Imperio de Elérea Elérea, capital del Imperio

Tema en 'Final Fantasy: Crimson Sky' iniciado por MrJake, 14 Julio 2021.

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    MrJake

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    Erin pudo descansar por unos momentos en los que eran sus aposentos. Volver a descansar allí era agradable, después de haber estado por un tiempo sintiéndose como una fugitiva y una traidora. Aunque esos sentimientos no se desvaneciesen del todo, sí que era reconfortante la calidez de lo que una llamaba hogar.

    Seguramente, miles de pensamientos se arremolinaban en la cabeza de Erin. Qué era lo correcto, qué debía hacer... preguntas como esa no tenían fácil respuesta, desde luego. Pero lo que estaba claro era que hasta que no hablase con Zael no iba a despejar ninguna de sus dudas. Y aún debía convencerla, desde luego, de sus intenciones. Por mucho que quisiese eliminar la lluvia, el mero hecho de plantearse la posibilidad de lograr algo así... ¿quién le decía que no perseguía una esperanza vana, sin sentido y destinada al fracaso más estrepitoso?

    La puerta de su dormitorio sonó, de pronto. Y allí estaba Darek.

    —... el Emperador está listo para recibiros. Aidan ya está en camino.

    Y así, supo que llegaba el momento decisivo. La hora de confrontar a su Emperador, al que era su líder y al que había rendido tanta devoción por casi toda su vida. Erin se intentó labrar un nombre propio, desprendido del de su familia, con su esfuerzo, trabajo, talento y dedicación. Por eso, ella era la primera que no quería romper todo eso, pero, ¿qué debía hacer si su corazón le decía que una segunda carnicería se aproximaba? ¿Quién le decía que... estaba siguiendo al líder correcto? Seguramente el Rey Carnicero tuvo a muchos lacayos fieles que creyeron en él hasta el final, y fue muy tarde cuando se dieron cuenta de que su locura ya no tenía vuelta atrás.

    ¿Y si a Zael le pasaba lo mismo?

    Había perdido a sus dos hijos, Adrien y Gael, y a su mujer, Alyssa... a la última recientemente, hacía apenas un año. Justo antes de la conquista a Fayar. Era un hombre completamente roto. Y los hombres rotos tomaban medidas desesperadas. ¿Acaso era casualidad que actuase así, con esos aires de salvación, justo ahora?

    Las puertas de la sala del trono se abrieron, empujándolas Darek en persona, y el hombre entró en la sala, seguido por Erin. Aidan estaba ya allí... ah, cuántas veces habían estado en esa misma posición, los tres frente al Emperador, en fila, uno al lado del otro, cada vez que entraban a recibir indicaciones e instrucciones directas del propio Emperador. Erin solía ponerse al medio, a la derecha Aidan, a la izquierda Darek. Esta vez... fue distinto. Porque Darek se colocó al lado del emperador, junto a su trono. Y solo Aidan y Erin los encaraban. Parecía... como si tuviesen otro nivel ahora.

    Sentado en el trono de oro se encontraba él, el Emperador de Elérea en persona. Zael. La sala del trono era un largo rectángulo, con una alfombra roja ornamentada desde la entrada hasta el trono, subiendo por varios escalones que había frente a este. Tras él, una enorme cristalera se extendía, desde donde el Emperador podía ver toda la ciudad. Ahora, la luz del atardecer bañaba la sala con un aire algo mágico, algo... extraño.

    Todo aquello se sentía extraño.

    Zael se veía extremadamente serio, sin embargo, observando a ambos con sus profundos, brillantes y potentes ojos verdes. Llevaba siempre el cabello oscuro bien peinado, a juego con su tez algo oscura, también. Era un hombre robusto y de rasgos cuadrados, mandíbula marcada y mentón pronunciado. Con apariencia severa, regia y... poderosa.

    Emperor Zael.jpeg

    —Aidan, Erin —dijo, al fin, tras observarlos en silencio por un tiempo. Su voz siempre sonaba imponente, pues era grave, sin llegar a ser ronca. Casi como si hablase guturalmente siempre, subiéndole desde la nuez marcada un sonido potente, brusco, pero, a la vez, estable y armonizado, con sumo control—. Me alegro de veros de nuevo ante mí. Darek me ha informado de vuestra... escapada e incursión. Lamento profundamente que la situación se haya tornado así. Cuando avisé a Darek del rumbo que tomaría Elérea y le pedí que los altos cargos del ejército apoyasen la causa, le avisé de que eliminaría sin problema alguno a todo el que se interpusiese. Y él optó por... tomarse la libertad de actuar para prevenir eso, me temo.

    —... —Darek guardó silencio, mirada al frente.

    Pero Aidan captó eso al instante, y sus ojos se clavaron en los de su compañero, vibrantes. Así que no fue solo que quisiese apartarlos para evitar problemas... era que temía por sus vidas. Darek actuó... ¿a espaldas del Emperador solo para protegerles, a ellos y a Rigel? El muy bastardo, se lo había callado, haciéndoles creer que solo convenció al Emperador, cuando este ni siquiera parecía saberlo en un inicio... era orgulloso a rabiar, sin duda.

    —... no pasa nada, lo entiendo. Es una decisión que yo habría tomado también de estar en su piel. Pero... ahora estáis aquí, los dos. Imagino que con muchas preguntas.

    Se levantó, caminó con cuidado hacia la ventana, y quedó observando por ella, de espaldas a Erin y Aidan.

    —... Darek parecía creer que las respuestas a esas preguntas no os iban a gustar. Que no os convencerían. Yo desconozco si eso es cierto, pero bien deseo que os convenza ahora. En algo estoy de acuerdo con Darek: sois demasiado valiosos como para perderos. Pero creedme, cuando he tomado la drástica decisión de hacer todo cuanto estoy haciendo, no me detendré por mucha estima que os tenga. Si ya soy el villano para toda Elérea, séalo también para con mis hombres, si debe ser así. Así que... espero que vuestra decisión tras escucharme sea la correcta.

    Erin pudo ver de reojo cómo Aidan apretaba los dientes, algo frustrado. Sí, Zael estaba diciéndolo, de forma no tan directa, pero clara: no iba a dudar en eliminarlos si se interponían.

    —Majestad —habló de pronto Aidan, que no podía contener la lengua por más tiempo, visiblemente frustrado y tenso—. Mis comandantes han hablado de... frenar la lluvia carmesí. Eso me han contado. Que es lo que busca.

    —... te han comentado bien, pues —respondió él, mirándolo a través del reflejo de la pulcra cristalera—. Ese es exactamente el fin último de mis planes. Pero un plan de tan larga escala tiene... muchas aristas. Muchos pasos que deben ser dados para llegar a la meta final. Los que hemos dado no son más que tímidos pasitos; nos queda todo un recorrido aún.

    —... —Darek permanecía en silencio, firme, como todo el Guardaespaldas del Emperador que era. Siempre lo fue, y ahora, con más razón. Con todo, en sus ojos, estáticos y clavados en el fondo de la habitación, Erin podía ver una completa y absoluta fe ciega en su líder. Una convicción infinita.

    Aidan, sin embargo, seguía sin estar nada convencido.

    —Pero eso que propone... agh, tengo tantas preguntas... no sé ni por dónde empezar. Es... tan absurdo todo...

    Sí, era algo inverosímil, pero... si existían respuestas a los interrogantes, tenían que intentar obtenerlas. Era lo único que podían hacer. Y ellos tenían, al menos, la oportunidad de obtener esas respuestas.


    >> ¿Cómo pretende detener la lluvia?
    >> ¿Cómo puede saber cuándo va a caer?
    >> ¿Por qué atacar Fayar y Shinryu?
     
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    Erin Elroy

    Poder descansar allí no iba a desaparecer todo lo demás, pero tampoco iba a negar que a su manera era tranquilizador en comparación a movernos como fugitivos. Ese era, después de todo, mi espacio, mi hogar y así no fuese a tener el descanso más reparador de mi vida al menos podría decirse que pude recostar el cuerpo un rato, lo suficiente para aflojar algo de la tensión que cargaba encima desde vete a saber cuándo.

    La cabeza me daba vueltas en todas direcciones, se me ocurría una pregunta sobre otra y ninguna encontraba demasiada respuesta. Tan siquiera ahora sabía cuál era el famoso bien mayor que había llevado a tantos a tales decisiones, pero lo de detener la lluvia sonaba casi a delirio si debía ser honesta. Eigis estaba segura, lo había visto decía, al Emperador predecir la siguiente lluvia, ¿pero hasta qué punto significaba eso que realmente pudiese detenerla?

    Me incorporé cuando Darek llamó a la puerta, el momento había llegado y esperaba que ahora sí nos respondieran las dudas que teníamos, que tan siquiera pudiéramos entender la magnitud de lo que ocurría y por qué. No implicaba que fuésemos a creerlo o a aceptarlo, ya eso se sabía, y también era cierto que no quería lanzar todo mi trabajo por la borda... ¿Pero qué se suponía que hiciera si lo sentía? ¿Qué debía hacer si esta gente iniciaba una segunda carnicería con tal de detener la lluvia carmesí?

    Además, el Emperador había perdido bastante ya y uno no sabía que esperar de los hombres rotos, sin importar qué tanto temple parecieran mantener. ¿Qué otro motivo lo haría querer actuar así justo en este momento si no era ese? Eran las cosas que se hacían luego de perder, cosas que a veces no eran necesariamente correctas o, como mínimo, seguras.

    Entramos a la sala del trono, comenzó a hablar y para la gracia nos dimos cuenta hasta entonces que Darek había actuado a sus espaldas al parecer, que nos había sacado del camino a su manera sin informárselo o convencerlo o lo que fuese. A este hombre le sobraba orgullo, eso seguro.

    También acabó por confirmar lo que ya se sabía, que si nos interponíamos íbamos a ser eliminados sin importar el valor que tuviésemos realmente, lo leales que hubiésemos sido. Si en ese momento nuestros caminos cambiaban de curso simplemente nos borrarían de la historia, nos nos dejarían ni intentarlo y ese era el verdadero peligro, pero incluso si no nosotros caíamos estaban los demás. Wedge, su hermano, Rigel y Kein estaban fuera e iban a pelear con uñas y dientes si hacía falta.

    Quería confiar en eso.

    Noté que Aidan apretaba los dientes antes de hablar y darme cuenta de eso me hizo aflojar mis propios músculos a conciencia. A él también le habían contado lo de detener la lluvia carmesí, el Emperador confirmó la información diciendo de paso que apenas habían dado unos pasos. Si esos pasitos implicaban acabar con el árbol sagrado, la familia de Kein, fingir no sé cuántas traiciones y todo el cuento de Fayar y Shinryu, ¿entonces cómo se supone que serían los pasos cuando apuraran o ampliaran el terreno a recorrer?

    Pasé saliva, Aidan no parecía poder poner sus preguntas en palabras o por dónde iniciar específicamente, así que aproveché el momento para hablar yo. De nuevo, estábamos allí esperando obtener respuestas después de todo.

    —Majestad —Lo llamé apenas un instante después, mi voz fue firme a pesar de que no sonaba alterada teniendo en cuenta las condiciones—, nos falta muchísima información, sé que debe haber más preguntas que tiempo para responderlas pero, ¿podría comenzar por cómo pretende detenerla?

    >> ¿Cómo pretende detener la lluvia?
     
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    Zael se dio la vuelta, manos a la espalda, mirando a Erin con una pequeña sonrisa complacida. La sonrisa del Emperador tenía un aire magnético, pero siempre parecía ocultar mucho más que una mera alegría. Siempre parecía traer intenciones ocultas, pensamientos escondidos y opiniones veladas.

    —Siempre al grano, Erin. Me agrada tu franqueza; siempre lo ha hecho.

    Caminó con lentitud hasta el trono, pero no se sentó en él de nuevo. En su lugar, se colocó junto al respaldo y se apoyó ligeramente en este con el costado de su cuerpo.

    —... tu pregunta tiene una respuesta muy compleja. Pero te lo resumiré todo lo posible: acabar con la lluvia carmesí pasa por acabar con los ángeles.

    Los ángeles... sí, las leyendas contaban que todos murieron a manos de demonios cuando el Archidemonio los guió para revelarse contra los Cinco Sagrados. Pero estos, al ser cuasiinmortales, siguieron viviendo en forma de energía en el cielo, y esa energía se manifestó en la lluvia carmesí. Cayó, así, para acabar con los demonios. Y a día de hoy, decía la Iglesia, seguía la energía divina de los ángeles en el cielo, rodeando a los árboles sagrados por y para acabar con todo rastro de los demonios. Los humanos, así, eran los cuerpos de los demonios revividos por los Árboles, que se apiadaron de ellos, pero... su pasado demoníaco perduraba, y, mientras quedase algo de maldad, algo de la oscuridad original en las gentes de la tierra, la lluvia seguiría produciéndose. Por eso la Iglesia de los Sagrados abogaba por expiar todo pecado, toda oscuridad, del ser humano. Porque la energía de los ángeles era infinita, y seguiría generando esa lluvia mientras siguiesen percibiendo a "demonios" en la tierra.

    ... pero parecía que Zael tenía otros planes, claro. No quería acabar con pecado alguno; quería acabar con la raíz del problema, los que lo generaban. Los ángeles en sí mismos, o lo que quedaba de ellos.

    —P-Pero los ángeles están muertos —alegó, con toda la razón, Aidan.

    De nuevo, esa sonrisa. Esa sonrisa... extraña de Zael, algo tétrica a veces, incluso. Como si supiese mucho, mucho más, pero midiese cada una de sus palabras, y no pudiese esconder una pequeña risilla ante la ignorancia del resto.

    —... y es cierto, Aidan —terminó diciendo—. O no del todo. ¿No comenta la Iglesia que su esencia perdura en el cielo? Eso es... cierto. Son los que generan que caiga la lluvia, y no va a parar de generarse. Por eso, la solución es simple: hacer que desaparezca esa energía para siempre. Que los ángeles se pierdan en el más profundo olvido.

    >> Esa empresa, como imaginaréis, no es nada fácil. Y por eso se requiere de tantos pasos. El primero de ellos es algo que creo que ya imaginaréis...

    Aidan tragó saliva, y miró a Darek de reojo. Ambos sabían bien lo que era. Eso que aparentemente el propio Darek había estado estudiando en la Biblioteca, eso que el antepasado de Erin tuvo en su poder y le hizo enloquecer tanto.

    —... las Puertas del Cielo —susurró Aidan.

    Zael asintió.

    —Así es, las Puertas del Cielo. Lo cual significa, realmente, desbloquear el ascenso a lo más alto. Solo cuando ascendamos podremos acabar con los ángeles de verdad, solo si se asciende se puede hacer algo contra esa energía angelical —argumentó, dando vueltas alrededor del trono con lentitud—. Y creo que estaréis informados sobre qué necesitamos para lograr eso, ¿no? Tres cosas: las tres que en su día se dividieron los tres héroes del Continente, quienes tumbaron al Carnicero, para sellar esas puertas para siempre: las gemas sagradas que se llevaron Zenit y Abdhel, y el propio árbol sagrado Yggdrassil, custodiado originalmente por Elfric. Esos tres elementos, combinados, nos permitirían acceder al cielo. Por eso los necesitamos en nuestro poder... y eso es lo que intento conseguir.

    —... ya tenemos el árbol, y uno de los orbes —comentó Aidan—, y falta el del norte, ¿no?

    Zael asintió severamente.

    —Así es. Nuestros esfuerzos ahora, pues, están orientados encontrar y conseguir el orbe del norte, para con eso poder disponer al fin de los tres elementos necesarios para entrar a las Puertas del Cielo... los tres legados de Zenit, Abdhel y Elfric. Con todo, y dado que no tenemos ni idea de dónde pueda estar el orbe de allí, hemos tenido que actuar con cuidado y planificarlo todo muy bien para poner a Shinryu en la posición más comprometida posible. Todo para hacernos con el orbe. Si las negociaciones van bien... Loke debería estar ya con él en su poder, por suerte. Se encuentra arriba, dialogando con el Presidente Albus.

    Aidan apretó los puños, mirada algo agachada. La teoría de Wedge era... cierta. Lo que hablaron resultó ser mayormente correcto: Elérea se andó con tantos cuidados con Shinryu porque necesitaban algo de ellos, y desconocían su ubicación. Por eso no bastaba con usar la fuerza. Pero, entonces...

    —¿Y cómo se supo la ubicación del de Fayar? —se adelantó Aidan.

    Zael sonrió.

    —Porque cuando invadimos el lugar, contamos con ayuda, claro —confesó el Emperador—. Pero eso ahora no es importante, en todo caso.

    —... ya veo, ¿y eso justifica el ataque a Yggdrassil? ¿Justifica guerras, y muertes, y...?

    Zael alzó la mando, deteniendo las palabras frustradas de Aidan.

    —No te confundas, querido Relámpago. Claro que no las justifican. Sé que lo que hago, que lo que Elérea hace, no está bien: estamos conquistando terrenos, manipulando y engañando, atacando al propio árbol sagrado, pero... créeme: de buena mano que debo hacerlo. Aunque tenga que parecer un megalómano despiadado. Aunque sea el villano.

    ... por cómo lo decía, serio, severo y casi entristecido, pero con un tono de determinación absoluta, parecía ser honesto en sus palabras, pero, a la vez... había algo más. Porque uno podía pensar: si quería evitar conflictos, y tenían supuesta ayuda interna de Fayar, ¿por qué producir un enfrentamiento con ellos y conquistarles? ¿Por qué abrir guerras si se podía hacer con mera manipulación? ... casi parecía que Zael quería hacerse ver como el villano, convencer al mundo de que era eso, un megalómano despiadado, como él describió. Aunque no sabían por qué motivo buscaría algo así...

    —... sea como sea, atacar Yggdrassil buscaba crear un conflicto con Shinryu, sí, pero no era el único objetivo. Era solo un pequeño paso hasta la siguiente parte del plan...

    ¿Otra parte del plan...?

    >> Sobre la otra parte del plan...
    >> ¿Cómo puede saber cuándo va a caer la lluvia?
     
    Última edición: 29 Noviembre 2021
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    Erin Elroy

    Mi lealtad estaba con el Imperio, con el Emperador, pero aún así no podía negar que había en su sonrisa que parecía cargar otras cosas consigo. Intenciones ocultas, conocimiento que al resto no se nos permitía, vete a saber si era suficiencia a secas o qué en realidad, pero lo reconocía, era imposible de ignorar y en esta situación particular era casi una señal de alarma.

    La solución de Zael para la lluvia carmesí iba directo al punto, su idea era acabar con los ángeles que la provocaban y si debíamos ser honestos sonaba a delirio, porque su energía había perdurado. ¿Cómo acababa uno con algo de esa naturaleza para empezar? Luego el susurro de Aidan me lanzó encima tal tensión que estuve a nada de apretar la mandíbula, tuve que tomar aire y obligarme a centrarme.

    Las Puertas del Cielo.

    Se habían movido para conseguir los tres elementos que necesitaban para acceder a ellas, Wedge había tenido razón y para terminar de hacerla este hombre ni siquiera parecía interesado en quedar como el villano de la historia. Es más, cuando siguió explicándose más bien parecía que se estaba esforzando en que ese fuese el caso y vi más cerca que nunca la carnicería.

    Parecía ser honesto con lo que decía, pero seguía sin decirlo todo, ¿no? Porque podía haberse hecho por otros medios, pero allí estaba el conflicto, la conquista, el inicio de las guerras. Existía la manipulación, pero se usaba la fuerza, ¿por qué?

    Solté el aire contenido despacio, buscando regresar a la atención a la conversación dado que Zael había dejado la cuestión en el aire, como esperando que preguntáramos.

    —¿Cuál sería el siguiente paso entonces? —pregunté sin ser brusca a pesar del conflicto interno que tenía.

    >> Sobre la otra parte del plan...
     
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    Zael crujió su cuello mientras Erin le preguntaba, esbozando una de sus sonrisas.

    —Vaya, veo que genera interés...

    Y Aidan se atrevió a responderle.

    —No es tanto que genere interés, sino que... suena tan descabellado, que necesitamos saber más para poder juzgar correctamente. Porque si solo contamos con lo que nos está diciendo, desde luego yo diría que está loco.

    En ese momento, el Emperador parpadeó un par de veces, en silencio, antes de romper a reír. Fue una risa, sin embargo... forzada, en cierto modo. Como si quisiese reír por ocultar otro tipo de emociones, aunque fuese difícil decir qué tipo de sentimientos tenía. Zael podía llegar a ser irónicamente trasparente y, a la vez, no. Sus sentimientos se veían sin problema alguno, pero nunca podías saber si esos eran los sentimientos reales o no. Ahí residía la esencia de ese aire tan particular que desprendía.

    —Ja, ja... lo entiendo, Aidan, créeme que lo entiendo. Pero tranquilo, pienso explicarlo.

    >> Profetas. Esa es la palabra clave de la próxima parte del plan.

    Aidan alzó una ceja, extrañado.

    —¿Profetas...? ¿Como... el monje de Shinryu, que se dice que puede ver el futuro? ¿Ese tipo de Profeta?

    —Sí, correcto, pero un Profeta es mucho más que eso. Eso de ver el futuro es solo una pequeña fracción del poder que tienen.

    >> ¿Pensáis que desbloquear las Puertas del Cielo solucionaría el problema? No. Eso solo serviría para darnos acceso a los ángeles. Pero acabar con ellos, después de que llevan pululando en el cielo alrededor de los árboles por tantísimo tiempo, es agua de otro costal. Si ni la muerte les detuvo, ¿cómo vamos a detenerlos? Bien, pues... la clave son los Profetas, precisamente.

    Se acercó entonces a ellos, ligeramente, descendiendo un par de los escalones que había frente al trono. Y les habló con manos a la espalda, mirándolos alternativamente, primero a uno, luego al otro.

    —Los Profetas tienen enormes capacidades mágicas, porque... provienen directamente de los ángeles. Son personas con, digamos... acceso directo a la energía divina, a la más pura esencia de la magia. Casi hasta el punto en que es difícil seguir considerándolas "personas". Son, más bien, la personificación de los árboles sagrados.

    A-Aquello era mucho para digerirlo de golpe. Aidan estaba cada vez más desconcertado, y, finalmente, terminó por verbalizar lo que los gestos de su rostro ya decían.

    —P-Pero vamos a ver, ¿¡personificación de los Árboles Sagrados!? E-Entonces serían casi como... dioses.

    —Precisamente —asintió—. Los Cinco Sagrados crearon a los ángeles, y lo que han hecho ahora es... "crear" a nuevos "ángeles", dándoles el poder supremo. Cada árbol eligió a una persona. Esos... son los Profetas. Todos sus poderes derivan de los árboles. Elimina al árbol y eliminarás al Profeta; elimina al Profeta, y eliminarás al árbol.

    Lo que el Emperador planteaba era algo cuanto menos curioso. ¿Los árboles habían cedido sus poderes a personas? Habían compartido con ellos su energía, de algún modo, quedando ligados a esas personas: a los Profetas. Sonaba ridículo, sí, sonaba inverosímil. Pero la expresión completa y absolutamente seria de Zael no dejaba lugar a dudas: hablaba completamente en serio. Es más, el rostro de Darek, impertérrito, lo reforzaba. Los dos creían esas palabras con firmeza.

    —Así pues —siguió explicando el Emperador—, la estrategia es simple: los árboles son quienes alimentan a los ángeles en el cielo. Su esencia se reciclará infinitamente mientras sigan suministrándole energía. Cortar esa fuente de energía es fundamental, pues una vez que dejen de poder renovarse, podremos subir a las Puertas del Cielo finalmente, y acabar con ellos para siempre. Pero sin cortar ese suministro no podemos hacer nada.

    >> Por eso atacamos Yggdrassil. Cumplía un doble propósito. No destruimos por completo Yggdrassil, y el hecho de que Shen, el Alto Monje de Shinryu y quien asumo que es el Profeta elegido por el árbol siguiese con vida me hace pensar que no bastó con nuestro ataque al Bosque. Y eso es un problema, porque tenemos que acabar con todos de una u otra manera... y acceder a varios árboles es sencillo, pero encontrar a los Profetas... no tanto. Menos acceder a ellos. Y ahí es donde concentraremos los esfuerzos próximamente.

    Aidan quedó paralizado, en silencio. Inmóvil. Finalmente, tragó saliva, miró a Zael directamente y dijo:

    —¿C-Cómo sabe todo eso, Majestad? Es información tan... específica.

    —... —el silencio. El silencio de Zael lo dijo todo. Eso, y su rostro, sonriendo, pero, nuevamente, ocultando bajo la sonrisa sentimientos dispares—. Ser Emperador conlleva conocer secretos, Aidan. Secretos que muchas veces es mejor guardar, y así hice. Hasta que decidí que no podía seguir permitiendo estas muertes a cada cierto tiempo. No más. No mientras sea el Emperador. Así sea visto como un villano, mis acciones me revelarán como héroe —tomó aire, ceño fruncido. La ira se palpaba en cada palabra que decía. Como si fuese algo profundamente personal—. Así que ese es el plan. Uno complejo. Hay que acabar con la vida de los Profetas. Y deben ser cinco. De momento, tenemos a una de ellas en nuestra custodia, y gracias a que la tenemos hemos podido estudiarlos y analizar sus poderes. Luego, está Shen, que debería haber muerto, y... el mayor de los problemas son los otros tres. Dos de ellos los desconocemos, no sabemos quiénes son, y concentro mis esfuerzos, también, en localizarlos. Y la otra es... una áurea bien protegida, Flora. Tarde o temprano necesitaremos atacar a la Suma Sacerdotisa del país. Por eso, intentaremos lograr el favor de Áurea con nuestro plan contra Shinryu, para poder acercarnos a ellos. Es rudo, es despiadado, es algo horrible. Pero es algo que debemos hacer. Alguien debe hacerlo.

    >> Y ese alguien soy yo.

    >> ¿Cómo puede saber cuándo va a caer la lluvia?
     
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    Erin Elroy

    No era que generara interés, era que sonaba a locura a secas y más que eso era lo próxima que veía la carnicería lo que me hacía preguntar. De nuevo, porque si estos eran apenas pequeños pasos no podía o más bien no quería imaginarme el resto, los más grandes, hasta dónde querían llegar para detener la lluvia ya que tenían la certeza de poder hacerlo.

    En estas condiciones la risa que se permitió Zael me lanzó una gota de agua helada por el centro de la espalda, sonó forzada si se quiere y más de lo mismo, había transparencia en sus emociones, pero siempre quedaba la duda de si eran, bueno, las verdaderas. Si era realmente eso lo que quería demostrar o era solo una máscara.

    Los Profetas, casi dioses por lo que decía Zael, eran la respuesta y mientras seguía hablando atajé por dónde iba antes de que lo dijera directamente. Necesitaba acabar con los Profetas, acabar con los árboles y solo así el flujo de energía se detendría al cortar lo que la suministraba. Se trataba prácticamente de una cacería y volví a preguntarme si este bien mayor valía las vidas que costaría, las que ya estaba costando.

    Además lo que sea que lo motivaba sonaba personal, el tono de su voz lo decía, lo mucho que recalcaba que no le importaba ser el villano para alzarse como el héroe después. El motor de su causa no era el mero altruismo, no se escuchaba como que fuese el caso y era precisamente eso lo que me preocupaba de todos estos planes, porque cuando uno se tomaba las cosas personales, ¿no era capaz de llegar cualquier parte y aplastar a todos los que hiciera falta?

    Ya estaba más que claro que no se detendría de por sí y por eso si nosotros resultábamos ser obstáculos solo nos eliminaría, tan sencillo como eso, para seguir buscando a los Profetas que le faltaban. Aún con todo lo que nos había respondido había una cosa que no calzaba todavía, algo que me seguía rebotando en la cabeza.

    —Mi comandante dijo que puede predecirla, la lluvia —comencé luego de darle vueltas a la idea un momento—. Que fue así como la convenció. ¿Cómo puede saberlo, Majestad?

    Hice una pausa, fue como si estuviese dispuesta a dejar la duda allí, pero mis gestos se endurecieron ligeramente y continué.

    —¿Es uno de esos secretos que vienen con ser Emperador?

    >> ¿Cómo puede saber cuándo va a caer la lluvia?


    *takes a sip* damn, the tea its hot
     
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    —... —Darek se había cruzado de brazos, algo tenso. Saltaba a la vista que el Puño sabía un poquito más de detalles que Erin y Aidan, y estaba tenso por saber cuánto iba Zael a contarles.

    El Emperador, sin embargo, estaba analizándolos a ambos, a Aidan y a Erin, con sumo detenimiento.

    —... tu Comandante tiene, de nuevo, razón —explicó, manos a la espalda. Se giró de nuevo, mirando a través de la cristalera—. Y tú tienes razón, también. Estar en mi posición implica muchas responsabilidades. Y el legado de Elfric es una carga pesada. ¿Crees que es casualidad que haya constituido Elérea como un Imperio, sucediéndose en el poder miembros de la misma familia, generación tras generación? La información que nuestro linaje protege y custodia es muy importante. Como guardias de Yggdrassil, desde que Elfric se quedó con su custodia tras la Guerra de la Liberación, así ha sido... y hasta hoy, hemos mantenido la boca cerrada. Cien años. Pero ya... no voy a permitir que siga pasando. Los árboles sagrados son venerados por la sociedad, pero su funcionalidad ahora mismo es solo mantener viva la esencia de los ángeles. Nada más. Por eso, deben ser exterminados, por muy símbolo que sean.

    Lo que Zael decía, si era verdad, tenía sentido. Eran actos horribles, intrigas políticas, conquistas innecesarias, traiciones... pero si de verdad lograban acabar con la lluvia, podría merecer la pena. El problema era que...

    —Si se podía parar la lluvia carmesí —dijo Aidan, puños apretados—, si los Emperadores, Elfric y todo lo demás, lo sabían desde el principio, ¿por qué no lo hicieron en un inicio? Si los árboles no son más que meros símbolos, ¡la colaboración de todas las naciones pudo haber terminado con todo! Si todos colaboraban, Si Áurea, Shinryu, Elérea y Fayar trabajaban juntos, podrían haber contribuido a cortar de raíz a los Sagrados. Y atajar el problema. Pero en su lugar, ha esperado hasta ahora... ¿por qué? ¿Qué necesidad había?

    —Eso es algo, querido Relámpago, más complicado de lo que parece. Y sé que no parece sencillo, créeme. Pero hay... demasiados intereses de por medio. ¿Qué les sucedió a los demonios cuando se revelaron, según cuentan las leyendas? Que los árboles crearon la lluvia carmesí a través de la energía de los ángeles, y los aniquilaron a todos. Compasivos, dicen que son, pero en realidad mantienen ellos esas energías. Si los árboles tienen algo de conciencia, entonces son diabólicos, porque nos torturan sin pesar.

    >> Ahora dime, Aidan. Ante seres así, ¿qué es mejor? ¿Ser aliados y proteger sus secretos, o revelarse abiertamente contra ellos? Si se les ataca, debe ser... con discreción. Porque si descubren esto...

    ¿P-Por eso lo hacía de esa forma? ¿Por eso hacía ver a todo el mundo que Elérea era un estado déspota capaz de conquistar al mundo entero, y que solo pretendía expandir su poder? Porque así parecía que todo lo hacían en pos del dominio sobre los humanos, y no parecía que estuviesen detrás de los árboles en sí. Porque así los engañaría. ¿Era eso lo que pretendía Zael...? Aunque eso insinuaba, lo cierto es que saltaba a la vista que aún ocultaba muchas cosas. Que había contado su verdad, sí, pero no completa.

    —... p-pero... tiene que haber otra forma —Aidan apretó los dientes, frustrado.

    Darek intervino de pronto.

    —No la hay. Esta es la única manera. El Emperador lo sabe bien. Y yo... sabía bien que dirías eso. Por eso actué como actué.

    Los dos comandantes cruzaron una mirada intensa, cargada distintos sentimientos. Entre la sorpresa, la decepción, y, a la vez, la admiración. Aidan no sabía cómo sentirse ante todo aquello, y mucho menos sabía cómo sentirse ante Darek. El que era su amigo, el que era su confidente, y le apuñaló por la espalda... solo para descubrir que, tal vez, lo hizo por él. Darek y la situación de la lluvia se le hacían similares al Relámpago: en el fondo las entendía, pero se forzaba a sí mismo a rechazarlas. Porque eran radicaalmente opuestas a sus valores... pese a que supiese que el fin último era el ideal de sus valores, claro.

    Era absurdo, sonaba descabellado, pero Aidan no dudó ni por un momento la veracidad de la historia de Zael. Y si no lo hizo, no fue por el Emperador, sino por Darek. Porque sabía que su amigo nunca se comprometería de esa manera si no estuviese convencido de la veracidad de todo eso.

    —... ya no tengo nada más que contaros —Zael se aclaró la voz, girándose de nuevo, y miró a Erin y a Aidan—. Imagino que querréis hablar entre vosotros y aclarar las cosas. Por supuesto, sois libres de hacerlo. Pero entenderéis que después de contaros esto, no os dejaré solos tan fácilmente; por tanto, Darek irá con vosotros. Por lo demás, salid del Palacio si gustáis, haced una ronda, lo que os plazca. Cuando hayáis tomado una decisión, hacédmelo saber. ... espero genuinamente que no os convirtáis en mis enemigos.

    Aidan suspiró, algo abatido. Pero entonces cayó en la cuenta de algo.

    —Majestad. Entonces, si por su posición de Emperador o lo que sea sabe cuándo va a caer la lluvia... ¿sabría cuándo será la próxima?

    —... oh, sobre eso —Zael le miró, suspirando, algo severo en su expresión. Casi parecía hasta cansado—. Sí. La lluvia... caerá en cinco días.

    —¡¿C-Cinco días?! —Aidan dio un paso atrás, impactado—. Pero... no hace tanto de la última, ¿por qué otra vez? ¡Hay que avisar al pueblo de que vendrá! ¡Proteger a la gente...!

    Un grito seco, rotundo y determinado resonó en toda la sala. Zael se había puesto sumamente enfadado.

    —¡¡No!! Si pretendes ayudar al pueblo, organiza patrullas con tus hombres, ármate bien, y haz lo que tengas que hacer, pero sin que absolutamente nadie sepa que sabemos cuándo caerá. No deben saberlo. Estropearía todo.

    —P-Pero...

    —He sido lo bastante claro, ¿verdad? —miró a Darek, y este asintió al instante, acercándose a Erin y Aidan—. Darek os acompañará. Si de verdad os preocupa la gente, ya digo: salid a ayudar a la ciudad, visitad otras ciudades, y movilizar a vuestros efectivos. Los hombres que estén aquí estarán a vuestra disposición. Pero que nadie que no sea un Titán o Comandante sepa de los detalles al respecto, ¿¡queda claro!?

    —... sí —se resignó Aidan, aunque poco convencido—. Queda... claro.

    Darek se une al grupo.

    Puedes moverte por Elérea (hay encargos y productos nuevos) y salir al mapamundi si gustas. Cuando termines de hacer lo que desees hacer, debes rolear que regresas ante el Emperador. La historia principal comenzará en ese punto.
     
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    Desconocíamos qué tanto sabía Darek, es decir, claramente tenía más información que nosotros y me daba a mí que tampoco recibiríamos todos los detalles pertinentes por alguna razón, fue una corazonada si se quiere. Igual tampoco se podía esperar más que el montón de información que ya se nos estaba dando, porque claramente no eran pequeñeces, pero había que pecar de ingenuo para no ser consciente de que a todas las personas la misma información se le daba en cantidades y formas diferentes.

    Me dio razón cuando comenté lo de Eigis, también a mi comentario, y su respuesta obviamente tenía sentido. Así funcionaban las cosas, ¿no? Las personas con su posición no repartían lo que sabían porque sí, a veces era para proteger, a veces para dañar y allí estaba la diferencia esencial, además de que en otras ocasiones pasaba esto, un sacrificio por un bien mayor.

    ¿Qué iba a decirle al Emperador? ¿Que no entendía esa clase de sacrificios? Sería mentira, entendía que a veces había que sacrificar cosas para proteger a una mayoría, porque de lo contrario significaba no velar por nadie, pasaba que si habían tenido esta información en sus manos, ¿por qué hasta ahora la usaban para algo? Aidan externalizó la duda que flotaba en la habitación, como era costumbre, e intercambié la vista entre el Relámpago y Zael.

    La respuesta de los ángeles a un ataque directo.

    Tomé aire profundamente, lo hice despacio para no dar la sensación de que estaba demasiado alterada y lo liberé de la misma manera. Así como Aidan quería pensar que había otra manera, que no había que recurrir a estos supuestos engaños que estaban costando muchísimas cosas, quería pensarlo porque lo que menos pretendía era dejar que la historia se repitiera.

    Noté la forma en que ambos Titanes se miraron, lo entendía, me jugaba la armadura a que los entendía, el revoltijo de emociones que tenían encima ahora mismo era imposible de medir. Darek no era un compañero nada más, de ahí el dolor de la traición, y ahora verlo seguro de que este era el camino correcto, ¿qué se suponía que hiciéramos? Si todo lo que sabíamos, la información y los hechos, colisionaban entre sí a cada momento.

    Cuando quise darme cuenta el Emperador dijo que la próxima lluvia caería dentro de cinco días y abrí bastante los ojos, mucha más alarmada con esa sentencia que con todo el resto de las cosas que nos había dicho. El grito de Zael cortó en seco cualquier intención que hubiese tenido de sumarme a la opinión de Aidan, tuve que morderme la lengua.

    Claro, no íbamos a soltar así nada más que sabíamos cuándo caería la lluvia.

    No nos quedó más que resignarnos a la orden recibida, si íbamos a ganarnos el tiquete de enemistad con Zael no sería ahora mismo. Por ahora no queda más que hacer que eso, movilizarnos como bien sabíamos hacer y ya luego decidiríamos, lo que sería más difícil de lo que aparentaba.

    —Sí, Majestad —afirmé casi a la vez que Aidan—. Con su permiso, nos retiramos entonces.

    Busqué a Aidan con la vista, fue en parte para llamar su atención como para ponerlo en marcha y me dispuse a salir. No tenía mucha idea de cómo saldría eso de hablar entre nosotros tampoco, pero ya lo veríamos, por ahora tenía un par de cosas que hacer.

    No podía, no con la propia historia que yo arrastraba, con la contaminación, el veneno, que habíamos pretendido sacar de la sangre Elroy después del Rey Carnicero. Era el motivo por el que me habían sacado del camino y con toda razón, porque todo dentro de mí se resistía a aceptar la verdad que estaba presentando Zael, la que Darek creía sin espacio a dudas.


    sorry tbh tengo pocas ganas de rolear en todo sitio y encima tuve que salir so (? igual ya sabes que aunque sea a puto paso de tortuga yo voy a avanzando ;;

    cuestión a parte, quiero usar primero la habilidad de senda en June for the funs ahora es cuando me salen todos los dados altos que no saco en el resto de roles, ya verás
     
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    No te preocupes, sé que tú vas lento, pero siempre vas uwu Igual yo te moldeo los capítulos para que se adapten más a tu ritmo, así no tienes tanta presión encima. Y si alguna vez aceleras el ritmo, pues te hago más largos los capítulos y listo (?)

    En otro orden de cosas, te doy material para postear en este post, pero que sepas que eso, tienes libertad para hacer encargos y tal, lo cual te vendrá bien más que nada para levelear. Y cuando decidas seguir la historia me das el toque y listo. Also, pese a que la acción de senda la usa Erin, me parece que tiene más coherencia que sea Aidan el que mande a su Comandante pahí, por eso lo roleé así (?

    Con cierta sensación de desazón dentro de sí, los tres titanes, de nuevo reunidos, comenzaron su ronda, primero dando una caminata por el Palacio. Ciertamente, Darek estaba ahí con el propósito, en teoría, de vigilarlos; y seguramente, todo el ejército entero supiese que estaban "a prueba" y que a la mínima orden de Darek se les debían tirar encima, por muy Titanes que fuesen. Con todo, y pese a que Darek hacía las veces de dueño tirando de las correas de sus perros, en el fondo su rostro y su mirada desenfocada y desviada del contacto visual con los otros dos revelaba que sus sentimientos eran mucho más complejos.

    Por eso, el silencio se hizo ligeramente mientras andaban. Solo fue Aidan el que, tras un pesado suspiro, terminó rompiéndolo.

    —... así que sabías toda esa mierda desde el principio, ¿eh? ¿Desde cuándo, si puede saberse? —le dio un golpecito en el hombro a Darek, con su rostro serio de siempre. Solo que por esta vez sí que resultaba difícil discernir entre su rostro serio pero su tono bromista, y su rostro serio de verdad—. Te lo pregunto a ti, Puño de Elérea.

    Darek se dignó entonces a dirigir su mirada rosada hacia él, pero con cierto cuidado. No tardó mucho tiempo manteniéndole el contacto, sin embargo.

    —Desde el inicio —confesó—. Soy la mano derecha del Emperador, como Loke era la mano derecha de la Emperatriz Alyssa. Desde antes de lo de Fayar, ambos estábamos ya enterados... de todo.

    —Ya. Y "todo" quiere decir "más de lo que vosotros sabéis", ¿huh? Venga ya, si tanto sabe Zael, es por algo, tío —le dijo Aidan, ceño fruncido. Luego dudó por un instante, y la voz le tembló ligeramente—. Y-Yo confío más en ti que en el Emperador, Darek. Por eso me jodió tantísimo cuando vi que nos traicionabas, y por eso me... ha supuesto un alivio enorme saber que todo lo hiciste por nosotros —Darek soltó una ligera risa nasal ante ese comentario. Era realmente orgulloso, incapaz de reconocer abiertamente hasta qué punto le importaban sus dos compañeros, ¿eh?—. Pero al mismo tiempo, sigo con algo de duda, por mucho que confíe en ti: porque si llevas tanto tiempo ocultándonos información tan importante, ¿qué tipo de relación hemos tenido hasta ahora...?

    —... —Darek no dijo nada. Manos a la espalda, siguió caminando sin más.

    Aidan supo que tenía que seguir horadando un poco más. Cuando quería, el Relámpago era verdaderamente insistente. Y, la verdad, solía querer frecuentemente. A pesado no lo ganaba nadie, desde luego. Pero también es cierto que a Darek nadie lo ganaba en paciencia.

    Tal vez por eso hacían tan buenas migas, en el fondo.

    —Es que tócate las narices. ¡Profetas, ángeles, lluvia carmesí, árboles...! No me jodas, Darek, ¡no me jodas! ¿Sabías toda esa mierda y no dijiste nada?

    —... el Emperador tiene sus motivos —sentenció el Puño—. Y yo los respeto. A él le compete compartir esa información, decidir a quién y cuándo lo hace.

    —Y tú te la crees sin más, ¿no, Darek?

    Esas palabras hicieron que Darek se detuviese. Aidan tuvo que frenar el ritmo, también, parándose y dando media vuelta para mirarlo. El Puño, entonces, se aclaró la voz, y alzó la mirada, por primera vez sosteniéndole el contacto visual a Aidan de manera tan, pero tan agresiva de repente, que fue el Relámpago el que se empezó a sentir incómodo. Las siguientes palabras las dijo Darek con auténtica determinación.

    —... por supuesto. No solo porque le conozco mejor que nadie. No solo porque sus predicciones son precisas y su información demasiado coherente con toda la información que puedes encontrar al respecto de los mitos y leyendas. No solo porque yo sé todo lo que hay de fondo y todo lo que ha decidido no contaros. Es porque... yo lo he visto. He visto los horrores de la lluvia carmesí, mucho más de cerca de lo que vosotros podréis pensar jamás. Mucho más en detalle de lo que imagináis. Y de primera mano que haciendo lo que Zael pretende acabaremos con ella. El plan alternativo, en cualquier caso, es que el ciclo de muertes sin final se repita, eternamente. Más monstruos caerán. Más víctimas bañarán el suelo. Más sangre recorrerá las calles.

    >> El Emperador se manchará las manos de sangre, sí. Pero manchárselas una vez evitará que esos ángeles horribles se las manchen cientos, y cientos, y cientos de veces. Con millones, y millones de vida, por toda la eternidad. Hay que pararlos. Y esta es la única manera.

    Aidan quedó algo paralizado ante lo que dijo, notando la emoción en sus palabras, el sentimiento de rabia, de desesperación y de determinación. Rara vez Darek hablaba con tanto sentimiento acumulado, sin duda... así que estaba claro que realmente pensaba todo aquello, que realmente lo sentía. Por eso Aidan habló en un tono algo suave cuando le planteó algo duro, algo complicado, algo cuya respuesta le haría entender definitivamente la extensión de la lealtad y la determinación del Puño:

    —... eso está muy bien, Darek, pero dime algo. Hablas desde la posición fácil, la de alguien que ha sufrido por la lluvia carmesí, como tantos otros. La de alguien que no perdería nada en estas guerras que van a sucederse, y solo ve las ventajas que vendrán. Pero dime, ¿y si un Profeta, esos a los que queréis matar, fuese tu hermano? ¿Y si la muerte de tu hermano fuese tachada de un mal menor en aras de conseguir un bien mayor? ¿Aun así actuarías de este modo...?

    Para sorpresa de Aidan, Darek tuvo la respuesta extremadamente clara. Apenas dudó unos segundos.

    —Sí. Porque si estuviese en la piel de ese hermano que comentas... otro "Aidan" me preguntaría lo mismo. Me preguntaría que qué pensaría si yo no fuese su hermano, y en su lugar fuese alguien que ha perdido a toda su familia por la lluvia. Y eso me haría dudar, mucho. Sería como tú, como Erin. Diría que hay otra solución, que debe haberla, que no es necesario. Pero, tarde o temprano, alguien querido para mí, por culpa de la existencia misma de mi hermano, acabaría cayendo por la lluvia. Tarde o temprano, vería cuánta destrucción genera. Y no sería difícil para mí, por mucho que me doliese y que tardase en asimilarlo, saber que lo correcto es tomar la decisión difícil.

    Comenzó a andar de nuevo, poniendo la mano sobre el hombro de Aidan al pasar.

    —... en un escenario como este hay tres tipos de persona. Los que aceptan tomar la decisión correcta, pero difícil, para cambiar el mundo a mejor; los que prefieren optar por la senda fácil y menos dolorosa, pero que nada cambiará; y... los que nada saben y son meros sufridores de las consecuencias de unas y otras acciones. Porque, Aidan, tanto Zael como los de los que se opongan a él serán culpables de las muertes que se produzcan a consecuencia del resultado que termine prevaleciendo.

    Y caminó sin más, alejándose. Dejando a Aidan reflexivo, callado y algo tenso. Suspiró, al final, y esbozó una pequeñísima sonrisa.

    —... cabrón. Tienes respuestas para todo, ¿eh? —terminó susurrando.


    Poco tiempo pasó hasta que se cruzaron con June, que, emocionada por conocer la decisión final de Aidan, pareció suspirar cuando este se acercó para hablar con ella y, seguramente, decirle que aún no se había decidido. Tras conversar un poco más, June asintió, firme, y se marchó. Aidan regresó luego con Darek y Erin, y les dijo:

    —Le he dicho que lleve a sus hombres a despejar de monstruos todo lo que puda las poblaciones colindantes. Al menos así... no se acumularán demasiados dentro de cinco días. Cuando vuelva seguro que tiene algo que reportar.

    >> En fin, y ahora... ¿qué?
     
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    A Aidan no le darían ningún reconocimiento por tener discreción ni nada parecido, luego de retirarnos y que el silencio se tornara pesado entre los tres, sobre todo teniendo en cuenta que éramos conscientes de que bastaba una orden de Darek para que nos cayeran todos encimas sin importar quiénes fuéramos, fue el Relámpago quien trajo sobre la mesa la pregunta que ambos debíamos estarnos haciendo.

    Miré a Darek con recelo esperando su reacción, lo miró pero no pudo sostener el gesto demasiado tiempo y me pregunté si algún día podría, no sé, poner en palabras lo que le pesaba realmente las cosas que había tenido que hacer. Lo dudaba teniendo en cuenta que Darek era, bueno, Darek, pero era una de esas dudas que surgían en estas situaciones.

    Su respuesta me hizo suspirar con cierta pesadez, llegados a ese punto no era una sorpresa, pero eso no significaba que oírlo de él tuviese menos peso. Estuve por reprender a Aidan cuando siguió hablando, por un instante creí que iba a irse en una lluvia de reclamos que no venía al caso, pero medio enderezó el asunto al admitir que lo aliviaba saber que lo había hecho por nosotros.

    Claro que si se llevaba el premio a algo era a ser insistente con ganas y quería el cuento completo, así tuviera que meterse a una mina y escarbarlo con pica. La verdad es que vete a saber cómo estos dos no se habían matado a golpes antes o algo, entre que Aidan era un pesado y Darek pecaba más de apático en las interacciones.

    —Prefirió armar una traición que soltar la lengua, así estuviese preocupado por nuestro destino, ¿te parece a ti que iba a contar todo esto? —atajé entre las palabras de ambos.

    Tuve que detenerme cuando ambos lo hicieron, fueron las palabras de Aidan, nada raro y de nuevo me quedé esperando reacciones en caso de que tuviese que intervenir. La mirada de Darek fue agresiva, di un par de pasos y estuve a nada de colarme frente a Aidan, porque si tenía que defender a uno del otro claramente lo haría, pero el Puño habló con convicción, una que prácticamente no podía discutírsele.

    Que lo había visto decía.

    ¿Es personal entonces, Darek? ¿Es personal como parece serlo para Zael?


    Esta gente hablaba como si toda la movida fuese un derramamiento de sangre nada más, como si no fuesen a arrasar con más de uno. Detendrían la lluvia, claro, pero a costa de provocar una ellos mismos si queríamos ponernos a comparar. Aidan planteó la otra cara de la situación, Darek respondió en cosa de segundos y es que si debíamos ser honestos siempre en situaciones hipotéticas uno podía parecer seguro que sí, que haría todo igual. La situación siempre cambiaba al estar en ella, cambiaba porque así como había ira en sus palabras sobre la lluvia, la habría si alguien pretendiera quitar a un hermano suyo si fuese uno de los Profetas que buscaba Zael.

    Solté el aire de golpe por la nariz, relajando la postura a conciencia y terminé por seguir los pasos del Puño, porque realmente no era que pudiésemos hacer mayor cosa. Así nos soltara discurso tras discurso todavía me pesaba en el pecho la decisión que deberíamos tomar, lo que debería pasar, si deberíamos ceder o continuar oponiéndonos. Seguir insistiendo, ser la resistencia de esta historia y buscar la otra forma, al ser incapaces de dejarla ir porque a nosotros también nos movían emociones como la ira de Darek, solo que en direcciones opuestas.

    Como fuese, el caso es que no tardamos en topar con June, la muchacha parecía emocionada aunque se le pinchó la ilusión un poco cuando el Relámpago se acercó a hablarle. Al regresar con nosotros nos dijo que la había enviado a despejar las zonas cercanas de monstruos, en preparación para la lluvia que se avecinaba, era una decisión prudente por demás.

    —Demos una vuelta de rutina —comenté en respuesta a su pregunta—. Siempre hay algo que hacer, ¿acaso se te olvida, Relámpago? Además Darek se va a morir de aburrimiento si lo tienen solo cuidándonos.

    Encargo de la zona residencial: Niño perdido.


    yo: no tengo ganas de rolear
    also yo entre estos pendejos: but what about a tocho
     
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    Erin propuso que recorriesen Elérea para hacer una ronda de vigilancia, como en los viejos tiempos, y así lo hicieron. Caminaron por la zona residencial, atravesando sus callejuelas, observando la gente. No tardaron en darse cuenta de que muchos los miraban, sorprendidos.

    Darek fue el que intervino, hablándoles en voz baja.

    —... no lo hicimos público, más allá de al propio ejército, pero se ve que las lenguas vuelan —explicó, con un suspiro, mirando a la gente a su alrededor que los observaba con asombro—. Pero extendimos el rumor de que habíais muerto en combate. Así que por eso la gente... os mira con sorpresa. Seguramente regocijo, también. Sois héroes para ellos, porque moristeis peleando.

    Aidan apretó las manos. También susurró cuando le habló al Puño:

    —Ya, héroes. Peleando contra "Shinryu", ¿no es así?

    —... sabes ya por qué hicimos aquello y contamos aquella mentira —argumentó de nuevo, seco y parco, Darek—. Los Profetas son todo lo que importa. ¿Piensas, Aidan, que iniciaremos una guerra sangrienta contra ellos? No, si no es necesario, no; si conseguimos el orbe y acabamos, como hemos hecho, con Shen, no hará falta más sangre. Esas mentiras son necesarias para minimizar el número de víctimas.

    Aidan no pudo sino apretar los dientes y agachar la mirada. Como si le diese una rabia inmensa, pero al mismo tiempo, en parte, lo entendiese. Era raro, ¿no? Despreciaba con toda su alma los métodos, y le parecía rastrero, ruin, despiadado... valores totalmente opuestos a los suyos. Y, a la vez, el fin último, la causa que les movía, era justo lo que Aidan querría conseguir, y se alineaba a la perfección con su visión del mundo y su personalidad altruista y justa.

    Por eso le suponía un conflicto tan grande.

    La ruta, sin embargo, se vio interrumpida cuando un llanto recorrió las calles, y Darek desvió la mirada hacia un niño que sollozaba, caminando sin rumbo por la zona y arrastrando un peluche de un Mu. Erin y Aidan ya habían visto alguna vez que todo el semblante serio, imponente, agresivo y tosco de Darek solía ceder de forma brusca cuando se encontraba ante situaciones así. Cuando trataba con personas así.

    Con niños que necesitaban ayuda.

    Agachado junto a él, Darek le sonrió y le dio un golpecito en la cabeza. Era hasta extraño verlo con esa sonrisa tan amable... no le pegaba nada, como Aidan solía decir. Hasta entonces, hasta en el contexto en el que estaban, el Relámpago no pudo evitar ocultar una ligera risilla al ver la expresión paternal de Darek, tan poco propia del Puño.

    —Hola, pequeño —le dijo al niño, que lo miró con sorpresa, frenándose las lágrimas en ese momento—. Soy Darek, ¡un capitán eleano que está aquí para ayudar a todos sus ciudadanos! Dime, ¿necesitas tú ayuda, eh?

    El niño, enmudecido al principio, pronto cedió al tono suave y amable de Darek. Era un cambio tan repentino que costaba acostumbrarse a que su compañero hablase así de sereno, y así de dulce.

    —... m-mm-hm. M-Me he quedado atrás... mamá y papá y mis hermanos se fueron a-a casa, montados en su carro de chocobos. S-Son comerciantes, e iban a casa, en P-Portobelo. Mis hermanos estaban dormidos, pero yo no, y nos m-montamos en el carro, pero... se me cayó mi peluche fuera del carro, me bajé para cogerlo, y... s-s-se fueron sin mí.

    Darek esbozó un gesto de sorpresa.

    —Eso es terrible, pequeño. Dime, ¿cómo te llamas?

    —¿Uh? H-Hum, me llamo... Peter.

    —Un nombre bonito, Peter. Pues mira, nosotros podremos ayudarte a llevarte a casa, ¿vale? El camino es peligroso, pero con tres tipos tan fuertes como nosotros, ¡no habrá problema! Ellos son dos grandes soldados, también, ¡Erin y Aidan, se llaman!

    Se levantó, el niño escondiéndose tras su pierna, y Darek miró hacia atrás, para encarar a Aidan y a Erin. Los ojos rosáceos se fijaron en el rostro de Aidan, y frunció el ceño.

    —... ¿qué te pasa en la cara?

    Aidan estaba aguantando la risa. El muy idiota no podía evitarlo, por muy serio y molesto que estuviese por la situación. Pronto empezó a poner voz ridículamente infantil, en un claro intento de mofa.

    —P-Papi Darek, que yo tambén me he peddido, adúdame...

    Darek tomó aire, suspirando hondo. Luego miró hacia atrás, al niño, y le dijo:

    —... como verás, Aidan es un poco tonto, pero pelea bien

    >> Por desgracia —susurró, alejándose con el niño tras de sí.

    Aidan quedó detrás, alzando una ceja.

    —E-Eh, ¿qué quiere decir eso de "por desgracia"...? ¿¡Y cuándo hemos decidido que ayudaríamos a ese niño ahora!? ¡Darek, espérate!

    ... no se podía negar.

    Momentos como ese se echaban de menos.

    Misión: lleva al niño a Portobelo. Debes cruzar el mapamundi, al que pudes acceder, e ir desde Elérea a Portobelo. Si te encuentras con monstruos por el camino, debes asegurarte de que el niño no sufre daños.
     
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    Erin Elroy

    El tramo restante de regreso a la capital lo cubrimos con la misma calma, no hubo siquiera otro encuentro con dientecillos de sable y debía insistir en la idea de la calma antes de la tormenta. Al menos Aidan había enviado a June a despejar el área, así no pareciera que en estas zonas más cercanas hubiese demasiado movimiento, mera prevención.

    Igual debía relacionar la intranquilidad que comenzaba a sentir con el hecho de que estábamos regresando a la capital, lo que significaba que la hora de tomar decisiones se acercaba. Además, por mucho que habláramos ya estaban claras nuestras posiciones o más bien nuestros dilemas, así que no cambiaba mucho nada, la realidad se vería cuando tuviéramos que elegir de forma definitiva.

    Algo que podría costarnos la vida.

    Avancé por las calles sin prisa real, dándole vueltas a las palabras de Zael, a las del mismo Darek y la forma en que había tratado a Peter. Pensé en aquello de que en otras circunstancias habría otro Aidan haciéndolo ver la situación desde un ángulo diferente, otra persona resistiendo lo que era necesario en apariencia. Nada de esto era sencillo para nadie y precisamente por eso todo era tan complicado, porque una decisión o la otra implicaba vidas igualmente.

    —Ya es tiempo, supongo —comenté casi para mí misma.

    Shitty post nomás para volver y continuar con el capítulo ª
     
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    Erin, Darek y Aidan entraron así en la capital de nuevo. Su paso por las calles fue silencioso, e incluso tenso. Ni siquiera Aidan, de lengua bastante floja sin importar la situación, parecía sentirse con fuerzas para decir algo ocurrente en aquel momento. Todos, incluido Darek, estaban intranquilos y nerviosos: y es que todos sabían que, si regresaban ante el Emperador, sería para darle una respuesta a la gran pregunta: "¿Estáis dispuestos a apoyar al Imperio y contribuir a conflictos políticos y posibles guerras, con sus eventuales bajas, con tal de frenar la lluvia para siempre y que, en el futuro, nadie más sufra? ¿O preferís oponeros al Imperio, con todo lo que eso conlleva, y dejar todo como está, permitiendo que la lluvia siga matando personas cuando existen formas de evitarlo?".

    No era una decisión fácil. Y sus destinos dependían de ella.

    —... cuando era más pequeño...

    Fue impactante que, mientras subían las escaleras, fuese Darek el que rompió el silencio. Caminando frente al trío, liderando la marcha, Darek llevaba manos a la espalda, como de costumbre. Pero su mirada no se enfocaba al frente. Estaba agachada, apuntando a sus pies, a los escalones que poco a poco iba subiendo lentamente. Aidan fue el primer sorprendido, alzando una ceja cuando le oyó contar aquello, de repente.

    —... tenía un hermano. Un hermano menor. Le sacaba ocho años. Nunca tuve padre, porque este murió cuando era muy pequeño, por un enfermedad. Mi madre, que me educó sola, tenía cualidades mágicas, aunque mi padre no. Y ella también murió cuando mi hermano nació, en el parto.

    Aidan quedó obnubilado, escuchándolo con atención. Aquella era la primera vez en la que Darek hablaba así de su pasado, de su familia, de todo. Todo lo que sabían de él, ciertamente, era que desde muy joven estuvo con el Emperador, bajo su tutela, y que era casi como una figura paterna para él, o un amigo, o un hermano.

    —Yo no heredé nada de la magia de mi madre, pero... mi hermano sí. Y le prometí a mi madre, antes de que muriese, que cuidaría de mi hermano ante todo.

    >> Viví con mis vecinos, que siempre nos cuidaron cuando surgió la desgracia, entre todos. Y yo siempre estaba haciéndome cargo de mi hermano, pese a mi corta edad. No tardó en empezar a mostrar su magia, no muy potente, pero sí altamente activa. Continuamente hacía crecer chispas, o le tocabas la mano y te quemaba, o creaba hielo de sus propias manos. Todos en la aldea le queríamos mucho, no solo yo. Era un niño que creció con los vecinos, que aprendió que era especial, pero no por eso era diferente al resto. Y, pese a ser un mago incontrolable y tan llamativo, encontró su sitio.

    Tomó aire, y se detuvo de pronto. Como si lo que fuese a decir fuese algo terrible. Y, en efecto, lo era.

    —... y un día, teniendo mi hermano cinco años, y yo trece... los guardias que custodiaban nuestra aldea tuvieron que marcharse porque había acontecido algo grave, un derrumbe en la muralla de Portobelo, al sur. A eso se le sumó una serie de avistamientos de monstruos poderosos en las inmediaciones de otras aldeas cercanas. Las aldeas... éramos muy susceptibles de ataques de los monstruos, porque no teníamos muralla alguna. Por eso, todo de cuanto disponíamos era de la protección del Emperador. Ese día, así, quedamos con solo un par de guardias. Pero no tenía por qué ser un problema; estábamos ubicados en un sitio tranquilo, con poca gente, y los monstruos iban donde había mucha gente, ¿no?

    >> Pues... craso error. Cuando más vulnerable era la aldea, cayó la lluvia carmesí. Una que azotó con especial virulencia en la aldea, con algo que jamás habíamos visto. Usualmente nos escondíamos en nuestras casas y los guardias nos defendían de los pocos monstruos que coincidían allí. Pero ese día no teníamos mucha protección... y los monstruos, inexplicablemente, eran terribles.

    Se dio la vuelta, encarando a Aidan y a Erin. Su mirada, apagada como de costumbre, revelaba auténtica desazón y tristeza bajo la coraza de inexpresividad.

    —... y yo entendí por qué de pronto nos atacaban esos monstruos, y por qué eran tantos en esa lluvia. Era por mi hermano. Su magia, en su punto álgido, era muy voluble e inestable. Y los monstruos se veían atraídos hacia ella. Lo noté en seguida, cómo todos le rodeaban, cómo parecían seguirle. Era por él, sí. Muchos aldeanos... murieron intentando defendernos, a mí y a mi hermano. Los guardias que había también cayeron. Era imposible salvarnos. Toda la aldea estaba condenada. Tal vez si corríamos, mi hermano y yo, nos podríamos salvar. Tal vez si huíamos y dejábamos atrás a todo el mundo, nos salvaríamos.

    >> ... pero estaba hablando de perder a toda mi aldea por mi hermano. A aquellos vecinos que me cuidaron como padres y hermanos, y que nos estaban protegiendo. Por eso... grité que nos dejasen allí, que huyeran ellos. Y dije que iban a por mi hermano. Que no les atacarían a ellos porque lo querían a él, les atraía él. Así que si nos dejaban allí a ambos, ellos se podrían salvar.

    Tomó aire, conteniendo lágrimas. Aun así, a pesar de su tristeza... se mostraba todo lo duro que podía.

    —¿Sabéis que me dijo mi hermano? "Si vienen a por mí, vete con ellos. Mamá querría verte vivir, seguro. Tú la conociste, y ella te conoció a ti... a mí no. Así que tú tienes que vivir por ella" —se calló, mirada ensombrecida—. ... al final huimos. Todos, menos mi hermano. Los monstruos fueron a por él primero, no a por el resto. Nos dio el tiempo suficiente, pero... le perdí.

    >> Tomé la mejor decisión para todos, por dura que fuese. Porque salvar a mi hermano era un peligro; la aldea se destruiría, pero no solo eso. ¿Qué más pasaría después? Si caía otra lluvia y la magia de mi hermano seguía creciendo de ese modo incontrolable, ¿no pasaría lo mismo en el lugar en el que viviéramos? Fue... la cosa más dura que pude elegir en mi vida. Y aun a día de hoy, tengo pesadillas con eso.

    >> La salida fácil sería culpar a los guardias, pero, ¿tengo derecho? Si no hubiesen ayudado a Portobelo o a las otras aldeas, la lluvia habría arrasado con ellos. Tal vez nos habrían protegido a nosotros, y a mi hermano, de haber estado ahí, pero a cambio de las vidas de muchas otras personas. No... acepté que... esa fue la mejor opción. Una vida no puede ser más valiosa que miles. Por mucho que sea la vida de mi hermano.

    —D-Darek... —suspiró Aidan, afectado por la historia.

    Pero Darek no había acabado aún.

    —... me hice Titán poco después. Para tratar de proteger al mayor número de personas posible de la lluvia carmesí. Pensé que ante algo tan terrible, solo el poder del Imperio podría hacerle frente. Y no me equivoqué: podemos. Así que ya lo sabéis. Esa es mi historia, esos son mis motivos, y por eso creo en la causa hasta el final. Y sí, Aidan: sé lo que es tomar una decisión difícil. Y no. En otro escenario no lo habría hecho lo contrario. Lo sé bien...

    >> ... porque he vivido ese otro escenario que me cuentas, y, por mucho que me duela, sé que fue la decisión correcta.

    Con esas palabras, siguió avanzando, sin más, en silencio. Dejando a Aidan reflexivo, impactado y taciturno. Dejando un profundo silencio a sus espaldas...

    ***

    La noche había caído, y Zael concertó la cita con ellos al alba, cuando el sol comenzase a salir. La cita en la que se decidiría su futuro...

    Así, allí estaban, otra vez, reunidos con el Emperador Zael. Mirando por el ventanal, el emperador les vio llegar a través del reflejo, y se giró con cuidado. La luz que empezaba a reflejarse, del sol saliendo, penetraba por la ventana, creando un tono cobrizo en la sala.

    Fue directo al grano, sin embargo.

    —... al fin regresáis... asumo que la decisión, pues, está tomada, ¿no?

    Aidan miró a Erin, en silencio, buscando su complicidad. Luego buscó los ojos de Darek, pero... Este estaba firme, tratando de no mirarle, tratando de huir del contacto.

    —Aidan. Erin —dijo, severo, el Emperador—. Tras conocer nuestros propósitos, tras meditarlo en profundidad, y tras un tiempo de reflexión... decidme.

    >> ¿Habéis decidido, finalmente, uniros a mi causa?


    >> Unirse al plan de Zael
    >> Oponerse al plan de Zael
     
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    Zireael

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    Erin Elroy

    No estaba entre los planes que Darek se explicara si debía ser honesta, mucho menos cuando la tensión se había empezado a gestar en el camino de regreso, pero abrió la boca y no supe si habríamos preferido que se lo reservara. Era esto lo que movía las motivaciones de Darek, la decisión que había tenido que tomar en ese momento, una por un bien más grande que él, que su hermano incluso y me di cuenta que para este hombre no habían otras opciones desde que era muy joven. No habían otros caminos, si había una solución la línea era recta.

    Lo escuché con toda la atención que me fue posible, cada palabra, las imágenes que creaba al ir hablando y quisiera o no, mis propios caminos comenzaron a acercarse hasta confluir en uno solo, como el delta de un río. Pensé que no importaba lo que decidiéramos, que se perderían vidas de vidas por cualquiera de las opciones o soluciones que hubiesen. Por la de Zael, por la que sea que pudiéramos tomar nosotros, que se perderían otras tantas por intentar proteger a, quizás, los Profetas y chicos como Kein, al pretender mantenerlos seguros.

    Es decir, se sabía, era obvio porque la lluvia ya implicaba derramamientos de sangre y las resistencias también, pero al ponerlo sobre la mesa lado a lado, no supe responder si se perderían menos vidas en una o la otra.

    La decisión lo perseguía, por más duro que se mostrara Darek no era en realidad ningún monstruo ni buscaba serlo por mero placer de, no sé, ver el mundo reducido a cenizas. Me pregunté si era posible cambiar esto, no el peso de la decisión ya tomada, sino permitirle tomar otra distinta, pero es que tampoco había algo que nos asegurara a nosotros que podíamos no solo evitar los sacrificios, sino detener la lluvia.

    Como había dicho el Emperador, si nos oponíamos estábamos decidiendo dejar las cosas como estaban.

    Darek se retiró después de terminar de hablar, no encontré por dónde detenerlo, y me quedé allí junto a Aidan que estaba por demás impactado. El silencio pesaba, casi juzgaba, y me di cuenta que no estaba lista realmente para tomar una decisión. No podía pensar solo en el linaje que tenía detrás, porque el caso es que ya el derramamiento de sangre estaba ocurriendo y no se detendría, ¿pero con qué cara podía sumarme al plan de Zael sin que mi propia decisión me provocara pesadillas incluso años después también?

    Fuimos citados al alba, así que cuando ingresamos a la sala el sol bañaba el espacio apenas en un tono cobrizo, casi metálico. Sentí la mirada de Aidan encima, la complicidad impresa en el gesto y no estaba segura de si podría mantener eso con mi decisión, no tenía idea. Darek evitó el contacto, nada raro de por sí, y regresé la atención al Emperador.

    Le debía mi lealtad al Imperio. Las vidas ya se estaban perdiendo. Condenaría a todos a vivir con la lluvia carmesí.

    ¿Recorrería el camino del Rey Carnicero en un burdo intento de evitar algo parecido a largo plazo?


    Tomé aire, pasé saliva también y enderecé la postura, el tono severo de Zael me hizo caer en que seguía sin saber cuál decisión era la correcta, quería decir, la que yo pensaba sería correcta. En que el rojo del cielo, el que anunciaba la lluvia, no era demasiado diferente de la sangre que cargaban todos los Elroy y de allí que quizás fuese indiferente, porque quedaría empapada de sangre ajena en cualquiera de los dos casos. No se trataba tampoco de ser héroes o villanos nada más.

    —Majestad —comencé, el tono me salió plano, apenas para ocultar la indecisión que me corría por el cuerpo todavía. Miré a Darek un momento, fui consciente de que seguía siendo cómplice de Aidan y que seríamos eliminados si nos interponíamos, pero eso no era el mayor motivo de peso ni de cerca—. Me uno a la causa.

    Mis propias palabras cayeron encima de mis hombros con tal fuerza que amenazaron con aplastarme con todo y armadura, no porque creyera que la otra opción me libraría de ese peso, sino precisamente porque supe que iba a sentir exactamente lo mismo en el otro caso. El corazón también se me detuvo en el pecho, consigo lo hizo mi respiración y el tono cobrizo de los rayos del sol se me asemejó más a rojo de lo que hubiese querido admitir.


    uno de los posts que más me ha costado escribir en toda mi vida rolera, muchas gracias, si me disculpas voy a llorar el resto de la tarde
     
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    MrJake

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    Darek apretó los puños casi sin querer cuando Erin empezó a hablar. Su pausa le hizo temblar instintivamente. Él estaba, también, terriblemente preocupado y nervioso por la decisión que tomasen sus dos compañeros, a sabiendas de que podría suponer, de forma definitiva, el final de su relación. Y no solo eso: también podía implicar el destino de sus compañeros. Estuvo dispuesto a hacerse ver como un completo villano, un traidor, y los encerró en una celda. Todo por evitar justo esta situación. Hasta se había abierto en canal, dándole detalles de su vida que jamás había contado. Todo por protegerles.

    Por eso, relajó el gesto y suspiró cuando Erin lo dijo. Que se uniría al Emperador, que aceptaba su propuesta. Zael sonrió, y también lo hizo Darek. Sí, hasta él mostró una ssonrisa genuina, ¿eh? Luego, las miradas se centraron en Aidan. No hizo falta decir nada, todos sabían lo que esperaban de él. El chico agachó la cabeza, sin embargo.

    —... yo... a decir verdad, no lo sé con seguridad aún. Antes estaba muy convencido de que me opondría, pero... cada vez veo más claro que no conseguiría nada haciendo eso, y que no ahorraría el sufrimiento de nadie. Pero no puedo ni pensar en cómo me sentiría si tantas vidas fuesen perdidas por culpa de mis acciones directas.

    Zael, impaciente, tamborileó en su brazo, y alzó una ceja, inquisitivo.

    —¿Y bien? Necesito una respuesta clara, Aidan. Aquí, y ahora.

    —... acepto. Colaboraré con en el plan —dijo, al fin... aunque no se quedó ahí—. Pero tengo una condición. Quiero hablar personalmente con la Profeta que tenemos atrapada.

    Zael asintió, mano en el mentón, curioso e intrigado por lo que iba a decir Aidan, e hizo un gesto para instarlo a continuar hablando. Y Aidan así lo hizo.

    —Si existe una mínima posibilidad de que colaboren con nosotros de forma amistosa... pienso intentarlo. Pensamos que matarlos es la única manera de cortar el flujo de energía de los Sagrados que alimenta a los ángeles, pero... si ellos están vinculados a los árboles, ¿no significa eso que podrían, quizá, ser capaces de manipularlo sin necesidad de que nadie muera? Si eso fuese posible, si supiésemos eso... quizá solo necesitaríamos convencerles, y no haría falta matarlos. Y todo sería mucho más fácil. Y sé que esa Profeta no querrá contactar con nosotros, en absoluto. Lo sé. Pero creo que si alguien puede convencerla, ese soy yo.

    Darek no pudo evitar esbozar una media sonrisa.

    —... sin duda pocos hay más insistentes que él —intervino Darek.

    El Emperador pareció meditarlo por largo tiempo, mano en el mentó, reflexivo.

    —No había considerado la posibilidad de que pudiesen controlar el flujo —confesó—. No lo contemplé, porque, la verdad... dudo enormemente que un Profeta se preste a colaborar con la causa. No es eso para lo que han sido elegidos, después de todo. Pero de todas formas, te concederé tu petición, Aidan. Si quieres intentarlo, si crees poder extraer respuestas de ella, te dejaré ir a hablar con la Profeta. Aunque solo sea para que encuentres respuestas por su parte y te termines de convencer... ya que sé que eso es lo que más extraerás y más anhelas extraer de ellos.

    Aidan, con lentitud, agachó la cabeza, asintiendo con lentitud. Y Zael sonrió, girándose hacia el ventanal.

    —Bien. Magnífico, chicos. Entonces está decidido. Ahora tendremos que esperar al regreso de Loke con nuestro orbe, y con eso tendre-

    Pero en ese instante, calló de golpe. Su abrupto silencio fue tan repentino, que a Darek se le heló la sangre y se giró hacia el ventanal. Aidan y Erin miraron allí también.

    —... no... no puede ser —musitó, impactado, Zael. Miraba por el ventanal, sin dar crédito.

    Y es que el cielo amarillento del manezar se estaba empezando a teñir, poco a poco, de rojo. Un rojo profundo, carmesí, que cubrió todo el cielo poco a poco. Y, cuando menos lo esperaban...

    Partículas rojas empezaron a caer.


    —¡No! ¡No, no, no, no! —Zael se había transformado por completo, ido, incrédulo, frustrado y tremendamente furioso—. ¿¡Cómo!? Esto no era... hoy no era...

    —Majestad, ¡la lluvia...! —gritó Darek, frustrado también—. ¡Tenemos que hacer algo!

    Los monstruos empezaron a surgir en la ciudad, uno detrás de otro. Y, repentinamente, surgió un gigantesco monstruo en mitad de la zona residencial. Un Bégimo, grande y furioso, que empezó a rugir.

    —... lo saben —susurró Zael, apretando los dientes, observando al Bégimo—. Cabrones. Lo saben todo, y me la han jugado.

    >> ¡Darek! ¡Aidan! ¡Erin! Cambio de planes. Se ve que los árboles no han dado tregua, y han... adelantado sus planes —estaba furioso, la vena de la frente y del cuello sumamente hinchada, y sus ojos verdes centelleando con energía. Apretó el puño frente a su cuerpo entonces—. ¡¡Proteged Elérea, ya!! ¡Llevad a todos los hombrs que podáis! ¡Acabad con ese monstruo y con todos los demás!

    —¡Sí, Majestad! —gritó Darek, sin cuestionarlo.

    Erin, Aidan y Darek, así, salieron de la zona, corriendo. Dejando atrás al Emperador, que apoyó su puño en el cristal, observando al Bégimo a lo lejos, y mirando luego al cielo con suma rabia. Una rabia que parecía tremendamente personal.

    ***

    Nada más bajar a la entrada del Palacio, los titanes encontraron una escena complicada. Había lobos por todas partes, y otros monstruos que habían golpeado la puerta con fuerza y entraban por todas partes. Los soldados peleaban con ellos, y fue Jason el que gritó:

    —¡J-Jefe, señor Darek, señorita Erin! La lluvia... ha caído. ¡Se suponía que debía ser en cinco días, no en uno...!

    —¡Lo sé, lo sé, Jason! —gritó desde lejos Aidan, dando un tajo con su Zweilhander que aniquiló a un cóndor que se le abalanzó—. Yo tampoco lo entiendo...

    —... —Darek, sin embargo, no dijo nada al respecto. Se limitó a sacar su hacha, la Aymr, y puso una mano en el hombro de Erin—. Erin. Tenemos que abrirnos paso. Ese Bégimo es... muy peligroso. Vayamos a por él, ¡ya!

    Sí... t-tenían que abrirse paso, e ir a por él, ¡cuanto antes!


    Conexiones:
    - Fuera del palacio: Zona residencial
    Enemigos:
    - Fang x5
    - Cóndor x5
    - Fang x3 + Fang alfa x2 (Bloquean la salida)
     
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    Zireael

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    Erin Elroy

    El suspiro de Darek me alcanzó, como si escuchar mi decisión lo aliviase, incluso sonrió junto a Zael y una fracción diminuta del peso en mis hombros desapareció, fue casi imperceptible, y regresó cuando llegó la hora de Aidan de responder. Lo poco claro de la respuesta inicial me hizo inhalar con cierta fuerza, no era por impaciencia, solo aumentó el rato de tensión antes de que acabar por aceptar... con una condición.

    Al escucharlo giré el rostro en su dirección y el agradecimiento se me debió notar, ni siquiera lo disimulé, porque si Zael se lo permitía al menos podíamos decir que se había intentado, que no solo nos habíamos puesto al servicio de esta causa sin más. El Emperador accedió luego de meditarlo, aunque digamos que si hablábamos de insistencia el Relámpago se llevaba el premio sin duda de por sí.

    Sin embargo, guardó silencio de golpe y el peso que sentía encima se duplicó cuando mis ojos se deslizaron al ventanal. El cuerpo entero se me congeló en el momento en que el cielo empezó a teñirse de rojo, ya para cuando cayeron las primeras gotas pensé que habíamos sido engañados, que era todo un maldita mentira y ahora estábamos dentro de ella. Fue lo único que pude pensar, pero aún así atendí al llamado de Zael apenas se dirigió a nosotros y no tardé nada en echar a correr junto a ambos Titanes.

    Teníamos que proteger a Elérea, por eso nos habíamos quedado.

    Ya abajo topamos con Jason igual de alterado que nosotros, que todo el que tenía conocimiento de que la lluvia debía haber caído dentro de cinco días, no hoy. Era un desastre, había soldados luchando con los monstruos, Aidan tuvo que derribar a un cóndor y teníamos que encargarnos de Bégimo antes de que todo siguiera empeorando.

    Giré el rostro hacia Darek cuando sentí su mano en mi hombro, asentí con la cabeza y saqué la espada de un movimiento rápido.

    —Vamos, el Bégimo es la prioridad. Acaben con todo lo que nos obstaculice el paso —dije con firmeza, no tenía tiempo para cuestionamientos—. Me encargaré de cuidarles las espaldas, como siempre.

    >>Cóndor x5
     
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    MrJake

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    Escritor
    Erin, Aidan y Darek corrieron, bajando las escaleras del vestíbulo. Por el camino, Aidan vio a soldados suyos peleando, y gritó:

    —¡Eh! ¡Dejad a esos lobos de mierda, que nosotros nos encargamos! ¡Que dos de vosotros revisen que no haya más monstruos en el palacio, y el resto a la calle! ¡Ayudad a la gente! ¡Nosotros nos ocupamos de esto!

    —¡S-Sí, señor! —gritaron todos al unísono.

    Aidan se había puesto serio, concentrado y tenso, como era natural; y sus órdenes eran precisas y claras, como las de un verdadero capitán. No había que olvidar que, pese a su actitud bromista y despreocupada, no dejaba de ser un Titán.

    De pronto, sin embargo, y cuando iban a encarar a los Fangs, numerosos pájaros les rodearon. Los tres acabaron espalda con espalda, rodeados de monstruos.

    —Tché... ¡no me apetece pollo, gracias! —gruñó el Relámpago.

    —... —Darek no dijo nada al principio, tenso. Pero luego oyó el rugido proveniente de las calles. El gigantesco bégimo... se oía rugir desde lejos, furibundo—. Rápido... ¡no tenemos tiempo que perder, la gente nos necesita!

    ¡Emboscada! Quedáis colocados de la siguiente forma:
    Fila delantera: Aidan
    Fila trasera: Erin, Darek


    [​IMG]
    CONDOR A
    Lvl. 20

    - PS: 90/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 40
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia

    [​IMG]
    CONDOR B
    Lvl. 20

    - PS: 90/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia


    [​IMG]
    CONDOR C
    Lvl. 20

    - PS: 90/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia

    [​IMG]
    CONDOR D
    Lvl. 20

    - PS: 90/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia


    [​IMG]
    CONDOR E
    Lvl. 20

    - PS: 90/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia

    Turnos:

    - Aidan
    - Cóndor A
    - Cóndor B
    - Cóndor C
    - Cóndor D
    - Cóndor E
    - Darek
    - Erin
    - Aidan
    - Cóndor A
    - Cóndor B
    - Cóndor C
    - Cóndor D
    - Cóndor E
    - Darek
    - Erin
    - Aidan
     
    • Fangirl Fangirl x 3
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    Zireael

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    Escritora
    Erin Elroy

    No se nos tenía que repetir dos veces a ninguno de los tres, cuando había que ponerse serios se hacía y punto. Se daban órdenes, se movilizaban soldados, todo sin dudar un instante porque era para eso que existíamos. Ahora estábamos enfocados en el Bégimo, pero claro que el resto de monstruos tenían otros planes para nosotros.

    Fue cosa de un instante, los pájaros nos rodearon y quedamos espalda con espalda, incapaces siquiera de alinearnos a conveniencia. Debíamos movernos rápido, eso estaba claro.

    >>Aidan: Torbellino

    [​IMG]
    ERIN
    Lvl. 18
    Exp. sig. nv.: 665
    PH: 9
    - PS: 128/128
    - PM: 60/60
    - Fuerza: 66
    - Defensa: 86
    - Poder Mágico: 28
    - Terapeucidad: 50
    - Espíritu: 65
    - Defensa Mágica: 49
    - Velocidad: 47
    Armas equipadas:
    - Espada leal (17 Daño físico) (Req.: 5% dominio)
    Dominio:
    - 10% Espadas
    Armadura equipada:
    - Yelmo de titán (+10 PV, +10 PM)
    - Jersey de lana (+6 Defensa, +6 Defensa mágica, +6 PV)
    - Botas reforzadas (+5 Velocidad, +3 defensa, +3 defensa mágica)
    Habilidades pasivas:
    - Indemnización: al acabar la batalla, recupera un 5% de sus PS máximos.
    - Custodio: si está presente en el combate y un amigo caería por un golpe del rival, se interpone automáticamente en el camino del golpe y lo protege. Recibe sin embargo el cálculo de daño que recibiría el protegido. Esta habilidad puede activarse y desactivarse. ACTIVADA.
    Habilidades y técnicas:
    - Tajo potente [solo espadas]: Sencillo ataque, consistente en un fuerte tajo diagonal con la espada. Hace bastante daño. +15 Daño físico. (Coste: 4 PM)
    - Gallardía: hace gala de su honor como caballero para sanar parte de sus PS y subir su ataque brevemente. Cura sus propios PS en 10 + ratio x0,5; sube además su fuerza en 5 por cada uso (Coste: 10 PM)
    - Provocación: mientras dure el estado, atraerá hacia sí gran parte de la atención de los enemigos [Coste: 8 PM]
    Magia amarilla:
    - Bravura: el beneficiado hará más daño físico, añadiendo modificador de x1,5 (Coste: 10 PM)
    - Fe: el beneficiado hará más daño mágico, añadiendo modificador de x1,5 (Coste: 10 PM)
    - Tónico: el beneficiado curará más PS con habilidades, magias y objetos curativos, subiendo el ratio del mismo en un 0,5 (Coste: 10 PM)
    - Espejo: el beneficiado hará rebotar cualquier tipo de magia, sea positiva o negativa, hacia el enemigo que se la lanzó o hacia un enemigo aleatorio si la usa un aliado (Coste: 12 PM)

    Equipo:
    [​IMG]
    AIDAN
    Lvl. 18
    Exp. sig. nv.: 220
    - PS: 76/76
    - PM: 48/56
    - Fuerza: 63
    - Defensa: 48
    - Poder Mágico: 0
    - Terapeucidad: 43
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 48
    - Velocidad: 84
    Armas equipadas:
    - Zweilhander (10 daño físico, el comando atacar se aplica dos veces)
    Artes céleres:
    -Torbellino (golpea a todos los enemigos con el daño del arma. Hace daño físico, pero de elemento aire) (Coste: 8 PM)
    -Boomerang (lanza la Zweilhander unida contra un enemigo y regresa a su mano después, haciendo daño dos veces, equivalente a atacar. Hace el mismo daño desde la fila de atrás. Permite al usuario cambiar de fila en mitad de batalla) (Coste: 10 PM)
    -Golpe veloz (equivalente al comando atacar; sin embargo, adelanta sus próximos turnos en la lista en una posición durante esta ronda) (Coste: 6 PM)
    -Acelerar (otorga Prisa a todo el grupo y sube en 5 la fuerza de todos) (Coste: 15 PM)
    -Último Arcano (golpea al rival seis veces con la Zweilhander) (Coste: 25 PM)

    [​IMG]
    DAREK
    Lvl. 19
    Exp. sig. nv.: 450
    - PS: 120/120
    - PM: 60/60
    - Fuerza: 85
    - Defensa: 41
    - Poder Mágico: 0
    - Terapeucidad: 29
    - Espíritu: 50
    - Defensa Mágica: 51
    - Velocidad: 56
    Armas equipadas:
    - Aymr (15 Daño físico)
    Artes letales:
    -Corte vacío (daña a un rival golpeando físicamente, pero a su defensa mágica. Elemento oscuridad) (Coste: 6 PM)
    -Castigo (reduce los PM actuales de todos los enemigos y les baja su ataque y poder mágico en 5 puntos) (Coste: 10 PM)
    -Golpe de gracia (ataca normalmente. Si con este ataque fulmina a un enemigo, sube en 10 su ataque) (Coste: 8 PM)
    -Términa (cancela todos los estados positivos que tenga el grupo y los concentra en la Aymr. Atacará con un extra de potencia equivalente a 5 veces el número de estados que se haya cancelado) (Coste: 14 PM)
    -Único Arcano (da un único golpe con la Aymr, añadiendo +40 de daño) (Coste: 20 PM)
     
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  19.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
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    Inventory:

    Escritor
    Aunque Aidan se lanzó con todas sus fuerzas para atacar a los pájaros, su golpe no bastó para acabar con ellos, y tuvo que soportar cómo un par de ellos se lanzaban contra él con su afilado pico. Los otros alcanzaron a Darek y a Erin, mientras tanto.

    Mierda... no tenían tiempo que perder, ¡había que acabar con ellos ya!

    Cóndor A: Atacar (Aidan)
    Cóndor B: Atacar (Erin)
    Cóndor C: Atacar (Darek)
    Cóndor D: Atacar (Aidan)
    Cóndor E: Atacar (Darek)



    [​IMG]
    CONDOR A
    Lvl. 20
    - PS: 57/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 40
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia

    [​IMG]
    CONDOR B
    Lvl. 20

    - PS: 57/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia


    [​IMG]
    CONDOR C
    Lvl. 20

    - PS: 57/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia

    [​IMG]
    CONDOR D
    Lvl. 20

    - PS: 57/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia


    [​IMG]
    CONDOR E
    Lvl. 20

    - PS: 57/90
    - PM: 0/0
    - Fuerza: 65
    - Defensa: 30
    - Poder Mágico: 40
    - Terapeucidad: 0
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 80
    - Velocidad: 60
    Ataques:
    - Atacar (+0 daño físico, ataca con su fuerza, sin más)
    +170 experiencia

    Turnos:

    - Aidan
    - Cóndor A
    - Cóndor B
    - Cóndor C
    - Cóndor D
    - Cóndor E
    - Darek
    - Erin
    - Aidan
    - Cóndor A
    - Cóndor B
    - Cóndor C
    - Cóndor D
    - Cóndor E
    - Darek
    - Erin
    - Aidan
     
    • Espeluznante Espeluznante x 2
  20.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

    Leo
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    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Erin Elroy

    Comprimí ligeramente los gestos al ver como algunos pájaros se le iban encima a Aidan y a Darek, empezando porque no eran pocos nos estaban reteniendo demasiado. Era hora de acelerar un poco las cosas.

    —¡Aidan, otra vez!

    >>Darek: Aymr (A)
    >>Erin: Bravura (Aidan)
    >>Aidan: Torbellino

    [​IMG]
    ERIN
    Lvl. 18
    Exp. sig. nv.: 665
    PH: 9
    - PS: 127/128
    - PM: 70/60
    - Fuerza: 66
    - Defensa: 86
    - Poder Mágico: 28
    - Terapeucidad: 50
    - Espíritu: 65
    - Defensa Mágica: 49
    - Velocidad: 47
    Armas equipadas:
    - Espada leal (17 Daño físico) (Req.: 5% dominio)
    Dominio:
    - 10% Espadas
    Armadura equipada:
    - Yelmo de titán (+10 PV, +10 PM)
    - Jersey de lana (+6 Defensa, +6 Defensa mágica, +6 PV)
    - Botas reforzadas (+5 Velocidad, +3 defensa, +3 defensa mágica)
    Habilidades pasivas:
    - Indemnización: al acabar la batalla, recupera un 5% de sus PS máximos.
    - Custodio: si está presente en el combate y un amigo caería por un golpe del rival, se interpone automáticamente en el camino del golpe y lo protege. Recibe sin embargo el cálculo de daño que recibiría el protegido. Esta habilidad puede activarse y desactivarse. ACTIVADA.
    Habilidades y técnicas:
    - Tajo potente [solo espadas]: Sencillo ataque, consistente en un fuerte tajo diagonal con la espada. Hace bastante daño. +15 Daño físico. (Coste: 4 PM)
    - Gallardía: hace gala de su honor como caballero para sanar parte de sus PS y subir su ataque brevemente. Cura sus propios PS en 10 + ratio x0,5; sube además su fuerza en 5 por cada uso (Coste: 10 PM)
    - Provocación: mientras dure el estado, atraerá hacia sí gran parte de la atención de los enemigos [Coste: 8 PM]
    Magia amarilla:
    - Bravura: el beneficiado hará más daño físico, añadiendo modificador de x1,5 (Coste: 10 PM)
    - Fe: el beneficiado hará más daño mágico, añadiendo modificador de x1,5 (Coste: 10 PM)
    - Tónico: el beneficiado curará más PS con habilidades, magias y objetos curativos, subiendo el ratio del mismo en un 0,5 (Coste: 10 PM)
    - Espejo: el beneficiado hará rebotar cualquier tipo de magia, sea positiva o negativa, hacia el enemigo que se la lanzó o hacia un enemigo aleatorio si la usa un aliado (Coste: 12 PM)

    Equipo:
    [​IMG]
    AIDAN [BRAV: 1/6]
    Lvl. 18
    Exp. sig. nv.: 220
    - PS: 41/76
    - PM: 48/56
    - Fuerza: 63
    - Defensa: 48
    - Poder Mágico: 0
    - Terapeucidad: 43
    - Espíritu: 60
    - Defensa Mágica: 48
    - Velocidad: 84
    Armas equipadas:
    - Zweilhander (10 daño físico, el comando atacar se aplica dos veces)
    Artes céleres:
    -Torbellino (golpea a todos los enemigos con el daño del arma. Hace daño físico, pero de elemento aire) (Coste: 8 PM)
    -Boomerang (lanza la Zweilhander unida contra un enemigo y regresa a su mano después, haciendo daño dos veces, equivalente a atacar. Hace el mismo daño desde la fila de atrás. Permite al usuario cambiar de fila en mitad de batalla) (Coste: 10 PM)
    -Golpe veloz (equivalente al comando atacar; sin embargo, adelanta sus próximos turnos en la lista en una posición durante esta ronda) (Coste: 6 PM)
    -Acelerar (otorga Prisa a todo el grupo y sube en 5 la fuerza de todos) (Coste: 15 PM)
    -Último Arcano (golpea al rival seis veces con la Zweilhander) (Coste: 25 PM)

    [​IMG]
    DAREK
    Lvl. 19
    Exp. sig. nv.: 450
    - PS: 96/120
    - PM: 60/60
    - Fuerza: 85
    - Defensa: 41
    - Poder Mágico: 0
    - Terapeucidad: 29
    - Espíritu: 50
    - Defensa Mágica: 51
    - Velocidad: 56
    Armas equipadas:
    - Aymr (15 Daño físico)
    Artes letales:
    -Corte vacío (daña a un rival golpeando físicamente, pero a su defensa mágica. Elemento oscuridad) (Coste: 6 PM)
    -Castigo (reduce los PM actuales de todos los enemigos y les baja su ataque y poder mágico en 5 puntos) (Coste: 10 PM)
    -Golpe de gracia (ataca normalmente. Si con este ataque fulmina a un enemigo, sube en 10 su ataque) (Coste: 8 PM)
    -Términa (cancela todos los estados positivos que tenga el grupo y los concentra en la Aymr. Atacará con un extra de potencia equivalente a 5 veces el número de estados que se haya cancelado) (Coste: 14 PM)
    -Único Arcano (da un único golpe con la Aymr, añadiendo +40 de daño) (Coste: 20 PM)
     
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  1. MrJake
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