"El amor jamas se compra" (sesshxkag)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por chipo, 2 Octubre 2010.

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    chipo

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    Idaly: la verdad es que si, se está portando muy tierno, aunque ya se sabe que desde pequeño se sentía atraído por Kagome, a lo mejor eso es lo que lo justifica en su comportamiento.;)
    Meelissa: bueno, ya él sabe que Kagome siente algo por Sesshomaru pero él dice que no lo tiene todo perdido y por eso dijo la barbaridad de hacerla probar para ver con cual se queda al final.:)
    Azul: hay pobre de Naraku, todos sospechamos de él, bueno si nos diera razone no lo haríamos ¿no? :D
    Fandeinu: la verdad es que la entiendo, a mí también me costaría lo suyo, Naraku o Sesshomaru.:oops:

    Y ahora yo os digo, ¿Con quién os gustaría que se quedara Kagome, con Sesshomaru o con Naraku? Yo sé con quién quiero que se quede, pero ¿Y vosotros…?:confused:

    De verdad muchísimas gracias, lo digo ya en global, no sabéis las fuerzas que me dais para que pueda seguir continuando la historia, lo digo de corazón mil gracias y un besazo para todas. Ahora subiré la continuación y espero veros pronto.
    Gracias.:D
     
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  2.  
    chipo

    chipo Entusiasta

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    Título:
    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    3673
    capitulo 10º

    Kagome.

    Estaba acostada encima de la colcha de la cama, miraba el techo pensando en todo lo que me había pasado durante el mes de vacaciones. Estaba cansada, había llegado hacia ya tres horas pero no tenía ganas ni de mirarme al espejo, lo raro era que no estuviera Sango en casa cuando me dijo que estaría para mi vuelta.

    Me levanté y me dirigí al teléfono, quería llamarla y preguntarle que donde se había metido pero cuando me paré a pensar que cabía la posibilidad de que estuviera con Miroku en mis mejillas empezaron a pintarse de color rosa por lo que estaba pensando.

    -Mejor espero que ella venga cuando quiera - dije soltando el teléfono. Pero algo me hizo cogerlo de nuevo y marcar el número que tantas veces lo había hecho anteriormente, no estaba muy segura si hacia bien o no, a sin que ya estaba dispuesta a cortar la llamada cuando siento que ya era demasiado tarde, desde la otra línea me estaba contestando. –Hola, ¿Qué tal Inuyasha?-

    Sesshomaru.

    Ya ha pasado un mes desde la última vez que la vi, muchas veces me dirigía al centro comercial para ver si me topaba con ella. Intentaba por todo los medios de saber por una persona o por otra por donde se movía mas o menos Naraku, pero ni con esas me servían para verla o mejor dicho para verlos. A sin estuve hasta que me enteré por un compañero de trabajo que Naraku había regresado a Japón y eso significaba claro está que ella iría con él.

    Me encontraba en mi despacho sentado en mi sillón negro de piel mirando alguno que otros documentos, estaba saturado de trabajo pero eso no me impedía de que en cuando en cuando recordara la cara de asombro que puso la chica cuando le cogió por sorpresa mi beso.

    En sus ojos pude notar un brillo no muy común en otras chicas, un brillo muy parecido al que otra persona tuvo en su dia. Más de una vez al mirarla y verla en cómo me miraba me hacía pensar en ella, pensar en cómo hubiera hecho el día de hoy si aun estuviera a mi lado.

    Me levanté del sillón y me dirigí hacia un gran ventanal que tenía mi despacho, en ella podía ver con toda facilidad casi toda la ciudad. Deje caer una mano en el reluciente cristal al igual que mi frente, cerré mis ojos y en ese momento se me dibujo esos ojos, esos ojos que una vez me hizo perder la cabeza, esos mismo ojos que un día sin más me dijo y me acuso de algo que hoy por hoy lo estoy pagando con crece.

    -¿Por qué? – dije abriendo los ojos y mirando hacia el celeste cielo. – Kagura- dije en un susurro cerrando nuevamente los ojos y lanzando un suspiro al aire.

    Aun la recordaba, aun recordaba todo los buenos momentos que pasábamos juntos, en todos los momentos en lo que estuvimos juntos y aun sigo recordando lo que un día le dije:

    FLASH BACK
    -Anda dilo – me dijo mirando como si de una niña se tratara. –Venga Sesshomaru, vamos que tan difícil no es- insistía una y otra.

    -¿Qué quiere que te diga? – le pregunté algo cansado ya por su insistencia en que le dijera yo no sé qué cosa.

    -Pues eso – se puso de pie, ya que nos encontrábamos sentado en un banco de un parque. Me miró, yo elevé mi mirada hacia ella y noté que en sus mejillas cambiaron de color, ya no eran de un rosa pastel como normalmente tenia, ahora era del mismo color que sus ojos, rojo, rojo pasión.

    -¿Eso, que es eso?- dije haciéndome el que no sabía de lo que me estaba hablando.

    -Hay chico, mira que eres poco romántico – me dijo ya con algo de decepción por no saber corresponderle a lo que ella quería escuchar. Me puse de pie para poder estar a su altura, llevé mis manos a sus mejillas y la miré fijamente a esos ojos rubí que te hacían derretir con tan solo una mirada.

    -Te quiero – le dije dándole seguidamente un cálido y tierno beso en su nívea mejilla. Ella se me abalanzó hacia mí rodeándome con sus brazos mi cuello y posó su cabeza en mi hombro.

    -Es eso mismo lo que me hacía falta escuchar – me dijo aferrándose mucho mas a mí, como si con ello quisiera impedirme que me separase de ella.

    -Kagura – dije tan suave que estaba seguro que ni ella misma lo alcanzó a oír.

    FIN FLASH BACK

    - Aun sigo sin entender porqué lo hiciste – dije a la nada ya que mi mirada no se estaba centrado en ningún punto en concreto. Me di la vuelta y volví a sentarme en mi sillón, posé mis codos encima de la mesa y dejé caer mi frente sobre mis manos para poder a sin entrar en una oscuridad y poder al menos por unos segundos salir de aquellos recuerdos que me hacían tanto daño.

    Pero lo que no me esperaba es que nuevamente me sorprendiera esos ojos, esos ojos que son los que tuvieron la culpa de revivir estos recuerdos. Los veía claramente, podía apreciar el color reluciente de su iris, podía ver el brillo que se le formaba en ellos cuando le miraba.

    -Kagome – dije. Me incorporé de inmediato al sorprenderme yo mismo del nombre que había dicho, yo mismo me asusté cuando mis labios dijo sin darme ni tan siquiera cuenta de el nombre de esa chica, zarandee mi cabeza para poder quitarme esos pensamiento y poder centrarme en lo que tenía que hacer.

    -Sandra, llama y reserva un vuelo para Japón para esta misma noche - le dije a mi secretaria mientras salía de mi oficina para dirigirme a mi casa para preparar algo de equipaje.

    Si ese cretino se cree que me puede esquivar como si una mota de polvo se tratara está muy equivocado.

    Kagome.

    Me levanté temprano hoy era mi primer día del segundo año de universidad, ya tenía ganas de ver a todos mis amigos, aunque parezca mentira durante los dos meses de vacaciones no he tenido tiempo ni de llamar ni visitar a ninguno de ellos.

    -Sango, si no te das prisa llegaremos tarde - dije gritando desde la cocina mientras le untaba la manteca a la tostada. Yo no sé cómo podía tardar tanto, a mí también me gusta arreglarme pero no tardo tanto como ella, a mi no me llevó ni media hora para vestirme con unos pantalones vaqueros de color azul con una blusa tipo camisola color beige y con unos botines del mismo color.

    -Tranquilízate mujer que aún queda más de….ahhhh.- gritó cuando miró su reloj de pulsera y vio que tan solo tenía media hora para llegar hasta la facultada. -¿Por qué no me has llamado antes?

    -Vaya, ahora resulta que tengo yo la culpa. Sango cariño, ¿tú no sabes que existe un aparto llamado despertador?- le dije con los ojos como búho por lo que me dijo.

    -Hay, ya sabes que odio esos aparatos, siempre suena para despertarte en lo mejor del sueño - me dijo mientras cogía la carpeta y salía de la cocina. –No llegaremos a la primera clase - me decía mirándome con cara de fastidio.

    -Que sepas que mañana la primera en salir de casa soy yo - le dije cansada siempre de llegar tarde por esperarla. No me dio tiempo de bajar el primer escalón que separa la puerta de entrada con la acera cuando siento el pito de un coche, miro hacia delante y pude ver el coche gris metalizado de Naraku. – ¡Naraku! - le llamé acercándome hacia la puerta del piloto. -¿Qué haces por aquí?

    -Es que tengo que ir hablar con el señor Namura y este es el camino más corto. Oye ¿Y tú, que haces aquí todavía, no deberías de estar en clase?- me dijo extrañado por la hora que era ya.

    -Sí, tú lo has dicho, debería pero por esperar aquí a mi amiga - dije señalándola. – Creo que perderemos la primera clase.

    -Anda subid que os acerco en un momento, tan solo me llevará 5 minutos - se bajó del coche para abrir la puerta trasera para Sango y es ahí cuando noté algo muy raro entre ellos dos, el cruce de miradas que tuvieron no era muy aprobadora, al menos es eso la impresión que me dio a mí, seguidamente abrió la puerta del copiloto para mí.
    Tan solo 5 minuto tal y como dijo Naraku fue lo que tardamos en llegar a la facultad.

    -Gracias Naraku, de verdad.- le dije bajándome del coche y acercándome a su ventanilla –Espero que todo te vaya bien con el Señor Namura-

    -Por ahora todo va viento en popa. Por cierto ¿tienes planes para esta noche?- me quedé pensando por un segundo y después negué con un movimiento de cabeza. –Pues bien, ¿que te parece si te paso a buscar y cenamos afuera?

    -Vale, pero esta vez invito yo - dije dándole con el dedo índice en la punta de la nariz y retirarme de momento para que no tuviera opción de reprocharme nada.

    Yo no sé como pasó pero por día se estaba ganando mi confianza y tengo que decir que me agradaba estar con él sin pelear ni una sola vez, tengo que admitir que realmente ha cambiado o ¿seré yo quien ha cambiado el punto de vista sobre él?

    Me adentré en l facultada a toda prisa si quería llegar a tiempo a clase, no me dio tiempo ni de saludar a nadie ya que si lo hacía no faltaría solo a la primera si no toda las dos horas restante. A sin que dejaría para más tarde los saludos.

    Salí al patio, había terminado las dos primeras horas de clase y ahora tenía media hora de descanso y como siempre me senté a leer un libro bajo el gran árbol que daba la sombra necesaria para que no se pasara calor. El árbol shikon, este árbol es uno de los arboles más antiguo de esta ciudad, sus dimensiones eran enorme, como ya dije con la copa podía dar suficiente sombra, pero podía dar tanta que podía cubrir a varias personas juntas, el tronco de este hacia falta tres personas para poder rodearlo ya que era de gran grosor, y tengo que decir que para mí este árbol es mágico, porque es mucha la paz y la tranquilidad que siento cuando estoy cerca de él.

    -¿Pero que ven mis ojos?- se escuchó decir detrás de mí. –Aquí está la chica más bonita de toda la facultad- no me molesté en gírame ya que sabía positivamente quien era el dueño de esa voz.

    -Hola Miroku.- dije tan solo elevando mi mano y sin apartar la vista del libro que tenía enfrente.

    -¿Hola Miroku, eso es todo?- me cogió de la mano y me obligó a ponerme de pie para que le diera un abrazo. Ya estaba preparada por si se le iba la mano a un lugar que él en ningún momento tiene permiso para ponerla, pero por lo que noté ya se había separado, no me lo podía creer, es la primera vez que me abraza sin tener que dejarle luego la cara marcada con mi mano. –Vaya este dos meses te han sentado muy bien - dijo mirándome de arriba abajo con algo de lujuria en sus ojos.

    - Ya decía yo que no podías cambiar de la noche a la mañana - dije suspirando. –Miroku, ¿Dónde está sango e Inuya…? -

    - Gracias Sesshomaru – no pude terminar mi pregunta porque lo que escuché me hizo girar inmediatamente. Era Inuyasha, era él quien lo nombró, ya hacía tiempo que no acuchaba ese nombre y no pude evitar buscarlo con la mirada. – ¿Si no te importa puedes venir a buscarme sobre las 3?- Inuyasha estaba hablando con Sesshomaru. por lo visto él era el que lo trajo a la facultad.

    No podía apartar la vista de ellos, el gran árbol estaba muy cerca de la entrada principal es por eso por el cual pude verlo y escucharlo. En un momento de descuido me encontré con su mirada, ahí estaba él mirándome como si antes no lo hubiera hecho y no sé que me pasó pero mi corazón de nuevo empezó a latir como nunca lo había hecho. Ni siquiera se molestó en saludarme tan solo se limitó a introducirse de nuevo en el coche y ponerlo de nuevo en marcha para seguir su camino.

    No sé porqué pero me sentí desilusionada, es ese momento me sentía rota y dolida, estaba como si de un espejo de tratara, un espejo roto en mil pedazos por un inesperado golpe, eso de irse sin tan siquiera mirarme fue el golpe la que me hizo trizas.

    -¡Kagome!- vi como Inuyasha se acercaba corriendo hacia mí, pero no sé porqué no pude prestarle toda la atención, mi cabeza aun seguía dibujada la mirada de Sesshomaru y sobre todo esa actitud que volvía a tener conmigo. –Que de tiempo, no te perdono que no fueras a visitarme ni una sola vez - tenía toda la razón no tenia escusa que darle, no fui porque aun me molestaba el recordar el numerito que forme en su casa por una tontería, al menos viéndolo ahora desde el punto de vista que me encuentro ahora.

    -Inuyasha - le di un tierno abrazo. –Ya sabes, desde la última vez que discutimos en tu casa aun no me sentía cómoda por…

    -Tú y tus celos - me cortó sin más. Los ojos se me pusieron como plato cuando escuché lo que me dijo.

    -¿Celos?-

    -Claro, ¿porqué si no te pondrías así conmigo?- tenía razón, estaba celosa pero eso era antes de conocer a… -Toma.- me interrumpió mis pensamientos. Cuando miré hacia él vi como nuevamente me sacó la famosa tarjetita.

    -¿Y ahora, donde me vas a mandar si se puede saber?- dije ya cansada de las dichosas bromas de Inuyasha. Vi como retiraba la tarjeta de mi cara y la guardaba en su bolsillo y se me quedó mirándome fijamente.

    -¿Qué te pasa?- me preguntó sorprendido. –Antes ya me hubieras dado una cachetada y me dejarías aquí pasmado- No supe que contestarle, no entendía porque me lo decía. –Kagome, por lo que veo el viaje con ese amigo tuyo te ha cambiado mucho-

    -Se llama Naraku - le repliqué.

    - Sí, sé cómo se llama, a mí nunca se me olvida los nombres de las escorias - me dijo con una seriedad que no dude en creerme lo que me decía.

    -¿Por qué dices eso? ¿Inuyasha dime ahora mismo de que conoces tú a Naraku para calificarlo de escoria?

    -Naraku es el que ha llevado a la…- el timbre sonó en ese momento impidiéndome escuchar lo que me iba a contar.

    -Inuyasha por favor, termina lo que me ibas a decir- le supliqué para que me lo dijera, no sé qué es lo que era pero por como se le transformó la cara estoy seguro que no era cosa buena.

    -Kagome, luego te cuento – me dijo cogiéndome de la mano para que caminase para el interior de la facultad.

    Me llevé todo el tiempo de la clase de matemáticas pensando en lo que me iba a decir Inuyasha sobre Naraku, no sé porqué pero algo me decía que no era bueno lo que me diría de él. Estaba deseando que terminara esta hora para poder continuar con la conversación que tenía pendiente con Inuyasha. En todo momento me la pase mirando el reloj que se encontraba justo encima de la puerta de entrada, tan solo quedaba unos diez minuto para que terminara pero hoy esos escasos minutos se me estaban haciendo una eternidad. Hasta que por fin escuché lo que tanto deseaba escuchar, el timbre.

    Él no coincidía conmigo en las clases de matemáticas, a sin que corrí para poder darle encuentro en cualquier punto del patio donde se encontrara en ese momento. Llegué al patio para ver si se encontraba ahí, pero nada, no lo veía por ningún lado, es como si se lo hubiese tragado la tierra.

    -¡Kagome!- me giré para poder dar encuentro a la persona que me estaba llamando a gritos.

    -Hola Sango- dije un poco decepcionada ya que no era la persona que estaba buscando en ese momento, y sin mirarla seguía buscando con la mirada a esos ojos ambarinos.

    -Vaya, perdona amiga- le miré extrañada, no entendía por qué me pedía perdón. –Lo siento por no ser la persona que por lo visto esperabas que fuera - me dijo algo enojada.

    -No, no es eso Sango, es que necesito saber a dónde se ha metido Inuyasha para poder terminar una conversación que se nos quedó pendiente – le dije un poco apurada por haber dicho o haber hecho un gesto que le haya hecho molestar.

    -Te noto preocupada, ¿ocurre algo Kagome?- dijo mi amiga acercase mas a mí para quedar justo delante de mi cara. –Tú no me engañas a ti te pasa algo y no me lo quieres decir - terminó por decir.

    -Ya te contaré más tarde, ahora volvamos a clase que ya hace un rato que toco el timbre - le dije desilusionada por no poder hablar con Inuyasha.

    Las horas se hicieron eternas, que verdad es que cuando estas esperando algo parece que las agujas del reloj se parasen haciendo que todo durase como una eternidad. Estaba en la reja de la entrada de la facultad esperando a ver si ahora por fin le podía dar encuentro. Un ruido me hizo desviar de mis pensamiento, miré hacia mi derecha que es de donde provenía y me quedé de piedra por quien vi justo delante me mi.

    -Hola pequeña - me dijo como siempre con su tono tan peculiar.

    -Inuyasha aun no ha salido - le dije casi con su mismo tono y sin ni siquiera moverme de la reja.

    -Ya, es obvio, si no estaría aquí esperándome- me dijo muy arrogante. Por un momento me quedé mirándolo, me recordó el día que nos conocimos, sería malo no reconocer que estaba radiante, vestido totalmente de oscuro, llevaba el pantalón negro junto con la camisa que en ese momento las mangas las llevaba remangadas por el calor que hacía. Lo único que no me gustaba era que llevaba puesta esas gafas oscuras que hacían que impidieran que brillaras esos soles que tenia por iris.

    -¿Siempre te gusta decir la última palabra verdad?- reconozco que estaba siendo un poco antipática pero como no serlo después del desprecio que me hizo cuando dejó a su hermano.

    -¿Molestas por lo de la mañana?- me sorprendió, es como si me estuviera leyendo el pensamiento. Yo no articulé palabra alguna tan solo me quedé mirándolo. – ¿Porqué no me saludaste? ¿Qué pasa, es que alguien te lo impide? – dijo muy arrogante, yo solo me quedé con el ceño fruncido por lo que me dijo.

    ESPERO QUE OS GUSTE.
     
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  3.  
    Lucy J Watson

    Lucy J Watson Usuario común

    Aries
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    estuvo muy buena la conti.Lastima que el timbre interrumpió a inuyasha cuando le iba a contar que sucedió entre naraku y sesshomaru pero al menos ya sabemos que la novia de sesshomaru era kagura.En teoría naraku le quito la novia(que era kagura) a sesshomaru y por eso "supuestamente" esta utilizando a kagome para vengarse.
    bueno continualo pronto y gracias por avisarme
     
  4.  
    Idaly

    Idaly Usuario común

    Virgo
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    ¡Te quedo genial! cada vez lo dejas mas emocionante!!... y ya porfavor que Kagome sepa lo que hizo Naraku para poder saberlo yo también!!!!

    Y sobre con quien me gustaría que se quedara Kagome... pues, a mi me encanta la pareja Naraku-Kagome pero... entre ellos solo hay un poco de atracción, además de un secreto y eso impide que se pueda crear una buena pareja (aunque Naraku haya estado enamorado de Kagome desde pequeño), en cambio con Sesshoumaru es algo distinto, hay pasión, entre ellos existe una atracción muy interesante y crearian una pareja muy buena.

    Bueno, espero puedas continuar pronto porque realmente me gusta mucho tu historia y, !ya quiero saber que hizo Naraku!
     
  5.  
    Tomoee

    Tomoee Elfases de los bosqueses Espectroses Comentarista destacado

    Virgo
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    Me quedé con las ganas de saber la respuesta xD Me gustó ver la expresión de Kagome, bueno, imaginármela... xD

    Lindo, algo muy liviano y que dejó pasar un lindo momento.
    Interesante el recuerdo de Sesshômaru para con Kagura °-° xD Suertuda que le dijo te quiero awwwww xD

    Espero que pongas el otro pronto :) Me gusta x3
     
  6.  
    azul

    azul Iniciado

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    o vaya esta historia si k esta llena de incognitas amoo eso jaja aun asii jaja lo dejaste en lo mas interesante jaja solo falto y naraku llegara en ese momento o k mi adorado sessho raptara por un momento a kag jaja ayyyyyyyyyyyy de solo pensar esoo jajaja espero pronto leer el siguiente capitulo me tienes a la espectativa chekando la cuenta vpara saber si actualizass jaja espero k este s bien cuidate muchoo
     
  7.  
    chipo

    chipo Entusiasta

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    capitulo: 11

    Sesshomaru.

    Entré en mi departamento y me dejé caer en el sofá, cerré mis ojos y lo primero que vi fue esos ojos color chocolate mirándome con un mar de dudas. Suave, si, su piel es suave como una delicada flor que si la aprietas lo más mínimo la partes en mil pedazos. Posé mis manos detrás de mi cabeza y me dejé caer sobre el espaldero, sentí a King acercase y al girar mi cabeza para darle encuentro veo mi portafolios encima de la mesa.

    -No sabes lo que hubiera pagado para que hubiera visto a tu Kagome - dije sonriendo. –Naraku el que ríe el último ríe mejor – dije intentando imaginar la cara que hubiera puesto si nos hubiera visto, seguro que hubiera hecho mucho peor de cuando nos vio en la puerta del hotel donde se hospedan en Francia, los celos se lo estaba comiendo, tanto que incluso lo pagó con la pobre chica. No sé lo que me pasó por la cabeza, pero esos pensamientos hicieron incorporarme de momento, me llevé una mano a la cabeza y cerré mis ojos intentando que calmase ese recuerdo. Naraku no la trató muy bien, le ordenó que se fuera hacia la habitación sin rechistar como si de una cría se tratara, no sabía lo que me pasaba pero cuando me di cuenta estaba de pie con las manos en forma de puño. Miré mis manos, pude ver como dejé mis uñas marcadas en ellas, no sabía porque me había sucedido esto, es como si me hubiera dado coraje tal escena, es como si estuviera preocupado por ella de que ese impresentable le hubiera hecho algo.

    -Sesshomaru, eso es lo que tú quieres, que él se entere que ella está contigo, lo que le pase a ella no es cosa tuya - me dije mirándome en un espejo que tenía en la entrada del salón. Me dije esto para ver si a sin podía calmar mi corazón, estaba muy acelerado por la ira al recordar el trato que tuvo la pequeña por parte de Naraku.

    Ya era muy tarde, me fui directo hacia mi habitación para poder descansar ya que mañana empezaría el verdadero teatro. Me acosté en la cama sin ni siquiera preocuparme de destaparla y poco a poco fui cerrando mis ojos, cuando ya tuve oscuridad absoluta vi como se iba formando una figura borrosa que lentamente se iba aclarando, una sonrisa se dibujo en mis labios cuando reconocí tal figura, nadie más que ella podría sonreír con esa dulzura y sinceridad, esa chica de mirada angelical pero con gran carácter, esa chica es la dueña que tanto perturba mis sueños desde el día en que la conocí. Y con ella en mis sueños caí en los brazos de Morfeo.

    Kagome.

    Sábado por la mañana, todo era perfecto, me levanté como nunca antes lo había hecho, salí corriendo hacia la habitación de mi amiga Sango y me tiré en su cama con intención de despertarla.

    -Si no te despierta hasta que cuente tres no te enteraras de lo que me pasó ayer por la tarde en el paseo marítimo - le dije levantándome y dejándome caer en el pre marco de la puerta de la entrada. –Uno, dos y… vale, como veo que no te interesa te dejo descansar – dije vacilante mientras me daba la vuelta y agarrando el pomo de la puerta, cuando ya estaba dispuesta a salir de la habitación noto como se estrella contra mí algo blandito, era el cojín de la cama de mi amiga que era lo que había utilizado para paralizarme.

    -Ni se te ocurra dar un paso más, si lo haces que sepas que te quedaras con las ganas de contármelo - me giré para que me lo repitiera ya que no me creía que ella no se muriese de ganas por saberlo.

    -Vale, tomaré antidepresivo por si acaso - le dije girándome y avanzado nuevamente hacia la puerta.

    -Está bien, está bien… cuéntame de una vez por todas que es lo que te hizo ayer volver tan tarde de la facultad - realmente se le veía intrigada por ello pero a la vez le noté que también estaba algo preocupada, me acerqué a ella y me senté a su lado.

    -¿Te acuerdas cuando tenias miedo de decirme tus sentimiento sobre Miroku?- vi como me miraba extrañada como si no entendiera el porqué de esta pregunta. Ella afirmó solamente con la cabeza. –Pues esto es lo que me pasa a mí, creo que me he enamorado del hombre incorrecto - le dije agachando la cabeza por la vergüenza.

    -Es el chico que te encontraste en la salida de la facultad, ¿Verdad?- me dijo orgullosa porque sabía perfectamente al que me refería y eso me hizo que mis ojos se abrieran como platos cuando la escuché decir tal cosa. –Kagome, tú tienes algo muy particular, es que tu cara es el espejo del alma – dijo después sonriendo.

    -No me digas que tanto se me nota - me llevé mis manos a mi cara para poder tapar los colores de mis mejillas. –Hay que vergüenza, si tú te has dado cuenta quien no lo habrá hecho - dije muy preocupada, ya que estaba segura de que ahora sería el centro de todas las conversaciones de los corrillos de chicas de la facultad.

    -Tranquila amiga, esto es algo natural y a todo el mundo le pasa, no veo lo malo de que te guste alguien - me abrazo intentando calmar mi preocupación. –Pero lo que no entiendo es porque él es el chico inadecuado - elevé rápidamente mi cabeza para darme encuentro con su mirada.

    -Siempre que me lo encuentro me hace la vida imposible, siempre lo mismo, escuchar lo superior y lo inferior que yo soy a su lado, es repelente - estuve apretando con todas mis fuerzas el cojín que tenia entre mis manos que cogí cuando me lo tiró a mi espalda.

    -El que se pelea se desea - la miré y la vi con que dulzura me sonreía y sobre todo que lo hacía con toda sinceridad. –Anda dime ¿qué es lo que te pasó en el paseo?- me preguntó jalándome del brazo para que le contara.

    -Pues, después de encontrármelo en la facultad y discutir con él me fui a despejarme un rato y terminé en el paseo marítimo, pero lo que no sabía es que él también estaba allí – dije agachando la cabeza pero sin apartar la vista de ella.

    -¿Te siguió?- me interrumpió, por un momento me quedé pensando lo que me preguntó, ahora estaba en la duda si lo había hecho o solo era coincidencia.

    -No lo sé - agaché la mirada. –Pero lo que te decía, él estaba allí y lo raro es que no se portó como normalmente lo hacía – dije elevando nuevamente la mirada y con un rubor en las mejillas, ya que me costaba trabajo contarle todo lo sucedido porque al recordarlo me hacía sentir nuevamente un escalofrío por todo mi cuerpo.

    -Kagome - noté como mi amiga posó su mano sobre la mía. –No hace falta que me cuentes, se que lo que te pasó era para bien ya que ahora estas radiante - me dijo riéndose y abrazándome, mi ojos se clavaron en ella, le sonreí con gratitud y correspondiendo al abrazo. -¿Pero tú no quedaste anoche con Naraku?- me preguntó extrañada y ayudándome a salir del país de las maravillas.

    -Sí, pero le llamé posponiendo la cita - me puse de pie y me dirigí a la ventana y mirar hacia el exterior.

    -¿Y no te dijo nada?- ella se levantó para ponerse a mi lado. –Kagome, nunca antes te lo había dicho, pero te pido que tengas sumo cuidado con Naraku - me giré extrañada por lo dicho. –No me mires a sin, yo te digo lo que pienso y creo que puedes llegar a tener serios problemas con él - se sinceró mi amiga.

    -No veo el problema, Naraku es mi amigo y nada más - le dije caminando hacia la puerta.

    -Sí, está bien, eso es lo que tú sientes hacia él, pero él no siente solo amistad y no hace falta que yo te lo diga - noté como se le endurecía la voz.- Kagome ya sabes sobre su sentimientos, tienes que dejarle claro quién es la persona que te gusta - no le respondí, salí rápidamente de su habitación para adentrarme en la mía y tirarme sobre la cama.

    -¿Pero cómo quiere que le diga a Naraku que el chico que me gusta es su peor enemigo, nada más y nada menos que Sesshomaru Taisho?- me cubrí hasta la cabeza con la sabana, creía que hoy era un día perfecto y nada más que me levanto empieza los problemas.

    Escuché como sonaba el timbre de la puerta y Sango salía corriendo para abrir.

    -¡Kagome!- me llamó a gritos. –Te buscan - terminó por decir. Bajé rápidamente, mi cuerpo se quedó paralizado cuando vi enfrente de mí a la persona que hoy precisamente hoy es el que menos se me apetecía de ver.

    -Naraku - llegué hasta él y le besé en la mejilla, esto lo hacíamos desde niños pero ahora estaba en duda si debía o no de seguir haciéndolo. -¿Cómo tu por aquí tan temprano?- le dije por la hora que era, aun no daban las diez de la mañana.

    -Necesitaba hablar contigo, anoche me dejaste muy preocupado y no me quedaría tranquilo hasta que te viera - le sonreí y le ofrecí paso hacia la cocina, ya que estaba a punto de preparar el desayuno.

    -Gracias, pero no hace falta que te preocupes tanto por mí, estoy bien, de verdad, tan solo que tuve un mal día - No sé lo que me hizo mirarlo fijamente, seguro que sería su mirada, es como si no se estuviera creyendo ni una sola palabra, noté como estrechaba su ojos.

    -¿Entonces no habrá problemas que salgas conmigo hoy, verdad?- su tono fue algo duro pero no le di la mayor importancia porque no era la primera vez que me hablaba a sin.

    -Pues claro que no lo hay, que te…-

    -Bien, puesto que tengo que hablar contigo de algo muy importante - no me dejó terminar de hablar.

    -¿Ocurre algo?- le pregunté, no entendía porque estaba hablándome con ese tono, es como si hubiese hecho algo malo. –Me estas preocupando, Naraku dime, ¿qué es lo que pasa?- le exigí. Él se me acercó y se quedó a escasos milímetros de mí y me acaricio la mejilla y luego cogió un mechón de mi cabello e hizo que deslizara por su mano hasta la terminación de este.

    -¿Qué te pasa princesa hay algo que te preocupa?- le miré algo nerviosa, mi corazón empezó a latir aceleradamente, si, estaba muy nerviosa, me estaba dando a entender algo y yo creo a que se estaba refiriendo. -¿Qué pasa, me hechas o no el café?- moví de un lado a otro la cabeza para poder despertar en el mundo que me encontraba, temía que me digiera algo mas y el caso es porque estoy a sin, porque estoy con este temor.

    -Claro - dije algo apagada. –Naraku, si tan importante es ¿Por qué no me lo dices ahora?- le decía mientras le ofrecía la taza de café.

    -Chicos, perdonadme por no acompañaros al desayuno pero es que he quedado en hacerlo con Miroku- nos dijo Sango desde la entrada de la cocina, si antes estaba nerviosa, ahora que escuché decir a Sango que se marchaba estaba temblando como una gelatina cuando la mueves de un sitio a otro. –Pues nada chicos nos vemos, chao.- dijo saliendo de casa. Me quedé pasmada viendo el lugar por donde se fue mi amiga y no me di cuenta de que él me estaba mirándome sin pestañear ni un momento.

    -Ahora no hay nadie en la casa y yo creo que ahora si puedes decirme lo que es tan importante - se levantó y se quedó justo delante de mí, me percate de la dureza de su mirada. – Naraku…-

    -Anulaste nuestra cita para verte con él ¿verdad?- me quedé como si me hubieran tirado una palangana de agua helada por encima dejándome congelada y sin palabras. –No me lo niegues, te vi - no sabía ni que decirle, mi cuerpo empezó a temblar. –Kagome - me cogió por los brazos haciendo algo de presión en ellos. -¿Por qué precisamente con él?- me dijo zarandeándome un poco.

    -Naraku, me haces daño.- le dije para que me soltara.

    -Esto no es nada para lo que yo sentí cuando te vi besándote con ese ser despreciable - apretó mas el agarre. Una mueca de dolor salió de mis labios.

    -Naraku, por favor entiéndeme, es lo que siento y ahí no hay nadie quien te lo impida - le dije con la mirada nublada por el dolor insoportable que estaba sintiendo.

    -Princesa - me estrecho contra su pecho. –Claro que se puede impedir y seré yo quien lo haga - posó su cabeza sobre la mía y empezó a acariciarme la espalda. –Ya sabes el tiempo que llevo esperándote y todo lo que he hecho por ti -

    -Yo no te he pedido nada - le encaré, nuevamente sentí presión en los brazo haciendo distanciarme algo de él, me miró con mucho odio.

    - nunca me has pedido nada, pero tú no sabes la de cosas que hago para que estés bien conmigo – me dijo haciendo algo más de presión y frunciendo el ceño, la verdad que tenía miedo, por un momento creí que sería capaz de cualquier cosa.

    - Naraku, entiéndeme, estoy enamorada de él y… -

    - ¿Y él, lo está de ti? – me preguntó soltándome del agarre y sentándose nuevamente en la silla justo delante de su taza de café. Lo estuve observando, observaba como estaba con la mirada perdida en el interior de la taza que tenía delante, no sabía porque me perturbaba tanto la pregunta que me hizo, es como si yo misma me hiciera esa misma pregunta.

    -Naraku – le dije caminando hacia él. –Esto no es bueno, no puedes estar a sin siempre, no te haces bien, creo que debes de admitir que jamás sentiré por ti algo más que amistad – me pare justo a escasos centímetros de él.

    - está bien, admito tu decisión, pero no creas que me quedare de brazos cruzados – me dijo levantándose quedando totalmente rígido y uniforme. –No dejare que vuelva hacer lo mismo que la otra vez – miré sus manos, la apretaba con fuerza al igual que su mandíbula, ya dudaba si debía o no de preguntarle porque me digo tal cosa.

    - no te pregunto porque sé que no me lo dirás- Le dije cansada ya de estar escuchando cada dos por tres tiritos sobre eso por parte de los dos y siempre sin respuesta alguna.

    -Es él tu pareja y es él el quien te lo tiene que decir – dijo caminando hacia la puerta de la cocina para disponerse a salir dejándome en un mar de preguntas sin respuestas.

    - Naraku – le llamé mientras caminaba en la misma dirección que él lo hizo. – Naraku – volví a llamarle y haciéndolo que detuviera el paso para esperar a escuchar lo que yo le diría. –No me gustaría que cruzaras esa puerta estando en enemistad conmigo – dije mordiéndome los labios después por no saber si había hecho bien en decirle dicho eso.

    - Kagome – dijo mi nombre casi en un susurro y luego se me acercó, elevó un brazo y me acarició la cara dulcemente hasta llegar a mi barbilla y hacerme mirar hacia arriba, hacerme mirar hacia esos ojos tan parecido al color del vino. –Disfruta con él todo lo que pueda, porque para la próxima vez que nos veamos te aseguro que todo, todo el rumbo de tu vida cambiara- dijo pegando su frente junto con la mía y dejándome con un nerviosismo que estaba segura que en sus palabras no había nada bueno. - Tranquila – me dijo como si supiera lo que estaba pensando. – Que el cambio será para bueno – dijo separándose de mí pero sin quitar aun la mano de mí barbilla para que no dejara en ningún momento de mirarlo.

    - Pero…-

    - sshhh – me silenció para que no le dijera nada de lo que él estuviera en contra. Nuevamente volvió a acaricia mi mejilla hasta llevar su mano por detrás de mi cuello, como si me estuviera impidiendo que me moviera del sitio, noté algo raro en su mirada, algo que por momento me hacía sentir más nerviosa, me llevó hacia él quedando mi cuerpo pegado al suyo. –Te juro por mi vida que serás mía – dijo agarrándome de la cintura con una mano y con la otra nuevamente en la barbilla para elevarme hacia arriba la cabeza, y en milésimas de segundo sus labios se posaron en los mío. Montones de sensaciones sentí en ese momento, pero ninguna de ellas era buena, recordaba cuando me vi en la misma situación con Sesshomaru, con él todo fue diferente, diferente sensaciones a las que siento ahora, en ningún momento tuve rabia, ni odio, incluso asco, nada de eso sentí cuando Sesshomaru me robó mi primer beso.

    - ¡Idiota! –grité separándome de él e intentar darle una buena cachetada, cosa que él fue mas rápido a la hora de pararme el brazo. – Vete, por favor lárgate – le dije dándome la vuelta para darle la espalda para que no se entretuviera el salir de mi casa, le dije que no quería enemistarme con él pero ahora después de lo que hizo no quiero no verlo, al menos por ahora.

    - Tú ya sabes que se siente el estar enamorado y por eso te digo que te pongas una sola vez en mi lugar – me dijo con suma tranquilidad en su voz y no solo eso noté, también pude notar el dolor en las palabras que me estuvo diciendo.

    -Se perfectamente a lo que te refieres, pero no es motivo para hacer lo que has hecho – le decía sin tan siquiera molestarme en darme la vuelta para mirarle a la cara.

    - me marcho, ya sabes mi numero, lo que necesites ya sabes lo que tienes que hacer – nada mas, nada más me dijo después, solo se limitó a salir y cerrar la puerta tras de él dejándome en el mismo lugar y de la misma postura.

    - ¿Por qué? – me pregunté a mi misma, no me gustaba de la forma en cómo se fue, esa es la misma forma en la que me sentí cuando tuve la discusión con Inuyasha en su casa, y todo por saber que jamás seria yo la persona que ocuparía su corazón.

    Me odiaba, me odiaba a mi misma por caer tan bajo, ya sabía cómo se las gastaba y tonta de mí en creerme que tenía un lado humano, noble y comprensivo, pero aun a si me dolía en saber que le había hecho daño. Solamente yo tenía la culpa de esto, yo misma he hecho la que le he dado a entender lo que en ningún momento sentía por él y ahora es él es que está pagando todo esto. Naraku siempre ha sentido algo por mí, eso siempre lo he sabido ya que él se encargaba de recordármelo cada dos por tres, ahora entiendo el nerviosismo que sentía cuando lo tuve delante.

    - Dios mío, la que le liado, lo único que me faltaba es tener a Naraku de mi contra y encima celoso – me dije sentándome en el primer escalos de las escaleras que llevaba a las habitaciones.
     
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    chipo

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    Fandeinu: Muchas gracias. La verdad que siempre hay algo para interrumpir y da una rabiaaaaaa. Bueno, Kagura fue la novia de Sesshomaru, pero ya veremos qué lugar ocupa Naraku en ello.
    Idaly: Muchas gracias. Que lo sepa Kagome, yo no sé si será lo mejor jejejejejeje pero claro ella se tiene que enterar y sobre todo que es lo que piensa ella de todo eso.
    Meelissa: gracias, de verdad. La verdad que me ha costado poner algo que estoy segura que le costaría mucho trabajo de decir; Te quiero, pero bueno alguna vez tiene que ser la primera, no??
    Azul: Bueno, Naraku no apareció, pero no sé si te diste cuenta, hubo alguien que lo estuvo observando,
    Pues nada espero que te guste la conti y gracias de corazón.
     
  9.  
    azul

    azul Iniciado

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    sabia k naraku no se portaria bien k miedoo k pasara ahora todo es un misterioo hay amiga aescribes tan genial tienes un gran talento en vrd graciass por escribir tan lindo y espero k pronto actualices el sig cpitulo ya kiero saber k misterio ocultan estos dos.
    te mando un abrazo cuidat mucho
     
  10.  
    chipo

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    Bueno, deciros que aqui esta el siguiente capitulo, no es muy largo pero tampoco corto, es que hoy no es toy bien, la migraña me esta matando.

    Azul; gracias de corazon, eres genial, besos
     
  11.  
    chipo

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    Título:
    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2750
    capitulo: 12

    Naraku.

    Caminaba lentamente, ni siquiera me preocupaba en mirar de un lado a otro cada vez que necesitaba de cruzar alguna que otra calle. En mi cabeza solo resonaba una y otra vez las palabras que me dijo sin ningún miramiento, sin importarle lo mas mínimo mis sentimiento.

    No sé cómo me podía decir tal cosa, como me puede decir que le gusta ese ser sin escrúpulo. La verdad preferí salir de allí sin decir nada más, porque si hablara estoy seguro que no pensaría igual de él.

    Ya se lo dije a ella, esto no se quedará a sin, jamás me he dado por vencido en nada y ahora no va hacer menos. Se positivamente las intenciones que lleva, que solo lo está haciendo para hacerme daño, pero en ningún momento se ha parado a pensar en el daño que le puede causar.

    Sesshomaru es un hombre que no pone sus sentimiento antes que su trabajo, al menos hasta ahora, no sé si siente o no algo por ella, pero lo que si se es que la atrae, lo puede ver en sus ojos el día que le vi como la observaba en el paseo marítimo, mientras que Kagome en su soledad estaba sentada de espalda a él en la arena totalmente ajena a quien le observaba.

    Desde ese momento lo vi como un rival, sabía que no tendría el valor de acercarse a ella, pero sí que sabía que lo haría nada mas viera que yo sí que lo hacía.

    -Ahora no te puedo decir nada, pero juro que aré todo lo posible para que realmente conozca a la persona que ocupa ahora mismo tu corazón – dije parándome y girándome hacia la dirección donde quedaba su casa. Por un rato me quedé en el mismo lugar y en la misma posición, ni siquiera me molestaba las miradas y los comentarios de la gente cuando pasaban por mi lado, lo único que me importaba es tenerla conmigo, el estar siempre a su lado, en que vea en mi al hombre que ella necesita, al hombre que la cuidará y la mimará, en el hombre que estará a su lado tanto para lo bueno como para lo malo.

    Emprendí mi camino, lo hacía sin mirar a ningún punto fijo, solo hacia caminar y pensar en ella, pensar en que tengo que hacer todo lo posible para que el juez dicte sentencia de una vez.

    Kagome.

    Necesitaba hablar, la pena que tenia dentro me estaba quemando y necesitaba que alguien me escuchara para poder apaciguar el dolor causado por el calor.

    No podía contárselo a Sango, no en este momento, se que es lo que me dirá nada más se lo cuente, ella es la que una y otra vez me lo decía y era yo quien la contradecía.

    Me senté en el banco de la parada de autobús, necesitaba cogerlo si quería ir a ver a Inuyasha, no me importaba el frio que estaba haciendo, ya que no lo sentía, al igual si terminara lloviendo porque el cielo amenazaba con ello, en ese momento nada de eso me importaba.

    Sentada y con la cabeza cabizbaja jugaba con los botones del abrigo negro de tres cuartas que llevaba en ese momento, todo por intentar distraerme de la espera del autobús. Tan metida estaba en el juego que en ningún momento me percaté que el coche que había aparcado justo delante de mí era de la persona que no me imagine que me encontraría.

    -¿Kagome? – me preguntó cómo extrañado de verme sentada en la parada de autobús. – Vaya, no sabía que este era uno de tus hobbies – me dijo como siempre lo hace, con el típico tono burlón. Elevé mi mirada para darle encuentro al rostro que ya había empezado mal la conversación. Por un momento me dejó sin habla, la sensación que tuve cuando lo vi dejado caer en la puerta del copilo con las manos dentro del los bolsillos de su abrigo negro, y me miraba con esa mirada que por mucho que lo intentase nunca la terminada de descifrar.

    - Idiota - dije volviendo la cara hacia mi lado derecho para darle a entender mi enojo. – No sabía que fueras tan cortito, cuando una persona se sienta aquí es para coger el bus, ¿no? – le dije con el mismo tono con el que él empezó a hablarme y nuevamente giré la mirada hacia donde se encontraba, aun seguí en la misma posición y lo que más me sorprendió que no movió ni un solo musculo de su cara. No decía nada, tan solo seguía mirándome, se incorporó y caminó hasta llegar a donde yo estaba para sentarse luego a mi lado. Aun sigo notando el cosquilleo en mi estomago por la sensación tan gratificante cuando me beso en la playa, cosa que me hacía pensar el saludo tan frio que tuvo ahora, ya no le di más importancia y mas sabiendo cómo es su carácter.

    - Ya, cortito – dijo mientras se dejaba caer sobre el cristal de la gabina de la parada. – Pues entonces explícame porque no has cogido uno de los dos autobuses que ya han pasado – dijo sintiéndose triunfante por lo dicho, ya que al mirarme me cogió con los ojos abiertos de la sorpresa, la verdad que ahora me gustaría ser una avestruz para poder meter la cabeza bajo tierra.

    - Yo…yo no…lo he… - por mucho que lo intentara las palabras no me salían, el apuro que estaba pasando en ese momento y encima justo delante de él. – ¿Y tú, que es lo que haces aquí? – dije intentando cambiar de tema para que no siguiera burlándose de mí.

    - Pues nada, tan solo se me apetecía de dar una vuelta y te encontré aquí sentada – me dijo agachando la mirada, como si hubiera visto algo interesante en el suelo.

    Me era extraño, estando sentado los dos en la parada de autobús sin apenas conversación, de vez en cuando se veía alguna que otra persona pasando por delante de nosotros, al igual que algunas chicas cuando pasaban por delante se percataba del hombre que estaba a mi mera y se les quedaban mirando sin pudor alguno, cosa que no se si él era consciente de ello o solo es que les eran indiferente, en ningún momento se molestó en mirar a la chicas que hacia todo lo posible para llamar su atención.

    - Bueno – dijo de repente poniéndose de pie quedando de espalda hacia mí. – Pues voy a continuar mi paseo – decía mientras caminaba hasta el coche. Yo le estuve siguiendo con la mirada, observaba como bailaba su larga cabellera plateada al son del viento, un baile agradable de ver por la maravilla de ver brillar esos hilos de plata cuando era deslumbrado por el poco sol que hacia ese día. No sé el tiempo que estuve a sin ya que cuando me di cuenta Sesshomaru estaba justo enfrente de mi ofreciéndome su mano, en el momento mi corazón a latir con más fuerza, estaba nerviosa, estaba que no terminada de creerme que me estuviera pidiendo lo que yo creo que me pedía.

    - Sesshomaru – le nombré con los ojos iluminados por la emoción del momento. –Gracias, por…-

    - Si no te saco del transe que has tenido seguramente hubieras perdido el bus nuevamente – dijo señalando con la mirada hacia el autobús que estaba justamente delante de la parada, miré el bus y luego le miré a él, estaba atónita, no podía creerme que tan solo me ofreció su mano para que me levantase, que solo quería avisarme que el autobús que esperaba ya había llegado. Tonta, sí, eso es lo que soy, soy una tonta por creer que me ofrecía que le acompañase.

    - Gracias – dije con apenas voz por la desilusión. – Bueno, pues nada, hasta luego – le dije mirándolo y fingiendo una sonrisa y caminado hasta llegar al autobús para disponerme a subir en él.

    - Kagome – me llamó firmemente, haciendo que girase la mirada hacia él en el momento – Si quieres, puedes venir conmigo – me dijo mirándome directamente a los ojos, eso es lo que me gustaba, aunque hay veces que me intimida.

    - ¿Tu quieres?- le pregunté con un pié puesto ya en el primer escalón del bus, no me gustaba que me dijera si yo quiero, me gustaría escuchar si él lo quiere. No obtuve respuesta, solo se dio la vuelta para llegar hasta su coche, abrió la puerta del piloto y se adentró en el sin tan siquiera decirme un sí o un no. El claxon del autobús hizo que volviera a la tierra dejando de vagar en mis pensamientos, eché una última mirada hacia el coche de Sesshomaru, y sin más elevé mi pierna para poder subir el último escalón del autobús para poder entrar por completo.

    Me senté en el primer asiento que había nada más entrar, estaba pegado a la puerta de entrada, tenía la cabeza gacha, hacia tripa y corazón en no volverme para verlo, me dolía demasiado hacer lo que hice, pero yo al igual que él también tengo algo de orgullo y me hubiera gustado escuchar cómo me pedía que me acompañase y no un tan solo; “si quieres”.

    Sesshomaru.

    Me quedé de piedra, se había subido en el autobús dejándome plantado, sabía que esta chica era cabezona pero no tanto.

    Vi como poco a poco se iba cerrando la puerta del bus con ella adentro, no podía dejar que se fuera sin más, como le puedo dejar pasar el replante que me hizo.

    Puse el coche en marcha cuando noté que el autobús se puso de camino hacia la siguiente parada, a sin que ni me lo pensé, pisé el acelerador para poder llegar antes que el gigantón.

    - Kagome, me lo estas poniendo bien difícil – dije mirando por el espejo retrovisor, miraba el autobús que le adelanté para llegar a la siguiente parada primero.

    Yo mismo me decía una y otra vez que porqué hacia todo esto, que porqué me gustaba tanto buscar y picar a esa chica, tengo que reconocer que cuando está enfadada se le ve muy graciosa y cuando se ponía a chillar me recuerda a una niña pequeña cuando le entra una de esas rabietas por no conseguir lo que quiere.

    La verdad que no he visto chica tan inocente como ella, cualquiera le puede estafar sin ningún problema, se cree todo lo que se le dice y es eso tal como está la vida hoy en día no es bueno, no te puedes fiar ni de tu sombra.

    - Como una niña pequeña, igual – dije estirando mis labios para formar una pequeña sonrisa. Luego me percaté de todo lo que había pensado, estaba describiendo su carácter y diciendo que tenía que tener cuidado, como podía decir yo eso, yo precisamente. Aparqué el coche justo en la parada y me quedé sentado con las manos aun en el volante, intentaba buscar toda la lógica de todo lo que me estaba pasando, una parte de mi me decía una cosa, pero la otra me decía todo lo contrario.

    Dejé mi cabeza caer en el volante, pensaba que eso me ayudaría a no darle más vuelta a la cabeza, pero claro está, eso sería imposible, porque si a si fuera, a más de uno veríamos en esa posición.

    Me puse derecho cuando vi que ya había llegado el autobús a su destino, me bajé acelerado del coche, no quería tener que estar corriendo con el coche en cada parada, a sin que corrí hasta la puerta del autobús, subí los escalones que me separaba del chofer y empecé a buscar esos ojos chocolate que en la parada anterior se me escapo en el momento de entrar en este autobús.

    -¡Sesshomaru! – la escuché como me llamaba, con mi mirada dio encuentro a la suya, mi respiración estaba algo acelerada por la carrera que anteriormente hice, pero no me impidió ver la cara de asombro que se le puso cuando me vio. - ¿Qué haces aquí? – me preguntó poniéndose de pie y caminado hasta donde yo estaba.

    - Te dije que si querías podías venir conmigo – le dije con la respiración más calmada, ella solo agachó la mirada sin decir ni una sola palabra. –Kagome – le dije llevando mi mano a su barbilla para ayudarla a levantar la mirada, y cuando lo hice algo en mi interior dio un vuelco, no me gustó lo que vi, tristeza, tristeza era lo que sus ojos me decía, como si no era eso lo que esperaba escuchar por mi parte.

    -¡Vamos chica, no puedes desperdiciar esta oportunidad con ese pedazo de bombón!- se escuchó decir a una chica desde el fondo del autobús. Parece ser que a ella no le llamó la atención al comentario al igual que a mí.

    -Te pedí que si tú querías que fuera contigo- escuché al fin. Sabía perfectamente a lo que se refería, yo la escuché como en ese momento me lo pidió pero no sé porque hice caso alguno, al menos es como lo sentía en ese momento, al igual que no entiendo porque estoy haciendo esto ahora.

    -¡Venga hombre, no es tan difícil decirlo!- miré hacia la dirección de quien había dicho eso pero antes de darle encuentro me doy cuenta de la cantidad de gente que había aquí dentro.

    -¡Muchas veces es bueno tragarse el orgullo!- dijo un joven si pudor alguno plantándome cara.

    -¡Escucha a tu corazón y él es el que te dirá lo que tienes que hacer o decir, es él quien manda sobre los sentimiento y es una tontería llevarle la contraria, después te puede pasar factura!- me dijo un hombre de avanzada edad que estaba sentado en la primera fila, me quedé mirándolo como si no estuviera de acuerdo con lo que dijo, al igual que todos los que había comentado sobre mí.

    Ya no dije nada mas, lo único que hice fue extender mi mano para que ella la aceptara, se me quedó mirando dudando si debía o no de hacerlo. No tuve que esperar mucho, al instante pude notar el calor tan cálido de su mano sobre la mía, hubo algo en mí que me llenó que aceptara mi petición.

    Bajamos juntos los escalones bajo la mirada de todos los que se encontraban dentro, estuvimos por un rato mirándonos como si mutuamente estuviéramos esperando respuesta alguna.

    -Me encantaría que me acompañases- dije rompiendo el hilo que había entre ambos, ella me miraba asombrada como si no se esperara que yo fuera capaz de decir lo que dije. Sus ojos empezaron brillarle, aun no entendía como un conjunto de palabras le podía llegar hacer la mujer más feliz, y solo bastó una sonrisa de mi parte para se pegara a mí en un abrazo.

    - Gracias – la escuché decir con algo de dificultad ya que tenía su cara hundida en mi pecho. Tengo que reconocer que me sentía bien conmigo mismo y aun no entendía el porqué, pero sin pensármelo más, la rodeé con mis brazos, gesto que por lo visto no pasó desapercibido por todos los aplausos de todos los que se encontraban dentro del autobús que aun permanecían en la parada, los miramos y luego nos miramos mutuamente terminado riendo por el numerito que formamos en tan solo un momento.

    La cogí de la mano y nos dirigimos hacia el coche, le abrí la puerta del copiloto y luego me dirigí hacia la mía para poder emprender el camino hacia ese lugar que estaba seguro que le encantaría.
     
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    Sesshyka

    Sesshyka Iniciado

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    hola!!! soy nueva en este foro y dejame decirte que me encanta este fanfic!!! ademas la pareja de sesshomaru y kagome es mi favorita!! :D
     
  13.  
    Idaly

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    Esta mañana leí el capitulo pero no tuve tiempo de comentar pero dejame decirte que ahora estoy más que confundida hee, esta vez Naraku es bueno? porque es lo que me pareció al leer lo que pensaba, que clase de persona es Sesshoumaru entonces? porque Naraku quiere proteger a Kagome de él? y porque un juez tiene que dictar sentencia? y a quien y porque le van a dictar sentencia?........ aaaah!!! cada vez me dejas con más dudas!!! espero se me resuelvan rápido con una continuación jeje
     
  14.  
    azul

    azul Iniciado

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    jajaja k buen capitulo la vrd jaja estoy imaginando todo eso y me parece romantiko y komiko al mismo tiempo aaa como se hacen bola los dos jaja no kienen demostrar nada y al final uno termina cediendo k bienn amoo la historiaaa espero kon ansia el siguiente capitulo felicidadesss
     
  15.  
    chipo

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    Sesshika; muchísimas gracias de verdad, la verdad que a mí también me gusta esta pareja. Espero verte en el próximo capítulo.

    Besos.

    Idaly; Si hay muchas duda, pero esas no serán todas, ahora tal como está la cosa se podría desconfiar de los dos o bien a la inversa, solo hay que estar atento y quedarnos con lo que dice cada uno y veremos quien dice la verdad y quién miente, ¿O los dos dicen la verdad?

    Besos.

    Azul; ¿Te imaginas en un momento como ese? Una sentada en el autobús y de repente entra en tu busca el chico que te trae de cabeza, que maravilla. La verdad que alguno de los dos tenía que ceder, me ha costado decidir quién, ya que los dos son un poquito duro de coco.

    Besos.

    Espero que os guste la continuación.
     
  16.  
    chipo

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    capitulo: 13

    Kagome.

    Aun no me lo creía, me costaba trabajo asimilar todo lo que había pasado en unos momentos, no sé si lo hico porque lo sintió o porque se vio presionado por a sin decirlo por toda la gente que había a nuestro alrededor.

    Ahora me encontraba como en un cuento de princesas en el cual por ahora no quería despertar.

    La verdad que en el día de hoy no he hecho nada de lo que tenía planeado, en primera tenía pensado en visitar a Inuyasha para poder hablar con él y la vida me sorprende con que me tope con Sesshomaru y me invite al lugar que ya hace bastante tiempo no entraba.

    - Me lo he pasado muy bien – le dije mientras cogía el vaso de refresco. –Ya ni si quiera me acuerdo de la última vez que vine al parque de atracciones – terminé por decir y después beber algo de refresco.

    Estuvimos casi todo el día en el parque de atracciones, allí comimos, reímos y hablamos, bueno reí y hable, ya que eso lo hice yo solita. Ya no me quedaban mas atracciones en el cual montar y ese fue uno de los motivos por el cual decidimos de salir de allí, luego me llevó a una cafetería que es donde estuvimos por largo rato charlando tranquilamente.

    - La verdad, yo nunca he venido – dijo moviendo el vaso para que los cubitos de hielo de su interior hicieran un baile entre ellos.

    -¿Cómo que no has venido? – le pregunté extrañada, me resultaba raro de que hubiera alguien que no hubiera puesto un pie en el país de la diversión.

    - A mi no me hace falta montarme en uno de esos cacharro para divertirme – dijo muy arrogante mientras soltaba el vaso y dejaba caer su espalda en el espaldero de la silla.

    -Menos mal que el parque no vive de gente como tú, porque si no iban a pasar más hambre – le dije sonriendo a la vez que ponía los codos encima de la mesa y dejaba caer mis mejillas en las palmas de las manos y me quedaba mirándolo.

    -Ya, pues menos mal que…-

    -sshhh- dije levantándome de momento para ir hasta él y taparle sus finos labios con mi mano. – Por favor, no estropees este momento – le dije con dulzura, seguidamente me senté, pero esta vez lo hice en el asiento que tenía a su lado en vez de enfrente que es donde estuve en un principio.

    -¿Dónde tenias pensado de ir para coger el autobús? – me preguntó de repente sin hacer ningún tipo de gesto.

    -Bueno, tenía pensado de ir a ver a tu hermano – dije agachando la cabeza, nuevamente empecé a recordar el desayuno tan amargo que tuve en el día de hoy. –Necesitaba hablar con él- termine por decir.

    -Esta mañana estaba Naraku en tu casa, ¿verdad?- volvió a preguntar, pero esta vez me dejó totalmente fuera de juego, ¿cómo sabia él lo de Naraku? – Como ya te dije, estaba paseando y me lo encontré a escasos metros de tu casa, la verdad es que no llevaba muy buena cara – me dijo respondiendo a mi pregunta cual me hice yo misma, pero había algo en su mirada que me hacía ver que parecía que hubiera disfrutado viendo a Naraku mal.

    - Si, estuvo en mi casa, anoche yo había quedado con él y como luego le llamé para cancelarlo pues…-

    -Fue a tu casa para preguntarte el porqué lo cancelaste – dijo con tono triunfador, como si hubiera dado en el clavo, bueno en verdad a sin fue, pero no quería decirle nada, es como si algo dentro de mi me dijera que no lo hiciera, aunque me duela pensarlo y decirlo, aun no me fio y más después de lo que me dijo Naraku.

    -¡No!- dije tajantemente. –Él solo vino a ver cómo me encontraba- le dije saliendo en cierto modo un poco en defensa de Naraku, aunque sabía que no se lo merecía, pero tampoco le regalaría los oídos con algo que creo que le gustaría escuchar.

    -Y, ten encontró bien acompañada- volvió a insinuarme.

    -Sesshomaru, quiero que me escuches muy bien – empecé a decirle acercándome más a él. –Naraku es mi amigo, siempre lo ha hecho y ahora que os conozco a los dos y no sé qué es lo que tenéis entre vosotros no voy a dejar de hablar con ninguno porque uno me lo pida- le dije muy seria, no me dejaría influenciar por nadie, si me equivoco, que sea porque por mi misma no porque alguien me lo haya dicho.

    -Ya entiendo- dijo poniéndose de pie y sacando la cartera para pagar los refresco. – A sin, que ya te ha hablado de mi- me dijo dejándome con los ojos abiertos de par en par, la verdad que a este chico no se le escapa absolutamente nada.

    -¿Qué pasó entre vosotros para que os tengáis tanto odio?- le pregunté mientras caminaba detrás de él para salir afuera de la cafetería. No dijo nada, solo había silencio absoluto, no sabía si debía de hacerle nuevamente la pregunta.

    -Si no nos damos prisa nos lloverá encima- fue lo único que me dijo mientras miraba el cielo atardecido y encapotado por los nubarrones que amenazaba con descargar en breve. Ya me estaba dando a entender que no me respondería a ello, pero lo lleva claro si se cree que me voy a dar por vencida.

    Estuvimos caminando lentamente sin importarnos el frio, íbamos camino del coche que la verdad estaba un poco lejos, pero como me hubiera gustado que no estuviera tan lejos, ya que estaba algo incomoda por el momento de tención en la cafetería.

    -¿Vamos a estar todo el camino a sin? – dijo parándome para que dejara de caminar. – Kagome, no dejes que esto te afecte, si quieres hablar de ello pues hablemos, por mi…-

    -¡Corre!- le interrumpí porque empezó a llover de momento sin dejarnos de tregua hasta llegar al coche. Empezamos a correr para llegar antes de terminar calados hasta los huesos, ya no podía más, la risa me impedía correr lo más rápido posible, me tuve que parar en seco para poder coger aire, ya no me importaba mojarme porque ya lo estaba y bastante, en ese momento noté como una tela negra cubría mis hombros, se trataba de su chaqueta que se había desprendido de ella para poder impedir que me siguiera mojando.

    Sesshomaru.

    Abrí la puerta de mi apartamento, me dirigí corriendo hasta el baño para coger una toalla, salí con ella hasta el salón.

    -Toma, sécate mientras preparo el baño para que te puedas duchar y quitarte esa ropa mojada- ella cogió la toalla, se podía ver perfectamente el rubor en sus mejillas.

    -No hacía falta que me trajeras a tu casa- me dijo muy avergonzada, la verdad que me hacía ver que era la primera vez que se encontraba sola en esta situación con un chico.

    -El trayecto es más largo- dije cogiendo el pico de la toalla que ella tenía la mano para poder cércame alguna gotas que escurrían de mi flequillo. –Y contra más tiempo estés en el coche, mas mojado estará el asiento del coche – le dije volviéndome para dirigirme hacia la cocina.

    -Vaya, muchísimas gracias por mirar por mí como has mirado – me dijo enfadada por mi comentario mientras camina en mi misma dirección.

    Me era extraño, es la primera vez que una chica se ducha en mi baño, es la primera vez que una chica cenada conmigo en mi misma mesa y la primera vez que se ponía la camisa de mi pijama. Lo que más me extraño era la reacción de King, en ningún momento se mostró agresivo con ella, para mi parecer todo lo contrario.

    La estuve observando mientras hablaba con su amiga por el móvil, estaba seguro que se trataría de su compañera de piso, a lo mejor le estará comentando que no le espere levantada.

    -Gracias – dijo nada mas terminó de hablar y sentarse en el sofá a mi lado. –Sesshomaru, yo…-

    -Kagura – dije interrumpiéndola, ella se me quedó mirando como si supiera lo que me iba a decir. –Ese es el nombre de la chica con la que estuve saliendo mucho tiempo – le dije echando mi cabeza hacia detrás para dejarla caer sobre el espaldero del sofá.

    - Vaya, al final era eso – la escuché decir, giré mi cabeza hacia la derecha que es donde ella se encontraba sentada. – Suponía que se trataba de algún que otro lio de falda – me dijo mirándome a los ojos y con una leve sonrisa.

    - A sin que Naraku tampoco te ha contado nada, ¿me equivoco? – le pregunté inclinando mi cuerpo hacia delante para poder poner mis codos en mis rodillas y uniendo mis manos entre sí. Ella movió la cabeza en señal de negación, pero tal como me miraba me hacia dar entender que ya quería saber algo más.

    - Entonces, es por ella, ¿es por Kagura el enfrentamiento que tenéis? – me preguntó inclinándose también hacia delante, pero la diferencia es que ella posó sus manos sobre las mía y mirándome a los ojos. - ¿Te dejó por él? – la verdad que no me gustó nada lo que me dijo, pero aun ni yo mismo sabía bien si fue o no a sin.

    - La verdad, preferiría que hubiera hecho a sin – le dije hundiéndome en su mirada, me miraba como si no me estuviera entendiendo, me puse por un momento en su lugar y la verdad que la entendía.

    - Sesshomaru, ¿Qué es lo que pasó? – me preguntó valientemente sin importarle que le volviera hacer algún que otro replante.

    - Estuvimos casi dos años juntos, fue conocer a Naraku y venir todos los problemas – seguidamente me puse de pie y camine hasta la mitad del salón.

    - La verdad, es que no estoy entendiendo nada – me dijo siguiéndome con la mirada.

    -Kagome- le dije agachándome para estar a su altura. – Ella ya no está, ella…-

    -¿Se murió? – me interrumpió abriendo los ojos de par en par, claro está que ella solo no los abrió, a mí también me sorprendió la pregunta que me hizo.

    - No lo sé – le dije agachando la cabeza, en ese momento note una calidez sobre mi cabeza, elevé la mirada y vi que era ella la dueña del calor que me estuvo dando sus manos cuando las posó en mi. – Si ese fuera el cazo mi corazón descansaría al saberlo, Kagome, ella desapareció sin dejar ningún tipo de pista en donde podría estar – le dije sin entrar aun en todos los detalles.

    -Pero, ¿Qué tiene que ver Naraku en todo esto? – dijo frunciendo el ceño, la verdad no entendía porque me molestaba en decirle todo esto, es como si una parte de mi, esa misma parte que hace que haga todo lo contrario de lo que tengo pensado. –No me digas que se lo pregunté a él porque no lo aré – dijo poniéndose de pies y cruzando los brazos. La verdad que por un momento me quede pasmado, me quedé mirándola, claro está después de cómo estaba como para no hacerlo, estando de pie con una de mis camisas que tapaba lo justo, justo a la terminación de sus glúteos, pude ver la perfección de sus piernas, haciendo que poco a poco fuera elevando la mirada hacia arriba, como si estuviera esperando ver algo más que la camisa.

    - ¡Sesshomaru! – me gritó porque se percató de mi descuido en mirarla sin ningún tipo de pudor, se agachó, seguramente seria para darme una torta, no lo supe porque en ese momento volví a caer en lo mismo, mis ojos se fueron a la abertura delantera del escote, mostrándome a sin parte de su busto. -¡Sesshomaru! – volví a escuchar, pero esta vez vino acompañado de un golpe en el hombro, cosa que hizo que perdiera el equilibrio y callera hacia detrás dándome un buen golpe en el trasero.

    -Te has pasado – dije elevando la mirada hacia ella y poder mostrarle mi desagrado por tal acción. Yo no sé, como puedo permitirle tanta confianza, si no paro esto seguro que me veré en un problema.

    - Hay, perdona, no era mi intención de…- no la pude dejar terminar de hablar, estaba inclinada hacia mí con el brazo estirado para ayudarme a incorporarme y no sé lo que me pasó por la cabeza cuando le cogí de la mano y la jalé hacia mi tirándola al suelo justo encima de mí.

    La tenia atrapada entre mis brazos, ella en ningún momento ponía resistencia más bien todo lo contrario, me gustaba estar a sin, me gustaba como estábamos los dos sentados en el suelo o mejor encima de la alfombra blanca que tenia justo delante del sofá.

    La verdad que me encontraba como si me estuviera traicionando a mí mismo, como estaba luchando conmigo mismo para impedirme todo lo que ahora estoy haciendo, pero es que son muchas las sensaciones las que siento cuando estoy con ella, son muchas las cosas buena las que me hacen revivir todo aquellos sentimiento que en un día enterré en los más profundo de mi corazón, pero lo que más me duele es que sea precisamente ella la persona quien hace todo eso, la misma persona la que por mi culpa a lo mejor puede que…

    - Sesshomaru – la escuché decir sacándome de mis pensamiento, tan metido estaba en mis pensamiento que no me di cuenta que se había sentado justo delante de mi mirándome profundamente a los ojos. -¿Me perdonas? – me pregunto, poniendo morritos como si de una niña pequeña se tratara.

    - no – le dije tajantemente, aunque ella creía que era por esto, el no que dije no era por ello, mas bien no le perdono que hubiera entrado en mi vida como lo ha hecho.

    - ¿Y ahora? – me volvió a decir, pero no me dio tiempo a responderle cuando noto como se inclina hacia mí y suavemente posa sus carnosos labios sobre los mío y nuevamente me volví a contradecir, mis manos la abrazó y la trajo hacia mí, pegando su cuerpo contra el mío y así poder estar los dos disfrutando de la compañía del uno con el otro, todo ello sin llegar a nada más que al beso, al menos por ahora.

    Imagen1.jpg
     
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    Idaly

    Idaly Usuario común

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    Orale!! jaja Kagome tomó la iniciativa, ¡así se hace! si el hombre no se mueve la mujer necesita tomar cartas en el asunto, y tu de verdad que eres mala, estas viendo que cada vez tengo mas preguntas y tú colaboras aumentandolas cada vez más... ahora me sales con que ninguno de los dos es bueno y ninguno es malo!!!! y que ambos tienen la razón!!! de veraz que a ti te encanta meterme dudas, espero que pronto pongas continuación, adios.
     
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    azul

    azul Iniciado

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    wowwwwww genial kagome k buena decicion jeje oo por dios etsa genial aun sigo pensando en lo k paso entrenaraku y mi sessho ese misterio me tiene a la expectativa k fue lo k sucedio .
    y no konforme con eso sessho ya etsa pensando mas en kag y k buena oda se la estan pasando super jaja aunk el se resista kreo k no sera por mucho tiempo siii k sucederaaa ahoraa bueno te felicito nuevamente este kapitulo etsa genial y esperarae kon muchas ganas el siguiente
     
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    chipo

    chipo Entusiasta

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    Hola a todos, antes de nada; feliz día de san Valentín.

    Idaly; [​IMG]como me puedes decir mala jejejeje. Solo te digo que poco a poco veras a lo que me refiero.

    Pues sí, Kagome ha tenido que dar el paso, como se suele decir; Si la montaña no va a Mahoma, que vaya Mahoma a la montaña.

    Azul; muchísimas gracias. Te digo que poco a poco se sabrá lo que paso y veremos la reacción de Kagome. Muchas veces aunque te resista, el amor te hace hacer cosas que si lo piensas bien seguro que antes no lo harías. El quiere hace algo que por lo visto se puede decir el amor se lo impide.

    Pues nada aquí os dejo la continuación, espero que os guste.
     
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    chipo

    chipo Entusiasta

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    Título:
    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2474
    capitulo; 14

    Kagome.

    Ya no era la misma… todos me decían que tenía algo en la cara que me hacia distinta, yo misma sé que he cambiado, que he cambiado pero para bien, ahora todo lo veo de distinta forma, ahora le encuentro más sentido a las cosas que me rodean, ahora y solo gracias a él soy la mujer más feliz de la tierra.

    Todo referente a Sesshomaru y yo iba todo bien, aunque de vez en cuando alguna que otra bronca por sus típicas formas de decir las cosas, ya que lo conozco sé que no es lo que siente realmente… al menos eso creo.

    Lo que más me hace pensar y disgustaba es la insistencia en saber si Naraku me llamaba o se pasaba por mi casa para verme, aun sigo pensando si es por un motivo en concreto que estaba segura que no me lo diría o porque realmente le molesta que se vea conmigo.

    Ya han pasado más de dos meses y no sé nada, nada en absoluto de Naraku, ni un llamada, ni un tan siquiera mensaje, muchas veces fueron las llamadas sin contestar las que le hice. Sabía que estaba realmente enfadado conmigo, pero había algo en mí que me hacía en llamar para no terminar de perder el contacto con él, como si con ellos esperara enterarme de algo que ya hace tiempo que me perturba.

    - Vaya – escuché que alguien hablaba detrás de mí, me encontraba en clase, era el descanso de la segunda hora, el día no estaba para estar afuera, el frio y la lluvia lo impedían. – No sé si me molesta más… que salga con mi hermano o que te lleves todo el día con el móvil – me dijo Inuyasha caminando hasta llegar a ponerse a mi lado y ocupar el asiento de mi derecha.

    - Hola Inuyasha – dije guardando el móvil, ya que intentaba una y otra vez de que me cogiera la llamada. –Pues no debe de molestarte ni una cosa ni la otra – le dije guiñándole un ojo y sacándole la lengua.

    - Ahora eres tú la que no tienes tiempo para mí – me dijo con una seriedad reflejada en su rostro que por un momento me hizo que pensar. –Ahora eres tú de la que nada mas te acuerda de…-

    -¿Celoso? – dije riéndome para intentar quitarle importancia a lo que me decía.

    -¿Celoso? – dijo casi en un susurro. – Ahora entiendo lo que sentiste – dijo mas bajo aun, tuve que acercarme a él para entenderlo ya que no conseguía enterarme de lo que dijo.

    -¿Te ocurre algo? – le pregunté preocupada, era raro verlo tan serio.

    - No, no me pasa nada, tan solo que se me hace raro pensar que estas saliendo con mi hermano y…-

    - ¡Hay Inuyasha! Siempre que me ves dices lo mismo – dije cansada de estar escuchando cada dos por tres la misma cantina, no sabía exactamente lo que le pasaba, pero parecer ser que el simple hecho de salir con su hermano le molestaba.

    -¡Ves, hasta de su carácter te estás volviendo! – me gritó señalándome con el dedo índice.

    -¡Tu, tú no estás bien de la cabeza!- le grité dándole una palmada en la mano para que dejara de señalarme.

    - Chicos, ya está bien – dijo Sango entrando en el aula y llegando hasta nosotros. –Desde afuera se escucha vuestros gritos – dijo poniendo las manos en la cintura en forma de jarra y riéndose por las cara que teníamos.

    - Kagome – me nombró Sango. – Afuera tienes a alguien que te está esperando – me dijo sentándose en el mismo asiento que yo acabada de dejar para salir a ver quién era la persona que me esperaba.

    Caminé todo el largo pasillo que había desde la clase en donde me encontraba hasta la puerta del jardín de la facultad, miré de un lado a otro y no encontraba a nadie que me estuviera esperando, ya pensaba que sería una de las bromas de ese par de descontrolado.

    Me giré para caminar nuevamente por el mismo sitio que anteriormente había cogido, pero hubo algo o mejor dicho alguien que me lo impidió al nombrar mi nombre.

    Sango.

    -No sé como tuvo la cara de plantarse aquí – dije dejándome caer sobre la mesa y mirando a Inuyasha. Me estaba mirando, pero seguro que no se había enterado de nada de lo que le dije. Ya hacía tiempo que lo venia notando algo raro, es como si realmente se hubiera dado cuenta de lo que ha perdido.

    -Sango, ¿Quién es la persona que la está esperando? – me preguntó con un tono que no sabría como calificarlo, si de rabia, de pena o preocupación.

    -¡Esa es la atención que me presta!, ¿verdad? – le dije enojada, porque efectivamente estaba pasando de mi tres kilos.

    -¿Cómo? – Dijo sorprendido - ¿Qué tú me estabas hablando?- volvió a preguntar llevándose una mano a la cabeza para intentar recordar algo de lo que le dije. –No sería muy importante cuando no te prestaría atención- me soltó todo ese conjuntos de palabras sin saber que con ello podría tener una grave consecuencia.

    - ¡Idiota! – le grité mientras le dejaba dibujada mi mano en la cara. – Te estaba diciendo que como Naraku pudo presentarse aquí – le dije volviendo mi cara con los ojos cerrados.

    No sabía porque motivo se levantó de inmediato de la silla y cruzó corriendo el poco pasillo que había hasta la puerta. Me puse de pie y corrí para alcanzarlo, no entendía la actitud que estaba tomando, es como si algo le estuviera preocupando y Naraku fuera el motivo de ello. No me lo pensé y seguí por detrás de él a la misma velocidad que él lo hacía. No me fiaba de él, es un chico muy impulsivo y muchas veces hace y dice las cosas sin pensarlas antes, es por eso por el cual muchas veces lo veíamos metido en algún que otra pelea.

    Kagome.

    No tuve reacción cuando lo vi, ya no sabía si abrazarlo o simplemente saludarlo como si de un extraño se tratara. Tenía dos sentimiento hacia él totalmente diferente de una a la otra, por una parte me gustaría estar bien con él por todos los bueno momento que hemos pasado junto, pero por la otra parte y la que me hace que actúe más fría con él, es el sentimiento de odio, odio por todo lo que me dijo ese día en mi casa, en cómo me habló, en cómo me trató, en cómo me decía todo lo que había hecho por mí, y lo que me dijo, eso es lo que más me preocupó, que cuidaría de mi, que no quería pasar por lo mismo nuevamente.

    - No me esperaba que fueras tú la persona que me buscaba – dije sin tan siquiera mirarlo a la cara, nos encontrábamos sentado en un banco de piedra que había en el patio trasero de la facultad que estaba cubierto con un techo de cristal, en el jardín podía estar por motivo de la lluvia y en los pasillo había mucha gente, gente que por una tontería podrían sacar las cosas de contexto.

    - Tu ere la que me ha hecho venir – me dijo con una voz totalmente fría, al igual que su mirada y sus facciones, ahora todo era inexpresivo, ahora era como hablar con una piedra al cual no te demuestra ningún tipo de sentimiento.

    - ¿Yo? – dije girando mi cuerpo para quedar de lado sentada para poder mirarlo. - Pero si ni siquiera as cogido mis…-

    -Pues por eso estoy aquí – dijo mirándome, sus ojos ya no eran los mismos, ni me miraban como lo hacía antes, ahora los veía vacio, sin vida, ahora solo con mirarme hacia que me congelara de la frialdad que emanaban de ellos. – Pensé que me necesitabas – dijo mirando hacia el frente, hacia la fuente que había en la mitad del patio, una enorme fuente redonda, toda entera de piedra, acompañada de unas figuras que representaban la amistad, había como una media docenas de manos entrelazada entre ella, como dando a entender que la amistad y la unión hace que nunca estés solo. – Al menos eso creía cuando vi la insistencia de tus llamadas – terminó por decir poniéndose de pie y caminando hasta la maravillosa fuente. Por un momento me sentí culpable de ello, sabía que el venir hasta aquí le habría costado un día de su trabajo, lo decía por cómo iba vestido, llevaba un traje de chaqueta azul oscuro, con la camisa en color blanco y la corbata a juego con el traje.

    -¿Por qué tanto miedo? – le pregunté poniéndome de pie y caminando hasta llegar a ponerme a su lado, él solo me miró de reojo. – Sesshomaru me ha contado lo de Kagura – dije agachando la mirada, haciendo con ello que mi flequillo cubrieran mis ojos sin llegar a ver la reacción que tuvo Naraku cuando le dije eso.

    - ¿eres feliz? – me preguntó con mucho pesar, como si realmente le costara trabajo decirlo.

    -Sí, hoy por hoy, soy feliz – dije girándome hacia él y encontrarme con su mirada, él no decía nada, solo se mantuvo en silencio, me sorprendió mucho su pregunta, creía que me sonsacaría que es lo que exactamente me dijo, y en vez de eso, me pregunta si soy feliz.

    - Espero que te dure la felicidad – me dijo inclinándose hacia delante para darme un leve beso en mi cabeza para después darse la vuelta y caminar hasta salir del patio dejándome plantada en el suelo como si de una maceta se tratara.

    No sé que me pasaba por la cabeza, me molestaba verlo tan hundido, sé que no se merece tal compasión, pero es que en verdad yo he vivido en mis carne el rechazo de la persona que me gustaba en ese momento.

    Una de las cosas que he aprendido de esto es que jamás puedes tratar a las personas con muchas confianza de abrazos y besos, y más si se trata del sexo opuesto al tuyo, al menos sin saber si esa persona siente algo por ti, porque con ese comportamiento lo que haces es confundirlo, darle a entender algo que no es tu intención.

    - ¡Kagome! – escuché los grito de Inuyasha acercándose corriendo hacia mí. -¿Qué te ha hecho, que te ha dicho?- me preguntaba preocupado una y otra vez, lo miré, miré esos ojos dorado que hace un tiempo me volvían loca, los mismo ojos que un día dijo el nombre de la persona que ocupaba su corazón.

    Mi mirada estaba perdida en ese mar dorado, comparándome con todo lo que estaba pasando ahora Naraku, yo ahora sigo con la amistad del dueño de este lago y no entendía porque para Naraku eso le era imposible. Para mí también me era imposible, quisiera olvidar todo y seguir con mi vida, pero había algo que me decía que no me alejara mucho de él, algo que me decía que Naraku callaba más de la cuenta.

    - ¡Kagome, amiga! – dijo esta vez sango ayudándome a salir de mis teóricos pensamiento.

    - ¿Qué es lo que te ha dicho? – me preguntó exigentemente Inuyasha.

    - Nada, no me ha dicho nada, solo quería saber si estaba bien – dije mirándolo sin expresión alguna.

    - Ahora que estas con el imbécil de mi hermano, no deberías de verte a solas con Naraku, aunque solo sea para lo que te ha dicho – me dijo enojado y frunciendo el ceño.

    - Vamos Inuyasha, eso es muy antiguo, ahora las chicas también tienen amigos – dijo sango replicando por lo que había dicho Inuyasha. Yo creo que sabia a la perfección a lo que se estaba refiriendo, pero eso al día de hoy tengo mis dudas.

    -No creo que Naraku tenga nada de culpa en la desaparición de Kagura – dije buscando la mirada de Inuyasha, ya que es él que incitó a que lo hiciera. Sango se había quedado con la boca abierta cuando me escuchó decir tal cosa.

    -¿Kagura? – dijo sango algo sorprendida y enojada, no le gustaba ser la última en enterarse de las cosas.

    - Kagome, yo no sé qué es lo que sabe y lo que no, pero solo te digo que no deberías de fiarte al cien por cien de él.

    - Para poder juzgar a alguien antes de nada tendré que saber qué es lo que paso entre ellos tres – le dije endureciendo mis palabras. – Y para eso, tendré que saber la versión de cada uno- terminé por decir clavándole la mirada y penetrando ese oro liquido dejándolo totalmente congelado.

    - chicos, ¿seríais tan amable de decirme que es lo que está pasando? – preguntó sango nuevamente. Yo solo giré la mirada hacia ella, la estuve mirando por escasos segundo, solo me bastó hacer ese gesto como para darle a entender que ahora no era el momento de contarle absolutamente nada. A sin que sin más, empecé a caminar para salir del patio y adentrarme nuevamente en clase.
     
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