Microrrelato El fantasma, de la fila numero 8

El fantasma, en la fila numero 8.​

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Hoy es siete de octubre de 2012, hoy se desarrolla la lucha entre conservadores y liberales, rojo y amarillo; pero hay algo extraño, esta no es una guerra como las de antaño con escopetas y rifles, esta es una batalla con gente en las calles, si, aunque estas no llevan más que el meñique morado, esa es su arma y todos mayores de edad están obligados a pelear, contra las colas de 12 horas, enfrentarse con sus hermanos y una maquina que lo cambiara todo. Sin embargo eso no es lo que vengo a contar.

Mi nombre es Ana Bello S. y les vengo a relatar mi encuentro con el fantasma en la fila número ocho; ese espíritu abandono mi vida hace más de dos años, una mujer tras otra fue su perdición, encargarse de una familia que no es suya y olvidando a la que lleva su sangre. Un fantasma de carne y hueso, pero por eso no deja de ser un alma en pena que vaga sin nada que lo ate.

Su historia es como la de miles pero sus lamentos destacan; él era un hombre guapo, todo un caballero: rubio, de ojos verdes, una piel blanca como la leche y un metro con ochenta y ocho centímetros de altura. No marcaba pauta en los estudios, ni los deportes o cualquier otra cosa que no sea encerrarse en su mundo. Novias, si, amor tal vez, miedos, son muchos para contarlos, errores que superan a los miedos.
Su novia, Ana S. una mujer que lo tiene todo y algo más. Mucho tiempo de amores hasta que alguien más la lleno de felicidad. Que el rompió a mis 3 años de edad.


Mi historia no es sorprendente, solo les quiero contar el rostro desfigurado por la vergüenza de ese fantasma, cuando no tuvo más remedio que pasar a mi lado (en la fila numero 8), su postura se comparaba con la de un avestruz, no sabía dónde meter el rostro, no quería ver la tristeza en mis ojos.

No maldigo a ese fantasma, porque el ya esta maldito.​

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N/A hola esto es algo muy personal, me encantaría que comenten, no me fije mucho en lo que escribía realmente. Esto lo escribí el día de las elecciones para desahogarme, pero quiero compartirlo.

No todo es como parece.​