El Hermano Amado

El Hermano Amado

Sonriendo más de cinco veces, veía el cielo preguntándome:

— ¿Por qué todo el mundo es hipócrita?—dije mientras bajaba la mirada.

Seguí caminando por la calle volteando a todos lados y a cada lado que miraba estaban parejas besándose, entonces me di cuenta y pensé:

— ¡Dios santo! ¿Acaso ahora el mundo se desarrolla más rápido? O ¿estoy celosa porque no puedo estar con él?— pensé mientras llegaba al centro de la ciudad.

Estando ahí decidí sentarme en una banca, vi pasar un desfile me alegraron el día con tantos colores que tenia, mi cara tenía algo raro creo... que era una sonrisa, ¡sí! Tenía por primera vez una sonrisa de felicidad en mi rostro.

— ¿Desea participar? — me dijo uno de los acróbatas del desfile mientras me daba la mano.

—Ah... no gracias— le dije amablemente, el se retiro con una sonrisa.

Ese instante sentí algo lindo esa persona tan amable, lástima que no existan muchas personas así en este mundo, después que termino el desfile decidí irme a mi casa, para mi sorpresa estaba mi hermano Takeshi, me pregunte para que había venido, no espere mas y decidí averiguar.

— ¡Hermano! ¿Qué haces aquí? — dije en un tono medio sorprendido.

—Pues quería verte— dijo serio como siempre.

— ¿Sigues fumando? — le dije mientras veía su mano derecha.

—Si— dijo mientras yo ponía mi cara de “ya sabia”—y tu ¿Sigues igual de amargada? — dijo mientras encendía un cigarrillo.

—Sí, ¿y? ya dime para que querías verme— le dije mientras abría la puerta.

—Que desesperada eres— me dijo entrando primero.

— ¡Hey! — le grite pensando que me dejaría pasar primero.

— ¿Qué? ¿Se te olvido que soy descortés? — me dijo mientras llevaba su cigarro a la boca.

—Si, tienes razón se me había olvidado— suspire.

—Bueno, he venido a decirte que hay una nueva plaza y quería invitarte a salir conmigo— me dijo mirándome a los ojos fijamente.

— ¿Cómo? ¿Salir contigo? — le dije confundida.

—Sí, una cita conmigo ¿o qué? Estas pensando... ¿qué te quiero más que una hermana?—dijo mi hermano con una mirada brillante.

— ¿Eh? No, no te estás confundiendo, solo quería saber si era lo que pensaba, una cita— dije algo preocupada ya que amaba a mi hermano.

—Jaja te pusiste roja— me dijo tirando su cigarro al piso y pisándolo.

— ¡No es verdad! — dije sonrojada mirándolo.

—Claro que si— me dijo mientras agarraba de la barbilla y me acercaba a su cara.

—N...no— dije mientras me ponía mas roja.

—Ahh ya no me acordaba lo linda que te veías de color rojo— me dijo en un tono burlesco, me soltó, se dio la vuelta y me dijo adiós, yo solo me quede ahí parada con color rojo en mi rostro pensando en lo que había pasado.

Al día siguiente fui con mi hermano a la plaza que habían inaugurado, no tenía nada de diferente a las otras, solo que iba con mi hermano lástima que solo pudiéramos ser eso, ¿Por qué de todos los chicos del mundo me tenía que gustar él?, siempre me preguntaba eso todos los días.

Llegando la noche fuimos a mi casa y nos sentamos en la sala, pasaron cinco minutos de silencio total hasta que mi hermano decidió prender la tele.

— ¿Por qué tan callada? — me dijo mientras miraba la tele.

—Por nada... — le dije y me sonroje.

—Te conozco muy bien— volteo su cara hacia mí y se me acerco.

—Es... es que.... — dije algo sonrojada —Te amo hermano— me puse mas roja.

—Lose, pero tú y yo sabemos que no podemos estar juntos así que será mejor que me valla— me dijo muy fríamente se paro del mueble y se fue.

Solo me quede sentada de nuevo paralizada y pensando:

“Ya veo, el siempre lo supo, es más me hacia sufrir creo que por eso lo amo, es muy Frio y a la vez cariñoso pero a su manera, el no es como los demás, es muy especial y malo, ya veo porque me atrae.”

Fin