El Diario De Mana [YGO]

Tema en 'Archivo Abandonado' iniciado por MANA_DMG, 3 Junio 2008.

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    El Diario De Mana [YGO]

    ATEM ME SUGIRIO QUE LES COMPARTIERA MI DIARIO, POR SUPUESTO QUE SOLO LO MAS IMPORTANTE YA QUE AVECES SE VUELVE MONOTONO. PERO TENDRAN QUE SER PASIENTES YA QUE ATEM ME ESTA AYUDANDO DE PASARLO A JEROGLIFICOS A SU LETRA, DE HECHO PARA ESTO TAMBIEN ME AYUDO:P

    CAPITULO 1
    LA AMABILIDAD DEL PRINCIPE
    Hoy he decidido comenzar con un diario, por que el príncipe me lo ha regalado, así que creo debo empezar con eso.
    Mi nombre es Mana, tengo 8 años y vivo en el palacio del faraón.
    Esta mañana me levanté mas temprano de lo acostumbrado, así que me dirigí a la habitación del príncipe, para ver si ya había despertado, pero como era de esperarse, aún dormía. Luego fui a la habitación de Mahad, pero al igual que el príncipe, aun no despertaba. Decidí salir al jardín a pasear un rato.
    Después de un rato de caminar, mi estómago comenzó a gruñirme de hambre, pero el desayuno no lo servirían hasta que el faraón y el príncipe se levantaran. Decidí regresar al palacio, y en el camino vi un árbol de manzanas. Me acerqué al árbol para tomar una, pero me quedaban demasiado altas, así que comencé a saltar lo más alto que pude, pero una mano agarró mi objetivo, al voltear, vi al príncipe con una sonrisa.

    -Toma Mana- me dijo y me dio la fruta.

    -Gracias príncipe- agradecí devolviéndole una sonrisa.

    El, es el príncipe Atem, hemos sido amigos desde que recuerdo, él tiene un año mas que yo.
    Comencé a comer la fruta cuando llegó Mahad y enseguida empujó al príncipe para tomar su lugar en la mordida de una serpiente que estuvo apunto de lastimar al príncipe. En su lugar, Mahad fue herido.
    El príncipe actuó de inmediato y succionó el veneno del brazo de Mahad, lo único que pude hacer fue llorar, por que pensé que perdería a un amigo.
    Cuando el príncipe salvó a Mahad, no pude dejar de llorar; el príncipe y Mahad se acercaron a mí para consolarme.

    -Ya no llores Mana- me dijo el príncipe mientras ponía una mano sobre mi hombro.

    -Estoy bien- me dijo Mahad enseñándome su brazo con dos marcas de los dientes de la serpiente- Esto cerrará pronto.

    Ambos se preocupan por mí, siempre me cuidan, aunque la prioridad de Mahad, es proteger al futuro faraón de Egipto, como él lo diría. Mahad tiene cuatro años mas que yo, es muy serio y siempre sigue las reglas, yo creo que debería divertirse de vez en cuando.
    Simón, el consejero del faraón, llegó para llamarnos a desayunar.

    -¿Qué sucedió?- nos preguntó al ver mis ojos llorosos.

    Simón vio el brazo de Mahad y enseguida se lo llevó para curarlo.

    -Ya no llores Mana- volvió a decirme el príncipe- ¿No tenías hambre? Vamos a desayunar, Mahad estará bien.

    Finalmente nos dirigimos al comedor. Cuando llegamos, el faraón ya estaba en la mesa.

    -Buenos días alteza- saludé aun un poco triste.

    -Buenos días padre- saludó el príncipe.

    -Buenos días niños- saludó el faraón-¿Dónde está Mahad?

    -Una serpiente lo mordió y…- dije, pero el faraón me interrumpió.

    -Se lo llevó Simón para curarlo-

    -Iré a verlo- dijo el faraón y se levantó de inmediato de la mesa.

    -Bueno-dije al ver al faraón irse- Con permiso.

    Estaba a punto de irme a la cocina donde debo comer yo, pero el príncipe me detuvo.

    -Espera Mana- me detuvo el príncipe-No quiero desayunar solo. Acompáñame por favor.

    -Gracias príncipe- dije feliz-Yo tampoco quiero estar sola.

    Ambos desayunamos junto y al acabar, el faraón llegó con Mahad.

    -¡Mahad!- exclamé levantándome de la mesa-¿Ya estas bien?- le pregunté mientras corría hacia él.

    -Si- me contestó tranquilamente.

    -Vamos a desayunar- dijo el faraón a Mahad.

    El príncipe se levantó de la mesa con una sonrisa.

    -¡Que bueno que estés bien!-dijo el príncipe a Mahad.

    -Fue gracias a usted alteza- agradeció Mahad.

    Seguido de esto, Simón entró al comedor.

    -Ya es hora de sus clases alteza-dijo Simón al príncipe.

    -¿De verdad tengo que ir padre?-preguntó el príncipe al faraón muy triste.

    -Si hijo- contestó seriamente el faraón-Tienes que aprender todo lo posible para cuando gobiernes Egipto.

    Volteé a ver la cara de tristeza del príncipe.
    Cuando menos me di cuenta, el príncipe tomó mi mano y echó a correr.

    -Vamos Mana- me dijo mientras me jalaba-Lo siento mucho padre, pero me tomaré el día-gritó al faraón mientras nos alejábamos corriendo.

    -¡Esperen!-nos gritaron, pero el único que salió tras nosotros fue Mahad.

    -Esperen- nos siguió gritando-Alteza, tiene que tomar sus clases.

    -Apúrate o nos alcanzará- me dijo el príncipe.

    Yo corrí con todas mis fuerzas, hasta que llegamos al jardín y el príncipe me jaló hacia unos arbustos.

    -Sh…-me dijo con el dedo índice en la boca.

    Escondidos entre los arbustos, burlamos a Mahad que nos buscaba.

    -Ven, vayamos al río- me dijo el príncipe.

    Escondiéndonos de los guardias, llegamos al río donde nos sentamos en la orilla.

    -Es una lástima que Mhad siga al pie de la letra las órdenes de mi padre- dijo el príncipe después de recuperar el aliento.

    -Si, pero lo hace para protegerlo- le dije sonriendo-Solo que debería divertirse mas.

    -Vamos a nadar- me dijo el príncipe mientras señalaba el río.

    -Si-contesté alegre y levantándome-¡Tonto el último en entrar al agua!-dije mientras me quitaba mi sombrero y mi calzado.

    -¡Eso es trampa!- me dijo el príncipe riendo-Tu ya estabas levantada.

    El príncipe se quitó su calzado y algunas joyas, al igual que su camisa.
    Comenzamos a jugar como acostumbramos en las orillas del Nilo. Durante mucho tiempo estuvimos ahí, hasta encontramos una pelota con la cual nos divertimos mas, pero se nos fue lejos.

    -Yo iré por ella- me ofrecí ya dispuesta a nadar hacia la pelota.

    -¡Espera!- me detuvo el príncipe jalándome del brazo-Mejor iré yo.

    Intenté detenerlo por que recién recordé que Mahad nos había advertido que entre mas hondo hay plantas largas que podrían enrredarse en los pies.

    -No vaya príncipe-le grité, pero era demasiado tarde.

    -No te preocupes-me gritó con la pelota en las manos-Estoy bien.

    Me sentí aliviada al verlo bien, pero cuando se dispuso a regresar, solo vi como si algo lo jalara dentro del agua.

    -¡Príncipe!- grité asustada y comencé a nadar donde lo por última vez.

    Al llegar al lugar, me sumergí para buscar al príncipe. Dentro, él estaba desmayado. Me sumergí mas y vi como su pie estaba atrapado por las plantas que nos había advertido Mahad.
    Jalé con todas mis fuerzas para romper esa planta hasta que lo logré y con las pocas fuerzas que me quedaban, llevé al príncipe a la orilla.

    -¡Príncipe despierte!- grité asustada mientras lo movía.

    Estaba desesperada y no sabía que hacer. Lo único que se me ocurría era la respiración boca a boca, pero ¿Cómo iba yo a hacer eso?
    Solo miré al príncipe tendido en la arena y sentí como mis mejillas se ponían coloradas.
    Mientras lo veía, alguien se encontraba detrás de mí.

    -¡Sabía que estaban aquí!- exclamó en voz de regañó Mahad.

    Al oírlo, me asusté tanto, que caí sobre el príncipe azotándome contra su cuerpo, recibió tal golpe en el pecho que el agua salió de sus pulmones y enseguida despertó tosiendo.

    -¿Qué ocurrió aquí?- nos preguntó el recién llegado.

    Enseguida me volteé a verlo.

    -Nada-contesté moviendo las manos torpemente-¿Qué haces aquí?

    El príncipe sacó toda el agua de su cuerpo y dejo de toser.

    -¿Está bien príncipe?-preguntó Mahad.

    Sinceramente si el ya sabía lo que había pasado, no se para que me preguntó.

    -Estoy bien-contestó el príncipe levantándose de la arena.

    -¿Qué les he dicho sobre nadar lejos de la orilla?- nos regaño Mahad clavando su mirada en mí.

    -Lo siento mucho- se disculpó el príncipe-Fue mi culpa.

    -No debería hacer eso alteza-volvió a regañar Mahad-Debe tomar sus clases por que…

    -Lo se, lo se-dijo el príncipe-Por que soy el futuro faraón de Egipto.

    El príncipe me ofreció su mano para ayudarme a levantar.

    -Gracias por salvarme Mana-me dijo el príncipe mientras me levantaba.

    -Regresemos al palacio-dijo Mahad con nuestras cosas en la mano-No dejaré que se me vuelvan a escapar.

    Mahad puso sus manos en nuestras espaldas y nos empujó. Ahora que recuerdo, casi todo el camino lo hizo.
    Al llegar al palacio, el príncipe tuvo que tomar sus clases, en cuanto a Mahad, pues hoy era el día en que tenía que iniciar sus clases de magia, pero por irnos a buscar llegó tarde y lo castigaron.
    Con mis dos amigos en clases, yo no tenía nada que hacer, así que me senté cerca de uno de los balcones y después de un rato comencé a aburrirme.

    -¡Que aburrido!-exclamé por desahogo.

    -Mana- me gritó alguien.

    Volteé mas por impulso que por querer hacerlo y tras de mí vi tras de mí al faraón.

    -Ven aquí por favor- me dijo y enseguida me acerqué.

    -¿Si alteza?-pregunté alegre por salir de mi aburrimiento.

    -Necesito pedirte un favor- me dijo sonriendo-Necesito que Atem tome todas sus clases.

    -Si, para que sea un buen gobernante- le dije.

    -Si, pero también necesita divertirse- me dijo – Y cuando pase algo como lo de hoy, voy a necesitar que estés junto a el para no haga cosas peligrosas.

    -Pero eso lo hace Mahad-dije extrañada.

    -Pero Atem te llevará a ti cuando se escape- me dijo mientras se agachaba para verme de frente- Atem es responsable, pero siguen siendo niños. Por eso necesito que se cuiden entre ustedes.

    Recordando lo que había sucedido en el río comencé a llorar.

    -¿Qué pasa?-preguntó el faraón.

    -Es que no pude evitar que el Príncipe se hundiera- dije aun llorando.

    Le conté todo lo que había sucedido y cuando acabé, solo me miró con una sonrisa.

    -Ahora sé que Atem tiene unos excelentes amigos- me dijo.

    -Pero fue mi culpa- dije triste.

    -Es inevitable que los accidentes sucedan- dijo el faraón- Pero lo importante, es saber quienes están a tu lado en los momentos difíciles.

    Cesé mi llanto al oír las palabras del faraón-Le prometo que no dejaré que les pase nada malo al Príncipe ni a Mahad-le dije con entusiasmo-Después de todo, ellos son mis mejores amigos y no quiero perderlos.

    -Se que lo harás Mana- me dijo mientras se levantaba- Pero no quiero que te arriesgues, ellos tampoco querrán que te pase nada malo. ¿Entendido?

    Yo solo sonreí y el faraón se fue, pero me entró una gran duda ¿Cómo voy a ayudar a mis amigos cuando estén en problemas?
    Soy muy torpe y no tengo ninguna habilidad, además, cuando pasa algo malo solo me pongo a llorar.
    En ausencia de mis amigos, me puse a pensar con desesperación como podría ayudar a mis amigos en momentos de problemas.
    Llegó el momento en el que el príncipe y Mahad salieron de sus clases y me vieron preocupada.

    -¿Qué te sucede Mana?- me preguntó Mahad.

    -Nada- le contesté aun con desánimo.

    -Acabo de recordar algo- dijo el príncipe y se fue corriendo de ahí.

    Cuando vi eso, me puse mas triste por que pensé que no le interesaba y comencé a llorar.

    -El príncipe se enojó conmigo por lo que pasó- grité llorando.

    -No creo que haya sido por eso- me consoló Mahad y comencé a llorar mas fuerte.

    -¿Y ahora que pasa?- me preguntó sin saber que hacer.

    -Es que no tengo ninguna habilidad y seguro por eso ya no le intereso al príncipe- le dije muy triste.

    -Ya no llores- me dijo-Eso no es cierto.

    El maestro Aknadín llegó en ese momento.

    -Mahad, necesitamos hablar contigo- le dijo.

    A él, definitivamente no le intereso, es un viejo regañón. Pero no puedo pensar en esas cosas delante de él, por que posee el ojo del milenio y puede leer la mente.

    -Déjala- dijo el viejo Aknadín- Ella estará bien.

    Mahad terminó obedeciendo, pero antes de irse…

    -Regresaré pronto- me dijo.

    Una vez mas me quedé sola. No podía parar de llorar, pero una voz muy familiar me habló.

    -¿Por qué lloras- me preguntó preocupado.

    -¡Príncipe!- exclamé dejando de llorar-Es que me sentía sola- contesté.

    -Ya no estas sola- me dijo sonriendo- Además, te tengo un regalo.

    -¿De verdad?- pregunté feliz.

    -Si, toma- me entregó lo que tenía en las manos-Esto es un diario.

    Yo tomé el libro rojo que tenía una cerradura grande al frente.

    -Es en agradecimiento por haberme salvado- me dijo el príncipe entregándome la llave-Puedes escribir ahí lo que quieras.

    Yo me sentí muy feliz y comencé a sentir unas extrañas rosquillitas en el estómago.

    -Gracias príncipe, ya me siento mejor- le dije felizmente secándome las lágrimas.

    En ese momento el príncipe y yo, oímos que alguien andaba cerca.

    -Es la voz de mi padre- dijo el príncipe-Ven, vamos.

    Yo lo seguí y nos escondimos para oír.

    -Un ejército viene a atacarnos alteza- informó Simón al faraón.

    -Se supone que acabamos con nuestros enemigos hace años- dijo sorprendido el faraón.

    -Pero no son los mismo alteza- aclaró Simón- Parecen ser sombras y no hemos podido tocar a ninguno, pero ellos a nosotros si.

    El príncipe y yo queríamos oír mejor, pero en nuestro intento por acercar nuestras cabezas sin movernos de nuestro lugar, perdimos el equilibrio y ambos caímos.

    -¿Quién anda ahí?- preguntó el faraón.

    El príncipe y yo nos levantamos enseguida y corrimos antes de que nos vieran.
    El día acabó como cualquier otro, pero el simple hecho de pensar en esas sombras me da miedo, aunque estoy feliz con el regalo del príncipe

     
  2.  
    Anna-Chan

    Anna-Chan Guest

    Re: El Diario De Mana

    holaaa
    acabo de leer el fic
    y sinceramente no tengo palabras para describir lo mucho que me gusto se entiende muy bien y te expresas muy bien ;)
    , me dio pena cuando Mana estaba pensando eso de que como ayudaria a sus amigos ToT
    bueno espero ver pronto mas del fic, una cosa mas trata de no subrayar el texto del fic es mas presentable sin subrayar :o lol xD
    bueno te cuidas muchioo
    Adieu
     
  3.  
    MANA_DMG

    MANA_DMG Entusiasta

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    Re: El Diario De Mana

    CAPITULO 2
    EL ATAQUE DE LAS SOMBRAS
    Han pasado ya dos meses desde que escribí en este diario por primera vez.
    Tanto Atem como Mahad, han avanzado mucho en sus estudios, de hecho, ellos estudian juntos y son de los mejores alumnos.
    Seguro parecerá extraño el por que ya no escribo “Príncipe” y eso lo aclararé aquí contando algo que nos pasó hoy.
    Era de tarde en el palacio, Atem y Mahad recién habían salido juntos de su clase de magia y yo los esperaba fuera del salón.

    -¿Y como les fue?-pregunté a mis amigos que se veían exhaustos.

    Atem y Mahad habían dado un paso fuera del salón cuando me vieron. Atem me sonrió y Mahad fingía estar bien.

    -Fue muy cansado-me dijo Atem-Pero ya acabó-dijo con satisfacción.

    -Pero eso nos forjará un buen carácter para lo que tengamos que enfrentar-dijo Mahad aún tratando de ocultar su cansancio.

    -Tengo hambre-dijo Atem-Vayamos al comedor para que nos sirvan la comida.

    -Mahad, me gustaría saber si me puedes ayudar con el hechizo de transformación-pedía la voz suave de una chica que salía del mismo salón que Atem y Mahad-Es que, recordarás que no me ha salido muy bien y tú fuiste el mejor de la clase-una vez fuera, la chica hizo una reverencia hacia Atem-Alteza.

    Ella es Isis, tiene 11 años y fue traída al palacio para que estudiara magia, ya que se le descubrió talento para eso. La admiro bastante por que ella no es como yo que llora por todo, al contrario, trata de solucionar los problemas pensando y analizando la situación.

    -Si-contestó Mahad volteándola a ver-Pero ahora será mejor ir a comer.

    -Si, gracias Mahad-agradeció Isis con una sonrisa-Pero primero iré a lavarme.

    Isis se fue después de otra reverencia a Atem y cuando estuvo a una distancia a la que no podría oírme, me acerqué a Mahad que no quitaba la vista de Isis.

    Planté mis ojos en Mahad-¿Ella es tu novia?-pregunté sonriendo esperando una respuesta afirmativa.

    -¿De donde has sacado esas ideas?-me preguntó Mahad sonrojado pero hablando con su clásica seriedad, mientras Atem lo veía buscando respuesta.

    Yo siempre he pensado que tanto Isis como Mahad se gustan, pero no se dicen nada, me gustaría darles una ayudadita, pero Mahad es tan serio que si se da cuenta me regañará. Buscaré la forma de que esos dos queden juntos.

    -Ella no es mi novia-dijo Mahad aún sonrojado-Es solo una compañera, no, mejor dicho es una amiga.

    -Una amiga a la que ayudaras para que mejore con sus hechizos…-dije yo mientras veía a Mahad asentar cada palabra con la cabeza-…y le pedirás que sea tu novia teniendo una cita romántica-dije riendo al ver que Mahad aún asentaba con la cabeza y Atem lo veía divertido.

    -¡NO!-gritó Mahad al darse cuenta de lo último-Deja de decir esas cosas.

    -Mahad-dijo Atem-Isis y tú harían una linda pareja.

    -Pero alteza-dijo Mahad volviéndose a sonrojar-¿Usted también?

    Yo comencé a reír, pero Atem quiso terminar la plática y nos dirigimos al comedor donde, después de mucho tiempo, se decidió que Mahad y yo podíamos comer con Atem.
    Al terminar nuestros alimentos, íbamos caminando por un pasillo saliendo del comedor. Los pasillos del palacio son muy extensos que a veces pienso que es toda una excursión ir de una habitación a otra.

    -¿Y a que jugaremos hoy?-pregunté saltando y adelantándome a Atem y Mahad.

    Pero me detuve cuando sentí un escalofrío al entrar en el Gran Salón donde se encuentra el trono del faraón.

    -Tengo miedo- pensé por que no quería decirlo.

    Mahad y Atem también sintieron lo que yo, por que miraron alrededor como buscando algo además de que la expresión de su cara cambió de una sonrisa de Atem y una seria de Mahad, a dos caras alarmadas.
    Nadie se encontraba en el Gran Salón, eso era algo muy extraño, pero era como si mas personas estuvieran presentes, todo quedó en silencio por un momento, pero no pude ocultar mas mi miedo cuando vi que de las sombras salían unos hombres encapuchados, de los cuales, no se podían observar sus rostros mas que dos punto rojos brillantes a la altura de los ojos.

    -AH!-grité con miedo.

    -¿Qué son esas cosas?-preguntó Mahad al viento.

    -Mana, vámonos-me dijo Atem después de hacer una seña a Mahad, pero al querer salir del lugar, nos vimos rodeados por esas sombras que sacaban unas espadas de entre sus vestimentas.

    Atem me tomó del brazo y me jaló hasta el centro del salón mientras Mahad corría tras nosotros. Cuando nos vimos en medio, las sombras se acercaban con las espadas al aire, frente a nosotros, ellos levantaron sus armas y a punto de bajarlas a gran velocidad contra nosotros, Mahad reaccionó y utilizó uno de sus hechizos dejándolos paralizados. Extrañamente, el hechizo hacía que estos seres desaparecieran después de su congelamiento, pero de las sombras salían mas seres, parecían interminables.
    Mahad siguió con sus hechizos cada vez que se acercaban, Atem ayudaba mientras me protegían, cuando me di cuenta de eso, una vez más me sentí inútil ante la situación.
    Mahad seguía peleando, pero la fuerza que usaba era demasiada y cayó exhausto, Atem y yo corrimos donde él. Atem trataba de recoger a Mahad mientras yo apenas me acerba donde ellos, solo vi como una de las sombras recién salida, desenvainó su espada levantándola y agitándola directamente hacia Atem y Mahad, yo corrí mas rápido con los ojos cerrados y cuando los sentí los abracé llorando.
    Al abrir los ojos, ellos estaban a salvo y me miraban con cara de desconcierto y asombro.

    -Mana ¿Cómo has…?-me quiso preguntar Atem, pero una voz lo interrumpió.

    -Manténganse detrás de mí-se oyó la voz de una persona y al voltear, era el viejo maestro Aknadín.

    -El maestro Aknadín nos salvó-exclamé feliz, pero tanto Atem como Mahad no dejaban de mirarme de la misma forma.

    Después de una gran lucha, el viejo maestro Aknadín, logró expulsar del Gan Salón a las sombras poniendo un campo de fuerza para evitar que brotaran nuevos seres.

    -¿Y mi padre?-preguntó Atem preocupado-¿Dónde está?

    -Está luchando en la ciudad-dijo el maestro Aknadín-Las sombras han invadido todo el reino.

    Simón entró apresurado donde nos encontrábamos nosotros, estaba siendo perseguido por las sombras.
    Aknadín lo miró agitado, pero regresó u mirada a mí, una mirada bastante fría que al sentirla, me obligó a ocultarme entre las columnas que sostienen el Gran Salón.

    -Quiero ir donde mi padre-dijo Atem apresurado por estar cerca del faraón.

    -No alteza-dijo el maestro Aknadín-El faraón me ha ordenado protegerlos.

    -Alteza-dijo Simón después de haber recuperado el aliento-Será mejor que espere.

    -Si alteza-siguió Mahad-Todo estará bien.

    Yo me quedé mirando la escena oculta en la columna mas cercana al trono, el maestro Aknadín había quitado su mirada de mí por un instante, pero nuevamente regresó sus ojos a mí.

    -Mana-me llamó Atem resignado-¿Podrías venir por favor?-me dijo amablemente mirándome tras la columna.

    -Si alteza-contesté tratando de olvidar que ese ojo me miraba-¿Qué sucede?-pregunté al llegar junto a Atem.

    -Dime, ¿Cómo has hecho eso?-me preguntó pero no entendí a que se refería.

    -¡Alteza!-llamó el maestro Aknadín a Atem-¿Puedo hablar con usted?

    -Si-contestó el y fue donde el maestro.

    -Mahad, tu también ven- llamó el poseedor del ojo milenario.

    Ambos fueron donde les llamaban excluyéndome de la plática. Por más que intenté no pude oír nada, solo veía como el viejo maestro Aknadín me miraba fijamente.
    Una vez que terminaron de hablar, ambos regresaron donde yo e intenté ignorar lo que había pasado.

    -¿Qué me preguntaba alteza?-pregunté a Atem para olvidar lo sucedido.

    -No, no es nada-me dijo Mahad-Olvídalo.

    -Si-siguió Atem- No es nada.

    Yo los miré extrañada por su actitud, sabía que me ocultaban algo, pero también sabía que cuando se escondían algo era muy difícil hacerlos confesar.

    El viejo Aknadín salió del Gran Salón apresuradamente, Atem intentó ir tras él para buscar al faraón, pero Mahad lo detuvo.

    -Siento mucho el haberlo jalado alteza-dijo Mahad-Pero su padre…

    -El faraón no podrá pelear con todo si lo tiene que proteger a usted-interrumpió Simón-Ayudará mas al faraón si se queda a esperar.

    Atem terminó resignado y solo se sentó en un escalón, yo me acerqué a él para animarlo por que no me gusta verlo afligido.

    -No se angustie alteza-le dije-Su padre es muy fuerte y pronto estará de vuelta.

    Atem me sonrió y llamó a Mahad.

    -Ustedes son mis mejores amigos-nos dijo Atem-Y me gustaría que me llamaran por mi nombre, hace tiempo que quería decírselos.

    -¿De verdad?-pregunté emocionada.

    -Si-contestó Atem.

    -Pero alteza, esa es una falta de respeto-dijo Simón que escuchó todo.

    -Si, no podemos hacer eso-siguió Mahad.

    -Pero…-quise objetar, pero no me dejaron.

    -Mana-me dijo Mahad-Tú tampoco puedes llamarle por su nombre ¿entendido?

    -Si-contesté decepcionada.

    Seguido de esto, Isis entró con Karim, otro estudiante de magia de la edad de Mahad, guiados por Aknadín. Mahad se acercó a ellos enseguida que los vio. ¿Y dice que no le gusta Isis?


    Ellos comenzaron a platicar, cuando me disponía a ir donde ellos, Atem me detuvo.

    -Espera-

    -¿Qué sucede alteza?-pregunté extrañada.

    -No importa lo que digan ellos-me decía-Tú al menos ¿me llamaras por mi nombre?

    -¿De verdad alteza?-pregunté con emoción.

    -Si-contestó sonriente.

    -¿Y si me regañan por eso o me castigan?-pregunté con desánimo.

    -Entonces tendrá que ser en secreto ¿de acuerdo?-me dijo quiñándome un ojo.

    -¡Si!-dije con felicidad.

    Yo estaba feliz por el permiso de Atem, pero el seguía preocupado por el faraón.
    Un rato después, se oyó un gran estruendo y todos corrimos al balcón del palacio para ver la ciudad.

    Ahí, vimos a las sombras atacar a la guardia real, realmente todo se veía muy preocupante, pero lo que hizo que Atem se inquietara, fue cuando vimos al faraón en medio de la lucha.
    Quería hacer algo, pero no sabía que, lo único que se me ocurrió fue empezar a gritar.

    -Ustedes pueden-gritaba con entusiasmo-Váyanse de aquí sombras.

    Habré sido la única gritando, pero sé que sin importar su silencio, me apoyaban.
    La lucha continuó de una forma estremecedora, las sombras eran muchas más que la guardia real y con cada momento llegaban más.
    En un momento, el faraón quedó rodeado completamente, comencé a angustiarme. Si yo sentía eso, seguro Atem se sentía mucho peor que yo.


    -Padre-gritó Atem-Por favor ten cuidado.

    Las sombras no le dejaban escapatoria y solo vi alzar las espadas de las sombras dirigidas a gran velocidad hacia el faraón, solo pude cerrar los ojos y un gritó salio de mi boca en coro con la de los demás.

    -¿Qué fue eso?-preguntó Isis extrañada-Mana ¿Cómo…? –preguntó pero de inmediato calló.

    Abrí los ojos, estaba encogida junto a la barda del balcón y el resto de los presentes me miraba.

    ¿Qué sucedió?-pregunté a punto de llorar imaginándome lo peor.

    Nadie me contestó y me decidí a mirar por el barandal, ahí, vi la ciudad libre de las sombras, pero el faraón ya no estaba.
    Nadie me decía nada, estaba alterada con tanto misterio.

    -¿Dónde está el faraón?-pregunté desesperada.

    -No ha de tardar-me contestó Simón.

    -¿Qué sucedió?-pregunté sin respuesta-¡Ya se! ¡Si!-Corrí donde Atem felizmente-¿Lo ve? Su padre es muy fuerte y expulsó a esas sombras de aquí.

    En ese instante el faraón entró junto con Aknadín que había estado peleando después de dejar a Isis y Karim con nosotros.

    -¿Qué sucedió?-preguntó extrañado el faraón entrando con agitación.

    Tanto Isis como Karim se acercaron a él.

    -Vi salir una luz de aquí- siguió el faraón sorprendido.

    -Fue…-decía Karim pero fue interrumpido por el viejo maestro Aknadín

    -Alteza, tengo que informarle sobre un nuevo descubrimiento-dijo el maestro Aknadín.

    Karim tiene la misma edad que Mahad, el llegó al mismo tiempo que Isis al palacio, la verdad es que no se si sean parientes o algo así, solo espero que no decepcione a Mahad.

    Isis y Karim se unieron a la plática del faraón, Simón y el maestro Aknadín, llamados por estos mismos. Una vez más no pude saber de lo que hablaban entre ellos, pero el viejo Aknadín, una vez mas me miraba constantemente.
    Al acabar con su charla, Karim se me acercó.

    -¿Qué hacías cada vez que las sombras atacaban a alguien?-me preguntó.

    Yo estaba bastante confundida por la pregunta y el misterio de todos, pero aún así contesté la pregunta después de meditarlo un rato.

    -Cada vez que atacaban a alguien cerraba los ojos para no ver lo que sucedería-contesté después de darme cuenta que eso era lo que hacía-¿Por qué?

    -No, no es por nada en especial-me contestó, pero su cara mostraba otra cosa.

    El faraón se me acercó con una sonrisa y se agachó para ponerse a mi altura.

    -¿No viste nada de lo que sucedió?-me preguntó con tranquilidad.

    -No-contesté-Usted es increíble, expulso a esas sombras del reino-dije feliz.

    El faraón se levantó-Es mejor que creas eso-dijo y se fue.

    Yo no entiendo que es lo que está sucediendo con ellos, me ocultan algo y no me quieren decir, pero lo averiguaré a como de lugar.
    Después de todo el alboroto, el faraón mandó a ayudar con los desastres, mientras que el resto regresaba a sus labores.
    Ya no tuve energías para jugar, me sentía exhausta como nunca lo había estado y me dirigí a mi habitación. Iba caminando por el pasillo donde están las habitaciones lentamente, sentía como me estaba durmiendo caminando, di un gran bostezo y frente a mi habitación, vi una de las sombras que se dirigía hacia mí a gran velocidad. Era la única en el pasillo, no sabía que hacer más que gritar, la sombra se detuvo justo enfrente de mí y enseguida Mahad salió de su habitación que se encuentra en el pasillo, el reaccionó rápido y una vez más usó su hechizo de paralización para que posteriormente desapareciera frente a nosotros e Isis salía de su habitación al haber oído mis gritos.

    -¿Estas bien?-me preguntó Mahad agitado.

    -Si, gracias-agradecí viendo a Mahad tan agotado que cayó al suelo-¿Estas bien Mahad?-pregunté alarmada.

    -¡Mahad!-exclamó Isis preocupada y acercándose a él apresuradamente.

    -Estoy bien-me contestó viéndome y tratando de levantarse.

    Mahad estaba tan agotado por el día que volvió a caer e Isis se preparó para formular un nuevo hechizo.

    -No te levantes-pidió ella-Espera un momento.

    Yo miré a Isis que tras pronunciar unas palabras Mahad se recuperó de inmediato pudiéndose levantar como si nada.

    -Gracias Isis-agradeció Mahad ya recuperado olvidándose de mí-Tal vez aún no te salga el hechizo de transformación, pero eres la mejor curando-animó Mahad.

    Isis se sonrojó con las palabras de Mahad y solo sonrió un poco-No es para tanto, aún soy una principiante.

    -¿Se puede curar a la gente con magia?-pregunté con emoción.

    -Si-contestó Isis-Debes saber que es lo ue tiene el enfermo o herido para poder curarlo o de lo contrario no sanará.

    Tal vez debí irme en el momento en que ellos me ignoraron, pero me puse feliz al saber que la magia podría ayudarme con mi problema para proteger a mis amigos.

    -¿Puedo estudiar magia como ustedes?-les pregunté con emoción.

    -No lo sé-dijo Mahad-Tendrías que pasar un examen en el que pruebes si tienes habilidad para la magia.

    -Si te esfuerzas seguro lo conseguirás-me dijo Isis-Después de todo tu…

    -Le harán el examen a pesar de eso-dijo Mahad.

    -¿De que hablan?-pregunté sin recibir respuesta-Estoy harta de que me oculten las cosas-dije y me fui a mi habitación.

    Al entrar me recosté en mi cama y mirando al techo, solo pensaba que quería hacer ese examen y que me esforzaría por conseguir un lugar en el grupo de magia. Estaba tan agotada que no me di cuenta cuando me quedé dormida pensando en aprobar el examen de admisión al grupo de magia.

    LAMENTO LA TARDANZA PERO ES QUE HUBO UN PEQUEÑO PROBLEMITA AL ESCRIBIRLO PERO AQUI ESTA YA.
    GRACIAS POR LA RECOMENDACION SELENE_TPHENIS, ES QUE EN OTRO FANFIC QUE TENGO NO ME DECIAN NADA DEL SUBRAYADO.
     
  4.  
    Anna-Chan

    Anna-Chan Guest

    Re: El Diario De Mana

    Hii23

    de nada ;)
    bueeeh ya lei la continuacion, me gusto mucho estoy deseando saber como sige *-*
    espero que Mana consiga estudiar magia
    *-*
    bueeh me voee
    te cuidax muchio
    Adieu
     
  5.  
    Esme Uchiha

    Esme Uchiha Usuario común

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    Re: El Diario De Mana

    wow
    k cool
    seee jaja
    ayy mana k paso yo tmb cerre los ojos
    en ese momento !!
    nosupe que paso
    mana no te preocupes!! yo no vi nada
    tampoco

    jaja bueno me voe
    chau
     
  6.  
    LucyCullen

    LucyCullen Guest

    Re: El Diario De Mana

    holaa
    que lindo fic!!
    me encanta como lo relatas!!
    yo creo que mana va a poder estudiar magia!!
    continualo pronto ^^
    byes
     
  7.  
    ISHIZU

    ISHIZU Guest

    Re: El Diario De Mana

    Me gustó mucho tu FF, yo me iba a pasar el día que lo pusiste pero se me fue la luz.
    Ahora que lo leí, pues me gustó jeje, aquí mi pareja es Mahad (ni modo yo prefiero a Atem, pero si es para Mana no hay mucho que hacerle)
    Me gustó esa parte donde esta lo de la respiración boca a boca ¡Que nervios!
     
  8.  
    ISHIZU

    ISHIZU Guest

    Re: El Diario De Mana


    Pues por lógica lo logré, pero hubieras dejado un comentario al FF de MANA_DMG por lo menos.
    Hola, paso de nuevo, también me gustaría decirte que me gusto las travesuras de Mana en el segundo capítulo, aun que más que travesuras pues son sus aventuras.
    Que susto se a de ver dado al ver esa sombra frente a su habitación.
     
  9.  
    MANA_DMG

    MANA_DMG Entusiasta

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    Re: El Diario De Mana

    CAPITULO 3
    EL EXAMEN DE ADMISION
    Ha pasado ya una semana desde que esas sombras aparecieron dentro del palacio. Durante todo este tiempo he estado pensando en hacer el examen de admisión, pero el problema es que solo les hacen ese examen a los niños que demuestran habilidades desde muy pequeños y hasta donde sé, no las tengo.

    Le he preguntado al faraón si me permite hacer el examen, pero me dijo que esperara en este cuarto.

    -Espero que no se tarde-pensé en ese momento-El examen empieza en dos horas.

    Seguí esperando un poco más, pero ya estaba aburrida, aunque me fuera de ahí, mi aburrimiento no cambiaría ya que mis amigos se encontraban en clase, pero quería cambiar de ambiente. Al ver que no llegaba el faraón decidí irlo a buscar.
    Después de buscarlo en un par de habitaciones, oí unas voces que salían de la sala de reuniones del palacio.

    -No debería entrar, está prohibido-pensé-Pero ¿Qué puede pasar?-me dije con una sonrisa.

    Entré sigilosamente escondiéndome entre los muebles del salón para oír lo que discutían.

    -Creo que es conveniente que haga el examen-dijo el faraón alegremente.

    -¿Hablaran de mí?-me pregunté por que me es raro que hablen de mí con tanta seriedad.

    -Pero alteza-objetó el viejo maestro Aknadín-Usted ha visto lo que ha hecho…

    -Por eso mismo creo que es necesario que estudie para controlar ese poder-dijo el faraón.

    -¿Hablan de mí?-me seguía preguntando confundida-No, yo no tengo ningún poder.

    -Espere alteza-detuvo el viejo maestro Aknadín al ver que el faraón estuvo a punto de hablar-Alguien nos está espiando.

    Al oír esto me asusté e intenté salir antes de que me descubrieran, pero fue inútil.

    -¡Mana!-exclamó el maestro Aknadín.

    -Lo siento-dije acercándome lentamente a la puerta con una sonrisa-Me voy-dije intentando correr, pero el faraón me detuvo.

    -Espera Mana-me dijo.

    -Lo siento, es que estaba aburrida y lo vine a buscar y luego…-dije todo esto tan rápido que realmente no se si el faraón me entendió.

    -Tranquila Mana-me dijo con una sonrisa-Ya decidí y puedes hacer el examen si así lo deseas.

    -¿De verdad?-dije abriendo mis ojos lo más que pude de la emoción.

    -Si-me contestó-Pero si quedas adentro debes esforzarte mucho ¿Entendido?

    -SI-grité emocionada-Gracias alteza-dije y corrí a abrazarlo.

    -Niña-me regañó el maestro Aknadín-Eso es una falta de respeto.

    -Esta bien-dijo el faraón-Ahora debes apresurarte para que te enlistes.

    -Si-dije con completa emoción y corrí directo a ver al maestro de Atem y Mahad para apuntarme, pero antes de irme oí algo último en la sala de reuniones.

    -Alteza, si ella consigue…-decía el maestro Aknadín.

    -Necesita aprender a usarlo-interrumpió el faraón-No quiero que se hable mas del tema.

    Comencé a correr por los pasillos hasta llegar al salón donde encontré al profesor de magia, le dije todo al respecto con que haría el examen, tan rápido lo dije que tuve que volver a repetirlo. Al llegar al salón, todos me miraban sorprendidos, en especial Atem, Mahad, Isis y Karim cuando oyeron que haría el examen.

    -Esta bien Mana-me decía el profesor que ya me conocía por esperar todo el día fuera del salón a Atem y Mahad-Te anotaré en la lista para que esta tarde se te haga la prueba.

    El es el profesor de magia, se llama Kazuke y posee la sortija del milenio. Al igual que el maestro Aknadín, pertenece a la corte del faraón, suele ser paciente pero da miedo cuando se enoja. Para ser sincera no se cuantos años tiene o si tiene familia, solo lo veo empezando y terminando la clase.

    -¿A que hora tengo que ir por mi examen?-pregunté emocionada.

    -Ve después de la comida-me dijo con una sonrisa-Ahora ¿podrías dejarme dar mi clase?-me preguntó tranquilamente.

    -Si-contesté y empecé a caminar hacia la puerta, pero me detuve al ver a mis amigos-¿Oyeron chicos? Haré el examen-les dije feliz, Atem me sonrió y Mahad solo me miró con su mirada seria ¿No tendrá otra?

    Yo salí feliz del salón, ya quería que se acercara la hora, pero luego me puse nerviosa por que no tenía ni idea de lo que se trataba el examen, Mahad jamás me habló de su examen y Atem no tenía por que hacerlo.
    Toda mi emoción fue reemplazada por nervios, yo nunca había echo ni un simple truco de magia y mucho menos sabía nada de su historia o algo similar.
    Una vez más me la pasé pensando en que podía hacer, estaba preocupada y el tiempo pasó tan rápido que casi se me hizo tarde para llegar a la salida de mis amigos.

    -Siento llegar tarde-me disculpé con Atem y Mahad muy agitada por haber corrido.

    -Está bien-dijo Atem-Pero dime ¿de verdad piensas hacer el examen?

    -Si-dije no muy feliz.

    -No pareces tan emocionada como hace un rato-dijo Mahad-¿Qué sucede?

    -Es que no se que deba hacer en el examen-comenté.

    -Nada-contestó Mahad-Los que son llevados a hacer el examen no tienen que hacer nada, la corte del faraón usará los artículos del milenio para calificar tus habilidades y en base a lo que ellos vean decidirán si te integras al grupo.

    -¿De verdad?-pregunté aliviada.

    -Si-siguió Atem yo he visto eso varias veces, no te preocupes.

    Me sentí tan aliviada al oír lo que Mahad y Atem me habían dicho que el hambre que se me había ido de preocupación regresó manifestándose con un gruñido de mi estómago.

    -Será mejor que vayamos a comer-dijo Atem sonriendo al oír los ruidos de mi estómago.

    Los tres fuimos al comedor y comí lo más rápido que pude por miedo a que se me fuera la hora del examen.

    -Y dime Mana ¿Por qué decidiste en hacer el examen?-preguntó Mahad.

    -Para poder estar con ustedes-le contesté no queriendo mencionar mis verdaderas intenciones-Es que es muy aburrido cuando ustedes se van a clase.

    -Ya veo-decía Mahad pensativo.

    -Estaremos ahí para animarte-decía Atem.

    -Gracias A… príncipe-agradecí recordando que Mahad me regañaría si decía el nombre de Atem.

    Yo acabe de comer y enseguida me dirigí al Gran Salón donde se harían los exámenes. Atem y Mahad me alcanzarían en cuanto terminaran.

    Llegué al Gran Salón donde el faraón y toda su corte se encontraban con una fila mínima de niños más grandes que yo, éramos a lo mucho 200 aspirantes y yo era la décima.
    Al poco tiempo de mi llegada se iniciaron las pruebas, cuando acabaron con el quinto niño Atem y Mahad llegaron. Ahora se pueden dar cuenta de la velocidad a la que comí.
    Poco a poco veía como los chicos eran probados por los artículos del milenio, cuando acababan los llevaban a otro salón del cual no supe nada hasta que estuve ahí.
    Por fin llegó mi turno, estaba nerviosa pero no quería demostrarlo por que Atem y Mahad me veían, inclusive Isis y Karim fueron. Me llevaron frente al maestro Aknadín que, con duda me veía.

    -¿Por qué quieres hacer el examen?-me preguntó seriamente.

    -Yo… hem…-titubeaba por los nervios-¡QUIERA TENER UNA HABILIDAD QUE LES SIRVA A MIS AMIGOS EN CASO DE PROBLEMAS!-terminé diciendo, bueno, mas bien gritando.

    Después de mi respuesta gritada, el maestro Aknadín usó su ojo milenario, supongo que quería comprobar que no mentía.
    Después me colocaron frente al maestro Kazuke y el maestro Koem que posee la balanza del milenio, ellos solo pasaron enfrente de mí sus artículos y al igual que el maestro Aknadín apuntaron algo en una hoja.
    Cada aspirante tiene una hoja perfil donde los miembros de la corte apuntan los resultados marcados en sus artículos.
    Luego me pusieron frente a la maestra Nefim, ella tiene el collar del milenio y después de una sonrisa al verme, usó su collar. Cuando abrió los ojos volvió a sonreírme y miró a un punto al que no pude mirar por la posición en la que estaba. Enseguida en que ella apuntó algo en mi hoja perfil me pasaron con el maestro Saru que tiene la llave del milenio, después de colocarlo en mi cabeza, no supe que pasó, solo vi que apunto algo en mi hoja y me pasó frente al maestro Torak.

    Tengo la vaga sensación de que algo pasó dentro de mi cabeza cuando el maestro Saru puso la llave en mi cabeza, pero no recuerdo que fue.

    Cuando me coloqué frente al poseedor del cetro del milenio, algo inesperado pasó.

    -¡Alto!-detuvo el faraón antes de que el maestro Torak pusiera su artículo frente a mí-No es necesario que veamos lo que guarda en su alma-dijo-Ya sabemos lo que hay.

    Después de esto me pasaron al salón donde el resto de los niños esperaba, la hoja fue llenada y solo esperé un poco más hasta que acabaron con el último.

    Yo no sé por que se detuvo eso, realmente era lo que yo quería ver, ya que al resto de los niños que habían pasado frente al cetro del milenio les habían sacado uno pequeños seres, algunos muy lindos y otros raros, pero yo quería ver el mío. En fin, no lo pude ver, pero espero poder hacerlo pronto, me da curiosidad aunque no entiendo lo que sean esos seres.

    Cuando acabaron, el maestro Kazuke entró al salón donde estábamos.

    -Muy bien niños, por ahora deberán esperar a que analicemos al resto de los aspirantes y luego sus hojas perfil-nos decía-Así que deberán esperar hasta mañana, por que son muchos.

    ¿Qué? Tanto tiempo y ¿nos harían esperar más? Si, fue lo que pensé, pero decidí callarme por que si lo decía seguramente sería gritando. Lo único que hice fue salir a ver a mis amigos.

    -AT…-quería gritar su nombre pero me reprimí al ver a toda la corte y al faraón presentes-PRINCIPE-grité-MAHAD- y llegué corriendo donde ellos-Isis, Karim ¿vinieron a apoyarme?-pregunté emocionada.

    -Así es contestó-Isis amablemente.

    -¿Qué te dijeron?-me preguntó Atem.

    -Debemos esperar hasta mañanas-contesté.

    -No te preocupes-me animaba Atem-Yo sé que pasarás.

    -Por ahora será mejor que descanses-dijo Mahad.

    -Oigan, hay algo que no entiendo-dije pensando en todas las pruebas-¿Ese examen que tiene que ver con la magia?

    -Es muy simple-me contestó Karim-Cualquier persona puede aprender a usar la magia, algunos tal vez no sen muy hábiles, pero la pueden usar.

    Yo lo miré extrañada por que si era así, entonces ¿para que el examen?

    -El faraón sabe que cualquiera puede aprender a usar la magia-explicaba Mahad-Pero que no cualquiera sabría usarla correctamente, así que esos exámenes son para saber lo que el alma del aspirante tiene, si el aspirante demuestra que no tiene envidias o rencores, se le permitirá aprender la magia.

    -Así, los magos del país aunque no consigan un lugar en la corte del faraón-seguía Isis-No serán rencorosos y sabrán lo que es justo.

    -¿Entonces por que solo les hacen el examen a los que demuestran habilidad?-pregunté extrañada.

    -Los que demuestran habilidad para ello son a los que mi padre pone atención, ya que si su alma tiene maldad de algún tipo, podrá poner más atención en esos chicos-me explicaba Atem-Ellos son los que podrían causar líos entre la gente.

    -Ya entendí-dije con una sonrisa-¿Pero entonces por que a mí me dejaron hacer el examen si yo no he demostrado nada?

    -Eh…-decía Atem pensando un poco.

    -Por que sería injusto para los demás que no tuvieran la oportunidad de aprender magia-me explicó Mahad.

    -Si, así es-apoyó Atem-Mira, mi padre también les da la oportunidad a los que desean aprender la magia pero no han demostrado habilidad, ellos pasan por la misma prueba que los que si la demostraron.

    -Solo que son muchos los que hacen ese examen y no lo pasan-decía Isis.

    Cuando la oí, me puse triste y bajé mi mirada.

    -No hay de que preocuparse-me dijo Isis-Si pasarás, confía en nosotros.

    -Vayamos a jugar a la pelota-me dijo Atem sabiendo que es mi juego favorito-No tienes de que preocuparte.

    -Si-contesté feliz-Gracias.

    Salimos al jardín a jugar un poco, Karim decidió irse a estudiar, pero Isis se fue con nosotros.

    Después de un rato de juego, vi por el pasillo a un chico que solo conocía de vista, él se acercó a Atem.

    -Alteza-dijo e hizo una reverencia.

    El es Seto, tiene la misma edad que Atem pero llegó al palacio un poco antes que Isis y Karim. Como mencioné, solo lo conozco de vista, al igual que al resto del grupo de magia.

    -Alteza, Mahad, Isis, el maestro Kazuke quiere vernos en el salón ahora mismo-informó Seto-Es urgente.

    Todos ellos lo vieron preocupados por lo que decía de la urgencia.

    -Tu debes ser Mana-me dijo.

    -Si, mucho gusto ¿Cómo te llamas?-le pregunté alegre.

    -Es mejor que nos apresuremos-dijo Seto ignorándome-Mi nombre es Seto.

    El comenzó a caminar hacia el pasillo nuevamente mientras los demás lo seguían con acepción de Atem.

    -Ya es un poco tarde y debes estar cansada-me dijo Atem mirándome a los ojos-Deberías irte a dormir, después de todo terminando la plática nosotros iremos a descansar.

    Cuando me miró a los ojos, sentí una vez más esas cosquillitas en el estómago-Si-contesté feliz por que de alguna forma esas cosquillas me hacían sentir feliz-Hasta mañana Atem.

    -Hasta mañana-se despidió alcanzando al resto del grupo.

    Solo me quedé ahí con la pelota en las manos hasta que ya no los logré distinguir y partí a mi habitación, donde ahora que escribo en mi diario, me dormiré al acabar.


    YA LES HABIA YO DICHO QUE ME IBA A TARDAR CON LAS TRADUCCIONES, PERO AQUI ESTA OTRO DE MIS DIAS.
     
  10.  
    Genissa

    Genissa Guest

    Re: El Diario De Mana

    tu tranquila a todos nos cuesta traducir algo, me encata tu diario
    yo en el mio solo tengo algunas palabras graciosas.
    me encata, sigue escribiendo, traduciendolo y colgandolo para que lo leamos.
    Es muy divertido
     
  11.  
    Esme Uchiha

    Esme Uchiha Usuario común

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    Re: El Diario De Mana

    Hola!!
    seeeeeeeeee}
    ay k cool!!
    me encanto mi pregunta es...
    ke tiene mana??
    dime andale sii plis
    me gusto mucho el examen estaba raro
    pero no tanto como mi examen de mate k pase XD
    wiiiiiiii
    bueno me voe

    Xausis
     
  12.  
    LucyCullen

    LucyCullen Guest

    Re: El Diario De Mana

    hola!!atemm
    mana supero la pruba?? yo creo que siii
    que le sucede a mana?? mi quiere saber!!
    continualo pronto
    besossss
    byes
     
  13.  
    MANA_DMG

    MANA_DMG Entusiasta

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    Re: El Diario De Mana

    VEO QUE ESTE FAN FIC TIENE MAS EXITO QUE EL OTRO QUE TENGO, ASI QUE A LO MEJOR YA NO ME TARDO TANTO, POR QUE COMO AQUI TENGO A MAS LECTOR@S QUE EN EL OTRO, PUES NO LAS QUIERO HACER ESPERAR MUCHO.
    NO COMAN ANSIANS JEJE, YA ESTOY TRADUCIENDO EL SIGUIENTE, LLEVO COMO LA MITAD, NO SE DESESPEREN Y LO SIENTO MUCHO esme PERO NO QUIERO ARRUINAR LA SORPRESA.
     
  14.  
    MANA_DMG

    MANA_DMG Entusiasta

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    Re: El Diario De Mana

    CAPITULO 4
    SUSPENSIÓN TEMPORAL
    Estoy muy triste hoy, me dieron dos noticias, una buena y una mala, pero ¿precisamente tenía que ser cuando yo decidí estudiar magia?
    Será mejor que comience con lo que sucedió hoy.

    En la mañana me desperté muy temprano, inclusive más de lo que me desperté el día que recibí mi diario. Estaba muy emocionada, ya quería saber los resultados.
    Me levanté entusiasmada de la cama, me vestí y corrí al salón a buscar los resultados. Al llegar frente a este, estaba cerrado.

    Debí imaginarlo desde un principio, pero estaba tan emocionada que no me puse a pensar en lógicas.

    Desanimada, decidí regresar a mi cuarto, por que la emoción se había convertido en sueño. Si, así es, de la emoción ayer no pude dormir y sumándole que me levanté temprano, el sueño era lo más lógico que podía sentir.
    Para dirigirme a mi habitación, decidí tomar el camino más largo, que es por los pasillos donde se encuentra la habitación de Atem. Si la última vez que me levanté temprano él todavía ni se despertaba, no se por que supuse que me lo podría encontrar.


    -Buenos días Mana-escuché la voz cálida de cierta personita, que me hizo dibujar una sonrisa en mi rostro.

    -¡Atem!-exclamé olvidándome del sueño-¡Buenos días!

    Gracias a mis locas ideas encontré a Atem como era mi deseo.

    -Sabía que estarías despierta a primera hora-dijo Atem sonriendo.

    Cuando me dijo eso, volví a sentir esas cosquillitas en el estómago. Creo que me voy a enfermar con tantas cosquillas, lo raro es que me gusta sentirlas.

    -Pero no creo que aún estén los resultados-decía Atem-Por eso me desperté temprano para acompañarte en lo que se anuncian a los aprobados.

    -Gracias Atem-agradecí con una sonrisa.

    -¿Qué te gustaría hacer en lo que esperamos?-me preguntó Atem.

    -No lo sé-contesté tratando de reprimir un gran bostezo que se manifestó en mi contra.

    -Si aún tienes sueño será mejor que vayas a dormir-me dijo el Atem después de habérsele escapado una pequeña risita al verme luchar contra el bostezo-Después de todo, los resultados no se darán si no hasta la tarde.

    -Pero no quiero que te hayas levantado en vano por mi culpa-le dije a pesar de que de verdad no me aguantaba el sueño.

    -Mira, no te preocupes por mí, mejor ve a dormir-me dijo con una sonrisa-Yo te acompaño.

    -Está bien-cedí más por mi cuerpo que por mi verdadera voluntad.

    Ambos caminamos por los interminables pasillos del palacio hasta llegar de nuevo a mi habitación. Con cara de fatiga me despedí de Atem y regresé a la cama donde me desplomé en ella quedándome profundamente dormida.
    Más tarde, oí que tocaban mi puerta y me levanté apresuradamente por el empeño de los golpes. Al abrir la puerta, vi a Atem y Mahad que solo me sacaron de la habitación y me llevaron casi arrastrando, pero corriendo al Salón Principal.

    -¿Qué sucede?-pregunté asustada mientras corríamos.

    -Por ahora será mejor que esperes-me dijo Mahad.

    Atem no dijo nada y seguimos corriendo, pero al doblar la vuelta en uno de los pasillos, un ser muy familiar se interpuso en nuestro camino.

    -¡AH!-grité asustada al ver uno de esos encapuchados que salía de las sombras-¡REGRESARON!

    -Por favor Mana-me decía Atem-No te alarmes, llegaremos pronto al Gran Salón.

    Mahad, reaccionó enseguida usando el único hechizo que funciona contra esas cosas, mientras Atem me jalaba para llegar a nuestro destino.
    Al llegar, Atem me pidió que lo esperara y el regresó donde Mahad, que se había quedado atrás por cubrirnos.

    -Tenga cuidado-fue lo último que le pude decir.

    Dentro del Gran Salón, solo estaba Simón que no pudo evitar hacer que Atem se quedara con nosotros.

    -Seguro no tardaran-me expresé ya que Mahad no estaba muy lejos.

    Y así como lo dije fue, no tardaron mucho y lograron entrar al Gran Salón.

    -A…alteza, Mahad ¿Están bien?-pregunté acercándome a ambos chicos agitados.

    -Estamos bien-me contestó Atem.

    -¿Por qué no pueden entrar aquí?-dije extrañada después de pensar un poco.

    -Los sacerdotes de la corte real protegieron este lugar con sus poderes antes de ir a la ciudad-contestó Simón.

    -No importa-dije con una sonrisa-Yo se que el faraón volverá a expulsar a esos seres.

    Al decir esto, Atem y Mahad solo me miraron fijamente. ¡Sigo sin entender por que todos me miran así!

    -Felicidades Mana-me dijo Atem después de ver mi cara y acercándose a mí-Quedaste dentro del grupo de magia.

    -¡Es verdad!-exclamó Mahad-Felicidades.

    -¿De verdad?-pregunté felizmente y sorprendida-¡LO LOGRE!

    Si, lo sé, no fue el mejor momento para gritar de esa manera, pero estaba en extremo feliz.

    Comencé a saltar de felicidad al oír la noticia, Atem, Mahad y Simón me veían con una sonrisa, pero detuve mis saltos de forma brusca.

    -¿Qué sucede?-me preguntó Atem al verme detenida.

    Corrí donde se encontraban mis amigos parándome enfrente de ellos.

    -¿Quieren decirme que dormí toda la tarde?-pregunté sorprendida.

    -Si-me contestó Mahad-Vine por ti a la hora del desayuno pero no respondiste, así que te dejé dormir.

    -De verdad estabas muy cansada-dijo Atem sonriendo.

    -Cuando salimos de nuestras clases te fuimos a buscar, pero comenzó el ataque y Simón nos había dicho que aún no despertabas-siguió Mahad-Por eso fuimos a tu habitación.

    -No pensé que dormiría tanto-dije un poco molesta conmigo misma.

    -Pero ya no te preocupes-dijo Atem poniendo su mano en mi hombro-Estudiaras magia en cuanto todo esto termine.

    En ese momento, llegaron Isis, Karim, Seto y Shada corriendo al Gran Salón, que al ver a Atem, hicieron una reverencia en cuanto recuperaron el aliento.

    -Felicidades Mana-me dijo Isis al verme ahí.

    -Gracias-dije sonriendo.

    -El ataque es de doble intensidad que la última vez-dijo Shada preocupado-Creo…

    -Lo mejor será esperar aquí-dijo Simón interrumpiéndolo.

    El, es Shada, también estudia magia y tiene 12 años, me parece que el llegó primero que el resto del actual grupo sin contar a Atem y Mahad. El es muy amable y serio cuando es necesario. Atem también me contó que es inteligente.

    Nadie sabía que decir en un momento así, a pesar de sus sonrisas yo sabía que estaban preocupados. Pero interrumpí el silencio del lugar con los gruñidos de mi estómago.

    -Lo siento-me disculpé poniendo mis manos en la parte ruidosa de mi cuerpo y sonrojándome por la acción.

    Todos rieron un poco, menos Seto. Supongo que el resto lo hizo por desahogo se sus preocupaciones.

    -Aún no has desayunado-dijo Atem-Será mejor traerte algo de comer.

    Atem estaba apunto de salir del Gran Salón, pero fue detenido por el resto de los presentes.

    -No vaya alteza-detuvo Mahad-Yo iré si me lo permite.

    -No-detuve-No se preocupen por mí, yo aguantaré.

    No quería que ninguno saliera, tenía miedo que algo les fuera a ocurrir por mis tonterías.

    -¿Estas segura Mana?-me preguntó Mahad.

    -Si, solo será por un rato, ya verán que el faraón ganará-les dije quitando mis manos de mi estómago y sonriendo.

    Esta vez se nos había prohibido estrictamente acercarnos al balcón y los minutos pasaban lentamente. La verdad me moría de hambre, pero hice todo a mi alcance para que no lo notaran, hasta que me sentí muy mareada y solo recuerdo haber cerrado los ojos.

    -No quiero dormir más-fue lo que salió de mi boca, cerré los ojos y solo oí una última voz que me llamaba.

    -MANA-gritó Atem.

    Desperté en mi habitación, no sabía lo que había pasado.

    -¿Acaso todo había sido un sueño?-me pregunté al levantarme de la cama.

    -¡Mana! ¡Despertaste!-me dijo Atem que estaba junto a mi cama con Mahad e Isis.

    -¿Qué sucedió?-pregunté confundida.

    -Te desmayaste por no haber desayunado-me dijo Isis-Te llegó la hora de la comida y no habías probado bocado, es muy normal que te desmayaras.

    -¿Y las sombras?-pregunté recordando asustada-¿Dónde están?

    -Ellas…-me quería decir Mahad

    -Tuviste razón todo el tiempo-me decía Atem sonriéndome-Mi padre acabó con ellas.

    Sé que lo que me dijeron era mentira, no sé por que pero eso era lo que yo percibía. Desde que tengo memoria me doy cuenta cuando Atem o Mahad mienten.

    -Por ahora será mejor que vayamos a cenar-decía Atem-No has comido nada en todo el día y podrías enfermar.

    -Si-siguió Isis-Podrías enfermarte si sigues así.

    Finalmente no dije nada de mis sospechas, de verdad tenía hambre y decidí dejar eso a un lado por el momento.
    Me levanté de la cama con algo de ayuda y comenzamos a caminar hacia el comedor. Por un momento, Atem y Mahad se adelantaron a nosotras. Se que hablaban de aquello que me ocultaban.

    -¿De que hablaran?-le pregunté a Isis con la intención de que ella me dijera algo de lo que había pasado-¿Tu lo sabes?-continué con otra pregunta pero de nada me sirvió.

    Isis tenía su mirada fija en Mahad, ella lo veía sonrojada y parecía que yo no estaba ahí.

    -¿Isis?-pregunté para llamar su atención-¿Te sucede algo?

    -Lo siento Mana ¿Qué me decías?-me preguntó volviendo su mirada hacia mí.

    -¿Qué tanto mirabas?-pregunté cambiando mi objetivo al del principio.

    -No, solo estaba distraída pensando en…-me decía-Lo que sucedió después de que te desmayaste.

    -¿Y que sucedió?-pregunté regresando a mi primer objetivo.

    -Pues no se mucho, solo que el faraón usó algo para alejar a las sombras-me decía.

    Yo no se si Isis me decía la verdad, a ella la conozco poco, pero vi la posibilidad de una mentira por tratar de tapar a Atem o más bien a Mahad.

    Llegamos al comedor, pero antes de entrar al lugar, el maestro Kazuke nos detuvo.

    -Lo siento mucho Mana-se dirigió a mi el maestro Kazuke-Pero creo que deberás esperar un poco más para estudiar magia.

    -¿POR QUE?-pregunté alarmada-Se supone que quedé.

    -Si-siguió el maestro-Y nadie te quitará tu lugar, es solo que se ha dado una nueva orden.

    -¿Una nueva orden?-preguntó Atem sorprendido.

    -Si, el ataque de hoy fue muy poderoso-explicaba el poseedor de la sortija milenaria-Y el faraón ha ordenado concentrarnos en los estudiantes que ya saben de magia para defender el país en caso de un nuevo ataque.

    -¿Entonces que pasará con los nuevos alumnos?-preguntó Mahad.

    -Por el momento los que recién aprobaron tendrán un lugar en el grupo de magia-seguía explicando el maestro Kazuke-Pero no serán entrenados hasta nuevo aviso.

    No podía creer lo que estaba escuchando, había decidido estudiar magia y esas sombras me retrasarían. Yo quería aprender magia lo antes posible para ayudar en caso de que volvieran a atacar y resulta que eso mismo obstaculizaba mi avance. De verdad tenía ganas de llorar.

    -No llores por favor Mana-me decía Atem al ver que una lágrima se asomaba por mis ojos.

    La verdad eso no bastó para que me calmara e inevitablemente comencé a llorar.

    -No llores-me trataba de consolar Atem-Ya verás que todo esto se arreglará pronto y en menos de lo que te imaginas estarás con nosotros estudiando magia.

    -Tranquila Mana-me decía el profesor de magia-No llores, si de verdad ese es tu deseo, puedo darte algo para que comiences.

    -¿De verdad?-pregunté parando mi escandaloso llanto.

    -Si, pero será lo único que te pueda dar-me decía el maestro Kazuke-Es necesario que me concentre en los demás estudiantes ¿entendido?

    -Si-contesté aún con desánimo por que no era lo que yo esperaba, pero era algo.

    -Ahora será mejor que vayamos a comer-siguió Isis.

    -Si-contesté de igual forma.

    -Por cierto-siguió el profesor-Lo que discutimos ayer, aún no es seguro, yo les informaré en cuanto lo sea.

    -Si-contestaron en coro Atem, Isis y Mahad.

    El día terminó y nos dirigimos a dormir. Estaba muy triste por lo que había sucedido en el día; pero después de calmarme me di cuenta que soy muy caprichosa, debo cambiar eso, pero ahora no estoy de humor para esas cosas.



    CREO QUE A TODOS NOS HA PASADO ALGO PARECIDO. PARECE QUE TODO VA IR BIEN Y LLEGA ALGUIEN O "ALGO" Y TE LO ARRUINA. BUENO, PUES LOS DEJO CON OTRO DE MIS DIAS.
     
  15.  
    ISHIZU

    ISHIZU Guest

    Re: El Diario De Mana

    Pobrecita Mana, le tenía que pasar eso cuando aprueba el singular exámen. Bueno, a ver que pasa, por lo menos Atem está ahí para consolarla y hasta le van a ayudar jeje.
    Síguelo cuando puedas.
     
  16.  
    LucyCullen

    LucyCullen Guest

    Re: El Diario De Mana

    hola!!
    me gusto mucho el capi ^^
    aunque mana es muy llorona xD
    contiii
    byes
     
  17.  
    Genissa

    Genissa Guest

    Re: El Diario De Mana


    Bienvenida al foro,y me encanta es te capi sigue con ...Pobre Mana me dio pena...Por lo de desmayarse tambien...
     
  18.  
    Esme Uchiha

    Esme Uchiha Usuario común

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    Re: El Diario De Mana

    Hola!!!
    seee
    me encanto pobre mana no podra estudiar magia
    durante un buen tiempo ._.
    pero la culpa la tienen esas malvadas sombras xD
    aunk pork se abran ido asi como asi, mana tiene algo k ver
    kiero saber k es...
    encerio kiero!!!!!
    y tmb esas cosquillitas que sietne xD!!!
    son malas esta enfema de amor!!!!!
    eso es grabe...bueno no tanto...solo almenos k no llege
    anzu o tea con eso me conformo

    chauu
     
  19.  
    MANA_DMG

    MANA_DMG Entusiasta

    Libra
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    El Diario De Mana [YGO]
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    Re: El Diario De Mana

    CAPITILO 5
    ESTUDIANDO MAGIA
    Al siguiente día desperté a la hora que acostumbro, no me emocionaba mucho la idea de estudiar por mi propia cuenta, pero al menos podría aprender algo de utilidad.
    Me dirigí al comedor para el desayuno y aunque Atem y Mahad intentaban animarme, no pude evitar seguir sintiéndome mal. Finalmente, al acabar con el desayuno, nos dirigimos al salón, así recibiría el libro que el maestro Kazuke me tenía preparado.

    Aún recuerdo a Atem tratándome de animar, al momento talvez no lo sentí de la misma forma, pero cuando lo pienso, me hace sentir tan bien… no se por que, pero es algo muy lindo lo que siento al pensar en eso.

    Al llegar frente a la puerta del salón, Mahad tocó como de costumbre y educación.

    -¿Podemos pasar?-preguntó.

    -Si-se oyó una voz-Adelante.

    Mahad abrió la puerta y entramos enseguida.

    -Buenos días-saludaron Atem y Mahad.

    -Buenos días-saludó el profesor de magia haciendo una reverencia a Atem.

    -Buenos días-saludé un poco más animada.

    -Buenos días pequeña-me dijo el profesor y enseguida de un movimiento apareció un libro grueso de color verde y me lo entregó-Toma-me dijo con una sonrisa-Aquí encontraras lo básico.

    -Gracias-agradecí alegremente, ya que debo admitir que a pesar de mi descontento al no ser oficial, se que puedo aprender algo.-Muchas gracias.

    Atem sonrió al ver que mi entusiasmo regresaba al igual que Mahad.

    -Por ahora solo puedo darte eso, pero creo que te será útil-dijo el maestro Kazuke.

    -Si-dije con una sonrisa natural-Me iré a estudiar.

    -Adelante-me dijo con una sonrisa.

    -Hasta luego chicos-me despedía con la mano corriendo hacia la puerta-Prometo aprender algo para cuando salgan-lo último que vi, fue sus caras sonrientes.

    Después de esto, salí del salón y me dirigí directamente a la biblioteca, donde al llegar, me senté de inmediato en el lugar vacío mas cercano, abrí el libro y antes de empezar mi lectura, me paralicé por un momento. Un escalofrío recorrió mi espalda en tan solo unos segundos, pero a la misma velocidad a la que llegó, se fue y continué con mi tarea.

    -¿Qué habrá sido eso?-me pregunté, pero ignorándolo enseguida-Será mejo que me apresure con esto-dije sonriendo-Debo aprender por lo menos un hechizo antes de que Atem y Mahad salgan de sus clases, se los prometí y lo voy a cumplir.

    Durante los primeros minutos me mantuve entusiasmada, pero lo mío no es la lectura y comencé a aburrirme dejando el libro sobre la mesa de lectura y dando un enorme suspiro.

    -¡Esto no es como lo imaginaba!-exclamé con voz fuerte.

    El encargado de la biblioteca se puso enfrente de mí con cara de reproche y antes de que pudiera decirme algo, me escondí en la silla.

    -Si deseas estar aquí será mejor que no hagas escándalo-me dijo mientras bajaba más de mi asiento-Hay personas que puedes distraer.

    Cuando acabó, salté de la silla-Pero soy la única en el lugar-reproché haciendo que la persona mirara a su alrededor vacío.

    -Pero aun así no debes hacer escándalo-me dijo para finalmente marcharse.

    ¿Quién entiende a los adultos? Te dan una razón para que no hagas ciertas cosas, pero si esa razón está ausente te siguen regañando.

    El principio del libro lleva las reglas que hay que seguir para estudiar magia, que por supuesto me salté. Lo siguiente habla de la importancia de la disciplina… bla… bla… bla… No encontraba lo que yo quería…

    -Necesito aprender un hechizo-dije murmurando y mirando de reojo al encargado que me vigilaba.

    Coloqué mi cara sobre mi mano mientras pasaba las hojas del libro una y otra vez dejando que el aire que producían me refrescara el rostro.

    -¡Que aburrido!-pensé-Esto no es lo que esperaba-dije una vez más en voz alta.

    -Sh…-se oyó de la boca del encargado.

    Una vez más pasé las hojas del libro, que detuve al ver unas palabras que llamaron mi atención.

    -¿Dónde lo vi?-me preguntaba mientras pasaba las hojas una por una para encontrar el lugar donde vi la palabra “formular”. Al llegar a la parte media del libro, encontré una serie de hechizos básicos-¡POR FIN!-grité emocionada-A ESTO ES A LO QUE ME REFERIA.

    -Sh…-volví a oír con más enojo, pero ya no me importó. Coloqué una pluma que llevaba en la página donde hice mi hallazgo, cerré el libro y salí del lugar abrazando el libro.

    -Ahora si podré practicar-pensé con una enorme sonrisa y caminé por lo pasillos.
    Bien, tal vez no fue buena idea salir de la biblioteca ahora que tenía algo importante que estudiar, pero ya no podía regresar después de mis escándalos.

    Al darme cuenta que no tenía un lugar adecuado para estudiar, decidí dirigirme a mi habitación, donde al menos nadie intentaría callarme.

    -Hacer flotar objetos pequeños… cambiar de forma papel…-leía en voz alta los títulos de los hechizos-¡Estas cosas no me sirven!-exclamé con enojo-Con estos hechizos no se puede curar a nadie, ni siquiera me pueden servir para alguna batalla-di un profundo suspiro.

    Me encontraba recostada en mi cama con el libro abierto en las manos, pero al quedar insatisfecha, puso aquel objeto verde en mi pecho y miré el techo.

    -Creo que al menos debería aprender uno de estos hechizos, no quiero romper mi promesa-pensé estirando mis manos-Pero debe ser algo de utilidad.

    Después de un rato me senté en la cama y volví a revisar la lista de hechizos para elegir uno adecuado.

    -¡Este!-exclamé con emoción-Este debe servirme en algún momento.

    Me levanté de la cama con mucha emoción al hallar algo de utilidad y una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro.

    -No es mucho, pero de algo me ha de servir-dije levantando el libro en señal de triunfo-Pero necesito donde practicarlo… A decir verdad no se donde puedo encontrar a alguien que me deje intentarlo.

    Regresé a sentarme en mi cama para pensar un poco y comencé a pronunciar el hechizo repetidas veces para memorizarlo.

    -Ahora no conozco a nadie que tenga la necesidad de que le ayude-dije un poco decepcionada y seguí pensando-¡Tal vez aquí no haya nadie!-exclamé feliz al llegarme una idea-¡Pero seguramente fuera del palacio necesiten ayuda!

    Tomé mi libro de inmediato y salí corriendo de mi habitación hasta la entrada del palacio.

    -Muy bien, ahora hay que burlar a los guardias-pensé escondida tras una de las tantas columnas que sostienen los pasillos de entrada del palacio-Cuando Atem y yo salimos de aquí él usó su magia para ocultarnos y poder salir, pero yo aún no se ningún hechizo…

    Una idea llegó a mi mente casi al instante.

    -¡AUXILIO!-grité en dirección del palacio con la esperanza de que se quitaran de sus posiciones para “ayudar”-¡AUXILIO! ¡AUXILIO!

    La verdad no esperaba que eso funcionara, pero agradezco a Ra que así haya sido, por que en cuanto se fueron en busca de “la persona en problemas” logré salir sin problemas.

    Al salir, pude ver la enorme ciudad, llena de gente como siempre de un lugar a otro.

    Tal vez solo haya salido del palacio dos veces desde que tengo memoria, pero desde las torres del palacio se puede ver Egipto.

    -Este no es momento para distraerte-me dije a mi misma-Tenemos que buscar a alguien para practicar.

    Caminé sin rumbo durante un rato, pero parecía que todos estaban bien sin mi ayuda. Estaba triste, no por que la gente estuviera bien, si no por que no aprendería nada para cuando salieran de clases, así que me senté junto a una casa por un rato y miré a todos a mí alrededor.

    -¿Será la primera vez que no cumpla mis promesas sinceras?-me pregunté mirando las calles.

    Al terminar de preguntarme eso, vi a un chico que se sentaba al extremo de donde yo estaba, pude notar que podría ayudarlo con el hechizo que quería practicar así que me acerqué a él.

    -Hola-saludé felizmente con mi libro y mis manos tras de mi-Me llamo Mana.

    -Hola-me saludó no muy convencido el niño alzando su mirada.

    Me senté junto a él y coloqué el libro sobre mis piernas-¿Tu como te llamas?

    -Ese… ¿ese es un libro de magia?-me preguntó al notar el objeto sobre mis piernas.

    -Si, así es-contesté feliz enseñándoselo.

    -Eso quiere decir que tú estudias la magia-aseguró el chico sorprendido.

    -Si, pero dime ¿Cómo te llamas?-le volví a preguntar.

    -Me llamo Bakura- me contestó con una sonrisa.

    -Veo que te has raspado la rodilla-le dije aún feliz.

    -Si-me contestó-Pero no es de gracia.

    -Lo sé pero ¿quieres que te cure?-le pregunté con emoción y esperanza de una respuesta afirmativa.

    -¿De verdad puedes hacer eso?-me preguntó sorprendido.

    -Claro que si tontito, la magia puede curarte heridas-le contesté.

    -¿Tontito?-preguntó algo enojado-Yo…

    -Por favor déjame ayudarte-le pedí levantándome del suelo.

    El chico sonrió un poco-Está bien, hazlo, confío en ti.

    A decir verdad fue algo muy lindo de su parte cuando me dijo “confío en ti”, nadie me había dicho eso antes y me puse mucho mas alegre. Las cosquillas en el estómago regresaron en ese momento, yo creo que debo irme a revisar con el doctor.

    Coloqué mis manos en su rodilla, cerré los ojos y comencé a pronunciar el hechizo con la esperanza de que funcionara, al acabar, los abrí enseguida.

    -Vaya, eres buena-me dijo Bakura-Ya no me duele.

    Quité mis manos de su rodilla y la vi ya sin ningún rasguño-¡Lo logré!-dije con emoción.

    -Si-dijo Bakura mirándome con sorpresa por mi reacción-¿Acaso es la primera vez que lo haces?

    -No-dije moviendo mis manos torpemente-Es solo que me gusta celebrar cuando hago las cosas bien.

    Bakura me miró dudoso de mis palabras.

    -¿Y cuantos años tienes?-le pregunté para cambiar el tema-Yo tengo 8 años.

    -Tengo 9 años-me contestó cambiando la expresión de su rostro con una sonrisa.

    -¡AH!-grité emocionada-¡Igual que Atem!

    -¿Atem?-se preguntó en voz alta-¿Te refieres al príncipe?

    -¿Eh? No… digo… ¿Cómo voy yo a llamar al príncipe por su nombre?-reí un poco tratando de pensar en algo, no podía dejar que se enterara de que Atem me había dado permiso de llamarlo por su nombre.

    -Si, tienes razón-me dijo haciendo que sintiera alivio.

    -Atem es mi… es mi…-intentaba pensar en algo, pero estaba tan nerviosa por mi error que no me llegaba nada a la mente.

    -¿Hermano?-me preguntaba Bakura-¿Primo?

    -No, no es ningún familiar mío-contesté haciendo tiempo para pensar en algo.

    -¿Prometido?-me preguntó.

    -¡NO!-grité apenada, sentí la cara caliente y mis nervios aumentaron-¡Es mi amigo!

    -¿Amigo?-me preguntó-No es común la amistad entre hombres y mujeres.

    -Pero yo no soy una mujer aún, soy una niña-aclaré-Y si, es mi amigo.

    -Tienes razón, solo somos niños-dijo Bakura sonriendo.

    -¿Quieres ser mi amigo?-le pregunté para demostrarle que esas amistadas si eran posibles además de que me había caído muy bien.

    Bakura comenzó a pensar un poco-Si, serás entonces mi primera amiga-me dijo feliz.

    -¡Si, la primera!-exclamé feliz, pero recordé que tenía que llegar al palacio antes de que Atem y Mahad salieran de sus clases-Lo siento, tengo que irme.

    -¿Tan pronto?-me preguntó.

    -Es que ya es tarde y si no, no llegaré a…-no podía decirle que no llegaría al final de la clase de magia siendo que le dije que la estudiaba-no llegaré a…

    -¿A ver a Atem?-me preguntó remarcando el nombre.

    -Em… si… quedé de verlo-le dije-Ya me voy-dije para echarme a correr en caso de que quisiera acompañarme-¡ADIOS!-le grité como último.

    Regresé de inmediato al palacio con algunos problemas cuando los guardias me descubrieron y me preguntaron el por que estaba fuera del palacio, pero fue lo de menos y llegué a tiempo frente al salón.

    -Hola-saludé a mis amigos que salían del salón-¿Cómo les fue?

    -Bien, pero cuéntanos ¿Cómo te fue a ti?-me preguntó Atem con una sonrisa.

    -¿Qué aprendiste?-me preguntó Mahad.

    -Yo aprendí a curar heridas leves-contesté feliz recordando mi hazaña en la ciudad.

    -¿De verdad?-me preguntó Atem sorprendido.

    -¿Y ya te aprendiste las reglas y sabes la responsabilidad que tienes ahora que se permitió aprender magia?-me preguntó Mahad seriamente.

    -No, eso es aburrido-contesté a su larga pregunta.

    -Pero…-quiso sermonearme.

    -Mahad-se oyó la voz de Isis tras Mahad-Disculpa si te parezco fastidiosa, pero es que aún…-decía Isis sonrojada, pero no quiso terminar su oración.

    -¡Es verdad!-exclamó Mahad-Discúlpame por no haberme acordado, vayamos a comer de una vez y enseguida te ayudo con el hechizo.

    -Si, gracias-agradeció Isis aún sonrojada y vi como colocaba una mano sobre su estómago.

    -¿Será que ella también está mal del estómago?-pensé-Le preguntaré otro día.

    -Con permiso alteza-Mahad hizo una reverencia seguido de Isis.

    Ambos se fueron hacia el comedor dejándonos a Atem y a mí solos en el pasillo.

    -Mana, por algo están las reglas-me dijo Atem siguiendo el trabajo de Mahad-Será mejor que las leas primero.

    -No es necesario-le dije sonriendo-Ya curé a alguien sin necesidad de leerlas.

    -¿Lo lograste?-me preguntó sorprendido-¿A quien curaste? ¿Qué tan grave era la herida?-preguntaba preocupado examinándome.

    -Si, lo logré-le dije orgullosa de mi misma-Fue a un chico que me encontré en el pueblo, tenía un pequeño raspón-al acabar de decir esto, mi rodilla comenzó a dolerme, pero no dije nada.

    Atem, se dirigió inmediatamente a revisar mis rodillas-¿Cómo este?-me preguntó señalando un raspón en mi rodilla derecha.

    -Si-dije sorprendida el ver que era exactamente al que había curado.

    -No puedes curar una herida así como así por que se te revierte-me dijo Atem curándome la herida.

    -¿Qué haces? Me acabas de decir que las heridas se traspasan-le dije a Atem preocupada pero esa sensación en el estómago regresó-No lo hagas.

    Cuando Atem terminó el hechizo me regaló una sonrisa cálida que hizo que la sensación en el estómago aumentara-La herida es muy leve y puedo evitar que e transfiera a mi cuerpo-me dijo-Además, aunque no pudiera evitarlo, no dejaría que estuvieras lastimada sin importar la gravedad.

    Esas últimas palabras hicieron que la sensación del estómago invadiera todo mi cuerpo y una vez en el día, sentí mi cara caliente.

    -¿Qué te sucede Mana?-me preguntó Atem preocupado-Tu cara rojo, ¿acaso tienes fiebre?-siguió preguntando después de tocar mi frente.

    -No, me… me siento muy bien-contesté nerviosa-Pero ¿Por qué a ti no te pasó nada?-pregunté tratando de olvidar ese nerviosismo.

    -Dependiendo de la experiencia de magia que tengas, puedes lograr evitarlo-me contestó-Será mejor que leas todo el libro para que entiendas-me pidió con voz suplicante.

    -Está bien-dije aun algo nerviosa-Lo haré para que no te preocupes por mí-pensé.

    -¿Te parece si vamos a comer?-me preguntó Atem.

    -Si-contesté entusiasmada.

    Durante todo el día no se me quitó esa sensación en el cuerpo cada vez que miraba a Atem, pero el día pasó tranquilamente.
    Decidí preguntarle a Isis sobre esta sensación antes de pasar con algún doctor, pero será después de sus clases de mañana, por que por ahora tengo que estudiar esas aburridas reglas.
    Ah! Por cierto, espero volver a ver a Bakura, pero será después de que aprenda más cosas para que no sospeche de mí.




    POR FIN TRAJE OTRO DE MIS DIAS .
     
  20.  
    Teazle

    Teazle Guest

    Re: El Diario De Mana

    Hola muy bueno el capitulo 5 ;). Me esta gustando mucho ojala pongas el siguiente capitulo pronto.
    Sigue asi. Bueno Bye
     
Estado del tema:
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