El castigo de los ángeles

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por duendecilla, 25 Febrero 2008.

  1.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Título:
    El castigo de los ángeles
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    987
    Re: El castigo de los ángeles

    me alegro ke te aya gustado^^, aunke me ubiese gustado k ubiese posteado mas gente...al final tendre ke dejar de eskribirlaXD.
    Bueno aki tienen la kontinuacion besos.
    Emily conversaba tranquilamente con su acompañante, pero siempre algo le hacía distraerse del tema. Y empezaba a preocupar a su madre.
    - ¿Te ocurre algo Emily?- dijo intranquila.
    Ella negó mientras miraba continuamente por la ventanilla. Parecía buscar algo, pero no encontrarlo y eso la estaba poniendo nerviosa.
    - ¿Qué buscas tanto?- acercándose a la luna del coche.
    - No...nada-mintiendo- sólo miraba el paisaje.
    Pero al ver la cara de su madre decidió tranquilizarla.
    - ¿No hueles nada raro?- haciendo como si husmeara- llevo rato oliéndolo y no lo soporto.
    - La verdad es que no- aspirando el aire- ¿a qué hueles?
    - Pues...- sin saber cómo decirlo- no sé...es algo desagradable. Pero es igual.
    - Seguro que serán las alcantarillas o alguna granja de por aquí cerca. Pero es extraño, yo no huelo a nada, quizá tenga la nariz taponada- riéndose.
    Su hija le sonrió. Intentó contenerse, no dejaba de sentir esa sensación.
    Una vez que llegaron a su casa, Emily se bajó rápidamente y buscó con la mirada. Pero le era imposible, la oscuridad podría esconder cualquier cosa y ella no se daría cuenta.
    Con un grito de su madre entró a casa y desconfiada cerró lentamente la puerta para mirar una vez más.
    Subió apresuradamente las escaleras, la sensación era más grande y se estaba volviendo loca.
    Llegó a su cuarto y con la luz apagada se sentó en la cama. Silencio, pero siempre algo lo interrumpía y no sabía el qué.
    Cerrando los ojos intentó concentrarse, pero un grito de su madre le interrumpió.
    Molesta se apresuró para saber que quería.
    - ¡Emily-asomándose por la escalera- a cenar, venga no tardes!
    Apenas lo había dicho cuando su hija apareció delante de ella. Su madre sorprendida, se dirigió junto con ella a la cocina.
    - ¿Cómo te ha dado tiempo a hacer la cena?- sentándose en la silla.
    - La he hecho yo- respondiendo su abuela.
    Y con un beso en la mejilla por parte de la anciana comenzaron a cenar. Las tres comían tranquilamente, la cena era deliciosa y las dos mujeres estaban encantadas con la cena. Sin embargo Emily no podía decir lo mismo. Veía la comida en su plato y el sabroso olor que desprendía, pero cuando llegaba a su boca el sabor desaparecía por completo. Hasta tal punto de asquearle la carne que sentía en su boca.
    Las nauseas le sucedían una detrás de otra, y le impedían tragar.
    - Emily ¿no tienes hambre?-le preguntó la anciana.
    - La verdad es que...-mirando el plato- no mucha.
    En realidad se moría de hambre, veía la comida delante de ella pero no podía comerla. Intentaba disimular los ruidos que producía su estómago y recogiendo el plato, se fue a su cuarto.
    Una vez arriba se quejó.
    - Genial...me estoy muriendo de hambre y no puedo comer-casi gritando- ¡si no fuera porque ya estoy muerta me tiraría por la ventana!
    Se tranquilizó y dejó de dar vueltas en su habitación. Y con tristeza se sentó en el suelo.
    - Sé que todo esto es por mi...-buscando la palabra adecuada- oficio. Ya no necesito comer...como mucho podría comer algo cada mil años por lo menos.
    Pero la sensación de antes hizo que guardara silencio. Otra vez sentía ese olor putrefacto y un vacío interior. Y como antes, cerró los ojos y se concentro profundamente. Conseguía oír algo dentro de su cabeza, pero el sonido era muy alejado para distinguir qué era.
    - ¿Qué eres?- concentrándose.
    El sonido se distinguía cada vez mejor, hasta tal punto de discernir voces en la lejanía que parecían decir algo, pero que no era capaz de comprender.
    - ¿Qué queréis?- oyendo cada vez mejor las voces.
    Continuara...XD
     
  2.  
    Karl Orphen Fei D´lyra

    Karl Orphen Fei D´lyra Usuario común

    Virgo
    Miembro desde:
    18 Febrero 2007
    Mensajes:
    246
    Pluma de
    Escritor
    Re: El castigo de los ángeles

    Que es esa voz? que le sta pasando a Emily?, interesante , sera motivo de seguir lyendo entonces , no dejes de escribir ,ya veras que las personas comenzara a leer t fic pls esta muy bueno en serio
     
  3.  
    Bellamy

    Bellamy Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    31 Octubre 2007
    Mensajes:
    274
    Pluma de
    Escritora
    Re: El castigo de los ángeles

    hola!! disculpa mi ausencia jaja
    muy buenas las dos continuaciones ^^ y el niño!!!! es lo que da me mas curiosidad, mas que lo que pasó al terminar este capitulo jaja
    y bueno, todo bien, solo que aún hces lo mismo de antes!! xD
    No te desanimes por el poco posteo, no va a ser la primera historia que se pierde si la dejas y espero que no se pierda porque me gusta muchisimo!

    bye!!
     
  4.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Título:
    El castigo de los ángeles
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    2257
    Re: El castigo de los ángeles

    xD me alegro que te gusta, y por los fallos y eso los estoi arreglando, pero en el word por lo ke kuando pongo las kontinuaciones las pongo sin korrejirXD.
    Bueno siento aber tardado tanto en kontestar pero eske e estado de examenes y eso... pero aki teneis la konti, espero ke les guste
    bess
    El sonido se distinguía cada vez mejor, hasta tal punto de discernir voces en la lejanía que parecían decir algo, pero que no era capaz de comprender.
    - ¿Qué queréis?- oyendo cada vez mejor las voces.
    - Yo nada gracias, sólo pasaba por aquí- escuchando otra voz.
    Enfadada abrió los ojos y miró hacia arriba. Allí estaba, tan sonriente y arrogante como siempre queriendo adueñarse del mismo mundo.
    - Destino- mostrando sus ojos rojos- ¿qué haces aquí? Más vale que te largues si no quieres que te mate- levantándose bruscamente.
    Él comenzó a reírse y con sus dorados ojos la miró de arriba abajo.
    - Vaya...veo que hay cosas que no cambian- riéndose- tu aspecto y las amenazas ¿no da gusto volver a los viejos tiempos?
    - ¿Qué viejos tiempos? En los que tú te volvías loco por el poder e intentabas convencerme para que domináramos el mundo. Ahora lárgate estoy ocupada- dándole la espalda.
    - Vaya... veo que tu memoria no falla- cogiéndola de la muñeca- pero debes recordar también el día de tu juicio- haciendo que se girara- el día que fuiste desterrada.
    - ¡A mí no tienes por qué hacerme recordar nada!- zafándose de su mano- tú fuiste el que me traicionó- con tristeza- yo fui desterrada pero tú fuiste castigado.
    - ¡Ja! Yo no fui castigado, fui recompensado.
    - ¿Así? Entonces ¿por qué me pediste que te salvara del peso que conlleva la muerte? Tú también llegaste a sentirlo ¿verdad? También te atormentaba, los sentimientos comenzaron a nacer de ti- mirándolo con desprecio- incluso los traidores son capaces de sentir.
    El ángel, enfadado, quiso contestarle, pero realmente no estaba ahí para discutir con ella.
    - Podría estar discutiendo contigo toda la eternidad...- suspirando- como siempre. Pero no vengo por eso sino por otro tema que tiene que ver con los dos.
    Emily recordó a su familia, y con una mano en la frente pensó que seguramente habrían oído todo. El joven al darse cuenta de eso la tranquilizó.
    - Si te preocupas por esos humanos- mirando hacia la puerta- no tienes por qué preocuparte, he paralizado el tiempo-sonriendo- me imaginé que me darías esta bienvenida.
    - ¿Y qué bienvenida quieres que te dé? ¡Pretendes que te dé un beso y te diga gracias!- haciendo salir sus alas negras- pues sigue esperando durante milenios.
    - Aún siendo humana sigues tan dura y rencorosa como siempre-riéndose- bueno...-tranquilizándose un poco- lo que vengo a decirte es que dentro de poco pasará algo grande.
    - ¿Y por qué me lo dices?-extrañada.
    Una de las ventajas de ser el destino y la vida es el poder de la adivinación. Pero este poder le era limitado, lo justo para estar más o menos atento y preparado. Él nunca compartía las visiones con ella ni con nadie, siempre dijo que era para su uso propio y de nadie más.
    - ¿Qué pretendes? ¿Quieres conseguir algo?- mirándolo desconfiada.
    - No...sólo es que esta vez tengo el deber de decírtelo-serio.
    - Eso no es propio de ti...-mirándolo de arriba a bajo-¡Oh! Ya veo...-con una sonrisa- así que quieres ayudarme...vaya Destino, nunca pensé que cambiarías tan rápido, a no ser que no seas tú- agarrando una de sus blancas alas.
    Ella tiró con fuerza e hizo que el chico se arrodillara. Y junto con el grito de dolor, ella se agachó y miró sus ojos.
    - ¿Pretendes engañarme?-observando cómo sus ojos se tornaban negros- si no recuerdo mal...ni el destino ni yo podemos sentir dolor. Entonces... ¿cómo es posible que te haya dolido?
    Agarrando su cuello lo elevó y con una voz más severa, comenzó ha ahogarlo. Llena de ira miraba cómo el chico comenzaba a cambiar de aspecto mientras se ahogaba.
    - Eres un busca almas... ¿no es cierto?-apretando con más fuerza- dime... ¿qué quiere tu jefe? ¿Y para qué este engaño?
    - ¿Cómo has descubierto mi identidad?- casi sin poder hablar.
    - Es sencillo...en tu cuello esta la marca de la maldición- mirando el símbolo con apariencia de número tres- además imitas a tu jefe muy mal...él nunca ha sido tan amable conmigo ¡estúpido!
    Casi medio muerto mostró su verdadero aspecto, un humano putrefacto y sin vida, donde sus ojos demostraban la desesperación que sentía desde hace milenios. Había sido condenado por ella y el odio de estos seres era inmenso.
    Apenas llevaba ropas, sólo un pantalón ajado y el torso medio cubierto por una camisa rota. Su piel blanquecina y sucia, estaba herida por los cortes que su amo le hubiese producido. Sólo su rostro mostraba algo humano en él.
    Todos eran iguales, ya fuesen hombres o mujeres, jóvenes o niños. Todo esto por ser tan ingenuos de faltarle el respeto a ella.
    - Nunca podré olvidarme de vuestra asquerosa apariencia-menguando la presión de su mano- no sois ni humanos ni seres, no sois nada.
    El joven comenzó a reírse.
    - Es posible...pero es por ti que somos así y no humanos. Pero ahora eso no importa pues mi señor tiene planes para ti y nuestra venganza será pronto.
    - No deberías jugar con la muerte-volviendo a presionar su mano- ¿no aprendiste nada? Quizá debería recordártelo.
    - No será necesario...-quedándose sin aliento.
    - Entonces dime ¡para qué has venido escoria! ¿Y qué planes tiene el Destino?
    - ¡Ja! No pienses que te lo voy a decir...mi amo me torturaría durante la eternidad, ya que no puedo morir.
    - Y aún así ni siquiera iría a buscarte, tú serías la única alma que se quedaría inmortal. Y si tienes suerte puede incluso que me apiade de ti si me cuentas la verdad.
    - Ni lo sueñes...-mostrando una burlona sonrisa.
    - ¿Sabes? He oído que tu amo para castigaros primero os parte todos los huesos del cuerpo y después os quita la piel. Y ya desangrados os echa a mi perro Cerbero-veía como la actitud del ser iba cambiando- pero la agonía nunca acaba porque al no poder morir sientes sus dientes atravesar tu piel y rasgar tu carne, mientras que su saliva te quema lentamente. Es un castigo duro y para que te quede claro, ese castigo es mío. Antes castigaba a los de tu calaña así y no con una maldición, pero me obligaron a cambiar. Sin embargo tu jefe al quitarme mi poder se adueñó de mi hogar y de mis torturas. Así que si quieres que me apiade de ti por un segundo y dejes de ser inmortal más vale que me cuentes para qué has venido-gritando.
    - Sólo he venido para averiguar si sigues siendo humana y si tu poder se está consumiendo por momentos-con miedo- pero por lo que veo sigues como siempre y tu poder ha aumentado.
    - Así es...ahora he vuelto y dile a tu amo- bajándolo poco a poco- ¡que seguiré siéndolo por mucho tiempo! ¡Y que empiece a cambiar de casa por que volveré a la mía muy pronto!
    Y sin dejar reaccionar al monstruo clavó su guadaña en su tripa. Y con un giro de muñeca lo hizo desaparecer convirtiéndolo en neblina.
    - Y ahora vuelve a los infiernos y cuéntaselo- bajando su arma.
    De repente sintió como todo le daba vueltas y sin darse cuenta acabó en el suelo golpeándose la cabeza contra él.
    Era normal que esto ocurriese, pues aún no estaba preparada para usar completamente todos sus poderes y lo que había hecho hasta ahora había sido un gran esfuerzo.
    El cambio de humor, mostrar su verdadera forma y el uso de la guadaña había sido excesivo para su mente e inconsciente, se quedó sola. Su familia volvió a la normalidad y como si nada hubiese pasado siguieron con lo que estaban haciendo.
    Mientras en las profundidades del mismo mundo, lugar de la muerte, un grito de dolor inundaba el putrefacto ambiente. Donde los buscadores de almas vagaban por el inframundo esperando que la cólera de su amo acabara.
    Los gritos no cesaban y junto con el deprimente ambiente que caracterizaba el lugar, en un trono se encontraba el Ángel del Destino. Que, furioso con sus sirvientes, los castigaba duramente. La sangre manchaba las paredes y suelos. Y allí estaba el soberano de la vida, sentado y pensativo. Custodiado detrás suya por el terrorífico perro Cerbero, que no dejaba de aullar y gruñir.
    Sus aullidos eran capaces de quemar los oídos de quien, por desgracia, lo escuchara. Pero no era su único poder. Retumbaba el enorme palacio, produciendo que numerosas piedras cayeran del techo clavándose alrededor del trono.
    - ¡Calla Cerbero! ¡Maldito perro!-volviéndose bruscamente- tus aullidos a mí no me afectan y hagas lo que hagas seguirás encadenado hasta que tu dueña vuelva a sentarse en este trono.
    El enorme perro de tres cabezas dejó de aullar y en un intento desesperado hizo un esfuerzo por lanzarse hacia él. Pero sin conseguirlo.
    - ¡Eres tan estúpido como tu dueña!-volviendo a mirar al frente- ¡seguirás mis ordenes quieras o no!
    Otro grito provino de un monstruo encadenado a una columna, que torturado por cuchillas intentaba suplicarle a su amo.
    - ¡Por favor mi señor, escuchadme! Yo hice lo que pude y averigüé todo lo posible sobre ella.
    - ¿Todo? ¡No hiciste nada! ¡Y para colmo le dijiste mi plan, maldito estúpido!
    - ¡Pero me dijo algo para usted!-sofocado por el calor.
    El ángel se levantó y apresuradamente se acercó a él. Y moviendo las alas comenzó a ascender hasta llegar al monstruo.
    kontinuara...
    ponedme komentarios:D
     
  5.  
    Karl Orphen Fei D´lyra

    Karl Orphen Fei D´lyra Usuario común

    Virgo
    Miembro desde:
    18 Febrero 2007
    Mensajes:
    246
    Pluma de
    Escritor
    Re: El castigo de los ángeles

    amaaaaaaaaa , que meyo me dio , sera motivo para pedir conti y ver como se desenvuelve todo , esperare hasta entonces .
     
  6.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Título:
    El castigo de los ángeles
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    62
    Re: El castigo de los ángeles

    xD gracias por el comentario, me alegro que te alla gustado. Y ya aprovecho para preguntar, ¿ como os gustaria que se llamara la historia? la verdad puse el titulo ke tiene aora por ke se me okurrio de pronto, pero podeis proponer nuevos titulos.
    Buuenos les prometo ke pronto tendre la konti.
    besos...sigan leyendo.;)
     
  7.  
    Bellamy

    Bellamy Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    31 Octubre 2007
    Mensajes:
    274
    Pluma de
    Escritora
    Re: El castigo de los ángeles

    O.o OMG! xD

    pero como le grita a cerbero!!! nadie le grita xD jaja

    disculpa el araso en leer, estoy sin tiempo ahora porque ya entré a la univesidad, y si aveces no leo e spor eso ._. per igual algunos dias... 1 vez a la semana probablemente, voy a leer
     
  8.  
    hada

    hada Iniciado

    Miembro desde:
    25 Febrero 2008
    Mensajes:
    29
    Re: El castigo de los ángeles

    hola acabo de
    terminar de leer tu
    historia esta muy interesante
    esperare tu conti
    H A D A
     
  9.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Título:
    El castigo de los ángeles
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    28
    Re: El castigo de los ángeles

    Siento la tardanza en poner la continuacion pero tengo problemas kon el ordenador. Os prometo ke pronto os la pondre.
    besis.^^
     
  10.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Título:
    El castigo de los ángeles
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1652
    Re: El castigo de los ángeles

    El ángel se levantó y apresuradamente se acercó a él. Y moviendo las alas comenzó a ascender hasta llegar al monstruo.
    - ¿Qué te dijo? Espero que fuese algo importante-mirándolo con odio.
    - Me dijo que había retomado el poder y que dentro de poco volvería a casa. Y que te fueses buscando otro lugar donde estar.
    - ¿Y qué más? ¿No te dio nada?-desesperado.
    - No...después me clavó su guadaña en la tripa y me hizo esta marca- mirando hacia su vientre.
    Su amo al ver el corte con forma de círculo sus ojos parecían fuego por el odio que sentía hacia su sirviente y agarrando su fino cuello le gritó.
    - ¡Imbécil! ¡Has dejado que te haga el símbolo de la vida!-estrangulándolo-
    El círculo representa el ciclo de la vida y ahora te ha liberado de la maldición.
    Aunque la bestia se asfixiaba cada vez más, su sonrisa de felicidad no desaparecía. Por que por fin había sido liberado de su tortura, ahora podría descansar gracias a ella.
    Una lágrima se deslizó por su blanca mejilla y su amo al contemplarla dejó de ahogarlo.
    - No creas que te voy a dejar morir...- descendiendo hasta llegar al suelo- tú te quedarás allí y vivirás, porque si te mato ella vendrá hasta aquí y eso aún no me conviene-volviendo al trono.
    - ¡Hagas lo que hagas tarde o temprano moriré, lo que pase después no me importa en absoluto!
    - No me subestimes...puede que cediera el puesto a la muerte pero con el control de la vida también puedo ser cruel. Así que mejor estas calladito, pues aunque no pueda matarte aún puedo torturarte.
    El horrible engendro se quedó callado y con gran dificultad aguantó las profundas heridas que le producían las cuchillas.
    Pero ahora su carne se cicatrizaba enseguida y así le sería imposible desangrase.
    Con gran odio observó al ángel que de nuevo sentado, seguía pensativo y tranquilo.
    Su propio destino se forjaría como él quería para bien o para mal. Y si hiciese falta acabar con la misma muerte lo haría.
    Con gran atención miró la marca de su muñeca, un gran surco quemado la rodeaba.
    La observó detenidamente y con su dedo índice comenzó a tocarla.
    - Pronto volveré a tener el poder de la muerte junto con la vida- siguiendo el surco con su dedo- pero antes he de arreglar unos asuntos con unos conocidos, y si hace falta volveré a engañar a esa niñata.
    Y cansado, se acomodó en el enorme trono y cerró los ojos para descansar un rato mientras vagaba por sus pensamientos.

    CAPÍTULO 4

    Emily despertó sobresaltada encima de su cama. Confundida y aturdida se incorporó.
    Se sentía cansada y un dolor de cabeza no le dejaba abrir casi los ojos.
    Desorientada intentó tocarse la cabeza, pero en cuanto su mano la tocó el dolor comenzó a menguar hasta el punto de desaparecer.
    Al no notar dolor intentó levantarse pero una mano se lo impidió. Se trataba de su madre que sin percatarse de ello había entrado.
    - No deberías levantarte- forzándola a que se tumbara- aún pareces débil y no quiero que te des otro golpe en la cabeza.
    - Pero...-casi sin poder hablar- si estoy bien...además no quiero estar tumbada.
    - Me da igual lo que digas te vas a quedar aquí mientras yo me voy a trabajar.
    Su hija se echó refunfuñando y con un beso se despidió de ella.
    - ¡No te levantes Emily!-gritó desde la puerta de la calle.
    En cuanto oyó el portazo de su madre se levantó enseguida.
    - ¡Bah! Mortales...-estirándose y bostezando- exageran con eso de cuidarse.
    Poco a poco se puso de pie y con dificultad buscó sus deportivas. Al no encontrarlas se sentó en el suelo y volvió a bostezar.
    Esta vez pudo ver como iba vestida. De nuevo tenía su aspecto original.
    - Vaya...- mirando a su espalda-parece que cuando duermo muestro mi verdadera forma...pero no entiendo ¿cómo es que mi madre no ha notado nada?
    - Por que he sido yo la que te ha metido en la cama- contestando su abuela.
    Emily se asustó con la entrada de la anciana.
    - ¡No me asustes así! Algún día me vas a...-sin poder acabar.
    - ¿Matar? Sería un poco irónico ¿no?-sonriendo.
    - Para el hecho de que sepas mi secreto no tienes que burlarte- mirando debajo de la cama.
    - Si buscas las deportivas están abajo-observando a su nieta- tu madre quería que no te levantaras.
    La joven se levantó y se dirigió hacia la puerta.
    - Emily...-haciendo que se parara- tienes que empezar a ser más cuidadosa, tu madre podría haberte descubierto.
    - No lo creo...es una humana y no puede descubrirme-bajando por las escaleras.
    Una vez que llegó abajo buscó su calzado sin cesar, entonces su abuela se asomó y le gritó.
    - ¡Están en la cocina!
    Corriendo fue a ponérselas. Una vez en sus manos, cerró los ojos y se concentró para tomar forma de humana. Mientras, la anciana bajaba lentamente por las escaleras y al llegar a la cocina pudo contemplar la transformación de Emily.
    - ¿Qué te parece?-mostrando su nueva ropa- ¿crees que debería elegir otra ropa?
    - No...-sonriendo- así estas bien.
    Y dejándose caer, se sentó en el suelo y se puso las deportivas. La anciana se dirigió al frigorífico, pero Emily la detuvo.
    - No te preocupes...no necesito desayunar- con una sonrisa forzada.
    - Ya veo...-mirándola de reojo.
    Su abuela se acercó a ella y se agachó. Y mirándole a los ojos, le sonrío.
    - No tienes porque entristecerte-observando sus brillantes ojos- ya sabes que es algo normal.
    - La verdad es que quiero estar así...porque dentro de poco no me será posible-retirando la mirada.
    - Emily...
    - No entiendo porque debe ser así-enfadada- todos los ángeles y humanos podéis sentir, pero yo no. Aunque sea la muerte también debería sentir algo.
    - ¿Y no es así?- incorporándose- tú también puedes sentir.
    - ¡Pero eso no son sentimientos! ¡El desprecio, la angustia y la frialdad no es nada!
    Emily, enfadada, se levantó del suelo y con rabia se dirigió a la puerta para salir fuera.
    ¿A dónde vas?- sorprendida- ¡Emily!

    espero ke os guste...^^ seguisme poniendome komentarios pliss
    besos
     
  11.  
    HarunoSakura

    HarunoSakura Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    29 Enero 2008
    Mensajes:
    104
    Re: El castigo de los ángeles

    te felicito tu historia es excelente sigue asi
     
  12.  
    Karl Orphen Fei D´lyra

    Karl Orphen Fei D´lyra Usuario común

    Virgo
    Miembro desde:
    18 Febrero 2007
    Mensajes:
    246
    Pluma de
    Escritor
    Re: El castigo de los ángeles

    nya,la abuela la ve x q conoce su secreto o x q ya tiene un pie en el otro mundo?
    Puede el destino aterar la vida ...digo la muerte de las personas?,como seguira esto?,,,mmm tendre q esperar la conti xd
     
  13.  
    Bellamy

    Bellamy Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    31 Octubre 2007
    Mensajes:
    274
    Pluma de
    Escritora
    Re: El castigo de los ángeles

    wow, lo leí, al fin me estoy tardando muchisimo en leer los fics... ando corta de tiempo, lol
    Y nada xD espero que sigas porque me intrigas.... creo que todos los fics que me gustan es porque me intrigan jaja
     
  14.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Re: El castigo de los ángeles

    Ke bien ke os vaya gustando....porke aun keda muxo para ke termineXD...
    Respondiendo a tu pregunta...realemente el destino puede alterar a su antojo la vida y la ora de la muerte. Eso si a espaldas de la misma muerte..es decir, Emily. Pero una vez ke lo ace, no hay vuelta atras...y ni sikiera la muerte puede remediarlo...cada uno se okupa de su oficio..pero siempre se puede acer trampa no??XD
    Emily dentro de poko se dara kuenta de esto...y es posible ke sea demasiado tarde.
    Espero aver solucionado esa preguntaXD Besos...alguna duda mas, me preguntas.
    dew
     
  15.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Título:
    El castigo de los ángeles
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    575
    Re: El castigo de los ángeles

    - No entiendo porque debe ser así-enfadada- todos los ángeles y humanos podéis sentir, pero yo no. Aunque sea la muerte también debería sentir algo.
    - ¿Y no es así?- incorporándose- tú también puedes sentir.
    - ¡Pero eso no son sentimientos! ¡El desprecio, la angustia y la frialdad no es nada!
    Emily, enfadada, se levantó del suelo y con rabia se dirigió a la puerta para salir fuera.
    - ¿A dónde vas?- sorprendida- ¡Emily!
    - ¡Déjame en paz Aymara! El hecho de que seas mi amiga no significa que tengas que estar siempre conmigo-volviéndose bruscamente.
    - Emily no puedes salir así...-intentando correr hacia ella.
    Emily no hizo caso y salió por la puerta. Corrió sin cesar, quería alejarse de la realidad, de la verdad.
    No quería aceptarlo, ¿por qué ella? No pudo elegir nada y para una vez que pudo la habían engañado.
    El viento chocaba contra su cuerpo, el cielo se nublaba y la luz desaparecía. Podía sentir recorrer la angustia y el odio dentro de su cuerpo. Cerró los ojos y se dejó llevar por sus piernas.
    No le importaba nada, ni nadie. Entonces se detuvo y con furia, abrió los ojos. La ira ardía dentro de ellos, que rojos como el fuego parecían capaces de quemar.
    Su piel se volvió blanca y sin vida, su pelo se alargó y su ropa se oscureció.
    Y con un grito de rabia aparecieron las cadenas que le hacían prisionera al arma que sostenía su mano.
    La lluvia comenzó a empaparla, y mientras el frío comenzaba a penetrar en su cuerpo, dos destellos oscuros salieron de su espalda. Y sintiendo su suavidad extendió sus alas para demostrar su poder y desprecio a la humanidad.
    Un halo de oscuridad rodeó su cuerpo y bajando su cabeza, sonrió triunfante. Podía oír a los mortales que la habían visto y oído, a los perros ladrar y a los niños llorar.
    - Estúpidos mortales...-sin mostrar gesto alguno- vuestra simple existencia no puede soportar verme. Y por ello borraré vuestros recuerdos.
    Y alzando la mano hacia ellos, la movió de un lado a otro y así el miedo y la confusión desaparecieron.
    Emily aprovechando ese momento desapareció de aquel lugar y volvió al comienzo de todo, donde de nuevo había sido engañada y traicionada. Sólo quedó de ella la marca de sus pesadas botas que habían destrozado el asfalto.
     
  16.  
    duendecilla

    duendecilla Guest

    Título:
    El castigo de los ángeles
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    992
    Re: El castigo de los ángeles

    En un segundo apareció en el cementerio, pero esta vez desapareció ante los ojos de los mortales. Sólo podrían verla los inmortales, o si ella deseara ser vista, también por los mortales.
    Llena de odio y angustia, caminó hacia el interior del cementerio. Varia personas vagaban por él, algunas tranquilas, otras llorando. Pero la mayoría hablaban con las tumbas o nichos intentando encontrar algo con que llenar su vacío.
    Emily los miraba e interiormente reía por la ignorancia de los mortales.
    - Hagan lo que hagan no volverán, y tampoco contestarán- mirando a una mujer que lloraba sobre la tumba de su hijo- ni podrán ver sus flores, ni sentir su amor. Porque ya no queda nada de ellos aquí.
    Y con algo de compasión de dirigió hacia una niña que junto con su madre colocaba flores en la tumba de su abuelo. Y con dulzura le susurró al oído.
    - ¿Por qué lo haces? ¿Qué fin tiene dejarle flores?- mirando hacia la tumba.
    La niña se volvió hacia ella y susurrándole le contestó.
    - Porque así demostramos que le quisimos mucho durante el tiempo que estuvo aquí y porque queremos agradecerle lo que ha hecho por nosotros.
    - Pero él no lo puede ver.
    - Sí que puede...- con una sonrisa- ¿no lo sientes?
    Ella se dirigió a la tumba y tocó su frío granito. Pero no pudo comprender a qué se refería la niña.
    Y con indiferencia miró a la madre, que sentada sobre la tumba, lloraba mientras le daba besos al cristo que había en la cruz.
    Entonces apoyó su mano encima de su hombro.
    - Él está bien- y observó cómo aquella mujer sonreía y miraba a la nada.
    Al contrario que su hija, no podía verla, y tampoco escucharla, pero asintió y dejó de llorar.
    Una vez satisfecha, se alejó de aquellas personas y continuó su camino.
    Anduvo por los estrechos caminos que separaban unas tumbas de otras. Y mientras, pensaba en su pasado.
    Podía recordar una chica y un chico bromear sobre aquel lugar y reírse, observar a la gente, sentados desde las cruces o estatuas que adornaban las tumbas.
    Mientras pensaba en eso, una melancólica sonrisa se dibujaba en su rostro.
    - Lo echas de menos ¿no es cierto?-preguntó una voz detrás suya.
    - ¿Qué haces aquí Aymara?-suspirando.
    - Me he imaginado que estarías aquí, después de tener un ataque de rabia de los tuyos.
    - ¿Acaso no lo ves?-furiosa.
    Emily se dio la vuelta y se encontró con una hermosa chica de piel oscura. Su azabache pelo rizado llegaba hasta sus hombros. Sintió hipnotizarse en sus oscuros ojos, que con su sonrisa, parecían iluminarse.
    Su ropa era más clara y hacía resaltar el color de su piel.
    Era ella, la única amiga que había tenido desde siempre. Y que con su sonrisa siempre hacía que se calmara.
    - Pues...sí-respondió ella- puedo ver que tu ropa nunca cambia.
    - No tiene gracia- mirándole fijamente- ahora soy completamente la...
    - ¿Muerte? ¿Y qué?- tocando su oscura ropa- siempre lo has sido, nada ha cambiado.
    - Eso no es cierto...ahora tendré que dejar mi hogar y volver al inframundo.
    - Ves eso sí que es deprimente...deberías cambiar tu casa y a tu perro-enfadada.
    - Mi perro está bien- dijo sonriendo- no es culpa mía que le caigas mal.
    - ¿Es que le cae alguien bien?
    Emily comenzó a reírse.
    - Lo ves...aún no eres verdaderamente la muerte, puedes reírte, además cuando eras completamente la muerte también te reías. Pero todo cambio desde...
    - No lo digas- cambiando su humor.
    - Deberías aceptarlo
    - No tengo por qué…y por eso no quiero recordarlo-dándole la espalda.
    Siguió caminando, pero enseguida su amiga la detuvo.
     
  17.  
    Karl Orphen Fei D´lyra

    Karl Orphen Fei D´lyra Usuario común

    Virgo
    Miembro desde:
    18 Febrero 2007
    Mensajes:
    246
    Pluma de
    Escritor
    Re: El castigo de los ángeles

    Aki reportandome , disculpa por no haber posteado el cap. anterior , entonces ahora posteo por los 2 , esta muy buenos , me dio un verdadero placer leerlos , espero conti...
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso