El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

Tema en 'CLAMP' iniciado por allua, 22 Septiembre 2007.

  1.  
    allua

    allua Guest

    El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola soy Allua. Llevaba un tiempo sin pasarme por el foro, pero he empezado un nuevo fic y he decidido ponerlo. Es muy triste, o puede que no, aún lo estoy empezando así que no sé qué harán los personajes. Escribí otro fic, pero este es super largo y no he podido postearlo porque no sé hasta qué tamaño esta permitido el fic. Si lo sabéis, decidmelo por favor, y si puedo lo publico.
    Este fic se lo dedico a mis amigas Pam y Flor que siempre han sido generosas con sus críticas a mis fics.
    Un saludo
    Allua
    El legado de un corazón roto

    El joven alado surcaba el cielo esperando una señal que le devolviera las ganas de vivir.
    Había vivido solo durante toda su vida y nunca le había dolido, jamás se había planteado que la soledad era una amiga traicionera en las horas nocturnas y un recordatorio de lo que jamás poseería.
    Nunca sería dueño de unos ojos verde esmeralda que le robaban el alma, nunca sería poseedor de una sonrisa de amor de unos labios de color cereza, nunca tendría el don de una boca sobre la suya, bailando al compás de la luna.
    Cuando vivía su antiguo amo no había sentido tan vacía su alma.
    Nunca se había imaginado que anhelaría el contacto de una piel sobre la suya y ahora sentía en cada fibra de su ser un dolor tan profundo y doloroso que no podía respirar, jamás se había imaginado el precio tan alto del legado de un corazón roto.
    Se recostó sobre el tejado de la casa de la dueña de su corazón y dejó que su corazón volara libre y su mente vagara en escenas de una familia, unos hijos, su esposa, su amor y su esperanza, la dueña de su existencia y también de su alma. Su ama. Se imaginaba cada día regalándole una rosa roja para recordarle lo afortunado que se sentía de estar a su lado.
    Cerró los ojos y poco a poco se fue durmiendo.
    La escarcha cubrió su cuerpo y dejó de sentir, le entró un profundo sueño, apacible y hermoso, no sentía frío, no tenía miedo, no se sentía solo.
    Todo parecía hermoso y agradable.
    Se dio cuenta de que ya no estaba en el tejado de la casa de su ama y vio un largo túnel que conducía a un campo lleno de gente hermosa, feliz y coronado con un largo Arco Iris que no parecía tener fin.
    Ante sus ojos se desplegaron varios rostros que ya conocía. El rostro de su primer amo y el rostro de la madre de su ama y supo que estaba en el paraíso.
    Camino perezosamente entre los árboles y sonrió a las personas que lo miraban. Poco a poco se acercó a las dos personas que más deseaba ver.
    Su amo lo recibió con una sonrisa radiante.
    - Bienvenido, Yue. – Dijo Clow y sonrió a su creación. – Te voy a presentar a mi amiga, la señora Nadhesiko Kinomoto.
    - Amo. – Dio por respuesta el joven y miró a la hermosa mujer que le recibía con un abrazo amistoso. – Señora Kinomoto, es un placer conocerla.
    - Lo mismo digo, Yue. Gracias por cuidar tan bien a mi hija.
    - No hay porque darlas, su hija es el mayor de los tesoros para mí. – Yue contempló lo que había a su alrededor y sonrió a su señor. - No me imaginaba que los seres mágicos tendrían acceso a este lugar... – Dijo y con una mirada recorrió todo a su alrededor. – Es hermoso, hay paz, no existe el dolor, ni el hambre, el miedo se ha esfumado... Me siento libre...
    - Y sin embargo aún no lo estás. – Dijo su amo enigmáticamente.
    - ¿No lo estoy?
    - Hay algo que te tiene atado a ese lugar del que tanto quieres huir, Yue, es un yugo tan poderoso que no tardará en hacerte volver y deberás averiguar con tus medios de que se trata.
    - Sigue igual que siempre, hablando en clave y sin decir nada en claro.
    - Los caminos que conducen a los seres humanos son inescrutables.
    - No soy un ser humano. – Aclaro el joven guardián.
    - ¿Acaso no sientes como los hombres? ¿Acaso no lloras como nosotros? ¿Acaso tu corazón no late?
    Eres tan humano como yo y al mismo tiempo, tan distinto.
    - ¿Por qué estoy aquí?
    Supongo que esto es el paraíso y yo no creí que nunca pudiera entrar en él.
    - Todo el mundo viene aquí. – Aclaro la señora Kinomoto con una voz tan parecida a la de su hija que el joven alado sintió que su corazón se aceleraba. – La muerte en realidad sólo es un paso más. Las almas reposan aquí y desde este lugar velan por aquellas almas que dejaron atrás y que en algún momento se reunirán con ellas.
    - ¿No existe la muerte? – Preguntó Yue, que no entendía muy bien la mente de los seres humanos.
    - Por supuesto que existe la muerte, la vida es un ciclo: nacemos, crecemos y en algún momento morimos. No hay nada nuevo en el cielo. – Explicó su amo.
    - Nunca me había planteado seriamente la muerte. – Dijo el joven ángel. – Quiero decir al ser algo mágico pensé que me desvanecería sin más y que ya nadie recordaría lo que fui o lo que hice... – El ángel quería continuar hablando, pero una fuerza tiraba por él. Apenas se podía mantener con los ojos abiertos.
    Sintió un vacío y de golpe todo se volvió negro. Todo estaba en silencio, pero escuchó un llanto que le partió el corazón y le traspasó el alma.
    Quería gritar a quien estaba llorando que él le ayudaría, que daría lo que fuera porque ese dolor tan tremendo lo abandonara, pero tampoco podía hablar. En el oscuro lugar en donde se encontraba el tiempo se le antojaba a veces rápido y a veces muy lento.
    De pronto sintió algo cálido en su pecho, una mano acariciándolo con suavidad y lágrimas cayendo sobre su rostro, escuchó el palpitar de otro corazón que no era el suyo y un olor dulce, mezcla de rosas y flores de cerezo.
    Sin saber como, poco a poco abrió los ojos y se encontró con una mirada esmeralda anegada en lágrimas.
    - M... Ma... Maestra... – Murmuró y los ojos verdes se abrieron de alegría.
    - ¡Yue! – La joven contempló la mirada gato que tenía frente a ella y se sintió feliz. - ¿Estás bien? ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué te dormiste encima del tejado cuando cayó una terrible nevada en la ciudad? ¡Oh, Yue... nunca, nunca, nunca, pero que nunca más me des un disgusto así o juro que yo misma te mato! – La muchacha reía y lloraba al mismo tiempo y con ímpetu se tumbó sobre el cuerpo desfallecido de su guardián. Al recostarse sobre él y saber que estaba a salvo se durmió encima de su joven guardián.
    Yue contempló a la muchacha y los ojos de Kero le miraron acusadores desde el otro extremo de la habitación.
    - ¿Qué ocurre, Keroberos?
    - Lleva una semana sin dormir por tu culpa. – Dijo la bestia del sello y fue hacia su hermano.
    - ¿Por qué no dormía mi señora?
    - Estaba preocupada. Te encontramos hace una semana y un día, helado en el tejado de la casa y Sakura se volvió loca.
    Empezó a decir que no era una buena ama, que como había dejado que te ocurriera algo malo si tenía que sentirte constantemente y se mortificó llamándose incompetente todos y cada uno de los días que tu estuviste herido.
    - ¿Una semana? Si para mí ha ocurrido todo en un par de horas.
    - ¿Qué te ocurrió, Yue? ¿Por qué te echaste a dormir encima del tejado en pleno mes de diciembre?
    - No recuerdo todo lo que me llevó al tejado. – Aclaró el ángel.- Apenas recuerdo nada, solo al Amo Clow y la señora Nadhesiko Kinomoto... fui al paraíso Kerberos, entré en el mismísimo paraíso.
    - ¿El paraíso?
    - Sí, el lugar en donde los hombres creen que reposarán sus almas y era maravilloso. No sentía frío, ni hambre, ni miedo, no me sentía solo.
    - ¿Estuviste en el paraíso? ¿Cómo es posible? Si eres una creación mágica, como yo.
    - La señora Nadhesiko me explicó que todos podemos ir al paraíso, incluso tú... Es el lugar en el que todo termina.
    - ¿Seguro que ya no tienes fiebre? – Preguntó la bestia del sello.
    - No estoy enfermo. – Yue miró a su hermano y luego a su ama que dormía en su pecho abrazada a él con fuerza. – El amo me dijo que volvería, que había algo poderoso que me retenía aquí.
    - ¿Algo? ¿Y no te dijo qué?
    - Acaso no conoces ya a Clow. Nunca da respuestas, sólo plantea cuestiones.
    - Es verdad, entonces sigue igual que siempre.
    - Sí, pero lo vi más feliz y joven. – Yue abrazó intensamente a su ama, de forma inconsciente y se recreó en su imagen. El tesoro que tanto deseaba reposaba sobre su cuerpo y no podía dejar de sentirse vivo y feliz.
    La puerta del dormitorio se abrió y entraron Tomoyo y Toya con una bandeja llena de cosas para Sakura.
    Los dos observaron la escena que se abría ante sus ojos y sonrieron aliviados.
    - ¿Estás bien, Yue? – Preguntó Tomoyo, en un susurro para no despertar a Sakura.
    - Sí. – Aclaró el joven y sonrió.
    - Bienvenido de nuevo. – Toya fue hacia Yue y le tendió un vaso de agua. – Bebe un poco, has estado una semana inconsciente... por un instante creímos que te habíamos perdido, pero Sakura no se dejó vencer por la desesperanza.
    - Y come algo también. – Tomoyo acarició la frente de Yue y sonrió. – Parece que ya no tienes fiebre.
    - Quédate en casa hasta que Sakura despierte. – Toya sonrió al guardián. – Si te vas ahora la despertarás y necesita descansar.
    - No quiero dar molestias a vuestro padre... – Se disculpó Yue y trató de incorporarse, pero Sakura, insconsciente y todo lo empujó de nuevo contra el colchón de la cama.
    - Nuestro padre está en unas conferencias en Nueva York y tardará dos semanas en regresar.
    - Pero... yo soy... y ella es... y no está bien.-Dijo el guardián poniéndose como la grana.
    - Ahora mismo lo único que me preocupa es que los dos estéis a salvo. – Confesó Toya. – Confío en ti Yue, al fin y al cabo, sigues siendo Yuki y sé que él nunca le haría nada malo a mi hermana.
    - Gracias por preocuparos por mí. – Dijo el guardián.
    - Tú habrías hecho lo mismo. – Tomoyo se sentó al lado de Yue y le ofreció un tenedor de comida.
    - Puedo hacerlo yo...
    - Despertarás a Sakura si te mueves, por favor, no me causa ninguna molestia y no quiero que ella se despierte. – La amatista sonrió al guardián.
    - Gracias.
    - La noche cayó en la casa de los Kinomoto y Yue, feliz, sentía el cuerpo de su ama enredado al suyo, mientras soñaba plácidamente.
    Miró al cielo estrellado a través de la ventana y se preguntó a qué se referiría su amo con que algo lo ataba a este mundo.
     
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  2.  
    Angel15

    Angel15 Guest

    Título:
    El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    62
    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    oOo que monitooooooooooooooooooooooo me quede sin habla
    ban:no es la unica esta muy lindo tan linod *-* que ya me cambio
    angy: la vida?
    ban:noo la forma de ver como seria clow de joven-la chica cae para atras-angel estas bien?
    angy:¬¬ nos despedimos mientras yo mato a esta niñaaaaaaaa
     
  3.  
    Akari

    Akari Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    24 Marzo 2007
    Mensajes:
    25
    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Waaaao! tu fic está super c00l, Yue es muy lindo.
    Espero la conti!

    Cauidate, Bye
     
  4.  
    merlina

    merlina Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    :eek: que lindo!!!!...
    ^^ ademas interesante...
    que bueno que yue esta bien ...
    quede sin palabras :P solo espero que lo puedas continuar pronto
    xao...cuidate ^^
     
  5.  
    allua

    allua Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola a tod@s:
    Soy Allua. Gracias por haber leído mi fic y por las críticas tan buenas que habéis hecho de él. Aquí os pongo la continuación, espero que sea de vuestro agrado.
    Un saludo
    La muchacha se despertó y percibió un olor a nieve que reconocía a la perfección, era el olor de sus mejores amigos y estaba convencida de que reconocería el olor a miles de kilómetros de distancia. Abrió los ojos poco a poco y se encontró rodeada con afecto por él y sintió una alegría salvaje e inmensa, como si todas las estrellas del cielo hubiesen bajado del cielo para darle la bienvenida.
    Se incorporó poco a poco y lo observó en silencio. El rostro pálido que había tenido toda esa semana había desaparecido y por fin podía ver su piel resplandeciente como la luna. Tenía los ojos cerrados, pero su respiración era acompasada. La muchacha como sin creerse que estaba con ella y vivo aproximó su oreja al pecho y escuchó el latir de su corazón.
    Un movimiento a su espalda hizo que se girara y se encontró a un animal con aspecto de oso de felpa sonriéndole alividado.
    - Sakurita, ¿estás bien?
    - Claro que sí, Kero. ¿Por qué lo preguntas?
    - Llevabas una semana durmiendo sin parar.
    - ¿Una semana? ¿Y qué ha hecho Yue durante esta semana?
    - Dormir contigo.
    Toya y Tomoyo le pidieron que no se moviera porque te despertarías y estaban tan preocupados por ti, que no le dejaron moverse.
    - ¿Y cómo ha comido durante una semana? ¡Pobre Yue ha estado atado a mí durante una semana entera sin poder moverse!
    - No me parece que le haya molestado demasiado, a decir verdad. – Aclaro el animalillo. – De hecho creo que eso ha hecho que se sienta menos culpable por haberte tenido una semana cuidándolo y además hasta me ha parecido verle sonreír en un par de ocasiones y te aseguro que Yue jamás había sonreído de esa manera en su vida.
    - Pobre Yue... – Dijo la muchacha y miró hacia la cama. El joven alado había empezado a moverse poco a poco, trató de abrazar algo y pareció muy decepcionado al no encontrar lo que buscaba. Finalmente abrió los ojos plateados y su mirada y la de la muchacha se cruzaron. La bestia del sello tuvo la sensación, por escaso segundo, de que su presencia no era ni deseada, ni necesitada en ese momento, así que hizo lo que mejor se le ocurrió.
    - ¡Me voy a por un rico pastel! – Murmuró y salió disparado de la habitación.
    - Has despertado, Sakura... – Dijo el muchacho y ella lo miró con ternura. Era la primera vez en su vida que la llamaba por su nombre y sin añadir el Maestra delante.
    - Gracias por cuidar de mí... – Susurró la muchacha avergonzada y el joven alado fue hacia ella y la rodeó en un abrazo tierno.
    - Gracias a ti por cuidarme mientras estaba entre esta vida y la otra, tú no tenías porque hacerlo y sin embargo mi obligación siempre ha sido protegerte.
    - Te dije mil veces que somos amigos, Yue y los amigos se cuidan entre sí.
    - Estuve con tu madre y con Clow... – Comentó el muchacho y la ojiverde abrió los ojos como platos.
    - ¿Con mamá y Clow?



    - De algún modo fui a lo que vosotros llamáis paraíso y estuve con los dos, pero apenas me dio tiempo a hablar con ellos porque de pronto una fuerza tiraba de mí y te escuché llorar, pero no sabía que eras tú... Fue todo muy extraño.
    - Estaba muy preocupada por ti y por eso lloraba, me alegro de que estés bien y hayas vuelto con nosotros. – Sakura miró el reloj de su habitación y luego a Yue. – Ahora me tengo que ir a la universidad, pero si te encuentras mal por favor llámame.
    - Estoy bien, ya me he recuperado por completo. – Yue sonrió a su ama y le dedicó una mirada dulce. – Gracias por cuidarme, Sakura.
    - Somos amigos, ¿no?
    Los amigos se cuidan y se apoyan siempre.
    - Tienes razón. – El muchacho alado extendió sus hermosas alas del color de la nieve y salió por la ventana de la habitación de Sakura.
    Ella lo vio partir y se sintió nostálgica. Había algo en Yue distinto, lo notaba triste, como si hubiera perdido de pronto las ganas de vivir y ese sentimiento la alarmó. Sin ningún tipo de duda iría a ver a Yue a casa de Yukito esa misma tarde.
    - Yue salió volando por la habitación de su joven ama y sonrió al cielo. Se sentía más vivo que nunca y al mismo tiempo más mortificado que nunca. Haber estado tanto tiempo cerca de ella, escuchándola mientras soñaba y abrazándolo de vez en cuando le había dado ánimos para seguir, pero ahora que se alejaba de ella su alma se volvía a sentir vacía y perdida.
    Sakura jamás sería de él. Siempre lo vería como un amigo amable, jamás percibiría los verdaderos sentimientos que él le profesaba a ella y Yue tampoco se sentía con ánimo de decirle que la amaba. Ella tenía a su mocoso y él sólo era un amigo más.
    Descendió en picado a la Torre de Tokio y tomó su apariencia de Yukito.
    Yukito y él se habían fundido, eran sólo uno. Los sentimientos de Yue y Yukito eran los mismos, pero la parte que aún pertenecía a Yukito de Yue se sentía más desgraciada que la parte que era sólo de Yue. Porque la pequeña parte de Yukito había sentido y había sido correspondida, pero la parte de Yue jamás se había sentido amado por su maestra, como sin embargo si lo había sido Yuki.
    Bajó la torre de Tokio y sonrió. Allí había empezado todo.
    Hacía ya doce años que Yue y Sakura se habían conocido. Doce años en los cuales los sentimientos del guardián habían variado tanto que se había convertido en una montaña rusa.
    Al principio había aceptado a su maestra, porque era su obligación, poco a poco la fue apreciando como una amiga por la amabilidad y la dulzura con la que siempre lo había tratado y finalmente se había encontrado a sí mismo imaginándose una vida a su lado, pero no como Yukito, sino como Yue.
    Bajó los peldaños y llegó a un escaparate, al verse reflejado en él no se reconoció por un instante.
    En algún momento de esa semana en la que Yue había estado en el paraíso se había producido una especie de milagro. Su rostro y el de Yukito se habían fundido dando paso a solo uno, el de la apariencia real de Yue, salvo con la variedad de que ahora llevaba gafas y tenía el pelo algo más corto. Caminó lentamente hacia su antiguo trabajo y al llegar a la puerta se encontró con uno de sus compañeros.
    - Hola Yukito. – Le dijo. – Me alegro de ver que ya te encuentras bien y te incorporas al trabajo.
    - Eh... esto... sí... – Contestó el muchacho sin comprender porque su compañero no había percibido el cambio en su rostro.

    En algún lugar de su cabeza una voz le habló: “Los dos sois ahora uno, Yue. La memoria de todos aquellos que conocieron la otra apariencia de Yukito ha sido sustituída y para todos eres el Yukito que siempre han conocido. Cuando una apariencia secundaria y una real se mezclan, eso es lo que suele ocurrir.”
    Yue reconoció la voz que hablaba en su cabeza como la reencarnación del mago Clow, Eriol Hiragizawa, y por algún extraño motivo de pronto reparó en su presencia. Durante doce años no había vuelto a Japón, pero ahora lo sentía con mucha intensidad.
    Estaba pensando en ello cuando chocó con una mujer, sus rasgos se habían unificado, pero no tenía duda, al verla supo que era ella y le sonrió.
    - Ruby... – Murmuró Yue.
    - Hola Yue, ahora me llamo Nakuru Akizuki... – La joven sonrió a su opuesto lunar y le dedicó una sonrisa. – Y tú eres Yukito Tsukisiro.
    - ¿Habéis regresado a Japón?
    - Eriol tenía un par de asuntos que resolver por aquí, creo que en unos seis meses serás invitado a una boda de mucho postín. – Ruby sonrió a Yue y le abrió la puerta. – Ahora trabajamos juntos, puede que aprendamos a llevarnos bien. ¿A ti que te parece?
    - Que todo es posible. – Contestó él y juntos entraron en el trabajo.

     
  6.  
    Akari

    Akari Iniciado

    Cáncer
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    24 Marzo 2007
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    25
    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola!
    Me gustó la conti...tan lindo que es Yue con Sakura.
    Y no sale Syaoran en el fic?ToT.

    Adioz, Cuidate!
     
  7.  
    Pam

    Pam Usuario común

    Acuario
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    25 Diciembre 2006
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    484
    Pluma de
    Escritora
    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    AYyyyyyyyyyy!!!!! Fui una cruel al no pasarme por aqui a leer tu fic!!!! Lamento que haya sido tan tarde!!!! ToTToTToT
    Gracias por la dedicacion amiga!!!!! Me encantan me fascinan tus fics, ya que narras de una manera tan singular, que la simpleza de tus historias son mágicos momentos cuando uno los lee!!!
    Yue como siempre divinooo!!! Ademas de que ojala se anime a confesarle a Sakura sus sentimientos!!!!
    Sos fabulosa escribiendo!!!
    MIS FELICITACIONES!!!!
    Y continua pronto...
    Bye...
     
  8.  
    allua

    allua Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola a tod@s:
    He aquí el siguiente capítulo. Preparaos porque no está pensado para cardíacos, si creíais que Eriol puede ser malo, es porque no conocéis a Ling, una invención mía que es más mala que la tana, que cuando me pongo a crear malos, me paso cuatro pueblos. Espero que os guste y que me deis vuestra críticas como siempre.
    Sakura entró en clase apresurada y chocó con Eriol, al verlo se quedó tan sorprendida que no fue capaz de articular ni una palabra.
    - Eriol, ¿cuándo has regresado? ¿Y por qué no me dijiste que volvías?
    - Has estado muy ocupada últimamente, Sakura, ocupándote de que Yue estuviera a salvo, así que no te avisé de mi retorno.
    - Me alegro de verte.
    - Y yo de verte a ti, ¿dónde se encuentra la encantadora Daidouji?
    - Debería estar a punto de llegar. – Sakura miró la puerta y la joven Tomoyo entró, vestida con un hermoso pantalón de pinzas color amatista, que encajaba con sus hermosos ojos, y con una camisa rosa pálido que le daba un aspecto extraordinario.
    - ¡Hiragizawa! – Exclamó la joven y miró extasiada la aparición que tenía frente a ella. Con el cabello algo más rápido, pero la misma sonrisa de siempre, allí estaba su amigo de la infancia. Una chica entró apresurada en el aula y empujó a Tomoyo, que fue a darse de bruces en el pecho del joven Hiragizawa. – Lo siento... – Se disculpó la muchacha y Eriol se limitó a sonreír.
    - No ha sido culpa tuya, Daidouji. – La reencarnación del mago Clow sonrió a la joven que tenía en frente y la cogió de la mano. – Sakura me tengo que llevar a Daidouji un momento, por favor dile al profesor que no se encontraba bien.
    - Claro... – Murmuró la ojiverde y una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios cuando su mejor amiga y uno de sus amigos de la infancia desapareció por la puerta.
    Caminó hacia la puerta y observó con detenimiento todo el mundo que la rodeaba, por un instante se sintió vacía y sola. Deseaba hablar con alguien con gran intensidad y por una vez en doce años la persona con la que quería hablar no era Xiao Lang.
    Se dirigió a su mesa y se sentó. El profesor entró en la clase, pero Sakura estaba ausente. Su mente había volado libre a otro lugar, lejos, tan lejos que por un instante le dio la sensación perder el equilibrio.
    Se vio a si misma el día del Juicio final, venciendo a Yue con su poder y bailando con Xiao Lang, feliz de que él estuviera a su lado para celebrar su victoria. Luego recordó el día que Xiao Lang la llamó por su nombre de pila y el día que lloró en sus brazos por el rechazo de Yukito.
    Xiao Lang siempre había estado a su lado, guiándola, mostrándole el camino y dándole alas para que tratara de cumplir su sueño. Xiao Lang era su mejor amigo, la persona que más apreciaba en su vida o eso creía.
    Poco a poco fue entendiendo otras cosas, Xiao Lang era su amigo, su mentor, pero para ser sinceros no tenía nada claro si deseaba pasar el resto de su vida con un hombre que había incumplido una promesa.
    Le había dicho que volvería y ella estaba esperándolo, lo había aguardado durante doce años y en los últimos tiempos tenía la extraña sensación de que los sentimientos de Xiao Lang estaban cambiando, pero no podía ser así. Xiao Lang la amaba, ¿verdad? y nunca la dejaría sola.
    Tuvo el presentimiento de que algo malo le aguardaba en cuanto saliera de esa clase, era una sensación tan terrible que le atenazaba en la garganta y deseó parar el tiempo. Faltaban tres minutos para que sonara el timbre, dos, uno...

    El ring del timbre la despertó y caminó hacia la puerta, temiendo que lo que encontraría al otro lado no le iba a gustar en absoluto. Sintió las cartas apretándose contra su pecho para darle valor, sí, ellas también sabían que algo no andaba bien del todo y trataban de dar fortaleza a su señora.
    Abrió la puerta y chocó con un muchacho de cabello color café revuelto, reconoció los ojos y el corazón se detuvo por un instante.
    Emocionada por el espectáculo que se ofrecía ante ella se abrazó ante el muchacho y se regañó a sí misma por haber dudado de él y por haber creído por un instante que no cumpliría su promesa.
    El joven no devolvió su abrazo y entonces contempló sus ojos café anegados en lágrimas.
    - ¿Ocurre algo? – Preguntó la ojiverde. - ¿Estás bien, Xiao Lang?
    - Todo se acabó, Sakura. – Dijo el muchacho y la miró con pesar. – No puedo casarme contigo y no puedo volver a Japón.
    - La muchacha se separó del amor de su infancia y negó con la cabeza, con gran intensidad, tanto que por un momento dio la sensación de que se partiría el cuello.
    - No es cierto, es una broma... Vamos, Xiao Lang, no bromees sobre algo tan serio, por favor.
    - Es verdad.
    - ¿Por qué? – Preguntó la joven y el muchacho le mostró una alianza en su mano izquierda.- No... no puedes haberme hecho esto, no puedes haber sido capaz de casarte y ocultármelo... no es cierto, es una ilusión. Hay otras cartas, de otro mago que me quieren engañar... No es cierto.
    - Lo es. – Xiao Lang tomó el rostro de la muchacha entre sus manos y le sonrió con pesar. – Mi clan está destruido, soy el único que queda de mi familia. Han matado a mis hermanas, a mi madre, a mi abuela. Todos murieron y yo estuve a punto, Ling me salvó la vida y ahora mi vida le pertenece a ella.
    - ¿Una deuda de vida? ¿Has contraído una deuda de vida y se te ocurre contármelo ahora? ¡Han pasado doce años, Xiao Lang. No fue ayer, doce años! Yo esperé y esperé, doce años... Creí... pensé... confíe... ¡Me mentiste! – Sakura empujó al muchacho y él se cayó de espaldas al suelo.
    - Me tendieron una trampa Sakura, la familia de Ling y ella luchó contra todos, me salvo la vida y por mi culpa ha sido desheredada, repudiada, no tiene a dónde volver y está muy amenazada. Ahora entre los dos tenemos que reconstruir mi clan desde las cenizas.
    - ¡Te odio, Li, Xiao Lang! – Exclamó la joven y su grito desgarrador de dolor se extendió por toda la ciudad y llegó hasta los oídos de un hombre que trabajaba en el otro extremo de la ciudad.
    - Yo te amo, Sakura. – Confesó el muchacho. – Pero lo nuestro... no... puede ser... – Xiao Lang acarició la mejilla de Sakura con delicadeza y acercó sus labios a los de su joven amor. Iba a besarla, pero un manotazo lo apartó de su presa.
    Enloquecido de la furia, Yue estaba frente a Xiao Lang y amenazaba al joven chino con miles de cristales de hielo.
    - No te atrevas a ponerle un solo dedo encima a mi señora. – Dijo Yue. – O el dolor que ella ha sentido no será nada comparado con el dolor que yo te provocaré a ti. – Yue empujó a Xiao Lang y el muchacho yació de nuevo en el suelo.
    - No es tan sencillo, Yue, derrotarme. – Desafió Xiao Lang.
    - No sabes con quién te la juegas, mocoso. – Yue apuntó con un dedo acusador a Xiao Lang. – Si le haces daño mueres y no me importa que yo tenga perezca luchando contra ti, te garantizo que te llevaré conmigo al infierno y nos sentaremos uno al lado del otro para amargarnos el resto de la existencia...
    - Ya basta, Yue. – Ordenó su maestra. – No merece la pena. – Sakura lanzó una última mirada cargada de dolor a su primer amor. – Llévame lejos, por favor... – Sakura observó a su guardián con los ojos verdes llenos de lágrimas y con una mirada de súplica tan profunda, que el guardián de hielo creyó que se derretía. Su preciosa maestra llorando por ese tipejo, su tesoro triste porque el imbécil del mocoso no sabía la suerte que tenía por tener su amor, la dueña de su corazón estaba sola y desvalida.
    Por primera vez en su vida, el guardián deseo que el mocoso no hubiera rechazado a su señora porque si la hubiera amado como ella se merecía su hermosa mirada no estaría tan cargada de un dolor inmerecido.- Xiao Lang, te he amado como a nadie y ese amor siempre irá conmigo, te amaré hasta el final de mis días. – La joven sonrió con gran pesar al chino. – Pero a partir de este momento has muerto para mí. – Sakura rodeó con firmeza en cuello de Yue y su guardián la abrazó con intensidad. - ¿Nos vamos?
    - Sí, mi señora. – Yue se elevó en el cielo y su cabello ondeó al viento.
    Ni Sakura, ni Yue volvieron la vista atrás para ver a Xiao Lang derramar lágrimas de color verde. Una joven apareció detrás y lo agarró con fuerza.
    - Ahora ya eres mío. – La chica besó a Xiao Lang, pero no correspondía a su beso.
    - No me tomé tantas molestias en eliminar a todos tus seres queridos para que te resistas ahora, Xiao Lang Li. Hicimos un trato, yo le perdonaba la vida a esa inútil si elegías casarte conmigo.
    - No fue una elección. – Xiao Lang miró a la mujer con resentimiento. – Pero prefiero vivir lo que me resta de mi vida a tu lado, siendo infeliz, a perderla a ella.
    No te querré nunca y nunca te daré un heredero. Mi clan se extinguirá conmigo y el tuyo contigo. – Xiao Lang contempló la estela plateada que Yue había dejado en el cielo. – Porque sé regresaré y podré estar junto a ella, sino en esta vida, en otra.
    - Acabarás queriéndome. – Murmuró la muchacha.
    - Jamás, mi capacidad de amar ha muerto. – Xiao Lang se encogió de hombros. – El plan te tu clan jamás se cumplirá, nunca jamás tendréis un heredero y jamás conoceréis los secretos de mi clan, moriré sin enseñártelos.
    - Te mataré...
    - La ventaja de esto, Ling, es que yo sé que nunca serás capaz de matarme porque para tu desgracia me amas y tú serás la esposa tiranizada, no yo. – Xiao Lang contempló a su hermosa flor de cerezo y sonrió. – Yue te hará feliz, Sakura, hasta que nos reencontremos en otra vida. – Xiao Lang se esfumó en una humareda y poco después la mujer que estaba a su lado.
    Mientras tanto en el punto más elevado de la Torre de Tokio, la Cazadora de Cartas lloraba en los brazos del único ser en quien confiaba.
    - Yue... – Susurró. – Prométeme que Kero y tú nunca me abandonaréis...
    - Nunca te abandonaré, Sakura. – El joven guardián acarició el cabello de su señora. – Siempre estaré a tu lado, mi señora...
    - Somos amigos. – Protestó la castaña.
    - ¿Sólo amigos? Para mí, tú eres el universo, te amo, Sakura, más que a mi propia vida. – Dijo, pero la muchacha se había dormido en sus brazos y no escuchó la confesión que tanto tiempo le había costado a su guardián.











     
  9.  
    Saku_Sora

    Saku_Sora Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    hasta ahi no llega, verdad?........si no es hasta ahi continualo, esta quedando super lindo, de verdad, a mi me encanta esta serie y nunca se me cruzo por la mente la pareja Yue y Sakura, siempre era Shaoran y Sakura.

    De verdad continualo.......Sayonara, Bisitos
     
  10.  
    Angel15

    Angel15 Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    que??? fue el fin?????????? no espera habra conti verdad?
    ban: n.n yo creo es tan lindo es tan bello es tan kawaii
    angy:jajaj es cierto eres muy buena escritora y quiero contiiiiiiiiiiii no me digas que no habra por que me muero
    ban: la verdad no se muere aunque se quiso matar una vez
    angel:T^T pero me di cuenta que no sirvio
    ban:mejor sigue proque esta muy monito *-* y si ya acabaste has otro
    angel:siiiiiiiiiiiii pliiiiiiiiis
     
  11.  
    merlina

    merlina Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    te a quedado estupendo!!!
    muy lindo ^^
    que lamentable que sakura no alla escuchado la declaracion de yue..
    solo me pregunto que estaran asiendo tomoyo y eriol? >.<
    :p en fin..
    solo espero que lo puedas continuar pronto
    asta pronto ^^
     
  12.  
    Pam

    Pam Usuario común

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    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Te esta quedando cada vez mas interesante amix!!! Espero que pronto lo continues...
    La verdad que fue una total decepcion que Sakurin se quedara dormida en plena declaracion de amor de parte de Yue!!!! Ni yo me quedaria dormida con tal de oirlo!!!! <3
    Continualo en breve!!!
    Bye...
     
  13.  
    allua

    allua Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola a todas:
    ¡Cómo ha crecido este fic en tan poco tiempo! La verdad es que me alegra que os guste y me encantan vuestras críticas. El anterior capítulo no era el final aún y este tampoco lo es, aunque no le quedan ya muchas partes porque creo que ya conté todo lo que quería. En esta parte me he inspirado en el libro de Paulo Coelho, "Brida", que habla de una chica que quiere ser bruja y... bah, leedlo que no os vais a arrepentir. Ya no me enrollo más. He aquí la conti.

    La muchacha abrió los ojos pesadamente, se incorporó de la cama y por un instante no tuvo idea de donde se encontraba, asustada buscó su baraja de cartas y la encontró apilada a su lado.
    Salió de las sábanas y al poner el pie en el suelo tropezó con algo, se agachó para ver lo que era y se encontró al juez dormido. Su cabello plateado resplandecía por el brillo que le provocaba el sol de la mañana que se colaba por una rendija abierta de la ventana. La muchacha se agachó para contemplarlo y se abrazó a él con fuerza.
    El juez notó una presencia cálida a su lado y cómo el cuerpo femenino se enredaba entre sus brazos, se hizo el dormido porque no sabía qué decirle a su señora en el momento que su alma estaba tan dolorida.
    Sakura observó el rostro dormido y empezó a hablar en voz muy baja para no despertarlo.
    - Yue... mi querido Yue... – Sakura acarició la frente del juez y se estremeció. – Siempre estás a mi lado, no importa cómo me sienta, incluso cuando pierdo los estribos y te grito pareces escucharme con esa paciencia infinita que sólo tú posees.
    Eres una piedra fuerte a la que aferrarme, mi joven guardián, y aunque viva cien años jamás podré estar agradecida de que aparecieras en mi vida y le dieras un vuelco.
    Hoy, cuando me has defendido de Xiao Lang, cuando has amenazado con llevártelo al infierno me di cuenta por primera vez en mi vida de lo que sientes... Me gustaría poder corresponderte, Yue, mi luna... pero dame tiempo, por favor. Permíteme que aprenda a amarte y pueda corresponder al amor que tan desinteresadamente me ofreces... – La muchacha dijo estas últimas palabras y rodeó al juez con sus brazos. Poco a poco su respiración se fue calmando y él supo en el instante mismo en que ella se dejó vencer por el sueño.
    Abrió los ojos para mirarla fijamente, suavemente acarició su piel melocotón y acercó sus labios a su cabello para robarle un beso mientras estaba dormida.
    - Me alegro de que te quedaras dormida antes de mi declaración, mi amor, si te lo hubiera dicho habrías sufrido al tener que darme una negativa y te habrías muerto de vergüenza al explicarme que querías aprender a amarme...
    Eres lo que me mantiene en esta vida, Sakura, mi preciosa flor de cerezo, por ti y solo por ti me dejaría arrastrar hasta las puertas del infierno, te seguiría hasta la muerte sin preguntar... Siempre, siempre, te amaré.
    No me importa ser el segundo plato, mi precioso amor, no me importaría ser el millonésimo, si pudiera estar siempre a tu lado.
    Quiero llorar a tu lado, reír, quiero... deseo más que nada en el mundo ser el padre de tus hijos, el hombre al que te entregues para siempre... Tu marido, tu compañero, tu universo... Quiero ser tu universo como tú ya eres el mío.
    Pido mucho, ya lo sé, y debería maldecirme cien veces por haber quebrado al menos diez normas que no deben ser rotas entre Maestro y Guardián, pero no me arrepiento.
    Doy gracias por poder amarte, doy gracias por poder tenerte entre mis brazos del modo en que estás ahora, doy gracias por poder robarte un beso mientras estás dormida, doy gracias porque deseo ser tu marido, doy gracias porque sueño con ser el padre de tus hijos, doy gracias porque por una vez también yo me atrevo a soñar con el paraíso, doy gracias porque has decidido aprender a amarme, doy gracias porque a tu lado mi vida será perfecta, doy gracias porque pienso declararte mi amor más adelante y sobre todo doy gracias por haber sido capaz de romper estas nueve normas prohibidas entre Maestro y Guardián sin sentir remordimientos. – El joven guardián tomó la mano de la Maestra y la besó con delicadeza, sintió como los dedos de ella en medio del sueño se enredaban a los suyos y en murmullo para no despertarla dijo: “Te doy mi mano y con ella te entrego mi alma”.
    Poco a poco el juez se quedó dormido enredado en los brazos de su señora. El sueño lo llevó al lugar dónde se encontraba su Maestro.
    - Clow. – Dijo sin sorprenderse. - ¿Ahora sí que me he muerto y me tengo que quedar en el paraíso porque he sido castigado por mis sentimientos?
    - No, Yue. Has venido porque te he llamado yo, pero esto es sólo un sueño. Dentro de un par de horas despertarás en el suelo de tu casa, abrazando a Sakura.
    - Ella es el vínculo que me ata a la tierra, ¿verdad?
    - Es más que eso. – Aclaró Nadhesiko Kinomoto. – Yue, ella es la mitad de tu alma, formáis parte el uno del otro y siempre será así. – Nadhesiko sonrió al guardián, que la miraba confundido. - ¿Te preguntas por Xiao Lang?
    - Sí. – Contestó el guardián.
    - Según la antigua tradición de la wicca cada persona al morir va al lugar donde descansan las almas. Allí recupera fuerzas para volver y al regresar lo hace en forma de una parte femenina y una parte masculina, la obligación de esas dos partes es encontrarse en la nueva vida que se le ofrece.
    En todas las culturas se habla de un alma gemela, de una media naranja... Todos buscamos el amor, está en la esencia del ser humano.
    No te preocupes por Xiao Lang, Yue. – Aclaro la señora Kinomoto. – Él no es parte de esta historia, no puedo garantizarte que en otra vida ella lo elija a él por encima de ti, pero en esta ocasión no será así.
    - Aprovecha el regalo que te han ofrecido, Yue. Ámala con toda la intensidad de tu corazón hasta que los dos os reunáis con nosotros en este lugar.
    - Yue de pronto fue empujado hacia abajo y al abrir los ojos se encontró con Sakura, llorando.
    - ¿Qué ha ocurrido, Maestra? – Preguntó él.
    - ¡No me hagas esto nunca más, Yue...! Te lo dije antes, no me vuelvas a asustar tanto... pensé... que ahora, que esta vez estabas muerto de verdad...
    - Lo siento, no quería disgustarte. – Comunicó el guardián y la joven lo rodeó con sus brazos.
    - No ha sido culpa tuya, quizás estoy tan afectada por lo de Li que sólo veo mal en todo lo que me rodea.
    - Te prometo que estaré a tu lado siempre, Sakura. – Dijo el guardián y rodeo a Sakura con su brazo. – Y si no cumplo mi promesa, podrás matarme por traidor.
    - ¿Por qué dices esas cosas tan horribles, Yue? ¡Jamás te mataría!
    - Sakura... – Yue contempló a su maestra y sonrió. - ¿Me puedes prometer que siempre estarás a mi lado?
    - Siempre estaré a tu lado, Yue.
    - Recuerda bien esta promesa Sakura, porque más adelante exigiré que cumplas con ella. – Yue se dio la vuelta. – Es hora de que te lleve a casa, tu hermano y tu padre deben estar preocupados...
    - ¡No cambies de tema tan rápidamente! – Protestó la ojiverde. - ¿A qué te refieres con eso de que exigirás que cumpla con la promesa?
    - Lo sabrás cuando sea el momento, no antes. – Dio por respuesta el guardián.
    - ¡A veces eres tan desesperadamente parecido a tu maestro! – Se quejó la muchacha.
    - El joven alado dedicó una mirada cargada de intención a su señora, la tomó en brazos y juntos cruzaron la ventana de su casa para ir a la de ella.
    Llegado el momento él le confesaría sus sentimientos y ella cumpliría con la promesa que se habían hecho, pero aún era demasiado pronto.


     
  14.  
    Pam

    Pam Usuario común

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    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Que tierno!!!!! ToTToT
    Me ha emocionado bastante esta parte!!!! La verdad que cada vez se quedan más y más dulce las escenas entre Yue y Sakura!!!
    Ojala no ocurra nada malo con el pobre Li!!! Ha sufrido mucho también!!! pero vamos a ver que sucedera...
    te quedo fabuloso!!!!
    Bye...
     
  15.  
    merlina

    merlina Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    k emotivo !!!! :llorar:
    ^^ te kedo tierno este cap.
    aunque me coivi un poco al leer que yue queria ser el padre de los hijos de sakura xD
    ..pero que bueno que sakura se alla dado cuenta de los sentimientos de yue.
    ah.. y te are caso del libro.. ya e leido un libro de ese autor y me gusto ^^
    en fin.. xao..
    cuidate n_n
     
  16.  
    allua

    allua Guest

    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola:
    Estoy de vuelta con la continuación. Esta vez me temo que os voy a dejar con la miel en los labios, porque el final es ?. Un saludo.
    El año se le pasó a Sakura muy lento después de su ruptura con Xiao Lang, pero ya había llegado la Primavera y por fin empezaba a ver luz detrás de oscuridad.
    La muchacha se levantó de un humor excelente esa mañana. Asistiría a la fiesta de compromiso de su mejor amiga y de uno de sus mejores amigos. Apenas podía creer que Eriol y Tomoyo se hubieran prometido el mismo día que ella y Xiao Lang habían roto su compromiso. Sin embargo no le afectó y estaba más contenta que nunca con esa boda porque como se solía decir “Si se cierra la puerta, se abre una ventana”.
    Se contempló en el espejo y decidió que era hora de cambiar de look. Se había dejado el pelo muy largo porque pensaba que a Li le gustaría más, pero como ahora él ya no formaba parte de su vida decidió cortar la melena que tanto trabajo le había costado dejar crecer.
    Se duchó y bajó a desayunar. Entró en la cocina y el espectáculo que vio le sorprendió tanto que se puso roja como un tomate.
    Apoyados en la cocina estaban su hermanito y Nakuru, dándose un beso y abrazándose sin ningún pudor. La muchacha ahogó un grito, pero su hermano y la pelicastaña la vieron.
    - Te has levantado pronto, monstruo. – Se quejó el mayor de los Kinomoto.
    - Es... esto... voy a la peluquería... – Contestó azorada y trató de salir corriendo por la puerta, pero la mano de Toya la retuvo.
    - No te vayas sin desayunar, ya están listas las tortitas y ahora te daré el sirope de fresa.
    - Si yo me tenía que ir... – Contestó la ojiverde y su rostro estaba como un pimiento rojo.
    - No es lo que parece, Sakurita... – Le habló Nakuru roja como un tomate. – He venido a recoger a Toya para ir juntos al trabajo, no he pasado la noche aquí, ni nada parecido.
    - Yo no te he preguntado nada... – Habló Sakura mucho más roja que antes. – En serio, no me tenéis porque dar explicaciones... papá está en Mexico durante este mes, pero no le pienso decir nada. Yo os guardo el secreto... no soy una... cotilla.
    - Sakura. – Su hermano se colocó frente a ella. – Nakuru dice la verdad. – Toya colocó un par de tortitas frente a su famélica hermana y Nakuru y él se sentaron a la mesa con ella.
    - ¿Cómo te encuentras, Sakurita? – Preguntó Nakuru con delicadeza. – Es que hoy es la fiesta de compromiso de Eriol y como se prometieron cuando tú... y estoy un poco preocupada.
    - Estoy bien, gracias. – Sakura señaló la ventana que tenían frente a ellos. – El sol está brillando sobre el cielo, aprobé el primer semestre de la universidad sin ningún problema y además he empezado a trabajar en el periódico de la ciudad, todo es perfecto.
    - ¿Seguro que sí? – Insistió Nakuru muy afectada. – No me gusta verte triste, Sakura. Tú siempre sonríes, eres como un rayo de sol, así te describe Eriol y este año... pues estuviste algo apagada.
    - Lo sé, pero ya estoy bien, te lo prometo. – Sakura le dedicó la más brillante de sus sonrisas a Nakuru y a su hermano, que la observaba preocupado. – Estaban muy ricas, hermanito. – Dijo Sakura e hizo algo que a Toya le sorprendió tanto que se le cayó el cuchillo y es que la castaña abrazó a su hermano con fuerza y le dio un beso en la mejilla. – Cuida a mi hermano, ¿vale? – Le rogó a Nakuru y salió corriendo por la puerta, tarareando una canción muy alegre.
    - Creo que ya está bien. – Comentó Nakuru. – Y te has puesto colorado cuando te ha dado un beso tu hermanita pequeña... – Nakuru abrazó a Toya. – Eres taaan dulce, Kinomoto... que me voy a tener que casar contigo.
    - Acepto. – Contestó el moreno y la jovencita alocada lo miró asombrada.
    - ¿Aceptas casarte conmigo?
    - Eso he dicho. – Toya tomó la mejilla de Nakuru entre sus manos y la besó con ternura. – No me imagino con ninguna otra mujer, ahora que ya he estado contigo.
    - ¡Qué guay! – Exclamó la muchacha.

    Mientras tanto, Sakura llegó a su peluquería favorita y se sentó a esperar su turno.
    - Buenos días, Sakura. – La saludó Rika, que entró en ese momento por la puerta. – Me alegro de verte. – Sonrió la muchacha. – Creo que por fin estás alegre.
    - ¿Cómo puedes saber eso? – Preguntó Sakura.
    - Soy psicóloga, mi trabajo consiste en notar ese tipo de cosas y además están tus ojos, vuelven a brillar. Hacía un año que no los veía como brillantes esmeraldas, tenían un verde muy apagado.
    - Es que estoy muy contenta porque hoy es la fiesta de compromiso de Eriol y Tomoyo, además estoy segura de que mi hermano y Nakuru no tardarán en decirnos que se van a casar y con todo este amor a mi alrededor no encuentro ni un solo motivo para estar triste.
    - Li no tiene idea de lo que se ha perdido contigo, Sakura. Eres un tesoro.
    - Gracias, Rika. ¿Qué tal está Terada?
    - Feliz, estoy embarazada de un mes.
    - ¿En serio? ¡Mi enhorabuena!
    - Gracias... – Rika se sonrojó. – Eres la primera persona a la que se lo digo después de a mi esposo, me alegro de que seas tú la primera, Sakura. Siempre te he considerado de mis mejores amigas.
    -Porque soy una de tus mejores amigas, Rika. – Sonrió Sakura.
    - Es tu turno, Sakura. – Llamó la peluquera a la muchacha y ella sonrió a Rika.
    - Me tengo que ir a que me arreglen el pelo, te prepararé una fiesta para el bebé después de la boda de Eriol y Tomoyo, ¿qué te parece?
    - ¿Harías eso por mí?
    - ¡Por supuesto, para qué están las amigas! – Sakura siguió al peluquera y al encontrarse frente al espejo tomó una determinación. – Por favor, Eimi, córtamelo mucho por detrás y déjamelo algo más largo por delante...
    - ¿Cómo cuando ibas en secundaria?
    - ¡Sí! – Contestó Sakura.
    - Siempre he creído que ese corte de pelo va más con tu carácter alegre. – Dijo la muchacha y procedió a cortar el pelo de Sakura.
    Media hora más tarde Sakura se despidió de Rika en la peluquería y salió a la calle.
    Paseó un rato largo y contempló las cosas como si las viera por primera vez. El cielo estaba azul, el sol acariciaba su mejilla y las risas de los niños llegaban por todas partes. Sakura parpadeó y sonrió, durante un largo año había estado metida en un pozo negro y profundo, y por fin veía la luz. Canturreó feliz y echó a correr por la calle principal. Se sentía llena de vitalidad, siguió corriendo y chocó con alguien que venía de camino hacia ella.
    - ¡Ay! – Exclamó la muchacha y se encontró con los ojos grises de su guardián.
    - ¿Estás bien?
    - Sí, lo siento, Yue... iba sin mirar por donde iba.
    - No importa. – El juez miró a la muchacha y acarició su cabello. – Me gustas mucho más con el pelo corto, Sakura. Va más con tu personalidad y siempre he considerado que te veías hermosísima con este corte de pelo, no entendía cómo te lo habías dejado crecer de esa manera.
    - ¿Te gusta de veras, Yue?
    - Sí.
    - ¡Gracias! – Dijo la muchacha y se abrazó contra su juez con tanto ímpetu que los dos rodaron un rato por el suelo, hasta que una piedra frenó su camino y justo en ese instante los labios de Sakura cayeron sobre los del juez de forma accidental.
    La muchacha se azoró un momento y se incorporó de golpe. – Yo... lo lamento, Yue... ha sido un accidente.
    - ¡Ojalá todos los accidentes fueran tan placenteros como este! – Le contestó el juez. – Me tengo que ir o no llegaré al trabajo, te veo esta noche en la fiesta de compromiso. – Yue se alejó de Sakura y ella se quedó parada en medio de la calle.
    - ¡Qué desconsiderado! – Protestó la muchacha. – Me dice que ha sido un placer besarme y se va sin que me dé tiempo a contestarle... – La muchacha empezó a caminar en dirección contraria, pero antes de cruzar la esquina salió corriendo detrás de Yue. Lo alcanzó y lo miró a los ojos, sin saber muy bien como se puso de puntillas y aproximó su boca a la del guardián y le robó un beso que hizo que Yue perdiera la noción del tiempo. – Esto no ha sido un accidente, sino un regalo. – Murmuró la muchacha. – Y si te portas bien, puede que te haga muchos más... – Sakura se sonrojó y salió corriendo.
    Yue se quedó parado un instante, primero perplejo y luego una carcajada se desató de su garganta e inundó toda la calle.
    - Qué feliz me haces, pequeña flor... Pronto, muy pronto te diré todo lo que me he estado callando este año.






     
  17.  
    Akari

    Akari Iniciado

    Cáncer
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    25
    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola!
    No sabia que habias puesto mas capitulosToT.

    Me gustó mucho la conti... siempre quize que Tomoyo y Eriol estuvieran comprometidos...

    Espero que lo continues pronto ,Bye!
     
  18.  
    Pam

    Pam Usuario común

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    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Te ha quedado de mil maravillas amix!!!
    La verdad que eres fantástica dejandome intrigada!!! jeje...pero me parece que no es el final aún...¿¿o me he equivocado??
    Sakura y Yue comenzaran algo nuevo a partir de ahora, no creo que lo dejes ahi, porque o sino llorare mucho!!!! ToTToT
    Espero que pronto coloques la continuacion...
    Bye...
     
  19.  
    allua

    allua Guest

    Título:
    El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2533
    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Hola!
    Estoy de vuelta con el siguiente capítulo. Al principio iba a ser sobre la fiesta de compromiso de Eriol y Tomoyo, pero a medida que iba avanzando en la historia me dí cuenta de que Yue exigía que nos adentraramos un poquito más en su historia y como los Pj siempre hacen conmigo lo que les viene en gana, esto es lo que quedó. El siguiente capítulo será probablemente el último. Gracias por leer mi fic y por las críticas.
    Un saludo
    Allua
    Sakura salió del trabajo un poco antes ese día. Le daba tiempo a ir a buscar un vestido para la fiesta de compromiso de Eriol y Tomoyo.
    Caminaba por la calle y pensaba en el hecho de que esa mañana le había robado un beso a su guardián, sin pedirle permiso y lo que era más, lo había sentido tan normal, tan perfecto, como si la boca de Yue estuviera pensada exclusivamente para ser besada por ella. La muchacha ahogó un suspiro y deseó tener frente a ella una vez más a Yue.
    Dio un par de pasos y se encontró a la figura de su guardián en frente.
    - ¿Yue? – Dijo y se sonrojó al verlo tan perfecto frente a ella. - ¿Qué haces aquí?
    - Soy tu guardián, Sakura. – Contestó el otro y se encogió de hombros. – He sentido tu llamada.
    - Es verdad... a veces me olvido que bajo esa apariencia humana sigues siendo mi guardián y mi juez. – Sakura sonrió al muchacho y le tomó de la mano. No tenía intención de decirle lo bien que le había sabido su beso, pero le encantaba la idea de volver loco al frío juez eligiendo un vestido para la cena de esa noche. - ¿Me acompañas? Necesito a alguien que me ayude con el vestido que me voy a comprar.
    - ¿No tienes amigas para eso? – Preguntó el juez azorado y el calor acudió a sus mejillas. – Yo... es que... no sé nada de moda.
    - Pero eres un hombre, ¿verdad?
    - ¿A qué viene esa pregunta? – Le contestó el juez mosqueado. – Sabes que soy un hombre completo desde hace un año...
    - ¡Oh, mi querido Yue, no pretendía ofenderte! – Sakura acarició la mejilla de Yue con delicadeza. – Sé que eres un hombre y por eso quiero que me acompañes tú a comprar el vestido apropiado, quiero estar hermosa esta noche por mis dos mejores amigos y para... – Sakura bajó la mirada avergonzada y la palabra que iba a pronunciar se atascó en su garganta “ti”, pensó, porque quería lucir bella para él.
    - Lo siento, creo que he sido bastante antipático. Te conozco lo suficiente como para saber que no pretendías ofenderme, es que hoy estoy algo...
    - No importa, Yue.
    - Te acompaño. – Dijo el juez y le tendió la mano a su señora.
    - ¿De verdad? ¡Gracias Yue!
    - No hay porque darlas, eres mi... mi... mejor amiga. – Comentó el juez y Sakura lo miró a sus profundos ojos grises.
    - ¿Amiga? ¿Has dicho amiga? ¡Oh, Yue como me alegro de que no hayas dicho eso horrible de que soy tu Maestra y todo lo demás! ¡Me has llamado amiga! ¡Estoy tan feliz que podría volar! – Exclamó la joven y de pronto se encontró en el aire con su juez, pero él no había tomado su apariencia de Guardián. Se miró a sí misma y descubrió que había usado la carta vuelo. – Han vuelto. – Sakura miró feliz a los ojos del guardián. - ¿Has visto Yue?, las cartas han vuelto a ser fuertes.
    - Porque eres la Sakura de siempre.
    - Sí, lo soy. – Sakura sonrió a su guardián y sacó de su bolso la baraja. – Espejo, Tierra, Laberinto, Ilusión, Flor, Resplandor, Salto, Agua, Fuego, Luz, Oscuridad, Bosque, Viento, Borradora, Espada, Escudo, Tormenta, Sombra y Vuelo, me alegro de que volváis a ser fuertes y perdonadme porque este año no he estado a la altura de lo que merecéis. – Vuelo bajó a Sakura al suelo y llegaron a un callejón oscuro. Las cartas salieron de la baraja y miraron a su señora.
    - Siempre has estado a la altura, Maestra. – Dijo Espejo. – Somos nosotras las que no pudimos hacer nada para que fueras feliz.
    - ¡No digas tonterías, Espejo! Vosotras sois más de lo que yo puedo pedir y estoy tan agradecida por todas vosotras y por Kero y Yue, que creo que no me alcanzará esta vida para mostraros lo muchísimo que os quiero. ¡Ojalá con mi sola voluntad os hiciera aún más fuertes! – Dijo. – Desearía daros mucho más poder para agradeceros, para mostraros que siempre estaremos juntos ocurra lo que ocurra. – Sakura interrumpió su discurso porque Kero apareció en el aire y fue hacia ella.
    - ¿Ocurre algo Sakurita? He sentido tu llamada, ha sido tan poderosa que tu hermano y Nakuru han salido corriendo a avisar a Eriol. ¿Dónde está el peligro?
    - No estoy en peligro. – Contestó la pelicastaña. – Sólo dije a las cartas que os quiero y que desearía sólo con mi deseo que os hicierais poderosos... – Sakura miró a su alrededor y de pronto unas palabras brotaron de su boca, sin que ella las pensara. - ¡Oh llave que ocultas los poderes de mi estrella libera la naturaleza de tu verdadero poder! ¡Libéralo ahora! – Sakura, las Cartas y Yue ya no estaban en un callejón oscuro, con la llamada que acababa de hacer la Maestra se encontraban vagando por el espacio.
    Allí todas las cartas tomaron formas humanas, Yue y Kero su apariencia real y Sakura se vio a sí misma vestida con una larga túnica de color esmeralda, con la luna, el soy y una estrella bordada en el pecho. – Hemos venido aquí porque ya estoy preparada, queridos amigos. – Dijo la muchacha. - ¡Magia del Universo acude a mí llamada! ¡Te lo ordeno como tu Ama y Maestra! – El círculo de poder de Sakura cambió. La estrella del centro se había hecho más grande y en su interior estaban la luna y el sol, en el Norte del círculo estaba el dibujo que designa al elemento Agua, en el Oeste el que designa el Aire, en el Este el Fuego y en el sur Tierra. Todo el poder del universo y de los cuatro elementos formaba parte ahora de Sakura.
    Sakura se quedó suspendida en el aire y sonrió al ver frente a ella a los seres que más quería. Alzó una de sus manos y arrojó la llave al aire, al hacerlo, la llave brilló y cuando regresó a su mano había cambiado también. Ahora la Estrella era de Platino y guardaba en su interior un Sol de oro y una luna de plata.
    Sakura sabiendo exactamente lo que tenía que hacer se dirigió a sus compañeros. Con un toque de la llave Kero adquirió más poder, y fue una a una por las cartas que siempre la habían acompañado y todas se hicieron mucho más fuertes. Al dirigirse a la última figura sonrió. El juez la esperaba con la mirada color plata y la más hermosa de sus sonrisas iluminaba ahora sus labios. Sakura fue hacia él y acarició su frente. – Yue, gracias. – Le dijo. – Sin ti nunca lo habría conseguido, tú me diste la fuerza y el valor para salir adelante... Eres... – La joven no pudo decir nada más porque los brazos del Juez la rodearon y le robaron un beso.
    - Soy tuyo. – El juez acarició la mejilla de su señora y la abrazó con fuerza. – Te amo más que a mi vida, Sakura. – Besó su frente. – Gracias a ti soy un hombre completo, tu amor me despertó y desearía pasar el resto de mi existencia a tu lado.
    Sakura contempló el rostro de su guardián y sintió una explosión en su interior como nunca antes la había sentido, de pronto su estómago pareció tener miles de mariposas revoloteando en su interior y con su sólo pensamiento dejó a las Cartas y Kero que regresaran al callejón mientras ella se quedaba a solas con Yue.
    - Acepto. – Contestó la muchacha. – Quiero pasar el resto de mi existencia a tu lado, Yue... mi perfecto y maravilloso amor.
    - Por fin, Sakura... – Exclamó el juez y se encontró con los ojos verdes de su señora tan cerca de los suyos, que creyó que iba a desfallecerse de placer. Sakura le sonrió y besó sus labios una última vez.
    - ¿Vamos a comprar ese vestido o qué? – Bromeó la maestra y los dos aparecieron en el callejón oscuro.
    Nada más poner los pies en el suelo, Sakura se encontró a su hermano, Eriol, Nakuru, Spin y Tomoyo.
    - ¿Pero qué hacéis vosotros aquí? – Preguntó a Tomoyo y a Eriol. - ¡Vamos que tenéis una fiesta de compromiso esta noche y no deberías de preocuparos por mí!
    - Quería verte ahora. – Eriol se encogió de hombros. – Sabía que tu magia había captado la energía del universo y quería verlo con mis propios ojos. – Eriol tomó a Sakura de la mano y la besó. – Ahora sin duda alguna, mi hermosa amiga flor de cerezo, eres la maga más poderosa del universo.
    - ¿Sabías que ocurriría esto? – Preguntó el mayor de los Kinomoto.
    - Por supuesto ^_^ - Eriol miró a Toya como si lo hubiera ofendido. – Era el destino de Sakura.
    - ¡Cómo me alegro Sakura! – Tomoyo abrazó a su amiga y luego cogió a su prometido de la mano y lo arrastró con ella. – Nos vemos por la noche.
    - Pero... – Protestó Eriol.
    - No hay peros que valgan, aún tenemos mucho que hacer... ¡Muévete y no te pares, Eriol Hiragizawa o no me casaré contigo!
    - Me voy. – Eriol rodeó a Tomoyo en sus brazos y sacó el bastón de poder. - ¿Si llegamos antes te casarás conmigo dos veces?
    - Y hasta un millón si quieres, Hiragizawa.
    - Te tomo la palabra. – Eriol sonrió a sus amigos y se desvaneció con Tomoyo en una nube de polvo.
    - Nosotros deberíamos de irnos también. – Nakuru sonrió a Sakura. – Toya me tiene que acompañar a comprar el vestido.
    - Vale. – Toya miró a la joven Akizuki y después a su hermana. – Sakura...
    - ¿Ocurre algo, Toya?
    - Esto... hm... – Toya se puso colorado y observó a su hermana fijamente. - ¿Serás la madrina de mi boda?
    - Sólo si tú eres el padrino de la nuestra. – Contestó la ojiverde, tomó de la mano a Yue y apoyó su cabeza en el hombro del guardián.



    - ¿Con mi hermanita? ¿Tú con mi hermanita? ¡Te mato, te voy a matar! ¿Qué le has hecho a ver? ¡Nadie se va a casar con Sakura, pero jamás de los jamases! ¡Me niego!... ¡Si es una niña! ¡Eres un caradura! ¡Yo te mato! Primero te arrancó hasta el último pelo de tu cabeza y luego te mato. ¡Nunca jamás toleraré esa boda!
    - Toya, tu hermanita ya no tiene diez años y es libre si le apetece casarse con Yue. – Nakuru agarró a su novio de la mano y sonrió a Sakura y Yue. – Me alegro por vosotros.
    - ¡Aún no he terminado de hablar! – Protestó el mayor de los Kinomoto y se soltó de la mano de su prometida. - ¿La cuidarás? ¿La tratarás bien? ¿Estarás a su lado siempre? Y sobre todo... – Toya sonrió a su hermana y a su mejor amigo con picardía. - ¿Me daréis sobrinos?
    - Pues... sobrinos así de pronto... – A Yue le apareció una gota en la frente. – Pero te prometo que la cuidaré, la trataré bien y siempre estaré a su lado.
    - Uf... ¿sobrinos? ¿ya?... es un poco pronto, ¿no? – Tembló la pelicastaña.
    - Eso es lo que quería oír. – Toya miró a su hermana, a Yue y luego fue hacia Sakura y besó su frente. – Seré tu padrino de boda.







     
  20.  
    Akari

    Akari Iniciado

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    Re: El legado de un corazón roto (Yue-Sakura)

    Está genial...Yue y Sakura hacen bonita pareja.
    y Nukuro y Touya tambien se casan?
     
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