El espíritu de un asunto pendiente

Re: El espíritu de un asunto pendiente

No para nada Inugome :), jeje, con respecto a las comas... ^-^u si te das cuenta soy fan de ellas, tanto asi que las pongo en cualquier lugar, jeje ^-^u, digamos que es como un tic... :P jeje, bueno... gracias por marcarmelo... Ah y si, me había dado cuenta de esa "N", cuando lo corregí, pero luego cuando la quise poner no la encontré, y pensé que la había puesto, se me pasó.. igual gracias :)

 

Re: El espíritu de un asunto pendiente

Capítulo 7.

-Hmp.- Dando como respuesta.
-Tomaré eso como un si.-Hizo una pausa.- ¿Qué harías si te gustase alguien, pero este jamás te miraría por que solo te ve como una niña tonta solo porque eres un año menor que el?-Terminó diciendo sonrojada.
-Dudo que te considere una niña tonta solo por eso. Tal vez no te acercaste demasiado a el.-La volvió a mirar.- ¿No crees?
-No ayuda…- Mirándolo de reojo.
-Hmp, acércate más a él, simplemente eso.-Lo dijo de una manera como si fuera obvia. Hizo una pausa.- ¿Quién es?-Preguntó.
-Amm… es un año mayor que yo.-Dudosa decía.
-No me digas si no quieres. No te voy a obligar.- Le dijo volteando su rostro para mirarla, haciendo que se sonroje un poco.

Kamy, se podría decir que era a la única persona que trataba con amabilidad. Era un año menor que Ryoma y dos años menor que el resto. Había sido promovida en su anterior escuela, luego de que sus padres se mudasen la trasladaron a Seigaku, instituto donde concurría actualmente. Según los pensamientos de Ryoma, era una niña que se hacía querer por su sinceridad. Poco a poco y sin que ninguno se diera cuenta, se habían ganado mutua confianza, tanto así que ella le había contado todos los cambios en su familia desde que la promovieron.

El inconfundible sonido del timbre, anunciaba que los alumnos debían entrar ya a sus salones. Ryoma se levantó primero extendiéndole una mano a Kamy.

-Jamás te dejes llevar por las apariencias.- Mencionó en tono de advertencia. Tan solo ella acepto con la cabeza y lo abrazó inconscientemente. Dejando a un Ryoma totalmente descolocado, pero igual recibiendo el abrazo.
-Gracias por escuchar.- Dijo mientras se separaba de él y le sonreía, la respuesta de este fue un balbuceo que se lo podía tomar como un “si”.

Luego de eso se apuraron para salir de la azotea. Los profesores de cada aula no habían llegado aún dándoles tiempo a los cinco chicos de conversar unos momentos y de paso… molestar a la “supuesta parejita” de Kamy y Ryoma. Luego de unos minutos todos fueron despedidos para sus salones.

La clase transcurrió con total normalidad, estaba toda la clase en silencio. Ryoma por su parte estaba tratando de no dormirse en ella. ¡Para que quería aprender geografía, si no iba a ser geógrafo! No lo entendía, no lo entendía.

Mientras la clase seguía aburrida, empezó a meditar los sucesos extraños que habían pasado últimamente. Se encontraba con un “ángel”, ¡era totalmente ilógico! Los muertos no viven. Se llegó a preguntar si todo eso tenía que ver con su madre, no, definitivamente no. La idea fue descartada en su totalidad. Empezó a recordar a la personalidad de la chica aquella, Sakuno, tan tímida, se sonrosaba de la nada, frágil en todo sentido, lloraba por todo, bueno no por todo si no que lloró cuando le gritó. Susceptible, en pocas palabras. Le agradaba de cierta manera, pero no sacaría conclusiones adelantadas, tan solo llevaba dos días con ella. Un momento… ¿Cómo la había llamado? ¿Linda? Al pensar esto se paró bruscamente del asiento interrumpiendo la clase, llevándose todas las miradas de parte de sus compañeros.

-¿Sucede algo Sr. Echizen?- Preguntó molesto el profesor al ver interrumpida su clase.
-¿Ehh? No, lo siento.- Se disculpó avergonzado.

Las risas y murmullos eran notorias, al ver la actitud de un alumno que, habitualmente, se comportaba indiferente y frío, y no hacía ese tipo de cosas que llamaban la atención.

-¡Silencio!- Pidió de un grito el profesor haciendo que todo el barullo parase.- Gracias. Seguimos. Luego de que Magallanes…

La jornada siguió normalmente después de este suceso. Hasta llegar la tan ansiada hora de salida.

Cuatro de los cinco jóvenes se encontraban hablando a la salida del instituto.

-Recuérdame porque estamos parados acá Ann.- Decía con fastidio la de ojos celestes.
-Momoshiro…-Dijo en un suspiro de cansancio.- El profesor de matemática lo encontró comiendo en clase nuevamente.
-¡Ahí viene Momo, ahí viene Momo!- Moviéndose por todos lados decía Eiji.
-El viejo de matemática me dio tarea extra.-Refutaba el de ojos lilas mientras se acercaba.
-Tú te lo buscaste.-Dijo en frío el de ojos miel.
-Ya Ryoma, no era para tanto.- Contestó Momo.
-Da igual.-Le volvió a responder.
-Ya basta los dos.-Intervenía Ann.- ¿A dónde vamos?- Preguntó cambiando de tema.
-Yo me largo.-Manifestó con molestia el de ojos ámbar.
-Pero Ryoma…-Se quejó Kamy, pero este ya se había ido.
-¿Alguien sabe que le pasa?-Preguntó el rojizo.
-No, pero, ¿han notado que ha estado extraño este último tiempo?-Planteaba Ann, nuevamente.
-Explícate.-Ordenó Momoshiro.
-Su actitud, es diferente, ya no está mucho con nosotros. Ha faltado más de lo normal a las clases, y hasta sus notas bajaron.-Dijo angustiada.- Chicos no es que exagere, es la verdad.
-Si Ann, pero entiéndelo, este último tiempo todo le recuerda a su madre.-Explico Eiji, posando una mano en el hombro de esta.
-Si, lo sé, lo sé.- Contestó, mientras acariciaba la mano de su compañero con ternura.- Bueno… ¿vamos?, ya está oscureciendo.
-Si mejor vallamos yendo. ¿Te acompaño Ann?
-Claro, ¡Adiós, no vemos!-Dijo ya desde lejos.
-¡Nos vemos!

Y... tatan! xD, jaja, bueno aca la conti, espero que no sea corta porque u.u" en fin... espero que les guste, un beso! nos vemos en mi otro ff :Bye:

 

Re: El espíritu de un asunto pendiente

Capítulo 8.

-Llegaste Ryoma.-Decía tranquilo su hermano al mismo tiempo que su padre.
-Hpm.-Contestó mientras subía hacia su hacia su habitación.
-¿Por qué tardaste tanto?- Indagó el mayor de los Echizen, haciendo que se detenga.
-No importa.-Zanjó Ryoma mientras que entraba a su cuarto.
-¡Merezco respeto!- Gritaba Nanjiro, pero Ryoma ya había cerrado la puerta.

Lo primero que hizo, Ryoma, fue tirar la mochila a un lado de la puerta y sacarse bruscamente la chaqueta que tanto le incomodaba, para luego tirarse en la cama.

Le llamó la atención que aquella niña no este, pero al fin y al cabo le daba igual en ese momento.

-¡Auch!-Se escucho un quejido, al parecer se había tropezado.
-¿Ryuzaki, eres tu?-Preguntó aun recostado en la cama.
-Si, soy yo. ¿Te molesté?
-No, no. Está bien.-Respondió entrecerrando los ojos.

Se sentía como Sakuno entraba y salía de la habitación; como sin saber que hacer. Esto comenzaba a irritar al joven de cabellos averdados.

-¿Qué tanto haces?-Preguntó al fin.
-Emm… nada en verdad.
-¿Entonces porque sales y entras cada dos segundos?-Volvió a indagar mientras se frotaba las sienes con los dedos, haciendo que esto intimide a la joven.
-Este…yo, intentaba recordar como, como era mi casa.-Confesó sincera.
-Ahh.-Se limitó a decir, pero la curiosidad lo mataba.- ¿Y como era antes tú casa?
-Amm…Antes, era una de las casas más visitadas en aquella época, teníamos, en la sala de abajo, una especie de comedor, aunque solo la utilizaban mi padres. La del recibidor que usaba yo, es el estudio de tu hermano ahora- A menudo mis padres me obligaban a tener reuniones de té con personas que, la gran mayoría de veces, no conocía.-Describió con cierta nostalgia.
-¿Y porque te obligaban?- Preguntó dejándose llevar por la historia.
-Yo era la única hija de mis padres y según ellos tenía quedar buena impresión y hacer honor a mi apellido, estaba, por decirlo así, sentenciada a tener esas reuniones. Y así pasaron dieciséis largos años hasta el día de mi muerte.-Terminó de relatar con cierta alegría.
-¿A causa de que fue tu muerte?-Preguntó ante su curiosidad.
-Creo no poder contestar a tu pregunta. ¿Por qué no lo ves con tus propios ojos mejor?
-¿Como? ¿De que hablas?-Preguntó asombrado.
-Toca mi mano.-Dijo segura mientras extendía su mano al frente de la cara del chico.- Vamos apoya tu mano.-Volvió a decir al ver que él la miraba con sorpresa.

Le hizo caso a lo que pidió la chica, apoyo su mano sobre la de ella. Inmediatamente entrelazaron los dedos, haciendo que los llevara a otra época, pero no lugar.

-¿En donde estamos?-Preguntó con un hilo de voz el de cabellos negros.
-En mi casa, setenta años antes de que tu familia la habitara.-Le dijo seria, mientras contemplaba el lugar.
-¿Qué hacemos acá?
-Te dije que no te podía explicar mi muerte ¿No? Bueno, la vas a ver.
-¿C-como que la voy a ver?- Preguntó nervioso.
-No te preocupes, si te quieres ir solo dime y te suelto la mano.-Aclaró con dulzura mientras daba referencia a como estaban tomados de las manos.
-Bien.

Emprendieron su “viaje” por la casa, en la planta baja se podía ver a tres familias que disfrutaban del té, mientras hablaban de un pronto casamiento.

En la planta alta, mientras tanto, se encontraban dos jóvenes sentadas en sillones mientras platicaban sobre su futuro.

-¡Hey Saku, que alegría! No falta mucho para tu casamiento.- Decía una chica con un lunar debajo del ojo derecho.
-Pero Tomoka, si para eso falta más de medio año.-Decía su amiga con una gota que rodaba por su nuca.
-¡Pero igual Saku, vas a ser la primera en casarse en tu familia!
-No hay caso contigo.
-Pero… no te veo tan animada, ¿acaso no quieres a Tezuka?-Indagaba con temor.
-¡NO!, si lo quiero…-Se defendía la castaña.
-¿Pero?
-Pero…creo, es decir, no sé si…-Tartamudeaba al querer expresarse.
-No crees que es el indicado. ¿Verdad?-Supuso la del lunar.
-Si.-Entristecida respondió.
-Ya Saku... Que tal si toco algo en el piano y bailas como siempre lo haces.-Propuso para levantarle un poco el animo.
-Bien. Espera que me cambie.

Al cabo de unos minutos volvió vestida con una maya negra de danza con las tiras cruzadas en la espalda, medias de lycra color salmón, un pequeño pollerín del mismo color que la maya que le llegaba un poco más arriba de las rodillas y un par de zapatillas de punta, algo sucias por el uso, con tiras de ceda.

-Empiezo.- Dijo la pianista, para luego empezar a tocar.

Sakuno tan solo asistió con la cabeza, para luego dar comienzo a su danza. Con pocas caminatas, una que otra pirueta, muchos saltos; juegos de brazos…

Al saltar parecía un pájaro que quería salir de la jaula que la aprisionaba. Se observaba a simple vista que disfrutaba de lo que hacía, disfrutaba bailar. Sin darse cuenta la frase había concluido mientras varias personas aplaudían a su alrededor.

Mientras estas aplaudían, habían dos que solo miraban minuciosamente el ambiente.

Ryoma sintió como su mano fue bruscamente apretada por la de Sakuno, a quien su mirada se le torno a una dolorosa, reteniendo unas cuantas lágrimas de sus calidos ojos.

-¿Quieres que regresemos?-Notoriamente preocupado preguntó el de ojos ámbar.
-No…sigamos viendo…-afirmó con dureza en sus palabras mientras una lágrima recorría su rostro.

Haber primita... YO tuve que hacer el capitulo xq a vos te daba flojera ¬¬... espero que no te molestes al leerlo, bueno... ahora ves que te quiero :$ y que si no te lo digo es xq sos muy hicha... en fin... como dice Debo (o Mady) Espero les guste el cap. y hasta la próxima.