El destino se construye

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Bryan D Patico, 8 Octubre 2012.

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    Bryan D Patico

    Bryan D Patico Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    28 Octubre 2008
    Mensajes:
    199
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El destino se construye
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1027
    Bueno, hace no mucho me envicié de nuevo con esta serie y eh decidido empezar un nuevo fic, esta es la versión censurada así que si hay algunas partes en donde parece haber un cambio un tanto abrupto se deberá a lo mismo, sin embargo he intentado que no se note mucho, espero lo disfruten.
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    “Que duro es aferrarse a un sueño hermoso, intentando sobrevivir con la única meta de volver a soñar lo mismo un día más”.

    El día estaba extrañamente frío, el sol se elevaba en las alturas, sin embargo, parecía no poder contra aquella gélida brisa. Las calles del pueblo estaban por completo vacías; después de todo no se podía esperar más de un sábado por la mañana y con aquél clima.

    En el dojo, Ranma se encontraba sentado en el suelo de madera observando pensativo el pequeño lago de familia Tendo –no lo puedo creer- su mente no deja de repasar aquellas imágenes, no era tonto, sabía lo que sentía pero… ¿tanto así? Le era difícil aceptar aquél sentimiento, pero aún más difícil era aceptar que aquello sucedería, después de todo, era el futuro y el futuro no se puede cambiar… -no se puede… ¿verdad?

    El joven utilizó su mente como pocas veces lo hacía fuera de combate, -¿será que sí hay posibilidad?-, la duda lo inquietaba un poco, siempre había pensado que, queriéndolo o no terminarían juntos pero… Ranma se concentró observando la calma del agua, se concentró un poco más, un poco… de repente el pequeño lago ya no estaba frente a sus ojos, ahora unos grandes ojos lo veían con curiosidad.

    -¿Qué piensas tanto Ranma? –La joven se sentó ahora al lado de su amigo, le era extraño verlo así de concentrado, es más, repasando en su memoria nunca le había visto de esa forma.

    -Jeje, no, no es nada Akane, tranquila –dijo sonriendo un tanto nervioso-, es solo que… -al tiempo que miraba con detenimiento el suelo- dime Akane, ¿qué te parece atractivo en un hombre?

    La pregunta tomó por sorpresa a la menor de las Tendo, un leve sonrojo se notó sobre sus mejillas, simplemente no podía procesar la pregunta, Ranma nunca se ha interesado por cosas así, menos tratándose de ella –“será… será que al fin Ranma está”-, la conclusión de aquella frase en su cabeza solo logró aumentarle el sonrojo.

    -Ranma, yo… pero, ¿por qué quieres saber algo así? –Sin saber hacia donde mirar.

    El joven de cabellera negra notó lo que había sucedido, fue un completo tonto en preguntarle a Akane algo así y más de improvisto. Buscó rápido una solución, una salida que no le delatase; bajo ninguna razón Akane podía darse cuenta de su sueño, y menos de la verdadera intención de su pregunta. Sin embargo, por más que el chico se esforzó su cerebro había alcanzado el límite.

    -Lo siento, no pienses nada malo es solo por una curiosidad que tengo con Shampoo –con su típica sonrisa de excusa tonta-.

    De haber tenido la capacidad de pensar tan solo un poco más habría deducido la respuesta de Akane antes de preguntar, sin embargo, obviamente ya no había tiempo para eso.

    -Vaya ¿Qué es eso? –Exclamó preocupado-.

    Desde aquella posición era bastante fácil apreciar que algo malo sucedía. El golpe de Akane había sido lo suficientemente fuerte como para elevarlo varios metros en el aire pero jamás como para ocasionarle una visión similar. El pueblo entero estaba consumido en una densa neblina.

    Ranma dirigió su atención al dojo en primera instancia, parecía que aquella neblina le rodeaba sin penetrarle. Siguió con la vista la entrada principal, el corredor y luego la calle. Su corazón se agitó desesperadamente como si intentase salir volando. –La calle… ese es el problema… no hay calle-.

    Ahora pudo ver todo con claridad, la densa neblina solo rodeaba ciertas pequeñas estructuras similares al dojo, lo demás, calles, postes, carros… personas, todo era negro cual si flotasen en el espacio, oscuridad profunda y total. A su mente vino la imagen de una obra de teatro, donde el reflector ilumina solo lo que se desea que sea visto, intentó volver la mirada al dojo, sin embargo ya era muy tarde.

    Primero fue madera, después una fina capa de yeso y luego el suelo. Su cabeza había roto por completo el techo de una vivienda o algo similar. Intentó reaccionar pero fue inútil, el golpe le había dejado inconsciente. Ahora yacía inmóvil sobre el suelo de una extrañamente familiar cocina, no sabía exactamente cuanto tiempo había pasado, el dolor aún persistía sin embargo ya le permitía abrir los ojos poco a poco. Primero un poco de luz, luego sombras borrosas y por último lo vio, una espantosa anciana de enormes ojos le observaba curiosa.

    -Sampoo ya despertó –vociferó el esperpento-.

    -¡Ranma! –Bajando de las escaleras mientras el joven aún el suelo la miraba con detenimiento.

    El heredero del combate estilo libre Saotome estaba ahora más confundido que antes… Shampoo, por alguna extraña razón estaba hermosa, siempre le había parecido atractiva sin embargo ahora
    –“parece una Diosa con esa sonrisa en la cara” –Una sensación extraña y hasta ahora desconocida
    por el chico se apoderó de todo su cuerpo, poco a poco comenzó a perder no solo el control del mismo sino la conciencia.

    -¡Ranma! –Un fuerte golpe trajo al joven de cabello negro de vuelta a la realidad- Cállate de una vez estás haciendo demasiado ruido- Genma Saotome acaba de propinarle a su hijo un fuerte golpe con la tetera que había utilizado para convertirse en un humano- sé que puedes estar nervioso, mañana es un gran día Ranma, pero no debes olvidarlo, de esto depende nuestro futuro y debes descansar bastante.

    El chico de 18 años se encontraba tirado en el suelo con una enorme chicota adornándole la cabeza, de los ojos se le habían escapado dos pequeñas lágrimas y las palabras de su padre resonaban en su cabeza junto al fuerte sonido del metal golpeando su cráneo -“si claro… como si fuese la gran cosa, nunca ha logrado ganarme y no lo hará…-.
     
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    Bryan D Patico

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    Escritor
    Título:
    El destino se construye
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
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    1069
    Espero que les agrade, cualquier critica o sugerencia será de mucho aprecio.

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    Capítulo 2. Un giro del destino

    -Lalala –El día había empezado como mucho otros, el solo, las aves y Ranma cantando mientras tomaba un baño, Akane nunca descubriría porqué siempre llegaban tarde a la escuela sin embargo a Ranma aquello le tenía sin cuidado, un baño no era baño sin cantar despreocupado, o por lo menos, fingir estarlo- “esto me relaja un poco, después de todo me cuesta tanto arrancar esa imagen… no sé… no sé por qué me cuesta tanto”.

    El sonido de la puerta sacó a Ranma de sus pensamientos, estaba acostumbrado a visitas inesperadas en el baño pero nunca le habían atacado un domingo y menos a estas horas de la mañana… Alguien había entrado. Ranma esperó atento, hubo un momento de calma y después una mano se posó sobre la puerta corrediza que da a la bañera, sin duda era alguien fuerte por la forma tan firme de agarrar la puerta, en cuanto esta se abrió Ranma se levanto de la tina dispuesto a asestar el primer golpe, levantó el puño en el aire y luego… quedó paralizado por completo.

    -¡Ranma! –Gritó desaforadamente- ¿Qué rayos estás haciendo aquí, por Dios?

    Ranma comenzaba a conectar sus recuerdos con su vista cuando la figura de Akane se perdió de toda visión. La chica le había mandado a volar una vez más.

    -Ranma… ¡Eres un degenerado!

    ***

    El día era frío y triste, nada comparado con lo que los Tendo habían esperando. La tensión en la mesa era por poco visible, todos sabían lo que aquél día significaba, el destino residía en aquella batalla, hasta el mismo Genma había comido excesivamente poco, el apetito no había desaparecido de todos en la familia; en todos menos en Ranma. El chico de negra trenza no dejaba quedito su tazón de arroz todo con la intención de evitar en todo lo posible a Akane.

    -Ranma hijo me decepcionas, cómo puedes comer tanto sabiendo todo lo que está en juego hoy –poniendo tanto la comida como los palillos en la pequeña mesa-, esta vez es muy en serio Ranma, las cosas no son un juego, no es solo tu destino, ¡es el mio!

    -Saotome… no puedo creer que diga esa –viendo furioso a su amigo de toda la vida- después de todo lo que le hemos dado, no puedo creer que solo piense en usted, aún en estas circunstancias.

    -Si Genma –con su un tanto divertida voz de anciano-, Ranma se juega el destino del dojo Tendo además del destino del combate estilo libre.

    -No, no… yo no me refería solo a eso… -Respondió el padre de Ranma con una gota de sudor tras su cabeza.

    -Déjalos papá después de todo no me importa y lo sabes –dejando sus utensilios en la mesa y preparándose para Retirarse.

    -Ranma… -observando al joven-, no tienes porqué estar así, olvidemos lo de hoy en la mañana, no tiene importancia, debes concentrarte en la batalla.

    El joven de pelo negro intentó dirigirle una mirada a su prometida sin embargo le fue imposible, simplemente siguió con su plan y se marchó del comedor. -“No pienso preocuparme por eso, no voy a dejar que una tontería así me arruine la vida, después de todo, ya no hay nada que hacer”.

    -Ranma –pronunció por lo bajo mientras veía el suelo-.

    -Tranquila Akane –sonriendo-, Ranma no perderá, es muy fuerte y además él en verdad te quiere, solo que no lo sabe demostrar.

    -¿Y tu qué sabes Nabiki? Tu no sabes nada de Ranma, sol cállate y déjame en paz –dijo antes de levantarse e irse corriendo del lugar.


    ***

    -“Akane…yo, no sabes… no hay nada qué hacer, no es culpa mía”- El chico caminaba por el borde del muro a la orilla del río como solía hacerlo cuando iba a la escuela, el frío era formaba una neblina gélida a su alrededor, el cielo presagiaba una tormenta sin precedentes y en aire mismo se respiraba un desahucio agonizante, el día perfecto para salir y dar una vuelta; sin embargo nada le preocupaba a Ranma, aquella imagen no dejaba de rondarle la cabeza –“y lo peor es que, nada puedo hacer-.

    -¡Ranma! Ni-hao Ranma –Una hermosa chica de cabello púrpura saludaba a lo largo desde su bicicleta- Mi amor no pensé encontrarte afuera en un día como hoy, ¿No tienes frío? –Abrazándolo-.

    -Sahmpoo yo… -A la mente del joven llegaron los “terribles” recuerdos del sueño de anoche… el cuerpo se le heló y de repente se vio paralizado ante el abrazo de aquella chica.

    -¿Qué pasa Ranma? –Notando la impotencia del chico- De seguro te enfermaste –al tiempo que lo liberaba del abrazo- es culpa de esa Akane, no te cuida bien. Bueno mejor ve a casa y abrígate, yo iré a dejar este pedido pero te prometo que luego te veré, bye…

    La hermosa joven china montó de nuevo su bici y partió dejando al pobre de Ranma paralitico en la calle, Shampoo siempre le había parecido muy atractiva pero entre tanto estrés y sumado su último sueño hoy solo logró un ridículo intento por reaccionar como una persona normal –esto no está bien, nada va bien, no cabe duda que el destino es el destino, hoy no hay forma en que yo gane-.

    ***
    El día no podía presagiar algo peor, Ryoga Hibiki no se había movido de aquél terreno baldío por semanas evitando perderse y llegar tarde. Sabía lo que el combate significaba, no solo para él sino para Ranma, el destino no se burlaba, las cosas no cambiarían sin embargo, debía dar todo lo que tenían, aquél espectro degenerado les había mostrado el futuro y todo pasaba tal como había dicho.

    -Ranma… Tienes que esforzarte, no pienso permitir que ese demonio se quede con Akane, no me importa el destino, no me importa la fuerza no me importa nada –el joven hablaba cada vez con más fuerza y coraje sin darse cuenta que el cielo se nublaba rápidamente y una nueva tormenta caería sobre el lugar-, juntos podremos vencerle, el “Amo del Destino” no es rival para nuestra quick quick quick –el pequeño cerdito seguía hablando furioso bajo la lluvia, parecía no haberse percatado de su transformación- “te salvaré Akane…” -.
     
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