El juego

Death Note no me pertenece y escribo de el sin animo alguno de lucro

"EL JUEGO"

--Este es el juego-- exclamo Near con amabilidad mientras extendía frente a el ambas libretas. En medio de toda esa oscuridad apenas podía distinguir la figura del niño que tenia al frente, si no fuera porque estaba metido en su eterna pijama blanca, no podría ver su contorno tan inusualmente familiar para el incluso con haber transcurrido ya dos años luego de su ultimo encuentro.
--Quien averigüe primero el nombre del otro: podrá escribirlo en la libreta.
Mello retrocedió un paso instintivamente, asustado por las frías palabras del detective, su mente lucho por descubrir el plan oculto de su rival pero en vez de eso solo hallo turbación en sus pensamientos, una profunda sorpresa que le recorrió el cuerpo como hiedra, envenenándolo con su sobresalto como una.
--Ambas libretas pertenecieron a dos shinigamis los cuales han muerto—prosiguió con sencillez—esto significa que ninguno de nosotros podrá hacer algún trato que nos permita conocer el nombre que buscamos de manera mágicamente instantánea. Dependerá solo de nosotros.

Extendió su nívea mano para rozar con los dedos la cubierta de uno de los cuadernos y enviarlo por el suelo deslizándolo hasta los pies de Mello, pero este ni la miro: tenía su contrariada azul mirada fija en Near, en su indiferencia tan causal ante lo que proponía.
--Esta es la tuya, si no estas convencido de que sea real escribe un nombre en ella, el que elijas esta bien para mi—se torció el cabello el cabello como solía hacer siempre, miraba el suelo como si aquello fuera mas interesante que la expresión sobresaltada del otro, como si ignorara la gravedad de su solución tan ruin y criminal, quizás al mismo nivel que el mismo Kira…o, quizás no. Tal vez Near actuaba tal y como L, como el verdadero L actuó una vez justo antes de morir: probar la autenticidad de la libreta de muerte usando un criminal como conejillo en un macabro experimento.
Pero no tenia sentido, Near estaba consciente ya de la autenticidad de tan mortífera arma, había visto a un shinigami tal y como Mello había hecho ¿Qué trataba entonces de probar?
Impaciente por la poca disposición de Mello, Near alzo sus vacíos ojos negros para fijarse en los desconfiados de su compañero, por fin este se agacho para tomar con su mano enguantada la libreta. Al simple roce de sus dedos con la portada negra sintió recorrer por su cuerpo la heladez del ambiente, el aire se le antojo de cemento, un oxigeno tan pesado como roca misma, cortándole el aliento por un momento.
Sin embargo, pese a descubrir esta nueva sensación de temor, también supo que era simplemente el hecho de volver a poner una de sus manos cerca de esa libreta, otra vez. Un arma tan inesperada y mortífera, tan real y peligrosa, el arma de muerte de Kira, su instrumento de justicia y la justificación a millones de muertes, entre ellas las de L, e indirectamente la de Matt.
--¿A que coño estas jugando?
--Ya te lo dije—volvió a desviar la mirada—Es un simple juego, una prueba, Mello. Puedo poner bajo tu cargo a un grupo de agentes si lo deseas.
--No los necesito.
--Entonces debo suponer que has aceptado—otra vez esos inexpresivos ojos lo atravesaban.
El único sonido que ambos podían escuchar era el de las gotas al deslizarse por las tuberías, resbalar lentamente por estas como si de llanto se tratase, y lanzarse suicidamente hacia el precipicio solo para estrellarse contra el suelo, rompiéndose en mil fragmentos de agua. Repiqueteo constante de gotas, latidos constantes de corazones, de dos vidas amenazadas de muerte por la propuesta demente de un aclamado detective.
Dependía su vida de lo que dijera, jugarse en una tétrica ruleta rusa, tratar de adivinar la mejor defensa de Near y también su más grande debilidad: su nombre.
Era un contrarreloj chocantemente tentador, una propuesta psicópata para jugar a ser Dios una sola vez, la única que se necesita para cambiar el curso de la historia. Todo dependía de lo que dijera allí y ahora, dentro de la caja amarilla, el mismo lugar donde el mismo Kira había sido descubierto hace dos años, donde había firmado su sentencia, no, mentira, lo había hecho desde el momento de escribir el primer nombre, condenado a la eternidad vacía de la nada, tal y como Mello podría hacer, hasta la eternidad.
¿Lo valía?
No respondió, se dio la vuelta dándole la espalda a Near, llevándose consigo su propia condena, su maldición, su arma, su ficha principal en esta nueva partida, la ultima. Su propia Death Note.
-Mello—le llamo haciéndole detenerse a punto de salir.
--Near.
--Me pregunto quien ganara—su normal tono indiferente y frio sonó bastante cruel tratándose de jugarse las vidas.
--Adiós, Near.
--Mello, siéntete libre de escribir mi nombre…si lo averiguas.
Y la puerta se cerro tras Mello.
Si lo pensaba con calma, no había razón para sorprenderse de la actitud de Near, tampoco de su petición, era algo normal, tenia que suceder tarde o temprano. Era cosa de tiempo solamente, al fin la bomba estallo, y la explosión los iba a arrastrar a ambos, inevitable.
La ultima prueba ya, no tenia que ver mas como Wammy’s Housea, oh no, esto era el final, su final compartido. Una ultima partida, un acertijo como los que Near soluciona, una clave de videojuego como los que Matt resolvía en vida, un plan maestro como el que Mello siempre dedujo la verdad: solo uno puede ser el sucesor de L, solo uno. Esta era la decisión final.
Trabajaron indirectamente juntos en el caso Kira, sin planearlo frente a una mesa o un computador lo habían logrado, Near había usado los actos de Mello, el secuestro, obligar a Kira y a sus aliados a cometer el error que los pondría frente a la muerte, todo sin necesidad de hablarlo, no era necesario ni en ese entonces ni ahora. Near siempre lo supo, tal y como Mello: juntos igualan a L, juntos superaron a L. Pero no podrían trabajar juntos jamás. Solo sucedió una vez, y casi pierde la vida en el intento, aunque en realidad perdió mucho más que eso en tal hazaña.
No había marcha atrás, la prueba final estaba aceptada ya, no mas disputas por ser el nuevo L, el verdadero sucesor, ya no mas, ambos están cansados de ello, Mello tampoco lo soporta, por fin sabrán quien merece ser el numero uno, eliminando a su competencia, usando un arma sucia pero ideal para ello. Convertirse en Kira por una buena causa, Mello soltó una risotada mientas seguía caminando, ser un asesino nunca será por ninguna buena causa, ser L tampoco, ni ser N o M…al final son solo ellos, jugando el turno decisivo.

La marmórea mano de Near se movió con lentitud hasta la libreta jalándola con los dedos hacia si, la recogió con calma para meterla bajo la camisa de su pijama. Se puso en pie y avanzo suavemente hasta donde Lidner y Giovvani lo esperaban, se detuvo volviendo atrás los ojos. Con la mirada perdida en si mismo retrocedió unos pasos, al parar su avance se agacho sobre el suelo buscando en sus mangas las marionetas que el mismo fabrico, los muñecos que le ayudaron a explicar sus teorías tantas y tantas veces.
Miro primero el suyo, repasando los ojos saltones del muñeco y luego dejándolo en el piso frio mirando hacia donde Mello había desaparecido. Busco de nuevo en su pijama sacando esta vez el muñeco de su rival. Sus ojos no perdieron su frialdad mientras repasaba con sus dedos las líneas de la expresión socarrona de Mello, tocando la cicatriz que le dibujo en la cara, tratando de ser lo mas parecido a su verdadero rival. Bajo la mirada con un suave e imperceptible suspiro y luego dejo el muñeco justo frente a su propia marioneta, enfrentándose mutuamente con las miradas. Sin alzar los ojos se puso en pie y se dio vuelta para dejar tras de si la representación de la eterna batalla entre ambos, allí sumidos en una fría oscuridad, ocultos en el pasado, allí donde ambos descubrieron a Kira, a Light Yagami, el único caso en el que pudieron trabajar juntos, el caso que marco sus vidas.
--Adiós, Mihael—murmuro Near mientras se alejaba de ambas marionetas.

Mello levanto los ojos al cielo, la tarde estaba pardeando ya, la noche se avecinaba inevitable y amenazante. Se cubrió la cabeza con su amplia capucha y siguió andando por los desolados muelles.
--Adiós, Nate.

 

“Near”

--Near, Takada ha sido secuestrada—la voz de inmediato te llamo la atención. Volviste tus vacíos ojos negros a Rester, su expresión podía decírtelo todo sin palabras: tu temor, tu sospecha, toda tu investigación recibía el empuje necesario, él lo estaba haciendo ¿por ti? ¿Por el mundo? No, lo hacia por el mismo, en su obstinación a vencerte.
Le comunicaste a Light, el usurpador de L, que no era culpa tuya tal como el niño que en realidad eres, no podías, sin embargo, hacer mucho para detenerlo, Mello no iba a dejarte de todas formas.
Las piezas se invirtieron sin que pudieras evitarlo, tu rival movió el tablero para exponerse a si mismo, ocupar el lugar del peón en tu juego de ajedrez, poniendo su vida en manos del rey negro, del más temido asesino: Kira. Dándote tu jaque mate, convirtiéndote en el rey blanco, no, en la reina, la ficha más peligrosa. No hubieras podido sin el, lo sabes, lo supiste todo el tiempo.
¿Qué tan rápido pudo tu mente trabajar en ese instante? No oías ninguna de las palabras que te decían, la turbación fue demasiada en tu conciencia en ese momento, tu propio nombre te pareció ajeno y lejano, las luces de las computadoras te lastimaron la mirada, se te antojaban lastimosas ¿no es verdad? El piso frio hizo correr su heladez hasta congelarte el corazón por primera vez, todos tus infantiles juegos perdieron sentido, no había nada que llamara tu atención, todo tu mundo se redujo a la marioneta rubia. Casi podía oír el latir de tu corazón en medio de tu propia desesperación. Palpitar a palpitar, tus ojos se llenaron de algo más: miedo.
Perturbación que se abrió paso por tus sentidos hasta congelar tu raciocinio.
Tu investigación pendió de un hilo, de la cuerda única, solitaria posibilidad de ganar, el mundo que pretendías salvar no lucia tan importante ahora ¿eh, Near?
No oíste ni mis llamados, ni los de Rester o Giovanni; ¿Dónde quedo tu valentía?
Apenas pudiste ponerte en pie, sintiendo por primera vez en toda tu vida que aquella holgada pijama no era del todo cómoda, nunca vio nadie moverte con tal torpeza, atravesando tus propios escenarios de inertes muñecos, aceptando que no eran mas que inútiles juguetes tuyos, parte de tu renegada humanidad.
Una sola pagina era todo lo que necesitabas, la única hoja que le ordenaste a Giovanni robar de la libreta de muerte ¿Lo harías? ¿Te atreverías a hacerlo? ¿Cometerías el mismo error que Mello obliga a Kira a cometer?
No, algo más te incitaba. No querías ver caer a Mello a manos de su mutuo enemigo ¿era eso? Buscabas salvar su honor, puesto que al fin y al cabo era la última pieza de tu rompecabezas, la respuesta a tu acertijo. Lo necesitabas tanto como el a ti, pero era mas valiente.
Nunca te vimos tomar un lapicero hasta ese momento, no, tú y tus juguetes que te rodean como si fuera la única compañía real que necesitaras, como si al final ninguno de nosotros como agentes bajo tu mando, como detectives, no, ni como humanos, te importáramos. No, porque no somos como el, Mello.
¿Qué tanto puede sentir una persona vacía? ¿Lo suficiente para matarlo tú? Pues lo hiciste.
Escribiste su nombre ¿Cómo y cuando lo averiguaste? Nadie se atrevió a preguntarlo.
--¿Qué haces, Near?—Rester pudo fácilmente evitar lo que hacías, después de todo, eres un niño. Pero quizás, estaba más ocupado en comprender tus acciones, en tratar de salir de su propio asombro.
Trazo a trazo su nombre fue escrito.
“Mihael Kheel”
Contemplaste tu obra ¿Cómo sabias que Kira, Light o Takada lo escribiría, quizás incluso X Kira? No tenias certeza, pero lo sospechabas, tenias que tomar el riesgo de que funcionaria, era el suicidio de Mello, no, era su vida, salvaba tu investigación, y de paso tu propia vida, ganaba abriéndote el camino al triunfo.
Recorriste el papel otra vez, con rapidez rasguñaste la blanca superficie especificando la fecha y muerte, día, mes, año, minuto, segundo, con una exactitud exagerada. Con una inesperada rapidez, rogándote a ti mismo la velocidad necesaria para escribir la ultima letra antes que Takada o Kira mismo, tener la suerte necesaria ¿Tu, Near, jugando al azar? ¿Cómo pudo suceder?
Le salvaste la vida pero lo condenaste también.
“Mihael Kheel”
El único nombre que escribirías en esa libreta, en un pedazo de ella, la única vez que te atreverías a ser Kira.
Esos recuerdos te atormentan, lo se aunque no lo demuestres. Justo ahora mientras te observo, Near. Nadie más dentro de esta oficina presta especial atención a lo que haces, ni Rester ni Giovanni, ni nadie más, solo yo, la única mujer en la SPK, quizás por este hecho soy más sensible a mirarte.
El pitido constante de las computadoras te tiene sin cuidado, ya no te importa el frio piso ni nadie a tu alrededor. Solo escuchas el insignificante sonido de una de las piezas al ser colocadas en el tablero, has vuelto a ser tú. No más extrañas peticiones, no más inusuales comportamientos, al menos no además de los normales en ti. No te has movido de tu lugar, comienzo a creer que tu posición realmente es cómoda o simplemente no te importa.
Ah, te has movido, te retuerces el cabello con gesto ausente ¿esta tu mente o no aquí?
No has soltado tampoco esa libreta maldita, aun la guardas contigo, en ocasiones te he descubierto mirándola, pero nada veo en lo oscuro de tu ojos. Se han apagado por completo.
¿Estas esperando? Si, esperas sentirla presión de tu pecho antes de cerrar los ojos siempre, esperas que Mello escriba tu nombre. Después de todo, tu lo hiciste para contrarrestar el que alguien mas lo escribiera antes, tuviste suerte al escribir, tu mente trabajo con esas teorías, pero te moviste por algo mas: miedo, otra vez miedo. Un sentimiento muy humano, eres uno también, Near. No importa que tanto parecido tengas con una maquina, ni que Mello crea que no tienes emociones, las posees, las sufres como todos nosotros, aunque dudo que las comprendas del todo. Te lo repito, eres un niño, de acuerdo, quizás ya un adolescente de 15 años, la misma edad de Mello al huir de su hogar, ¿representa algo para ti eso?
¿Por qué te importa tanto alguien que te repudia? ¿Es amigo tuyo? Sientes algún tipo de afecto por el, es normal en una persona, pero no en Near. Ahora lo veo, estas molesto contigo mismo.
--Near—te llama Giovanni—Recibimos lo datos que pediste del segundo robo al museo internacional de arte.
--Bien—ni lo miras.
--Near—no me respondes—Near—te llamare hasta que te moleste tu propio nombre, o mas bien como te haces llamar. Estoy cometiendo la osadía de cuestionarte, lose, pero tengo que saberlo. --¿Por qué no dejas ya esa libreta?
--Deberías cambiar la fecha de muerte, escribir el nombre y se acabó—interrumpe Rester—Mello ya te encañono una vez, te matara en cualquier momento.
--No puedo.
--¿Qué?
--Así no funciona la libreta, creí que ya estaba claro.
--Near….--¿Qué te puedo decir?
--Además, su nombre ya esta escrito—tu débil mano toma la libreta y la extiendes frente a ti—Guárdala, Lidner.
--¿Estas…estas seguro?
--Si. Ya tengo lo que necesito—de nuevo tu mano viajo hasta el cabello.
Me acerco y tomo el cuaderno, antes nunca lo hubiera tocado pero en verdad Near, puedes llegar a provocar mas que simple intimidación. Mientras la caja de seguridad se cierra herméticamente, sigues con los ojos fijos en la nada, tan indiferentes y fríos como el abismo mismo que tu solo has abierto a tus pies.
Hurgas en las mangas de tu camisa para repasar la fecha que has escrito en ese trozo de hoja, como si no lograras recordarla. Lo miras, y algo más que monotonía cruza tus pupilas ¿es nostalgia, acaso? ¿Incertidumbre?
Si, no puedes vivir con el hecho de haber firmado la condena de Mello ni siquiera al no soportar no ser el único sucesor de L, esperas que el, Mello equilibre las cosas, vida por vida.
Que egoísta y demente juego el que has iniciado, sabes a la perfección que los crímenes se desataran en cuanto des tu último respiro. No te importa. Actuaste desde el miedo una vez pero no se repetirá ¿verdad?
Ahora es a mí a quien se le ha congelado el alma, tengo miedo, no, peor, estoy aterrada: ¿de verdad esto es por saber quien merece ser sucesor de L? ¿Quitar a alguien del camino? ¿Te hiere el orgullo haber dependido de Mello, de su sacrificio para lograr atrapar a Kira? ¿Pagas una deuda o solo estas jugando como siempre lo haces? ¿Somos todos una pieza en tu acertijo? ¿Es tanto tu honor malherido?
Ni siquiera luces aterrado ante esta idea ¿no te importa morir? ¿Qué Mello escriba tu nombre? O quizás…estas esperando encontrar la muerte a manos de él, ambos sucesores muertos ¿te parece mejor ambos muertos? ¿Te molesta descubrir que eres humano y le demostraste emociones a Mello al salvarle la vida aquella vez? Incluso si él no lo sabe. ¿Te lastima el pecho haberte dejado llevar ciegamente por tus emociones?...Mira todo lo que quieras esa fecha, Near, al final no lo comprenderás, ni yo a ti, ni nadie a ti, tu mente es el tablero mas oscuro que he admirado jamás.
Mientras tanto seguiré preguntándome, Near ¿Buscas en verdad probar algo, que tu eres el verdadero L numero dos, que no estas dispuesto a permitir mas errores debido a tus emociones, que estas dispuesto a apagar con tu vida por ese error ofreciéndosela a alguien que siempre te repudio? ¿Sientes que Mello lo hará? ¿Tanto es tu orgullo lacerado por ser humano y no una maquina deductiva que resuelve casos tal y como buscas? ¿Es todo eso…o solo estas
terriblemente asustado?


** Hola, muchas gracias por leer y mas aun, por los comentarios, de verdad gracias, solo espero no decepcionarl@s.
Si, BladeDraco, son de una serie de mini capitulos, se llama IMP.
Y bueno, me despido, de verdad gracias otra vez. Y ojala este no les haga arrojarme tomatazos x.X =) SAYO!!

 

"Mello"

Gota a gota la lluvia car desde el destrozado cielo gris, llora el firmamento entre toda esa oscuridad, helando el ambiente solitario, provocando pesadez en los espíritus solos, rodeados de nada, la ironía de su existencia no da respuesta alguno a sus perturbados pensamientos. Vociferantes deseos de respuestas.
El afectado raciocinio de Mihael Kheel ha roto cada barrera de entendimiento dentro de esa oscura habitación.
La silla se hace añicos contra la pared provocando que fragmentos de madera resbalen por el piso hasta sus pies. No importa, el la arrojo y no se arrepiente.
Mello puede ver en cada exhalación su propio aire flotar en el ambiente, pero curiosamente no siente el frio, ni dentro, ni fuera de si, muy por el contrario lo que envenena su cuerpo es un calor demasiado ardiente.
La llama de la ira.
No ha calmado sus actos a pesar de haber terminado con casi todo el amueblado, de por si escaso, del cuartucho donde duerme. La comodidad dejo de ser prioridad hace mucho, lo que considera relevante se volvió en una burda excusa a lo realmente importante…o lo que el ha hecho valer mas. Ya no esta seguro.
Adentro todo es silencio, una insoportable quietud, una horrenda incertidumbre que puede palparse en el viento, sentirse en la oscuridad, respirarse en el oxigeno frio de la vida de Mello. Silencio y soledad. Como siempre, bueno, quizás excepto aquellos momentos con Matt, su amistad quedaba excluida de toda su incontrolable vida. Pero eso es pesado, su amigo, su casi perro no esta mas, murió.
Se vuelve de golpe, con la mandíbula temblándole con furia, se dirige con paso seguro, y mortífero, hacia la única cosa que ha sobrevivido, y lo único que en verdad cree necesitar, su única ficha en el torcido juego de Near, la Death Note.
Boto de su paso el sofá desvalijado, se interponía en su camino, y tal y como ese viejo mueble Near estaba de pie en el inicio y fin de la meta, siempre ganando sin competir con el, al menos no con la misma ferocidad que Mello.
“Nate”
Era todo lo que había logrado escribir hasta ahora, solo el nombre y aunque el apellido daba vueltas en su mente, su mano se petrificaba al intentar escribirlo. No lograba terminar el hecho.
Y tal y como le había ocurrido últimamente, los recuerdos asaltaron su enturbiada mente, pudo ver de nuevo a su real único amigo sentado frente a el con los ojos fijos en el computador, escondidos bajo unas enormes gafas que le protegían la visibilidad.
--Ya esta—anuncio el muchacho alcanzando su infantil videojuego—Near se llama en verdad…Nate River.
Matt, su amigo, su fiel amigo. Siguió cada orden sin discutir, murió por culpa suya, no importaba que nunca lo hubiese imaginado, lo habían acribillado cruelmente.
“Matt, lo siento” se repetía a diario, esperando encontrar calma a su conciencia, pero siempre en vano.
Tanto Kira como Mello tenían culpa de ello.
Aquella burda comparación de si mismo con ese asqueroso asesino le hizo correr por dentro un rasposo calor muy parecido a la repulsión.
Boto la libreta lejos, arrojándola con fuerza. No, no podía hacerlo, no podría escribir nunca ese nombre sin convertirse en Kira.
--Maldito Near—mascullo repasando el verdadero nombre una y otra vez.
Lejos de sus motivos morales y de amor propio, estaban ls reales. Mello sabia a la perfección que de escribir el nombre de Near en aquel cuaderno, de asesinarlo, la SPK sabría de inmediato quien seria el culpable, era irremediable, inevitable. Podría desaparecer o ser encarcelad. Ninguna era opción.
Si Near moría, el, Mello, seria encerrado, no quería eso. Prefería unirse a alguna otra mafia antes que ello. Si desaparecía luego de asegurarse de la muerte de su rival, jamás seria el sucesor de L, no podría resolver casos desde un escondite, ni bajo una roca el resto de su vida.
De cualquier forma, fuera cual fuera el resultado, Near ganaba, ya fuera vivo como el único y real sucesor del detective, o...muerto, llevándose los sueños y posibilidades de Mello consigo.
--Near…lo tenías planeado.
Volvió la iracunda mirada azul al cuaderno de muerte.
Tenía otra opción, podía recrear en el mundo lo que uno de sus predecesores hiso, comenzar un nuevo juego, uno mas peligroso, podría hacerlo.
Simpatizo siempre con el de alguna manera, de hecho fue gracias a esa historia que fue capaz de reunir la entereza para aceptar las consecuencias de su plan para hacer cometer a Kira y su parvada de seguidores un error, e ir al matadero por voluntad propia. Si, un suicidio le dio la valentía para hacer un buena trabajo como solo uno de los posibles sucesores de L podría; ahora, con ello, podría ganarle a Near sin necesidad de mover su ficha como se acordó…podría tratar, ya que, después de todo ni a Mello ni a su predecesor les agrado nunca la idea de estar a la sombra de un rival: Beyond Birthday.
¡No! Mello buscaba ser el sucesor de L, no de un genio con tendencias suicido-homicidas decidido a pisotear al detective haciéndolo ver inferior a él. B era un criminal.
Pero ¿no era Mello ya un delincuente también? Un buscado mafioso, si, lo era. Pero los motivos fueron otros, uso la organización criminal como su propia SPK, la manera sucia de hacer su investigación, de poder ganarle a Near. Fue si decisión después de todo, Mello no es como Beyond.
Estaba vivo por alguna razón, una coincidente deficiencia en la Death Note le había permitido vivir, el mismo no se lo explicaba. Estudio cada regla de esa poderosa arma hasta aprendérselas de memoria, y llego a la conclusión de que solo podía evitar la muerte si su nombre era escrito antes con diferente fecha, marcándolo como ganado.
--Pero ¿Quién, que tuviera en su poder la libreta en aquel entonces, haría algo así?—se pregunto mientras mordisqueaba su barra de chocolate con cierta distracción.
Salvarle la vida, no, alargarle la existencia un poco mas. No tenia sentido.
“Nate” ¿Qué tan complicado le puede resultar eliminar a su competencia? Estaba consciente que era lo que siempre quiso hacer, pero no asi, no señor, tenia que ser en una partida “limpia”, no deshaciéndose de su rival como un perro, así y nada mas.
En el juego de Near, otra vez era ese niño quien tenia las cuerdas que movían las marionetas en su escenario, otra vez Mello era una simple pieza…el impulsivo competidor, el mas humano, el mafioso, el criminal solitario. El supuesto muerto.
Ya entendía. Que curioso, la furia se alejó de él, esta vez no tenia el incesante deseo de ganar, no, ya había ganado. Sonrió lentamente, saboreando como sus músculos se estiraban en su rostro. Gracias a él y solo a él atraparon a Kira, tuvo que sacrificarse, aunque negligentemente, para que ocurriera, acepto la muerte y llevo a Matt a la suya…pero lo había logrado, era un digno sucesor de L.
Jamás cooperaria con Near, ni este con el, no, la rivalidad se los impedía, ser el mejor era prioridad. Por tanto solo uno podía vivir.
--No importa si ganas aun así, Near. Ya no.
Miro hacia la ventana, apenas podía distinguir la ciudad a través del cristal empañado, la población ajena a su dolor, a sus emociones malditamente humanas.
Obtendría su triunfo de cierta manera, Near no se llevaría sus sueños.
--Soy sucesor de L.
Sacrifico mucho mas que ese niño genio, su egoísmo lo llevo a pensar un momento como Beyond Birthaday…pero no, al final, Mello se negaba a fallar, el no podía fracasar, y no lo haría. No cometería los mismos errores que el asesino de Los Ángeles. No haría la misma estupidez que el.
--Mientras uno de los viva, el otro nunca podrá ser L.
Mello se puso en pie tomando su bolígrafo, dirigiéndose hacia la oscura libreta, dispuesto a terminar lo que en un inicio había comenzado.
Afuera las gotas de lluvia repiqueteaban sobre el pavimento en medio de la noche que a cada segundo se tornaba más oscura.


Gracias por leer =D. Criticas siempre bienvenidas n.u