Microrrelato ~El Alma Escondida~

Tema en 'Nano y Microrrelatos' iniciado por Namida, 18 Marzo 2012.

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    Namida

    Namida Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    10 Septiembre 2011
    Mensajes:
    176
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    ~El Alma Escondida~
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    509
    Inspiración repentina parándome a observar el cielo de un día normal. Si antes de que nombre de quién se está hablando y su sufrimiento, felicidades por tener los ojos abiertos :)​
    ~El Alma Escondida~
    Hace muchos años, había un alma que se encontraba en el núcleo de La Nada. Pasaba un día más, y otro más. Todo estaba en perfecta estancia y calma, el Sol sonreía desde sus cielos, el agua cristalina caía sobre las plantas, que le daban un hermoso aroma a los distintos lugares del alma. Había vida, pequeños seres que lucían llenos de un cosquilleo en su interior, un "pum pum", un empujón de bienvenida a la vida... al alma escondida.​

    Pasaba el tiempo y el alma escondida se dividió en Norte y Sur, en Luz y Oscuridad, en Muerte y Vida, en Felicidad y Tristeza, en Risas y Sangre... en Animales y "uno Más". ¿No estaba bien antes? Desde aquel momento, el cielo se llenó de oscuridad. Eran nubes negras, que tapaban el cielo. Lloraban desconsoladas, ¡cómo caían sus amargas lágrimas sobre el agua fría de los mares! Habían truenos y relámpagos, el corazón del alma escondida estaba latiendo con más fuerza, le estaban atacando, estaba sufriendo, adolorida y decepcionada.

    Pasaron miles de años más. El agua de los ríos y mares se tiñó de rojo, espesa. "¿Por qué os matáis, pequeños trocitos de mis ojos, si sabéis que os quiero por igual?" les preguntaba ella con unas lágrimas perdidas en su afligida voz. Por el contrario, estos respondían con lanzas, con destruir sus plantas, envenenar a sus compañeros, contaminar las frescas aguas, destruir sus cabellos por las pieles de los suyos, mataban los distintos lugares de su madre, creadora de todos ellos.

    "Perdónanos, madre" sonaba una música celta entre los bosques, en una noche de luna llena, donde el caballo salvaje y el solitario lobo alzaban su voz a su madre perdida entre las estrellas. Pero no pudieron reparar algunas de las pequeñas heridas que esta tenía en su vientre, ¡culpables por detener la próxima vida!, que con solo nacer... ¡¡vosotros la matasteis!!

    Así fue como despertó... la cólera de Gaia. Malditos los que matan, por no respetar al que les da vida. Malditos los que odian, por no darse cuenta que están ciegos. Malditos... los que solo dan su alma así mismos.
    De este modo, Gaia despertó... salió a la luz el alma que durante años permaneció escondida. "Vosotros me habéis condenado hasta mi fin, provocaréis mi destrucción. Y así, ¡vosotros caeréis conmigo!".

    Cuando se mueva y abra la tierra, será vuestro ataúd. Cuando empiece a llover, recordaréis lo que perdisteis. Cuando alguien os mire mal, recordad que así me mirasteis vosotros. Cuando el cuerpo de un familiar descanse, haceros la idea, porque igual que vosotros no me disteis la vida, apagaré vuestras estrellas. Cuando vuestro llanto suene desde lo más alto, escuchad los gritos de dolor que callé. Cuando os sintáis solos... yo os abandonaré.

    ¿Por qué, madre? ¿Por qué nos has abandonado...?
     
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