El camino

Uno más para el rol de zombies...

Camino

“Estoy sola” pensé antes de dejar atrás mi guarida durante días. No había comido nada y moría de hambre. Podía ir a buscar comida a un supermercado primero, pero estaba segura de haber escuchado unos disparos en el hospital. Si me dirigía ahí, seguramente encontraría otros humanos.

Las calles estaban desiertas, si había alguien más vivo alrededor entonces se encontraban escondidos, y no los culpaba. Si habían sobrevivido la primera oleada de zombies, eran lo suficientemente inteligentes como para mantenerse ocultos: en estos momentos igual el número de zombies era mayor que el de los humanos. Si no tenían entrenamiento militar, mejor quedarse escondido.

“Movilidad” pensé antes de continuar avanzando por la calle. Tenía que encontrar algo en lo que moverme antes de poder continuar vagabundeando por la ciudad. Caminar tenía sus ventajas, pero había otras cosas que podrían mejorar la situación.

“Perfecto” pensé mientras observaba una Hummer último modelo. “Quien sea tan estúpido para dejar algo así aquí, debe estar muerto” Mi padre era un científico prominente, por lo que no tenía problemas para poder encender un carro son las llaves. Me agache y deshice la parte inferior del volante para encontrar los cables correspondientes al encendido del switch. El negro para la tierra y el rojo para la corriente. No era la primera vez que me robaba un carro. Pan comido.

Esta Hummer no parecía ser normal. Probablemente fuera de las fuerzas especiales que entraron al hospital para detener el contagio. Estaba polarizada de todos los vidrios y tenía las defensas reforzadas, toda la camioneta era blindada. “Joder, me gané la lotería”

“Por favor, enciende, enciende,” rogué a un ser al que hace rato dejaba de pedir nada. Pero fuera cosa del destino o de algún ser supremo, la Hummer encendió.

-¡Que me cargue!- grité antes de encaminarme por final hospital. Puede que no tuviera las llaves, pero ahora seguro sabía cómo prenderla. Antes de desaparecer dentro del hospital la estacioné una cuadra lejos. Donde pudiera encontrarla al salir por la puerta principal, pero donde no quedara al descubierto para los demás. Un autobús escolar la tapaba.

Había varias cosas en la parte de atrás: linternas, comida enlatada, botiquines de primeros auxilios, pastillas, llaves, walkie talkies, vendajes, lentillas, una barra de hierro, una cruceta y un bote gasolina. Por supuesto un arma cargada en el techo era lo mejor del vehículo. Mejor razón para esonderlo.

Me bajé de mi vehículo dejando todo detrás. Entre menos cargara conmigo mejor movilidad tendría. No era exactamente experta en armas, pero el combate cuerpo a cuerpo era lo mío. Mi sentido del oído me podía alertar antes que algo más lo hiciera, un pequeño recuerdo de crecer en los túneles subterráneos de la ciudad sin luz.


-Bueno, espero encontrar algo en este hospital- me dije a mí mis antes de adentrarme, caminé unos cuantos pasillos antes de que una explosión me dejara inconsciente.