One-shot de Naruto - El atuendo equivocado

Personaje: Ibiki Morino; Hinata Hyuuga
Actividad: Palabra por palabra
Palabra: ridículo

El atuendo equivocado​

Tres horas y poco más. En realidad, Hinata llevaba discutiendo con su novio sobre su atuendo ideal para la boda desde que habían recibido la invitación y ella, le dijo que tendría que alquilar un traje.

Ibiki observó su guardarropas con precisión de cirujano y expresión molesta cada vez que ella rechazaba un atuendo porque no era adecuado a la ocasión. No veía nada formal en su armario y lo único que podía usar, estaba segura de que no iba a quedar nada bien para a celebración.

Ella tenía claro qué es lo que debía hacer y hasta qué atuendo podía ser el que le sentara mejor al ninja, pero era cabezota como para ceder. Ni con un atuendo tradicional quería ir.

—P-pero si tú usas un hakama negro y ese haori tan bonito, podré ir con este bonito kimono —dijo ella enseñándole la prenda para ir a tono los dos a la celebración.

Ibiki negó y metió las manos en el bolsillo de su sobretodo.

—Me veré ridículo con eso.

—Has dicho que te verás ridículo con cada prenda que he sugerido —respondió Hinata por lo bajo suspirando y volviendo a colgar en el perchero las prendas que habían sido catalogadas con un no rotundo.

Dejó a Ibiki mirando la ropa, aunque bien sabía que no iba a conseguir nada por su cuenta, por eso mismo, Hinata decidió mirar un poco más por su cuenta para poder tener una idea de qué sugerirle.

Volvió a tomarlo de la mano y llevar con calma al ninja frente al maniquí que estaba luciendo el frac. Hinata le dedicó una adorable sonrisa y él la miró para luego suspirar y pasar la mano por sus ojos.

—Seré tu peor pesadilla si me haces usar eso — afirmó con media sonrisa y lejos de tenerle miedo, Hinata contratacó con el mismo tono bajo de siempre, pero con mucha seguridad:

—No volveré a hacer enokitake[1] para ti.

El rostro de Ibiki quedó desencajado ante el contraataque de la mujer. Miró el frac y la vio volver con un sombrero de copa. Estuvo a punto de decir algo para conservar la bandana ninja al menos y sin si quiera pronunciar sonido, ella silabeó nuevamente el nombre de su comida favorita e Ibiki se vio derrotado. Era uno de los mejores ninjas en investigación y tortura de toda la aldea y una jovencita le había ganado usando apenas unas pocas palabras.

Vio pasar a un empleado y lo agarró del hombro. El joven casi tembló ante la mano enorme que vio y sintió fuertemente apretándole el hombro. Ibiki le dijo su talla y esperó al muchacho volver con la prenda. Apretó los labios con los brazos cruzados mientras golpeaba con el pie rápidamente el suelo esperando impaciente la ropa: cuánto más rápido terminase con esa tortura, mejor sería.

Vio a Hinata de medio lado y ella le dedicó una hermosa sonrisa que lo hizo sonrojar y apenas volvió el empleado, tomó la ropa y se dirigió directamente a pagar.

—Nos vamos —aseveró sin voltear a verla.

Hinata se apresuró a acompañarlo, dejando el sombrero sobre el mostrador. El joven que los atendió la miró y luego, dirigió la mirada hacia Ibiki con cierto miedo a hablar con él por la imponente figura y que lo veía sumamente molesto como para ser él quién potenciara esa molestia con un comentario indebido.

Tomó la caja con las prendas que acababa de comprar y salieron de ahí con rapidez. Sin embargo, al salir del local, tuvo la forma de quedarse parejo con su novia. Se inclinó hacia ella para susurrarle al oído:

—Elegiré tu vestido.

Apenas soltó esas palabras, se rio y volvió a su semblante tranquilo, aunque igual de imponente, mientras que Hinata, por el contrario, no sabía cómo ocultar el sonrojo de su rostro. Se cubrió con las manos y al instante siguiente, lo siguió titubeando, agarrándolo del brazo sin poder pronunciar una sola palabra de manera correcta.

Sólo quería que eligiera uno que no tuviera mucho escote.

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[1] Seta en forma de aguja muy común en Asia, muy común como ingredientes para sopas y salteados con tofu y vegetales.