Al caminar por el bosque, entre las hojas amarillentas y marrones, algo resplandece apenas. Vaya, parece que has encontrado 75 centavos.
Drey Duzz ¿Oh? ¡Monedas! El leve resplandor de monedas en el suelo. Ha sido un largo tiempo desde que me encontré con una situación parecido. Recuerdos de la lejana niñez. Es un desperdicio dejar estas cosas tiradas. Permanecí seguro de que el dueño de estás no permanece cerca, pero la recogida rápida y disimulada de las monedas me salió sin querer. ¿Abra algo más por aquí hoy?
No parece que haya nada especial en el bosque por el día de hoy. El bosque se encuentra solitario y silencioso, como si no ocurriera nada fuera de lo normal en el pueblo y la vida siguiera, como si no ocultara una mina en él, ni hubiese algo gestándose en sus profundidades.
William Baxter Poco después llegamos, y empecé a liderar el camino mientras observaba con atención el suelo. —¿Cómo estás Margarita? No sabes cuanta alegría me da verte de nuevo... ¡En serio! La verdad es que ya te echaba mucho de menos—. Dije maravillado mientras la veía mientras hablaba, y pronto volví mi atención al frente, inclusive caminaba y saltaba con más ánimos de lo normal, verla de nuevo me puso de un gran humor, casi como si volviese a ser un niño solo porque ella estaba presente. Ya necesitaba olvidarme de todos los problemas por ahora.
No parece que sea tu día de suerte. En el suelo del bosque no hay más que hojarasca seca y amarillenta cubriendo del césped, hace ruido al ser pisada bajo las patas de ambos.
Contenido oculto: Musiquita de fondouwu Margarita Seguía a Bexter cuando me quedaba atrás, y empezaba a guiar el camino en cuanto me adelantaba. Pocas las personas eran las que me apetecía ver, y muchas eran las que no deseaba reencontrarme. Estaba alegre de volver a ver a Will, más aún cuando lo escuchaba decir lo mismo; que estaba alegre de volver a verme... pero nunca me ha gustado estar mucho tiempo con alguien, no estoy acostumbrada. Así que lo único que pude hacer fue escucharlo en silencio mientras las hojas crujen bajo nuestras patas... De seguro a William no le gustaban las despedidas. —Uhmmm... ¿Qué decirte? —contesté tras mucho tiempo en silencio; más de uno, tal vez dos minutos. >> Lily falleció el año pasado, a finales de año; dos meses antes de mi graduación. Aún no me acostumbro a vivir sin ella, pero es lo que hay y no puedo defraudarla lamentándome por algo tan jodido como la muerte, más si es involuntaria... Lo único que me apena, es que esté sepultada en la ciudad, no junto a Jacob acá en Possum. Me detuve un momento, sin saber si llamé la atención de Will; estábamos ya profundo en el bosque, parecíamos estar completamente solos, no escuchaba a nadie a los alrededores. No despegaba mis ojos del suelo, en busca de más pistas del asesino. —Will... No es por ser aguafiestas, pero creo que no deberíamos andar por el bosque; no importa si es de día, tengo un muy mal presentimiento, ente lugar es más peligroso de lo que crees... Los gritos desde acá no llegan al pueblo. ¿Entiendes lo que digo? Después me callé para seguir caminando; rumbo al pueblo. >> Si se te ocurre venir acá solo te juro que increparé a tus padres, les diré que no saben criar niños.... No deseas eso, ¿verdad?; qué te traten como un bebé cuando eres un adulto responsable.
Y tampoco parece ser el tuyo. Sigues el mismo camino de William, por lo que no se ve como que haya nada en el suelo del bosque, entre el césped y las hojas moribundas.
Contenido oculto: Nota No he sabido como llamar a las "manos" de margarita, porque tenía la confusión mental de que diablos eran las extremidades de un ala. Así que decidí recién que no serán alas (pues parece que los personajes de NITW pájaros no tienen) sí no que serán "garras" como las patas de este tipo de aves. Eso :3 Y les dejo la musiquita de esta vez: "Manopla pequeña" Rita Los inmaduros como William no entendían nada. "Inframundo" "Infierno"... ¿Cómo diablos era que le llamaban a las cloacas? ¡Eso solo demostraba lo suaves que eran! En las cloacas te podían acorralar tanto como acorralarte... No era un infierno, porque ahí solo sufren... Era más como un purgatorio: Dónde almas perdidas iban a comprobar que tanta oscuridad podían soportar... pero... El verdadero infierno era el condenado bosque de Possum Springs; siempre peligroso, nunca tranquilo, con un sentimiento de paz hipócrita. Era cosa de escuchar como jóvenes de distintas edades y géneros se iban a torturar lentamente; Alcohol, sexo, drogas... O soportar ver a tus amigos hundirse profundamente en la miseria, en la miseria que significaba nacer y crecer en un pueblo como Possum Springs. Mi llanto cesó en cuento me adentré en el bosque; me fijaba por donde caminaba para no tropezar, pasos lentos y pesados, con mi mirada aun cargada de furia... Deseaba golpear algo, y deseaba partirme la cara; pero lo segundo no podía hacerlo, porque iba contra cualquier cosa que hubieran querido Jacob y Lily... A ellos nunca les gustó la violencia, siempre fueron bastante diplomados con el tema de hablar... pero yo no era su hija sanguínea... No tenía esa paciencia innata de los Nieves. Yo en verdad necesitaba masacrar algo cuando la furia e impotencia me consumía, y siempre se sentía horrible; perder la paciencia, soltar los estribos; actuar como actué en Snack's Falcon, porque solo era una muestra más de lo impotente que era en realidad. Mis lágrimas habían empezado a brotar de nuevo, el murmullo del bosque no hacía más que molestarme. Me detuve frente a un gran árbol... Una sonrisa ladina salió de mi boca, la que estaba oculta tras el pico de lechuza... Mi garra izquierda se extendió contra la corteza, la empuñé; comprobado, mis garras seguían siendo un peligro, poca fuerza necesité para rajar la parte sobresaliente de la corteza. Cerré mis ojos, pidiéndole disculpas al árbol ante mi. Y lo hice: Lo golpeé furiosa seis veces, con la manopla en mi garra izquierda; para después arrodillarme ante él, cubrir mi rostro con mis garras y terminar soltando un grito frustrado; horrible, sonoro, y que se partía al final con un sollozo. Odiaba esa actitud, tan a la defensiva e hiriente a la vez, pero no podía hacer nada; de esa manera fue que crecí, y ya era muy difícil cambiar mis malas manías adquiridas. Me respaldé en la corteza que había golpeado, en una posición fetal; escondiendo mi cabeza entre brazos y piernas. Recordé todo, bueno; todo lo malo. Todo lo feo y angustiante, mientras lágrimas caían sin poder contenerlas; de nada servía resistirme, pues eso solo generaría más dolor... No podía culpar a Will al final, era demasiado bueno; tanto que creía que le estaba haciendo un bien a alguien... ¿A él mismo, tal vez? Nah, al que menos aportaba con su actitud de justiciero era a él... lo comprendía bien... Y eso me hacía sentirme más y más enojada, porque el agujero dónde se estaba enterrando no serviría como salida de emergencia.
Bobby Jum Al final, acabó en el bosque. ¿Cómo? No tenía mucha idea. No era la primera vez que lo visitaba, por supuesto, y solía matar algo de tiempo allí cuando no tenía nada más que hacer pero igual a la mama le irritaba verlo en casa sin mover el culo. Aún llevaba el casco entre las orejas y las patas delanteras en los bolsillos. Lo recibió una calma inaudita, ciertamente tranquilizante, incluso para un manojo de nervios y amargura como él era. Soltó un bufido pesado, alzando la mirada al cielo, y luego le echó un vistazo a sus alrededores. ¿Quizá encontrara unos centavos? No le vendrían nada mal, a decir verdad. Su billetera estaba tan vacía que casi podía oírla llorando. Y tenía hambre. Quería, al menos, concederse el puto privilegio de comprarse unos snacks. Sí, eso estaría bien. Después de todo, lo más probable es que pudiera hacerlo billetes a ese casco pestilente. Era un negocio casi cerrado, ¿verdad? Se lo contaría a la mama cuando volviera a casa, durante la cena. Seguro se pondría contenta.
Al avanzar por el bosque y caminar sobre la hojarasca de tonos cálidos, notas clavado a un árbol. Una vieja flecha de ballesta. Parece que lleva un buen tiempo allí, a decir verdad, pero todavía luce en un estado más o menos decente para ser utilizada.
Bobby Jum Frunció el ceño al acercarse a la flecha y la olisqueó de cerca antes de rodearla con la pata para sacarla del tronco. Se la veía bastante entera, y no tenía mucha idea qué mierda podía hacer con una puta flecha de... ¿de qué era? ¿De ballesta? Bah. Qué inútil. Decidió quedársela, sin embargo, para ir jugando con algo entre las manos mientras andaba por ahí. Entre el casco y la flecha quizá lograra asustar a algún crío en Towne, o llamara la atención de Molly y tuviera algo de diversión. Quién sabe. Se detuvo en un punto inespecífico luego de andar un rato y bufó. Muy bien, ¿qué debía hacer ahora? Quizá fuera yendo hora de volver a casa. Podía fijarse si en casa necesitaban que comprara algo, o cualquier mierda. Tampoco era como si le quedaran muchos lugares de Towne para recorrer. Así pues, enderezó su camino de vuelta hacia el centro de la ciudad. Contenido oculto está listo para ir a la guerra el bobby
William Baxter No tardé mucho en llegar para cuando comencé la ruta de siempre para ir a Towne Centre. Si el ambiente era gélido, lo era más con los árboles alrededor, no es como que fuese el mejor lugar para explorar. Recordé un poco lo que hace unos días pasé con Margaret. Ahh, supongo que es hora de irme dejando de tomar esos consejos como algo serio. Así como dejarme de tomarme todo tan personal. Solo son... consejos, es mi problema si los tomo o no. Estoy en esto, no puedo retirarme ahora. Sin más continúe mi camino mientras iba a paso lento pero seguro, volviendo a echar un vistazo por si había algo nuevo al fin, creo que ahora sí no he hallado nada estos días. Además que en cierta medida, el tema de los respiraderos de la mina me han dejado con cierta desconfianza por donde pasaba.
Al caminar entre la hojarasca, pateas algo que hace cierto ruido. Al buscar entre las hojas, te das cuenta de que se trata de una caja de cerillas. Seguramente se le cayó del bolsillo a algún fumador.
William Baxter Oh, una caja de cerillas. Si no la pateo por accidente no logro dar con ella, no parecía ser la gran cosa como las baterías de la otra vez. Pero cerillas, sin dudas era algo que podría ser útil en algún momento de emergencia. Los guardé con calma junto a las baterías y seguí mi camino, en un momento dado, vi un árbol lo suficientemente blando pero también duro como para probar, por lo que desenfundé la ballesta ya con la flecha cargada y me detuve a una considerable distancia, como a unos 20 metros de lejos. Apunté, demorándome un poco en apuntar bien hasta que con la mirilla, respiré hondo y di un disparo. Por fortuna no fue como la primera vez que casi me tira, ya sabía como posicionarme y endurecerme para soportar el empuje y la flecha cortó el aire como papel hasta que se clavó en el árbol. El sonido que proporcionaba ambas cosas era aterradora, pero a mi mas bien ya me producía alegría, no pude evitar sonreír al ver que no se me fue como otras tantas veces de hace días la flecha a quién sabe donde. Sé que desperdicio su resistencia, pero los tutoriales ya habían dado sus buenas ideas. Me aproximé al árbol y con fuerza y demorándome otro poco, saqué la flecha, gimiendo un momento por el esfuerzo, hasta que bajé un poco la ballesta y sin tantos esfuerzos pero igual con cierto trabajo, cargué la flecha de vuelta a su sitio al ya estar algo acostumbrado a la fuerza requerida, pero aún debía refinarme. Poco después suspiré para cerrar mis ojos un momento y volví a colocarme la ballesta en la espalda, la aseguré y miré a un lado, aún tardaría un rato pero ya me faltaba poco para llegar a Towne Centre, por lo que volví a acomodarme todo y seguí mi camino. Dirigiéndome allí, para posteriormente ir al Snack Falcon. No tenía muy bien planeado qué hacer hoy pues, vaya. Esta visita ha dado un vuelco de 180° a esto. Contenido oculto ¿Era necesario esto? No... PERO POR EL DRAMA. Nah realmente me faltaba un post más para llegar xD
Brooklyn Lester Y sí, acabé por tomar el atajo del bosque. Por mucho miedo que pudiese dar, siendo de día era bastante aguantable... y si conocías el camino, no tenías que estar mucho tiempo en su interior. Por suerte en mi caso, conocía bastante bien el camino porque siempre intentaba salir lo más rápido posible de los árboles así que acabé conociendo las rutas más rentables a base de bien. Aun así, no pude evitar mirar un poco a mi alrededor... ¿quizás encontrase algo perdido por ahí? De todas formas, se suponía que ya no era la niña pequeña que se asustaba de las sombras del lugar... ¿cierto?
Al igual que William, parece que a alguien más se le salió del bolsillo una caja de cerillas. La golpeas con la pata mientras caminas entre la hojarasca, haciendo que notes que está allí.
Drey Duzz Lo he decidido está mañana, veré qué venden en la tienda esa. La de Roy Burger... Pero acabe aquí. Cómo es habitual ver la PC o visitar el infierno en busca de Selvi. Se me hizo la costumbre venir a tomar algo de aire fresco. Hasta ahora no ha echo ningún mal. Contenido oculto Acaso Giga y yo sacamos los mismos dados o que??
¿Huh? Al caminar sobre la hojarasca pateas algo que hace ruido y al sacarlo de entre las hojas caídas, te das cuenta de que se trata de una caja de cerillas. Contenido oculto yo viendo sus dados: wey ya
Drey Duzz ¿Ah? Anteriormente me encontré unas monedas y hoy una caja de cerillas. Las guardare. Estos días si que ando cargando con mucha basura. Suficiente aire por ahora. Es momento de regresar al pueblo.
Contenido oculto: Music box Margarita El chaleco largo era uno igual de especial que el de Lily, con la diferencia que este era simplemente comprado. En realidad, toda mi ropa era especial, porque no tenía mucha precisamente. Lily siempre se encargó de regalarme la ropa, yo no tenía especial interés en elegir una por sobre otra. La que me resultaba útil, me gustaban; las que no, se quedaban guardando polvo en el armario; lo que me hace pensar que Lily aprendió rápidamente cuales eran mis gustos, porque pocos años pasaron para ser verdaderamente asertiva en lo que me regalaba. Iba mirando las hojas otoñales en la copa de los árboles, desviando seguidamente la vista al suelo para fijarme de que no hubiera ningún obstáculo cercano. El susurro del viento, el sonido de ardillas y quien sabe qué otros animales salvajes me acompañaban, con la luz del sol oculta tras nubarrones grises. ¿Me relajaba estar sola? Tal vez, pero no era precisamente un beneficio, últimamente lo entendía mejor; una bomba de tiempo, que es mejor que explote sola antes que con gente al rededor. No deseaba ser la misma iracunda de hace un par de años, más aún suponiendo que era un "adulto responsable" y, sobre todo; ya no podía depender de Jacob o Lily para sentirme protegida. Bosque de Possum: No iba mucho a este cuando era pequeña, pues claro, era peligroso para una niña pequeña... Tampoco pasé mi adolescencia acá, así que no pude ir a soltar mis penas a este bosque, ni desquitarme con desconocidos culpando borracheras... ¿Qué tonterías digo? Nunca hice nada indebido, tampoco me revolqué con alguien por una noche. Lo único malo en mi "expediente" fue hablarle feo a un par de "superiores", aparte de agarrarme a puñetazos con gente que se creía superior, solo por causar algún tipo de terror. No había problema en perderse de vez en cuando en un bosque siniestro; tarde o temprano aprendías las mejores rutas de escape. Observé mi alrededor, escuché el sonido del viento... Soledad... Una sonrisa ladina estaba escondida tras mi pico de ave. Sería una pena que un loco maníaco me encontrara en medio de la nada, y se le ocurriera que yo sería una buena próxima presa.