One-shot de Naruto - Easier.

Autor: Temarii Juuzou.
Personajes: Karin, Suigetsu.
Advertencia:

Contenido oculto

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Easier.

El vaso de alcohol cayo directo en su cara, entrándole en los ojos haciendo que estos le ardiesen, también había entrado un poco a su boca, lo que le hizo darse cuenta quien era el culpable de que el vaso ahora reposará vacío en la barra y todo el contenido le estuviese escurriendo del cabello. Solo una persona tan dramática como Karin tiraría un buen vodka encima de otra persona sin razón alguna.

—Mierda… ¿Acaso estás loca?

Suigetsu se levantó, enjuago sus ojos con la parte seca de su camiseta e intentó conectar su vista con la de la pelirroja, pero esta se alejaba de él. Claramente la siguió, ninguno de sus amigos presentes dudo que eso no pasaría. Naruto llevó su bebida a sus labios y continúo hablando animadamente con Sasuke, mientras que sus respectivas parejas tan solo miraban a la pareja con preocupación, era la primera vez que veían que Karin hiciese algo así en público para ellas, pero los chicos estaban más que acostumbrados a ese tipo de escenas vergonzosas.

—No me jodas, Karin, te estoy hablando —Suigetsu logró alcanzarla y así poder sujetarla de la muñeca, esta le miró con molestia mientras le forcejeaba su brazo.

—Déjame, no quiero que me hables, idiota.

— ¿Ahora que mierda hice?

— ¿Te parece poco haberle guiñado el ojo a la camarera? Si tanto te gusta, vete con esa zorra.

El peliblanco miró a la chica con un rostro totalmente en blanco para luego soltar una carcajada que hizo voltear a la gente cercana a ellos, Karin se sonrojo quedando a la par de su cabello en color. La única cosa que hizo Suigetsu callarse fue la mano de la chica cuando se estampó en su mejilla con fuerza.

—Tarado… no me vuelvas a buscar —después sintió un pequeño anillo golpear su pecho, por suerte lo logró alcanzar antes de que este callera.

Con el anillo en su mano, el peliblanco volvió a la barra donde estaban sus amigos. Su mirada estaba ceñuda, su mejilla algo hinchada y del pelo aún le goteaban los restos de vodka. Una mezcla de tristeza y molestia adornaba su rostro.

—Lo siento, chicos —Suigetsu tomó su sudadera y salió corriendo a donde Karin había ido, sus amigos tan solo rodaron los ojos para seguir con su tranquila charla.

…

La Pelirroja ya estaba cerca de la parada del autobús cuando una mano le tocó el hombro; Suigetsu ya estaba harto de los tratos de la chica, pero si iba a terminar todo así, era mejor ser él quien terminara las cosas de una vez por todas con esa loca de mierda que alguna vez pudo amar.

Karin se dio la vuelta y sus preciosos ojos, brillosos por las lágrimas, brillaban tanto que iluminaban toda la oscuridad que les rodeaba. Suigetsu sintió su corazón retumbar en su pecho; aquella noche se había arreglado con esmero el cabello hasta dejarlo tan tieso, que el chico pensó que parecía tener en la cabeza una peluca barata, ahora con todo el sudor y calor del bar, seguido del frío de la noche, lo había regresado a su forma natural que tanto le gustaba al peliblanco, porque enmarcaban su rostro de la manera perfecta. También llevaba un vestido negro tan pegado, que era imposible no querer perderse en esas curvas.

— ¿Qué mierda quieres ahora? —Karin se restregó su puño contra su ojo de forma violenta, manchando debajo de este con su rímel & su mano de paso.

Suigetsu la tomó de la nuca y llevo sus labios directo a los de él, donde sin forcejear, se perdieron el uno en el otro. Al separarse, el chico le volvió a colocar el anillo en su dedo anular y, besando el dorso de Karin, la miró directo a los ojos.

—No te lo vuelvas a quitar.

Karin estaba loca, era una dramática de mierda, celosa posesiva, pero Suigetsu no podía evitar amarla a ella con todo eso, no podía imaginar su vida sin esa maldita mujer tan hermosa. Por algo estaba tan enamorado de ella.