Colectivo de Naruto - el diablo de ojos rojos

Tema en 'Fanfics de Naruto' iniciado por Jaca, 7 Enero 2024.

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    Jaca

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    7 Enero 2024
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    Escritor
    Título:
    el diablo de ojos rojos
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3865
    Cap 1

    En un pequeño campamento cerca de la frontera de la Tierra del Viento con la Tierra del Fuego, se encuentra el campamento de avanzada de la aldea oculta de la Hoja. Hace seis meses que comenzó la tercera gran guerra shinobi, y este frente es el más afectado. No hay suficientes suministros para resistir, pero tampoco han podido avanzar. Todos los planes realizados han sido interceptados. Sin embargo, hace poco llegó la primera división de Konoha, también conocida como la "división cebo". Deben tomar la avanzada, distraer las defensas enemigas para que finalmente el equipo de ataque pueda llegar al puesto de avanzada de la Arena.

    Dentro de la primera división se encuentran tres grandes amigos: Makoto Uchiha, también conocido como "la basura Uchiha", Asari y Bogyo Utakane. A pesar de ser considerado un Uchiha ciego, Makoto ha desarrollado habilidades sensoriales excepcionales y destreza con la espada.

    Makoto: Asari, acelera el paso; tenemos que mantenernos al día.

    Asari: Voy, Makoto. Estoy cansado; llevamos un día caminando sin descanso alguno.

    Makoto ignoró el refunfuñar de su amigo, pues su gran audición le dijo que algo iba mal. Escuchó lo que parecía ser choques metálicos y gritos.

    Makoto: Asari, prepárate. Escucho una batalla más adelante.

    Makoto preparó su espada, sintiendo un montón de chakras de diferentes personas acercándose. Entonces, lo sintió. Su instinto le decía que cortara adelante...

    Pov Asari:

    Estaba preparando un genjutsu lo más fuerte posible para apoyar a mis camaradas. Vi cómo un ninja de la Arena atacó a Makoto con un títere. Sentí la presión en mi pecho. En eso, vi cómo Makoto realizó un tajo lateral con su "katana" y lanzó bolas de fuego con gran precisión. Termine mi genjutsu y grité para que Makoto lo escuchara.

    Asari: Ilusión demoníaca, ataduras muertas.

    Siguiendo el mismo patrón de nuestras luchas, Makoto atacó con cortes limpios el cuerpo de los tres ninjas enemigos más cercanos...

    Pov Asari:

    ...Makoto atacó con cortes limpios el cuerpo de los tres ninjas enemigos más cercanos. Realizó un corte lateral, cortando el cuello de uno, dejando que la espada rozara el piso antes de realizar un tajo hacia arriba, cortando todo el pecho y rozando la garganta del siguiente enemigo. Aunque no lo atravesó, el corte fue lo suficientemente profundo para dejarlo fuera de combate. Por último, con ese mismo impulso, atravesó el pecho del tercer ninja enemigo, justo en el corazón. Retiró la espada con un poco de dificultad y lo protegí con pequeñas ilusiones para alejarnos del enemigo.

    Necesitaba reponer chakra, y Makoto, por más hábil que fuera, no podría luchar en ese campo de guerra sin salir muerto. Si queríamos sobrevivir, teníamos que confiar el uno en el otro para eliminar a nuestros enemigos. Makoto estaba descansando detrás de mí cuando vi cómo un ninja de la Arena realizó el jutsu de balas de vacío. No había espacio para esquivarlo; estábamos en medio del ataque.

    ¿?: ¡Jutsu de piedra, pared de piedra!

    Sonreí; ese era nuestro compañero, Bogyo Utakane, el que completaba nuestra defensa. Aunque no era muy listo, siempre era el mejor defendiéndonos.

    Asari: Bogyo, siempre es un placer verte. Tengo tres cuartos de mi chakra; puedo lanzar dos veces más la ilusión de ataduras, pero hay más ninjas de lo esperado.

    Bogyo: No es necesario. Guárdalo, porque yo, el futuro Hokage, acabo de aprender el mejor jutsu de la historia.

    Bogyo pasó lentamente por un montón de poses de manos, pero se demoró demasiado. Un kunai explosivo se dirigía hacia él por la espalda; no iba a alcanzar a decir nada.

    Asari: ¡Bogyo, cuidado!

    Antes de que terminara, Makoto apareció detrás de Bogyo con su katana, golpeó el kunai desviándolo hacia la multitud.

    Makoto: No te distraigas, idiota. Eso puede costarnos la vida.

    Bogyo: Makoto, lo siento. En fin, ya terminé...

    Bogyo: ...Listo.

    Bogyo realizó el jutsu de piedra "Estrella de estacas". Del suelo alrededor nuestro se rompió cuando miles de estacas salieron en todas las direcciones. Miles de ninjas de ambos bandos quedaron empalados, y los que quedaron en medio estaban demasiado mal. Makoto, saltando entre las púas, les cortó la garganta justo cuando el último ninja enemigo quedaba. Sin embargo, algo inesperado sucedió: resbaló y cayó de frente hacia el ninja de la Arena. Este, aprovechando la oportunidad, lanzó un kunai directo a la cabeza de Makoto.

    Traté de llegar, de salvarlo, pero no era lo suficientemente rápido. Sin embargo, vi un borrón cuando, en medio de Makoto y el ninja de la Arena, se encontraba Bogyo con un kunai en el pecho.

    [Flashback]

    Nos encontramos en el campo de entrenamiento número 32, presentándonos ante nuestro nuevo sensei, Shibo Shimashita.

    Asari: Hola, soy Asari Kurama. Me gustan los dulces, detesto que me digan que soy menos que los demás y mi sueño es ser el mejor ninja en genjutsu.

    Bogyo: ¡Hola! Soy Bogyo Utakane. Amo la sopa de lombriz de tierra hecha por mi hermana, me disgusta que digan que soy tonto y que no llegaré lejos. ¡Voy a ser Hokage!

    Makoto: Soy Makoto Uchiha. Me gustan las manzanas verdes, detesto que me pregunten si soy ciego o que me traten como si no pudiera cuidar de mí mismo. Mi sueño es defender la aldea como un ninja.

    [Un mes después - 5 meses antes de la guerra]

    Makoto estaba en una lucha de kenjutsu con su sensei mientras Bogyo memorizaba un jutsu defensivo de piedra, y yo adecuaba mi físico. Makoto resbaló durante la práctica, y aunque Shibo se disculpó, la herida fue evidente. Después de curar la herida, Shibo nos enseñó el jutsu palma mística para curación básica.

    [Un mes antes de la guerra]

    Después de recibir la noticia de la muerte del padre de Makoto, todos estuvimos allí para apoyarlo. Bogyo, nuestro bromista, incluso dejó un mensaje en una pared con pintura bioluminiscente para animar a Makoto.

    [Estalla la guerra]

    Aunque estábamos asustados, Bogyo hizo chistes como siempre. Pensábamos que íbamos de excursión, pero la realidad era mucho más oscura.

    [5 meses de la guerra]

    Bogyo se separó de nosotros para buscar un jutsu que nos ayudaría mejor. Nunca regresó...

    Fin del flashback.

    Pov Makoto:

    Nueve ninjas de la Arena fueron eliminados en menos de un minuto. Estaba llegando al último cuando sentí un dolor en la parte trasera de mi cabeza, un ardor en mis ojos, similar al que sentí con la muerte de mi padre. Desconcentrado, perdí el equilibrio. Mi habilidad de sensor advirtió el peligro, pero no podía moverme; el dolor era insoportable. Cuando resigné mi fin, sentí el chakra de Bogyo delante de mí, disminuyendo rápidamente.

    Makoto: No, no, no. Bogyo, dime que no recibiste el golpe por mí. Dime que todo está bien.

    Bogyo no respondió. Su chakra casi era inexistente. Escuché lo que parecía ser el llanto de Asari. Era un hecho: Bogyo estaba muriendo en mis manos. Mis ojos empezaron a arder, mi cabeza dolía, y me di cuenta de que lloraba sangre. Estaba agotado. No podía más.

    De un tirón, arranqué la venda en mis ojos, todo se volvió rojo, lento...

    Pov Asari:

    No pude contener el llanto. Bogyo había muerto. Vi cómo Makoto volvía a llorar sangre. Iba a acercarme para apoyarlo, pero noté la desesperación y la ira en él. Sin pensarlo, arrancó las vendas que cubrían sus ojos, revelando unos ojos que reflejaban odio, con un patrón extraño. Creí que era un mito: el famoso Mangekyo Sharingan

    CAP 2
    Gritos de agonía y dolor se escuchan en medio del desierto, ahora teñido de rojo por la sangre derramada. En medio de un montón de cuerpos se encuentra Makoto, un pedazo de metal en su mano y en su rostro una mirada vacía.

    [Unos minutos antes]

    Makoto explotó; la ira corría por sus venas, sus manos temblaban. En un impulso, saltó al campo de batalla, ignorando los gritos de preocupación de su único amigo, al menos el único que quedaba vivo. Cada pequeño movimiento de los ninjas de la Arena era visto con anticipación. No sabía por qué su vista era roja o tan lenta; se lo atribuía a la sangre. No le importaron los cortes que recibió en los brazos por los jutsu de viento que esquivaba en el último momento. Su camisa ligera estaba hecha jirones, mostrando la vieja herida hecha por su sensei. Estaba lo suficientemente cerca, con la katana en su mano derecha y un kunai en la izquierda, empezó una batalla, o más bien una masacre.

    Frente a Makoto se encontraban al menos treinta ninjas de la Arena. No le importó; de un salto llegó al frente del primero y con un corte vertical le cortó la cara. Lanzó el kunai clavándolo en la rodilla de otro, usó su pierna arrodillada para saltar, antes de aterrizar dio una voltereta mientras con su mano libre pasaba por una secuencia de sellos.

    Makoto: ¡Jutsu gran bola de fuego!

    Una bola de fuego chocó contra un jutsu de vendaval de viento lanzado por uno de los ninjas de la Arena. Ahora, aquella bola de fuego, que originalmente hubiera lastimado gravemente a un ninja, se convirtió en una pequeña llamarada, quemando a tres ninjas en el proceso. Un sonido fue lo que necesitó Makoto para saber que detrás suyo había un ninja de la Arena. Con un agarre inverso de su espada, realizó una puñalada por debajo de su brazo, enterrando la espada en el estómago del ninja enemigo. Apenas el ninja retrocedió, dio una voltereta cortando la garganta de este, lo cual provocó que su cabeza se separara, creando una fuente de sangre humana. Sintió cómo cargaban chakra enfrente de él y, copiando el movimiento del ninja, escupió varias balas de aire contrarrestando los jutsu enemigos.

    Makoto: Mueran -fue un susurro inaudible.

    Makoto: Mueran.

    Makoto: ¡Mueran!

    Un grito fue lo que escucharon los tres ninjas más cercanos, antes de que dos sintieran sueño al ver los ojos de Makoto; el tercero no sintió sueño, pues no pudo, ya que la katana de Makoto estaba incrustada en medio de sus cejas.

    Makoto realizó varias poses de manos, recordando las que había visto antes.

    Makoto: ¡Jutsu de aire, balas de vacío!

    Dos de las balas pegaron en el suelo, levantando polvo, mientras otras atravesaron el pecho y la pierna de ninjas enemigos, dejando a uno fuera de combate y a otros dos sin posibilidad de sobrevivir. Cansancio fue lo que sintió a su alrededor; solo quedaban un poco más de quince ninjas de los treinta iniciales. No se iba a dejar vencer. Por lo menos, si moriría, moriría como su mejor amigo, en batalla. Pasó por tres sellos antes de que sus manos se incendiaran, pasando a ser parte de la hoja de la katana. Rojo vivo fue el color que tomó cuando las últimas gotas de chakra de Makoto la calentaron. Tres cortes horizontales fue lo que hizo antes de que la forma de media luna saliera disparada sin dar tiempo a los shinobi de la Arena de esquivar, muriendo seis personas en el proceso. Todo sería genial si no fuera por la cabellera castaña que tanto conocía. No podía ser; tanta fue su ira que olvidó algo muy importante. En el campo de batalla todavía estaba su amigo.

    Iba a correr hacia el cuerpo de su amigo, pero su peso le ganó; su chakra era casi nulo, las heridas en sus piernas cobraron factura. Cayó de rodillas, trató de levantar la katana, pero no pudo; le pesaba. En su mente solo había dos palabras que lo tenían en shock.

    ¡Lo mataste!

    Estaba quieto, sin fuerzas para defenderse de los pocos ninjas de la Arena que quedaban. Sus ataques indiscriminados habían acabado con todos sus compañeros, pero más importante, había acabado con su amigo, con sus propias manos.

    Un ninja de la Arena se acercó a él; se notaba el miedo en la tensión de sus músculos. Solo se quedó mirando el cielo. Qué broma tan asquerosa es que, por querer protegerlos, terminó matándolos.

    Ninja de la Arena: Ya no puedes hacer más, niño. Al final y al cabo, no importa lo que hagas, la Arena siempre va a ganar...

    No terminó la frase; una serpiente blanca le mordió la yugular. Uno de los ninjas trató de defenderse cuando una espada atravesó su pecho, otro salió corriendo, pero un kunai explosivo se clavó en su espalda, mandando sus rostros por todo el campo de batalla. Otros, los más experimentados, simplemente se suicidaron. La batalla había terminado; el único cebo que sobrevivió fue Makoto Uchiha. El grupo de ataque liderado por Orochimaru tomó control del puesto de avanzada de la Arena. Pero Makoto murió, aunque no en cuerpo.

    Acostado en una camilla, Makoto tenía heridas no tratadas por ninjas médicos; simplemente le quitaron las que podrían ser mortales y lo vendaron. Todavía era considerado simple basura.

    Shibo: ¿Puedo pasar?

    Makoto: ¿Claro, sensei? ¿Qué le pasó?

    Shibo se encontraba en silla de ruedas.

    Shibo: Recibí una herida en la batalla de avanzada. Lamentablemente, hasta acá llega mi carrera shinobi.

    Makoto no pudo evitar que una lágrima saliera de sus ojos; al parecer, en su camino para ser un ninja, sus seres queridos no lo acompañarían.

    Makoto: Lo siento, sensei. -dijo en un susurro.

    Shibo: Disculpa, Makoto, no te escuché.

    Makoto: Dije que lo siento, sensei. Por mi poca prudencia, Bogyo murió y también Asari. Si solo no hubiera lanzado ese ataque. -su voz quebrada rompió la alegría de su sensei.

    Shibo: No llores, Makoto. -dijo limpiando sus lágrimas.

    Shibo: Ellos no te culparían de nada. Además, en un campo de guerra es difícil saber por dónde atacar.

    Makoto lloró al lado de Shibo durante unas horas hasta que Shibo salió. Se iba a casa, ya que en el puesto de avanzada solo sería un estorbo.

    Makoto: Si solo hubiera roto esa tonta promesa... Todavía no entiendo por qué tenía que pasar por todo esto. -dijo mirando el pequeño pedazo de metal quemado que quedó de lo que alguna vez fue su espada. Madre.

    Parado en el centro de una carpa desierta, Makoto observa el metal que alguna vez fue su espada, la misma que arrebató vidas de enemigos y amigos. Sus lágrimas caen mientras se pregunta por qué tuvo que pasar por todo eso, lo que su madre pedía que ocultara tras la venda.

    Con determinación, envía su chakra al metal, calentándolo al rojo vivo. Levanta la manga de su camisa, apoyando la hoja en su hombro. Entre dientes apretados, ve cómo la marca de su fracaso se quema en la forma de su espada.

    "Días después," Makoto marcha bajo el sol abrasador hacia una batalla que decidirá su destino. Ataca sin dudarlo, desatando una lluvia de fuego en el campamento enemigo. Enfrenta a un hombre corpulento, clavando su puñal en su espalda, solo para descubrir que era una marioneta. Shou, el titiritero, revela su presencia y mutila a Makoto.

    En medio del tormento, una figura gris salva a Makoto. Se enfrenta a la marioneta y encuentra un libro: "Hilos de Chakra - Control de Marionetas." Clava la hoja ardiente en el corazón de la marioneta, desgarrando su corazón y llorando por el dolor.

    De vuelta en la realidad, encuentra una mujer muerta en una estaca. Orochimaru, el comandante, anuncia el fin de la guerra y el regreso a la aldea.

    La caminata a la aldea es silenciosa. Makoto, leyendo los principios de los hilos de chakra, se propone controlar su venganza. Agradece al hombre de cabellera blanca que lo salvó, pero este le revela que solo cumplía su misión.

    Después de la guerra, los pocos ninjas sobrevivientes regresan a la aldea. En una ceremonia de bienvenida, el tercer Hokage les da la bienvenida y premia a Makoto por ser el único superviviente de la primera división. Makoto se dirige lentamente a la casa del líder Uchiha Fugaku.

    CAP 3

    Miles de murmullos resuenan en todo el recinto Uchiha, todos dirigiendo sus miradas hacia la única figura que regresó de la guerra, alguien a quien consideran una basura. Un individuo de 16 años que siempre creyeron ciego, hasta que una verdad desmentida dejó a todos atónitos.

    Paso a paso, Makoto se encamina hacia la casa del jefe de clan, desafiando las expectativas al no llevar una venda en sus ojos. La sorpresa en los rostros de los presentes es evidente, aunque esa muestra de respeto le parece vacía en un clan que considera basura.

    Con firmeza, llega a la entrada del recinto del jefe de clan y golpea dos veces con su única mano.

    ¿?: Siga.

    Una voz firme y áspera responde al otro lado de la puerta. Makoto entra lentamente, inclina levemente la cabeza frente al jefe del clan y espera instrucciones, consciente de que es lo único que sabe hacer.

    Fugaku: Makoto Uchiha, 72 bajas confirmadas en toda la guerra, mayormente genin y algunos chunin. Habilidades destacadas en el uso de la katana y ninjutsu de fuego. Aunque, según tengo entendido, eres ciego, ¿no es así?

    La ceja levantada de Fugaku y su ojo rojo con comas girando lentamente ponen nervioso a Makoto.

    Makoto: N-no, señor, no soy ciego. Simplemente, por petición de mi difunta madre, siempre usé la venda.

    Fugaku: Mmmm, está bien. Intenta concentrar chakra en tus ojos, Makoto. Quiero confirmar algo.

    Siguiendo las instrucciones de Fugaku, Makoto se concentra lentamente. Todo adquiere un tono rojo y percibe a Fugaku moviéndose más lentamente.

    Fugaku: Así que despertaste el Sharingan. Muy bien, Makoto. Por la pérdida de tu brazo en batalla y como muestra de agradecimiento por tu participación en la guerra, te concederé estos tres pergaminos.

    Makoto toma los pergaminos y los guarda en uno de los bolsillos de su pantalón Anbu.

    Makoto: Gracias, Fugaku-sama.

    Fugaku: Retírate y gracias por tu sacrificio y dedicación.

    Makoto inclina levemente la cabeza y sale de ese lugar a paso lento.

    Más tarde...

    Makoto se sienta en posición de loto, contemplando la mesa frente a él. En ella, reposan los "tesoros" más grandes de su corta vida: un metal derretido en su mayor parte, un libro con la marca de un corte en su forro y cuatro pergaminos de diferentes colores.

    Suelta un suspiro mientras arroja lejos el pedazo de metal derretido.

    Makoto: "No hay nadie que me quiera en esta aldea. Tal vez... si me voy, todo será diferente. Podría dar información de la aldea a enemigos para poder escapar. Pero ahora, no tengo la fuerza para huir."

    Observando su mano, nota cómo se materializa un hilo delgado de chakra de cada uno de sus dedos. Una risa asoma en su rostro mientras una sola frase recorre su mente: "Ja, ¿quién diría que tener el Sharingan sería tan útil?"

    Una hora de entrenamiento intentando mover el hilo a voluntad solo logra que sus dedos ardan. Makoto piensa en tomar un descanso y revisar lo que le dio el jefe de clan.

    Lentamente, toma los pergaminos, pero cada contacto provoca un dolor agudo, como si estuviera quemado a un nivel muy alto. A pesar del sufrimiento, continúa abriendo el primer pergamino.

    Makoto: "Hansha Ishi... Refleja tu voluntad en la bestia que desafíe tu ser. Usa tu Sharingan maduro para reflejar tu voluntad en un ser con chakra y voluntad más débil que tú. Genial, una ilusión de control."

    Deja el pergamino en el escritorio y toma otro, casi manchándolo con la sangre de sus dedos adoloridos.

    Makoto: "Kyōyū bijon... Vista doble. Permite ver a través de los ojos de la bestia en la que plantas tu visión. La única evidencia será el Sharingan en el ojo del otro ser. Solo útil si uno de tus ojos está cerrado para ver lo mismo que el otro ser. Genial, puedo ver a través de algo más. Aunque, si lo junto con el anterior, podría ser útil. Va que va, tendría que tener suficiente voluntad que otra persona."

    Sin mucha suerte, tira el pergamino junto al otro, tomando el penúltimo que queda. Por supuesto, es consciente de que el último aún no es el momento de abrirlo.

    Makoto: "Shunshin no Jutsu... Muévete a grandes velocidades a través de la concentración de chakra. Con el uso de animales convocados o elementos, se puede mejorar su eficacia. Bueno, esto me será útil para moverme y escapar de ataques. Una cosa útil de tres."

    Lentamente, Makoto toma un suspiro y, dejando los pergaminos juntos, sigue invocando hilos de chakra de sus dedos, materializando uno y moviéndolo a voluntad por primera vez.

    Makoto: "Algo es algo." De repente, deja de invocar chakra y se sostiene la cabeza mientras sangre brota de sus ojos.

    Makoto: "Mierda, ese dolor de nuevo..." Sin darse cuenta, su ojo comienza a girar lentamente, y un shuriken de dos aspas gira en la oscuridad de la habitación. En esa oscuridad, su Sharingan se refleja en los ojos de una sombra que todo lo observa.

    Makoto, en medio del dolor y el sangrado de sus ojos, lucha por resistir. Sin embargo, su Sharingan comienza a girar más rápido, y el shuriken de dos aspas parece desvanecerse en la oscuridad. En ese momento, su visión se nubla, y la figura de la sombra se desvanece, dejando a Makoto solo con su agonía.

    Después de unos momentos, Makoto logra recuperar la compostura. Aunque su visión está borrosa, se obliga a abrir el último pergamino. Mientras lo despliega, sus dedos temblorosos dejan caer el shuriken, pero la sensación de ardor persiste en cada movimiento.

    Makoto: "¿Qué será este último jutsu?"

    Sus ojos se centran en el contenido del pergamino, y una sorpresa se refleja en su rostro.

    Makoto: "Jikan Kontorōru... Control del Tiempo. Manipula el flujo del tiempo en un área limitada. Pero, ¿cómo puedo usar esto con mi Sharingan?"

    A pesar de las dudas, guarda el pergamino en su bolsillo Anbu y se recuesta, sintiendo el agotamiento que la intensa sesión de entrenamiento le ha causado.

    Más tarde, Makoto se encuentra de nuevo en la casa de Fugaku. Esta vez, su paso es más firme, y su presencia refleja una determinación renovada. Golpea la puerta con su única mano.

    ¿?: Siga.

    Makoto entra y se encuentra con la mirada penetrante de Fugaku.

    Fugaku: Veo que sigues adelante, Makoto Uchiha. Supongo que has descubierto los secretos de los pergaminos.

    Makoto asiente con la cabeza, mostrando un atisbo de orgullo en sus ojos.

    Fugaku: Bien. Ahora, como muestra de mi confianza en ti, te encomendaré una tarea especial. Deberás infiltrarte en una organización enemiga y obtener información crucial para nuestra aldea.

    Makoto: ¿Infiltrarme?

    Fugaku: Sí, tu Sharingan y tus nuevas habilidades te harán valioso. Pero ten en cuenta que esto es arriesgado. Si fallas, la aldea no reconocerá tu lealtad.

    Makoto acepta la tarea con determinación. Aunque sus pensamientos divagan sobre la soledad que siente en la aldea, sabe que esta es su oportunidad de cambiar su destino.

    Después de recibir instrucciones detalladas, Makoto parte en su misión. A medida que avanza, reflexiona sobre su pasado, su sed de venganza y la posibilidad de encontrar un propósito más allá de la guerra.

    El camino por delante está lleno de incertidumbres, pero Makoto, con el Sharingan reflejando su voluntad, está decidido a escribir su propia historia, lejos de la sombra que lo persigue en la aldea Uchiha.

     
    Última edición: 7 Enero 2024

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