My Little Pony El Error de Trixie (MLP)

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Dietrich, 16 Julio 2015.

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    Dietrich

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    Título:
    El Error de Trixie (MLP)
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    6803
    Ya eran las 15:30 del Domingo 10 de Octubre de 2010 en la ciudad de Ponyville. Era otro día de trabajo en la ciudad y en una granja de rocas ubicada un poco lejos de ella, una yegua acababa de picar toda una roca, dándole la forma perfecta de un diamante inmenso.

    ******: Que bien te quedó, Trixie.

    La nombrada se dio media vuelta.

    Trixie: Gracias, señor Pie.

    La nombrada vio que el corcel venía con otra yegua.

    Trixie: Hola, señora Pie.

    Señora Pie: Hola, cariño. Te quedó maravillosa, su forma parece verdaderamente de un diamante genuino.

    Trixie: Gracias.

    Señor Pie: Son las 15:30, ya puedes volver a casa. Aquí tienes tu pago semanal de cien monedas y billetes.

    Le da una bolsa con el dinero y ella la recibe.

    Trixie: Gracias. Sinceramente, amo que ustedes sean los padres de Pinkie Pie.

    Señor y señora Pie: ¿Y por qué?.

    Trixie: Pues es evidente que una amiga tan buena como ella debía venir de una familia tan buena como la suya. Ya que he sido su empleada por diez meses, he visto por interminables veces lo buenos padres que son cada vez que ella viene, y a la vez vi lo buenos anfitriones que son con sus amigos cuando también vienen. Cualquiera desearía tener padres tan sensacionales como ustedes, y aunque no todos acepten como yo trabajar en su granja, cualquier trabajador desearía tener un jefe tan buena persona como usted, señor.

    Señor y señora Pie: Muchas gracias, linda.

    Señor Pie: ¿Quieres pasar a beber algo?.

    Trixie: Sí, gracias.

    El señor Pie la llevó a beber una buena y fría limonada con dos cubos de hielo. Trixie soltó un suspiro una vez que la bebió.

    Señor Pie: Vaya, sí que estabas sedienta.

    Trixie: Sí, justo se me secó toda la garganta un segundo antes de que me hablara. Y gracias por ponerle ese hielo.

    Señor Pie: De nada, son los primeros que recién saco del congelador.

    Trixie: Que bien, aún más helados. Ya me voy a casa a bañarme, pero volveré cuando termine.

    Señor y señora Pie: Sí, adelante.

    Trixie: Gracias.

    Se fue a su casa, se bañó por un rato, luego puso el tapón en la tina y acumuló agua agradablemente tibia. Una vez que el agua le llegaba al cuello, cerró la llave y se relajó. Acumular agua era para relajar por completo sus músculos que se encontraban tensos por todo el trabajo. Se quedó ahí por quince minutos hasta que quitó el tapón, se salió, se secó la melena, la cola y el cuerpo, para finalmente peinarse. Salió del baño y fue nuevamente a mirar las rocas. Las miraba mientras paseaba por entre todas hasta que sintió que pateó algo. Bajó la mirada y se encontró con algo sorprendente. Era una pepita de oro del tamaño de un pomelo. Se quedó sin palabras, aunque por poco tiempo.

    Trixie: No lo puedo creer, en la granja del señor Pie hay oro.

    Y en ese momento sonrió.

    Trixie: Y esto me significa un viaje a cualquier parte. Podré irme a otra ciudad y buscar un trabajo mejor. Ya sé quiénes deben saberlo.

    Así que volvió con los padres de su amiga.

    Trixie: Señor Pie, señora, voy a la ciudad. Nos vemos luego.

    Se despidieron de ella con un ademán de casco y ella se fue de prisa a la ciudad.

    Trixie: ¡Twilight, Spike!.

    Golpeó la puerta de la biblioteca y ellos le abrieron casi de inmediato.

    Twilight y Spike: Hola, Trixie, ¿qué pasa?.

    Trixie: Ojalá me lo crean. Después de bañarme en mi casa luego de terminar mi trabajo en la granja del señor Pie, encontré una pepita de oro del tamaño de un pomelo.

    Ellos abrieron los ojos como el sol.

    Twilight y Spike: ¡Guau, asombroso!.

    Twilight: Jamás podría haber pensado que hubiese oro allá.

    En eso, un rayo rosa pasó entremedio de ellos y a la derecha de Trixie se paró otra yegua.

    Trixie: Hola, Pinkie Pie.

    Pinkie Pie: ¡¿En serio encontraste oro en la granja de mi papá?!.

    Trixie: Sí, así fue.

    Pinkie Pie: ¿Y tan grande como un pomelo?.

    Trixie: Sí.

    Pinkie Pie: ¡¿Se lo dijiste?!.

    Trixie: No.

    Spike: Oye, Trixie, ¿te sientes conforme con una sola pepita o querrías más?.

    Trixie: Con una sola me basta, pues una sola también vale mucho, aunque si son más valen mucho más, pero no me importa.

    Al paso de sólo diez minutos, la noticia del oro y el viaje de Trixie se expandieron en toda la ciudad más rápido de lo que se asa un malvavisco en la fogata. Una vez que las noticias se conocieron, Trixie comenzó a hacer cosas que nadie hubiera pensado.

    Trixie: Bon Bon, Lyra, desde mi primer día de trabajo estuve reservando todos estos doscientos dulces dentro de estos dos sacos para acumular aún más y así compartírselos, pero ya que tengo ese oro, les entrego esos dulces ahora mismo, pues cuando me haya ido, con ese oro obtendré aún más dinero y compraré muchos más.

    Bon Bon y Lyra: Muchas gracias.

    Bon Bon: Y que bien que puedas trabajar en otra cosa. Conseguir un trabajo de mayor salario te significará mucho más dinero que el que siempre ganaste en la granja de rocas.

    Lyra: ¿Y pudiste decidir dónde irás?.

    Trixie: Sí, a Manehattan.

    Lyra: ¿Y cómo conseguirás más dinero con esa pepita?.

    Trixie: Entregándola a un museo allá. Cualquier museo querría tenerla y sé que los museos dan muchísimo dinero a cambio de cosas invaluables como ésta.

    Lyra: ¿Sabes cuánto exactamente?.

    Trixie: No, pero sé que son millones de millones.

    Bon Bon y Lyra ponen miradas de tristeza, aunque siguen sonriendo. Trixie deja de sonreír al ver ese cambio de expresión.

    Trixie: ¿Qué pasa?.

    Bon Bon: Estamos acostumbradas a tenerte aquí y te queremos mucho, así que aunque nos acostumbremos a tu ausencia, te extrañaremos cuando te hayas ido.

    Lyra: Eso mismo digo yo.

    Trixie puso la misma cara y las abrazó.

    Trixie: Si les sirve de consuelo, también decidí que volveré en cada solsticio de verano y estaré hasta el último día de Agosto. Si alguna vez me demoro en venir, la razón jamás será porque ya no quiera. Jamás me olvidaría de ustedes ni de nadie y sé que ni ustedes ni nadie me olvidaría.

    Bon Bon: Eso sí es consuelo. Gracias.

    Lyra: Sí, gracias.

    Ambas le besaron las sienes a su amiga.

    Bon Bon y Lyra: Te queremos.

    Trixie: Y yo las quiero a ambas. Y les prometo que cada vez que venga, les traeré más dulces.

    Bon Bon y Lyra: Gracias.

    Ahora, Trixie le besó la mejilla izquierda a Bon Bon y la derecha a Lyra.

    Bon Bon: ¿Cuándo te irás?.

    Trixie: Cuando sea la puesta de sol de hoy.

    Bon Bon: Entonces una fiesta de despedida estaría bien, si estás de acuerdo.

    Trixie: Claro que sí.

    Bon Bon: Bien, hablaremos ya mismo con Pinkie y los Cake. Deja los dulces dentro y vamos, Lyra.

    Trixie: Esperen, ¿a qué hora será la fiesta?.

    Bon Bon: Se me ocurre que sea media hora antes de que te vayas.

    Trixie: Ah, está bien. Vayan.

    Lyra dejó los dulces dentro de la casa y se fueron, así que Trixie fue por otras de sus cosas para dárselas a alguien más.

    Trixie: Los tuve como una colección desde poco antes de mudarme aquí, ahora te regalo estas joyas, esmeraldas, perlas, collares, rubíes y diamantes, Rarity.

    Con su magia abrió los seis sacos en que ordenadamente guardó cada una de esas cosas.

    Rarity: ¿Cuál es el total de todo esto?.

    Trixie: Sesenta en cada saco. Y como ves, a cada saco le puse el nombre de su respectiva posesión para que sepas y encuentres con rapidez dónde está lo que necesites.

    Rarity: Todo esto irá perfectamente bien con los vestuarios que pueda hacer. Como la diseñadora de modas experta que soy, sé a qué atuendos le irán bien todas esas bellezas. Muchas gracias, Trixita.

    Con la boca cerrada soltó unas pocas carcajadas.

    Trixie: De nada, y gracias por lo de “Trixita”.

    Rarity: De nada.

    Puso la misma mirada que Bon Bon y Lyra.

    Trixie: ¿Y ahora qué pasa?.

    Rarity: Te extrañaré cuando te hayas ido, pese a que me acostumbraré a tu ausencia, pero sé que allá estarás bien. Te quiero mucho.

    Trixie puso la misma cara y la abrazó por un segundo, luego la soltó y le dijo lo mismo de su regreso de verano.

    Trixie: Cada verano volveré. Se lo prometí a Lyra y Bon Bon, ahora te lo prometo a ti y se lo prometeré a todo el mundo cuando me vaya.

    Rarity: Gracias.

    Ahora, Rarity la abrazó.

    Trixie: A Bon Bon se le ocurrió hacerme una fiesta de despedida media hora antes de irme, así que ahí nos veremos de nuevo.

    Rarity: ¿Cuándo te irás?.

    Trixie: Cuando el sol se haya puesto hoy.

    Rarity: Ah, bueno. Gracias de nuevo por todo eso.

    Trixie: De nada.

    Trixie se fue a su casa y luego a la de Twilight.

    Trixie: Acumulé estos cien libros hasta que vine a Ponyville, son de muchos temas diferentes y otras cosas, y ahora te doy 77 de ellos, Twilight.

    Twilight: Muchas gracias.

    Spike: Sí, muchas gracias, jamás podría haber pensado que alguien nos regalaría tantos libros. Es una completa maravilla.

    Twilight: ¿Y por qué me das 77?.

    Trixie: Porque los otros son para Rainbow Dash, porque son 33 libros de Daring Do. Como a ella le gustan las series de Daring Do, se sentirá contenta de saber que esos 33 son de esas series.

    Twilight y Spike: Oh, maravilloso, se lo diremos.

    Oyeron tres golpes en la puerta y luego fue abierta justamente por Rainbow Dash.

    Twilight: Hablando del rey pony.

    Rainbow Dash: ¿Acaso oí “33 libros de Daring Do”?.

    Trixie: Sí, son 33.

    Rainbow se le acercó y la abrazó.

    Rainbow Dash: Gracias.

    Trixie: De nada.

    Trixie la abrazó también. Luego de soltarse, Twilight la abrazó y luego Spike.

    Rainbow Dash: ¿Por qué me regalas esos libros?.

    Le dijo la razón y todos pusieron la misma cara que las tres yeguas de antes.

    Trixie: También me echarán de menos cuando me haya ido, ¿cierto?.

    Todos: Sí.

    Spike: ¿Cómo supiste?.

    Trixie: Bon Bon, Lyra y Rarity se pusieron como ustedes cuando estuve con ellas.

    Ahora, ella abrazó a cada uno y a todos les dio un beso en una mejilla. Acto seguido, les prometió su regreso.

    Twilight: Bueno, me acostumbraré a eso, aunque jamás pueda sentirme satisfecha.

    Trixie: ¿Por qué?.

    Twilight: Las visitas jamás me dieron la misma satisfacción que la estancia permanente.

    Trixie: Ah, bueno. Bueno, iré a mi casa a sacar más cosas para regalar. Nos veremos en la fiesta de despedida.

    Spike: ¿Qué fiesta de despedida?.

    Trixie abrió la boca, pero alguien se le adelantó para contestar, y no era nadie más que Pinkie.

    Pinkie Pie: La fiesta que le haremos para despedirla. Fue idea de Bon Bon.

    Trixie: Eso iba a decir.

    Spike: Ah, ¿y cuándo se la haremos?.

    Pinkie Pie: Media hora antes de que se vaya hoy.

    Spike: ¿Hoy te irás, Trixie?.

    Trixie: Sí, en la puesta de sol.

    Spike: ¿A dónde irás?.

    Trixie: A Manehattan.

    Trixie mira a Pinkie y ella pone esa cara.

    Trixie: Sé lo que vas a decir, Pinkie.

    Pinkie Pie: O sea que alguien más ya te dijo eso.

    Trixie: Sí, Bon Bon, Lyra y Rarity. Ellos no, porque sólo con verlos poner esa cara supe lo que me iban a decir, así que me anticipé.

    Pinkie Pie: Ah, bueno. Me voy a seguir organizando.

    Trixie: Antes de que te vayas, ¿me dices dónde será la fiesta?.

    Pinkie Pie: En Sugar Cube Corner.

    Trixie: Ah, bueno, está bien. ¿Entonces el señor y la señora Cake también saben de mi viaje y mi descubrimiento?.

    Pinkie Pie: Sí.

    Trixie: ¿Quién les dijo?.

    Pinkie Pie: Yo, después que Bon Bon me dijo todo.

    Trixie. Ah, bueno.

    Pinkie Pie: ¿Tienes más preguntas?.

    Trixie: No, pero sí algo más para decirte, aunque te quite un poco de tiempo.

    Pinkie Pie: Adelante.

    Le dio su promesa. Acto seguido después, Pinkie la abrazó.

    Pinkie Pie: ¿Es un Juramento-Pinkie Pie?.

    Y Trixie la soltó y movió su casco de la forma en que se mueve para hacer el juramento.

    Trixie: Con cerrojo o sino arrojo un pastelito a mi ojo.

    Pinkie Pie: Gracias.

    Por último, Trixie le dio un beso en la mejilla derecha y Pinkie a ella en la punta del cuerno.

    Trixie: Gracias por eso.

    Pinkie Pie: De nada.

    Trixie: Eres la primera pony en el mundo que me besa el cuerno.

    Pinkie Pie: Sí, bueno, es que me pareció adecuado para esta ocasión.

    Trixie: Bueno. Gracias.

    Pinkie Pie: De nada. Me voy a continuar.

    Entonces se fue.

    Trixie: Bueno, si los Cake saben de esto, debo ir a darles mi promesa, al menos les sirvió como consuelo a Bon Bon y Lyra, también a Rarity, a ustedes y a Pinkie.

    Los tres le asintieron con la cabeza y ella se fue directamente a su casa para luego irse a Sugar Cube Corner.

    Trixie: ¿Señor Cake, señora Cake?.

    En poco rato, el señor Cake salió de la cocina con su esposa.

    Señor Cake: Hola, Trixie.

    Señora Cake: Hola, cariñito.

    Trixie: Me anticipo diciéndoles que sé que seguramente me dirán que están acostumbrados a que esté aquí y tanto más. Yo les vengo a prometer algo.

    Les dijo todo, incluyendo el juramento a Pinkie, entonces fue abrazada por el señor Cake y luego por su esposa.

    Trixie: Perdonen que no los dejara decirme eso, es que ya sabía que me lo dirían, porque Bon Bon, Lyra y Rarity ya me lo dijeron.

    Señor y señora Cake: Lo entiendo, cielito lindo.

    Trixie: Gracias por su comprensión y por llamarme así.

    Señor y señora Cake: De nada.

    Trixie: Igualmente volveré todos los veranos de mi vida aunque no le hubiese hecho el juramento a Pinkie y no se lo hubiera prometido a nadie. Y ahora, les traje algo que les gustará.

    Les acercó el saco que traía y de él sacó unos veinte libros.

    Trixie: Hace dos semanas los ordené por correo. Cuando llegué a la ciudad, los conocí y me enseñaron todos sus libros de recetas, recordé que conocí estos veinte y todas sus recetas en donde antes viví, y cuando me enseñaron los suyos, vi que ninguno era de los que conocí y por tanto no tienen ninguna, así que como hoy me voy de la ciudad, les regalo todos.

    El señor Cake la abrazó de nuevo.

    Señor Cake: Gracias, muchas gracias, linda.

    Trixie: Por nada.

    Se apartó y su esposa la abrazó también.

    Señora Cake: Muchas gracias, dulzurita.

    Trixie: De nada.

    Señor Cake: ¿Sabes de la fiesta que te haremos para despedirte?.

    Trixie: Sí, Bon Bon me dijo de esa idea, que será media hora antes de la puesta de sol y Pinkie me dijo que será aquí.

    Señora Cake: ¿Por qué ordenaste estos libros?.

    Trixie: Para usar sus recetas para comer. De donde vine aprendí a hacer muchas y muchas variedades de postres, así que desde que acabé mi aprendizaje, hacía postres para comerlos. Todas las recetas de los veinte son las que aprendí en mi viejo hogar, pero con el tiempo las olvidé completamente después que llegué, pero no los nombres de los libros, así que los ordené para recordar sus recetas y así seguir comiendo esos postres como cuando estaba en mi otro hogar. Y ahora que lo menciono, recuerdo que ya les dije eso cuando recién llegué.

    Señor y señora Cake: Oh, es cierto.

    Señora Cake: Lo olvidé por completo.

    Señor Cake: Se me había olvidado que ese día hiciste siete postres para que, como si fuese un concurso, los probáramos para ver lo bien que sabes cocinar.

    Señora Cake: Y te salieron perfectos como si lo hubieses aprendido de nosotros.

    Señor Cake: Si nos regalas tus libros, ¿a alguien más le regalaste algo?.

    Trixie: Sí.

    Y les dijo de todas las cosas que regaló y a quiénes las regaló.

    Señor Cake: Después de Rarity, eres la segunda yegua más generosa que hemos conocido y eres tan bonita persona como nosotros y mucha más gente de Ponyville.

    Señora Cake: Eso digo también.

    Trixie: Gracias por elogiarme.

    Señor y señora Cake: De nada.

    Señor Cake: ¿Tienes más que regalarle a más gente?.

    Trixie: No, ustedes fueron los últimos.

    Señor Cake: Ah, bueno.

    Trixie: Me voy a andar por ahí. Nos veremos en la fiesta.

    Señor y señora Cake: Hasta luego.

    Se fue a su casa, pero apenas entró, empezó a sentir un peso encima. Recordaba lo mucho que la extrañarían cuando se fuese, pero igualmente quería irse, aunque también extrañaría a todos, tanto como su estadía en la ciudad. Comenzó a tomar y guardar lo que llevaría para el viaje. Justamente el tren partiría a la hora de la puesta de sol. Las horas pasaron hasta que Trixie fue de nuevo a la granja, faltando media hora para la fiesta. Fue a donde había dejado la pepita de oro, la encontró y la tomó para mostrársela a los padres de Pinkie. Golpeó la puerta y ellos le abrieron a los pocos momentos.

    Trixie: Señor Pie, no les dije nada de lo que ahora les diré.

    Señor Pie: ¿Y qué es?.

    Trixie: Bueno, es que cuando volví después de bañarme, fui a caminar entre las rocas y a los pocos momentos me encontré esto.

    Les enseñó el oro y tanto el señor Pie como su esposa se mostraron muy asombrados.

    Señor Pie: No lo puedo creer, es mi roca que pinté de dorado.

    Trixie se asombró ahora.

    Trixie: ¿Su roca que pintó de dorado?.

    Señor Pie: Sí, después que terminaste de trabajar el Domingo pasado, piqué y piqué una roca hasta que la dejé de este tamaño, así que se me ocurrió pintarla y la dejé dorada con una pintura que ese mismo día compré en la ciudad.

    Trixie: ¿Pinkie lo sabe?.

    Señor Pie: No, como ella no vino en toda la semana, jamás le dije nada. Sólo mi esposa lo sabía.

    Ella miró la roca por un momento y luego le extendió el casco al señor Pie.

    Trixie: Entonces debo devolvérsela.

    Él la recibió.

    Trixie: Eso quiere decir que no soy millonaria como creí.

    Señor Pie: Sí, así es. Lo siento, Trixie.

    Trixie: No diga eso, no es su culpa. Yo fui la tonta.

    Señor Pie: Aunque sea cierto, no voy a estar de acuerdo en llamarte así.

    Señora Pie: Yo tampoco.

    Trixie: Como quieran, y gracias por no hacerlo.

    Señor y señora Pie: De nada.

    Trixie: ¿Por qué estaba entre las rocas?.

    Señor Pie: La perdí hace dos días. Este Viernes iba caminando con ella y sin darme cuenta, se me cayó por ahí, no supe en dónde.

    Trixie: ¿La buscó?.

    Señor Pie: No, porque como no sabía dónde estaba, pensé que era mejor no buscarla y que algún día mi esposa o yo la encontraríamos por accidente, por así decirlo.

    Trixie: ¿Entonces le contó a su esposa de su pérdida?.

    Señor Pie: Sí.

    Ella puso una mirada triste.

    Trixie: Ahora, hay algo más que les debo decir.

    Les contó todo.

    Señora Pie: ¿Y todavía quieres irte?.

    Trixie: Sí.

    Señora Pie: Pero te sientes apenada por eso. ¿Por qué no te quedas?.

    Las orejas de Trixie cayeron y bajó un poco la mirada a la izquierda.

    Trixie: Me da una inmensa vergüenza decírselo, pero se lo diré en todo caso.

    Señor y señora Pie: No, linda, espera.

    Señor Pie: Si te avergüenza, no nos digas.

    Señora Pie: No nos importa quedarnos con la duda para siempre, elijo eso a que nos digas algo que te avergüenza tanto.

    Señor Pie: Así es, no nos importa no saberlo jamás.

    Ella los miró de nuevo, con las orejas de nuevo en alto y sonriendo sin cambiar la mirada.

    Trixie: Gracias por su respeto y comprensión.

    Señor y señora Pie: De nada.

    Trixie: ¿Irán a la fiesta?.

    Señor Pie: No tenemos tiempo, estamos ocupados por el momento, así que sólo podremos ir a verlos cuando te hayas ido.

    Trixie: Está bien, entonces me despido ahora de ambos.

    Ellos le asintieron con la cabeza y ella abrazó a ambos a la vez, luego se separó y ella dejó de sonreír.

    Trixie: Señor, ¿le afecta en algo que me vaya cuando fui empleada suya?.

    Señor Pie: No, pequeña, nada.

    Trixie: ¿Y a usted, señora?.

    Señora Pie: Tampoco.

    Trixie: Señora Pie.

    Señora Pie: ¿Sí, tesoro?.

    Trixie: Si sabe que me extrañará ahora que no esté, ¿no intentará convencerme de quedarme?.

    Señora Pie: No, temo que no.

    Trixie: ¿Aunque quiera hacerlo?.

    Señora Pie: Aunque yo quisiera hacerlo, no puedo interferir con los asuntos del corazón. Si es algo que en serio deseas, por la razón que sea y aunque ese deseo no viniera voluntariamente de tu corazón, igualmente no me interpondré. Yo respeto cuando alguien desea algo.

    Trixie: ¿Así es con cualquiera, aunque se trate de alguien fuera de su familia?.

    Señora Pie: Sí, con quien sea. Todo pony tiene ese respeto por las decisiones ajenas.

    Trixie se calló durante un momento.

    Trixie: Jamás me fijé en si yo poseo ese respeto.

    Señora Pie: Eso también suele pasarle a la gente, pero ese mismo respeto fue lo que tuviste cuando Bon Bon tuvo la idea de la fiesta. No dijiste nada que expresara oposición a su decisión, simplemente dejaste que ella llevase a cabo lo que decidió.

    Normalizó su mirada aunque no sonrió aún.

    Trixie: No lo había pensado, pero veo muy bien que tiene razón.

    Ellos sólo la miraron sin decir nada.

    Trixie: Hay algo más que no les dije.

    Les dijo del peso que sentía.

    Trixie: Llevo horas sintiéndome así. Así de mal me siento desde que volví a mi casa luego de regalarles esos libros al señor y la señora Cake.

    Señora Pie: Sé qué es esa pesadez.

    Trixie: ¿Y qué es?.

    Señora Pie: Arrepentimiento. Aunque quieras irte, al mismo tiempo estás arrepentida de eso y quieres quedarte.

    Trixie: Así que eso es. Bueno, en todo caso, ya llegará el día en que lo superaré, así que no me importa.

    Señora Pie: Está bien, cariño.

    Trixie: Hasta aquí llego. Nos veremos el verano siguiente.

    Abrazó al señor Pie, éste le correspondió y luego abrazó a la señora Pie, quien también le correspondió.

    Señor y señora Pie: Adiós, Trixie.

    Trixie: Adiós.

    Se fue a su casa y se quedó ahí hasta que llegó el momento de la fiesta. Oyó que golpearon su puerta y fue a abrir.

    Trixie: Hola, Spike.

    Spike: Llegó la hora.

    Trixie: Sí, vamos.

    Ambos tenían miradas tristes. Sacó un saco grande, salió y cerró la puerta.

    Spike: Oye, jamás te hubiese pedido nada como esto. Ya que es la última vez que nos veremos, ¿me dejas montarte como si fueses Twilight?.

    Ella sonrió sin cambiar la mirada.

    Trixie: Está bien.

    Spike: Quiero subirme por mí mismo, no con tu magia.

    Trixie: Bueno.

    Se subió a su lomo y partieron.

    Spike: ¿Para qué tienes ese saco?.

    Trixie: Allí llevo lo que necesitaré cuando llegue allá.

    Spike: Ah, bueno.

    Llegaron a la pastelería y ahí vio ella a todos los que les regaló esas cosas, pero también estaban otras dos yeguas más.

    Trixie: ¿Applejack, Fluttershy?.

    Applejack y Fluttershy: Hola, Trixie.

    Trixie: Hola. ¿Supieron de todo esto?.

    Applejack: Sí, Pinkie fue a contarnos.

    Fluttershy: Te quiero mucho, Trixie.

    Spike se bajó, Fluttershy la abrazó y su amiga le correspondió.

    Trixie: También los quiero a todos.

    Se separaron a los pocos segundos y Applejack la abrazó también.

    Twilight: Spike, ¿por qué venías montado en ella?.

    Le dijo.

    Twilight: Pobrecito. Me siento igual que tú, pero no me interpondré en su decisión.

    Spike: Yo tampoco, ella debe seguir si es lo que desea.

    Comenzaron la fiesta, pasaron casi toda la media hora festejando hasta que faltaban cinco minutos antes de la puesta de sol, que también era la hora en que partiría el tren.

    Trixie: Por favor, pido que nadie me acompañe, quiero despedirme aquí mismo.

    Twilight: Bueno, como quieras.

    Los Cake le dieron una carreta para llevar su saco sin cansarse mucho.

    Trixie: Cuando esté en la estación, la desapareceré y reapareceré aquí mismo.

    Señor Cake: Está bien.

    Trixie: Pinkie, hay algo que quiero que sepas antes de irme.

    Pinkie Pie: ¿Y qué es?.

    Le dijo todo lo que les dijo a sus padres cuando terminó de trabajar, tras lo cual, Pinkie la abrazó acariciando su nuca.

    Pinkie Pie: Oh, mi Trixita, muchas gracias.

    Trixie: De nada.

    Uno por uno la abrazaron hasta que con un “Adiós” más, ella se fue. Y pocos minutos más tarde, los padres de Pinkie llegaron.

    Pinkie Pie: Hola, mamá. Hola, papá.

    Señor y señora Cake: Hola, hija.

    Ella les besó una mejilla a cada uno, ellos también y se abrazaron los tres juntos.

    Señor Pie: Veo que Trixie ya se fue.

    Pinkie Pie: Sí, se fue hace poco.

    Señor Pie: Temo que tengo la plena y total seguridad de que en realidad no debió irse en tren.

    Pinkie Pie: ¿Por qué?.

    Señor Pie: Hace menos de una hora, ella nos enseñó ese oro que dijo haber encontrado, pero ese oro no era oro en realidad, porque hasta el Domingo pasado, después que ella se fue a su casa luego de trabajar, era una roca de mi granja que yo piqué y piqué hasta dejarla del tamaño de un pomelo. Luego se me ocurrió pintarla y la dejé dorada con una pintura que ese mismo día compré en la ciudad.

    Rarity: Entonces, Trixie no es millonaria y no puede irse a Manehattan.

    Twilight: Claro, porque los pasajes de tren cuestan más dinero del que ella tiene.

    Pinkie Pie: Y si no se fue en tren y por tanto no fue a Manehattan, ¿a dónde fue?.

    Twilight: Tengo la corazonada de que ya sé dónde podemos encontrarla. Y debemos ir de prisa, pronto será de noche.

    Rarity: ¿Tú irás, Twilight?.

    Twilight: Sí, ¿por qué?.

    Rarity: Yo voy contigo.

    Pinkie dio un paso adelante.

    Pinkie Pie: También yo.

    Spike: Y yo también.

    Twilight: Gracias. Sube a mi lomo, Spike.

    Subió a su lomo y se fueron a toda velocidad al desierto. No muy lejos de la ciudad, Trixie se había detenido para pasar la noche y luego continuar. Estaba sentada junto a la carreta. Miraba al cielo y soltó un suspiro de desánimo.

    Trixie: Si no es cotidiano imaginar que se le habla a alguien más, no sé que lo sea.

    Soltó otro suspiro.

    Trixie: Sinceramente quiero volver. Ya no tengo ganas de irme, pero si vuelvo, tendré que decir la razón y me avergonzaría tanto reconocer mi error.

    Cerró los ojos con fuerza, agachó la cabeza y una lágrima salió de su ojo izquierdo. Se quedó así hasta que a los pocos segundos, oyó una voz conocida.

    ***: ¡TRIXIE!.

    Abrió los ojos enderezando la cabeza y se dio media vuelta, viendo quién era. Ellos se detuvieron junto a ella.

    Trixie: ¿Twilight?, ¿Spike?, ¿Rarity?, ¿Pinkie?.

    Spike se bajó y le abrazó el brazo derecho con una inmensa sonrisa. Ella se limpió el rastro que le dejó la lágrima.

    Spike: Hola, amiga.

    Trixie: ¿Qué están haciendo aquí?.

    Twilight: Venimos a buscarte para llevarte a casa. El papá de Pinkie nos dijo lo de la roca pintada.

    Spike la soltó y se apartó, Trixie agachó un poco la cabeza, su mirada se entristeció y sus orejas cayeron.

    Twilight: ¿Por qué no nos dijiste que ya lo sabías?.

    Le dirigió la mirada sin mover la cabeza.

    Trixie: Bueno, porque,, después de mirar lo contentos que todos estaban con lo que les regalé y con la fiesta que me dieron, yo...

    No dijo nada.

    Twilight: ¿Te habrías sentido avergonzada de reconocer que te equivocaste?.

    Trixie: Totalmente avergonzada.

    Todos le sonrieron.

    Twilight: ¿Sabes, Trixie?, cualquiera se equivoca con lo que sea.

    Los otros tres asienten con la cabeza.

    Twilight: Pero jamás debes avergonzarte por tus errores.

    Niegan con la cabeza.

    Twilight: Porque sin importar cuál haya sido el error, tus verdaderos amigos siempre te serán comprensivos.

    Enderezó la cabeza.

    Trixie: ¿Eso piensas tú?.

    Twilight: Sé que así es.

    Trixie se mantuvo callada por dos segundos más.

    Trixie: ¿Saben por qué no les dije de mi error cuando el señor Pie me dijo que era una roca?.

    Todos: No.

    Trixie: Porque toda mi vida he sido cobarde para reconocer mis errores, aunque sean de ésos por los que no debo por qué avergonzarme. Nunca aprendí a ser valiente como tú, Twilight. Pude intentar ser valiente, pero no se me ocurrió y la vergüenza y cobardía pudieron más que yo cuando me dijo la verdad de ese oro falso. Cuando me lo dijo, la vergüenza de mi error fue otra razón más por la que quise irme, para no tener que reconocer mi equivocación. Sabía que me harían preguntas y que tendría que reconocer mi equivocación si decía cualquier cosa relacionada con lo que me dijo el señor Pie. No le pedí a nadie que me devolviera lo regalado porque sabía que me preguntarían por qué, entonces debería decir mi error. En ese momento sentí vergüenza porque iba a reconocerles mi error a los padres de Pinkie, pero igualmente quise hacerlo, pero al final no lo hice porque me fueron comprensivos diciéndome que no les importaba quedarse con la duda para siempre.

    Les contó todo lo demás, incluyendo lo que la señora Pie le dijo de su arrepentimiento. Una vez que terminó, todos le aplaudieron por pocos segundos.

    Trixie: ¿Por qué aplauden?.

    Todos: Porque ahora fuiste valiente.

    Twilight: Nos contaste todo, sin que tuviésemos que preguntarte nada, tuviste la iniciativa propia y voluntaria de decirnos todo. Fuiste verdaderamente valiente, nos contaste tu error y todo el resto. La vergüenza y la cobardía pudieron haberte hecho decidir no contarnos nada, pero fuiste capaz de vencerlas para contarnos. Venciste todo tu miedo y tu vergüenza. Estoy sinceramente orgullosa de ti.

    Rarity, Pinkie Pie y Spike: También yo.

    Ella sonrió sin cambiar su mirada que aún era de tristeza.

    Trixie: Gracias.

    Twilight: Entonces, ¿volverás?.

    Asintió con la cabeza y fue abrazada por cada uno.

    Twilight: Gracias. La vida ya no sería lo mismo si no estás.

    Trixie: Esta vez me quedaré para siempre. Viviré en Ponyville hasta morirme. Ya jamás dejaré que nada me tiente a irme, aunque encontrase oro verdadero alguna vez.

    Twilight: Ahora me siento totalmente satisfecha porque te quedarás para siempre.

    Dejó de sonreír.

    Trixie: No espero que me perdonen, ni ustedes ni nadie, porque jamás debí querer irme sólo por una supuesta pepita de oro. Si no me hubiese querido ir, nunca se habrían sentido así de tristes. Me cegaron mis deseos de dinero y no tuve la fuerza para aguantarme a esa tentación. Ya que me sucedió así, veo que soy de esos ponies que se enloquecen por dinero.

    Twilight: Como quieras, pero te digo una cosa. Ya que dijiste que jamás dejarás que nada te tiente a irte, aunque encontrases oro verdadero alguna vez, eso significó que ya jamás te enloquecerás por dinero.

    Sonrió y contestó como Twilight en el capítulo “The Best Night Ever”.

    Trixie: Ah, sí, claro.

    Twilight: ¿Ves que sí?.

    Trixie: Sí, no me di cuenta, pero me alegra que así sea.

    Twilight: Igualmente te perdono.

    Rarity, Pinkie Pie y Spike: También yo.

    Trixie: Gracias.

    Y nuevamente dejó de sonreír y miró a Pinkie.

    Trixie: Pinkie, ¿tú papá me permitiría volver a trabajar en su granja?.

    Pinkie Pie: Claro que sí.

    Trixie: ¿Aunque me hubiese ido por otra causa?.

    Pinkie Pie: Por la que sea que te fueses, él y mi mamá siempre te recibirán y jamás dejarán de ser tus amigos, igual que yo.

    Trixie: ¿Cómo sabes?.

    Pinkie Pie: Sólo lo sé. Son mis padres, conozco cómo llevan su amistad con los demás.

    Volvió a sonreír sin cambiar la mirada.

    Trixie: Que bien.

    Twilight: Ahora volvamos a casa, nadie será ajeno a la felicidad que sentirán por ver que estás de vuelta. Voy a reunir en Sugar Cube Corner a todos los que ahí estaban, de seguro se fueron de ahí.

    Spike: Oye, Trixie, ¿puedo ir montado en ti?.

    Trixie: Sí, ¿por qué?.

    Spike: Como ahora vuelves y por tanto iremos contentos, quiero montarte para hacerlo contento como si fuera la primera vez.

    Trixie: Bueno.

    Spike: Gracias. Y quiero subir yo mismo.

    Trixie le asintió y se echó en el suelo, pero antes de subir, él le besó la mejilla izquierda.

    Trixie: Gracias.

    Spike: Por nada.

    Subió a su lomo, Twilight ató a sí misma las correas de la carreta y Trixie se paró.

    Todos: Siempre te querré, Trixie.

    Trixie: Gracias, y yo siempre los querré a todos y a todos los demás.

    Todos: Gracias.

    Twilight: Yo llevaré tu carreta.

    Trixie: Está bien, gracias.

    Y partieron.

    Trixie: ¿Alguno de ellos me devolverá lo que les regalé?.

    Twilight: Si lo quieres, todos lo harán de buena gana inmediatamente, nadie se resignará, ni siquiera nosotros.

    Trixie: Muchas gracias. Y a ti te quiero pedir algo, si es que puedo.

    Twilight: Claro que sí, siempre podrás pedirme lo que sea. ¿Qué es?.

    Trixie: Cuando lleguemos, vayamos inmediatamente a Sugar Cube Corner, pero como posiblemente todos se fueron de ahí, llámalos y pídeles que traigan todo lo que les regalé, diles que volví y que yo les diré el por qué de la devolución cuando estén allá. Y también trae a los padres de Pinkie, a Applejack y Fluttershy, porque quiero que también presencien mi llegada.

    Twilight: De acuerdo, lo haré.

    Trixie: Gracias.

    Twilight: De nada, amiga.

    Volvieron a la ciudad cuando era de noche. Todos se habían ido, así que Twilight los llamó, les dijo lo que Trixie le dijo y todos fueron con las cosas.

    Señora Cake: Lamento que tu oro no fuese verdadero, Trixie, pero me pone tan contenta que hayas vuelto. Ya te echábamos de menos.

    Rarity: Ya lo creo. Me gusta tener joyas y todo eso, pero me gusta más tenerte a ti.

    La abrazó y Trixie le correspondió. Antes de soltarse, Rarity le besó la mejilla derecha.

    Trixie: Perdonen que en esos momentos no los valorara tanto como antes. Me enloquecí por el dinero que sabía que tendría, me cegaron mis deseos de dinero, pero les juro que desde ahora y para siempre jamás pasará de nuevo.

    Pinkie Pie: ¿Juramento-Pinkie Pie?.

    Movió el casco de esa forma.

    Trixie: Con cerrojo o sino arrojo un pastelito a mi ojo.

    Pinkie Pie: Gracias.

    Trixie: Igualmente no pasará aunque no hubiese hecho el juramento.

    Pinkie Pie: Está bien, amiga.

    Trixie: ¿Me pueden perdonar?.

    Todos: Sí.

    Trixie: Gracias.

    Rainbow Dash: Si no te fuiste a la estación, ¿a dónde fuiste?.

    Trixie: Al desierto.

    Señora Cake: ¿Entonces fue por eso que nunca apareciste la carreta?.

    Trixie: Así es, lo siento.

    Señora Cake: No hay problema, linda.

    Señor Cake: Todo está bien.

    Trixie: Gracias por su comprensión.

    Señor y señora Cake: De nada, hermosa.

    Ahora, les contó todo lo que les reconoció a sus cuatro amigos en el desierto y todos le aplaudieron cuando terminó.

    Trixie: A todos los que les regalé mis cosas, como volví y jamás me iré, ¿serían tan gentiles de devolvérmelas por favor?.

    Todos: Claro que sí.

    Señor Cake: Aquí están tus libros, amiga.

    Rarity: Aquí están tus joyas y todo lo demás.

    Twilight, Spike y Rainbow Dash: Aquí están todos tus libros.

    Bon Bon y Lyra: Y aquí están tus dulces, no nos comimos ni uno.

    Trixie: Gracias a todos. Y a ustedes, señor y señora Cake, les devuelvo su carreta.

    Señor y señora Cake: Gracias, linda.

    Se dirigió al señor Pie.

    Trixie: Señor Pie, ¿puedo volver a trabajar con usted?.

    Señor Pie: Sí, Trixie.

    Trixie: ¿Puede ser desde mañana y todos los días como siempre fue?.

    Señor Pie: Sí, bonita.

    Trixie: Gracias.

    También le dijo las preguntas que le hizo a Pinkie sobre eso y lo que ella le contestó.

    Señor Pie: Gracias por decirle, hija.

    Pinkie Pie: De nada, papi.

    Miró a Twilight, Spike y Rainbow Dash.

    Trixie: Twilight, Spike, Rainbow, no puedo decirles ninguna fecha específica, pero les prometo que algún día ordenaré por correo todos los libros que les regalé, para que ahora sí los tengan siempre.

    Twilight, Spike y Rainbow Dash: Muchas gracias.

    Trixie: Señor y señora Cake, les prometo que algún día ordenaré por correo los veinte libros para que siempre los tengan y puedan usar esas recetas.

    Señor y señora Cake: Gracias.

    Trixie: Y les prometo que desde mañana, vendré indefinida y seguidamente a almorzar o cenar.

    Señor y señora Cake: Gracias.

    Trixie: Rarity, te prometo lo mismo por las joyas y todo lo demás.

    Rarity: Gracias.

    Trixie: Y Bon Bon y Lyra, les prometo lo mismo por los dulces.

    Bon Bon y Lyra: Gracias.

    Trixie sonrió de verdad como todos.

    Trixie: Gracias a todos por ser pacientes.

    Todos: De nada.

    Trixie: Manehattan puede ser bonito y todo eso, aún más que Ponyville, pero mi hogar está en Ponyville con mis amigos que amo y que desde ahora, también veo como una familia.

    Todos: Aaaaaah.

    Twilight: Que conmovedor oír eso. También te veo como si fueses mi familia.

    Spike: Ahora eres como mi segunda familia después de Twilight.

    Todos: Y para nosotros también.

    Señor Pie: Trixie, para todo eso necesitarás más dinero del que te pagaba, así que desde el próximo Domingo te pagaré mucho más.

    Ella sonrió aún más.

    Señor Pie: Y no será solamente por eso, desde ahora decido que por toda nuestra vida te pagaré más de lo que siempre te pagué.

    Ella ya no pudo contener su felicidad y saltó sobre él en un gran abrazo.

    Trixie: ¡Muchas gracias!.

    Todos aplaudieron ante la escena tan bella.

    Señor Pie: Te dejo a ti elegir cuánto quieras que te pague.

    Trixie: Gracias, pero no me pondré egoísta ni codiciosa, así que elijo que sólo sean doscientos.

    Señor Pie: De acuerdo, está hecho.

    Todos volvieron a aplaudir y Trixie rompió el abrazo para mirar a Twilight.

    Trixie: Twilight, ahora recuerdo que no te pregunté esto. ¿Cómo supieron que estaba allá?.

    Twilight: Tuve una corazonada que me lo dijo.

    Trixie: Ooooh, así que oíste a tu corazón.

    Twilight: Sí, fue lo que me guió hasta ti.

    Trixie: Muy hermoso.

    Twilight: Gracias.

    Se abrazaron mutuamente restregando tiernamente sus cabezas.

    Twilight: Te quiero mucho.

    Trixie: También yo, hermana.

    Eso hizo que Twilight se separara un poco sin soltarla.

    Twilight: ¿Me llamaste “hermana”?.

    Trixie: Sí, eso eres para mí, así es como ahora te quiero, como la hermana que jamás tuve.

    Twilight: Quizá no sea necesario agradecer, pero igualmente te agradezco. Entonces también te quiero así.

    Trixie: Gracias.

    Spike: Y entonces yo te quiero como a una tía.

    Ambas lo miraron.

    Trixie: Gracias, Spikey Wikey.

    Él se rió un poco sin abrir la boca.

    Spike: Gracias por llamarme así.

    Trixie: De nada, sobrino.

    Se asombró, sus ojos se abrieron tan grandes como el sol y quedó mudo por poquitos segundos para luego sonreír.

    Spike: ¿Me llamaste “sobrino”?.

    Trixie: Sí, eso eres para mí.

    Twilight: Únete al abrazo, Spike.

    Él vino y lo tomaron entre ellas para abrazarse entre los tres durante unos buenos segundos. Todos a su alrededor aplaudieron ante la escena tan verdaderamente conmovedora. Finalmente rompieron el abrazo luego de diez segundos.

    Trixie: Mi encuentro con la roca me dejó dos enseñanzas eternas que siempre recordaré para toda mi vida. Una es que debo tener cuidado con lo que encuentro, porque su apariencia puede ser engañosa. Las cosas no siempre son lo que parecen, hay que tener cuidado y examinar para concluir si lo encontrado es verdaderamente lo que parece o si es otra cosa. Y la otra es que siempre hay que ser valiente ante las equivocaciones, dar la cara para reconocerlas y jamás sentirse cobarde ni avergonzado y mucho menos esconderse.

    Todos le aplaudieron otra vez.

    Twilight: Te felicito.

    Trixie: Gracias.

    Twilight: ¿Les parece bien si todos brindamos por Trixie con lo que quieran beber?.

    Todos: Claro que sí.

    Twilight: También tú, Trixie.

    Trixie: Gracias, Twilie.

    Twilight: De nada, y gracias por llamarme así.

    Trixie: De nada.

    Twilight le preguntó a cada uno lo que querían para beber, todos lo dijeron y los Cake les sirvieron sus tragos.

    Todos: Siempre te querremos, amiga.

    Trixie: Y yo siempre los querré a todos, familia.

    Twilight: Un brindis por Trixie, la mejor e inigualable amiga que todo Ponyville ha tenido.

    Todos: ¡Por Trixie!.

    Todos bebieron. Esa noche fue la más feliz para todos y durmieron más contentos que nunca en toda su vida. A partir de ese día, Trixie vivió toda su vida en Ponyville, siempre valoró a todos sus amigos, los quiso y eligió totalmente más que al dinero, jamás volvió a cegarse por esos deseos. Nunca encontró oro verdadero, en poco tiempo cumplió todas sus promesas, el señor Pie siempre le pagó lo que ella quiso desde esa noche y ella siempre estuvo conforme, y así, la amistad, la valoración, la felicidad, la aceptación y absolutamente todo lo positivo reinó eterna y totalmente en sus vidas.

    FIN
     
    Última edición: 18 Agosto 2015

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