Historia larga El arma Boek

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 13 Octubre 2016.

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    Bahamut

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    Bien, un capítulo con mucha acción.

    Ese Hkras le demostró a Tiberio quién tiene los cojones más grandes. Algunos ya son parejas y otros tontamente creen que tienen oportunidad(Nikolai). Espero que los humanos empiecen a mejorar su trabajo en equipo, de otra forma, las cosas se volverán a complicar como en un principio. De seguro el arma está en uno de esos laboratorios que mencionó Cleexor. Fue interesante conocer el lado más emotivo de Tiberius que se mostraba anteriormente como un tipo frió y hasta un poco distante con el resto de sus compañeros.

    Nos estamos leyendo.

    Saludos y suerte.
     
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  2. Threadmarks: Búsqueda - Parte 2: Herida
     
    Agus estresado

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    El arma Boek
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    Bueno, ya tengo listo el segundo capítulo correspondiente a la parte Búsqueda. En este capítulo hice algo que llevo una gran cantidad de capítulos sin hacer, no porque no quisiera hacerlo, sino porque no lo consideraba el momento adecuado para eso. Sin embargo, no les voy a revelar demasiado.

    También quiero avisarles que este capítulo me salió largo, y que tal vez el capítulo siguiente sea algo corto comparado con este, pero como he dicho antes, yo hago los capítulos hasta el punto en el que los considero que cumplieron con su objetivo. Y hay un acontecimiento en este capítulo que no podía dejar para el próximo.

    Sin más que decir, disfruten la historia.


    Búsqueda – Parte 2: Herida


    En la noche, todos los soldados estaban reunidos en la sala central para que pudieran hablar de lo que había ocurrido en la pelea en contra de los vofkridianos que el grupo de Tiberio, Asher, Kate, Uriel, Ismael y Alison había tenido que librar. Todos estaban algo preocupados de que los vofkridianos hayan regresado al planeta Boek, pero lo que no dejaba de sorprenderles era la proposición que Hkras les había hecho a los soldados. En lugar de eliminarlos, les daría una oportunidad de que se rindieran, la cual, lógicamente no iban a tomar. La FOT fue creada para detener a Hkras, no para aliarse a él. Estaba claro que iban a necesitar de una estrategia mejor y más tiempos de entrenamiento si es que querían vencerlo.

    — Ninguno de nosotros va a arrodillarse ante él — decía Simón a todos sus soldados — Debe haber una forma de derrotarlos, no pueden ser invencibles.

    — Si hay alguna manera de vencerlos, tenemos que encontrarla rápido — dijo Sixto — La próxima vez que nos veamos con ellos, será una pelea de vida o muerte.

    — No les vamos a ganar solamente entrenando — decía Benjamín — Hemos mejorado mucho desde nuestro primer encuentro con ellos. Logramos eliminar a los gyot y a varios de esos esqueletos, y varios de ustedes mataron a los raocos. Pero a pesar de todo eso, no hubo nada que hacer contra ellos.

    — Separarse no es una opción — dijo Asher proponiendo una idea — Hkras y su grupo solamente eran cinco personas. Escuché que él mencionó a un tal Veg o Veiy, o algo así, lo cual quiere decir que se dividieron para cubrir más terreno.

    — Lo que estás queriendo decir es que si todos nosotros vamos juntos, tendríamos una posibilidad mayor de derrotarlos — respondió Morani a lo dicho por Asher.

    — Cuando luchamos todos juntos fuimos vencedores — respondió Uriel — El segundo encuentro con los vofkridianos desde que llegaron, en la guarida de Cybershark, en la pirámide… Cada vez que estuvimos todos conseguimos superar a nuestros enemigos.

    — El problema es que no nos enviaron aquí para superar a nuestros enemigos — dijo Nikolai dando su opinión — Estamos aquí para encontrar el arma Boek. Kendrick nunca nos dijo que debíamos eliminar a Hkras, o a Cybershark, o a ninguna de las criaturas de aquí.

    — Pero no podremos encontrar el arma si Hkras nos mata — le respondió Kate objetando las palabras de Nikolai — Y la próxima vez que nos veamos, eso es lo que pasará.

    Nikolai estaba algo molesto porque su idea, a pesar de coincidir con el objetivo de la misión, no era considerada como la mejor por parte de sus compañeros, en especial por Kate. Simón escuchó todo lo que sus soldados dijeron y llegó a una conclusión. Estaba claro que una amenaza como la de Hkras iba a requerir de una estrategia mejor.

    — Veo que no tenemos opción — les dijo la espada de plata — Voy a tener que enviarlos a todos juntos. Es la única manera en la que Hkras no podrá ser una amenaza para ustedes.

    — ¡Pero así tardaremos más en encontrar el arma! — respondió Nikolai algo molesto por no tener la razón.

    — La próxima vez que luchemos contra Hkras será la última, porque no habrá forma de escapar — le respondió Alison muy seriamente — Solo hay dos formas de terminar esa pelea: ganamos y vivimos, o perdemos y morimos.

    — Alison dice la verdad — dijo Tiana — Esto solo se reduce a dos posibilidades.

    — Mañana los tendré que enviar en dos equipos diferentes — les dijo la espada de plata — Pero esa será la última vez.

    Todos estaban sorprendidos de que Simón, a pesar de que había decidido que ya no los iba a dividir, los iba a enviar en equipos diferentes igual que el día de hoy. Se estaban preguntando qué era lo que tenía planeado la espada de plata para ellos.

    — ¿Cuál es tu idea? — preguntó Ismael queriendo saber qué era lo que Simón quería.

    — Estoy seguro de que Hkras acaba de llegar, y que no sabe nada de los tigrazules — le respondió la espada de plata — Él seguro piensa que son criaturas sin inteligencia. Enviaré a cinco de ustedes a que hablen con Blurg. Podemos hacer que él y más tigrazules exploren el lugar buscando en donde se esconde. No vamos a atacarlo, pero saber su posición nos dará ventaja. Ellos pasarán desapercibidos para él.

    — No había pensado en eso — respondió Asher — Es una estrategia inteligente.

    Luego de esas palabras, Tiberio, quien aún seguía frustrado por el resultado de la batalla se retiró de la sala central. Todos quedaron algo intrigados por el comportamiento del rompe huesos.

    — ¿A dónde vas? — le preguntó Sixto sin saber qué hacía.

    — Entrené toda mi vida para derrotarlo, y aun así no fue suficiente — le respondió Tiberio sin detenerse — Eso quiere decir que necesito más entrenamiento — luego de esas palabras, el rompe huesos se volteó y miró a Simón fijamente — No estoy listo todavía.

    Simón entendía el verdadero significado de esas palabras. Su soldado se refería a tener que llevar el cargo de ser la espada de plata, pero el resto de sus compañeros entendieron que el rompe huesos no estaba listo para derrotar a Hkras. Todos estaban verdaderamente nerviosos, principalmente los que habían ido a la misión del día de hoy. Habían escuchado la historia de cómo Jerry, quien era el mejor en su época, no pudo hacer nada en contra de Hkras. Y ahora, Tiberio, el mejor de la FOT actualmente tampoco había podido contra él. El emperador vofkridiano había derrotado a dos de los mejores soldados que tenían, lo cual era bastante alarmante. Estaba más claro que nunca que necesitaban sí o sí del arma Boek si es que querían una oportunidad para vencerlo.

    Después de explicar la estrategia para el día siguiente, Simón les dijo a todos sus soldados que se retiraran a descansar, dado a que los necesitaría bien despiertos para el día siguiente, sobretodo porque ese día también les tocaría ir separados.

    Varios soldados se retiraron a sus habitaciones de inmediato para irse a dormir. Kate, quien ya se había acostado, sintió como golpeaban su puerta.

    — Adelante — dijo la chica creyendo que se trataba de Asher.

    Para su sorpresa, no se trataba de su novio, sino de Nikolai. El cual ya tenía permiso para entrar a la habitación.

    — ¿Qué quieres? — preguntó Kate algo molesta con la presencia de Nikolai.

    — No quiero quitarte mucho tiempo, así que seré breve — le dijo Nikolai — Dime, ¿Hkras te golpeó?

    — Todos nosotros fuimos golpeados — respondió la chica de Francia algo intrigada de la pregunta de su compañero.

    — ¿Y Asher hizo algo para evitarlo? — le preguntó Nikolai — Porque él estuvo ahí.

    — Él también fue atacado por los vofkridianos — respondió Kate.

    — Lo que quiere decir que él no fue capaz de protegerte del enemigo — le respondió Nikolai algo serio — No sé si debas quedarte cerca de Asher. No es demasiado bueno peleando. Primero en la cueva, Xorcut lo golpeó y eso causó la muerte de Naomi. Luego escuché que si no hubiera sido por Tiberio, los esqueletos los habrían matado. Y ahora la misión del día de hoy… Asher es pésimo para las peleas. Él no te puede proteger.

    — Tiberio también fue derrotado — respondió Kate — Tú no habrías podido hacer nada contra él.

    — Error, yo haría cualquier cosa por protegerte del peligro — respondió Nikolai — No estuve ahí en la pirámide, ni en la misión de ayer por las decisiones incorrectas de Simón. Pero te juro que si alguna vez te veo en peligro, haré lo que sea por salvarte. Aunque me cueste la vida.

    Antes de que Kate le pudiera contestar algo al chico ruso, este salió de la habitación, dejando a su compañera tranquila. Kate seguía impresionada de que Nikolai aún siguiera manteniendo la mentira de lo que pasó en la cueva el día del primer ataque, y creyó que él lo iba a seguir haciendo hasta que no dijera que ya sabía la verdad. La impresión que Nikolai generó en la chica francesa no mejoraba, sino que empeoraba. Cada vez que Nikolai le mentía, el aprecio de Kate hacia Asher por su sinceridad aumentaba. La chica francesa decidió olvidar lo que su compañero le dijo y se puso a dormir.

    […]

    En un lugar alejado a varios kilómetros de la nave, sucedían otros acontecimientos. El lugar era una cueva oscura, pero con un enorme hueco en el techo el cual dejaba entrar algo de luz para que la oscuridad en el lugar no fuera total. Había cuatro máquinas en funcionamiento en ese lugar. Dos de ellas tomaban partes metálicas y las estaban ensamblando juntas de forma automática. Otra de ellas estaba haciendo un análisis, el cual estaba pronto a terminar; y la otra máquina del lugar no estaba desempeñando ninguna función.

    Cybershark estaba mirando fijamente a la máquina que estaba realizando el análisis, acompañado por unos veinte robots aproximadamente. El líder de las máquinas de ejecución observaba como la máquina estaba a punto de completar un análisis verdaderamente importante. Aunque no podía evitar sentirse molesto por un motivo particular.

    — Es demasiado aburrido sin Xorcut — decía Cybershark al resto de sus robots, que no podían responderle — Nunca imaginé que lo iban a destruir, de lo contrario habría traído un chip de reproducción de voz para crear otro como él. Ahora voy a estar hablando conmigo mismo hasta que regresemos a Tech 001.

    Finalmente el análisis que la máquina de Cybershark había terminado.

    — Es hora de ver los resultados — dijo la máquina de ejecución.

    En la máquina aparecían, aunque escrito en lenguaje binario, tres textos diferentes. El primero y el segundo decían “negativo”, mientras que el tercero decía “positivo”. Cybershark se alegró con el resultado que había obtenido del análisis.

    — Lo sabía — se decía para sí mismo — Ahora solamente tengo que probarlo. Si esto funciona tal y como lo dice mi máquina, voy a eliminar a todos mis obstáculos.

    […]

    Ya habían dado inicio los primeros minutos de luz del día en el planeta Boek. Nada más al despertar, todos los soldados, exceptuando a Tiberio, acudieron hacia la sala central listos para partir en la misión de hoy, la cual iba a ser la última misión en la cual iban a ir divididos en dos equipos diferentes.

    — ¿Dónde está Tiberio? — preguntó Simón algo intrigado por no verlo ahí.

    Todos los soldados fueron a la sala de entrenamiento, acompañados por la espada de plata. Cuando llegaron allá vieron a su compañero entrenando. El rompe huesos se había colocado varias pesas adhesivas a las piernas y los brazos y estaba realizando ejercicios de resistencia y velocidad, corriendo y dando saltos con todo el peso que cargaba.

    — ¿Estuviste entrenando toda la noche? — le preguntó Sixto al verlo — Estás completamente loco.

    — Si quiero asesinar a Hkras, tengo que prepararme — respondió el rompe huesos — Hoy no voy a ir en la misión. Solamente voy a quedarme entrenando, y cuando todos regresen, quiero que vengan a la sala conmigo. Vamos a practicar coordinación en nuestros ataques.

    Todos se retiraron de la sala de entrenamiento dejando a Tiberio solo ahí. Estaba claro que él tenía una obsesión con derrotar a Hkras, y no habría nada que lo pudiera convencer de cesar el entrenamiento. Para ahorrar tiempo, Simón y los demás soldados se fueron a la sala de vehículos.

    — Si Tiberio se queda quiere decir que solo serán diez — les dijo la espada de plata — Asher, Kate, Sixto y Benjamín van a ir a hablar con Blurg y los demás tigrazules. El resto de ustedes partirá en una misión de exploración. Al igual que otros días, si encontramos algún posible lugar en donde pueda encontrarse el arma, mañana irán a explorarlo todos juntos. En caso contrario, cambiaremos la ubicación de la nave otra vez.

    Nikolai estaba verdaderamente sorprendido de que a pesar del paso de los días, aun no le tocaba ir en una misma misión con Kate, lo cual estaba empezando a parecerle extraño. Aunque esta vez no estaba tan molesto, ya que sabía que a partir del día de mañana, todo el grupo iría unido otra vez.

    Simón fue a la sala central y les abrió la puerta a los equipos, quienes partieron cada uno hacia su destino.

    Asher, Kate, Sixto y Benjamín aceleraron para poder llegar rápidamente con Blurg y el resto de los tigrazules. No tardarían demasiado, dado a que la última vez que cambiaron la ubicación de la nave, se acercaron un poco más hacia el lugar en donde vivían, lo cual quería decir que podrían estar de regreso en la nave al mediodía.

    Mientras conducían, Kate acercó su vehículo hacia el de Asher para poder hablar con él sin que Sixto y Benjamín los escucharan.

    — ¿Qué es lo que ocurre, Kate? — le preguntó Asher a su novia.

    — Estaba pensando en lo que se vendrá a partir de mañana — le respondió la chica — Simón fue muy bueno al escuchar lo que le pedí y no enviarme en otra misión con Nikolai. Pero desde mañana todos en el equipo vamos a ir juntos. Lo cual quiere decir que él estará cerca de nosotros.

    — No había pensado en eso — le dijo Asher — Si él va a estar cerca nuestro quiere decir que tendremos que ocultar lo que tenemos en todo momento.

    Asher y Kate no estaban conformes de que Nikolai fuera a ir con ellos a todas las misiones a partir de mañana, por más de que fuera una medida de mayor seguridad en caso de que los vofkridianos aparezcan para atacarlos.

    Los cuatro soldados siguieron avanzando hasta que llegaron al lugar donde Blurg y el resto de los tigrazules vivían. El líder de la especie escuchó los vehículos acercándose y temiendo que pudiera tratarse de algún cleexor y un gyot, salió acompañado de otros cuatro tigrazules, pero el miedo terminó cuando reconoció a los humanos. Los cuatro soldados, sabiendo que no había pasado mucho tiempo desde la muerte de Titao, decidieron ser respetuosos con el tigrazul.

    — Hola — les decía el tigrazul saludando a los humanos — Quiero aprovechar para darles las gracias por haberme comunicado lo que pasó con Titao.

    — Por nada, tú y tu raza merecían saberlo — le respondió Asher — ¿Cómo lo estás llevando?

    — Aún me cuesta acostumbrarme a que mi hijo mayor ya no está aquí conmigo, y de que no será el líder de mi manada el día en que yo muera — les respondió Blurg algo apenado y agradecido por la preocupación de los humanos — ¿Cómo les está yendo a ustedes en su misión?

    — Es por eso que estamos aquí — le dijo Sixto — Necesitamos que nos ayuden.

    — ¿Qué es lo que sucedió? — preguntó Blurg.

    — Nuestro enemigo, Hkras se había ido del planeta — le dijo Kate explicándole la situación — Pero se ve que ya regresó, porque ayer nos atacó. Él no nos mató porque logramos escapar de él, pero tal vez la próxima vez no tengamos tanta suerte — Kate creyó que sería mejor no mencionar el hecho de que Hkras les perdonó la vida.

    — Es por eso que necesitamos que tú y los demás tigrazules nos ayuden — le dijo Asher — Hkras y los vofkridianos creen que ustedes son criaturas sin inteligencia, y podríamos aprovechar eso. Ustedes podrían explorar el planeta buscando en todos los lugares y decirnos si es que lo encuentran. El conocer su posición nos vendría muy bien, además ustedes no correrían peligro.

    — De acuerdo — les respondió el líder de los tigrazules aceptando la propuesta — Nosotros buscaremos a Hkras, pero a cambio de esta ayuda que vamos a darles, queremos que ustedes nos ayuden si es que alguna vez lo necesitamos.

    — Por supuesto — le respondió Benjamín — Si nos ayudamos entre nosotros, podremos asegurar la supervivencia de nuestras razas.

    — Solo necesito que nos digan cómo es ese tal Hkras — les decía Blurg.

    […]

    Nikolai, Uriel, Morani, Tiana, Ismael y Alison conducían sus vehículos por el lugar que Simón les había dado para explorar. Los seis acordaron que no iban a esconderse de Hkras si este llegara a aparecer. Estaba claro que no podrían derrotarlo ahora, y si este los encontraba, iban a terminar siendo asesinados y la misión iba a fracasar. Ismael, Alison y Uriel, quienes no sabían que era lo que había pasado el día anterior, decidieron preguntarle a sus compañeros como les había ido explorando el día anterior.

    — ¿Qué fue lo que encontraron el día de ayer? — preguntó Ismael.

    — Nada interesante — respondió Morani — Solamente un río algo extenso que tenía unas flores creciendo cerca de la orilla.

    — ¿Qué tal se veían esas flores? — preguntó Alison queriendo saber la apariencia que tenían.

    — Eran flores verdaderamente hermosas — le respondió Tiana — Antes de irnos de aquí, podríamos llevarnos algunas de esas para que puedan decorar el lugar donde celebren su boda.

    — Deberíamos llevarnos muchas, así ustedes también podrían tenerlas en el momento en el que decidan casarse — le dijo Alison a su compañera.

    Uriel solamente esperaba que toda esta conversación terminara pronto. Ya estaba algo cansado de escuchar de como sus compañeros iban a tener una vida feliz una vez que Hkras estuviera derrotado, mientras que él no tenía a nadie especial con quien podría compartir todo eso. Pero no tenía otra opción más que lidiar con eso.

    Tras seguir recorriendo el planeta durante una hora más, llegaron a una laguna de tamaño pequeño. Era un pequeño cuerpo de agua el cual tenía algunas piedras pequeñas flotando en él. A la derecha de esa laguna había un bosque que se veía muy extenso. Tanto a la izquierda como al frente no había nada más.

    — Deberíamos rodear la laguna y seguir adelante — les dijo Nikolai — Si vemos que no encontramos nada, podríamos explorar este bosque en otro momento.

    Mientras los chicos debatían sobre si debían seguir explorando hacia el frente o hacia la izquierda, Cybershark se estaba aproximando a ellos oculto desde el bosque. El líder de las máquinas de ejecución había hecho que sus robots se mantuvieran atento al movimiento de los humanos, por lo que, cuando uno de ellos los detectó, solo era cuestión de seguirlos. Cybershark estaba siendo acompañado por otros cuatro robots. Viendo que los humanos estaban tomándose su tiempo para decidir hacia dónde ir, este decidió comunicar su plan a sus sirvientes.

    — Esto es lo que van a hacer — les indicaba la máquina de ejecución — Uno de ustedes va a quedarse escondido aquí, mientras el resto de nosotros los atacamos. No tenemos que pelear mucho tiempo en contra de todos ellos, solamente esperen a que logre usar nuestra nueva arma en uno de ellos y luego nos retiramos. El que se quede escondido tendrá que mantenerse cerca de ellos a una distancia prudente para ver si nuestra arma hace efecto. Prepárense para cuando de la señal.

    Los seis humanos habían decidido que lo mejor iba a ser cruzar el lago y seguir avanzando hacia el frente, y en caso de no encontrar nada, regresar intentando explorar el otro lado lo mejor que se pudiera. Cybershark sabía que estos estaban a punto de irse, por lo que hizo la señal y tanto él y tres de sus robots salieron corriendo desde atrás de los árboles. El grupo se alertó mucho cuando los escucharon, y al verlos, todos bajaron de sus vehículos y tomaron sus armas.

    — Nos volvemos a encontrar — les decía la máquina de ejecución sacando su espada de su compartimiento.

    — Esta vez nadie va a salvarte — le dijo Morani a la máquina de ejecución viendo que tenían una oportunidad de vencerlo — Te superamos en número.

    — Ustedes van a pagar por haber destruido la mayor parte de las máquinas en mi guarida — les dijo Cybershark lleno de furia en contra de ellos — Esta vez no voy a tomarlos como prisioneros. Esta vez voy a eliminarlos.

    Cybershark dio una orden de ataque y sus tres robots cargaron en contra de los soldados. Uriel enfrentaría a uno de ellos. Morani y Tiana decidieron que iban a pelear contra otro, y Nikolai se enfrentaría al que quedaba. Alison e Ismael decidieron que iban a pelear contra Cybershark.

    Uriel lanzó un ataque en contra de su enemigo. El robot lo bloqueó y luego le devolvió un ataque con más fuerza. Uriel retrocedió para esquivarlo, y rápidamente se agachó para darle una patada al robot en uno de sus pies, lo que le hizo perder el equilibrio y cayó. Morani y Tiana decidieron atacar en simultáneo. El chico de Kenia atacaría por la izquierda y la chica de Polonia por la derecha. El robot bloqueó el ataque de Tiana con su espada, pero no logró hacer nada para esquivar el de Morani, quien logró clavarle su espada en un punto débil de su cuello. El robot no había sido destruido, pero estaba atrapado. Tiana atacó repetidamente en la cabeza buscando algún punto en donde poder causar un gran daño al robot, y luego de atacar cinco veces seguidas, logró atravesarle un poco la cabeza con su espada. El golpe hizo que el robot cayera muerto al piso.

    Nikolai atacó al robot, quien bloqueó su ataque. El chico ruso sabía que si atacaba constantemente en un mismo lugar podría terminar atravesando el acero resistente de su enemigo. El chico ruso ahora atacó en la cabeza, y una vez que el robot lo frenó con su espada, Nikolai movió los brazos rápidamente y empezó a atacar el cuerpo del robot sin tardar demasiado. Al principio los ataques lograban golpear, pero después el robot decidió tomar su espada con solo uno de sus brazos. Ahora el robot bloqueaba los ataques de Nikolai con su brazo libre mientras que con el brazo armado respondía atacando con su espada.

    Cybershark tenía en su mano izquierda un pequeño cuchillo filoso el cual estaba cubierto de un líquido azul, mientras que en su mano derecha cargaba su espada. La máquina de ejecución atacó a Ismael con su espada. El chico le bloqueó el ataque, pero había quedado a una corta distancia de Cybershark. El robot intentó herirlo con el cuchillo, pero Ismael lo esquivó retrocediendo unos dos pasos hacia atrás. Alison aprovechó que su enemigo bajó la guardia y le dio un golpe con su espada en la cabeza, el cual no le causó ningún daño a Cybershark. La chica de Nueva Zelanda intentó repetir su ataque, pero la máquina de ejecución dio un golpe con su espada, el cual fue tan fuerte que al chocar contra la espada de Alison, esta terminó moviéndose un poco hacia un costado. Cybershark aprovechó el momento y atacó a Alison con el cuchillo que tenía, logrando causarle una herida en el hombro izquierdo a la chica. El traje de protección no logró evitar que el arma de Cybershark lastimara a la chica, y luego del golpe, Alison sufrió un pequeño corte en el hombro, el cual empezaba a sangrar un poco.

    Ismael golpeó rápidamente a Cybershark en la cabeza, lo cual terminó haciendo que el robot perdiera de vista el lugar en donde atacó. Rápidamente, la máquina de ejecución centró la vista en Alison, y tras ver que tenía una herida que perdía sangre se dio cuenta de que su plan había funcionado.

    Al mirar a sus otros robots, Cybershark vio como uno de ellos había sido destruido, mientras que los otros dos luchaban contra Uriel, Morani, Tiana y Nikolai.

    — ¡Retírense de inmediato! — ordenó Cybershark a sus máquinas de ejecución tras ver que estaban siendo superados.

    Cybershark empezó a correr hacia el bosque, y las otras máquinas de ejecución que aún estaban de pie lo siguieron. Los soldados intentaron destruirlas antes de que escaparan, pero no lo consiguieron. A pesar de eso, los chicos estaban muy satisfechos, dado a que sus enemigos no habían podido superarlos.

    — Logramos superarlos — dijo Nikolai verdaderamente satisfecho por la pelea — La próxima vez que luchemos todos juntos acabaremos con ellos.

    — Es momento de que sigamos explorando — dijo Morani algo decepcionado de que Cybershark se hubiera escapado, pero feliz de que ya no sea una amenaza para ellos.

    Los seis chicos subieron a sus vehículos nuevamente, aunque sin bajar la guardia. Rodearon el lago y continuaron el recorrido hacia adelante. En un principio todo estaba bien, pero luego de cinco minutos, Alison empezó a sentir que su hombro izquierdo estaba ardiendo. Al mirarse, logró ver una herida que sangraba, y se dio cuenta de que era debido a eso, pero la herida no era demasiado grande como para preocuparse por eso. Sin embargo, unos dos minutos después, Alison se empezó a sentir mal. Su cabeza le estaba dando vueltas, y estaba sintiendo algunos dolores en el pecho y el abdomen, y posteriormente, su visión se volvía borrosa.

    — Ismael… — quería decir Alison a su novio.

    — ¿Qué ocurre Alison? — le preguntó Ismael tras ver que Alison estaba disminuyendo la velocidad.

    — ¡Isma… — pero Alison no logró decir nada más dado a que se terminó desmayando sobre el volante de su quad.

    Todos centraron la mirada en Alison algo preocupados después de escuchar ese grito, aunque fuera algo breve. Dado a que Alison se desmayó, su vehículo se detuvo.

    — ¡Alison! — gritó Ismael frenando su vehículo y acercándose a su novia, horrorizado de ver eso.

    — ¡¿Qué le ocurrió?! — gritó Tiana algo preocupada.

    — ¡No lo sé! — decía Ismael moviendo el cuerpo de Alison esperando que reaccionara — ¡Alison, ¿Qué ocurre?! ¡Alison!

    — ¡Rápido, hay que llevarla a la nave de inmediato! — gritó Uriel sin saber qué era lo que tenía.

    — ¡Le diré a Simón que prepare la sala médica! — dijo Nikolai.

    Los cinco soldados dieron vuelta sus vehículos para regresar rápidamente a la nave. Ismael cargó a Alison a su quad, mientras que el vehículo de la chica iba a ser remolcado por Uriel de regreso a la base.

    […]

    Cuando Asher, Kate, Sixto y Benjamín llegaron de ver a los tigrazules, Simón les informó sobre lo que pasó con Alison, cosa que preocupó a los soldados. Tiberio, quien seguía en la sala de entrenamiento escuchó gritos y decidió ir a ver qué pasaba. Simón le explicó la situación y todos se prepararon para atender a la chica en el momento en el que llegaran.

    El grupo tardó mucho tiempo en regresar dado a que cuidaron que Alison no recibiera ningún golpe, sumado al hecho de que debían estar alertas en caso de una aparición de Hkras. Cuando todos entraron, Ismael y Nikolai entraron cargando a Alison y la llevaron a la sala médica, donde el resto de sus compañeros estaba esperando.

    Simón vio que el contador de vida de Alison estaba en solamente 9%, por lo que preguntó qué había sucedido.

    — ¡¿Qué fue lo que paso ahí afuera?! — preguntó la espada de plata muy alterado.

    — ¡No lo sabemos! — respondió Nikolai algo agitado — ¡Ella se encontraba bien después de que enfrentamos a Cybershark, y en un momento solo se desmayó!

    — ¡Su contador está muy bajo! — decía Ismael muy preocupado viendo que ahora marcaba solo 7% — ¡Dime que puedes salvarla!

    — ¡Lo intentaré! — respondió la espada de plata.

    Simón conectó un suero al cuerpo de Alison e incluso activó el convertidor de oxígeno en el traje en caso de que no estuviera respirando bien. El contador de la chica seguía bajando. En ese momento, Uriel, Tiana y Morani entraron a la sala médica.

    — ¡¿Qué es lo que tiene?! — preguntó Tiana algo preocupada de ver como su amiga se moría.

    — ¡No lo sé! — decía Simón poniendo su mano en el pecho de la chica — ¡Su corazón dejó de latir! ¡Necesito hacerle electrochoques!

    Morani, quien era uno de los que más conocía la sala médica encontró rápidamente el equipo necesario para hacerle electrochoques a Alison. Simón los activó y empezó a utilizarlo en un intento de reanimar el corazón de Alison. Ismael miraba esa escena con horror esperando que su novia pudiera sobrevivir. Simón le dio unos cuatro electrochoques más, pero después de eso se detuvo.

    — ¡¿Qué ocurre?! — preguntó Ismael viendo que Simón se había detenido.

    — Ella… — Simón hizo una pausa antes de terminar su frase, y una lágrima empezó a recorrer su rostro — Ha muerto.

    — ¡No! — gritó Ismael acercándose desesperadamente para ver el marcador de Alison.

    Ismael se acercó a su novia y pudo observar como su marcador ahora estaba marcando el cero por ciento. El chico se quedó en shock por unos segundos cuando lo vio. Una vez que salió del estado de shock, Ismael empezó a llorar sin consuelo. Su novia había muerto y él no pudo hacer nada para evitarlo.
     
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    Vaya, Alison murió que final.

    Todos los enemigos están apareciendo uno a uno, esta vez fue el turno de Cybershark y sus maquinas. El equipo está sufriendo una severa baja de moral y eso no es bueno, por un lado, esta Tiberio y su obsesión por derrotar a Hkras, Nikolai y sus problemas con Asher y Kate, y ahora la muerte de Alison que dejó a un desconsolado Ismael. Pienso que ahora se viene el ataque a las calaveras, sin embargo, la pregunta es quién lo hará primero...

    Eso es todo.

    Saludos y suerte.
     
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  4. Threadmarks: Búsqueda - Parte 3: Contaminación
     
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    Saludos. Ya he terminado con el siguiente capítulo perteneciente a la parte Búsqueda. Quiero decirles que es probable que los próximos dos capítulos sean algo cortos comparados con los primeros tres capítulos que pertenecen a esta parte (no es una certeza, dado a que tengo que esperar hasta el momento en el que escriba esos capítulos para saber si de verdad serán cortos). Tal vez esos capítulos que le siguen a estos que están publicados no superen las 2500 palabras, pero habrá que esperar a ver como me salen. Es algo que quería anunciar desde ahora.

    Sin nada más que decir, los dejaré leer el capítulo tranquilos.

    Búsqueda – Parte 3: Contaminación


    Luego de ver a su novia muerta, Ismael cayó de rodillas al suelo completamente destrozado. Las lágrimas salían de sus ojos y el dolor emocional que sentía era muy intenso. El resto de sus compañeros se sintieron dolidos por la muerte de su amiga y compañera, y además sabían que Ismael iba a pasar una de las peores sensaciones de su vida.

    — Alison…— decía Ismael llorando sin control — ¿Cómo pudo pasar esto?

    — Lo siento, Ismael — respondió Tiana poniendo su mano sobre el hombro de su compañero.

    — De verdad lo lamento mucho — decía Sixto acercándose para consolar a su compañero.

    Todos los demás se mostraron apenados por la pérdida de su compañero, que aún seguía triste y confundido.

    — Lo que me gustaría saber es que fue lo que pasó — decía Ismael secándose las lágrimas para darle paso a otras nuevas.

    Tiberio se acercó al cuerpo sin vida de Alison y empezó a notar algo raro.

    — Hay un olor extraño — decía el rompe huesos acercándose al cuerpo de Alison — Proviene de su herida.

    Simón tocó el corte que Alison tenía en el hombro con su dedo índice, el cual salió manchado con sangre acompañado de una sustancia extraña de un color azul oscuro casi negro. Simón olió esa sustancia y reconoció que era el mismo olor que salía de la herida de su compañera.

    — Esto es extraño — decía la espada de plata — Voy a ver si puedo analizar esto.

    La espada de plata se fue a la sala central, en donde tenían máquinas las cuales podían hacer algún tipo de análisis a las sustancias raras que se encontraran en el planeta. Ismael les hizo saber a sus compañeros que necesitaba quedarse un momento más con Alison para despedirse, por lo que el resto de los soldados abandonaron la sala para poder dejarlo tranquilo. Ismael no encontraba consuelo. Su novia, con quien iba a casarse en el momento en el que regresaran a la Tierra con el arma Boek, había sido asesinada sin saber cómo fue que pasó.

    Algunos de los soldados acudieron a la sala central junto con Simón. Tiana, quien estaba algo asustada por la forma desconocida en la que Alison había muerto decidió abrazar a Morani. El chico de Kenia abrazó a su novia fuertemente. No sabía que era lo que había pasado todavía, pero estaba seguro de que Cybershark había sido el responsable. Algo que lo asustaba mucho era que tanto él como Tiana estaban en esa misión, y que pudo haber sido cualquiera de los dos. Kate tenía ganas de abrazar a Asher, pero Nikolai estaba cerca. El chico de Rusia se daría cuenta si ambos se abrazaran, por lo que Kate decidió tomar la mano de su novio. Asher tomó a Kate y ambos apretaron sus manos afectivamente, dado a que era lo único que se podía hacer dado a las circunstancias.

    Los chicos tuvieron que esperar durante unos veinte minutos a que el análisis se terminara. Una vez que este terminó, Simón los llamó a todos para que escucharan lo que las máquinas decían. Ismael decidió ir también para saber qué era lo que había ocurrido.

    — Este líquido oscuro no es una sustancia, es sangre — les dijo Simón a todos los soldados — Estuve viendo las células y son idénticas a las células de la sangre humana. Esta sangre está contaminada, y al extenderse por todo el cuerpo, contaminó todos los órganos de Alison. Lo cual quiere decir que la razón por la que ella murió fue porque varios de esos órganos empezaron a funcionar mal.

    — ¡Maldito Cybershark! — gritó Ismael golpeando la mesa de la sala central muy furioso — ¡El hizo esto, él mató a Alison! ¡Me las va a pagar! ¡Lo tengo que matar!

    — Tranquilízate — le dijo Tiberio poniendo sus manos sobre los hombros del chico — Sé por lo que estás pasando, pero golpear las cosas no arreglará nada.

    — El análisis de esta máquina dice que es una sustancia que proviene de alguna clase de flor — respondió Simón — Como si la flor segregara una sustancia extraña.

    — ¿Cómo vamos a saber de qué flor se trata? — preguntaba Uriel.

    — No lo sabremos, pero sabemos que todas las flores aquí florecen en las orillas de los ríos — respondió Benjamín.

    — Lo cual quiere decir que vamos a tener que ir a los ríos que haya en el planeta y arrancar todas las flores que haya — respondió la espada de plata — Así Cybershark no podrá seguir usando esta sustancia para contaminar la sangre.

    — ¿Y qué hay de buscar el arma Boek? — preguntaba Nikolai.

    — Vamos a tener que dejar eso para pasado mañana — le dijo Simón — Cybershark tiene una parte de la naturaleza a su favor, lo cual puede usar para eliminarnos.

    — ¿No sería mejor que lleváramos antibióticos a las misiones para usarlos en caso de que nos lastime? — preguntó Nikolai.

    — No sabemos si funcionará — respondió Simón — La sangre de Alison ya está muy contaminada como para que un antibiótico pueda revertir esto, y no habrá forma de saber si afecta a los demás sin hacer pruebas. Pero no es un riesgo que estoy dispuesto a correr. La misión de mañana será eliminar todas las flores que encuentren en los ríos, para que Cybershark ya no pueda utilizarlas en contra nuestra.

    Luego de las palabras de Simón, todos los soldados, exceptuando a Ismael se retiraron a entrenar a la sala de entrenamiento. Aún no había anochecido, y tenían que aprovechar el tiempo que les quedaba para entrenar lo más que se pudiera. Simón se quedó a hacerle compañía en el dolor a Ismael. El chico de Nueva Zelanda ya no sentía tristeza, sino enojo. Quería a Cybershark muerto. Él y Alison habían vivido juntos toda su vida hasta ahora, y tenían planes de seguir haciéndolo mucho después de que la misión terminara; pero ahora, todo eso se había desvanecido. Ahora que su novia había muerto, a Ismael no le importaba lo que pudiera pasarle a él. Lo único que quería era que Cybershark pagara por lo que le había hecho a Alison.

    Al llegar la noche, todos los soldados se fueron a dormir para estar listos para el día de mañana. La búsqueda del arma Boek iba a tener que pasar a un segundo plano. El objetivo ahora sería buscar todas las flores del planeta que florezcan cerca de los ríos y eliminarlas. Simón dejó la sala central para irse a acostar de la misma forma en que lo hicieron el resto de sus hombres. Ismael aún estaba en la sala central. El chico no creía que sería capaz de poder dormir, no con esa sensación de tristeza y enojo que aún estaba presente en él.

    En el momento en que Ismael se puso de pie, Morani entró para hablar con él.

    — ¿Cómo te encuentras? — le preguntó el chico de Kenia.

    — Este es el peor día de mi vida — respondió Ismael mostrando enojo en el tono.

    — Escucha, yo sé por lo que estás pasando — le respondió Morani — Cybershark mató a un amigo mío. Su nombre era Evandro. En nuestro primer encuentro, ese maldito robot le perforó el corazón en frente mío.

    — Ya ha matado a dos de los nuestros — respondió Ismael verdaderamente enojado — Tenemos que ir por él y matarlo. No puede salirse con la suya.

    — Así es — le respondió Morani — Y ten por seguro que lo haremos. Sé que es lo que estás pensando. Estás pensando en atacarlo la próxima vez que lo tengas de frente. Pero eso no funcionará. Si lo intentas, él te matará, y no podrás vengarte de él. Yo también pensé en lo mismo, pero Tiana me ayudó a ver que iba en dirección a una muerte segura.

    — ¿Por qué me dices esto? — preguntó Ismael.

    — Porque así como ella me ayudó, yo quiero ayudarte a ti — le respondió Morani acercándose a su compañero — Te aseguro de que lograremos vencer a Cybershark, y lo haremos pagar por lo que le hizo a nuestros compañeros. Pero ese momento llegará a su debido tiempo. No quieras apresurarlo, porque solo terminarás muerto. Ahora mismo tenemos que pensar en una estrategia para poder vencerlo la próxima vez.

    — Lo entiendo, necesitamos una estrategia — le decía Ismael mostrándose más calmado después de las palabras de Morani.

    — Exactamente — le respondió el chico de Kenia empezando a retirarse de la habitación — Te dejaré para que puedas tener tu duelo en paz.

    El chico se retiró de la sala central de la nave, dejando a Ismael solo. El soldado se acercó a una de las máquinas y empezó a teclear unos códigos mientras se decía algo así mismo.

    — Destruirlo y eliminarlo de una vez y para siempre… — decía Ismael invadido por la ira — Esa es mi estrategia.

    Ismael decidió dejar la sala central para dirigirse a la sala de los vehículos. Cuando llegó, la puerta estaba abierta, y la plataforma de descenso al planeta estaba empezando a activarse. El soldado programó la apertura para la salida de vehículos para poder ir a buscar a Cybershark, aun sabiendo que sería difícil encontrarlo durante la noche. Ismael encendió su vehículo y dejó la nave a toda velocidad para ir en busca de su enemigo.

    — Morani, tú perdiste a tu amigo, pero aun te queda Tiana — decía Ismael para sí mismo como si siguiera hablando con su compañero — Pero a mí ya no me queda nada. Y me aseguraré de que Cybershark tampoco.

    El ruido de aceleración de uno de los vehículos en el silencio de la noche de Boek terminó despertando a todos los soldados, quienes estaban asustados de que alguien pudiera haberse metido en la nave. Tiberio, Asher y Sixto fueron corriendo hacia la sala de vehículos para ver qué había pasado y notaron que uno de los vehículos estaba desaparecido. Los tres soldados regresaron a la sala central, en donde se dieron cuenta de que Ismael se había ido.

    — No lo entiendo — decía Morani algo confundido por lo que pasó — Acabo de hablar con él y no parecía que iba a hacer eso.

    — Será mejor decirle que regrese antes de que haga una estupidez — decía Simón activando la comunicación con el traje y el vehículo de Ismael — ¡Ismael, regresa de inmediato a la nave!

    — ¡No! — respondió Ismael a los gritos — ¡No voy a esperar más tiempo! ¡Quiero a Cybershark muerto y lo quiero ahora!

    — ¡Estás tú solo en el medio de la noche! — le gritó Sixto a su compañero intentando convencerlo — ¡Corres peligro al hacer eso!

    — ¡El que corre peligro es Cybershark! — le respondió Ismael a Sixto — ¡Lo encontraré y lo quitaré del camino!

    El soldado desactivó la comunicación establecida entre la nave y su traje de protección, cortando la llamada.

    — ¡Cambio de planes! — gritó Simón a los soldados — ¡Tiberio, Sixto y Nikolai, quiero que ustedes vayan a buscar a Ismael y lo traigan de vuelta!

    — ¿Qué hará el resto de nosotros? — preguntó Asher algo confundido de por qué Simón decidió enviar solo a tres de ellos a buscar a Ismael.

    — ¡El resto de ustedes vaya a los ríos que aparecen en sus mapas y pasen por encima todas las flores que encuentren! — respondió la espada de plata — ¡Es probable que las criaturas no aparezcan durante la noche!

    Todos fueron corriendo a sus vehículos, y para cuando llegaron a la sala de salida, todo ya estaba preparado para que pudieran salir de ahí rápido. Tiberio, Sixto y Nikolai salieron y empezaron a seguir a Ismael a toda velocidad utilizando las coordenadas de la ubicación del vehículo de su compañero.

    Por otro lado, Asher, Kate, Uriel, Morani, Tiana, Benjamín se pusieron en camino hacia los ríos más cercanos que aparecían en los mapas.

    — Será mejor dividirnos — decía Asher al resto de sus compañeros — Aunque sea algo arriesgado valdrá la pena. Yo iré con Kate y Uriel hacia el río que encontramos el día que aparecieron los raocos. Ustedes vayan al río por el que pasaron ayer.

    — Entendido — respondió Benjamín cambiando la dirección de su vehículo — ¡Rápido!

    Esta era la primera, y probablemente la última vez en la que los soldados realizarían una misión en plena noche en Boek. Dado a que ya conocían la zona a la cual tenían que ir, no creyeron tener problemas, al menos no mientras ninguna criatura apareciera para interferir. Solamente tenían que tener cuidado en caso de que Hkras o algún otro vofkridiano apareciera.

    Morani, quien no había sido elegido para ir a buscar a Ismael, esperaba que Tiberio y los demás lograran alcanzarlo a tiempo de que hiciera alguna estupidez.

    […]

    En una zona de terrenos un poco elevados, la cual estaba dividida al medio por un río que la atravesaba, Cybershark caminaba junto a unas seis máquinas de ejecución. El robot al que le había ordenado seguir al grupo para ver como salía su plan, le había dicho que una de las humanas había caído de su vehículo en plena exploración, lo cual le dio entender a la máquina de ejecución que su estrategia había funcionado a la perfección.

    — La sangre de los humanos es la clave para eliminarlos — les decía el líder a todos sus robots — Basta con solo contaminar una gota para que todo su organismo empiece a fallar. Ahí está nuestra verdadera ventaja por ser máquinas. No hay forma de que esa arma pueda ser usada con nosotros. Estoy seguro de que los vofkridianos también sangran, y aunque sea otro tipo de sangre la que recorre sus cuerpos, voy a encontrar una forma de contaminarlos a ellos también.

    Cybershark caminaba en las orillas del río acompañado de sus robots. Ahora que sabía que su plan funcionaba, estaba buscando otras flores de las cuales poder extraer esa sustancia para poder envenenar al resto de los humanos. El líder de las máquinas de ejecución las describió como unas flores con pétalos de color azul y cuyo centro es de color negro.

    — Estas flores derraman una sustancia azul por el centro, es como si sudaran de alguna manera — les decía Cybershark — Afortunadamente, el que sea de noche no nos dificultará en nada el buscar esa sustancia.

    Todas las máquinas de ejecución caminaban por las orillas del río buscando las flores que segregaban una sustancia tóxica para el organismo humano. Para la mala suerte del robot, esas flores no eran demasiado comunes, ni siquiera en el planeta Boek.

    Tras buscar un largo rato sin encontrar nada, el líder de las máquinas de ejecución empezó a oír un ruido, como el de un vehículo acercándose. La máquina de ejecución se volteó para ver qué era lo que hacía ese ruido y fue ahí cuando vio a un humano acercándose hacia su posición en su vehículo. Para evitar que este sospechara algo sobre las flores venenosas, Cybershark les ordenó a sus máquinas de ejecución que se alejaran de la orilla.

    Ismael se acercaba hacia ellos y consiguió verlos a la distancia. En un principio su visión no le permitía distinguir de quien se trataba porque era de noche, pero al acercarse más logró reconocer a Cybershark. El soldado aceleró hasta que logró ponerse cerca de los robots. Una vez que consiguió lo que quería, se bajó de su vehículo y sacó su espada listo para pelear.

    — ¡Tú! — gritó Ismael queriendo acercarse a Cybershark.

    Los seis robots que acompañaban a Cybershark se interpusieron entre su líder y el humano, quien estaba verdaderamente furioso.

    — ¡Muévanse, esto no tiene que ver con ustedes! — les ordenó Ismael — ¡Solo quiero a Cybershark!

    — Déjenlo pasar — respondió Cybershark sacando su espada.

    Las máquinas de ejecución se hicieron a un lado, dejando cara a cara a Cybershark con el humano que quería verlo.

    — ¡Tú mataste a Alison, maldito pedazo de chatarra! — le gritó Ismael verdaderamente furioso al robot.

    — Y uno de tus amigos destruyó a Xorcut — respondió Cybershark intentando provocarlo — Yo creo que estamos a mano.

    — ¡No la compares a ella con uno de tus sucios robots! — gritó Ismael harto de que el asesino de su novia siguiera hablando.

    Aunque sabía que iba a terminar asesinado por los otros seis robots, Ismael atacó a Cybershark sin pensarlo una segunda vez. Quería su venganza, y la iba a tener a cualquier costo. Ismael atacó al robot con su espada. Cybershark logró bloquear el ataque exitosamente y sin dificultades. Ismael retrocedió e intentó atacar sus piernas para derribarlo. Su enemigo bloqueó el ataque utilizando su brazo izquierdo, y con el derecho le dio un golpe en la cabeza a Ismael, el cual terminó retrocediendo.

    Sabiendo que iba a ser inútil atacarlo de otra manera, intentó utilizar la estrategia de golpearlo en el mismo lugar para destruirlo. El lugar elegido era la cabeza, por lo que Ismael dirigió su ataque a la cabeza de su enemigo, quien nuevamente logró evitarlo poniendo su espada en frente para bloquear el ataque.

    — Así como maté a tu novia voy a matar al resto de tus compañeros — le decía Cybershark provocando a Ismael.

    — ¡No, no lo harás! — le gritó el chico — ¡Tú te mueres esta noche! ¡No volverás a ver la luz del día a través de tus ojos cibernéticos!

    Ismael retiró su espada para lanzar una seguidilla de cuatro ataques con su espada, y todos esos ataques iban dirigidos a la cabeza del robot. Cybershark notaba que los movimientos de Ismael no estaban siendo calculados, por lo que solo tuvo que mover sus brazos en el momento indicado para rechazarlos.

    — ¿Sabes? Entiendo lo que debes estar pasando — le decía Cybershark a Ismael — La soledad es un sentimiento terrible, y a nadie le gusta tener que pasar por ella. Yo me quedé solo en el momento en el que tu amigo Asher destruyó a Xorcut. Lamento mucho que haya muerto. Pero no me siento mal por el hecho de que él ya no esté, me siento mal porque ahora no tengo a nadie para divertirme.

    — ¡Cállate! — le gritó Ismael harto de escuchar a Cybershark — ¡Te dije que no la compararas con uno de tus inútiles robots!

    Ismael atacó con mucha fuerza a la cabeza de Cybershark. La máquina de ejecución sabía que era lo que tenía que hacer. El ataque de Ismael fue muy fuerte, pero no logró hacerle casi ningún daño al acero resistente de Cybershark. Sin perder el tiempo, Cybershark atacó con una gran velocidad a Ismael con su espada, quien debido a la gran potencia que concentró en su ataque, había bajado la guardia totalmente. La máquina de ejecución le atravesó el pecho con su espada con un golpe fuerte y directo.

    Una vez que la espada atravesó el cuerpo del humano, su herida empezó a sangrar. El golpe había sido muy fuerte, y en una zona en la cual dolía demasiado ser atravesado por un objeto cortante. Ismael sintió como toda la fuerza que tenía había disminuido repentinamente. Dado al gran dolor que sentía, soltó su espada para después caer de rodillas al suelo. Cybershark le quitó la espada de su cuerpo para después darle una patada en el mismo lugar en el que lo había atacado. Ismael ahora estaba desangrándose en el suelo, sintiendo como su fuerza se iba poco a poco mientras perdía sangre.

    — Has cometido un grave error — le decía la máquina de ejecución al humano ahora moribundo — Te dejaste llevar por tu sentimiento de venganza y por mis provocaciones que olvidaste que mi cuerpo es demasiado resistente para ser destruido con un solo ataque. Esa es la razón por la cual yo terminaré tomando el control del imperio de Hkras. Mi capacidad de almacenamiento me permite recordar una gran cantidad de datos al mismo tiempo, y esos datos no se olvidan solo por un sentimiento.

    — Alison… — decía Ismael derramando lágrimas por el dolor, ahora físico, sintiendo que se iba a morir en poco tiempo —…perdóname… no pude vencerlo…te pido que me perdones.

    Cybershark decidió que no tenía que seguir aplazando lo inevitable. Tomó la espada que Ismael había soltado después de haberlo atravesado con la suya y decidió eliminar al humano clavándole su propia espada en el pecho, esta vez en un lugar diferente. El ataque terminó con la vida de Ismael en un instante, luego de haber pasado por unos breves momentos de agonía.

    Cybershark se disponía a seguir buscando las flores que segregaban una sustancia mortal para sus enemigos, cuando escuchó de nuevo el ruido de vehículos acercándose. Pero esta vez eran más de uno. Cybershark miró atentamente y distinguió a tres vehículos acercándose hacia su posición. Creyendo que detrás de esos tres humanos podrían venir otros más, decidió que lo mejor sería irse para que no levantaran sospechas sobre las flores.

    Las máquinas de ejecución saltaron directamente hacia el río y escaparon moviéndose rápidamente usando sus motores que habían sido preparados para desplazarse rápidamente por el agua. Una vez que se fue, Tiberio, Sixto y Nikolai se acercaban hacia el lugar. Cuando llegaron vieron un cuerpo tirado con una espada clavada encima. Sabiendo que se trataba de Ismael decidieron correr hacia él y ver si podían hacer algo para salvarlo. Lamentablemente, habían llegado tarde.

    — Oh Dios — decía Sixto mirando a su compañero muerto en el suelo — Ismael, ¿por qué hiciste esto?

    — Tenemos que avisarle a Simón — respondió Nikolai.

    Tiberio llamó hacia la nave para ponerse en contacto con la espada de plata. Simón recibió el llamado del rompe huesos y pensó que habían logrado alcanzar a Ismael.

    — ¿Lo encontraron? — preguntó la espada de plata esperando recibir buenas noticias — ¿Lograron detenerlo?

    — Lo siento, Simón — le respondió algo apenado el rompe huesos — Pero llegamos muy tarde. Ismael fue asesinado.

    — Esto no puede estar pasando — respondía Simón mostrándose verdaderamente preocupado — Son dos bajas en solo un día. ¿Hay alguna señal de Cybershark? Tal vez no fue él.

    — No, él no está aquí — respondió Nikolai mirando a su alrededor — Pero al lado nuestro hay un río con algunas flores en la orilla. Está claro que se trató de él.

    — Escuchen atentamente — les dijo la espada de plata — Quiero que destruyan todas esas flores que están en ese lugar hasta que el río llegue a su fin. Cybershark ya mató a dos de nosotros, tenemos que asegurarnos de que eso no vuelva a ocurrir. No podemos seguir perdiendo soldados.

    Tiberio, Sixto y Nikolai, algo apenados por la muerte de su compañero, decidieron obedecer las órdenes de la espada de plata, y al igual que sus compañeros, iban a pasar por encima a todas las flores con sus vehículos, para asegurarse de que Cybershark ya no pudiera volver a matarlos utilizando esa sustancia contaminante.
     
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    Uff... Buena manera explotar la fragilidad de los humanos en su contra para planear un ataque. Las cosas se tornan difíciles en los momentos de incertidumbre, pero van a tener que buscar soluciones como ya lo han hecho antes. ¿Ahora esa estrategia será efectiva contra Hkras y compañía? Queda la incógnita. Veremos como sigue avanzando la historia.

    Saludos y suerte.
     
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  6. Threadmarks: Búsqueda - Parte 4: Sin oxígeno
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Ya está listo el cuarto capítulo correspondiente a la parte Búsqueda. Este no es de los capítulos que más disfrute al escribir, pero aun asi creo que es verdaderamente bueno. Aunque eso no lo debo juzgar yo sino ustedes. Es posible que debido a la navidad tenga menos tiempo disponible (por trabajos y otras cosas), y que el tiempo de publicación se reduzca un poco.

    Sin mas que decir les dejo el capítulo.


    Búsqueda – Parte 4: Sin oxígeno

    Había sido una noche larga y muy agotadora para todos los humanos, pero entre todos, consiguieron arrasar con todas las flores que habían encontrado creciendo al lado de los ríos. Dado a las salidas tanto de día como de noche, todos estaban exhaustos e iban a utilizar el día siguiente para recuperar sus fuerzas y retomar la búsqueda del arma un día después de lo planeado.

    Sin embargo, la noche no fue de lo más placentera para ellos. Todos entristecieron cuando escucharon que Ismael había sido asesinado por Cybershark. En un solo día habían perdido tanto a Alison como a Ismael. Ahora no solo estaban golpeados moralmente por la pérdida de dos de sus compañeros, sino que también se podría decir que el desempeño del equipo en las misiones se vería muy afectado ahora que tenían a dos personas menos.

    El día de descanso pasó muy rápido para los soldados, pero no para Simón, quien tuvo que mantenerse alerta y planificar alguna clase de estrategia para el otro día. Finalmente llegó el momento de pasar a la acción una vez más. Todos los soldados estaban reunidos en la sala central, ahora perfectamente descansados y esperando el encargo del día de hoy. La muerte de dos de sus compañeros iba a significar que ya no podrían volver a dividirse más durante las misiones.

    — Aunque logramos asegurarnos de que Cybershark no vuelva a utilizar su arma contaminada en contra de nosotros, enfrentamos una gran dificultad — les dijo la espada de plata — El simple hecho de salir con Hkras ahí afuera era muy arriesgado antes, y ahora que Ismael y Alison ya no están, será todavía más riesgoso. A partir de ahora, todos ustedes van a ir a las misiones juntos y no volveré a dividirlos.

    Nikolai sonreía tras escuchar esas palabras. No sabía la razón por la cual Simón no lo estaba enviando con Kate, pero finalmente todo eso había terminado. Kate y Asher estaban preocupados por la misma razón. Con Nikolai en las misiones junto a ellos y en la nave, deberían evitar mostrar sus sentimientos. Ninguno sabía cómo reaccionaría Nikolai si lo descubriera, pero sabían que iba a causar varios problemas. Simón les dio la orden a todos de ir a explorar el bosque cercano a la pequeña laguna descubierta por los chicos el día anterior.

    Rápidamente, todos se dirigieron a la sala de salida y una vez que las puertas se abrieron, todos ellos abandonaron el lugar y se pusieron en camino.

    Mientras conducían, Morani se acercó a Tiana para hablar con ella.

    — ¿Cómo te encuentras? — preguntó Morani a su novia.

    — Aun no puedo creer que ambos estén muertos — le respondió Tiana — Hace unos días hablábamos de cómo podría ser su boda, y hoy ya no están. Todo cambió tan repentinamente.

    — Escucha, después de que me enteré de lo que pasó con Ismael, creo que debo darte las gracias — le respondió Morani.

    — ¿Las gracias por qué? — le preguntó Tiana.

    Morani se tomó su tiempo para reflexionar sobre la muerte de Ismael, y recordó lo que pasó justo después de que Evandro muriera asesinado por Cybershark.

    — Porque después de que Cybershark mató a mi amigo, yo pensé en hacer lo mismo que Ismael — le respondió Morani — Iba a ir corriendo hacia él y lo iba a enfrentar dispuesto a matarlo. Si tú no hubieras hablado conmigo sobre que no debía hacerlo, probablemente yo estaría muerto también. Tú me salvaste la vida, Tiana. Yo te amo. Y no quiero que nada malo nos pase. Quiero que tengamos cuidado a partir de ahora.

    — Lo entiendo — respondió Tiana ante las palabras de Morani — Yo también te amo. Y el ver morir así a nuestros amigos me dio mucho miedo. Saber que Hkras y Cybershark están aquí hace las cosas aun peor. Pero si nos quedamos en grupo, juntos, podremos superarlo todo.

    Uriel observaba y escuchaba la charla entre Morani y Tiana. Esta vez ya no se sentía tan mal cuando los veía hablar juntos. De alguna manera, él aceptó que Tiana y Morani iban a estar juntos hasta el final; y él debería olvidarse de Tiana. Sixto, por otra parte, también escuchó la charla entre sus compañeros. Si bien, él no tenía a un ser querido con él en la misión, no quería morir en Boek. Su esposa y su hija lo estaban esperando en casa.

    ¿Por qué tienes que ir tú? — le preguntaba su esposa sintiéndose mal por la partida de Sixto — Tienes a tu hija pequeña aquí.

    Ella es la razón por la que tengo que ir — le respondió Sixto abrazándola para tranquilizarla — Kendrick dijo que solo tenemos que encontrar el arma y regresar. Si triunfamos en Boek, nuestra hija podrá tener la vida que nosotros no pudimos.

    Pero si no lo consigues, tu hija se quedará sin padre — le respondió su esposa.

    Te doy mi palabra — le dijo Sixto despidiéndose con un beso de su esposa — Nada ni nadie en Boek me impedirá regresar a salvo con ustedes dos.

    Papá… — le decía su hija pequeña que estaba en brazos de su padre — No quiero que vayas a otro planeta.

    Hija, lo que yo no quiero es que tú tengas que entrenar para convertirte en soldado o en médica o en ingeniera para la lucha en contra de un maligno emperador — le respondió Sixto — Quiero que tú seas lo que tú quieras. Y si es necesario que vaya a ese planeta, lo haré. Es mi deber como padre darte un mejor futuro.

    — ¿Estás bien? — le preguntaba Benjamín sacando a Sixto de sus pensamientos.

    Sixto volvió a centrar su mente en la misión actual. Miró a su derecha y su compañero se encontraba junto a él. La cara de Benjamín expresaba preocupación por su compañero.

    — No tienes que preocuparte por mí — le respondió Sixto — Estaré bien.

    Tiberio estuvo pensando en el entrenamiento que había tenido. A pesar de haber dado todo su esfuerzo por mejorar su velocidad y su fuerza para enfrentar a su enemigo, no se consideraba listo para eso. Quería tener un encuentro con los vofkridianos para poder evaluar los resultados de su entrenamiento en persona y ver cómo le había ido. La próxima vez que él y Hkras se encontraran podría ser la última, lo cual quería decir que no podía volver a cometer errores. Pase lo que pase, el rompe huesos se prometió a no dejarse llevar por la venganza la próxima vez que lo tuviera al frente, e intentaría encontrar alguna estrategia útil que pudiera utilizar para tomar ventaja sobre él.

    Asher y Kate se mantenían cerca el uno del otro, pero ninguno de ellos se hablaba para evitar que Nikolai sospechara que hubiera algo entre ellos. El chico de Rusia, se acercó a su compañera para tener una charla con ella.

    — Extrañé mucho poder ir en una misión contigo, preciosa — le decía Nikolai a Kate.

    — Ojalá pudiera decir lo mismo — le respondió la chica de Francia.

    — Voy a demostrarte que yo puedo protegerte — le dijo Nikolai — No dejaré que ninguna criatura te ataque o te ponga en peligro. No soy como Asher.

    — Está claro que no eres como él — respondió Kate haciéndole creer a Nikolai que tenía razón, pero ella sabía a lo que se refería.

    Asher observaba algo molesto, pero no tanto como antes. Nikolai aún no se había dado cuenta de que Kate sabía toda la verdad, y aunque no le gustaba verlo cerca de ella, lo tranquilizaba el saber que su compañera no querría estar con él.

    Los nueve soldados guardaron silencio por unos momentos y entraron cada uno en sus pensamientos. Algunos de ellos continuaban en su tristeza por las muertes de Alison e Ismael. Otros se mostraban preocupados por Hkras y Cybershark. La realidad era que el perder a dos de sus compañeros, justo después de perder una pelea en contra de los vofkridianos, les había dado un gran golpe a su moral, del cual sería difícil recuperarse.

    Ya se estaban acercando todos hacia la laguna. Cuando se acercaban, vieron algo extraño en ese lugar. Los soldados querían saber qué es lo que era, por lo que aceleraron para ver más de cerca. Cuando se acercaron lo suficiente, lograron divisar a unos tres gyot bebiendo agua, probablemente después de salir de cacería. Las tres criaturas escucharon el ruido de los vehículos y se voltearon para ver qué era lo que lo causaba. Cuando vieron a los humanos acercándose hacia ellos, estos dieron un gruñido y empezaron a correr hacia ellos.

    — ¡Mierda, ¿qué vamos a hacer?! — preguntaba Asher viéndolos correr hacia su posición.

    — ¡No tenemos tiempo para esto! — gritó Tiberio — ¡Dispérsense y busquen una forma de entrar al bosque!

    Los nueve soldados continuaron avanzando, y cuando los gyot estuvieron cerca, todos se abrieron y se dispersaron, separándose a una gran distancia unos con otros. Dado a la poca inteligencia de las criaturas que solamente vivían para la cacería, la estrategia fue perfecta. Los chicos lograron esquivarlos a la perfección mientras que ellos tres se habían quedado quietos. Sin embargo, ahora que estaban por delante, los gyot empezaron a correr tras ellos. Sabiendo que su estrategia no les iba a servir dos veces, los soldados se reagruparon y empezaron a buscar una entrada a los bosques mientras eran seguidos por las criaturas.

    Los árboles en la zona en la que estaban se encontraban demasiado cerca unos con otros, lo cual les impedía el paso a los vehículos. No les quedaba más opción que seguir avanzando. Los gyot corrían a gran velocidad, pero no podían alcanzar los vehículos de los humanos, ni siquiera dando saltos con sus cuatro patas. Finalmente habían llegado a una zona de ese bosque en la cual los árboles estaban a suficiente distancia como para permitir el paso de los vehículos.

    — ¡Entren y aceleren! — gritó el rompe huesos — ¡Los perderemos ahí dentro!

    Los soldados entraron con sus vehículos hacia el interior del bosque. Todos se disponían a acelerar para escapar cuando Nikolai les llamó la atención.

    — ¡Oigan, esperen! — les dijo el chico ruso frenando su vehículo y señalando hacia atrás — Miren.

    Todos centraron la vista a la zona en la que habían podido entrar al bosque. Ninguno de los tres gyot que los estaba siguiendo se animó a entrar al interior del bosque para seguir a sus presas. Las criaturas simplemente dieron un gruñido hacia los humanos y luego regresaron corriendo por donde vinieron. Esta acción sorprendió mucho a todos los humanos.

    — ¿Por qué dejaron de perseguirnos así nada más? — preguntaba Benjamín.

    — Quizá sea porque entramos a este bosque — respondió Kate — Tal vez haya algo que no les guste aquí dentro.

    Los chicos, a pesar de estar algo confundidos, decidieron seguir explorando. Ahora que los gyot no los perseguían, probablemente tendrían más calma. Sin embargo, algo extraño ocurrió en el bosque. Una vez que pasó un minuto y medio desde que entraron, los chicos se estaban quedando sin aire, y algunos de ellos empezaban a ahogarse.

    — ¡¿Qué ocurre?! — decía Sixto algo desesperado — ¡¿Por qué no puedo respirar?!

    — ¡Rápido, activen la función de oxígeno para respirar bajo el agua! — indicó Tiberio.

    Todos le hicieron caso al rompe huesos. A pesar de estar con los pies en tierra firme, se vieron obligados a activar los respiradores para aguantar bajo el agua. Afortunadamente, todos los trajes contaban con esa función la cual no mostraba fallas. Ahora ya ninguno de ellos tenía problemas para respirar.

    — Me pregunto por qué no hay oxígeno aquí — decía Morani sin encontrar una explicación lógica — Estamos rodeados de árboles.

    — Tal vez estos árboles no sean árboles naturales — le respondió Tiana.

    — Aunque no hubiera árboles, no deberíamos de habernos quedado sin oxígeno solo porque si — respondió Uriel.

    — Tal vez estos árboles sean diferentes a los otros — respondió Kate — Y en vez de absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno hagan todo lo contrario.

    — ¿Pero por qué? — preguntaba Asher sin entenderlo.

    — Este planeta no es la Tierra — le respondió Nikolai — No tiene por qué seguir las reglas biológicas de nuestro planeta.

    — Ahora mismo no es importante — les respondió Tiberio empezando a adentrarse en el bosque — El oxígeno que estos trajes almacenan no será infinito, así que será mejor que nos demos prisa para buscar el arma.

    Los nueve soldados se adentraron en las profundidades del bosque sin oxígeno con la esperanza de que el arma haya sido escondida en un lugar como ese, aunque parecía poco probable que los Boek la hubieran escondido en un lugar como ese. Lo malo es que no tenían casi nada de información sobre la raza extinta, lo cual quería decir que estaba la posibilidad de que ellos pudieran vivir perfectamente sin la necesidad de respirar oxígeno, cosa que nunca iban a saber.

    A pesar de todo, estar en un bosque así tenía su ventaja, dado a que los gyot no los iban a molestar durante la búsqueda del arma. Los humanos siguieron avanzando con sus vehículos hasta que llegaron a una zona en la que los árboles volvían a juntarse, pero ahora más que antes. Estaba claro que el arma Boek no estaría ahí. No había espacio para que los vehículos entraran, ni siquiera había espacio suficiente para que entraran más de dos humanos al mismo tiempo. Algo decepcionados de que solamente habían perdido el tiempo, decidieron salir de la zona.

    Sabiendo que no corrían ningún peligro, todos aceleraron al máximo y en cuestión de unos pocos minutos lograron salir del bosque.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora? — preguntaba Sixto — Es muy temprano como para regresar.

    — Seguiremos explorando hacia el frente tal y como íbamos a hacer hace unos días — respondió Nikolai — No tenemos más opciones.

    Todos se pusieron en marcha, esta vez con cuidado, dado a que los gyot podrían estar al acecho esperando que salieran del bosque para volver a perseguirlos. Dado a que ya no era necesario que lo siguieran utilizando, todos desactivaron la función para respirar bajo el agua para no agotar todo el oxígeno y continuaron su camino.

    Pocos minutos después de haber abandonado el bosque, los soldados escucharon el ruido de otros vehículos acercándose hacia ellos. Nunca habían visto a Cybershark utilizando vehículos, y los gyot y los tigrazules no los necesitaban para movilizarse.

    — No suenan como los vehículos de los esqueletos — decía Asher escuchando el ruido que hacían.

    — Deben ser los vofkridianos — respondió Tiberio algo preocupado.

    Todos se pusieron nerviosos por haber escuchado a Tiberio decir esas palabras. En efecto, cuando los vehículos extraños se acercaron a ellos, pudieron notar que se trataba de un grupo de cinco vofkridianos.

    — Hkras no está con ellos — decía Tiberio mirándolos atentamente.

    — ¡Tenemos que escondernos antes de que nos vean! — respondió Tiana algo asustada.

    — No — respondió Tiberio — Tengo una mejor idea. ¡Todos activen la función de respiración bajo el agua y empiecen a correr hacia el bosque!

    Todos le hicieron caso a Tiberio. Una vez que reactivaron el sistema que les daba oxígeno, todos empezaron a dirigirse hacia el bosque nuevamente. Los vofkridianos, que tenían vehículos más rápidos, lograron ver a los humanos delante de ellos.

    — Son ellos — decía el líder de ese grupo — ¡Alcáncenlos!

    Los cinco vofkridianos aceleraron y empezaron a seguir a sus enemigos. Los humanos consiguieron su objetivo y consiguieron entrar nuevamente al bosque. Sin pensarlo una segunda vez, los vofkridainos entraron también. Para sorpresa de ellos, los humanos habían detenido sus vehículos y se encontraban con sus espadas, listos para pelear.

    — Ya los tenemos, Krur — dijo uno de los vofkridianos al que aparentemente era el líder de ese grupo — No hay escapatoria para ellos. Nuestros vehículos son más rápidos.

    Krur, el vofkridiano que lideraba al grupo, se bajó de su vehículo armado con su espada, acción que el resto de los vofkridianos imitaron.

    — Todo parece indicar que están atrapados — les decía Krur a los humanos — No hay forma de que puedan escapar ni esconderse de nosotros. Hkras les había dicho que tenían dos opciones: la primera era arrodillarse frente a él, la segunda es morir. Espero que tengan preparadas sus rodillas, o de lo contrario, tendrán que preparar sus tumbas.

    Los vofkridianos esperaban la respuesta de parte de los humanos. Tiberio dio un paso al frente y habló por el resto de su equipo.

    — Hkras nunca nos verá arrodillados frente a él — le respondió el rompe huesos activando su espada y escudo — Y si nos quiere ver muertos, será mejor que empiecen a pelear.

    Los cinco vofkridianos, ante la insolencia de las palabras de Tiberio, atacaron a los humanos. Krur, el líder de ellos fue a la carga contra Tiberio. Mientras que los otros ocho humanos se dividieron en equipos de dos para pelear en contra de los cuatro vofkridianos que quedaban.

    Krur atacó a Tiberio con su espada. El rompe huesos frenó el ataque con su escudo, y ágilmente se agachó y dio un giro para poder darle una patada en la pierna a su enemigo. Krur cayó al piso, pero antes de que el rompe huesos pudiera hacer algún movimiento, este levantó su espada en su dirección, lo que obligó al soldado a retroceder.

    Asher peleaba junto a su hermano Uriel. El vofkridiano atacó al chico estadounidense, quien logró cubrirse perfectamente del ataque con su espada, y ahora, ambos empezaron a hacer fuerza con sus espadas con el objetivo de desarmar a su oponente. Uriel, viendo que el vofkridiano no iba a poder defenderse le lanzó un ataque a su enemigo. El extraterrestre lo vio e intentó esquivarlo, pero no logró moverse a tiempo y terminó recibiendo una herida en su hombro. Enfadado con Uriel, el vofkridiano le dio una patada en el estómago a Asher y se acercó a su hermano. Uriel bloqueaba los ataques de su enemigo anteponiendo su espada para evitar ser golpeado. A pesar de la herida en su hombro, el vofkridiano atacaba tan rápido que Uriel no podía hacer más que defenderse. Estando consiente de esto, el chico canadiense decidió usarlo a su favor. En el próximo ataque que el vofkridiano hizo, Uriel dio un giro rápido y le dio un ataque levantando su espada. El vofkridiano logró bloquear el ataque, pero quedó desarmado, momento que Asher aprovechó. Antes de que su enemigo pudiera hacer algo para recuperar su espada, Asher le atravesó el cuello, matándolo en un instante.

    Kate y Nikolai luchaban contra otro vofkridiano. Ambos chicos atacaban uno a la vez y sin coordinación. Para el vofkridiano era muy fácil defenderse, dado a que solo tenía que mover sus brazos y las piernas para bloquear primero un ataque de Kate y después otro ataque de Nikolai.

    — No le estamos haciendo nada — decía Nikolai a su compañera — Tengo una idea. Ataca al mismo tiempo que yo.

    Kate atacó rápidamente con su espada al enemigo, movimiento que fue bloqueado por el vofkridiano. Luego, Nikolai atacó casi inmediatamente después, pero el vofkridiano consiguió frenar el ataque con su espada. Ambos chicos se miraron fijamente un segundo y atacaron los dos en simultáneo con sus espadas a las manos del vofkridiano. El extraterrestre quiso bloquear ambos ataques, pero dado a la buena coordinación entre ambos chicos, no consiguió bloquear ninguno de los dos. Nikolai y Kate le cortaron las manos al vofkridiano, quien empezó a sangrar después de que estas fueran arrancadas. Ahora que el enemigo estaba indefenso, Nikolai y Kate atacaron al mismo tiempo una vez más y lograron atravesarle el pecho desde dos lugares distintos, lo cual terminó en la muerte del vofkridiano.

    Morani y Tiana luchaban juntos en contra de otro de los enemigos. Sin embargo, a diferencia de los otros grupos, los chicos estaban algo asustados de cometer un error que pudiera terminar en la muerte de alguno de ellos, por lo que sus ataques eran muy cuidadosos, lo que le permitía al vofkridiano bloquearlos con facilidad con su espada.

    Sixto y Benjamín luchaban en contra de otro vofkridiano. En un principio creyeron que el vofkridiano se iba a quedar sin oxígeno rápidamente, pero no fue así. Sixto dio un ataque rápido a la cabeza de su enemigo intentando matarlo, pero el vofkridiano movió su espada hacia abajo, lo que causó que Sixto perdiera la suya. Rápidamente, el vofkridiano le dio un fuerte golpe en la cabeza con su puño a Sixto, lo que lo terminó tirando al piso. Sixto veía como el vofkridiano se puso en frente de él, listo para matarlo, pero el ataque del enemigo fue bloqueado por Benjamín, quien puso su espada para evitar que Sixto muriera. Ahora, el soldado inglés luchaba en contra. El vofkridiano atacó velozmente a Benjamín, quien se cubrió con su espada, rechazando el ataque, y ahora, era el turno de él para atacar. A pesar de que los ataques de Benjamín estaban bien calculados, el vofkridiano los bloqueaba sin problemas.

    Krur, quien seguía peleando contra Tiberio, empezó a respirar con dificultad, pero no le dio importancia. El vofkridiano atacó con su espada al rompe huesos, quien se protegió con su escudo. Antes de que el humano pudiera responder, Krur atacó nuevamente. Tiberio le bloqueó el ataque con su espada, luego hizo dos movimientos rápidos. Uno con su escudo para mover el brazo del vofkridiano, y otro con su espada, el cual logró golpear al vofkridiano en la cabeza, causándole una pequeña herida. Krur retrocedió luego de recibir el ataque. El vofkridiano levantó la vista y empezó a ver con furia a su enemigo, el cual se dio cuenta de que estaba respirando mal. Tiberio sonreía porque sabía que el vofkridiano se estaba quedando sin aire.

    — ¿Por qué te ríes? — le preguntó Krur algo molesto — ¡Que hayas conseguido golpearme no quiere decir que vayas a derrotarme!

    — Lo haré, solo ataca — respondió el rompe huesos burlándose de su enemigo.

    Krur se sentía insultado por su enemigo, por lo que atacó con furia y con fuerza en contra de Tiberio. El rompe huesos dio un fuerte golpe con el escudo. Cuando ambas armas chocaron, Krur perdió la suya, momento que Tiberio aprovechó para levantar su brazo armado y clavarle su espada en la cabeza al vofkridiano. El rompe huesos logró eliminar a su enemigo.

    Los otros dos vofkridianos que seguían con vida empezaron a sentir molestias dado a la falta de oxígeno. Sus movimientos empezaron a ser lentos e imprecisos, cosa que los humanos aprovecharon. Cuando los vofkridianos atacaron, Sixto y Morani, respectivamente, bloquearon los ataques que iban dirigidos hacia ellos. Rápidamente, Benjamín y Tiana aprovecharon sus oportunidades para eliminar a sus enemigos. Con un golpe directo en el pecho, los chicos consiguieron matar a los dos vofkridianos restantes.

    — ¡Lo logramos! — dijo Asher celebrando la victoria.

    — ¡Finalmente algo nos sale bien! — gritaba Benjamín sintiéndose contento con la forma en la que terminó la pelea.

    Los nueve soldados celebraron momentáneamente su victoria en contra de los vofkridianos. Antes de que el oxígeno se les terminara, ellos decidieron abandonar el bosque sin oxígeno. El resultado de la batalla les había subido la moral. Luego de haber enfrentado una derrota y dos pérdidas, el haber triunfado sobre sus enemigos era un plato de buen sabor para ellos. O al menos para la mayoría de ellos.

    Sixto, quien no estaba contento por la forma en la que salió la pelea, dado a que estuvo a punto de morir de no haber sido por Benjamín, decidió acercarse para hablar con Tiberio.

    — Tiberio — dijo Sixto acercándose al rompe huesos — Quiero pedirte un favor.

    — ¿De qué se trata? — preguntó Tiberio algo confundido por la forma en la que su compañero se lo preguntaba.

    — Quiero que me entrenes para poder ser un mejor soldado — le respondió el chico de Irlanda.
     
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    Mmm...

    Usar el terreno a tú favor para vencer a los enemigos, buena estrategia. A Hkras le va a molestar la perdida de sus soldados, no obstante, confiarse tiene sus consecuencias. Espero que los humanos sigan así, sino tendrán problemas para hacer frente a los múltiples enemigos que se han hecho. El iluso de Nikolai todavía piensa que tiene posibilidades con Kate lol.

    Benjamín va a recibir clases particulares de Tiberio jejeje nada mal.

    Sin más que agregar.

    Saludos y suerte.
     
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  8. Threadmarks: Búsqueda - Parte 5: Cubierto de cenizas
     
    Agus estresado

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    El arma Boek
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    Ciencia Ficción
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    Lamento haber tardado demasiado con la publicación de este capítulo. Pero tal y como dije, debido a las fiestas, no he tenido demasiado tiempo para escribir, además de que tuve que pasar por otros problemas que postergaron todo para hoy.

    Este capítulo para mí no es de los mejores de la historia, pero creo que es mucho mejor que el capítulo anterior. Espero que les guste y que dejen algun comentario si pueden.

    Sin más que decir, me despido. Vamos a ver cuando podré escribir el siguiente.


    Búsqueda – Parte 5: Cubierto de cenizas

    La exploración continuó durante el resto del día, pero los soldados no habían logrado encontrar ningún lugar interesante en donde el arma Boek pudiera estar escondida. Viendo que no tenían ninguna pista para buscar el día de mañana, Simón había decidido que iba a desplazar la nave nuevamente. Si el arma no se encontraba en la zona, no había necesidad de quedarse allí.

    Ya era casi de noche, y varios soldados se habían ido a acostar para prepararse para el día de mañana. Tiberio y Sixto se encontraban entrenando en la sala de entrenamiento. El chico de Irlanda había aprendido algunas cosas útiles para realizar movimientos en el momento de pelear, y disfrutó mucho del entrenamiento con su compañero, el cual quería hacerle unas preguntas.

    — Dime algo, Sixto — le decía el rompe huesos — ¿Por qué me pediste que te entrenara?

    — La razón por la que he venido a este planeta es encontrar el arma — le respondió Sixto — Si encontramos el arma, Hkras será derrotado, y mi hija podrá tener un futuro no relacionado a la FOT. Pero, ¿de qué me sirve todo esto si muero y no estoy ahí para ver el futuro que le di? El día de hoy Benjamín me salvó la vida, pero podría no volver a repetirse otra vez. Ya no quiero depender de nadie. No puedo morir en este planeta. Hice una promesa, y voy a cumplirla.

    — Es bueno saber que tienes un buen motivo para pelear — le respondió Tiberio — Cada uno de nosotros tiene el suyo. Es suficiente entrenamiento por hoy, será mejor descansar.

    Ambos soldados se retiraron de la sala de entrenamiento para irse a dormir y prepararse para el día de mañana.

    Kate estaba a punto de entrar en su habitación cuando Nikolai le llamó la atención. La chica de Francia ya estaba un poco cansada, no solo por la exploración y la pelea del día de hoy, sino por tener que seguir hablando con Nikolai. Aunque, a pesar de esto, el chico ruso no se daba cuenta de nada.

    — Hola Kate — le dijo el chico ruso — Veo que estás por irte a dormir.

    — Así es — le respondió Kate — Estoy algo cansada, así que sería bueno que tú también te vayas a dormir.

    — Solo quería decirte algo rápido — le contestó Nikolai — En la misión de hoy, cuando nos atacaron los vofkridianos, estoy seguro de que te diste cuenta de que logramos eliminar al que nos atacó a nosotros dos sin problemas.

    — Eso es cierto — le respondió Kate — No consiguió golpearnos.

    — Lo que quiero decir es que tú y yo hacemos un buen equipo — le dijo Nikolai — Estamos hechos para estar juntos.

    El chico ruso intentó besar a Kate, quien lo vio venir y lo evitó poniendo su mano para evitar el contacto con su compañero. Nikolai estaba sorprendido por la actitud de su compañera. Le sorprendía mucho que esta lo siguiera rechazando después de todas las veces que fueron juntos.

    — Lo siento, Nikolai — le respondió Kate — Pero no quiero tener una relación contigo.

    — Es por Asher, ¿verdad? — le preguntó algo enojado el chico ruso — No me vengas con excusas tontas. Si es por Asher, solo dímelo.

    Kate no quería decirle a Nikolai que ella y Asher eran una pareja, dado a que sabía que podría tomárselo mal. Y tras recordar el día en el que murió Naomi, solo reforzó su teoría. Si Nikolai había atacado a Asher una vez, nada le impedía hacerlo dos veces. Tenía que demostrarle que ella y él no tenían nada y que fuera algo creíble.

    — No, no es por él — respondió Kate algo triste — Es solo que, el pensar que Ismael y Alison murieron asesinados por Cybershark…no quiero empezar una relación sentimental y que eso le pase a la persona que está conmigo. Ni tampoco que me pase a mí y que la persona que está conmigo enfurezca. Por eso, hasta que no terminemos con esta misión, no quiero tener ninguna relación con nadie.

    — Lo entiendo, y por supuesto, lo respeto — le respondió Nikolai empezando a marcharse — Pero te aviso algo. Una vez que lleguemos a la Tierra, lo intentaré otra vez. Estoy seguro de que tú y yo estamos hechos para estar juntos.

    Kate vio cómo su compañero se metió a su habitación correspondiente. Antes de irse a dormir, la chica de Francia decidió irse a la habitación de Asher. Su novio se encontraba despierto afortunadamente. Este se sorprendió de ver a Kate, ya que pensó que ella había ido a dormir.

    — Kate, ¿Qué haces aquí? — le preguntó Asher.

    — Tenemos que hacer algo respecto a Nikolai — le respondió Kate.

    Kate le explicó a Asher lo que había pasado. La pareja sabía que tenían que buscar alguna forma de que Nikolai creyera lo que ella le había dicho, y que fuera algo verdaderamente convincente.

    […]

    A varios kilómetros de distancia de la nave de los humanos, en el medio de unas montañas, se podía ver algunas naves alineadas en tal forma que podían armar un círculo a la perfección. Estas naves les pertenecían a todos los vofkridianos, quienes parecían estar reunidos teniendo una charla. Hkras estaba hablando con Veygh y el resto de sus hombres. El emperador parecía estar verdaderamente enojado por algo.

    — Ya es muy tarde — decía el emperador vofkridiano algo molesto — Krur y el resto de su equipo aún no han regresado.

    — ¿Estás seguro de que están muertos? — le preguntó Veygh — Tal vez hayan tenido algún problema.

    — Hemos pactado una hora de salida y una hora de regreso, y todos acordaron que la iban a seguir — respondió Hkras algo furioso — Krur no desobedecería, y si iba a regresar mas tarde habría dado un aviso antes. Pero lo que más me enoja de todo esto es que haya sido tan idiota como para dejar que lo asesinen. Tal vez lo merecía.

    — De cualquier manera, Krur y su equipo solamente eran unos cinco soldados — respondió Veygh — No es una gran pérdida. ¿Quiénes crees que hayan sido los responsables de esto?

    — No hemos visto a las máquinas de ejecución en un tiempo, es imposible que ellos hayan encontrado a Krur y lo hayan matado — le respondió Hkras — Esto fue cosa de los humanos.

    — Eso quiere decir que han desperdiciado la oportunidad que les has dado — respondió Veygh — Lo cual significa que deben ser exterminados.

    […]

    Al amanecer, Simón los hizo dirigirse a la sala de salida de los vehículos después de que todos hayan desayunado bien. La espada de plata quería que aprovecharan todo el tiempo posible de luz que pudieran tener. Simón no veía posibilidades de encontrar el arma Boek el día de hoy, pero creyó que probablemente la exploración les permitiera acercarse más hacia esta.

    — Les deseo la mejor de las suertes en la misión de hoy — les dijo la espada de plata abriendo la puerta de salida — Espero de todo corazón que logren encontrar el arma Boek lo más pronto posible. Ya estoy algo cansado de repetir esto cada día.

    Los soldados salieron todos juntos y empezaron a explorar la nueva zona en la que se encontraban. Todos ellos, al igual que el hombre que los lideraba, querían encontrar el arma y regresar a la Tierra. Varios de ellos, a pesar del peligro, estaban algo emocionados por la idea de poder descubrir un nuevo planeta, pero ya habían pasado un tiempo considerable en él, y nada los haría más felices que poder volver a casa.

    Asher, viendo que Nikolai conducía muy cerca de Kate, decidió que lo mejor sería poner el plan que ambos habían hecho durante la noche para engañarlo. El chico de Estados Unidos se acercó a su compañera y trató de hablarle.

    — Kate, escucha — le dijo Asher intentando sonar convincente ya que sabía que Nikolai lo escuchaba — He llevado un largo tiempo queriendo decirte algo.

    — ¿Qué es? — preguntó la chica.

    — Tú eres mi compañera — le decía Asher de una forma dulce — Pero eres una chica muy hermosa en verdad. Me gustaría que tú y yo pudiéramos ser algo más que solo compañeros de misión.

    — Lo siento, Asher — le respondió Kate algo apenada por lo que iba a decir — Sé a dónde estás tratando de llegar, pero la respuesta es no. No quiero tener ninguna relación sentimental con nadie, al menos no mientras estemos en este planeta. Tengo miedo de encariñarme con alguien y que ese alguien termine muerto como Alison o Ismael. Y tampoco quiero que pase lo mismo conmigo. Espero que lo entiendas.

    — Yo… — quería decir Asher intentando convencer a su compañera de aceptar, pero finalmente entendió lo que quería decir — Lo comprendo. Es lógico lo que dices, y entiendo que no quieras. Eres verdaderamente hermosa, y quiero estar contigo. Pero para eso, debo respetar tus decisiones.

    Nikolai, que escuchó cada palabra de esa conversación, mostró una sonrisa inmediatamente después de que esta terminara. Si bien, esto no quería decir que Kate no sintiera algo por Asher, lo cierto era que podría aprovechar el tiempo que estuvieran en ese planeta para intentar hacer que ella perdiera el interés en su compañero y se centrara en él.

    Uriel escuchó esto y se sorprendió. Él sabía que su hermano y Kate se querían, y no notó nada extraño el día anterior que pudiera hacer que las cosas cambiaran. Cuando su hermano se separó de Kate, este se acercó a él para preguntar qué había pasado. Pero rápidamente, Asher miró a su hermano y le hizo un gesto de que todo estaba bien. Uriel miró hacia atrás para ver a Nikolai y se dio cuenta de que esa charla era solo una puesta en escena para engañarlo. Eso lo tranquilizó mucho.

    Los nueve soldados avanzaron durante una media hora aproximadamente hasta que notaron que hacia el frente se empezaban a ver unas montañas no demasiado lejos. Su experiencia previa los hacía pensar que el arma Boek no estaría oculta en un lugar como ese, pero tenían que acercarse a observar. Al acercarse más se dieron cuenta de que no se trataba de una zona de montañas, sino de volcanes, los cuales desde lejos se asemejaban un poco a las montañas.

    — ¿Ustedes que dicen? — preguntaba Benjamín — ¿Creen que podremos encontrarla ahí?

    — Vale la pena intentarlo — le respondió Morani.

    Todos aceleraron con cuidado para poder acercarse a explorar el área. El lugar estaba formado por unos cinco volcanes aproximadamente, y los alrededores estaban cubiertos de cenizas. Los volcanes estaban separados entre sí por varios metros de distancia.

    — Con los vehículos podríamos recorrer este lugar muy rápido — decía Tiana mirando el lugar — Podremos saber si el arma está cerca en menos de diez minutos.

    — Aunque eso es cierto, preferiría que no usemos los vehículos — respondió Tiberio — Los motores podrían quedar cubiertos de cenizas y eso podría afectarlos.

    — No creo que algunas cenizas logren poner en mal funcionamiento a nuestros vehículos — decía Nikolai.

    — Ese es el problema, no son algunas cenizas — le respondió el rompe huesos — El lugar está repleto. Tenemos que caminar.

    — Pero eso solo va a hacer que tardemos más — contestó Uriel.

    — Es mejor no correr riesgos — respondió Tiberio.

    Dado a la insistencia de su compañero, los soldados dejaron sus vehículos preparados para marcharse en caso de encontrarse con algún peligro en el interior de esa zona. Cuando entraron empezaron a sentir un gran calor en sus cuerpos. Desde más lejos no se sentía demasiado, y el cambio de temperatura no fue gradual, sino repentino. Afortunadamente para ellos, los trajes de protección contaban con un regulador de temperatura. Todo esto era para evitar que los soldados se resfriaran en caso de pasar de una zona calurosa a una zona muy fría, sin embargo, las cosas no iban muy bien para ellos.

    — ¡Asher, mira el marcador de tú traje! — le dijo Uriel a su hermano.

    El soldado miró el marcador de su traje de protección tal y como su hermano lo indició y vio que algo estaba mal. El marcador de su traje estaba cambiando el número constantemente. De 100 pasaba a 80, de 80 a 75, y después alternaba entre valores comprendidos entre 75 y 94 por ciento. El resto de los soldados miraron sus trajes y notaron que todos estaban comportándose igual. El número que marcaba su energía cambiaba repentinamente a cada segundo. Lo cual no era bueno.

    — Esto es un problema — decía Sixto mirando su traje — Está claro que todos estamos al 100%, pero si tenemos que pelear y somos lastimados, no podremos saber el porcentaje exacto.

    — El calor de este lugar está afectando los marcadores de los trajes — dijo Kate — Esperemos que no afecte nada más.

    Los soldados avanzaron ahora con una mayor precaución de antes. Lo que dijo Sixto era cierto, si llegaban a recibir un golpe, no iban a saber en realidad cual era el porcentaje de vida que tendrían, lo cual quería decir que deberían tener cuidado. Es probable que el traje les marcara un número alto cuando en realidad ese no fuera el número correcto.

    Los nueve revisaron los alrededores del primer volcán y no vieron nada más que un montón de cenizas rodeando la zona. Ahora solamente quedaban unos cuatro más por revisar. Se acercaron al segundo y lamentablemente se encontraron con lo mismo que cuando revisaron el primero. Al momento de revisar el tercer volcán, lo que terminaron encontrando fue algo muy diferente pero no lo que esperaban.

    Los soldados lograron ver a Cybershark acompañado por unas quince máquinas de ejecución. El robot se encontraba explorando la zona de volcanes. Este consiguió divisar a los humanos antes de que pudieran esconderse de él. Todos sabían que iban a tener problemas, por lo que sacaron sus espadas y se prepararon para pelear.

    — Tal parece que nos volvemos a encontrar — les dijo Cybershark preparándose para pelear.

    — Tú crees que nos engañaste, Cybershark — le dijo Morani algo furioso con él — Pero nosotros sabemos que tu usaste una sustancia para contaminar la sangre de Alison. La hemos buscado y la hemos eliminado del todo. Es evidente porque estás acompañado de varios robots, cosa que nunca antes hiciste.

    — Así que ustedes sí sabían lo que yo había hecho — le respondió la máquina de ejecución — Es por eso que no encontré más ejemplares de esa flor. Pero eso no importa. De una u otra forma, voy a terminar eliminándolos.

    — No creas que vamos a perder tan fácilmente contra ti — le respondió Sixto.

    — Veo que tú no sabes contar — respondió la máquina de ejecución — Nosotros somos unos dieciséis, y ustedes son solo nueve. Todos van a caer, y este lugar será su tumba.

    Cybershark y el resto de sus máquinas sacaron sus espadas y atacaron a los humanos. Los soldados se prepararon para lo que sería una batalla difícil.

    Tiberio se acercó hacia el líder de las máquinas de ejecución para luchar en su contra. Cybershark lo atacó con su espada, pero el ataque terminó siendo bloqueado por el escudo de Tiberio. El rompe huesos ahora lo atacó con su espada, movimiento que fue rechazado por el robot utilizando su brazo metálico.

    Nikolai se vio rodeado por dos máquinas de ejecución. El chico ruso se encontraba atrapado. No podía hacer otra cosa que esquivar o bloquear los ataques de las máquinas. No se atrevía atacar dado a que sabía que si su ataque era bloqueado por uno de los robots, el otro aprovecharía para matarlo.

    Asher se encontraba en la misma situación. Las máquinas lo tenían completamente rodeado. Aunque, a diferencia de Nikolai, Asher no se atrevía a usar su espada para bloquear los ataques, y solamente los esquivaba tirando su cuerpo hacia atrás. Él único que no se encontraba siendo atacado por dos robots, además de Tiberio, era Sixto.

    El chico de Irlanda decidió poner a prueba el entrenamiento que Tiberio le había dado. Miró bien a su enemigo. Cuando la máquina de ejecución atacó, Sixto le bloqueó el ataque con su espada, y rápidamente la levantó y golpeó las manos del robot, dejándolo desarmado. Sabiendo que para derrotarlo solamente tendría que darle una seguidilla de golpes en el mismo lugar hasta que su cuerpo empiece a destruirlo, comenzó a golpearlo en la cabeza repetidamente. Tras darle unos ocho golpes, consiguió destruirle una parte de su cabeza, para después atravesársela con su espada, provocando la muerte del robot.

    Ahora que estaba libre, decidió ayudar a sus compañeros. A pesar de todo, el chico irlandés veía que ellos se encontraban en una situación mucho más complicada que él.

    — ¡Agrúpense y luchemos todos juntos! — ordenó Sixto viendo que era la única opción posible.

    Todos los soldados, excepto Tiberio se agruparon para luchar en conjunto tal y como su compañero les había dicho. Aun así se encontraban en problemas. Sus enemigos eran catorce y ellos solamente ocho. Las máquinas de ejecución atacaban mientras que los soldados se limitaban únicamente a bloquear esos ataques. Cybershark lo notó y empezó a acercarse a sus robots, forzando a Tiberio a acercarse a ellos también.

    — ¡No podrán bloquear nuestros ataques para siempre! — les dijo Cybershark — ¡Ya los tenemos atrapados, humanos!

    Los soldados se encontraban casi atrapados por los robots de Cybershark, quienes parecían que iban a ganar la batalla. Cybershark atacó a Tiberio, quien rápidamente bloqueó el ataque con su escudo. El rompe huesos atacó con la espada, cosa que fue bloqueada otra vez por su enemigo. Tiberio se agachó y le dio una patada en los pies a Cybershark, quien estaba esperando otro ataque de su espada, por lo que no fue capaz de bloquearlo y cayó al suelo. Tiberio quiso golpear a Cybershark mientras estaba en el suelo, pero este le dio una patada en el estómago, haciéndolo retroceder. La máquina de ejecución se puso de pie y atacó con su espada a Tiberio. El rompe huesos movió su brazo armado y ambas espadas chocaron. Cybershark movió su brazo libre intentando darle un golpe en la cabeza al humano, pero para su sorpresa, su brazo terminó siendo detenido a mitad de camino.

    — ¡¿Qué pasa?! — preguntó Cybershark intentando mover su brazo — ¡¿Por qué no puedo moverlo?!

    Tiberio aprovechó este momento y golpeó a Cybershark en la cabeza con su escudo, haciendo que este retrocediera unos pasos. Cybershark bloqueó un ataque inmediato del rompe huesos y después empezó a tocar su brazo inmóvil con su otro brazo. Tras sacudirlo un poco, notó que varias cenizas habían entrado ahí y estaban estorbando su mecanismo de movimiento. Tiberio notó esto y supo cómo podrían eliminarlos.

    — ¡Tírenles cenizas! — les gritó el rompe huesos a sus compañeros — ¡Afectará sus movimientos!

    Los soldados hicieron caso al consejo de su compañero. Todos se alejaron un poco de las máquinas de ejecución, tomaron cenizas en su mano libre y la arrojaron en la dirección de sus enemigos. Algunos se vieron más afectados que otros. Mientras otros robots se quedaron totalmente inmóviles, algunos aun podían moverse bien. Nikolai, Asher y Benjamín atacaron a tres de los robots que estaban parcialmente sin moverse. No tuvieron dificultades para derrotarlos. Cuando atacaron con sus espadas, las máquinas de ejecución lograron bloquear los ataques, pero antes de que pudieran contraatacar, los soldados se movieron rápidamente para ponerse detrás de estos. Ahora que estaban fuera de la vista de sus enemigos, los atacaron repetidamente en la zona que unía el cuello con la cabeza, logrando destruirla y desarmando a las máquinas de ejecución.

    Cybershark se veía totalmente superado ahora que sus máquinas de ejecución no podían moverse, y además, su cuerpo aún estaba lleno de cenizas en el interior. El líder de las máquinas decidió retirarse del lugar.

    Tiberio intentó detenerlo, pero dos de los robots se interpusieron entre él y su enemigo. Uno de ellos atacó al rompe huesos, quien bloqueó el ataque con su escudo y luego le rompió el brazo armado dándole un golpe con su espada en el hombro. El otro robot intentó atacarlo en la cabeza, pero Tiberio lo vio venir. Se agachó para esquivar el ataque y luego le dio un golpe en los pies al robot, provocando que cayera al suelo. Su mecanismo en el interior se había llenado de cenizas, lo cual le impidió levantarse nuevamente.

    En cuestión de minutos, el resto de los soldados logró eliminar al resto de las máquinas de ejecución. Algunos simplemente separaron las cabezas del cuerpo mientras que otros les perforaron la cabeza, provocándoles una muerte total.

    — ¡Lo logramos! — gritó Nikolai levantando su espada como símbolo de victoria — ¡Hemos logrado ganar dos batallas seguidas!

    — Es una lástima que Cybershark se nos haya escapado — respondió Morani algo decepcionado de no haber podido acabar con él.

    — Aun así, hemos logrado destruir a quince de sus robots — decía Tiana viendo el lado positivo de la situación — Es un gran avance para derrotarlo.

    — La próxima vez no se nos escapará — respondió Tiberio mirando al lugar por donde Cybershark se escapó — Cybershark tiene las horas contadas.

    Luego de que la batalla terminó, los soldados retomaron la búsqueda del arma Boek en la zona de volcanes. Terminaron de recorrer los alrededores del tercer volcán y no lograron encontrar nada interesante alrededor de él. El cuarto volcán era exactamente lo mismo. Solamente les quedaba revisar cerca del último lugar, pero en cuanto lo hicieron, empezaron a sentir como el suelo estaba vibrando un poco. La temperatura del lugar estaba aumentando, y desde el interior del quinto volcán estaba empezando a salir humo negro. A pesar de que el traje de protección tenía un regulador de temperatura, el calor que empezaron a sentir era verdaderamente fuerte.

    — ¡Va a entrar en erupción! — gritó Kate algo asustada luego de todo lo que había pasado — ¡Debemos irnos!

    Sin perder el tiempo, los soldados empezaron a correr. Todos se sentían muy acalorados. Sin haber corrido demasiado, sus cuerpos empezaron a sudar demasiado, y ya no sentían una temperatura normal, sino una temperatura muy caliente.

    Afortunadamente, no tuvieron que correr demasiado para escapar de la zona de volcanes. Al salir de ese lugar, sentían como sus cuerpos empezaban a perder calor, y ahora estaban empezando a sentir mucho frío.

    — ¡¿Qué está pasando?! — preguntaba Uriel sabiendo que algo andaba mal — ¡¿Por qué los trajes siguen bajando nuestra temperatura?!

    — ¡El calor debe haberlos afectado! — respondió Morani empezando a sentir un gran frío de repente — ¡Probablemente el traje haya detectado una temperatura muy alta y esté intentando regularizarla aunque ya no estemos en la zona de volcanes!

    — ¡Tendremos que regresar a la nave y reiniciarlos! — respondió Nikolai.

    — Habrá que suspender el resto de la búsqueda por hoy — agregó Tiberio — Los trajes tardan un largo tiempo en reiniciarse.

    Los nueve soldados subieron a sus vehículos y empezaron a conducir de regreso a la nave sintiendo un gran frío en sus cuerpos. Tiana le hizo una llamada a Simón para que este preparara las herramientas para reiniciarlos. A pesar de que no podrían seguir buscando el arma en lo que quedaba del día, los soldados aún tenían un motivo para celebrar: habían logrado eliminar a quince de los robots de Cybershark, lo cual significaba que el líder de las máquinas de ejecución acababa de perder a un número considerable de guerreros que luchaban para él.
     
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    Buenas...

    Otro capítulo, otro comentario. Una victoria para los humanos no viene mal para levantar su moral y con está van dos seguidas(nuevo record). Además, Nikolai está haciendo el loco con Kate lol. Tiberio como siempre aprovechando su oportunidad para sacar ventaja de la situación.

    Como siempre quedo a la espera de lo que suceda...

    Saludos y suerte.
     
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  10. Threadmarks: Búsqueda - Parte 6: Gran altura
     
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    Saludos. Bueno, este capítulo me quedó más corto que el resto de los capítulos que pertenecen a la parte Búsqueda, pero eso es porque dejé varias cosas para el siguiente capítulo, el cual tengo la intención de que sea muy bueno y quiero que varias cosas se muestren en él.

    A pesar de ser más corto que los dos anteriores, me parece que este es mejor que esos. Que sea más largo o más corto no lo hace un capítulo mejor o peor, sino lo que verdaderamente ocurre en él, pero como ya les dije, el juzgar el capítulo es cosa de los lectores.

    No hay mucho que decir. Los dejaré leer tranquilos.


    Búsqueda – Parte 6: Gran altura

    Lo primero que hicieron los soldados apenas llegaron a la nave fue quitarse los trajes. En el interior de esta no corrían ningún tipo de peligro, ni tampoco necesitaban del oxígeno. Simón tomó los trajes y decidió ponerlos en reinicio para que estos dejaran de bajar las temperaturas.

    — Sin los trajes puestos ustedes no podrán entenderse entre sí — les dijo la espada de plata a los soldados, quienes lograban escuchar esas palabras cada uno en su idioma, pero no podrían responder sin confundirse — Vayan a entrenar o a descansar mientras me encargo de esto.

    Esa opción parecía ser la única posible. Cada uno de los soldados decidió ir a la sala de entrenamiento para hacer ejercitación de músculos y de resistencia, dado a que un entrenamiento de combate sería confuso. Si bien, había ropa que estaba designada para poder entender otros idiomas sin necesidad de los trajes, lo soldados no las habían traído consigo. Los soldados entrenaron con algo de intensidad hasta que Simón les dijo que había terminado con los trajes. Ya había anochecido y no habría tiempo para casi nada, por lo que todos se pusieron los trajes nuevamente y se fueron a acostar. Kate quería saludar a Asher, pero recordó de la puesta en escena que habían hecho en la mañana. Si lo hacía, Nikolai descubriría la verdad, por lo que simplemente se fue a su habitación. Uriel fue a charlar con su hermano. Sixto, Tiberio y Benjamín se acostaron a dormir mientras que Tiana y Morani decidieron hablar de algo antes de acostarse.

    — Ya estamos cerca de derrotar a Cybershark — le decía Morani algo emocionado a Tiana — El día de hoy le quitamos a varios de sus robots. La próxima vez será nuestra victoria definitiva.

    — Sé que tienes muchas ganas de matar a Cybershark, y yo también me alegro de que estemos cerca de vencerlo — le decía Tiana — Pero no quiero que te emociones ni cometas errores.

    — Descuida — dijo Morani dándole un beso a su novia — Estamos muy cerca de vengar las muertes de Evandro, Alison e Ismael. No pienso cometer equivocaciones.

    — Morani, quiero que tengas cuidado con lo que hagas — le dijo Tiana.

    — ¿Qué quieres decir con eso? — preguntó el chico de Kenia.

    — Tú me habías dicho que no ibas a morir hasta que Cybershark no fuera destruido — le respondió Tiana — Esas fueron tus palabras exactas. Pero quiero que pienses bien en lo que harás después de que Cybershark esté derrotado. No quiero que te relajes o que te confíes. Tú viste perfectamente como Hkras lo derrotó fácilmente. Hkras es mucho más peligroso que él, y no quiero perderte.

    — Eres tan tierna al preocuparte por mí — le respondió Morani abrazando a su novia — No tienes que preocuparte. No voy a dejar que nada malo nos pase. Ni antes ni después de vencer a Cybershark. Tú y yo vamos a tener una vida tranquila después de esto.

    — Gracias por entenderlo — le respondió Tiana — Sería mejor que nos fuéramos a dormir.

    […]

    Había una gran cantidad de movimiento en la ciudad de los huesos. Varios cleexors estaban desplazando vehículos y armas hacia la calle que se encontraba en el medio de la ciudad. Cleexor y Nix habían salido de la habitación en la cual controlaban todo lo que pasaba en la ciudad y se dirigieron hacia el centro de la ciudad. Cleexor, a pesar de la carencia de expresión en el rostro, se encontraba seriamente preocupado y un poco alterado.

    — ¿Estás seguro de que esto es necesario? — le preguntó Nix — La ciudad quedará muy vulnerable si envías a tantos hacia los laboratorios.

    — La pirámide ya fue atacada una vez — le respondió Cleexor — El solo avisar que se mantengan alerta debe ser suficiente. Pero la esfera y el cubo no han sido atacados aun, y han detectado la presencia de otras razas circulando cerca de esa zona, sobretodo en la del cubo.

    — ¿Por qué no envías solamente a algunos hombres hacia el cubo? — preguntaba Nix a su líder — Nadie ha reportado ninguna actividad sospechosa desde la esfera. No hace falta que envíes a más gente ahí.

    — La esfera es nuestro laboratorio más importante — le respondió Cleexor — No puedo dejar que nadie entre ahí. Si eso llega a pasar toda nuestra investigación habrá sido para nada. ¿Acaso estás cuestionando mis decisiones?

    Nix quedó un poco nervioso con la pregunta de su líder. Si bien tenía dudas respecto al plan, sabía que no podía negarse a lo que Cleexor le dijera.

    — No, señor Cleexor — respondió Nix recordando el pasado — No lo estoy.

    Tus experimentos atentan en contra de la vida de varios de nosotros — decía un ser con una apariencia muy parecida a la humana. Excepto por el color rojizo de su piel, el gran tamaño de sus orejas y ojos, y una mandíbula algo pequeña, ese ser era casi idéntico a un humano.

    Pensé que nuestro propósito era el avance científico — decía otro de los miembros de esa raza, llamada Boek — Si mis cálculos no me fallan, seremos capaces de evolucionar a un estado superior. Nos convertiríamos en la primer raza del universo en alcanzar algo tan grande.

    Y si tus cálculos fallan aunque sea un poco, nuestra existencia habrá llegado a su fin — dijo nuevamente el Boek que habló primero.

    Piensen en las posibilidades — decía el segundo que respondió en la conversación.

    Veo que no hay manera de convencerte de dar marcha atrás — dijo el primer Boek en hablar — En el nombre del Consejo Científico de Boek, tú, Cleexor, así como el resto de tus asistentes, tienes prohibido realizar cualquier tipo de experimento. Desparece de nuestra vista.

    Como usted diga, señor — respondió Cleexor marchándose del lugar acompañado de uno de sus asistentes, cuyo nombre era Nix.

    ¿Qué es lo que tiene pensado hacer? — preguntó Nix a Cleexor.

    Es más fácil convencer a través de los ojos que a través de palabras — respondió Cleexor tomando una decisión — Le mostraré a todo Boek el nacimiento de una raza superior. Y tú me vas a ayudar.

    — Estuviste de acuerdo conmigo siempre, incluso cuando me expulsaron de la CCB — le respondió Cleexor — ¿Por qué dudarías de mí ahora?

    Nix asintió con su cabeza, demostrándole su lealtad a Cleexor. El líder de la raza estuvo verdaderamente complacido de saber que tenía el apoyo total de su asistente, quien siempre había estado ahí para ayudarlo. Ambos esqueletos llegaron hasta el centro de la ciudad y le dieron las indicaciones de partida quienes esperaban impacientemente las órdenes de su líder.

    Una vez que la orden fue dada, todos aceleraron y se pusieron en marcha hacia los dos laboratorios. Nix, a pesar de todo lo que estaba pasando tenía muchas dudas respecto a ese plan. No había un número verdaderamente grande de Cleexors. Y aunque lo hubiera, no todos ellos estaban preparados para tomar las armas y defenderse. Nix rogaba porque el plan de Cleexor saliera a la perfección.

    […]

    En la zona en donde se habían asentado los vofrkidianos, el emperador de la raza escuchaba las palabras de uno de los líderes de uno de los grupos de exploración que tenía.

    — ¿Y ustedes creen que el arma Boek pueda encontrarse en ese lugar? — preguntó el emperador vofkridiano.

    — Es una construcción verdaderamente difícil de hacer — le respondió el líder del grupo de exploración — No la habrían creado únicamente porque quedaba muy bien. Es un trabajo muy difícil de lograr. Y si el arma Boek no se encuentra allí, quiere decir que los creadores son unos imbéciles.

    El líder de los vofkridianos se puso de pie y empezó a caminar reflexionando acerca de la información que acababa de recibir. Veygh y el resto de vofkridianos miraban atentamente a su emperador, atentos dado a que sabían que este iba a dar una orden para todos ellos y que ciertamente esperaba que esa orden fuera cumplida. Tras estar varios años conviviendo con él, ya lo conocían casi de memoria. Finalmente Hkras terminó su reflexión.

    — Está decidido — decía el emperador vofkridiano — Veygh, selecciona a tres de los mejores vofkridianos presentes para que vengan conmigo. Tú también vendrás.

    — Lo que usted diga, emperador — respondió Veygh retirándose del lugar.

    — ¿Qué es lo que haremos los demás? — preguntó el vofkridiano que le había dado la información a Hkras.

    — Seguir explorando — le respondió el emperador — Si el arma no está ahí, lo mejor será tener más lugares en donde buscar. Y otra cosa, si el arma Boek de verdad está ahí, te daré un ascenso de rango.

    — ¿Es en serio? — preguntó el explorador algo emocionado por las palabras de su emperador — Lo único que yo quiero es ser de utilidad para usted. Yo haré siempre todo lo que usted me diga.

    Hkras no respondió a la pregunta de su sirviente. Se limitó simplemente a darse la vuelta e ir a dormir. Aunque no era del cien por ciento probable, era posible que el día de mañana, el arma Boek finalmente estaría en sus manos.

    — Una vez que esté en mi poder, no habrá nadie que pueda levantarse en contra nuestra — pensaba para sí mismo el emperador — No quedará nadie en el universo que no conozca mi nombre.

    […]

    La noche había pasado y la estrella de la galaxia ya estaba distribuyendo su luz en el planeta Boek. Los soldados se anticiparon a las órdenes de Simón y fueron a comer inmediatamente después de levantarse. Una vez que terminaron, todos acudieron a la sala de vehículos listos para empezar un nuevo día de exploración.

    — Quiero que el día de hoy exploren lo que haya hacia el sur de nuestra posición actual — les indicaba la espada de plata a través del comunicador.

    Simón les abrió la puerta a los soldados, quienes se disponían a partir hacia la misión cuando fueron interrumpidos por un sonido muy fuerte. Los nueve soldados escucharon un rugido proveniente desde el noreste de su posición. Sabiendo que solo había una raza en el planeta que pudiera rugir, todos frenaron sus vehículos para esperar y ver si sus suposiciones eran ciertas. En efecto, tal y como lo habían pensado, se trataba de los tigrazules. Blurg corría acompañado de otro de los miembros de su especie a toda velocidad, intentando alcanzar al grupo. Simón notó que los soldados no se habían ido por lo que decidió salir para ver qué era lo que pasaba.

    En el momento en el que la espada de plata salió al exterior de la nave, Blurg y su compañero habían llegado.

    — Finalmente los encontré — les decía el líder de los tigrazules algo cansado por la corrida — Creí que nunca lo haría.

    — Estoy feliz de verte de nuevo, Blurg — le respondió Asher — ¿Cuál es la urgencia?

    — ¿Lograron encontrar la guarida de Hkras? — preguntó Kate al tigrazul.

    — Eso es de lo que quería hablar — respondió Blurg — No logramos encontrar la guarida de ningún extraterrestre con las características que ustedes nos dieron. Pero conseguimos encontrar algo más. Algo que quizá les pueda interesar.

    — ¿Qué es? — preguntaba Tiana algo intrigada.

    El tigrazul se tomó su tiempo para poder explicarles todo a los humanos.

    — Muy lejos de este lugar, demasiado lejos, uno de nosotros encontró algo muy extraño — le decía Blurg a los humanos, quienes escuchaban atentamente sus palabras.

    — ¿A qué te refieres con extraño? — preguntó Nikolai.

    — Es algo de lo que yo nunca antes había visto ni oído hablar — respondió el tigrazul — Existe un lugar compuesto por una larga y extensa cadena de montañas, todas unidas por una distancia muy corta entre ellas.

    — Hemos encontrado varias zonas de montañas antes en este planeta — le dijo Tiberio — ¿Qué es lo que hace que esta sea especial?

    — Los caminos — dijo Blurg — En esa zona de montañas existen caminos perfectamente construidos y en un gran estado que conducen a la cima. En esos caminos, el terreno es totalmente plano, lo cual quiere decir que fue diseñado para vehículos como los suyos. No quiero hacerles ilusiones, pero existe una gran posibilidad de que el arma que ustedes estén buscando se encuentre al final de esos caminos.

    Todos los humanos quedaron verdaderamente ilusionados por las noticias que Blurg les había dado. Si todo eso era cierto, y el arma Boek verdaderamente se encontraba en la cima de esas montañas, la búsqueda del arma y la preocupación por la amenaza de Hkras habría llegado a su fin. Sabían que tenían que dirigirse a ese lugar y realizar una búsqueda a profundidad para encontrar lo que estaban buscando.

    — ¡¿Qué estamos esperando?! — preguntaba Uriel algo entusiasmado — ¡Tenemos que ir hacia allá ahora!

    — ¡De acuerdo, entonces la exploración del día de hoy queda cancelada! — les dijo la espada de plata — ¡Quiero que todos se dirijan de inmediato hacia las montañas y traigan el arma!

    — ¿Podrías ayudarnos a llegar hasta allá? — le preguntaba Benjamín al tigrazul.

    — Por supuesto — respondió este en un tono amable — Si esa arma es verdaderamente fuerte como dicen, lo mejor será que no permanezca en nuestro planeta. Si ustedes se la llevan es probable que tengamos un poco más de paz, y que ese tal Hkras contra el que pelean sea derrotado. Todos ganamos.

    — ¡Entonces es hora de salir! — decía Nikolai preparando su vehículo para partir.

    Blurg y su compañero tigrazul les indicaron el camino hacia la zona de montañas. Los dos tigrazules se apoyaron sobre sus cuatro patas y empezaron a correr a gran velocidad hacia adelante. Detrás de ellos, todos los soldados los seguían verdaderamente entusiasmados. Cada uno de ellos deseaba profundamente que el arma Boek se encontrara en ese lugar. Una vez que el arma fuera suya, todos podrían regresar a salvo a la Tierra.

    Sixto era el que más ilusionado estaba de todos ellos. Este podría ser el último día que tendría que pasar en ese planeta tan lejano. Una vez que la búsqueda termine, él podría regresar a casa y volver a ver a su esposa y su hija. Morani y Tiana, por su parte, deseaban encontrar el arma para poder regresar a la Tierra y vivir una vida tranquila tal y como habían esperado hacerlo. Asher y Kate comprendieron que su mentira para engañar a Nikolai no tendría por qué seguir por más tiempo y ambos podrían finalmente demostrar sus sentimientos reales. Nikolai ya había decidido que iba a hablar con Kate en el momento en el que la nave emprendiera el camino a la Tierra. Con la misión llegada a su fin, Kate ya no tendría ninguna excusa restante para evitar estar con él. Uriel y Benjamín simplemente deseaban encontrar el arma para poder abandonar este planeta. De no ser por Tiberio, ellos dos serían los menos emocionados por el regreso a casa. El rompe huesos por su parte, era el que más serio estaba con respecto a esta situación. Si bien, sabía que la lucha en contra de Hkras no terminaría solamente porque lograran obtener el arma, pero el conseguirla los pondría en una gran ventaja en contra de sus enemigos, y le permitiría vengar la muerte de sus padres. Aunque algunos estaban más emocionados que otros, todos ellos esperaban que el arma se encontrara en ese lugar.

    Simón, quien se encontraba en la nave tenía la tentación de llamar a Kendrick e informarle que estaban a punto de lograr el arma. Sin embargo, la espada de plata decidió que lo mejor sería no hacerlo. A pesar de las probabilidades, no había forma de asegurarse de que el arma se encontrara en la cima de esas montañas, y el darle información incorrecta a Kendrick no iba a traer nada bueno. La espada de plata cruzó los brazos y activó el rastreador de los vehículos, para asegurarse de que nada malo estuviera pasando.

    Los soldados conducían sus vehículos experimentando una sensación de alegría que no habían sentido desde que llegaron al planeta.

    — ¿Qué tan lejos estamos? — le preguntó Morani a Blurg.

    — Están verdaderamente lejos — respondió el tigrazul — A la velocidad a la que vamos, llegaremos al mediodía. Pero nosotros dos hemos estado corriendo mucho tiempo para buscarlos y estamos muy cansados como para aumentar la velocidad.

    — ¿Y qué tan altas son esas montañas? — preguntó Sixto algo intrigado.

    — Ese es el lugar a mayor altura que he visto en toda mi vida — le respondió Blurg — Si veo que es un sitio seguro, es probable que traslade a mi manada a ese lugar.

    Los soldados estaban ansiosos por llegar y explorar el lugar en busca del arma Boek. Sin embargo, si lo que decía Blurg era cierto y las montañas eran verdaderamente altas, era probable que pasaran un largo rato recorriendo la zona. Aunque si esto era necesario para asegurarse de que Hkras iba a ser derrotado, era una oportunidad que no podían ni tenían pensado dejar pasar.

    — Ya queda muy poco para que dejes de respirar de una vez y para siempre — pensaba Tiberio deseando con todo su ser que el arma estuviera en sus manos al final del día — Mamá, papá, solo esperen un poco más. Les juro que sus muertes serán vengadas muy pronto. Y una vez que todo termine, podrán descansar en paz.
     
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  11. Threadmarks: Búsqueda - Parte 7: Cero por ciento
     
    Agus estresado

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    Bueno, es algo incómodo cuando pasa esto. El capítulo anterior es muy corto comparándolo con este. La razón por la que corté el capítulo anterior en ese punto era para que este pudiera extenderse más, pero no creí que se iría demasiado lejos. No es que me guste poner un capítulo corto seguido por uno largo, pero así fue como salió.

    Este será el último capítulo que escriba para la historia en lo que queda del año. Debo decir que es la primera vez que en tres días seguidos publico tres capítulos. Este es uno de los que más me gustaron al momento de escribirlo, y espero que les guste a todos los que lo lean, porque esa era la intención de este.

    Me despido hasta el año que viene (seguiré en los foros, pero como dije antes no seguire escribiendo) y les deseo felices fiestas. Sin más que decir, les dejo el capítulo.


    Búsqueda – Parte 7: Cero por ciento

    Los soldados continuaban su camino junto al resto de los tigrazules hacia la zona de montañas dispuestos a registrar ese lugar de pies a cabeza en busca del arma Boek. Ya habían sido engañados por suposiciones erróneas en el pasado, pero esta vez tenían que encontrarla. Todos consideraban que era imposible que los habitantes de Boek hubieran construido caminos en una zona montañosa tan alta. Estaba claro que tenían algo que proteger en ese lugar, y si ese algo no era el arma Boek, ya no sabían que podía ser. Blurg y el otro tigrazul empezaron a reducir su velocidad, lo cual era comprensible dado al cansancio que habían pasado después de correr por tanto tiempo.

    — Ya no estamos muy lejos — les decía el tigrazul — Aun a esta velocidad, llegaremos en diez minutos. Déjenme tomar un respiro.

    — Por supuesto, te lo mereces — respondió Asher quien comprendía que el tigrazul debía estar cansado.

    Todos los soldados estaban ansiosos por llegar hasta las montañas y no les gustaba el tener que bajar la velocidad, pero no podían ser muy exigentes con Blurg. Después de todo, él los estaba ayudando a cumplir su objetivo y de no ser por él, era probable que tardaran mucho más en descubrir ese lugar, que ciertamente estaba muy alejado de su nave. A pesar del pequeño descontento, todos estaban muy impacientes por eso.

    — Ya falta muy poco, hermano — le decía Uriel a Asher en un tono positivo — Esta misma noche podríamos regresar a casa.

    — No puedo esperar a regresar y hablar de todo esto con mamá y papá — le respondió Asher — Ellos van a estar muy orgullosos de nosotros.

    — Tiberio — decía Sixto acercándose al soldado — Quiero darte las gracias por el entrenamiento. Aunque no fue mucho, voy a poder regresar con mi esposa y mi hija. Le podré dar el futuro que le prometí.

    — Me parece que todos ustedes se están olvidando de que solo vamos a obtener el arma — respondió Tiberio algo serio y en un tono fuerte para que todos escucharan — Pero Hkras no va a morir un segundo después de que la toquemos. Esto no habrá terminado solo porque la hayamos obtenido.

    — Pero nos pondrá un paso más adelante para derrotarlo — le respondió Morani — Regresaremos a casa y esperaremos a que él y todos los demás vofkridianos aparezcan, y una vez que estén a la vista, dispararemos y los vamos a eliminar.

    — No puedo esperar para regresar — dijo Nikolai — Hay muchas cosas que quiero hacer — y tras decir estas palabras, el chico ruso le dio una mirada a Kate.

    — La Tierra estará a salvo — respondió Kate tratando de ignorar a Nikolai — Y podremos honrar a todos nuestros amigos que hoy ya no están.

    Tras esas palabras, todos recordaron automáticamente a sus compañeros caídos en la misión. Evandro, Alison e Ismael asesinados por Cybershark, y Naomi asesinada por los vofkridianos. Todos realizaban esta misión en honor a todos ellos. Blurg por su parte pensaba en su hijo Titao. Recordar su muerte lo entristecía mucho, pero él había muerto intentando ayudar a los humanos. Además, ayudando a que los humanos consiguieran el arma, el peligro se iría de su planeta y sería posible que su especie pudiera tener algo de tranquilidad. Tiberio, pensaba más en sus padres que en sus compañeros caídos. El rompe huesos nunca llegó a conocerlos, solamente los vio en fotos. Lo que el anhelaba era poder vengar a sus padres. Sabía que matar a Hkras no le daría la vida que siempre soñó, pero le permitiría tranquilizar su mente.

    Una vez que esos diez minutos reflexivos terminaron, los humanos y los tigrazules llegaron a las montañas. Tal y como Blurg les había dicho, las montañas tenían una altura colosal. Eran considerablemente mayores al resto de montañas que habían visto hasta el momento en el planeta. En los pies de una de ellas nacía un camino el cual estaba perfectamente diseñado para la circulación de vehículos. Blurg y el tigrazul que lo acompañaba decidieron despedirse de los humanos en caso de que esta fuera la última vez que se vieran.

    — Creo que este es el momento de despedirme de ustedes — decía Blurg a todos los humanos — Fue agradable haberlos conocido.

    — ¿No vas a subir junto a nosotros a buscar el arma? — preguntó Benjamín algo sorprendido.

    — Tengo que regresar con mi manada, y además, por la apariencia que tiene, parece que es demasiada altura para mí — les respondió Blurg — Les deseo la mejor de las suertes. Ojalá encuentren lo que están buscando y puedan salvar su planeta.

    — Gracias por todo esto, Blurg — respondió Uriel despidiéndose — No lo vamos a olvidar. Le hablaremos al resto de nuestra especie de ti y de todo lo que hicieron para ayudarnos.

    Blurg asintió con la cabeza y junto a su compañero, emprendieron el viaje de regreso hacia la zona en donde su manada habitaba. El líder de los tigrazules estaba verdaderamente aliviado de haber podido brindar ayuda a una especie gentil como los humanos.

    Una vez que los tigrazules se habían marchado, los nueve soldados quedaron solos. Ahora todo dependía de ellos. El subir a la montaña y encontrar el arma Boek estaba en sus manos. No conocían muy bien el lugar por lo que no debían acelerar demasiado, pero la zona era muy extensa y si tardaban mucho iban a quedarse expuestos en la oscuridad. Viendo sus opciones, acordaron que lo que debían hacer sería ir a una velocidad prudente.

    Tiberio fue el primero en subir. Asher y Uriel estaban justo detrás del rompe huesos. Morani y Tiana los seguían de cerca. Kate se puso detrás de sus compañeros, y Nikolai se posicionó cerca de ella. Benjamín y Sixto fueron los últimos en entrar al camino y se posicionaron en la parte de atrás del grupo. Los soldados tenían deseos de acelerar y llegar a la cima lo más pronto posible, pero a medida que el camino avanzaba, la altura aumentaba mucho. A pesar de llevar el traje de protección puesto, una caída desde esa altura significaría la muerte segura, y aún no habían llegado hasta el final.

    — Con cuidado — les indicaba Tiberio — No tenemos por qué morir aquí.

    — Es bueno saber que una vez que la tengamos, le diremos adiós a este planeta para siempre — respondió Nikolai.

    Los soldados avanzaban con cuidado a medida que el camino ganaba altura. El camino que recorrían abarcaba más o menos como unas ocho montañas de gran tamaño y altura. Ni siquiera en el planeta Tierra existía algo así. Tras un largo rato circulando la zona, llegaron hacia una curva, la primera que veían en la zona. Era una curva algo pronunciada, por lo que no les quedó otra opción que disminuir mucho la velocidad para poder pasar sin problemas.

    Los chicos lograron tomar la curva sin problemas y vieron que el camino ahora estaba recto, y no parecía que iba a cambiar en un tiempo. Sabiendo que no era necesario seguir con la velocidad baja y que no había peligro, decidieron aumentar la velocidad.

    — Si el resto de la montaña tiene un camino como este, llegaremos en poco tiempo — decía Benjamín pensando positivamente.

    Sin embargo, la suposición del chico de Inglaterra estaba lejos de acertar. Desde una parte más alta de la montaña, una piedra cayó rodando y golpeó el vehículo de Benjamín, provocando que el soldado cayera al piso y que su vehículo volcara. El resto de los soldados se sorprendió mucho por la rapidez del hecho, y creyeron que se trataba de un derrumbe.

    — ¡¿Qué fue lo que pasó?! — preguntó Tiana algo asustada — ¡¿Por qué el lugar se está derrumbando?!

    — ¡Sabía que vendrían! — gritó una voz proveniente desde una parte superior del camino.

    Todos los soldados levantaron la vista y vieron a Hkras acompañado de otros cuatro vofkridianos. Se asombraron mucho de que su enemigo hubiera descubierto ese lugar, pero la verdadera pregunta era por qué empezaron a hacer rodar piedras. Aunque la respuesta a esa pregunta no tardó en llegar.

    — ¡Bloqueen el camino! — ordenó el emperador vofkridiano — ¡Tiren todas las piedras abajo!

    — ¡Rápido! — gritó Tiberio a todos los soldados — ¡No podemos dejar que nos tapen el paso, o de lo contrario obtendrán el arma!

    Sabiendo que disponían de poco tiempo, todos, excepto Benjamín que no logró subirse a tiempo a su vehículo, aceleraron lo más que pudieron para cruzar, mientras que Hkras y el resto de los vofkridianos hacían rodar las piedras cuesta abajo en un intento de bloquear el paso a sus enemigos y así ahorrarse las molestias.

    Las piedras cayeron rodando muy rápido, y aunque algunas pasaban de largo y caían, otras quedaban en el medio del camino. Tiberio, Asher, Uriel y Tiana consiguieron seguir avanzando sin problemas. Lamentablemente Morani no tuvo tanta suerte. Una piedra golpeó el quad del chico de Kenia, provocando que se desviara un poco. Nikolai reaccionó rápido y logró embestirlo para cambiar su dirección y así evitar que cayera desde tanta altura. Kate y Sixto intentaron cruzar, pero más piedras empezaron a ser arrojadas, lo que les impidió seguir avanzando. El camino ahora estaba bloqueado, pero los vofkridianos seguían arrojando piedras, esta vez con el objetivo de que estas tiraran a los humanos desde la montaña y así quitarlos del medio. Morani, Kate, Nikolai y Sixto no tuvieron otra opción más que retroceder, o de lo contrario iban a terminar cayendo a una muerte segura.

    Afortunadamente, lograron escapar del ataque de los vofkridianos, pero varias de esas piedras quedaron bloqueando el camino. Algunas de ellas se habían roto en pedazos, lo que quería decir que ahora sería imposible hacerlas rodar. El equipo quedó dividido dejando a Tiberio, Asher, Uriel y Tiana de un lado y a Nikolai, Kate, Morani, Sixto y Benjamín del otro.

    — ¡No puede ser! — exclamaba Sixto algo preocupado — ¡¿Qué es lo que haremos ahora?!

    — ¡Tenemos que despejar el camino! — decía Morani.

    — ¡No hay tiempo para eso! — respondió Tiberio algo serio — ¡Hkras y los vofkridianos se han ido, si no nos ponemos en marcha van a tomar el arma!

    — ¡Pero la mayoría de nosotros no puede avanzar! — le respondió Nikolai.

    — ¡Eso quiere decir que dependerá de nosotros cuatro detenerlo! — dijo Tiberio haciendo referencia a Asher, Uriel y Tiana.

    — ¡¿Qué?! — preguntó Benjamín algo sorprendido de escuchar a su compañero decir eso — ¡¿Estás loco? Hkras los asesinará!

    — No vamos a pelear contra él, solamente vamos a quitarle el arma — decía Tiberio a sus compañeros que quedaron del otro lado — Buscaremos una forma de escapar, aunque sea arriesgada. Si Hkras obtiene el arma, todos nosotros moriremos eventualmente.

    — Tiana, por favor cuídate — le decía Morani a su novia, preocupado de que algo le pudiera pasar.

    — Ustedes también tengan cuidado, chicos — dijo Sixto a Asher, Uriel y Tiberio.

    — Lo tendremos — respondió Asher algo preocupado por lo que podría pasar — Pero Tiberio tiene razón. Si no detenemos a Hkras, el obtendrá el arma y todo esto habrá sido en vano.

    Tiberio, Asher, Uriel y Tiana no podían seguir perdiendo tiempo. Los cuatro continuaron la subida camino arriba dejando al resto de sus compañeros atrás. Benjamín les sugirió que lo mejor que podrían hacer sería despejar el camino. Si lo hacían rápido sería probable que alcanzaran a sus amigos y tendrían la posibilidad de hacer algo para ayudarlos. Las piedras pesaban demasiado, y dado a que estaban rotas, ya no las podían hacer rodar de la misma forma en que los vofkridianos lo hicieron. Además tenían que tener cuidado de que al despejar las piedras, estas no bloquearan un camino inferior, dado a que eso solo generaría más retraso. Los cinco que quedaron atrás estaban muy descontentos con la situación.

    — No puedo creerlo — decía Nikolai quejándose de lo que había pasado mientras intentaba mover las piedras — Estos malditos vofkridianos me dejaron afuera de esto.

    — Lo que es peor, dividieron a todo el equipo — respondió Morani algo preocupado por lo que pudiera pasar con sus amigos — Si Blurg y el otro trigrazul se hubieran quedado, ellos podrían haber atravesado esto sin problemas, y nuestros amigos no habrían quedado tan expuestos.

    — Espero que nada malo les pase, ahora están solos contra Hkras — decía Sixto verdaderamente asustado de lo que los vofkridianos pudieran hacerles.

    — Asher, por favor, no te mueras — pensó Kate verdaderamente angustiada — Pase lo que pase, no me dejes.

    […]

    Tiberio, Asher, Uriel y Tiana, por su parte continuaban avanzando. Con Hkras por delante de ellos, no tenían tiempo para pensar en las precauciones. Los cuatro avanzaban a toda velocidad sin preocuparse por el resto del camino. Ahora la misión recaía enteramente en ellos cuatro. Si fallaban, la misión fracasaría y ya no habría forma de detener a Hkras.

    Sin embargo, el tener todo esto en mente solo ponía las cosas peor. Cada uno de ellos estaba muy asustado. Los vofkridianos eran una raza muy peligrosa, Hkras estaba liderando a su equipo, los superaban en número, y el arma Boek estaba en juego ahora.

    — Díganme — decía Asher algo temeroso — ¿Cuál es el plan? Ellos llegarán primero hasta el arma Boek, ¿qué es lo que vamos a hacer?

    — Odio mucho tener que decir esto…— respondió Tiberio algo deprimido después de analizar la situación — Pero no creo que ninguno de nosotros logre sobrevivir a esto.

    — ¿Quieres decir que vamos a morir? — preguntó Uriel sin querer pensar en esa posibilidad.

    — No veo ninguna manera de que logremos escapar de Hkras, mucho menos de derrotarlo — le respondió el rompe huesos — Pero podremos asegurarnos de que el resto de nuestros compañeros logren obtener el arma.

    — ¿Cómo? ¿De qué manera? — preguntó Tiana quien ya estaba empezando a perder las esperanzas.

    — Le quitamos el arma a Hkras y la arrojamos hacia abajo — respondió Tiberio sin poder pensar en otra idea — Le damos el aviso a los demás para que vayan tras ella, y luego de eso nos llevamos con nosotros a todos los vofkridianos que podamos.

    Las palabras de Tiberio dejaban verdaderamente desesperados a los demás. Incluso el mejor soldado de la FOT consideró la idea de que no habría esperanza, eso no los hacía pensar nada positivo.

    — Morani, lo siento — pensaba Tiana empezando a llorar luego de hacerse la idea de que iba a morir.

    — Kate… — pensaba Asher algo frustrado por lo que pasó — Si no logro salir con vida, espero que puedas ser feliz.

    — No voy a permitir que me ganes, Hkras — pensó Tiberio muy seriamente — Si voy a morir, te llevaré conmigo.

    Los cuatro soldados seguían avanzando. A pesar de saber que un destino mortal estaba esperándolos, estaban obligados a hacer todo lo posible por ayudar al resto de sus compañeros a ganar todo esto.

    De repente, todos empezaron a escuchar varios vehículos a gran velocidad acercándose a ellos.

    — ¿Será Hkras? — preguntó Tiana algo preocupada.

    — No lo parece — le contestó Uriel.

    El chico canadiense estaba en lo correcto. No se trataba de Hkras. Varios cleexors aparecieron en sus motos individuales desde una parte superior del camino. Estos dieron un salto hacia abajo para ponerse a la misma altura que los humanos. Había un total de siete esqueletos, dejando superados totalmente a los humanos, quienes no tuvieron opción más que acelerar para escapar. Con los cleexors detrás de ellos, los humanos empezaron a correr para escapar. No conocían la montaña tanto como ellos, y una lucha a una altura como esa podría significar la muerte. Sin embargo, la aparición de esta raza dejó confundidos a los humanos.

    — ¿Por qué nos están atacando a nosotros? — preguntó Asher algo pensativo — ¿Acaso mataron a Hkras?

    — Lo dudo — respondió Tiberio — No creo que ellos hayan podido con él. Probablemente estén defendiendo la montaña de todos nosotros.

    — ¡Eso nos dará más tiempo de acercarnos a ellos! — respondió Uriel pensando positivamente — ¡Tenemos que subir la velocidad!

    Los otros soldados hicieron caso a la sugerencia de Uriel y empezaron a subir la velocidad. Los cleexors estaban cerca de ellos, pero aun así no podían alcanzarlos. Los humanos se encontraron con una curva al frente. Esta no era tan pronunciada como la anterior, y consideraron que podrían pasarla aun con la velocidad con la que iban.

    — ¡No frenen! — ordenó Tiberio.

    Los cuatro lograron superar la curva sin ningún problema. Desafortunadamente para ellos, los cleexors que los seguían también lo hicieron. Creyendo que sus perseguidores eran los únicos que iban detrás de ellos, los soldados fueron sorprendidos fácilmente por un Cleexor que saltó desde una parte superior del camino. El esqueleto cayó sobre Uriel. El soldado le dio un cabezazo rápido para evitar que este pudiera tomar el control de su moto, y luego lo tiró hacia atrás de un codazo. El esqueleto cayó y quedó justo delante del camino por el que iba a cruzar Tiana. La chica de Polonia chocó contra el cleexor que estaba en el suelo. Su quad se detuvo tras dejar destrozado el esqueleto, y eso provocó que la chica cayera de su vehículo. Afortunadamente, ella no había caído desde arriba de la montaña. Sin embargo, la chica se aterró mucho al ver que los esqueletos que iban tras ellos se estaban acercando.

    — ¡Ayuda! — gritó la chica pensando que iba a morir.

    Tiberio y Asher dieron vuelta rápidamente y retrocedieron para socorrer a Tiana. Uriel quiso hacer lo mismo, pero su maniobra no salió bien y tuvo que seguir adelante o de lo contrario chocaría contra la montaña. Tiberio y Asher se acercaron a Tiana listos para defenderla. Dos de los cleexors los pasaron por al lado y empezaron a seguir a Uriel, quien no tuvo opción más que acelerar para escapar.

    Los otros cinco esqueletos quedaron cara a cara con el resto de los soldados. Uno de ellos quiso atacar a Tiana, que aún no se había levantado. Tiberio lo vio y corrió para detenerlo. El rompe huesos dio un gran salto con sus piernas y logró darle una patada al cleexor, que terminó cayendo hacia abajo. Una vez que el rompe huesos se levantó, uno de los esqueletos lo empezó a sujetar, y otros dos imitaron su acción. Los cleexors tenían atrapado a Tiberio, quien no podía mover los brazos ni sacar sus armas.

    — Esto es por nuestro compañero — dijo el primero que lo había sujetado.

    Los tres esqueletos empezaron a hacer fuerza para empujar a Tiberio y así matarlo haciéndolo caer de la montaña. El rompe huesos solo podía hacer fuerza con sus piernas para resistir, pero los tres esqueletos juntos tenían más fuerza.

    — ¡Tiberio, no! — gritó Asher corriendo para socorrer a su compañero.

    El otro esqueleto restante decidió interponerse entre Asher y Tiberio. Asher no tenía tiempo que perder, por lo que tomó su espada y con un ataque fuerte dirigido al pecho, logró desprender la cabeza y la parte superior del torso del resto del cuerpo del esqueleto.

    Tiana, que ya se había puesto de pie corrió hacia los esqueletos, que estaban a punto de tirar a Tiberio hacia su muerte. Sabiendo que no podría frenarlos, les dio una tacleada, lo cual provocó que los cuatro cayeran al suelo. Tiberio activó su escudo rápidamente y movió su brazo para golpear el cráneo de uno de ellos. Tiana se apartó gateando rápidamente de la orilla, e inmediatamente tomó su espada. Con ella logró partirle el cráneo a uno de los cleexors que se estaba levantando, dejando solo a uno de ellos con vida. Asher corrió hacia él y le golpeó la nuca con su espada, destrozando el cráneo del esqueleto de un gran golpe.

    — ¿Estás bien? — preguntó Tiana algo preocupada por Tiberio.

    — Sí, aunque casi pierdo la vida — respondió el rompe huesos algo agitado poniéndose de pie — Vamos. Tenemos que alcanzar a Uriel.

    Sin embargo, antes de que pudieran regresar a sus vehículos, unos cuatro cleexors más saltaron desde la parte de arriba para poder atacarlos. Los tres soldados se preparaban nuevamente para pelear, pero observaron algo raro. Esos cuatro esqueletos llevaban una especie de artefacto en sus manos derechas. Uno de ellos presionó un botón y de ese mango salió una luz de color amarilla que desprendía chispas. Los otros tres hicieron lo mismo. El primero de ellos corrió en la dirección de Tiberio.

    El cleexor intentó atacar al rompe huesos con su arma. Tiberio lo bloqueó con su escudo. Cuando el arma del extraterrestre y el escudo de Tiberio colisionaron, varias chispas empezaron a desprenderse. El rompe huesos hizo fuerza con el brazo que sujetaba el escudo y logró apartar el arma del extraterrestre, para después ejecutarlo de un golpe en el cráneo con su espada.

    — Pase lo que pase no permitan que los toquen con esa arma — les indicaba Tiberio a Asher y Tiana — Parece que es alguna especie de arma que libera electricidad, y no sé si nuestros trajes puedan soportarlo.

    […]

    Uriel, que había dejado atrás a sus tres compañeros seguía avanzando con dos cleexors corriendo detrás de él. El soldado canadiense miró hacia arriba y podía ver que no le faltaba demasiado para llegar al final del camino, sin embargo, tenía que deshacerse de sus perseguidores. Al avanzar un poco más logró ver una curva, que aparentemente sería la última del camino dado a la poca distancia a la que estaba de la cima.

    Uriel tuvo una idea para poder deshacerse de ambos esqueletos. El soldado aceleró para cruzar rápidamente la curva. Una vez que la había cruzado, detuvo su vehículo para bajarse de él. Esperó a que los dos esqueletos que los perseguían pasaran por ese lugar y cuando los tuvo cerca, le dio una patada al vehículo de uno de ellos. El golpe desestabilizó el vehículo, lo que provocó que ambos se estrellaran y terminaran cayendo de la montaña. Uriel ahora no tenía a nadie persiguiéndolo. El chico canadiense subió a su vehículo rápidamente y continuó su camino hasta la cima. Tardó unos ocho minutos en llegar hasta allá. Una vez que llegó observó como Hkras y los cuatro vofkridianos que lo acompañaban estaban enfrentándose a una gran cantidad de esqueletos, además había varios restos de esqueletos tirados en el piso. Los cleexors atacaban utilizando unas armas que desprendían electricidad, pero estas no parecían causarle demasiados daños a la piel de los vofkridianos, que se defendían con sus espadas. Detrás del lugar en donde estaban peleando, notó que había unas escaleras muy bien construidas que conducían hacia otra montaña que no había visto hasta ahora. En la cima de esa montaña Uriel observó un edificio enorme muy parecido a la pirámide, solo que este tenía la forma de un cubo.

    Uriel llamó al resto de sus compañeros para informarles lo que pasaba.

    — Escuchen — les dijo Uriel en voz baja para no ser detectado — Hkras está luchando en contra de los esqueletos. En cuanto la batalla termine, atacaré por sorpresa y obtendré el arma Boek. Pero voy a necesitar ayuda.

    — Entendido hermano — le respondió Asher que sonaba algo agitado — Nosotros estamos teniendo problemas con algunos de ellos, pero cuando terminemos iremos a ayudarte.

    — Los esperaré lo más que pueda — respondió Uriel rogando que su hermano y los demás terminaran rápido con su pelea.

    Uriel observó el resto de la pelea entre esqueletos y vofkridianos. Aunque los cleexors lograban atacar utilizando sus armas, los vofkridianos casi no sentían ningún dolor ni molestias por la pelea. Tras unos minutos de intercambio de ataques, Hkras y el resto de sus sirvientes lograron eliminarlos a todos.

    — Esos eran los últimos — dijo el emperador vofkridiano a los demás — Vayamos por el arma.

    Uriel pronto tuvo una idea para poder eliminar a Hkras. Aún tenía su moto con él. Si aceleraba en su dirección y lograba dar un salto efectivo hacia atrás, podría derribar a Hkras con la moto y tirarlo desde la cima de la montaña. Sin pensarlo una segunda vez, el soldado aceleró lo más que pudo. El ruido de su vehículo llamó la atención de Hkras. Uriel fijó la moto en dirección al emperador vofkridiano para después saltar desde esta. Desafortunadamente, la moto terminó desviándose y tiró de la montaña a otro de los vofkridianos que acompañó a Hkras. Aunque había matado a uno de ellos, el emperador seguía con vida y la acción de Uriel no le agradó mucho.

    — ¡Maldito gusano! — le gritó el emperador muy furioso — ¡¿Intentaste matarme a mí?! ¡Insolente de mierda!

    Hkras tomó su espada y se dirigió en la dirección de Uriel. El soldado canadiense se asustó por tener que pelear en contra del emperador vofkridiano, pero no podía dar marcha atrás. Sacó su espada y se preparó para pelear. Hkras atacó primero intentando atravesar el cráneo de Uriel, quien bloqueó el ataque con su espada. El emperador vofkridiano le dio una patada en el estómago a Uriel, provocando que este retrocediera unos pasos. Inmediatamente después, volvió a atacar con su espada. Uriel intentó esquivarlo, pero el ataque le terminó causando una herida en su hombro izquierdo. El soldado dio un pequeño grito de dolor ante la herida. Hkras dio un pequeño salto y le dio un rodillazo en la cara a Uriel, que lo terminó dejando aturdido y tirándolo al suelo. El emperador decidió dejar de perder el tiempo con él, pero no quiso matarlo.

    Hkras tomó su espada y atacó a Uriel en la pantorrilla derecha. Esta vez su espada atravesó del todo el músculo del soldado, quien dio un grito de dolor muy fuerte.

    — ¡Argh! — gritó Uriel sintiendo como el acero atravesaba su pantorrilla.

    — ¡No tengo tiempo para perder contigo! — le gritó el emperador — ¡Veygh, acaba con la vida de este inútil!

    — Será un placer — respondió el sirviente de Hkras acercándose a Uriel.

    Uriel se dio vuelta para ver como Hkras se alejaba de él, pero ahora era el vofkridiano llamado Veygh quien se aproximaba. Con mucha dificultad y algo asustado, se puso de pie listo para defenderse. Veygh atacó a Uriel intentando atravesarle el corazón. Uriel logró bloquear el ataque del enemigo, pero por la herida en su pierna, el golpe fue algo fuerte y terminó soltando su espada, quedando desarmado. Veygh aprovechó el momento y le atravesó el estómago a Uriel con su espada. Uriel dio otro grito muy adolorido, pero esta vez el dolor era muy fuerte. El sirviente de Hkras le dio una mordida clavándole los dientes en la mejilla a Uriel. Hizo un poco de presión y luego le arrancó un pedazo de piel y carne al humano, que empezó a perder sangre tanto del estómago como de la cara. Justo después de eso, Veygh se empezó a burlar de él mientras que Uriel sufría un gran dolor.

    — ¡Maldición! — gritaba Uriel muy adolorido.

    — ¡Jajajajaja, eres una mierda patética! — le dijo el vofkridiano a Uriel mientras este empezaba a llorar por el dolor — ¡No eres digno de ser asesinado por mí! ¡Ustedes dos, terminen con él!

    Los otros vofkridianos que estaban mirando tomaron las armas y se acercaron al humano quien ahora estaba perdiendo una gran cantidad de sangre. Uriel se arrastró a su espada para intentar defenderse, pero cuando iba a agarrarla, uno de los vofkridianos le pisó la mano, rompiéndole sus huesos. El otro le atravesó el costado derecho logrando causar una gran herida en el cuerpo del soldado.

    El marcador de vida del traje de Uriel había bajado a 13%. El soldado pasaba por un dolor terrible. Su mano, su rostro, su pierna y su costado habían sido heridos y perdía sangre de cada una de esas partes. Gravemente herido decidió gritar por ayuda.

    — ¡Asher! — gritó Uriel llamando a su hermano mientras se desangraba poco a poco — ¡Asher, por favor ven rápido! ¡Te necesito! ¡Tiana… Tiberio! ¡Por favor, dense prisa!

    — ¿Lo ejecutamos? — preguntó uno de los vofkridianos.

    — No — respondió Veygh — Dejemos que sufra un poco más para que después sea Hkras quien se encargue de él.

    Uriel hizo un gran esfuerzo para poder ver su marcador de vida, y notó como de 10% había bajado a 8% directamente. En ese momento, Hkras apareció bajando las escaleras que conectaban las dos montañas. Veygh le dijo algo, cosa que no fue capaz de escuchar dado a que estaba a punto de perder el conocimiento. Hkras se acercó al soldado herido y lo tomó del cuello, presionando con un poco de fuerza. Uriel veía al emperador con el rostro ensangrentado y lleno de lágrimas.

    — Todo terminó — le dijo muy seriamente — Para ti y para tu raza. Ya tengo el arma Boek. Ahora soy invencible.

    — No… — respondió Uriel en un tono suplicante mientras agonizaba de dolor — Por favor… no los lastimes.

    — Tuvieron su oportunidad, y no la aprovecharon — decía Hkras tomando su espada listo para dar el golpe final — Que tengas un buen viaje al olvido.

    Luego de pronunciar estas palabras, Hkras le atravesó el pecho a Uriel, dándole directamente en el corazón. Uriel escupió un poco de sangre y después cerró los ojos. Había perdido la vida, y lo último que escuchó fueron las palabras de victoria de Hkras. Su peor enemigo había obtenido el arma que habían venido a buscar, lo cual convirtió los últimos instantes de la vida de Uriel en momentos de angustia y dolor muy fuertes.

    Una vez que Uriel murió, Hkras arrojó su cuerpo sin vida al suelo. Veygh se acercó a su líder para hacerle unas preguntas.

    — Dime Hkras — decía Veygh notando que Hkras no tenía nada en sus manos — ¿Dónde está el arma Boek?

    — No la tengo — respondió Hkras seriamente a su segundo al mando — Dije eso para que este gusano sufriera aún más. Pero a pesar de todo, encontré algo interesante.

    — ¿Qué es? — preguntó la mano derecha del emperador.

    — Había unos planos y unos mapas en el interior de este lugar — respondió el emperador — Los planos son tres. Uno es de este lugar y otros dos son de otros lugares. Uno es una pirámide y el otro es una esfera. De acuerdo a unas marcas de los mapas, el arma se encuentra en la esfera. Todo lo que tenemos que hacer es llevarnos los mapas con nosotros y encontrar la forma de leerlos para hallar la esfera.

    — Muy bien, pero ¿por dónde nos vamos? — preguntó Veygh — Si volvemos por el mismo camino por el que vinimos nos encontraremos con alguno de esos estorbos.

    — Desde arriba de la escalera pude observar que existe otro camino — respondió Hkras — Baja las montañas desde otro lado. Es hora de irnos.

    […]

    Tiberio, Asher y Tiana estaban acercándose a la cima. Ninguno de ellos había sido herido por los cleexors, pero se demoraron demasiado tiempo por esquivar los ataques de sus armas. Finalmente, los tres soldados llegaron hasta la cima. Al llegar no vieron a los vofkridianos.

    — ¿Qué está pasando aquí? — preguntó Tiana algo confundida — ¿Dónde está Hkras?

    — ¿Y en donde está Uriel? — preguntó Asher que no lograba encontrar a su hermano — ¡Uriel! ¡Uriel!

    — ¡Asher, mira! — le indicó Tiberio al soldado señalando en una dirección.

    — ¿Qué? — preguntó Asher mirando hacia donde Tiberio le había indicado — Oh, no… ¡Uriel!

    Asher vio el cuerpo de su hermano tirado en la cima de la montaña, y creyendo que podría estar herido decidió correr para ayudarlo. Al acercarse más logró ver que había varias manchas de sangre alrededor de su hermano, lo que verdaderamente lo aterró.

    — ¡No! — gritó Asher cuando vio a su hermano con los ojos cerrados — ¡Uriel, no… tú no puedes estar muerto!

    Asher se agachó y movió el cuerpo de su hermano para observar el marcador, y cuando vio que este mostraba un 0%, sintió como una parte de él hubiera muerto también.

    — ¡NO! — gritó Asher viendo que su hermano había sido asesinado — ¡No! ¡Uriel! — tras estas palabras Asher rompió en llanto junto al cadáver de su hermano.

    Tiana y Tiberio se acercaron también para ver si había algo que se pudiera hacer. Sin embargo, el haber visto a su compañero muerto los dejó con una gran impresión. Tiana recordó las palabras que Uriel le había dicho hace algunos días. Ella sabía que Uriel sentía algo por ella, y el verlo ahora muerto así nada más la dejó impactada. Tiberio se sintió muy apenado en el momento en el que vio a Asher llorar a su hermano. Él entendía su dolor. Tiana no logró contener las lágrimas. A pesar de todo, ella lo veía como un buen amigo.

    — ¡Esto no puede estar pasando! — decía Tiana empezando a quebrarse tras ver a su compañero muerto — ¡¿Cómo fue posible?!

    — Hkras lo hizo — respondió Tiberio muy seriamente — Los esqueletos no lo hubieran torturado de esta forma. Esto es indudablemente obra suya.

    — ¡Lo siento, hermano! — respondió Asher que seguía con el rostro cubierto de lágrimas sin poder creer lo que estaba pasando — ¡Lo siento! ¡Debí haber venido contigo!
     
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    Vaya, paso de todo un poco.

    La muerte de Uriel fue lamentable, ya que era uno de los humanos que mejor me caía. Hkras encontró los planos de armas en el interior de ese lugar... como si las necesitará. Esos esqueletos son un poco débiles al parecer, sin embargo, compensan aquella desventaja con su tecnología.

    La racha de los humanos acabó con la derrota más reciente y el número de humanos se reduce cada vez más...

    Me produjo mucha curiosidad la aparición de esa criatura de piel rojiza, ¿qué será? Es todo un misterio eso es seguro.

    Nos vemos.
     
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    Bueno. Primero te doy las gracias por seguir y comentar la historia, ya que has escrito un comentario desde (creo) el capítulo número 9. Por lo general no suelo recibir muchas opiniones o comentarios en varios de mis fics, por lo que te agradezco que tu lo hagas.

    Sobre la muerte de Uriel, sí, a mi también me dolió un poco matarlo. Pero como ya comente en uno de los comentarios que me hicieron en el principio, no le tengo miedo a matar personajes y cuando considero que un personaje ha dado todo lo que puede dar es el momento de que diga adiós. Además su muerte no fue una demasiado simple. El equipo venía de una racha de dos victorias consecutivas y parecían que estaban recuperándose de la pérdida de Alison e Ismael, e incluso parecía que estaban cerca de encontrar el arma y ganarse su boleto para irse a casa; pero entonces resulta que los vofkridianos les volvieron a sacar ventaja, lograron dividirlos en dos equipos (aunque esa no era su idea) y luego los Cleexors se encargaron de volverlos a dividir. Uriel sabía que no podía seguir esperando a sus compañeros y debía actuar, y finalmente terminó siendo asesinado. Pero no fue asesinado por nadie más que por el antagonista de la historia, además de que me encargué de desarrollarlo mejor que a personajes como a Evandro, Naomi, o la pareja ya mencionada. Y estoy seguro de que alguno que haya leído o lea la historia en un futuro estará esperando a que las cosas para Uriel resulten bien y el pueda iniciar la relación que quiso tener con Tiana, pero eso ya nunca pasará, lo cual abandona el clásico relato donde el protagonista vence al mal y se queda con la chica. Uriel no logró hacer ni una ni la otra, y su muerte me sirvió para darle un enfoque aun mejor a Hkras, que viene sumando (asesinato de Jerry, extinción de Eikrat, derrota a Tiberio, y ahora un asesinato a un personaje querido). Sentía que Cybershark estaba haciendo un mejor papel de villano que él en el momento en que planifiqué todo esto, y decidí darle a Hkras algo más para su cuenta.

    Sobre la criatura de piel rojiza, es un Boek. Creí que se había entendido en el diálogo. Igualmente ese no será el único flashback relacionado a la desaparición de los Boek y el origen de los Cleexor, simplemente no quiero narrarlo en un capítulo porque la historia no trata de ellos sino de los humanos intentando encontrar el arma Boek.

    Una vez más gracias por comentar. Saludos.
     
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    Creo que les debo una explicación de por que no estoy continuando la historia. No es que no tenga tiempo, es que tuve que cambiar mi pc viejo por otro. Y cuando instalé el sistema operativo, este no incluía el paquete office, lo cual quiere decir que ahora mismo no tengo el Word ni otros programas donde yo hago anotaciones de la historia, disponibles.

    No me gusta mucho escribir un capítulo directamente en la página de FFL, por lo que hasta que no logre conseguir el word y el excel (son los unicos que necesito) no podré seguir la historia.

    No creo que me lleve tanto tiempo conseguirlos, pero en caso de que sí me lleve mucho, el aviso está dado.
     
    Última edición: 3 Enero 2017
  15. Threadmarks: Búsqueda - Parte 8: El arma Boek
     
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    Título:
    El arma Boek
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    40
     
    Palabras:
    8016
    Bueno, no logré conseguir los programas, pero al menos logré acceder a las versiones online de los mismos, lo que me permitió continuar la historia.

    Este será el último capítulo perteneciente a la parte de búsqueda, y será considerablemente mucho más largo que el resto de los otros (de hecho, este capítulo será el más largo de todos los que alguna vez en mi vida escribí).

    Mientras lo hacía me di cuenta de que podría dividirlo en dos capítulos para que no quedara demasiado largo, el problema es que no lo había pensado de esa manera y no sabía muy bien en que parte hacer la división. Además de que luego de los acontecimientos en el capítulo anterior, simplemente no creí que quedara muy bien dividir a este en dos partes. Quería que este capítulo fuera uno realmente bueno, y fue por eso que se extendió, porque quería mostrar lo más que podía de cada personaje.

    Quiero avisarles que, a diferencia del Word de escritorio, el online no marca demasiados errores. Aunque traté de no cometer demasiados, y también lo revisé, es posible que haya alguno que se me haya pasado por alto.

    Regresando a la historia, como dije, este será el último capítulo perteneciente a la parte Búsqueda. La siguiente parte será una parte "corta" en comparación con esta y con las partes Peligros y Criaturas, pero aun así creo que será buena. Ya no tengo la intención de quitarles más tiempo porque este capítulo de verdad es largo. Así que los dejaré leer. Espero que lo disfruten al leerlo tanto como yo disfruté al escribirlo.

    Saludos.


    Búsqueda — Parte 8: El arma Boek


    Nikolai, Kate, Sixto, Benjamín y Morani se llevaron una gran sorpresa cuando vieron que sus amigos regresaban con una expresión de preocupación en sus rostros, y las cosas empeoraron cuando notaron que Uriel no estaba con ellos. La noticia de la muerte de su compañero los afectó mucho. Uriel era un gran amigo para ellos, y ahora se había ido. Sin el arma Boek y con una baja en el equipo, los soldados emprendieron el viaje de regreso hacia la nave, considerando aterrados la posibilidad de que Hkras se haya adueñado del arma Boek.

    [...]

    En la ciudad de los huesos había un gran alboroto. Varios Cleexors habían recibido la orden de preparar sus vehículos para dirigirse a una ubicación en particular. Eran aproximadamente unos treinta Cleexors subidos arriba de sus motos, y cada uno de ellos portaba dos armas distintas.

    En el centro de la ciudad, otros Cleexors que no acudirían a la misión también se encontraban presentes en la zona. Al parecer, estaban esperando a alguien.

    Tras una breve espera, Cleexor y Nix aparecieron y se pararon en el medio de todos los presentes en aquella ciudad. Sabiendo que su líder iba a dar un anuncio importante, los esqueletos guardaron silencio.

    — Sé que algunos de ustedes escucharon rumores respecto a este tema — les decía Cleexor— Pero lo diré de todas formas para aquellos que no se hayan enterado. Otro de nuestros laboratorios fue atacado por los invasores. Varios de nuestros compañeros fueron asesinados, las máquinas fueron destruidas, y los planos que teníamos fueron robados. Los invasores han ido muy lejos. Han atacado dos de nuestros tres laboratorios. No voy a permitir que ataquen el tercero. Es por eso que los he reunido a varios de ustedes aquí. Necesito que todos ustedes se dirijan a la esfera y la defiendan cuando esta sea atacada.

    — ¿Y está seguro de que la esfera va a ser atacada por los invasores? — preguntó otro de los Cleexors.

    — Ellos han venido aquí por el arma Boek, y ya han atacado dos de nuestros tres laboratorios — respondió Cleexor— Es solo cuestión de tiempo hasta que el tercero sea atacado. Ya llegaron demasiado lejos y no se retirarán ahora. Así que es por eso que enviaré a media ciudad a defender la esfera. Es nuestro último laboratorio y no podemos permitir que le pase lo mismo que a los demás. La mitad de la ciudad irá a defender la esfera, la otra mitad se quedará aquí.

    — ¿Qué pasará con el cubo y con la pirámide? — preguntó uno de los Cleexors que iba a partir.

    — No usaremos esos laboratorios hasta que los invasores se marchen — respondió Cleexor— No vale la pena seguir reconstruyéndolos para que vuelvan a ser destruidos. Nuestra prioridad ahora mismo será defender la esfera y la ciudad. No hay tiempo que perder. Les deseo suerte a aquellos que parten hacia la esfera. Recuerden que deben defenderla con su vida.

    La mitad de los Cleexors que se encontraban reunidos en aquella ciudad encendieron los vehículos y se pusieron en marcha hacia el tercer laboratorio que tenían. La otra mitad retomó los trabajos de protección o de investigación en la ciudad. Una vez que todos se marcharon, Cleexor regresó a la habitación principal, seguido por su sirviente Nix. Este se encontraba algo pensativo acerca de lo que Cleexor les había ordenado, por lo que decidió acercarse hasta Cleexor para hablar con él.

    — Disculpe, señor — le decía Nix mostrando respeto — Creo que no es necesario el hacer todo esto.

    — ¿A qué te refieres? — le preguntó Cleexor sin entender lo que su sirviente decía.

    — Usted dijo que los invasores están aquí por el arma Boek— respondió Nix algo serio — ¿Por qué no la destruimos? Si el arma es destruida, ellos ya no tendrán nada que hacer aquí y se marcharán. Ni siquiera la necesitamos. Usted dijo que nuestra nueva arma en desarrollo iba a ser muy superior al arma que estos invasores están buscando.

    Cleexor reflexionó durante unos segundos antes de responder la pregunta de su sirviente.

    — No podemos destruirla — respondió Cleexor de una forma muy seria — El arma Boek es el mayor logro científico que la raza Boek ha alcanzado. Recuerda nuestro propósito. Como una raza evolucionada debemos crear algo totalmente superior a lo que ellos han creado. Necesitamos quedarnos con el arma para que, cuando el arma Cleexor esté terminada, le podamos mostrar al universo lo que fuimos capaces de hacer. No podemos permitir que el arma Boek sea destruida o robada. Y puedes estar seguro de que no lo voy a hacer.

    — Entiendo a la perfección, señor — le respondió Nix comprendiendo la idea de su líder — Tiene sentido.

    [...]

    A varios kilómetros de distancia de la ciudad de los huesos y de la nave humana, Hkras junto al resto de los vofkridianos que habían acudido al planeta Boek se encontraban reunidos todos en un mismo lugar. Según parecía, el líder vofkridiano estaba haciendo un anuncio importante. Hkras se encontraba junto a su mano derecha, Veygh, y justo detrás de ambos otro vofkridiano se encontraba de rodillas mientras los demás lo miraban atentamente.

    Hkras se acercó al que estaba de rodillas y pronunció unas palabras.

    — Los planos que revelan la ubicación del arma Boek ahora están en nuestras manos, lo cual quiere decir que el arma Boek pronto lo estará también — dijo el emperador ante los oídos de sus sirvientes — Pero nada de esto habría sido posible de no ser por uno de los nuestros — Hkras puso su mano en el hombro del vofkridiano que estaba de rodillas — Sidirio, gracias a tu excelente trabajo como explorador, el arma más poderosa del universo ahora estará en mi poder. Desde este momento, te convertirás en mi tercero al mando.

    Varios vofkridianos aclamaban a su compañero por el ascenso mientras que algunos solamente se limitaban a mirar seriamente. El vofkridiano que respondía al nombre de Sidirio se puso de pie y saludó con respeto a su emperador.

    — Quiero agradecerle por esto, amo — dijo Sidirio verdaderamente complacido con el ascenso que había recibido — Juro que le serviré muy bien.

    — De eso no hay duda — respondió Hkras— Ahora pasemos a otro tema más importante. Según uno de nuestros equipos de exploración, hemos encontrado la ubicación de algunos de nuestros enemigos. ¿O me equivoco?

    — Para nada, señor — respondió otro vofkridiano acercándose — Ciertamente se trata de ellos.

    — Eso quiere decir que es el momento de asignarles sus deberes en nuestra última misión aquí — respondió el emperador vofkridiano— Sidirio y su grupo me escoltarán hacia la esfera el día de mañana. Veygh y otro grupo más se dirigirán hacia la ubicación de nuestros enemigos y se encargarán de que no puedan escapar en caso de que algo salga mal. El resto de ustedes estará esperando nuestro regreso, y cuando todos estemos reunidos, nos regresaremos a Driun Morgh con el arma en nuestro poder.

    Todos los vofkridianos levantaron los brazos para celebrar las palabras pronunciadas por el emperador. Una vez que el arma estuviera en su poder, ya no quedaría nada ni nadie en el universo que pudiera hacerles frente a su poderoso impero. El día de mañana, los vofkridianos tendrían la oportunidad de asegurarse el control total de la galaxia de una vez y para siempre.

    Hkras se fue a dormir con una sonrisa en su rostro. El arma Boek iba a caer directamente a sus manos y una vez que lo hiciera, su imperio nunca volvería a quedar bajo ninguna amenaza.

    [...]

    En una ubicación totalmente alejada de todas las anteriores ya mencionadas, Cybershark se encontraba mirando como sus máquinas de ensamblaje estaban teniendo algunos inconvenientes para crear nuevas máquinas de ejecución para servirlo. Sus máquinas se habían dañado y la velocidad de trabajo se había disminuido. Estaba claro de que esas máquinas necesitaban de mantenimiento, pero el robot no tenía las piezas necesarias para arreglarlo, dado a que varias de ellas fueron destruidas el día en que los humanos atacaron su anterior guarida.

    — A esta velocidad no podré encontrar el arma Boek— se quejaba el líder de las máquinas de ejecución viendo la lentitud con la cual sus máquinas estaban trabajando — No tengo robots suficientes para partir en una misión de búsqueda. No con los humanos y los vofkridianos ahí afuera.

    Cybershark le dio un fuerte golpe a una de las paredes para descargar su enojo. Cuando parecía que lo tenía todo para deshacerse de los humanos, estos no solo consiguieron alterar sus planes, sino que lograron destruir a gran parte de sus robots. La máquina de ejecución supo que no podía seguir esperando más tiempo a que sus robots estuvieran terminados, por lo que les dio una orden a aquellos que estaban en funcionamiento.

    — Estas son mis ordenes — dijo Cybershark a sus robots — No tenemos los números para seguir explorando y buscando el arma, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras que nuestros enemigos siguen avanzando en la búsqueda del arma. Por lo que tengo una idea que espero que funcione. Quiero que se dividan en grupos y que acechen el planeta entero buscando a los humanos. Cuando lleguen a una zona favorable para una pelea, quiero que los capturen con vida y me los traigan aquí. Una vez que los tenga, ofreceré un intercambio: sus vidas a cambio del arma, o de lo contrario revelaré la ubicación del planeta Tierra a los vofkridianos. Sé que ellos están dispuestos a arriesgarlo todo por el arma, pero no servirá de nada que la tengan si su planeta es conquistado por Hkras antes de que puedan usarla. En caso de que se encuentren con vofkridianos, quiero que les saquen toda la información posible sobre su ubicación y entonces planearemos un ataque sorpresa en cuanto el resto de los robots estén construidos. No podemos seguir buscando el arma, pero aun podemos asegurarnos una forma de obtenerla de todos modos.

    Todos los robots que se encontraban activados hicieron una respuesta a la orden que les fue dada por parte de Cybershark. A pesar de que no lograron responderle con palabras dado a que no habían sido programados para hablar, Cybershark estaba complacido de haber recibido una respuesta por parte de sus robots.

    El plan no lo terminaba de convencer del todo, pero dadas las circunstancias, era lo mejor que se podía hacer. Al menos hasta que su máquina terminara de armar a varios de sus robots.

    [...]

    Simón se encontraba reunido en la sala central de la nave junto a todos sus soldados, exceptuando a Asher, quien se había ido a su habitación dado a que necesitaba un tiempo de duelo después de la muerte de su hermano. La espada de plata se preocupó bastante cuando los soldados le dijeron lo que había pasado en las montañas.

    — ¿No había nada ahí dentro que nos pudiera dar un indicio? — preguntaba Simón verdaderamente preocupado después de escuchar lo que sucedió con Hkras.

    — Solo quedaban las máquinas — respondió Tiberio algo serio — Al igual que las que había en la pirámide, las destruí.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora? — preguntaba Sixto sin saber que era lo que iba a pasar — Hkras probablemente ya tenga el arma en su poder.

    — No sabemos si el arma en realidad estaba ahí — respondió Tiana tratando de calmar las cosas — La pirámide era un lugar muy parecido a ese, y sin embargo el arma no estaba allí.

    — ¿Dices que hay posibilidades de que el arma no estuviera allí dentro? — preguntó Kate esperando que ese fuera el caso.

    — Espero que así sea — le respondió su amiga.

    — Probablemente Tiana tenga razón — respondió Nikolai— Es probable que el arma no se encontrara en ese lugar de la misma forma en que no estaba en la pirámide.

    — Eso aun no nos ayuda en nada — le contestó Benjamín — No tenemos el arma Boek, ni tampoco un indicio que nos diga en donde podría estar. Aunque Hkras no la tenga, nosotros tampoco vamos a encontrarla.

    — Tengo una idea — dijo la espada de plata llamando la atención de sus soldados.

    — ¿Cuál es? — preguntó Morani algo intrigado.

    — Mañana quiero que vayan a explorar y le presten atención a los esqueletos — respondió Simón — Si Hkras tiene el arma, ellos irán a recuperarla de seguro. Y si no la tiene, ellos seguro irán a defender el lugar en donde se encuentre.

    — Esa debe ser la primera buena idea que has tenido en mucho tiempo — respondió Nikolai algo molesto — Esta vez no dejaré que Hkras me deje afuera. Esta vez tendrá que pasar sobre mí.

    — De cualquier manera, todos nosotros deberíamos ir a dormir — dijo Tiberio a todos sus compañeros — Ya sea que Hkras tenga el arma o no, mañana tendremos una misión muy complicada. No podemos permitirnos más errores.

    Todos, a excepción de Benjamín y Nikolai, hicieron caso al consejo dado por el rompe huesos. Los soldados se retiraron para irse a dormir. El día de mañana podría ser un día crucial para su misión. Si Hkras tenía el arma, deberían hacer lo imposible por recuperarla. Y si este no la tenía, aun les quedaría una oportunidad para obtenerla.

    El chico de Rusia se quedó un rato hablando con el chico de Inglaterra, quien notó algo extraño en su compañero.

    — Dime, no te vi dándole las condolencias a Asher por la muerte de su hermano — le decía Benjamín a Nikolai.

    — Eso es porque no sería sincero — respondió el chico ruso — Me siento mal por la muerte de Uriel, pero no tengo ganas de ir a mostrar compasión por Asher. No después de lo que hizo con Naomi.

    — Escucha, no sé que clase de problemas haya entre él y tú — le dijo Benjamín de forma muy seria — Pero ambos son humanos. Deberías mostrar un poco de humanidad y acercarte a él. Acaba de perder a su hermano.

    Tras decir estas palabras, Benjamín se retiró a dormir a su habitación, dejando a Nikolai reflexionando solo durante un rato. Las palabras del chico inglés eran ciertas. Asher había perdido a su hermano y lógicamente debía estar destrozado. Aunque eso sería algo que a Nikolai le gustaría, no podía sentirse bien del todo, porque a pesar de sus diferencias con Asher, Uriel le caía bien.

    El chico ruso decidió que Benjamín tenía razón y que debía acercarse para mostrar algo de compasión por Asher. Nikolai salió de la sala central y se dirigió a la habitación de Asher para hablar con él, pero para cuando llegó, se encontró con la puerta un poco abierta. Se asomó despacio para ver que era lo que estaba pasando, y logró ver a Asher y Kate hablando entre sí. Kate estaba abrazada a su compañero, quien estaba llorando sin consuelo alguno.

    — ¿Qué es lo que le voy a decir a mis padres? — se preguntaba Asher aun sufriendo un gran dolor tras la muerte de su hermano.

    — Solo diles la verdad — respondió Kate abrazando a su novio— Diles que murió como un verdadero héroe, y que deberían sentirse orgullosos.

    — Aun no puedo creer esto — Asher seguía con su llanto — Mi hermano menor...él no se merecía morir asesinado de esa forma por Hkras. Él tiene que pagar por lo que hizo.

    — Y lo hará — respondió Kate acercándose aun más a Asher— Lo vamos a hacer pagar.

    — Aun así no creo que pueda seguir soportándolo — decía Asher entristeciendo cada vez mas — Kate... te necesito.

    — Descuida, Asher— dijo la chica de Francia abrazando aun más fuerte a su novio — Yo siempre estaré contigo. Siempre.

    Nikolai sintió una enorme rabia en el momento en el que presenció esa escena. Él recordó como su compañera le había dicho que no quería estar con nadie durante la misión, pero ahora, ella estaba con Asher sin ningún problema. Nikolai al principio pensó que Kate se había acercado a Asher solo por la muerte de Uriel, pero luego de recordar que Simón llevaba un largo tiempo sin enviarlo junto a ella en las misiones, empezó a pensar que Kate llevaba un largo tiempo junto a Asher, y que esa charla que le dio solamente fue una excusa para no tener que soportarlo. Nikolai se apartó totalmente enfadado de la puerta de la habitación de Asher. Ahora él lo sabía todo.

    Morani se encontraba durmiendo en su habitación hasta que su sueño fue interrumpido por Tiana, quien tenía una expresión de miedo en el rostro. La chica de Polonia despertó a su novio, quien se preocupó mucho al verla de esa forma.

    — Tiana, ¿qué ocurre? — preguntó Morani algo preocupado por ella.

    — No puedo dormir — respondió Tiana muy asustada y triste por lo que pasó — No puedo dejar de pensar en Uriel. En como debió haber sufrido cuando Hkras lo mató.

    — Lamento que hayas tenido que verlo así— respondió Morani intentando calmar a su novia — Hkras verdaderamente nos superó el día de hoy, y fue por eso que Uriel murió. Yo no creo que hubiera podido hacer algo, pero si Nikolai o Sixto hubieran estado ahí, tal vez las cosas habrían sido diferentes.

    — Tengo mucho miedo, Morani— dijo Tiana abrazando a su novio y empezando a soltar algunas lágrimas.

    — ¿Miedo? ¿Por qué? — preguntó el chico de Kenia.

    — Tengo miedo de que lo que le pasó a Uriel nos pase a nosotros — respondió Tiana verdaderamente asustada — Alison, Ismael, y ahora Uriel... nuestro equipo se reduce cada vez más. Cualquiera podría ser el siguiente.

    — No dejaré que eso pase — le dijo Morani abrazando a su novia, pero empezando a sentir algo de temor por lo que ella dijo — No voy a dejar que eso pase.

    La noche fue muy larga y difícil para casi todos los soldados. Esta vez, a diferencia de los otros días, los soldados se levantaron mucho antes de que el sol saliera. Desayunaron muy rápido y ahora se encontraban en la sala de vehículos junto a la espada de plata. Sabían que el día de hoy iba a ser el que lo decidiría todo, ya sea que Hkras tenga el arma o no. Nikolai miró a Asher con desprecio sin que nadie lo notara. El chico ruso logró ver que Asher no se encontraba bien por la mirada que tenía. Luego de mirarlo a él, centró su mirada en Tiana y Tiberio, quienes también vieron a Uriel muerto. Tiberio no se veía muy alterado, pero Tiana parecía no sentirse bien.

    — Voy a abrir las puertas, y en el momento en el que el sol empiece a salir, todos ustedes empiezan a recorrer el planeta — les indicaba Simón.

    —Espera, Simón — decía Nikolai llamando la atención de todos — No creo que Asher y Tiana se sientan bien como para venir a esta misión. Deberías dejarlos atrás ahora.

    — Desearía poder hacerlo — respondió la espada de plata — Pero no puedo permitirlo. Solo quedan ustedes ocho, y si dejo a dos de ustedes atrás, solo quedarán más vulnerables ante un ataque de Hkras o de Cybershark o de los esqueletos.

    — Estoy bien, Nikolai— respondió Asher algo preocupado de ver que justo él se preocupara por su bienestar — Puedo manejar esto.

    — Yo también — respondió Tiana.

    — Esto es una mala idea — respondió Nikolai algo serio.

    — ¡Una mala es achicar el número del equipo después de sufrir una baja! — le gritó Simón algo harto de que Nikolai siempre cuestionara sus órdenes — ¡Tenemos que encontrar el arma, y para eso los necesito a todos juntos!

    Nikolai se molestó por los gritos recibidos, pero sabía que no podía hacer nada para cambiarlo. Ya estaba molesto de que Simón nunca hiciera caso a sus sugerencias. Cuando salió el sol en Boek, todos los soldados arrancaron sus vehículos y se pusieron en dirección hacia la ciudad de los huesos. Si querían encontrarse con los esqueletos, tendrían más probabilidades de hacerlo cerca de los alrededores de esa zona.

    Los soldados, a pesar de las palabras de Simón, se mostraban algo preocupados por Asher. Sobretodo Kate. Asher mostraba una mirada algo seria en su rostro. Como si su dolor por la muerte de Uriel se hubiera convertido en odio.

    El recorrido hacia la ciudad de los esqueletos no les duró mucho, ya que los soldados observaron a lo lejos como unos cinco vehículos se estaban acercando hacia ellos. Para evitar ser vistos por los enemigos, los soldados se desviaron un poco. Los vehículos pasaron por la zona sin darse cuenta de la presencia de los humanos, quienes empezaron a seguir su rastro. Se mantuvieron a una distancia prudente para poder seguirlos sin ser detectados por estos.

    Los cleexors los llevaron a través de una zona de mesetas, la cual era verdaderamente extensa y tenía un camino recto perfectamente formado. Los soldados sabían que ese camino los iba a llevar o hacia el arma Boek o hacia Hkras. Sea cual sea el resultado, iban a tener que pelear pronto, por lo que empezaron a prepararse psicológicamente para esa pelea.

    La zona de mesetas estaba llegando a su final, y ahora iniciaba un prado rodeado de árboles. A pesar de haber estado varios días en el planeta, la diversidad de ecosistemas aun no dejaba de sorprenderlos. Los soldados notaron que los esqueletos subieron la velocidad de sus vehículos, y ellos decidieron que harían lo mismo. Tras avanzar durante una media hora, los esqueletos dieron un giro hacia la derecha, acción que fue imitada por los humanos. Al girar se encontraron con una gran sorpresa. En frente de ellos, a pocos metros de distancia, había un gran edificio en forma de esfera. Una gran batalla se estaba librando en las puertas del lugar, o al menos eso veían a lo lejos. Varios vofkridianos estaban luchando en contra de los cleexors justo en la puerta de entrada al edificio. Los esqueletos usaban armas de fuego que disparaban un rayo de un color púrpura, el cual impactaba en contra de la piel de los vofkridianos, pero no causaba demasiado daño a estos.

    Hkras, quien estaba liderando a sus soldados, avanzó hacia dos de esos esqueletos, y con su espada, los atacó y los partió al medio a ambos de un solo golpe. El resto de los vofkridianos se encargaba de los restantes mientras que el emperador abría la puerta del lugar y entraba al edificio.

    — ¡El arma Boek está ahí dentro! — gritaba Morani al ver lo que Hkras había hecho — ¡Tenemos que entrar!

    Los vofkridianos de Hkras lograron eliminar a los esqueletos que estaban en la puerta. Dos de los vofkridianos, entre ellos Sidirio, entraron al interior de la esfera siguiendo a su emperador. Otros cuatro sirvientes de Hkras se quedaron afuera y vieron como unos cinco esqueletos más se acercaban hacia ellos. Los esqueletos que guiaron a los humanos hacia la esfera bajaron de sus vehículos y empezaron a disparar sus armas en contra de los invasores.

    — ¡Es nuestra oportunidad! — gritó Tiberio a sus compañeros — ¡Podemos obtener el arma! ¡Prepárense para pelear!

    Mientras los vofkridianos estaban luchando contra los cleexors, ambas razas empezaron a sentir el ruido de vehículos acercándose hacia ellos. Todos lograron divisar a los ocho soldados humanos acercándose hacia ellos. Ahora iba a ser una pelea de tres bandos. Vofkridianos, cleexors y humanos. Todos luchando uno contra otro por un mismo objetivo. Asher, quien sentía una gran furia dentro de él,aceleró su moto y se empezó a acercar a un vofkridiano. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el soldado estadounidense saltó y atravesó a uno de los vofkridianos en la cabeza con su espada. Rápidamente, quitó el arma de su lugar y se dirigió a otro de los vofkridianos. Asher lo atacó intentando matarlo, pero el vofkridiano bloqueó su ataque con su espada, y después le dio un golpe de puño a Asher, el cual lo hizo caer al suelo y tirar el arma.

    — ¡Asher! — gritó Kate pensando que iban a matarlo.

    Asher vio que el vofkridiano enemigo se acercó hacia él listo para matarlo. Tiberio se adelantó y dio un salto desde su moto hacia el enemigo. Le dio una patada en la cabeza al vofkridiano, la cual hizo que se alejara de Asher. Posteriormente, ayudó a Asher a levantarse del suelo.

    — Debes tener más cuidado — le indicó Tiberio a su compañero — O de lo contrario vas a terminar muerto y ya no podrás vengar a tu hermano.

    El vofkridiano intentó matar a Tiberio, quien bloqueó el ataque con su escudo. Los demás soldados ya habían llegado y se habían unido a la pelea.

    — ¡Nikolai y Benjamín, quiero que vengan conmigo hacia el interior! — gritó Tiberio a sus dos compañeros — ¡El resto de ustedes encárguese de luchar aquí afuera!

    El rompe huesos, en compañía de Nikolai y Benjamín, entró hacia el interior de la esfera mientras que Asher, Kate, Morani, Tiana y Sixto se quedaron a pelear afuera en contra de los vofkridianos y los cleexors. Los humanos se movían con prudencia esperando el momento exacto para atacar, y esquivando los ataques en caso de ser necesario, mientras que tanto los vofkridianos como los cleexors luchaban ferozmente.

    [...]

    Simón se encontraba en la sala central de la nave esperando que sus soldados regresaran a salvo de la misión. La espada de plata había pensado un poco en la cantidad de soldados que le quedaban. Con las muertes de Uriel, Ismael y Alison; el grupo se había reducido a solamente ocho soldados. No quería pedir refuerzos a Kendrick porque era probable que la espada de oro necesitara de varios hombres para la batalla, pero sabía que no debía conformarse con solo ocho soldados.

    Sin embargo, su reflexión sobre la situación terminó cuando sintió que algo había impactado contra la nave. Efectivamente había sido un disparo. Antes de poder darse cuenta, otros cuatro disparos impactaron en contra de la nave, y esta encendió una alarma que indicaba que se encontraba bajo ataque. Una cámara de la nave empezó a captar una imagen proveniente desde el exterior, y Simón vio a seis vofkridianos armados disparando en contra de la nave.

    — ¡¿Pero cómo es posible?! — exclamó Simón viendo como estos estaban atacando.

    — ¡No dejen de disparar! — ordenó Veygh desde afuera de la nave.

    Simón se movió hacia la computadora principal y empezó a buscar la forma de activar el sistema de defensa externo de la nave.

    — Sé que Kendrick instaló un sistema de defensa, espero que funcione — decía para sí mismo la espada de plata.

    Simón tecleó un par de códigos en la computadora, los cuales activaron un sistema de rastreo y disparos de armas externas a la nave. Dos máquinas se activaron y empezaron a disparar una ráfaga de balas en contra de los atacantes vofkridianos, quienes seguían disparando contra la nave. Las armas, a pesar de ser efectivas, tardaban mucho en matar a los vofkridianos, quienes tenían una piel muy resistentes. Dos de los vofkridianos habían caído, pero Veygh y los otros cuatro continuaban disparando sin parar. Llegó un momento en el que la nave ya no resistió más, y dos de los propulsores de despegue habían explotado. Afortunadamente, el resto de la nave seguía en buen estado, pero ahora esta ya no podría despegar más. Tras unos minutos, el arma de defensa de la nave mató a otro de los vofkridianos. Veygh y los otros dos continuaron disparando hasta que sus armas quedaron inactivas. El plan era destruir la nave por completo, pero esta aparentemente era demasiado resistente para las armas de los vofkridianos.

    — ¡Retírense! — ordenó el vofkridiano que lideraba al equipo — ¡Con eso será suficiente!

    Veygh y el resto de los vofkridianos salieron corriendo del lugar después de haber gastado toda su munición sobre la nave. Las armas de defensa de la nave dejaron de disparar en el momento en el que los perdieron de vista. Simón se alivió de que la nave ya no estuviera bajo ataque, pero el ruido de la explosión de los propulsores de despegue lo dejó muy preocupado. Esperando que no fuera algo grave, Simón ejecutó un programa de diagnóstico deseando que la nave aun funcionara. Por desgracia para él, esto no era así. Los dos propulsores de despegue quedaron totalmente destruidos. La nave podría despegar y volar, pero no tenía la fuerza suficiente como para salir de la atmósfera del planeta.

    La espada de plata se llevó las manos a la cabeza luego de ver el resultado del análisis.

    [...]

    Tiberio, Nikolai y Benjamín avanzaban por el interior de la esfera siguiendo el ruido proveniente de un enfrentamiento entre vofkridianos en contra de los esqueletos. Avanzaron hacia una puerta, y al cruzarla, vieron como Hkras y otros dos vofkridianos se enfrentaban a una docena de esqueletos en el interior del lugar. Estos esqueletos disparaban sus armas contra los vofkridianos, pero su piel resistente los mantenía a salvo de casi cualquier daño.

    Tiberio observó el interior de la sala y vio que al final había una columna alta con una escalera.

    — ¡Esa debe ser el arma Boek! — gritó Nikolai algo emocionado de ver una escalera de gran tamaño— ¡Tenemos que ir a buscarla!

    — ¡Ve! — ordenó Tiberio empezando a correr hacia la batalla — ¡Benjamín y yo los enfrentaremos!

    El rompe huesos y el chico de Inglaterra avanzaron hacia Hkras y el resto de los combatientes en el interior de ese lugar. Hkras los vio venir y decidió que esta vez iba a eliminarlos definitivamente. Uno de los cleexors intentó atacar a Tiberio disparando su arma, pero el rompe huesos logró cubrirse con su escudo. Inmediatamente después, avanzó hacia él y le rompió el cráneo con su espada. Benjamín se cubría y avanzaba con cuidado dado a que él no contaba con un escudo al igual que Tiberio.

    Nikolai evitó a los enemigos y se acercó corriendo a las escaleras, acción que fue notada por los cleexors.

    — ¡Detenlo! — gritó uno de ellos.

    Nikolai se detuvo tras escuchar esas palabras y se dio vuelta. Dos de los esqueletos se estabanacercando a él con dos armas que desprendían electricidad. Nikolai sabía que no podía dejar que lo tocaran con esas armas. Uno de ellos quiso atacarlo en la cabeza, pero el chico ruso movió los brazos hacia arriba para bloquear el ataque con su espada. Antes de que el esqueleto pudiera hacer otro ataque, Nikolai le atravesó el cráneo. El segundo lo atacó muy rápido. Nikolai intentó moverse hacia atrás para esquivarlo, pero el cleexor consiguió golpearlo en el estómago con el arma, produciendo una descarga sobre el cuerpo del soldado ruso, quien empezó a sentir dolor. Su contador de salud bajó de 100% a 80% con solo un ataque, por lo que decidió atacar rápidamente antes de recibir más daño. Nikolai le dio un golpe que logró atravesarle el pecho a su enemigo, que a pesar de todo, seguía vivo. Para asegurarse de que estaría a salvo, Nikolai le partió el cráneo a su enemigo ahora en el suelo. Una vez muerto, Nikolai se vio con el camino libre y corrió hacia las escaleras. Subió a toda velocidad hasta la parte de arriba y logró encontrar una mesa, y sobre esa mesa había un cañón dorado de gran tamaño, como un pedazo de leña muy grande. Nikolai lo tomó y se dio cuenta de que era liviano a pesar del tamaño que tenía. Lo examinó atentamente y pudo ver que el cañón tenía grabada una imagen en la parte de atrás. Esa imagen era el planeta Boek. Fue ahí que Nikolai supo que se trataba de lo que estaban buscando.

    — ¡La tengo! — gritó Nikolai muy emocionado de haberla encontrado — ¡Tengo el arma Boek!

    — ¡Es hora de irnos! — gritó Tiberio muy emocionado por las palabras de su compañero.

    Tiberio esperó a Nikolai, y una vez que este llegó hasta él, ambos empezaron a correr hacia la salida, siendo seguidos por Hkras y sus soldados, y algunos cleexors.

    — ¡No dejen que escapen! — gritó uno de los cleexors.

    — ¡No se llevarán mi arma! — gritó el emperador tratando de alcanzarlos.

    Un cleexor se paró frente a Nikolai y se disponía a disparar su arma en contra de él, pero Benjamín, quien se encontraba cerca, le atravesó la nuca por detrás. El cleexor murió y soltó su arma, la cual fue tomada por Tiberio. Nikolai y Benjamín continuaron corriendo hacia la salida, mientras que el rompe huesos esperó por Hkras. Cuando lo tuvo muy cerca, Tiberio se volteó empezó a disparar con el arma extraterrestre a la cabeza de Hkras, quien, a pesar de su piel resistente, sentía un gran dolor por los disparos al recibirlos tan de cerca. Tiberio disparó hasta que el arma ya no siguió más. El emperador vofkridiano había caído al suelo algo aturdido. El rompe huesos vio la oportunidad para eliminarlo. Con sus propias armas, Tiberio corrió hacia Hkras listo para matarlo de un golpe el la cabeza, pero Sidirio, quien vio que su líder corría peligro, atacó a Tiberio. El soldado humano logró bloquear el ataque enemigo con su escudo. Antes de que pudiera responder, varios cleexors tomaron a Sidirio y a Hkras, quien intentaba levantarse, y comenzaron a atacarlos.

    Tiberio veía como otros más se dirigían hacia él, por lo que decidió abandonar el edificio y volver con sus compañeros.

    El rompe huesos salió de la esfera y vio como Sixto y Morani acababan con la vida de un vofkridiano y un cleexor, respectivamente. Todos los soldados se subieron a sus vehículos y se alejaron del lugar intentando perder a sus enemigos.

    — ¡La tenemos! — celebró Benjamín — ¡Finalmente la tenemos!

    — ¡No puedo creerlo! — gritaba Morani de la emoción — ¡El arma es nuestra! ¡Nos vamos a ir a casa!

    — Todo terminó — decía Kate muy aliviada después de ver que lo habían logrado.

    — Esto es por ti, hermano — pensaba Asher muy feliz — Te prometo que tu sacrificio no se olvidará.

    Los ocho soldados emprendieron el regreso hacia la nave con un estado de ánimo muy alto. El arma Boek era suya. La búsqueda había terminado y ahora todos podrían regresar a la Tierra. Ya no deberían preocuparse de Cybershark o por Hkras nunca más. Tiberio se puso a pensar en lo que pasó en el interior de la esfera muy profundamente.

    — Mamá, papá, estuve muy cerca de vengarlos — pensaba el rompe huesos para sí mismo — Pero no deben preocuparse. El día muerte de Hkras está próximo a llegar.

    Al llegar a la nave, los soldados guardaron los vehículos en la sala de salida y fueron corriendo hacia la sala central para darle la noticia a Simón.

    — ¡Simón! — gritó Sixto muy entusiasmado — ¡Lo logramos! ¡Tenemos el arma!

    Todos los soldados esperaban que la espada de plata se pusiera feliz de su éxito en la misión, sin embargo, se llevaron una enorme sorpresa al ver que Simón estaba mirando una de las pantallas de la sala.

    — ¿Qué ocurre? — preguntaba Morani algo asustado de ver que Simón no se alegraba.

    — Tenemos el arma, mira — le dijo Nikolai poniendo el arma Boek sobre la mesa de la sala central — Ya podemos volver a la Tierra.

    — Lamento tener que decirles que no podemos — le respondió Simón muy seriamente tanto a él como al resto de los soldados.

    — ¿A qué te refieres? — preguntó Kate algo preocupada — ¿Por qué no podemos regresar?

    — Unos vofkridianos atacaron la nave mientras ustedes no estaban — les dijo la espada de plata algo apenado — Los propulsores de la nave fueron dañados, y me temo que no hay forma de que podamos salir del planeta Boek.

    Las palabras de su superior dejaron a todos los soldados con un gran sentimiento de angustia. Justo cuando pensaron que todo se había terminado, ahora resultaba que no podían regresar a la Tierra. Nikolai recordó lo que le había dicho a Simón durante la mañana antes de partir a buscar el arma Boek.

    — ¡Te lo dije! — le gritó el chico ruso muy enojado — ¡Te dije que Asher y Tiana tenían que haberse quedado atrás! ¡Mira lo que pasó!

    — Nikolai, cálmate — dijo Benjamín intentando tranquilizar a su compañero — No había forma de saber que esto iba a pasar. Esto no es culpa de Simón.

    — ¡Por supuesto que lo es! — respondió a los gritos el chico ruso — ¡Si me hubiera escuchado, Asher y Tiana podrían haber hecho algo para evitar que los vofkridianos le causaran un gran daño a la nave! ¡Ahora nos tendremos que quedar en este maldito planeta por más tiempo!

    — ¡Nikolai, detén esto! — le dijo Kate algo enojada con él — Necesitábamos a Asher y a Tiana con nosotros. Sin ellos quizá no lo hubiéramos conseguido.

    — Lo bueno es que tenemos el arma Boek— respondió Simón — Voy a llamar a Kendrick, e informarle de todo esto.

    Simón inició una llamada desde la nave hacia la FOT, rogando que Kendrick pudiera recibirla, porque ahora mismo necesitaba comunicarse con él más que nunca. El llamado tardó en ser respondido, pero finalmente, la espada de oro contestó.

    — Simón — decía Kendrick luego de recibir la llamada — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez. Espero que sean buenas noticias.

    — Tengo dos noticias para contarte — le respondió la espada de plata algo serio — Una buena y otra mala.

    — ¿Cuál es la buena? — preguntó Kendrick esperando que su equipo haya tenido éxito en la misión.

    — La buena es que los chicos lo lograron — respondió Simón sonando un poco menos serio que antes — El arma Boek es nuestra.

    — Pero, ¿entonces por qué me lo dices de esa forma? — preguntaba Kendrick algo extrañado por la manera en la que Simón le había dado una noticia como esa — Si tenemos el arma quiere decir que vamos a vencer a Hkras una vez que regresen a la Tierra. Deberías estar más contento.

    — Esa es la mala noticia — respondió la espada de plata retomando la seriedad— No podemos regresar a la Tierra. Un ataque vofkridano dañó la nave y no podemos abandonar el planeta. Estamos atrapados.

    — Por Dios — decía la espada de oro algo preocupado por escuchar estas noticias — ¿Todos siguen con vida?

    — Desafortunadamente perdimos a Alison, Ismael y Uriel — respondió Simón contándole la verdad a Kendrick— Solo me quedan ocho soldados.

    Luego de las palabras de Simón, Kendrick dejó de hablar por unos momentos. Todos los presentes en la sala, exceptuando a Simón y a Tiberio, estaban preocupados porque Kendrick no supiera que hacer. Sin embargo, la espada de plata y el rompe huesos lo conocían a la perfección y sabían que a Kendrick se le ocurriría alguno. Finalmente, la espada de oro les respondió.

    — Escuchen — les dijo Kendrick que había pensado en una solución — Ahora mismo voy a enviar a una nave para que los vaya a buscar. No enviaré a más soldados hacia el planeta, solamente será una nave con piloto. Cuando la nave llegue, el piloto les dará las coordenadas con su ubicación, y cada uno de ustedes irán con sus vehículos y el arma hacia la nueva nave. Subirán y emprenderán directamente el viaje de regreso a la Tierra.

    — Pero la nave tardará tres días en llegar hasta aquí — le respondió Tiana algo preocupada por la situación.

    — Lo sé, pero no puedo hacer nada al respecto — le respondió seriamente la espada de oro — Ustedes han logrado sobrevivir durante un largo tiempo en ese planeta. Solamente tienen que sobrevivir tres días más.

    — No vamos a lograrlo — respondió Nikolai — Hkras sabe nuestra ubicación, o de lo contrario, no nos habría atacado.

    — Lo lamento, pero es lo único que puedo hacer — le respondió Kendrick— Van a tener que resistir durante tres días más en Boek. Solo hagan eso, y les prometo que será lo último que tendrán que hacer para la FOT. Esa será su última misión. Proteger el arma durante tres días más. Yo sé que pueden hacerlo.

    — Lo intentaremos — dijo Asher aceptando la orden de su líder — Hemos logrado obtener el arma, ahora solamente necesitamos protegerla durante un poco más. Podemos hacer eso.

    — Estoy de acuerdo — respondió Sixto muy motivado por las palabras de su compañero — Solo debemos resistir tres días, y después todo habrá terminado. La Tierra y nuestras familias estarán a salvo... Mi hija estará a salvo.

    — Enviaré la nave de inmediato — les dijo la espada de oro a todos sus soldados con vida — Les deseo la mejor de las suertes en estos últimos tres días.

    Kendrick cortó la llamada, y antes de que surgiera algún otro problema, se levantó de su escritorio y se fue a buscar a un piloto que pudiera partir de inmediato hacia el planeta Boek. Sabía que sus soldados eran capaces, pero no podía esperar para siempre.

    Ahora los soldados de la FOT se encontraban ante un nuevo desafío. La búsqueda del arma Boek había terminado, y ahora que ya la tenían, lo único que debían hacer sería defenderla durante tres días más. Simón decidió que lo mejor sería esconderla en el interior de la sala central, de esa forma, en caso de un ataque, todos sabrían en donde poder encontrarla.

    Tiberio se marchó a la sala de entrenamiento para entrenar. El rompe huesos tenía pensado aprovechar lo que le quedaba del día para poder entrenar. Sixto y Benjamín decidieron ir con él. Sabiendo que podrían estar en peligro, lo mejor sería que se mantuvieran en forma. Asher y Kate fueron a la habitación del chico estadounidense mientras que Morani y Tiana se fueron a la habitación del chico de Kenia. Nikolai les hizo creer a todos que iba a irse a dormir a su habitación, pero en lugar de eso, se fue hacia la habitación de Asher y Kate, y una vez que se aseguró que nadie lo veía, se paró afuera para escuchar la conversación que iban a tener.

    La pareja no sospechaba que Nikolai pudiera estar escuchándolos, por lo que se pusieron a hablar como si nada. El chico ruso prestó atención a cada palabra que decían.

    — Ya casi lo hemos conseguido — le dijo Kate a Asher muy emocionada — El arma es nuestra. Solo tenemos que esperar un poco más y podremos regresar a casa.

    — Así es — respondió Asher con la misma emoción que Kate — Solo desearía que mi hermano estuviera aquí con nosotros para poder celebrar junto a él.

    — Lo lamento mucho, Asher— respondió Kate — Yo también lo apreciaba mucho.

    — Lo bueno es que su sacrificio no fue en vano — decía Asher algo ilusionado — Ninguno de nuestros amigos dio su vida en vano. Evandro, Naomi, Alison, Ismael, y mi hermano... Me seguraré de que todos ellos sean recordados por haber hecho esto posible.

    — Yo también quiero que sean recordados — dijo Kate que luego de eso cambió el tema — Lo mejor de todo es que solamente debemos aguantar durante tres días más. Una vez que lleguemos a la Tierra, podremos dejar de fingir frente a Nikolai.

    Las palabras de Kate confirmaron todo lo que Nikolai había pensado tras haber escuchado anoche la conversación entre ella y Asher. Ambos habían iniciado una relación desde hacía mucho. Nikolai pensó automáticamente en el día en que fueron atacados por los gyot, ya que desde ese momento en adelante, Kate y él nunca volvieron a formar parte del mismo equipo en una misión hasta después de la muerte de Ismael y Alison. Nikolai estaba verdaderamente enojado con Asher. El chico ruso no sabía que Kate descubrió la verdad sobre lo que pasó en la cueva, y pensó que Asher había logrado convencerla de que él era inocente. El resentimiento que tenía en contra de Asher ahora era más grande que nunca, y el escuchar el resto de la conversación solo empeoró las cosas.

    — Kate, escucha — decía Asher — Yo sé que esto puede ser muy repentino, pero, ¿te gustaría casarte conmigo en algún día?

    — Por supuesto, Asher— dijo Kate muy emocionada por las palabras de su novio — Hemos luchado muy duro por esto. Una vez que Hkras esté muerto, tu y yo tendremos una vida feliz.

    Nikolai, desde afuera de la habitación logró escuchar como Asher y Kate se dieron un beso. Esto dejó al chico ruso verdaderamente enfadado. Sabiendo que no tenía que seguir escuchando, se alejó del lugar para dirigirse hacia la sala central. Al llegar vio a Simón revisando algunos archivos de la computadora. Nikolai no dejaba de pensar que si Simón le hubiera hecho caso y hubiera dejado a Asher y a Tiana atrás durante la misión, los vofkridianos no habrían logrado destruir los propulsores de despegue, y todos podrían regresar a la Tierra en este mismo instante. Nikolai decidió acercarse para hablar con la espada de plata.

    — ¿Qué quieres, Nikolai? — preguntó Simón sabiendo que Nikolai iba a decirle algo.

    — Solamente quiero saber que tan dañados están los propulsores de despegue — respondió el chico ruso — Tal vez podamos volar hacia otro lugar sin correr peligro. Hkras sabe nuestra ubicación. Y si nos supera en número, estaremos perdidos.

    — Los propulsores están dañados, pero creo que podríamos alejarnos unos cien o doscientos kilómetros de aquí — respondió Simón.

    — Eso es suficiente para despistar a Hkras— respondió Nikolai— Déjame salir a explorar. Vigilaré la zona, buscaré una parte segura y moveremos la nave antes de que Hkras vuelva a atacar.

    — Pronto anochecerá — le dijo la espada de plata — Sería muy arriesgado.

    — Para derrotar a Hkras, debemos correr riesgos — respondió Nikolai — No envíes a los demás. Conmigo es suficiente. Exploraré el lugar rápido y luego regresaré y cambiamos la ubicación de la nave.

    — Es una buena idea — le respondió Simón viendo que Nikolai lo había pensado bien — Pero cuando anochezca quiero que regreses. O sino, que me informes.

    — Lo haré.

    — Entonces ve a la plataforma de salida.

    Simón abrió la plataforma y Nikolai arrancó su vehículo para salir a explorar. El chico ruso tenía decidido que era lo que iba a hacer. Sabía que era imposible que lograran resistir durante tres días sin que Hkras los encontrara y les quitara el arma. Si las cosas seguían de la forma en la que iban, Hkras iba a terminar conquistando la Tierra, y no podía dejar que eso pasara. Y otra cosa que él no dejaría que pasara sería que Asher se quedara con Kate.

    Nikolai pensó en el plan perfecto para poder asegurarse de que Hkras no conquistara la Tierra, y que Asher no se quedara con la chica que le gustaba; pero sabía que sería arriesgado.

    El soldado ruso estuvo recorriendo el planeta durante un largo rato hasta que finalmente encontró lo que buscaba. Nikolai se acercó a toda velocidad hacia dos máquinas de ejecución que estaban vigilando la zona siguiendo el plan que su líder les había dicho. Los robots identificaron a Nikolai acercándose a ellos desde lejos y tomaron las armas listos para pelear y capturarlo.

    Sin embargo, se llevaron una gran sorpresa. Nikolai se aproximó hacia las máquinas de ejecución, detuvo su moto, tomó su espada y se las tiró a los pies de los robots; que estaban verdaderamente confundidos por lo que el humano había hecho.

    — No se preocupen — dijo Nikolai levantando las manos y acercándose a ellos — No vine aquí para pelear...Llévenme con Cybershark.
     
    Última edición: 4 Febrero 2017
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    El arma Boek
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    Ciencia Ficción
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    40
     
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    4090
    Ya está listo el nuevo capítulo de la historia, y el primero que pertenece a esta parte que recibe el nombre de Resistencia. Tal y como he dicho antes, esta parte contará con menos capítulos que las partes anteriores. Sobre la duración de los capítulos no puedo decir nada más que esto: los capítulos, al ser menos que en otras parte probablemente sean más largos de 3500 palabras, pero eso dependerá de cada uno. Yo tengo planeado todo lo que pasará en cada capítulo, y trataré de que suceda de esa forma.

    Sin motivos para seguir interrumpiéndolos, les dejaré el capítulo. Espero que disfruten de esta nueva parte.


    Resistencia — Parte 1: Traidor

    Las máquinas de ejecución se encargaron de llevar a Nikolai hacia la guarida en donde Cybershark y el resto se refugiaban. Una de las máquinas iba en frente de él y la otra iba por detrás, para asegurarse de que no intentara nada, aunque el chico ruso ya les había entregado su espada. No tardaron mucho hasta que llegaron hacia el lugar. Cybershark vio como dos de sus robots entraban en la guarida acompañados por Nikolai, y pensó que su plan, a pesar de no ser tan bueno, había dado resultado.

    — Escucha — dijo Nikolai acercándose al líder de las máquinas de ejecución con las manos levantadas — Esto no es lo que parece. He venido aquí por mi cuenta para hablar contigo.

    — ¿Hablar? — preguntó algo sorprendido la máquina de ejecución — ¿Sobre qué?

    — Antes que nada tendrás que ordenarle a uno de tus robots que tome mi moto y empiece a recorrer el planeta — le respondió el chico ruso — Les dije a los otros que iba a explorar, y si ven que el vehículo se quedó quieto por mucho tiempo, van a sospechar que algo está pasando.

    Cybershark estaba muy confundido por todo esto. Nikolai era el enemigo. Todas las veces en las que se encontraron, se enfrentaron intentando matarse el uno al otro, y ahora él parecía haber venido a hablar con él sin que el resto de los humanos supieran sobre eso. A pesar de que no entendía lo que estaba pasando, el líder de las máquinas dio la orden a uno de los suyos que tomara la moto y empezara a explorar. Si lo que decía Nikolai era verdad, el resto de los humanos podría volver a rastrear su ubicación, y esta vez no tenía una cantidad suficiente de robots para pelear.

    Una vez que el robot se marchó, Cybershark se dispuso a hablar con Nikolai. Otro de los robots le entregó la espada del soldado ruso. El líder de las máquinas ahora tenía el unico objeto que Nikolai podría usar para defenderse. Tenía cierta curiosidad por conocer el motivo por el que Nikolai fue hacia su guarida solo y desarmado.

    — Comienza a hablar — le dijo Cybershark preparado para escuchar a su enemigo — ¿Por qué viniste aquí por tu cuenta?

    — Tengo una proposición para hacerte— dijo Nikolai algo serio — Una que te parecerá interesante. Se trata de un intercambio.

    — ¿Qué es exactamente lo que quieres intercambiar? — le preguntó la máquina de ejecución — ¿Y qué te hace pensar que voy a cooperar contigo?

    — Encontramos el arma Boek— dijo Nikolai muy seriamente — El arma más poderosa del universo está en nuestras manos.

    Cybershark se asombró mucho al escuchar todo esto. Le parecía increíble que los humanos hayan sido quienes encontraran el arma Boek primero. Pero había algo que no encajaba.

    — Si tienen el arma Boek, ¿por qué siguen en este planeta? — preguntó Cybershark considerando la idea de atacar a Nikolai e ir a buscar el arma por su cuenta.

    — Esa es la razón por la que quiero hacer el intercambio — respondió Nikolai— Nuestra nave fue dañada, y no podemos regresar a la Tierra. Tenemos que esperar a que una nave venga a buscarnos. Pero hasta que lleguen aquí, Hkras encontrará la manera de quitarnos el arma. Y nos matará. Es por eso que quiero dártela a ti.

    — ¿A mí? — preguntó Cybershark algo confundido — ¿O sea que vas a evitar que uno de tus enemigos obtenga el arma dándosela a otro enemigo?

    — Esta guerra está perdida para nosotros — respondió Nikolai— No hay forma de que podamos soportar durante tres días. Hkras nos quitará el arma y después no habrá nada que lo detenga. Él va a conquistar o a destruir la Tierra. En cualquier caso, nuestro planeta morirá. Si la conquista y nos obliga a contribuir para su imperio, nuestro planeta no durará mucho. Pero todo esto sería diferente si el que nos conquista fueras tú. Hkras nos quitará todo. Alimento, agua, tecnología, gente... la Tierra no podrá soportar demasiado. Pero contigo sería diferente. Tú eres un robot. Tu no comes, no bebes, no necesitas recursos naturales... lo único que la Tierra puede darte que te sirva de verdad sería tecnología, y no dependemos de ella para sobrevivir. Es por eso que te daré el arma. La Tierra va a ser conquistada, y prefiero que seas tú antes que Hkras.

    — ¿Y qué es lo que quieres a cambio de darme el arma? — le preguntó Cybershark algo interesado en la oferta— El arma más poderosa del universo debe tener un precio muy alto.

    — Quiero ser quien esté a cargo de la Tierra y de nuestro sistema solar — respondió Nikolai— Me aseguraré de que recibas toda la tecnología que quieras y que ninguna raza del sistema inicie una rebelión contra ti. El dominio de todo un sistema planetario es algo que nadie puede comprar. Me agrada mucho la idea de que yo seré la máxima autoridad en millones y millones de kilómetros. Pero para eso tendrás que encargarte de eliminar a mis compañeros y a las autoridades de la FOT. Quiero que los elimines a todos ellos, excepto a dos personas.

    — ¿Quiénes son esas dos personas? — preguntó el líder de las máquinas de ejecución.

    — Asher y Kate — respondió Nikolai seriamente — Quiero a Kate para que sea mi pareja. Y en un principio quería a Asher muerto, pero prefiero ser yo quien lo mate. Para resumir, te estoy dando el arma más fuerte del universo a cambio de que mates a toda la FOT, excepto por mis dos compañeros, y me pongas a mi a cargo de mi sistema solar — tras decir esas palabras, Nikolai miró seriamente a Cybershark — Y no intentes utilizarme como moneda de intercambio, porque no me llevo muy bien con todos mis compañeros... y Simón probablemente estaría dispuesto a dejarme morir antes de cambiarme por el arma Boek.

    La proposición de Nikolai le agradó mucho a Cybershark, quien se encontraba muy entusiasmado con esto. Iba a conseguir el arma más fuerte del universo y podría deshacerse de una vez por todas de su enemigo Hkras. Y a cambio de eso solo debía entregarle a Nikolai el control de una zona con muy pocos planetas con vida inteligente, cosa que estaba dispuesto a sacrificar. Tras ver que sería inútil usar a Nikolai de otra forma para obtener el arma Boek, decidió aceptar su propuesta.

    — Tenemos un trato — respondió Cybershark estrechándole su mano a Nikolai— Traeme el arma mañana y yo me encargaré de llevarte a ti y a los dos compañeros fuera de aquí. Eliminaré a toda esa FOT, y te pondré a cargo de tu sistema solar.

    — Sabía que aceptarías — le respondió el chico ruso muy complacido — Esto es lo mejor. Para mí, para ti, y para la Tierra. Dile a tu robot que traiga mi vehículo. Mañana tendrás tu arma.

    Cybershark se comunicó con el robot que se había llevado la moto del soldado humano para que regresara con esta hacia la guarida. El robot obedeció, y en pocos minutos, ya se encontraba de regreso. Nikolai se despidió de Cybershark y emprendió el viaje de vuelta hacia la nave. La noche estaba empezando a caer, por lo que decidió darse prisa. La felicidad de Nikolai estaba por las nubes. Iba a evitar que la Tierra sufriera un destino terrible y además iba a quedarse con el control total de todo el sistema solar. Lo que más le agradaba era la idea de que iba a matar a Asher, y de que Kate iba a estar con él, como lo quiso en un principio.

    La noche se estableció en el planeta, y Nikolai recibió una llamada de Simón, que quería verificar que todo estuviera bien.

    — Nikolai, ¿pasó algo? — preguntó Simón algo preocupado por el soldado — Ya es demasiado tarde.

    — Voy en camino — respondió el chico ruso — Encontré un lugar seguro a donde podríamos mover la nave.

    La guarida de Cybershark se encontraba lejos, y Nikolai sabía que la nave no podría recorrer una gran distancia de la forma en la que estaba. Aun así, iba a tratar de acercar la nave hacia la guarida de Cybershark lo más que le fuera posible. Pasó un largo tiempo hasta que Nikolai consiguió regresar a la nave. Todos los que iban a bordo de esta, excepto por Simón, se encontraban dormidos. Nikolai se acercó hacia la espada de plata y le dio una ubicación "segura" que estuviera cerca de la guarida de Cybershark para que entregarle el arma fuera más fácil. Simón, sin saber que Nikolai los había traicionado, arrancó la nave y trató de dirigirla hacia el lugar que el soldado ruso le indicó.

    Sin embargo, esta no llegó muy lejos. A solo noventa kilómetros del lugar en donde se encontraba originalmente, la nave hizo sonar una alarma de que se iba a caer. Simón la aterrizó de inmediato para evitar un choque. Nikolai estaba muy enojado porque la nave solo había logrado recorrer muy poco, a pesar de que Simón le dijo que esta podría alejarse entre cien y doscientos kilómetros.

    — ¿Qué fue lo que ocurrió? — preguntó Nikolai tratando de no enojarse mucho para no levantar sospechas.

    — Parece que la nave hizo el análisis de cuanta distancia podría correr utilizando las características de la Tierra — respondió la espada de plata — Porque según este diagnóstico, la nave debería haber sido capaz de llegar más lejos.

    — No es mucho, pero al menos Hkras no sabe nuestra ubicación por ahora — respondió Nikolai aceptando que no podía hacer nada al respecto.

    — Será mejor que vayamos a dormir — le respondió la espada de plata — Tendremos unos tres días intensos.

    Nikolai accedió y se fue a su habitación. Simón se quedó en la sala central, dado a que si algo pasaba durante la noche, podría tomar el control de la situación rápidamente. Nikolai decidió no dormirse. Dejó que pase un rato y después se dirigió a la sala para ver si podía encontrar el lugar donde Simón escondió el arma. Sin embargo, al ver que la espada de plata se encontraba en el lugar, pensó que sería mejor no hacerlo. Si Simón se despertaba, su plan correría el peligro de ser descubierto. El soldado ruso regresó a su habitación y logró conciliar el sueño muy rápidamente. Había sido un largo día para él y necesitaría descansar.

    [...]

    En la ciudad de los huesos, Nix se encontraba en su habitación verdaderamente nervioso. El sirviente de Cleexor estaba viendo un video de proyección de una de las máquinas de la esfera en el cual se veía como varios de su raza estaban siendo asesinados por vofkridianos y por humanos, y por último, se vio como uno de los humanos quitaba el arma Boek de su lugar para llevársela. Sabía que sería una situación muy problemática en el momento en el que Cleexor lo supiera. El líder de la raza entró a la sala para preguntarle a Nix si había alguna noticia. El esqueleto estaba muy nervioso al respecto, pero sabía que debía contar la verdad sobre lo que pasó.

    — ¿Hay alguna noticia desde la esfera? — preguntó Cleexor queriendo saber la situación.

    — Desafortunadamente la hay — le respondió Nix algo preocupado — El arma Boek fue robada y todos los cleexors que usted envió fueron asesinados.

    — ¡¿Cómo?! — preguntó Cleexor verdaderamente furioso — ¡No es posible! ¡¿Cómo pudieron hacer algo así?! ¡Yo envié a media ciudad hacia la esfera!

    — Los vofkridianos son muy difíciles de matar — le respondió Nix — Su piel es muy gruesa y su cuerpo es muy resistente. Nuestras armas no parecen ser demasiado dañinas para ellos.

    El líder de los cleexors estaba repleto de ira. A pesar de todos los esfuerzos que puso para evitar que lugares como el cubo y la esfera fueran atacados, los invasores lograron destruirlo todo y robar el arma Boek. Cleexor empezó a golpear las paredes de la habitación repetidamente. Era la unica forma que tenía de descargar su enfado. Nix sabía que debía hacer algo para que se calmara, por lo que se acercó a su líder.

    — ¿Qué es lo que tiene pensado hacer? — preguntó Nix algo asustado esperando que Cleexor se tranquilizara.

    — ¿Quién se llevó el arma? — preguntó Cleexor — ¿A qué raza pertenece?

    — Era un humano — le respondió Nix— Proveniente del planeta Tierra.

    — Probablemente ya se hayan ido de aquí. No veo que haya nada más que hacer — respondió Cleexor ahora más calmado — Estoy seguro de que la otra raza también se fue. Lo cual quiere decir que los invasores ya no deben estar en el planeta. Es tiempo de aprovechar eso.

    — No entiendo lo que tiene planeado.

    — Vamos a recuperar lo que perdimos — dijo Cleexor muy determinado — Lo primero que vamos a hacer será encargarnos de eliminar a todas las demás razas inútiles de nuestro planeta. Los de piel azul y los que no tienen pelaje. Esas dos razas no sirven para nada. No son inteligentes, no tienen ningún propósito para vivir. Antes me conformaba con mantenerlos alejados de los laboratorios, pero ahora lo mejor será que sean eliminados. Una vez que en este planeta solo quedemos nosotros, retomaremos las investigaciones y terminaremos de desarrollar el arma Cleexor. Y una vez que esté terminada, iremos al planeta Tierra a matar a los humanos y recuperar el arma Boek. Nuestro objetivo al hacer el arma Cleexor era probar que podíamos crear algosuperior al arma Boek. Esa será una oportunidad perfecta para demostrarlo. Haz que todosse preparen. Es el momento de iniciar un exterminio.

    Nix estaba verdaderamente contento de que Cleexor haya logrado calmar su enojo y pensar en una idea mejor que simplemente enfrentarse a invasores desconocidos cuando el fuerte de su raza no era la pelea. El sirviente salió de la habitación para darle el aviso al resto de sus compañeros, mientras que Cleexor se quedó en la habitación. El esqueleto miró el video que fue transmitido desde la esfera. En él, además de ver a los humanos robando el arma Boek, también se podía ver a varios vofkridianos eliminando a los suyos.

    — Una vez que los humanos sean eliminados, ustedes serán los siguientes — pensaba Cleexor para sí mismo.

    [...]

    Varios de los vofkridianos que habían ido al planeta Boek estaban reunidos en su refugio. Todos ellos estaban asombrados al ver como su líder estaba recibiendo un tratamiento de curación. Las heridas del arma que Tiberio había disparado contra él causaron algunas heridas en su piel, y luego de haber resistido eso, el emperador tuvo que pelear en contra de los Cleexors. Junto a Sidirio lograron acabar con todos, pero tuvo algunas heridas en el proceso. Esta era la primera vez que su emperador estaba tomando un tratamiento de recuperación desde que iniciaron con su impero.

    El emperador vio como casi todos, exceptuando a Veygh, quien lo conocía muy bien, estaban preocupados. Esto no le gustaba para nada.

    — ¡Quiten esas malditas expresiones de sus rostros ahora! — ordenó muy serio el emperador vofkridiano— Esto son solo algunas heridas recibidas encombate y nada más. No quiero que piensen que perdimos. Los humanos casi no lucharon. Toda la lucha en contra de esas cosas la hicimos nosotros. Fue por eso que lograron herirme de esta forma. En una pelea uno contra uno, logré derrotar sin problemas al humano que me causó estas heridas. Como un cobarde, el se aprovechó de mi cansancio y me hizo esto, pero eso no se volverá a repetir. No deben pensar que los humanos son fuertes solo por esto. En una pelea normal, nosotros habríamos ganado. Solo éramos Sidirio y yo en contra de tres humanos y decenas de esas criaturas extrañas, y a pesar de todo, sobrevivimos. Ahora los humanos no cuentan con ellos para que les hagan el trabajo sucio.

    — Pero ellos tienen el arma Boek— dijo uno de los vofkridianos del lugar — Por lo que nos dijeron en Eikrat, esa arma es muy superior a toda nuestra tecnología.

    — Eso es cierto, pero los humanos seguro que no saben como usarla — respondió Hkras — Y gracias al esfuerzo de Veygh, su nave no puede abandonar el planeta Boek. Están atrapados aquí con nosotros, y su planeta está muy lejos de aquí. Solo necesitaré un día para recuperarme de esto. Una vez que me encuentre bien para pelear, vamos a ir todos juntos a pelear en contra de ellos. Pero lo que quiero ahora mismo es que borren esa expresión de preocupación de sus caras. Todos ustedes.

    Veygh y Sidirio, que eran quienes estarían a cargo de los vofkridianos mientras su emperador se recuperaba por las heridas recibidas, les pidieron a los demás que se prepararan para una exploración para confirmar si los humanos habían abandonado la nave o si seguían en ella. Además les pidieron que se tranquilicen de la misma forma en que su líder lo había pedido. Todos los vofkridianos ahora parecían estar más tranquilos. Sin embargo, resultaba impresionante que su líder resultara herido en una batalla, incluso aunque hubiera luchado contra una enorme cantidad de peleadores.

    Una vez que todos los demás vofkridianos se fueron a descansar, el segundo y tercero al mando de Hkras decidieron ir a revisar como iba el tratamiento que su líder estaba recibiendo. A diferencia de Sidirio, Hkras terminó recibiendo mas daño durante la misión, y el tratamiento le aliviaría primero los músculos para después curar heridas en su piel. Ambos observaron como Hkras dormía tranquilamente. Ellos no estaban preocupados por su líder, pero sí que estaban sorprendidos de que este pudiera resultar herido en combate.

    — Estoy seguro de que si hubiera llevado las armas de disparos en lugar de dármelas a mi, hubiera logrado derrotarlos a todos — decía Veygh en un tono bajo y alejándose para no despertar a Hkras.

    — Ya sabes como es él — le respondió Sidirio imitando las acciones de su compañero — A él no le gusta pelear usando un arma que no sea su espada. Estoy seguro de que el arma Boek nunca será usada por él, y que solo quiere obtenerla para evitar que la usen en su contra.

    — Aun así yo tengo ganas de ver por qué ese tipo de arma es la más fuerte en el universo — respondió Veygh— Si los humanos y las máquinas de ejecución vinieron hasta aquí para usarlas en nuestra contra quiere decir que tiene algo especial.

    — Podríamos usarla en contra de ellos — le contestó Sidirio— De esa forma ellos tampoco se quedarán con las ganas de ver lo que hace.

    [...]

    Un nuevo día había empezado. Nikolai se despertó y lo primero que hizo fue ir a desayunar. Todos sus compañeros, exceptuando a Tiberio que no estaba, ya estaban terminando su desayuno. Nikolai miró como todos se dirigían a la sala central. Se apresuró a comer e hizo exactamente lo mismo que sus compañeros. Al llegar los vio a todos reunidos y a Simón hablando con alguien a través del sistema de comunicación de la nave.

    — ¿Ves algo raro? — preguntaba Simón.

    — No, todo está muy tranquilo por ahora — respondía Tiberio a través del comunicador de su traje.

    — ¿Por qué Tiberio está afuera de la nave? — preguntó Morani algo intrigado.

    — Se levantó temprano y me dijo que iba a recorrer la zona para ver si veía a Hkras o a alguien más acercándose a la nave — le respondió la espada de plata — Pero no quiero que nadie más salga de aquí. Los necesito a todos para defenderla en caso de que un ataque.

    — Entendido — respondió Kate ante las palabras de Simón.

    — El resto de nosotros podría ir a entrenar — sugirió Sixto — No nos convendría relajarnos demasiado.

    — Es una excelente idea — respondió Asher saliendo de la sala central.

    Todos los soldados, exceptuando a Nikolai, que se quedó en la sala central, se dirigieron a entrenar. El chico ruso observó con algo de desprecio a Asher, y no podía esperar a hacer el intercambio con Cybershark para poder separarlo de Kate. Simón notó que Nikolai no había acompañado a los demás, lo cual le pareció extraño.

    — ¿No quieres prepararte? — preguntó la espada de plata — Recuerdo que dijiste que la próxima vez que te encontraras con Hkras ibas a luchar contra él. Por más que deseo que no pase, es muy probable que tengas que hacerlo.

    — Deberíamos echarle un vistazo al arma Boek— respondió Nikolai engañando a Simón — Aprovechemos estos momentos de tranquilidad para analizarla e intentar descubrir como funciona. Aunque no lo logremos, para cuando lleguemos a la FOT podremos darles algo de información útil.

    — No me parece tan mala idea — le respondió Simón haciéndole caso a su soldado.

    La espada de plata ejecutó un código en su computadora, lo cual abrió una compuerta escondida perfectamente en la pared. Lógicamente, Kendrick lo había instalado para esconder el arma en caso de que alguien pudiera infiltrarse a la nave. Nikolai quería tomarla, pero sabía que debía esperar el momento oportuno. Simón tomó el arma en sus manos para apoyarla en la mesa. Nikolai supo que era el momento perfecto para iniciar con el plan.

    Simón empezó a observar atentamente el arma y no veía ningún gatillo o algún botón que pudiera usarse para disparar, pero sabía que tenía que disparar de alguna forma por el orificio del cañón. Nikolai se puso detrás de él para hacerle creer que el también le iba a echar un vistazo. Cuando vio que Simón ya había bajado la guardia por completo, Nikolai juntó sus manos y le dio un golpe en la nuca a la espada de plata. Por el golpe, Simón cayó al suelo soltando el arma Boek.

    — ¡Nikolai, ¿qué mierda estás... — pero no logró terminar lo que iba a decir porque Nikolai le dio una patada en la cabeza, la cual lo había dejado inconsciente.

    — He estado deseando hacer esto desde hace mucho — dijo Nikolai en un descargo — Si me hubieras escuchado probablemente esto no habría pasado.

    Nikolai programó rápidamente la plataforma de salida para escapar de la nave. Tomó el arma y empezó a correr para salir. El chico ruso estaba tranquilo ahora que sabía que Tiberio se encontraba patrullando la zona. Él era el únicode los soldados que le preocupaban, y ni siquiera tendría que lidiar con él. La plataforma se abrió y Nikolai salió a bordo de su moto con el arma Boek en sus brazos. Todo lo que tenía que hacer ahora sería llevársela a Cybershark.

    Asher, Kate, Morani, Tiana, Sixto y Benjamín escucharon el ruido de la plataforma de salida y como un vehículo, que lógicamente era el de Nikolai, salía a gran velocidad. Algo confundidos por esto, decidieron ir a la sala central y ver que era lo que había pasado. Al llegar se encontraron con Simón en el piso, algo aturdido intentando levantarse.

    — ¡Simón! — gritó Tiana algo sorprendida de verlo así — ¡¿Qué sucedió?!

    — Fue...Nikolai— dijo Simón que seguía aturdido por los golpes que el soldado le dio en la cabeza — Se llevó el arma.

    — ¿Qué? — preguntó Asher algo confundido — ¿Por qué haría eso?

    — No lo sé — respondió Simón que aun no podía ponerse de pie — Pero tienen que ir a buscarlo y traer el arma aquí. ¡Rápido! ¡Quién sabe lo que vaya a hacer!

    — ¡Tenemos que ir! — exclamó Sixto algo alterado.

    — ¡No todos! — le gritó Benjamín llamándole la atención — ¡Simón no se encuentra bien! ¡Algunos de nosotros tienen que quedarse aquí para protegerlo a él y a la nave en caso de un ataque,y otros tienen que ir a buscar a Nikolai!

    — ¡Tiana y yo nos quedaremos! — indicó Morani.

    — ¡Yo me quedaré también! — les gritó Sixto a Asher, Kate y Benjamín — ¡Ustedes vayan a la sala de salida! ¡Abriré las puertas!

    Asher, Kate y Benjamín se dieron prisa para poder llegar hasta sus vehículos lo más rápido posible. Una vez que llegaron, Sixto les abrió las puertas y los tres salieron para alcanzar a Nikolai y quitarle el arma. Lo que ninguno de ellos dejaba de pensar era que motivos llevarían a su compañero a hacer algo como eso. Kate tenía una pequeña sospecha.

    — ¡Logré detectar su ubicación! — les decía Sixto por el comunicador — ¡Se las voy a enviar! ¡Síganlo!
     
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    Agus estresado

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    Saludos. Ya está listo el segundo capítulo que pertenece a la parte Resistencia. Tal y como dije antes, yo termino un capítulo y luego de eso, lo publico. Y como ya sabían de antes, lo que me sobra ahora mismo es tiempo libre e inspiración para continuar la historia.

    Este capítulo me gustó mucho más que el anterior, pero juzgarlo depende de ustedes, por lo que simplemente los dejaré leer tranquilos. Ojalá lo disfruten.


    Resistencia — Parte 2: La espada de plata


    Después de que sus tres compañeros dejaran la nave para perseguir a Nikolai, Sixto, Morani y Tiana decidieron atender a Simón. La espada de plata se encontraba un poco mejor. Aun seguía un poco aturdido por el golpe. Los tres soldados no podían entender lo que su compañero había hecho. Ninguno de ellos encontraba una explicación lógica para esto. Nikolai atacó a Simón y se llevó la espada de plata de la nave. Con sus acciones estaba poniendo en riesgo la misión y el destino de la Tierra.

    — No entiendo por qué haría algo así — decía Sixto sin entenderlo bien — Después de todo lo que nos costó obtener el arma Boek, él está dándole a nuestros enemigos una oportunidad para que la tomen.

    — Nikolai tiene algo planeado, no lo está haciendo porque sí — respondió Simón a las palabras de su soldado — Él mismo día que obtuvieron el arma, él se ofreció a explorar la zona para buscar un lugar más seguro. Pero no tiene sentido que me atacara de esa forma y que se llevara el arma Boek. Está planeando algo, y no me gusta para nada. Espero que los demás logren detenerlo.

    — Llamaré a Tiberio — dijo Sixto empezando una comunicación con el rompe huesos para que ayudara con el problema — Tiberio, necesitamos de tu ayuda.

    — Lo lamento, pero no puedo hacer nada por ahora — respondió el soldado hablando muy bajo — Hay un grupo de vofkridianos explorando el lugar, y los estoy siguiendo para asegurarme de que no encuentren la nave. No les puedo quitar los ojos de encima. Si veo que se alejan lo suficiente acudiré enseguida, pero ahora mismo tengo que seguirlos.

    El rompe huesos cortó la llamada, dejando verdaderamente preocupados a los soldados. Nikolai se había llevado el arma Boek, su mejor soldado no podría ayudar a recuperarla, y había posibilidades de que sufrieran un ataque de parte de los vofkridianos. Todos pensaron que al encontrar el arma Boek las preocupaciones disminuirían, pero en lugar de eso, estas habían aumentado. No podían dejar solo a Simón hasta que no se recupere, pero ahora ya había pasado un tiempo y no habría forma de poder alcanzar a Nikolai, por lo que no tenía sentido abandonar la nave. Y si los vofkridianos que Tiberio estaba siguiendo lograban encontrar la nave, iban a tener serios problemas.

    Morani y Tiana cuidaron de Simón hasta que este se recuperó del todo. Sin importar las intenciones de Nikolai, todos esperaban que sus compañeros pudieran detenerlo.

    [...]

    Asher, Kate y Benjamín perseguían a Nikolai siguiendo las coordenadas que Sixto les había enviado desde la nave. El soldado ruso les quitó un poco de ventaja, por lo que estaban conduciendo a toda velocidad por el planeta. Los tres soldados rogaban porque ningúngyot, vofkridiano, máquina de ejecución, o esqueleto se presentara para interferir con esto. Los tres recorrían el planeta tratando de alcanzar a Nikolai antes de que hiciera alguna estupidez. Una duda que estaba en sus mentes era el por qué. Se preguntaban cual sería la razón por la que Nikolai haría algo como eso. Kate llegó a su propia conclusión.

    — ¿Qué demonios estás haciendo, Nikolai? — preguntaba Benjamín sin entender lo que sucedía.

    — Asher, ¿crees que lo que Nikolai esté haciendo tenga que ver con nosotros? — le preguntó Kate a su novio.

    — Eso es imposible, él no sabe que tu y yo somos novios — respondió Asher tratando de calmar a Kate.

    — ¿Y que tal si lo sabe? — preguntó Kate algo preocupada por lo que Nikolai estaba haciendo — Es posible que nos haya escuchado.

    Las palabras de Kate verdaderamente dejaron pensando a Asher. El soldado de Estados Unidos recordó su conversación con su novia el día en que Uriel murió. Y lo que Kate decía tenía sentido, dado a que Nikolai no había mostrado alguna señal de hacer algo como eso nunca.

    — Sinceramente, espero que no lo sepa — respondió Asher muy preocupado al igual que su novia.

    — ¡Lo veo! — gritó Benjamín divisando el vehículo de Nikolai a lo lejos.

    Asher y Kate miraron al frente y lograron ver la moto de Nikolai. El chico ruso tenía el arma atada a su vehículo. No se encontraba demasiado lejos de la ubicación en la que ellos estaban. Los tres aceleraron a fondo intentando alcanzarlo. Nikolai escuchó el ruido de algunos vehículos acercándose hacia él a gran velocidad. Se dio vuelta y logró ver a Asher, a Kate y a Benjamín siguiéndolo y acortando la distancia cada vez más.

    — Mierda — pensó el chico ruso — Tengo que perderlos.

    Nikolai hizo un desvío del camino que lo llevaba hacia la guarida de Cybershark en un intento por despistar a sus perseguidores. El chico ruso giró a su izquierda y consiguió observar un bosque con árboles distanciados lo suficiente entre ellos como para que su vehículo pudiera pasar. Sabiendo que esa era la mejor opción, Nikolai se metió en el bosque. Los tres soldados que lo perseguían hicieron lo mismo. Nikolai volteó la mirada y los veía cada vez más cerca. Estaba pensando que iba a ser capturado cuando de repente escuchó gruñidos en el bosque. Los gruñidos estaban lejos al principio, pero luego de un rato se hicieron más fuertes, lo que le indicó al soldado que algo se acercaba.

    Al escuchar un gruñido muy fuerte, Nikolai levantó la vista y vio a un gyot dando un salto hacia él, intentando convertirlo en su presa. El chico logró esquivarlo moviéndose rápidamente hacia la derecha. El gyot lo iba a seguir, pero entonces escuchó un ruido proveniente de atrás de él. Al darse cuenta logró ver a los tres soldados que perseguían a Nikolai acercarse. Pensando que tres presas valían más que una, la criatura empezó a correr hacia ellos. Los chicos lo vieron y empezaron a preocuparse.

    — ¡Mierda! — gritó Asher viendo como se acercaba corriendo — ¡Viene hacia nosotros!

    — ¡Ustedes sigan a Nikolai! — les indicó Benjamín acelerando para ponerse al frente — ¡Yo me encargaré del gyiot!

    Benjamín sabía que el gyot iba a seguir a Asher y a Kate si ellos lo pasaban y él se quedaba peleando, por lo que decidió intentar una maniobra arriesgada. El soldado de Inglaterra condujo su vehículo directamente hacia la criatura, produciendo un choque entre el vehículo y el gyot, que salió vivo pero no ileso. Benjamín se cayó de su quad después del choque, pero gracias a su traje de protección, no había sufrido tantos daños. Asher y Kate lograron pasar al gyot, y ahora se dedicaban a perseguir a Nikolai.

    Benjamín se levantó del suelo y sacó su espada listo para pelear. Sabía que Asher y Kate podrían necesitar ayuda, lo cual significaba que no debía perder demasiado tiempo con el gyot. La criatura se levantó para pelear contra el soldado. Benjamín recordaba que para poder matarlo debía darle un golpe fuerte y directo en el corazón. El gyot avanzó corriendo hacia él soldado, pero esta vez no iba demasiado rápido dado a sus heridas tras el choque. Benjamín esperó el momento oportuno y dio un salto hacia atrás, logrando escapar del gyot. Rápidamente, se levantó y le clavó su espada en el corazón, logrando matar a la criatura de un solo golpe. Antes de partir, decidió quitar el cuerpo del gyot del camino para que no estorbara y para no dejar evidencia de la pelea a cualquiera que pasara por el lugar. Una vez que todo estuvo despejado, Benjamín regresó a su vehículo y retomó la persecusión a Nikolai.

    Nikolai abandonó el bosque, el cual no era demasiado grande como parecía, con Asher y Kate siguiéndolos justo detrás de él. Estaba feliz de haberse deshecho de Benjamín, pero aun le quedaban dos soldados más con los que lidiar.

    — Aun estoy muy lejos de la guarida de Cybershark— pensaba Nikolai viendo las cosas de un lado negativo — Debí haber destruido la computadora que controlaba la salida de los vehículos después de programar mi salida.

    Asher y Kate se acercaban cada vez más hacia el soldado. Solo sería cuestión de minutos para poder alcanzarlo.

    — ¡Ríndete, Nikolai! — le gritó Asher verdaderamente enojado — ¡Sea cual sea tu plan, no va a funcionar!

    — ¡Estás loco si crees que me rendiré ante ti! — le respondió el soldado ruso — ¡Lo sé todo! ¡De alguna manera lograste convencer a Kate para que creyera tu historia de mierda, y ahora está contigo! ¡No voy a permitir que alguien como ella salga con un tipo tan débil como tú!

    — ¡Te equivocas, Nikolai! — le gritó Kate — ¡Xorcut me lo dijo todo! ¡Tú atacaste a Asher en esa cueva! ¡La muerte de Naomi fue culpa tuya! ¡Atacaste a Asher, causaste la muerte de Naomi y después me mentiste! ¡¿De verdad crees que quiero estar con alguien como tú?!

    — ¡Una vez que logre entregarle el arma a Cybershark no te quedará otra opción! — le gritó Nikolai a sus dos compañeros, revelándoles su idea.

    Asher y Kate ahora ya sabían que era lo que Nikolai tenía pensado hacer, pero seguían sin entender el por qué. Aunque eso no era demasiado importante en ese momento. Lo que de verdad importaba era detenerlo y evitar que le entregara el arma más poderosa del universo a uno de sus enemigos. Nikolai aceleró lo más que su vehículo pudo y logró sacarles a Asher y a Kate un poco más de distancia. Tras unos minutos alejándose lo más posible de ambos, Nikolai veía que a lo lejos había cinco máquinas de ejecución, probablemente esperando para recibir el arma y llevársela a Cybershark. Nikolai se alegró al ver esto, ya que Asher y Kate no lograrían seguirlo si estaban luchando contra las máquinas de ejecución. Asher y Kate empezaron a alarmarse. Si no recuperaban el arma antes de que Nikolai lograra llegar hasta los robots, ya no habría forma de quitarle el arma. Afortunadamente, a Asher se le ocurrió algo.

    — Tengo una idea, baja un poco la velocidad y luego embiste mi moto — le dijo Asher pensando rápidamente — El impulso me permitiría alcanzarlo.

    — Pero podrías caerte de tu moto — le dijo Kate que no estaba del todo segura de eso — Si eso pasa, Nikolai le dará el arma a Cybershark.

    — Confía en mí — le dijo Asher a su novia sabiendo que no quedaba nada más por hacer.

    Kate le hizo caso a su novio. La chica de Francia bajó un poco la velocidad de su quad, y cuando se distanció lo suficiente de Asher, aceleró de golpe. Su quad empujó la moto de Asher, lo cual le dio un impulso de velocidad extra. Asher se acercó a Nikolai, y cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, hizo un giro con su moto, la cual terminó chocando con la moto de Nikolai. Ambos soldados cayeron de sus vehículos, y el arma Boek también cayó junto a ellos. Las máquinas de ejecución vieron eso y decidieron correr para ver si lograban tomar el arma. Nikolai se puso de pie rápidamente e intentó correr hacia el lugar donde el arma Boek había caído. Pero antes de llegar hasta allá, Kate avanzó rápidamente con su quad, intentando atropellarlo. Nikolai dio un salto hacia el costado evitando ser golpeado por Kate. La chica francesa se acercó hasta el arma y la levantó del piso sin bajar la velocidad de su vehículo.

    Kate dio un giro e intentó atropellar nuevamente a Nikolai, quien, una vez más logró evadir el ataque saltando hacia el costado. Asher, que ya estaba a bordo de su moto, se acercó a Kate.

    — Tenemos que regresar a la nave — le indicaba Asher a su novia.

    — ¿Pero que hay con Nikolai? — preguntó Kate.

    — No podemos pelear contra él y contra todas las máquinas de ejecución — le respondió Asher — Regresemos a la nave. Estoy seguro de que él volverá también.

    Para cuando Nikolai logró llegar a su vehículo, Asher y Kate se habían alejado de él lo suficiente. Además de que era probable que Benjamín ya hubiera matado al gyot, lo que quería decir que él ya no tenía posibilidades de recuperar el arma. Sin tener ninguna idea, el soldado ruso le pidió a las máquinas de ejecución que lo llevaran a la guarida de Cybershark. Los robots decidieron hacerle caso y llevaron al soldado ruso de vuelta con su líder.

    [...]

    Cybershark le dio un golpe en la cabeza a Nikolai cuando vio que este había regresado sin el arma hacia su guarida. La máquina de ejecución no podía creer que Nikolai no fuera capaz de llevarle el arma tal y como habían acordado, por lo tanto, ahora estaba verdaderamente furioso.

    — ¡Debí haber sabido que un humano inútil no podría traerme el arma! — le decía la máquina de ejecución muy enojado — ¡Nuestro trato se terminó! ¡Ahora te voy a matar!

    — ¡No! — gritó Nikolai implorando por su vida — ¡Por favor, no lo hagas! ¡Aun puedo traerte el arma! ¡Está claro que no puedo hacerlo solo! ¡Pero dame a algunos de tus robots y yo te la regresaré!

    — ¿Cómo puedo saber que no me traicionarás y destruirás a mis robots? — le preguntó la máquina de ejecución — Mi máquina de ensamblaje no está funcionando muy bien, lo cual significa que estos cinco robots que tengo ahora serán los únicos que tendré en un largo tiempo. Si te los doy, probablemente quieras reconciliarte con tus amigos y los destruyan.

    — La FOT ejecuta a los que cometen traición — le respondió Nikolai — Y después de que robé el arma, por más que te asesine a ti y a Hkras por mi cuenta, ellos me matarán de todas formas. Si no hago el trato contigo, voy a morir. Y si tu no haces el trato conmigo, Hkras te va a superar. Solo dame a tus robots y yo te traeré el arma. Esto nos beneficia a ambos.

    La máquina de ejecución desconfiaba un poco deNikolai dado a que no conocía a la FOT ni a sus reglas, pero por una parte, él tenía razón. Necesitaba el arma, o de lo contrario, Hkras iba a terminar obteniéndola y ya no habría nada que pudiera hacer para detenerlo. Cybershark sabía que corría un gran riesgo si perdía a los últimos robots que tenía, dado a que su máquina de ensamblar tardaría un largo tiempo en terminar de construir a más de estos. Sin embargo, si Nikolai lograba traerle el arma, ya no iba a necesitar más de sus robots, y podría marcharse de Boek con el arma y una victoria asegurada. No tenía más opción que mantener el trato que había hecho con el soldado ruso.

    — Está bien, lo haré — dijo Cybershark perdonándole la vida a Nikolai— Haré que mis robots te sigan hasta tu nave. Pero tienes hasta el final del día de hoy para cumplir con tu parte del trato. Y si no vas a regresar a mi guarida con el arma en tus manos, lo mejor para ti será que no regreses nunca.

    Nikolai se puso algo nervioso al escuchar esas últimas palabras de Cybershark. Sabía que su siguiente oportunidad para cumplir con el trato iba a ser la última, y si fracasaba, toda su vida habría terminado. Los humanos, Hkras, Cybershark, los gyot y los esqueletos lo querrían muerto a como diera lugar. El soldado de verdad estaba asustado porque eso pasara, por lo que se dispuso a no cometer errores esta vez.

    Cybershark le indicó a sus robots que siguieran al chico ruso hasta la nave y que lo ayudaran a recuperar el arma Boek y traerla de regreso. Cybershark habría ido pero no podía dejar su guarida desprotegida. Si Hkras, o alguna criatura la encontraba y destruía alguna de las máquinas, todo se habría terminado para él. La máquina de ejecución vio a Nikolai salir junto a sus robots esperando que le trajeran el arma.

    [...]

    Simón guardó el arma Boek de regreso en el mismo lugar en donde la tenía antes. Todos los soldados, a excepción de Tiberio que aun continuaba vigilando a los vofkridianos, se encontraban en la nave. Asher y Kate le explicaron al resto la idea que Nikolai tenía de entregarle el arma a Cybershark. Aunque lo que seguían desconociendo era la razón por la cual haría eso. Aunque eso ya no era lo importante. Nikolai robó el arma y había intentado dársela a uno de sus enemigos, lo cual era motivo suficiente para enfrentarse a él y ejecutarlo por lo que había hecho.

    — ¡Lo voy a matar! — decía Morani verdaderamente enojado tras escuchar lo que Nikolai intentó hacer — Cybershark mató a mi amigo, y él estuvo a punto de darle el arma que tanto nos costó recibir.

    — Sé como te sientes — le respondió Asher sintiendo lo mismo que él — Uriel dio su vida por el arma. No dejaré que Nikolai eche a perder el sacrificio que hizo mi hermano por esto.

    — Si le hubiera entregado el arma a Cybershark, él probablemente habría ido a la Tierra y habría asesinado a personas inocentes... a mi hija — decía Sixto lleno de rencor contra Nikolai al pensar en esa idea.

    — Es un mentiroso y un traidor — decía Kate compartiendo su enojo — Y estoy segura de que hizo todo esto para separarnos a Asher y a mí.

    — Yo ya estoy harto de él — decía Simón dirigiéndose a una de las máquinas — Me ha estado faltando el respeto desde hace tiempo, y también me atacó. No voy a ayudarlos quedándome atrás. Esta vez voy a pelear contra él.

    Simón tomó su espada de plata, la cual se encontraba escondida detrás de una de las máquinas. Los soldados estaban impresionados. Simón estaba decidido a pelear, lo cual significaba que iban a verlo en acción por primera vez en su vida. Todos hubieran querido que Tiberio estuviera aquí con ellos para luchar en contra de su antiguo compañero, pero no tenían más opción que arreglárselas por su cuenta esta vez.

    A pesar de que estaba la posibilidad de que Cybershark pudiera haber asesinado a Nikolai, todos sabían que el chico de Rusia seguía con vida, y que iba a aparecer en la nave para pelear en algún momento.

    [...]

    Tal y como todos habían pensado, Nikolai apareció nuevamente al atardecer. Se estaba acercando a la nave en su vehículo y en compañía de unas cinco máquinas de ejecución. Todos lo estaban esperando afuera y listos para pelear. El soldado ruso llegó y se llevó una gran sorpresa al verlos a todos, en especial a Simón, esperando por su llegada a la nave. Sabía que iba a tener que pelear en contra de todos ellos. Sus compañeros sentían un gran desprecio hacia él después de que lo vieron acompañado de varias máquinas de ejecución.

    — Parece que hasta aquí llegamos — les decía Nikolai seriamente — Este será el final para los soldados de la FOT.

    — Te equivocas, Nikolai— le dijo Simón de la misma forma que él — Este será el final para un traidor de la FOT.

    — Me sorprende que hayas decidido pelear, anciano — le dijo Nikolai a Simón verdaderamente enojado — Voy a pasar a pasar a la historia por ser el asesino de la espada de plata. ¡Ataquen!

    Las máquinas de ejecución tomaron sus espadas y atacaron junto con Nikolai al resto de los soldados. Simón y sus soldados eran siete mientras que Nikolai y las máquinas de ejecución solamente eran seis, lo cual quería decir que tenían los números a su favor.

    Simón atacó a una de las máquinas de ejecución con su espada de plata. La máquina le bloqueó el ataque y trató de darle un golpe en el estómago. Simón interceptó el ataque tomando el brazo del robot. Inmediatamente después lo dio vuelta con un giro y lo empezó a golpear en la zona del cuello que unía la cabeza con el cuerpo, hasta que el cuello del robot quedó destruido. Una vez que la cabeza y el cuerpo del robot se separaron, Simón le clavó la espada en la cabeza para destruirla definitivamente, ya que sabía que las máquinas no morían tan fácilmente.

    Asher y Kate luchaban contra dos máquinas en equipo. Cuando estas atacaban, los humanos bloqueaban los ataques con sus espadas para luego cambiar posiciones rápidamente para confundirlos y así atacarlos más facilmente. Asher y Kate sabían que para eliminar a los robots debían causar daño repetitivo en el mismo lugar. Primero desarmaron a sus enemigos y luego iniciaron una serie de ataques en la cabeza de estos hasta que los destruyeron por completo.

    Sixto esquivó el ataque del robot que lo atacó retrocediendo unos pasos hacia atrás. Posteriormente, el chico de Irlanda le dio una patada en el brazo al robot para que este tirara su espada. Ahora que estaba desarmado, Sixto se acercó y se tiró al suelo para golpearle los pies a la máquina de ejecución, lo cual hizo que esta cayera al suelo. Teniéndolo en desventaja. Sixto atacó repetidamente la cabeza del robot en el suelo y consiguió destruirla.

    Tiana y Morani luchaban juntos en contra de un robot solo. Este intentó atacar a Morani, pero el soldado de Kenia logró detener el ataque con su espada. Tiana le dio un golpe a su cabeza desde atrás, lo cual la convirtió en el nuevo objetivo de la máquina de ejecución. El robot la atacó intentando dañarle el cuello, pero Tiana esquivó el ataque agachándose. Morani le dio otro golpe en la cabeza al robot, lo cual le hizo tirar su espada. Ahora que no tenía como defenderse, la pareja golpeaba repetidamente al robot en varias partes del cuerpo distintas para que este no tuviera forma de recuperar su arma. Tras recibir varios golpes, el robot ya se encontraba funcionando mal, por lo que Tiana y Morani atacaron la cabeza del robot al mismo tiempo, logrando destruirla.

    Ahora todos los robots habían sido eliminados y solo restaba encargarse de Nikolai.

    Benjamín había decidido que iba a luchar contra él. Ambos soldados se atacaron al mismo tiempo, provocando un choque entre ambas espadas. Una vez que estas chocaron, ambos soldados empezaron a forcejear para empujar al otro hacia atrás. Nikolai le dio un rodillazo en el estómago a Benjamín, lo que provocó que el cuerpo del soldado inglés se inclinara un poco. Acto seguido, Nikolai le dio un codazo en la cabeza para hacerlo retroceder y dejarlo algo confundido. Ahora el chico ruso se dispuso a eliminarlo. Sin embargo, su ataque fue frenado por Simón.

    — ¡Ya estoy harto de que siempre lo arruines todo, anciano! — le gritó Nikolai algo enfadado.

    — ¡Antes de matarte te voy a enseñar lo que es el respeto! — le respondió Simón que sería quien continuaría la pelea.

    La espada de plata chocó en contra de la espada del chico ruso, y ahora ambos forcejeaban intentando tirar al otro. Nikolai quiso repetir el mismo movimiento que utilizó contra Benjamín, pero Simón lo estaba esperando. La espada de plata retrocedió unos pasos para esquivar el ataque y ahora atacó dándole una patada a Nikolai en el pecho, la cual lo hizo retroceder. Esto hizo enfadar aun más a Nikolai, por lo que atacó nuevamente con su espada. Simón rechazó su ataque moviendo su cuerpo un poco a la derecha y después atacando con su espada a la izquierda. El golpe hizo que Nikolai girara un poco hacia su derecha, momento que Simón aprovechó para darle una patada en el costado derecho. Nikolai estaba harto de Simón, por lo que decidió simplemente atacarlo de frente para atravesarle el corazón. Simón esperaba que hiciera eso, y moviendo su espada hacia abajo, logró rechazar el ataque de Nikolai. Rápidamente, le dio un puñetazo en la barbilla con su brazo derecho mientras con el izquierdo seguía sosteniendo su espada. El golpe hizo que Nikolai retrocediera y soltara su espada.

    Simón quiso eliminar a Nikolai con un ataque al cuello, pero el chico ruso logró dar un salto al suelo y esquivarlo, y ahora se dirigía a tomar su espada. Nikolai la levantó del suelo, pero antes de que pudiera hacer algo, Simón logró conectar un golpe con su espada en el pecho aNikolai, para después atravesarle el estómago al soldado con un rápido movimiento. Nikolai sintió un gran dolor al momento en el que la espada de plata le atravesó el cuerpo, pero aun estaba con energías suficientes para atacarlo. Nikolai aprovechó que Simón estaba cerca de él para atacarlo en la cabeza con su espada. Nikolai intentó matarlo, pero afortunadamente, Simón logró cubrirse interponiendo su brazo izquierdo. El ataque de Nikolai le causó una cortada en el brazo a través del traje. Asher decidió intervenir y le dio un golpe en la cabeza con el mango de su espada a Nikolai. Simón quitó su espada del estómago del chico ruso para después volver a atravesarlo con esta justo abajo del pecho. Una vez realizado el ataque, Simón retiró la espada del lugar y Nikolai cayó al suelo mal herido por los ataques. Su contador de salud bajó a 19%, y estaba sufriendo un gran dolor en el pecho y en el estómago.

    — ¡Mierda... — decía Nikolai sintiendo un gran dolor mientras veía sus heridas — ¡Esto no...puede estar pasando!

    — Se terminó, Nikolai— le dijo Simón muy serio — Sin asistencia médica, no podrás sobrevivir a esas heridas. Y puedes estar seguro de que no voy a darte ninguna.

    — ¿Entonces... por qué no me matas? — le preguntó el chico ruso muy enojado por su derrota.

    — Primero quiero que me digas por qué lo hiciste — le respondió Simón muy seriamente — Esta traición te va a costar la vida, así que quiero saber que fue lo que te llevó a hacerlo.

    — La nave no podía regresar... — le decía Nikolai empezando a hablar con dificultad por las heridas — Hkras nos iba a quitar el arma...antes que la ayuda llegara. Nos iba a conquistar...y yo no quería que la Tierra sufriera de esa forma. Así que decidí darle el arma a Cybershark para que él derrote a Hkras...la Tierra puede vivir siendo dominada por un robot, pero Hkras...Hkras nos habría llevado a la desaparición. Por eso lo hice... lo hice por la Tierra.

    — ¿Y qué significa lo que me dijiste antes? — preguntó Kate queriendo saber la verdad — Dijiste que cuando Cybershark tuviera el arma, no tendría otra opción más que estar contigo. ¿A qué te referías?

    — Kate, yo te amo...eres la chica más hermosa que vi en mi vida — le respondió Nikolai— Nunca dejaría que Cybershark te hiciera daño...iba a dejarte con vida para que pasáramos el resto de nuestras vidas juntos.

    Asher se enojó mucho cuando escuchó las palabras de Nikolai. Sabía que él había descubierto la relación entre ambos y se aprovecharía de cualquier forma para separarlos. Asher tomó su espada, caminó hasta Nikolai y le atravesó el estómago nuevamente.

    — ¡AAGGHHH! — gritó Nikolai luego de que Asher lo atacara — ¡Alto! ¡Alto, por favor!

    — ¡No te quiero cerca de Kate! — dijo Asher retirándole la espada para volvérsela a clavar en el mismo lugar.

    Nikolai dio otro grito de dolor igual al anterior. Su cuerpo ya había recibido mucho daño. Su contador ahora marcaba 8% y solo sería cuestión de tiempo hasta que muriera. Faltando muy poco para su muerte, el grupo escuchó como un vehículo se acercaba a lo lejos. Todos levantaron la vista y lograron ver a Tiberio. El rompe huesos estaba regresando de su patrulla, y no había vofkridianos siguiéndolo, lo cual tranquilizó al grupo.

    Lo primero que Tiberio vio al regresar fue a varias máquinas de ejecución destruidas y a Nikolai tirado en el suelo con su contador muy bajo.

    — ¿Qué está sucediendo? — preguntó Tiberio muy confundido — ¿Por qué no lo llevan a la sala médica?

    — Nos traicionó — respondió Tiana siendo directa con su compañero— Nos quitó el arma Boek y trató de dársela a Cybershark.

    Tiberio se asombró mucho por escuchar esas palabras. El rompe huesos miró a Nikolai con una cara de desprecio. Nikolai estaba muy herido, y ya no tenía fuerzas para hablar, pero su mirada lo decía todo. Cuando Tiberio lo vio supo que era la verdad.

    El soldado se acercó a Nikolai y le pisó la pierna izquierda unas tres veces. Hizo lo mismo con la pierna derecha y con los dos brazos del chico ruso. Nikolai sentía como la fuerza con la que Tiberio lo golpeaba le rompía varios de los huesos de su cuerpo. El chico ruso ya no pudo soportar más dolor y terminó quedando inconsciente, pero su marcador aun mostraba un 2%, lo cual quería decir que seguía con vida.

    — Si alguien quiere terminar con él, adelante — dijo Tiberio muy seriamente después de romperle los huesos a Nikolai.

    Todos sabían que Simón era quien más deseos tenía de matar a Nikolai, por lo que decidieron que debía ser él quien lo eliminara, después de todas las cosas que había hecho. La espada de plata se acercó a un inconsciente Nikolai y decidió actuar rápido antes de que muriera por sus heridas.

    — Yo escuché tus palabras cuando estábamos viniendo a Boek— decía Simón esperando que Nikolai fuera capaz de escucharlo — Dijiste que querías ser recordado como un héroe por haber ayudado en la pelea contra Hkras. Bueno, yo me encargaré de que seas recordado. Serás recordado como un cobarde que se rindió y traicionó a sus compañeros. No habrá nadie en la Tierra que no sepa de tu traición a la FOT... — tras estas palabras, Simón se tomó un respiro — Adiós, Nikolai.

    Simón le atravesó el pecho a Nikolai con su espada de plata. El soldado recibió el golpe y perdió la vida en ese instante. El resto de sus compañeros estaban aliviados ahora que Nikolai había muerto. Habían logrado detener su plan y proteger el arma Boek.

    El primer día ya iba a terminar, lo cual quería decir que solo debían resistir durante dos días más hasta que llegara la ayuda.

    [...]

    A una gran distancia de la nave, Hkras quien ahora ya estaba recuperado de sus heridas luego de hacer el tratamiento, se encontraba verdaderamente enojado después de que sus soldados le dijeran que no pudieron encontrar la nave de los humanos ni tampoco el arma.

    — ¡¿Cómo puede ser que no los hayan encontrado?! — preguntó muy enojado con sus sirvientes — ¡Su nave fue dañada, no pueden haber llegado muy lejos!

    — Pero tal parece que lograron desplazarla y cambiar de ubicación — le respondió Veygh tratando de calmar a su emperador — Sin embargo, tenemos una noticia que darle. Una que tal vez le agrade.

    — ¿Cuál es? — preguntó el emperador vofkridiano.

    — Es Fertrok— le respondió Sidirio— Nos envió un comunicado. Dijo que Tech 001 fue conquistado exitosamente. Las máquinas de ejecución fueron destruidas.

    — Perfecto — respondió el emperador vofkridiano muy encantado de haber escuchado esa noticia — Dile que se dirija a Driun Morgh y que reúna a todos los guerreros. Una vez que todos estén reunidos quiero que vengan a Boek. Vamos a acabar con los humanos y con el resto de las razas que habitan en este planeta. Así nos aseguraremos de que nadie vuelva a iniciar una rebelión en contra de nuestro imperio.
     
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    Agus estresado

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    Muy bien, ya está listo el tercer capítulo de la parte Resistencia. Este capítulo va a ser un capítulo algo diferente al resto de los capítulos, no solo de esta parte, sino también del resto historia. Espero que de verdad sea de su agrado. No tengo mucho que decir, por lo que simplemente los dejaré con la lectura.

    Resistencia — Parte 3: La espada de oro

    Simón había decidido que debían tomar algunas precauciones para pasar la noche. Ninguno de ellos descartaba la idea de un posible ataque de Cybershark, y menos ahora que sus máquinas fueron destruidas y su trato con Nikolai había finalizado cuando el soldado ruso fue eliminado. La espada de plata decidió que tres personas se quedaran haciendo guardia durante la noche y que mantuvieran vigilancia y alertaran a otros en caso de que se viera un movimiento extraño. Asher, Kate y Tiberio fueron quienes se ofrecieron a tener la primera guardia. El rompe huesos salió de la nave y pasaría la noche encima de la nave, listo para dar aviso a sus compañeros en caso de observar algo sospechoso. La pareja, por su parte se quedaría en la sala central. Si Tiberio notaba algo raro, ellos debían despertar a los demás. Simón, Tiana, Morani, Sixto y Benjamín aprovecharían para descansar, pero estarían listos para la acción.

    Asher y Kate sabían que no debían dormir, lo cual no sería ningún problema para ellos dado a que no podían después de todo lo que había pasado.

    — Todavía no puedo creer que él haya hecho eso — decía Kate muy aterrada al recordar lo ocurrido — Todo el esfuerzo que pusimos...todo lo que tuvimos que pasar para conseguir el arma, y él iba a regalársela a nuestro enemigo.

    — Yo sí puedo creerlo — le respondió Asher aun furioso con Nikolai— Lo que hizo en la cueva, la forma en la que insultaba a Simón, la forma en la que te miraba... Nikolai era alguien que no podía soportar estar detrás de otra persona. Quería que fueras suya como fuera, y estoy seguro que hay algo más que el no nos contó detrás de todo eso.

    — Asher, escúchame— le dijo Kate acercándose a él — Yo nunca habría aceptado ser la novia de Nikolai. Él estaba loco si pensaba que yo iba a quedarme con él después de lo que hizo. Y no quiero imaginar que habría intentado hacer contigo.

    — Lo bueno es que ya no tenemos que seguir preocupándonos por él — le dijo Asher abrazando a su novia — Se terminó. Ya no tenemos que seguir fingiendo por más tiempo. Tú y yo vamos a estar juntos, y Nikolai ya no puede hacer nada.

    — Es horrible pensar que él estaba dispuesto a traicionarnos para que yo esté con él — respondió Kate sin poder olvidar las palabras de Nikolai— Estaba obsesionado. Estaba enfermo.

    — Pero ahora se ha ido — le respondió Asher tratando de calmarla — Yo también lo odio. Por lo que hizo en la cueva, por mentirte a ti, por tratar de separarnos, por la forma en que trataba a los demás, y sobretodo por su traición.

    Kate abrazó a Asher muy fuertemente. Estaba claro que la chica seguía teniendo miedo de Nikolai, aun cuando este ya no estuviera ahí para seguir interfiriendo en su relación. Kate recordaba aterrada todos los momentos en los que estuvo con él, y la forma dulce en la que él le hablaba. Pensar que detrás de esas palabras se escondía alguien verdaderamente obsesionado hasta el punto de traicionar a todo su equipo le daba escalofríos. Asher lo había notado y no le gustaba. A él nunca le agradó la forma en la que Nikolai le hablaba a Kate, ni tampoco la forma en la que trataba a los demás. Sabía que Nikolai era capaz de hacer algo como eso, pero creyó que al menos tendría consideración por la Tierra, la FOT y la lucha que el arma representaba. Sin importar lo que él haya creído, ya era tiempo de dejarlo atrás. Y quería que su novia hiciera lo mismo.

    — Kate, yo sé lo difícil que debe ser — le decía Asher seriamente — Pero tenemos que dejarlo atrás. Nikolai era una persona horrible y no se merece que lo recordemos. Si vamos a recordar a alguien que ya no está, deberían ser nuestros amigos que murieron por la misión. Y no un traidor como él.

    — Tienes razón — respondió Kate besando a Asher— No quiero seguir viviendo así. Quiero olvidarlo todo. Dejar de pensar en él y solo pensar en ti, en nosotros. Pero es difícil.

    — Tenemos que hacerlo— le dijo Asher abrazando a su novia tiernamente para ayudarla a no pensar más en lo ocurrido — O de lo contrario, Nikolai seguirá interfiriendo en nuestras vidas. Incluso después de muerto. Pero en algún momento todo esto se irá.

    Ambos chicos se abrazaron intentando dejar de pensar en alguien que, como Asher había dicho, no valía la pena que fuera recordado. No iba a ser fácil, pero solo sería cuestión de tiempo hasta que todo quedara atrás.

    [...]

    A una enorme distancia del planeta Boek, en una galaxia totalmente diferente, otros acontecimientos estaban dando lugar. La órbita del planeta Tierra estaba siendo custodiada por una nave de gran tamaño, mucho mayor que la nave en la que los soldados que habían pasado las pruebas habían partido hacia el planeta Boek. La nave madre de la FOT tenía a varias personas en su interior, encargándose de varias actividades.

    En una de las salas, la principal, Kendrick se encontraba sentado sobre su escritorio, revisando algunos papeles de varios soldados. La espada de oro parecía estar verdaderamente ocupado con los papeles, cuando uno de los soldados entró algo nervioso a la sala. Kendrick levantó la vista y vio la cara de preocupación de su hombre, lo cual le pareció extraño.

    — ¿Qué ocurre? — preguntó la espada de oro pensando que algo no andaba bien.

    — Es la nave, señor — dijo el soldado algo preocupado— La que usted envió al planeta Boek para buscar a los soldados...hace horas que no podemos contactar con el piloto. Y los rastreadores no logran detectarla.

    Las palabras de este soldado pusieron en alerta al líder de la FOT. No quería aventurar conclusiones, pero si lo que el soldado decía era verdad, quería decir que su nave podría haber sido atacada, dado a que era imposible que se perdiera en el espacio por el sistema de navegación que tenía instalado.

    — ¿Hace cuanto que lo están intentando? — preguntó Kendrick empezando a alterarse.

    — Varias horas — le dijo el soldado alterándose aun más — No hay ninguna respuesta de él ni de la nave. Creímos que nuestros sistemas podrían tener una falla, pero los revisamos y todo funciona correctamente. Incluso lograron detectar la nave que le dio a Simón para la misión.

    — Esto es grave — respondió Kendrick poniéndose de pie y guardando los papeles — Quiero que envíes a dos naves de vigilancia automáticas en la misma dirección que el planeta Boek,y que estas transmitan constantemente imagen de lo que está pasando. Si no podemos contactar con la nave, es probable que alguien la haya interceptado. Dale el aviso al resto de los soldados para que se mantengan alertas.

    — Lo haré, señor — respondió el soldado — Puede contar con eso.

    El soldado abandonó la sala principal de la nave para dar el aviso a todos los presentes en la nave madre de la FOT. Kendrick se llevó las manos a la cabeza muy preocupado. Si su nave fue interceptada quería decir que alguien la había atacado. No podía enviar a otra nave hasta no asegurarse de que no hubiera peligro, pero hasta no asegurarse de eso, podrían pasar varios días. La espada de oro atravesaba una difícil decisión. No sabía si informarle a Simón y los demás de lo ocurrido o esperar más tiempo. Si no avisaba, los soldados se quedarían esperando la llegada de una nave que nunca iba a aparecer y no tendrían forma de saberlo. Pero si les informaba al respecto podría causar pánico a su equipo, y esto podría causar que cometieran errores a causa de la desesperación. Intentaba calmarse pensando que era probable que la nave que envió tuviera alguna clase de problema, ya que asumió que el piloto informaría sobre algún incidente. Sin embargo, no podía tomárselo a la ligera.

    Kendrick decidió que lo mejor sería tomar su espada de oro y tenerla encima. Sentía que iba a necesitarla.

    [...]

    En una de las habitaciones, un chico y una chica estaban comiendo juntos. Aunque la cena se tiene en el comedor de la nave madre, estaba permitido que los soldados se llevaran la comida y comieran en donde quisieran. La chica y el chico se llevaban muy bien entre sí. Cuando terminaron de comer, la chica decidió hablar con él.

    — Ya falta menos — le dijo la chica poniendo su plato sobre la mesa — En unos días más ellos regresaran aquí con el arma.

    El chico imitó la acción de su compañera y después se decidió a contestarle.

    — Como me hubiera gustado haber ido a Boek con ellos— le contestó el chico algo desanimado — Tenía ganas de ver como sería un planeta distinto a la Tierra. Y poder ayudar en la lucha contra Hkras.

    — Aun puedes ayudar en la lucha — le contestó la chica hablándole amablemente — Ahora eres mucho mejor soldado que antes. Ambos lo somos, estoy segura de que Kendrick nos tendrá en cuenta para luchar contra Hkras.

    — No se trata de eso — le respondió el chico sin levantar su animo — Hkras es muy peligroso y Kendrick tomará a cualquier soldado para luchar contra él sin importar que tan bueno sea. Ahora ya no importa que tan bueno soy. Eso importaba hace tiempo atrás, y ahí no lo fui lo suficiente.

    — Eres lo suficientemente bueno para mí, Ulrich — le dijo la chica acercándose tiernamente a él — Puede que no hayas logrado superar la prueba, pero eso te convirtió en un mejor soldado. Has mostrado una mejora muy importante en poco tiempo. Y lo más importante es que después de todo sigues siendo el mismo chico amable que eras antes.

    — Gracias, Sonia — le respondió Ulrich besando a la chica — Siempre has sabido como levantarme el ánimo. Aunque hubiera deseado conocer el planeta Boek. Tal vez podría haber hecho algo para ayudarlos.

    — Yo también tenía ganas de estar ahí— le dijo Sonia abrazando a Ulrich — Pero quien sabe, tal vez tengamos la oportunidad de hacerlo en el futuro.

    Ambos chicos se abrazaron tiernamente el uno al otro. Ulrich apreciaba mucho la manera en la que Sonia se preocupaba con él, tal y como había sido desde el principio. El chico quedó sumergido en sus pensamientos luego del abrazo de su novia.

    — ¿Qué es lo que estás haciendo? — le preguntaba Sonia mientras veía como Ulrich levantaba pesas — Es demasiado peso, te vas a lastimar.

    — Si quiero mejorar tengo que superarme, no quedarme estancado en el mismo nivel en el que estoy ahora — respondió Ulrich haciendo repeticiones para ejercitar sus músculos.

    — Ulrich, esto no es necesario — le dijo Sonia tratando de detenerlo— Kendrick no va a enviarte a Boek solo porque te vea haciendo esto, lo único que vas a conseguir es una lesión muscular.

    — Aun así tengo que hacerlo. No puedo quedarme... ¡Mierda! — gritó Ulrich dejando caer la pesa al suelo tras sufrir un dolor intenso en sus brazos — ¡Mierda! ¡Mis brazos! ¡Creo que es un desgarro muscular!

    — ¡Ulrich, descuida! — gritó Sonia mostrando una gran preocupación por su compañero cuando vio lo que le había pasado — ¡Te llevaré a la enfermería!


    Los pensamientos de Ulrich se vieron interrumpidos cuando alguien tocó la puerta de la habitación. Ulrich y Sonia querían saber que era lo que pasaba. El soldado que tocó les dijo todo lo que había pasado con la nave que había sido enviada a Boek para que el resto del equipo pudiera regresar, y que Kendrick quería que todos se mantuvieran en alerta. Sonia y Ulrich decidieron salir de la habitación e irse a la sala principal junto a Kendrick.

    Kendrick se dirigió a una sala de monitoreo acompañado por unos siete soldados, entre ellos Sonia y Ulrich. Todos los presentes en esa sala estaban mirando una imagen que era captada por las naves de vigilancia. En estas solamente se podía ver el vacío del espacio. La idea de Kendrick al liberar esas naves era ver si estas podían localizar a la que había sido enviada anteriormente, o en su defecto, a lo que podría haber causado la desaparición de esta. Todos los soldados presentes veían la cara de preocupación que la espada de oro ponía mientras miraba al monitor. Estaba claro que Kendrick deseaba que no hubiera pasado nada, pero estaba claro que las cosas no habrían salido de esa manera. Tras estar una hora y ver que no se captaba nada raro en las cámaras, Kendrick decidió volver a la sala principal, no sin antes pedirle a sus soldados que intercambiaran turnos para controlar lo que ocurría.

    Sonia, Ulrich y otros dos soldados más se quedaron mientras que otros se habían ido a descansar. La situación no les agradaba nada a ninguno de ellos, y sabían que si Kendrick se mostraba preocupado era porque algo grave estaría sucediendo. Había pasado un largo tiempo, y no se podía notar nada raro en las pantallas, por lo que algunos soldados empezaban a aburrirse de observar simplemente el vacío del espacio.

    Sin embargo, las cosas cambiaron cuando Sonia miró que algo raro pasaba.

    — ¡Miren eso! — gritó Sonia alertando a Ulrich y a los otros tres soldados.

    Todos miraron la pantalla y vieron que algo comenzaba a aparecer a lo lejos. Se trataba de una nave espacial que estaba yendo a gran velocidad. La nave que se veía pequeña por estar a la distancia, pronto se empezó a ver mucho más grande. Al llegar hasta las naves de vigilancia, la nave extraña las chocó, provocando que estas perdieran la imagen y se desactivaran. Los cuatro soldados estaban muy asustados. Sin perder más tiempo, todos corrieron para hablar con Kendrick, quien se asustó un poco cuando recibió esas noticias.

    — ¡Maldición! — decía la espada de oro mostrándose muy preocupado — Primero perdemos el contacto con la primera nave, luego de eso las dos naves de vigilancia fueron destruidas...esto no es ninguna casualidad. Esa nave se está dirigiendo a nuestro planeta.

    — Haré que todos se preparen— dijo uno de los soldados saliendo de la sala.

    — Ustedes vayan también, yo voy a darle un aviso a la gente de la Tierra — dijo Kendrick sabiendo que tenía que dar una transmisión a todos los edificios de la FOT que se encontraban en la Tierra.

    Cuando los soldados salieron del lugar, la espada de oro estableció una comunicación entre su nave y cada dispositivo que se encontraba en la Tierra.

    — ¡Atención! — dijo algo preocupado — ¡Les habla Kendrick desde la nave madre de la FOT! ¡Esta es una transmisión de emergencia a nivel mundial! ¡Una nave viene en dirección hacia nuestro planeta, y no sabemos cuando podría llegar! ¡Quiero que todos los soldados se armen y se escondan en los edificios, y que no salgan de ahí hasta que esta nave no aterrice en nuestro planeta! ¡Nosotros la esperaremos y la interceptaremos de inmediato, pero es probable que necesitemos de su ayuda! ¡Así que prepárense!

    Una vez dichas esas palabras, Kendrick terminó con la transmisión esperando que todos en la Tierra estuvieran preparados para una batalla. En cuestión de unos minutos, los soldados que iban a bordo de la nave madre se encontraban preparados para el ataque. La idea de Kendrick sería observar la nave extraña y seguirla, y una vez que esta aterrice en la Tierra, atacar todos juntos.

    [...]

    Ulrich y Sonia se encontraban en una de las plataformas de salida de la nave junto a varios soldados. En el momento en que las puertas se abrieran, todos debían salir a pelear en contra de los enemigos. Nadie sabía si se trataba o no de los vofkridianos, pero algunos llegaron a esa conclusión. Ulrich se mostraba muy preocupado por lo que iba a pasar.

    — Ten mucho cuidado, Sonia — le dijo Ulrich algo preocupado por su novia— No quiero perderte.

    — Yo tampoco — le respondió la chica sujetando la mano de su novio — Pase lo que pase, quedémonos juntos.

    Los soldados se encontraban nerviosos, pero aun así listos para la acción. Todos esperaban el momento en el que tuvieran que salir a pelear en contra de sus enemigos.

    Finalmente, escucharon una voz de Kendrick que hablaba a través de un micrófono.

    — ¡La nave ya está aquí! — dijo la espada de oro alertando a sus soldados — ¡Va muy rápido en dirección a Europa! ¡Prepárense para pelear en el momento en el que aterrice!

    La nave madre de la FOT empezó a moverse hacia el continente europeo. Los soldados sacaron sus espadas y las sujetaron fuertemente, listos para actuar en cualquier momento.

    [...]

    En una de las ciudades de Grecia, una nave de gran tamaño la cual no era de origen terrestre, estaba a punto de aterrizar cerca del lugar. Los soldados del lugar veían como esta nave descendía hasta detenerse por completo en las afueras de su ciudad. Tal y como Kendrick se los ordenó, ninguno de los soldados salió de los edificios. La nave extraña se detuvo y desde el interior de ella, varios extraterrestres muy extraños empezaron a salir. Había como unos doscientos, los cuales no empezaron a moverse hasta que no habían bajado todos juntos.

    — Este tiene que ser — dijo uno de los que iba al frente tomando su espada — ¡¿Listos?! ¡Por Hkras!

    — ¡Por Hkras! — gritaron todos los demás que habían bajado de la nave.

    Esas palabras les dieron a entender que se trataba de vofkridianos. Los doscientos que se bajaron de la nave empezaron a correr hacia la ciudad. Los soldados decidieron salir de los edificios y luchar en contra de ellos, aun sabiendo que eran demasiados.

    — ¡No dejen que lleguen a los edificios! — gritó uno de los soldados poniéndose al frente.

    En las ciudades, la mayoría de los que las habitan son soldados, pero eso no quiere decir que todos lados sea así, y para desgracia de los humanos, esta ciudad griega era uno de esos lugares.

    Los soldados eran apenas unos setenta, lo cual quería decir que tenían que tenían desventaja. En el primer choque entre vofkridianos y humanos, varios de los soldados habían muerto. Algunos morían sin poder matar ni siquiera a un vofkridiano, mientras que otros lograban matar a alguno, pero después terminaban de ser asesinados por otro que se encontraba detrás de él.

    La nave madre de la FOT finalmente logró llegar hasta la ciudad, aterrizó justo detrás de la nave, logrando llamar la atención de varios vofkridianos que se encontraban en el lugar que no dejaban de pelear. Una vez que Kendrick estuvo listo, fue con el resto de sus soldados hacia la plataforma de salida, la cual estaba programada para abrirse cuando el llegara. Una vez que se abrió, todos los soldados empezaron a correr hasta la batalla, teniendo a Kendrick al frente de ellos.

    — ¡No dejen a ninguno de ellos con vida! — gritó la espada de oro tomando la delantera.

    Kendrick y el resto de los soldados de la FOT corrieron y lograron llegar hasta la batalla, justo a tiempo para dar ayuda a varios de sus compañeros que se encontraban bajo ataque. Los vofkridianos se veían rodeados, ya que estaban siendo atacados por el frente por los soldados de la ciudad, y por detrás a los soldados de la nave madre.

    Kendrick avanzó hacia uno de ellos. Las espadas de ambos chocaron entre sí. Kendrick retrocedió rápido y luego de desplazarse hacia la derecha, logró esquivar el siguiente ataque de su enemigo y atravesarle la cabeza con la espada de oro. Un segundo vofkridiano intentó atacarlo. Kendrick lo vio y lo esquivó con un salto hacia el suelo. Se levantó rápido y luego, con un movimiento rápido, le cortó la cabeza a su enemigo. Un tercero lo atacó de frente, y el líder de la FOT lo detuvo usando la espada de oro. Ambos intercambiaron ataques intentando matar a su respectivo enemigo. Kendrick sabía que no podía seguir de esa manera, por lo que en el momento en el que el vofkridiano atacó, él esquivó el ataque, dio un salto para darle una patada en el brazo, provocando que este soltara su espada, y después le atravesó el corazón al enemigo.

    Ulrich y Sonia se mantuvieron juntos, tal y como habían acordado. Ulrich y Sonia tenían una idea para la pelea. Ulrich se acercó a uno de los vofkridianos, el cual atacó con su espada. El soldado humano le bloqueó el ataque, y Sonia corrió desde atrás de él para matar al vofkridiano antes de que pudiera realizar otro ataque. Ahora hicieron lo mismo pero intercambiando roles. Sonia corrió hacia uno de los vofkridianos atacantes, y en el momento en que sus espadas chocaron, Ulrich se movió rápidamente y le atravesó el cuello al enemigo.

    Varios soldados humanos luchaban intentando lo mismo que ellos, mientras que otros simplemente atacaban con sus espadas individualmente. Algunos humanos eran asesinados por los vofkridianos, mientras que otros conseguían matar a los atacantes.

    A pesar de que varios de ellos caían, los vofkridianos seguían con ventaja numérica. Sin embargo, eso no les duró mucho. Tras enterarse de que el ataque fue en una de las ciudades de Grecia, varios países europeos enviaron naves con soldados hacia esas ciudades. Algunas llegaron antes que otras dado a la distancia, pero tras varios minutos de pelea, los humanos ahora estaban superando a los vofkridianos.

    — ¡Sigan peleando, ya queda poco! — gritó Kendrick a todos sus soldados — ¡Estamos a punto de ganarles! ¡Muéstrenles como pelean los humanos!

    Las palabras de aliento de Kendrick fueron muy refrescantes para varios de los soldados humanos, quienes ahora empezaban a trabajar en equipo, logrando eliminar sin problemas a los vofkridianos, dado a que cada vofkridiano debía enfrentarse a seis humanos cada uno. Luego de unos cinco minutos más de intensa pelea, solo quedaban unos cinco vofkridianos, que al ver que ya no podían ganar, intentaron escapar corriendo hacia su nave.

    — ¡No los dejen escapar! — gritó Kendrick a los soldados que estaban más cerca.

    Varios humanos corrieron hacia ellos de frente intentando bloquearles el paso y matarlos. Los vofkridianos realizaron movimientos rápidos con sus espadas, logrando pasar a los humanos y en algunos casos, matarlos. Sin embargo, cuando los soldados atacaron juntos, tres de los vofkridianos murieron mientras que otros dos lograron escapar de ellos.

    — ¡No lo permitiré! — gritó Ulrich corriendo detrás de ellos.

    — ¡Ulrich, no! — le gritó Sonia intentando detenerlo.

    El soldado no quería dejar que los enemigos escaparan, por lo cual corrió tras ellos a gran velocidad. Ulrich había logrado acercarse a uno de ellos, dio un salto hacia el frente y le atravesó la espalda, matándolo de inmediato. El único vofkridiano que quedaba se dio vuelta y empezó a correr hacia Ulrich para matarlo, ya que no tenía sentido que escapara solo uno de ellos.

    Ulrich intentó sacar rápido la espada del cuerpo del vofkridiano para protegerse del ataque, pero no iba a lograrlo a tiempo. El enemigo estaba casi sobre él. Ulrich se asustó y creyó que era el fin cuando vio que el vofkridiano lo atacó con su espada, sin embargo, su ataque fue detenido por Sonia. La espada de su novia y la del vofkridiano chocaron entre sí, pero dado a la fuerza del enemigo, Sonia terminó perdiendo su espada.

    — ¡Te voy a matar! — le gritó el vofkridiano.

    — ¡Sonia, retrocede! — gritó Kendrick corriendo desde detrás de ella.

    La chica esquivó el ataque por muy poco, y luego de eso se alejó del enemigo. Ahora era Kendrick quien estaba frente a él. La espada de oro y el vofkridiano se miraron con desprecio y empezaron a pelear. El vofkridiano intentó decapitar a Kendrick, quien le frenó el ataque poniendo su espada en posición vertical. Pero antes de que pudiera hacer algo, su enemigo le dio un golpe en la cara, lo que lo envió unos pasos hacia atrás. El guerrero de Hkras intentó atravesar al soldado, pero este le rechazó el ataque moviendo su espada hacia abajo, y anticipándose al siguiente movimiento de su enemigo, Kendrick levantó su espada de oro y le atravesó el cráneo al último vofkridiano que quedaba con vida, poniéndole fin a la amenaza extraterrestre.

    — ¿Están bien los dos? — les preguntó Kendrick a ambos soldados preocupándose por su seguridad.

    — Estoy bien — le respondió Ulrich ahora acercándose a Sonia — Sonia, ¿te hicieron daño?

    — No, su ataque no me alcanzó— le dijo la chica abrazando a su novio muy aliviada de que no le haya pasado nada.

    — Lamento haberte preocupado así — dijo Ulrich dándole un beso para tranquilizarla — Pero no podía dejar que ellos se escaparan.

    — Y no lo hiciste — le respondió Kendrick acercándose a los dos soldados — Estoy verdaderamente impresionado.

    Todos los demás soldados se estaban acercando para ver como se encontraban sus compañeros y su líder. Kendrick se puso muy feliz de verdad al ver a todos los vofkridianos que los atacaron muertos en el suelo.

    — ¡Lo hemos conseguido! — gritó Kendrick levantando su espada en señal de victoria — ¡Hemos logrado detener el ataque que Hkras nos envió! ¡Conseguimos defender nuestro planeta de forma exitosa! ¡Pudimos ganarle a los vofkridianos!

    Todos los soldados levantaron sus espadas gritando felices por una victoria en contra del enemigo. Aunque habían sufrido varias bajas, todos los vofkridianos que los habían atacado ahora estaban muertos.

    Sabiendo que la nave que Kendrick envió para buscar a los soldados había sido destruida por los enemigos, y luego de ver como varios de sus mejores soldados se desempeñaron en la batalla, a la espada de oro se le ocurrió una idea.

    [...]

    Simón, Tiberio, Asher, Kate, Tiana, Morani, Sixto y Benjamín se encontraban reunidos en la sala central de la nave. En el medio de la noche, Sixto y Benjamín reemplazaron a sus compañeros en las misiones de guardia para que todos pudieran descansar equitativamente durante la noche. Todos los soldados ya se encontraban muy bien.

    Simón había puesto el arma Boek sobre la mesa para que todos pudieran observarla y analizarla con cuidado. No veían ninguna mira para apuntar ni ningún gatillo o botón para presionar y disparar. Solamente era un cañón dorado con una imagen del planeta grabada en él. Ninguno de ellos tenía ni la menor idea de como podrían ponerla en funcionamiento, y mucho menos de como usarla.

    — Espero que logremos usarla correctamente — decía Tiana muy preocupada mirando el arma sin tener idea de lo que podía hacer — Si cometemos un error con ella podríamos terminar eliminándonos a nosotros mismos.

    — Necesitamos averiguar algo al menos — les decía Simón al resto de sus soldados — Así aunque sea les ahorraremos tiempo a los demás cuando se la entreguemos.

    — Sé que aun falta tiempo para que la nave venga a recogernos, pero desearía que pudiera pasar más rápido — decía Benjamín — Porque cada vez el equipo se hace más chico. Ahora solo quedamos nosotros ocho.

    — Deberías enviar a Tiberio a explorar la zona para que mantenga vigilado a los soldados de Hkras— le dijo Sixto a la espada de plata — Nos vendría bien saber en donde se encuentran.

    — Y si no vas a enviar a Tiberio al menos envía a otro de nosotros — agregó Morani.

    — Lo siento, pero no puedo — respondió Simón muy seriamente a las sugerencias de sus compañeros — Nikolai hizo un trato con Cybershark por el arma. Nikolai está muerto, pero Cybershark no lo está, y estoy seguro de que vendrá por el arma. La nave aun no tiene fuerza para cambiar su posición, lo que quiere decir que es muy probable que nos terminen encontrando. Y tal y como dijo Benjamín, cada día que pasa somos menos. Por lo que los necesito a todos aquí.

    En ese momento, un sonido se escuchó. Era el sistema de comunicación de la nave. Una llamada de la nave madre de la FOT estaba siendo recibida.

    — Es extraño — dijo Simón algo intrigado por lo que estaba sucediendo — Kendrick nunca nos llamó antes.

    — Tal vez haya pasado algo — respondió Tiberio algo serio preocupando a todos los demás.

    Simón respondió la llamada creyendo que serían muy malas noticias, ya que Kendrick nunca había hecho una llamada antes.

    — Kendrick— le dijo la espada de plata — ¿Ocurre algo?

    — Escucha Simón— le respondió Kendrick algo serio — Tuvimos un problema.

    — ¿Qué clase de problema? — le preguntó la espada de plata verdaderamente preocupado.

    — La nave en la que ustedes iban a regresar fue interceptada por los guerreros de Hkras— le dijo Kendrick muy seriamente — Hemos logrado detenerlos, y para asegurarnos de que no vuelva a pasar, he decidido que yo mismo iré a Boek junto a varios miembros de la FOT y nos enfrentaremos a Hkras en ese planeta, para poder mantenerlo alejado de la Tierra. Lo cual quiere decir que van a tener que resistir un día más.

    — Entendido — dijo Simón algo aliviado de saber que Kendrick y más soldados vendrían, pero también preocupado porque sabía que iban a tener que proteger el arma por más tiempo — Pero dense prisa. Nosotros haremos hasta lo imposible por defender el arma hasta que lleguen.

    — Sé que lo harán— le respondió Kendrick demostrando la confianza que tenía en sus soldados — Nos veremos pronto.

    Luego de esas palabras, la llamada se cortó. Los soldados se sentían con un poco más de presión, puesto a que ahora se les había sumado un día más al tiempo que tenían que resistir hasta que Kendrick y varios soldados de la FOT llegaran hasta el planeta.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer? — le preguntó Benjamín a Simón deseando saber que era lo que la espada de plata tenía planeado.

    — Estoy seguro de que Cybershark va a venir hacia nosotros para intentar arrebatarnos el arma — le respondió Simón — Vamos a esperarlo y cuando aparezca, todos nosotros vamos a pelear contra él.

    [...]

    En el espacio exterior, un total de cuatro naves de la FOT, incluyendo a la nave madre, se encontraban en camino hacia el planeta Boek. Cada una de esas naves llevaba soldados, médicos, técnicos de reparación, e ingenieros en el caso de que sea necesario de que los soldados necesitaran asistencia.

    En una de las habitaciones de la nave madre, Ulrich y Sonia se encontraban juntos hablando sobre la misión a la que habían partido.

    — ¿Estás feliz? — le preguntó Sonia en forma retórica a su novio — Tal parece que vas a poder ir al planeta Boek como quisiste originalmente.

    — Claro que estoy feliz por esto — le respondió Ulrich abrazando a Sonia — Y también estoy feliz de que tengamos la oportunidad de ir juntos. Te amo. Gracias por estar ahí para mi desde el primer momento.

    Luego de decir esas palabras, Sonia y Ulrich se dieron un tierno beso mientras la nave en la que viajaban acortaba cada vez más la distancia existente entre ellos y el planeta Boek.
     
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  19. Threadmarks: Resistencia - Parte 4: No programado para perder
     
    Agus estresado

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    Saludos. Ya está listo el próximo capítulo que le pertenece a la parte de Resistencia. Ya no queda mucho para que esta parte termine y comience la parte final de la historia. No les voy a decir todavía cuantos capítulos restan para el final, porque creo que se divertirán mucho más y les causará más intriga que lo descubran ustedes.

    Este para mí es el mejor capítulo de esta parte hasta ahora. Pero como ya dije repetidas veces, el juzgarlo le corresponde a ustedes. Sin mucho que decir les dejo el capítulo.


    Resistencia — Parte 4: No programado para perder

    Las horas de sol en Boek se habían terminado hace rato para darle paso a la noche. Tras varias horas sin recibir noticias del humano con el cual había hecho un trato, Cybershark asumió que Nikolai no había conseguido su objetivo. Ya pasaron muchas horas, y ni él ni ninguna de sus máquinas de ejecución se presentaban en su guarida trayendo consigo el arma Boek. No era necesario esperar más tiempo. Estaba claro que ya nadie iba a regresar. El líder de las máquinas de ejecución empezó a sentir un gran desprecio por el humano que fue a su guarida para hacer un trato con él. No solo no se cumpliría, sino que también había perdido a sus últimos cinco robots que estaban en funcionamiento.

    El robot se acercó a su máquina de ensamblaje y veía como esta apenas había logrado superar la mitad de producción de robots que él había programado para que se fabricaran. Las cosas no se veían muy bien para el líder de las máquinas de ejecución: no tenía el arma Boek, no tenía más robots listos para pelear para él, ni tampoco tenía las herramientas para reparar su máquina de armado y hacerla trabajar bien.

    — Hasta que esta máquina termine de ensamblar a todos mis robots, es probable que los humanos se hayan ido del planeta — se decía para sí mismo Cybershark.

    El robot veía como su plan para encontrar el arma Boek y usarla para deshacerse de Hkras y tomar el control de su imperio se estaba viniendo abajo. Tenía muchos más robots a su disposición en Tech 001 que podría haber traído hacia Boek, pero no lo hizo porque nunca llegó a la sospecha de que otras razas, incluyendo a los vofkridianos, fueran a enterarse del arma. Después de haber perfeccionado su cuerpo, Cybershark aun no era capaz de hacerle frente a Hkras, y su última esperanza era el arma Boek. Sin ella, lo único que podría hacer sería regresar a su planeta y preparar a todas las máquinas que tuviera para un ataque en contra del emperador, aunque eso lo llevara a una muerte segura.

    El líder de las máquinas de ejecución no sabía que hacer. De repente, el transmisor de su cuerpo empezó a recibir una alerta de emergencia proveniente de su planeta. Cybershark estaba muy sorprendido de que algo pasara en Tech 001 después de que dejó un gran número de máquinas de ejecución listas para su defensa. Este hecho fue lo que le causó aun más sorpresa al robot cuando recibió la noticia. Su planeta había sido conquistado por los vofkridianos, y todas sus máquinas habían quedado casi destruidas. Uno de sus robots en el planeta envió una transmisión en la cual se mostraba como los vofkridianos acababan con todas las máquinas que Cybershark tuviera a su disposición. La máquina de ejecución no podía creer lo que había pasado. Su planeta ahora estaba en el poder de Hkras, lo cual quería decir que las máquinas que tenía en Boek con él en ese momento era lo único que le quedaba de su ejército.

    Estaba claro que tenía que tomar el arma Boek a como diera lugar. Aun con todas sus máquinas, una batalla contra Hkras era una batalla perdida. Tal y como le pasó a los humanos, la máquina de ejecución solo tenía una esperanza restante. Sabía que no habría nada más que se pudiera hacer ahora. Antes de tomar el imperio de Hkras, debería reconstruir su planeta, pero todo eso requería que el emperador vofkridiano fuera eliminado. Cybershark decidió que no podía seguir esperando más tiempo. Lo único que podía hacer sería ir por su cuenta hacia la nave humana y quitarles el arma por su cuenta. Sus robots aun no estaban listos, y ahora que sabía que esos serían los únicos que tendría por un largo tiempo, no podía permitir que quedaran destruidos. El líder de las máquinas de ejecución puso manos a la obra y comenzó a rastrear la ubicación de la nave.

    — Hice bien en colocar un rastreador con micrófono en el vehículo de Nikolai— pensaba la máquina de ejecución — Estoy seguro de que los humanos guardaron su vehículo sin revisarlo.

    Cybershark activó el rastreador de su cuerpo para ver si podía localizar el vehículo de Nikolai, y con él, la ubicación de la nave en donde los humanos escondían el arma Boek. No tardó mucho tiempo hasta que los encontró.

    — Buscaré la forma de infiltrarme, robaré el arma y mataré a tantos humanos como pueda — ese era el plan de Cybershark para obtener lo que había venido a buscar a su planeta.

    Dado a que la nave y su guarida se encontraban a una distancia algo larga,el robot decidió no perder el tiempo y partir de una vez. No podía fallar en esta misión, o de lo contrario,todo su plan y sus avances habrían sido para nada.

    [...]

    Después de que la llamada entre Simón y Kendrick terminó, la espada de plata le pidió a todos sus soldados que se prepararan para enfrentarse a Cybershark, dado a que tenía el presentimiento de que iba a llegar hacia ellos. Simón seguía furioso con Nikolai por haber hecho un trato con uno de los enemigos de la FOT, y más aun porque ese trato incluía entregar el arma que tanto esfuerzo habían puesto en conseguir. Todo eso, sumado a las constantes faltas de respeto que el soldado ruso le mostraba, y a los conflictos que ocasionó en sus compañeros, provocaron que Simón odiara muy profundamente a su soldado. Era una verdadera lástima que alguien tan problemático como él fuera uno de los mejores soldados que habían para la misión. A pesar de todo, la espada de plata consideró que no era necesario decirle a Kendrick sobre la traición y la muerte de Nikolai. El problema ya había sido solucionado e informarlo mientras ellos estaban en camino solo iba a generar nerviosismo entre los otros soldados que estuvieran por venir a Boek. Sin embargo, Nikolai era un verdadero traidor, y eso no sería ningún secreto. Una vez que la espada de oro llegara al planeta, todo lo que él había estado haciendo se le sería informado.

    Simón estaba en la sala central, vigilando los alrededores con la mira perteneciente a las armas de defensa de la nave. Iba a estar vigilando en todo momento por si veía a Cybershark apareciendo en algún lugar. El resto de sus soldados estaban afuera de la nave. Cada uno vigilando en posiciones diferentes, pero centrándose principalmente en el lugar del cual Nikolai había aparecido originalmente.

    Tiberio estaba sobre la nave, observando en todas las direcciones. El rompe huesos recordó sus anteriores encuentros con el líder de las máquinas de ejecución. El primero de ellos en la guarida del robot, y el segundo en la zona de volcanes. En ambas ocasiones, él y sus compañeros estuvieron cerca de eliminarlo, y no tenía pensado que escapara esta vez. Y mucho menos después de que él y Nikolai hicieron un trato.

    — No puedo romperte los huesos porque eres un robot — pensaba Tiberio muy profundamente — Pero debe haber algo que pueda hacer para causarte el mismo dolor que le causé a Nikolai.

    En la parte oeste de la nave, Benjamín y Sixto estaban hablando. Ambos soldados tenían en mente las palabras que Kendrick les había dicho hace unos momentos sobre enviar a varios miembros de la FOT al planeta. El soldado de Irlanda estaba muy preocupado por eso.

    — Dime, Benjamín — le dijo Sixto muy pensativo a su amigo — Quiero que me digas si estoy equivocado. Kendrick dijo que iba a venir aquí con varios miembros de la FOT, ¿verdad?

    — Así es — le respondió el chico de Inglaterra — Pero, ¿por qué lo preguntas? Acaba de decirlo hace menos de dos horas.

    — Es que no puedo dejar de pensar en que el dijo "miembros" y no "soldados" — le respondió Sixto algo preocupado — Dijo que íbamos a pelear aquí, y si eso es cierto, quiere decir que va a traer a médicos y probablemente a técnicos e ingenieros al planeta.

    — ¿Y cual es el problema? — le preguntó Benjamín sin saber cual era la preocupación de su compañero — Es totalmente lógico que haga eso.

    — Mi esposa...ella es médica — respondió Sixto algo desanimado — Es posible que Kendrick la haya reclutado para la misión. Si eso llegara a ser cierto, eso quiere decir que ella va a estar en el mismo planeta que Hkras... Tengo mucho miedo de morir aquí, y que mi hija se quede sin padre. Pero si ella viene aquí y muere también, se quedará huérfana del todo. No quiero ni pensar en eso.

    El soldado de Inglaterra pensó en lo que su compañero le dijo y no sabía que decir para hacerlo sentir mejor. Lo que Sixto decía tenía sentido. Si iban a pelear en un planeta desconocido claramente iban a necesitar médicos, y cualquiera pudo haber sido reclutado para eso.

    — Dios, espero que no sea de esa forma — le respondió Benjamín tratando de tranquilizarlo — Entiendo que tienes miedo. Yo también estoy asustado. Se suponía que después de encontrar el arma Boek íbamos a regresar a la Tierra. Los planes cambiaron y ahora nos debíamos quedar en el planeta durante tres días más antes de regresar. Y ahora las cosas volvieron a cambiar y antes de regresar, vamos a tener que pelear aquí. Lo único que quiero es volver a la Tierra. Quiero que todo esto se termine. No tengo novia, ni muchos amigos, ni familia. Me uní al grupo militar de la FOT para no estar solo. Creí que me haría bien cambiar de aire, pero al conocer a todos los demás me di cuenta de que si quiero tener una familia tengo que buscármela por mi cuenta. Eso es todo lo que quiero ahora. Volver a la Tierra y tener una vida feliz. No tengo nada, y aun así esto muy asustado. No puedo ni imaginarme lo que debes estar pasando tú que sí tienes familia.

    Ambos soldados se habían dado cuenta de que tenían algo en común...el miedo a morir. Ninguno de ellos quería perder su vida en esta misión, lo cual quería decir que, aunque no les gustara, tenían que olvidarse de todo lo demás. Centrarse únicamente en proteger el arma Boek. Probablemente ni siquiera sería necesario luchar en contra de Hkras si Kendrick y los demás lograban encontrar la forma de hacerla funcionar correctamente. Aun así, era muy difícil tranquilizar sus pensamientos.

    Asher y Kate estaban en el extremo opuesto del que se encontraban sus dos compañeros. Ambos estaban juntos, vigilando el lugar en caso de una posible aparición de la máquina de ejecución. Asher miraba a Kate, y podía notar que en su cara ya no había una expresión de preocupación tan profunda como la de antes, pero aun seguía preocupada y nerviosa. El chico de Estados Unidos se acercó para ver que era lo que podía hacer para que su novia se sintiera mejor.

    — ¿Cómo te sientes? — le preguntó Asher a su novia — Te noto un poco mejor que antes, pero aun se te ve asustada.

    — No voy a mentirte — le dijo Kate siendo sincera — Saber que Cybershark está en camino me hace recordar a Nikolai. Después de todo, él era con quien nos iba a traicionar. Quiero que muera. No podré olvidar lo que pasó si él sigue con vida. Una vez que el esté destruido, será más fácil deque quede atrás.

    — Lo entiendo perfectamente — le respondió Asher — Pero no quiero que te obsesiones con eso. Recuerda lo que hice después de que Uriel murió. Ataqué sin cuidado y casi pierdo la vida. Quería venganza por la muerte de mi hermano. Lo deseaba tan profundamente que intenté matar solo a enemigos que no podía vencer. No quiero que te pase lo mismo a ti. Quiero que tengas cuidado. Quien sabe que es lo que Cybershark pueda hacer.

    — Tienes razón — le respondió Kate sabiendo que su novio tenía razón— Aun así, quiero que Cybershark muera y que todo esto desaparezca.

    — Y haremos que así sea — le respondió Asher sonriéndole a Kate — Te prometo que te ayudaré. Quiero que estés tranquila y que todos tus malos recuerdos de esto se alejen.

    — Muchas gracias por comprender y ayudarme — le dijo Kate tiernamente a Asher — Realmente eres el mejor chico de todos.

    Morani y Tiana se eran quienes se ocupaban de vigilar el lado por el cual Nikolai se había aproximado hacia la nave el día anterior. No había garantías de que Cybershark atacara justamente por ese lugar, pero aun así valía la pena mantenerlo observado. Tiana vio a su novio muy pensativo. Ella lo conocía muy bien. Habían estado juntos casi desde el primer día de su llegada a este planeta, y ella sabía que era lo que Morani quería. El chico de Kenia aun tenía en su mente a sus amigos Evandro, Alison e Ismael, quienes perdieron la vida luchando en contra de Cybershark y todas sus máquinas de ejecución. De todos los soldados, probablemente él era quien mas rencor le guardaba. Ahora sabía que tenía una oportunidad para hacerlo pagar por lo que había hecho. Su enemigo iba a aparecer en algún momento para intentar robar el arma Boek, arma que varios de sus amigos, incluyendo a Naomi y Uriel, habían muerto para que fuera posible conseguir.

    — Ya mataste a tres de mis compañeros — pensaba Morani con un gran sentimiento de odio — Nos secuestraste, e intentaste hacernos daño y convertirnos en tus sirvientes...de ninguna manera voy a permitir que te lleves el arma Boek.

    Tiana miraba la expresión en el rostro de Morani. Le preocupaba que su deseo de venganza pudiera conducirlo a la muerte.

    — Morani, ten cuidado — le decía Tiana a su novio — Sé que es lo que estás pensando hacer. Y es muy arriesgado.

    — Él tiene que pagar — le dijo Morani muy seriamente — Mató a nuestros amigos, puso una espada sobre tu cuello, e intentó usarnos a ambos como sujetos de prueba. Una muerte dolorosa es lo menos que se merece.

    — Sé lo que hizo, no hace falta que lo recuerdes — respondió Tiana algo seria — Yo también lo quiero muerto. A quien no quiero muerto es a ti.

    — No moriré — contestó Morani hablando un poco más amablemente — El día que asesinó a Evandro me hice la promesa de que no me iba a morir hasta no ver su cuerpo totalmente destruido. Entiendo que estés preocupada, y más después de lo de Ismael. Pero yo ya no soy así.

    — Todos vamos a pelear juntos — le dijo Tiana — Contra él y contra todos los robots que traiga. No hay necesidad de perder el control.

    Morani se limitó a responder las palabras de su compañera asintiendo con la cabeza. Ya habían estado cerca de derrotar a Cybershark antes un par de veces. Esta vez no se iban a quedar en cerca. El día de hoy, todos los soldados tenían pensado en eliminar de una vez a su gran enemigo.

    Todos los soldados continuaban con la vigilancia. Cada uno desde su propio punto de vista. Sabían que podría tomar un tiempo parecido al que tardó Nikolai en regresar, pero sabiendo que se trataba de alguien totalmente distinto a él, se podía esperar otra cosa muy distinta. El tiempo pasó, y pronto se cumpliría casi el mismo tiempo que esperaron el día de ayer.

    [...]

    Cybershark avanzó rápidamente por el planeta Boek siguiendo la señal del vehículo del soldado que había intentado traicionar a la FOT. La señal que detectaba estaba haciéndose más intensa, lo cual quería decir que estaba a punto de llegar hasta su objetivo. Tras un largo camino recorrido, finalmente había llegado. El líder de las máquinas de ejecución vio la nave de los humanos en frente de él, y logró notar como esta era custodiada por todos los soldados que habían quedado con vida hasta ese momento. No tenía sentido un ataque sorpresa, porque lo verían llegar. La nave estaba ubicada en el medio de un camino a cielo abierto y no había lugar en el cual esconderse.

    El robot sacó su espada y se aproximó hacia la nave caminando lentamente. Sabía que sería imposible acabar con todos los humanos, pero eso no era necesario. Lo único que tenía que hacer era matar a varios de ellos, meterse en el interior de la nave y robarles el arma Boek. Era probable que quienes sobrevivieran a su ataque lo persiguieran, por lo que tendría que correr y ponerse a salvo.

    Simón, que se encontraba en el interior de la nave vigilando los alrededores, logró ver al robot y le dio el aviso a sus soldados.

    — Ya está aquí — les informó Simón a todos sus soldados — Enseguida salgo.

    Los soldados miraron y lograron ver a Cybershark caminando hacia ellos. Tiberio bajó desde la parte de arriba de la nave y se agrupó junto al resto de sus compañeros. Todos estaban esperando a que Simón apareciera para luchar, pero si tenían que empezar sin él, no les quedaría otra opción. El líder de las máquinas de ejecución se paró lejos de todos ellos. Los soldados creyeron que iban a tener una pelea fácil, dado a que solo tenían a un enemigo al frente.

    — ¿No trajiste a tus amigos? — le preguntó Sixto en un tono sarcástico al robot.

    — Desafortunadamente, los últimos robots que yo tenía fueron destruidos ayer — le contestó Cybershark— Nikolai estaba con ellos. ¿Qué fue lo que le hicieron?

    — Él fue asesinado por su traición — respondió Simón saliendo desde el interior de la nave humana — Y tú vas a ser el siguiente.

    — Tú debes ser el humano conocido como Simón — le dijo el robot al ver a la espada de plata — El único al que me faltaba conocer en persona.

    — Tal parece que nuestro primer encuentro será el último — le respondió Simón sacando su espada de plata listo para pelear.

    — No crean que ustedes van a derrotarme — le contestó el líder de las máquinas de ejecución — Ustedes son solo humanos. Yo soy una máquina de ejecución. No fui creado para perder. Ni ante ustedes ni ante nadie. Mi código de programación está hecho para que yo elimine a quien tenga por delante. Primero ustedes, y después Hkras. Tendré que hacer un gran esfuerzo para reconstruirlo todo, pero cuando termine, el universo entero será mío. Cada planeta que no quiera colaborar encontrará la destrucción en las manos del arma Boek. Ese es el primer paso.

    El líder de las máquinas de ejecución decidió terminar con sus palabras y atacar a los humanos. Todos ellos corrieron para atacar en simultáneo. Tiberio se puso al frente del equipo. Cybershark atacó con su espada al rompe huesos, quien le bloqueó el ataque con su escudo. Cybershark ya se enfrentó antes a Tiberio, y notó que siempre usaba la misma estrategia de defensa y ataque. El robot tomó el escudo del rompe huesos desde abajo, lo levantó para dejarlo indefenso y después le dio una patada en el estómago, la cual lo tiró al suelo y lo hizo rodar un poco.

    — Patético — le dijo Cybershark acercándose a él intentando eliminarlo.

    Sixto atacó por la espalda al robot para defender a su compañero. Cybershark sabía que alguno de ellos lo iba a intentar, por lo que se movió rápidamente a la derecha. Sixto tuvo que frenar su ataque rápidamente, o de lo contrario podía terminar golpeando a Tiberio. El robot le dio un fuerte golpe con su brazo para dejarlo aturdido.

    — Todos sus movimientos son iguales — decía la máquina de ejecución después de derribar al soldado irlandés.

    Asher y Benjamín se pararon uno a cada extremo de Cybershark para atacar al mismo tiempo. El robot tenía que esquivar o bloquear el ataque de uno de ellos, momento que el otro aprovecharía para causarle daño. Cybershark previó su estrategia y respondió de forma audaz. El robot dejó su espada en el suelo. Asher y Benjamín atacaron, y las espadas fueron detenidas por las manos de Cybershark, quien los tenía atrapados a ambos. Movió sus brazos para que los dos soldados terminaran chocando entre ellos y luego les dio un golpe a cada uno con cada brazo. Los golpes no fueron fuertes, pero lograron apartar a los enemigos.

    Kate quiso atacar a Cybershark antes de que este tomara su espada. La chica logró golpearlo en la cabeza, pero eso era lo que el robot quería. Gracias a su metal resistente, la máquina de ejecución resistió el ataque y le dio un golpe muy fuerte en la cara a Kate, provocando que fuera unos pasos hacia atrás. El robot tomó su espada y atacó a la chica intentando eliminarla. Simón logró interponerse y bloquear el ataque con su espada de plata. Ahora él se enfrentaría al enemigo. El líder de la misión se enfrentaba al robot intercambiando continuamente ataques entre espadas. Cybershark bloqueó todos los ataques de Simón, y en el último, se agachó para patearle los tobillos y hacerlo caer.

    Morani y Tiana atacaron intentando alejar a su enemigo de Simón. La espada de plata miró a Morani recordando que él le guardaba un gran resentimiento. Entonces se le ocurrió que podría hacer con él lo mismo que hizo con Ismael en su momento. Debía empezar a provocarlo.

    — Ha pasado tiempo, Morani— le dijo la máquina de ejecución en un tono de burla— ¿Cómo se encuentra tu corazón?

    — ¡Cállate! — gritó Morani sabiendo lo que Cybershark quería hacer con él — ¡No pienso caer en tus burlas!

    — Eres inteligente, a diferencia de tu amigo Evandro— le respondió la máquina de ejecución — A él le habría servido aprender algo de ti. Probablemente seguiría con vida al día de hoy.

    — ¡Ya me cansé de ti! — le gritó Morani harto de escucharlo burlarse de su compañero.

    — ¡Morani, detente! — gritó Tiana preocupada por lo que su novio iba a hacer.

    El chico de Kenia intentó atacar a la máquina de ejecución con su espada. Cybershark usó su brazo libre para para tomarle la espada y moverla hacia abajo. Luego lo atacó con su propia espada intentando atravesarle el pecho. Morani logró esquivar el ataque tirándose al suelo, tirando con toda la fuerza de sus brazos para que el robot soltara su arma. Morani logró recuperar su espada, pero ahora se encontraba en el suelo indefenso ante cualquier ataque.

    Cybershark intentó eliminarlo, pero Tiana lo golpeó en el cuerpo con su espada, logrando moverlo un poco y provocando que fallara el ataque. Ahora la chica estaba frente a frente en contra de la máquina de ejecución. Cybershark atacó con su espada para matarla, pero Tiana consiguió bloquear el ataque, aunque esto le había costado un poco. Cybershark atacó unas dos veces más, las cuales también fueron bloqueadas por Tiana poniendo su espada al frente. El tercer ataque fue bloqueado también, pero al hacerlo, Tiana perdió su espada. Cybershark tomó a la chica de Polonia de uno de los brazos, de esa forma podría evitar que se escapara de él.

    — Se terminó para ti — le dijo Cybershark levantando su arma listo para ejecutarla.

    — ¡No! — gritó Morani corriendo desesperadamente hacia Tiana — ¡No la vas a matar a ella también!

    Morani sabía que un golpe con su espada no dañaría mucho a Cybershark, por lo que en vez de eso decidió taclearlo y tirarlo al suelo, y simplemente retenerlo hasta que sus compañeros se levantaran. Cybershark intentaba soltarse de su atacante, pero este se mantenía muy aferrado a él. La máquina de ejecución forcejeó varias veces hasta que finalmente logró liberarse. Estaba verdaderamente enojado con el chico de Kenia por haber hecho eso.

    — ¡Solo muérete de una vez! — le gritó Cybershark agachándose para tomar su espada.

    Antes de que el líder de los robots se pudiera levantar, Tiberio corrió rápidamente y le dio un golpe en la cabeza con su escudo. Cybershark retrocedió un poco pero aun mantenía su espada en la mano. Tiana atacó rápidamente el brazo armado del robot para que este soltara su espada. Asher y Kate corrieron para ayudar a sus amigos. El soldado estadounidense le dio un golpe en la nuca, mientras que la chica de Francia le dio un golpe en la frente. Simón se acercó al robot y lo golpeó tres veces en la misma zona de la cabeza. Sixto y Benjamín se acercaron desde atrás y cada uno le pateó una pierna al robot, provocando que este cayera al suelo. Morani tomó la espada de Cybershark y se la clavó fuertemente en el cuello al robot, logrando atravesarlo, pero aun así no era suficiente para separar su cuerpo de su cabeza. La espada, tras atravesar el cuello del robot, quedó enterrada en el suelo, lo cual le impedía levantarse.

    — ¡Ataquen sin parar en el mismo lugar! — gritó Tiberio conociendo el punto débil de los robots.

    Los ocho guerreros humanos atacaron a Cybershark, cada uno en una parte distinta al mismo tiempo. Los ataques le estaban causando daño en su cuerpo, a pesar de estar construido de un acero demasiado resistente. El robot quería levantarse, pero dado a que la espada lo mantenía clavado al suelo le era imposible, por lo que solo se pudo limitar a mover brazos y piernas para bloquearlos. Sin embargo, la gran cantidad de ataques consecutivos que recibió empezaron a provocar que varias piezas de metal empezaran a fragmentarse.

    Tras una gran cantidad de ataques, Tiberio logró dañar la cabeza del robot, a tal punto que una pieza de metal de esta se desprendió, dejando ver el disco duro de Cybershark. Los soldados sabían que si lograban destruirlo, Cybershark iba a morir inmediatamente después de eso. Sabiendo que Morani era quien más deseaba ver a la máquina de ejecución destruida, le permitieron que hiciera lo que quiera. El soldado de Kenia levantó a Cybershark sosteniendo la espada clavada en su cuello. El robot ya no podía mover sus extremidades para defenderse.

    — Impo...sib... — quería hablar pero por lo que parecía, su chip y su unidad de voz se habían dañado — Hum...os...n...p...de...Destruir...máquina...

    — Por Ismael — dijo Morani dándole un golpe en la cabeza, provocando que otro pedazo de metal se desprendiera — Por Alison — Morani repitió su ataque, y ahora, fueron dos pedazos de metal los que se desprendieron y no uno solo — Por Evandro — Con ese ataque tan fuerte, todas las piezas de metal de la cara de Cybershark, y algunas piezas de su cabeza se cayeron al suelo. Todo lo que se veía ahora era un gran disco duro y varios circuitos moviendo información — ¡Por la FOT!

    Luego de decir esas palabras, Morani atravesó el disco duro del líder de las máquinas de ejecución con su espada. Unos segundos después de que sacó su espada de ahí, varias unidades en el cuerpo de Cybershark entraron en corto circuito, y empezaron a explotar sin causar demasiado ruido. Tras la última explosión, una voz pudo escucharse desde el interior de su cuerpo, pero esa voz no era de la máquina de ejecución.

    — Máquina de ejecución número 5...eliminada — dijo una voz grabada desde el interior del cuerpo de Cybershark.

    La cabeza de Cybershark terminó explotando destruyendo todo lo que estaba en el interior de ella. Probablemente se tratara de una medida de seguridad para que nadie accediera a la información de su disco duro en caso de que fuera destruido. Sin su cabeza para mantener su cuerpo funcionando, el cuerpo del robot cayó al suelo. El líder de las máquinas de ejecución había sido destruido finalmente. Lo cual significaba que la lucha en contra de estas había terminado finalmente. Los humanos sintieron una gran alegría cuando vieron que su enemigo ya no representaba una amenaza.

    — ¡Lo logramos! — gritó Benjamín festejando la victoria — ¡Le ganamos!

    — ¡Está muerto! — exclamó Sixto sintiendo una gran felicidad — ¡Se ha ido!

    — Finalmente... — dijo Kate muy aliviada de saber que todo lo que le recordaba a Nikolai se había ido para siempre.

    Asher fue a abrazar a Kate, sabiendo que lo necesitaba. Su novia había conseguido lo que quería, y él también. Ya no quedaban recuerdos que los ligaran a Nikolai. Muy pronto el soldado ruso iba a ser olvidado.

    Tiana se acercó a Morani para ver como estaba. El chico de Kenia vio al suelo y miró una vez más el cuerpo destruido de Cybershark, para después cambiar la mirada hacia su novia.

    — ¡Lo conseguimos! — gritó Morani abrazando y besando a Tiana sin poder contener la felicidad — ¡Nuestros amigos han sido vengados!

    — Cybershark ya nunca volverá a interferir en la misión — respondió Tiana muy alegremente de saber que uno de sus enemigos ahora ya sería un problema.

    La espada de plata y sus siete soldados no encontraban la forma de contener toda su felicidad. Cybershark había sido destruido exitosamente. Uno de los enemigos más peligrosos que se habían enfrentado ahora estaba muerto en el suelo frente aellos. Iba a ser muy satisfactorio decirle a Kendrick que Cybershark había sido destruido y que ahora solo les quedaría enfocarse en Hkras.

    Sin duda alguna, el día de hoy lograron dar un gran avance hacia la victoria.
     
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  20. Threadmarks: Resistencia - Parte 5: Solo uno de nosotros
     
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    Saludos. Les comunico que ayer tuve problemas de conexión a internet. No es que hice dos capítulos en solo un día. El capitulo anterior iba a ser publicado ayer, y este capitulo lo iba a publicar el dia de hoy. Pero dado a problemas que tuve de conexión, termine publicandolos a todos en el mismo día.

    Este capitulo es el final de la parte Resistencia, la cual ya les había dicho que iba a ser una parte mas corta que las demás. La historia esta cerca del final, y solamente queda una parte mas para terminarla. Dicha parte sería de largo como las partes Peligros y Criaturas, o al menos eso es lo que tengo planeado para el fin de la historia.

    Este capitulo a mi opinion no es el mejor de la parte Resistencia, pero aun asi me agrada mucho.Espero que les guste. Los dejare leer tranquilos.


    Resistencia — Parte 5: Solo uno de nosotros


    El resto del día fue tranquilo para los soldados. Tiberio decidió que iba a esconder los restos de Cybershark en algún lugar deshabitado para que nadie pueda encontrarlos más. El rompe huesos se llevó todo lo que quedaba del robot hacia una zona montañosa que no quedaba muy lejos de la ubicación de la nave humana. Allí guardó las partes que quedaban del robot. Era una lugar inhabitado, lo que quería decir que nadie podría encontrar sus restos.

    Ahora que Cybershark había sido derrotado, la FOT solo tenía que preocuparse por Hkras y el resto de los vofkridianos. A pesar de que sería lo recomendable, Simón decidió que no enviaría a los soldados a patrullar la zona el día de hoy después de la pelea en contra de Cybershark, ya que no quería que los soldados abusaran del exceso de confianza tras la victoria. Sin embargo, el resto del día no fue desaprovechado. Hasta la noche, todos los soldados se turnaban para entrenar físicamente en la sala de entrenamiento. Una vez que la noche llegó, al igual que antes, dos o tres soldados harían guardia mientras que los demás descansaban.

    Aunque la posibilidad de un ataque existía, los humanos lograron pasar la noche sin tener que luchar en contra de ninguno de sus enemigos. Al día siguiente, Simón los reunió a todos en la sala central.

    — Escuchen, ya falta muy poco para que Kendrick y los demás lleguen al planeta Boek — les dijo la espada de plata a todos sus soldados — Solo nos queda resistir por nuestra cuenta durante un día más, y después todos juntos vamos a enfrentarnos a Hkras y a eliminarlo de una vez por todas.

    Los soldados estaban muy contentos de escuchar esas palabras. Su resistencia en el planeta Boek estaba a punto de terminar. Solo tendrían que aguantar durante un día más y después cuando el resto de la FOT llegara, se sentirían más seguros.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer el día de hoy? — preguntó Sixto queriendo saber si debían explorar la zona o ponerse a entrenar.

    — Creo que lo que es más conveniente ahora mismo sería que algunos de ustedes se pusieran a explorar las zonas cercanas, mientras que otros se deberían quedar en la nave, en caso de emergencia — contestó Simón a la pregunta de su soldado.

    Los soldados se pusieron de acuerdo para el encargo. Dado a que Sixto, Tiana y Morani se habían quedado atrás cuando Nikolai robó el arma, ellos iban a ser quienes salieran a explorar el día de hoy. Asher, Kate y Benjamín se quedarían atrás en la nave. Tiberio iba a explorar una parte del planeta también. Solo les quedaba un día para estar solos en el planeta Boek, y sería bueno tomar precauciones.

    Simón les dijo a los soldados que iban a salir a patrullar los alrededores que se dirigieran a la plataforma de salida de vehículos, y que se prepararan para partir una vez que las puertas se abrieran. Tiberio, Morani, Tiana y Sixto fueron a sus respectivos vehículos y esperaron a que todo estuviera listo para salir. Las puertas se abrieron y ellos salieron de la nave, pero apenas salieron, vieron algo a lo lejos dirigiéndose hacia ellos, por lo cual dieron el aviso y se pusieron en alerta.

    Los soldados se preparaban para una pelea, pero eso no iba a ser necesario. Tras unos segundos de mirar a lo lejos, los chicos reconocieron que se trataba de Blurg, el líder de los tigrazules, que estaba corriendo acompañado por otros dos miembros de su especie hacia ellos. Sabiendo que no corrían peligro, Simón y el resto de los soldados de la nave salieron para hablar con ellos. Algo les llamó la atención, dado a que los soldados notaron que Blurg se veía un poco agitado, y suponían que no se trataba solo por venir corriendo hacia su posición.

    — Que bueno que no se han ido todavía — dijo Blurg algo cansado por haber corrido mucho tiempo a gran velocidad.

    — Blurg, ¿que ocurre? — preguntó Asher pensando que algo andaba mal.

    — Es una situación grave — le respondió el tigrazul — Necesitamos de su ayuda.

    — ¿Qué fue lo que pasó? — preguntó Kate algo preocupada de que pasara algo malo.

    — Son los hostiles — respondió Blurg muy preocupado — Los de la ciudad a la que fuimos hace días.

    — ¿La gran ciudad en la que intentamos infiltrarnos? — preguntó Benjamín recordando ese día — ¿Qué fue lo que hicieron?

    — Él se llama Odrit — dijo Blurg señalando al tigrazul que iba a su izquierda presentándoselo a los humanos — Así como yo soy el líder de mi manada, Odrit es el líder de la suya. Ellos vivían en una zona con ríos y bosques hasta que los hostiles de la ciudad los atacaron. Estos llevaban armas, y mataron a varios miembros de su manada.

    — ¿Y eso por qué? — preguntó Morani muy confundido por lo que Blurg le contaba — Ellos nunca atacaban otros lugares, simplemente defendían los suyos.

    — No lo sabemos — respondió Blurg verdaderamente preocupado — Pero sí sabemos que quieren eliminarnos a todos. Odrit me acompañó a avisarles a otra manada que vivían cerca de su habitat, y cuando llegamos hasta allá vimos a todos los tigrazules muertos. Ellos están intentando matarnos a todos. Aun no han encontrado mi refugio, pero cuando lo hagan, nos van a atacar. Necesito que nos ayuden a mí y a los míos a pelear contra ellos. Yo les di información que necesitaban para encontrar lo que vinieron a buscar. Lo menos que pueden hacer es darnos una mano.

    Los soldados estaban algo preocupados por lo que Blurg les había dicho. Los esqueletos aparentemente iban por todo el planeta intentando extinguir a todos los seres vivos que habitaran en él, y había probabilidades de que se tropezaran con su nave en algún momento si seguían avanzando de esa forma por el planeta. Y si no eran detenidos antes de que la FOT llegara al planeta, ellos podrían dirigirse hacia las naves y atacarlos a todos ellos también. Estaba claro que los esqueletos debían ser detenidos lo antes posible.

    — Tenemos que eliminarlos — dijo Asher reflexionando sobre lo que Blurg dijo — La FOT no sabe nada sobre los esqueletos. Si llegan y los atacan, probablemente perdamos a varios soldados. Y no podemos permitir que eso pase, cuando vamos a pelear contra Hkras.

    — Eso es verdad, pero hay un problema — respondió Tiana — No podemos mover la nave hacia un lugar seguro. Si vamos a pelear, el arma Boek quedaría desprotegida y si Hkras la encuentra mientras no estamos, nos la va a quitar.

    — Pueden esconder el arma Boek en el lugar en nuestro habitat — les respondió Blurg tratando de encontrar una solución que los beneficie a todos. Pero de verdad los necesitamos. Además, si los esqueletos atacan a los gyot, estos huirán a buscar otro refugio y podrían terminar dirigiéndose hacia nosotros.

    — Yo me quedaré en el habitat con el arma Boek — respondió Simón — Me aseguraré de protegerla hasta que ustedes regresen. Pero es necesario que vayan a pelear en contra de ellos. Tal y como Asher dijo, no podemos dejar que ataquen a la FOT apenas lleguen aquí.

    — Pero la nave no tiene la potencia suficiente para dirigirse hacia allá — contestó Benjamín.

    — Entonces vamos a tener que dejarla atrás — respondió Tiberio seriamente — No queda otra opción. ¿Aun puedes comunicarte con Kendrick utilizando tu traje, verdad?

    — Así es — le respondió Simón después de escuchar la propuesta de Tiberio — Cuando las naves de la FOT lleguen a Boek, me pondré en contacto con Kendrick... Voy a apagar la nave para que Hkras no pueda acceder a nuestra información en caso de encontrarla. Luego de eso, nos dirigiremos hacia el refugio de los tigrazules.

    Asher, Kate y Benjamín sacaron sus vehículos para poder acompañar a los tigrazules hacia su habitat. Simón no tenía vehículo propio, pero en la nave aun tenían guardados los vehículos de Alison, Ismael y Nikolai después de que ellos murieron. Simón tomó el arma Boek y el vehículo de Ismael. La espada de plata programó el sistema para que se apagara automáticamente en unos dos minutos, para que Hkras no pudiera acceder a toda la información que estuviera ahí si encontrara la nave abandonada.

    Una vez que se aseguraron de que la nave se había apagado del todo, Simón y el resto de sus soldados siguieron a Blurg y a su compañero Odrit hacia el lugar en donde vivía el líder tigrazul con el resto de su manada. Tardaron un rato largo en llegar. El lugar estaba tal y como lo recordaban la última vez que habían estado ahí. La única diferencia era que ahora había muchos más tigrazules que antes, que seguramente serían los que lograron escapar con vida cuando los esqueletos atacaron el habitat de Odrit. Los tigrazules que ya habían visto a los humanos estaban felices de ver que estos estaban ahí para ayudarlos en la pelea. Los que no los conocían desde antes se pusieron algo nerviosos, pero esos nervios no duraron mucho. Blurg y Odrit reunieron a todos los que iban a acompañarlos hacia la batalla en contra de los esqueletos. En total eran unos veinticinco tigrazules, excluyendo a los líderes de las manadas.

    — Escucha, Blurg— le dijo Asher hablando con el tigrazul — Sabes que nosotros podemos entender lo que dices por el artefacto que tienes en tu cuello, pero no podemos entender lo que dicen los demás. Eso significa que tendremos que quedarnos cerca de ti en todo momento.

    — Es verdad, lo había olvidado — respondió Blurg luego de recordar la situación — Igualmente todos nos vamos a quedar juntos. Nos protegeremos los unos a los otros.

    — Tengan suerte en la batalla — les dijo Simón a todos sus soldados — La FOT cuenta con ustedes para esto.

    — La tendremos — respondió Morani — Protege el arma Boek.

    — Con mi vida — respondió Simón aferrándose al arma más fuerte del universo.

    Blurg, Odrit, Asher, Kate, Morani, Tiana, Sixto, Benjamín, Tiberio y los otros tigrazules estaban listos para partir hacia el enfrentamiento en contra de los hostiles Cleexor. Pero antes de partir, otro tigrazul se acercó hasta su posición. Parecía que quería hablar con Blurg. El tigrazul dio un rugido pequeño como si estuviera suplicando algo.

    — Lo lamento, Tun — dijo Blurg— Pero tu no puedes venir con nosotros. Titao ya está muerto. Si yo muero aquí también, la manada dependerá de ti. Debes quedarte atrás.

    El hijo de Blurg agachó la cabeza muy decepcionado. Quería acompañar a su padre y al resto de sus compañeros de especie a la batalla para defenderse de los hostiles. Blurg recordó que Titao había muerto intentando probarle todas sus capacidades de pelea. Sabía que Tun probablemente estaba atravesando por una situación parecida, pero ahora que su hijo mayor había muerto, no podía seguir corriendo más riesgos. Una vez que todo estuvo listo, todos partieron.

    Simón estaba muy preocupado del bienestar de sus soldados, pero sabía que si no se enfrentaban a esos esqueletos el día de hoy, en algún momento iban a tener que hacerlo, y no podrían desviar su atención de nada que no sea Hkras. Solo deseaba que todos regresaran a salvo. Ya habían perdido a mucha gente.

    Blurg y Odrit lideraban al grupo corriendo hacia la ubicación de los Cleexor. Los humanos los seguían justo atrás con sus vehículos. El líder de los tigrazules miró bien a los humanos y después de pensar que algo no andaba bien, se acercó a ellos.

    — Oigan, yo recuerdo que la última vez eran más de ustedes — dijo Blurg notando las ausencias de Uriel y Nikolai en el grupo — ¿Qué sucedió con los otros?

    — Ellos no sobrevivieron — respondió Tiberio seriamente.

    — Que lástima, seguro que nos habrían venido bien para esta pelea. Lo siento mucho— respondió el tigrazul mostrando su compasión por las pérdidas de los humanos.

    No había demasiadas charlas en el grupo. Todos avanzaban hacia adelante preparándose psicológicamente para una batalla. Sobretodo los humanos, quienes no sospecharon que se verían involucrados en un conflicto como ese. Pero tal y como se había dicho antes, la amenaza de los esqueletos debía ser eliminada antes de que los demás soldados vinieran para la guerra contra Hkras. El recordar que el día anterior habían conseguido eliminar a Cybershark era un impulso de confianza para ellos. Sabían que podrían con esto, y más aun que no iban a luchar ellos solos.

    [...]

    Cleexor y Nix caminaban sobre los restos de una batalla en una zona rocosa. En el lugar había algunos Cleexors que habían perdido la vida, pero el número de gyots muertos era de la totalidad de la población que vivía ahí. Usando sus armas y su inteligencia, el ataque fue exitoso y todo ese grupo de gyots fue eliminado casi sin problemas. El plan de Cleexor por eliminar a las razas no inteligentes del planeta Boek marchaba muy bien. Algunos de los suyos habían muerto en las peleas, pero eran números muy pequeños comparados con las muertes que sus soldados causaban. Todos, exceptuando al líder de la raza y a su sirviente, estaban reparando o cargando sus armas para usarlas en otro enfrentamiento próximo.

    — Es el octavo ataque en muy poco tiempo — le decía Nix a su amo — Deberíamos esperar un poco antes de volver a atacar otro lugar.

    — Sé que estamos esforzándonos demasiado, pero nuestra especie no siente el cansancio— respondió Cleexor — Nuestros cuerpos no se cansan. No está en nosotros. El cansancio que sienten es algo psicológico, no físico. Si no piensan en eso, se sentirán bien.

    — Es la primera vez que luchamos de esta manera desde que evolucionamos — le contestó su sirviente — No estábamos preparados psicológicamente para algo así.

    — No será fácil, pero tendrán que acostumbrarse — le dijo Cleexor — Ya no quiero que más especies estúpidas estén merodeando por nuestro planeta. Si no son inteligentes, no merecen vivir. Su existencia no tiene ningún propósito.

    Las palabras de Cleexor fueron escuchadas por la mayor parte de sus hombres que aun seguían con vida. Varios de ellos estaban de acuerdo con su pensamiento. Ellos estaban investigando cuando fueron atacados por varias razas, y no solo razas invasoras, sino también algunas razas que habitaban el planeta. Compartían el ideal de extinguir a todas las razas no inteligentes en su planeta, aunque estaban seguros de que Cleexor también habría querido extinguir a las razas inteligentes si es que hubiera alguna.

    Tras todos los ataques que habían realizado, el número de esqueletos se había reducido hasta ser simplemente unos cincuenta. Su población era muy numerosa antes de la llegada de los invasores a su planeta. Pero los ataques hacia los laboratorios y hacia la ciudad se encargaron de achicarla mucho. Sin embargo, en vez de lamentarse por eso, lo tomaron como una motivación para seguir atacando a las demás razas.

    [...]

    Tigrazules y humanos estaban acercándose hacia el lugar en donde los Cleexor habían estado la última vez que atacaron. Sabiendo que los vehículos harían que los detectaran con más facilidad, los humanos no tuvieron otra opción que bajarse y dejarlos atrás. Previniendo que Hkras podría estar cerca de la zona y que podría encontrar sus vehículos, decidieron esconderlos en un bosque para evitar que alguien los viera. Los treinta y cuatro guerreros que iban a atacar a los Cleexor prosiguieron el viaje a pie. Odrit iba al frente intentando localizar su ubicación actual, acompañado por varios tigrazules de su manada. Los humanos y los miembros de la manada de Blurg los seguían de cerca. El líder de la otra manada los guió hacia una zona montañosa con un camino recto.

    Todos avanzaron con mucho cuidado a través de ese camino, sabiendo que los esqueletos los podrían atacar en cualquier momento. Los humanos recordaron sus encuentros en contra de ellos. Sabían que estos contaban con tecnología para luchar, y que esta podría ponerlos en apuros si no tenían cuidado.

    La zona de montañas se terminó, y ahora daba inicio una zona rocosa. Odrit se detuvo y le indicó a los demás que hicieran lo mismo que él. Blurg escuchó un gruñido de su compañero, y entendió que los esqueletos se encontraban cerca de su posición. Todos se prepararon para realizar un ataque sorpresa, dado a que no sabían a cuantos se enfrentaban, y esa sería la única manera de poder eliminar a varios de estos antes de saberlo exactamente. Los líderes tigrazules tomaron la decisión de dividirse en dos grupos. Odrit decidió llevarse a la mayoría de los tigrazules, dado a que estos si podían comprenderlo. Blurg se llevó a los siete humanos y a otros tigrazules con él.

    Los dos grupos avanzaron rodeando la zona rocosa. Al acercarse un poco más hacia el centro, lograron ver que había algunos esqueletos patrullando el lugar. No eran demasiados, pero estaban muy bien distanciados como para ver venir a cualquier amenaza que se aproximara a ellos. Odrit fue por el costado oeste mientras que Blurg y su grupo fueron por el este. Al observar el lugar atentamente, se dieron cuenta de que el lugar era mucho más grande de lo que parecía en realidad, y que no todas las piedras eran del mismo tamaño. Ambos grupos atacarían al mismo tiempo para poder tomar por sorpresa a sus enemigos.

    — ¿Están listos? — preguntó Tiberio a sus compañeros — Tengan mucho cuidado. Cuando atacan en grupo son peligrosos.

    — Los derrotaremos a todos — respondió Benjamín — De la misma manera en que logramos derrotar a las máquinas de ejecución.

    — Ellos tienen que morir — añadió Kate — No podemos dejar que escapen. Cada esqueleto que no matemos aquí será uno más que habrá que enfrentar en el futuro.

    — Estoy de acuerdo con ella — respondió Sixto — Hay que eliminarlos aquí.

    — A mi señal los tomamos por sorpresa — dijo Blurg preparándose para iniciar la pelea — Prepárense...listos...¡ahora!

    El líder de los tigrazules empezó a correr siendo seguido por los humanos y por los otros miembros de su raza. Odrit sabía que debían atacar también, y le dio la orden a sus guerreros de entrar y matar a todos los que se pudieran, sin dejar que nadie escape.

    Los Cleexor empezaron a escuchar movimiento proveniente desde afuera, y antes de que pudieran darse cuenta de lo que estaba sucediendo, se encontraban bajo ataque. Blurg se movió rápidamente y logró saltar encima de uno de ellos para romperle el cráneo. Tiberio activó su espada y su escudo, y atacó justo después de que el tigrazul lograra eliminar a uno de sus enemigos. Uno de los cleexors lo vio y quiso defenderse, pero el rompe huesos fue más rápido y le destrozó el cráneo antes de que su enemigo pudiera reaccionar.

    — ¡Nos atacan! — gritó uno de ellos, que luego de dar el aviso fue asesinado por Morani.

    No todos los esqueletos se encontraban reunidos, por lo que el grito de alerta les llamó la atención. Cleexor, Nix y el resto fueron a ver que ocurría y lo que vieron fue a los tigrazules y a los humanos trabajando juntos, luchando en contra de los últimos que quedaban de su especie. El líder quedó muy asombrado de ver que una raza como los tigrazules hayan planeado un ataque en contra de ellos, y algo que lo sorprendió aun más fue ver a los humanos luchando junto a ellos, ya que consideró que se habían ido del planeta luego de robar el arma Boek.

    — Esta es nuestra oportunidad — dijo Cleexor hablándole a Nix — Elimínalos a todos. Luego de eso buscaremos el arma Boek y la traeremos de vuelta.

    — Como usted ordene — le respondió Nix — ¡Al ataque!

    Nix y el resto de los esqueletos se lanzaron para enfrentarse a los tigrazules y a los humanos, y ayudar en la pelea a sus compañeros que estaban bajo ataque.

    Los tigrazules luchaban utilizando las rocas como ventaja. Odrit dio un salto hacia una de ellas para confundir a su enemigo, y luego le saltó encima a este último, logrando matarlo con un fuerte golpe con sus patas. Los miembros de su especie imitaban sus movimientos. Algunos lograban asesinar a sus enemigos, mientras que otros no eran capaces de hacerlo. Los Cleexor estaban utilizando dos clases de armas. Algunos usaban armas de fuego que disparaban dejando un flash de color morado después de salir del cañón. Otros por su parte usaban un arma que producía una descarga eléctrica al estar en contacto con la piel de los enemigos. Las armas más efectivas en la pelea estaban siendo las que disparaban, dado a que las que daban descargas requerían de un contacto físico con el enemigo, el cual era a veces difícil de lograr.

    Tiberio vio como uno de los esqueletos se acercó a él con el arma que daba una descarga. El Cleexor intentó golpearlo en la cabeza, pero el rompe huesos logró bloquear el ataque poniendo su escudo en el medio. Movió su brazo izquierdo para provocar que su enemigo perdiera el equilibrio, y cuando lo tuvo como quería, usó su espada para romperle el cráneo.

    Asher y Kate luchaban unidos. Ambos soldados ya conocían los movimientos del otro casi de memoria después de ir a tantas misiones juntos. Los Cleexor los atacaron con las armas intentando darles descargas, pero la pareja rechazaba estos ataques con sus espadas. Los esqueletos atacaban y ellos continuaban bloqueándolos. Ya cansados de seguir la pelea, decidieron terminar con ellos. Cuando los esqueletos atacaron otra vez, los soldados saltaron al suelo esquivando sus ataques, y luego, aprovechando su posición de ventaja, les rompían las piernas con sus armas para después levantarse del suelo y partirles los cráneos.

    Sixto y Benjamín tenían algunos problemas, dado a que se estaban enfrentando a esqueletos que usaban armas que disparaban. Sin querer correr el riesgo de querer averiguar si sus trajes podrían resistir los disparos, los dos soldados se escondieron detrás de las piedras de la zona para protegerse de los ataques.

    — ¡Podemos usarlas como cobertura para acercarnos a ellos sin que nos vean! — le indicó Sixto a su compañero.

    — ¡Buena idea! — le respondió Benjamín — ¡Cuando dejen de disparar, corremos!

    Ambos soldados observaron atentamente a sus atacantes. Las armas que usaban se habían detenido, lo cual podría indicar que se les había terminado la munición. Los chicos de Irlanda y de Inglaterra corrieron manteniéndose ocultos entre las piedras de la zona, mientras que los cleexor intentaban recargar sus armas. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, ambos humanos subieron a las piedras y dieron un salto hacia los esqueletos, logrando destruirlos de un solo golpe con sus espadas.

    — Bien hecho — le dijo Sixto a su compañero.

    — Somos un buen equipo — le respondió Benjamín.

    Morani y Tiana luchaban juntos de la misma manera que Asher y Kate, pero en lugar de esquivar los ataques para después contraatacar de inmediato, ambos se ponían de acuerdo para intercambiar posiciones. Los dos esqueletos que atacaron con sus armas de descarga no lograron causarles daño a sus enemigos dado a que estos detuvieron las armas con sus espadas. Antes de que pudieran realizar otro ataque, Morani y Tiana cambiaron de posiciones y de enemigo, lo cual terminó confundiendo a los cleexors que luchaban contra ellos. Aprovechando esa confusión, los soldados lograron matarlos fácilmente con un fuerte golpe.

    Odrit luchaba en compañía de los miembros de su manada. Habían logrado acabar con la vida de casi todos los esqueletos, pero entonces, uno de los tigrazules murió cuando recibió varios disparos en su cuerpo. Odrit miró hacia el lugar y pudo ver a uno de los cleexors, Nix, disparando su arma en contra de ellos. El sirviente de Cleexor disparó nuevamente y mató a otro de los tigrazules de su manada. Sabiendo que debía detenerlo, Odrit empezó a correr hacia él.

    — ¡Muere! — gritaba Nix mientras disparaba su arma.

    Odrit logró esquivar los disparos corriendo en zigzag a gran velocidad. Se acercó a Nix y cargó en contra de él, derribándolo y causando que soltara su arma. Una vez que derribó a su enemigo al suelo, usando sus patas le pisó el cráneo hasta que lo destruyó.

    Ya no quedaban demasiados. Blurg estaba luchando solo en contra de dos esqueletos que tenían las armas eléctricas. El líder de una de las manadas logró asesinar a uno de ellos golpeando fuertemente su cráneo, pero cuando quiso atacar al siguiente, este lo esquivó y después le dio un golpe en la cabeza con su arma. Blurg recibió una potente descarga eléctrica en su cabeza, la cual no fue capaz de matarlo, pero consiguió derribarlo al suelo.

    — ¡Blurg! — gritó Asher muy preocupado cuando vio caer a su aliado.

    El esqueleto se acercó al tigrazul listo para dar un ataque que terminaría con su vida. Pero antes de que pudiera hacerlo, un tigrazul joven saltó sobre el esqueleto, y comenzó a golpearlo repetitivamente hasta que lo mató a golpes. Blurg se recuperó tras la descarga, y al ponerse de pie logró reconocer a su salvador.

    — Tun — dijo muy sorprendido de ver a su hijo — Te dije que te quedaras...

    Pero Blurg no logró terminar de hablar porque su hijo lo interrumpió con un fuerte gruñido. El tigrazul joven abrazó a su padre muy aliviado de haber llegado a tiempo para salvar su vida. Aunque Blurg no estaba muy contento dado a que su hijo le desobedeció, sí que estaba muy agradecido de que este lograra salvarle la vida. Ahora no podía estar enojado con él.

    Padre e hijo levantaron la vista y vieron como los tigrazules y los humanos acababan con todos los esqueletos que restaban en la zona. Ya no veían a ninguno más en el lugar, lo cual los llevó a pensar que habían matado a todos los enemigos a los que se habían enfrentado. Los sobrevivientes empezaron a festejar su victoria sobre los esqueletos. Los tigrazules estaban muy contentos de haber logrado eliminarlos a todos para siempre, mientras que los humanos sentían un gran alivio, dado a que solo les restaría lidiar contra Hkras, y tendrían al resto de sus compañeros para eso.

    Cleexor, quien ahora era el último de su especie estaba escondido detrás de una de las rocas con un arma. No podía contener su enojo de ninguna forma. Fue perdiendo a todos sus compañeros poco a poco. Sus laboratorios fueron destruidos, el arma Boek fue robada y él era el único sobreviviente de su raza. Todo lo que él había hecho, todo el empeño que puso para que la raza Boek pudiera evolucionar en una raza superior se había ido. Los humanos y los tigrazules lo habían arruinado todo. Su único propósito ahora era eliminar a la mayor cantidad posible de enemigos.

    — Lo han arruinado todo — pensaba Cleexor después de contemplar a sus compañeros muertos — Los mataré a todos, o moriré en el intento.

    Tras ver que todos se habían reunido y que tenía una oportunidad de eliminarlos, Cleexor salió de su escondite y empezó a disparar su arma. Una primera ráfaga de disparos mató a uno de los tigrazules de Blurg, y le había llamado la atención a todos. Ahora quería matar a los humanos, y vio que el más cercano era Sixto.

    — ¡Te mataré, maldito invasor! — gritó Cleexor muy furioso apuntando en contra de Sixto para eliminarlo.

    — ¡Sixto, no! — gritó Benjamín corriendo para proteger a su compañero.

    Cleexor abrió fuego en contra del soldado irlandés. Sixto recibió un gran susto al ver que uno de los esqueletos lo había elegido como objetivo que no pudo reaccionar de ninguna manera. Sin embargo, antes de que los disparos lo alcanzaran, Benjamín se interpuso entre su compañero y su enemigo. La mayoría de disparos fueron recibidos por el traje de protección. En un principio, este consiguió resistir el daño, pero luego de tantos disparos consecutivos en el mismo lugar, el traje del soldado se rompió y los disparos del arma extraterrestre perforaron la piel del soldado de Inglaterra, quien gritaba de dolor mientras sentía como varios de sus órganos y su piel resultaban quemados y heridos por el arma.

    Tiberio empezó a correr hacia Cleexor para evitar que este siguiera disparando su arma. El esqueleto centró su vista en el rompe huesos y empezó a abrir fuego contra él. Tiberio logró defenderse del ataque con su escudo. El soldado avanzó hacia su enemigo y le tiró el arma al suelo, para después darle una patada, que lo terminó alejando totalmente de esta.

    Sixto sostuvo a Benjamín para evitar que este cayera. El soldado inglés empezó a desangrarse y a desvanecerse en los brazos de su compañero. Sixto observaba como su amigo herido estaba empezando a morir en frente suyo, después de haber recibido un ataque que iba dirigido hacia él.

    — Benjamín...— decía Sixto casi en shock al ver como su compañero se moría en sus brazos — ¡¿Por qué hiciste esto?! ¡Ese ataque iba dirigido a mí!

    — Tú tienes una hija esperándote... — respondió Benjamín sintiéndose más débil cada minuto — Si alguien tenía que morir...era yo.

    — ¡Aun podemos hacer algo por ti! — gritó Morani acercándose a su compañero.

    — Es inútil...Simón apagó la nave — respondió el soldado de Inglaterra hablando cada vez más bajo — Ya no quedan esperanzas para mí...ya están muy cerca de cumplir su objetivo...no se rindan...derroten a Hkras...yo sé que pueden...yo sé que pueden...

    Luego de decir estas palabras, Benjamín perdió la vida aun en brazos de Sixto. El soldado irlandés no podía creer lo que había pasado. Su compañero había sacrificado su vida para salvar la suya, para que él pudiera seguir con vida. Los soldados se sintieron muy adoloridos tras la pérdida de su compañero, pero quien estaba destrozado del todo era Sixto. Benjamín era un gran amigo para él, y ahora se había ido. Sixto dejó el cuerpo de su compañero en el suelo para luego empezar a llorar su pérdida. Los tigrazules, en especial Blurg, que había conocido al soldado en persona, sentían mucho la muerte del humano. Cleexor estaba muy feliz de haber podido matar aunque sea a uno de ellos.

    — Se lo tenían merecido por invadir mi planeta— dijo Cleexor viendo lo que había ocurrido — Igualmente, el no era quien tenía que morir.

    Todos miraron con desprecio al último esqueleto con vida. Tiberio tomó su espada y se disponía a matarlo, cuando Sixto le gritó.

    — ¡Espera! — exclamó Sixto intentando detenerlo — ¡Deja que sea yo el que lo haga!

    Tiberio detuvo su ataque y guardó sus armas. El rompe huesos sabía que Sixto necesitaba desahogarse por lo que había pasado. El soldado le dio una patada en la espalda al último esqueleto que seguía vivo para tirarlo al suelo. Sixto tomó su arma y caminó hacia él muy enfurecido. Miró al cleexor con desprecio para luego atravesarle el cráneo con su espada de un solo golpe muy fuerte. El cráneo del enemigo se partió en dos, lo cual significaba que este había muerto. La batalla en contra de los Cleexors había terminado finalmente, y con ella, se había ido todo lo que quedaba de la raza Boek, a excepción del arma.

    — Vámonos — dijo Asher aun muy apenado por la muerte de su compañero — Es hora de regresar.
     
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