El Jardinero y yo

No debería estar haciendo esto; debería estar trabajando en mi escrito para una actividad, pero bueno, cuando llega, llega. Será una serie de drabbles bastante corta. Si llego a diez la considero un éxito rotundo. Son libres de leer y expresarse.

Resumen: Una historia con más complejidad detrás de, vista desde la perspectiva de una parte de la inocencia.

El Jardinero y yo​

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Vivas​

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Estaba molesta, muy molesta. No era justo. Papá había adquirido un nuevo puesto en su trabajo, uno importante; iba a ser un jefe, pero habíamos tenido que mudarnos para eso y aunque lloré y me negué, tuvimos que hacerlo. Ya estábamos en la nueva ciudad, en nuestros nuevos condominios y yo estaba frente al edificio donde estaba nuestro departamento. Era una residencia muy bonita, tranquila y llena de jardines, como a mamá le gustaban y a mí, mas no ahora. Estaba triste porque había abandonado a mis amigos y tendría que ir a una nueva escuela. Tristeza que descargué como enojo contra una sección de flores, pateándolas sin consideración en una rabieta, las que poco me caracterizaban. Entonces llegó él.

—Oye —me sobresalté al escucharlo tras de mí y me giré, asustada; iba a regañarme, seguro. Sin embargo, habló con tranquilidad—. No patees las flores, les duele.

Fruncí el ceño mirando las flores ahora sin pétalos y dobladas.

—No les duele. No sienten —objeté posando mis ojos verdes en los negros de él. Era un señor alto y de cabello negro, el que se veía bajo la gorra azul marino que usaba. Vestía uno vaqueros desgastados y manchados y una playera del mismo color que la gorra. Lucía realmente grande, aunque a mis casi siete años qué más podía pensar.

—Claro que sí. Están vivas.

—No lo están.

—¿Por qué dices que no?

—No se mueven.

—Pero crecen. ¿Tú creces?

—Sí.

—¿Por qué?

—Porque estoy viva.

—Lo mismo pasa con la flores. Y a ti no te gusta que te maltraten, ¿verdad?

Miré otra vez lo que quedaba de aquella flora y más triste que antes, me arrodillé en el pasto y tomé una, cuyo tallo roto se dobló, incapaz de sostenerse por sí mismo. Intenté acomodarlo en su lugar sin éxito y me dieron ganas de llorar.

—Lo siento, flores —me disculpé en un susurro en tanto lágrimas bajaban por mi rostro y ese hombre misterioso se alejaba de mí, dejándome llorar tranquila.

 

mayyauraydawn y Marina gracias por su comentario a las dos y claro a mi querida Dirty por su "me gusta". Aquí el segundo drabble.

Iris​

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La residencia era muy exclusiva y relativamente nueva, por lo que había menos personas viviendo allí de las que pensaba y eso le gustaba a mamá y a mí. Papá siempre quería vernos felices. Era bueno que no transitaran muchos coches porque así podía ir a pasear sin tener a mami tras de mí todo el tiempo. Me gustaba su compañía, pero no hoy porque quería ver al señor del otro día. No sabía cómo iba a encontrarlo, pero si había estado la otra vez era porque también vivía allí, ¿no?

Tenía un límite de tiempo, el que había acordado con mami, e iba a agotárseme pareciendo desaprovechado si no lo encontraba. Vagué tanto tiempo que cansada de ello, decidí regresar a casa, pero en el camino lo vi con su gorra azul aunque con una playera blanca esta vez. Podaba el pasto y la máquina hacía un ruido infernal, por lo que cuando intenté hablarle no me escuchó, así que tuve que acercarme y plantarme prácticamente frente a él para que me viera. Cuando lo hizo, apagó la máquina y se limpió el sudor de la frente con el borde inferior de su playera.

—Ah, eres la pequeña abusadora de flores indefensas.

—No soy abusadora —me defendí con presteza.

—¿Qué quieres? ¿Por qué estás aquí?

—Vivo aquí. ¿Tú vives aquí también?

—No, sólo trabajo.

—¿Trabajas? ¿En qué?

—¿No ves? Soy el jardinero.

Abrí los ojos sorprendida y miré los jardines a mi alrededor, notando lo bien atendidos que estaban. Así que él se encargaba de cuidar todo eso; por eso sabía tanto de las flores. Miré el cielo, el que se azulaba en un tono más oscuro y recordé que debía regresar a casa o me metería en problemas.

—Me llamo Iris —le dije retrocediendo un par de pasos.

—Es una flor.

—Lo sé, mamá lo eligió. Adiós.

Y en cuanto me di la vuelta para correr lejos de él, escuché que la podadora volvía a encenderse. No volví mi vista hacia él ni una vez para verlo trabajar.

 

Bueno, Marina y Love Temari creo que es la curiosidad de niños. Tú trata bien a uno o háblale bonito y se siente en confianza. Gracias por sus comentarios, me hacen feliz. Dirty, tus "me gusta" también me hacen feliz; igual, lectores anónimos, gracias. A ustedes, el siguiente drabble. ¡Disfruten!

Años​

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La costumbre de salir se hacía más constante en mí y aunque mamá sabía que estaba cerca de casa, se preocupaba, lo sabía; menos mal que papá la tranquilizaba y yo también, prometiéndole que nunca saldría de la zona residencial sin su permiso. Eso sí, siempre que paseaba no podía evitar ir a búscalo para verlo. No hablaba mucho, pero me parecía agradable y algo de él llamaba mi atención, lo que me hacía querer ser su compañía. Parecía alguien solo y sin amigos. Además, era mejor para que no se aburriera de trabajar sin nadie con quien conversar o escuchar.

Ese día estábamos en la parte trasera de mi edificio y mientras él podaba los arbustos, yo lo veía. Había llegado un rato antes, pero no sabía qué decirle, entonces recordé.

—¡Ah! Ayer cumplí siete años —le dije, feliz.

—¿Y qué quieres? ¿Un regalo?

—¿Me lo darías?

—No.

No esperaba uno, mas sí esa respuesta. Él era muy así.

—¿Y tú? ¿Cuántos años tienes? —Papá me había dicho que no le preguntara la edad a las señoras, pero no me dijo nada de los señores.

—Muchos.

—¿Más que mis papás? —Sabía que los viejitos tenías más años que ellos, pero él no lucía viejito.

—Considerando tu edad, puede que sí tenga más que ellos.

—¿Cuántos tienes? —insistí impaciente.

—Treinta y ocho.

Miré mis manos y con los dedos intenté hacer cuentas. ¿Cuántos años tenían ellos? Después de un tiempo de restar y sumar supe que sí, tenía más años que mis papás. A mami le ganaba con nueve y a papi con cuatro; no era mucho, ¿o sí? A mí me ganaba con treinta y uno; eso sí era un montón.

 

Marina y @Love Temari gracias otra vez por sus cometarios. Jajaja, sí, él es algo amargado; todo tiene un por qué. En fin, gracias, me animan. Aquí el siguiente tema de conversación :p

Perdón​

Me sentía terriblemente mal, culpable. Lágrimas luchaban por salir de mis ojos. No quise hacerlo, en serio que no. En cuanto mamá fue por mí a la escuela y llegamos a casa, le dije que saldría un momento. Tenía que verlo, no sabía qué hacer; debía ayudarme. Corrí lo más rápido que mis cortas piernas me lo permitieron, buscándolo. Lo encontré en el segundo edificio a la izquierda del mío. Esta vez replantaba algunas flores en el jardín de esa sección. Llegué a su lado respirando agitadamente y con expresión de súplica. Cuando sintió mi presencia mi miró, confundido.

—¿Qué hago? —apenas pude preguntar, a punto de llorar a voz viva.

Él enarcó una ceja por demás extrañado y sin mayores ganas, suspiró antes de preguntar:

—¿Qué hiciste?

—Mi amiga… E-estábamos en la escuela y ella no quiso jugar a lo que yo y… y me dijo aburrida y me enojé y… y la empujé y cayó y se hizo daño. ¡Pero no quise hacerlo! Yo… yo…

—¿Se lo dijiste a tu madre?

Lloré como nunca en tanto sacudía la cabeza. Yo tenía que decírselo a mamá y no lo hice, sino que se lo dije a él. Eso iba a molestarla y me castigaría más, lo sabía.

—¿Qué hago? —volví a preguntar ahora con más desespero.

—Ah —Él suspiró volviendo a su trabajo—. ¿Qué hiciste cuando pateaste las flores?

—Les pedí perdón.

—Haz lo mismo con ellas y no vuelvas a mentir ni a empujar a nadie.

Me quedé de pie en mi lugar, apretando los dientes y con la quijada temblorosa, mientras succionaba mis mocos. Él me miró con clara muestra de fastidio, pero en lugar de correrme por no dejarlo trabajar en paz, me señaló las masetas con las flores nuevas que estaban a un lado de él.

—Escoge una y llévasela a tu amiga en señal de perdón. Si tu mamá ve que tienes intenciones de disculparte no se enojará tanto contigo.

Sonreí visiblemente aliviada y asentí. Eso podría funcionar. Miré con ojos brillantes y llenos de admiración al jardinero. Era una buena persona en verdad y aunque tenía cara de malo, era muy amable.

 

@Marina y @Dirtyagony gracias por sus cometarios y que les parezcan lindos estos drabbles. Bueno, ya sabrán quién es el jardinero. @Love Temari gracias por tu "me gusta" también ^u^ Todos los lectores me hacen feliz. Aquí el del día de hoy.

Mujer​

—Las personas hacen cosas por la gente que quiere, ¿verdad?

El jardinero y yo estábamos en los jardines más alejados de todos los edificios de apartamentos, regándolos. Aquella zona no tenía aspersores, así que él debía mantenerla húmeda manualmente con la manguera. El no dejó de hacer su labor ni me miró cuando comenté aquello, tan sólo me preguntó como quien no quiere la cosa:

—¿Por qué lo dices?

—Porque papá se hizo un gran empresario por mamá y por mí, y ella es maestra sustituta en las mañanas para estar conmigo en las tardes. ¿Tú te hiciste jardinero por alguien?

Tardó en responder, más de lo que pensé; de hecho, creí que ya no me respondería o que no había escuchado mi pregunta y cuando iba a repetírsela, habló:

—Sí, podría decirse que sí.

—¿Por quién? —quise saber, más que curiosa.

—Una mujer. A ella le encantaban los espacios abiertos como los parques y jardines.

—¿Tú la amas?

La respuesta tardó una vez más.

—Sí, la amo.

—¿Y dónde está ella?

—Lejos.

—¿Por qué?

—Porque así debe ser.

—Pero si la amas deberías estar con ella, ¿no?

—No en este caso —Su voz ahora se oía enojada.

—¿Por qué?

Él sujetó fuertemente la manguera y se movió de lugar velozmente, sorprendiéndome un poco. Mi intención fue seguirlo y apenas di un par de pasos cuando me detuvo, con ese tono molesto.

—No vengas. Vuelve a casa.

—Pero…

—¡Vuelve! —casi gritó, irritado, mirándome con el ceño fruncido.

Retrocedí ese par de pasos, asustada por aquella mirada, sintiéndome mal. Lo vi alejarse con una pose diferente a la recta de siempre; esta vez lucía abatido. Parecía ser que no le gustaba hablar de aquella mujer; tal vez le era doloroso. Con la culpabilidad sobre mí, fui a casa. Ya no volvería a preguntarle sobre aquella persona. No quería que nuestros encuentros fueran tan desagradables.

 

@Marina gracias por el comentario y bueno, jejeje, ya se sabrá todo. Por lo menos tú sí que te enterarás. @mayyauraydawn perdón por la confusión. Esto todavía sigue. @Dirtyagony gracias el por el "me gusta". Jaja, ya no podrás ponerlo :P Bueno, aquí el drabble de hoy.

Papás​

Era una tarea para la clase de arte de mi escuela. La maestra nos había dado un marco de fotografía sencillo y de cartón a cada estudiante, y nos había dicho que lo adornáramos con lo que quisiéramos; sería un regalo para nuestros padres. Yo no sabía qué hacer con el mío y no quería preguntarle ni a mami ni a papi porque debía ser una sorpresa, así que fui con él para pedir su opinión. Su respuesta fue más rápida de lo que imaginé.

—No sé, no me preguntes.

—Pero… ¿Nunca hiciste regalos para tus papás cuando estabas en la escuela?

—Nunca tuve padres.

Abrí los ojos sorprendida y luego lo miré con tristeza. No tenía padres; a lo mejor por eso era tan serio y callado… No, pero eso no podía ser. Papá tampoco tenía y era muy sonriente y hablador; mamá era lo contrario y sí tenía papás. Lo que sí supe cuando sentí ganas de llorar es que no tener papás debía ser algo muy feo. ¿Entonces a quiénes les regaló esas tareas en la clase de arte? A nadie; siempre estuvo solo.

—Oye, ¿por qué lloras?

—Porque no tienes padres.

—Da igual, no importa.

—Es triste.

—Te digo que no importa. Ya deja de llorar.

Su voz irritada me obligó a limpiar mis lágrimas y a tranquilizarme o estaba segura de que volvería a dejarme sola. Miré el marco unos mementos ya sin pensar en nada, cuando él volvió a tomar la palabra.

—Diseca unas flores, pégalas al marco y fórralo con plástico. Así puedes adornarlo.

Lo miré con asombro unos segundos y luego volví a ver el marco, imaginando cómo quedaría si hacía lo que él me decía; sería hermoso. Mis ojos brillaron de emoción y sonreí ampliamente.

—¡Muchas gracias!

Y con su consejo en mente, di media vuelta y me alejé a paso veloz de él, dispuesta a ir a casa y comenzar con mi regalo.

 

@Dirtyagony él no es tan malo, ¿sabes? O eso creo yo. Digamos que simplemente no es muy paciente ¿y qué onda con eso de que no es bueno que yo sea la escritora? ¬¬ ¿Qué insinúas? @Marina síp, ella es lista; es única. Gracias a todo los que leen. Aquí el drabble de hoy.

Regaño​

Estaba dolida y molesta. Caminaba por el residencial buscándolo de nuevo. El día anterior no había ido a verlo porque mamá no me dejó salir de la casa; me había castigado, por eso estaba como estaba. No le había hablado mucho a mi mamá desde ayer y hasta me mostré enojada con papá que ni culpa tenía de las exageraciones de mamá. Lo encontré a la entrada de la zona de viviendas, en los jardines que adornaban la puerta principal y que daba una bella bienvenida a los habitantes y visitantes. Arreglaba los rosales que había allí con mucho cuidado, pero como siempre, no dejó de trabajar ni cuando se percató de mí, sino que comentó con desgana:

—Ayer no te vi.

Fruncí la boca y apreté mi camiseta entre mis manos, completamente frustrada.

—No vine porque mamá me regañó —confesé en un hilo de voz, rencorosa y avergonzada.

—¿Qué hiciste?

—Me dijo que no saltar en los sillones y nunca lo hago, pero ese día sólo fue un momentito porque estaba emocionada viendo un programa de televisión y me vio y me regañó. ¡Pero sólo fue un momento! Mamá exageró mucho; fue injusto. Regaña por todo y no me gusta.

Él dejó de podar las rosas en las que trabajaba y me miró, pero yo rehuí su mirada muy resentida. Escuché que suspiraba.

—Mira ese rosal —Me invitó señalando el que arreglaba y con el que casi terminaba—. Ahora mira este otro —Señaló uno que no había tocado—. ¿Cuál es más bonito?

Los miré detenidamente. El primero estaba bien cortadito, recto y las rosas lucían mucho; en cambio, el otro tenía las ramas y hojas abundantemente enmarañadas, dobladas y opacaban las flores.

—Ése —Señalé el que cortaba.

—¿Sabes por qué? —Sacudí la cabeza—. Porque estoy podándolo —Cortó otra ramita.

—¿No les duele?

—Sí, pero es parte del proceso y vale la pena porque después se ven bonitos y crecen derechitos. Los regaños de tu madre pueden no gustarte y dolerte un momento, pero es para que crezcas bonita y derechita. ¿No quieres crecer así?

—Sí, quiero.

—Entonces no te enojes porque tus padres te reprendan… o mejor aún, obedéceles siempre, ¿bien?

Asentí en conformidad y acuclillándome a su lado lo miré trabajar en silencio. Como éstos, yo sería un rosal bonito.