El Drabble De Cada Día [InuYasha en General]

N/A: Perdón por ausentarme el día de ayer. Hoy les pongo el drabble que correspondería a ayer y más tarde subo el de hoy, ¿vale?

Miércoles 10 de agosto del 2011 - Sinsabor
1. m. Desabrimiento del paladar.
2. m. Insipidez de lo que se come.
3. m. Pesar, desazón moral, pesadumbre.

"Falsos Recuerdos" [Sesshômaru x Kagome, Rin, Inuyasha] -Canon

Sesshômaru estampó su imponente puño contra el piso. La había perdido. Había perdido a aquella dulce niña que lo había acompañado casi por tres años. La batalla contra Naraku había cobrado muchas vidas, entre ellas, se había llevado la de Rin.

El youkai pudo concebir más rabia aún, cuando vio que el alma de la pequeña se desprendía e iba a dar al débil cuerpo de Kikyo. ¿Cómo se atrevía?

La derrota comenzaba a presentársele y las fuerzas a írsele. A pocos pasos de él, su medio hermano y todo su equipo luchaba para mantenerse con vida. De pronto, sus ojos se fijaron en la sacerdotisa más joven, que hubiese caído del barranco... De no ser porque sus delgados brazos tuvieron la suficiente fuerza para mantenerla al borde de éste. No supo el porqué, pero en menos de dos segundos la había tomado en sus brazos.

— Sesshômaru —lo miró ella, aliviada por estar a salvo y aterrorizada por estar en sus manos.
— ¡Suéltala, imbécil! —Gritó Inuyasha, eufórico.

El interpelado no vocalizó palabra alguna. Se dejó mirar por esos enormes ojos, pertenecietes a la joven. Su mente trabajó rápidamente en encontrar una explicación lógica ante su inminente semi-atracción hacia ella, dándole como explicación que era una respuesta comprensible ante el sinsabor de la pérdida de Rin.

A él le pareció factible.

Mas de pronto, todo pareció volteársele. A Rin... La había visto después de Kagome. La niña le había parecido agradable a la vista desde que la vio, sintiendo que era la efigie de alguien más... Nunca se desgastó en pensar quién había sido la persona a la que le recordaba la adorable pequeña con la que, admirablemente, se había encariñado tanto.

 

N/A: ¡Ahora sí, juro que me pongo al corriente! Hoy les voy a traer un total de tres drabbles. El del jueves, el de ayer y el de hoy (que será en la tarde). Perdonen la tardanza y ¡gocen!

Jueves 11 de agosto del 2011 - Tictac
1. onomat. U. para imitar el sonido acompasado que produce el escape de un reloj. U. t. c. s. m. El tictac del reloj.

"Insomnia" [Sesshômaru x Kagome] -Canon

La pelinegra exhaló, nerviosamente. Después de muchos encuentros secretos y conversaciones, estaba recostada en el césped... Durmiendo al lado de Sesshômaru, de quien se había venido enamorando poco a poco.

Continuó respirando y trató de imaginar que estaba en su cuarto, acostada en su cama. Hacía frío, pero no tenía nada con qué abrigarse. Pronto estuvo tan concentrada que juraba poder escuchar el tictac de su reloj despertador.

Súbitamente, sintió algo cálido aislando el frío de su cuerpo. Abrió los ojos para encontrarse con lo que fuese que cargaba Sesshômaru en uno de sus hombros. Volteó en dirección al youkai.

— Gracias —se sinceró.

Él sólo asintió con la cabeza, recargándola en la raíz de un árbol mientras cerraba los ojos.

Esa noche, al fin, Kagome durmió como si apenas hubiese nacido.

 

N/A: Y ahora, el que corresponde a ayer. El de hoy viene hasta en la tarde, que la RAE me proporcione la palabra.


Viernes 12 de agosto del 2011 - Pintalabios ‘Cosmético usado para colorear los labios, que suele presentarse en forma de barra guardada en un estuche’: «Me pidió que fuera en busca de un pintalabios de funda plateada» (Marsé Embrujo [Esp. 1993]). También se emplean, con este sentido, el término carmín y las expresiones barra o lápiz de labios (en América, lápiz labial) y, en Cuba, creyón de labios: «Otra quiere un beso y me deja el carmín marcado en los carrillos» (Morena Silencios [Esp. 1995]); «Sacando de su bolso un espejito y una barra de labios» (Azancot Amores [Esp. 1980]); «La audacia de [...] untarse colorete y usar creyón de labios» (CInfante Habana [Cuba 1986]). La existencia de estos equivalentes hace innecesario el uso en español del inglés lipstick o del francés rouge.



"Maquillaje Natural" [Sesshômaru x Kagome] -AU

— Sí, sé que eres un youkai muy poderoso, eso me queda claro —obvió una chica de cabello negro—. Pero, a ver, dime: ¿por qué usas delineador rojo?

Sesshômaru no pudo evitar el gesto de fruncir el ceño. ¿Cómo se atrevía?

— Qué tontería. Yo no uso tal cosa.
— Mmh. ¿En serio?, es que eso parece.
— No seas tonta, Kagome —le reprochó su novio—. ¿Crees que después de quinientos años no lo hubiese dejado, si ese fuese el caso?
— Oh.

La joven se limitó a abrazarlo, con la esperanza de que la frustración de él fuera sustituida por algo más agradable. Sonrió y se rió en silencio al pensar lo ridículo que se vería el demonio usando pintalabios.

Al parecer, su risa no había sido tan silenciosa, ya que, de pronto, Sesshômaru la observaba curiosamente.

 

N/A: Se les quiere mucho.

Domingo 14 de agosto del 2011 - Zigzag
1. m. Línea que en su desarrollo forma ángulos alternativos, entrantes y salientes.
en ~.
1. loc. adj. U. para denotar movimiento, colocación, etc., en esta clase de línea. U. t. c. loc. adv.

"Pláticas de Chicas" [Kagome y Kagura] -Canon

Le ardían las rodillas, su piel parecía quemarle hasta lo más profundo de los sentidos. ¿Dónde estaban Inuyasha y los demás? Tras un enfrentamiento con algunas de las conocidas extensiones de Naraku, Kagome se había separado de sus amigos, lo cual le dejaba un temor tan frecuente como los latidos de su asustado corazón.

— Al menos ya los vencimos... Los encontraré pronto —se dijo a sí misma.

Repentinamente, oyó un grito. Cuando giró en dirección a tal sonido, presenció a Sango. Esta última se encontraba petrificada ante la presencia de su hermano, Kohaku, quien estaba siendo manipulado por Naraku en ese preciso instante. La joven de cabello negro no lo dudó y echó a correr en dirección a la exterminadora... Era claro que la castaña no podría pensar con claridad si se trataba se su hermano menor, lo cual era totalmente normal.

— Oh, no. Tú te quedas donde estás —se oyó una voz, acompañada con una pequeña ráfaga de viento.

Kagome pudo identificar al espíritu de los vientos, cuyos labios eran tan rojos que parecían irreales. Estaba herida en el abdomen. Su cabello estaba suelto, corría libremente por sus hombros en zigzag, otra cosa que parecía fuera de lo normal.

Kagura agitó su abanico una vez, y la técnica conocida como "Danza de las Cuchillas" impactó con fuerza en la joven.

— ¡Basta! —Gritó ella mientras sacaba una flecha y la posicionaba en el arco. Desgraciadamente, una de las cuchillas pegó contra el arco y este fue reducido a unos pedazos de madera, ahora inútil.

Mientras la dama del abanico seguía atacándola, Kagome hacía su mejor esfuerzo para esquivarla como pudiese. Pronto, pudo darse cuenta de que, siendo distinto de otras veces —en las que los había atacado con suma indiferencia— Kagura la atacaba con furia y se atrevía a pensar que hasta con odio.

— ¿Por qué estás tan furiosa, Kagura? —Le cuestionó mientras evitaba los golpes.
— Eres una resbalosa, chiquilla —le contestó tajantemente, nunca dejando de atacarla.

La chica no entendía. Súbitamente, pudo concentrarse lo necesario como para crear una pequeña barrera que bloqueara las técnicas de su rival, quien con desesperación, intentó darle más fuerte; con las expectativas de lastimarla.

— No comprendo. No entiendo, ¿a qué te refieres?

Su atacante no habló. Se limitó a incrementar la fuerza de sus ataques. Kagome hacía lo que podía para mantener la barrera en pie, lo cual estaba dando resultado. Cuando al fin parecía que su enemigo perdía las fuerzas, ella se animó a volver a hablarle.

— Por favor, contéstame. ¿Qué te hice?

La interpelada la miró con desprecio.

— Siento que hubiera podido convencer a Lord Sesshômaru de que me ayudara.
— ¿Sesshômaru? —Dijo, perpleja—. Pero él no ayuda ni a su hermano. ¿Para qué lo necesitas?
— Nada que te importe —le contestó, ocultando cuidadosamente su objetivo de eliminar a su creador.

Kagome suspiró.

— ¿Y te estás desquitando conmigo?
— Pensé que podía ganarme su afecto —susurró, y su mirada adquirió un roce triste.
— Lo siento —pronunció y Kagura dejó de lanzarle ataques—. Pero, ¿qué tengo que ver yo con todo lo que dices?

Sorpresivamente, el espíritu de los vientos reanudó sus ataque con fuerza renovada.

— He visto cómo te mira.

Kagome abrió descomedidamente los ojos, no tenía sentido.

— ¡Eres una sucia humana! No tienes comparación conmigo.

Su rencor terminó por penetrar la barrera espiritual de Kagome, quien cerró los ojos y esperó lo peor.

 

N/A: Siento saltarme días a veces, pero échenle la culpa a la Preparatoria xD.

Miércoles 17 de agosto del 2011 - Vivac Voz procedente del francés antiguo bivac (hoy bivouac), que significa ‘campamento, especialmente el militar’: «La camaradería del general que en el vivac es capaz de hacer olvidar a sus subordinados las insignias que lleva sobre la charretera» (Andrade Dios [Arg. 1993]); y, en montañismo, ‘forma de acampada en que se duerme al raso’: «Los vivacs a la intemperie, bajo las estrellas» (Torres Conquista [Méx. 1990]). Su plural es vivacs (→ plural, 1h). Es también válida, aunque menos frecuente hoy, la forma vivaque (pl. vivaques): «El vivaque es [...] casi exclusivo del verano» (Genovés Montañismo [Esp. 1951]).

"¿Reluctante Heroísmo o Simple Indiferencia?" [Sesshômaru x Kagome] -Canon (Continuación de Pláticas de Chicas)

Ah, gimió. Su cabeza daba una y mil vueltas por donde menos se lo imaginaba. Abrió los ojos y se percató de que estaba recostada en el césped, recargada en un árbol. Se agitó, sobresaltada. ¿Dónde estaba Kagura, qué había pasado?

— ¿Qué...? —Fonemizó, apenas.

Trató de ponerse de pie, tropezando ligeramente (como resultado de cierto mareo que comenzaba presentándosele), pero recuperó la postura de inmediato y logró levantarse. No soy tan torpe. Al frente divisó un vivac, en donde se detectaba mucho movimiento a simple vista. Fijando la vista, descubrió que los acampantes eran youkais comunes. Le extrañó tal dato, puesto que los demonios solían estar en pequeños grupos; pero, sobre todo, no acamparían tal como humanos a menos de que fuese algo de relevancia.

Fue entonces cuando una alta figura se dejó ver. Lucía un rostro fastidiado que apenas y se veía, dada la indiferencia característica que su ser denotaba en toda ocasión. Sesshômaru pareció captar que la joven había despertado y se encaminó en su dirección. Kagome entró en pánico e intentó retroceder cuando estuvo cerca.

— ¿Qué estoy haciendo yo aquí? —Le cuestionó ella, con temor—. Sesshômaru, ¿tú...?
— Son los soldados de mi padre —evidentemente, evadía la pregunta que se le había formulado—, Inuyasha y tú ya los habían visto.
— Sí, sí. Lo recuerdo.

Kagome tragó saliva, mientras se preguntaba el porqué no le había contestado. Siendo como es él, no tendría problemas en decir absolutamente nada, ¿o se equivocaba?

 

N/A: ¡Hola! Antes de que se me olvide, les comento que voy a hacer un pequeño escrito con la temática de los drabbles de "Pláticas de Chicas" y "¿Reluctante Heroísmo o Simple Indiferencia?". No es algo muy grande ni excepcional, pero les aviso para que lo esperen.

Viernes 19 de agosto del 2011 - Hipocondría ‘Preocupación extrema por la salud, de carácter patológico’. No es correcta la forma con diptongo hipocondria [ipokóndria].

"Ayuda Muy A Su Manera" [Sesshômaru x Kagome] -AU

Sesshômaru suspiró y entró al cuarto, mirando con extrañeza al extraño ser que dormía en la cama. La chica se agitaba, daba vueltas y jadeaba; evidentemente no estaba durmiendo plácidamente, por lo que él tomó la decisión de despertarla. La sacudió levemente y ella se despertó de golpe.

— Sess... —Jadeó.

El interpelado le puso una mano en la frente, comprobando lo caliente que estaba. Lo había sospechado por el tremendo rubor que presentaban sus mejillas.

— Gracias por despertarme, tengo que apurarme o no voy a llegar.
— Tienes fiebre —le indicó, suavemente.
— Oh, cielos. No es un buen momento —reprochó, levantándose y dirigiéndose al armario—. Hoy tengo que ayudarle a Sango en su fiesta de compromiso...

Como respuesta a la súbita puesta de pie, a Kagome le entró un leve mareo que la obligó a cerrar los ojos y apretar su palma contra la cabeza.

— Basta —le dijo él, mientras la alzaba en brazos.
— Suéltame —le rogó, mientras forcejeaba ridículamente—. Sango me matará si no voy con ella... Ha estado esperando esto por meses...
— Déjamelo a mí —la depositó en el lecho—. Lo resolveré.
— ¿Cómo?
— La ayudaré.

A Kagome no la convencía mucho esa opción, pero tal parecía que él quería darle cuidado tan extremo como el de un médico al paciente hipocondríaco.

***​

— ¿Diga?
— Kagome —se oyó una mortificada voz al lado del teléfono.
— ¡Sango, eres tú! Perdona que no pudiera acompañarte para las cosas de hoy, pero Sess dijo...
— Sí, ya sé. Tu lindo demonio ya metió sus manotas aquí.

Eso no daba buena espina.

— ¿Qué dices?, ¿pasó algo malo?
— Con el pretexto de que no había manera de que salieras hoy y nadie más podría ayudarme en estos "dilemas femeninos" —la castaña citaba las palabras del antes mencionado—, ¡fue al salón de fiestas y pospuso la fiesta de compromiso!, ¡incluso me mandó a que llamara a los invitados para decirles!

Kagome no pudo sentirse peor.

 

N/A: ¿Cómo están? Hoy no tengo mucha inspiración, así que ustedes perdonarán si el drabble está medio feo.

Sábado 20 de agosto del 2011 - Hipocondría ‘[Persona] que actúa con hipocresía o falsedad’ y, referido a cosa, ‘del hipócrita’. Es adjetivo de una sola terminación, válida para ambos géneros: silencio/actitud hipócrita. Aunque en el español clásico se usó alguna vez, referido a cosa, como adjetivo de dos terminaciones (hipócrito, -ta): «Jamás me contenté ni satisfice de hipócritos melindres» (Cervantes Parnaso [Esp. 1614]), hoy es inusitado y desaconsejable el empleo del masculino hipócrito. Como sustantivo, referido a persona, es común en cuanto al género (→ género2, 1a y 3b): Eres un/una hipócrita.

"Celos" [Sesshômaru x Kagome] -Canon

El demonio bufó, haciendo coraje. Kagome estaba divirtiéndose mucho con su medio hermano, acompañados por el pequeño Shippo, Rin y un niño más. Recargado al pie de un árbol, no podía dejar de pensar que ojalá y fuera él quien pudiese divertirse con la joven sacerdotisa, pero lo cierto era que no le llamaba la atención correr detrás de alguien sin motivo alguno.

De pronto, la joven de cabello negro corrió hacia él. Estaba feliz y jadeaba, cansada de tanto jugar.

— Hey, gruñón —se atrevió a decir entre hondas respiraciones.
— Hn.
— Has estado ahí todo el tiempo... Sería bueno que, aunque sea, te acercaras un poco.

Él negó con la cabeza, mientras ella se sentaba al lado de él y recargaba su cabeza en el hombro del taiyoukai. Sesshômaru le respondió acariciándole el cabello, sin decir palabra alguna.

— ¿Qué te molesta tanto? —Le cuestionó al tiempo que volteaba a verlo.
— Nada —respondió, tajante.
— ¿Es Inuyasha?, ¿porque paso sólo unas horas jugando con él, con Shippo, Rin y...?
— No —mintió, de manera hipócrita.
— Sesshômaru...

El interpelado se negó a contestar más nada. Kagome no tuvo más que quedarse en silencio, a causa de que no se le ocurría que más decirle. Siempre era lo mismo, él no toleraba con facilidad su convivencia con Inuyasha. ¿No era prueba suficiente que ellos estaban juntos, así como Inuyasha y Kikyô?

— Sesshômaru, basta.
— No.
— ¿Qué? No puedo creer lo celoso que eres.
— No voy a evitar lo que me produce verte con él.
— ¡Por favor! —Gritó mientras se levantaba, indignada. Lo hizo ponerse de pie a regañadientes, antes de señalar con el dedo a una persona en particular—. ¡Mira! —Él así lo hizo, mirando a un niño correr detrás de Rin—. ¿Lo conoces?, ¿¡tengo que recordarte que tengo un hijo tuyo!?