El Aura Pokémon

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por pokejovat, 27 Febrero 2011.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    pokejovat

    pokejovat Guest

    Título:
    El Aura Pokémon
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    1547
    Hola, para los que no me conozcan soy Jovat y vengo con un nuevo fic que espero sea de su agrado. Espero que este fic tenga muchos lectores y este cap. es algo corto porque digamos que es como el prólogo de lo que va a suceder en la historia, pero no les diré más pistas y los dejo con el capitulo, espero lo disfruten y también del opening y ending…


    “A través del aura descubrimos nuestro verdadero estado interior”.

    Hay muchas personas que sirven para criar Pokemon, otras para entrenar a sus Pokemon y otras para curarlos.
    Hay una infinidad de seres humanos que se dan cuenta de por qué llegaron a este mundo y para qué.
    Pero para darse cuenta tuvieron que haber pasado por un sueño. Aquel sueño podría ser cualquiera y nadie puede intervenir en él más que tú mismo.
    Ese sueño antes de ser realizado necesita ser impulsado por ti y ese impulso te lo brinda la gente que aprecias en realidad.
    Tus seres queridos tuvieron que pasar por una situación difícil en la que se dieron cuenta de que si no cumplías tus sueños, jamás ibas a lograr nada en la vida.
    Tú aveces lastimas a esa gente que aprecias gracias a que una parte oscura de ti sale a flote y hiere los sentimientos y aveces los hieres más de lo que crees.
    Esa parte oscura de ti se hace llamar odio y es parte de los sentimientos.
    Los sentimientos son parte de un ser interior, un ser que nunca desaparece y jamás desaparecerá aún cuando mueres.
    Ese ser es llamado aura, y gracias a ella cumples tus sueños aunque tengas que pasar por una larga y difícil cadena.
    El aura siempre prevalecerá en tu interior y también de ti depende si quieres realizar tus sueños, ya que tienes que sacrificar lo que más aprecias para realizarlos.
    Todos los seres vivos poseemos un aura en nuestro ser interior y cada una de ellas es completamente diferente.
    Sin embargo dice una leyenda que hubo un aura especial que se le otorgó a una persona para salvar al mundo de una catastrófica situación.
    Aún no se sabe si esa leyenda fue real, o simplemente ese aura sigue rondando por aquí, pero lo que sabemos todos nosotros, incluso los Pokemon, es que algún día veremos desde nuestro corazón aquel aura nos guía hacia el camino correcto y también nos hará dar cuenta de que cada quién servimos para cosas distintas en aquel mundo extraño y a la vez maravilloso…

    Capitulo 1
    Un Aura en lo más profundo de nuestro interior.

    Nos encontrábamos en la región de Hoenn, exactamente en un bosque cerca de Ciudad Petalbrugo, ya que Dawn, una chica de cabellos y ojos azules iba a participar en el torneo de Hoenn para ganar la liga de Coordinadores Pokemon.
    Aquella jovenzuela iba acompañado por dos muchachos, uno de ellos era realmente despistado con las mujeres y a la vez buen cocinero.
    Se llamaba Brock y al lado de él se encontraba otro chico el cual su nombre era conocido por casi todo el mundo, era el campeón de la Liga de Sinnoh y un entrenador Pokemon magnífico.
    Era Ash Ketchum, un chico que jamás conocía la palabra “rendirse”, ya que siempre prevalecía en el camino hasta cumplir un sueño.
    Los tres iban directo hacia el lugar donde se iba a inscribir Dawn, sin embargo Ash recordó que tenía a alguien muy conocido por aquí.
    De hecho la consideraba más que una amiga, era alguien muy importante para él, al igual que su hermano, y cada vez que se acordaba de ella, sentía que un dolor en el estómago que lo invadía.
    - ¿Qué me pasa? – susurraba mientras se tocaba el estomago con una mueca de dolor.
    - ¿Qué? – se extrañó Dawn al ver si le hablaba su amigo, pero el negó con la cabeza fingiendo no haber dicho nada.
    - Creo que aquí acamparemos – avisó Brock al ver que la puesta del sol se estaba escondiendo por el horizonte.
    - Pero odio acampar – aclaró Dawn con reproche.
    Sin embargo reclamar fue nulo para la chica, ya que los tres no tuvieron otra opción más que quedarse en una tienda de acampar o estar en la intemperie rodeados de Pokemon salvajes.
    Los chicos tuvieron que colaborar para hacer las tiendas e ir por leña mientras Brock cocinaba y Pikachu descansaba al lado de él.
    No obstante esta joven ojiazul no se rendiría tan fácilmente puesto que nada le parecía, hasta que el azabache tuvo que hacer completamente todo.
    Una vez terminada las tres tiendas de acampar, se paró con dificultad y sacudió sus manos en forma victoriosa, pero su felicidad no duraría mucho, ya que Brock sacó una lata de sopa y vio a Ash con una mirada de “No creas que la sopa se calentará sola”.

    - ¿Dónde habrá leña? – preguntó al instante en que miraba hacia todos lados para ver alguna señal.
    Caminó y con mucho cansancio recolectó leña para que en ese instante fuera nuevamente hacia donde sus amigos estaban esperando ya ansiosos por comer.
    Caminó sin ánimo alguno por el sendero, y cargaba con fuerza el montón de leña.
    Hubo un momento en el que soltó aquella leña, puesto que ya no aguantaba más caminar y cargar al mismo tiempo.
    - Se supone que aquí estábamos – dijo rascándose la cabeza, lo que significaba que se había perdido por completo.
    Caminó nuevamente hacia atrás y trató de buscar algún lugar en donde estaban sus amigos. Pero no llegó más que a un acantilado.
    Sin embargo en aquel acantilado la vista estaba más despejada y pudo notar a un Pokemon volando por la noche.
    Era un Pokemon que a duras penas había reconocido.
    Ho-Ho se encontraba volando por la solitaria noche en una montaña oscura y nebulosa.
    Aquel Pokemon se paró en seco por los aires hasta ver desde una larga distancia al azabache que seguía prestando atención a cada movimiento que hacía.
    Ash notó que Ho-Ho lo miraba con atención y curiosidad. Un silencio absoluto reinó por todo el bosque hasta que por un momento Ash pensó que el tiempo se había detenido.
    Sintió que solo estaban él y Ho-Ho en el mundo entero, pero aquel Pokemon en un instante cambió su mirada de curiosidad.
    Ahora empezaba a alborotarse y el joven Ketchum se sorprendió al ver al ave legendaria con esa actitud.
    - ¡Hey, para! – gritó con rabia al verlo de esa forma, pero fue nulo ya que el Pokemon seguía volando con miedo por los aires.
    - ¡¿Cómo puedes comportarte así?! – esta vez se notaba más furioso hasta tal punto en el que sintió que la rabia lo invadía.
    El ave se detuvo repentinamente y miró sin sentimiento alguno al azabache que aún seguía furioso.
    El ave legendaria comenzó a brillar y abrió aún más los ojos del susto que se dio, puesto que notó algo en el interior del chico que lo intimidaba.
    El chico no tuvo tiempo para reaccionar y cayó en el suelo, sintiendo un ardor por todo el cuerpo y dolor inevitable. Su cabeza comenzaba a arder de tal forma que empezó a retorcerse por el suelo.
    Una especie de aura negra comenzó a rodear al chico, mientras notaba que el ardor ya estaba por todas sus venas.
    Comenzó a gritar y trató de abrir los ojos para ver si el ave aún seguía ahí, pero no podía, ya que el dolor era tan intenso que ni siquiera era capaz de hablar.
    Aquel dolor y ardor comenzaban a disminuir, y trató de aprovechar esa oportunidad para abrir los ojos y notar si el Pokemon legendario seguía ahí, pero antes de hacer eso quedó inconsciente en medio del bosque y sin recordar lo que había pasado.
    Pero justo antes de haber perdido la consciencia pudo notar que alguien lo estaba observando desde lejos… un Pokemon atrás de un árbol presenciaba todo lo que estaba sucediendo en ese momento y también brillaba con un aura azul en la oscuridad, no obstante Ash no fue capaz de reconocer a aquel Pokemon en la espesura que lo observaba con demasiada atención.

    Esta era la primera vez en la que aquel chico le sucedía eso, y no sabía el porqué del dolor y ardor que sentía en su cuerpo. Solo sabía una cosa que nadie habría podido descifrar en ese momento, algo que jamás se ha podido ver en todo este tiempo y que jamás había pasado en la historia. Sentía que un aura oscura lo invadía por completo…

    Todo era verdaderamente extraño para Ash y en verdad no sabía por qué le sucedía en especial a él, ¿Por qué entre todos en el mundo tenía que aparecerle el mismo Pokemon cada instante? ¿Qué acaso Ho-Ho estaba interesado en él o era simplemente consecuencia?¿Qué le hará aquel Pokemon que lo andaba vigilando con curiosidad?¿Ash morirá o sobrevivirá?¿Lo encontrará alguien en medio del bosque?

    Continuará…


    Me retiro y espero haya sido de su agrado.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  2.  
    Josef Barbera

    Josef Barbera Artista sin talento

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Octubre 2010
    Mensajes:
    298
    Pluma de
    Escritor
    hola!

    me gusto mucho el capitulo y la trama no vi errores ortograficos ni problemas de incoherencia etc etc...pero vi esto
    brock? despistado con las chicas??? creo que tuviste una confucion entre ash y brock ya que ash es el despistado y brock el cocinero
    no sera coincidencia?

    hasta la conti
     
  3.  
    pokejovat

    pokejovat Guest

    Título:
    El Aura Pokémon
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2032
    Gracias por poner manita arriba en facebook =), y por el comentario. Espero no cometer error, y si cometo alguno, haganme saber por favor.
    ____________________________

    Una chica despertaba alborotadamente de su cama, con todas las sábanas en el piso y casi despeinada.
    Sudaba gracias a la pesadilla que acababa de tener en ese preciso momento y en realidad pensaba que fue un raro sueño.
    Con dificultad se levantó de la cama y se colocó sus pantuflas para después colocarse una bata y salir de su habitación a tomar un poco de aire fresco.
    Mientras iba por el pasillo para bajar las escaleras pensó en que ese sueño era simplemente otro sueño cualquiera o realidad.
    Una vez que bajó las escaleras fue directamente a la cocina para servirse un poco de leche, pero torpemente tiró la leche al suelo en señal de que en verdad estaba preocupada.

    - Ese sueño… - susurró aquella jovenzuela mientras sus ojos zafiro brillaban a causa del reflejo de la luna en la ventana.

    Sin pensarlo dos veces salió con un paraguas en mano, ya que estaba diluviando en ese instante y salió corriendo al bosque para notar si esa pesadilla era cierta o no, aunque todos pensarían que estaba verdaderamente loca, porque ¿Quién iría a comprobar al centro del bosque si esa pesadilla era cierta o no?




    Capítulo 2
    Una Promesa algo apresurada

    Inmediatamente corrió para dirigirse al bosque aunque estaba un tanto lejos de donde estaba en esos momentos, pero no le importaba con tal de comprobar si ese sueño era realidad.
    Los charcos comenzaban a agrandarse a causa de la lluvia y los Pokemon del bosque se cubrían de las grandes gotas y algunos se alborotaban.
    Algunos rayos caían cerca de la muchacha que ya cansada corría adentrándose al bosque, y por ende, unos cuantos árboles caían casi aplastándola.
    El paraguas que lleva en la mano comenzaba a ser un estorbo para ella e inmediatamente lo tiró para continuar aún más rápido.

    - ¿Dónde estás? – Preguntó con desesperación la chica y con más aceleración empezó a acelerar con rabia.- Maldita sea, Ash…

    En efecto, esa chica que había tenido la pesadilla sobre Ash de aquella aura oscura que lo rodeaba y de aquel pokemon que lo vigilaba, todo era real, pero por alguna extraña esa joven soñó lo que realmente pasó en ese instante.

    Mientras en ese mismo lugar en el que se encontraba aquel entrenador Pokemon desmayado, aquel Pokemon que lo vigilaba detrás del árbol se iba acercando y no le importaba si se mojaba por completo al salir.
    El Pokemon iba acercándose paso a paso con un rostro inexpresivo y unos ojos tan intensos y tan azules al igual que el aura que lo rodeaba.
    Miró hacia el cielo fácilmente y notó que el ave legendaria ya no estaba ahí, aunque era difícil de ver a simple vista si un Pokemon estaba en el cielo gracias a la neblina que rodeaba la espesura.
    Una vez al lado del azabache se agachó y lo observó con tal frialdad que no sabía si iba a atacar o a ayudarlo.

    - Creo que Ash ya se tardó… - dijo por fin Dawn una vez que comenzó a llover en aquella madrugada tan fría.
    - No Dawn, es peligroso salir con este clima… - indicó Brock.
    - Lo sé Brock, pero ¿qué le sucederá a Ash?
    - Mas bien, ¿Qué le habrá sucedido? – dijo con un susurro para no despertar a Pikachu que dormía un tanto mal a causa de la tormenta.
    - Es por eso que tenemos que ir a buscarlo Brock, entiende que si no hacemos nada tal vez nunca lo volvamos a ver... – insistía la peliazul que comenzaba a ponerse un impermeable para salir, pero una vez que estaba saliendo de la carpa, Brock la detuvo por la muñeca.
    - Tienes razón, pero si no lo encontramos tú saldrás herida también.
    - Brock – nombró con desesperación la jovenzuela.- ¡¿Acaso tienes idea de lo que le está pasando en este mismo instante?!
    -¡No! ¡Pero debes de entender que es muy peligroso allá afuera con todos los Pokemon salvajes y esa tormenta tan devastadora!
    - ¡¿Abandonarías a un amigo para salvar tu pellejo, Brock?!
    El moreno se quedó en silencio mientras la ojiazul esperaba una respuesta, pero Pikachu se levantó tallándose los ojos y viendo si por algún lugar estaba su dueño, y al percatarse que no estaba ahí comenzó a gritar saliendo de la carpa seguido de Dawn y Brock que a duras penas tomó su impermeable y comenzaron a buscar al chico.

    El extraño Pokemon que estaba a punto de hacer algo inesperado con Ash se detuvo para cerrar sus ojos y concentrar su aura aún más para que en ese mismo momento aquella aura azul se incrementara más y una fuerza impresionante rodeó el aura.
    Ahora, aquel Pokemon con un aura impresionante y extraña se agachó nuevamente para agarrar al azabache…

    Aquella moza que iba corriendo desesperadamente para notar si aquel suceso había ocurrido iba buscando por todas partes y no gritaba su nombre para localizarlo porque supuestamente sabía que estaba desmayado.
    - Diablos… - se paraba en seco para buscar por otra parte pero de repente por entre las hojas de los árboles, los arbustos y la lluvia comenzó a brillar una luz que la cegó casi por completo, así que se cubrió los ojos con su brazo y caminó hacia aquella luz.

    Brock y Dawn junto con Pikachu corrían gritando su nombre.
    - ¡Ash! – decían al unísono sus compañeros.
    - ¡Pika pi! – sollozaba aquel roedor pasando sobre los charcos lodosos.
    - No hay señal de él – finalizó Brock, pero inesperadamente aquella luz cegadora los cubrió por completo y los tres miraron la cielo para ver de dónde provenía aquella extraña luz.
    - ¿Qué diablos es eso? – contestó Dawn de una forma desesperada.
    - ¡Por allá! – avisó Brock cuando creyó de dónde podía venir esa luz.

    Aquel Pokemon de repente comenzó a tocar el pecho del azabache y el aura azul de la criatura comenzó a desvanecer lentamente, sin embargo notó que alguien estaba acercándose hacia él por lo que se apresuró para no ser detectado.
    - ¡Hey! – Gritó con preocupación aquella chica de ojos zafiro que andaba buscando al azabache con apresuramiento.- ¡Detente ahora mismo!

    Aquella criatura aún no terminaba lo que estaba haciendo, así que no reaccionó en lo absoluto.
    - ¡¿Qué es lo que le estás haciendo?! – Dijo entrecortada la jovenzuela.- ¡No le pongas tus manos encima o sino…!
    Sin embargo su expresión cambió inesperadamente ya que notó que un pokemon tan extraño rondaba por aquí, y no había visto uno desde hace mucho tiempo.
    - Tú… - dijo con más calma y curiosidad.- ¿Qué hace un Pokemon como tú por aquí? ¿Y qué le estás haciendo a Ash? ¿Qué es esa luz que te rodea? ¡Contéstame!

    - Son muchas preguntas…- dijo inesperadamente el Pokemon a lo que la chica se impresionó bastante que no pudo hablar.- Por favor cuida bien de él…

    El Pokemon se acercó hasta que la joven y quedaron frente a frente, por lo que le entregó al chico con dificultad en sus brazos, aunque después lo dejó tirado casi en el suelo ya que no aguantaba su peso.
    - T-tú e-eres… - tartamudeaba con asombro la jovenzuela.
    - Por favor… no le hagas saber a Ash sobre mi existencia – indicó el Pokemon ya nuevamente en la sombra del árbol.- Es una orden…
    - P-pero… - dijo torpemente la chica en señal de confusión.- ¿Por qué q-quieres que no le diga a… Ash?
    El Pokemon se quedó por un momento en silencio y subió a la rama de un árbol significando que estaba por irse.
    - ¡Un momento! – Reaccionó la muchacha de ojos zafiro.- ¿Por qué quieres que le cuente a Ash que te vi? – dijo con mas calma en sí misma.- ¿Y qué era lo que le hacías?

    - ¡Ash! – se escuchaban voces por lo lejos.- ¡Ash! ¡¿Dónde estás?!
    Aquel Pokemon en las sombras miró hacia el lugar de donde provenían las voces, así que no hubo momento de explicar.
    - Sólo promete que no le dirás que me viste y también protégelo, porque no quiero que muera, sobretodo no quiero que se enfade … - dijo con frialdad aquel Pokemon -…May.
    - ¿Cómo sabes mi nombre? – dijo rápidamente May con un nudo en la garganta a causa de que se le hacía conocido ese Pokemon.
    - Sólo hazlo… -- sentenció la criatura.- Es por su bien.
    Aquellas voces se iban acercando y unas siluetas se iban divisando por el sendero.
    - Solo dime una cosa – dijo la chica antes de que aquel Pokemon se hubiera ido.- ¿Qué le ocurrirá a Ash si le digo?
    - Aún no es el momento – dijo para que después se fuera escalando por los árboles hasta perderse entre la niebla y la espesura.
    May quedó confusa por un momento y se quedó contemplando el lugar en donde había desaparecido aquel raro Pokemon que hablaba.
    - ¡Ash! – Gritó Dawn para que fuera hacia el entrenador que estaba aún inconsciente y recostado en las piernas de May.- ¡May! ¿Qué haces aquí?
    - ¡¿Qué le sucedió a Ash, May?! – preguntó Brock mientras cubría a Ash con una manta.
    - ¡Pika pi! – dijo el roedor preocupado mientras veía a May e iba hacia las piernas de su entrenador.
    - May… - nombró Dawn al notar que May no contestaba.- ¿Sucedió algo?
    - No… - negó la coordinadora aún con ese comportamiento extraño.
    - ¿Entonces? – preguntó Brock con desesperación.

    May recordó la “promesa” que había hecho con ese Pokemon, pero no estaba segura si mentir o no, pero al recordar lo que había dicho aquella criatura…

    “Sólo hazlo… -- sentenció la criatura.- Es por su bien.”

    ¿Acaso le ocurrirá algo malo a Ash? ¿Se lastimará si le dice que vio a ese Pokemon? ¿Si no es así, que sucedería?
    May, sentía que algo no andaba bien, y si quería proteger a Ash con quien pasó mucho tiempo juntos recorriendo Hoenn y viviendo muchas aventuras, tenía que confiar en ese extraño Pokemon.

    “Son muchas preguntas…- dijo inesperadamente el Pokemon a lo que la chica quedó bastante atónita por el que no pudo hablar.- Por favor cuida bien de él…”

    “Cuidaré de ti Ash” – pensó decididamente May.- “Lo prometo”

    -¡May! – gritó Dawn para esperar una respuesta y aquella se sobresaltó al oír su nombre.
    - Sólo resbalo, pero está bien – mintió la chica mirando hacia el cielo, recordando aquel suceso tan extraño que había tenido hace algunos instantes y aunque no sabía absolutamente nada sobre lo que sucedía, ni siquiera tenía la más remota idea de lo que le pasaría a Ash si le decía acerca de aquel Pokemon, tratará de hacer su mayor esfuerzo para proteger a Ash
    ¿Por qué?
    Porque tal vez sienta algo por él, o tal vez, simplemente quiera protegerlo…

    “Sólo promete que no le dirás que me viste y también protégelo, porque no quiero que muera, sobretodo no quiero que se enfade… - dijo con frialdad aquel Pokemon.-…May.”

    - Lo haré – susurró mientras miraba a Ash, por el que se preocupaba, aunque no sabía lo que pasará en un futuro con él.
    Continuará...

     
  4.  
    Josef Barbera

    Josef Barbera Artista sin talento

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Octubre 2010
    Mensajes:
    298
    Pluma de
    Escritor
    ahh!!! quien era el pokemon sera mewtwo a tenido aventuras con ash no era mew si es mas genial no? ah!!! nose pero quiero conti si quiero conti!!!

    el cap estubo demasiado bueno no vi ningun error espero con ansias la conti osea
    hasta la conti!!!
     
  5.  
    pokejovat

    pokejovat Guest

    Título:
    El Aura Pokémon
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2228

    Capitulo 3
    Algo que quiero ocultar…

    Nos encontrábamos en una habitación donde un chico aún seguía inconsciente después de aquel suceso tan extraño que había sucedido.
    Sin embargo aquel azabache se movía constantemente y sentía que el corazón le latía rápidamente.
    En aquella habitación solitaria solamente se encontraba él y una chica de cabellos castaños que tenía puesta su pijama.
    Esa jovenzuela era May que miraba atentamente al joven que se notaba desesperado y gritaba con todas sus fuerzas y con preocupación el nombre de Ho-Oh.
    No obstante la muchacha estaba preocupada por otra cosa además de todo lo sucedido anteriormente.
    ¿Por qué tenía ese instinto de proteger a Ash? ¿Acaso sentía algo por él en lo más profundo de su corazón?
    - Ash Ketchum… - nombró con una sonrisa la jovenzuela.- ¿Por qué siento un extraño sentimiento por ti?
    De repente recordó aquel día importante cuando Ash aún era su compañero.

    /////////////Flashback///////////////

    Un grupo de personas estaba en un hermoso atardecer mientras aquellos Tailow trataban de conseguir un lugar en los árboles.
    El sol estaba por esconderse por el océano y no my lejos de donde estaba el grupo podía divisarse un ferry que estaba a punto de partir, así que aquel grupo andaba algo apresurado.
    - ¡Vamos Max, tenemos que abordar a pronto! – gritaba May, aquella joven de ojos zafiros.
    Su hermano asintió con decisión y apresuraron más el paso, y una vez que llegaron frente al ferry que conducía a Johto, el más joven subió a bordo mientras se despedía de Brock.
    - Espera… - se paraba de pronto la castaña en señal de que quería despedirse de su par de amigos, con los que pasó grandes aventuras.
    - Está bien May, pero no te tardes – dijo su hermano para que después se despidiera de Ash y Brock y esperara a su hermana mayor.
    - Brock… - nombraba cabizbaja la joven.- Adiós y suerte con las chicas – esbozó una sonrisa tierna mientras Brock sonreía, pero al instante supo que estaba siendo ofendido aunque siguió con su misma actitud.
    Ahora, era turno de despedirse de un chico al que May jamás olvidará, un joven que consideraba su maestro más que nada y que siempre la ayudó en cualquier situación.
    - Sé que es difícil despedirse… - admitió el azabache con la cabeza por lo bajo al igual que Pikachu.
    La moza de ojos zafiro acarició al Pokemon de Ash y aquel producía un gruñido tierno.
    - Adiós Pikachu… - dijo soltando una pequeña lágrima.
    - No tienes que llorar – dijo cabizbajo el muchacho.- Sé que eres fuerte…
    La jovenzuela se quedó en silencio sabiendo que en el fondo, el azabache tenía la razón.
    - Sé que pronto nos volveremos a ver – dijo de repente alzando la cabeza y mostrando una sonrisa de oreja a oreja.- Y por eso te quiero regalar esto May.
    El joven sacó un collar plateado en forma de pokebola, que brillaba con intensidad por el reflejo del sol.
    - Ash… - dijo dibujando una tierna sonrisa en su rostro.- No tenías que… - sin embargo aquel chico le colocó un dedo en sus labios para que callara.
    - No tienes que agradecerme… es un pequeño obsequio para que me recuerdes.
    La joven quedó atónita y el chico se colocó atrás de la muchacha para colocar el nuevo collar en su cuello.
    - ¿Por qué? – Preguntó confundida May.- ¿Por qué haces esto?
    - ¿Hacer qué? – se extraño el joven al verla con confusión.
    - ¿Por qué me regalas cosas cuando yo no he hecho nada por ti? – Preguntó, pero aquel chico aún no respondía.- Quiero decir… yo no merezco estos presentes cuando yo no te he dado nada.
    - No quiero que me des nada… - se colocó nuevamente en donde estaba para ver los ojos de la chica mientras su Pikachu asentía.- Somos tus amigos y eso es lo que hacen.
    - Pero… - aún seguía insistiendo la castaña.- ¿Sientes algo por mí? ¿Es por eso que te comportas así conmigo?
    Aquel muchacho nuevamente bajó la cabeza con perplejidad y su Pikachu quedó observándolo mientras la zafiro esperaba una respuesta.
    -Yo… - decía tratando de no soltar una lágrima.- Si quieres puedes devolverme el collar.
    - ¡No! – dijo tratando de no malinterpretar las cosas.- Solo quiero saber si tú sientes algo por mí.
    Hubo un silencio incómodo en el muelle y poco a poco el cielo iba tornando de un anaranjado intenso a uno púrpura. Tan solo los Wingull podían romper aquel silencio en señal de que volaban sobre el océano en busca de un refugio.
    El ferry tan pronto hizo sonar una chimenea y Max se asustó, por lo que subió sin pensarlo dos veces y se despidió de Brock.
    - ¡Vámonos rápido hermana! – apresuró desde la cubierta del ferry.
    - Bueno… - dijo la chica volteándose y aferrándose al collar con mucho cariño.- Creo que mejor olvídalo, no tiene sentido y perdón por preguntarte eso, soy una estúpida.
    - No digas eso… - reaccionó el azabache al oír ese insulto.- Yo no tenía que haberte dado nada.
    - ¿Qué? - rió con deterioro la castaña.- En verdad aprecio lo que me has dado, y te prometo que cuidaré este collar como signo de nuestra amistad.
    - De acuerdo… - decía con un sonrojo el pelinegro, pero May no podía notarlo a causa de que la gorra cubría su rostro casi por completo.
    - Está bien – dijo mientras se alejaba.- ¿Entonces es un adiós para siempre?
    - No lo creo – contestó inmediatamente el azabache.
    En un instante la zafiro se acercó al muchacho y le dio un beso en la mejilla para después salir corriendo hacia el ferry donde su hermano la esperaba.
    - Adiós… - susurró Ash atónito mientras se tocaba con suavidad aquella mejilla sonrojada y esbozaba una pequeña sonrisa.
    El ferry comenzaba a avanzar y en ese mismo instante Brock, Ash y Pikachu se despidieron de sus dos amigos mientras se perdían de vista en aquel océano.

    /////////////Fin del Flashback/////////////

    May después de recordad eso tuvo un leve sonrojo y se descubrió el collar que tenía escondido entre la ropa.
    - Sé que siento algo pequeño por ti – sonrió y en ese instante aquel entrenador estaba por despertarse.
    - ¿Eh? – se extraño el azabache al notar que alguien le hablaba, por lo que se levantó con embrollo ya que se notaba algo mareado después de haber tenido un extraño suceso.
    - Hola… - dijo en un susurro la coordinadora al verlo ya despierto.
    Ash volteó a ver dónde estaba y con quién estaba, pero al notar que se encontraba con May tuvo un leve sonrojo que no presintió la muchacha y después sonrió en señal de que no la había visto por mucho tiempo.
    - Hola May – saludó el entrenador con ansias, pero después sintió un dolor en la espalda por lo que inmediatamente la chica castaña se paró y ayudó al azabache a recostarse.
    - No tienes por qué esforzarte Ash – indicó la zafiro.- Has tenido mucho por hoy.
    - ¿Qué? – dijo de repente el entrenador.
    - Quiero decir… - titubeó la chica al recordar la promesa con ese Pokemon.- Al salir al bosque te golpeaste con una rama ¿Qué no recuerdas?
    - Sinceramente… - dijo mientras contemplaba hacia la ventana fría y oscura.- Sentí que algo oscuro me rodeaba cuando dormía.
    La chica quedó atónita al mismo tiempo que escuchaba al muchacho.
    - Pero no recuerdo absolutamente nada de lo que me pasó y además no sé cómo llegué aquí.
    - Yo te encontré cerca del bosque y ahora estamos en mi casa, ya que estabas cerca de Ciudad Petalburgo– mencionó con una sonrisa, pero repentinamente se le borró al recordar lo que el Pokemon le hacía a Ash en el bosque.
    - Maldito Brock, dijo que aún faltaba mucho para llegar a ciudad Petalburgo… - avisó con un poco de confusión.- Por cierto ¿Dónde están Brock, Dawn y Pikachu?
    - Ellos están allá afuera esperándote – mencionó May.- Pero tienes que descansar, así que no quiero que te pase nada.
    - May… - dijo aún confuso el chico mientras trataba de acomodarse en la cama.- ¿Por qué haces esto?
    - ¿Hacer qué? – preguntó May perpleja.
    - ¿Por qué me fuiste a buscar? ¿Y por qué me llevaste a tu casa para cuidarme? – preguntó desviando la vista con nerviosismo.
    - Yo… - mencionó torpemente agarrando con fuerza aquel collar que le había dado.- Sólo quiero protegerte.
    - ¿Eh? ¿Protegerme? – Preguntó atónito el azabache.- ¿Protegerme de qué?
    Hubo un silencio inquieto en la casa y sólo el viento de aquella ventana rodeaba la habitación por completo.
    Ash no pudo apresurar a la joven a contestar ya que se notaba con algo de tristeza y confusión, pero en ese instante notó que estaba recordando algo que no quería decir la muchacha.
    - ¿Pasa algo? – preguntó tratando de levantarse de la cama para estar a su lado.
    - No… - dijo recordando aquella promesa con el Pokemon.
    - ¿Entonces, por qué quieres protegerme? ¿Acaso sientes algo por mí? – mencionó Ash mientras tenía una especie de “Dèjá Vu”.
    - Quiero protegerte porque eres mi amigo – dijo cerrando los ojos con la cabeza en lo bajo para que no se le notara un sonrojo en sus mejillas.- ¿Acaso no es lo que hacen los amigos?
    - Pero ¿De qué quieres protegerme? – dijo con ya una desesperación en su ser.- ¿Acaso me ocurrirá algo malo?
    - Yo… - titubeó la castaña por unos segundos.- Será mejor que me vaya – dijo parándose de la silla para salir por la puerta.
    - ¡Espera! – Alzó una mano el chico para que no se vaya.- Por favor… sólo dime una cosa.
    La jovenzuela se quedó un momento en la puerta para escuchar la pregunta del entrenador Ketchum.
    - ¿Qué es lo que me ocurrirá? ¿Quieres decirme algo que yo no sepa? ¿Y sobretodo, sientes algo por mí para que tengas ese instinto de protegerme? – se podía notar una gran desesperación en el muchacho, que al parecer ya estaba levantado de la cama y aún con dolor en su espalda quería saber la respuesta de May.
    - Son muchas preguntas… - mencionó May recordando que esa misma respuesta le había dicho el Pokemon hablador.- Sólo te diré algo.
    - P-pero… - tartamudeó el chico con una confusión increíble.
    - ¿Acaso tu me respondiste cuando estábamos en el muelle? – preguntó la cabizbaja mientras sujetaba fuertemente la puerta a causa de la rabia y tristeza en su interior.
    - Sé que me ocultas muchas cosas que quiero saber – trató de cambiar el tema el joven que se acercaba con mucha dificultad a la chica.- Sé que hay algo en tu interior que quiere decirme algo que no sé.
    La muchacha, tratando de no llorar sintió la mano del chico en su hombro, pero no reaccionó ante eso ya que estaba más concentrada en aquella promesa que había hecho.
    - Te quiero proteger para que no te pase nada Ash – dijo con un nudo en la garganta la jovenzuela que sentía una lágrima recorriendo su mejilla.- Y eso es lo que hacen los amigos ¿No?
    - Lo sé, pero de qué me quieres proteger… - mencionó mientras se observaba un dolor en el muchacho a causa de que no estaba descansando en la cama.- ¿Qué es lo que tratas de evitar? ¿Algo malo me estará por sucederme?
    - ¡No lo sé! – gritó con rabia y llanto la chica a espaldas suyas.- ¡Tengo miedo de perderte, porque eres mi amigo y sólo eso! ¡Eres alguien importante para mí, pero ni creas que siento algo por ti, sólo te considero como un maestro… un amigo y sólo eso!
    En eso se agitó para quitar la mano del muchacho que estaba en su hombro y salió corriendo por el pasillo hasta bajar por las escaleras.
    Aquel muchacho se recostó ya sin dolor en la cama y colocó las manos en su rostro en señal de lo que acababa de hacer.
    - Soy un imbécil… - admitió para que entonces se quedara dormido y esperara hasta el amanecer.
    Continuará...

     
    • Me gusta Me gusta x 1
  6.  
    Pipilup

    Pipilup Estrella errante

    Géminis
    Miembro desde:
    13 Marzo 2011
    Mensajes:
    141
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Me encanta tu historia!!!
    En especial por lo que Ash y May evidentemente sienten el uno por el otro!
    Espero con ansias el siguiente capítulo!
    Avisame cuando este listo.
    Hasta la próxima!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  7.  
    Josef Barbera

    Josef Barbera Artista sin talento

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Octubre 2010
    Mensajes:
    298
    Pluma de
    Escritor
    jaskjaskjaskjaskjasjkasjka en esos casos uno siempre termina diciendose a si mismo que es un imbecil :D

    y muchas gracias por avisarme ehh me gusta mucho mucho tu fic y la reaccion de may fue como rara o.O? nuevamente no vi ninguna falta de ningun tipo... espero con ansias la conti osea...

    hasta la conti!!!!!!
     
  8.  
    pokejovat

    pokejovat Guest

    Título:
    El Aura Pokémon
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2362
    Gracias a Piplup y Babuska por sus ocmentarios, espero que les agrade el capítulo a todos los que lo lean... =)​
    Capítulo 4
    Sentimientos Falsos

    Nos encontrábamos en la habitación de May, donde Ash aún seguía arrepentido por lo que le había dicho a la muchacha.
    - Soy un tonto – admitía el joven al tratar de pararse, pero aún no podía.
    Un silencio rodeó toda la habitación y por más que aquel chico quería levantarse no podía y aunque ya estaba por amanecer, aquel azabache no dormía porque algo le inquietaba.
    - ¿Será después de que me desmayé? ¿Será algo que ocurrió en ese instante? – se susurraba a sí mismo el chico contemplando el techo.- ¿Qué es lo que me quiere ocultar?
    Se paró poco a poco de la cama, hasta quedar sentado en ella, sin embargo no podía pararse por completo.
    Trataba de recargarse en un escritorio o en algo para poder pararse, y sin embargo no lograba hacerlo.
    - Mierda – insultó el azabache al instante en que nuevamente se acostó para rendirse.
    Algo comenzó a no andar bien en él, ya que sintió que las heridas sanaban rápidamente, como si fuese invencible; sentía una especie de poción mágica en todas las partes de su cuerpo, especialmente en su pecho y ahora podía notarse una pequeña aura dorada rodeando al muchacho que estaba con los ojos cerrados fingiendo no poder hacer nada, pero al instante en que notó que ya no le dolía absolutamente nada, pudo pararse sin preocupaciones.
    Una vez hecho eso se observó sus manos o su espalda, que le dolía en especial, para ver si no tenían alguna clase de súper poderes.
    Ahora sentía como si nada hubiera pasado, ya que estaba más que bien, se notaba fuerte y sano, por lo que en ese momento salió sin pensarlo dos veces del cuarto para ir hacia donde se encontraba May, pero al llegar al pasillo se encontró con Max, que al percatarse de su presencia se impresionó.
    - ¡Ash! – Gritó a los cuatro vientos.- ¡Mamá, Papá! ¡Ash está aquí!
    Caroline y Norman, que estaban en la sala subieron rápidamente a ver si era cierto lo que decía su hermano, y en efecto una vez que lo vieron parado ahí lo saludaron.
    - May me contó que te habías desmayado en el bosque – expresó Caroline muy preocupada.
    - Deberías estar descansando – propuso Norman colocando sus manos en los hombros del entrenador para dirigirlo a la habitación.
    - No, enserio estoy bien – decía tratando de dar la media vuelta para bajar las escaleras.
    - ¿Seguro? – preguntó Norman pero Max lo interrumpió.
    - ¡Sí Papá, Ash se ve como si nada le hubiera pasado! ¡Además tenemos que inscribir a May al concurso Pokemon al igual que Dawn! – decía emocionado.
    Norman se acordó que ya no les quedaba más tiempo para inscribir a las muchachas por lo que se apresuró a arreglarse mientras dejaba sólo a Ash junto con Max.
    - ¿Y ahora qué hacemos? – decía Max entusiasmado.
    Ash no tuvo otra opción que llamar a su Pikachu y prestárselo al niño para deshacerse de él.
    -¡Gracias Ash! – agradecía para irse junto con Pikachu a entrenar a otra parte.
    El azabache bajó rápidamente las escaleras y se encontró con sus dos amigos que platicaban a gusto.
    - ¡Ash! – dijeron los dos al unísono pero Ash no se percató de su presencia, ya que solo quería ver a May.
    - ¿Han visto a May? – dijo apresuradamente.
    - No, pero ¿Cómo te encuentras? – dijo Dawn preocupada.
    - Bien – dijo al instante.- pero ¿Saben dónde está?
    - Vimos que salió sin decirnos nada hace un rato ¿Por? – mencionó Brock, pero una vez que terminó de responder aquel azabache ya no estaba entre ellos puesto que salió por la puerta sin decir nada y aquellos dos jóvenes se quedaron perplejos ante esa acción y decidieron no seguir al entrenador.
    El chico salió al jardín de la entrada donde se encontraba la coordinadora y esperaba a que todos estuviesen listos para ir hacia el lugar de las inscripciones del concurso Pokemon, sin embargo al ver el azabache a la castaña notó un pequeño sonrojo en sus mejillas, ya que se veía más hermosa que antes.
    - May… - decía aquel chico impresionándola por completo.
    La jovenzuela al percatarse de que estaba atrás suyo no dijo nada y trató de ignorarlo.
    - Yo… - le resultaba difícil al entrenador.- Yo lo siento.
    La muchacha lo ignoraba como si nadie estuviera cerca de ella.
    - Perdón por mi comportamiento de antes y perdón por pensar que me andaba ocultando algo, yo nunca pensé que te preocuparas por mí.
    - Entonces antes de que ocurriera eso ¿Pensabas que no me preocupaba por ti? – Fue nulo ignorar al chico, ya que contesto inmediatamente.- ¿Antes pensabas que no me importabas?
    - No – trató de interponer el chico.- Lo que quiero decir es tan solo un perdón.
    - ¿Un perdón? Pues no lo acepto – reía de forma tonta la castaña.- Yo ya no aceptaré más disculpas tuyas, siempre hieres a la gente y después solo lo arreglas con un perdón…
    - ¡¿Qué?! – Decía impresionado el azabache.- ¿Ahora piensas que yo hiero a cualquiera?
    - Sí… - admitió con tristeza la zafiro.
    - ¡¿A quién crees que hiero?! – decía con rabia el chico.
    - A mi… - susurró cabizbaja May mientras una lágrima recorría su mejilla y el viento la desviaba hasta caer en el césped.
    - ¿Por qué te he lastimado, eh? ¿Solo con pensar que me habías ocultado algo te he lastimado? ¿Por haberte dicho que sentías algo por mi?
    - ¡No! – sollozó en voz baja la muchacha.
    - ¿Entonces? – dijo con odio el chico, pero sentía poco a poco que un ardor inmenso lo estaba por cubrir.
    - No lo sé – admitió May con tristeza.- Sólo… yo…
    - ¡¿Qué?! – Mencionó rápidamente el azabache con desesperación.- ¿Qué he hecho mal?

    /////////Flashback//////////////

    Una muchacha se encontraba en su habitación de aquel Centro Pokemon, mientras viajaba con sus tres amigos por la región de Hoenn, pero a altas horas de la noche se despertó algo inquieta, ya que notó a alguien que no estaba en su respectiva cama.
    - ¿Ash? – susurró lo jovenzuela May para notar si su amigo estaba por la habitación, pero no hubo señales de él.
    Salió silenciosamente por la puerta para no despertar a Brock y Max y caminó por un pasillo, pero notó algo extraño.
    - Rayos… - decía con algo de confusión un joven en la recepción del CP.- ¿Por qué no puedo dormir?
    De repente se sentó en un sillón carmesí, mientras seguía.
    - ¿Por qué cada vez que pienso en ella siento un cosquilleo en el estomago? – se preguntó pero se dio cuenta de que alguien estaba ahí, por lo que se asomó y en efecto, era su amiga que estaba espiándolo.
    - ¡May! – Dijo algo sonrojado mientras trataba de no sonrojarse aún más.- ¿Qué es lo que haces aquí?
    - Es lo mismo que te iba a preguntar… - admitió para después sentarse al lado del chico.
    - ¿No puedes dormir, eh? – Preguntó con curiosidad el azabache.- Igual yo.
    Se quedaron en silencio por un buen rato, contemplando aquella recepción vacía en la que los dos se inquietaban.
    - Oye Ash… - dijo May de repente para romper ese incómodo silencio.- ¿Quién es en la que no dejas de pensar?
    - ¿Qué? – se impresionó el chico y se sonrojó, pero May le colocó la mano en el hombro para que se lo dijera.
    - Vamos, confía en mí – susurró la castaña con una sonrisa tierna.
    - Yo… - titubeaba el muchacho algo impresionado.- No es nadie…
    - Sé que te gusta, dímelo… - dijo May con nerviosismo y un sonrojo leve en las mejillas.
    - Creo que es hora de dormir – cambió de tema Ash mientras se notaba nervioso.- ¿Puedo decirte mañana, May?
    - Claro… - decepcionada la muchacha acompaño al azabache.- Pero me dices mañana – ordenó la chica ya un tanto desesperada por saber quién era la chica a la cual le gustaba Ash, que era ya seguro de quién se trataba.
    - Si May – dijo sonrojado el muchacho para entrar a la habitación y dormirse.

    A la mañana siguiente, la coordinadora se levantó a hora muy temprana mientras los demás estaban dormidos y miró con algo de felicidad a Ash, que al parecer ya estaba impaciente por saber qué persona era la que le gustaba.
    Mientras los demás se levantaban, la chica fue por algo de desayunar fuera del Centro Pokemon y una vez que terminó fue a un puesto de flores para regalárselas a alguien que lo consideraba más que a un maestro…
    Ya en el Centro Pokemon caminó por el pasillo muy entusiasmada, pero cerca del pasillo había dos personas y una de ella era Ash junto con un chico de cabellos verdes que sinceramente parecía una lechuga (como odio a este tipo, pero tendrá que salir tarde o temprano -_-).
    May se recargó en la pared para escuchar lo que decían antes de que le fuese a regalar las flores al chico que le gustaba.
    - ¿Qué haces aquí Drew? – Ash mencionó con algo de enfado.
    - Sólo vengo a desearle suerte a May en el concurso de mañana, que creo que la necesitará...- expresó en un tono presumido mientras en su boca llevaba una rosa.
    - Sabes que May no necesita tu suerte… - dijo con enfado el chico.- Ella es muy buena coordinadora Pokemon.
    Al decir eso, hubo un leve sonrojo por parte de la cooridnadora al mismo tiempo que seguía escuchando.
    - Se nota que te gusta… - reía con intensidad el chico de cabellos verdes.- ¿Por qué no se lo dices ya?
    - ¡Ella no me gusta, maldito!
    - ¿Y por qué en la mayoría de las ocasiones te he visto comportándote muy bien con ella? ¡Vamos dime! – preguntó de forma victoriosa Drew, sabiendo que Ash no tenía ninguna excusa por eso.
    - ¡Te he dicho que no me gusta! ¡Sólo me comporto bien con ella porque es mi amiga!
    - ¿Tu amiga eh? ¿Y acaso alguien se comporta demasiado bien con una “amiga”? – dijo Drew.
    - ¡Ella ni siquiera me gusta, además yo nunca quise que ella fuera mi amiga, sólo se me unió a mi viaje y ya! ¡Yo nunca pedí que fuera conmigo, pero me acompaño y ¿Qué puedo hacer?! – mintió el azabache.
    Inmediatamente el chico enfurecido se fue sin decir alguna palabra y giró hacia la derecha para ir por otro pasillo, pero se detuvo al ver unas flores maltratadas y tiradas en el suelo.
    - ¿quién habrá dejado esto aquí? – mencionó con algo de tristeza por las flores.

    /////////////Fin del Flashback////////////////

    - ¿Dime por qué te he lastimado May? – dijo con rabia el muchacho, pero May recordando lo que había pasado hace mucho salió huyendo del lugar hasta perderse por un sendero, mientras el muchacho con rabia se quedó parado y la siguió.
    - ¡May! – Dijo de repente el azabache cambiando de actitud.- ¡May!
    Corrió y buscó a la jovenzuela de cabellos castaños, pero no la encontró ya que ella se había adelantado mucho.
    - Diablos… - dijo con desdén mientras corría hasta que paró por un momento.- ¿Dónde estará?
    El azabache no se rindió y comenzó a buscar por entre todos lados, casas, árboles y hasta que notó un camino vacío y oscuro.
    El cielo comenzó a oscurecer, significando la llegada de una tormenta inmensa. Un viento rodeó a Ash por completo, pero no le importó y siguió su camino hasta entrar a un callejón para ver si aquella chica se encontraba.
    - ¡Rayos! ¡May! – gritó para encontrar a la jovenzuela, pero solo notó nada más que una rabia inmensa en su cuerpo.
    - ¡Aghhh! – dijo una vez que comenzó a dolerle todo el cuerpo a causa de un ardor inmenso por sus venas y sus músculos.
    Su cabeza comenzó a arder a tal punto en el que sintió que le iba a explotar, y sus piernas comenzaron a alborotarse hasta retorcerse por completo.
    - ¡¿Qué me pasa?! – gritaba como nunca, tocándose la cabeza a causa del dolor.- ¡Aaghhhhhh, May! ¡May! ¡Ayuda! ¡Aghhhhhhhh!
    Un eco se produjo por aquel callejón al mismo tiempo que May corría cerca de ahí con las manos en la cara, señal de que estaba triste y sollozando, pero al escuchar ese eco se paró en seco para oír mejor.
    May trató de oír mejor aquel eco que apenas y se escuchaba y al parecer estaban gritando su nombre, pero solo notó como un viento la rodeaba hasta que siguió corriendo entristecida por lo que había ocurrido…

    Continuará...

     
    • Me gusta Me gusta x 1
  9.  
    pokejovat

    pokejovat Guest

    Título:
    El Aura Pokémon
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2742
    Gracias a todos los que leen mi fic y lamento la demora.​
    Capítulo 5
    El reencuentro

    Una muchacha iba corriendo por la calle, mientras aquella tormenta estaba por presentarse, sin embargo al ya no poder correr más volteó hacia atrás para observar si nadie la seguía, y una vez comprobado se dirigió a un parque vacío y se sentó en el primer columpio que vio, para llorar en silencio.
    May se notaba frustrada y confundida. Un sosiego envolvió aquel parque tan deprimente y solitario y aquellas gotas de lluvia comenzaban a mojar poco a poco a la castaña.
    - Ash… - al pronunciar ese nombre comenzaron a humedecerse los lindos ojos zafiro de la muchacha.- ¿Por qué tuve que conocerte? ¿Por qué tuviste que estar en mi camino?
    El viento rozó el rostro de la muchacha y aquella pañoleta limón que estaba situada en su cabeza salió volando en señal de que la tormenta que se estaba avecinando iba a ser realmente fuerte. Sus cabellos se alborotaron y aquellas coletas se deshicieron para mostrar un cabello alborotado.
    De repente la muchacha comenzó a mostrar un collar que tenía puesto en el cuello y al sacarlo lo sujetó con mucha fuerza. Lo desprendió de su cuello con brusquedad y lo aventó hacia lo más lejos lo que podía significar que ya no quería ver más a ese chico.
    - ¡Te odio! – grito a los cuatro vientos para que entonces se recargara en sus piernas y comenzara a llorar al instante en que se columpiaba con tristeza.

    Ash notaba cómo el ardor comenzaba a sentirse con más potencia a cada segundo y no aguantaba aquel dolor de cabeza que parecía que iba a estallar.
    Sus huesos comenzaban a doler a tal punto en que pensó que algunos se le habían roto y los músculos se le estiraban enfriándose por completo.
    - ¡Diablos! – sollozaba con una voz dolorosa al mismo tiempo que cerraba los ojos a causa de aquel dolor tan inmenso que jamás había sentido.
    Sin embargo se detuvo por un momento, ya que notó que esto le había ocurrido antes, pero no lograba recordad en qué momento le ocurrió.
    - ¡Aghhh! – el dolor comenzó a experimentarse nuevamente y el muchacho como si no hubiera un mañana se retorció por todo el callejón.
    - ¡¿Por-por qué?! – gritaba el muchacho tratando de adivinar los sucesos extraños que le estaban sucediendo, aunque era imposible ya que con ese sufrimiento no era capaz de pensar en nada más que en no morir.
    Abrió los ojos y notó solo la neblina de aquel callejón, así que no le quedaba de otra más que pensar que éste era su fin.
    Ya no iba a poder ver a sus amigos otra vez, no iba a despedirse de su amigo de toda la vida, Pikachu. Pero lo que le más preocupaba era que no pudo perdonar a May por ser un maldito egoísta.
    Al recordar eso, aquella rabia que hace unos momentos era remplazada por dolor, surgía nuevamente gracias a todas las estupideces que había cometido en su vida.
    No pudo decirle a May lo que verdaderamente sentía por ella, ni siquiera pudo cumplir su sueño de poder estar con ella alguna vez como algo más que amigos o tan siquiera probar haber estado con ella, sentir su cabello castaño o ver cuando sea sus brillantes ojos zafiro.
    - ¡Ah! – suspiró de rabia y en ese mismo instante unas cuantas lagrimas salieron de sus ojos para caer lenta y firmemente en el piso.
    - Yo… - ahora su dolor se había ido entretanto se situaba ya parado en aquel oscuro callejón.- Me odio…
    Al decir eso sentía que la felicidad nunca estuvo dentro de él jamás y que no valía la pena tener una vida como la de aquel azabache.
    Una sonrisa macabra y a la vez de tristeza se formó en el rostro de aquel muchacho, mas sin embargo se notó como empezaba a llorar silenciosamente.
    - ¡May! – Sollozó en la neblina.- ¡¿Qué es lo que tienes para hacerme sufrir?!
    Ahora, con brusquedad se arrodilló en el suelo para que en seguida un aura oscura comenzara a formarse alrededor de él.
    El viento comenzó a soplar fuerte y la basura de aquel callejón salió disparada por todas partes. El polvo se alzaba de forma que parecía que un tornado estaba por surgir y el chico comenzó a apretarse la cabeza en señal de que un ardor inmenso ocurría dentro de su cabeza.
    - ¡Aghhhhh! – sollozaba pero se notaba cómo le gustaba aquel odio profundo.
    El Aura poco a poco comenzó a agrandarse hasta que el chico se paraba sin problema, no obstante aún con ese dolor en su mente.
    En ese preciso momento levantó la cara y algo distinto había en él. Unas pupilas sin vida miraban a todas partes, unos ojos oscuros observaban el mundo a como lo hacía anteriormente, y una mente en blanco indicaba que ahora ya nada era confiable para él, todo era distinto para el muchacho Ash.

    May, que estaba tirada en el suelo se levanta de la impresión mientras se sacude algunas cuantas hojas y nota que aquel lugar donde se encontraba no era el sitio en donde había tenido aquel sueño, ya que no estaba en aquel columpio.
    - ¿Qué hacía desmayada? – dijo inmediatamente, sin embargo recordó aquel sueño que tuvo por segunda ocasión sobre Ash.
    Hizo una mueca de sufrimiento al imaginarse si aquella pesadilla era real o no, pero aún era si el azabache estaba a punto de morirse.
    - ¡Ash! – sollozó y sin más preámbulos corrió por las calles para encontrar al joven que podría estar en cualquier lugar.
    - May, recuerda… - se decía a sí misma mientras corría con tal adrenalina y las gotas de lluvia comenzaba a aumentar al igual que los rayos.- Estaba en un callejón…
    Ahora la castaña trataba de recordar aquel sueño tan extraño que tuvo y giró hacia la derecha y luego hacia la izquierda.
    - ¡¿Dónde estás?! – gritó desesperadamente seguido de un sollozo.
    Aquellos cabellos sueltos de la zafiro comenzaban a ser molestos para su vista y se le dificultaba aún más con la lluvia.
    - ¡Ash! – gritó por última vez en señal de que le preocupaba aquel joven al cual adoraba con toda su intensidad.

    Mientras tanto en el bosque, alguien pudo sentir ese terrible sentimiento de culpa y desesperación que la chica había tenido.
    Ese alguien, iba escalando los árboles rápidamente al instante en que notaba cómo aquella tormenta estaba por ocurrir.
    Esa criatura se paró por un momento en la rama de un árbol enorme y subió hasta la cima, para que entonces se colocara en una posición extraña y cerrara los ojos para visualizar mejor lo que sucedía.
    En aquella mente de la criatura pudo verse a una chica desesperada mientras gritaba el nombre de un joven al cual le estaban ocurriendo cosas extrañas y malas, por lo que en ese mismo instante abriera de un salto los ojos y se dirigiera al lugar en el cual ocurría esto.

    -¡Vamos! – gritaba con desesperación.
    Iba por todos lados para divisar entre la densa niebla y la fuerte lluvia si aquel entrenador Pokemon en verdad le ocurría esto, no obstante la muchacha estaba segura de que sería realidad ya que presintió lo mismo la noche anterior.
    Aquella desesperación y tristeza en la que se encontraba la jovenzuela fue detenida gracias a algo que observó a lo lejos en el cielo. Era una luz intensa de un tono azulado, por lo que sin pensarlo dos veces fue directamente hacia ella.
    Se detuvo bruscamente y trató de mirar de donde provenía esa luz aunque le costaba trabajo ya que las gotas que viajaba tan rápido como podían golpeaban el rostro de la castaña, así que tuvo que colocar sus manos en la frente para poder observar mejor su alrededor.
    Se fue acercando poco a poco por entre las calles y los edificios a aquella señal, aunque le costaba trabajo porque el aire en sus pulmones iba disminuyendo y su corazón latía rápidamente no solo por el cansancio, sino también por el nerviosismo de pensar en qué es lo que le estaría haciendo ese Pokemon a Ash. Y en efecto sabía que aquel Pokemon ya estaba haciendo lo que fuese a Ash gracias a esa luz cegadora y extraña.
    Cruzaba las calles y llegaba a callejones tratando de ver de dónde provenía aquella luz que estaba ya aún más cerca, sin embargo ahora se podían escuchar sollozos a lo lejos de un chico que sufría como nunca.
    - ¡Ash! – nombró May al saber que esa voz sollozante era de aquel muchacho y por ende apresuró el paso aún más.
    Ahora su única señal eran aquellos gritos de dolor que emitía el joven ya que la luz que la guiaba había desaparecido por completo.

    Una vez que llego a donde estaba el joven entrenador, en vez de ir a ayudarlo se detuvo en seco y su actitud de una chica preocupada cambió a una de odio.
    Sintió que la rabia la invadía por completo y sus ojos zafiro se volvían oscuros y vacíos ya que no solo Ash estaba en ese callejón.
    - Nos volvemos a ver May… - dijo aquel Pokemon en la oscuridad del pasadizo.
    - ¡Tú! – Señaló con enojo.- ¿Qué le hacías a Ash? ¡Y quiero que me contestes de una buena vez!
    - Tranquila – dijo con calma mientras cargaba al muchacho que ya estaba inconsciente.- Te aseguro que no le pasará nada.
    - ¡Deja de mentir maldito Pokemon! ¡Dime qué le hacías!
    Hubo un silencio que reinó por completo a los dos seres que se encontraban en el callejón, sin embargo las gotas de lluvia y la rápida aceleración de May rompían con ese incómodo sosiego.
    - May… - nombró el Pokemon cerrando los ojos en señal de decepción.- ¿Acaso no te quedó claro?
    - ¡No! ¡Ni siquiera me has dicho qué es lo que le haces! – grito acercándose más a su sitio.
    - No – negó con la cabeza.- Me refiero a nuestra promesa…
    La zafiro resaltó los ojos de la impresión causada por recordar aquella promesa que se le había olvidado por completo.
    - Ya te dije que no quiero que Ash se enfade – dijo con un tono más agresivo.- O sino pasa esto…
    En ese momento aquel Pokemon empezó a absorber aquella luz extraña que había servido como señal para la castaña.
    El chico inmediatamente despertó nombrando a la joven con dolor, ya que su cuerpo empezó a arder con mucha intensidad y un dolor en su cabeza lo hacía sollozar aún más.
    Aquellos gritos de dolor son los que no aguantaba la muchacha ya que al escucharlos empezó a llorar en silencio imaginándose lo que se sentiría aquel dolor que tenía el azabache.
    - ¡Para de una buena vez! – se dijo cubriéndose el rostro con sus manos en señal de sufrimiento.- No quiero que sufra…
    - Entonces deberías tomarte más enserio esto May… - gritó el Pokemon.- Es por el bien de Ash.
    - ¡¿Qué bien?! ¡¿Acaso le ocurrirá algo malo?! – la muchacha estaba llena de confusión en esos momentos.- ¡¿Qué le pasará si se enfada?! ¡¿Y por qué tengo que entrometerme en esto?!
    - ¡El morirá! – un rayo cayó cerca de ahí mientras el Pokemon decía eso y la muchacha se quedaba atónita por la noticia; apenas negaba con la cabeza significando que eso no era cierto.
    - M-mientes… - titubeó con una cara de horror y tristeza.- E-eso que dices n-no es cierto.
    - Créeme May – mencionó con razón el Pokemon.
    - ¡¿Cómo puedo confiar en ti?! ¡Ni siquiera sé qué clase de Pokemon eres!
    - ¿Te has preguntado por qué tienes esos sueños tan extraños en relación con Ash? ¿Sabe lo que está pasando realmente con él? ¿Acaso sabes qué esta por ocurrir?
    - ¿Qué? – Dijo con impresión al mismo tiempo que trataba de quitarse el cabello de la cara.- ¿Qué tiene que ver Ash con todo esto? ¿Cómo sabes que esos sueños son reales?
    - May… - nombró el Pokemon como si nunca se cansara en decirlo.- Sólo te haré una pregunta…
    - ¿Y tu acaso has respondido alguna de mis preguntas?
    - Eso no es importante ahora – dijo inmediatamente.- Sólo te haré una pregunta que ni tú misma me podrás responder… ¿Tú amas a Ash?
    La joven ahora si estaba en una confusión plena que se colocó de rodillas en el suelo y cabizbaja, se arrancó el collar que le había dado a Ash.
    Lo observó con detalle y no respondió a aquella pregunta que le había dicho el extraño Pokemon.
    - Que tiene que ver todo esto… - dijo inmediatamente.- Esa pregunta no viene al caso.
    - Pero si lo amas en verdad protégelo con tu vida – expresó dejando al chico en el suelo.
    - Yo sólo lo protegeré para que no muera – susurró aferrándose al collar en forma de pokebola.- ¿Pero de que morirá? ¿Sobretodo quién eres tú?
    - Yo… - lo dudó por un momento el Pokemon antes de responderle a la muchacha.- No puedo decirte.
    La moza sin saber lo que hacía se paró de golpe y agarró el collar aún con más fuerza que antes motivo de la ira que empezaba a fluir por su cuerpo.
    - ¡¿Acaso no te atreves a decirme tu nombre?!
    El Pokemon se iba alejando poco a poco notando que esto no andaba bien.
    - Creo que te he dado la información necesaria, ya has visto suficiente – admitió comenzando a irse.
    - ¿Por qué no puedo saber quién eres? ¿Y qué es lo que le hacías a Ash? – preguntaba constantemente esas dos preguntas que le interesaban.
    - Creo que sabes perfectamente quién soy May…
    La chica comenzó a observar por entre la oscuridad al Pokemon que estaba frente a ella, sin embargo solo pudo ver aquellos ojos rojizos de la criatura.
    - Tú… - dijo atónita tratando de adivinar.- Tú eres un…
    - No digas nada – interrumpió de repente el Pokemon.- Creo que ya sabes suficiente y me ordenaron no revelarle a nadie mi identidad.
    - ¿Cómo dices? ¿Tienes a alguien que te ordena?
    El pokemon asintió pero la chica comenzó a reírse de forma torpe.
    - Ahora resulta que no puedes decir quién eres y tampoco me puedes decir qué le haces a Ash ¿cierto?
    - Cierto – asintió nuevamente el Pokemon aunque la joven tomó esa respuesta como una broma.- Si te digo todo lo que sé, creo que se lo revelarás a Ash.
    - ¿Y qué tiene de malo que le diga?
    - No puedo decirte… - contestó de inmediato tratando de calmarse aquel Pokemon.- Pero sólo te diré una cosa.
    - ¿Qué?... – dijo con intriga la muchacha disminuyendo la fuerza con la que apretaba el collar.
    - Cuídalo… - dijo empezando a escalar las paredes como si fuera una telaraña.- Cuida de su…
    Aquello último no lo pudo escuchar a la perfección la castaña, ya que los tímpanos de ambos casi reventaron al oír una explosión a unos metros de donde se situaban.
    - ¿Qué rayos…? – sollozó la chica volteando a ver lo que pasaba.
    Y en efecto, a lo lejos se podía divisar difícilmente un helicóptero que acababa de disparar cerca de ellos.
    - ¡Maldita sea! – dijo el Pokemon cayendo al piso y un poco atónito por lo que acaba de suceder.
    May sin pensarlo dos veces trató de ayudarlo pero nuevamente aquel helicóptero disparó un misil nuevamente dando casi en el blanco.
    La chica salió disparada estrellándose en una pared mientras el Pokemon se levantaba a duras penas.
    - No… - el Pokemon volteó a ver a May que aún seguía un tanto despierta y escuchaba al Pokemon.- No puede ser.
    - ¿Qué sucede? – sollozó la chica parándose con una heridas un tanto graves.
    Los ojos rojizos de aquel Pokemon se dirigieron al azabache que seguía desmayado por aquel suceso tan extraño que le acababa de ocurrir, sin embargo aquella mirada hacia el entrenador significaba algo más que una preocupación y nerviosismo.
    - Ellos… - dijo señalando al helicóptero.- Tratan de capturar a Ash…
    Continuará...

     
    • Me gusta Me gusta x 2
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso