El deber vs el placer.

El deber vs el placer.

El deber vs placer

Titulo: El deber vs placer.
Autor: SabakuNoNara.
Número de palabras: 2,212 (sin contar el titulo)
Clasificación: K+ - T
Personajes: Shikamaru/ Temari.
Sumario: “–¿Alguna última palabra? –Consultó antes de darle el juicio final.”
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Mientras el mundo ninja siga existiendo, no habrá paz a menos de que todos se empiecen a entender unos a otros. Una realidad muy cruda y difícil de alcanzar. Tan solo si esa guerra entre dos naciones hermanas se pudiera detener. Pero solo porque uno se opone no detendrá la tormenta que se aproxima. Absolutamente todas las relaciones que tenían entre ambas aldeas fueron borradas, debían serlo, ya que no habría compasión en este conflicto y solo una sobreviviría. Nadie la detendría. Ni siquiera una pareja de enamorados que tuvieron que aceptar sin dudar esa cruel misión que les designaron, aun así que significaba que solo uno de ellos viviría.

Estaban devastados, todo un futuro que planearon… todo, se había esfumado. Si tan solo supieran que compartían el mismo sentimiento. Ninguno de los dos se confesó nada porque creyeron que el tiempo traería el momento perfecto para estar juntos sin que nada los separaran. Valla que el tiempo se les puso en contra.

Un ninja tiene que obedecer las órdenes que impone su nación si no lo hace se convierte en escoria. Malditas leyes sin sentido que engendrarían el mayor error de su vida. Cada uno dirigiéndose al campo de batalla, armados hasta los dientes, con sus técnicas únicas y habilidades, pelearían a muerte para defender su dignidad.

–No pensé que te encontraría. –reveló la kunoichi.

–Yo no pensé que llegaríamos a esto. –dijo con su actitud fría el shinobi.

Solo se miraban uno al otro esperando atacar o ser atacado. Pero los recuerdos los estaban asaltando, puede que no se hayan demostrado ni una pisca de afecto, pero a ambos se le cambio radicalmente su vida cuando se conocieron. Las estrategias de pelea y anticipación se empezaron a formular, pero aun así no se atacaban. Solo un enorme vacío se los devorar por dentro.

–Se acabo. –suspiró el chico.

–Lo siento pero esta vez yo seré la que gane. –invocó su abanico de un pergamino.

–Ya veremos quien vive al último. –sacó un kunai con un papel bomba atado en el.

Lo lanzo con precisión para que explotara justo enfrente de ella mientras le daba tiempo de escabullirse entre el bosque y atacarla cuando esta estuviera con la guardia baja. Empezaba a hacer posiciones de manos para hacer su famoso jutsu de sombras.

–Fūton: Tatsu no Oshigoto –se escucho desde la nube de la explosión.

La nube se disperso por completo un tifón de aire que cortaba todo lo que tocaba se acercaba peligrosamente hacia él. Tuvo que interrumpir su jutsu para poderse proteger de aquel ataque y esconderse detrás de un árbol.

“Tch, mendokusai” se dijo en su mente el ninja mientras ese tifón arrasaba con todo lo que tenía enfrente.

–¡Deja de esconderte y pelea como hombre, bebe llorón! –Golpeó fuertemente la punta del abanico con la rama de donde estaba parada.

–¡Kage nui! –Termino de hacer su sello.

Una fugaz sombra salió disparada hacia el árbol donde la rubia estaba parada y se empezó a dividir en muchas puntas filosas que se empezaron a levantar e intentaron atravesar el cuerpo de la jonin. Con un ágil salto en picada pudo esquivar el primer golpe pero aun así esas dagas filosas la seguían.

“Has mejorado desde la última vez que nos vimos, vago” pensó Temari mientras se preparaba para caer.

Antes de bajar, abrió su abanico y con un hábil movimiento se subió encima de él y empezó a planear sobre el suelo. Paso por un lado de su atacante, sus miradas se cruzaron pero Shikamaru noto que la chica tenía un kunai en mano junto a una sonrisa. Rápidamente lo aventó hacia él y tuvo que cancelar de nuevo su jutsu ya que había hallado él como contraatacarlo. Era una pelea muy emparejada ni uno ni el otro se podía hacer algo.

Ya era suficiente de ataques de larga distancia, el Nara saco una de sus *hien de su bolsa de armas para bañarla en chakra y seguir a su contrincante. La batalla se puso más interesante y la Sabaku bajo de su abanico tomando otro kunai. Sus armas chocaron unas con otras lanzando unas cuantas chispas por la fricción, la adrenalina se acumulaba por sus venas aumentado los exigentes latidos de sus corazones. Estaban frente a frente, calculando sus expresiones y saboreando la excitación del otro.

–Porque no solo te rindes como la otra vez, así me ahorras todo el trabajo.
–le sugirió aplicando más presión en el kunai la de ojos de matices azules.

–El ninja bufó –No me subestimes. –dibujó una arrogante sonrisa.

Temari se quedo totalmente confundida por aquel comentario, había algo de raro pero no distinguía el que. Empezó a mirar alrededor y al fin hallo el problema, la sombra de Shikamaru era más oscura de lo normal y se extendía hacia otra dirección. Miro de nuevo el rostro de su enemigo que solo ensanchaba un poco mas su sonrisa.

–*Ōte, Temari –articuló muy confiado.

Tuvo que reaccionar muy rápido para poderse agachar ya que unas shurikens se aproximaban con gran rapidez y evitar que la decapitara con otra hien que había sacado de la nada. Aprovechando que estaba en el suelo volvió a invocar su abanico antes de que él hiciera otro movimiento.

–¡Daikamaitachi no jutsu! –Hizo que esa ráfaga la protegiera lanzando lejos al muchacho.

Esa era más potente que la que había hecho antes, empezó a derribar arboles y levantar rocas del suelo para lanzarlas por los aires. Shikamaru luchaba para mantener los pies sobre la tierra pero se le dificultaba ya que la presión era demasiada y además tenía que evitar que las rocas le cayeran encima. Unas ligeras cortadas empezaron a aparecer en su ropa y una en su mejilla haciendo que esta sangrara un poco. Pudo refugiarse detrás de un enorme árbol que parecía tener más de cincuenta años, tratando de recuperar el aliento mientras veía como llovían esas enormes rocas estrellándose en el suelo.

Era imposible dejar de recordar aquellos momentos que compartieron juntos, como rivales, como amigos, como equipo. Eran una combinación perfecta que podían eliminar a gigantescas masas de ninjas enemigas. Eran… dos en uno, tal como ella lo había dicho. El azabache solo pudo dar un suspiro para volverse a concentrarse en la guerra. No había tiempo de divagar en el pasado.

–Eso estuvo cerca –susurro aliviada –. Sera mejor que lo encuentre antes de que él me encuentre a mí.

Empezó a saltar en los pocos árboles que quedaron en pie, poniendo atención a cada detalle que veía entre tanta flora. Otra vez descubrió que las sombras la seguían con insistencia. Se movía en zigzags para evitar la alcanzara con rapidez, tomando la delantera, buscaba con precisión en donde se escondía el chico de la coleta ya que veía todo lo ella hacía.

Descubrió al fin un punto ciego, donde creyó que no la veía ya que las sombras se iban a direcciones contrarias a la que ella estaba. No hubiera prestado tanta atención a las sombras, hubiera estado atenta, se hubiera concentrado un poco mas… pero como dicen, el hubiera no existe. Una shuriken iba contra ella, la Sabaku lo iba a esquivar, pero todo eso fue solo una ingeniosa trampa que la distrajera de las sombras.

–Kage kubi shibari no jutsu –se escucho de la nada.

Antes de que la rubia pudiera reaccionar una sombra empezaba a subir
por su cuerpo deteniendo la movilidad de brazos y piernas hasta llegar al cuello de la chica de Suna y el arma solo desgarro un poco la piel de su hombro haciendo que unas gotas de sangre se escurrieran hacia su abanico. Se sorprendió por completo, sentía la presión que ejercía la sombra sobre ella, era asfixiante. La hermana del kazekage empezó a maldecirse en su mente por haber sido tan descuidada. Shikamaru bajo de la copa del árbol para caer enfrente de Temari, solo la miraba inexpresivo mientras que los jadeos de necesidad de aire se intensificaba en la Sabaku. La mano estaba rodeando su cuello aplicando un poco de fuerza.

–¿Alguna última palabra? –Consultó antes de darle el juicio final.

Podría luchar para que la mano dejara de presionar su cuello pero siempre que lo hacía regresaba con más fuerza. Con mucha fatiga, con su corazón latiendo por mil y una presencia fría se apoderaba de ella, miraba con odio la seca expresión de el shinobi. Solo que él no quería hacerlo, debía, pero sus sentimientos querían tomar acciones. Tuvo que controlarse y seguir sin compasión alguna, esperaba pacientemente lo último que diría su amada, que juro guardarse por toda la vida. Susurraba algo que el chico no llego a entender muy bien…

–Kiri… kiri… –artículo con un gran esfuerzo la chica de las cuatro coletas.

El ninja se dio cuenta de lo que estaba diciendo. Si no actuaba rápido moriría entre cuchillas de aire y no podía estrangularla a tiempo ya que solo fingía para acumular un poco de fuerza. Dio un salto hacia atrás quitándose de esa rama y saco un pergamino abriéndolo y poniéndolo enfrente de él.

–¡Mai! –Finalizo zafándose por completo de tal jutsu e invocando a esa comadreja albina que usaba un parche en el ojo, cargaba una pesada oz y era acompañado de unos faroles fantasmales. Todo gracias a la herida que le había provocado el estratega en el hombro ya que con su sangre podía invocarlo.

El bosque fue talado a su totalidad, no quedo un árbol en pie más que el que ella estaba parada. Solo se veía ese hueco en medio de la zona forestal. Los troncos, hojas y todo que estaba sobre ese terreno, fue acribilladlo por los potentes vientos que había causado. Aunque las consecuencias de usar tanto chakra se empezaban a sentir y los efectos del ahorcamiento aun no se iban.

Cayó de rodillas, considerándose victoriosa en este encuentro. Era un total adiós para Shikamaru Nara, buen ninja… y buen hombre que no iba a olvidar. Se aguantaba las ganas de mostrar sentimiento alguno, pero lo amaba, sabía que estaba muerto aunque intento en huir, no pudo escapar a la sigilosa muerte. Jadeaba con fuerza, estaba débil, si hacia otra cosa más moriría inmediatamente. Solo bajo al pie de aquel árbol para darse un respiro ya que estaba exhausta.

Se sentía horrible, no sabía si era por la debilidad o por la pérdida de aquel hombre que era el único con el que la hacía reír. Pero había cumplido con su misión. La misión que tuvo que asentir sin protestar. Esas sonrisas que le dedico se borraron pero se marcaron con fuego en sus memorias, era sumamente doloroso, una sensación amarga hacía que la tristeza empezara a abundar en ella. No iba a llorar, no era de ella hacerlo, no se iba a quebrar. No por él. No. Iba a continuar siendo fuerte, como siempre aunque se enojaba ya que sus ojos amenazaban con cristalizarse.

Solo pensaba en su confesión que murió junto a él que jamás pudo hacer y todo por una estúpida decisión de los kages. Egoístas, ignorantes, no les iba a dedicar sus lágrimas pero su mente le aplicaba la mejor tortura con los recuerdos. Era inevitable detener esas imágenes que la fueron enamorando poco a poco a él. La ausencia la destruía sin piedad, como el amor puede ablandar a la roca más dura. Se lo hubiera confesado la última vez que se vieron, en vez de decir un estúpido “tienes que convertirte en jonin.”

Se estaba hartando de sus ridículos sentimientos, se quería arrancar el corazón para que le dejara de doler. Se estaba quebrando.

…

De la nada apareció un ninja enemigo que se aprovecho que estaba distraída, se acerco con una gran rapidez. Ella solo se paralizo por completo. Ese hombre golpeo la muñeca de la jonin lanzando lejos su abanico y haciendo que perdiera un poco el equilibrio, pero con su mano tomo su hombro y la obligo a recargar su espalda al árbol. Sin dudar más junto violentamente sus labios con los de ella. Temari no lo podía creer, por reflejo se lo quiso quitar de encima ya que la estaba acorralando contra el árbol. Pero después se dejo llevar por tan impaciente beso que le daba y demostraba su cansancio y desesperación de tanto esperar. Entre carisias y bufidos se fueron fundiendo uno con el otro. Una lagrima rebelde de alivio cruzo por la mejilla de la chica remojando aquella suave textura de su rostro.

Si no hubiera usado ese pergamino escudo a tiempo, definitivamente estaría muerto, pero mando al demonio su misión y prefirió ser escoria por su amor. Además quien estaba ahí para juzgarlo. Sus respiraciones chocaban, así deseaban estar, solo los dos besándose con pasión en un lugar donde nadie los molestarían. Shikamaru sintió el camino recorrido por la lágrima de la chica de Suna con su mano y fue borrándolo besando su mejilla, el tono que se le teñía en estas era de un rosa pastel y la rubia se sintió algo incomoda por eso. Tantos sentimientos acumulados la podían cambiar y solo él se los podría provocar.

–Mira quien llora ahora. –sonrió con ironía mientras se perdía en esos bellos ojos azules que lo hipnotizaban.

–Cállate. –ordenó la rubia mientras desviaba la mirada.
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-Ōte: Jaque en japonés.
-Hien: Las cuchillas que usaba Asuma.
Es mi segundo fic que escribo :) espero que les haya gustado. Acepto criticas, sean crueles conmigo xD quiero ser una buena escritora asi que empiezen a destasarme. Gracias por leer!