El beso de la luna

Lamento haberme tardado tanto pero la escuela me come el tiempo pero aqui esta el séptimo capitulo:)
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Capitulo 7: Una melodía angelical…el Ave María.


**********Por Akira**********
Me levante como de costumbre en horario de clases –a las seis de la mañana – para poder cambiarme de ropa pues la que llevaba puesta estaba manchada en la porte del cuello por mi sangre.


Ahora todo sería diferente, mi comportamiento cambiaria y ansiaría beber ese liquido carmesí que corre por cada una de las venas de los seres mortales, ese sabor que desearía probar cada vez que alguien sangrara tan siquiera una gota y que sería reflejado mi verdadero yo en mis ojos que en ese momento se tornarían del mismo color que la sangre.
Baje a la cocina para irme a desayunar cuando encontré una nota doblada por la mitad recargada en el pequeño florero de la mesa del desayunador.


Akira
No se que me ocurrió anoche pero me sentía muy mal en la mañana, mi cabeza me mataba y mi cuello también, no te quise despertar pues parecías muy cansada así que le pedí a Kaho que me llevara con el medico. Ya sabes que ahí se tardan las horas y pues no creo que llegue a la escuela. Te veo en la tarde, besos.

Yume​

​

Termine de leer el mensaje de Yume y me quede con la vista en aquel papelito, recordando lo sucedido la noche anterior, me enoje tanto con tan solo pensar en el tema que apreté mis puños hasta encajarme las uñas y brotarme sangre.


¿Que no se supone que los vampiros no sangran? Según mis expectativas, un ser inmortal –como yo –no podía sangrar pero eso era mas que mentiras de cuentos de fantasmas. Porque en cuanto me desayune seis platos de arroz y ocho tortillas de huevo lo comprobé pues mi apetito seguía intacto, un poco alterado pero intacto.


Sin embargo muy en mi interior sentía que algo no andaba bien y no lo decía por estar muerta de hambre, mas bien era la corazonada de que algo me faltaba. Empecé a recordar con total claridad todo lo sucedido por la noche ,recordaba a Yume, Yahiro y…


Fue entonces cuando me di cuenta de que el rostro de la tercera persona sosteniéndome y pronunciando mi nombre no la podía recordar, estaba borroso toda clase de eventos sucedidos con él. Se había borrado de mi memora su nombre, voz, sonrisa, todo.


–Recuerdo…que dije “Te Odio” pero… ¿Quién era la persona a la que se lo dije?
Sin nada mas que hacer decidí pasarlo por alto y continuar con mi rutina; era la hora de irme al colegio. La mañana estaba lluviosa y fresca por lo que tome un gorro y bufanda blancos, salí y el autobús me estaba esperando por lo que llegue casi seca a mi salón.
Entre como de costumbre saludando a todos, unos cuantos besos en la mejilla y una abrazo que me llego de sorpresa a mis espaldas.


–Buenos días, ¡Akira!


–¿Kaho? –me sorprendí un poco al escuchar su típica voz.– ¿No estabas con Yume?


–Si, pero dijo que estaría bien sola, así que me vine y aquí estoy –me sonrió


–¿Segura que eso esta bien? –pregunte pero no recibí respuesta.


–¡Buenos días, Yahiro-kun! –saludo muy animada Kaho agitando su mano.


El ya mencionado se acerco a nosotras, saludo a Kaho muy cortésmente dándole un beso en su mano y un:

–Buenos días Kaho-chan –para luego sonreírle.


Lo que causo el griterío de todas las demás chicas –en el aula –y un leve sonrojo en Kaho, que por cierto fue muy notorio. En cuanto a mi, solo poso su mano en mi hombro, dio media vuelta y antes de retirarse escuche entre murmullos un >Buenos días…Akira< para después continuar con su trayectoria hasta su lugar.


Las cases se hacen aburridas con maestros tan poco capacitados pero bueno, mi clase favorita casi llegaba y eso me causaba satisfacción. Llego la clase de música con la profesora Karura en la sala de música donde se encontraba un piano de cola y varias sillas con partituras encima, todas y todos llevaban sus flautas a excepción mía.


–Señorita Kumico, nos aria el favor –me nombro la profesora señalando el gran piano.


–Claro profesora ¿Qué debo de tocar? –pregunté al estar sentada en el banquillo del piano.


–Hoy practicaremos una obra de Schubert llamada Ave María así que por favor tomen sus partituras y sigan a su compañera ¿Quedo claro?


–¡Si! –contestaron todos al unísono sacando las flautas de sus estuches.

–Bien ya estoy lista profesora –mencione en voz alta para que todos tomaran sus posiciones y así comencé con aquellas notas suaves de la melodía del Ave María.


Las tonadas de cada nota iban saliendo de las flautas de mis compañero hasta que escuche cuando la puerta del salón se abrió pero nadie dejo de tocar. Lo único que alcancé a mirar fue a un chico de complexión alargada que bestia con el uniforme escolar y un estuche que parecía el de una guitarra.


–Lo siento mucho pero me perdí y no sabía como llegar –se escuso nuestro visitante, que no sabía quien era pues parte de la tapa del piano me impedía ver su rostro. Al parecer era nuevo en el colegio pues quien no conocía la única sala de música equipada con piano.


–¿Tu debes de ser el alumno nuevo? –el chico no respondió, en cambio se apresuro a sacar de su estuche el instrumento que yacía dentro. Yo no le tome mucha importancia hasta que escuche el sonido mas afinado y maravilloso de entre todas esas flautas, un violín. El sonido de las flautas quedo totalmente nulo y todos se quedaron murmurando cosas ante nuestro fabuloso dueto de piano y violín.


La melodía fue tomando un ritmo maravilloso con cada acorde y nota sentí que a todos –incluyéndome –nos había envuelto en un mágico momento lleno de radiante felicidad con aquella pieza tan maravillosa, el Ave María, que por muy raro que sonara parecía que ya había escuchado con estos mismos instrumentos y misma sensación.


Al terminar todos nos aplaudieron y eso hizo que me sonrojara un poco, nunca en mi vida había hecho un dueto con violín y se escuchaba demasiado bien.


–Vaya creo que nuestro nuevo compañero tiene una habilidad especial coma la señorita Kumiko –menciono la profesora Karura al cabo de un momento –Y dinos ¿Cuál es tu nombre?
–Me llamo Sebastian Fuyiwara, un placer.


Eso fue como una piedraza en mi cabeza, entonces intente recordar con muchas ansias en donde había escuchado ese nombre. Me levante del asiento con la mirada baja camine hasta estar en un posición adecuada para poder ver su rostro. Al verlo mis ojos casi derramaron una lagrima, su cabello largo, lacio y negro; esos ojos que al verlos te reflejabas perfectamente en ellos y esa sonrisa blanca tan alegre.


–¿Eh? ¿Tu eras la que tocaba el piano? ¡Increíble! –me elogio una y otra y otra ves al poder verme.
Cuando me comenzó a hablar como si nada, me enfurecí tanto pues ahora la cara faltante de mi noche anterior estaba bien marcada en mi memoria pero…ese tonito de “no paso nada” era muy frustrante.


–¡Cállate! –todos se quedaron en silencio cuando le grite incluyendo el pelinegro.


–Akira…yo…


–No me vengas con el cuento de que nada paso. Sebastian.


–Al parecer tenemos a unos viejos amigos ¿Verdad?, porque no mejor salen al pasillo a discutir sus asuntos –nos dirigió con pequeños empujoncitos la profesora Karura hasta llegar a la salida.


Una ves afuera me recargue en una de las ventanas viendo hacia el exterior, implorando porque todo eso fuese un sueño o mas bien una pesadilla y esperara por despertar a la realidad, pero…eso nunca sucedió.


–Akira yo…quería…


–¿Sabes porque te dije que te odiaba? –dije sin mirarlo y con una voz que hasta a mi me daba miedo.


–¿…?


–¿Tienes alguna idea del porque te lo dije? –seguí con mi voz macabra y sin mirarlo.


–Yo…este…no, no tengo idea.


–No me sorprende, estoy segura que ya hasta te olvidaste de cuando hicimos este dueto del Ave María y me propusiste algo.


**********Por Sebastian**********


Me dolía mucho verla tan enojada conmigo pero…en cierto modo mi cuerpo reacciono ante la melodía y toco como en aquella ocasión.


–¿Ya lo recordaste? –me pregunto, y al mirarla note una gota cristalina resbalando por su mejilla.
Tenia que admitirlo, no había mas remedio.


–Si, esa tarde llegue a tu casa como de costumbre…


*****Flash Back*****


–Desde el pórtico se escuchaba como tocabas el piano…Akira eres muy buena.


–Gracias, pero no es verdad aún me falta mucho.


–¿Y que es lo que tocabas?


–Se llama Ave María, la compuso Schubert. Es muy bonita ¿No?


–¿Mañana tocaras de nuevo esa pieza? –pregunte aún sumergido en mis pensamientos.


–Si, ¿Porque?


–Mañana te traeré una sorpresa –le sonreí y me despedí de ella.


Por la noche y parte de la mañana me la pase practicando par tocar un dueto fenomenal a tu lado y valió la pena. En la tarde fui a tu casa y te dije que no miraras mientras yo entraba y que empezaras a tocar, tu cumpliste y comenzaste con la melodía. Al cabo de unos cuantos segundos empecé a tocar junto contigo pero en mi violín, te sorprendiste tanto y vi tu cara llena de felicidad. Fue ahí cuando te lo prometí…


–Akira…¿Recuerdas el secreto que te mencione antes pero que no te podía decir?


–Si, claro.


–Yo…jamás te convertiré en algo como yo ni te abandonare…nunca.


Al principio no lo comprendiste, pero pocas semanas después de que me marche supe, con esa carta, que si lo habías entendido.


*****Fin del Flash Back*****


–¿Ahora entiendes porque te lo dije? –me preguntó una vez que termine de relatar la historia solo que ahora se percibió un tono de sollozo entre cada palabra.


–Akira…yo nunca quise faltar a mi promesa pero…tampoco iba a dejar que murieras. Tienes que entender que no tenia opción.


–Si, claro y eso no lo pudiste pensar hace unas décadas mas atrás ¿verdad? –me contesto con un sarcasmo.


–Akira, está es la pelea más tonta en la que hemos estado, te portas como una niña –conteste un tanto fastidiado pero con dulzura.


–¡¿Tonta?!, tu eres el ¡Tonto!, no sabes cuanto de odio –resoplo su flequillo y se giro de nuevo par ver el exterior a através de la ventana.


Me acerque a ella con lentitud, y la rodee con mis brazos colocando mi mentón en un de sus hombros y susurrarle al oído –Que señorita tan sentida y problemática.


–¡Problema…–antes de que ella terminara con su palabra le robe uno de esos besos dulces e inigualables que duran pocos segundos. Cuando nos separamos Akira estaba totalmente ruborizada, mirando hacia otro lado.


–¿Qué ibas a decir? –me atreví a preguntar.


–Nada…no importa… –murmuro


–¡Que conmovedora escena! –resoplo una “persona” con un olor inconfundible para mi.


–¿Que quieres ahora Yahiro?


–Solo vengo a decirles chispa. Por si no lo recuerdas, Akira esta comprometida oficialmente conmigo desde hace varios “años”.


–¿A que quieres llegar?– pregunte con un tono de ironía .


–Te lo pondré en términos que entiendas…¡Akira será mi esposa te guste o no y voy a pelear por ella!
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Po si no se dan una idea de como va esta melodía, aquí les dejo un video por si acaso.

 

Después de un buen de tiempo aquí dejo mi continuación ^^
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Capitulo 8: Competencia… todo por el amor de Akira.


–¿Qué es lo que esta pasando aquí?

Tanto alboroto fuera de el aula de música atrajo la atención de los prefectos, los cuales dieron por hecho que el chico nuevo había iniciado una pelea con uno de los alumnos y que al ver a una señorita en medio de tanto alboroto, era por su culpa.

–Nada profesor, solo tropéese con mi compañero –sonrío levemente junto con su respuesta Yahiro.

–Así es prefecto solo fue un accidente –apoyaba la señorita Akira.

Mientras que el susodicho alumno recién ingresado no decía ni una sola palabra, mantenía el silencio tanto como podía mientras miraba no se que cosa en el suelo.

**********Por Akira**********
Lo que me faltaba, mis nervios estaban a punto de estallar pero aún quería acecinar a Sebastian, ¿Cómo se atrevió a meterse con mi memoria? Y sobre todo intentar confundirla o tal vez borrarla. Yahiro por su parte no tenía ningún derecho a reclamarle de esa manera como si yo no estuviera. Para colmo los prefectos no se iban y yo ya estaba perdiendo la cordura así que decidí interferir antes de que mi vampiro arruinara las cosas como siempre.

–Yo iba a mostrarle la escuela a nuestro nuevo compañero, cuando salimos nos tropezamos con Yahiro-san; así que con permiso debemos de seguir con nuestro recorrido –tomé a Sebastian de un brazo y comencé a arrastrarlo por el pasillo hasta llegar a una de las jardineras del patio trasero –¿Que es lo que te ocurre?

–¿De que? Solo soy un estudiante común y corriente.

–Ese es el problema; no eres tan normal como los demás Sebastian ¿Por qué te inscribiste en esta escuela?– Su mirada y expresión cambio cuando le pregunté pero ya no había marcha atrás, además necesitaba saber cual era la necesidad de el y de Yahiro al estarme persiguiendo en todo momento.

–La respuesta es sencilla, yo te amo y quiero estar contigo –me respondió de forma seria –además… no soporto cuando llegas de la escuela y vienes envuelta en ese olor tan repugnante de Yahiro… lo odio.

–Te comportas como niño chiquito, el y yo solo somos amigos.

–¡El no quiere ser tu amigo! ¿No lo entiendes? Ya lo escuchaste… Yahiro esta decidido a separarte de mi lado y yo… no lo voy a permitir –se apresuro a decir mientras tomaba mi mano apretándola un poco.

–¿Sebastian?

–Dime –levantó su mirada
.
Se quedo petrificado cuando me le acerque demasiado a sus labios hasta sellarlos con un tierno beso que esta vez yo había iniciado. Cerré mis ojos y profundice aún mas el beso enredando a las ves mis brazos en su cuello.

–Tramposa…

–¿Por qué?

–Estaba distraído… –Sebastian tomó un tono carmesí en sus mejillas y desvío la mirada, que a mi punto de vista parecía apenado.

La mañana paso con rapidez, Sebastian se acostumbro rápidamente a los profesores y mis compañeros lo aceptaban como si lo conocieran desde siempre. Las chicas por otro lado me veía con ojos de muérete, pues ahora tanto su Fuyiwara- “sama” como su Hanabusa- “sama” solo tenían ojos para mi y se habían declarado la guerra casi enfrente de toda la escuela; lo que ocasionaba un pequeño desequilibrio en mi vida que hace un par de semanas, era normal.

–Akira-Chan ¿Quieres almorzar conmigo? –se acerco a preguntarme cordialmente como siempre, Yahiro.

–Disculpa, pero ella comerá conmigo –se interpuso Sebastian.

–Lo siento Yahiro, pero prepare un obento para Sebastian y para mi, será en otra ocasión –fue todo lo que se me ocurrió decir.

¿Qué mas podía decir?, la verdad es que el obento era solo para mi pero no quería que se pelearan de nuevo; era tonto e inmaduro, pero… no tenia otra opción mas que aguantarlos cuando estuvieran juntos. Que por desgracia era casi todas las clases, debido a que mi mala fortuna se había cruzado en mi camino una vez más; y puesto a Sebastian de mi lado derecho y a Yahiro del izquierdo, dejándome en medio de un campo minado.

–¡Todos presten atención!

Un llamado alertó a todos y con ello su atención hacia el pizarrón donde la jefa de grupo escribía en letras grandes “Propuestas”.

–Bien, ahora que tengo su atención. Todos saben muy bien que el festival escolar esta muy cerca y las clases deben de elegir algo que interpretar como grupo que somos. Todo eso aparte de las competencias deportivas; así que debo de preguntarles, ¿qué es lo que quieren realizar?

–¡Una casa del terror!

–¡Una cafetería de cosplays!

Y así fueron dando diferentes ideas de lo que se podría hacer, la jefa anoto cada una de ellas menos las mas ridículas o complicas. Para después meterlos a votación.

–Bien. Estas son las opciones *Un café cosplay *Una casa de terror *Un planetario *Una obra teatral *Un concierto de Rock

Y así las propuestas escritas en la pizarra fueron botadas por los alumnos quedando como resultado ganador, el café cosplay. Al termino de la clase, la jefa de grupo repartió al azar una serie de papelitos para dar a conocer las labores que representarían cada uno de los estudiantes con respecto al café.

–Akira, ¿qué te toco?

–Soy la coordinadora junto con la jefa, ¿y a ti Kaho?

–Seré tu subordinada, ayudare con los disfraces y todo eso.

–¿Qué le abra tocado a Yume? –pregunté en voz alta.

–Creo que… le toca cocinar, junto con otras cinco personas.

Los preparativos siguieron su curso, aquellos con habilidades deportivas entraron en equipos, para competir en el festival. En este año se decidió que serian dos bandos; uno del sol y otro de la luna, pero… lo que no se espero es que causara tanto conflicto entre los alumnos por conseguir a los mejores jugadores, Yahiro escogió estar en el equipo del Sol y Sebastian por llevarle la contraria escogió el de la Luna. Yo en cambio me limite a dejarlo a la suerte, cuando a Yume se le ocurrió una despiadada idea.

–¡Atención a los equipos de la luna y el sol! –llamó por uno de los micrófonos de la escuela mi queridísima amiga –¡Ustedes sabrán quien es la mejor deportista de la escuela, ¿no?
Los murmullos entre ambos equipos comenzaron y las conclusiones se daban por si solas de modo que los pleitos empezaban.

–La mejor alumna en deportes que nos hizo ganar varios campeonatos fue… ¡Kumiko Akira!
Todos me miraron al termino en que casi querían comerme, el peligro se aproximo en forma de cientos de alumnos que me pedían ser su compañera, hubo varios que me jalaron e incluso cargaron. Cuando me encontré con las dos personas que menos quería ver en ese momento; Yahiro y Sebastian.

–Todo fue obra de Yahiro –acusó y señalo Sebastian.

–Creí que seria mas divertido una competencia por ver quien se queda con Akira –respondió sin inmutarse.

–¡Yo no soy un trofeo!

Callejón sin salida, eso era lo que tenia frente a mi; una multitud se acerco a mi rodeándome por completo exigiéndome responder en que equipo quería estar. Seguido de eso Yahiro se hizo paso entre la multitud y dio una propuesta que me puso los pelos de punta.

–¿No seria mas fácil hacer una competencia previa al festival?, y el ganador se queda con Akira –miro a Sebastian de forma desafiante – Tan solo abría una regla… solo un miembro por cada equipo.

–Estoy de acuerdo. Veamos quien se queda con ella, Yahiro.

Y así empezó una competencia absurda en que los candidatos, por ver quien “se quedaría conmigo”, se autoproclamaron; dando un doble sentido a esa pequeña frase.

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Espero os aya gustado y comenten por favor