoth extendido alejando a la muchacha


    -Esta batalla ya está decidida, déjame mostrarte mi crueldad- dice Andru mientras mantenía una sonrisa de diabólica satisfacción en su rostro, una sonrisa que no dejaba nada a la imaginación.


    Andru desmaterializa a Galamoth y materializa en cada mano una poderosa Ram Dao, cuyo filo ancho y recto se curvaba en la punta como un gancho. Con ambas espadas, Andru da un salto hacia adelante con un giro horizontal el cual es bloqueado por el tridente de Elena, cada ataque era dado con ambas espadas al mismo tiempo, siempre en los cuales Andru utilizaba giros para dar mayor poder a sus ataques, pero no mostraba una diferencia desde la perspectiva de Elena, sin embargo cada ataque era más rápido y más difícil de bloquear por lo que estaba recibiendo bastante daño, y en un giro, Andru logro posicionarse a espaldas de Elena y sin piedad atraviesa su espalda, el cuerpo de Elena no sufrió daño, pero Andru no le preocupaba, abre su mano y sujeta la columna de su adversaria quien dio un terrible grito de agonía. Andru había descubierto el punto débil de Elena. Sin razón alguna la suelta y retira su mano, Elena cae al suelo por el terrible dolor que la lastimaba. Viendo que su oponente comenzaba a recuperarse, Andru le pone el pie sobre la espalda y sin duda alguna le corta la mano a la mujer quien grito aun más. Andru recoge la mano y la guarda en una bolsa, y luego con ambas espadas ejecuta una doble zona de acero destruyendo totalmente el cuerpo de su oponente, dejando sólo su esqueleto y rostro intactos, pero Elena lloraba del agonizante dolor. Sutilmente él la cubre con manto para no develar la horrible batalla, y se acerca a su oído


    -Tienes una habilidad inigualable, pero es sólo la carne la inmortal, tus huesos aun permanecen en su lugar, por ello, lo único que puede lastimarte es aquello que toque tus huesos… debo admitir que me dejaste perplejo en un comienzo, pero lástima que no fue lo suficiente para derrotarme- Andru sonreía sínicamente demostrando su superioridad ante la caballero Okram quien lloraba de impotencia

    -¡MALDITO MAL NACIDO! ¡APENAS RECOBRE MI FORMA TE DESTRUIRE!

    -Para ese entonces, ya estaré en la capital, y por cierto, es en ese lugar donde te devolveré tu mano, dulces sueños Elena- Andru desaparece ambas espadas y la ataca con un soul breaker dejándola totalmente inconsciente.


    Andru quedo un momento junto a Elena, en eso Pharos se manifiesta amenazando a Andru, pero este al ver que la joven no estaba sola, les deja para reunirse con sus camaradas. Mientras se alejaba, Andru da un mensaje –Dile a Russaj que él será mi siguiente víctima- con paso firme, se va hacia la ciudad.

    Habían pasado ya unos minutos de la batalla, el equipo esperaba a Andru quien aun no se presentaba, sin embargo desde el barco una voz amiga les llama


    -¡Oooh! ¡¿Hasta cuando les estaré esperando?!- grita Andru quien estaba a bordo, sus compañeros le miraron y fueron tras él para reclamarle.


    Ya sin nada que les atrasase, tomaron rumbo a la cápita, la batalla entre dos fuerzas destructivas se aproximaba.
     
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    Después de haber terminado el Capitulo 34, el cual no me dejo muy satisfecho pero dada las circunstancias en las que fui modificando la historia, fue la mejor manera de que ocurriese dicho capitulo, puede que si me hubiese esforzado más, hubiera logrado algo digno, como sea. Ahora dejo a continuación el capitulo 35, el cual fui escribiendo mientras terminaba de leer Verónica de Paulo Coehlo, lo cual despertó parte de mi inspiración, actualmente leyendo Ricardo III de W. shakespeare. Como sea, la cosa es que, aún cuando me sentí conforme con el resultado de este capítulo, percibí que falto un elemento, pero al final son ustedes quienes me aclararan esa duda, ya que la visión del escritor pocas veces coincide con la del espectador, por varios motivos, y uno de esos es de que el escritor puede darse el lujo de estar en la mente de los personajes (cosa que puede ser perjudicial, puede influir de mala manera en el personaje). bueno sin mas palabrerías, les dejo el capitulo, ya que el Cap. 36 si que sera largo y ojala deje mi alma mas satisfecha de lo que dejo este.

    PD: De antemano me disculpo si se me escapo una falta de ortografía o lo mas probable una letra, a pesar de haberlo revisado tres veces. Sorry
     
    Última edición: 13 Febrero 2014
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    El Maestro del Caos
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    Aventura
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    CAPITULO 35: “Afianzando Lazos”

    El viaje había sido corto como lo esperaban, y en tan sólo dos días habían logrado llegar a la capital. El rio se desviaba al norte por lo que tuvieron que desembarcar en un puerto que quedaba a tan solo una hora de viaje, en aquel pequeño puerto había una posada que para sorpresa de ellos, Lilith hospedaba.

    Fue un agradable reencuentro, sobre todo al escuchar los problemas que tuvieron que soportar, pero no parecía sorprendida, era algo que ella ya sabía de antemano, pero era la apariencia de Andru la que más le interesaba, puesto que sin lugar a dudas, antes sus ojos era la viva imagen de Darklis, quizás más joven, pero era él.

    Tras haber tenido una grata charla acompañada de un buen almuerzo, los viajeros abordaron una carreta con destino a la capital, pero había un problema, al igual que en Arcadia, habían guardias que protegían la entrada, pero Lilith les mostro una extraña libreta, resultaba ser del gremio de las sombras, un pase directo para el mercado y en el figuraban tres asistentes que eran la fachada de del trio.

    La carreta llego al pueblo y sin problemas entraron en el túnel de la montaña que rodeaba la capital hasta llegar a las planicies del tiempo, una hermosa pradera donde el viento soplaba y en el centro de esta la gran capital, una ciudad inmensa y llena de vida. Tan solo al cruzar el umbral, la ciudad resplandecía de euforia, las personas corrían de un lugar a otro con los preparativos de la gran ceremonia y del torneo en el que Andru participaría. La carreta continuo avanzando hasta llegar a la plaza principal donde el grupo bajo. Lilith les había indicado de una cabaña que había alquilado de antemano para estas fechas, para ella era una gran oportunidad de negocios, por lo que les dio la dirección y llave dejándoles solo, entre ellos se habían fijado una regla, nada de escándalos, pero algo difícil para Darklis siendo el general del caos. Su primer día en la capital fue sumamente tranquilo, no parecían estar siendo vigilados, o la presencia oficial buscando a alguien por lo que pudieron caminar despreocupadamente para conocer dicha ciudad. Era inmensa llena de mansiones y casas por doquier de diversos estilos arquitectónicos, en aquella ciudad se aglomeraban las distintas razas que habitaban en Echos, caminaban sin preocupación alguna como si no existiese diferencia alguna entre ellos. Al llegar al mercado, llegaron al puesto de Lilith, era inmenso, y había varios empleados y otros mercaderes de las sombras que le apoyaban. Fue un día agradable pero la noche se aproximaba y decidieron retornar a la cabaña de Lilith donde descansaron después de un exhaustivo viaje.

    A la mañana siguiente, mientras continuaban su recorrido, en la calle principal que daba de la entrada sur hasta el castillo de Russaj, se posicionaron los soldados con trompetas dando la bienvenida a los nobles de otras, eran los caballeros Okrams montados en corceles con vestiduras plateadas y el su emblema. Tan sólo venían tres de ellos, Baku, Icaros y Elena, estos dos últimos se veían mejor después de la abrumadora derrota contra Andru; desde el palacio dos caballos se aproximaban, eran Pharos y el aclamado Emperador Russaj quien les daba la bienvenida en persona. Los ciudadanos reunidos detrás de los guardias les saludaban con gracia y esplendor, pues para ellos eran personas muy respetadas y queridas, y entre la multitud, Andru y compañía disfrutaba del espectáculo, pero aquello fue un error, desde su caballo, Russaj alza su espada haciendo que todos guarden silencio, luego apunta a la multitud la cual despeja el área quedando en el centro de esta Andru y detrás de este Yûko mientras Tatiana y Maximiliam se mantenían ocultos, listos para actuar. Sin preocupaciones, Andru se acerca hacia los caballeros Okrams quienes se voltearon sorprendidos al verle, sin embargo fue Elena la primera en alzar su arma contra el infame malhechor de Echos.


    -Baja tu arma Elena- Dice Russaj seriamente mientras guardaba su espada, la cual Andru no quitaba de su vista

    -Como diga mi Lord- obedece Elena mientras mostraba una mirada de recelo hacia Andru

    -Es bien sabido que los tontos no conocen el borde del abismo- dice Russaj con ironía

    -Por eso es que son capaces de cruzarlos- responde Andru tranquilamente. Con una reverencia saluda a los otros caballeros de los cuales sólo Baku devolvió el saludo- Ya que nos encontramos en esta situación… ¿Qué hará emperador?- Russaj mira a Andru y su entorno, sabía que una batalla ahora significaba daños colaterales para su gente.

    -Te permitiré vagar libremente por mi ciudad, sin embargo no te absuelvo de tus actos, estas advertido Darklis, cualquier acto sospechoso y mi espada será lo primero en tu cuello

    -No me parece bien mi lord- interrumpe Icaros -Catrina ira con ellos para vigilarle…

    -Por mi bien- responde Andru con una reverencia acompañada de una sonrisa sarcástica

    -Nos vamos- Russaj da la vuelta y detrás de ellos le siguen los otros caballeros, en eso Andru le lanza una bolsa a Elena, la cual contenía su mano arrebatada.


    Todos estaban atónitos, quien era aquel sujeto que encaraba a los caballeros Okrams, sin embargo al ver que una arcadiana estaba junto a él, no significaba peligro alguno. Rápidamente la gente se disperso y continúo con sus asuntos manteniendo viva a la ciudad como de costumbre, mas no para dos personas que le veían desde lejos poco sorprendidas por la arrogancia que demostraba.

    Después de aquella agitada mañana, sin importarles nada, decidieron continuar con su tour por la ciudad, aun cuando eran vigilados constantemente por Catrina, pero Andru era inteligente, y darle importancia sólo haría que fuera un mal rato, sin preocupación alguna, la invito a unírseles en su recorrido. En un comienzo, la arcadiana mantenía algo de distancia, lo sufriente para oír las conversaciones que sólo trataban de cosas banales de la vida tales como que iban a comer, o que estarían haciendo sus familias y amigos, en eso Andru se detiene y mira a Catrina con una leve sonrisa.


    -no seas orgullosa y únetenos a nuestra charla, además es una buena oportunidad para ambos saber sobre el uno del otro- Andru extiende su mano demostrando que la recibía, pero la muchacha avanzo y aparto la mano de Andru en signo de desprecio

    -No necesito de tu bondad ni nada, mi lealtad siempre será hacia lord Icaros, y ello implica ser desconfiada con mis enemigos. Eso no es todo, aun no puedo perdonarte por lo que causaste en Arcadia.

    -¿Escuche bien?- dice Andru quien se acerca quedando frente a frente –ustedes son los barbaros que nos atacaron primero, me arriesgue a ir a Arcadia para llevar a mi compañero para que recibiera el mejor tratamiento médico, pero Icaros nos ataco, intento matarnos… el mismo sentimiento que tienes ahora, es lo que sentí yo, simplemente les devolví la mano que me tendieron

    -¡Ustedes son el enemigo! ¡Ustedes…!- antes de que pudieran terminar, Andru le da la espalda

    -No gastes mas palabras y piensa en esto, desde que arribamos a Echos ¿Alguna vez hemos sido nosotros lo que han comenzado la batalla? Pregúntale a Pharos, pues él ha monitoreado cada movimiento que hemos hecho- suspiro –Ahora si nos disculpas, intento disfrutar la ciudad y sus maravillas, así que si no quieres unírtenos, por lo menos intenta no ser un incordio para nuestra diversión. Vamos chicos…


    Con aquellas simples palabras dejo un profundo sentimiento de molestia en Catrina quien se sentía algo frustrada, después del combate en Arcadia, muchos de sus compañeros habían quedado muy mal heridos, y sobre todo su maestro quien no podría volar por un tiempo. El verle caminar libremente era un martirio, ya que su presencia no significaba nada, y lo tenía bien claro al ver que Darklis no le importaba actuar normalmente. Había sido derrotada en una forma que no necesito de la fuerza. ¿Quién era exactamente ese hombre? Eran las palabras que rondaban en su mente mientras continuo siguiéndoles.

    La tarde cayó y regresaron a la posada donde les esperaba una deliciosa cena. Todos sentados y compartiendo, mientras que en una mesa solitaria se hallaba Catrina comiendo sola, en eso sin permiso alguno Lilith se sienta junto a ella con la mirada en el grupo, Catrina mantuvo silencio.


    -Es increíble que tan aterrador sujeto pueda ser tan simple, tanto poder, lo suficiente para conquistar una nación él solo, pero aun así prefiere estar aquí compartiendo un plato de comida con sus amigos ¿Qué piensas jovencita?- dice Lilith intentando entablar conversación

    -No me interesa nada acerca de ese sujeto, entre más pronto se marche o sea ejecutado, mejor para la nación.

    -No seas tan dura contigo misma, es cierto que él ha cometido muchos errores, algunos de los que nunca será perdonado, sin embargo el intenta vivir la vida como esta se lo permite. Piensa un poco, ya que has logrado estar con ellos casi un día ¿es el tipo de persona de la que realmente habría que preocuparse?- Lilith toma su plato vacio y se va a la cocina, dejando a Catrina pensando.


    Esa misma noche, sentada en el marco de la ventana, observando el cielo estrellado, recordaba los sucesos del día, en cierto modo, aun cuando le fuera difícil reconocerlo, el no había hecho más que ser un ciudadano mas, más aún, había ayudado a las distintas personas que requirieron de su ayuda, quien era exactamente aquel hombre, era una pregunta que había pensado, pero que no había buscado respuesta.


    A la mañana siguiente, después de un buen desayuno, el grupo decide continuar explorando otra zona de la ciudad, sin embargo había algo distinto, Catrina ya no caminaba por detrás de ellos, si no junto a ellos, pero aun en silencio, lo cual de algún modo alegro a Andru. En su caminar, llegaron a la plaza de la capital, era gigantesca, con enormes arbustos simulando murallas, y en el centro un lago del cual se adornaba con flores acuáticas y bellas aves sin olvidar a exóticos peces de agua dulce. Ya ere pasado medio día y cruzando por una calle principal, se encuentran con Lilith quien les convido a almorzar en un restaurante de su agrado no muy lejos de donde estaban.


    -¿Qué tal Catrina?- dice Lilith convidándole una jarra con vino tinto, Catrina recibe sin decir nada –algo es algo. Por cierto ¿hasta ahora que les ha parecido la capital?

    -Es sin lugar a dudas una maravilla, tal dicha y gracia parece de otro mundo, me gustaría que Tabatha fuera mas como Echos, pero el idiota del señor del caos es muy oscuro para apreciar dicha belleza- comenta Andru sin preocupación ninguna lo cual llamo un poco la atención de Catrina

    -Eso es cierto- dice Tatiana con la jarra en la mano –Si fuera así, no habrían tantos pueblos en decadencia, no habría una discriminación tan grande entre los territorios-

    -Ciertamente- concuerda Max -Tenemos suerte que nuestros pueblos natales están bajo el mando de Andru, de lo contrario estarían en pésimas condiciones, un brindis por ello-

    -¿Cómo exactamente funciona vuestra política?- pregunta Catrina sin rodeos

    -Simple- dice Andru –Tabatha se divide en 5 territorios, todos pertenecientes al Señor del caos y regidos por cada uno de los 5 generales, el cómo se mantengan es responsabilidad del general a cargo, es decir, nadie más que el señor del caos o yo puede interceder en el territorio, por lo que si ocurre, significa una disputa segura, y la forma de solucionarlo es un combate a muerte, sin embargo no se suele combatir entre generales, por lo que se designa al mejor soldado en representación del batallón, quien gana el duelo, obtiene terreno del perdedor o algo de este, como soldados o riquezas, así de simple es nuestra organización política.

    -Me asombra que me hayas dado tan valiosa información ¿no te acompleja esto?

    -¿Por qué debería?- pregunta Andru muy tranquilamente

    -A mis ojos, significa una traición a tus camaradas

    -¿traición?- dice Max con mucha ironía, en eso todos en la mesa comenzaron a reír

    -Eres divertida Catrina- dice Andru –no importa el rango que yo posea en la legión del caos, mi lealtad es, y siempre será a mi propio ser.

    -¿Entonces? ¿Qué sentido tiene el luchar por el señor del caos?- Catrina no podía entender los pensamiento de Andru, nadie servía a alguien por servirle

    -piensa en esto como un juego de ajedrez, todos ustedes, inclusive los sentados en esta mesa son parte de un juego que me fue obligado a participar, por ende, el estar en este bando me permite mover las piezas para crear la mejor estrategia. No es preciso que sepas cual es la meta, pero la sabrás a su momento

    -….- Catrina mira a Max y Ti -¿y qué hay de ustedes? ¿No les preocupa las acciones de su superior?

    -Yo le jure lealtad eterna por ser el que derroto a mi padre mi me otorgo el poder para ser alguien superior- responde Tatiana mostrando su total convicción hacia Andru

    -Por mi parte, el es un individuo al cual puedo utilizar para mis propios objetivos, sin mencionar que es un espécimen interesante, no todos los días te topas con un demonio de su calibre

    -todos vosotros estáis locos… -catrina guardo un momento de silencio -Pero debo admitir que siento algo de envidia de vuestra libertad. Esa confianza que se tienen el uno al otro, ustedes no son soldados, ni general, ni camaradas, vosotros sois verdaderos amigos, aun cuando seáis mis enemigos, debo reconocer esa gran faceta vuestra.

    -muchas gracias- dice Andru con una jarra en mano –Un brindis por Catrina quien se esfuerza por ser la mejor

    -SALUD- dicen al unisonó chocando sus jarras y vasos, en eso, den entre los presentes en el restaurante, una voz amiga les saluda pidiendo unirse a la diversión, tanto Andru como Lilith miraron asombrados

    -Tiempo sin vernos muchachos, en especial a ti Lilith- Raetza vestía su usual abrigo claro con su sombrero y aquellos lentes que ocultaban su mirada de los curiosos, sin embargo esta vez llevaba un pequeño bigote y una barba corta que bordaba todo su mentón y el contorno de su rostro hasta topar con las patillas, y su pelo se notaba más largo, algo impropio de su imagen.

    -Raetza… eso quiere decir que- dice Andru mirando a su alrededor buscando a alguien

    -Si- dice Amy apareciendo al lado de Raetza- largo tiempo- como siempre, mostraba una radiante sonrisa

    -Ra… Rae… ¡RAETZA!- Lilith se levanta y lo abraza fuertemente, luego mira despectivamente a Amy -¿Quién es ella? ¿A caso me has reemplazado?- preguntaba la mujer algo preocupada sin quitar su mirada de la de Raetza

    -Tranquila, tranquila- Raetza la aleja un poco y como si nada importase, la besa frente a todos logrando que se calmara –ella es mi aprendiz Al igual que tú lo fuiste en su momento, además de ser muy valiosa, tanto así que la he adoptado bajo mi nombre, las presento, Lilith, ella es Amy Belouve, Amy, ella es la prometida de la que te hable, Lilith.


    Ambas mujeres se miraron y dieron la mano gustosamente, Lilith sabía que Raetza no le mentiría por lo que no guardaba resentimientos, por ello, pero no por esa razón le dejaría sólo. Raetza y Amy toman asiento en aquella gran mesa para compartir la comida.


    -Sí que las has liado Andru- dice Raetza mientras se servía algo de vino –Tus hazañas…

    -Más bien locuras- corrige Amy

    -Sí, locuras, se han escuchado por todo Echos, inclusive en parte de Tabatha, ni idea de si Caín lo sabrá, pero que mas da…

    -¿Desde cuándo sabes el nombre de aquel sujeto?- pregunta Andru, pues el no recordaba habérselo dicho, pero al pensarlo, no sería extraño, después de todo, él y su abuelo fueron grande amigos, esa no era una información que no pudiese saber –Como sea, es un gusto volver a verlos a ambos.

    -el nuestro también- dice Amy muy contenta mientras se servía otra copa

    -¡Papá! ¡Papá! Tengo hambre- dice la pequeña Yûko la cual estaba sentada junto a Andru.

    -Ya falta poco, mira, ahí vienen el camarero con tu comida- le responde Andru con ternura

    -Andru- la voz de Amy se notaba seria con un ligero tono de molestia -¿A caso esa niña te llamo papá?

    -Obvio- responde Andru de lo más natural, pues Yûko era su hija

    -Pero… como es que…- Amy no le calzaba la situación

    -¿Cómo está la madre Andru? No la he visto hace años- dice Raetza al comprender las intenciones de Andru

    -Pues, ella…- Andru agacha la cabeza mostrando algo de tristeza

    -Mis condolencias…

    -¡Exijo una explicación!- le grita Amy, en eso Andru le conto la misma historia que le había contado a Tatiana y Max, mientras estos se reían para sus adentros. –ya veo… no puedo molestarme por eso, a pesar que ya lo estoy un poco, pero me preocupa Alice… espera… ese sonido… -Amy cierra los ojos, y deja que sus oídos captasen el sonido de Yûko- su corazón suena como… ella tiene el mismo sonido que tienen tu y Alice… ¡Me mentiste!

    -<risas> pues claro <risas> sin embargo, el hecho de que es mi hija es cierto, veras…- Andru le cuenta dejando a la joven más calmada, y comprendiendo el porqué del sonido y del ligero parecido a su amiga.


    La comida llego y todos comentaban sus vivencias, inclusive Catrina, quien ya se había integrado al grupo. El almuerzo fue grato, y sin que nadie se hubiera dado cuenta, Andru, Yûko y Raetza habían desaparecido del lugar, Catrina se preocupo por un instante, pero sabía que no haría nada malo, pues sus compañeros permanecían cerca.

    El sol alumbraba resplandeciente, y el viento acariciaba con su briza a pesar de estar rodeado de edificios y aquellas enormes montañas, que servían de murallas naturales. Andru y Raetza se hallaban la plaza sur, ambos sentados bajo un árbol disfrutando el momento y Yûko dormía sobre el regazo de Andru.


    -Creo que ya es momento que digas lo que has venido a decirme- Andru no mostraba nada de sutileza en sus palabras, lo cual no molestaba a Raetza pues él estaba acostumbrado a esa rudeza.

    -Andru, en primera instancia, doy gracias por tener esta nueva oportunidad después de 700 años- algo que llamo la atención de Andru –han sido largos, pero cada regreso vale la pena… déjame contarte una historia, una que has deseado saber hace tiempo…


    Hablamos de hace aproximadamente 1700 años atrás, en los días en que Gaia se hallaba ya constituida, los dragones gobernaban, y bajo estos todas las distintas razas, pero sobre todo los Abkous. Yo nací en una de esas tantas tribus Abkous, y como cualquier otro a mi mayoría de edad debía seguir una de las ramas de profesión, habían tres. La primera de ellas corresponde a la Sabiduría, el camino de los eruditos, la segunda, la guerra, el camino de los Combatientes, y por último, el camino de la tierra, donde estaban los Productores. Mi padre era un caballero al servicio de los Dragones Divinos, mi Madre una gran costurera. Mi padre mi incito a seguir el camino de los Combatientes, el cual no rechace, como buen hijo, quería complacerlo, sabiendo que mi preferencia siempre fue el conocimiento del mundo. A mis 26 años, logre convertirme en un caballero y formar parte de las filas de los Dragones divinos al igual que mi padre, sin embargo no encontraba la satisfacción de mi alma. En aquellos días, cada vez que podía, aprendía algo nuevo del mundo, ya fuera de un libro, de mis experiencias, o de la palabra de aquello que gustosamente agradaban enseñar. Con el paso del tiempo, fui internándome en el camino del conocimiento sin dejar mis deberes de caballero, pero fue hasta mis 42 años cuando conocí a un hombre, al que se convirtió en mi maestro de la vida al igual que lo fue con RAM. Era un alquimista, su nombre era Kozah Diasar, un hombre de gran sabiduría y por su influencia, fue que decidí abandonar el camino impuesto en mí seguir los conocimientos que tanto amaba, y por ello… traje deshonra a mi familia y a mi pueblo. Fui desterrado, pero ello significo una total libertad a mi corazón. Debo admitir que no sentí remordimiento ni culpa hacia mis padres. Pero era de esperar, yo no pertenecía a ese lugar.

    Kozah me recibió como discípulo, y me enseño el lenguaje del mundo, aprendí a leer las señales que la tierra dejaba para cada individuo, el cómo hablar con el mundo y pedirle sus servicios a cambio de los míos, pero eso sólo fue la base para mi verdadera introducción al mundo de la alquimia, pues para ello, para poder logran comprender las bases del mundo tarde 40 años. Es increíble que los conocimientos más simples, sean los más difíciles de aprender, puesto que nos empeñamos en saber la complejidad de estos y no su realidad. Con 67 años encima, un hombre de edad que era capaz de caminar por cualquier lugar del mundo sin preocuparse de nada, e iniciado en la verdad de la alquimia, decidí establecerme en un lugar, construí mi propia casa y taller donde comencé mis estudios sobre la materia, sobre como manipularla, puesto que eso era lo que hacia la alquimia. Fueron años difícil, más que los que viví al lado de mi maestro Kozah, es cierto, olvide mencionar que cuando decidí trabajar en la alquimia, mi maestro continuo su camino dejándome tan sólo un libro el cual contenía una serie de símbolos, formulas, y cosas por el estilo. Tuve muchas fallas, increíbles fallas las cuales me costaron caro, perdí algunos dedos de mi mano derecha, cicatrices atroces en el cuerpo, mi mano izquierda se vio inutilizada por el corte de un tendón, aparte de perder la capacidad de sentir en ambas manos, mis ojos se quemaron, mi torso igual, y algunas heridas leves en mis piernas. Es difícil de creer viéndome en tan perfecto estado, pero ocurrió, todo por la ambición de obtener aquello que cada alquimista deseaba, la piedra filosofal. Cree una mala mezcla que produjo una desastrosa explosión.

    M hallaba tirado, sin poder hacer nada, fue cuando fui ayudado por un hombre, uno que cambiaría todo en mi vida. Era un hombre de 32 años, su pelo negro y largo hasta la mitad de la espalda totalmente ondeado, de ojos verdes y almendrados, de cara apuesta y tez blanca. Tenía el cuerpo delgado, pero marcado demostrando ser un guerrero. Vestía una camiseta café de tela, sobre esta una chaqueta de cuero, sus pantalones anchos y sujetos en la cintura por correas de las que colgaban pequeños bolsos, y en sus pies botas con amarras de cuero. Aquel sujeto curo mis heridas y me dejo en la cama, cuido de mí hasta que pude moverme bien. Sin darle nada a cambio más que un lugar para quedarse y algo de comida, aquel sujeto decidió quedarse. Se llamaba Darklis…

    En su estadía, el me conto de sus aventuras, de sus sueños, de sus objetivos, los cuales fui plasmando en libros, puesto que la mente es frágil. Con mi experiencia, no sólo vi en mi mente sus relatos, también pude percibir el lenguaje del alma, un alma totalmente maligna.

    Continué investigando la razón de mi fracaso para darme cuenta del ingrediente final para la creación de la afamada piedra. El precio por esta era alto, sentí una horrible frustración y deje mis investigaciones a un lado. Ya había vivido la mayor parte de mi vida, ahora sólo quedaba esperar a la muerte, por lo que a petición de él, fabrique la mejor espada que pude y se la di como recuerdo de nuestra amistad y de mi legado en la alquimia. Una tarde, con la espada en mano y con mis investigaciones que había abandonado, Darklis, se marcho. Yo nunca tuve el valor para tomar decisiones tan drásticas, como las que él tomaba. Dos años después, una tarde soleada, aparece frente a mi puerta, su pelo estaba corto y llevaba barba larga, sus ojos que una vez fueron verdes, ahora eran rojos como los de un demonio. Había sucumbido ante la maldad de su propia alma, pero no me importo y le recibí en mi hogar una vez más, sin embargo el no fue para quedarse. Dejo un paquete y antes de marcharse dijo sus últimas palabras “Ya he encontrado mi verdad, la razón de mi fatídica existencia, pero tú fuiste una luz, fuiste un apoyo, y también el catalizador de mi muerte, pero una muerte temporal, volveré, sé que no recordare nada como en mis vidas pasadas, pero volveré a despertar y cuando eso suceda, volveré por ti, volveré por la luz que me brindaste”. Sin más, dio media vuelta y desapareció. Al abrir el paquete, dentro se hallaba una roca de sangre, su rojo era intenso, no imagino a cuantos de sus enemigos sacrifico para obtener dicho material de una pureza nunca vista, una que ni en los libros que leí describía. Comprendí que mi vida no había hecho más que comenzar, sin dudar utilice la roca y con ella junto a otros materiales, fabrique la piedra filosofal con la que obtuve la vida eterna y pude sanar mi cuerpo de aquellas terribles heridas.

    Ese es el primer pasaje de mi vida y el más oscuro por el pecado que cargo, también descubrí la razón del cambio de Darklis. A mis 108 años, con una apariencia de tan sólo 50, me embarque en un viaje, había dominado la alquimia, y ahora quedaba explorar otros campos, tenía toda una eternidad por delante, fue que conocí a un mago, con el que aprendí las artes ocultas. Me especialice en diversas áreas, Alquimia, Magia, herrería, literatura, esgrima básica, pero la que me atrajo mas fue la economía, la cual hasta el presente sigo practicando.

    En mis viajes, tuve la dicha de trabajar junto a un comerciante el cual resulto ser uno de los cabecillas de los Mercaderes de las Sombras. El me enseño cómo funcionaba la economía en el mundo, y como ellos, siendo comerciantes, habían descubierto un poder mayor, un poder que me serviría de diversas formas. Ya me había aburrido mi vida, y realice un trueque, la piedra filosofal por el contrato definitivo, un contrato que me daría la verdadera inmortalidad y juventud, me daría acceso a los lugares, objetos, contactos, todo para convertirme en alguien de gran influencia, obviamente mis objetivos eran más simples.

    Con 110 años y una apariencia que aun mantengo de 35, firme el contrato y me volví un socio del gremio de las Sombras, la piedra no sólo me facilito el acceso si no que me dejo con un capital envidiable para iniciar mis negocios los cuales, gracias a mis experiencias, fueron bastante fructuosos, dándome una estabilidad como comerciante y con lo cual pude crear mi propia empresa, Le Belouve, donde de a poco expandí mis áreas no sólo al comercio, sino también a la construcción, confección de artículos propios y así una gran variedad. En esos años de crecimiento, mientras investigaba las nuevas tecnologías, la cuales no eran muchas, me reencontré con Darklis, esta ven en el cuerpo de una mujer, lo cual me pareció gracioso, el me reconoció a pesar de verme joven y tal como había dicho, solicitó de mi ayuda para continuar su campaña. Aquí es donde realmente la historia se relaciona con los Malcovish, o parte de ellos. Resulta que la campaña de Darklis <y si, aun siendo mujer usaba ese nombre, aun cuando su nombre real fuera Yolanda>, era la de erradicar el orden del mundo, ya que una vez destruido este, sería cuan podría encontrar la paz y toda aquella maldad en su interior desaparecería, aun cuando eso significase el sacrificar a muchas vidas inocentes, pero para hacerlo debía de encontrar a su otra parte, la parte que significaba la luz, la pureza y esa persona resultaba ser un hombre que conocería años después, Damián…


    -¡Ah! ¿Cómo que Damián?- Andru estaba sorprendido de eso


    Como iba diciendo, cuando Damián fue creado, fue hecho como un ser puro, por ende, su parte impura, su maldad, todo aquello negativo fue desechado al mundo como un mortal, y este mortal a través de todas sus vidas fue acumulando un rencor el cual exploto manifestándose como Darklis, el cual solo busca venganza ante su injusto destino. A esas alturas de la vida me pareció interesante, quería saber de que era capaz, cuáles eran los límites que estaba dispuesto a romper, de seguro piensas que soy un demente o idiota por tener esa clase de pensamientos los cuales aún conservo <mirando a Andru quien le escuchaba con una leve sonrisa>, creo que no.

    Como mercader, le ofrecí mis servicios y apoyo a su campaña, fue una ayuda mutua, le otorgaba las armas para crear caos, a su vez, les vendía a sus enemigos las armas para enfrentarlo, y así fuimos ayudándonos, fueron incontables las resurrecciones con las que compartí e incontables funerales en su honor que ejecute, sin embargo fueron estas últimas las que refaccionaron. Su última reencarnación fue en un pueblo Abkanis, para colmo el mismo que me vio nacer, al ir a aquel lugar me encontré con la sorpresa de que el pueblo había sido atacado en el pasado por los dragones y que un dragón de la oscuridad les había defendido, no quedaba mucho de este, una o dos casas en pie habitada por vagabundos de la zona. Mientras recorría lo que quedaba de mi pueblo, llegue al cementerio para dar respetos a mis difuntos padres y fue ahí cuando le encontré, parado frente a la tumba del que fue su padre, el dragón que les protegió, cuando le vi, tenía 39 años, su aspecto era idéntico al tuyo solo que mas moreno, como Seth y sus inigualables ojos plateados. Como era costumbre, le otorgue su historia la cual acepto, a cambio me pidió el poder para vengar a su gente, no le interesaba buscar a su otra parte, al contrario, haría lo que fuera para volverse más fuerte y destruir a la fuente del problema. Lo lleve ante un antiguo herrero de Terra Longinqua, uno de los distintos mundos conectados por Eteria. Aquel herrero le fabrico con su sangre impura las dos espadas del pecado y redención, Basoetcha y Rakuetsha, con ambas en poder, se dirigió a destruir a los dragones y cumplir su venganza para luego seguir creciendo hasta el punto de desafiar a los divinos, algo loco de su parte, pero lo cual estaba dispuesto a ayudar, y aun lo sigo. Su intento fue un fracaso y con ello la muerte dejando dos recados, uno era de ayudar a la que cuido de él en su niñez, Lilith mi actual prometida, y dos, que velara por sus hijos, porque en su descendencia era que volvería a reencarnar. Eso obligo a mi persona a crear un lazo aun mas intimo con sus hijos, sobre todo con Dan a quien le otorgue el último recuerdo de su padre, las espadas y también sus memorias. A pesar que mi alianza era con Darklis, Dan y yo creamos una muy grata amistad, mas no con Caín quien había heredado solo maldad y poco ingenio.

    De aquí en adelante es más que sabido, al igual que en el pasado, le brinde mis servicio a Dan esperando por el retorno de Darklis, el cual Dan procuraba que no ocurriese, pero era inevitable, aunque lo logro prolongar en cierto modo, y tu eres la prueba de ello, entre todos, debo admitir que Dan fue un hombre demasiado inteligente, no solo domino las artes del caos, sino que también las mías propias, con su poder, era capaz de hacer suyo el mundo, pero ha de saber por qué no lo hiso, porque gasto su tiempo en crear toda esta trama para que tu pudieras estar hoy aquí, y no Darklis.

    Así que Andru, aun cuando no hallas despertado como el verdadero Darklis, mis servicios se renuevan una vez más, y espero ver que tanta destrucción causaras, así que no me defraudes amigo mío.


    -No lo hare- dice Andru levantándose y quedando frente a Raetza quien le da la mano sellando un contrato, y sobre esta Yûko puso la suya para ser parte de este acontecimiento

    -Que encantadora pequeña. Andru, desde ahora, al igual que he venido haciendo desde ya hace muchos años, te patrocinare en tu sendero de la destrucción, y según espero por el arduo trabajo que Dan ideo tanto para su padre, como para ti e inclusive para mi persona, un caos que no se comparara a ninguno en la historia.

    -Pareces estar al tanto, más de lo que yo estoy

    -En parte es mi culpa, pues gracias a mi y Damián, gracias a los mismos dragones que atormentaron a tu familia, es que Dan ideo un todo lo que vives y que muchos han vivido antes que tu.

    -Ya veo. Una cosa no me queda clara ¿Qué son esas plumas blancas y negras que de vez en cuanto veo en tu ropa? No mencionaste nada de que tuvieras alas-

    -porque no las tengo, es el residuo de la habilidad de mis espadas Ragnarok y Claimh Solais.

    -Eso explica mucho- dice con una sonrisa –ya que estamos en estos términos, necesito un favor importante

    -¿De qué va el favor?- pregunta Raetza interesado

    -Me he percatado que en varias partes del mundo has dejado tu marca no como un mercader o erudito, si no como arquitecto, “El Arquitecto del Tiempo”

    -Oh, eso <risas> ¿Qué tienes en mente para mis manos?

    -Un lugar al que pueda llamar hogar, seré caprichoso, quiero una mansión con un gran estudio y muchos libros, un patio grande donde pueda entrenar, y varias habitaciones y esta ha de ser construida en Standcity, pues, el señor Clein me otorgo la oportunidad de vivir con ellos y a decir verdad me gusta ese lugar, así que… ¿puedes con mi capricho? ¿O es demasiado?

    -No te saldrá barato, pero por ser tu, te hare un descuento…

    -Que te parece eso Yûko, ahora tendremos un lugar donde poder vivir los tres, Alice, tu y yo- mirando a con una gran sonrisa a Raetza- Gracias… ya es tarde, creo que va siendo hora de volver, no te olvides que mañana es la inscripción al torneo y pasado comenzara tu espectáculo.

    -más que claro. Volvamos- dice Andru mientras miraba al cielo y Raetza ajustaba sus lentes


    Los tres volvieron a la posada donde les esperaban, después de un reproche de todos, continuaron su charla con mas tragos y relatos de sus aventuras.


    Esa misma noche, en el palacio de Russaj, los Okrams compartían un momento en la cena, pero aquel momento no era para gozar el banquete, sino para discutir asuntos militares.


    -En dos días más comenzara el torneo- dice Baku -Me pregunto ¿Qué clase de guerreros veremos esta vez?

    -lo más probable es que sean los mismos pelmazos de todos los años- responde Elena de mala gana

    -Este muy silencioso Russaj- dice Icaros para ver si obtenía una reacción, sin embargo este continuaba comiendo tranquilamente –desde que llegamos no has mencionado nada de nada de Darklis ¿o acaso tienes miedo?

    -Suficiente Icaros- dice Russaj manteniendo al calma en todo momento –nuestra reunión en estas fechas no es más que para conmemorar las memorias de nuestros antepasados que derrotaron al devorador. Con respecto a Darklis, tu mejor que nadie debería saber qué es lo que planea ¿no dejaste a tu sirviente con él?

    -Catrina no es una sirvienta, es un soldado a respetar. Lamentablemente no ha descubierto nada

    -Obvio que no lo hará- dice Russaj dejando los cubiertos sobre la mesa y limpiando su boca con la servilleta de tela roja –ella ha sucumbido ante el enemigo, mira que comer tan plácidamente con aquel que humillo a tu gente

    -¡Suficiente blasfemia!- grita Icaros –la lealtad arcadiana es innegable, tanto como de las bestias

    -Sin lugar a duda- responde Russaj con un leve tono de sarcasmo –mis compañeros, para que sus corazones y preocupaciones queden saciadas en paz, aquel quien ha osado irrumpir en nuestras tierras, ya ha sido marcado por la espada de la justicia, le he permitido vagar por mi ciudad, porque es en el torneo donde le enfrentare, y con mi mano respaldado de la protección divina que recae sobre mí, destruiré a ese demonio, así que sólo envuélvanse en este festín, y déjense llevar por las festividades, pues aun cuando esta cena sea con fines de compartir información militar, no hay nada según mi parecer que sea necesario decir.

    -Lo dije una vez Erion, y lo volveré a decir- dice Baku con su peculiar acento, quien también dejaba sus cubiertos, ya se encontraba saciado de tales fuertes sabores –Tu retorcida justicia terminara acabándote algún día. Mas ahora, que estas subestimando a este sujeto, y bien lo puedo decir, pues, según he logrado percibir, Andru se ha vuelto un sujeto de temer, no solo logro sobrevivir contra mis demoledores puños, superar la prueba mental de Pharos, logro volver de de lo más hondo para vengarse de Icaros y sobrellevar a la extravagante habilidad de Elena, entonces ¿Qué tienes tú para estar tan confiado? No niego el hecho de que tu poder bien viene cierto es superior a todos nosotros juntos, pero aquel ha demostrado algo demoniaco, algo fuera de lo habitual…

    -¿Tienes miedo?- pregunta Russaj burlescamente

    -Por supuesto, y no sólo yo, los presentes también lo han sentido, ahora que no quieran admitirlo es otra cuestión que no tiene sentido discutir.

    -Aceptare tu advertencia y seré mas precavido en mi combate, pero hasta entonces, olvidémosle y disfrutemos lo que queda del festival- Todos guardaron silencio sintiendo una disconformidad -un asunto que si requiere de nuestra preocupación mis compañeros –irrumpe Russaj –Es el posible regreso del devorador…


    Todos se alarmaron, puesto que era la primera vez que Russaj mencionaba aquel tema, que era lo que el emperador debía informar, que dejaba a Darklis como un problema insignificante…
     
  16.  
    Askelad

    Askelad Entusiasta

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    El Maestro del Caos
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    En primer lugar, una breve disculpa por los laaaaaaaargos periodos de tiempo entre cap, segundo, este cap estará divido en tres o cuatro parte (por mi que sean dos nada más, pero la disponibilidad lo dirá todo), debido a que por motivos de evitar que me cierren por no estar presente por mucho tiempo debido al diario ajetreo, lo haré de esa forma.
    Otra cosa que quería exponer, es que a partir de este capitulo, Andru pasara a llamarse Andrew, es una pequeña pero relevante modificación, la razón de ello, pues son varias, espero que no moleste tanto como creo pensar. Ahora sin mas que decir aquí la primera parte del cap 36, que disfruten XD

    CAPITULO 36: “Desafío x Partida x Caos”

    Y con un gran desfile, se daba fin al festival para así dar comienzo a la fase final de esta celebración, el torneo que conmemoraba la gran batalla entre los salvadores de antaño contra el temible demonio, la batalla que origino a la alianza Okram.

    Las personas se reunían desde muy temprano a los alrededores del coliseo, para disfrutar de este espectacular evento; cada año, guerreros de todos los rincones de Echos e inclusive de tierras lejanas viajaban a la capital para demostrar su gran fuerza, no sólo coronarse como los mejores, si no para obtener la recompensa máxima de un campeón, “El Tesoro del Templario” y la riqueza para su gente.

    Mientras todos se reunían, Andrew permanecía en uno de los balcones del coliseo junto a Amy y Yûko, los tres mirando a la ciudad y sus habitantes, viendo cómo se reunían entusiasmados, pero Andrew no se sentía igual, había mucho en juego en la batalla que tendría hoy, muchos de sus planes dependían de una victoria, hallaba algo confuso, pues muchos pensamientos recorrían su mente.


    -¿Hay algo que te preocupe Andrew?- pregunta Amy, no podía evitar sentir la duda en su corazón, en todos estos años, era la segunda vez que le escuchaba de esa forma, algo que también percibía ligeramente en el corazón de Yûko.

    -No mucho, sólo estoy nervioso, y quizás algo de temor aplaca mi voluntad, pues temo que mis esfuerzos sean en vano… pero es parte de ser quien soy el temer- las palabras de Andrew sorprendieron a Amy, él nunca le ocultaba nada, pero dicha honestidad era nueva, ciertamente algo era distinto, no sólo su aspecto, su corazón también.

    -Ya veo, pero… creo no es malo, siempre has sabido cómo salir adelante, y esta no será la excepción- Amy trataba de ser lo más comprensible que podía

    -No es tan así como piensas, pues, esta es la primera vez que me enfrentaré contra alguien cuya visión es tan alta como la de Caín… pero en algo tienes razón, he cambiado y eso sea el factor que determinara esa pelea.

    -Realmente has cambiado, la última vez que nos vimos, tu corazón era maldad pura, por lo que no podía oírle bien, pero ahora siento una extraña sensación, similar a la que tenía el señor Dankalius, de hecho tienes su mismo semblante, pero lo que los diferencia es vuestras miradas, tú tienes los ojos de un vivo- Andrew se sorprendió un poco, pero una presencia lo distrajo inmediatamente

    -Amy, cuida de Yûko por un momento, hay algo urgente que debo atender

    -¿Qué?- Andrew se sube a la baranda y salta -¡Espera un poco!... ya se fue, este lunático

    -¿Papá está bien?- Yûko se mostraba algo preocupada, pero Amy le sonríe tratando de tranquilizaba, sin embargo la pequeña no parecía estarlo, ella tenía una conexión más profunda con Andrew que cualquiera otra persona.


    Mientras tanto Andrew corría por la ciudad siguiendo aquella presencia, hasta llegar a un callejón donde se encontró con cuatro encapuchados, los cuales emitían una peculiar aura, y de la nada la presencia que estaba siguiendo se manifiesta, Su rostros estaba cubierto por una máscara blanca en forma de zorro, llevaba un atuendo simple, tan solo una camisa y un pantalón, y sobre ello una capucha, a diferencia de los otros cuatros que vestían armaduras las cuales apenas se divisaban por las capuchas que llevaban puesta.


    -¿Quién eres? ¿Y para que me quieres?- pregunta Andrew sin poder darse la vuelta pues, aquel sujeto le intimidaba más que cualquier ser con el que haya topado.

    -Tranquilo, tranquilo, no estoy aquí para causarte mayores problemas, sólo que tendrás el honor de combatir con mis estudiantes, por lo cual te pido que no seas benevolentes con ellos, o te saldrá caro- dice aquel sujeto, su tono de voz le era un poco familiar a Andrew quien se dio la vuelta, pero por más que le mirase, no podía intuir quién era

    -Ya veo… -Andrew mira nuevamente a los cuatros y se vuelve hacia el extraño –Aun no contestas mis preguntas

    -Había olvidado lo impaciente que solías ser… mi identidad yace en la razón de tu existencia, pues Dankalius nunca planeo esto… ahora si me disculpas, no hay más que decir, sólo que disfrutes de las peleas, bye bye- En un simple parpadeo Andrew se hallaba frente al balcón y con ellos Amy y Yûko.

    -¿Pasa algo Andrew?- pregunta Amy extrañada

    -Pero si yo… yo salte de este balcón, ustedes me… vieron…- Andrew guardo silencio de momento, miro a su alrededor tratando de entender lo que había ocurrido

    -Papá ¿estás bien?- Andrew le miro con una sonrisa la cual calmo a la pequeña

    -sí, sólo tuve un sueño despierto. Ya va siendo hora de que me retire, Yûko, quédate junto a Amy en todo momento, te la encargo Amy.

    -Como digas Andrew, pero enserio ¿te encuentras bien?

    -Ya sabes la respuesta- dice Andrew quien pasaba junto a ella mientras apoyaba su mano en su hombro transmitiéndole una extraña calma, como si todas aquellas dudas de hace un rato se hubieran esfumado. Andrew cruza la puerta y ambas quedan mirando su espalda –Así que a esto es lo que le llaman mente fría…


    Andrew se reúne junto a los demás competidores en el centro de la arena, eran un total de 32 participantes, pues era una competencia muy restringida y sólo los calificados eran los indicados para entrar. Mientas observaba su alrededor, Andrew se percató de que entre los participantes, se hallaban aquellos cuatro por lo que aquel paso vacío no fue una alucinación, y más aún cuando uno de estos le miro y sonrió sínicamente.

    El coliseo se hallaba repleto, la bulla de la multitud sofocaba el ambiente, hasta que un silencio total cubrió todo, desde el balcón principal, con la mano en alto, Russaj les saludaba a todos, era momento de dar su discurso a las masas.


    -¡Mis fieles súbditos, os doy la bienvenida a este grandioso evento, en el que con gran respeto y admiración celebramos en honor a los valientes que nos dieron la oportunidad de estar hoy aquí, gozando de una vida pacífica y plena, una vida que muchos ansían tener, es cierto que este discurso lo he venido diciendo hace muchos al igual que lo han hecho mis antecesores, pero es la esencia de recordar, de conmemorar, de honorificar a nuestros ancestros que hacemos esto, lo cual nos orgullece desde el fondo de nuestros corazones!- los espectadores gritaban con orgullo, expresando su amor a su patria, cosa que llamo bastante la atención de Andrew, algo que le produjo un profundo respeto hacia el imperio - Con el festival terminado, damos paso al último evento, en el que no solo se conmemora la victoria, sino el combate, la perseverancia que tuvo Ziel para derrotar al Devorador, y con la fuerza de sus aliados, salir victoriosos, por ello, guerreros de distintos riñones de Echos y fuera de este se reúnen para demostrar su valentía y fuerza, pero a diferencia de otros años, sólo se ha permitido la participación de treinta y seis participantes, muchos se preguntaran porque, pues la respuesta es simple, porque hoy no sólo se jugaran su honor y el derecho a ser nombrado Meister de la orden Okram, sino que se entregara un premio único en su clase, un sable demoniaco- Russaj apunta a un pedestal que se hallaba sobre el en el cual estaba incrustado un gran sable similar al ala de un dragón, Andrew le reconoció de inmediato, la tercera parte de Basoetsha, pero algo andaba mal, desde que entro a la capital no pudo sentir su presencia, aun teniéndola cerca –Ahora, para no aburrirles más, daremos comienzo a los combates, pero siendo este un evento especial , os indicare las reglas, todo está permitido, excepto matar a su oponente, lo cual si llega a suceder, serán descalificados y enjuiciados por las leyes de Echos, para una mayor dificultad, las batallas serán consecutivas, por último y no menos importante, que disfruten del combate- con una sonrisa característica de un noble alza sus manos recibiendo las alabanzas, el coliseo temblaba por el sacudir de los espectadores, mientras que los participantes se excitaban con la euforia del aire.


    Con un simple chasquido de sus dedos, Russaj invoca un pentagrama mágico sobre los participantes desapareciéndolos y reapareciéndolos junto a la pared del coliseo quedando todos separados sobre unos pequeños podios, lo suficiente para que pudieran tomar asiento, rápidamente desde el centro del coliseo se dibuja otro pentagrama el cual traza una línea recta que une a dos podios, era momento del combate y aquella era la forma en la que fueron decididos los encuentros. Los primeros participantes se acercaron al centro, uno de ellos era el antiguo campeón del año pasado, un bravo soldado de la armada proveniente del norte de Echos, especialista con las hachas de mano, mientras que su oponente era una joven que no aparentaba más de 23 años, su piel morena y de ojos verde con una mirada idéntica a la de un halcón, su inusual pelo rojo oscuro y largo amarrado en una trenza atraía bastante la atención, pues no era nada común ver a una mujer de dichos rasgos, vestía de un traje ajustado resaltando su bella figura proporcionados atributos, llevaba sobre si, una chaqueta corta y abierta sin mangas, un par de botas con suelas de metal hechas para no resbalar, pero sobre todo, un par de guantes plateados que cubrían todo su antebrazo, y sus manos se mostraban con un mayor revestimiento haciéndoles ver más gruesos de lo que eran, pero lo que más sorprendía a los ojos de Andrew como a los de los Okram era que llevaban grabado el emblema de la serpiente, el mismo que ellos portaban en sus armas. El combate da inicio, mientras tanto, desde el balcón los caballeros Okrams discutían al respecto.


    -Esos guantes ¿acaso no son los mismos que usas tu Baku? Es cierto que son más pequeños pero…- dice Elena, en lo cual Baku asiente, pero era imposible

    -Lo más probable es que lo sean- irrumpe Icaros- recuerden que nuestras armas adaptan su tamaño al portador, pero lo que no me calza es el hecho de que hayan dos pares- Icaros frotaba su barbilla pensando en alguna respuesta lógica.

    -Lo que más me preocupa- dice Russaj –No es el hecho de que existan otro par, me preocupa su portador, esa mujer no es alguien normal, tiene un aura siniestra

    -En efecto- dice una voz desconocida –La entrene con ese fin- los caballeros se dispusieron a mirar, pero Russaj los detiene, se había percatado que cualquier movimiento brusco significaría algo malo –Eres muy perceptivo, bueno, por algo eres el emperador y líder de los okram –Aquel sujeto se acerca al lado de Russaj, era el mismo sujeto que había hablado con Andrew

    -¿Quién eres y qué quieres?- pregunta Russaj disimulando estar atento al combate

    -Nada de nada, solo ver la pelea de mi discípula desde un mejor lugar- aquel sujeto hablaba con una tranquilidad singular, pues no parecía importarle aquellos que le rodeaban

    -Aun no has respondido mi pregunta- insiste Russaj

    -Aguafiestas como siempre, veo que aun eres blanco y negro para tus cosas, mientras no te vuelva un justiciero retorcido, ups, disculpa- dice dejando salir una pequeña risa –ya eres así, así que no importa

    -Ya me has colmado la paciencia- pero antes de que Russaj pudiera hacer algo, una daga rodeaba su cuello y todos los demás okrams se hallaban presos por cadenas negras –Maldito bastardo…

    -No estás en posición para hablarme de esa forma- dice burlescamente, retirando la daga y levantando levemente sus brazos mostrando poca importancia al asunto, a su vez las cadenas se desvanecían –Ya que no está de humor mi estimado Russaj, tendré que ir al grano, en primer lugar, despreocúpate de mis alumnos, pues su único objetivo es enfrentar a Andrew, ya que es su examen de graduación

    -¿Y que hay respecto a esas armas?

    -¿Te refieres a las cuatro armas de los sirvientes del pecador? Pues es obvio que son las mismas que ustedes portan, pero para no entrar en detalle, misma procedencia, distinto momento.

    -Me estás diciendo que ellos son…

    -detente de inmediato, no quiero hacer una locura- interrumpe aquel sujeto moviéndose de un lado para otro como si lo que fuese a decir fuera algo molesto

    -… si no debo preocuparme de ellos ¿entonces de qué?- de pronto el ambiente se mostró tenso

    -Aun cuando tu creas que el próximo despertar de Ouroboros sea más importante que nada, pues estas equivocado- Russaj y sus compañeros quedaron atónitos al saber que alguien desconocido poseía dicha información, pero había más -Aún faltan a lo menos unos 20 años más para que retorne en su verdadera forma, lo que se viene es sólo mero juego que sabrán lidiar, tu verdadera preocupación es el demonio en el que se ha convertido Darklis, fuera de eso, la vida es rosa y todos somos felices comiendo perdices <risas>

    -¿Quién demonios eres realmente?- Russaj le mira seriamente, pero el grito del público distrae su atención momentáneamente anunciando la obvia victoria de la discípulo de del sujeto al cual Russaj volvió a mirar pero el cual se había desvanecido. Molesto se acerca a la baranda y de forma muy natural ocultando su estado anímico, anuncia la victoria de la joven y da paso al siguiente combate, era turno de Andrew y del segundo discípulo del sujeto.

    -¿Qué opinan al respecto?- pregunta Baku

    -Que fue la primera vez que nos vimos en un real peligro de muerte- responde Russaj quien retomaba asiento, apretaba con rabia el final del apoyo de brazo

    -Hare que le busquen- dice Elena pero es detenido por Russaj

    -No hace falta, se ha ido. Por ahora centrémonos en su combate- Apuntando a Andrew con la mirada, sin embargo para sí, se sentía humillado, pero ya tendría su venganza, tarde o temprano el volvería.


    Mientras tanto, en la arena del coliseo Andrew estaba cara a cara con Ashraf, el segundo discípulo del desconocido en combatir, era tan alto como Andrew pero algo más musculoso, de piel morena como su compañera pero de pelo negro desteñido, bordeaba los 40 años. Al igual que su compañera y el resto de ellos, usaba un traje ajustado, y sobre este un pantalón café y un par de botas, un cinturón grueso conectado a suspensores de los cuales colgaban dos carcaj plateados con el símbolo de la serpiente, y su torso estaba cubierto con una pechera por el lado derecho.


    -Entonces ustedes no eran mentira- Andrew mostraba una cara de alivio, pues sus dudas se habían esfumado.

    -En efecto, lo que sucedió fue una habilidad de nuestro maestro, pero no importa ahora, nuestro trabajo es enfrentarte y nada más, por lo cual te pido que no te contengas, pues yo no lo hare.


    Ashraf estira su brazo izquierdo y el guante se transforma en un arco, más largo que el que poseía Icaros, pero de igual diseño, mientras tanto, Andrew saca dos pequeños sables que portaba en su cintura, parte de su plan era mantener ocultas sus habilidades para no revelar el alcance de estas, sin embargo había aparecido un obstáculo imprevisto.

    En un instante Ashraf desaparece levantando apenas el polvo de donde estaba parado, y por detrás de Andrew caen dos flechas, las cuales logro percibir y salta hacia adelante en un giro hacia el suelo, su oponente había cambiado de lugar y lanza un nuevo ataque el cual nuevamente esquiva sin problema, pero cada vez eran mas más rápidas las respuestas de Ashraf logrando en algunos casos rosas la ropa de Andrew, pero este mantenía la calma pensando en una estrategia contra un oponente que se movía muy rápido, no importa donde mirase, la silueta de Ashraf estaba en toda la arena. Andrew alza su sable al cielo y con gran violencia lo azota al suelo haciendo que el lugar entero temblase, momento en el cual su oponente perdió el equilibrio por lo que corre hasta el, pero al momento de atacar, había esquivado ágilmente reapareciendo a gran distancia de Andrew con una flecha a medio camino de impactar, Andrew da la vuelta y coloca su brazo como escudo siendo atravesado por la flecha, el público quedo sorprendido, sobre todo al ver como Andrew con gran calma quebraba la flecha y la retiraba para continuar la batalla. Ashraf se dio cuenta de que era momento de presionar. Con su mano libre, sujeta la mira de su arco y retira una pequeña punta de la cual se desprende un brillo y consigo el arco se transforma, sus dos extremos se transforman en alas blancas y se dividen en dos más quedando cuatro alas las cuales formaban una gran equis hecha de alas, las cuales desprendían un aura dorada. De igual forma, su mano derecha se cubre de un extraño guante en blanco el cual cumplía la función de protegerle de las flechas que arrojaba. Con esta nueva arma, Ashraf le mostraría al maestro del caos que tan diminuto era. Mientras tanto, desde el balcón, Icaros se encontraba atónito, como alguien era capaz de liberar esa forma sin ser afectado por el poder del devorador, todos sabían de dicha forma, pero estaba prohibida pues esta corrompía el alma del portador, Russaj era el único capaz de usarla sin ser afectado.

    Con gran proeza, Ashraf corre hacia Andrew quien hace lo mismo, y al momento de contacto, Andrew le ataca, pero al hacerlo, el ataque falla, pues Ashraf pasa a través de Andrew como un fantasma, pero en realidad se había movido a tal velocidad que tan sólo se percibió su estela, pero Andrew fue quien recibió más daño, pues al traspasarlo, del cuerpo de Andrew aparecen varias flechas ensartadas en su cuerpo. Desde las gradas, sus compañeros se asustaron, no se explicaban que había pasado, pero una voz familiar les explica que sucedía.


    -Aquel sujeto se movió a una velocidad que ni siquiera yo pude seguir- dice una mujer encapuchada

    -Es extraño verte aquí Mitsha- dice Raetza como si no fuera novedad, a diferencia de los demás, sobre todo Max y Ti quienes la veían como una gran amenaza.

    -No me perdería de una gran batalla, además mi padre nos envió a Raoh y a mí en busca de ciertas cosas. Ahora, volviendo con el enemigo, la velocidad de ese sujeto es abismal, pero no imposible de comparar, yo usando mi habilidad quick silver puedo darle caña, pero Andrew- Mitsha se quita la capucha y mira fijamente a Andrew con sus ojos de dragón, y este sorpresivamente se percata devolviéndole disimuladamente pero manteniendo su estado humano.


    Ashraf comienza a caminar alrededor de Andrew quien le mira muy relajado mientras se quitaba una por una las flechas las cuales le habían dejado en un mal estado, pero su presencia no se esfumaba, se mantenía firme lo cual molestaba a Ashraf, pero su maestro le había advertido al respecto de su oponente. Sin esperar a que Andrew se recobrase, lanza un segundo ataque sobre este, pero gran facilidad a pesar de su estado, esquiva el ataque o eso pensaba pues las flechas ya no eran materiales, si no proyectiles mágicos que seguían su objetivo lo cuales lograron impactar nuevamente a Andrew, su ropa estaba totalmente destruida, pero debajo de esta no había tanto daño como aparentaba, su cuerpo el cual estaba cubierto por una camiseta negra de manga larga y casi ajustada, había soportado bien el ataque, sólo algunos agujeros superficiales, pero por lo demás, se encontraba en buenas condiciones.


    -¿Cómo es posible que mis ataques no surtan efecto? ¡Eres débil contra la magia!- decía Ashraf atónito

    -Cierto, siempre y cuando ocupe mi poder de dragón, pero ahora sólo combato como humano. Admito que tienes un poder sorprendente, pero no basta para penetrar mi atuendo, del abrigo del emperador y el atuendo de guerrero de Tao-Tsen, sumado a la embestidura del caos, he creado esta protección, es similar a la que llevas puesta, diría que la tuya es más sofisticada, pero en sí es lo mismo- Andrew comenzó a sonreír


    Andrew guarda sus sables y extiende su mano invocando a Galamoth, apenas esta aparece, comienza a correr hacia Ashraf quien lanzaba diversos proyectiles los cuales se desasían antes siquiera alcanzar a su oponente. Cuando se vio a corta distancia de Andrew, Ashraf usa su gran velocidad, pero al hacerlo se ve frenado por un insólito golpe sonoro, Andrew había utilizado el Sonic punch, Ashraf trato de volver a moverse, pero de igual forma fue detenido, sin otra escapatoria, comienza nuevamente su ataque, pero con mayor poder, y utilizando diversas técnicas, las cuales eran esquivadas por Andrew o bien desaparecían antes siquiera estar a un metro de él. Ashraf miro el suelo y se percató de las marcas por cortes, dedujo que utilizaba la zona de acero. Poco a poco Andrew acortaba la distancia hasta lograr acercarse y propinar un potente ataque utilizando una de las técnicas de Alice, el puño Balore, causándole un gran daño, sin embargo Ashraf se levanta y continua con su ataque, pero a medida que la batalla continuaba, su poder disminuía siendo reflejado en su arma la cual poco a poco se cerraba hasta volver a su forma original.

    La batalla había llegado a su fin, Ashraf estaba totalmente exhausto y una simple patada para terminar con la batalla con lo cual, Andrew salió victorioso, la multitud gritaba emocionada, extasiada por el gran combate, a diferencia de los okrams quienes comenzaron a ver la amenaza que represantaba Andrew…
     

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