El Drabble De Cada Día [InuYasha en General]

N/A: Cada vez me tienen más entusiasmada con escribir drabbles diarios. Me alegra que a alguien les gusten... Sus comments hacen mi día. :)
*Por cierto, ahora siempre pondré la definición de la palabra según la RAE, no importa lo simple que sea.
Y ahora hice uno largo para compensarlas (los) por tantos supercortos que me dicen que les pico.

Jueves 7 de abril - Nevar (Como intransitivo impersonal, ‘caer nieve’ y, como transitivo, ‘cubrir [una cosa] con algo, de modo que parezca que ha nevado sobre ella’. Verbo irregular: se conjuga como acertar, esto es, diptongan las formas cuya raíz es tónica (nieva, nieve, etc.); pero no aquellas cuya raíz es átona (nevaba, nevará, nevaría, etc.): «¡Cómo me gusta Buenos Aires cuando nieva!» (Cossa Criado [Arg. 1986]). No son propias del habla culta las formas sin diptongar cuando la raíz es tónica: ¡Cómo neva!; debe decirse ¡Cómo nieva!)

"Deseos de Cosas Imposibles" [Sesshômaru x Kagome y Miroku x Sango] -AU

—No es justo, Kagome —se le oyó sollozar.
—Lo sé, lo sé... ¿Hay algo que podamos hacer? Pues no.

El invierno estaba por llegar y las dos amigas supusieron que consigo traería cosas memorables y hermosas. Pero ahora se decían equivocadas. Miroku evadía la posibilidad de iniciar una relación seria con Sango; él prefería seguir saliendo con numerosas mujeres, alegando que no estaba seguro, que no podía tomar una decisión. Por otro lado, Sesshômaru le había propuesto a Kagome pasar toda su vida juntos... Sin pedirle matrimonio. Para él las costumbres humanas no tenían sentido y mucho menos había por qué apreciarlas; su novia le había rogado que comprendiese que ella misma era un ser humano...

Pero nada.

—Estoy harta, Miroku —le había dicho mientras intentaba abstenerse al llanto—. Nunca pasará. El día en que Sesshômaru nos... Valore como especie... Ese día dejarás de ser un infeliz... ¡Nunca!

En otro lugar, se desarrolaba una escena similar.

— ¡Dices que me amas, y no te creo nada!
—No empieces, Kagome, ya sabes que no me gusta verte llorar.
— ¡Eres tan egoísta! ¡Cuando dejes de pensar sólo en ti, nevará en Tokio! Te odio...

Ambas estaban decepcionadas y llenas de deseos imposibles. Aquello había sucedido sólo hace tres horas.

El reloj de mano de Sango marcaba el cuarto para la diez de la noche. Suspiró. El invierno era frío y cruel.

De pronto, se oyó el timbre y la joven castaña decidió abrir no muy animosamente.

— ¿Diga...? Eh —de pronto gritó para que su amiga la escuchase—. ¡Kagome!

La interpelada caminó perezosamente hacia la puerta y no pudo verse más incrédula. Ahí estaba él, el youkai al que odiaba por amar y amaba por odiar. Venía con un traje negro puesto, tocándose la sien y haciendo gestos de verdadero esfuerzo. Miró fulminantemente a Sango y ella entendió que debía dejarlos solos.

Respirando profundamente, su estoica expresión se apoderó de su rostro como siempre lo hacía.

— ¿Qué quieres?
—Está nevando.

Kagome se asomó por la puerta y pensó que su novio se había vuelto loco.

—No es cierto.
—Al menos puedes imaginarlo.
— ¿Eh? —No comprendía nada.
—Kagome —dijo acercándose y tomándole la mano—. Estuvo mal. No voy a esperar a que nieve para formalizar contigo. Acepto tus condiciones.
— ¿Qué? ¿Qué dijiste? —Sus ojos se abrieron exageradamente.
—No me hagas decirlo de nuevo.

***​

—Qué suerte tiene Kag...

— ¡Sango!

La joven siguió la voz hasta la ventana, donde un hombre con hermosos ojos violeta gritaba a todo pulmón.

— ¡Sango, ¿sabes qué?! ¡Ese día puede ser hoy!
— ¡No digas tonterías! —Gritó ella, confundida y frustrada.

El ahora insistente caballero sacó de atrás un ramo de rosas amarillas.

— ¡Sé mi novia, Sango! ¡Hasta te traje flores...! —Se cansaba de gritar—. ¡Traje amarillas porque las rojas no te gustan!

A ella se le escapó una lágrima, atravesando su mejilla y pronto su sonrisa.

***​

Sesshômaru se metió una mano en el bolsillo y sacó una pequeña caja.

—Ahora tengo que arrodillarme, ¿verdad?

 

N/A: Estoy que me muero de cansancio, pero les dejo su drabble diario. ¡En éso no les fallo!

Viernes 8 de abril - Sefardí ‘[Judío] descendiente de los expulsados de la Península Ibérica en el siglo xv’ y, como sustantivo masculino, ‘dialecto judeoespañol’: «Los sefardíes construyeron cuatro sinagogas» (Tibón Aventuras [Méx. 1986]); «Clases prácticas en sefardí» (Abc [Esp.] 7.6.97). Deriva del hebreo Sefarad, topónimo bíblico que la tradición identificó con la Península Ibérica. Su plural es sefardíes.

"El Mejor Candidato" [Miroku x Sango] -Canon

—Pero, Sango, ¡yo soy la mejor opción!
—Con lo pervertido y mujeriego que eres, Miroku, estoy considerando casarme con el terrateniente.
— ¡Ni lo pienses, mi dulce Sango!
—Viéndolo así, él es amable, me será fiel... Inteligente y sabe muchos idiomas.
—Oh, ¿como cuáles?
—Nuestro idioma, sabe hablar chino y sefardí.
— ¡Oh, mira! Yo sé hablar japonés y... Budhista.

La castaña lo miró con extrañeza.

—Monje, ese idioma no existe.

Cielos, había perdido.

 

N/A: ¡Wow! Qué palabra me tocó hoy. ¡Hay tantas cosas que puedes ecribir con éso! Espero no arruinarlo con uno de mis drabbles medio mediocrines xD.

Sábado 9 de abril - Besar ‘Tocar con los labios’. Es transitivo; cuando el complemento directo es de persona, puede llevar, además, un complemento introducido por en, que expresa la parte concreta que se besa: «la besé exigiéndole que no se moviese» (Martini Fantasma [Arg. 1986]); «La retuve y la besé en la mejilla» (VLlosa Tía [Perú 1977]). Si la parte besada funciona como complemento directo, el complemento de persona pasa a ser indirecto: «Se acercó a la pianista [...] y le besó la cabeza» (Chase Pavo [C. Rica 1996]).

"Valentía Mutua" [Sesshômaru x Kagome] -Canon

Se encontraban caminando cerca del pozo. No se decían nada.

Después de una historia que sería muy larga de contar, Kagome y Sesshômaru se habían vuelto una pareja tres años después de la muerte de Naraku.

Habían luchado juntos desde hacía ya seis meses, habían comido juntos —pese a los sangrientos hábitos alimenticios de él—, y la chica se había dado cuenta que siendo tan cercano a ella, era un buen conversador, de lenguaje elegante, directo y con pocas palabras.

Se sentaron en la hierba, pues ella había dicho estar exhausta. Se recargaron sobre un árbol y él miraba hacia la nada. Cuando Kagome vio que cerró los ojos, se armó de valor y acercó su cara a la de él, poniéndosele en frente... Pero entonces el youkai abrió sus ojos.

— ¿Qué haces? —Ah, qué manera de cortarlo.
—Bueno, yo... Estaba... Eh...
—Creí que te había dicho que no quiero que me toques con los labios.
— ¡Sí, sí! Pero, Sesshômaru... Ni siquiera...

Él rodó los ojos.

—Los youkais no hacemos éso.
— ¿"Porque es gesto de débiles ridículos"? ¡Por favor! Éso es una tontería.
—Lo que intentas es una tontería.
—Pues, es que... —No pudo contenerse—. ¿Cómo esperas que algún día "estemos juntos" si antes no nos besamos?
—Éso es absolutamente innecesario.
— ¡Pero es una muestra de amor!
—No creo que seas tan tonta como para no saber qué siento hacia ti.

A partir de ahí, la joven no habló y se dedicó a ignorarlo por casi media hora. Él no lo soportaba más.

— ¿Qué necesitas?
—Que me dejes besarte.
—Una vez. No más —gruñó.

Kagome sonrió, emocionada. Se acercó a él y parecía estoico, con sus ojos viéndola fijamente.

—Tienes que cerrar los ojos.
—Hn —pero obedeció.

Se acercó a él y lo besó. Temía que no le gustara, así que lo hizo moviendo sus labios muy despacio.

Él no se movio ni por un segundo. Decepcionada, la chica se separó de él.

—De acuerdo, ésa fue la primera y la última... Gracias.

Empezaba a sentirse deprimida, cuando sintió una enorme mano en su mandíbula, estrellando su boca contra la de él.

Después de haber experimentado uno de esos "oh-qué-fantástico" besos que no creyó que él fuera capaz de realizar, ya no cabía en sí.

—Pen... Pensé que no te había gustado.
—Ésto no sabe mal.

Kagome rió.

— ¿Eres cobarde y débil o qué?
—Silénciate, fui valiente al dejarte hacerlo.
— ¿Podrías ser valiente más seguido?
—De ahora en adelante, no me contendré de ser valiente.

 

N/A: Veremos qué sale hoy. Espero no me pase con esta palabrita, jaja.

Domingo 10 de abril - Mesar (se) ‘Arrancar(se) [los cabellos, barbas u otros pelos del cuerpo] con las manos o tirar de ellos’: «Lloró sobre sus heridas y se mesó los cabellos como hacen las viudas en los grandes funerales de Tebas» (Moix Sueño [Esp. 1986]); «Escribía, fumaba, se mesaba una ceja y tanto si se reía como si protestaba parecía un manojo de nervios» (Ekaizer Vendetta [Arg. 1996]). Es impropio su empleo con el sentido de ‘pasar(se) repetidamente las manos por la barba, los cabellos o una parte del cuerpo’: «El conductor de delante [...] se mesa la calva» (País [Esp.] 1.2.84).

"De Cónyugues Problemáticos" [Sesshômaru x Kagome] -AU

Su teléfono celular sonó una y otra vez. Apurada, Kagome se apresuró a contestar.

— ¿Diga?
— ¿Señora Taisho? —Se oyó una voz insegura y mayor.
—Sí. ¿Qué pasa, Totosai?
— ¡Ay, Kagome, niña, es Sesshômaru otra vez! —Se desahogó el anciano.
— ¿Y ahora qué?
—Va a ser arrestado por intentar comerse a un oficial.
—No puede ser.

Kagome se cubrió la cara con la mano derecha para después mesarse los cabellos con ella. Hacía tres días su esposo había estado en el Tribunal.

Sesshômaru debía conseguirse otra abogada.

 

N/A: Un gran engaño con esta dicha palabra, ¿quién iba a pensar?

Lunes 11 de abril - Membrecía En muchos países americanos, ‘condición de miembro’ y ‘conjunto de miembros’: «Cumplir con los criterios para obtener la membrecía en la unión monetaria económica de Europa» (Excélsior [Méx.] 2.1.97); «El éxito con que culminó la huelga [...] favoreció el aumento de la membrecía de esa federación» (Gordon Crisis [Méx. 1989]). Aunque, debido al seseo (→ seseo), está muy extendida en el uso la forma membresía, la grafía correcta es membrecía, ya que el sufijo español para formar este tipo de derivados es -cía (de abogado, abogacía; de clero, clerecía); la terminación -sía es propia de los sustantivos derivados de nombres o adjetivos que terminan en -s: burguesía (de burgués), feligresía (de feligrés). [He vivido engañada toda mi vida escribiéndola con "s"].

"Peripecias Legales" [Sesshômaru x Kagome] -AU (Continuación de De Cónyugues Problemáticos)

— ¡Sesshômaru, ya basta! ¡No puedes intentar comerte a cada persona que te desafíe!
—Ese oficial mencionó algo que ciertamente, no quería oír.
—Pero es que todo te provoca. Que si te piden tu licencia, que si te piden que bajes la velocidad... ¡Es lo normal, son las reglas!
—Lo sé.
— ¡Sí, cómo no, lo sabes muy bien! Nada más te falta aplicarlo. Sesshômaru, ¡ya hasta nos quitaron la membrecía de PowerSports, ya no podremos ir a mi club favorito nunca!
—Kagome...
— ¿Y sabes? ¡Me estás costando mi reputación como abogada! Sé que puedo justificar que después de vivir en una ciudad de demonios, y luego vienes a Tokio y no te adaptas... ¡Pero ya es suficiente y...!
—Kagome.
— ¿¡Qué!?
—Esta vez no me defiendas.
— ¿Qué dices? —Arqueó una ceja.
—Que no hay defensa legal en este caso —su esposa lo observó atentamente—. El oficial que me detuvo vio una fotografía tuya cerca del asiento y me dijo que "qué buena vieja tenía". Y, naturalmente, le rompí la nariz.