"El amor jamas se compra" (sesshxkag)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por chipo, 2 Octubre 2010.

  1.  
    chipo

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    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
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    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    "El amor jamas se compra"

    capitulo: 1º

    Cuántas veces habéis pensado, “si yo tuviera dinero, me compraría o me iría o haría”… Si, haríamos todo lo que no tenemos y podemos. En mi caso tampoco era una exención, yo pensaba muchas veces que es lo que haría si yo tuviera todo el dinero que tienen los ricachones, pero después me paro a pensar y digo: “Vale, podría tener todo lo que quisiera, pero a lo mejor no tendría lo que yo mas valoro, el amor de la familia”. Yo siempre digo que las dos cosas no se puede tener, aunque hay quien no comparte mi opinión. También hay quien económicamente está muy bien y no se le sube el orgullo a la cabeza de ser Don importante. Esto lo digo por un compañero de la universidad que está en mi misma clase, se llama Inuyasha Taisho, es el chico más popular de la universidad, trae a las chicas de cabeza, es raro el día que no salga con varias chicas alrededor. No puedo negar lo que dicen de él, es un chico muy apuesto aunque un poco chulito pero sin llegar caer antipático por ello. Él es único, lo digo por sus características, es el único chico que lleva el pelo tan largo llegándole hasta la terminación de la espalda, su cabello es como si estuviera hecho con hilos de plata, no lo tenía teñido, es su color real al igual que el de sus ojos, es de un color dorado que te quedas hipnotizaba nada mas mirarlo.

    -Disculpen, perdonen, por favor, gracias.- Eso es lo que tenía que decir a las chicas para poder llegar hasta Inuyasha.

    Nos conocimos el primer año de Universidad, coincidimos en la misma mesa uno al lado del otro y a raíz de una pregunta de biología empezamos a contactar más a menudo.

    -Por fin.- dije llegando hasta él. –Si cada vez que te necesite tengo que pasar por todo esto creo que me tendrás que pagar por ello.- Le dije señalándole con el dedo. Era realmente incomodo, no sabéis lo que es pasar por en medio de tantísimas chicas. Ya sabía por experiencia que los día que me hiciera urgentemente hablar con, esa mañana ahorraba el tener que peinarme.

    -¡Kagome!- me dijo. –No deberías de salir de casa con esos pelos. – Me decía mientras se reía.

    -Eres cruel ¿Sabes?- Le dije mientras le daba un cuaderno con los apuntes de matemática.

    -Venga Kagome no te enfades, era una broma.- Me dijo cogiendo el cuaderno y mirándome. No lo pude evitar, mis colores empezaron a colorear mis mejillas haciendo que agachara la cabeza para evitar que él me viera. –Toma.- Me dijo dándome una pequeña tarjeta con un número de teléfono.

    -¿Se puede saber para que me das este número?- Ya estaba empezando a sospechar que algo había detrás de esta tarjeta, haber como terminamos la conversación.

    -Pues para que llames.- Me dijo muy arrogante. –Es de una amiga de mi madre, te aconsejo que la llames, a lo mejor tiene el milagro que te hace falta para esos pelos.- Terminó por decir dándose la vuelta y caminado hacia la puerta de entra de la facultad.

    -¡Eres un imbécil!- Le grité para que se enterara. Como me decía tal cosa, yo siempre le estoy sacando de apuros como una tonta y me lo paga gastándome una que otra broma.


    -¡Kagome!- me giré para ver quién era el que gritaba mi nombre. – Kagome, ¿Qué es lo que te ha…?-

    -¡Ni se te acurra decir nada de mis pelos, entendido!- Corté a Miroku antes de que me dijera algo sobre mi pelo. Él es otro de mis mejores amigos, también nos conocimos aquí en la facultad, pero una manera más incómoda. El es un chico muy alto al igual que Inuyasha, tiene el pelo corto con una pequeña coleta por detrás, sus cabellos es de color castaño oscuro, sus ojos es azul oscuro, es elegante y formal, bueno formal cuando quiere conseguir una cita con cualquier chica que se le cruce por delante, ese es el peor defecto que tiene, le encanta las mujeres y a veces se llega hasta pasar, como cuando el día que nos conocimos:

    FLASH BLACK

    Estábamos Inuyasha y yo bajo la sombra de un árbol estudiando, después del recreo nos harían un examen y como siempre yo estaba dándole apunte al despistado de Inyasha.

    -Si no te importa, mientras que copias esto voy a beber agua.- Le dije mientras me ponía de pie y caminar hacia la fuente que estaba justamente enfrente de nosotros.

    Cuando me dispuse a beber agua noté como alguien se pone por detrás de mí, me giré y lo vi hay plantado mirándome con algo de lujuria.

    -Ya he terminado.- le dije porque creía que quería beber agua.

    Justo ahí es cuando noté como me cogía las manos y se me acercaba más a mí. Vi como cerró sus azules ojos para hablar.

    -Desde el primer momento que te vi supe que eras la indicada.- Me decía con un tono muy seductor.

    -¿Indicada?- le dije porque no entendía nada de lo que me estaba diciendo.

    -Si mi hermosa dama.- Me decía con una sonrisa en los labios que hacia derretir a cualquier mujer.- eres perfecta para ser la madre de mis hijos.- terminó por decir dándome un abrazo y esto es lo estropeó todo lo que había empezado con buen pie, me puso la mano en mis nalga y se recreaba acariciándola.

    -¡Idiota, pervertido!- Le grité mientras le daba una fuerte cachetada haciendo que se le quedase toda la mano marcada en su perfecto rostro.

    Me fuí corriendo junto a Inuyasha para contárselo y me sorprendió que él ni se inmutó por lo que le dije. Después pude ver como ese chico caminaba hacia donde estábamos nosotros.

    -Inuyasha, mira, viene hacia aquí.- Dije algo intranquila porque no sabía qué hacer con ese pervertido cuando lo tuviera aquí delante.

    -¡Miroku!- Escuché decir al peli platino.

    -¿Lo conoces?- Los ojos se me abrieron como plato al ver que Inuyasha lo saludaba amigablemente.


    -Kagome, Miroku es inofensivo no te hará nada malo te lo aseguro, hace esto con todas las chicas.- Me dijo a la vez que se ponía de pie para recibir a su amigo.


    -Amigo, con todas las chicas no, solo con las más bonitas.- Dijo el chico llegando hasta nosotros. –Ah y por cierto, no digas más que soy inofensivo que parece que estás hablando de un perro ¿ok?- Terminó por decir estrechándose la mano con Inuyasha.

    -Pues creo amigo que tienes un problema.- Dijo dándole una palmada en la espalda.- tendrás que ir al oculista porque estás perdiendo visión.- Claro está, que después de lo que escuché decirle a Miroku le plantara también una buena cachetada e irme de aquel lugar.

    FIN FLASH BACK

    - Venga, ya sabes cómo es él, no te enfades.- me decía mientras me cogía por un brazo para llevarme hacia el interior del la facultad para ir a clase. Yo no dije nada tan solo me limite a seguir el camino con él.

    ---------



    En el otro lado del mundo justamente en Francia, había una de la más importante empresa de toda Europa. Era dirigido por uno de los miembros de la familia Taisho, él era el director y futuro dueño de toda la cooperativa, tenía varias empresas repartida entre Tokio, Londres y España.
    Le encantaba trabajar y dirigir a todo el mundo, se llevaba parte del día metido en su oficina, siempre pensaba en como poder seguir avanzando, quería que su empresa fuera reconocida mundialmente.
    -Señor- Dijo la secretaria por detrás de la puerta.
    -Pase- Dije mirando hacia el frente justamente en el sentido contrario donde se ubicaba la puerta de entrada
    -El billete que me pidió, para mañana a las 8 de la mañana.- Habló la muchacha enseñándome el sobre con la cabeza cabizbaja.
    -Déjelo encima de la mesa y retírese- Dije sin ni siquiera mirarla, estaba sentado en el mullido sillón mirando hacia un gran ventanal que cogía toda una pared entera. Cuando sentí el ruido de la puerta cerrarse me dí la vuelta y cogí el sobre abriéndolo y mirando la fecha que me dijo anteriormente mi secretaria.

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    Hola a todo/as, antes de nada deciros que es la primera vez que escribo, espero tener todo vuestro apoyo a la hora de poder mejorar todos los errores que te tenga.
    Bueno espero que me digáis si os gusta o si no como he empezado la historia.
    Muchísimas gracias a todo/as :)


     
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  2.  
    Idaly

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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    me agrada tu historia, me gusta mucho la pareja de sesshoumaru y kagome, sinceramente yo no te puedo corregir con ortografia, gramatica o redaccion ya que soy un desastre en eso jeje pero la idea de tu historia hasta ahora se ve bien, espero continues pronto.
     
  3.  
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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    Hola, bueno para ser tu primera vez escribiendo te quedo muy bien, aunque no conozco mucho en ortografía, en cuanto a la trama se me hace interesante, espero que lo continúes y no te preocupes con el tiempo y la práctica lo harás mejor. Adiós.
     
  4.  
    chipo

    chipo Entusiasta

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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    Capitulo: 2º




    Ya estaba cansada de estudiar, me levanté de mi escritorio y me dirigí al baño, abrí el grifo del agua caliente y puse el tapón a la bañera para que se llenase y poder darme un baño muy relajante.


    Fuí a mi cuarto para coger el pijama y cuando salí me encontré a Sango con el teléfono en la mano, ella era mi amiga desde el preescolar, luego fuimos al mismo colegio y el mismo instituto, después decidimos de compartir piso mientras que estuviéramos en la facultad, nos cogía mucho más cerca que nuestras casa, ella es una chica realmente fina, como dicen los chico en la facultad, tiene muy bien marcada sus curvas, el cabello lo tenía largo y muy lacio amarrado con una cinta casi al final del cabello, sus ojos es de un marrón chocolate negro, ella es la única a quien le cuento mis cosas al igual que ella a mí, realmente Sango es mi mejor amiga.

    -Te llaman por teléfono.- Me dijo entregándome el aparato.

    -¿Si?-pregunté. –Inuyasha, mañana es sábado y tenía pensado de ir a casa de mis padres.- decía mientras miraba con cara de fastidio a Sango. –Está bien iré, pero iré por la tarde después de ver a mis padres ¿Vale?- Le dije colgando el teléfono y tirándolo encima de la cama.

    -¿Cuando vas a dejar de hacer la tonta?- Me dijo andando detrás de mí ya que me dirigía al baño.

    -No me cuesta trabajo, mujer- Le dije a la vez que me empezaba a quitar la ropa.

    -Kagome, él jamás se…


    -Por favor, no digas nada, ya sé lo que vas a decir.- la interrumpí mientras me metía dentro de la bañera hasta cubrir mi cabeza.

    -¿Cómo puede ser así, siempre ayudándole sacándole de más de mil apuros y él caricato no se da o no quiere darse cuenta de los sentimientos de Kagome?-
    -----



    Ya estaba en el aeropuerto, dentro de diez minuto saldría mi avión hacia Tokio. Estando ya acomodado en el sillón de primera clase, recordé que tendría que ir a casa de mi padre para hablar con él de unos asuntos pendientes, nada mas pensar que tenía que ver de nuevo a su nueva familia me revolvía el estomago. Mi padre se había divorciado de mi madre, una mujer realmente poderosa, es ella la principal dueña junto con mi padre de la mayor empresa que hay en Tokio y Europa, nuestro trabajo es comprar y vender, pero claro no hablamos de casas ni de apartamentos, si no de empresas mayores y grandes franquicias. Mi padre cuando se divorcio, al año se volvió a casar y al poco tiempo tuvieron a mi hermanastro Inuyasha, él tenía todo lo que yo jamás tuve y eso es una de las razones por el cual odio a mi padre, porque a él sí y a mí no. Dejé caer la cabeza sobre el asiento para poder descansar algo ya que el viaje sería bastante largo.

    ------​



    Hay estaba en el tren de camino a casa, ya hace casi tres semanas que no iba, era en otra ciudad a 1 hora y media de distancia, los estudio abarcaban casi todo mi tiempo, pero hoy por fin podré estar todo el día con ellos. Dejé caer mi cabeza sobre la ventana del tres, miraba con la velocidad que pasaba todo, ví mi reflejo en el cristal y pude ver una Kagome diferente, ya hacía tiempo que yo misma me notaba algo mas cambiada, sobre todo desde que noto que él está más distante conmigo, solo se acuerda de mi para cuando le hago falta. Todo cambió entre nosotros desde que llegó ella, ahora mi amistad la dejaba a un segundo plano, ya nunca tenía tiempo para salir con los amigos, solamente con ella, al menos podía estar un rato con él por las mañanas ya que ella estaba en otra facultas y nada más se veían por las tardes.

    -“por fin” pensé al escuchar el timbre que suena cuando llega a su destino, eso fué la salvación a que dejara de pensar en él.

    Allí estaba toda mi familia, no me esperaban que vinieran todos juntos a recogerme, me bajé del tren rápidamente para poder abrazar a mis padres y a mi hermano pequeño, ahora tenía que olvidarme de todo y centrarme solamente en ellos.

    -¡Que ganas tenia de estar en casa!- dije mientras me tiraba de un tirón en el sofá del salón.

    -Kagome, hija- me dijo mientras se sentaba en el sillón de al lado. -¿Cómo te van los estudios?- me preguntó.

    Me senté de inmediato para poder hablar con mi madre, le regalé una de mis mejores sonrisas y me incliné hacia delante para estar más cerca de ella.

    -Por ahora voy bien, aunque tengo que reconocer que me está costando mucho, me paso todo el día estudiando mamá.- le dije a la vez que me tiraba hacia detrás, elevando mis manos y abriendo la boca para bostezar. –Perdón, es que hasta duermo poco.- dije poniéndome de nuevo sentada.

    -Cariño, veras como tus esfuerzos te serán recompensados.- me dijo mi madre levantándose y dándome las manos para que me pusiera de pie para poder darme un cálido abrazo.

    Estuve todo el tiempo con ellos, comimos en casa, luego salimos a comernos un helado, paseamos por el parque y llegamos a casa de nuevo para poder coger de nuevo el tren y eso porque le prometí al cabezota de Inuyasha ayudarlo a estudiar para el último examen que tendríamos en este último trimestre, ya estamos a punto de las vacaciones.

    -Es una pena que tengas que irte ya, hermanita.- me dijo con morritos, estaba enfadado puesto que la última vez que hablé con él le dije que pasaría el fin de semana entero en la casa.

    -Sí, es verdad, pero es que un amigo necesita que lo ayude y sería una pena que suspensa el último examen.- le dije alborotándole el cabello.

    -Hija, haber cuando nos presenta a tu amigo.- dijo mi padre con cara de pillo, no sé porque pero se estaba confundiendo.

    -Papa, Inuyasha solamente es un amigo y compañero de la facultad, nada más.- le decía mirándolo seria para que quitara esa carita de picaron.

    -Pues que pena, si sigues a si me harás abuelo cuando no pueda llevar el cochecito y sean ellos quien me lleven a mí.- me dijo agachando la cabeza con gran pesar.

    -Miras que eres exagerado querido.- le decía mi madre sonriéndome.

    -Bueno, ya es la hora.- dije y después me fui abrazando uno a uno antes de montarme en el tren.
    -----​



    Ya había llegado al aeropuerto de Tokio, ahora tendré que coger carretera hasta llegar a mi apartamento y luego a solucionar el problema con mi padre. Me fuí directo al subterráneo del aeropuerto para poder coger mi auto, ya había llamado a un empleado mío para que lo dejara en el parquin. Una vez que me monté puse la radio y empecé a conducir camino hacia mi apartamento.
    -----​




    Me bajé del tren y llamé a un taxi para que me llevara a la casa de Inuyasha, eran las 6 de la tarde, era un poco tarde pero le prometí que iría. Cogimos el camino dirección la mansión Taisho, es como yo le digo. La casa es enorme, no sabría ni como describirla, yo creo que sería la casa del sueño de todos. Noté como el taxista para el coche y empezaba a conducir muy pero que muy despacio.


    -¿Ocurre algo?- le pregunté echándome hacia delante para intentar ver por el cual íbamos tan despacio.

    -Señorita, por lo visto estamos metidos en un gran atasco.- me contestó sin apartar la vista de la carretera.

    Me eché para detrás y saqué mi teléfono móvil, llamaría a Inyasha y le explicaría la situación.

    Había pasado más de 20 minutos y aun seguíamos parados en el mismo lugar, estaba algo agobiada de estar dentro del taxi y encima había un coche al lado nuestra que no hacía más que tocar el pito, como si a si se fuera a quitar el atasco. Como ví que no avanzábamos decidí de bajarme del coche y estirar un poco las piernas y de camino poder decirle al dueño del coche que hace tanto ruido que no fuera tan exigente.

    -Perdone.- dije dando un pequeño toque al cristal de un coche koenigsegg CCR en negro. Poco a poco vi como se bajaba la ventanilla de la puerta del piloto. –Perdone, pero estamos en un atasco y…- no pude decir nada más porque me quede asombrada por el parecido que tenia este hombre con mi amigo Inuyasha, por un momento pensé que era él, pero después de mirarlo mejor me di cuenta de que no era nada más me habló.

    -Ya sé que estamos en un atasco, no soy siego.- me contestó sin ni siquiera mirarme. Me quedé sorprendida por cómo me había contestado, sabía que había gente desagradable pero no tanto.

    -Pues por eso, el tocar continuamente el pito del coche no hará que empiece los coches andar antes.- le dije sonando un poco antipática, yo le respondí de la misma manera que él lo hizo conmigo.

    El giró la cabeza hacia la ventanilla y se quedó mirándome por unos segundos, elevó su mano para poder bajarse las gafas de sol y continuó mirándome. Me puse muy nerviosa, el solamente se limitó a mirarme y a no decir nada, ya estaba dispuesta a hablar cuando siento el pito del taxi, me estaba avisando de que los coches ya empezaban a andar y eso era señal que por fin saldríamos del atasco. Le eché una última mirada antes de girarme y caminar hasta el taxi.
    -----​


    Por fin salí del atasco, no se cual era el motivo, nunca antes se había producido tal cosa, bueno ya me enteraría que es lo que había pasado. Yo no sé cómo la gente puede ser tan descarada, es la primera vez que alguien se atreve de tocar mi coche para decirme que deje de hacer tal cosa porque le molesta, realmente a esa chica le hace falta disciplina. Seguí conduciendo, me fijé en el coche que llevaba delante, era un taxi, el mismo taxi de donde se bajo la mocosa, acérele y pasé por su lado, giré mi cabeza hacia la derecha y me crucé con su mirada. La verdad que tengo que reconocer que es una chica muy bonita, la pena es eso, que es un poco vulgar. Fijé de nuevo la mirada hacia el frente y seguí camino hacia mi apartamento.

    -----​


    -Que chico más grosero.- le decía al taxista, noté como el hombre se reía y me miraba por el espejo retrovisor. -¿Qué?- dije dudosa, no entendía porque se reía.


    - Señorita, le puedo decir que hasta hoy, es la primera vez que veo a una jovencita acercarse a un coche caro para encararse con el dueño.


    - ¿Por qué dices usted eso?- le decía, me acerqué hacia delante para estar más cerca del conductor.

    -Todas las chicas de su edad desean poder conocer a un joven con dinero y así poder solucionar su vida económicamente.- me decía sin apartar la vista de la carretera. –Además por lo que he visto, ese chico es uno de los más importantes de aquí de Tokio.- terminó por decir mientras paraba el coche justo en frente de la casa de Inuyasha.

    -Pues la verdad que pensar a sin es una pena, yo no podría estar con alguien sin quererlo.- le decía al hombre mientras me bajaba del coche y me acercaba a su ventanilla para pagarle el porte.

    -Señorita, nosotros jamás sabemos que nos pasará en un futuro, a sin que nunca digas yo nunca estaré o diré o haré… porque tarde o temprano se te rebelará en tu contra.- el hombre me dijo esto con cierta tristeza en sus ojos, es como si él hubiera pasado por una situación que él nunca se lo esperaría, arranco el coche y se fué alejando del recinto Taisho. Por un momento me quedé parada mirando cómo se alejaba el taxi, me había quedado pensando lo que había dicho.

    -¡Kagome!- escuché que me gritaba desde la casa, me giré para ver quién era y empecé a correr hasta la puerta que es donde estaba Inuyasha esperándome. –Ya pensaba que no vendrías.- me dijo cogiéndome de la mano para que le siguiera hasta el interior de la casa.

    Me quedé con la boca abierta cuando vi nada más que el recibidor de la casa, era inmenso, justo en frente de la puerta de entrada había dos enormes escalera que al final terminaban comunicándose en un mismo pasillo, tanto el suelo como los escalones eran de mármol blanco, en el suelo de la entrada se veía que tenía un dibujo en redondo y adentro una enorme estrella. Debajo de las escalera había seis columna que le serbia de soporte. Si me quedé boquiabierta con esto no quiero ni pensar cuando vea el resto.

    -Pues por eso te llamé, para decirte que llegaría tarde.- le decía mientras seguía mirando cada rincón de la casa.

    -¿Y cómo es eso, normalmente no suele pasar tal cosa?-

    -Ya, pues yo no vi nada fuera de lo normal, a lo mejor solamente estaba haciendo controles- me encogí de hombro, realmente no tenía ni idea cual es el motivo del atasco. –Bueno, ¿empezamos a estudiar o qué?- le dije mirando el reloj, porque si perdíamos el tiempo no le podría ayudar a repasar la materia para el lunes.

    -----​





    Entré en mi departamento, solté el maletín encima del sofá del salón y enseguida pude notar que algo se me acercaba por detrás. Me quedé quieto, esperaba para ver que hacía, empecé a gírame lentamente y cuando ya estaba por completo mirándolo se me tiró encima lamiéndome toda la cara. Es mi gato, es un angora de color gris plata, él es el único que está aquí cuando vengo a casa, siempre me recibe como si no me hubiera visto nunca, la verdad que desde que tengo a King tengo otra cosa más que hacer en casa a parte de trabajar. Mientras que estoy en Europa lo cuida un empleado mío, es el que se encarga de limpiar la arena y darle de comer, aunque por eso le cueste más de un arañazo, King es un poco arisco no simpatiza con nadie, excepto conmigo.

    -¡King, fuera!- le dije mientras lo quitaba de encima de mí. Tomaría un baño y después iría a casa de mi padre para ver si me puede hacer el favor de solucionar un pequeño inconveniente.

    -----​


    -Inuyasha, venga tampoco es tan difícil.- le dije intentándole explicar por decima vez un ejercicio de biología.

    -Claro, eso lo dices tú que eres una celebrito.- me dijo poniendo las manos detrás de su cabeza he inclinándose hacia detrás con la silla.

    -¿Sabes? Tu también lo serias si te pudieses a estudiar, pero es más cómodo que venga y te ayuden y te saquen las castaña del fuego.- le dije ya cansada de estar en esta situación, después de que le ayudo en todo lo que puedo para que no suspenda va él y me empieza a reprochar las cosas.

    Él se me quedó mirando, seguro que no entendía porque se lo estaba diciendo, ya estaba cansada de estar de segundo plato.

    -Kagome.- me dijo poniéndose derecho y mirándome. – ¿Te ocurre algo?- dijo acercándose más a mí.

    -¿Por qué lo dices?- le contesté algo nerviosa, seguro que lo decía porque estaba empezándome a poner colorada por la cercanía que teníamos.

    -No por nada, es que nunca he visto esta faceta tuya.- me dijo muy serio y sin apartar la vista de mi. -¿Te has enfadado verdad?- le ví como me miraba, la verdad que cada vez que lo hacía podía pedirme cualquier cosa ya que quedaba hipnotizada por esos ojos ambarinos.

    -Inuyasha, yo…- no pude terminar la frase ya que él se dispuso a sacar un papel pequeño del bolsillo, ya sabía por dónde tiraba los tiros, pero esta vez no estaría dispuesta a escuchar que insulto me diría en esta ocasión. –Ya está bien ¿No?- dije poniéndome de repente de pie. -¿Es que no te das cuenta? Estoy aquí perdiendo el tiempo contigo, he dejado a mis padres para venir hasta aquí para ayudarte y tú…- le decía dejando caer las dos manos sobre la mesa e inclinándome hacia el frente que es donde él se encontraba. -¿Cómo me pagas?- mis ojos empezaron a brillar por aguantar que no cayeran mis lagrimas y darle a entender que me estaba haciendo sufrir. –Me insultas, me gastas bromas y no sé cuantas cosas más, pero lo que no voy a aguantar es que tu estés todo el día de parranda con esa chica ¿Cómo se llamaba?-

    -Kikyo- me interrumpió.

    -¡Se como se llama, imbécil!- le grité

    -¿Entonces para que lo preguntas?- me dijo muy arrogante.

    -Déjalo Inuyasha- dije ya más calmada y recogiendo mis cosas. –Para que discutir, no merece la pena.

    -¿Qué haces?- me dijo viendo como recogía todo el material de encima de la mesa.

    -Es obvio, me voy- le dije con apenas voz.

    -¡No te puede ir!- me dijo algo alterado. –Me dijiste que me ayudarías, eres muy egoísta Kagome.- me dijo cogiéndome del brazo para que dejara de hacer lo que empecé.

    -Yo soy egoísta ¿Verdad?- le enfrente con la mirada, ya sabía que esto no terminaría bien así que no dude en decir todo lo que pensaba de él.- Pues entonces abré aprendido de ti, ¿Cómo te atreves a decirme egoísta? Es que no me ves, estoy aquí contigo idiota, ya te lo dije antes, lo que tienes que hacer es pedirle ayuda a tu novia.- le di un fuerte jalón para que soltase y poder terminar de recoger mis cosas.

    -Por lo que veo mi queridísimo hermanito tiene problemas con su novia- escuché decir a alguien que entró en el gran salón.

    -Yo no soy su novia- dije enojada girándome para plantar cara a quien lo había dicho. Me quedé de piedra cuando lo ví –No puede ser, ¿Tu?- dije sorprendida.

    -Vaya, siempre he escuchado que el mundo es un pañuelo, pero por lo que veo es verdad- dijo muy arrogante.

    Estaba que me salía de mis casillas si no salía de allí ahora mismo.

    –Por lo que veo tu comportamiento viene de familia- le dije a Inuyasha mientras cogía mi mochila. – ¿Porque no empleáis el dinero que tenéis en ir a una escuela de bueno modales?- dije pasando por el lado del hermano de Inuyasha para salir de esa gran casa. Justo en ese momento noté como me había cogido del brazo para que dejara de caminar.

    -Ni mi gato tiene los modales que tú tienes.- me lo dijo muy cerca de mi oído, haciendo que me estremeciera por el roce de su aliento en mi cuello.

    -¡Estúpido!- le dije directamente mirándolo a los ojos. Él me presionó mas el brazo haciendo que cerrara lo ojos e hiciera una mueca por el dolor.

    -¡Sesshomaru suéltala!- le plantó cara a su hermano. Este se le quedó mirándolo con odio y soltó una pequeña sonrisa sínica.

    Poco a poco fui notando como corría de nuevo la sangre por mi brazo, eso significaba que ya no había presión, él apenas me oprimía pero aun me seguía sujetando, me jaló hacia el quedando casi en contacto con su pecho.

    -Nos veremos pequeña.- me dijo en el oído como si fuera un susurro y seguidamente me soltó y se dió la vuelta y empezó a caminar elegantemente como si no tuviera prisa por llegar.

    Miré de nuevo a Inuyasha, agaché mi cabeza y me dispuse a salir cuando nuevamente noto presión en el brazo.

    -Inuyasha nos vemos mañana ¿ok?- dije levantando la cabeza fingiendo una sonrisa. Él no me dijo nada tan solo se limitó a soltarme el brazo y a ver cómo salía del recinto Taisho.
    -----​


    Antes de adéntrame en el despacho de mi padre me paré en frente de la gran ventana de uno de los pasillos que daba a la puerta principal. La vi salir, caminaba lentamente con la cabeza cabizbaja, era como si no quisiera salir de aquí, cada dos por tres se paraba y miraba hacia detrás mirando hacia la casa, una de las veces pude ver como ella miraba justamente a donde yo me encontraba, en ningún momento aparté la vista de ella y tampoco lo hacía ella, después de unos segundo se volvió y continuó andando saliendo por el gran vallado.

    -Hijo, que alegría me da verte.- me volví y lo miré seriamente, no soportaba que fingiera estar alegre por mi llegada. –Menos mal que te has acordado de tu padre.-

    -Sí, me cuerdo lo mismo que tú de tu hijo.- le dije mientras pasaba por su lado adentrándome en el despacho y dejando a mi padre sorprendido por mi contestación.

    -Hijo, ¿Nunca te cansas?- me dijo sentándose en el sillón de detrás de una gran mesa. - El rencor no te lleva a ningún puerto Sesshomaru.- terminó por decir poniendo los codos sobre la mesa y ofreciéndome asiento ya que seguía de pie.

    No le dije nada al respecto solamente me senté justo delante suyo y lo estuve observando por un momento.

    -Se que el Señor Namura está a punto de la quiebra.- le dije al instante cogiendo a mi padre por sorpresa.

    -Sí, ya estuvimos hablando de ello.- me decía. ¿Y qué hay con eso?-

    -Quiero que invierta en un nuevo proyecto.- le dije sin dar muchas explicaciones a cuenta el proyecto.

    -Sesshomaru ¿Qué es lo que supuestamente tengo que hacer?- noté como empezaba a sospechar de mi.

    -Muy fácil, solamente tienes que convencerlo de invertir en dicho proyecto, puede ser la solución a sus problemas.-

    -¿Estás loco? ¡Jamás haría tal cosa y menos siendo uno de mis mejores amigos!- me dijo alzando la voz a la vez que golpeaba la mesa y se ponía de pie para mirarme más de cerca.

    -Me ofendes padre, piensas mal de mi.- dije sin levantar ni lo más mínimo la voz.

    -A mi no me engañas Sesshomaru, yo jamás le haría daño a nadie por mis beneficio.

    -¿A nadie?- me puse de pie. –Veo que no te funciona bien la memoria.

    -Sesshomaru, cuando lo vas a admitir, tu madre y yo nos divorciamos por mutuo acuerdo. –me contestó a lo que yo le estuve dándole a entender.

    -Bien, y ¿Adonde quedo yo?- ya no le dije nada mas tan solo me acerqué a la mesa y le dejé un porta folio con los planos del proyecto para que los viera, seguidamente me dispuse a salir de la habitación cerrando la puerta fuertemente detrás de mí.


     
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    chipo

    chipo Entusiasta

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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)


    Hola a toda/os, espero que os gusté este nuevo capítulo.
    Idaly, muchísimas gracias de verdad, a mí también me gusta esta pareja.
    Evabeatrice, también muchísimas gracias y como vez ya la he puesto la continuación y espero que sea de tu agrado.
    Y ya sabéis podéis opinar si os gusta como si no.
    Besos.
     
  6.  
    Idaly

    Idaly Usuario común

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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    muy buena continuacion, inuyasha seguramente se pondra celoso cuando vea que ya no tiene toda la atencion de kagome y tengo una duda... sesshoumaru intentara comprar a kagome o realmente se va a enamorar de ella?
     
  7.  
    Blood Dupre

    Blood Dupre Usuario VIP

    Tauro
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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    Hola, pues quiero decirte que en cuanto a la trama te quedo muy bien, pero hay algunas palabras en las que las cambiaste o las pusiste equivocadas, también tengo la misma duda que Idaly, acaso Sesshomaru comprara a Kagome, aún así espero que lo continúes. Adiós.
     
  8.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

    Tauro
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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    Bueno, empiezo mi cometario con una crítica constri-destructiva (¿?) No puedo creer que Kagome ande de gata de Inu-hermoso (Sip, al más puro estilo de Skip Beat! xD) Pero yo espero que Kagome sea como Kyouko y reaccione (¡Seee! ¡Venganzas, pequeños demonios mini-kagome volando alrededor!) *Izayoi la mira estupefacta* Parece que el cap 164 te dejó traumada (¬.¬ ni me lo recuerdes) Una cosa, esos saltos que tienes de narración son confusos y molestos, primero narras del punto de vista de Kagome y luego de Sesshoumaru, peor no especificas el cambio. Cuida mucho de eso, mis mejores deseos (¡Feliz navidad a todos!) ¡¿Qué!?
     
  9.  
    chipo

    chipo Entusiasta

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    Título:
    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    4415
    capitulo: 3º


    Kagome.

    Nada mas llegué a casa lo primero que hice fue irme directamente hacia mi habitación, por suerte no estaba Sango, la verdad es que no tenia ánimos para contarle lo sucedido. Dejé caer mi cabeza sobre un enorme gato blanco de peluche y sin aguantar más empecé a desahogarme, pequeñas gotas de agua salada caían por mi rostro terminando empapando al pobre gato. No sé cuánto tiempo estuve llorando para dejarme sin lágrimas, estaba mirando al techo pensando en todo lo sucedido con Inuyasha, pero no sé lo que me pasó que de repente me vino la imagen de ese chico, no sabía que ese mal educado del atasco era el hermano de Inuyasha. Mi corazón empezó a latir más acelerado al recordar cuando mi mirada se cruzó con la suya desde detrás de la cristalera de la segunda planta de la casa, estaba tan elegante, con esos pantalones negros y su camisa blanca con las mangas remangadas y ese pelo largo y lacio, plateado al igual que su hermano y esos rasgos tan fino.

    -Despierta Kagome.- dije para mí misma cuando me di cuenta que me estaba perdiendo hablado de ese mal educado. –Pero, es que es tan guapo.- dije suspirando.

    -¿Quién es tan guapo?- Dijo Sango entrando justo en ese momento en mi cuarto. –Anda dime.- insistía para que le dijese de quien estaba hablando. Yo no le dije nada tan solo me limité a taparme la cara con el enorme peluche. –Vale, vale, ya no te pregunto más. – me decía mientras se sentaba en la cama junto a mí. -¿Qué te pasa, nunca has estado a sin?- decía muy preocupada por mí.

    - Tienes razón.- empecé a decir. –Soy una tonta, nunca me doy cuenta de nada, siempre tengo que saberlo a bases de palo. – dije emocionada, mis ojos amanzanaban con derrabar esa agua cristalina de nuevo.

    -Kagome.- me dijo dándome un tierno abrazo. –Es eso lo que te hace especial, tú eres diferente a todas y verás cómo tarde o temprano se dará cuenta de lo que ha perdido. Cuando escuché decir tal cosa elevé mi mirada para encontrarme con la suya, me miraba sonriente. También ella es especial, no hacía falta decirle nada para que se diese cuenta de lo que realmente te sucede. – ¿A que no sabes quién me ha llamado hoy?- dijo cambiando de conversación, la vi resplandeciente, tiene que ser muy especial para que esté a sin de contenta.

    -Ni idea, ya sabes que no soy bruja.- dije sonriéndole.

    -Miroku.- dijo sin más. Yo puse los ojos como plato cuando me dijo ese nombre, como podía gustarle un pendejo como ese, si, es muy guapo pero tiene el peor defecto que puede tener un hombre.

    -Sango, no es por nada, pero ya sabes cómo se las gasta.- me senté en la cama y me puse más pegada a ella, yo no quería que mi amiga sufriera, ¿pero?... –Sango, ¿creo que se té pasó contarme algo, no?- le dije con ojos de leona a punto de apresar a su presa.- ella empezó a reírse con una mano en la cabeza.

    -Bueno es que, hay Kagome solamente me llamó para ir al cine, nada más, además somos amigos ¿No? qué hay de malo- decía muy nerviosa.

    -¿Fue Inuyasha con vosotros?- le pregunté para saber si me decía de una vez que se traía con Miroku.

    -Bueno…él…- empezó a tartamudear.

    -¿Sí?- yo aun seguía intimidándola con la mirada.

    -Pues, él no vino.- dijo de corrido.

    -¿No fue o no le invitasteis?- realmente Sango estaba en apuros, no la dejaría escapar hasta que me contara como paso tal cosa. Ella me miró sorprendida, ya no sabía que escusa ponerme.

    -Esto…No fué…Porque…Si, porque te estaba esperando a que tu llegaras a su casa. Kagome él no sabía a qué hora llegarías.- Por un rato le estuve haciendo la famosa mirada, no podía creer que mi mejor amiga me estuviera mintiendo, esto no se quedaría así.

    -Esperando ¿Verdad?- le estuve diciendo con un tono algo molesto.

    -Sí, el pobre nada más que hacía llamar para saber a qué hora llegarías.- estaba nerviosa por todas las preguntas que le hacía.

    -Entonces te dijo que yo le llamé por el móvil- dije cerrando los ojos y cruzando los brazos.

    -Sí, si claro, claro que me lo dijo, como no- decía muy convencida.

    -Entonces te dijo que al final no fui a su casa, que en el atasco que estuve metida conocí a un chico, simpatizamos y al final fuimos a cenar a un restaurante y lo demás es privado.- le decía muy aligera para no poder dejarla hablar.



    -Claro claro que me lo dijo… ¿Qué, que?- los ojos se le pusieron como búho cuando se enteró unos segundos más tarde de habérselo dicho- ¿qué conociste a un chico, que fuiste a cenar con él y que al final tu y él…?- me decía con cara de sorprendida, pero para mayor sorpresa fué cuando me vió la cara.

    -Sango, lo que hagas o no dejes de hacer con Miroku me trae sin cuidado, pero lo que no soporto es que me mientan.- estaba enfadada, ella nunca antes me había hecho tal cosa, cuando ella por cualquier motivo no quiera que se supiera no me lo decía y punto pero jamás me mentía.

    -Lo siento.- dijo al fin después de escuchar mi discurso. -Perdóname.- me dijo acercándose a mí y cogiéndome de las manos.

    -Sango, ¿Por qué?- le miré decepcionada. Ella me miró y empezó a brillarle los ojos, era señal que no tardaría mucho en romper a llorar.

    -Porque, ¡cómo puedo decirte que me gusta el chico que tanto critico!- al final pasó lo que esperaba, sus lágrimas recorrían sus dulces mejillas hasta llegar a la barbilla y hay poder caer al vacío. Yo la abracé como lo hubiera hecho una madre o una hermana. –Kagome, es que no lo puedo evitar y no quería que te enfadaras conmigo.

    -¿Te digo una cosa?- ella me afirmó con la cabeza para que pudiera seguir hablando. –Yo sabía que Miroku te gustaba, yo no me enfado por ello, al contrario, me alegro y me alegraré mas si el amor que sientes por él es correspondido.- le terminé por decir limpiándole la cara de resto de agua salada.

    -Gracias Kagome.- me dió nuevamente otro abrazo. –Pero somos amigo, yo no le he dicho nada de mis sentimiento, ya sabes cómo es él y eso es lo único que me retrae hacerlo.- suspiró agachando la cabeza. –Entonces ¿Es verdad que has conocido a un chico?- me soltó de repente y mirándome con cara de picara.

    -Bueno, si, conocí al chico mas imbécil del mundo entero, es una historia un poco larga, a sin que vamos a preparar la cena mientras te la cuento ¿Ok?- le dije cogiéndola del brazo y llevándola hasta la cocina.
    ------

    Sesshomaru.
    Entré en mi departamento y cerré la puerta de un portazo, me quité la chamarreta y la colgué en el perchero de la estrada.

    -Desde luego hoy no es mi día.- dije mientras me tiraba de sopetón en el sofá del salón. Estiré mis piernas y dejé caer mi cabeza sobre el respaldo del sofá y cerré mis ojos, estaba cansado, no me había sentado desde que bajé del avión.

    De momento se me vino la imagen de aquella chica, primero en el atasco y luego con el imbécil de mi hermano, mucha coincidencia. No sé por qué pensaba en ella, lo único que pude diferenciar de las demás chicas, que es vulgar, arrogante y pasa olímpicamente de la gente importante. Me incorporé por lo que acababa de decir.

    -No puede ser, ¿si pasa de todo lo que cualquier otra chica quisiera tener a costa de lo que sea, que se supone que hacía en casa de mi padre y más aun, que hacia discutiendo con Inuyasha?- me decía yo mismo mirando al suelo, noté como King se me subió encima para que lo acariciase. –Si King, ya hablo hasta solo, si sigo aquí me volver loco.- le decía a mi gato mientras le acariciaba el lomo
    -----

    Kagome.
    Hoy es sábado, ya pasó una semana desde que hablé por última vez con Inuyasha, el trato que tenemos no es el mismo desde entonces, ahora estamos más distanciados y lo peor de todo ya no me habla como antes lo hacía, si lo puede evitar lo hace, esta situación me resulta muy incómoda como al igual que a los compañeros que compartimos.

    Me levanté temprano, tenía pensado de pasear un rato por la playa antes de que empezara a apretar el sol, a sin que sin más me coloqué unos pantalones cortos justamente por debajo de las nalga de color blanco, con una camiseta de tirantas de color turquesa con las sandalias a juego. Salí despacio de mi habitación, no quería despertar a Sango que aun seguía dormida.

    Caminé despacio con los pies metidos en la orilla, el agua estaba fría pero era agradable tal sensación. Pensaba en todo lo sucedido con Inuyasha, tenía que solucionar esto como fuera, no quería perder su amistad por una tontería.
    -----

    Sesshomaru.
    Conducía sin rumbo, necesitaba despejarme, no había dormido en toda la noche, nada mas hacía en pensar en la conversación con mi padre, aun me costaba creer que me negara tal cosa. Aparqué el coche en unos aparcamientos a la vera de la playa, no sé porque pero cuando pasé algo me incitó hacerlo. Me dirigí al paseo que tenía alrededor de la playa, el aire que se respiraba era fantástico, aun era temprano para que se vieran los primeros bañista, nada mas de vez en cuando se podía ver algún que otro chico haciendo footing. Me dejé caer sobre el barandal que separaba el paseo de la arena de la playa y hay estuve por un rato mirando las olas romper en la orilla. En ese momento fue cuando vi una figura que me resultaba familiar, era ella, la misma del atasco, la pequeña que estaba con mi hermano en casa de mi padre, ¿Qué estará haciendo tan temprano hay sentada y sola? No sé que me pasaba pero no podía quitar la vista de ella, es como si algo de ella me llamara la atención.

    -¿Pero mira quien ha traído el viento?- escuché decir a alguien detrás de mí. Me giré y pude ver al ser más despreciable justo delante de mí. -¿Qué o quién ha hecho que abandone tu queridísima oficina de Europa?

    -Vaya, que sorpresa- le dije con media sonrisa. –De todos los que tenía pensado de visitar tú estabas el último de la lista.- terminé por decir dándome de nuevo la vuelta y seguir mirando a la figura femenina. Pude notar cómo se puso a mi lado mirando para la dirección que yo lo hacía. -¿Quién es tu nueva víctima Naraku?- le dije sin ni siquiera mirarlo.

    -Tranquilo amigo, ya te enteraras.- me respondió de la misma manera sin apartar la vista del frente. –No me gusta hablar de negocio cuándo tengo el día libre.- él me miró y vio que yo no apartaba la vista de la chica que se encontraba sentada mirando al mar. –Bueno Sesshomaru, espero que se te sea grato el tiempo que estés aquí.- me giré para ver como se marchaba después de lo dicho, vi como bajaba las escalera que se comunican con la playa.
    -----​

    Kagome.

    Estaba sentada un poco más arriba de la orilla, estaba distraída mirando el mar, de vez en cuando se veían alguno pececillos saltando muy por encima del agua.

    -¿Higurashi?- escuché decir. -¿Kagome Higurashi?- repitió por segunda vez haciendo que me girara de inmediato para ver quién es el que sabe mi nombre. Me puse de pie y me quedé observándolo, intentaba hacer memoria para ver si recordaba haber visto antes a este chico.


    -Perdona ¿Le conozco?- le pregunté algo confusa.

    -Kagome, me ofendes.- decía el chico a la vez que caminaba para estar más cerca de mí. -¿Tanto he cambiado que ya no puedes reconocerme?- dijo metiéndose las manos en los bolsillos de los pantalones. Seguía mirándolo y al rato…

    -¿Naraku?- le pregunté. -¿Tu eres Naraku?- estaba realmente asombrada cuando él me lo confirmó con un movimiento de cabeza, realmente había cambiado, pero para bien. Naraku es el hijo del mayor directivo de la empresa donde trabaja mi padre, siempre nos veíamos en las cenas de empresa, pero claro antes no estaba como ahora, se podía decir que era un chico del montón pero tirando por lo bajo, pero ahora… dios mío que cambio, para empezar está altísimo podría llegar a medir 1,90, tenía el pelo largo y algo ondulado de color negro, el también tenía algo característico que lo hacía único, el color de sus ojos, siempre me gustaron, era de un color como el carmín, lo único que no me gustaba de él que es el motivo por el cual apenas mantuvimos el contacto era lo orgullo y cabezón, cuando algo se le metía en la cabeza lo conseguía fuera como fuera.


    -Vaya, sé que he cambiado pero por lo que veo tiene que ser para mal, por cómo te has quedado.- me dijo sonriendo.

    -No, no, no, es eso, todo lo contrario.- decía meneando de un lado a otro las manos por el apuro de haberme quedado como tonta mirándolo.-

    -Entonces ¿Me estás diciendo que antes era feo?- se me pusieron los ojos como plato cuando escuché tal cosa, ahora sí que no sabía cómo salir de este embrollo. –Tranquila princesa que es una broma.- dijo riéndose a pulmón por la cara que puse, suspiré de alivio y me dejé caer en la arena del aplome que me entró, él se sentó también a mi vera.

    Hay que ver quien me diría que después de 4 años volvería a ver al chico con quien cada dos por tres estábamos peleado por la insistencia de salir conmigo.

    -Tú también has cambiado princesa.- me decía mirándome fijamente haciéndome que me ruborizara. – Si antes eras guapa ahora ya ni te cuento, habría que hacerte un monumento con una placa que diga:” la perfección existe y se llama Kagome Higurashi”.- terminó por decir cogiéndome la mano y dándome un beso en ella y mirando hacia detrás de mí.
    -----​

    Sesshomaru.

    Estuve todo el tiempo mirándole, veía como poco a poco se iba acercando a la chica, me quedé sorprendido cuando vi que ella se levantaba para saludarle con mucha confianza. No sabía el porqué, pero no podía apartar la mirada de ellos, pero lo que realmente me molesto de todo esto fué cuando me miró mientras besaba su pequeña mano. El que besara su mano no me molestó en absoluto, lo que me molestó fue que él se creía que por eso me haría daño como si me importara lo más mínimo esa pequeña mala educada.

    -Idiota.- dije dándome la vuelta para regresar a mi coche.
    -----

    Kagome.
    Estuvimos por largo rato hablando de todo lo que habíamos hecho durante el tiempo que no nos veíamos.

    -¿Entonces, estas aquí por negocios? – le pregunté sin apartar la vista de la orilla.

    -Sí, pero no sé porque creo que me quedaré algo más de tiempo.- me dijo sin quitarme ojo. –Y tú, ¿Cómo que estas tan lejos de casa?- dijo echándose hacia detrás dejando caer sus codos en la arena.

    -Naraku, tan lejos no estoy- dije volviéndome hacia a él y sonriéndole. –Estoy estudiando en la facultad de Shicon, que por cierto el viernes de esta semana que entra término el curso. Dije dando palmadas de la alegría.

    -¡Genial!- me asusté por el grito que dió. –Pues como estarás casi tres meses de vacaciones te propongo que hagas un viaje conmigo.- me dijo esto cogiéndome de las manos y mirándome fijamente.

    -Naraku, yo…-

    -No acepto un no por respuesta, voy a ir a Francia por negocio, ¿Sabes? En este viaje tu padre puede salir muy bien parado.- me decía sin apartar la vista, esto era una de las cosas que no me gustaba de él fuera parte de cabezón, cuando te miraba con esa mirada penetrante daba hasta miedo.

    -¿Pero, que tiene que ver él en todo esto?- pregunté con muchas dudas en mi cabeza.

    -Princesa. Me dijo rodeándome por detrás mi cuello con su brazo. –Estoy detrás de un pez muy gordo, si él acepta mi proyecto se puede llegar abrir otra nueva edificio de oficinas y es ahí donde entraría tu padre, después de todos los años de fidelidad a mi padre creo que se merece más que nadie ese puesto.- pegó su frente con la mía, yo estaba en las nube por todo lo que estaba escuchando.

    -¿Pero de qué puesto hablas? Mi padre no me ha comentado nada de esto.- le dije poniendo mis manos en su pecho para que se separara un poco.

    -No te lo ha dicho, porque aun no lo sabe.- se separo por completo de mi y avanzó como tres pasos hacia delante quedando de espalda hacia mí. –No me gustaría aun decirle que puede ser Directo general de la nuevas oficinas si se aprueba el proyecto.- dijo mirándome de reojo con una sonrisa malévola.

    -Mi, padre, Director general.- decía muy despacio para poder asimilarlo. –Naraku, mi padre ya es el jefe de sección del edificio de donde trabaja.- le dije de repente. – ¿Que es lo que te ha hecho pensar en darle ese puesto?- le dije mientras le miraba con ciertas dudas.

    -Ya te lo he dicho princesa.-

    -Sí, que lleva muchos años en la empresa y agradeces la fidelidad a tu padre.- me acerqué a él y lo miré a los ojos directamente. –Naraku, tu padre es su jefe y es normal que tenga fidelidad porque si no es así estaría de patitas en la calle.- le dije esto ya que no me convencía el motivo por el cual le subían de cargo.

    -¿Piensas que le puedo dar un puesto tan importante a cualquier persona así sin más?- pude ver como sus ojos se estrechaban y me miraban como si realmente le hubiera molestado lo que le había dicho.

    -Perdóname, pero es que no creo que ese motivo sea el indicado para ascender a alguien.- se lo dije con total sinceridad, realmente no me terminaba de convencer.


    -Está bien.- me dijo cogiéndome de los hombros y mirándome de forma que no podía apartar la vista de él. –Este puesto es muy importante y no solo por lo que te he dicho puede ser el indicado.- me soltó los hombro y caminó hasta quedar a unos paso de la orilla. Se quedó por un rato mirando el mar sin decir nada. Yo avancé hacia él quedándome justamente a su lado. –Tu como yo sabemos el talento que tiene tu padre con los números, no hay una cifra que se le pase por alto, lleva toda la contabilidad cuidadosamente.-




    -Pero también tu eres un maquina en los números.- le dije interrumpiéndolo. –Además ¿Por qué precisamente él?- giré mi cabeza para verle y aun seguía mirando hacia delante.

    -No te he dicho que el puesto vaya hacer definitivamente suyo.- dijo volviendo su mirada hacia mí. Nada más esa palabra me hizo tranquilizarme. –Te he dicho que para mí es la persona indicada, pero claro está que yo no puedo obligarlo a ello.-

    -Yo creo que en parte si lo obligarías.- nuevamente le interrumpí llevándome a cambio una mirada fulmínate por tal acción.

    -¿Vas a estar todo el tiempo interrumpiéndome?- me dijo con seriedad.- Porque si no…

    -Es que no puedo- dije nuevamente.

    -¡Kagome!- me replicó. – ¡Lo has vuelto hacer!- me dijo elevando algo la voz.

    -¿El qué?- le pregunté con incertidumbre.

    -Interrumpirme.- me quedé mirándolo con los colores en todo su resplandor, me sentía como una niña pequeña al cual le reñían por una mala acción. – Te decía que si él no quiere…-

    -Claro que querrá, él tiene que aceptar porque si no donde tiene seguro el puesto es en la cola del paro.- le dije muy nerviosa, tanto que no me di cuenta de que se me acercó y me cogió de nuevo por los hombros y seguidamente con una mano me tapó la boca para que no volviera a hablar.

    -Es imposible entablar una conversación contigo.- me dijo suspirando, yo solo me limité a abrir más los ojos por lo que me dijo. –Tú no sabes lo que nos costaría echar a tu padre de la empresa, es mas creo que seguro más de uno lo desearía nada mas por el finiquito que cogerían.- dijo riéndose.

    -Está bien.- dije zafándome de su agarre. –Espero que todo vaya para bien-


    -¿No te alegras de que tu padre ascienda?- me preguntó con un tono de voz algo extraño, me quedé por un rato mirándolo intentando buscar en él algo fuera de lo normal.

    -Pues claro que me alegro, pero esto haría muchos cambios en su vida cotidiana.- le dije intentando imaginar a mi padre en su futuro puesto de trabajo y en ese momento y sin saber porqué se me vino la imagen de mi madre mirándome con gran tristeza en los ojos. Vi como Naraku se daba la vuelta y empezaba a caminar sin decir nada, eso fue lo que hizo que saliera de mis pensamientos.

    -Entonces, ¿Vendrás conmigo princesa?- dijo dándose la vuelta para estar justo de frente a mí.

    -Es que no sé, es un viaje muy largo, y tendré que preparar toda la materia del próximo curso y tendré también que ayudar a….- no pude continuar puesto que él me había tapado la boca con su mano.

    -Princesa, relájate, todo eso lo podrás hacer más adelante, ahora lo que toca es divertirse.- me decía mientras me retiraba la mano de mis labios. -¿Qué me dices?-

    -Está bien te acompañaré, pero con una condición- le dije mirándolo seriamente y acercándome al él. –Para mí son unas vacaciones, así que procura no meterme en ningún sitio de reuniones raras.- le dije cerrando los ojos y cruzando los brazos.

    -No es justo. – le miré por lo que dijo. –Y yo que quería presumir de acompañante.- dijo pícaramente haciendo que me subieran los colores.


    Hola chicas, aquí os dejo el siguiente capítulo, que espero que os guste.
    IDALY, EVABEATRICE: ¿creéis realmente que Sesshomaru comprará el amor de Kagome? Más adelante se veras que es lo que pasará.
    IZAYOI SAMA: gracias por tu comentario, espero mejorar ese fallo y de verdad que siento que te haya resultado molesto.
    Besos a todo/@s.
     
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  10.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Re: "El amor jamas se compra" (sesshxkag)

    Bueno, estoy teniendo mala espina de Naraku… (En cambio yo lo apoyo en sus planes malvados, espero que se una gran estafa :D) Veo que corregiste varios errores pero he notado que insertaste acentos que no iban como en la palabra “fue” que bajo ningún motivo debe llevarlo. Quisiera saber que cosa planea Naraku… (¡Soy tu fan!) O.oU
     
  11.  
    chipo

    chipo Entusiasta

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    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
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    capitulo: 4º

    Sesshomaru.

    Volví a la casa de mi padre, solamente quería saber si se había leído el proyecto que le dejé encima de la mesa. Cuando entré pude ver a mi hermano hablando con una chica, de primera impresión creía que era la pequeña maleducada del atasco, pero después de observarla bien me di cuenta que no se parecían en nada, esta chica era más fina y elegante.

    -Hombre hermanito, ¿Qué se te ha perdido esta vez?- me dijo el estúpido de Inuyasha, si creía que se podía subir encima de mi está muy equivocado y mas estando acompañado.

    -Vaya, vaya, te creces mucho estando acompañado.- empecé a decirle. –Solo espero que no la saques de sus casillas como a la mocosa esa del otro día.- en ese mismo momento la chica lo miró como si estuviera pidiendo una explicación por lo que acababa de escuchar.

    -Se llama Kagome, y ya que tú has empezado el tema te voy a decir una cosa.- me decía poniéndose justo delante de mí. –Procura no acercarte a ella, y no vuelva a ponerle la mano encima, no permitiré que de nuevo se cruce contigo.- terminó apuntándome con el dedo índice, le estuve observando, vi como sus pupilas estaban encogidas, es como si al mirarme se deslumbrara. Hice la vista gorda a su comentario tan solo me limité a inclinar hacia un lado mis labios para formar media sonrisa y me giré sobre mis talones con dirección al despacho de mi padre.

    -Inyasha ¿Quién es Kagome?- escuché como la chica preguntaba al tonto de mi hermano.

    Subí las escaleras hasta llegar a una puerta blanca, entré después de llamar y recibir la aprobación por parte de mi padre para poder entrar.

    -Sesshomaru, hijo siéntate- me decía con el brazo extendido señalándome el asiento.

    -¿Lo has leído?- le pregunté directamente.

    -Verás hijo, el proyecto es muy bueno…

    -Pero- le dije interrumpiéndolo porque sabía que diría esa palabra, se lo estaba leyendo en sus ojos, mi padre desde que se caso por segunda vez se ha vuelto más expresivo.

    -Le he recomendado a otra persona.- dijo cerrando los ojos, es como si no quisiera ver mi reacción por lo dicho.

    -Entiendo, a Naraku ¿verdad?- le dije poniéndome de pié, solo bastó que dijera tal cosa para que me mirase de repente. –Me lo supuse desde que esta mañana me lo encontré en la playa, el normalmente nunca está por aquí.

    -Hijo, entiéndeme, no se cuales son realmente tus intenciones, no es nuevo verte hacer este tipo de cosas, no quiero que mi amigo confíe e invierta todo lo que le queda para que luego sin saber porque se pierda todo.- se levantó de la silla y caminó hacia la ventana asomándose.

    -No confías en mí, pero si en Naraku. – me di la vuelta y giré el picaporte de la puerta para disponerme a salir cuando escuché que mi padre hablo de nuevo.

    -No te creas que confío al cien por cien, el proyecto es muy buen tanto como el tuyo.- dijo girándose hacia mí y mirándome directamente a los ojos.

    -Y entonces ¿Por qué diablos lo aceptaste?- dije sin apartar la vista de él.

    -Porque hasta el día de hoy siempre he trabajado con su padre y todo ha ido bien, creo que se merece una oportunidad por…

    -Por ser su hijo, y ¿yo qué?- dije sin dejarlo terminar de hablar.

    -Ya te lo he dicho montones de veces, no puedo volver a confiar en ti, no es tan difícil de entender Sesshomaru, no me gusta engañar a la gente para mis propios beneficios, no hace falta créeme, todo lo que tengo y lo que tú tienes en Francia lo he ganado con el sudor de mi frente no a costa del sudor y los apuros económicos de otros.- no dijo nada más, se volvió a dar la vuelta para mirar de nuevo por la ventana y yo me quedé por unos segundo mirándolo hasta que ya me dispuse a salir sin ni siquiera despedirme.
    -----​

    Kagome.

    Ya terminamos el primer año de facultad, ahora lo que toca es disfrutar del verano que por desgracias son solo dos meses, estaba preparando todo el equipaje para ir de viaje.

    -Kagome ¿Estás segura de irte con Naraku de viaje?- me preguntó Sango dejada caer sobre el pre marco de la puerta de mi habitación.

    -Tranquila, es de confianza, nos conocemos desde que éramos niños.- le dije dejando a un lado una de mis maletas que estaba encima de la cama para que ella se sentara junto a mí. – ¿Y tú que harás, te vas a casa de tus padre o te quedas aquí para estar más cerca de…?

    -Unas compañeras de mi clase me han ha invitado a pasar un fin de semana en el campo de una de ellas.- dijo interrumpiéndome, yo cogí la indirecta y ya no le di a entender nada mas sobre Miroku.

    -Pues nada, ya lo tengo todo listo solo queda esperar que llegue a recogerme.- dije poniendo las maletas una delante de la otra.

    -¿Y porque llevas tantas?- preguntó con cara sorprendida por llevar tres maletas.

    -Es que, bueno, verás.- me daba hasta miedo decirle el tiempo que me iba a llevar en Francia. –Estaré un mes más o menos, el tiempo que le haga falta a Naraku para cerrar un contrato.- dije llevándome una mano a la cabeza y con una sonrisa muy forzada por el apuro.

    -Veo que no te disgusta estar con ese chico, a ver cuando me lo vas a presentar.- dijo muy pícaramente. Justo en el momento de que iba a contestarle suena el timbre de la puerta. –Ya voy yo.- me dijo alejándose hacia la puerta de entrada, yo caminaba de todas forma detrás de ella.

    -Naraku.- le dije desde detrás de mi amiga, ella se había quedado sin hablaba cuando lo vió, así que fui yo quien le habló. –Ya estoy casi lista, pasa y siéntate mientras termino.- le dije cogiéndolo de la mano y llevándolo a salón. En ese momento se me acerca Sango con la cara desencajada.

    -Yo no sabía que Naraku Kimura es el Naraku del que tú me hablabas- dijo caminando detrás de mí, ya que yo iba de camino para mi cuarto para coger las maletas. –Kagome, este chico es el hombre más poderoso de casi toda Tokio.-

    -¿Y?- le pregunté parándome y mirándola de frente. –Ya te dije que mi padre trabaja en la empresa de su padre y que nos conocemos desde niño.- mi expresión de cara cambio de repente. - Sango, me da la impresión de que no me crees - le dije con la mirada enfurecida.

    -Vale te creo, sois amigos desde niño, pero que no se te olviden que todo aquel que posee lo que una chica quiere pueden llegar incluso a comprar el amor.

    -¡Sango!- dije firmemente. –Me ofendes, no pensaba que tuvieras esa idea sobre mí.- ya no le dije nada mas, salí de mi habitación con las maletas y me fui directamente hacia la entrada de la casa. Estaba apenada, como mi mejor amiga podía dudar de mí, como me podía decir que vendería mi amor a una persona que solo me daría a cambio una vida más cómoda. Eché una última mirada hacia la dirección en donde quedaba mi habitación y la vi justo en la puerta con la mirada clavada en Naraku. –Parece ser que aun no me conoces.- dije casi en susurro, es como si me lo estuviera diciéndolo solo para mí.

    -¿Decías algo princesa?– escuché decir a Naraku, giré mi mirada hacia él y negué con la cabeza y sonriendo a la vez.

    -Ya nos podemos ir.- le dije a Naraku, después de lo que me dijo Sango no me molestaría ni en presentárselo.
    -----​

    Sesshomaru.

    Estaba en mi departamento, mi avión salía dentro de una hora y ya iba bastante atrasado, me quedé por un segundo mirando a King, tendría que dejarlo solo de nuevo pero esta vez no me dió tiempo de hablar con quien lo cuida en mi ausencia. Ya lo tenía todo listo, coloqué mi maleta en el maletero del coche y la cesta de viaje de King en el asiento delantero, esta vez el vendrá conmigo. Tenía que darme prisa si quería coger ese vuelo.
    -----

    Kagome.

    Me encontraba algo nerviosa, jamás había viajado tan lejos y menos aun en avión. Estaba sentada al lado de la ventana y a mi izquierda Naraku, él sí que estaba tranquilo…

    -Tranquila Princesa.- me dijo cogiéndome de la mano, haciendo que saliera por completo de mis pensamientos. - ¿Es la primera vez, verdad?- me preguntó, yo afirmé con la cabeza. –Paro todo siempre hay una primeras vez.- esto último lo dijo con algo de lujuria en su mirada, yo no pude responderle a eso tan solo me limité a volver la vista a la ventanilla, sabía perfectamente que no solo se refería al haberme montado por primera vez en avión a sin que me limité a pasar del comentario.



    -¿Te has fijado?- escuché decir a una chica de detrás de mi asiento.

    -Como no ve voy a fijar, si hasta las azafatas se mataban entre ellas para ayudarle a encontrar su asiento.- le contestó la compañera. Se llevaron un buen rato elogiando a no sé qué persona que por lo visto estaban en este mismo avión.

    Las mujeres no paraban de hablar, ya estaba algo aturdida de sus comentarios y sobre todo en el tono de voz que lo hacían, no mas parecía que querían que se enterasen todos los del avión. Noté como Naraku se iba girando hacia detrás para quedar justamente en frente a ellas.

    -Perdonen. – dijo en un tono muy educado. –Serian tan amable de hablar algo más bajo, es que de tanto escuchar halagos sobre ese joven empiezo a tener hasta envidia, creo que no soy ni la mitad de bueno como para que dos hermosuras hablen de mí como tal.- mis ojos se me pusieron como búhos cuando escuché tal cosa, si realmente fuera verdad su nariz superaría sin más a la de pinocho.

    -Que va joven, usted no tiene que tener envidia de nadie, es que yo no te he visto antes porque si a si lo fuera seria de ti y no de él de quien estuviéramos hablando.- le dijo la mujer con un leve color rosado sobre las mejillas. Yo la estuve observando para ver si era cierto lo que estaba diciendo y luego miré a Naraku para ver como reacción al escuchar lo que dijo la señora.

    - La pena es que esté emparejado.- dijo la otra mujer mirándome y suspirando. El solamente le sonrió y luego me miró guiñándome un ojo. –Permítame decirle que hacen una linda pareja- terminó por decir.

    -Eso es lo que justamente pienso yo.- le dijo sonriéndole para luego volverme a mirar con esos ojos penetrantes. –Lo vez Princesa, todo el mundo piensa lo mismo.- me dijo sin apartar la vista de mi.

    -Necesito ir al baño.- fue lo único que me salió para que me dejara de mirar de esa manera.

    Caminé por el largo pasillo para poder llegar hasta el servicio que estaba en una pequeña gabina, hay tuve que esperar a que fuese desocupado ya que intenté abrir la puerta y estaba cerrada, justo en ese momento noté como alguien me coge del brazo.

    -Te dije que te volvería a ver pequeña.- mi cuerpo se quedó frío cuando escuché de nuevo esa voz fría y calculadora, era una pena que utilizara una voz tan cautivadora para malos comentarios.

    -Vaya, mira que hay aviones, pues te vienes a montar en este.- dije sin apartar la vista de sus ojos.

    -Tan vulgar como siempre.- noté como fue soltando mi brazo pero sin apartarse de mí camino. -¿Se puede saber que haces aquí? Que yo sepa esto es para primera clase.- me molestaba tanto sus comentarios que si tuviera poder lo fulminaría con la mirada en tan solo un segundo.

    -Eso a ti no te importa lo que yo haga aquí.- dije desafiándolo con la mirada, yo no sé que me pasaba pero mi corazón empezó a latir justo cuando me centré en mirar más detallado a sus ojos, eran realmente hermoso, es como si tuviera un gran lago dorado esperando a que alguien se adentre en el.

    -----​

    
    -Hay que ver que tonta es esa chica.- se escuchó decir a una joven que hablaba con su acompañante.

    -Pues la verdad es que si, mira que discutir con él.- le contestó.

    -Si a mí me parara como lo ha hecho con ella me estaría derritiendo en sus brazos.- decía la chica con las manos unidas y sus ojos cerrados imaginándose tal momento.

    -Desde luego ella no sabe con quién está discutiendo.-

    -Ya me gustaría que Sesshomaru también discuta conmigo de esa manera- suspiraron las dos nada mas decir el nombre del chico.

    El hombre de ojos carmesí se levantó de inmediato nada más escuchar la conversación de esas dos chicas, estaba seguro que se trataba de Kagome, no permitiría que nada ni nadie se le acercara.
    
       -----
    
    
    -Necesito pasar.- le dije fríamente ya que la persona que estaba dentro del servicio ya se había retirado.
    
    -¿Ya te quieres ir?- me dijo sin quitarse de delante de mí. – ¿Yo pensaba que querías que te enseñara como comportase en primera clase?- me dijo con una sonrisa sínica.
    
    -Imbécil.- fue lo que le dije levantando la mano para poder darle una cachetada, el fue más rápido y me cogió de la muñeca acercándome más a él.
    
    -Eres como una gata salvaje pequeña.- me dijo acercándose a mi oído, mi corazón parecía que se iba a salir de mi pecho por las palpitaciones tan aceleradas. –A esta gatita necesitan que la adiestren.- me dijo cada vez más cerca de mi cuello, ya podía notar su respiración acariciar mi piel haciendo que un escalofrío recorriera mi espalda. No sabía que me pasaba, estaba aguantada por el ser más despreciable de la tierra y yo no ponía resistencia, mi cuerpo estaba totalmente pegado al suyo, ya que el espacio de la gabina era escaso, es como si una parte de mi quisiera estar entre los brazos de este pendejo pero en cambio otra parte hacia que me odiara a mi misma por gustarme tal cosa.
    
    -¡Suéltala!- escuché decir detrás de Sesshomaru.
    
    -¡Naraku!- dije mirándolo y alegrándome por su llegada. Sesshomaru seguía mirándome y se me acercó a mi oído.
    
    -Sé que te has quedado con las ganas pequeña.- le miré sorprendida por lo que me dijo. –Hasta otra pequeña.- dicho esto se despegó de mí y se giró hacia Naraku, estuvieron por largo rato mirándose fijamente él uno al otro, yo no sabía ni que decir ni que hacer, estaba totalmente confundida.
    
    -Ni se te ocurra acercarte de nuevo a mi Kagome, porque será lo último que hagas en tu vida.- Sesshomaru se le quedó mirando y después se le dibujo una sonrisa de victoria.
    
    -Hay mi querido Naraku, a sin que tu Kagome.- le enfrentó con la mirada. –Ahora se puede decir que estamos en paz.- ya no le dijo nada mas tan solo se dio la vuelta y se retiró del la gabina. Yo no entendía nada de lo que estaba pasando entre estos dos, es más no tenía ni idea que hasta se conocían.

    
    -----

    Sesshomaru.

    

    Llegué a mi asiento y me relajé por el momento pasado, no tenía ni idea que esta chica estuviera con el traidor de Naraku. Cerré mis ojos y al momento se me vino el olor a Azahar que desprendía la pequeña, pude notar como de suave era su piel, como su respiración se le aceleraba cuando me tenía tan cerca, la verdad que algo en ella me incitaba hacer tal cosa.
    Abrir mis ojos asustado por lo que estaba pensando, como una niña tan vulgar podía llamar tanto mi atención. Ya sabía que la pequeña estaba con Naraku, a sin que ahora le tocaría a él perder lo que yo he perdido por su culpa.

    
     
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  12.  
    razon

    razon Usuario común

    Tauro
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    Hola soy nueva en los comentarios de tu ff
    Pero la verdad ya llevo tiempo leyendolo, no preguntes las razones de por que no postee antes.
    La verdad hay muchas cosas buenas en tu ff y me gusta mucho.
    Las personalidades de los personajes no la has cambiado mucho, solo la de Naraku que me di cuenta de que la modificaste.
    Me pregunto si Naraku tendra algo planeado, espero leer tu proximo capitulo.

    Atte:razon
     
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  13.  
    VANEZITHA

    VANEZITHA Entusiasta

    Leo
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    Bulgar desde cuando:confused: es vulgar que alguien
    sea franca y directa, estonses muchas mujeres
    Mexicanas cerian bulgares para sesshomaru???
    pero me encanto el capitulo siiii k se ponga mas vulgar:) digo no0 jaja n.n
    Esbribe prontho0 Att: VANEZITHA:D
     
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  14.  
    Blood Dupre

    Blood Dupre Usuario VIP

    Tauro
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    Hola, después de tanto tiempo te comento, ¿qué habrá pasado para Sesshomaru y Naraku se odien tanto?, y como ya te han anotado, desde cuando las mujeres honestas o que expresan lo que les disgustan son vulgares, pero se debe de justificar su comportamiento ya que se crió entre gente de la alta sociedad, aunque nadie tiene derecho a juzgar, pero bueno así es la personalidad de tu personaje y no lo juzgo más, espero tu continuación. Adiós.
     
  15.  
    LadyWitheRose

    LadyWitheRose Usuario común

    Acuario
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    Hola
    dejame decirte que me gusto mucho tu fic :)
    encerio que si, la introduccion a tu fic es muy cierta en algunas personas
    en eso estoy de acuerdo... me pregunto que hara Sesshomaru ahora, tratara de quitarle a Naraku
    a Kagome solo por despecho o el simlemente lo hara por que siente la necesidad de estar junto a ella?
     
  16.  
    chipo

    chipo Entusiasta

    Capricornio
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    Hola chica/as, hoy os dejaré el siguiente capítulo, espero que os guste y que sigáis dándome vuestra opinión que me sirven de mucha ayuda tanto para cambiar o corregir los errores y para seguir adelante con la historia.
    Gracias de todo corazón.

    Razon: No te preocupes que no te preguntaré el motivo;). Muchísimas gracias de verdad, me alegro de que te guste. Bueno, a cuenta las personalidades de los personajes intento no sacarlo mucho de los que son en realidad pero hay momento en el cual tienes que cambiar algo de ellos para poder encajarlo con la historia. Naraku, la pregunta del millón, en el algo cambié el personaje, pero para…. (shhhhhh).:oops:

    VANEZITHA: Vulgar, esa es la peor palabra que hay para catalogar a alguien pero no dejo de reconocer que por desgracia hay quien lo hace y no hace falta que sea de economía muy alta. A ver si más adelante se arrepiente o se alegra por lo dicho.
    Gracias amiga, espero que el siguiente te guste igual que este.

    EVABEATRICE: Te digo que tienes toda la razón del mundo a cuenta el personaje pero ya veremos qué es lo que pasará con él. ¿Qué hay entre estos dos, sabremos qué es lo que paso entre ellos para que se odien tanto? Toda la verdad tarde o temprano siempre sale a la luz.
    Gracias.

    LADYJAZMINAR: Muchísimas gracias, como ya he dicho me da gusto saber que por ahora os gusta y eso me ayuda a seguir adelante. Yo creo que eso es una lucha que tendrá Sesshomaru con él mismo que seguro que más adelante lo veremos.
    Gracias de verdad a todas.:D
     
  17.  
    chipo

    chipo Entusiasta

    Capricornio
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    Título:
    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2182
    capitulo: 5º

    Kagome.
    No hablamos nada de lo ocurrido en el avión, estábamos en un taxi de camino al hotel, estaba algo incomoda por no querer hablar conmigo a cuenta Sesshomaru. Miré por la ventana, era de noche y la ciudad se veía hermosa entera iluminada, si no fuera porque estaba realmente cansada le pediría a Naraku que me enseñase toda la ciudad.

    -Todo esto es hermoso.- le dije mirándolo con los ojos iluminados por la emoción.


    -Ahora si se puede decir princesa.- le miré porque no entendía que es lo que quería decir con ello. –La ciudad es hermosa desde que tú has puesto los pies en ella.- me decía con su mirada penetrante.


    -Naraku, vas hacer que me salgan los colores.- le dije llevándome las manos a la cara para tapar el mínimo de color en mis mejillas.


    El taxi paró justamente en la puerta de un lujoso hotel. Me quedé maravillada por tanta hermosura, por cada lado que miraba me encontraba con el exquisito gusto de la elegancia y el glamur, no lo podía evitar, estaba realmente emocionada en poder entrar en un hotel con tal categoría que solamente está al alcance de unos pocos.


    – ¡Dios mío Naraku, esto es hermoso!- le dije sin parar de mirar de un lado a otro y con un cierto brillo en los ojos en el cual reflejaba la emoción y el entusiasmo de encontrarme en este lugar. Quería memorizar a la perfección cada rincón ya que sabía que jamás volvería a entrar en otro hotel como este.

    [FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia] -Mi princesa, esto no es nada para lo que tú te mereces.- me dijo ofreciéndome su brazo para que lo acompañase al mostrador del hotel para poder recoger las llaves de nuestras habitaciones.[/FONT]
    [/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]


    -¡Naraku, esto no estaba dentro de lo acordado!- le grité entrando en la habitación.

    -Princesa, la chica te ha explicado el motivo por el cual no hay habitaciones.- me decía mientras le daba algo de propina al botones.


    -Por favor, ¿tú crees que me voy a creer tal cosa?, es imposible que un hotel tan grande no tenga ahora mismo ninguna habitación desocupada.- le dije mientras me sentaba de golpe en el mullido sofá.


    -Ya te he dicho que esta habitación no la dan porque yo pago mucho por ella- elevé una ceja por lo que había dicho. -es la que siempre pido y me gustaría enseñarte el porqué.- extendió un brazo para que yo le cogiera la mano, lo miré por un momento como dudando y luego cedí a su petición. Me llevó hasta la gran terraza de la habitación, era inmensa, entera decorada de enorme macetas acompañada de una mesa de cristal y cuatro sillas de forja blanca. Nada más me acerqué un poco al barandal de mármol blanco me quedé con la boca abierta por tal belleza.

    -Dios mío, esto es hermoso.- dije emocionada dejando caer mis manos sobre el frio mármol.
    
    Toda la ciudad estaba encendida, pude ver al fondo el Arco del Triunfo entero iluminado, todo era fantástico. Cerré mis ojos y me giré hacia él.


    -Naraku, todo esto es muy bonito, pero no quita lo que ya te he dicho, yo quiero una habitación independiente.- le dije algo más tranquila.


    -Ya sabes que por hoy no se puede, mañana lo intentaremos y te prometo que si no hay nos vamos a otro hotel, ¿vales?- me cogió de las manos y me llevó hasta su pecho haciendo que me estrechara entre sus brazos.

    -Nunca cambiarás, siempre tan cabezón.- dije respondiéndole al abrazo.
    
    
    
    Los primeros rayos de sol entraron por mi ventana haciendo que poco a poco vaya abriendo los ojos por la claridad, estiré mis piernas y mis brazos a lo largo y ancho de la cama y es entonces cuando recordé que Naraku se había quedado a dormir en el sofá de la sala principal. Me levanté de inmediato, salí de la habitación hacia la sala y lo pude ver acostado incómodamente, me acerqué hacia él y me agaché a la altura de su cabeza y lo observé por un momento como dormía.

    -Se ve tan tierno.- me tapé la boca porque sin darme cuenta lo había dicho en voz alta y no quería despertarlo y mucho menos que se enterara, aunque tengo que reconocer que no solo tierno se veía, también algo sexy.


    Cuando estaba dispuesta a levantarme veo como esos ojos carmesí se abrieron de par en par dejándome clavada en el sitio, en ese momento pude ver como se le dibujaba una sonrisa en sus labios.


    -Buenos día princesa.- me dijo incorporándose y poniéndose de pie, me ofreció una mano para ayudarme a levantarme, aun seguía agachada, me había quedado de piedra cuando lo observé bien estando de pie, estaba sin su camiseta, tenía todo el dorso desnudo luciendo sus perfectos pectorales.


    -Buenos día princesa.- me dijo incorporándose y poniéndose de pie, me ofreció una mano para ayudarme a levantarme, aun seguía agachada, me había quedado de piedra cuando lo observé bien estando de pie, estaba sin su camiseta, tenía todo el dorso desnudo luciendo sus perfectos pectorales.


    -Tú también te ves muy tierna durmiendo.- le miré sorprendida por lo que me dijo, eso solo podía significar una cosa.


    -¿Entraste en mi habitación anoche?- le grité separando nuestras manos de inmediato. –No me esperaba eso de ti.- dije dándole la espalda.


    -Tú sabes que yo no haría tal cosa princesa, tan solo que me hacía falta ir al baño y como abras notado está dentro de la habitación.- Me dijo rodeándome con sus brazos.


    -Ya y te quedaste mirándome.- cuando le contesté él me giró para que estuviéramos de frente, llevó una mano hacia mi mejilla y empezó a acariciarla dulcemente, yo cerré mis ojos por el tacto de sus manos en mi piel.


    -No lo pude evitar, se te veía tan linda durmiendo…-


    -Pero…- No pude terminar de hablar porque el llevo su dedo índice hacia mis labios.


    -Estamos en paz princesa.- me dijo casi en un susurro mientras su mano me cogía de la barbilla, vi como poco a poco se iba acercando, sus ojos se cerraron y luego yo cerré los mío, no sabía que me pasaba pero es como si no pudiera negarme a que no quisiera probar esos dulces labios pero cuando casi alcanzo a probarlo se me vino la imagen del chico del atasco y sin más aparté a Naraku de mi lado.


    Yo no dije nada tan solo agaché mi cabeza haciendo que mi flequillo tapara mis ojos chocolate, quería salir corriendo pero algo en mi me lo impedía. Estaba esperando a que él me dijera algo aunque solo sea un porqué, elevé de nuevo mi mirada para encontrarme con la suya, estaba de pie mirándome, no decía nada tal solo miraba, había algo en sus ojos que no me gustaba, seguro que se había enfadado pero aun así seguía sin hablar. Esta situación me hacia estar incomoda, me giré para ir de nuevo hacia mi habitación.


    -¿Es por él, verdad?- me paré en seco cuando le escuché decir tal cosa, me giré nuevamente hacia él, me quedé mirándolo asombrada por lo dicho. -Es Sesshomaru quien te lo impide.- dijo pasando por mi lado para entra en la habitación.


    [FONT=Georgia] -¿Cómo?- le pregunté andando detrás de él. –Naraku, no te entiendo, a mí nadie me impide nada.- le dije cogiéndolo del brazo para que dejara de andar. Él en verdad tenía razón, solo me bastó imaginar su cara para impedir que Naraku y yo nos besáramos. Él no decía nada tan solo me observaba. – ¿Cómo crees que me puedo enamorar de un hombre que lo único que hace es burlase de mí?- dije agachando la cabeza. –Mírame, ¿Tú crees que un chico como él puede fijarse de una chica como yo?-[/FONT]

    [FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia] -Si- le miré a los ojos sorprendida. –Kagome, tú estabas dispuesta a besarme al igual que yo a ti, pero no sé qué se te pasó por la cabeza para no llegar hasta el final.- él tenía razón pero no podía decirle cual era el motivo. Estaba hecha un lio, a mi ese chico para nada me gustaba pero no sé porque me paso tal cosa, tampoco se lo podría decir.[/FONT][/FONT][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia]-Naraku.- le dije sentándome en el borde de la cama y ofreciéndole que se sentara al lado mío. –Ya sabes como yo soy, no quiero que te pienses que lo hago por lo que estás haciendo por mí y por mi padre.[/FONT]
    [/FONT][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia] -Me ofendes princesa- dijo sin levantar la mirada de la moqueta azul que cubría el suelo de la habitación.[/FONT]
    [FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia]-Que bien.- dije dando un salto en la cama.[/FONT][/FONT][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia] -¿Pero, ahora que te pasa?- me preguntó dudando.[/FONT][/FONT][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia]-Me has dicho princesa y eso quieres decir que ya no estás enfadado conmigo.- le dije cogiéndolo del brazo y dejando caer mi cabeza en su hombro. Noté como se puso de pie invitándome a que yo le siguiera, no le hice esperar, me puse de pie a su vera y me quedé esperando a que él me dijera algo.[/FONT][/FONT][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia] -Kagome, tú me gustas desde hace mucho tiempo.- me dijo cogiéndome de la cintura y pegándome a su pecho, no sabía que me pasaba pero no me podía negar a que hiciera tal cosa, no sé si esto significa que me estaba enamorando de él.[/FONT][/FONT][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia][FONT=Georgia]
    [FONT=Georgia] -Naraku.- susurré. Mis mejillas se pintaron de un rosa pastel, pegué mi cabeza a su pecho haciendo que él me abrazar y dejara caer su barbilla en mi cabeza.[/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]
     
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  18.  
    LadyWitheRose

    LadyWitheRose Usuario común

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    OMG!!
    O.O
    Por dios!! qe no le de una oportunidad NO NO NO!! >.<
    bueno es que es si .. todo pinta muy bonito pero a un asi
    yo creo que tiene malas intesiones no por nada es Naraku... aparte
    no se... creo que quiere engatuzar a Kagome con el dineron... por que aunque ella diga que no
    parece que esta cediendo O.O...
    SESSHOMARU APARECE PRONTO!!! D:
     
  19.  
    razon

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    Hola, e.e esto ya se puso bueno, ahoro que lo menciono, en una parte te quivocaste y repetiste el parrafo 2 vecez, ten cuidado, seria recomendable que releyeras para revisar por si hay algun error, eso te lo digo solo para que el ff sea exelente, aunque más de lo que ya es no se puede ;)
    Bien espero que me habises de la conti y dos cosas más;

    1. Que Sesshomaru aparesca pronto.
    2. ¬¬ Al final cortaste lo que me ibas a decir del porque cambiaste la personalidad de Naraku pero parese ser que es por que ama de verdad a Kagome, eso o es solo una trampa.



    atte:razon
     
  20.  
    chipo

    chipo Entusiasta

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    "El amor jamas se compra" (sesshxkag)
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    5290
    capitulo: 6º

    Sesshomaru.
    Hoy era la reunión con todos los directivos, para nada me agradaba tener que escuchar al estúpido de Naraku y mucho menos escucharlo hablar de su famoso proyecto, si no fuera por mi queridísimo padre seria yo el que hablara y él el que escuchara.

    Fui hasta el garaje para poder coger el coche, como siempre puse la música y empecé a conducir camino a edificio Taisho. Esa es otra de las cosas que me molestó, tener que hacer la reunión en mi trabajo, es como si todo estuviera en mi contra, normalmente hacemos las reuniones en punto de encuentros diferentes y con qué mala suerte esta vez tocó en la mía. Tuve que parar en uno de los semáforos que estaban en rojo, abrí mi ventanilla y dejé caer el codo en ella, esto es lo malo de este país, los semáforos tardan bastante en ponerse en verde. En uno de mis mirada para ver si ya por fin cambiaba de color vi algo que me dio por así decirlo una patada en el estomago, ahí estaba ella, realmente lucia impecable, llevaba un vestido blanco muy ajustada a su figura, le quedaba justamente por encima de la rodilla, tenía una gran abertura por detrás en la parte baja de la falda para así tener más movilidad a la hora de andar, era de tirantas muy fina y con el escote recto sin dejar absolutamente nada al descubierto, no sabía que tuviera suficiente equilibrio para andar con un zapato de salón tipo sandalia de color negro de más de 10 centímetro. Lo reconozco estaba realmente hermosa y lo estaría más si no estuviera a la escoria de Naraku a su lado, ella estaba agarrada de su brazo y se veía muy sonriente, parece ser que disfruta de su compañía. Yo mismo me pregunté por qué me molestaba tanto el verla con él, tenía que ser todo lo contrario, gracias a ella puedo hacer que ese miserable pase en sus carne lo que ya una persona pasó. Cerré la ventanilla de mi puerta y puse el coche en marcha puesto que el semáforo se puso en verde, eché un último vistazo desde el espejo retrovisor y no puede evitar el sonreír por lo que tenía pensado de hacer.

    -Ahora es mi gran momento Naraku.-

    Kagome.
    -No sé como lo haces.- le dije entrando en el gran edificio. Me quedé con la boca abierta cuando vi lo maravilloso y elegante que era todo, para nada parecía un edificio de oficinas más bien parecía un edificio de lujosos apartamentos. Hubo algo que fue lo que más me llamó la atención, el suelo, era de mármol blanco y negro y lo mejor era que brillaba como si fuera un espejo, yo misma alucinaba como me veía reflejado en él, a sin que cuando caí en cuenta lo primero que hice fue ponerme disimuladamente las manos sobre mi traje para que a sin quedara la falda lo mas pegado posible a mis pierna para que se evitara cualquier reflejo del interior.




    -¿Hacer que princesa?- me respondió como si no supiera de lo que le estaba diciendo y gracias a su pregunta me hiso sacar de mis pensamiento sobre el dichoso suelo-espejo.

    -Pues ya sabes, convencerme para que te acompañe a esta reunión.- le jalé del brazo para que parase. –Haber dime, ¿Qué pinto yo aquí?- le dije poniendo las manos en mi cintura en forma de jarra.

    -Pues…- empezó a decir llevándose un dedo a la barbilla como si estuviera pensando el motivo de mi presencia en la reunión. - Pintas y mucho princesa- dijo de repente señalando discretamente a un lado del salón, y con esa misma discreción me giré y pude ver a un grupo de quince o mas hombre mirándonos, –Ahora mismo soy la envidia de todos ellos.- Dijo triunfante y orgulloso por ver que nada más entrar en el edificio todas las mirada se centraban en nosotros.

    -Naraku, esta es la última vez que te acompaño ¿entendido?- le dije agarrándolo de la manga de la chaqueta y echando chipa con la mirada. Escuché como alguien caminaba hacia donde nos encontrábamos, Naraku me rodeó con su brazo mi cintura haciendo que estuviera casi pegada a él. Una lista, eso es lo que tenia ahora mismo en mi cabeza, la lista de cosas que le diría nada mas estemos solo y tranquilo en el hotel.

    -Señor Kimura- dijo un hombre de avanzada edad acercándose hacia nosotros. –Ya hacía mucho que no te veía, me alegro mucho por el nuevo proyecto de verdad, ya tengo ganas de ver como es- le dijo el hombre estrechándole la mano, luego fijó su mirada en mí incitando a Naraku a que le presentara.

    -Si Señor Tanaka, como cuatro años hace que no nos vemos y yo también tengo ganas de que sepáis mis planes de futuro.- dijo mirándolo de manera desafiante por estar ignorándolo y estar pendiente de mí. –Como veras Señor Tanaka, vengo acompañado con mi novia, Kagome Higurashi.- mis ojos se pusieron como platos cuando escuché lo que dijo pero lo que más me sorprendía que lo decía con tanta naturalidad que no le importaba lo mas mínimo que yo saltara diciendo todo lo contrario.

    -Encantado de conocerte señorita Higurashi.- me dijo el hombre haciendo una leve reverencia.

    -El placer en mío Señor Tanaka.- dije devolviéndole el saludo. Todo esto lo apuntaría para luego pedir cuenta, me obligaba a fingir que yo era su novia ¿Cómo podía tener tanta jeta? Aun seguía sujetándome por la cintura y me dio un leve empujoncito para que caminara hacia el ascensor. La sala de junta era en la 5º planta, no le pude decir nada en ese momento ya que estábamos acompañado por todo el grupo de hombre que se encontraba antes en la entrada del edificio. Era realmente incomodo, podía sentir como una docena de ojos se clavaban en mí nuca, yo no los veía porque me encontraba de espalda hacia ellos pero sí que lo podía sentir, me agarré al brazo de Naraku dándole a entender mi situación, él me miró y me sonrió, luego volvió la vista al frente y lo observé cómo se le dibujaba una sonrisa un poco ¿malévola? Me quedé mirándolo con los ojos encogidos pero luego sacudí mi cabeza para quitar esos pensamientos sobre él.

    Salimos del ascensor y caminamos por un enorme pasillo, todo era de color blanco, en las paredes había algún que otros cuadros de motivos florales. En el fondo pude ver a una chica, estaba de pie al lado de una puerta doble, en sus manos llevaba una montaña de carpetas que les iba dando a cada persona que se adentraba dentro de la habitación, nos acercamos hasta ella y nos condujo hacia el interior de la sala.

    -El presidente está por llegar- dijo mirando a Naraku y a todos los directivos que se encontraban allí. Observé como los hombre rodeaban a la chica con la mirada cuando pasaba por la vera de ellos para salir de la sala. La chica era bonita, entendía las miradas de los hombres pero al menos deberían de tener un poco de respeto ya que con ellos estaba una presente.

    -Naraku.- dije cogiéndole de la manga de la chaqueta. –Te esperaré en la cafetería si no te importa.- le dije dibujando una sonrisa en mis labios, la verdad, no tenía ganas de estar escuchando cosas que no entendía lo más mínimo y no quería ser descortés el tener que estar mirando el reloj cada dos por tres.

    -Está bien princesa, te prometo que te compensaré la espera.- me dijo acercándome hacia mí y depositando un cálido beso en mi mejilla. Mis colores subieron como la espuma al darme cuenta que todos los aquí presente se quedaron mirando tal escena. Yo misma no me conocía, no sé porqué me quedaba quieta como si nada, el no decirle nada referente a esto le facilitaba mas las cosa a seguir adelante con la mentira. Si no le corto rápido para que deje de decir tal cosa mañana mismo estaremos comprometidos y casados y haber como salgo después de esto.

    -Señor Kimura.- dijo un joven alto y de tez morena, tenía los ojos de color verdes, el cabello largo y sujetado en una coleta alta, su porte era elegante y refinado, en resumen, el chico era muy atractivo. Noté como su mirada se clavaba en la mía sin reparo alguno, haciendo que agacharla la mirada por el leve rubor que le salieron a mis mejillas por tal acto. –Permítame decirle que su acompañante es toda una belleza.- dijo sin ningún tipo de pudor mientras me cogía de la mano para depositar en ella un cálido y suave beso.

    -Me alagas Koga, pero esta señorita no es solo mi acompañante.- le dijo devorándolo con los ojos, dándole a entender que no se puede meterse en su territorio y mucho menos en lo que haiga dentro. Sabía que diría algo como eso, pero lo que me sorprendió fue como el chico agachó la cabeza y se retiró hacia donde quedaba su asiento en la gran mesa de cristal, por un momento pensé que era miedo lo que tenía y que para nada le gustaría contradecirlo.

    -Naraku- le llamé para captar su atención. –Espero que salga bien todo el proyecto y que tengas el apoyo suficiente, pero yo aquí ya no hago nada así que me retiro.- le dije cogiéndole la mano para que me acompañara hacia la puerta y poder salir al fin de la sala de juntas.

    – ¿A qué viene todo esto?- dije cruzando los brazos nada más que salimos. –No me gusta que vayas diciendo que somos parejas, no me obligues mas a mentir, ya sabes cómo soy con esas…-

    -Princesa, créeme si no lo hago estos tipos te devoraran y eso sería el fin de cada uno de ellos.- me dijo sin dejarme terminar de hablar. -¿No te diste cuenta como miraban a la chica? – vale tenía razón, los ojos se le salieron de sus orbitas con tal belleza, pero de ahí a hacerle algo hay un abismo, no creo capaz a ninguno de ellos hacer tal cosa. Entonces me volví a centrar en lo que me dijo hace un segundo.

    -¿El fin?- pregunté, ya no sabía si era cosa suya o hablaba en serio y me encontraba en una jaula llena de leones

    -Si mi princesa el fin, yo mismo me encargaré de que no vuelvan a ver la luz del sol si te ponen una mano encima - su mirada era terrorífica, odiaba cuando se ponía a sin, siempre he pensado que este chico muchas veces saca las cosas fuera de contexto.

    -Cuando te pones a si me das miedo ¿sabes?- dije sin apartar la vista de sus ojos.

    -Tranquila mi amor, ya sabes que tu lo eres todo para mí y que jamás te aria daño.- me rodeo la cintura con sus fuertes brazos y me atrajo hacia él. Otra vez el mismo momento que en el hotel, otra vez la misma situación y otra vez la duda si debería o no hacerlo, vi como cada vez se acercaba más y más hacia mí, llevó su mano hacia mi nuca para a sin impedirme echarme hacia detrás, entonces cerré mis ojos y esperé a que se unieran nuestros labios. Ya no sabía si después de esto me arrepentiría o no de ello.

    Sesshomaru.

    Llegué al edificio pensando como seria el famoso proyecto de Naraku, tenía mucho interés en saber como de bueno podía llegar hacer como para que mi padre rechazara el mío por el suyo, solo de pensar en verlo hablar de ello triunfante y orgulloso me hacía que la sangre me hirviera. Ya lo estaba tomando por costumbre en meterse de por medio cada vez que tengo algo en mente, en todo tenía que ser el primero, pero claro como se suele decir; el que ríe ultimo ríe mejor. Por desgracia no puedo hacer absolutamente nada para impedir que dicho proyecto se lleve a cabo, tiene que ser que todos los directivos coincidamos en la misma negativa, pero por los rumores que me llegaron sobre el tema lo tendría totalmente difícil. Pero lo que más me sorprendió fue el porqué iba acompañado con la pequeña maleducada. Miré hacia mi derecha donde se encontraba el marcador del ascensor, ya estaba a punto de llegar, se abrieron las puerta y me dispuse a salir, solo me hiso falta dar un paso para ver a la pequeña y a Naraku a punto de unir sus labios. No sé lo que me pasó en ese momento pero cerré mis manos en un puño y apreté con todas mis fuerzas, ni yo mismo entendía el porqué me molestaba tanto el verlos juntos. Cogí aire y me dispuse a caminar hacia ellos.




    -Yo creo que este no es el momento y mucho menos el lugar para hacer tal cosa.- dije fríamente parándome justamente enfrente de ellos y mirando desafiantemente a Naraku.

    -Perdone.- escuché decir a la pequeña. Mis pupilas divisaron en sus mejillas un tono sonrosado que la hacía parecer aun más pequeña. La estuve mirando por unos segundos mientras la analizaba, había algo que no era normal, no parecía ella, yo creo que de lo poco que he hablado con ella nunca lo hizo con respeto y ahora no solo la escucho pedir perdón si no que también agacha la cabeza avergonzada de ello.

    -Princesa, no tienes que pedir perdón- le dijo Naraku acercándose a ella y rodeándole la cintura con su brazo, en ningún momento dejó de clavarme su afilada mirada, claro está que eso no bastaría para intimidarme –Que yo sepas no estabas haciendo nada malo, para mi parecer todo lo contrario, esto es normal, todas las parejas lo hacen- esto último lo dijo recercando bien la palabra pareja. – ¿Oh acaso al Señor Sesshomaru le molesta?- dijo desafiante, yo al escuchar con el tono de voz que lo hacía me ínsito a que diera otro paso más para quedar más cerca de él, si hablaba nuevamente con ese tonito yo mismo me encargaré de que no vuelva abrir la boca.

    -¡Naraku!- dijo la pequeña elevando algo la voz para captar su atención, le miró algo sorprendida, no sé si él lo pillaría pero creo que su mirada decía que no le ha gustado nada lo que dijo. –Te espero en la cafetería, suerte.- le dijo algo frío y distante, ella se retiró hacia el ascensor sin echar ni una mirada hacia detrás. Observé que este no le quitaba los ojos de encima, yo ni siquiera me molesté en darme la vuelta. Cuando ella desapareció definitivamente del pasillo Naraku deposito su mirada en mí, nos quedamos los dos por un rato mirándonos, no le dije nada, en absoluto me importa esa chica como para pedirle una explicación de lo sucedido, tan solo me limité a entrar en la sala y a sentarme en el sillón principal para poder escucharlo hablar abiertamente de su preciado proyecto.

    Kagome.

    Estaba sentada en la cafetería, pensaba en todo lo que había pasado en tan solo unos minutos, mi corazón latía a mil por horas al recordar como esos ojos ambarinos se clavaron en mi cuando me vio con Naraku. Parecía que me estaba pidiendo una explicación, al menos eso es lo que yo interpreté con su mirada, este hiso que me sintiera culpable de algo que no había hecho pero aunque a si fuera para nada es cosa de su incumbencia. Yo creo que lo único malo que hice fue pedirle perdón, no sé el porqué ni lo que me incitó hacerlo, lo único que sé es que quería hacer como los avestruces, meter la cabeza bajo tierra buscando la solución al problema. Pero ¿porque me torturaba yo misma en decir que está metida en un problema? No sé como describirlo pero me sentía como la chica que estaba engañando a su pareja con otro chico. Pero hay algo que aun sigo notando, mi corazón, mi corazón late desenfrenadamente y ahora no sé si es por él o por los nervios del escándalo montado.




    -¿Por qué?- dije en un susurro llevándome las manos hacia mi pecho para ver si a sin lo calmaba un poco.

    Ya había pasado más de dos hora y aun seguía sin bajar, ya estaba algo cansada de estar tanto tiempo sentada esperándolo. Ya no sabía cuántos café y refresco me había tomado para intentar no aburrirme, me había recorrido la cafetería como dos o tres veces de cabo a cabo y estuve como una hora hablando con la chica que sirve las mesa y aun a sin no era suficiente para distraerme.

    -Esta es la última vez que lo acompaño a este tipo de cosas.- dije suspirando y poniendo mis codo en la mesa para hacer de soporte ya que había dejado caer mis mejillas en mis manos.

    -Espero que algún día me des también la oportunidad de que me acompañes a una reunión- me quedé fría cuando escuché esa voz tan particular y tan varonil, solo una persona hasta ahora he conocido con ese timbre de voz. Giré mi cabeza hacia la derecha, no había nadie, cuando volví a ponerme derecha lo vi sentado justo en frente de mi. Otra vez empezó a palpitar mi corazón sin control alguno, tuve que poner nuevamente las manos en mi pecho.

    -¿Ya terminó la reunión?- le dije evitando mirarle a los ojos.

    -No.- eso fue lo único que me dijo, se quedo ahí quieto y sin apartar la vista de mi, todo eso hacía que me pusiera más nerviosa aun.

    -¿Entonces?- le pregunté para que me dijera algo más.

    -Bajé para despejarme un rato, total yo ya no les hago falta.- seguía sin quitarme ojo. Ya no le dije nada mas tan solo me limite a mirar hacia la ventana que había al lado de la mesa de donde estaba sentada. Lo hacía para ver si con esto me dejaba tranquila y dejara de agobiarme con su mirada, me sentía como la persona que le arrojar un barreño de agua helada, a si es su mirada, fría como el puro hielo. -¿Estas saliendo con él?- no solo su mirada es fría, también lo es sus palabras. La pregunta hiso que volviera la cabeza hacia donde él se encontraba.

    -¡Y eso a ti que te importa!- le respondí con dureza, está muy equivocado si piensa que le voy a dar explicaciones de ello.

    -Vaya, ya empieza a salir la pequeña rebelde- dijo dibujándose de medio lado una pequeña sonrisa. Ya sabía yo que no tardaría mucho en salir el verdadero Sesshomaru.

    -¡Deja de decirme pequeña!- le grité mientras me puse de pie para salir de la cafetería, pero en el momento que pasé por su lado noté una leve presión en el brazo izquierdo. – ¿Porque siempre tienes que hacerme esto?- le dije mirando su mano agarrando mi brazo. Se levantó y se acercó a mí quedando solo a unos milímetros de separación.

    -Me encanta las chicas difíciles.- me dijo en un susurro en mi oído. –Mañana a las onces estaré por la zona del parque central, se que Naraku tendrá que salir muy temprano y a lo mejor no se te apetece ir a esa reunión.- dicho esto noté como me soltaba del brazo para quedar justo enfrente de mí. Por un momento me dejó sin palabras hasta que mentalmente fui analizando palabra por palabra dicha por el peli platino.

    -¿No pensaras que…?-

    -¡Kagome!- escuché decir mi nombre detrás de mí, me giré y me lo encontré con la peor mirada que te pueda hacer una persona. -¿Te está molestando?- me dijo cogiéndome de la mano y pegándome a su cuerpo, todo esto lo hacía sin quitar los ojos carmesí de los ambarinos.

    -No.- le dije mientras negaba también con la cabeza. –Por cierto, ¿Cómo fue la reunión?- dije cambiando de tema para evitar un conflicto entre los dos hombres, le cogí de la solapa de la chaqueta para que solo se centrase en mi y dejara de mirar de una vez al peli platino.

    -Princesa, todo fue a pedir de boca, mañana tendremos que asistir a una última reunión para terminar de confirmar los datos.- mi cara se desencajo cuando dijo la palabra “tendremos”, me miró extrañado por la reacción que tuve, por lo visto mi cara de disgusto no pasó desapercibida por Naraku, a sin que no tuve más remedio que fingir que me alegraba de tener que acompañarlo a una nueva junta. Miré de reojo a Sesshomaru y pude ver la cara de satisfacción cuando escuchó hablar a Naraku. No sabía que decir en ese momento tan solo me mordí el labio inferior para impedir decirle que lo que menos se me apetecía era de ir a esa reunión.

    - Si ya has terminado, porque no nos vamos a comer, llevo tanto tiempo esperando que ya me pica el estomago- dije sonriéndole algo nerviosa, miré de reojo hacia Sesshomaru y me encontré que él también me estaba mirando, –Vamos y hablamos de ello ¿vale?- terminé por decir jalándolo del brazo.

    Salimos de la cafetería hablando sobre lo que había pasado en la reunión, yo lo miraba de reojo, lo veía realmente emocionado por ello y no quería que nada le estropeara su momento de felicidad.

    -Princesa, ¿Qué es lo que estuviste hablando con Sesshomaru?- me dijo de repente, la pregunta me hizo quedar estática, no sabía que responderle, no podía decirle todo lo que me había dicho porque estoy segura que este aquí presente se vuelve para enfrentarlo.

    -Pues nada, tan solo me dijo que ya él no pintaba nada en la junta- lo dije con mucha naturalidad, no quería contarle nada de lo que me dijo. Esta situación con Naraku empezaba a incomodarme, yo no sé porqué me hacia tantas preguntas y porqué tenía que darle explicaciones de todo lo que hacía, por ahora son cosas insignificante y es por eso que no le daba mucha importancia.

    Él no me contestó tan solo siguió caminando a mi lado, pude ver en su cara que no estaba muy convencido con lo que le dije, así que no tuve más remedio que pararme y hacer que él también lo hiciera. -¿Se puede saber qué es lo que te pasa?- le pregunté algo enojada.

    -¿Por qué lo dices Kagome?- lo dijo con tanta frialdad que parecía que helaban sus palabras.

    -Pues por eso mismo.- él me miró como si no entendiera lo que le decía. –Lo vez, volviste a decirme Kagome y eso solo lo haces cuando estas enojado conmigo.- vi como sus ojos se clavaban en los mío y hacia que me penetraran en ellos ahogándome en ese mar de vino tinto.

    -Perdóname princesa, es que nada mas pensar que estabas hablando que el ser más despreciable me dan ganas de romperle la cara.- noté como apretaba los dientes de la furia que sentía en ese momento.

    -Naraku, ¿Por qué ese odio mutuo?- le pregunté intrigada por saber qué es lo que pasaba entre estos dos.

    -Princesa, es una historia muy larga, cuando sea el momento te la cuento.- me cogió del brazo para que comenzara a caminar y poder ir a un restaurante a comer.

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    [FONT=Georgia]Nuevamente subí a la sala de junta para ver si aún quedaba algún ejecutivo, efectivamente, aun quedaba uno de ellos y precisamente el que me hacia mas falta, cerré la puerta nada más entrar para quedarme con él a solas sin que nadie nos interrumpa.[/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]



     
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