El único que me importa (NaruSaku)

El único que me importa (NaruSaku)

¡Holasss a todos! Bueno, este es una vergüenza de One-shot que escribí para el concurso "¡Oficios estilo Naruto Uzumaki, dattebayo!" para el rubio más lindo del universo en su cumpleaños que fue ayer, pero los regalos atrasados son mi especialidad X'DDD.

Autor : Roxette
Título : El único que me importa (NaruSaku)
Clasificación: K
Tipo : One-shot.
Advertencias : Sin beteo. ejemporqueríaejem
Sumario : "...—Tu eres el único que me importa—el rubio no podía creer lo que estaba sucediendo. Sólo fue capaz de sonreír con un notable sonrojo en su rostro ante la frase que había soñado escuchar durante toda su vida..."
Dedicatoria: A Gustav (te quiero, moshA), a Reyka (sweetie) y a Pow (¡desaparecida!).

El único que me importa
Roxette
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El seco viento del desierto acariciaba su rostro. La falta de humedad hacía presencia en el ambiente, así también como la desgarradora luz del sol, la cual alumbraba la inmensidad del remoto e interminable camino.

El sudor aparecía notablemente en los rostros de sus competidores, desenmascarando así el miedo y el nerviosismo de los novatos.

Una joven y sensual mujer lució las curvas de su abdomen desnudo, mostrando orgullosamente la bandera que daría el inicio de la carrera.

La vista de la mayoría de los adversarios del rubio se posó en el abundante escote de aquella pelirroja, y tal vez él hubiera reaccionado igual un tiempo atrás de no ser porque su mente se hallaba en otro lado.

En la tribuna, que los rodeaba de ojos ansiosos y los ahogaba con gritos, había una persona que lo miraba única y exclusivamente a él. Una joven asustada que lo único que quería era que todo saliera bien y que él saliera sano y salvo de aquella legendaria competencia que ya había arrancado varias vidas tiempo atrás.

Esa joven cuyo cabello rosado relucía con el reflejo de la luz solar era la mujer que amaba, Sakura.

Ella era la única que le importaba, la única a la que quería impresionar, por la que dejaría la vida por un beso.

Pero ella no lo amaba, o por lo menos eso le había dicho años atrás. Era esa la razón por la que no le importaba arriesgar su vida en carreras suicidas con tal de ganar dinero, fama y gloria. Premios que él creería que llenarían el vacío en su alma, aunque en su interior supiera que jamás lo harían.

Su atención se desvió hacia la bandera, que danzaba lentamente con el árido viento.

Se puso el casco despidiéndose de las caricias del mismo en su cabello. Desde ese momento, dejaba de ser un enamorado para convertirse en un profesional. Ganaría esa carrera, lo haría por ella.

El familiar ronroneo de su motocicleta le relajó un poco, después de todo era sólo una competición más, ya había pasado por esa situación miles de veces antes.

Se preparó para acelerar en cuanto la bella mujer bajara la bandera.

—Tres… Dos… Uno... ¡Ya!—la voz del locutor resonaba en los altoparlantes. Esa era la última carrera para ganar el título, su meta desde hacía bastante tiempo.

El movimiento de inercia le advirtió la rapidez en que su reflejo había actuado gracias a la práctica, ganando una mínima ventaja que aun así podría definir una carrera.

El recorrido constaba de tres vueltas, tres endemoniadas vueltas que lo separaban del oro.

Él debía concentrarse pero aun así no podía evitar la imagen de Sakura, sus ojos vidriosos o sus escalofríos de preocupación. Ella sufría por él, y, de algún modo, aquello le hacía sentir bien. Le gustaba que lo tomara en cuenta, que pensara en él, que se preocupara.

Sabía que debía guardar lo mejor para el final, algunos de sus oponentes eran buenos, aunque la mayoría eran unos totales desconocidos para él.

Iba en segundo lugar, hecho que no le importaba en lo más mínimo. Sabía que podría alcanzar el primer lugar en la tercera pasada.

La primera vuelta había terminado de un modo que sólo podría describirse como veloz. Las ruedas dejaban su tatuaje en la piel arenosa del desierto. El competidor que estaba delante de él no lo dejaba pasar. Era muy ágil y zigzagueaba tratando de desorientarlo. Ese idiota no sabía que él no era un cualquiera, jamás había perdido una carrera en su vida. Parece que a los demás les gustaba subestimarlo, pero siempre terminaban comiendo polvo.

El final se acercaba a una velocidad abrumadora, la meta llegaba con una rapidez implacable y Naruto estaba a punto de conseguir el primer puesto. Iba a llegar, estaba a una milésima de segundo cuando observó un borrón en el suelo, una mancha oscura que duró un instante. Luego vio el cielo.

Era un pozo, un enorme obstáculo invisible que podría haberle costado la vida ya que su casco había salido disparado ante tal impacto. Aquel misterioso tipo también se encontraba en el suelo, pero había sufrido tales daños que estaba agonizando.

Naruto se paró como pudo, se había roto una pierna y tenía algunas otras heridas pero aun así pudo avanzar.

Se acercó lentamente a su motocicleta y se subió, sus ruedas se mancharon con el gran charco de sangre que había en el suelo.

El individuo se encontraba varios metros más lejos de donde él había aterrizado. Estaba totalmente aplastado con la pesada motocicleta que conducía, de seguro se habría roto el cuello y algunas costillas.

Naruto se acercó temeroso de estar en presencia de un cadáver. Se bajó de la motocicleta y rengueó hasta donde se encontraba su oponente.

Sacó el pesado vehículo de encima del hombre dejando en descubierto su ensangrentado cuerpo. Decidió sacarle el casco para ver si estaba consiente pero lo que vieron sus ojos fue algo que para él era imposible. Descubrió la identidad del sujeto, era la persona que menos se imaginaba encontrar.

—Sasuke…—Fue lo único que se escapó de sus labios, para luego sacarse el casco y comprobar que no era el producto de su imaginación. Él había sido su mejor amigo, pero se habían peleado de tal manera que Sasuke se unió a una pandilla de motoqueros y nunca más lo volvió a ver. Recordó todos esos buenos momentos que había pasado con el Uchiha, recordaba cuando sólo tenían 16 años y se habían subido por primera vez a una motocicleta. También recordaba el modo en que Sakura lo miraba… Él era su elegido y Naruto nunca había podido hacer nada al respecto.

No se había percatado de la presencia de la tribuna hasta que esta comenzó a aullar con toda su potencia. Estaban a un paso de la meta, todos los demás competidores ya habían pasado por ella, eran los últimos. La audiencia aplaudía escandalosamente, la actitud que había tomado el rubio hacia quién sería un completo desconocido había conmovido a la multitud.

Naruto tomó a Sasuke como pudo y lo subió en la parte trasera de su motocicleta. Una vez que pasó por la meta, toda la gente comenzó a aplaudir una vez más.

Sakura se hallaba mucho más lejos de lo que él pensaba. De repente apareció en el horizonte, corriendo hacia donde ellos estaban.

Se lo tendría que haber imaginado, ¿Por qué ella se preocuparía por él? Era Sasuke quién le importaba en realidad. Podía observar como sus brillantes lágrimas se escurrían a través de sus hermosos ojos jade.

Sus enormes pestañas estaban empapadas, cosa que le empañaba la vista y no le permitía ver del todo bien.

Naruto se preparaba para el impacto, Sakura correría hacia Sasuke y lo abrazaría como siempre lo había hecho. No importaba, ella nunca lo amaría, nunca.

Lo que pasó en los segundos posteriores fue algo que el rubio jamás pudo olvidar.

Se escurría su última lágrima de desamor cuando sintió dos cálidos brazos alrededor de su cuello.

El dulce perfume de melocotón de la fémina inundo sus sentidos. Los suaves cabellos de Sakura acariciaron sus labios. De repente, fue consciente de su situación, la joven lo abrazaba a él. Sólo a él, ignoraba completamente a Sasuke quién se encontraba a unos metros siendo atendido por los médicos.

Sus mejillas rozaron con las suyas, dejando fuego por donde quiera que hacían contacto. El aliento de la joven chocaba contra el cuello del rubio, erizando su piel.

Él la rodeó con sus brazos y ella ocultó su hermoso rostro debajo de la barbilla del rubio, descargando allí todos sus dolores.

Sus pechos se tocaban, sus corazones latían en una armonía abrumadora.

Sakura no paraba de llorar mientras aferraba con más fuerza al rubio, como si temiera que él se fuese.

Él seguía impactado por lo que acababa de ocurrir. Era tan… irreal.

Algunos minutos después, ella se separó lentamente del rubio. Naruto estaba totalmente paralizado.

—P-pero, Sasuke…—Naruto no pudo articular completamente una oración cuando Sakura lo había interrumpido.

—Sabía que competiría…—el rubio estaba aún más confundido ante la respuesta de la joven.

—Ah… Entonces ve con él—dijo duramente el Uzumaki mientras desviaba su mirada de dolor y se daba la vuelta para subirse a su motocicleta.

—No.—dijo la Haruno cortantemente, lo cual sorprendió al joven y detuvo su paso.

—¡Te dije que vayas con él, déjame solo!—respondió agresivamente el rubio sin siquiera darse la vuelta.

—Idiota…—fue lo último que escuchó para sentir un tirón en su brazo que lo obligó a darse vuelta. No pasó un segundo cuando sintió dos suaves y cálidos labios que impactaban contra los suyos. Sus labios quemaban, sintió un escalofrío que erizó la piel de sus brazos.

Su estómago comenzó a producir sensaciones que no había sentido en mucho tiempo. Ambos se besaban apasionadamente, liberando miles de sentimientos escondidos.

Naruto sentía como la sangre subía a su cabeza. Sentía como el fuego lo quemaba por dentro. Se separaron lentamente dejando que sus frentes se tocaran.

—Tu eres el único que me importa—el rubio no podía creer lo que estaba sucediendo. Sólo fue capaz de sonreír con un notable sonrojo en su rostro ante la frase que había soñado escuchar durante toda su vida. Sakura lo abrazó románticamente para luego tomarlo de la mano.

Ambos se dirigieron hacia la motocicleta, ella se subió detrás del rubio, agarrándose tiernamente de su espalda.
Desaparecieron en el horizonte, el cual albergaba un hermoso atardecer.

Se fueron sin rumbo, a un lugar donde solo existieran ellos dos.

.~°oOo°~.
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Espero que no les haya disgustado demasiado. ¬¬

Lo sé, tengo que dedicarme sólo al drama, los finales felices no son lo mío.

Bye~.

Roxy.

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