El Ente Obscuridad, eso es lo que lo acompañaba desde siempre, pero a su estado no se había acostumbrado y deseaba como nadie ser parte de la luz. Hacer cosas en medio de ella. Estaba cansado de lo que habitaba en la intensa penumbra. Esos seres oscuros que eran los únicos con los que podía convivir. Esos entes que hacían existir la noche haciéndola terroríficamente perpetua para él, sentenciándolo a compartir con ellos su mundo. Uno mayormente inactivo, frío y absolutamente solo a pesar de estar ellos con él. Errante en ese mundo negro que lo apresaba. —¡Despierta! —escuchó a un compañero a su lado— ¿Es que sigues soñando con ser un hijo de la luz? El ente de la noche miró al oscuro ser que, como los miles que lo rodeaban, comenzaban a expandirse para obscurecer ese lado del planeta y él por inercia hizo lo mismo, juntándose todos para formar una inmensa capa negra. Allá lejos en el horizonte, los hijos de la luz se disponían a alumbrar el lado opuesto del globo. El ente oscuro miró añorante la angosta franja que jamás podía tocar y que en breve desapareció. Unas lágrimas que se derramaron a tierra en forma de lluvia, se desprendieron de su ser. No pretendía ser un hijo de la luz, sino un humano. Ellos tenían la luz y la oscuridad y él los envidiaba porque jamás vería cumplido su sueño. Así que se limitó a seguir llorando mientras terminaba su trabajo en ese lugar, pues en cuanto los hijos de la luz apenas se anunciaran, todos las criaturas de la noche tendrían que desplazarse para tomar el lugar dejado por ellos, así de manera incesante. Un círculo infinito que detestaba y la única manera que tenía de salir de él era soñando, por lo tanto, soñó.
Me ha encantado este relato, a decir verdad. Me ha parecido muy creativo como has dado vida a la noche y el día, en este caso, poniendo como protagonista a la noche, haciéndolo un ser que forma parte de la inmensidad de la noche y me ha gustado como le has dado carácter, como le has dado sueños, añoranzas y en realidad, sentimientos. Me he sentido conmovida, por ese ser de la noche, que aunque quiera, aunque sueñe, aunque anhele, nunca podrá ser un ser de luz, nunca podrá tocar la luz, nunca podrá sentirla, como tanto añora. Ains, me ha parecido tan hermoso, un relato muy bueno, sin lugar a dudas. La redacción es liviana y se desenvuelve, de una forma muy tranquila y que te hace leer cómodamente, has hecho un buen trabajo, tanto en trama como en desarrollo de la misma. Quizás no le encuentro un factor sorpresa, pero, ¿sabes? No me hace falta, porque el relato en sí, lo tiene todo para cautivarme. Un gran trabajo Marina, sigue escribiendo. :)
: o Que escrito más interesante. A pesar de lo corto has hecho una metáfora tan bonita con todo el escrito que merece la pena leerlo. Y no solo una vez, me leería este escrito varias veces: unas dos o tres veces para entenderlo en su plenitud y otras dos o tres para disfrutarlo mucho más. De verdad, es precioso. El hecho de haber comparado al día y a la noche de esa forma, poniendo además a la noche de protagonista es genial. Que el lado oscuro quiera ser el lado brillante, y que nunca lo alcance a pesar de estar tan íntimamente cerca, es tremendamente triste. A lo mejor por eso la noche es tan silenciosa y triste mientras que el día tan alegre y activo, porque los componentes de la noche ansían ser como el día y están tristes. Hum... a lo mejor se me está empezando a ir la cabeza pro lo tarde, también es posible (? Y bueno, por otro lado, me ha gustado lo de que la lluvia nocturna fuese interpretada como las lágrimas de los entes que sufren. Muy original y lindo. Ortografía pulcra y la redacción muy buena, se lee con fluidez. Un detalle, aunque "obscuridad" es ortográficamente correcto y aceptado, ya está cayendo en desuso y se empieza a considerar una falta. Personalmente, no me gusta como queda en un escrito, pero ya es más bien opinión, nada de lo que quejarme realmente. Sigue así ^^
Y me dejó pensando. El cierre del escrito me dio una especie de vibra melancólica, porque hay tantas personas que escapan de su realidad deprimente soñando, y es que la gente dice que soñar no cuesta nada, pero yo pienso que sí te cuesta algo, las ilusiones y tiempo. Pareciera que nadie nunca está conforme, pero algunas inconformidades son más tristes que otras. En fin.