Aclaraciones: merca es como se le dice a la cocaína en Argentina. El hogar que habito Vivo en un pueblito de esos que nadie conoce ni alguna vez oyó nombrar, de esos que ni siquiera tienen cine o librería, de esos que tampoco tienen gas natural. Para cocinar usamos garrafas y el agua que tomamos tiene tanto sarro que destruye electrodomésticos y ocasiona que las infecciones urinarias sean el agobio de los médicos. Vivo en un pueblito del litoral argentino en donde el verano es interminable, el sol quema la piel y la humedad asfixia constantemente. Tenemos pocos árboles que den sombra, hay un solo parque en toda la ciudad y los tendidos eléctricos son tan precarios que hay noches en las que podés escuchar aires acondicionados explotando por las bajas de tensión. Vivo en un pueblito precario y abandonado por Dios y por el Estado. Vivo en un pueblo donde somos pocos y entre todos nos conocemos. Sabemos quién es el corrupto, quién es el cornudo, quién es el depresivo y quién es la puta de turno. Nosotros sabemos todo, todo lo vemos y escuchamos. La panadera se coge al marido de la mejor amiga, qué indignante; el intendente es narcotraficante, qué miedo; ese mató a un peón de campo, tené cuidado; esa practica umbanda, no la hagas enojar. Vivo en un pueblo donde el silencio es un acuerdo implícito. En mi pueblito, en mi querido pueblito, nos callamos la boca cuando vemos las tumbas profanadas del cementerio, sabemos que hay ciertas cosas que es mejor no hablar, ni saber. Sabemos que en el campo de Mengano se guardan bajo los fardos de alfalfa los ladrillos de merca que traen del Paraguay, sabemos que cuando ponen arena en el bolsillo de tu campera y pegan una estampita de San La Muerte en tu auto, tenés que irte, correr, asfixiado por la humedad, afiebrado por el sol, lejos, lejos del pueblo. Sabés que vienen a buscarte. Sabemos y sabemos, callamos y miramos hacia un costado. Porque está ahí el horror, la suciedad, el peligro. Lo sentimos, lo palpamos. Quisiera poder indignarme por lo que dejamos pasar, por lo que decidimos ocultar y por lo que decidimos no ver. No puedo, tengo miedo. Ayer murió un nene pobre. Lo decapitaron y su cuerpo fue utilizado en un ritual satánico. Salió en todos los medios nacionales. Ahora saben el nombre de nuestro pueblo. Saben dónde estamos, saben quiénes somos. Ojalá puedan salvarnos.
Como dicen: Welcome to LATAM. Pero hablando muy en serio, es muy triste ver o leer sobre las situaciones que algunas viven, y triste que son por esta zona. Y tal y como se menciona, esto se debe a la mala administración, y también por la ignorancia, y la matita corrupción, el miedo, el desorden.... por todo. Y que lamentablemente nos quedamos cayados. No hablamos, no exigimos por temor... por temor a tocar una bocina sin saber con certeza si el conductor de adelante tenga un arma o no. No hay libertad. Has descrito completamente por mi pueblo oriundo, el que lastimosamente, tiene un par de años que es así, pues antes no lo era, ahora, hasta toque de queda hay, asesinatos, robos, trafico de niños, mujeres y drogas y "misteriosas" desapariciones. Un familia "desapareció" de esa forma. Y me duele porque es mi ciudad, allí es donde nací y me críe, y me duele que se haya convertido en eso. Un exscrito reflexivo y tristemente muy realista.
¡Hola! sea una ciudad o cualquier otra, en cada una personas inocentes, en situación de total indefensión, ante malos gobiernos, crimen organizado, etc. y me permito nombrar algunos que sirven cual perros falderos o seres "lamebotas" de las Elites, como lo son ahora "La organización Mundial de la Salud" (manejada por Bill Gates y sus intereses personales), "El fondo monetario internacional", "El mismisimo Vaticano", etc. Desafortunadamente la unica solución a todo esto viene a ser "LA UNIÓN" de todos los pueblos para poner en su lugar a este pequeño grupo de malandrines, pero... somos y estamos tan separados, que llevará mucho tiempo y vidas para que se abran los ojos de quienes se reusan a ver la realidad. Saludos.
Buenas. :) Está bastante complicado de comentar esto. Voy a ir por partes... En primer lugar voy a felicitarte porque la verdad es que escribiste con una calidad impresionante. Lo que acabo de leer está impecable, al menos ante mis ojos. Quiero aclarar que no soy ningún lector o escritor con autoridad, es más, cada día estoy más alejado de los libros. Tuve una época de ratoncito de biblioteca, pero nada exagerado. Lo que sí siento que me da un poquito de confianza para opinar es que soy rioplatense y muchas de mis lecturas han sido de autores argentinos y uruguayos. Más allá de la técnica, que personalmente creo que manejaste a un nivel altísimo —como ya mencioné. Y motivo principal por el cual voy a evitar un poco ese aspecto porque no me siento a la altura—, percibí un montón de detalles que enriquecieron todavía más al relato. La mayoría pensaría que porque hayas nacido en Argentina automáticamente adquieres esas cualidades pero la verdad es que lo dudo mucho. O bien has leído mucho cuentista rioplatense y desarrollaste tu estilo gracias a eso, o simplemente te sale natural por ser apasionado/a por la literatura y tener mucho conocimiento. :) Sé que me estoy extendiendo mucho en este punto pero no lo veo menor. Es más, leí el relato hace unos días y por cuestiones de disponibilidad no pude comentar en el momento —y además se me hizo complicado pensar en qué decirte, sin enredarme mucho—, y aún así, con tiempo de sobra para barajar mis oraciones en la cabeza, sigo tambaleando un poco y dando vueltas sobre lo mismo. La realidad es que quedé encantado. Te felicito nuevamente por semejante obra de arte que me permitiste disfrutar, y te lo digo sinceramente. :) El contenido prácticamente ni lo mencioné, pero no importa de qué hubieses hablado, siento que la magia de este relato estuvo completamente en tu narración; en tu sutileza y en lo oportuno/a que fuiste con cada palabra; básicamente... en tu magnífica impronta. Soy consciente de lo chupamedias que se lee este comentario, pero me gusta aportar lo que considero que tengo que aportar, y a veces —muy de vez en cuando—, solo tengo palabras de admiración. Así que..., como último bocado —y espero no pecar de soberbia o egoísmo—, quisiera recomendarte que sigas escribiendo relatos y cuentos, así como estos, porque da mucho gusto leer algo así. Probablemente escribas otras cosas igual de bien, pero lo que puedo juzgar yo es esto que leí, y me da la sensación de que los cuentistas han sido grandes por algo, muy particular, y yo vi algo de eso acá. ¡Saludos cordiales, Salem! :)
Me gustó mucho el relato, y también me despertó muchas imágenes de mis ráfagas de vida pueblerina donde ahora uno entra como en cierta conciencia y dice "Ah, pero si se sabia, ¿por qué no dijimos o hicimos algo?". Demasiado realismo, y que triste que sea así.