One-shot de Naruto - Dulces y Chicles

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Kárupin, 2 Octubre 2010.

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    Kárupin

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    Dulces y Chicles

    Autor: Kárupin

    Título: Dulces y Chicles

    Género: Tragedia (?)

    N/A: Escrito que envié para el concurso de Universos Alternos, me tocó el colegio. Lo publico tal y cómo lo envié. Es algo enredoso al final ya que lo terminé a las prisas. Pero bue~ No me maten. Está raro y etc. Por cierto, lo escribí hace como mil años, así que esa es otra razón para que no sea 'bueno'

    El título no tiene nada qué ver con la historia.

    Dulces y Chicles



    Su pie estaba posado sobre la pared y su peso también. Esperaba a alguien. Se estaba impacientando cada vez más y recordó las cientos de veces que le había dicho a su compañero que detestaba esperar. No tenía opción, si quería dinero rápido y fácil tenía que aguantar.

    A lo lejos pudo ver una cabellera platinada acercarse tranquilamente, venía con paso lento y confiado, como si no tuviera nada que ocultar. Eso impacientó aún más al de cabellos negros y fue a su encuentro.

    —¿Por qué tardaste? —inquirió al ver a su aliado llegar.

    —Las cosas se hace bien o no se hacen —dijo mientras sonreía de medio lado.

    Ambos uniformados entraron al establecimiento. Iban de pantalón café, camisa blanca y corbata azul, el chaleco ninguno de los dos lo traía puesto.

    Sacó disimuladamente de la bolsa de su pantalón un dulce y se lo pasó a su compañero, quien lo guardó nuevamente pero en su bolsillo izquierdo.

    Entraron en las instalaciones cada quien con una mochila en su hombro, cursaban el tercer semestre de prepa y ese día había examen.

    Fueron al salón donde les tocaba clase y se sentaron juntos, el de cabellos blancos hablaba y hablaba mientras que el de orbes verdosos intentaba no hacer el intento de matar al que tenía a su lado.

    Después de que el profesor llegó y empezó con su charla de que no copiaran, no hicieran trampa y demás cosas que advierten porque según tienen ojos en todas partes, empezaron el examen. Algunos hacían como que se les caía algo para poder copiar, otros pedían prestadas cosas y se pasaban escondido un papelito con las respuestas.

    Era el examen que decidiría si pasarías al cuarto semestre o no, era de vida o muerte. Las preguntas capciosas, los problemas algebraicos y demás cosas estaban difíciles, hasta el matadito de la clase se las estaba viendo negras.

    Unos pocos sacaron un pequeño trozo de hoja que traían escondida en los lugares menos pensables y se pusieron a copiar rápidamente para evitar ser atrapados con las manos en la masa.

    Al final todos salieron poco a poco. Unos últimos estaban aún sentados después de seis horas con la prueba.

    Al terminar la escuela todos evacuaron la escuela, y unos pocos se quedaron. Escondidos, detrás de un árbol, dos jóvenes esperaban a algunos estudiantes. Sigilosamente se acercó un muchacho y pasó al lado del chico que tenía un pañuelo en su cabeza y recibió en una mano derecha un pequeño dulce, dio la vuelta alrededor y con la izquierda entregó unos billetes de los grandes.

    De esta manera habían terminado su labor.

    Se fueron a su apartamento, se cambiaron el uniforme por ropa de civil y se fueron a un bar exclusivo de la ciudad.

    Al entrar fueron a una de las mesas VIP y empezaron a esperar a que los demás llegaran. Cuando los demás miembros hicieron acto de presencia se empezó a discutir y debatir.

    —Vamos Kakuzu, ¿cuántos años tienes? ¿17? —inquiría uno de melena rubia.

    El aludido no respondió a la pregunta.

    —¿Cuánto dinero obtuviste hoy? —preguntó un moreno de cabello azabache.

    Al contestar nadie se sorprendió por la cantidad, habían tenido mayores ingresos.

    —Claro, es fácil venderle dulces a los niños de preparatoria —dijo en un suspiro —, son tan ingenuos… —terminó decir como algo lejano. —Por cierto, ¿qué tal vendiste las respuestas del examen? —indagó nuevamente.

    Sonrió con sorna al escuchar la respuesta. Él había participado, y aunque al de esclerótica rojiza no le agradaba tener que darle un porcentaje, debía admitir que gracias a él le había ido de maravilla.

    Un nuevo paquete le fue entregado, esta vez eran diez chicles que debía vender.

    Al salir del bar con Hidan caminaron por las calles oscuras de la ciudad, unas personas se les atravesaron en el camino, llevaban pistolas y cosas como palos, revolver y demás equipamiento.

    Con una mueca de fastidio vio a los que estaban a su alrededor, volteó a ver su compañero y este ya estaba más que listo.

    En un abrir y cerrar de ojos empezaron a balearlos, pero no les hicieron daño. En un abrir y cerrar de ojos todo había acabado.

    El jorobado siguió su camino como si nada. Nada había pasado. Esas eran las ventajas de tener como socio a alguien a quien no le importaba el dinero y tenía un pacto con el diablo: la inmortalidad.

    Caminaron entre los cadáveres y se dirigieron a su condominio, tenían que vender nuevamente la droga que se les había confinado, y entre el montón de alumnos que habían en el instituto tenía que escoger a los más débiles para poder hacer su venta…

    *]*]*[*[*

    Los acontecimientos pasados marcaron su destino, algo hizo mal.

    Las cintas amarillas rodeaban el lugar de los hechos, estaba prohibido pasar, las sirenas de las patrullas resonaban por la colonia, el tumulto de gente estaba presente y no permitían pasar libremente.

    Desde lejos, ojos espectadores veían la escena. Habían perdido a dos de su secta secreta: Akatsuki.

    —Fue su culpa… —murmuró una voz femenina mientras se daba la vuelta.

    *]*]*[*[*

    Tenían tiempo vendiendo su mercancía entre estudiantes y jóvenes que le conocía. La escuela era el mejor lugar, las hormonas a todos lo hacen actuar extrañamente, así que ellos pasarían desapercibidos ante los ojos vigilantes.

    La famosa droga que te hace retener más de lo que estudias era la preferida del alumnado, los que la conocían se hacían adictos a ella.

    Y los ojos observantes infiltrados se dieron cuenta del personaje masculino que las vendía.

    Y todo terminó en un ruin desenlace.

    *]*]*[*[*

    —Aprendan a hacer negocios, pero sobre todo con quién… —las palabras se las llevó el viento y la oscuridad de la noche se las tragó, quedando un vacío en la cumbre de la manta estrellada.
    ~Gracias por leer~
     
  2.  
    susie

    susie Usuario común

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    Pluma de
    Escritora
    Re: Dulces y Chicles

    Omg :O Que fic más kawai, no me lo imagino, si así escribías hace mucho, ahora escribes mejor ;D
    Eso si que suele pasar en la vida cotidiana, y el título mucho que tiene que ver, ellos vendían "dulces", bien, de alguna forma hay que ganarse la vida -w-U
    Dios, ¿cual es la droga que hace que retengas los estudios? D: Voy muy mal en matematicas y...Haha, ok no, no la usaría (?
    Escribes muy bien, espero vuelvas a escribir algo ShikaTema, NejiTen Bien, adiós
     

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