Explícito El Legado de los Héroes: El Libro de los Arcnaik

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Aldo MV Gallardo, 9 Enero 2018.

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  1. Threadmarks: [ Parte 3 ] Capítulo 39 - Xiara
     
    Aldo MV Gallardo

    Aldo MV Gallardo Sonríe, amigo mio.

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    El Legado de los Héroes: El Libro de los Arcnaik
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    Acción/Épica
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    43
     
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    Capítulo 39 – Xiara

    [​IMG]

    –30 de Agosto de 2900 D.C.–

    Mairis se puso la capucha de su sueter y abrió la ventana.

    En la entrada de la habitación de Mairis se hallaban tres fotografías acompañadas de sus velas y flores. No muchas culturas mantenían las imágenes de sus difuntos, muchas menos dejaban ese tipo de ofrendas a ellos. Mairis no había sido inculcada de esa manera y Kadamia tampoco tenía esas costumbres.

    Ella, que ya se encontraba en el borde del marco de la ventana se giró para ver las tres fotos. Sonrió con melancolía al ver los tres rostros. Tomó una buena bocanada de aire y se lanzó desde su ventana al techo del edificio departamental vecino.

    Era como un gato negro en la profundidad de la noche. Una sombra que traía terror a los criminales y un dolor de cabeza para los policías de la ciudad a los que no les agradaba la idea de que alguien externo a ellos ayudase a limpiar los delitos de sus tierras.


    (…)​


    -¿Otra vez se fue?- Dijo Sabbath que se encontraba recostado desnudo a un lado de Heraclida.

    -Desde que le dieron vacaciones sale casi todas las noches…- Le susurró la mujer con tristeza.

    -Aun debe dolerle lo de Peter...

    -Las heridas de las mujeres no sanan tan rápido…- Se acurrucó en el abdomen del hombre y cerró los ojos –Pero cuando sanan, sanan de verdad… Tan solo espero que no haga ninguna locura…


    (…)​


    Por los edificios de concreto y las luces neón se encontraba la hermosa figura de una señorita.

    Esa noche de viernes hacían buenas ventas en todos los bares, burdeles, prostíbulos, cabarés, clubes, antros y restaurantes nocturnos. Muchos hombres se encontraban bebiendo y fumando acompañados de prostitutas de los barrios bajos de la ciudad.

    Mairis caminaba por aquellos rumbos, sin miedo, pues sabía perfectamente el potencial de sus habilidades; mas no cómoda e incluso un poco insegura, pues cientos de ojos ya la habían escaneado a lo largo de la noche.

    Muchos de esos hombres ebrios, así como jóvenes criminales; que se creían los capos de la mafia por mover unos cuantos gramos de droga, la invitaban a acompañarles. Pero Mairis, debajo de su capucha, solo sonreía y pasaba de largo. Después de todo, en esa zona no se encontraba el hombre con el que tanto deseaba hablar.

    Llegó hasta un punto que hace muchos años había pasado desapercibido de sus bellos ojos azules, pero que ahora comenzaba a dominar como cualquier arma de fuego.

    Debajo de la ciudad de Kadamia a simple vista se podía notar los puentes, salidas y entradas de las minas. Ella, que ya había cumplido sus cinco años de vivir en la ciudad, había aprendido que ahí abajo no solo se movilizaba la explotación minera, eso solo era una fracción. Debajo de todo el mundo de concreto se extendía una serie de largos túneles donde vivía la zona mas pobre y ruin entre todo el reino. Ese lugar era llamado “La Madriguera”. Ahí el ejercito de Kadamia no entraba para combatir el crimen, el cual ahora Mairis comprendía a la perfección; que en esos túneles todo el mal de Kadamia germinaba como mala hierba hasta llegar a la superficie.

    Mairis se encontraba en la entrada a ese submundo. Era un túnel de concreto iluminado por lúgubres lamparas de color anaranjado. Las escaleras estaban mal cuidadas al punto en que estaban tan desgastadas que incluso en ciertos pedazos estaban rotas. A unos cinco escalones se encontraba un vagabundo dormido, y dos hombres subían tomados del hombro, pues ambos estaban sonrojados por las copas de mas.

    Mairis, sin siquiera pensarlo descendió por las escaleras. Pues conocía bien el camino que tenía que seguir.


    (…)​


    Debajo de Kadamia se encontraba una ciudad completamente diferente. Construcciones de piedras talladas y luces opacas se encontraban en La Madriguera. Gran parte de la población obrera e inmigrante, dormía en los helados túneles.

    Las noches eran congelantes y durante los días de verano el lugar llegaba a desprender olores poderosos que obligaban a más de uno salir de sus apretados túneles.

    Debajo era el lugar donde usualmente se escondían los mas buscados de los criminales, a demás que era en las madrigueras donde se movía la mayor cantidad de drogas y armas de todo el reino. Literal existían lugares exclusivamente para la compra de dicha material, pero los mas cínicos se encontraban en los túneles mas internos.

    Mas no todo era decadente allá abajo, en realidad la multicultural extendida en La Madriguera había permitido el desarrollo de un submundo culinario que Kadamia, por alguna razón se negaba a aceptar arriba. Muchos talentosos artesanos, como herreros, científicos abogados e incluso doctores habían obtenido una vida libre en ese lugar. Aunque si se tuviese que poner un “pero” a dicho beneficio, era que las mafias eran los que apoyaban los negocios de “La Madriguera”, volviendo los túneles un submundo regido por la vida sin ley.

    En el centro de “La Madriguera” existía una zona céntrica, una cueva deforme de origen natural que se volvió el nido del submundo. Si los casinos, antros, burdeles y demás lugares nocturnos rebosaban con gusto en la superficie, el nido de la madriguera podría considerarse el piso de los deseos del placer pecaminoso.

    Mairis llegó hasta ese punto manteniendo su corto cabello rubio oculto, pues a pesar de siempre caminar con un poderoso maquillaje que ocultaba su rostro; caminar mostrando su cabellera rubia y su linda cara podría ser la última exposición que llegaría a hacer. Pues en ese mundo subterráneo se encontraban los jefes de los jefes que ella había atrapado… Pero no los lideres. Los lideres estaban arriba disfrutando sin castigo del fresco aire y la libertad que se apreciaba mas, al vivir bajo un cielo azul.


    (…)​


    El viaje de Mairis le llevó hasta la parte trasera de un gran edificio de cinco pisos. Desde ahí atrás ella era capaz de escuchar la música fuerte y los gritos de los hombres. Ella tocó la puerta trasera y tras una corta espera unos ojos verdes se aparecieron por la rejilla.

    -¡Xiara!- Aulló una voz gruesa del otro lado de la puerta. Tras escucharse unos cuantos seguros la puerta iluminó el terreno trasero. Desde la puerta se podía ver el rostro grueso y de barba extraña; ya que la barba le recorría todo el rostro, exceptuando la barbilla, que se encontraba perfectamente rasurada –Pasa, querida. Yo creí que no vendrías hoy- Le dijo el hombre abriendo su brazo derecho ante el salón detrás suyo.

    -Hola, Mr. Rage- Le besó en la mejilla y dio un paso hacía adentro –No me tocaba, pero un pajarito me dijo que hoy vendría un cliente importante.

    -Ya veo, has venido por un poco de dinero extra- Comentó el hombre mientras cerraba la puerta. Justo después Mr. Rage volteó hacía Mairis y le mantuvo una larga sonrisa –Que jovencita más trabajadora. Será un gusto estar a su disposición hoy. Ya sabes, cualquier problema llámame y me encargaré.
    -Es muy amable, Mr. Rage- Dijo Mairis mientras se introducía al interior de un profundo pasillo.

    -Amabilidad por amabilidad. Ese es mi lema. Buen día, Xiara- El hombre mantuvo sus sonrisa hasta que la joven había desaparecido. Al momento de estar en solitario suspiró y caminó hacía la habitación de su derecha. Abrió la puerta para dejar ver a un hombre que tenía la cara reventada a golpes.

    El hombre comenzó a chillar cuando vio la figura del hombre entrar de nuevo a la habitación.

    -Muy bien, ¿Ya entendiste que no se le toca a una mujer sin permiso?- Fue lo ultimo que se escuchó de Mr. Rage, antes de que la puerta se terminase por cerrar con los gritos del hombre de fondo.


    (…)

    Toc. Toc. Toc. Toc.

    -Jessica. Abre, por favor.

    -¿Y por qué no abres tu, Natasha?

    -Estoy maquillándome, Lei esta poniéndose su atuendo y Pao esta en el baño.

    Jessica chasqueó la lengua, molesta -¡Y YO ESTOY PINTÁNDOME LAS UÑAS!

    -Tu solo abre. Estas más cerca.

    La joven se levantó de su asiento que se encontraba a tres metros de la puerta. En su rostro se podía ver el mal genio de la chica, mientras gruñía -¿Quién demonios es? ¡Todavía no ha termino ningún turno! Si es Mr. Rage juro que le pateare las bo…- Abrió la puerta y pudo ver el hermoso rostro de Mairis con una alegre sonrisa, saludando con la mano al aire.

    Entonces Jessica estrelló la puerta en la cara de Mairis.

    -Jessica, déjame entrar, por favor- Suplicó la joven rubia mientras seguía tocando a la puerta.

    -No lo haré, Xiara. Hoy no tenías que venir. Se suponía que hoy obtendría el dinero para pagar las clases de mi hija- Renegó Jessica pegada de espaldas a la puerta de hierro y con los brazos cruzados.

    -¿Xiara?- Dijo Pao desde el baño.

    -¿Enserio era Xiara?- Preguntó Leti que acaba de salir del vestidor, cargando un muy revelador uniforme de sirvienta.

    -Déjala entrar, Jessica…- Renegó Natasha desde adentro de la habitación –Si ha venido es porque Madame Louis se lo habrá pedido.

    -Ese estúpido… ¡LE DIJE QUE QUERÍA QUE ESTA FUESE MI NOCHE!- Jessica se giró y abrió la puerta con rabia -¡Escúchame, Xiara! ¡La mitad de lo que ganes hoy, es mio!

    -Tenia planeado que fuese así, Jessica- Respondió ella con un rostro feliz.

    -¡Siempre de niña buena, ¿NO?! ¡AHORA MUÉVETE QUE IRÉ A PATEAR A LOUIS POR NO DECIRME NADA DE ESTO!

    Mairis dio un paso hacia adelante y entró a la habitación, cerrando la puerta. Tomó un largo respiro, cargado de perfume y suspiró. Por fin había llegado –Hola, chicas- Dijo la chica con una larga sonrisa, para justo después quitarse su capucha.

    -Hola, Xiara, ¿Cómo estas?

    -Estoy bien, gracias por preguntar, Pao.

    -¿Y eso que viniste hoy?- Preguntó Leti.

    -Madame Louis me habló de hoy y me dijo que vendrían clientes importantes, por lo que ocuparía que viniese mas gente. Así que aquí me ves- La joven comenzó a caminar en destino a su espejo –Me iré preparando. Se ven increíbles, como siempre.

    Ambas chicas, que ya se encontraban listas casi por completo, fueron a cambiarse, siguiendo a Xiara.

    -Si así se puso Jessica, no quiero imaginarme como es que se va a poner Roxana cuando te vea- Dijo Leti con una risa nerviosa.

    -Era por lo que mas pensaba si venir o no- Respondió Xiara recogiéndose el cabello. Finalmente llegó hasta su espejo y tomó la peluca negra que tenia a un lado del foco. Rápidamente se puso su nuevo cabello, volviéndose alguien irreconocible.

    -Las ventajas de llegar maquillada- Dijo Natasha, sonriente –Hola, Xiara, un gusto verte- La saludó la joven con un beso en la mejilla.

    -Lo mismo digo, Natasha. Por cierto, esos labios negros le quedan muy bien a tu piel. Si me los pintase así, no lo se, parecería un tipo de mimo. Fantástica idea.

    -Gracias- Dijo su amiga mostrando una sonrisa que demostraba confianza -Me compre el lápiz labial hoy. Y eso que aun no ves como me queda la sombra plateada… Madame Louis dijo que hoy vendrían una mafia de “La Madriguera” y no son cualquier cosa, al parecer vienen con uno de los jefes del lugar. Así que podremos conseguirnos un poco de dinero, que siempre viene muy bien. Solamente, cuidado. Los mafiosos a veces llegan a ser muy bruscos.

    -Lo sabemos, Natasha. Lo sabemos…- Dijo Pao entre risas.

    -Perdón. Es la costumbre. Pero es para que a Xiara se le quede bien grabado.

    -Gracias por el aviso- Respondió Mairis mientras terminaba de cepillar su nuevo cabello negro –Muy bien. Toca cambiarme.

    -Por cierto, Xiara- Comentó de nuevo Natasha -No te preocupes por Roxana. Ella estará bailando hoy, por lo que no creo que le importe mucho si tu estas consiguiendo todas las propinas.

    La blusa y pantalones de la joven se colgaron del tubo del perchero. Tras la sombra se miró como la chica comenzó a ponerse algo nuevo. Algo que jamas la habían visto usar.

    -Ammm- Rió nerviosa, Mairis –Sobre eso…

    Las tres mujeres que estaban pintándose dejaron todo lo que estaban haciendo para mirarse entre si. Las cortinas del vestidor se abrieron y las tres mujeres voltearon de inmediato, solo para que se les cayera la boca al piso.

    -¡Xiara! ¡Por la diosa!


    (…)​


    L-Love Cabaret era uno de los establecimientos mas visitados de la zona. Famoso por sus sexys, pero bellos shows. Acostumbraba a siempre estar lleno, sin importar el día de la semana y llegaba a ser bastante abierto con los distintos tipos de shows para todo tipo de gustos; pues había días en los que se hacían pequeños eventos para mujeres, y muy de vez en cuando algunas eventos para gente travestida.

    Su mayor atributo, a pesar de los shows exclusivos que ofrecía Madam Louis, era la cantidad de hermosas meseras y artistas que trabajaban en los bailes. Aunque el evento mas impresionante, aquel que atraía a una masa enorme de personas, era el evento denominado por Madam Louis como “Baile de Soporte”.

    Terminando su show, Roxana, la mejor bailarina y mesera de todo el cabaret caminó hasta donde se encontraba el jefe de la mafia, un viejo de edad madura con una fea coleta gris colgándole de la nuca. El hombre estaba maravillado al tener semejante mujer en sus piernas y le susurraba todas las cosas que estaba dispuesto a hacer, cosas que ella aceptaría por el precio adecuado.

    Por las mesas del brillante cabaret paseaban mujeres atractivas en las ropas mas sensuales de todos los reinos. Atendían con amabilidad y no era común que alguien se atreviese a tocar a una mujer sin su debido permiso. Pues si de algo se encargaba Madam Louis, era de tener una fuerte seguridad a todas sus “hijas”.

    El cabaret contaba con una sección de cuartos en el segundo y tercer piso, para aquellas trabajadoras que gustasen de llevar sus servicios a un nivel un poco mas intimo.

    Y por ultimo se encontraba en un costado una sección para grupos de músicos que quisieran tocar sus canciones para el disfrute y trabajo de la señoritas y sus clientes.

    Un gran local con enorme fama dentro de “La Madriguera”, a pesar de la mala fama que tenia su dueño.

    -Ahí viene el vestido con pelotas- Gruñó el jefe de la mafia con mala gana, y todos sus subordinados rieron, mas ninguna trabajadora, exceptuando Roxana, se rió.

    Madam Louis, un hombre de cincuenta años que vestía como mujer, siempre arreglado y con el cabello largo de color negro, siempre pintado para no notar la edad que le acomplejaba. Era delgado como una tabla y sus dientes estaban chuecos.

    -Buenas noches a todos- Dijo el hombre con su fingida voz aguda –Es un placer para mi poder agradecer al nuestros queridos invitados por tomar a L-Love-Cabaret como su salón de eventos. Ojala este teniendo un feliz cumpleaños, Sr. Gorlean. Debido a este evento hemos traído a las mejores chicas de nuestra casa para poder darles el mejor servicio posible.

    -Es verdad- Le dijo el jefe de la mafia a Roxana, tras una nalgada. A lo que ella solo reía con alegría mientras le meneaba la corbata, divertida.

    -Por eso, amigos míos, hoy queremos presentar por primera vez a una de nuestras mas nuevas adquisiciones…

    En ese momento Roxana, con sus afilados ojos pardos, echó su coleta negra hacia atrás, volteando en dirección al escenario olvidando por completo al Sr. Gorlean.

    Madam Louis, dio unos aplausos a la altura del hombro y las luces se apagaron. Chasqueó los y los músicos comenzaron a tocar un jazz sexy, de ese que te hace mover los hombros. Justo entonces dijo –Les presento a la nueva joya de L-Love-Cabaret- Dijo emocionado para luego susurrar con un tono coqueto –Diviértanse con Xiara…

    Con la explosión de la canción una única luz se prendió mostrando a la joven Xiara recargada en un tubo únicamente con un brazo y recargándose con el trasero en el frio acero, mostrando la ejercitada figura de la bailarina, esa cintura pequeña, esos pechos medianos y esos firmes glúteos.

    Xiara, al ser alguien conocida a pesar del poco tiempo de su asistencia en el Cabaret, fue aclamada como una súper estrella, como si fuese el show mas grande, el mas esperado, el deseo cumplido.

    Poco a poco Xiara bajó por el tubo, iluminada al mismo por la única lampara. Hasta que su trasero tocó la madera. Arqueó la espalda y echó su cabeza hacia atrás levantando su pierna derecha.

    Movía los hombros y las caderas al ritmo de la canción.

    Era difícil tocar, ni ellos mismos eran capaces de concentrar su enfoque al ver lo maravillosa que se miraba aquella chica apoderándose del escenario.

    Ella se volvió una con el tubo. Llevó a cabo la interpretación volviéndolo un acto elegante, sensual y pasional, completamente contrario al que solían utilizar algunas de las bailarinas que tomaban el “Baile de Soporte” para sus shows. Xiara, no. Sus movimientos, sus poses y esa tremenda mirada oculta entre esa cabellera negra, daba mas que la suficiente curiosidad para que todos sintiesen un coqueteo apasionante entre ellos mismos.

    La belleza de ese baile cautivó al jefe de la mafia, el Sr. Gorlean, que dio un pequeño empujón a Roxana para después levantarse y caminar entre las mesas hasta acercarse en con paso lento hasta el escenario.

    El rostro de odio de Roxana no fue el mismo que el que tenia cada una de las chicas que trabajaban en el L-Love-Cabaret. La impresión en su rostro al ver a esa “chica buena” apoderándose del tubo, del escenario, de la música y el publico, fue algo que no había sucedido en sus años de trabajar en ese mismo lugar.

    Que emocionante era verla, te agitaba el corazon y te ruborizaba las mejillas. Sentías una sensación de asfixia excitante, así como levantabas una larga sonrisa emocionada, como también te lograba sacar un profundo suspiro reconfortante.

    El fin del show de Xiara terminó con la jovencita escondiéndose detrás del tubo, dando una imagen tímida que te invitaba a querer descubrir cuan de ello era cierto. Y la ultima mirada fue directamente enviada al Sr. Gorlean, que se encontraba enfrente de todo el publico.

    Las palmadas y los aclamos no tardaron en hacerse esperar, volviendo un coreo, casi como un himno en medio de un evento nacional. Los billetes de los espectadores llenaron el escenario, y Xiara solo pudo sonreír con ternura, agradeciendo con suaves reverencias a cada uno de los espectadores.

    El Sr. Gorlean se acomodó su corbata y tendió la mano a la joven para que pudiese bajar.

    Ella tomó la mano agradecida. Al bajar ella fingió tropezar para caer en los brazos del hombre y justo después aprovechó su cercanía para susurrarle atrevida –Di lo mejor de mi. Aunque también estuve imaginando como dar el mejor regalo posible…- La chica se separó de los brazos del Sr. Gorlean, no sin antes deslizar sus delicados dedos por el pecho del viejo mafiosos –Cortesía de L-Love-Cabaret.

    Gorlean tragó saliva. Así como mostró una emocionada sonrisa amarillenta –Solo por esto daré una jugosa propina a Madam Louis. Que buen servicio.

    -Acompáñeme, por favor. Tengo un cuarto especial preparado solo para nosotros.

    Con una risa arrogante el hombre levantó la mano y se despidió de sus hombres con una señal. Muchos de sus subordinados comenzaron a gritar comentarios sobre lo astuto que era su jefe y sus rápida manera de acaparar los buenos negocios.

    Xiara llevó de la mano al jefe hasta el pasillo donde se encontraba Mr. Rage. Lo guió con rostro seguro, a pesar de lo avergonzada que se sentía de que estuviesen gritando y silbando tanto por su actuar.

    Roxana molesta abandonó al grupo de las cabecillas de mafiosos entre abucheos.

    Mientras que desde las cortinas de salida para los shows, Leti, Natasha, Pao y Jessica observaban boquiabierta a la preciosa de figura de Xiara acercarse hacia el pasillo que llevaba a las habitaciones.

    -¿Ese es el jefe?- Preguntó la pequeña Jessica con los ojos bien abiertos.

    -Lo es- Respondió Natasha.

    -¡Esa niña me va a dar mucho dinero!- Gritó emocionada Jessica con los ojos vueltos símbolos de chas.

    -¡¿Enserio le vas a pedir la mitad de lo que gane?!- La regañaron al unisono.

    Desde las sombras, Madam Louis observaba a la pareja llegar con Mr. Rage. Tomó un sorbo a su whisky y suspiró con la mirada preocupada. El viejo guardia dijo exactamente lo que estaba pensando Louis.

    -¿Estas segura de esto, hija?

    Xiara le arregló el cuello al hombre, sabía perfectamente que había estado haciendo y porque se le observaba tan desarreglado. Esa preocupación era algo que consideraba muy tierno. Trataba a cada mujer en ese establecimiento como su bien mas preciado y siempre dispuesto a ayudar. Ciertamente era un hombre como pocos.

    -Completamente segura, Mr. Rage.

    El hombre asintió con una ligera sonrisa –Pase, Sr. Gorlean, los escoltaré.

    -¿Pueden venir dos de mis hombres?

    -Me temo que…

    -Por supuesto- Interrumpió Xiara con amabilidad –Pero obviamente se quedaran afuera. Es política del establecimiento que los guardias vigilen las puertas, pero si se siente mas seguro, pueden quedarse al final del pasillo.

    -Muchas gracias, señorita- El jefe con un ademan pidió que dos subordinados se acercara. Justo después se giró de nuevo hacia Mr. Rage, lanzandole una mirada intimidante –Así es como se trata a sus clientes, guardia.

    -Únicamente cuido a las chicas, señor.

    -Y lo hace muy bien, por eso lo respeto. Golpeó a uno de los míos solo por tocar sin permiso a una de ellas. Tiene agallas.

    -Me disculpo por ello.

    -No hay que disculparse. Todo lo contrario, lo respeto. Eso les enseñará a todos los demás a seguir las reglas de las casas que no son las suyas. Hace falta mas hombres como usted. Aunque no estaría de mas un poco de amabilidad de vez en cuando…

    -Lo tendré en cuenta.

    Cuando los hombres se encontraban lo suficientemente cerca, Sr. Gorlean asintió –Listo, ya nos puede encaminar.

    -Síganme.

    Madam Louis había pasado de nuevo al escenario con el micrófono en la mano. Vio como Mairis se introdujo en el pasillo con aquellos cuatro hombres y solo pudo pedir a la diosa que todo saliese bien.

    -¡Muy bien! ¡Ahora quiero que le den unos aplausos a Natasha y su show, “La Reina Del Desierto! ¡Un aplauso!- Animó en un rápido cambio de gesto.


    (…)​


    El pasillo era largo, de madera marrón y con decoraciones que lo hacían parecer el piso de cualquier hotel cinco estrellas. Con un olor fresco, fuera del contaminado olor a cigarrillo donde se llevaban a cabo los eventos.

    A lo largo de la caminata el Sr. Gorlean estaba intentando cortejar a la joven chica, que solo se dejaba guiar por todo lo contado sin dejar es atrás esa mirada misteriosa y esa actitud tímida que encantaba al viejo mafioso.

    Desde la lejanía los dos guardaespaldas del Sr. Gorlean miraban con envidia al jefe caminando acompañado de semejante joven. Y al saber que no tendrían que hacer mucho, levantaron sus cigarrillos y comenzaron a fumar cerca de la ventanilla de aire.

    -Es aquí- Dijo Mr. Rage abriendo la puerta de la hermosa habitación.

    -Muchas gracias. Lo veo mas tarde.

    -Disfruten su noche- Dijo el hombre al observarlos pasar. Cerró la puerta y se puso con la espalda a la pared de enfrente a la habitación.

    Una vez dentro de la suite, Xiara tomó camino a una pequeña habitación -¿Qué color le gusta mas?

    -Disfruto del verde. Aunque pienso que el negro se te ve muy bien.

    -Entonces ya se que utilizaré.

    Sr. Gorlean abrió unas de las botellas del minibar con una pequeña sonrisa juguetona -¿Me harás esperar?

    -Créame que valdrá la pena por completo- Comentó la joven pasando a la habitación –Si le gustó el evento de allá, espere a ver lo que puedo hacer en privado- Dijo mordiéndose un labio y cerrando la puerta.

    Gorlean comenzó a reír –Me encanta este lugar- Dijo el hombre en mascullo.

    Dentro de la habitación, que no era mas que un gran closet, Xiara comenzó a desvestirse para tomar uno de los muchos atuendos de encaje. Se miró al espejo y no pudo reconocerse, ¿Cuanto hacia que comenzó a mentir? ¿Desde cuando era capaz de tener una mascara por rostro? Ella comenzó a reír con suavidad al ver lo que estaba por hacer, mas por nervios que por cualquier otra cosa.

    Respiró, observando el reloj. Tenia que ganarse el tiempo.

    Miró a lo lejos una caja roja de zapatos. Al parecer todo estaba como debía.

    Se puso un revelador, pero sexy babydoll de color negro. Era verdad, se miraba increíble. Pero estaba cansada de usar negro. A demás de que nunca se había imaginado que algún día se vería utilizando una ropa así.

    Solo faltaba algo mas.

    Mairis levantó sus dos brazos, en ellos comenzaron a aparecer una gran cantidad de aros mágicos, después de unos segundos un centenar de sellos por toda la pared del cuarto.

    Volvió a verse en el espejo. Acomodó su falsa cabellera. Observó que todo estuviese en su lugar.

    Sonrió con un gesto amargo.

    Estaba mas cerca de ella.

    Se giró. Respiró. Tomó todas las fuerzas que guardaba y abrió la puerta para ahí ver al elegante Sr. Gorlean. Con la corbata desabrochada, bebiendo su whisky con unos ojos arrogantes.

    Xiara caminó hasta el entre cruzando sus piernas, como si estuviese en una pasarela de modelaje. Tomó la camisa del hombre y empezó a bailar suavemente enfrente suyo, mientras se miraban a los ojos. Aunque ella no lo viese a él.

    El baile fue seductor. Xiara desprendía ese olor a durazno dulce, una fragancia que alimentaba el gozó del olfato. Sus movimientos de caderas era hipnótico, aunque en ciertos momentos llegaba a notarse la falta de experiencia de la joven. Aunque el hombre, que se encontraba babeando por dentro, poco le importó.

    Gorlean comenzó a tocar a Mairis y ella no pudo evitar sentir arcadas al momento de sentir el caliente sudor de las viejas manos del mafioso. Inhaló para mantener su asco dentro y el hombre creyó que era una respiración de alguien que disfrutaba lo que estaba pasando, por lo que continuó metiendo mano por toda la piel blanca de Xiara.

    Hasta que decidió a tocar esa piel que no era especialmente blanca.

    En un pequeño chillido Xiara se volteó poniéndose encima del hombre, restregando su abdomen y su pecho en el cuerpo del jefe, el cual se echó a reír divertido. No importó porque esas manos no dejaron de moverse.

    Estresada y horrorizada, Xiara tomó al hombre por la camisa y lo levantó del asiento.

    -¡Vaya!- Dijo el hombre animado –Vas a cumplir de inmediato… No te diré que no lo deseo…

    -No lo resisto mas…- Le susurró la bailarina mientras le jalaba hasta la cama.

    -No comprendes como es que me gusta que me lo pidan- Dijo el hombre tomando la mano de la joven y dándole una vuelta violenta, comenzándole a besar el cuello mientras le rosaba el trasero de la chica con su pelvis excitada.

    -Oh… Te gusta jugar rudo…

    Le puso la mano en el cuello apretándoselo.

    -A mi también- Gruñó la chica con la voz asfixiada. Apretó la mano del viejo hombre, se dio la vuelta como una fiera, fue capaz de ver el rostro emocionado del mafioso y lo odio con toda su alma. Le jaló hacia enfrente acercándolo justo donde se encontraba la ventana. Movió sus manos y un aro mágico apareció en su mano. Justo antes de que el viejo pudiese decir algo, un cuchillo apareció en su mano, cortándole el cuello.

    Mairis comenzó a mancharse de sangre. El pecho le subía y le bajaba. Comenzó a sudar como no lo había hecho en mucho tiempo. Los ojos moribundo de Gorlean la admiraba con odio y Mairis con gesto fruncido volvió a generar un hechizo en su mano. La ventana detrás suyo estalló y ella lanzó un poderoso grito de un susto fingido.

    Gorlean fue capaz de dar una ultima mirada de odio antes de desfallecer en el piso. Lo ultimo que pudo ver fue los ojos brillantes de Xiara, así como ella desaparecía el cuchillo en el aire con un rostro frio cual hielo.

    -¡¿Qué sucede?!- Gritó Mr. Rage mientras tocaba como loco la puerta.

    -¡Ayuda!- Gritó Mairis comenzando a hacer presión en el cuello del mafioso, el cual estaba volteando rápidamente sus ojos -¡Ayuda, Mr Rage! ¡Ayuda! ¡El Sr. Gorlean…! ¡Ayuda!- Aulló desesperada, soltando unas lagrimas para hacerlo creíble.

    -¡Xiara! ¡Abre la puerta maldita sea!

    La bailarina continuó gritando y a la seguridad no le quedo de otra que tumbar la puerta. Detrás suyo ya se encontraban los guardaespaldas del Sr. Gorlean.

    -Santa madre- Dijo Mr. Rage al ver toda la sangre.

    -¡Hija de perra!- Gritó uno de los mafiosos levantando su pistola.

    Mr. Rage desarmó al mafioso con velocidad y apuntó a ambos guardaespaldas con los ojos de un felino -¡No pienses con la cabeza caliente!

    -¡Lo mataron! ¡Lo mataron!

    -¡¿Qué dices, puta?!

    -¡Por la ventana, se acaba de ir!

    -¿Cómo?

    Los tres hombres se lanzaron hasta la ventana dando la espalda a la chica. Una mala idea, pues ella fue capaz de activar su hechizo sin ningún problema.

    En la ventana los tres hombres fueron capaces de ver una sombra corriendo por los callejones oscuros detrás del L-Love-Cabaret -¡Maldita sea!- Exclamó uno de los guardaespaldas -¡Llama a todos allá abajo! ¡Vamos a hacer mierda a ese idiota!- Y luego se lanzó por la ventana.

    -¡Mierda! ¡¿El jefe?! ¡¿Cómo esta el jefe, mujer?!

    Xiara entre llantos fue capaz de conjugar tres simples palabras –Ya no respira- Levantó las manos y temblaban al verlas cubiertas de sangre.

    -Xiara, cálmate, respira- Dijo Mr. Rage, reconfortando a la joven entre sus brazos.

    El mafioso se acercó hasta el jefe. Su rostro se llenó de arrugas y gritó rabioso sin ningún fin mas que el de desahogarse. Dejó el cuarto de inmediato y huyó por el pasillo.

    L-Love-Cabaret quedó solo poco después.

    Y Xiara se reconfortaba entre los brazos de Mr. Rage, mirándose en pedazo de vidrio el rostro oculto entre maquillaje oscuro y esa peluca negra… Ya no era como antes. Esos ojos estaban tristes, pero emocionados. Ahogados en ansias de venganza. Brillando porque estaba mas cerca de Mama…

    Al día siguiente por toda “La Madriguera” comenzó a pasar de boca en boca lo sucedido en L-Love-Cabaret. Así como también la impactante noticia de un ataque que casi exterminó a la familia “Gorlean”.


    (…)​


    Mairis se encontraba en Kadamia, en una cancha de Jimlek que le gustaba mucho, en medio de una conglomeración de edificios departamentales.

    Esa noche no había ido a trabajar a L-Love-Cabaret. Después de lo “sucedido” con aquel Gorlean, Madame Louis le había decidido dar una semana de vacaciones, por lo que no tenía ningún trabajo al cual asistir, cosa que le hacía sentir terriblemente aburrida.

    A lo largo del día había estado pensando únicamente en lo cerca que se encontraba de toparse con ese distribuidor de la familia Carnoc. Estaba emocionada por ello, lo demostraba en cada golpe que daba al balón.

    De tanto jugar ya se encontraba sudada al punto que su camiseta, dos tallas más grandes de lo que debería ser, se le comenzaba a pegar al cuerpo.

    Disfrutaba de la soledad del juego, por no decir que había sido forzada a tener que adaptarse a jugar así.

    El balón entró en la pequeña portería y ella celebró con ánimos su triunfo, pues era un movimiento que había estado planeando desde hace horas.

    Entonces escuchó unos aplausos y los ánimos se le fueron.

    Se giró para ver quién era el que aplaudía. No lo conocía, era un joven con una cicatriz en la ceja y una sonrisa que demostraba confianza. A su gusto no le parecía apuesto y podía entender porque a algunas chicas podría sí parecerle, aunque esas ropas parecían más de delincuente, nada que ver con el barrio en el que se encontraba.

    -Grandes movimientos- Sonrió mostrando su torcido colmillo izquierdo.

    -Gracias- Respondió la chica con una linda sonrisa, para justo después darse la vuelta e ir por la pelota. Las pisadas que escuchó entrando a la cancha le causaron una rabia anormal.

    Ash… Solo quería estar tranquila un rato…

    Mairis se giró y vio al joven dejar su enorme mochila al lado del cerco –Oye…- Dijo la chica rápidamente, pero fue interrumpida por el recién llegado, como si supiese que Mairis estaba a punto de mandarlo a volar.

    -También se jugar…- Fue lo que comentó. Abrió la mochila y sacó un balón –Debo admitir que me siento impresionado por esos movimientos. Se ve que dominas el balón muy bien- Dijo con una voz amable bajo una sonrisa encantadora, que Mairis despreciaba porque ya había visto muchas como esas en su vida -¿No te gustaría jugar un juego? Siempre es más emocionante un partido, que una práctica- El tipo lanzó la pelota con suavidad para que Mairis la atrapase.

    La chica, con malos ojos, suspiró, y vio el balón de nuevo… Realmente no había muchos que pudiesen darle competencia en Jimlek. De hecho era tan buena que los soldados del cuartel no querían jugar con ella… En ese momento solo le vino a la mente Bastian como un digno competidor. Y realmente no quería saber nada de Bastian en ese momento…

    -Okey- Respondió la chica con ojos afilados como cuchillos de caza –Veras, me gusta jugar sola. Jugaremos. Solo habrá una oportunidad, si yo meto el primer punto será toda la partida, ¿entendido?

    -Me parece bien- Respondió el joven con confianza mientras empezaba a estirarse.

    No sabes contra quien has venido a jugar… Está bien. Le ganaré y será menos grosero que si le digo que se vaya…

    -Soy Brandon, por cierto- Dijo el joven, que seguía estirando.

    Mairis, desconcertada, solamente asintió.

    -¿También tu nombre me lo dirás cuando meta el primer punto?

    -Xiara. Me llamo Xiara.

    -Buen nombre- Dijo el chico que unía sus dedos de las manos con los dedos de los pies -¡Uff! ¡Qué bien se siente estirar los músculos un poco! Muy bien, ¿Comenzamos?- Se irguió y se quitó la camisa poniéndose una deportiva. Esto incomodó mucho a Mairis, a pesar que lo había vivido cientos de veces en el cuartel.

    -Saca tú.

    La confianza que desprendía ese joven le causó una pequeña risa a la chica – Debes ser muy bueno…

    -De hecho era el segundo peor de mis amigos cuando jugábamos…- Respondió el joven con una risa alegre.

    Finalmente se encontraban ambos en mitad de la cancha. Sus miradas estaban conectadas, los de ella observando cada movimiento de su contrincante, los de él perdidos en el momento.

    -¿Y tus amigos eran buenos?- Preguntó Mairis con ojos burlones.

    -Los mejores… Oh, ¿hablamos de Jimlek? Eran decentes…

    -Entonces espero hayas aprendido bien de ellos- Mairis rebotó la pelota, la lanzó al cielo. Observó cómo caía y cuando estaba por saltar a atrapar el balón pudo ver una sombra arrebazándola.

    ¡Esta demente! ¡Está muy…!

    Brandon interceptó el balón en el aire y cayó al suelo a un lado de Mairis.

    ¡No tendrás otra oportunidad!

    Mairis le lanzó la mano para quitarle el balón de las manos. Brandon conectó miradas con Mairis. Ahí ella pudo ver como esa persona se volvía alguien completamente diferente.

    Con un giro rápido burló a Mairis tomando camino al área de tiro.

    ¿Pero cómo…?

    Mairis observó a Brandon corriendo y sus cejas se arquearon frunciendo el ceño. Sus músculos reaccionaron por instinto, volviéndola un leopardo tras una gacela.

    No importa, ¡No meterá el primer punto!

    Brandon acababa de llegar a la línea de tiro. Tenía las tres porterías libres.

    Seré buen tipo y lo meteré en la de menor puntaje.

    Un mancha blanca le llamó la atención. Tenía el balón listo para tirar. Incluso pudo sentir como los dedos de Mairis rozaron la bola antes de que lograse quitar de su alcance. Brandon sonrió divertido. Era impresionante que hubiese tomado camino tan rápido. La tenia de frente y está vez ella estaba alerta. No sería tan fácil, al parecer.

    Brandon jugó con la pelota botándola en el piso. Tras cada rebote Mairis daba un paso más.

    Muy bien. Esta cerca. ¡De esta no podrás salvarte…!

    Brandon rebotó el balón en el aire, dio un giro acercándose a Mairis, haciéndola retroceder un paso y una vez burlada la visión de la chica se lanzó hacia atrás tomando la esfera en el segundo bote.

    Lo intentaste, pero…

    Brandon estaba por disparar el balón cuando sintió como el balón era despedido de su mano. Únicamente giró los ojos, y pudo ver cómo Mairis había lanzado una patada mientras tenía las manos en e suelo. Era como un trompo. Esto emocionó a Brandon, la chica en verdad estaba dándolo todo.

    El balón rebotó con la cerca y Mairis lo atrapó en sus manos. Aprovechando la clara impresión de Brandon, tomó carrera hacia la zona de tiro.

    Corrió veloz para que el joven no la alcance. En esos segundos de juego había entendido que el chico era realmente bueno para burlar y quitar el balón.

    Una vez cerca de su área de tiro tomó el balón lo lanzó hacia arriba, esperando haberse adelantado lo suficiente como para que el tipo no la llegase a alcanzar.

    En el momento en el que tocó el balón para el remate pudo ver como aquella mancha oscura de pronto se movía por su derecha.

    ¡Es imposible que lo logre…!

    Brandon, justo antes que el balón entrase a la portería lo detuvo. Mairis no podía pasar de la línea de tiro, pero el balón rebotó en el suelo a su dirección. Brandon corría en dirección al ovoide.

    Si remató en el aire podría pararlo, pero estando tan cerca solo puede parar una de las opciones.

    Preparó su puño.

    Puede ser en cualquiera de las dos porterías. Derecha o izquierda. Dos o tres puntos. Si quiero asegurar mi punto sería en el segundo, eso pensará él… Por lo que la mejor opción entonces es…

    Mairis golpeó el balón en el aire en dirección a la portería de tres puntos. La mas lejana. La sonrisa que tenía en su cara se borró rápido al ver que justamente Brandon había optado por la tercera portería. Tomó el balón entre sus brazos y una vez en el suelo el joven le sonrió. Lanzó el balón al aire y los dos jóvenes corrieron tras él. Nuevamente estaban en el centro de la cancha. Esta vez Mairis había tomado el balón… Estaba en un mal punto, justo en ese lugar Brandon debía de ser e mejor jugador. La chica utilizando distintos esquives y burlas trató de tomar ventaja, pero Brandon era capaz de atender cada uno de sus movimientos, era como si no existiese ningún truco que pudiese sorprenderle.

    Mairis de espaldas a Brandon observaba como el joven miraba como un enloquecido la esfera.

    Esta vez sí lo lograría.

    Lanzó el balón un poco hacia enfrente.

    Mairis corrió tras la esfera. Se giró al lado contrario al que se encontraba Brandon una vez teniendo el balón en la mano. Recordaba que Bastian solía burlarla así.

    ¡Ahora sí! ¡Ahí va mi punto…!

    Una mano veloz le quitó el balón en el bote. La esfera chocó con la reja y Brandon se adelantó a Mairis, tomando el balón, acercándose al área de tiro y anotando el primer punto finalmente.

    Brandon, emocionado, comenzó a reír de satisfacción –¡Wow! Fue mas difícil de lo que pensaba ¡Que divertido!

    Mairis observó el balón rebotando cerca del aro de tres puntos. No lo podía creer… No había perdido en Jimlek desde la ultima vez que jugó contra Bastian; hace tres años…

    A de mas de eso… Ese joven enserio había disfrutado de su compañía, su rostro lo demostraba, solo había llegado con ella porque quería jugar un poco… Porque enserio le llamó la atención su juego…

    -Bueno. Fue un gusto, Xiara- Dijo Brandon sin voltear a ver a la chica y tomando su balón.

    Mairis, perpleja por la reciente despedida, hizo algo que no creía que haría nunca… Trató de convencer a ese chico de quedarse.

    -Brandon… Ammm porque te vas tan pronto, ¿Teníamos un trato? Si metías el primer punto tendríamos un partido…

    -Es verdad. Así lo planteaste… Pero también dijiste que te gusta jugar sola. Y la verdad miré en tus ojos un verdadero rechazo… de hecho, incluso dudé si quedarme por ese punto… No quiero obligar a nadie a hacer cosas que no quiere, sabes…- El joven tomó su mochila, introdujo su balón dentro y se echó la correa al hombro –Fue un gusto, jugar un punto contra ti, Xiara- Le dijo con una sonrisa y después tomó camino.

    Mairis lo vio tomar camino. Las palabras de ese joven se habían clavado en su pecho cual flechas. Y dolían. Le vino en mente la realidad que ella misma se había forjado… Esa triste soledad que le perseguía todos los días… El rechazo de sus compañeras y la constante persecución de los hombres… Trató de recordar la última vez que un chico se acercó sin ningún motivo más que el de querer conservar… Solo hablar… Solo eso…

    Le vino a la mente Peter. Y eso solo le hizo perder el calor del cuerpo…

    -Mairis- Se escuchó la voz a lo lejos.

    Brandon volteó para confirmarlo. Ahí estaba la chica con las manos en los bolsillos y un rostro apenado –Mi verdadero nombre es Mairis…

    -Es un nombre lindo.

    -Me lo han dicho- Murmuró la chica con un poco de rabia al recordar a Bastian –Ese punto… Ammm fue divertido…

    -Sí, lo fue.

    -Bueno, pues eso solo fue un calentamiento. Aún tenemos mucho tiempo para jugar… Y ya. No creo que quieras que una chica te ruegue a jugar Jimlek.

    Brandon comenzó a reír apenado mientras se acercaba de nuevo a la cancha –No, no quiero eso. No sería muy amable de mi parte- Sacó el balón y lo comenzó a girar en su dedo –Solo tengo una condición.

    Ay no.. Aquí viene… Fui tan crédula…

    -¿Cuál?

    -Yo saco primero- Respondiendo el joven, elevando el balón hacia el centro de la cancha y corriendo en su búsqueda.

    Mairis quedó congelada al escuchar la condición… Y viendo a Brandon volando por los aires a punto de tomar el balón le hizo darse cuenta de la terrible imagen que tenia sobre todo el mundo… Así como de la terrible persona en la que se había convertido…

    -¡No pienses que sera tan fácil!- Aulló la chica emocionada, con una sonrisa que rompió su fría mascara, que tanto, tanto tiempo, había tenido puesta.

    (…)​


    Terminando el partido ambos jóvenes estaban empapados en sudor. Con la respiración vuelta loca como si una bestia los hubiese perseguido por horas.

    En el suelo la tiza marcaba “B | M” con 64 y 48 lineas respectivamente.

    -Eso fue genial- Dijo el muchacho con dificultad, pero con una larga sonrisa.

    -Así es…- Comentó Mairis con un resoplido de satisfacción –Fue mucho mejor de lo que me imaginaba.

    -Te dije que era mas divertido jugar un partido…

    -Lo sé…- Soltó una risa –Ahora lo sé. No seas presumido… Lo arruinas…

    El joven riendo intentó levantarse, pero no pudo. Los músculos estaban tan gastados, que si tuviesen ojos, todos estarían llorando.

    -¿Qué ibas a hacer?

    El joven soltando una débil risa señaló su mochila, postrada del otro lado de la cancha –Tengo un té frió perfecto para situaciones como estas…

    Ella observó el objeto –¿Enserio, no puedes levantarte?

    -Créeme que no soy de los que finjo estar cansado. Estar quieto es lo ultimo que me gusta.

    La chica soltó un resoplido. Era verdad que ella también se encontraba exhausta. Pero ella tenia muchos mas trucos bajo la manga al ser una maga talentosa. Pronto dibujo un aro mágico y la mochila voló hasta donde se encontraba la pareja. La chica, con ojos maliciosos la soltó en los aires, dejando caer la bolsa sobre Brandon a varios metros de altura.

    El joven resistió el golpe con un rostro indiferente. Estaba tan cansado que no era capaz de mover los músculos de su rostro. Aunque algo si le alegró y fue la risa traviesa de la bella chica que estaba a su lado. La volteó a ver. El rostro blanco y terso de la joven se encontraba manchado de chapetes rojizos que generaban una ternura atrapante. Su flequillo, de ese corto cabello le tapaba parte del rostro… Pocas veces en sus años de viaje había tenido la fortuna de ver personas de semejante luz. Era afortunado de haber tenido una noche tan divertida como ella; eso pensaba.

    De su mochila sacó una botella como la que utilizaba Claarn para beber de vez en cuando. Mairis por un momento creyó que era alcohol, pero el olor que desprendía de su interior no se parecía a ningún reconocible.

    -Toma- Le ofreció el joven, cuando recién había destapado la botella –Bébelo- Dijo con su larga sonrisa mostrando sus dientes –En un par de minutos estarás lista para unos cinco puntos más.

    La chica con una ligera sonrisa le apartó la botella –Mi hermano me enseñó a no aceptar cosas de desconocidos…

    -Muy sabio tu hermano- Respondió el joven asintiendo. Levantó la botella y comenzó a beber con prisa mientras hacía un gesto de disgusto -¡Uff! ¡Deja una sensación rasposa en la garganta! Y sabe mal como una cerveza de chocolate caliente- Brandon regresó sus mirada hacía Mairis y pudo ver que ella le estaba mirando con un gesto divertido. Se alegró. Ella no tenia ni el mas parecido gesto cuando llegó a la cancha, nervioso comenzó a hablar del té. Curioso, porque el mismo sabia que no se ponía nervioso cuando hablaba con mujeres - Pero da energías como ninguna otra. Esta bebida la conocí cuando estaba en una isla tropical en las Islas Medias. Un viejo experto en plantas; El hombre era ciego, su esposa le ayudaba a cuidar sus hectáreas de sembradíos, donde cuidaba una gran cantidad de plantas de todo tipo, incluso unas que están en peligro de extinción. Una pareja humilde y muy agradable. Me pasaron está receta de hierbas, de hecho se puede hacer este té con hierbas que se encuentran por casi todo el mundo.

    -¿Has viajado por las Islas Medias?

    -Tengo la fortuna de haber viajado por bastante reinos y pueblos. Hay lugares muy hermosos. Por ejemplo, uno de ellos es este reino- Señaló el fin de las montañas, desde donde se podían ver las estrellas solo desde el circulo invisible que encerraba al reino –Desde Kadamia solo se pueden ver las constelaciones del guía y el caballo; están justo arriba de la ciudad. Como si este fuese el destino al que tuviesen que llegar…

    Mairis y Brandon observaron las constelaciones juntos. Ambos sabían donde estaban. Ella las había estudiado en sus clases con Martin, él en sus viajes para poder guiarse en los mares.

    -En mis años estando en este reino jamas presté atención a eso…- Respondió Mairis con una sonrisa.

    -En este mundo existen tantas cosas bajo nuestros ojos. Todo esta aquí, solo hace falta prestar un poco de atención.

    -Por ejemplo, ¿sabias que las rocas que forman las montañas de Kadamia crecen todos los años unos cuantos centímetros?

    -¿Enserio?

    -Sí, es posible que dentro de unos miles de años los picos lleguen a tocarse si siguen creciendo de esa forma cónica.

    -Wow- Comenzó a reír –Habló de ese tipo de cosas. Todo está tan lleno de misterios. Es algo realmente gratificante descubrir poco a poco esos detalles que hacen mas grato el estar vivo.

    -Uno de esos misterios fuiste tu Brandon.

    El joven comenzó a reír con nerviosismo tras el comentario -¿Qué dices, mujer?

    -Hablo enserio- Continuó la chica con una sonrisa alegre –Jamas pensé que alguien que no fuera mi hermano me pudiese vencer en Jimlek.

    -¡¿Tu hermano te gana en Jimlek?! ¡Un triple partido seria genial!

    La chica con su pequeño comentario generó un silencio de cementerio –No se podrá.

    De inmediato Brandon entendió que no debía de continuar con ese tema. Tras un respiro el tipo se levantó de un salto y comenzó a estirarse –No importa, ¡Porque me divierto mucho jugando contra ti!

    -¡¿Qué?! ¡¿Ya tienes energías para volver a jugar?!

    -Te dije que era un gran té.

    -¡¿Todavía tienes?!

    -¿Crees que no te iba a dejar?- Le pasó su cantimplora -Bébelo rápido, porque sabe del asco.

    Mairis lo escupió de inmediato -¡Qué es esta porquería!

    -¡Te dije que lo bebieras rápido!

    Con el horrible sabor de la primera vez Mairis siguió el ejemplo de Brandon y bebió como si su vida dependiera de ello. Brandon se paria de risa mientras miraba a Mairis hacer caras por la desagradable sensación que generaba el té en la garganta.

    -Te dejaré jugar conmigo con dos condiciones- Dijo Mairis con un terrible repelús que le recorría desde su pecho hasta las puntas de sus dedos.

    Brandon que ya había parado de reír se giró hacia la joven mientras se limpiaba sus lagrimas -¿Qué condiciones?

    -Jugaremos mañana también…

    Brandon se congeló por un instante y por un momento esbozó una sonrisa de verdadera emoción -¡Pero por supuesto! Estoy libre desde las diez de la noche. Te veo aquí mismo.

    -Hey, hey, hey, tengo otra condición…

    -Oh sí, ¿cuál?

    -¡Que traigas mas de esta cosa horrorosa! ¡Porque me siento de maravilla!
     
  2. Threadmarks: [ Parte 3 ] Capítulo 40 - Las Flores de la Montaña
     
    Aldo MV Gallardo

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    Capítulo 40 – Las Flores de las Montañas

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    -13 de Abril de 2900 D.C.-

    «Viví en automático tratando de olvidar el pesar de tu silencio.»

    «Cuando me di cuenta pude ver que mi rostro ya no era tan infantil como ayer. »

    «Creí que había encontrado de nuevo la luz… Aunque debería tener miedo, creo que aun sigo queriendo sentir un calor verdadero.»

    En las piedras de Kadamia, tras las lluvias invernales llega la cálida primavera. Incluso en las duras piedras nacen desde el fondo unas flores únicas. Son tan brillantes que iluminan la densa oscuridad del abismo.

    Mairis se vio temblando en la profundidad, fría como el miedo, dolorosa como viento helado.

    «El sol no es eterno. Lo se bien.»

    Entre su interminable llanto. Una chispa le cegó los ojos.

    «Una vez escuché a Eva decir que cuando una estrella muere se vuelve gigante y estalla…»

    Mairis se irguió entre miles de tallos muertos. La luz continuó brillando y le permitió a la chica ver lo muerto que estaba su cuerpo. Puso sus manos sobre su frente para tratar de ver la luz.

    «Pero que de entre sus cenizas nacen otras estrellas, igual o mas brillantes.»

    De pronto Mairis lo vio. El fin de aquel hueco. El final de la oscuridad. Entre su cuerpo y sus piernas los tallos volvieron a nacer, hasta rodearla de brillantes flores. No supo si era porque no las había visto en mucho tiempo, ¿o era acaso que estas eran las flores mas bellas que alguna vez pudo ver?

    -¡Mairis!

    La chica se levantó de golpe de entre sus sabanas -¡¿Qué?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué?!

    -Te has estado levantando muy tarde últimamente, ¡Ya es medio día!- Refunfuñó Heraclida con las manos en la cadera -Acompáñanos al mercado.

    -¿Esta vestida?- Preguntó una voz desde el pasillo.

    -Sí- Respondió Heraclida, mientras abría las ventanas, dejando entrar toda la luz del día. Cegando a Mairis.

    -¡Vamos a recibir el sol un poco, chica!- Salió de pronto Sabbath detrás de Heraclida con una gorra puesta y unas ropas casuales que incluso a su prometida le causaba cierta sensación de extrañes -¿Eh? ¿Te dormiste con tu ropa de Jimlek?

    Mairis extendió sus brazos hacia la ventana haciendo una mueca de disgusto. Entonces se percató de las mangas de su camisa deportiva. Bajó su cabeza y observó que estaba en short, pero sin sus medias, ni rodilleras, ni coderas.

    -Cierto…- Dijo Heraclida sorprendida -¿Ayer fuiste a jugar?

    -¡Ah! Salí a jugar un poco durante la noche- Respondió rápidamente -Me meteré a bañar y los acompaño- Continuó dando un salto de la cama y comenzando a buscar ropa.

    -Esta bien…- Respondió la mujer con la ceja derecha levantada -Pero te quiero lista en media hora- Y se llevó a su prometido fuera de la habitación.

    -¡Claro!- Afirmó Mairis con una larga sonrisa.

    Cuando la puerta finalmente se encontraba cerrada. Lanzó un largo suspiro de alivio. Podría jurar que Heraclida no había visto la nota que se encontraba en frente de su espejo. Debía de agradecer que sus habilidades como madre aun no estaban del todo desarrollados.

    Tomó la pequeña nota y la abrió:

    “Buenos días.
    Te quedaste dormida mientras hablábamos en el techo.
    Estaré por la zona céntrica por eso de la 2:00 A.M., en la calle de comida de Rabithit para ser especifico. Por si quieres que nos veamos.
    Que tengas linda tarde. Hasta pronto.”



    -Brandon.

    Me quitó las protecciones para que durmiese cómoda. Que lindo… ¡Aunque no era necesario que me quitase las medias! Me las vera en la noche… En la noche…

    Mairis se vio en el espejo y sonrió divertida.

    Han sido dos semanas de vernos. Y aun quiero seguir viéndolo…

    Sin mas, Mairis se alistó con cierta sonrisa imborrable.


    (…)​


    En uno de los muchos burdeles de Kadamia, Roxana trataba de convencer al dueño de uno de estos para poder quedarse como bailarina…

    -Es la tercera vez que te lo digo. Las leyes están muy duras últimamente. No puedo contratar a nadie por el momento. Si lo hiciera me multarian- Se quejó el hombre con calma, como alguien que habla con un empleado que pide un aumentado que no puede ofrecer.

    En su quinto cabaret tampoco tuvo suerte.

    -¿Desde cuando escapar de la guerra es ilegal?

    El hombre se encontraba en el almacén revisando los lotes de barriles de cerveza. Caminaba de un lugar a otro como un loco y prestaba poca atención a Roxana, por no decir mas bien nada.

    -No lo es… Créeme, entiendo por lo que estas pasando. Mi abuelo abandonó el ahora montón de ruinas, Rasew- El hombre la acompañó hasta el salón principal. A pesar de sus negativas, Roxana no podía negar que era el hombre mas amable al que había consultado a lo largo del día –Pero debo cuidar mi negocio. Desde la guerra entre Milloria y Maf hace diez años, las reglas migratorias se pusieron como locas. Si es urgente que consigas un trabajo como bailarina te recomiendo entrar a “La Madriguera” o “Los Puertos Colores” al oeste del reino. Esos lugares son un mundo completamente diferente. Casi como reinos libres.

    Roxana sonrió ante la iniciativa del hombre por aconsejarla, aunque por dentro ardía de rabia. Casi se mordía su propia lengua para no gruñir “¡Quiero huir de esos lugares!

    -Muchas gracias por atenderme. Creo que tomaré su recomendación, e iré a esa tal “madriguera” de la que habla.

    -Hazlo. Eres una mujer bastante atractiva. Te ira bien. Mis mejores deseos, Roxana.

    -Gracias- Respondió la mujer justo antes de que le cerraran la puerta en la cara.

    Dio un taconazo en el suelo y se giró con los hombros tensos -¡Maldita sea!- Rugió entre dientes para después huir de esa calle llena de casinos, bares, burdeles y prostíbulos.

    ¡A este paso jamas dejaré el L-Love-Cabaret…! Estoy estancada. Necesito un milagro o algo parecido… Estúpido General marica de Milloria. Si no fuera por él, personas como yo podrían conseguir trabajo sin ningún problema… Maldigo el día en que nací en Iglakesh.

    Roxana caminó entre callejones y se topó con uno de los gordos dueños con los que ya había hablado. Ella solo asintió con una sonrisa al verle.

    Que amable que soy. Mira que pedir sexo por un trabajo que ni siquiera era seguro es de cerdos...

    Fue instantáneo, tan solo al pasar de verlo su rostro sonriente se cambió en uno completamente molesto. Hombres como esos eran peligrosos, y no eran especialmente del tipo a los cuales quisiera aprovechar por su dinero. Se apresuró a llegar a una calle transitada, negocios a los que ella aspiraba no solían ser muy seguros para las mujeres. Debía de admitir que era un gran punto para el local de Madam Louis...

    Una vez en una calle mas segura se dejó guiar por la corriente de los transeúntes. Movió su sombrero para taparse del sol, que ese día de primavera relucía con mayor fuerza. Ella provenía de un reino en su mayor tiempo templado, a demás vivir bajo la ciudad no era del todo sano.

    Continuó caminando quejándose de su mal día. De como había desperdiciado su día de descanso. De como los hombres con un poco de poder se volvían unos seres asquerosos, entre otro montón de cosas negativas… Luego se dio cuenta que no sabia donde estaba exactamente. Había terminado en un mercado ambulante en una calle que no conocía.

    -Lo que faltaba…- Gruñó con un bufido. Se acercó a una mujer que caminaba con una bebe en brazos y le preguntó -¿Disculpe, sabe como llegar a la entrada de “La Madriguera”?- Roxana lo notó de inmediato. El gesto de la mujer se puso nervioso con solo escuchar el nombre del destino. Era ese gesto de miedo, desprecio o quizás vergüenza el que le hacia hervir. Le pasaba siempre que salia. Cuando te ven entrar por esas escaleras es como si te volviese parte de una secta criminal o algo parecido. Lo repudiaba. Odiaba que la vieran así.

    -Claro, señorita- Respondió tartamuda la mujer –Sí toma tres calles hacia la derecha y luego gira a la izquierda, a dos calles vera el túnel.

    -Muchas gracias- Agradeció con buen rostro, la bailarina. Una vez dejada a la madre atrás, no pudo evitar levantar el labio y apretar la nariz en gesto de su desprecio.

    Mientras iba perdida en sus pensamientos, aunque con mas consciencia que cuando se perdió. De pronto pudo ver a la lejanía una figura que llenaba el estomago de llagas. Ese cabello corto, esa joven y bien ejercitada figura. El rostro blanco y los labios rojos por naturaleza aunque pareciese labial. Esos ojos azules como el mar. No había duda, era Xiara. Nadie mas le podía generar tanto enojo.

    Perra engreída, ¿Qué haces aquí?

    Luego los vio. Dos rostros conocidos, pero que no recordaba de donde. Una mujer pálida como los fantasmas, de cabello tan negro como el carbón, largo hasta el trasero. De rostro fino y ojos profundamente oscuros como el hollín. El hombre era mas de lo mismo. No le extrañaría que fuesen hermanos. Aunque eran pareja, lo descubrió tras ver un rápido beso, que se dieron en medio de todo el mercado. Bueno… No podía saberlo. Hay muchas personas de gustos extraños en este mundo. Pero eso no importaba en ese momento. No… Los conocía… ¿Eran acaso alguna clase de dramaturgos famosos? Hambrienta de curiosidad, Roxana se acercó a Xiara y la pareja, manteniendo la distancia para que no la notasen, tratando de mezclarse lo mejor posible con las personas de los alrededores. Aunque por su altura era un poco difícil no ver a una mujer tan diferente a las demás.

    Los siguió por unos cuantos puestos. Observó que Xiara parecía tener una estrecha relación con la pareja. Eran casi como una familia. Esos dos debían de ser unos grandes amigos de la chica. Sin embargo esas ropas no pertenecían a alguien que viviese en “La Madriguera”, no al menos en la zona de la cual supuestamente provenía Xiara.

    Roxana en su pequeño transcurso como espía logró escuchar algo sobre una boda. Imaginaba que de la pareja, pues nunca había escuchado a Xiara hablar de algún novio. Luego escuchó algo sobre un viaje y mas tarde algo sobre su alegre estado de animo. Aunque todo fue muy débil, ella logró imaginar de que estaban hablando el trió de personajes.

    Sin embargo la parte que mas impresionó a Roxana fue el momento en el que dos soldados que caminaban por el mercado se acercaron a la joven y la saludaron como si fuese algo de lo mas normal. Incluso observó como Xiara habló tranquilamente con ellos. No logró escuchar su conversación, pero sí pudo notar un cierto apego. No eran amigos. Sin embargo se conocían de algún lugar.

    Y luego lo vio. El par de soldados saludaron formalmente a la pareja con un saludo militar. Ahí lo recordó. Su boda había sido mencionada en algunos periódicos…

    ¡Sí! ¡Ellos son el Teniente General de Kadamia y ella una importante soldado! ¿Qué hace esa mocosa con esas personas?

    Pronto Xiara se fue con la pareja, acompañados de los dos soldados. Se perdieron de su vista. Sin embargo, había visto lo suficiente. Lo suficiente como para saber que había algo raro en ese asunto.


    (…)​


    «Caminando por las calles en camino a mi encuentro, me di cuenta que de nuevo esas simples lineas de asfalto tenían ese brillo que me gustaba tanto. Mis piernas se mueven ligeras y me siento una nube en cielo. Sonrió con emoción mientras cada pasó me genera un remolino en el pecho.»

    «Sin quererlo he terminado alistándome mas de lo que imaginaba. Me he maquillado y sin pensarlo he utilizado el vestido que compre hoy mismo.»

    «¿Lo compre justo para este día?»

    «No lo sé.»

    «Me siento perdida. Como si no pensara como suelo hacerlo. Es como si dejara guiarme por el viento… Ya lo dije, cual una nube en el cielo.»


    (…)​


    «Esa platica fue a los dos días de conocernos. Ese día iba con muchas ganas de jugar. No recuerdo quien de los dos fue el que comentó algo sobre la nueva canción que sonaba en la radio, pero de ahí tomamos carrera y no terminamos jugando ni un poco.»

    -¿De donde eres?- Preguntó él con su linda sonrisa.

    -Nací en las Islas Medias. En una pequeña isla que no tiene nombre. Aunque poco después nos mudamos a Milloria. En Milloria vivimos durante unos años. Hasta que el trabajo de mi hermano requirió que nos mudáramos.

    -Curioso. De las Islas Medias a Milloria. Fue un largo viaje- Comentó al aire mientras miraba el cielo. El viento movió su cabello un poco. Y el sonrió. Como si le alegrara sentir el aire.

    Yo reí sin saber porque -No sabría decírtelo, era una bebe…- Respondí con lógica. No lo sé, me pareció algo gracioso. Normalmente no diría ese tipo de cosas con cualquier chico o chica del ejercito. Quizás es ahí donde descubres a las personas que valen la pena. Aquellas que te dejan decir todas tus tonterías sin siquiera juzgarte. Viendo las estrellas junto con él le comenté:

    -Jamas supe en donde se encontraba esa isla, por lo que no podría volver ahí aunque quisiera… ¿Y tu Brandon? ¿De donde vienes?

    -Nací en Ilu. Ahí vivimos durante un tiempo, pero mis padres tuvieron que huir de ahí. No eran el tipo de personas que buscaban el bien...- Brandon solía verme a los ojos cuando hablábamos, pero ese día no lo hizo, tenia la mirada sin un destino, como si estuviese viendo dentro de si. Lo note, quizás debí detenerlo, pero su pasado me llamaba la atención -Terminaron metiéndose en un montón de problemas y tuvimos que huir. Viajamos por Fastia y luego cruzamos el Estrecho Maldito para llegar a Milloria.

    -¿Qué? Entonces puede que te haya conocido en algún momento- Quise alegrar la conversación, pero él no me lo permitió.

    Rió con desgana y respondió con rapidez -Eso es verdad. Puede que yo haya sido a quien le diste una moneda por la banqueta, o quizás algún delincuente que te robó tu almuerzo cuando ibas a tu colegio…- Hubo un silencio que fue congelante, su rostro que solía ser sonriente marchitó y yo fui incapaz de detenerle… Porque vi que quizás era algo que el debía decir -O quizás simplemente te asaltó porque necesitábamos ese dinero urgentemente para comprar la medicina para alguno de mis hermanos…- Me miró con los ojos derrotados y me preguntó con mueca doliente -¿Asustada?

    -¿Crees que eso puede asustarme?

    Su sonrisa me hizo sentir un ahogo en la garganta. Como si quisiera llorar solo por ver esa sonrisa tan cálida… -Eso me hace feliz- Respondió contento -Cuando le cuentas estas cosas a las personas suelen pensar lo peor de ti. Eres valiente, lo veo en tus ojos. No he conocido a muchas mujeres con esa fuerza en la mirada.

    -Gracias- Respondí con un poco de pena. Me molestaba sentir el calor en mis mejillas cuando me decía ese tipo de cosas… No entendía que tenia su mirada que me hacia temblar, eran esos mismos ojos que ya había visto en muchos lados, no tenían nada de especial… -¿Entonces realmente eres pobre, no es así? Lamento oírlo.

    -Así es. Tenia muchos hermanos y mis padres tomaban mucho alcohol, entre otras cosas... Era una mala combinación…

    Fue la primera vez que nos abrimos el uno al otro. Y fue la ultima vez que mencionó los asuntos sobre su familia. Estaba completamente justificado… Su padre fue asesinado en medio de una pelea iniciada en un bar. Su madre poco después comenzó a venderse por dinero que no gastaba en ellos. Sus tres hermanos mayores lo tomaron a él y sus tres hermanos menores, huyendo de Milloria. Vivió en muchos pueblos. Estuvo en muchos lugares, casi todos los pueblos que conozco de Dorinda, y muchos otros que jamas había oído. Incluso vivió en LaneCloud, aunque no quiso hablar sobre ello. La vida no fue fácil tras escapar de su madre. Sus dos hermanos murieron en un accidente en una mina. Me dijo que el trabajaba ahí también. Pudo huir gracias a que lo cargaron, pues era un niño. No fue capaz de ver los cuerpos de sus hermanos de nuevo.

    -Esta bien- Dijo con el rostro serio -Hubiese sido peor verlos y no reconocerlos.

    Y por ultimo su hermana terminó enfermando hasta morir unos meses después que los mayores. Con solo ocho años tuvo que hacerse cargo de sus tres hermanos menores, viviendo con grupos de niños huérfanos, recibiendo ayuda de la gente vieja de los pueblos en los que se quedaba. Aunque él también ayudaba a los mismo ancianos cuando podía.

    Ha trabajado en muchas cosas, pero desde hace dos años se volvió guardaespaldas. Me contó que sus tres hermanos ahora viven en una granja en las Islas Medias -Las cosas por fin parecen ir bien- Sonrió con verdadera alegría cuando lo dijo.

    Mi corazón se volvió loco al escucharlo.

    Era un hombre amable. Era divertido. Una llama de paz. Un manto de calma. Alguien que había buscado una salida a su oscuro mundo. Que había crecido desde la propia lucha. Casi siempre sonríe. Es encantador, un intento de galán, eso es bueno para él, porque reconozco a los galanes a un kilómetro de distancia. Después de todo me crió uno.

    Es un adicto al deporte, muy orgulloso y de energía inagotable.

    Y aunque apenas lo conozco de dos semanas, me genera paz, seguridad. Es un salto de la cama para querer volver a estar con él. Es la luz de esa lampara a media noche. La razón inexplicable de que ahora sonría aun estando sola.

    Aun recuerdo su lindo gesto al momento de invitarme a comer al quinto día. Dejar la cancha era mi perdición. No quería nada con nadie… Aun así me lancé.

    ¿Es él, o porque jamas me había atrevido a dar un sí?

    Aunque comimos en un lugar pequeño, un establecimiento móvil de media noche; la comida fue deliciosa. Solo fue una simple cena, pero su sonrisa me decía que había valido cada segundo.

    Y mi insomnio, por solo estar pensando en sus comentarios me dijo que posiblemente ya había perdido… Aunque la palabra correcta era ganando.

    Estoy segura que Brandon no se me acercó con intención de conquistarme. Ese brillo que tienen sus ojos, ese tan común, pero a la vez tan indescriptible que tanto me gusta, lo comenzó a transmitir después. Lo sé ahora, ese brillo es real y aparece sin que lo desees.

    Caí perdida ante su actitud cuando juntos vencimos a un dúo que quisieron retarnos a Jimlek. Tras vencerlos Brandon terminó por alegrarles la noche llenándolos de espíritu. Esos jóvenes terminaron con mas energía que con la que llegaron. Fue genial.

    No lo había notado, pero conoces a las personas por medio de preguntas y acciones. Por eso fue encantador ver como trataba a las meseras hoy. Mostraba paciencia y amabilidad. Fue maravilloso verlo con traje… Se veía un poco guapo. Mas de mi estilo, debo admitir.

    Ahora que el esta contándome algo que no puedo escuchar por estar perdida en mis pensamientos me estoy dando cuenta que he utilizado “encantador”, “maravilloso”, “guapo”, “genial”, “me gusta”, “perdida”, entre muchas otras. Al final he vuelto a caer en la red del amor, ¿no es así? Si le preguntara a la Mairis de hace unos seis meses te diría que jamas se volvería a enamorar… Siempre existe una segunda oportunidad para ese tipo de cosas… Y yo la estoy matando al no contarle quien soy y lo que busco. Tengo que decirle lo que siento, así como también tengo que decirle que deseo terminar con Mama, ¿o acaso es que Brandon llegó a mi para olvidarme de ese destino? ¿Es coherente dejar mi objetivo por un joven del que empiezo a sentir estas ansias de saltar a sus brazos?
    Peter no lo merece… Ni Brandon tampoco… Estoy cerca de terminar, lo lograré, mañana me reuniré con Madam Louis, conseguiré que me presenten a Mama para acabar con ella con mis propias manos… Solo espera Brandon, sé que después de esto podremos estar juntos sin cargar ningún pecado…


    (…)​


    En una profunda zona de La Madriguera se encontraba una casa destrozada en una calle desolada. Entre estos rincones de la sociedad una mujer caminaba. Roxana con la mano en la bolsa sostenía una pistola. No parecía haber muchas personas por esos rumbos, de hecho si pudiese clasificar a las pocas personas que había visto por esos rumbos podría nombrarlos únicamente como: vagabundos.

    Que asco. Gruñó dentro de si, cuando uno de estos hombres le sonrió con tres dientes amarillos y los ojos manchados por “El Beso de Verdad”.

    Roxana se acercó a la puerta y tocó en código. Lanzó una mirada a sus alrededores esperando que nadie estuviese viendo. Todo estaba tan solo que daba miedo.

    -Oh, es usted. Pase, pase, pase- Dijo el escuálido hombre, feo cual topo y con lentes tan profundos que podrían parar una bala con ellos.

    La exuberante mujer pasó de inmediato -¿Tienes lo que te pedí?- Preguntó Roxana con su típico gesto arrogante –No quiero que crean que soy tu puta. Si piensan eso aunque sea quiero obtener algo a cambio.

    El hombre cerró la puerta y abrió el lente para poder revisar el alrededor. Todo tan tranquilo como siempre.

    -Por supuesto que tengo el pedido- Respondió el hombre mientras reía nervioso –No suelo llamar a mis clientes por mero gusto. Aunque sí lo hiciera tu serias la excepción, preciosa- Dijo el hombre soltando una risa gangosa como si tuviese hipo.

    A Roxana no le hizo mínima gracia. Se sentó en el viejo sillón de la sala, a un lado de una mesa llena de carpetas, como en cada rincón de esa horrible casa. Le lanzó una mirada afilada al hombre, el cual comenzó a reír de manera mas nerviosa.

    -Fue unas misión fácil, en cierta forma- Comentó el hombre comenzando a revisar papeles de cada montaña que veía. No le importaba tirar montones de papeles. Igual la casa ya era un desastre, y la organización mas de lo mismo –Reconocimiento y archivos personales son las cosas mas fáciles que pueden pedirme.

    -Me imagino que debe ser así. Solo tardaste tres días en responderme.

    -¿Eso es un cumplido?- Preguntó el hombre con emoción.

    -No te quieras hacer el vanidoso, conmigo. Busca lo que te pedí.

    El hombre topo volvió a recobrar esa extraña risa y con una larga sonrisa en el rostro se fue a la habitación siguiente.

    Roxana durante unos minutos escuchó más y más movimiento de papeles. Observó el desorden con disgusto. A demás de que las fotos que estaban pegadas por las paredes no eran del todo de su agrado, de igual manera le sorprendía los nombres que tenían escritos las notas pegadas en muchas carpetas, nombres de conocidos mafiosos en la zona.

    Aburrida, desvió su mirada hacia la pila de carpetas a un lado del sillón. Hubo dos archivos en particular que le llamaron la atención. El primero tenia por titulo: “Arresto a la pirata mas buscada de los mares, en el mar de Sanademik por ejercito de Kadamia”.

    Roxana no sabía nada del tema y de hecho una noticia tan grande le sorprendía que no hubiese estado siendo comentada a lo largo de la semana. No entendía el gobierno, ni tampoco el ejercito. Aunque no le interesaba, tenia otros asuntos que atender. Como dejar al maldito L-Love-Cabaret.

    La segunda carpeta tenia escrito: “El problema social que es Onfroi”. De eso sí había escuchado, era un popular mago que estaba haciéndose nombre a lo largo del continente. Se estaba volviendo poco a poco en una figura de esperanza para la población. Incluso había escuchado que había llegado a tocar tierras de Kadamia, pero nunca escuchó que hiciese algo significativo dentro del reino. No como en lugares como Frandall, donde…

    -¡Aquí están!

    Roxana volteó de inmediato tras el grito.

    -Muy bien, mi querida Roxana. Fue un poco complicado al principio, veras, me dijiste que esta chica se llamaba Xiara- El hombre topo llegó hasta una vieja pantalla, de esas cuadradas, gordas y blancas. Presionó un oxidado teclado y la pantalla se desplegó dejando mostrar un color verde por toda la habitación –Su nombre no es Xiara. Ella es Mairis Hellwell. En su registro aparece Islas Medias, no Harbenten como me habías dicho. Los detalles registrados sobre su vida se encuentran entre la caratula y las ultimas cinco hojas. Sí no me hubieses traído esta foto del L-Love-Cabaret posiblemente no te tendría esta información, sino un listado de todas las mujeres con sus características. Pero bueno, con la foto fue mas fácil llevar a cabo un análisis de rostro en la base de datos del Gobierno Mundial- Le entregó la carpeta y se regresó a la computadora. Observando la pantalla con admiración.

    -¡¿Soldado?! ¡¿Maga?! ¿Oye topo, de donde sacaste esta información ridícula?

    -Nada de ridícula. Robo la información de la base de datos del Gobierno Mundial de Kadamia. Ingreso a través de la linea de comunicación de las oficinas mineras. Al ser trabajo del Gobierno Mundial vigilar a las minas, puedo entrar mediante su red. Se que es complicado para los civiles entender todo esto, pero te lo dejaré como que soy capaz de entrar a los archivos del Gobierno Mundial, disfrazado de alguien afiliado al gobierno. No creas que vivo en este lugar horrible por mero gusto. De hecho todo fue un plan. Justo arriba de nuestras cabezas está el Cuartel de Kadamia. Así que si tratan de buscar de donde viene la señal, aparecerá que es una señal exactamente del mismo ejercito… No por nada soy un recolector de información tan popular entre la zona… Todas esas hojas que te estoy dando son exactamente lo que es esa chica “Xiara”.

    Roxana continuó revisando las hojas sin leer cosas exactas, solo guiones remarcados.

    -¡¿Quién diablos es esta tipa?!

    -Todavía no lees lo mas interesante- Comentó el topo con emoción -No solo es una soldado, es la mejor de su generación. Es raro, apenas duró un par de semanas en servicio. La dieron de baja temporal por desacato de ordenes durante una misión en una bodega de la ciudad. Eso lo puedes ver en la pagina veintitrés. La jovencita no solo es una mujer bellisima, también llegó a ser la alumna del General Yomur cuando apenas consiguió su adopción mágica. De hecho ha tenido pequeñas participaciones en varias de las misiones mas importantes del reino sin siquiera ser parte del ejercito.

    -Xiara… Digo, Mairis, es alguien tan importante…- Susurró para ella misma.

    -Afirmativo, si sexy visitante. Hermana de un General Mundial, criada por uno de los veteranos mas reconocidos de la Cuarta Guerra Mundial, tuvo participación en uno de los eventos mas significativos de la historia de una ciudad del norte… Sí, ella sin duda es alguien importante…

    -¿Pero que hace aquí? ¡¿Ademas actuando como una mesera de un cabaret?!

    -¿No dijiste que era una prostituta?

    -Bailarina y prostituta… Bueno, según ella Don Gorlean no la…- Roxana abrió los ojos.

    -¿Qué sucede?- Pregunto el hombre topo con cierto interés.

    -Ella pudo matar a Don Gorlean… No. No, Mr. Rage se hubiese dado cuenta, siempre esta vigilando a las muchachas cuando se prostituyen…

    -Hey probable…- Comentó el hombre con una sonrisa, llamando la atención de la bailarina –No soy mago, pero llegue a convivir con muchos cuando trabajé en el ejercito. Algunos, los mas talentosos, podían utilizar un tipo de hechizo que bloqueaba la presencia de los individuos. De hecho, justo Mairis Hellwell estuvo prisionera en un lugar con ese tipo de magia, pagina 17, revísalo si gustas. No seria de extrañar que haya desarrollado algún interés en ese tipo de magias para no volver a caer en ese tipo de eventos otra vez…

    -¿Pero porque mataría a un jefe de la mafia? Ni siquiera está en servicio.

    -No lo sé. Es extraño, porque jamas tuvo problemas con dicha familia. En su mayoría de misiones peleó contra los Carnot.

    -¿Carnot…?

    -Son la mafia que gobierna Kadamia en la superficie. También tiene territorios aquí abajo, pero en La Madriguera principalmente gobiernan o gobernaban los Gorlean y los Estribell, aunque desde la muerte del jefe de la familia Gorlean, Estribell ha conseguido exterminar casi por completo a su competencia.

    -¿Competencia? ¿Acaso Estribell no compite contra Carnot?

    -Para nada. Estribell tiene una clase de trato con Carnot. Casi se podría decir que la mafia Carnot gobierna Kadamia ahora mismo. Eso es malo para mí, porque significa menos trabajo de investigación, pero no me voy a quejar con Mama. Esa anciana es de temer.


    (…)​


    Durante su regreso Roxana leyó el documento hasta llegar al L-Love-Cabaret. Nuevamente “Xiara” no fue a trabajar. Aunque eso no evitó que la bailarina pudiese quitarse su rostro de la cara. No entendía nada de lo que estaba pasando.

    Su día terminó sin mas, y de regreso a casa acabo la carpeta de Mairis Hellwell.

    Era una chica ejemplar, hasta que se encontró en esa bodega… de la familia Carnot… Es increíble que esa niña de rostro de “chica perfecta” fuese capaz de llevar a cabo un asesinato tan bestia…

    Roxana se encontraba justo enfrente de su casa. Buscaba en su bolso las llaves de su casa, pero no las encontraba.

    -Mierda. Las debí dejar en mi tocador, otra vez…

    Nada me confirma que ella fue quien asesinó a Don Gorlean en el cabaret… Pero si lo hizo, ¿para qué?

    Roxana se dirigió de regreso a su trabajo. El viaje de regreso fue igual de rápido que el de ida. Estar pensando tanto sobre el asunto le causó un desliz en el tiempo que no terminaba por agradarle.

    El topo dijo que Estribell aniquiló a los Gorlean, Estribell es una rama de los Carnot, Carnot gobierna Kadamia... Mairis Hellwell asesinó a los subordinados de Carnot en la bodega…. Eso fue justo unas semanas antes de que entrará a trabajar en el L-Love-Cabaret…

    Ahí Roxana captó algo. Sacó la carpeta a toda velocidad y revisó.

    Justo dos días antes de los asesinatos en la bodega, un tal Peter murió... Ese Peter tenia problemas con “El Beso de Verdad”

    Finalmente Roxana había llegado a la esquina en que doblaba al cabaret. Su corazon estaba latiendo rápidamente. Estaba excitada, lo había hecho, era la relación que estaba buscando.

    “El Beso de Verdad” lo distribuye Carnot y sí ella se encargó de asesinar a la competencia de los Carnot entonces ella…

    En cuanto se giró lo vio. Ahí en la puerta se encontraba Madam Louis saliendo del Cabaret, detrás de él estaba Mairis Hellwell utilizando su peluca negra y tan maquillada como cuando salia a ser mesera. Roxana de inmediato se escondió.


    (…)​


    Madam Louis caminaba por el pasillo del L-Love-Cabaret con cuatro niños pequeños. Ella sonreía contenta mientras dos de las niñas la jalaban.

    -¡Ya es hora! ¡Ya es hora! ¡Ya es hora, mamá Louis!

    -Si, preciosa. Es momento de irse a casa- Respondió la Madam con un rostro feliz.

    Terminado el pasillo se encontraban, Natasha, Pao y Jessica. Los niños soltaron a la Madam para correr a los brazos de sus madres mientras gritaban de emoción.

    -¿Cómo se portaron, Madam Louis?- Preguntó Natasha cargando a su lindo hijo en sus brazos.

    -Traviesos como siempre- Le sacó la lengua –Pero hoy se divirtieron trabajando con Madam Louis en unos recortes para el siguiente evento del local.

    -¡Sí, mamá! ¡Vamos a …!

    Madam Louis puso su uña dorada en el labio y levanto las cejas. El hijo de Natasha se tapó la boca y le dijo infantilmente –No te puedo decir que estamos haciendo.

    -¡Oh vamos, mamí quiere saber!

    El niño negó con la cabeza y se hundió en el hombro de su madre.

    -¡Les encantara!- Dijo la hija de Jessica con emoción.

    -Ya, ya, ya, niños, se arruinara la sorpresa- Dijo en berrinche, Louis.

    Las tres madres comenzaron a reír.

    -Despídanse de Mamá Louis- Pidió Pao.

    -¡Adios, Mamá Louis!- Dijeron los niños al unisono.

    -¡Hasta mañana mis amores!- Aulló Louis levantando los brazos. Siempre tan gesticulante como siempre.

    -Muchas gracias como siempre, Madam Louis- Comentó Natasha.

    -De nada, chicas, cuidar los niños me encanta.

    -Bien, hasta mañana- Dijo Pao caminando de la mano de sus gemelos.

    -Adiós, Madam Louis- Se despidió Jessica con una sonrisa.

    -Adiós a todas, chicas- Respondió la jefa desde atrás. Observó a los últimos niños partir con una larga sonrisa. Y suspiró feliz por sentirse amada. Se dio la vuelta y se dirigió hasta su oficina en el cuarto piso.

    Al abrir la puerta soltó un grito ahogado para luego tirar su bolso a la silla molesta -¡Avísame, Mairis! ¡Por la diosa! ¿No puedes entrar como una chica normal?

    -Perdóneme, Madam Louis- Cerró la ventana -No quería toparme con las chicas, luego se harían preguntas. No creo que quiera estar cargando con los chismes otras dos semanas.

    Madam Louis comenzó a reír -Hija mía, he vivido treinta años en este negocio, créeme que los chismes los sé manejar- Madam Louis se acercó a Mairis y le saludó con un beso en cada mejilla. Se plantó frente a ella y con un largo suspiro, le tomó el cabello rubio apretando los labios -¿Enserio quieres hacer esto, niña?
    -Esto es una de las partes mas importantes de mi plan, Madam Louis- Le tomó la mano, llevándola a la altura de la cintura –Gracias por preocuparse. En marcha.

    Louis la miró directamente a los ojos mostrando un claro rostro nervioso –La venganza no es el camino, muchos se pierden en ese sendero y jamas vuelven a tomar su curso original- Le soltó la mano y caminó hasta su ropero -¿Cuál bufanda se me vería mejor? ¿Plumas o zorro?

    -Detesto las pieles- Soltó Mairis con un suspiro -Plumas definitivamente. Los animales no me traen los mejores recuerdos. La veré en la puerta trasera, ire por mi peluca y a ponerme un vestido de acuerdo a la ocasión.

    -¡Si te vas a poner un vestido, yo tendré que ponerme uno también!

    -Solo no tarde demasiado- Respondió Mairis con una risa fugaz.

    Louis vio a la joven caminar por el pasillo con cautela. La puerta se fue cerrando poco a poco y ella volvió a mostrar su rostro apagado.

    Aun puedes hacerlo. Date la vuelta…


    (…)​


    Mairis logró salir de L-Love-Cabaret sin ser descubierta. Una vez Madam Louis salió tomaron camino entre la pobre ciudad de “La Madriguera”, entre las miradas de asco y lujuria que provocaban las dos mujeres en su andar.

    -Alguien nos esta siguiendo- Comentó Mairis lanzando una ligera mirada hacia atrás.

    Louis de lo mas normal no volteó y continuó caminando con su postura perfecta y la cabeza levantada, mostrando una sonrisa tranquila –Deben ser subordinados de Don Estribell. Mantente tranquila, hija. Pueden ponerse nerviosos si descubren que lo sabemos.

    Mairis con una mueca le siguió el juego a su amiga, comenzando a caminar con paso seductor, dominando cada paso que daba en la calle –Sabe de esto…

    -Las conexiones que tengo en “La Madriguera” no son por nada. Llevo años conociendo este mundo. Aunque suene arrogante podría decir que conozco la gran mayoría de trucos de estas personas.

    -¿Creí que lo odiaban?

    -Me odian por lo que soy. En los negocios soy algo completamente diferente. No me enorgullece decir que gracias a mí han podido manejarse muchos tipos de tratos. Nunca de mujeres, si moviese hombres me haría cargo de cualquier trata de mujeres. Pero no lo hago, no soy tan valiente, ni tan fuerte.

    -Si le desagrada pertenecer a este mundo, ¿Por qué no se sale de ese tipo de negocios?

    -No es tan fácil, Ma… Xiara. Salir de este ambiente es difícil, a demás, tengo hijas que cuidar y los grandes beneficios de mis negocios vienen de estos hombres.

    -¿Y que hará cuando me encargue de eliminar a todos sus clientes?- Preguntó en silencio. No podía saber si había gente de los Estribell a dos pasos de distancia.

    -Aun no lo pienso…- La volteó a ver y le sacó la lengua –Gobernar yo, quizás.

    Mairis comenzó a reír, sabía que siempre que sacaba la lengua estaba mintiendo. Y continuaron caminando por las calles de Kadamia, sin saber que la única persona que los estaba siguiendo hasta ese momento era Roxana.


    (…)​


    Roxana fue identificando el destino de las dos mujeres. Todo lo que pensaba pronto se hizo realidad en cuanto llegaron a una de las zonas mas ricas de “La Madriguera”, lugar de vivienda de empresarios y mafiosos.

    En el fondo, una mansión de largo terreno y pintura verde se alzaba imponente.

    Los Estribell…

    La bailarina se detuvo justo en una casa que tenia el mismo color que la mansión a unas cinco calles de distancia. Pasar de ahí sería delatarse. Dedujo que Madam Louis y Mairis Hellwell eran invitadas, por eso no se les habían acercado para interceptarlas.

    Así que la zorrita quiere ser dueña del bosque...

    Sonrió Roxana con maldad. Se apretó los labios y regresó por donde vino. Había visto suficiente.


    (…)​


    Dentro de la mansión, en la profundidad de los pasillos se encontraba la gran oficina de Don Estribell. El hombre, un gordo de gran tamaño, fumaba un puro con una sonrisa mientras observaba la vista de la que ahora era su ciudad.

    -Don Estribell, las visitas han llegado- Dijo uno de sus hombres mas cercanos.

    -¡Que pasen!- Respondió con alegría.

    El subordinado abrió las puertas dejando ver la figura de la que consideraba la horrible Madam Louis, pero en contraste detrás del destable hombre se encontraba una joven tan hermosas como las ilustraciones de la diosa misma. La bella vista le animó aun mas y caminó hacia la pareja dando un gran abrazo a Madam Louis.

    -¡Louis!

    -¡Don Estribell! Un placer que nos hayas invitado. Has bajado de peso, hijo.

    -Tan aduladora como siempre, Louis.

    -Solo digo la verdad que nos gusta escuchar- Sonrió Louis levantando las mejillas –Mira, te presento a mi acompañante, Xiara Tamarah.

    -¡Oh, un placer!- Le besó la mano -Roger Estribell, para servirle.

    -Encantada de conocerlo, Don Estribell- Mairis se acercó y dio dos besos a las regordetas y caídas mejillas del jefe de la mafia. Las risa ahogada del hombre no se hizo esperar.

    -Tomen asiento, ¿quieren algo de beber?

    -Una copa de vino, si es de Yak me complacería mucho mas- Respondió Louis al tomar asiento. Volteó a ver a Mairis de reojo y sonrió. Justo antes de llegar a la mansión le había dicho que para convencer a la mafia de un trato siempre es bueno pedir una copa del reino donde nació dicha familia.

    -¡Por supuesto! ¡Sirvienta, traiga el mejor vino de la casa!- Gritó el hombre con mucho animo, mas del que ya desprendia desde un inicio -Se lo traen en un momento.

    Madam Louis asintió.

    Mairis por dentro no podía dejar de reír. Esa mujer sabia lo que hacia.

    -Te tengo una gran noticia, Louis.

    -Digame.

    -Hoy hemos terminado de ejecutar a la ultima resistencia de los Gorlean, ¿No es eso maravilloso?

    Louis con su profesional cara de poker, levantó una sonrisa que quizás ya había fingido un millón de veces –Te dije que funcionaria.

    -Todo de acuerdo a lo planeado, tras la muerte del viejo Gorlean fue fácil interceptarlos para ejecutar a los altos cargos de la familia. Después de eso, sus hijos carecían del talento para mover a todos sus hombres- El hombre tomó una larga bocanada de su puro y lo liberó con la boca abierta en un arco alegre -Es dulce la victoria.

    -Bueno, la victoria de su familia estaba clara. Me gustaría decir únicamente que aceleramos el proceso.

    -¡Y vaya que lo hicimos! ¡Mama esta muy feliz! Me reuniré con ella dentro de una semana. Le prometo hablar bien de usted y de su excelente asesino… Por cierto, ¿quien fue el hombre que asesino al viejo Gorlean?

    -Ningún hombre.

    Don Estribell soltó un bufido que casi parecía de cerdo –No seas ridículo, Louis. Debe haber un hombre, vi el cuerpo, alguien le cortó el cuello.

    -Efectivamente- Les trajeron las copas –Muchas gracias, querida. Que eficiente- Se retornó al gordo hombre –Solo quiero aclarar que no fue un hombre el que lo hizo.

    -Oh…- Una risa fugas atravesó el humo que desprendia –Usted y su gusto de usar mujeres para todo. La pregunta es la misma, Louis, ¿Quién llevó a cabo el asesinato?

    -La merecedora de este buen vino- Levantó la copa para después ponerla frente a Mairis –Mi chica, por supuesto. Xiara.

    La mirada de Don Estribell era como la de alguien a quien le acababan de decir que seria padre. Se quedó quieto por un momento, pero luego sonrió y alzó la voz emocionado -¡¿Usted?! ¡Es una mujer impresionante! ¡Ni siquiera el viejo Mr. Rage fue capaz de saber que pasaba!

    -Gracias, Don Estribell- Agradeció Mairis con cortesía -Fui entrenada en Harbeten. Ya sabe que es un reino en constante guerra, por lo que fue necesario adiestrarme para sobrevivir. Aunque también aprendí unos trucos en Rabithit.

    -¿De donde sacaste a semejante prospecto, Louis?

    Louis tomó la mano de Mairis y sonrió orgullosa -La conocí en la superficie. Me ayudó cuando tuve problemas. Ya sabes, los problemas que siempre he tenido. Ella los liquido en el instante. Tras ver semejante obra no fui capaz de dejarla ir. En un principio el contrato solo era de mesera, aunque estaba esperando poder introducirla a jefa de seguridad junto con Mr. Rage. Ahora sé que no me equivoque en traerla conmigo.

    El hombre reía feliz. Era como si no pudiese creerse que Mairis hubiese sido la ejecutora de Don Gorlean. Tomó su puro y puso sus manos en su barriga –Hablaré muy bien de usted, Xiara Tamarah.

    -De hecho, Don Estribell- Era la entrada de Mairis. Tomó un sorbo al vino y se cruzó de piernas dejando al desnudo su glúteo izquierdo. La tela roja daba generaba una atrevida combinación a la joven. Y pudo ver esa mirada que tanto odiaba en Don Estribell, esa de deseo. Puro y asqueroso deseo –Me gustaría pedir un favor- Tomó un poco de vino haciendo unos ojos coquetos.

    -¿Un favor?- Levantó la mirada hacia los ojos azules de la joven -¿De que habla?

    -Lo que pasa es que yo vine a Kadamia para poder trabajar como la familia Carnot, pero al parecer tienen una política que desconocía: Sus matones solo son hombres. Se que es un gesto dedicado a sus hermanos por parte de Mama, que ella quiere mostrar que toda su fuerza proviene de esos hombres que ella amaba, pero…

    -No, no, no, no, no, Xiara, siéndote sincero dudo que eso pueda ser posible.

    Mairis se tendió en la silla con un gesto triste y levantando el pecho –Esta seguro que no podrá hacer nada. Aunque sea comentarlo, intentar de convencerla un poco.

    -Ammm, ammm, yo, ammm sí, lo comentaré. Lo juro…

    -¡Gracias!

    El hombre soltó un suspiro mientras apretaba sus regordetes labios.

    -Don Estribell, quisiera realizar una oferta- Comentó rápidamente Louis. El hombre la volteo a ver abrumado –Deseo concluir este estrecho lazo que estamos fundando con un evento en mi cabaret. Incluso, tenía pensado en hacer una subasta con mis mejores chicas. Sé que me llamó para llegar a un trato por nuestro trabajo, de mi parte solo quisiera ganar el dinero que sus hombres van a gastar durante el evento.

    La sonrisa de Don Estribell fue la de un inversionista satisfecho -¡Por supuesto! ¡Es una idea increíble!

    -Podríamos hacerlo pasado mañana. Sus hombres podrán recuperarse de su incesante combate a lo largo de estos días…

    Mairis tomó un sorbo a su vino e interrumpió a Madam Louis levantando el dedo indice y volviendo a cruzar las piernas del otro lado –Perdone, Madam. Se me acaba de ocurrir una idea- Con sus apasionados ojos azules hechizó al jefe de la magia que había estado intentando resistirse –No suelo prostituirme, ni bailar en mi trabajo, Don Estribell. Yo suelo ser una mesera- La joven se acerco al filo de la silla. Estribell sintió que era capaz de oler la fragancia dulce de la joven y sintió un agua en la boca -Sin embargo creo que no me sentiría cómoda solo trabajando como mesera ese día… Pienso dar el mejor baile que verá quizás en su vida- Se mordió su labio y Mairis creyó ver una gota de sudor nacer en la frente del gordo jefe –Pero también me prostituiré en la subasta solo para usted. Así no solo me sentiré bien porque Madam Louis recibirá aun mas dinero, sino que así me aseguraré de que hable muy bien de mí con Mama…- Terminó con un sorbo de vino y un levantamiento de cejas.

    Louis miró a Mairis con nerviosismo. Dirigió sus ojos pintados de morado hacia el jefe. Era un movimiento atrevido el querer entrar en una negociación interrumpiendo a los dos principales jefes.

    Mairis en ningún momento tembló y sus rostro de poker jamas desistió.

    Don Estribell, tras unos largos segundos de combate de miradas arqueó su labios y rió feliz -¡Me agrada esta mujer! ¡Estaré esperando el día con ansias, Xiara Tamarah!

    Y Louis solo pudo suspirar en silencio con alivio. Observando el apretón de manos de los dos involucrados con esa escena tan tensa.


    (…)​


    -¡¿Como puedes decidir involucrarte de esa manera?!- Renegó la Madam al abrir la puerta del Cabaret, lanzando su bufanda de plumas lilas a la mesa mas cercana a la entada. Se alborotó el cabello y se giró hacia Xiara.

    -No es para tanto, Louis- Respondió ella con calma –Si seguía con este plan era casi seguro que tarde o temprano terminaría acostándome con alguien…

    -Mairis.

    -Xiara…

    -¡Xiara! ¡Perdón!- Se golpeó la frente y después se mantuvo con el puño en la boca apretando todos los músculos de sus labios –Te sermonaria, pera ya no podemos hacer nada. Te subastaré ese día… ¡Pero necesitamos practicar un baile increíble! Y si me apuras te daré unos consejos que volverán loco a Don Estribell cuando estén en la habitación…

    -Louis.

    -¿Sí?- Preguntó la Madam con unos ojos que irradiaban fuego.

    -Gracias por preocuparte tanto…- Dijo la chica mostrando unos ojos apenados.

    -Guarda tus palabras. Necesitaras energía, porque te haré sudar con la practica de tu siguiente baile, ¡andando, cara de princesa!- Y el hombre se quitó la blusa dejando ver su escuálido cuerpo con un sostén ajustado.

    -¡Xiara!- Apareció el viejo jefe de seguridad -¡Que bueno verte de nuevo!

    -No la molestes Rage- Gruñó la dueña del local -Pasado mañana tiene que dar el mejor show de este local, ¡No puede perder ni un segundo!


    (…)​


    Al día siguiente, durante la noche todas estaban practicando para el evento, a excepción de Roxana, pues ella se encontraba de camino a los terrenos Estribell, jalando de un brazo al atemorizado “topo”.

    -¡Déjeme ir, señorita!- Gruñía con su voz aguda.

    -Eres la única razón que puede dejarme salir de este lugar, topo. Entiéndelo.

    Al entrar al área, el topo chilló. Jaloneó a Roxana una y otra vez, pero la mujer no cedía, tenia unos brazos fuertes. El topo giró la cabeza hacia todas las casas cercanas a la mansión. Ya creía sentir el pitido en sus oidos de las balas atacando su carne.

    Roxana lo revisó de reojo. Vio como una cortina se cerró de pronto y justo después de eso ella levantó la voz -¡Salgan! ¡Tengo algo que decirle a Don Estribell!

    De la nada un hombre apareció a un lado de la mujer y el delgado hacker. Roxana no dio un paso en retroceso por ningun momento. Mientras que el topo terminó por ponerse de rodillas implorando piedad.

    -Señorita, le pedimos de manera sensata que se retire- Comentó el mafioso con una voz gruesa, mientras mostraba el arma que cargaba detrás de su saco.
    -¡No!- Gruñó Roxana y levantó la carpeta -¡Presénteme a alguien de importancia! ¡Tengo algo que mostrarle!


    (…) ​


    El día del evento el local se encontraba lleno de la familia Estribell. Todos bebían y reían a la vez que apreciaban los bellos bailes de todas las damas. Ese dia todas las trabajadoras del L-Love-Cabaret asistieron. Ese día incluso la mayoría de chicas decidió dar un baile, y aunque no todas se iban a prostituir. Muchas si optaron por aceptar la oportunidad.

    En el fondo de los camarotes las chicas estaban moviéndose como abejas en un panal, maquillándose y vistiéndose. De pronto en la puerta apareció Xiara con una sonrisa nerviosa.

    -¡Xiara! ¡Por la diosa! ¡Necesitamos personal y tu llegando hasta esta hora!- Se quejó Natasha, que ese día no solo trabajaría como bailarina, sino que se le había encargado el orden de los eventos.

    -Perdona, Natasha- Sin pensarlo, Mairis llegó hasta su espejó, tomó su red y se puso su peluca negra -Sin embargo estuve mentalizándome para esto.

    -Es normal, este día es incluso mas importante que el que tuvimos con Gorlean. Vístete y comienza a servir en la barra- Respondió la mujer tras dar una bendición a una de las chicas que estaba por salir a bailar.

    -Lo siento, Natasha- Mairis sacó su caja de maquillaje y apretó sus labios para poder pintarlos -Pero hoy solo vine a una cosa- Cada chica dentro de esa habitación se detuvo solo para oír lo que Xiara estaba por decir.

    -¿Qué dices?

    -Soy el evento estelar.

    -¡¿Qué?!- Gritaron todas al unisono.

    Roxana no prestó atención a ello. Todas las chicas se reunieron a interrogar a Mairis. Muchas estaban emocionadas, otras sorprendidas, pero la bailarina de Iglakesh solo sonrió.


    (…)​


    Brandon observaba desde detrás del sillón en donde su jefe y Don Estribell se la estaban pasando muy bien con una mujer en sus piernas. Movían sus gruesos puros y contaminaban el olor de los perfumes de las bailarinas. Ellos reían, como un hombre que lleva mas de cuatro tarros de cerveza. El jefe de Brandon era uno de los lideres de la mafia Carnot en la superficie. Era alguien muy importante y ese día había sido invitado para celebrar la victoria de la alianza entre familias contra los Gorlean.

    Brandon observaba con los ojos perdidos el show de la exuberante Pao. Sí tuviese que ser sincero debía de confesar que no le apetecía estar en ese lugar. Mairis estaba en su mente en lo largo de la noche y todas las noches desde que la conoció. Era curioso, jamas pensó que podía llegar a sentirse así por una persona, ni tampoco tan pronto. Si pudiese reír, abría reído al reflexionar sobre como se burlaba de su hermana cuando decía que se había enamorado en una semana de conocer a su esposo. Ahora sabia que pasaba, habían personas que nacían para conocerse, personas que estaban hechas una para la otra.

    Tengo que ser sincero con ella. Pensó de pronto al observar el entorno en el que se encontraba. Tengo que decirle quien soy. Cuál es mi oficio… Por naturaleza no podemos estar juntos. Ella es una soldado de este reino, yo solo un guardaespaldas, incluso antes de eso un pirata. Si le hablo sobre esto jamas podremos estar juntos… Me pedirá que lo deje, en el mejor de los casos… Pero yo no puedo dejarlo, este es el camino que he decidido para llegar a Mama. Para poder vengarme de lo que hizo… Ella no podría amar a alguien manchado, a alguien que busca un futuro negro.

    El show de Roxana dio comienzo. Era el preámbulo al show principal. Ella salió con una atrevida vestimenta militar que poco a poco fue deshaciendo hasta dominar el escenario en un traje de baño dorado. Elevando su ego hasta el punto de ella misma coronarse en medio del show, seduciendo a todo el publico con unos ojos que te observaban por arriba del hombro.

    En cualquier otro momento tomar esta decisión seria fácil. Sin embargo ahora estoy pensándolo desde hace casi una semana… Eres valiente, Brandon, siempre has sido valiente. Y sin embargo ahora tus brazos tiemblan cuando quieres confesarte a Mairis… ¿Ella vale todo lo que quieres arriesgar? Es el amor de una mujer con el honor de tu amistad. Muchos hombres han cedido, tu solo serias uno mas que decidió tomar la decisión… La pregunta es tonta por si sola, ¡Claro que vale cada momento! ¡¿Desde hace cuanto tiempo no te sentías así?! El solo hecho de que ella te haga dudar demuestra lo mucho que vale.

    Tras finalizar el show, Roxana terminó con una pose de pierna cruzada sentada sobre la ropa militar. El publico entero aplaudió tremenda actuación. Muchos hombres de Estribell se levantaron incluso para dar su muestra de gratitud ante semejante baile. Roxana sonrió alegrada como una reina de primavera. Se irguió y agradeció los aplausos. Todos los billetes de hasta mil Chas en el suelo levantaban su espíritu de reina. La mejor bailarina del local, como siempre había sido… Hasta la llegada de aquella molesta rubia con peluca… Pero bien, ya no importaba. Esa seria su gran noche sin lugar a duda.

    ¿Estoy destinado a tener una vida feliz con ella? ¿Existen las coincidencias? Debí conocerla para dejar atrás este camino… ¿Es acaso que no debo de ser yo quien mate a Mama? Pero no puedo dejar a Elizabeth en un momento como este, peor aun en el momento en el que se encuentra ella… ¿Cómo tengo que lidiar con todo esto? ¿Qué es lo que tengo que hacer?

    Cuando Roxana iba de salida se subió la dueña del L-Love-Cabaret, con una puesta en escena magnifica llamó la atención de todos los espectadores hacia sus ojos. Por respeto a su figura ningún solo mafioso dijo algo sobre el maricón con maquillaje.

    -¡Es un orgullo para mi presentar a nuestra estrella! ¡La que presentará el ultimo show de la noche! ¡Un aplauso todo el mundo! ¡Ella es…!

    Elizabeth me necesita… Mis amigos necesitan que esté ahí por ellos, que tome esa sangre en mis manos… ¿Pero como dejar ir a este rayo de luz que apareció de la nada? Quiero conocer mas a Mairis, quiero hablar con ella, quiero volver a hablar con ella, quiero sacarle muchas sonrisas mas…

    -¡XIARA!

    Por un segundo Brandon se despejó de sus pensamientos para levantar la cabeza. Fue ese nombre, lo recordaba bien, como olvidarlo.

    Todo el mundo aullaba, silbaba y aplaudía.

    Algo le estaba diciendo Don Estribell al jefe. No le prestó atención.

    Eres valiente, Brandon… Lo eres… Y sí eres lo suficientemente fuerte, entonces podrás entender que ella vale lo suficiente para dejar atrás el camino de la venganza… Lo sabias desde que soñaste con ella, solo que habías atrasado tu respuesta... Se vale decidir tener otra vida.

    De entre las cortinas unas piernas largas de color blanco brillaron combinadas con un vestido corto de color blanco.

    Brandon abrió bien los ojos.

    El pecho de la bailarina no se hizo esperar, abriéndose paso con sus manos blancas de largos dedos.

    Brandon vio exactamente como el mundo se lanzó hacia sus ojos.

    Finalmente Xiara se mostró dejando ver un antifaz tan blanco como todo ella. Era como un espíritu o mas bien un ángel caído del cielo. El mundo dentro de esas cuatro paredes enmudeció ante la belleza de la joven.

    Quizás habían sido las dos semanas que Brandon había pasado junto con ella, o quizás una tremenda casualidad, pero esos dos ojos azules que se mostraban detrás de aquel antifaz eran exactamente los que él había visto en decenas de recuerdos, en decenas de sueños, en cada suspiro. La distancia exacta de sus piernas, aquellos brazos ejercitados, esa figura de leyenda… Pudo ver su luz. Nadie mas podía desprender esa luz.

    Mairis…

    El show de Xiara había dado inicio. Su baile esta vez era un apasionante y sensual movimiento de piernas y caderas al ritmo de una mezcla de tambores y guitarras que recordaban a un ambiente tropical. De igual manera, mezclado con un emocionante baile de tubo que mantenía al mundo boquiabiertos ante la pasión de tan dulce rostro.

    Madam Louis se acercó a la mesa de Don Estribell y el jefe Carnot, ellos mismos le habían pedido que llegara con ellos. Para Brandon fue imperceptible, estaba perdido en los exóticos movimientos de la que aseguraba era su amada.

    -Espero que se lo estén pasando bien.

    -¡Maravilloso!- Respondió el jefe de Brandon –Las chicas son maravillosas, la bebida y el alcohol son de primera para estar aquí abajo.

    -¡Estoy muy feliz de oír eso!- Respondió Louis recostando su rostro sobre sus dedos.

    Entonces Don Estribell metió la mano en su saco. La Madam sabia perfectamente que eso era algo malo. Solo había dos razones por las cual alguien mete su mano en el saco, porque va a ejecutarte o porque va a mostrarte algo, que no necesariamente te va gustar.

    -Todo esta muy bien y todo eso, Louis- Sacó un puñado de fotografías y las ordenó en su mano –Louis, hemos tenido muchos negocios tu y yo. Tus chicas siempre son lo que mis hombres desean. Adoramos este lugar. Es como un segundo hogar para todos los hombres de “La Madriguera”.

    Madam Louis ya podía escuchar el “pero” desde el primer elogio.

    -Pero aun así nos tenemos que ver forzados en hacerte esta pregunta- Puso todas las fotografías en la mesa. Louis sintió como el techo se le venia encima –¿Sabes quien es esta joven?

    -Se parece mucho a Xiara.

    Brandon, del cielo se estrelló en la tierra. Volteó rápidamente al escuchar el nombre.

    -Eso es verdad- Respondió el jefe Carnot.

    -No respondiste la pregunta…- Comentó Don Estribell haciendo arder la punta de su puro. Ese puro era como un tercer ojo, uno que te demostraba lo idiota que eras al responder de esa manera.

    -Sí, es Xiara- Respondió finalmente, manteniendo la calma.

    Brandon pudo ver la foto. Sintió exactamente como la sangre abandonaba su rostro dejándolo tan blanco con el vestido de Xiara.

    -Esa es una respuesta acertada, pero a la vez no lo es- Levantó la fotografía –Ella es Mairis Hellwell.

    -¿Quién?- Preguntó rápidamente.

    Don Estribell soltando todo el humo de su puro empujó a la bailarina que tenia en su pierna y se acomodó en la mesa. Las dos bailarinas voltearon a ver a Madam Louis y ella asintió. Por lo que ella se fueron.

    -¿No sabes quien es Mairis Hellwell?

    -Jamas había escuchado de ese nombre, Don Estribell.

    -Pues yo sí- Respondió el jefe Carnot irguiéndose en su asiento –No me extraña que no la conozcas, de hecho Don Estribell poco estaba enterado también sobre ella. Verá Louis, ella es una muy importante soldado de Kadamia, casi podríamos decir que si el Teniente General Morgan Sabbath es la mano derecha del General Yomur, Mairis Hellwell seria el brazo izquierdo.

    Brandon sintió las piernas evaporarse. Ahora todo ese Cabaret no parecía mas que un cuarto negro…

    El jefe Carnot continuó –En la superficie esta niña ha sido un gran problema desde hace muchos meses. No solo le alcanzaba con capturar a nuestros hombres, sino que también se encargó de llevar a cabo una masacre en una de nuestras bodegas de suministros…

    Yo estuve ahí… Pensó Brandon y recordó el lugar con horror. Llegó como un simple transeúnte caminando por un lugar de trabajo, pero pudo verlo, había cuerpos que habían terminado siendo casi cenizas.

    -Hace aproximadamente dos meses dejó de darnos problemas, ahora entiendo porque...- Los tres jefes voltearon a ver a la bailarina. Cada uno con un rostro distinto –Don Estribell, me dijo que ella le salvó durante un ataque contra su persona… No podemos negar que Mairis Hellwell estaba buscando el momento exacto para acercarse a usted. Y si se lo pregunta, no… Nunca se acercó a pedirnos trabajo. Por mas arreglada que estuviese la habríamos dejado peor que carne molida…

    ¡Mierda Mairis! ¡En que te has metido! Gruñó Madam Louis desde muy profundo de si. No… No puedo defenderte en este momento, no puedo arriesgar a mis chias por ti. Eres hábil, se que podrás salir de esto… Pero de mi ya no puedes recibir mas ayuda.

    -No podemos perder esta oportunidad- Gruñó Don Estribell con una mala cara que Madam Louis jamas había visto –La mataremos aquí mismo- Dijo al meter la mano su guantera y tomando su arma.

    Brandon gritó desde dentro. Tenia ganas de sacar él mismo su arma y detener a ese gordo mafioso. Antes de dejar que le metan una bala a Mairis, él lo dejaría lleno de agujeros.

    -¿Qué esta diciendo? ¿Ahora? Piénselo, Don Estribell- Suplicó Madam Louis desesperada –Entiendo su enojo, es el enemigo, pero si ella muriera frente a todas mis chicas, ¡muchas de ellas no volverían a pisar mi escenario!

    -Tranquilícese, Louis. Por favor…- Le calmó jefe Carnot con un gesto solemne y confiado –Ejecutarla en medio de todo este escenario solo arruinaría la noche de sus hombres, Estribell. Ella misma cree que se va a acostar con usted hoy...- Brandon no pudo evitar voltear a ver a Estribell por medio segundo –Seguro quería ejecutarlo también o algo parecido. Peor aun, quizás quería que la llevaran incluso con Mama, para ejecutarla… Dejemos que crea que no sabemos nada. Entrará a la subasta y ahí usted mismo pagará por otra chica. Y cuando llegue el turno de subastarla a ella…- El jefe Carnot señaló a Brandon –Mi subordinado pagará y cuando estén en la habitación la ejecutará sin ningún problema. Es un joven habilidoso, no dudo de que pueda con ella sin crear problemas, ¿No es así, Brandon?

    El joven fue incapaz de contestar algo con el mínimo sentido. ¡Por la diosa! ¡Que es esta mierda! ¡Debe ser una horrible pesadilla! ¡Sí! ¡Debe ser eso, nada de esto tiene sentido alguno!

    Con malos ojos el jefe Carnot marcó el entrecejo -¿Podrás hacerlo, muchacho? No tengas miedo porque es una soldado importante. Es simple, en cuanto se esté desvistiendo le metes tres balas en la cabeza...

    ¡NO! ¡NO! ¡NO!

    El show finalizó y todo mundo estalló de euforia.

    -Por supuesto, jefe- Respondió el joven, con los ojos vueltos neblina. Perdiendo el alma al escuchar sus propias palabras.

    -Excelente- Respondió el viejo mafioso.

    Don Estribell hundió su puro en el cenicero y gruñó con movimientos de papada integrados –Louis, necesito que convenzas al viejo Rage de no entrometerse. Conozco muy bien sus movimientos, en cuanto sepa que atacaremos a una chica se entrometerá… Si no quieres perderlo, ponle su correa.

    -Entendido- Respondió Madam Louis de manera sumisa. Se levantó de la mesa y se fue caminando con paso lento en medio de las ovaciones hacia su mas grande bailarina.

    -Aun no me trago que no supiese nada- Se quejó Carnot –Manténlo vigilado por un tiempo, Estribell. También llama a tus mejores hombres a cuidar las afueras del local, no podemos dejar que esa chica escape.

    -Entendido, señor.


    (…)​




    Mairis disfrutaba su triunfal show con los brazos abiertos. El publico se había vuelto loco con su presentación y exigían a gritos emocionados una secuela. Aunque ninguno de esos hombres le importaba lo mas mínimo, el hombre al que quería impresionar se encontraba en el segundo piso dando unas palmadas apagadas. No lo veía emocionado y eso le preocupaba mucho. Sin embargo lo había hecho bien, lo vio hablando con Madam Louis, quizás no había tenido tiempo de disfrutar del evento… Sí, debía de ser eso.

    En el escenario se mantuvo, recibiendo todos los billetes del publico. Como la indiscutible reina del escenario del L-Love-Cabaret.

    -¡Eso fue emocionante!- Aclamó Madam Louis con emoción –¡La mejor presentación de la noche! ¡Lo puedo notar! ¡Sin embargo la noche es larga y para eso me emociona el dar inicio a la subasta de chicas!- El publico gritó aun mas emocionado. Mairis recogió su vestido y se cubrió su muy revelador traje de baño. Todas las chicas que tuvieron su pequeña presentación y que estuviesen dispuestas a dar sus íntimos servicios pasaron al frente. Dos docenas serian las valientes de atender a su publico. Una por una Madam Louis comenzó a presentar y promocionar a las chicas. Cada una consiguió a sus debidos galanes como estaba pensado, todas a un precio bastante tentador.

    Roxana se encontraba a un lado de Mairis. La bailarina era cinco centímetros mas alta que Mairis, era adorada por su gran altura y sus largas piernas. Ella, vanidosa y arrogante como siempre era, jamas volteó a ver a “Xiara”, únicamente miró al publico con una sonrisa en el rostro.

    -¡Finalmente el plato fuerte de la noche!- Anunció Louis con energía y el publico estremeció al punto de resonar las ventanas -¡Su cabello negro cual noche! ¡Sus piernas que pueden tocar la luna! ¡Esa figura de escultura! ¡Una obra épica entre las mujeres! ¡La reina del escenario! ¡Roxana! ¡Venga un aplauso!- El publico elevó sus tarros, con emoción -¡Empecemos con diez mil Chas!

    Aunque al principió la gente abucheó, pronto se pusieron serios y comenzaron a elevar los precios. Mairis ya lo había visto antes. Mientras que alguien como Jessica o Pao lograban generar doce mil, incluso quince mil Chas, Natasha incluso podía llegar a veinte mil Chas en su mejor día; Roxana no, ella lograba generar números gigantescos en comparación. Una vez escuchó que había llegado a venderse por cuarenta mil. Después de todo el L-Love-Cabaret era un lugar no solo reconocido, sino de importante reputación. Podía darse el lujo de vender a sus chicas a esos precios. Y hablamos de un trabajo de cuatro horas, muchas de las chicas siempre hablaban que había gente que no solía ni durar cinco minutos, a lo mucho una hora, con excepciones como algunos jóvenes; por lo que las cuatro horas que vendía el Cabaret eran mas marcketing que otra cosa.

    Sin embargo ese día, Roxana llegó de nuevo a los famosos cuarenta mil de los que tanto Mairis había escuchado. Era casi seguro que ahí terminaría. Cuando de pronto una mano se levanto en el segundo piso. Para sorpresa de todos los subordinados y las chicas que servían como meseras, Don Estribell había levantado la mano.

    Mairis no entendió lo que estaba sucediendo. Se quitó la mascara para que el hombre pudiese ver su rostro maquillado, pero justo en ese momento, con los ojos como discos Don Estribell dijo con una sonrisa –Cincuenta mil.

    -¡Tenemos cincuenta mil! ¡Señores! ¡El nuevo récord del L-Love-Cabaret! ¡Una gran decisión, Don Estribell! Por favor, Roxana atiende muy bien al hombre.

    -Lo haré, Madam Louis- Ella dio una paso hacia adelante por primera vez junto miradas con Xiara y le mantuvo los ojos alineados. Una pequeña sonrisa burlona apareció en su rostro y después le giró los ojos para desaparecer por las escaleras de la pasarela.

    ¿Qué está pasando? ¿No le gustó mi trabajo? Si es así no puedo contar con su recomendación como Mama… Quizás ni siquiera salga del Cabaret… ¿Pero por qué? No, no Mairis, Madam Louis dijo que se encontraba uno de los jefes Carnot de la superficie, quizás el sea quien vaya a pagar por mi. Sí, sí, si lo hacen así entonces tengo asegurada mi victoria.

    -¡Muy bien muchachos! ¡La chica que tanto han estado esperando! ¡La cálida, brillante y joven! ¡La nueva adquisición de L-Love-Cabaret! ¡Xiara! ¡Iniciemos con diez mil!

    Los hombres dentro del local comenzaron a ofertar como locos. Aunque fue halagador, todas esas ofertas no llenaron a Mairis, ella estaba esperando ver la mano de ese viejo hombre que le miraba con rostro serio. Rápidamente la oferta había subido hasta cuarenta mil Chas.

    -¡Cuarenta mil a la una!

    El jefe Carnot volteó hacia atrás y miró a Brandon, el cual parecía sumamente nervioso -Hey muchacho. Levanta la mano- Ordenó con enojo -Dejemos que se alegre… Ofrece cincuenta mil por ella.

    -¡Cuarenta mil a las dos!

    Mairis, que miraba con añoró el segundo piso, sonrió al ver un brazo levantarse, pero su mundo se desmoronó como una casa de naipes. El aire de sus pulmones escapó por completo dejándola vacía por dentro…

    ¿Qué hace él aquí?

    -¡Cincuenta mil!- Aulló Brandon con rostro decidido, a pesar que por dentro no tenia idea que es lo que tenia que hacer.

    -¡La novata iguala el récord de la reina Roxana! ¡Vendida al joven de la planta dos! ¡A la una…! ¡A las dos…!

    Brandon y Mairis unieron sus miradas. En esos dos ojos existía un dolor intenso, así como una profunda vergüenza, un terror escalofriante y una decepción floreciente.

    -¡A las tres! ¡Vendida al joven de la planta dos!
     
  3. Threadmarks: [ Parte 3 ] Capítulo 41 - La Mujer Más Buscada del Mundo
     
    Aldo MV Gallardo

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    Capítulo 41 – La Mujer Más Buscada del Mundo

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    -16 de Abril de 2900 D.C.-

    Mairis reaccionó cuando Madam Louis le tomó del brazo.

    -Vamos querida. Ya ofrecieron por ti.

    La joven bailarina fue incapaz de contestar. Solo se dignó a seguirle el paso a su amiga. Los silbidos, los aplausos y gritos de todos aquellos mafiosos que se quedaron con las ganas de participar, solo fueron ecos lejanos dentro de la cabeza de Mairis, que miraba como Brandon bajaba de las escaleras cargando un elegante traje rojo con corbata negra. Se miraba tan elegante como hace dos tres noches y sin embargo eso le hacia arder el estomago como si fuese un volcán en erupción.

    Lo vio en la cara del joven que lentamente se atrevió a dirigirle la mirada.

    ¡No pongas esa cara de vergüenza, maldito!

    Sentía unas ganas de llorar subiendo desde su tráquea hasta sus ojos que de manera propia comenzaron a humedecer. No iba a llorar. Muy lejos había llegado para romperse en ese momento. Si fuese mas débil hubiese terminado sin voluntad justo después de dar el primer escalón bajando el escenario.

    Mantener el equilibrio fue duro.

    En el momento en que Brandon le cedió su brazo para que caminara con ella estuvo al límite, por poco le rompe el rostro y le derribaba la sonrisa tímida que tenia en él. Cada segundo de ese pasillo fue tan largo como el pitido de esas maquinas de signos vitales en los hospitales. Largos, taladradores, un pincho en el pecho que no se detenía, casi como si con una aguja le picaran y no contento con ello le dieran vueltas.

    Al final del pasillo se encontraba Mr. Rage, hasta ahí llegó Madam Louis.

    Mairis quería gritar, que fueran con Brandon y lo taclearan.

    En la boca pudo sentir el sabor de una bilis llena de amargura, traición y tristeza. No sabía que haría en el momento en el que estuviesen solos en aquella habitación que se miraba en medio del largo pasillo VIP.

    Desde su lugar pudo escuchar los gemidos de Roxana y la fuerte voz del gordo Don Estribell. Esta vez si pudo sentir como una verdadera bilis le subía por la garganta.

    -Pase…- Le dijo Brandon abriéndole la puerta mientras sonreía apretando los labios.

    ¡¿Qué le pasa a tu maldita cara?!

    Ella pasó dentro. Cuando se vio en el enorme espejo de la habitación captó que esta semi desnuda y Mairis murió de vergüenza a pesar de haber estado antes en esas mismas condiciones.

    No quería sentir vergüenza, ¡No con él! El orgullo se lo rogaba a su corazón que se agitaba violentamente. Solo quería que eso terminara. Sin embargo no sabia como debía de terminar algo así....


    (…)​


    Cuando Madam Louis escuchó el seguro de la puerta donde entraron Mairis y el mafioso, tomó a Mr. Rage del brazo y lo jaló lejos del pasillo.

    -¿Qué te sucede, Louis?- Refunfuñó el hombre con mal rostro.

    Madam Louis no habló hasta haber entrado al almacén de limpieza.

    Adentro Louis y Mr. Rage se encontraban a solo cinco centímetros de distancia entre nariz y nariz.

    -¡¿Te has vuelto completamente loca?!

    -¡Cállate!- Gruñó Louis guardando el silencio –Usa tu magia, Rage, ¿Alguien nos vigila?

    -¿Qué dices?

    -Que revises, querido. Usa alguno de esos hechizos con el movimiento de muñeca que tanto hacen los magos y entérate si alguien nos vigila.

    -¿Qué sucede, Louis?

    -Louis con sus largos dedos comenzó a golpear lo mejor que podía el hombro del jefe de seguridad -¡Tu solo hazme caso!- Le dicto en silabas – ¡Soy tu jefa, maldita sea!

    -¡Esta bien! Cálmate…

    Madam Louis revisó el pasillo mientras que Mr. Rage hacia su hechizo.

    -No hay nadie en el pasillo- Le susurró a Mr. Rage mientras metía la cabeza de nuevo al almacén.

    -Lo sé- Contestó el viejo guardia.

    -¿Alguna pista?

    -Nadie parece estar utilizando un hechizo, ahora Louis dime, ¿qué está sucediendo?

    Madam Louis suspiró recargándose por completo en la pared –No, Rage… No, no, no, ¡NO! -¡¿Qué?

    -Es Mairis.

    -¿Quién?

    -¡Xiara…! Okey…- Respiró y contó hasta cinco. Mr. Rage puso un mal rostro mientras intentaba encontrar paciencia. Terminando de contar la Madam continuó –El verdadero nombre de Xiara es Mairis Hellwell.

    -¿Hellwell?

    -¡Sí! ¡Y no dejes de vigilar!- Sacó la cabeza de nuevo al pasillo, miró hacia ambos lados y todo seguía igual que hace unos segundos –Con este tipo de personas no es posible estar seguros…

    -Me estás diciendo que Mairis tiene el apellido del General Mundial que murió hace… ¿Cuánto? ¿Seis años?

    -Ya van diez… Y sí, ella es su hermana. Todo lo que te dije sobre como la conocí es cierto. Ella me defendió. Yo no sabía que en ese momento que ella era soldado en esos tiempos. Bueno, no era soldado, porque no estaba en servicio, pero tú me entiendes. Así como tampoco sabía que en ese momento ella era la mujer que estaba cazando a la mafia Carnot… Ella antes de entrar me lo contó todo, ella me lo confió a mí, sabía que no era una mala persona. Incluso me contó todo su plan, aunque yo le hubiese advertido que tenía conexiones con la mafia… Es una buena chica, Rage, como creer que ella pensó el asesinato de Don Gorlean.

    -Louis, tranquilízate, déjame entend…-

    Pero la mujer continuó hablando cada vez más alterada –Todo esto era parte de un gran plan que ese rostro angelical ideó. Planeaba volverse la puta de Estribell o Carnot mientras eso le permitiese conocer a Mama, porque… Porque le guarda cierto rencor por la muerte de un amigo, ¡El caso es que Carnot ya se ha dado cuenta de su identidad y me dijeron que la van a ejecutar aquí mismo! ¡Ese muchacho le va a disparar y yo…!

    -¡No, no, no, Louis! ¡No será así, quítate de la puerta!

    -¡No Rage! ¡Por favor no interfieras! ¡Carnot me dijo que te detuviera! Si vas y atacas te van a matar a ti también y yo no puedo permitir eso…

    -Louis- El hombre arrugó su rostro aún más –Sabes que no puedo permitir esto.

    -Todo esto es mi culpa, ¡Nunca debí dejarla entrar aquí!

    -¿Me escuchaste Louis?- Le tomó de los brazos –No voy a dejar que maten a una mujer más… Ninguna de mis chicas es lastimada en mi presencia, ¡NI UNA!

    -¡Ella no es tu chica!

    -¡Ella sigue teniendo ese maldito babydoll! ¡Ella entró a esa habitación con una intensión de dar un servicio y tuvo un baile maravilloso antes de ello! ¡Es una de mis malditas hijas!

    -¡Pero…!

    -¡Nada de pero, Louis! Eres una mujer valiente, manejas este lugar desde hace años, me uní a ti cuando supe que tu darías tu vida por cuidar a tus chicas y ahora me estas pidiendo que deje a un hombre meterle unas balas a una de ellas… Pídeme que mate a cien hombres, pero no que deje que una chica salga lastimada…- Mr Rage tomó el picaporte y jaló la puerta, pero Madam Louis lanzó todo su peso hacia atrás, volviéndola imposible de abrir -¡Louis!

    -¡No te dejare!- Gruñó entre llanto.

    -¡No hay tiempo, Louis! ¡En este preciso momento puede que estén ejecutándola!- Mr. Rage, que era un maestro en magia de sonido, hizo su hechizo de nuevo, pero esta vez dirigió su oído únicamente a la habitación de Mairis. Su rostro cambio por completo, quedando como una estatua de marfil.

    -¿Qué sucede?- Preguntó Louis con temor.

    -Ella… ¿Está sentada? Y él se encuentra en la ventana… Están hablando… Sobre cómo salir del edificio…


    (…)​


    Una vez Mairis pasó a la habitación, Brandon cerró la puerta poniendo la llave. La joven aprovechando el descuido del mafioso activó un hechizo.

    Brandon tan pronto cerró la puerta se giró y comenzó a quitarse el saco.

    No es mago. Cualquier mago dentro de este cuarto fácilmente habría visto ese hechizo rodear toda la habitación.

    -Toma- Le tendió su saco a la chica. Ella sin entenderlo arrugó el entrecejo –Tapaté, por favor- Le indicó en un susurro.

    -¿Qué? No vengas haciéndote el chico bueno conmigo, Bra…

    El joven le tapó la boca con una velocidad increíble. Mairis no sabía cómo sucedió, ¿Se había despistado? ¿Acaso era tan rápido?

    -Mairis, guarda silencio, ¿Qué tan gruesas son las paredes?

    Ella quitándose la gruesa mano de la boca respondió con mala gana –Bastante, no puede escucharse nada de nuestro lado hacia las demás habitaciones, pero si estas dentro del pasillo se escucha un poco.

    -Muy bien- Le volvió a tender el saco, esta vez hablando en un tono normal –Se que debes tener muchas preguntas…

    -Oh, pero si claro que tengo muchas preguntas.

    -Está bien, las responderé todas, pero para ser sincero yo también tengo bastantes preguntas- Sin intención de hacerlo, Brandon bajó la mirada y escaneó de arriba abajo a Mairis. Era un figura ejercitada, de alguien que se ha vivido ejercitando, un cuerpo deslumbrante, pero que no sería utilizado especialmente en pasarelas. Brandon al conectar miradas con la joven se sonrojó. Una vez más levantó el saco, pero esta vez desvió la mirada -¡Perdón!

    Mairis notó claramente lo que había hecho. No podía creer lo avergonzada que se sentía, por lo que tomó el saco en un arrebato y se lo puso. Gracias a la diosa aunque sea le tapaba las bragas.

    Brandon no observó a Mairis vestirse, no directamente, porque observó solo un poco por el espejo. Mientras Mairis abotonaba el saco, él caminó hacia la ventana y observó con cuidado los alrededores –Todavía no se organizan.

    -¿De qué hablas, Brandon? Necesito respuestas ya.

    -Aún tenía esperanzas de que fueses alguien muy parecida a Mairis, pero ahora que dices mi nombre no hay dudas…- El joven dejó la cortina, llevó una mano al bolsillo de su pantalón y la otra al inicio de su tabique. Tras un suspiro comenzó a hablar –Te descubrieron, Mairis. Saben que eres Xiara. El jefe de Kadamia me pidió que te ejecutara.

    Mairis, que tomo asiento en uno de esos sillones Kama Sutra, pregunto desorientada -¿Pero cómo lo supieron?

    -No lo sé. Eres maga, ¿utilizaste un hechizo?

    -Hace un minuto cuando tú…

    -Bórralo. No hay ningún mago en la zona que pueda escuchar nuestra conversación. No al menos aquí abajo y ninguno nos acompañó en la visita.

    -¿Pero para que borro el hechizo?

    -Carnot te mate o no mandaran a algún mago rastreador para inspeccionar el lugar. Si encuentran vestigios de magia, dudaran de mí, ¿Sabes absorber vestigios de magia?

    -Sí.

    -No dejes ninguna huella…- Revisó por la ventana de nuevo y después gruñó entre dientes –¡Mierda! Ya se están posicionando.

    Mairis, que estaba comenzando a limpiar la habitación absorbiendo todo vestigio de magia se giró desconcertada -¿De qué hablas?

    -Carnot preparó una segunda fila para atraparte en caso de que yo no te mate… Están comenzando a rodear todos los alrededores. No estarán preparados por dentro, porque eso causaría pánico y tu podrías descubrirlos, pero ya deben estar alertados…

    -¿Pensaste en algún plan?

    -No… El saber que estabas aquí no me dejo pensar con claridad, fue peor cuando me dijeron que yo te ejecutaría, ¿Tú has pensado en algo?

    -En nada… Estoy rodeada. Parece que no te debo involucrar y tampoco debo involucrar al Cabaret…- Mairis se sacudió el cabello tras terminar de limpiar la habitación de toda presencia mágica y luego caminó hacia Brandon –Soy una coneja en medio de un bosque de lobos…

    -¿Hay unas orejas dentro del closet?

    -Ja ja. No estoy de humor para tus bromas ahora mismo…

    -Sí. Imaginé que no debía de decirlo.

    Ambos se encontraban pegados al borde de la cortina. Aun en ese momento, Mairis sentía un latir cálido al estar tan cerca de él.

    Por otro lado Brandon, se embriagaba del poderoso perfume que utilizaba Mairis. La hubiese abrazado si no pensara que podría romperle el cuello.

    De la nada la puerta se abrió y Mairis en un intento de defensa trató de robar el arma a Brandon, pero perdió en velocidad contra él, confirmando que el joven realmente era habilidoso.

    Si no hubiese sido por el reluciente talento del mafioso, Madam Louis hubiese terminada llena de agujeros en ese preciso momento -¿Qué hace aquí?- Dijo Brandon manteniendo la pistola en aire.

    Mairis le bajó la pistola con prisa cuando vio el rostro de su amiga –Ella es nuestra aliada, Brandon.

    -Ella accedió a matarte aquí mismo…- Comentó Brandon con ojos filosos como cuchillos, negándose a bajar el arma.

    Mairis sin habla dirigió sus brillantes ojos hasta los cansados ojos maquillados de Madam Louis. De nuevo sintió esa bilis subirle por la tráquea, esa bilis de traición que corroe las entrañas -¿Qué?

    -Es verdad…- Contestó Madam Louis entrando a la habitación y cerrando la puerta. Su cabeza estaba agachada, pero su postura firme –Y te hubiese dejado ejecutar, querida. De eso no tengo dudas.

    -Tu…- Gruñó Mairis entre dientes dando dos pasos hacia adelante.

    -No Mairis, mantente detrás de mí.

    -No, Brandon. Dame el arma… yo me encargo de esto- Los pupilas de Mairis se habían transformado en pequeños círculos por los que entraría una aguja. Su rostro inexpresivo causo una terrible sensación en Madam Louis.

    -Hubiese dejado que te matasen, aunque eso significase que perdería a Mr. Rage. No ibas a lastimas a mi familia, Mairis. Eres una gran chica y te he llegado a tomar cariño, pero alguien que he conocido hace unos meses no merece que destruya todo lo que he construido…

    La rabia de Mairis se controló al escuchar eso último. Tenía razón… No podía molestarse tanto por algo como eso. Para empezar, ella misma había confirmado que no involucraría al cabaret.

    -Pero, Mairis… Ahora que veo que hay una salida, estoy dispuesta a correr el riesgo…

    La pareja observaron desconcertados a la vieja Madam. El tiempo estaba corriendo y cada segundo podía arruinar el trabajo de Brandon.


    (…)

    Los mafiosos que estaban esperando en las calles y callejones aledaños al cabaret de pronto escucharon el tronar de tres balas en silencio de la noche. Todos levantaron sus armas hacia la ventana donde podría salir Mairis Hellwell.

    Tras unos segundos de pinchánte calma, la ventana se rompió, saliendo de entre los vidrios Brandon.

    -¡No disparen! ¡Es nuestro compañero!

    Brandon terminó cayendo lejos de los vidrios, pero de igual manera chocando con el pavimento desde tres pisos de altura. El golpe no pareció matarlo, pero por los quejidos que lanzaba seguro había salido herido.

    -¡Mantengan sus armas observando la ventana! ¡Alguien revise a Brandon!- Ordenó uno de los mafiosos, tras ello levantó un viejo radio de gran tamaño y comenzó a hablar –No ha salido, jefe. Lo mejor seria entrar al pasillo.


    (…)​


    Adentro del L-Love-Cabaret ya se sentía un ambiente pesado lleno de miedo. Todas las chicas observaban para todos lados como suricatas en la sabana. Mientras que los mafiosos que tan bien se la estaban pasando ya estaban listos para actuar.

    El jefe Carnot tenía su radio puesto sobre la mesa de cristal. Estiró su largo y flácido brazo, respondiendo con una voz fúnebre –Entendido- Acto seguido se levantó y desde dentro de su saco desenfundó un revolver para meter un tiro al techo -¡Reúnan a las chicas y busquen a Mairis Hellwell!- Ordenó desde el barandal del segundo piso - ¡Y no lastimen a nadie…! Aun…- El hombre se giró metiendo su revolver dentro de su saco y caminando hacia la puerta comenzó a dirigirse a sus guardaespaldas –Estribell se hará cargo, es hora de irnos. Si Brandon fue eliminado significa que necesitamos hombres más capaces para encargarnos de esto- Carnot bajó por las escaleras de seguridad terminando directo en la entrada. Saboreó el mandato de su orden con alegría al ver como cada uno de los mafiosos dentro del local comenzaron a moverse. Salió sonriendo del cabaret, pensando que quizás había una oportunidad de eliminar a Mairis Hellwell.


    (…)​


    Un pequeño ejército de mafiosos se dirigió por los pasillos con pistolas sin seguros y preparados para hacer correr sangre. Abrieron con fuerza cada una de las habitaciones del prostíbulo. Todas las mujeres gritaban horrorizadas al escuchar a los mafiosos entrar.
    En cuestión de un par de minutos el L-Love-Cabaret se volvió un caos.


    (…)​


    Don Estribell salió del cuarto donde estaba teniendo sexo con Roxana, únicamente cargando un arma y sus pantalones, dejando ver la masa enorme que era su panza. El hombre no podía creer lo que veía apenas había abierto la puerta, a lo largo del pasillo cuatro de sus hombres que habían actuado mas rápido que él ya se encontraban en el suelo, completamente desnudos y sin conciencia alguna.

    -Por la diosa…

    -¡Jefe!- Gritaron sus subordinados al llegar -¿Se encuentra bien?

    -Lo estoy. No toquen a la mujer- Ordenó, señalando a Roxana que se cubría con las sabanas –Quiero tres hombres cuidando este pasillo exclusivamente. Tres más síganme y los demás esculquen hasta el ultimo rincón de este maldito lugar.


    (…)​


    Madam Louis caminaba por el pasillo que daba a su oficina y a la guardería del último piso. Cuando de pronto se topó con Don Estribell -¡¿Qué pasó?! ¡¿Por qué tanto escándalo?!

    -¡Cállate, maricón!- El mismo Don Estribell tomó por el cuello a Louis poniéndolo contra la pared -¡Mairis Hellwell escapó! ¡Muchachos, entren a la oficina!

    -¡¿Qué?!- El gesto de Madam Louis cambió dramáticamente –No te atrevas a tocar mi oficina, Estribell- Escupió a regañadientes con la voz mas gruesa que jamás se le había escuchado.

    -¡Cállate, Louis! ¿Dónde esta Rage?

    -¡Oigan ustedes! ¡No entren a mi oficina!

    -¡Responde, Louis!

    -No lo sé, ¿Escuchaste? No lo sé. Estaba conmigo antes de escuchar el escándalo. Dijo que no dejaría que tocasen a sus niñas…

    -¡Mierda! ¡Te lo advertimos Lou…!

    -Mamá Louis…- Se escuchó una voz infantil desde la oficina -¿Esta bien?- Preguntó el hijo de Natasha tomando de la mano a uno de los hijos de otras de las bailarinas.

    Los matones de Estribell voltearon hacia su jefe con rostro nervioso. Cada uno de los hombres se congeló en la entrada sin poder hacer nada.

    -Sí amor. Todo está bien- Dijo Madam Louis con una sonrisa, la cual borró al girarse de inmediato hacia Don Estribell –Si quieres revisar mi oficina y la guardería hazlo, pero déjame estar con mis niños- Braveó la mujer mostrando sus colmillos, como una madre cuidando a sus crías –Si tienes asuntos que resolver conmigo resolvámoslos mas tarde y a solas. Asistiré a donde quieras verme, soy una mujer de palabra.

    Don Estribell hinchando sus ojos y levantando sus labios en muestra de su claro odio soltó el cuello del dueño y con una inclinación de cabeza le pidió que fuese con los niños.

    -Entren con calma a la oficina muchachos, revisen, pero dudo que este tipo haya permitido a Mairis entrar dentro de ese piso…

    Madam Louis no agradeció, solo corrió en dirección a los niños y los tomó a ambos en los brazos dándoles palabras calmadas y reuniéndolos a todos en una pequeña sección de la guardería donde estarían seguros.


    (…)​


    En el sótano del L-Love-Cabaret, Mr Rage y Mairis abrían puertas hasta llegar a una gran habitación llena de tuberías.

    -¿Qué es esto?

    -Hace mucho tiempo este lugar fue una fabrica de limpiado de piedras para la industria minera- Comentó Mr. Rage mientras guiaba a Mairis entre el montón de tubos -Sin embargo las minas de esta sección de La Madriguera dejaron de tener minerales que explotar, por lo que la industria tuvo que cambiar a una sección mas adentro. Yo trabajé en dicha fábrica. Todo el sistema de tuberías esta conectado al drenaje de la ciudad.

    -¿Entraremos al drenaje por alguna rejilla?

    -No. Seria algo obvio…- El hombre se detuvo en una oxidada tubería de gran tamaño –Nadie sabrá por donde escapaste- Mr. Rage abrió una escotilla instalada detrás de la tubería –No siempre hemos tenido tiempos buenos, por lo que Madam Louis y yo ideamos esta vía de escape, por si alguna chica llegaba a tener problemas.

    Mairis observó la escotilla. Era casi obvio que la puerta había sido puesta no hace muchos años, pero al estar pintada del mismo color que toda lo dejas, casi parecía que era parte de ella desde siempre.

    -Toma mis zapatos. No querrás ensuciarte allá abajo- Mr. Rage se quitó los zapatos con una agilidad envidiable y justo después se lanzó por la tubería.

    Mairis se puso las botas, le quedaban inmensas y después se lanzó por el agujero, cayendo en los brazos de Mr. Rage, que la puso con suavidad en las aguas negras –Sígame- Le ordenó, tras prender una lámpara y empezar a correr.

    La caminata duró varios minutos hasta llegar a un lugar con una marca de tiza. Era un simple punto, pero para Mr. Rage fue la señal. Levantó la lámpara hacia arriba y pudo ver la luz de una escotilla –Súbete a mis hombros y levanta la tapa.

    Mairis de manera obediente lo hizo. Viendo la lúgubre iluminación de La Madriguera –Sube. Es un lugar seguro- La chica obedeció. Admiró el lugar, una casa vieja en ruinas en una sección un tanto alejada del cabaret. No podía creer lo lista que era Louis. Tras revisar el perímetro ayudó a Mr. Rage a subir.

    -Este lugar lo compro Madam Louis hace unos cinco años únicamente para poder utilizar esta salida. Oficialmente pertenece a Natasha, podemos confiar en ella, no sabe nada de esto. Solo sabe que le pertenece y que no tiene nada que hacer aquí.

    -¿Cómo es que pensaron en todo esto?

    El hombre reviso a través de una ventana rota. La calle estaba vacía. Esa zona era un lugar muerto. Pocas personas tenían un hogar en ese lugar –Tras lo de mi hija…- Respondió el viejo guardia de manera insípida –Dame las botas y ponte tus tacones. Caminaremos hasta una zona un poco mas concurrida. Todos pensaran que eres solo una prostituta más. Luego te compraremos ropa barata y escaparemos de este lugar. La mansión de Estribell se encuentra al lado contrario, por lo que será complicado que nos encuentren. Una vez arriba te llevaré hasta algún lugar donde puedas ocultarte en lo que las cosas se enfrían.

    -Yo estaré segura, ¿pero y usted?

    -Louis tiene algunos contactos arriba. Huiré en tren, en un vagón de carbón. Hay fuentes que dicen que los trenes Koch pertenecen a los Lebore, fue una especie de compra hace muchos años. Por lo que no habrá manera de que Carnot pueda atraparme ahí.

    -¿Y luego? Carnot lo buscara en cualquier lado…

    -Pequeña…- Se puso los zapatos –No te preocupes por eso… Estaré dentro de los trenes hasta Iglakesh al otro lado del continente. Un tal Onfroi se encargó de limpiar aquellos rumbos… Actualmente Carnot no tiene poder en aquellos rumbos… A demás…- Le tomó de los hombros –Eres una Hellwell, sé que lograras encargarte de Mama. Entonces yo volveré- Le comentó con una sonrisa.

    La joven ya no estaba tan segura de eso. Por lo que respondió con un débil –Sí, es verdad.

    -Muy bien. A caminar.


    (…)​


    Mr. Rage terminó dejando a Mairis cerca de una estación de policías en la superficie. Se quedó con ella hasta tuvieron vía libre para poder entrar, pues desde la cima de uno de los edificios departamentales era fácil ver el movimiento de la mafia Carnot de un lado a otro, cazando principalmente a lugares afiliados al Gobierno Mundial.

    Una vez adentro Mairis pudo observar desde las ventanas de la estación como Mr. Rage se despedía de ella, sin saber si ese ultimo gesto habría de ser un “adiós para siempre”.

    Mairis contactó al General Yomur desde la estación explicando la situación. El ejercito no tardó en hacer movimientos por todo Kadamia para meter a todas las ratas dentro de sus madrigueras. Sus tres mentores respiraron con gusto al ver que la chica lo único que tenia era un ligero roce de una bala en el brazo izquierdo. Al principio entre el trió sospecharon de la ropa que cargaba la joven, pero ella se libró diciendo que solo lo había hecho para despistar a la mafia.

    Durante tres días Mairis durmió en el cuartel.

    No hubo encuentros contra el ejercito a lo largo de los tres días, ni tampoco noticias de que la subordinada del General Yomur hubiese actuado contra la mafia del reino, un respiro de alivio para el ejercito que tenia marcada a la chica como la principal involucrada de la sombra que había estado llevando ataques a Carnot a lo largo de los últimos meses. Finalmente las sospechas terminaron calmándose y se comenzó a sospechar que quizás la sombra fuese el popular personaje de Onfroi.

    La calma volvió a Kadamia al final de la semana. Durante esos siete días Mairis estuvo constantemente vigilada, en caso de cualquier ataque sorpresa de Carnot; que nunca pasó.

    Tras diez días del suceso Mairis por fin fue capaz de respirar sin que el ejercito estuviese viéndola. Brandon parecía estar vigilándola, pues le dejó una nota en su ventana justo cuando el ejercito había disminuido su control. Cosa que la asustó, pues entonces Carnot también podría estar haciendo lo mismo.

    La chica asistió a donde la nota la citaba. Casi se convence de no hacerlo, pero después de todo lo ocurrido en el L-Love-Cabaret parecía que podía confiar un poco en el joven.

    Durante la noche se escapó, creyendo como siempre que nadie la había descubierto, pero Heraclida y Morgan ya no ignorarían estos sucesos, por lo que la siguieron. Mairis a mitad de camino los descubrió, sin embargo continuó.

    Tras llegar a la calle, un concurrido bulevar de grandes casinos y restaurantes exóticos, Mairis se topó con Brandon, gracias a la diosa vestía mejor de lo que solía ser lo usual. Cargaba un brazo enyesado. Ahí ella sintió un poco de pena, únicamente por tiempo se había atrevido a lanzar al joven por la ventana.

    -Mairis- Levantó la mano. La luz de la entrada del restaurante era tan brillante que su piel morena casi brillaba como blanca.

    La chica sin ningún aviso le besó y luego le tomó del hombro. Ambos se vieron a los ojos, ella miró dos veces hacia los edificios, dejando en claro a Brandon cual era la situación. Como dos actores fingieron una charla de lo mas casual introduciéndose dentro del restaurante y perdiéndose de la vista de los dos tutores.

    -¿Quiénes son?- Preguntó Brandon tras introducirse a las salas privadas del local.

    -Sabbath y Heraclida- Respondió Mairis en un susurro -No creo que nos dejen de vigilar, aunque saliéramos de aquí al amanecer. Fuiste alguien muy listo, Heraclida puede tener grandes habilidades con su magia de sonido, pero en un bulevar tan grande y visitado le será imposible escucharnos.

    -De igual manera necesitamos privacidad- Comentó Brandon al parar frente a una de las puertas, hechas de bambú. Entraron a la habitación y Mairis quedó sorprendida al ver que era una habitación con una mesa, parrillas e ingredientes para un bufete personal al gusto del cliente. Con una larga sonrisa el chef les dio la bienvenida y ellos se sentaron.

    Durante la preparación de la comida ambos hablaron con normalidad, como si lo de hace diez días nunca hubiese sucedido. Fue hasta tener sus platillos listos, que Brandon de manera respetuoso pidió privacidad, el chef entendió y dijo que volvería en una media hora si es que se les ofrecía algo mas.

    Con el cerrar de la puerta el ambiente cambio. Todo se oscureció y no fue por algún bajón en las luces del lugar. Mairis se separó de Brandon un poco, apartando la comida tras un brusco cruce de brazos.

    -Tienes que decirme muchas cosas.

    -Tu también…- Respondió Brandon con calma, mientras remojaba su pescado en una salsa picante.

    -Brandon, no estoy de juego. Me mentiste…

    -Corrijo. No te mentí, mas bien nunca te dije a quien protegía como guardaespaldas.

    -¡A un jefe de la mafia! ¡Sí, bueno, es algo que se tiene que decir!

    -Muy bien…- Respondió tranquilo, tras limpiarse la boca -¿Por qué no hablamos de tu planeada infiltración a Estribell? ¿Tu asesinato de Gorlean? Mairis… Planeaste el exterminio de una familia entera de mafiosos…

    Mairis pasando su mano por el cabello le plantó la mano a Brandon para que se callara -Primero vamos por partes, Brandon...- Gruñó Mairis –Voy a relajarme. Perdona, pero el estar de frente con uno de los matones y principales escoltas del jefe de Carnot en Kadamia no me pone del todo cómoda… ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué haces con la mafia? ¿Lo que me contaste de tu pasado es falso? ¿Tienes hermanos en verdad? ¿Tu familia enserio era…?

    -Todo era verdad- Respondió Brandon con una voz seria que congeló la temperatura de la habitación. Mairis por un momento creyó desconocerlo e incluso se planteó el salir del local. El joven le miró a los ojos, estaban penetrando con dureza a los ojos mar de Mairis y su gesto serio solo le respondía que en verdad siempre habló con sinceridad –Cada parte que te conté de mi pasado, por mas pequeña que sea fue verdad… Sin embargo, hay cosas de mi vida que no te conté.

    -Lo noto…

    -Yo también lo noto.

    -Muy bien. Continua.

    -Durante mi vida en Calani conocí a una chica, su nombre es Jean Elizabeth A. Read. Ella se introdujo al mundo de los caza recompensas. Cuando nos mostró a mi y a mis amigos la cantidad de dinero que podíamos llegar a ganar no dude en entrar a los Caza recompensas del Sol. Con el pasar de los años Elizabeth consiguió el suficiente dinero para comprar un barco. Entonces decidimos seguirla. Viajamos por todas las Islas Medias, conocimos el mundo. Ahora trabajábamos para los “Caza recompensas de la Luna”; los que dominan las islas. La 5ta Guerra Mundial apenas ha llegado a este continente, pero en las islas todo se ha vuelto un infierno. Nuk conquistando a Yak, Nuk invadiendo Telete, Unión Sabbatelli interfiriendo en las conquistas de Nuk. La guerra entre Arbal y Vinaria. El Culto del nuevo rey se propagó por todas las islas. La mafia Lebore exterminando o adoptando a todas las demás mafias. “La Nueva Cabeza” hundiendo las flotas del Gobierno Mundial por todos los mares… Tras ver todos estos sucesos, Elizabeth no pudo soportarlo y comenzó ayudar a los pueblos mas débiles. Todos nos unimos a ella. Comenzamos a robar comida y materias primas a buques del Gobierno Mundial, mafias, piratas e importantes mercaderes, todo para dárselos a todos aquellos que los necesitaran… Pronto la tripulación de Jean “Roja” Read se hizo un nombre global y con ello comenzaron a cazarnos. Yo decidí salirme cuando vi la primera recompensa de Elizabeth, yo era alguien importante, no tardarían en poner un precio por mi cabeza. No quería que mis sobrinos supieran de mí como un hombre buscado por el Gobierno... Se lo dije a Elizabeth, me dio su bendición, un poco de dinero, un boleto para un viaje en barco para llegar con mi familia y ya... Hay dias en los que me arrepiento haberlos dejado. Todos mis amigos estaban en el barco, así como tambien se sentia muy bien ayudar a las personas… Y quizás pude haberlos salvado.

    -¿Qué les pasó?

    -Los atacó Carnot. Destruyeron sus tres barcos, pocos sobrevivieron. De mis amigos mas cercanos solo Elizabeth sobrevivió. La razón fue la recompensa por sus cabezas, el Gobierno Mundial elevó su precio con el tiempo hasta volver a Elizabeth una de las mujeres mas buscadas del mundo… El nombre de Jean “Roja” Read se volvió cada vez mas importante. Su vinculo con los Caza recompensas de la Luna se divulgó. Muchos comenzaron a ver a los cazadores como hombres de bien… Todo se intensificó cuando Jean “Roja” Read divulgó en los puertos de Sabbatelli su nombre completo... Esta noticia no salió de Sabbatelli…

    -¿Su nombre?

    -Su nombre y lugar de nacimiento…

    -¿Qué tiene que ver eso con el precio de su cabeza?

    -Ella es…


    (…)​


    Hace dos semanas atrás, por un pabellón de reclusos un trasero se meneaba con gracia por el gris suelo, como si esa fuese una pasarela. Cada criminal masculino, incluso algunas mujeres coreaban cumplidos de mal gusto, que a la mujer solo le resbalaban a través de sus ondulados mechones pelirrojos. Para sorpresa de las mismas escoltas, al llegar a las oficinas, ningún hombre fue capaz de no ver a la belleza del mar. Su rostro pequeño, inocente, blanco cual talco contrastaba con su mirada de “te robare todo tu dinero si me dejas de vigilar”. Esos ojos verdes como el agua del pantano eran densos, como si te hundieras en ellos. Muchos compararon su belleza con la de Mairis.

    Finalmente las dos mujeres que escoltaban a la dama la introdujeron dentro de una sala de interrogación, donde le esperaba el mismo General Kovaldik Yomur. El hombre revisaba un largo historial con calma. Ni siquiera prestó atención a la entrada de la mujer hasta que le pusieron las esposas a la mesa clavada en el suelo.

    -Debo admitirlo, cuando Sabbath me comentó de tu arresto no le creí en lo absoluto.

    -¿No tienen mejores cosas de las cuales encargarse? No lo se, ¿eliminar a Carnot del continente?

    Yomur se quitó los lentes y cerró la carpeta con calma.

    -Oh, esperen, un solo hombre es mas eficaz que ocho reinos y tres Cuarteles Generales.

    Yomur sonrió, pero sus ojos mostraban enojo –Bienvenida sea, Jean Read.

    -¡Op, op, op! Completo, no tenga miedo…

    Yomur apretando la mandíbula, suspiró –Bienvenida sea, Jean Elizabeth A. Read.

    Elizabeth se echó a reír -¡Nombre y localización, hombre ridiculo!

    -Guarde silencio, Read.

    -¡Jean Elizabeth Arcnaik Read!- Aulló emocionada la mujer, volteando hacia la ventanilla oscura y luego guiñando el ojo.

    -¡Dije que guarde silencio, Read!

    -De los Reinos Perdidos…- Comentó Elizabeth mostrando una sonrisa al vidrio, observando su belleza –Espero que estén apuntándolo, allá atrás…


    (…)​


    -¡Brandon! ¡Creí que entendías que no estaba para bromas!

    -Estoy hablando en serio, Mairis- Replicó el joven con calma –¿Por qué otra razón su recompensa se volvió la mas alta de la lista negra?- De nuevo la chica pudo sentir como la atmósfera de la habitación parecía condensarse –El Gobierno Mundial necesitaba capturarla o deshacerse de ella… Mama y la mafia Carnot fueron los encargados de eliminar su tripulación. Ella llegó a la isla donde yo vivía. Me lo contó todo.

    -¿Pero como es posible que exista otra Arcnaik? Bastian buscó información sobre su familia, no hay mas Arcnaik en este mundo. Solo Mike y él.

    -No conozco los detalles, pero ella parece ser la descendiente de una rama antigua de los Arcnaik. Me dijo que durante su primeros años vivió en los Reinos Perdidos, pero tuvo que huir porque alguien fue a buscarlos. Terminando en Calani.

    -¡Es que eso es imposible, Brandon! ¡Nadie ha vuelto a los Reinos Perdidos en cientos de años! ¡No hay nada ahí! ¡El cataclismo los destruyó!

    -¿Estas segura de eso o solo crees lo que te decían los libros del Gobierno Mundial?

    Mairis quedó muda.

    -Eso no es lo que importa ahora...- Se frotó la frente –Puedes creerlo o no… Yo creo en Elizabeth…- Conectó mirada con la joven Hellwell, sonriendo de manera débil –Ella y yo planeamos nuestra venganza contra Carnot hace dos años. Era simple, yo entraría en Carnot y descubriría la localización de Mama. No tarde en descubrir que ella vivía en Frandall. Sin embargo entonces pasó… “El Culto del Nuevo Rey” destruyó a nuestros aliados, nuestra base, nuestros compañeros, nuestras reservas… Nuevamente fui incapaz de hacer algo… Si hubiese escalado mas rápido en jerarquías quizás pude haber prevenido esto. Supe con el tiempo que Mama esta vinculada con el líder del culto… En fin. Elizabeth ha estado reuniendo a los hombres suficientes para poder llevar a cabo nuestro plan, mientras que yo le he mantenido informada de todos los movimientos que conozco sobre Mama y su gente. Teníamos planeado destruir a Carnot, hasta que ella fue atrapada hace dos semanas. Ahora mismo nuestros hombres están esperando por nosotros, pero un ejercito sin líder no puede pelear…

    Mairis, que había escuchado con atención toda la historia de Brandon, logró captar toda las emociones del chico. Podía creer toda la historia, menos la supuesta identidad de su amiga, Elizabeth. Entonces captó que ahora era su turno de hablar y que quizás los motivos que la guiaban a ella ser lo que era puede que no fuesen exactamente tan profundos.

    La pregunta de Brandon se adelantó antes de que ella estuviese lista –De ahí salio “Brandon, el mafioso”- Dijo el joven en tono de broma. Sonriente le preguntó –¿De donde apareció Xiara?

    La joven, viendo el reflejo en su vaso titubeó –Pues…- Entonces se dio cuenta de lo mucho que había cambiado…
     
    Última edición: 2 Febrero 2020
  4. Threadmarks: [ Parte 3 ] Capítulo 42 - La Montaña y el Volcán
     
    Aldo MV Gallardo

    Aldo MV Gallardo Sonríe, amigo mio.

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    Capítulo 42 – La Montaña y el Volcán

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    -18 de Septiembre de 2896 D.C.-

    -Hola, soy Peter- Saludó, mostrando un rostro humilde, como si fuese un niño que lanzaron a este mundo de sangre y plomo –Cuidémonos el uno al otro- Esas fueron las primeras palabras que me dirigió. Aun me sacan una lagrima cuando las recuerdo.


    (…)​


    Con el dolor de su alma se fue. Y sus familiares y amigos la vieron marchar. Ella con una lagrima en las pálidas mejillas. Ellos con un arco negativo en sus rostros.

    No pudo más. Treinta días fueron los que vivió Mairis Hellwell antes de tomar aquel vehículo militar de Kadamia, siendo escoltada por nadie más que el General Yomur.

    Se lo dijo a Martin y Claarn, ellos con las dudas de cualquier padre, aceptaron.

    Mairis les dijo que ya no quería volver a LaneCloud. Su vida había sido un terror incontrolable aquel último mes. Una secuencia de operaciones para Bruno en un intento de salvarle y traerle de vuelta, aunque eso último no fue un éxito. Todos esos días no fueron más que noches sin sueño para ella.

    Junto con Alicia, Mairis visitó a su hermano todos los días y durante una semana no se apartó de su camilla. Bastian le llevaba todo lo que pudiese necesitar y no fue hasta que sus dos mejores amigas la consolaron y convencieron de calmarse, cuando ella decidió volver a su casa.

    Por petición de Claarn los doctores no le comentaban nada sobre el estado de Bruno. Sin embargo esto no detuvo a Mairis a poder investigar, por no decir robar, las bitácoras de los doctores que trabajaron en su caso. Finalmente ella llegó a descubrir los resultados: Bruno no despertaría, no existía manera de que ellos pudiesen hacerlo despertar, tras un peligroso ataque al corazón durante la cirugía de su pierna su cuerpo término por caer en un poderoso coma. Más no era todo, se había tenido que extirpar algunos músculos de la pierna a Bruno, por lo que en caso de despertar seria incapaz de caminar como siempre lo había hecho. Y finalizando con una grave herida en el pulmón derecho que le ocasionaría dificultades para respirar.

    Tras conocer el estado de Bruno, Mairis no volvió al hospital, no salía de su habitación y no habló más que con Claarn y Martin. La única vez que lo hizo fue para pedir el favor al General Yomur de ir por ella, además de un acilo indefinido en Kadamia. Una semana después se fue con Yomur a Kadamia.

    Al momento de partir todos a los que podría considerar familia eran capaces de ver como el brillante rostro de Mairis era solo la sombra de un invierno perpetuo, con nieve de una fría montaña.


    (…)​


    Mairis vivió junto a Heraclida en su departamento, fue la única exigencia de Martin, ya que conocía a la mujer de una misión en sus tiempos de soldados. A demás de haber tenido una aventura con la joven en aquellos tiempos.

    Heraclida aceptó encantada. Sin embargo pasaron tres meses para poder obtener una relación más cercana con la adolecente. A lo largo de ese tiempo, Mairis únicamente se encargaba de tomar sus entrenamientos con Yomur y Heraclida, así como unas cuantas clases sobre belicología e historia militar de Kadamia.

    Fueron noches largas para la chica. La soledad de aquel hueco profundo la introducían en una poderosa depresión que a pesar de comenzar a tomar cariño a sus nuevos mentores, nada era como la voz de padre tierno que poseía Martin o la rudeza y respeto que generaba Claarn. No estaban sus amigas, no estaban sus hermanos. Le hacia falta cuidar a Mike, pasear con Bastian y las chicas… Fue tan difícil cambiar de vida que al final la única decisión que pudo conseguir su joven alma fue el dejar morir aquella parte de si. Se convenció de no volver, de continuar sola, aun que no fuese la mejor decisión, aunque muy profundo de su ser ella realmente deseaba que todo volviese a ser como ante.

    Todos los días pedía a la diosa, aunque en momentos se sintiera tonta de hacerlo; pedía por que al día siguiente despertase Bruno entre las sabanas blancas de su habitación en el hospital… Aunque había días en los que pensaba que la mejor petición era que lo permitiesen descansar.

    Fue así como una noche, durante las ya comunes cenas silenciosas entre Mairis y Heraclida, la niña elogió la blusa de la mujer. Ese fue el primer paso de la chica para seguir adelante.


    (...)​


    El Gral. Yomur gustaba de utilizar a Mairis como un ejemplo para sus entrenamientos. Muchos de los soldados se miraban molestos al ver como una niña era capaz de llevarle el ritmo a uno de los hombres más poderosos del Gobierno Mundial.

    Mairis apenas había conseguido tomarle más confianza a Heraclida cuando de pronto Yomur, frente a todos los subordinados de Sabbath, Heraclida, algunos otros Coroneles y los suyos propios; decidió el llevar a cabo un enfrentamiento entre la niña y él.

    La chica podía escuchar como los hombres murmuraban sobre el enfrentamiento, únicamente los hombres de Yomur conocían de esos enfrentamientos y se narraban como un cuento, una historia creada por el escuadrón #1 de Kadamia.

    Yomur se encontraba en medio del escenario de batalla, un círculo de gruesa piedra blanca con cuatro tuberías, una en cada esquina, por las que fluía aire, fuego, electricidad y agua. El hombre se quitó la camiseta dejando ver su musculoso cuerpo, una masa de músculos entrenados desde hace más de treinta y cinco años.
    Mairis recibió una bendición por parte de Heraclida. La bella mujer se acercó a su oído tomándola de los hombros y le dijo con orgullo –Hazlo sentir nervioso- Le dio un empujoncito, la chica inhalo con calma observando a su maestro, tenia una mirada mucho mas seria de lo normal. Subió los tres escalones hacia el escenario, una vez arriba ambos magos se dieron un apretón y luego cada quien tomo su lugar a contra esquina del otro.

    Todos los soldados presentes se reunieron rodeando el escenario. Atrás unos cuantos tambores de los muchos que se encontraban al fondo de la habitación comenzaron a tocar de manera mas intensa.

    Sabbath subió hasta el mismo lugar y con una bandera de Kadamia gritó con fuerza -¡Inicien!

    Yomur se lanzó como una bestia hacia enfrente. Mairis pudo sentir la fuerza del impulso desde su esquina. Cuando escuchó el reventar del puñetazo de su maestro rompiendo el viento entendió algo muy importante, esa batalla no era como las que habían tenido antes, en esta pelea Yomur enserio quería hacerle daño… Pero Mairis había entrenado con Claarn A. Bohm y él en los entrenamientos era mucho peor.

    Mairis con rapidez comenzó a combatir contra el General dando rápidos golpes que sorprendían al mismo hombre por la fuerza con las que acertaba.

    -Acaso esa niña…- Murmuraban los soldados del escuadrón #1 –Nunca había peleado en serio contra el General…

    Sabbath observaba con los ojos bien pegados en el rápido combate. Analizaba cada movimiento de la joven Hellwell y como esta se enfrentaba de momento al tú por tú contra Kovaldik Yomur. Entonces las palabras de su superior llegaron hasta sus oídos…


    (…)​


    -Esa chica no es normal- Comentó Yomur tras sacar unas carpetas de su escritorio.

    Sabbath que estaba sirviéndose un café, preguntó extrañado -¿De que hablas?

    Yomur se acercó hasta su amigo cargando con aquella carpeta. En ella decía “Secreto” en letras oscuras -Este reporte me lo mando el doctor que la revisó a lo largo del primer mes de su entrenamiento en este cuartel.

    -¿Y que tiene eso?- Cuestionó tomando el folder.

    -Esa niña tiene la mejor salud que jamás haya visto. Sus músculos están perfectamente entrenados, tiene una visión envidiable, un control de la magia de un soldado de veintitrés años de edad, su fuerza esta a la par de un joven adulto y su perspicacia cada vez es más aguda. No dudo que en unos cinco años sea capaz de leer todos mis movimientos…

    Sabbath, observando la carpeta que recién le habían entregado la levantó con rostro serio -¿Y esto es?

    -Son unos reportes que consiguió el Director de medicina de la ciudad. Hace una semana estuvo en un congreso donde se topó con la Dra. Socalo Rotelo, allá en Olimpia- El General Yomur en un instante creó un hechizo revisando toda la zona. Al saber que estaban seguros se talló el rostro –Ese informe que te estoy entregado no es oficial, fue escrito a través de lo descubierto por el Director durante su congreso y una pequeña investigación en la biblioteca global de Olimpia…

    Sabbath abrió de inmediato la carpeta dejando el café a un lado –“Súper Soldados en la actualidad y durante la 4ta Guerra Mundial”- Citó el hombre –Yomur, ¿de que me estas hablando? Los “Super Soldados” fueron un mito de la antigua guerra, bien se sabe que su funcionamiento no pasaba de un soldado con varios años de entrenamiento y…

    -Eso no es lo que importa, Morgan- Volteó a verle –El Director no debería estar pasándome este tipos de informes, no pertenecemos a su área. Sin embargo yo se lo pedí de la manera más grata.

    -Te vas a meter en problemas, Yomur…

    -Esa niña esta desarrollando las capacidades investigadas por el Director. Claro, muchos de los detalles de los “Súper Soldados” son secretos, pero si nos guiamos por los rangos que esta obteniendo Mairis Hellwell en estos entrenamientos todo a punta a una única opción.

    -Me estas queriendo vender que esa niña es un “Súper Soldado”…

    -¿Quiénes son sus padres?

    Morgan desvió su mirada a la carpeta, de nuevo –Nadie lo sabe.

    -Sus padres vivieron en la 4ta Guerra Mundial, Morgan… Los “Súper Soldados” del Dr. Akira fueron creados durante la vieja guerra y los registros privados dicen que perecieron después de la caída del doctor…- Kovaldik caminó hasta su ventana y admiró su ciudad -¿De donde viene Edward Hellwell? ¿De donde viene esta niña? No estoy confirmando nada, Sabbath, esto fue solo una teoría que sacó el Director tras llegar de su congreso…

    -Yomur, por mas que quieras investigar este asunto no lo hagas. No quiero sonar como un paranoico, pero sabes lo que se teoriza sobre la muerte de Erick Blake en Vega.

    El Teniente General solo pudo observar como su superior relajaba los hombros al tomar una bocanada de aire –Lo sé… Mairis Hellwell me intriga, Morgan… Tendré que idear otra manera de investigarla sin involucrarme directamente en estos asuntos… Eres un buen amigo, Teniente.

    -Gracias, General- Morgan caminó hasta donde estaba el escritorio de Yomur y dejó los papeles con cuidado.

    -¿Qué esconde el Gobierno Mundial?- Giró el hombre –Es una gran pregunta…


    (…)​


    ¿Una Súper Soldado o caso estaremos ante una prodigio?

    Todos los soldados lo observaron en primera fila, el enfrentamiento se había intensificado al punto en el que incluso se llegaba a dudar de quien podría salir vencedor. Mairis era rápida como una liebre y Yomur era un oso negro. Cada veinte golpes que lanzaba la chica era uno que lanzaba el General, pero Mairis ciertamente acertaba muchísimos mas de los que acertaba Yomur.

    Ese tipo de combates eran una antigua tradición de Kadamia, se llevaban a cabo para demostrar los progresos de los subordinados, así como también conseguir nuevas estrellas que tarde o temprano se volverían nuevos líderes entre las tropas. Las reglas eran simples, tirar a tu oponente del escenario, derribarlo o hacerlo rendirse, y únicamente podías usar hechizos que estuviesen relacionados con los elementos dentro del escenario. Los ataques no podían ser mortales. Nada más que esas tres únicas reglas.

    Kovaldik, harto de la agilidad de Mairis se dispuso a atraparla. Movió su pies hacia adelante creando unos sellos para levantar tres paredes. Muchos de los soldados fuera del escenario notaron lo que tenía planeado hacer, si después de atraparla lograba un golpe limpio podía derribar a la chica.

    Pero Mairis no era una simple niña, supo de inmediato el plan de Yomur y tan pronto el hombre había plantado su pie para crear el hechizo, ella le bloqueó rompiendo sus runas.

    Sabbath abrió bien los ojos. ¡Espera…! ¡Ella…!

    Heraclida llevó su mano hasta la boca. Solo ha entrenado su magia unos meses…

    ¡Y me esta bloqueando! Aullaba Yomur por dentro con cierta emoción.

    El combate se transformó en un baile de hechizos contra hechizos con manos y pies. Los soldados estaban emocionados, pero nadie se animaba a aclamar a uno o el otro. Mientras que los altos soldados miraban boquiabiertos como la chica era capaz de seguirle el ritmo a su maestro.

    A todos se les escapó el aire del cuerpo al momento de ver como Mairis, aprovechando una minúscula abertura arremetió un estruendoso golpe en el abdomen de acero de Yomur, mandándolo hasta la otra esquina. El General únicamente pudo parar su inminente caída generando una pared en su espalda, levantó los ojos y observó como la niña tomando el fuego de la tubería le lanzaba una ráfaga de bolas de fuegos. Si no se hubiese agachado, el General hubiese caído, pues las bolas de fuego reventaron la pared que el mismo hombre había levantado.

    Es como cuando tuve la fortuna de combatir en esta arena contra Claarn A. Bohm, de hecho esos movimientos, esa manera de pelear, esos reflejos… Admiró a la chica desde el piso, viendo como ella preparaba en cuestión de un segundo otro puño para lanzarlo contra él. ¡Es como si peleara con Claarn A. Bohm dentro del cuerpo de una niña!

    Yomur, atascando sus manos dentro de las piedras de la arena realizó dos hechizos al mismo tiempo. Mairis se percató de esto y brincó de inmediato, pudo ver como la piedra se levantaba en un intento de atrapar sus piernas, pero lo segundo no fue capaz de verlo venir. La mitad del piso de escenario se había levantado bloqueando toda su vista. Ella preparó una barrera esperando bloquear cualquier tipo de ataque que viniese, pero al reventarse la pared pudo apreciar que Yomur no estaba del otro lado. Sin esperarlo, el hombre apareció por su costado, tomándola de la cintura y lanzándola fuera del escenario.

    Pero aun te falta mucho para ser tan fuerte como Claarn A. Bohm...

    Mairis que se encontraba en el suelo aun estaba desconcertada porque había sido derribada. Imaginaba que iba ganar, la confianza del General Yomur iba a ser su mejor apoyo, pero quizás ella había sido la que había estado mucho más confiada.

    De pronto pudo escuchar muchos aplausos venir desde sus espaldas, levantó la cabeza un poco y pudo ver como todo el ejército ahí reunido estaba admirando su gran trabajo en dicho combate. Ciertamente eso le calentó el corazón.

    -Lo hiciste muy bien- Le dijo Heraclida extendiéndole la mano –Te llevaré a que tomes algo.

    La chica aceptó y saludo a todos sus compañeros de cuartel con un gesto tímido, pues no creía que fuese a ganarse un gesto así tan pronto. Heraclida le sacudió la espalda y juntas caminaron hasta la fuente de agua más cercana.

    -Después de esto…- Le susurró Heraclida al salir fuera de la vista de los soldados –Te aseguro que Yomur jamás te dejara ir.

    Y eso levantó una sonrisa en la chica, que después de tanto tiempo, sentía que valía algo.


    (…)​


    Tras volver de beber un poco de agua, y bajo secreto de mujeres, también haber comido un poco de helado por tremenda actuación; las mujeres volvieron. Ahí se encontraron ahora con un evento, que opacaba al llevado por Mairis y Sabbath, aunque ella no lo vio así, sino que sintió mucha mas admiración por sus dos nuevos maestros.

    En medio del escenario se encontraba uno de los Generales de División ondeando la bandera Kadamia con sumo orgullo. En el lugar de combate, Sabbath contra Yomur.

    -Volvimos justo a tiempo- Comentó Heraclida con un ligero tono de emoción –Estas a punto de ver uno de los combates más legendarios que puede ofrecer este reino.

    -¿Enserio?

    -No tienes ni idea- La mujer se sentó en el suelo con la espalda recargada en la pared. Con su palma tanteó el suelo y su joven alumna tomo lugar a un lado suyo –Yomur es hijo de un ex peleador de combates clandestinos en Foraff. Se ha criado en las cayes desde muy pequeño y ha sido entrenado desde que se puso en dos piernas para poder luchar. Cuando era joven se metió en problemas y terminó en la carcel. Tras un tiempo se volvió amigo del jefe de la prisión, el cual mas tarde lo introdujo en el ejercito. Por unos motivos Yomur abandonó Foraff y vino aquí a Kadamia, donde conoció a Sabbath…

    Tanto el General de Kadamia, como el Teniente General del mismo reino se quitaron sus camisas, como si fueran un estorbo. Cada uno comenzó a calentar en su esquina respectiva y mientras hacian sus estiramientos ninguno de los apartó la mirada del otro. Mairis fue capaz de reconocer que esa amigable sensación que siempre cargaban cuando estaban juntos de pronto desapareció, transformándose en una mirada silenciosa llena de orgullo y rivalidad.

    -Sabbath por otro lado es un mestizo. Sufrió muchos problemas, debido a nuestra raza…

    -¿Qué? ¿Son Mestizos?

    -¿Nunca te lo dije?

    -¡Nunca! ¡No lo sabía!

    La mujer soltó una risa –Supongo que me he acostumbrado a mantenerlo en secreto… Cuando la gente descubre que somos Mestizos siempre nos miran con mala cara...

    Mairis, que se encontraba emocionada por conocer un Mestizo bajó los brazos al observar a Heraclida mostrarse tan fría.

    -El caso es…- Retomó Heraclida con un suspiro –Pasa que Sabbath fue adoptado por unos cazadores de recompensas, cuando su hermano cometió un grave crimen, Sabbath dejó a su padre para capturar a su hermano… Morgan y su hermano Jaziel son gemelos, cuando los brujos utilizaron a su madre como catalizador para el experimento Morgan absorbió no solo el alma de un demonio, absorbió la mitad del poder del demonio que entraría en el cuerpo de su hermano. Su hermano es un peligroso asesino, ha ido perdiendo la cordura debido a que no tiene a todo el alma de un demonio dentro y sufre de un apetito voraz por comer humanos… Morgan lo buscó durante años, su hermano atacó un evento de Kadamia, los hermanos pelearon durante un tiempo, pero Jazeil escapó. Tras el evento el Gral. Karal, el líder de Kadamia en esa época, lo identificó y le pidió de la mejor manera entrar al ejercito de su reino. Morgan aceptó.

    La música de pronto comenzó a sonar. Estaba por iniciar el evento. Unos tambores que generaban un sonido hueco comenzaron a retumbar en la sala.

    -Tras unos meses apareció Yomur. Ambos se volvieron amigos muy pronto a pesar de que en esos tiempos Morgan apenas tenía veinte y Kovaldik veintisiete; por si alguna vez has pensado que la edad es un impedimento para conocer a alguien- Le guiñó Heraclida. Los tambores se intensificaron al punto de el ritmo era imposible de contar a voz –Y con su amistad también comenzó una poderosa…

    El golpeteó enmudeció de golpe y el referí bajó la bandera con un grito de guerra.

    Ambos hombres se lanzaron al ataque. El choque de golpes se volvió la nueva música del escenario. Todos los soldados admiraron firmes por fuera, pero boquiabierto por dentro.

    -Rivalidad- Concluyó Heraclida con una sonrisa. Se levantó y con un gritó feroz aulló -¡Destrózalo, Morgan!

    Mairis nerviosa, pues de pronto todas las miradas se enfocaron en ellas dos, observó la pelea intentando entender todo lo que sucedía. Una lucha de honor entre dos poderosos hombres. Los dos hombres mas poderosos del reino.

    Morgan sonrió al escuchar la voz de su amada, con agilidad tomó a Yomur con el abdomen y lo tumbó el suelo destruyendo la piedra del mismo. Sabbath se levantó en el aire con un salto, generando en su brazo un conjunto de aros mágicos, jalando el fuego de la antorcha con la flama.

    -¡Un ataque de ese tipo debe ser suficiente para derrotar a cualquiera!- Gritó de pronto Mairis.

    -No, niña- Se rio Mairis –A Yomur no.

    El General de Kadamia se levantó sin una gota de sudor. Sus ojos pequeños se dirigieron directamente hacia Sabbath, quien no dudo en lanzar su ráfaga de fuego contra el hombre. Yomur logró defenderse de la llamarada creando un panel de gruesa piedra que comenzó a calentar las palmas de su manos. De haber durado un poco más le habría creado unas duras quemaduras.

    La piedra le cegó su visión, por lo que no fue capaz de ver como Morgan caía como un rayo a un lado suyo, envolviendo sus puños en poderosas llamas que desprendió hacia el cuerpo del general.

    En la luchas de magos es necesario mantener una barrera formada por su propia magia, de no ser así el cuerpo estaría inmune a simples, pero poderosos ataques de magia.

    Yomur por su parte pudo sentir como ese golpe que lo lanzó hasta el borde del escenario, le había comenzado a romper esa barrera que le protegía.

    Mairis con los ojos tan abiertos como discos observó como en el rostro del General comenzaba a correr una gota de sudor, a la vez que se levantaba una sonrisa nerviosa.

    -Veras, Mairis…- Comentó de pronto Heraclida. Se notaba orgullosa y un tanto arrogante. Un rostro que no había conocido de ella. Como el de alguien que sabe que a ganado una apuesta, como si supiese que todas las respuestas de un examen estaban bien contestadas –Lo normal en todo reino es que el General sea el soldado mas fuerte, en Kadamia no aplica así. Cada par de meses se lleva este tipo de eventos, a veces incluso al aire libre frente a todo el reino. La pelea mas esperada siempre es esta, “La Montaña contra El Volcán”, le llaman…

    Yomur con astucia puso un pie frente a él.

    Morgan lo sabía muy bien, eso señalaba un hechizo de roca. Estaba listo para contrarrestarlo, por lo que tan pronto observó ese pequeño detalle comenzó generar el hechizo con el que se defendería. Era una batalla de grandes guerreros, como un juego de ajedrez entre dos profesionales; Siempre pensando en lo que hará el otro.

    En el momento en el que el General movió los brazos activando su hechizo de pronto rompió la armonía del mismo, cambiando toda la escritura de sus aros y cambiando el movimiento de sus brazos y piernas a uno del elemento agua.

    Sabbath sintió como el corazón subió hasta su garganta. Su oponente lo había hecho tan rápido y con tal exactitud que no le quedo de otra mas que lanzarse hacia la antorcha con la llama encendida.

    Una serpiente de agua se lanzó con ferocidad hacia Sabbath desde el otro lado del escenario. El teniente fue capaz de llegar justo a tiempo para absorber un poco de la llama de la antorcha y lanzarla contra la serpiente generando una explosión de vapor.

    Yomur, zagas, se lanzó como una bala con el puño preparado para golpear a su contrincante, con el vapor del agua rastreó a la perfección a Sabbath, lo tenía justo donde quería, en el borde de escenario, sin visibilidad, con apenas segundos para moverse.

    Heraclida y Mairis sintieron el golpe de calor desprendido de la explosión, incluso aunque estuviesen en la pared de aquella habitación, a unos quince metros de distancia.

    -¡No puedo ver!- Se quejó la niña.

    -¡Utiliza un hechizo sensorial!- Le ordenó Heraclida, emocionada, con una sonrisa larga en la cara –Escucha bien esto, Mairis. De todos los combates que han tenido esos dos hombres…

    Sabbath recibió el puñetazo de golpe. La potencia de dicho ataque lo mandó de rostro contra el suelo, pero no lo hizo.

    -Morgan siempre ha salido victorioso- Dijo Heraclida –¡Porque él es uno de los soldados mas fuertes de todo el continente!

    El teniente, con una poderosa cantidad de llamas en la mano rozó el suelo, sin llegar a tocarlo. Generó una explosión de fuego en el fin del escenario y se lanzó impulsado hacia adelante tronando su cabeza contra la de Yomur. La explosión de fuego esparció el vapor. Sabbath, aprovechándose de repentino segundo de sorpresa de Yomur por el cabezazo, jaló el viento que salía de la tubería a esquina contraria, el viento arremolinó el vapor y por el repentino cambió de temperaturas ocasionó una explosión que los impulso hacia adelante. A Sabbath, con un puño bien preparado y Yomur hacia el fin de su encuentro.

    La explosión agitó la habitación y descolocó a todos los soldados que observaban el encuentro, siendo empujados por una poderosa ráfaga de aire caliente.

    Todos lo observaron claramente, como el Teniente Morgan Sabbath lanzaba al General Kovaldik Yomur fuera del escenario y de la mismas plataforma.
    El General de Brigada que atendía la batalla como réferi enmudeció ante lo que estaba viendo. Si hubiese apostado por alguien durante el desarrollo del enfrentamiento, habría sido al mismo General. Muchos de hecho, pensaron que ese seria el día en el que acabaría la racha de Morgan Sabbath “El Volcán”. Muchos, pero no Heraclida, que se mordió el labio inferior mientras apretaba con muchísima fuerza los puños. Aguantando su emoción para mantener la imagen de alguien honorable y siempre recta.

    -¡Eso fue asombroso!- Aulló Mairis sin importarle nada -¡Eres increíble Sabbath! ¡El General parece una persona fuerte, pero tu siempre estas en las sombras! ¡Eres como un arma secreta!

    Heraclida no pudo aguantar su risa, ni su emoción tras ver a su joven alumna actuar con semejante fervor, por lo que levantó el brazo hasta su boca y gritó fuerte y claro -¡Lo hiciste muy bien, amor!

    Eso ultimo fue una sorpresa para muchos soldados, que de pronto saltaron a las criticas lanzando decenas de frases entre decepción, emoción y alegría, por parte de la pareja. acercándose a escenario para poder confirmar la noticia ellos mismos como si se tratara de un evento de secundaria.

    El réferi observaba extrañado como todos los soldados de pronto salían de su rígido papel para acercarse con rapidez hasta su lugar. Entre el ruido de las frases de los soldados, pidiendo explicación hacia lo que acaban de oír, como si fue necesario tener que explicarlo, Sabbath se posicionó aun lado de él con las mejillas sonrojadas y tosió un poco para que el hombre lo voltease a ver.

    -El veredicto del combate…- Comentó tomando una posición de firmes con los ojos cerrados.

    -Oh… Cierto… ¡Kovaldik Yomur se encuentra fuera del escenario! ¡Gana el señor Morgan Sabbath!

    Mairis se encontraba dando unos aplausos cuando de pronto la mano de su joven maestra la tomó del antebrazo jalándola hacia el escenario. Ambas mujeres saltaron para estar al mismo nivel de Sabbath y Heraclida soltó a Mairis para poder dar un poderoso abrazo que puso nervioso al Teniente General.

    La joven aprendiz sonrió mientras los veía. Heraclida tan feliz por la victoria de su querida pareja, era como si fuese la primera vez que ganase en uno de esos combates. Eso le parecía algo romántico y lo guardó en su memoria como era debido: Una imagen de Heraclida desasiéndose abrazando a Sabbath, mientras que el Teniente parecía fingir una posición firme dependiente de su puesto en ejercito. Al momento en que muchos soldados suspiraban decepcionados al ver como parecía ser cierta aquella reciente noticia sobre su relación.

    De entre la masa de gente de pronto subió un aura poderosa que generó un susto tanto en la pareja como en cada soldado de aquella habitación. Yomur, desprendiendo un poder rabioso se acercó haciendo temblar el suelo del escenario.

    Sabbath y Heraclida observaron nerviosos al General, el cual de pronto soltó en llanto abrazando a la pareja y replicando el porque no le habían dicho todavía.

    Muchos soldados comenzaron a hacer comentarios sobre la actitud del hombre, pero ninguno despectivo, sino referentes hacia la sensibilidad del General cuando dejaba atrás el uniforme. El ambiente formal del evento desapareció para volverse la introducción a una fiesta de celebración por la pareja. Tal parece que muchos creían que los dos soldados formaban una tierna dupla, y personas como Yomur al parecer siempre cuestionaban el hecho de que no estuviesen juntos. Finalmente uno de los eventos de Kadamia había aparecido y todos los estaban celebrando, levantando a dos de las figuras dentro del reino por los aires en honor a su amor.

    Mairis observó el evento con emoción. Amando cada risa y llanto, cada queja y comentario de aliento. Observando a la pareja comenzando a desprenderse de la formalidad de su estatus para celebrar en conjunto. Fue ahí donde la chica descubrió una cosa: Que realmente le gustaba ese lugar.


    (…)​


    Mairis, como había prometido, volvía de vez en cuando para ver a Martin, Claarn y los chicos. Su primer regreso a casa fue toda una sorpresa para todos. De contrario a lo que esperan ver los tutores, Mairis había regresado tras largos cuatro meses y parecía irradiar un poco de la luz que siempre emanaba.

    La chica encontró el pueblo como el avance hacia su crecimiento. Volver para ella fue un reto que debía de cumplir, lo cual hizo, pero no se podía decir que logró cumplir. Durante sus recorridos con Melissa y Alicia junto con las chicas, o cuando salía a acampar con Martin, Bastian y Mike; los mas adiestrados notaban sin mencionarlo como ella no evitaba voltear hacia norte, pues ahí se encontraba el hospital y mas lejano, las montañas donde Bruno cayó por el acantilado.

    Eso no evitaba las experiencias, pero si se notaba algo extraño al momento de volverse a reunir. Como si faltase algo importante y eso que Bruno usualmente siempre solía pasar a segundo plano en cualquier reunión, pero Mairis lo notaba. Razón por la que tras su cumpleaños trece, comentó a Martin y Claarn aquel deseó de no querer volver a LaneCloud tanto como en un principio se había planteado.

    Claarn y Martin intentaron convencer a la niña por todos los medios posibles. Sin embargo, ella con unas lagrimas en su rostro, temblando en la silla y mencionando en silencio dijo que no podía seguir viviendo en un lugar donde siempre vuelve a ella esas memorias sobre Bruno y Edward. Ya lo había intentado cuando llegó a ellos, pero ya no podía intentarlo una vez más.

    Ante la salud mental de su tutelada, ambos adultos optaron por dejar a Mairis aceptar cuando volver. Pues ellos siempre estarían dispuestos a recibirlos en aquella casa, que se había vuelto su hogar. Después de todo, confiaban en Heraclida y Yomur como maestros más que competentes.

    Cuando Mairis ese mismo día marchó a casa de Alicia junto con Bastian, Martin observaba desde la puerta como se marchaba. Claarn en ese momento abrió su cantimplora y tomó un buen sorbo.

    -¿Hemos fallado, he Claarn?

    Con un sonido de satisfacción, el viejo soldado tapó el recipiente de nuevo y apretó los labios haciendo rozar los bellos de su bigote con su nariz –Sí- Subió por las escaleras –Lo lamento, enserio…

    Martin llevó su mano hasta los ojos, los talló y se giró hacia su casa, hasta que la oscuridad del interior los imbuyó. Cerrando con su magia la puerta.

    Unos meses después, Martin fundó su escuela de defensa personal.


    (…)​


    Aquella noche, su ultima noche en LaneCloud, durmió en casa de Alicia junto con su querido hermano y Melissa, su otra mejor amiga. Ese día observaron las estrellas con calma, comieron unos deliciosos panes acompañados de un dulce chocolate, Bastian contó dos historias de terror que había aprendido mientras conversaba con Kian y Gus. Ni a Mairis, ni a Melissa causaron el más mínimo susto en las chicas, de hecho por el tono tan exagerado las tres chicas descubrieron casi al instante que se trataba de una de las historias de Gus, pero eso no impidió que Alicia se asustase, cosa que enfadó mucho a Melissa, por lo que Bastian no tuvo de otra más que disculparse con las dos chicas, la primera lo perdonó rápidamente, pero Melissa no fue tan fácil y Bastian tuvo que estar el resto de la noche pegado a ella hasta que cayó dormido sobre el hombro de la adolecente.

    Alicia no tardaba en caer. Mientras tanto Mairis y Melissa hablaban sobre el pueblo, cuanto habia sanado de los eventos del festival, su amiga se molestaba al comenzar a hablar sobre las brutas que ahora observaban a Mairis, la joven heroína, pasar entre sus calles. Incluso le comentó que alguna vez una chica se sentía apenada y quería disculparse, pero no encontraba como hacerlo.

    Mairis se mantenía observando las estrellas, meditando sobre lo lejano que veía aquel evento. Y lo poco que había cambiado el pueblo tras él.

    -¿Sí ves aquellas dos estrellas que se ven juntas?- Alicia levantó el brazo con los dedos índice y anular estirados marcando el cielo –Son esas que brillan fuerte.

    -Emmm, eso creo…- Contestó Melissa rascándose su cabellera rizada, intentando moverse lo menos posible para no despertar a Bastian. Con sus ojos siguió el antebrazo de Alicia hasta su uña, haciéndola sentir un tanto nerviosa –¡Sí! ¡Las veo! Aja, luego…

    -¡¿Enserio?! Bueno, ahora sigue mi dedo…- Alicia movió su brazo hacia la derecha en una perfecta línea recta.

    Mairis, que se notaba ausente, a pesar de estar a menos de medio metro de sus amigas, las observó con los parpados un tanto caídos y un gesto un tanto apagado, irregular en ella, como lo consideraba el gran porcentaje de las personas que la conocía.

    -Y llegas a este conjunto de estrellas- Comentó Alicia de pronto. Melissa le había seguido perfectamente, poniendo su cabeza en una posición cercana al cada vez mas grande pecho de Alicia –Una vez aquí, lo que haces es cerrar el puño, dale la vuelta, y abre tu palma, donde estén tus cinco dedos marcará las cinco estrellas que forman la constelación “Pétalo de Julieta”.

    -¡Wow! ¡Es verdad! ¡Si sigues las estrellas hacia abajo, parece el tallo de la rosa!

    -Así es- Alicia observó como Bastian comenzaba a moverse en el regazo de Melissa y poniendo su dedo sobre sus labios la chica entendió que debía de bajar el volumen de su voz. Por lo que Alicia continuó –Esa constelación también se llama “Rosa de vino”.

    -¿Y eso por qué?

    -Bueno, dice la historia que existen dos razones por las cuales se les llamó así. La primera dice que un astrónomo estaba revisando el cielo y encontró en el cielo la forma de la rosa, en Sabbatelli es bien conocida la “Rosa de vino” porque solo nace en sus grandes montañas. La relación que le aportan es el del perdón, el amor o la evolución del espíritu. Ya que estas rosas suelen tener las puntas de los pétalos rojo, pero todo lo demás del pétalo es blanco. Sin embargo, si las cortas se tornan rojas por completo con el tiempo.

    -Demonios, Alicia, ¿De donde diablos aprendes tantas cosas, niña?- Dijo Melisa con cierto asombro el rostro.

    -Bueno, leo bastante en mis tiempos libres- Respondió risueña.

    Mairis, para sentirse más en cercanía decidió integrarse a la conversación -¿Y la segunda razón por la cual se llaman así?

    Ambas chicas se mostraron contentas al escuchar a Mairis hablar después de varios minutos –Bueno, esa historia suena mucho mas como un cuento para niños, pero dice que un príncipe de los Reinos Perdidos que estaba perdidamente enamorado de una joven de otro reino, el día de su proposición de matrimonio le pidió mirar la constelación durante una noche de aurora polar. La chica se llamaba Julieta.

    -¿Enserio? Vaya, yo quisiera que alguien me propusiera matrimonio así de bonito- Respondió Melissa mostrando un puchero. Y observando a Bastian, por alguna razón aparente.

    Alicia soltó una risa silenciosa –Vamos, aun somos jóvenes para pensar en esas cosas.

    -Pues sí… Pero me dirás que nunca te has preguntado que clase de mamá serás.

    -Bueno, sí, pero…

    -Nada de “pero”. Es lo mismo, si piensas en ser mamá, primero piensas en casarte también… A no ser que pienses en ser mamá sin casarte, ¡pequeña traviesa!

    -¡Eh! ¡No, que dices! ¡Claro que pienso en casarme algún día antes de hacer… eso!- Aclamó con cierto nerviosismo y sonrojada hasta las orejas.

    Mairis con suavidad puso su mano sobre el hombro de Alicia –Tranquila, Alicia, te entiendo. Puede que el padre de tu bebe muera por una enfermedad.
    -Gracias, Mairis- Respondió aliviada, la joven de los lentes grandes –Sí, Melissa, todo puede pasar, estamos en guerra y puede que mi esposo sea un valiente soldado que…

    -Aunque también puede que solo hayas sido una de las tantas chicas de puerto que hay cada año- Interrumpió, Mairis de pronto.

    Melissa comenzó a reír tapándose como el brazo, casi como sí fuese a estornudar.

    -¡Mairis! ¡No! ¡No lo creo para nada!- Bastian se giró en las piernas de Melissa posando la cabeza observando hacia el ombligo de la chica, tirando el suéter con el que estaba tapado. Alicia solo soltó un chillido al darse cuenta de lo fuerte que había respondido.

    -No te preocupes- Vaciló Mairis, meneando su mano de arriba hacia abajo –Duerme como un oso- Le dijo a Alicia, mientras Melissa refunfuñaba con Bastian sobre lo batalloso que era y como se resfriaría. Poniéndole el suéter de nuevo como una cobija.

    -Pero ya hablando enserio- Retomó Alicia, volviendo a mirar las estrellas, tan lejanas como el futuro –Antes que ser madre, o esposa de alguien, quisiera tener mi propia florería o ser la dueña de alguna panadería, como mi padre.

    -Ahh, claro- Gruñó Melissa –Con lo que me gustaría ser maestra o escritora.

    -¡¿Escritora?!- Exclamó Mairis.

    Melissa le guiñó un ojo.

    -Yo estuve igual de sorprendida cuando me lo dijo.

    -Pero que poca confianza me tienen, enserio. Esta bien que no tenga las mejores notas, pero tampoco es para tanto.

    -Bueno- Respondió Mairis entre unas risas apenadas -Hay que confirmar que eres las más ocurrente de entre las tres… ¿Pero escritora? ¿De donde salió eso?

    Con un suspiro Melissa comenzó –Bueno, me apena… Tras lo de GrayLagoon comencé a tener muchas pesadillas…

    -Yo también.

    -Ya somos tres.

    -Lo imagino. Eran horribles… Se lo comenté a mi hermana un día y ella me recomendó escribir un diario, para tener la cabeza ocupada antes de irme a dormir. Así estuve durante varios días, hasta que de pronto un día escribiendo algo sobre una travesura que hizo este chico pelirrojo con unos niños…- Soltó una pequeña risa alegre –Comencé a deformar la historia. Solo un poquito. Y de pronto había escrito algo completamente diferente, ¡Me emocioné! Al día siguiente comencé a preguntar cosas sobre escritura a la profesora. Hace poco incluso saqué un libro sobre gramática, porque tenía una ortografía horrible- Comentó al momento de sacar la lengua rascándose el cabello.

    -Es verdad, yo la acompañé a la biblioteca por el libro. La seguí por toda la biblioteca, porque no lo podía creer- Dijo Alicia, justo después soltó una delicada risa, tapándose la boca.

    -¡Eso es increíble, Alicia!

    Ruborizada, algo extraño en Melissa, respondió ante la energía de su amiga -Basta, basta, tampoco es que haya escrito algo todavía, al menos nada tan largo como una novela todavía no.

    -Algún día lo harás y será increíble.

    -Gracias… ¡Pero oye! ¡No quiero ser la única a la que alaguen! ¿Qué quieres ser tu?

    Mairis abrió los ojos como un par de picaportes y apretó los labios al darse cuenta que antes todo parecía claro, que la respuesta era sencilla, sin embargo comenzaba a dudar si en serio era algo que ella deseara –Ammm- Soltó una risa titubeante –No lo sé…

    -¿Una soldado?

    -Sí. Ósea… Es lo que siempre he pensado, pero…- Sintió como por sus manos de pronto corría una sensación de cosquilleó que la forzó a frotarse los dedos –Cuando pienso que quiero ser una soldado pienso en Edward… Y pienso en aquel día… Pienso en Bruno y como es que me siento justo ahora, así como me sentí hace cinco años. No me gustaría un día simplemente no volver y dejar a todo el mundo con un dolor en el pecho esperando por mí cuando yo… Cuando yo no voy a volver. Quisiera ser otra cosa, de veras que quisiera serlo, pero cuando pienso en quien soy y para que soy buena solo puedo pensar en la guerra. Es como si hubiese sido moldeada para ello. Todos los eventos de mi vida, mi estudio, mi mayor talento va dirigido hacia ello… Y no puedo evitar pensar en todo el trabajo derrochado que se generaría si yo de pronto dijese, no… Ya no quiero estar aquí. Quiero tomar el timón de mi futuro, pero no se puede porque me convenzo a mi misma de que si doy lo mejor de mí siendo soldado algún día podré dejarlo, para ser lo que quiero, pero tengo miedo del tiempo que eso pueda tardar, o si pasará…

    Alicia envolvió a Mairis en un fuerte abrazó a menos de la mitad de aquel discurso tan interno. Y la pequeña soldado se quedó callada durante el abrazo, mientras que dentro de su cabeza continuaba su discurso hasta terminar en un blanco total.

    Mairis no se despidió de ellas después de ese día. Ni de Bastian, Mike, Gus o Kian. De hecho, Claarn ni siquiera fue capaz de ir a despedirse. Por lo que Martin fue el único que la observó marchar, tenía los ojos cristalinos, apagados, decepcionado de el mismo como tutor y padre, pero la chica no lo sabía.

    Fue así como Mairis tomó rienda hacia Kadamia. Hacia un lugar donde la prepararían para un trabajo que ella no sabía si quería del todo, pero que sentía mucho mejor que estar en aquel pueblo donde cada calle y cada esquina le recordaba el rostro de Bruno.
     
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