El gran amor surge de una simple amistad [inuxkag]

Hola chicas, bueno como dije antes me tocaba actualizar y como prometí aquí estoy espero les guste y comenten, recuerden que aun no se me da la ortografía muy bien y lo hago como puedo aun así espero les guste y después ya veré como lo pulo jajaja bueno disfruten.

Capítulo 17: En el hospital, surge una reconciliación


El tiempo pasaba y nada pasaba, el chico ambarino se había quedado dormido totalmente en los brazos de la azabache de tez pálida, la preocupación los estaba matando ya que llevaban 4 horas sin saber nada, el Taisho mayor se encontraba recargado en la pared cerca de las bancas sin decir ni una sola palabra. De repente de un momento a otro llega con una de las enfermeras la madre de Kagome y bastante alterada.

— ¡Enfermera! ¿Dónde tiene a la señorita Higurashi? —decía la señora Naomi gritando frente a los presentes, su hijo Souta y hermano de Kagome y Kikyo llegaba tras ella bastante preocupado.

— ¡Cálmese señora! No puede gritar asi en el hospital, el doctor está atendiendo a la paciente Higurashi, necesita sentarse a esperar como aquellos que están allá —informaba tratando de calmarla, de tanta preocupación la señora se comenzó a marear y su vista se nublo de inmediato.

—Kagome… —su mareo la llevo a tambalearse de un lugar a otro, se trataba de sostener de algo pero su vista borrosa no la dejaba ver nada.

—Señora, ¿Se siente bien? ¿Quiere que llame al doctor? —preguntaba la señorita que de inmediato al verla en ese estado la sostiene para que no caiga.

Al oír el tanto ruido en la sala de espera el chico ambarino empieza a abrir los ojos y ve que Kikyo lo abrazaba con mucha ternura mientras ella dormía, el chico al verla sonríe y la acuesta en la silla con cuidado poniendo su chaqueta como almohada.

— ¿Qué está pasando? Kagome… ¿ya habrás despertado? —preguntaba algo preocupado el ambarino pero al alzar la mirada, la señora ya se encontraba en el piso desmayada mientras era sostenida por la enfermera y esta gritándole a la enfermera.

— ¡Señora Naomi! —el chico de cabello plateado corre a toda velocidad y se detiene de rodillas preocupado al verla pálida, totalmente pálida

—Joven, es mejor que espere en donde estaba, llevaremos a la señora a que le pongan oxigeno por favor guarde la calma y tranquilícese, nosotros le avisaremos si alguna noticia así que… —decía mientras llegaban los camilleros y acostaban en una camilla a la señora Naomi, el ambarino se sentía muy mal por lo que estaba pasando, se sentía con la mayor culpa del mundo.

—Kagome…perdóname…perdóname…—al chico ambarino se le comenzó a ir la fuerza en todo su cuerpo, lo cual lo hizo caer lentamente hacia el piso totalmente, la enfermera lo mira de inmediato y se preocupa viendo como el chico estaba totalmente débil en el piso.

De un momento a otro una chica se acerca de inmediato al cuerpo del ambarino con total preocupación y sosteniéndolo con fuerza, la chica suelta algunas lagrimas al verlo asi, sabía que el chico en algún momento podría enfermar gravemente si seguía a ese paso.

— ¡InuYasha! ¿Estás bien? —preguntaba la chica de tez clara y su cara llena de preocupación, el chico alza la mirada y al verla su expresión cambia drásticamente a una completamente llena de rabia, molestia y lo peor odio hacia aquella chica que lo sostenía.

— ¡Suéltame de una vez! No quiero que alguien como tú me vuelva a tocar de nuevo… ¿Por qué quieres verme caído Aire? —decía el chico aventando los brazos que lo sostenían con algo de fuerza, la rubia solo lo mira totalmente desconcertada al de cabellos plateados mientras baja la mirada con tristeza.

—Lo siento…pero es que la verdad, no quería aceptar que Kagome…la mujer que más he odiado durante más de 10 años ganara de nuevo, me quito todo lo que yo tenía…Inu-chan perdóname…nunca quise lastimarte de ningún modo…—las lagrimas sinceras de la rubia caían desesperadamente por sus celestes y brillantes pupilas.

—No puedo…Aire, llegaste al límite…dejaste que tu odio dominara tu corazón, sabía que jamás debí dejar a Kagome sola…al hacerlo solo la lastime tontamente, se hizo daño a ella misma, se corto el cabello el cual era tan importante para ella, le di la espalda cuando más la necesitaba ¿te imaginas lo que sintió? —sus lagrimas no podían evitar ser detenidas, sus dorados ojos estaban totalmente mojados y su cuerpo muy adolorido, la verdad es que sabia muchas cosas que hace poco ignoraba.

— ¡Yo no quiero que Kagome muera! A pesar de que la odie no deja de ser mi…mi prima…yo en ese momento no sabía lo que hacía lo juro…no quería llevarla al tránsito pero ella corrió tan rápido que no pude alcanzarla…perdóname por no detenerla…—apretó los puños con mucha fuerza contra su falda, su dolor y arrepentimiento eran por primera vez sinceros.

Flash Back

Al tratar de alcanzarla con mis gritos solo hacía que ella corriera para alejarse de todo mi odio, ella solo quería que yo dejara de decirle cosas que la lastimaran más.

— ¡Ven acá cobarde!, porque no mejor te fijas en lo que haces, tú me quitaste a mi único amigo, a mi querido I nu-chan —de tanto que se insultaban no se daban cuenta que ambas iban directo a la avenida principal, según la rubia había dicho que las calles eran muy transitadas.

— ¡Lárgate! ¿Por qué no te vas con el tonto de InuYasha?, ahora son iguales…par de… —la chica ya casi iba directo a la parte más transitada, era donde pasaban los camiones de vacacionistas y entonces…

No vi el camión de carga en ese instante…Kagome era la que más se aproximaba al peligro a esa enorme avenida, cuando levante la cara para darme cuenta de lo que iba a ocurrir ya era demasiado tarde…

—¡¡Kagome!!... –una chica grita de desesperación al ver que iba a…
La chica azabache voltea lentamente y escucha el sonido de un camión de carga al mismo tiempo que volteaba, pone una cara de terror al darse cuenta de lo que iba a ocurrir.

— ¡InuYasha! —hasta el final de su accidente la chica llamaba al ambarino con desesperación hasta ese terrible suceso.

—Kago…—pero no alcanzo a terminar porque la chica era fuertemente empujada hacia un árbol y se golpea en la cabeza, la sangre de inmediato salía dejándola inconsciente en la banqueta.

Ella no dejo de llamarte hasta el último instante, en ese momento me di cuenta que había perdido totalmente ante ella, me quede inmóvil porque no sabía cómo reaccionar, lo único que se me ocurrió en ese momento fue decirle a Wal que te llamara para que supieras lo que había pasado…

Fin flash Back

— ¿Aire…tu? —al escuchar toda la historia el chico tenía los ojos totalmente llorosos y sorpresivos, asi que desde el principio Aire la había lastimado con sus palabras de crueldad.

— ¡Perdóname! Lo único que pido es tu perdón...a estas alturas ya no quiero nada mas…—la chica seguía llorando y poniendo sus manos en su cara, ella no quería ser una asesina, simplemente no lo soportaría

—No puedo…ahora lo que más quiero y la madre de mi hijo…está entre la vida y la muerte, simplemente es muy difícil que yo pueda perdonarte ahora…lo lamento —empieza a caminar con la enfermera que lo sostiene por lo débil que estaba para llevarlo a un lugar pacifico y donde se relajara.

—Kagome ¿estaba…embarazada? —dice con dificultad lo ultimo y sigue llorando al escuchar esas palabras, ahora seria doble asesina si también mataba a la pequeña criatura que crecía en el vientre de la azabache.

No solo había perdido todo si no también su reputación estaba manchada totalmente.

—Lo único que quería…era tu amor…tu amor para siempre…—pronunciaba una rubia al ver como InuYasha se alejaba de ella sin más que decir.

Mientras tanto la azabache mayor de tez pálida y mirada seria, estaba recargada en la pared cercana a ellos, escuchando toda la conversación, de repente se aproxima a la rubia mientras esta lloraba

— ¿Aire, porque Kagome sufrió el accidente cuando estaba contigo? ¿Qué le dijiste? —decía la chica Kikyo, mientras se acercaba a ella a propiciarle una terrible cachetada con mucha ira.

— ¿Ah? ¿Kikyo? —la rubia solo se sostenía la mejilla con su mano izquierda, esta ardía pero ella olvido lo doloroso que era, su mirada estaba totalmente perdida y sin nada de brillo.

— ¡Contéstame! ¿Por qué…? ¡Ah! —la rubia empieza a caminar hacia la salida del hospital aun con la mirada perdida y llena de lagrimas, la azabache al verla en ese estado trata de reaccionar pero su cuerpo no respondía.

La chica seguía caminando, el tiempo parecía detenerse para las dos primas, las lágrimas de Aire aun se observaban gotear y dejar una pequeña marca en el piso. La azabache al ver esas lágrimas tan dolorosas se arrepiente y baja la mirada.

—Ai…. — pero no pudo continuar debido a la mirada tan penetrante que le dedico en ese momento su prima.

—Kikyo…lo lamento…por todo lo te forcé a hacer…soy de lo peor…—sonríe levemente y sigue caminando y en eso se para en la habitación de la azabache mirándola fijamente.

—Aire…tu…—la chica cae al suelo de sentón y solo se queda en shock al escuchar esas palabras llenas de sentimiento.

Mientras tanto la rubia observaba la habitación, una mano le toca el hombro y le abre la puerta para que entre, el doctor indicaba que ya podían pasar a ver a la chica Higurashi.

—No tardare…seguro que InuYasha también querrá verla…—la chica entra con lentitud, su prima estaba en el suelo con la cabeza cabizbaja que no la vio entrar a la habitación de su hermana.

—Claro Señorita Aire, no hay problema —el doctor se retira con una sonrisa, la chica rubia se cae de rodillas al lado de la azabache mientras la maquina estaba muy débil en cuanto a su frecuencia cardiaca, era muy lenta y débil y eso le preocupaba.

Mientras tanto afuera del hospital

— ¡Kagome-chan! Miroku, hay que encontrar a los demás no quiero que nada le pase a Kagome, es mi amiga de toda la vida, ¡date prisa! —la castaña baja del taxi casi cayendo de él y corre con desesperación hacia adentro del hospital, sus lagrimas eran notorias y llenas de preocupación.

— ¡Ya voy! Vamos Kouga, si no te das prisa por tu culpa estaremos perdidos —el chico de la pequeña colita seguía a su chica, le preocupaba ver a Sango en ese estado ya que podría pasar que se le subiera mucho la presión.

—Mi querida Kagome, todo va a estar bien —el chico de coleta alta y tez morena también corría detrás de su hermano y su cuñada, aun quería demasiado a Kagome como para dejar que algo asi lo separara de ella.

Mientras en el hospital el ambarino aun se sentía algo mal por lo ocurrido con Aire, sus ojos mostraban sinceridad pero su orgullo no lo dejaban pensar en qué hacer, la azabache de tez pálida lo mira con algo de tristeza y baja la mirada en su hombro.

—Kikyo… ¿Qué paso? —la abraza con fuerza para que ella dejara de llorar, el dolor lo estaba matando y no sabía qué hacer.

—Señor Taisho, Señorita Higurashi…la paciente Kagome ya está lista para que la pasen a ver, en este momento se encuentra aun débil pero más estable para que la vean, con permiso —el médico se retira dejando a los dos jóvenes mirándose más tranquilos y con una sonrisa de felicidad y más calma.

Cuando iban a dirigirse a la habitación de la azabache ven llegar a sus demás amigos, Sango llega abrazando a InuYasha y con muchos nervios que reflejaba en su mirada, el ambarino al verla asi también la abrazo con fuerza para que se calmara.

— ¿Cómo esta mi querida amiga Kagome? ¡Dímelo InuYasha! —la castaña los zarandea para que le diga que había pasado para que fuera tan grave el problema, Kagome era una chica inocente para que le pasaran esas cosas según Sango.

—Cálmate Sango…no lo…—su novio la estaba intentando calmar pero simplemente era imposible, la chica miraba con furia a todos y su presión empieza a subir empezando a marearla

—Sango, Kagome ya esta más estable, el médico nos dijo que ya podemos pasar a verla…—al decir eso la castaña se comenzaba a calmar un poco mirando a la azabache con algo de seriedad.

— ¿Cómo fue que paso eso? Kagome estaba muy bien…después de lo del tenedor en la mesa… ¿Qué pasa con Aire? —lo ultimo lo pronuncia muy despacio y con tristeza, temía la respuesta.

—Aire me dijo…que cuando estaba persiguiéndola ella se aproximo mucha a la avenida, ella me dijo que quería detenerla pero no pudo…—dice el ambarino a los demás con mucha tristeza en su voz, se le cortaba y era demasiada seria.

—Esa chica…solo nos quiere ver muertos…en especial a Kagome…—decía la castaña totalmente calmada y se limpia las lágrimas lentamente.

—Iré a verla…necesito ver que aun respire…o si no yo soy el que me voy a morir…—el chico camina lentamente hacia la habitación de la azabache

Al entrar a aquel lugar el chico mira a la rubia llorar en la mano de Kagome, al ver esto se esconde detrás de la puerta sin que lo vea, escuchando todo lo que decía la rubia.

—Tu… ¿tu si me perdonas? Kagome…te pido perdón por todo lo que te hice, se que te dije que quería que murieras…pero nunca lo hice con intención verdadera, estaba molesta…lo lamento…—se levanta y limpia las lagrimas mientras mira la ventana sonriendo.

—Es tan triste mirar por la ventana que mejor prefiero mirarte para sonreír de nuevo…—pone una mano en su frente y la pasa con suavidad, después empieza a caminar lentamente hacia la puerta, al ver a InuYasha lo esquiva y sigue caminando hasta la entrada, los demás la ven y se sorprenden al ver su mirada.

El ambarino entra con lentitud en la habitación cerrando la puerta con llave, mira a su amada y suspira aliviado al ver que estaba bien, aunque Aire mostrara arrepentimiento había algo que le decía que no podía perdonarla. El chico cae de rodillas tomando la mano de Kagome con fuerza, si ella muere, su alma moriría en ese momento, amaba con locura a su mejor amiga, tanto que si pudiera moriría si eso la traería de nuevo a abrir los ojos.

—Kagome…te amo más que a mi vida, no me dejes, ahora tenemos porque vivir…vamos a ser papas, ¿te imaginas? Un bebe…tu y yo…—se acerca lentamente a sus labios y la besa con dulzura, después de mucho tiempo volvían a besarse los dos amigos.

Los demás estaban tras la puerta escuchando con atención las palabras del de cabellos plateados, de repente llega el ambarino mayor y los mira con desprecio, su mirada era tan seria que los demás se quedaron en shock al verlo de esa manera.

— ¡Lárguense! No tienen nada que hacer cerca de la habitación de Kagome…además el inepto de InuYasha está con ella, asi que lléguenle por donde vinieron…—ante tales palabras llenas de frialdad todos se quitan de la puerta y retroceden al ver que sigue caminando con seriedad por los pasillos sin decir nada más.

—Sesshomaru… ¿Qué hace aquí? —preguntan todos al unisono, Kikyo se quedo callada, si conocía la respuesta pero prefería no decirla.
Mientras tanto el habitación…

—Despierta…te prometo que si me odias al despertar me alejare de ti…te prometo que a pesar de que te ame como un loco…si te hace feliz me iré…solo si puedo volverte a ver sonreír…mi amada Kagome, mi linda amiga Kagome…—se levanta con algo de debilidad, limpiando sus lagrimas y empezando a caminar hacia la puerta entonces…

—Inu…Yasha…no…te…va…yas…—la chica azabache emite esas palabras y empieza a abrir los ojos lentamente, el ambarino al ver esa acción se sorprende y la mira.

—¿Kagome? —la chica alza un poquito su mano y sonríe para hacerle saber que quería estar con él, que todo estaba bien entre ellos.

—InuYasha…te amo, no me dejes…hace ratito Aire me pidió perdón…y me dijo que se daba por vencida…eso quiere decir…que tu…y yo...ya podemos estar juntos—al escuchar esas palabras el ambarino sonríe de felicidad y corre hasta ella para abrazarla y gritar su nombre varias veces.

—Kagome…perdóname…yo también te amo mi princesa, lo que quiero es estar junto a ti…toda la vida —la sigue abrazando con una sonrisa notaria en su rostro.

—Ya supiste ¿verdad? Estoy embarazada…y el bebe es tuyo…estoy tan feliz… ¿está bien mi bebe verdad? —lo mira fijamente y le da un tierno beso en los labios, el ambarino corresponde sonriendo y después mira su vientre acariciándolo con ternura.

—Tu protegiste a nuestro hijo Kagome…eres una madre hermosa y nadie como tu… ¡Ah! —la azabache mira como su expresión cambia y toma su mano bastante preocupada.

—InuYasha… ¿Qué te pasa? —acaricia su mejilla pero él estaba en shock que no respondía…estaba feliz pero a la vez preocupado.

Pequeño adelanto…
— ¡Mama! ¿Dónde está mi madre…? ¡InuYasha! ¿Qué le paso? —preguntaba la azabache totalmente desconcertada, el chico de ojos ambar la trata de calmar abrazándola, sus amigos estaban escuchando el ruido que deciden entrar.

—Kagome…estas bien…que alegría —pronunciaba lentamente la señora abriendo los ojos al sentir las manos de su pequeña hija y observa la hermosa sonrisa que dibujaban sus labios.

—Kagome… ¿quisieras ser mi esposa? —ante esas palabras la chica se sorprende viendo la cajita y sonriendo totalmente con unos ojos llorosos y felices.

Próximo Capitulo: El poder del amor, una bendición de la vida y una linda propuesta.

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