El corazon de la Bestia

Re: El corazon de la Bestia

Buenas n.n espero que me sepan disculpar por la demora n.n, es que hay muchos preparativos para la navidad *0*

Hola pos gracias por postear u.u, veo que estabas anciosa respondiste como 2 veces xP, gome, gracias por tu apoyo n.n

xD mis ff no sirven pa libro xP
y pos mi primis mosha gracias por todo el apoyo que me brindas con cada historia de veritas que es muy confortante saber de nuestra amistad n.n, mil gracias se me cuida muchote n.n besos

AMIGA!! tanto tiempo T-T *cere le da su apapacho*
como estas? n.n me alegro que hayas regresado al cz ;.; tenia tiempo sin saber de ti, espero nos veamos un dia por el msn y hablar n.n, gracias por haber venido a leer mi ff n.n arigatou puguita chan n///n

jeje tranquila lo importante es que estas aqui y me sigues apoyando, gracias por venir y seguir la historia ^-^ y muy FELIZ NAVIDAD PARA TI *-*

Sorry por haber tardado tanto n.n lo importante es que ya llegue n.n
gracias por seguir mi ff n0n

n.n mi niña que mosho verla por aqui de nuevo, me alegra que tmb te guste este ff n.n de veras, gracias por tu apoyo amiga n.n y gracias por esperar las contis xD como ves soy algo lenta u.u, pero me alegra mucho el verte de verdad y gracias de nuevo n.n, besos para ti n.n

jeje gracias amigosha y pos me alegra el verte again por aqui n.n y de veras que me gusta saber que tengo amiguis nueva xP y la espachurradita fue de cariñito n//n GRACIAS

El corazón de la bestia
Capitulo III: Un solitario soldado​

No sabemos la cantidad de recuerdos que entran dentro de un corazón, a veces creemos olvidar pero nada en esta vida se olvida; cada recuerdo es lo que da forma al corazón, y son los que enseñan al cuerpo a llorar y a amar. La lluvia seguía cayendo y aquel joven permanecía frente a aquellos barrotes de madera.


-Kagome: las cadenas son un seguro contra el escape… señor…

“hace tanto tiempo que deseo escapar…”

-Kagome: su libertad le permite ir a donde desee señor… no tiene cadenas que lo aten…

“Tu no las puedes ver… nadie puede verlas… mis cadenas son los recuerdos y la conciencia…”

-Kagome: ¿Por qué su tristeza señor?...

“Mas que tristeza es dolor…”

Aquel joven le sonrió pacientemente a Kagome, y siguió su marcha, Kagome se acerco hasta los barrotes.

-Kagome: Disculpe mi atrevimiento pero… ¿Por qué camina bajo la lluvia señor?...

“tengo la esperanza de que limpie mis memorias…”

-Kagome: No lo conozco pero… se ve que es un buen samurai…

“No soy un samurai, soy solo un soldado… y tengo mi propio estilo de combate… esta espada es muy especial para mi… y tienes razón… no me conoces.”

-Kagome: Podría darme su nombre señor…

“Me han llamado de muchas formas… a veces creo que cada uno de esos nombres son de diferentes personas… aunque, mi verdadero nombre es Inuyasha…”

Kagome veía tanta tristeza en aquel joven parecía que cada uno de sus pasos no lo llevaban a ningún lado, colocando su mano en el sombrero se despidió y desapareció entre las gotas de lluvia.

-Kagome (Inuyasha… un soldado muy solitario…)

En la mañana el ajetreo frente los barrotes despertaba a los esclavos, los compradores estaban buscando los mejores y esos eran los entrenados por Mioga.

“Levántense ya debemos partir a la subasta…”

Nuevamente Kagome caminaba en la calle de tierra al lado de la carreta y veía como otros amos llevaban a sus esclavos a subastar, una pequeña estaba caminando al otro extremo de la calle, esta se cayo por el peso de las cadenas, su amo la tomo de lo cabellos para intentar pararla.

-Kagome: SUELTELA

“¡¡Ya levántate inútil!! ¿Qué has dicho esclava?”

-Kagome: Suéltela es apenas una niña!!

-Sango: Kagome No te metas en eso…

Kagome arrastro sus cadenas y llego hasta el hombre empujándolo con su cuerpo, aquel demonio parecía un humano solo que en su boca sobresalían unos colmillos, era gordo y mal vestido, un vendedor de cuarta.

-Demonio: Ya veras lo que te va a pasar Muchacha!

-Kagome: Estas bien?

La pequeña acentuó con la cabeza levantándose, Kagome sintió un golpe en el estomago y como la levantaban por la camisa, aquel demonio tenia un bastón y se preparaba para golpearla.

-Sango: Señor por favor ayúdela se lo ruego…

“Ella se lo busco…”

El hombre que le había comprado los esclavos a Mioga no se había bajado de su caballo y solo veía indiferente el asunto, Sango estaba encerrada en la carroza, junto con los demás esclavos que veían horrorizados como aquel hombre golpeaba despiadadamente a Kagome.

-Demonio: Espero que con esta paliza aprendas quienes son tus amos!...

-Kagome: usted… es un demonio… sin corazón… que golpea a los mas débiles…

La boca de Kagome botaba sangre, ella la escupió a los pies de aquel demonio en símbolo de insolencia, el inmenso cuerpo del demonio volvía a levantar a Kagome arrojándola en el suelo y golpeándola en la espalda con aquella vara que tenia en su mano, Kagome solo tomaba la tierra en sus manos, su cara estaba llena de tierra y sentía un dolor intenso en todo su cuerpo.

“¡¡¡BASTA!!!”

Sango volvió a respirar cuando escucho esto, entre la multitud que admiraba el “espectáculo” unos pasos acercaban la sombra de un hombre.

-Demonio: ¿Quién quiere acompañar a esta bastarda?!!!

“Dije basta…”

Aquellos ojos miraban fijamente aquel demonio, el hombre era mucho más pequeño que su rival.

-Demonio: Tu vas a desafiarme?

“Alguien debería tratarte igual para que sintieras ese tipo de dolor…”

-Demonio: Cállate enano!!!

Cuando el demonio fue a atinar su golpe aquel joven estaba a sus espaldas, desenvainando su espada esta se transformo convirtiéndose en una enorme arma de ataque, el joven solo blandió un poco la espada y guardándola casi inmediatamente, aquel enorme cuerpo salio volando cayendo fuertemente en el suelo inconsciente.

“¿Estas bien?...”

-Kagome: no puedo levantarme… (¿Señor Inuyasha?...)

-Inuyasha: Yo te ayudare…

Unos pitos comenzaron a sonar y un carruaje muy elegante se detuvo en el bullicio, un hombre de tez blanca y cabellos negros se asomo por una de las ventanillas.

“Inuyasha ¿Qué haces?... te esperaremos en la plaza…”

Todas las personas murmuraban y veían como el carruaje se alejaba, la plaza era el lugar de la subasta de seguro era un comprador.

“Disculpe este problema General…”

-Inuyasha: debió haber defendido su mercancía…

Kagome al escuchar eso se soltó de Inuyasha rápidamente, sentía que las cadenas la harían caer al suelo, pero no se apoyaría de otro comprador que veía a los humanos como un objeto.

“Kagome sube a la carreta… ahora me pagaran menos por ti…”

-Kagome: Me disculpo… señor…

Kagome tenia la boca inflamada y en su espalda se podía ver la ropa llena de sangre, renqueaba mientras caminaba hacia la carreta, las personas comenzaban a caminar, Inuyasha veía como caminaba con dificultad y trastabillaba de vez en cuando, al llegar a la carreta se apoyo sangrando por la boca y mirando fijamente una de las ruedas.

-Sango: Kagome por dios como fuiste a hacer algo como eso?...

-Kagome: estoy bien…

-Sango: Sube te ayudare a limpiarte…

-Kagome: No… caminare…

-Inuyasha: ¿esta castigada? Que la hace caminar y no subirse en la carreta?

“Claro que no General… es un trauma que tiene de la infancia… nunca sube a una carreta…”

-Inuyasha: ¿Un trauma?...

Kagome jadeaba mientras intentaba mantenerse de pie, Inuyasha la veía desde el otro lado de la calle, no prestaba atención a lo que decía aquel hombre, solo se percataba del movimiento y el olor que de ella salía.

-Inuyasha: huele a jazmín…

“¿Cómo me dice?...”

-Inuyasha: es mejor que se vaya, pronto empezara la subasta…

“Espero verlo por allá…”

Inuyasha vio como el hombre se montaba en su caballo, al arrancar la carroza Kagome cayo arrodillada, respiraba agitadamente, Inuyasha dio un paso pero vio como la joven se levantaba a pesar de sus graves heridas.

-Inuyasha (¿De donde sacas tanta fuerza?)

Kagome caminaba muy despacio arrastrando prácticamente los pies, miro al joven y siguió, la fortaleza que demostraba en ese momento era derivada del bien que había hecho, su cuerpo estaba lastimado pero ella sabia que la niña no habría soportado aquella paliza.

:saludar:

 

Re: El corazon de la Bestia

Saludos a todas n.n veo que vinieron todas eso me alegra ^-^ somos poquitas pero sustanciosas xP *-* toy muy feliz porque ya casi es navidad *0*

Nu se ponga asi >-< *cere le soba la cabecita a saku para que se calme n.n* ya nu se enoje n.ny pos acias por tus palabras amiga me hacen mucho ben ^-^

jeje Hola amigosha espero que esta conti tambien te guste un monton, y pos la verdad es que me apashurraste toita c on ese mega abachote @0@ jeje pero ya me arregle xP
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.
. Si muy impaciente xD pero eso es bueno n.n*no comas mucha azucar o seras mas impaciente xP* y pos no es que tes loquita sino que todos tenemos esa vocesita n.n *si mirala a ella <-<* ves u.U, jeje cuidate amiga y ya te traje la conti n.n *si ya esta no escribe tan lento o.o* dejeme u.u, besos

Gracias o.o, un post cortito o.o

Jeje gracias primis que linda eres ToT
gracias por todo lo que me dices
eres super especial la quiero muchote
espero que en verdad te guste este ff n.n
mil besitos para ti mi primis querida n.n

Ay! no es para tanto n/////n sabes puguiita quiero darte las gracias por tomarme en cuenta y avisarme de tu fic n.n Arigatou
y jeje se hace lo que se puede solo es una historia mas de esta marionetta n.n cuidece abachos n.n

Wolas n.n
pos eso lo sabes en esta conti n.n gracias por venir a postear n.n arigatou n.n espero que sigas hasta el fin la historia ;]

El corazón de la bestia​

Capitulo IV: La subasta​

​

El valor de un objeto es fácil de saberlo, las cosas materiales son tienen un precio, pero ¿Cómo dar valor a la vida? Eso nunca se podría calcular, cada ser es especial y único ninguno debe tener un precio. Sango veía entre las rejas a Kagome quien iba muy atrás acompañada de un trabajador de aquel hombre a caballo.

-Kagome (algún día… la libertad será nuevamente nuestra…)

La carreta se detuvo y Kagome se arrodillo, el cansancio ya casi no la dejaba ver, al llegar a la plaza vio como una hermosa mujer vestida con un Kimono rojo pasaba junto a una anciana, seguidas de un grupo de monjes.

“levántate, yo subastare de primero soy el mejor lote, a excepción de ti…”

Al entrar en el centro de la plaza había una pequeña tarima, frente a ella había un grupo sentado, aquel hombre del elegante carruaje estaba en el centro rodeado por guardias, Kagome se apoyaba en sango.

-Kagome: ¿Quién es el?...

-Sango: es el rey del Sengoku Kagome… Se llama Naraku…

Detrás de Naraku apareció Inuyasha, Naraku sin voltearse hablo con su voz oscura.

-Naraku: Al fin llegas…

-Inuyasha: Aun no entiendo porque me traes aquí…

-Naraku: Voy a comprarte una esclava que te sirva, todo el día para no verte merodeando por mi palacio… por algo tu casa esta en el patio para no verte…

-Inuyasha: No quiero nada que venga de ti…

-Naraku: Lo descontare de tu paga… Y por cierto eres el General de mis tropas, no hagas escándalos como los de hace rato…

-Inuyasha: Lo que yo haga no es tu problema…

-Naraku: Quédate… elige a tu esclava, tal vez puedas divertirte con ella, a menos que no sobreviva a ti…

-Inuyasha: aquí el único salvaje eres tú…

“Señoras y señores… comenzamos la subasta con los esclavos entrenados por el Gran Mioga…”

Poco a poco Kagome veía como sus compañeros eran vendidos, ninguno había sido vendido a un solo comprador, al fin llego el turno de Sango.

-Sango: Adiós Kagome… Cuídate mucho…

Kagome con la cara sucia y la boca rota no dijo nada solo una lagrima rodó por su mejilla, sango había sido su único apoyo luego de la muerte de su madre.

“Esta es una esclava joven y fuerte, comenzamos por 2 monedas de oro…”

*3 monedas….*

*4 Monedas de Oro…*

Sango veía entre la multitud y diviso a un joven monje que la veía detenidamente, y levanto la mano ofreciendo 5 monedas de oro.

-Naraku: 10 monedas de Oro…

“Vendida a su majestad el Rey Naraku…”

-Kagome (adiós Sango…)

“Y por ultimo tenemos a esta esclava… esta toda golpeada así que comenzaremos la puja con 3 monedas de plata”

*5 monedas de plata…*

Mientras se llevaba a cabo la puja Kagome comenzaba a ver muy borroso pero seguía en pie.

-Inuyasha: 5 monedas de oro…

“El general da 5 monedas de oro, y no creo que alguien de mas… vendida…”

-Naraku: No sabes comprar… ¿Qué harás con esa esclava, la vas a matar?

-Inuyasha: Cállate… No te he pedido opinión…

Aquel hombre tomo a Kagome por el brazo y la llevo hasta Inuyasha, el saco una pequeña bolsa y se la entrego. Sango estaba junto a Naraku y pudo sostener a Kagome mientras esta caía inconsciente.

-Naraku: Ja!... tremenda esclava, ni puede mantenerse en pie, y tu ¡suéltala! Que se la lleve su dueño…

-Sango: Pero amo, esta desmayada…

Inuyasha levanto a Kagome, y se alejo de la multitud, mientras caminaba el carruaje de Naraku paso por su lado sin detenerse, frente a Inuyasha se posaba aquella hermosa mujer de kimono rojo.

-Inuyasha: veo que no compraste nada…

“Soy una humana recuerdalo no compraría almas de mi especie…”

-Inuyasha: eres una sacerdotisa, si puedes comprar esclavos y lo sabes Kikyo…

-Kikyo: sabes que no lo haré… estoy en paz con el mundo espiritual y lo estaré también con el mundo terrenal…

-Inuyasha: a que viniste?... a verlo a el…

-Kikyo: Naraku me tiene sin cuidado… Ni lo he saludado…

-Inuyasha: No tienes porque darme explicaciones a mí…

-Kikyo: Lo se pero yo deseo dártelas…

-Inuyasha: Mi promesa sigue en pie Kikyo… siempre lo estará…

Inuyasha siguió caminando al pasar a su lado Kikyo parecía inmutable, Inuyasha caminaba despacio para no herir aun mas la espalda de Kagome, ella entre abrió los ojos y solo pudo ver el reflejo del sol en aquellos cabellos plateados, sentía la calidez de aquellos brazos que la llevaban cuidadosamente, quedándose dormida. Al despertar estaba sobre una sabana en el piso, recostada boca abajo, sentía mucho dolor y no podía levantarse, miraba a sus lados y no veía a nadie.

“No te asustes…”

-Kagome: ¿Quién esta allí?...

“Ahora supongo que soy tu dueño…”

Kagome respiraba mas agitada, nunca había sido un objeto para pertenecerle a alguien, no podía ver el rostro de quien le hablaba, sus manos apretaban fuertemente la funda de la almohada, pero al sentir como aquellas manos delicadamente levantaban su camisa y curaban sus heridas solo sollozaba del dolor.

“Te duele mucho verdad?”

-Kagome: Su voz… es tan suave…

“creo que el dolor no te esta dejando escuchar bien…”

-Kagome: esa voz… ya la he escuchado antes…

“Nos conocemos Kagome… así te llamo tu amiga, ella esta en el palacio…”

-Kagome: Inuyasha…

Inuyasha quedo mudo al escuchar que Kagome sabia que era el, no lo había podido ver luego de que había caído inconsciente.

-Inuyasha: ¿Cómo sabes que soy yo?...

-Kagome: No necesito verte, esa voz dulce y protectora es de aquel soldado solitario que me ayudo, nunca podría olvidarla… aunque… me duele que vea a los humanos como objetos…

-Inuyasha: Eres muy joven no has vivido y visto todo, como yo lo he hecho, ya algún día te darás cuenta… hasta yo soy un objeto al cual usan para…

Inuyasha cayo, y siguió curando las heridas de Kagome suavemente, Kagome sollozaba por los fuertes golpes, pero la suavidad de aquellas manos que rozaban su espalda, solo la hacia sonrojar.

-Inuyasha: Tus heridas sanaran rápidamente, tranquila…

-Kagome (creo que tus heridas son más urgentes de sanar…)

:saludar: