de Inuyasha - Dulce Muerte

Dulce Muerte

PARTE 1:

Todo empezó como una simple pelea entre una chica llamada Kagome y un extraño muchacho surgido de la nada. Tal vez ella estaba algo brusca por haber terminado recientemente con su novio Sesshomaru. Pero ni siquiera pensó en los sucesos que seguirían. Todo por culpa de una pequeña discusión con un extraño…

- Ayer si que se molestó bastante.- afirmé
-Je, no me gusta jugar así, hacer que los demás piensen que estoy enojada- dijo algo sonriente la chica- ¿Y vos te lo creíste?- continuó, al no recibir respuesta por parte de su interlocutor.
-No -respondí secamente -pero estaba casi al borde de reírme.

Kagome tomó con mucho humor mi confesión, podía escucharla reír.

-Pero gracias a tú forma de hablar, translucieron tus verdaderas intensiones.
-En persona lo hago mas creíble -se burló

Reí con ganas al comentario de ella.

-Pero aun así, mi querido amiguito, me pediste disculpas-comentó con humor

Te miré siniestramente y te dije:

-En persona soy más… digamos… inquietante- añadí y si te repetí irónicamente lo que te había dicho esa vez.- Disculpa por decir lo fea que eres…
-Ja, yo se lo q soy – me dijiste con risa macabra

Acompaño su risa y me acerco a ti.
-No tanto señorita -te digo acariciando distraídamente su rostro
-Si, si sé- murmuraste alejándote un poco
-No temas- te tranquilizo dando un paso hacia ti- Ayer comí, además, se reconocer lo que es bueno.

Ahí me pusiste cara de enojada

- Creo que no podrías ni reconocer a tu propio perro- soltó.
- No tengo perro - me burlo
-Bueno a tu gato o a lo que tengas- aclaraste dándote media vuelta para irte
-¿A dónde vas?- pregunto sujetándote de los hombros.
-A pasear a mi perro, porque si tengo, y soltadme- forcejeaste un poco.
-No, me traes suerte, por eso me quedo a tu lado.

Abriste los ojos bien grandes, muy sorprendida ante mis palabras.

-Cierra los ojos, así no serás culpable de lo que suceda- te comento

-¿Qué puede suceder con alguien fea como yo?- me preguntaste algo lastimada

No respondo, sólo te abrazo, estrechándote contra mí. Mientras mi oculta mano acaricia limpiamente su lindo rostro

-No eres en lo más mínimo fea….preciosa – susurro, y tú me miraste atónita y con un brillo especial en tus bellos luceros iluminadores. -No callaré las palabras, me gustas- te digo acariciando tu cuello en una región particular.
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Yo, me di cuenta de lo que tratabas de hacer, te empujé un poco, para soltarte de mí.

- Me voy - te dije algo enojada
- ¿A dónde sin mi permiso? -susurraste suavemente
- A darle de comer a mi perro.
- Vuelve pronto -me das un besito suave y mojadito en mi cuello- te estaré esperando o iré por ti - agregaste.
-Adiós- murmuré y me fui rápido de allí, así me podría sentir más aliviada.


Ya en mi casa le di de comer a mi perro, tenía uno de verdad y necesitaba alimentarlo.

-Mmm- escuché una voz- Listo, me comeré a tu perro y estarás sola para mí

Esa voz decía cosas cínicas, pero la reconocí enseguida.

- Si te comes a mi perro, también comerás ajo y cebolla y no olvidemos que una cruz en el cuello te quedaría muy bien.

No sentí más aquella voz y me fui a dormir ya que era de noche, mi perrito se acostó a los pies de mi cama.

-Prefiero comerte a ti - escuché el susurro conocido, que creía desaparecido- te ves más...apetitosa

Me desperté medio dormida y golpeé algo sin querer, como siempre cuando me despierto, ¿esto había sido un sueño? No entendía nada. Pero luego te vi tirado en el piso y dije:

-¿Que haces aquí?

Te recuestas a mi lado y me besas el cuello, como un vil vampiro, mientras me abrazas.

-¿Qué estás haciendo? ¿Acaso me quieres matar?-pregunte asustada

-Si...-me sonreíste-lentamente…. pero a besos

Te empujé salvajemente y me alejé de ti, temiendo lo que podría suceder.

- Bu! - aparezco detrás tuyo antes de algo puedas hacer te tomo por la cintura con un brazo mientras con el otro sujeto tu cuello - este cuellito se ve muy interesante- te beso lentamente tu cuellito- no temas déjame probarte...lentamente.

- no, no, no quiero que me muerdas... - grite, mi perro se altero y te mordió el pie
- Guau, guau!! – ladraba ferozmente
*veo a tu perro y le saco mi gran lengua* - ¿Sabes? La sangre es sólo parte de tu escensia -te acaricio tu cuellito -te quiero, déjame conocer tu escensia.
- Pero no quiero un mordisco en mi cuello... – protestaste- ¿y que le hiciste a mi perro q se metió abajo de la cama? - dijiste mas asustada
- Mmm- te hecho sobre la cama y te muerdo despacito tu cuello, mientras mis afilados dientes perforan tu suave piel saboreando, de a pocos, el metálico sabor de tu escensia - que interesante.

*me quejo, pero pierdo el conocimiento*

Te cargo y desaparecemos juntos; Te despiertas por una brisa fría y te das cuenta que estas en una gran cama llena de cojines dispuestas para ti, a tu alrededor hay mesas de cristal con distintas frutas y en las paredes de hielo hay estanterías llenas de plata, mientras todo el resto son espejos y velas
– Despertaste.
*Miro a mi alrededor y admiro esas bellezas... pero no era un sueño... me pregunte donde estaba, el miedo comienzo a cubrirme y empecé a llorar desesperadamente... luego comenzó a dolerme el cuello*

*Escuchas una fría voz desde algún lugar* - ¿Te gusta mi hogar?

Miré a mi alrededor... sabía de quien se trataba... si era él, pero no podía verlo, tampoco me molesté en contestarle. Pensé en ¿como fue capas de morderme?... Me daba asco sólo pensar que había pasado cuando estuve inconsciente, pero mi temor era mayor que todo lo demás... deje de buscarlo para encontrar una salida... había una puerta corrí hacia ella.

* Y te chocaste*- Es solo un espejo- dice una fría voz detrás de ti- No te molestes en voltear, igual no me veras- escuchas mi risa- y vuelve tu cama o atente a las consecuencias- lentamente las velas se van apagando a tu alrededor mientras el suelo se va enfriando cada ves mas.
- ¿¿Que un espejo?? No creas que me asustas con tus amenazas*- dije muy seria y molesta...- Si no hay una puerta, haré una – dije con determinación y golpeé mi brazo contra el espejo, solo había una pared, mi brazo sangraba mucho y unos cuantos pedazos de vidrios habían quedado en él, no le de importancia al dolor y tomé un vidrio grande del suelo- Me iré de aquí- dije a la nada.
*Aparezco detrás tuyo sujetando tus muñecas- Tranquila, no te hice nada, sólo te observe y vi cuan hermosa te vez dormida- sonrío - ah y además te cambie la ropa- te miras y tienes una especie de vestido corto y unas vendas en tu cuello- Déjame curarte tu brazo ¿si?
- No te me acerques - le dije soltando uno de mis brazos y amenazándolo con el vidrio- Quiero irme
- No puedes hasta que yo lo decida- te miro serio- ahora déjame curarte ese brazo o te volverás a desmayar en poco-
- Preferiría ir a un hospital... y morir antes de quedarme aquí y dejar que me cures- dije enojada y haciéndole frente.
- Mmm- me acerco- te di de beber algo para tranquilizarte, previendo esto antes que despertaras, te deberá hacer efecto en...5...4....3....2....1
- ¿¡Que!? – pregunté algo asustada…. Pero soy alérgica... –dije entre cortadamente antes de perder el conocimiento.
- Descuida, es una solución natural y la planta que usé no causa reacción alérgica alguna - pienso un rato y sonrió- al menos no conocida.

*te recojo y te llevo a una cama en un balcón, de donde se veían nevados a lo lejos*

*Me despierto con mucho dolor de cabeza... ya no estaba en esa habitación, mi brazo estaba vendado... había una gran ventana, me acerque a ella y la abrí, mire hacia abajo, era demasiado alto... comencé a sentirme mal - seguro es por lo q tome - perdí el control de mis piernas y me caí por la ventana*

*Me lanzo tras de ti y te alcanzo te abrazo, caemos en una laguna helada- Niña ¿no puedes estar quieta?- Te veo débil, chasqueo los dedos y la laguna me lleva a la orilla, me quito mi gabán y te lo pongo, luego te cargo y comenzamos a subir hasta un cuarto lleno de espejos- No estés buscando irte, no podrás- me dirijo a un gran salón redondo en cuyo centro había un piano y lo empiezo a tocar.
- Me quiero ir... mañana tengo examen y no estudie...- me levanté - ¿Porque no me dejas ir?
- Te dejo libre de ir por este piso, sólo no intentes irte, todas las puertas están cerradas- advierto antes de seguir tocando.
-¿Pero que te pasa?... ¿acaso no entiendes que tengo que volver a mi casa?... esto se llama secuestro – me desespero al ver que no me prestas atención - ¡y deja de tocar ese inútil piano te estoy hablando¡
Mi blanca figura cubierta con negras ropas y un media mascara tapándome el rostro, siguen concentradas en tocar piano, ignorándote completamente.
ahhhhhhhhhh....,.- digo sarcástica - Ahora tiene una estúpida mascara... ¿¿¿en que momento te la pusiste??? Ya t vi el rostro, no sé por que lo cubres...- me tranquilizo un momento - bueno eso no va al caso... me quiero ir y estoy comenzando a molestarme mucho.
*te miro interrumpo mi sonata y te beso*- Tranquilízate.
-¡ahhh! como... ¡¿te atreviste?!...

 

Re: Dulce Muerte

Nota : en la elaboracion de este fic colabora en gran medida en la labor de co-produccion Dulce Diva , y en la de correccion Louise Gracias amigas¡¡¡

 

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PARTE 2:
« Después de un mes »
Kagome despertó, y lo primero que decía era: “Me quiero ir.
Todos loas días hacia esto, inclusive cuando Naraku le dirigía una palabra, ella contestaba con la misma frase.
- ¿Para que? ¿Acaso no tienes todo en mi palacio?- le dijo Naraku secamente.

- No.

- ¿Que te falta?- preguntaba un poco desesperado.

- es obvio... me falta mi libertad y mi perro- contestó tristemente.
- Tu libertad no puedo dártela, y tu perro, lo atropelló un camión se sobrecarga – Sonrió levemente - ten.
- ¿que has dicho? ¿Qué le ha pasado a mi lindo Shippo? – Dijo Kagome con lágrimas en los ojos, a las cuales les siguieron un llanto despavorido – Él era mi única compañía por 4 años…. Lo había visto y cuidado desde que era bebé….- mientras lloraba, vio lo que Naraku le ofrecía, una cajita con pequeños lobos adentro.- ¿Y qué pretendes que haga con ellos?

-Cuídalos, fue difícil que su madre me los diera – señala una alfombra que antes, no estaba ahí- como apreciarás, se parecen más a tu adorado Sesshomaru.
- Tú eres un... no quiero q mis mascotas me coman... y Sesshomaru es único, el que se parecía más era mi shippo – hace una pequeña pausa, mientras observa a los cachorros- no los quiero
Naraku se estaba incomodando ante la negativa de la joven hacia cuidar a los cachorros, debía hacer algo para obligarla,

-Muy bien, ¿segura que no los quieres? entonces...- Naraku salió al balcón, puso la caja de los perritos al filo del mismo, mientras empiezan a gemir lastimeramente.
- Eres un maldito psicópata...- dijo Kagome al darse cuenta de las intenciones del malvado Naraku., pero al ver que este no le prestaba atención, gritó con fuerza- ¡¡¡Déjalos!!! - ¿Por qué no le hacia caso ese desgraciado? No quería que los tirara, temía por los cachorros - al menos déjalos libres a ellos.
-¿Para que?*Necesitan una madre, pero hice una alfombra con ella, a si que...- voltea a verla- nadie los cuidara de todos modos morirán, yo sólo les ahorro esos momentos.
- Eres... repugnante, déjalos en paz... si les haces daño....- lo amenaza
-¿Que? – L a reta mientras sostiene con dos dedos la caja - igual morirán sin cuidados o ¿los cuidaras tú?
- Si... los cuidare... -dijo mirándolo con odio.
OK- deja la caja en el piso mientras los 5 cachorros se refugian en Kagome, buscado su calor y lamiéndote tímidamente- ahora serás su madre- observa uno se quedo en la caja- ¿Mmm?- lo carga del pescuezo y lo muerde trasformándolo en un niño- este te ayudara, ¿contenta?
- Te odio... -mira a los cachorros, asombrada por el niño lobo, pero bueno ha visto muchas cosas en ese lugar.- quiero estar sola.
- y ponle nombre al crío- señala al niño.
Kagome no lo miró ni siquiera se molestó en contestarle, vio al pequeño niño que estaba atemorizado por Naraku, le dedicó una sonrisa para que se tranquilizara, pensó que hace mucho que no lo hacía… bueno por otra parte, le consolaba el echo de que ya no iba a estar sola.
- Te llamarás…. Inuyasha- dijo dulcemente.
El niño aun temeroso se acerca y lame su mano como el pequeño cachorro que sigue siendo.
- Que dulce….- sonríe tiernamente a inu, desviando su vista un poco a los demás cachorros- deben de tener frió…vengan – los abrasa sentándose en el frió piso, cantando una suave y dulce canción- “Cuando vendrás a salvarme de este lugar... te esperare solo a ti... mi ángel de la luna “
Poco a poco, kagome se quedo inmersa en un profundo sueño, sin darse cuenta de que afuera, acontece una terrible tormenta, los colosales truenos surcando los cielos, maravilloso espectáculo que ahora el pequeño Inu, observaba atento desde el balcón incluyendo la luna.
- ¿Qué haces inu? – pregunto Kagome al ver que inu, no estaba a su lado.
- a-amo la luna - se acerca a Kagome abrazándola.
- si que eres una enferma – dijo Naraku entrando en la habitación, mientras inu se pone en guardia gruñéndole- si que eres una enferma – sonríe sarcástico- pobre niño no le has puesto ropa o, ¿acaso te gustan los niños indefensos y desnudos?
- Clero que le puse ropa, pero se la sacó – toma aire- además tu eres el menos indicado para hablarme a mi de enfermedades, ya que tu eres el enfermo.
- jajaja – ríe, pero inu se avienta a morderlo en una mano- suéltame o…
Inu cae al suelo desmayado con un ataque de convulsiones
- Sabía que esa precaución me serviría para algo…- Naraku se acerca a Kagome y le da un frasco- esta medicina solo la puede tomar de la boca de una persona- sonríe torcidamente- tu veras
-Maldito desgraciado... si se lo daré, prefiero besar a un perro antes q...
Jajaja- Naraku sale de la habitación pero aun se escucha su voz -recuerda son tres dosis diarias durante un mes una al salir el sol y otra al ocultarse y otra cuando le aúllen a la luna sus hermanos- - hace una pausa- ruega que halla luna to2 los días jajaja
- ¿para que me tengas aquí?- Kagome estaba muy irritada, no entendía el repentino cambio que había tomado Naraku ya que al principio no era a si, pero ahora lo odiaba. E incluso se atrevía a encerrarla, podía escuchar como él cerraba la puerta con llave.
- Por cierto – la voz de Naraku se hace escuchar una ves más- espero que hayas guardado algo de comida, puesto que no comerán hasta pasado mañana- ríe malévolamente , dirigiéndose a tocar algún instrumento.
Kagome grito fuertemente, como una forma de descargar su rabia, le fastidiaba que de nuevo se fuera sin contestarle. Además… mañana era el día en el que se reunía con su familia, esa reunía lugar sólo una vez al año, al sentir nostalgia por ese recuerdo, comenzó a llorar.
Unas ves más relajada, le dio la medicina al pequeño Inu, no le daba asco, puesto que solía a besar a Shippo
Paso el tiempo muy rápido, sin darse cuenta ya era la media noche, Inu estaba muy mal, tenía muchísima fiebre y alucinaba con pesadillas, por el dolor de su hermano, los demás cachorros comenzaron a aullar lastimosamente.
- ah que felicidad bonita manera de comenzar el dìa- dice Kagome sarcásticamente, lo único que espero es que te mejores…- su gesto se frunce- ¿acaso ese malvado piensa que te curaras con sólo tomar la medicina?, además espero que no me vaya a dar alergia… ya que yo también la tomo para dártela.
Moja un pañuelo con el agua de lluvia, para después ponerlo en la frente de Inu- ya mejorarás….-susurra dulcemente.
Inu, se aferra a ella sin despertar, retorciéndose por el dolor que le causa la fiebre.
- K-Kagome…. A-ayúdame…..
- ¿Qué voy a hacer?- la situación empeora, arde en fiebre….necesita comer algo…- Tal ves… es carnívoro- se dirige a una mesita de noche, tomando un cuchillo, lastimando su mano con él, se acerca al niño y le da un poco de su sangre- sé que no te servirá de mucho pero… al menos es algo.
Inu, comienza a lamer su sangre, no abre su ojos pero… si mejora un poco
- Tal ves… te deje beber toda mi sangre..-cierra sus ojos- a si, seré libre….- después de un rato, perdió el conocimiento.
Cuando despierta se da cuenta de que su herida esta curada.
- Nunca más dejare algo con lo que te puedas hacer daño – dijo Naraku desde otro lado de la habitación.- el chico ya esta recibiendo su castigo por beber algo que yo también.
- ¿QUE?, ¡No te desquites con él, déjalo en paz!
- jajaja- voltea a mirarla- sólo le di un pequeño estirón.
Kagome se siente culpable… sólo quería ayudar a pequeño… ¿porqué este malvado?…o mejor dicho… ¿por que era tan cruel, porque la retenía?
- ¿Nunca me lo dirás verdad?- pregunta mientras evade la mirada de Naraku.
- ¿decirte que?
- ¿Porque me obligas a estar aquí?
- No- contestó algo molesto.
- …. Me quiero ir….
- ¿Para ver a tu familia?
- Sí
- Muy bien…- Naraku se acerca a ella, toma su mano derecha y coloca un anillo- Vete, pero si no vuelves en un día, mataré al mocoso
- Muy bien.
El anillo la llevó a su casa, a llegar la esperaba su hermana Kikyou, al cual en cuento me vio me abrazó efusivamente, preguntando me acerca de mi “ausencia”, Sólo pude contestar que, estudiaba fuera del país. Después de un rato, Kikyou le pregunto si se quedaría mañana también, pero… contesto que no podía, volvería esta noche, dicho esto su cuarto, dispuesta a descansar un poco.
Las horas pasaron y cunado Kikyou fue a despertarla, eran cerca de las 10:30 pm., tardaría como una hora en llegar hasta la entrada del castillo. Se levanto como loca, gritando de ves en cuado para reprochar a Kikyou el despertarla a esa hora.
Faltaban 10 minutos para que fueran las doces, justo cuando Kagome iba a usar el anillo, unas voces, que fácilmente la alertaron de que estaban afectadas por el alcohol, la interrumpieron
- Hola preciosa…- dijo uno de los hombres, mientras se le acercaba – me parece que es un anillo precioso… entrégalo nene – de su ropa saco un arma, amenazándola.

Kagome no tuvo más opción que entregarles el anillo.
- ¿Que te parece si te vas quitando algo de ropa preciosa? – dijo el otro hombre.

De pronto un joven con ojoso profundo y salvaje, semejante a los de un lobo y cabello plateado, se les echo en cima a uno de los hombres, destrozando su cuello, mientras que l otro huía horrorizado, pero el chico misterioso lo alcanzo estrellando su cabeza en el pavimento….cuando termino todo, el chico lleno de sangre, le entrega una pequeña tarjeta que dice: “Pasa tu cumpleaños con tu familia”. Cuando Kagome levanto la vista para ver al chico, éste había desaparecido, dejando el anillo ensangrentado en el suelo.

- Pero… ¿que fue todo esto?- se pregunto desconcertada.

Kagome regreso a su casa, pero al entrar vio que su hermana estaba con su novio, un joven de nombre Koga, tal ves por las emociones vividas hace un momento, a Kagome le resulto molesto el que su hermana lo dejara entrar a la casa, a si que no dijo nada y se fue a dormir.
Al día siguiente, no había nadie en casa, pero encontró un regalo y un papel que decía: “Kagome voy con la abuela”
El papel tenía a su lado algunas rosas azules…. Sin saber porque se sintió alegre y decidió hablarle por teléfono a su ex novio, sesshomaru.
Ambos acordaron salir y por la tarde fueron a tomar algo e ir al cine; la pasaron muy bien, pero cuando el manto oscuro de la noche cayó….Kagome supo que tenia que volver, a si que se despidió de Sesshomaru y fue a casa a prepararse.
Se baño y en un bolso guardo algunas cosas de uso personal y mudas de ropa.
Una ves que termino, se dirigió a la entrada del castillo para esperar a que fueran por ella.

Después de unos minutos, una larga limosina negra se estacione frente suyo, a si que subió a ella, la cual la llevo dentro del castillo.
- De nuevo en mi prisión - pensó con tristeza y un poco se sarcasmo.
Entro al castillo pero cuando llego a la sala de piano, noto manchas de sangre en el piso, no les dio mucha importancia y siguió su camino a su habitación, antes de entrar a ella se topa frente a frente con Naraku.
- hola querida – sonríe- te sorprenderán los cambios en tu habitación – se dispuso a marcharse pero se detuvo – ah, por cierto - baja la vista hacia su mano- devuélveme mi anillo.
- ¿Porque he de sorprenderme?- pregunto al tiempo que le entregaba su anillo- ¿Por qué hay sangre?
- Duerme y verás – le dirige una de sus molestas miradas y se retira….
- Enfermo….- exclama por lo bajo.

El tiempo pasó y cuando Kagome estaba dormida, sintió la mirada de unos penetrantes ojos dorados, que la miraban desde la oscuridad, despertando con algo de violencia.

- ¿Quién esta ahí?
Una figura se mueve rápidamente, tomándola por las muñecas, recostándola de nuevo en la cama, mirándola fijamente.

- ¿Quién eres?- pregunto con miedo y a la ves furia – suéltame –ordenó firmemente.
No obtiene ni respuesta ni resultados, solo siente que aquél cuerpo extraño la besa a la fuerza, lamiéndola en la cara y en el cuello…. Pero a lo lejos puede escuchar la risa de Naraku….maldito….debe de estar disfrutándolo….

- Suéltame –dijo aun más seria y firme que antes – oh ya verás….
Después de lamerla, se echa en sus pies y los lame suavemente.
- Bien- venida- dice una voz entrecortada, que a Kagome le resulto familiar.
- Tu eres…. ¿tú eres Inuyasha?
- S-si - asiente con algo de dificultad.
Kagome se incorpora en la cama, lo mira un momento….ha crecido mucho, pero… sin avisar lo abofetea fuertemente.
- No vuelvas a hacer eso – lo abraza- nunca debo enfadarme o…. pasará lo que no quiero.
Kagome recordaba que cuando era pequeña, tenia un poder extraño cada ves que se enfadaba, con los años éste se atenuó, pero con la mordida de Naraku…. Había vuelto a sentir esa sensación de peligro, sumada a una extraña agresividad suya.

De pronto la puerta se abrió, dejando ver la figura de Naraku en el umbral.
- mmm, te dije que te sorprenderías –sonríe al ver la sorpresa en la cara de Kagome e Inu – él será tu compañero de ahora en adelante, será tu perro guardián como con esos dos bandidos y te acompañará en las noches.
- Es muy buena compañía –voltea a ver a Inu y lo acaricia en su cabeza con ternura- a sí que ya te puedes ir retirando.
- De acuerdo – tuerce su sonrisa – diviértanse – se retira.
- Bueno….- mira a Inu- iré a dormir, tú haz lo mismo- Inu se acomoda en sus pies y ambos...se abandonan al sueño.

Pasaron los días, y para Kagome fueron dos días muy extraños… las dos noches seguidas había tenido la misma pesadilla…. En donde observaba a esa persona de ojos con un brillo extraño….
Esa noche Inu observo que Kagome se quejaba…tal ves por la misma pesadilla… se acerco lentamente, pero cuando Kagome abrió los ojos, el pobre Inu se asustó, ya que el brillo que emanaba de los ojos de Kagome no era ordinario ni siquiera parecía ser humano, era demasiado tenebroso es como si viniera del mismismo infierno. De pronto Kagome hizo un movimiento rápido, tomando por el cuello Inu, elevándolo en el aire por unos segundos, antes de estrellarlo cruelmente con la pared.
Naraku había escuchados provenientes desde la habitación de Kagome. Y se dirigió a toda prisa a ese lugar.
Como una gota que cae del techo, Naraku toma forma dentro de la habitación, levanta a Inu susurrándole algo al oído, para después retirarse.
Inuyasha, una vez más calmado, con algo de miedo se acerca a Kagome y comienza a lamerle los tobillos, pero ella aún estaba fuera de control, saltando por la venta consiguiendo llegar al suelo son si quiera un rasguño.
Inuyasha, a pesar de sus heridas, la sigue consiguiendo hacerla detener, lanzándose contra ella, cayendo los dos al suelo.
- Tengo mucha hambre – le dijo Kagome a Inu – hace mucho que no como algo delicioso……….
- C.com. me-me a mi – le contestó
- No – dijo determinante viéndolo con desprecio en la mirada – Tú eres un híbrido y no me gusta la sangre impura – levantándose del suelo, camina lentamente al bosque buscando una salida.
Kagome salió des castillo, dirigiéndose a su casa sin estar consiente de lo que hacia, entro por la ventana y ahí estaba su hermana, despertándola para después tomarla de cuello…estaba apunto de morderla pero….sin razón aparente, una oscuridad total comenzó a invadir su mente, poco a poco comenzó a caer en las redes de la inconsciencia, perdiendo el mundo de vista.
Despierta lentamente, sintiendo un agudo dolor en su nuca, abriendo sus ojos dolorosamente Conforme va retomando la conciencia, se da cuenta de que se encuentra en la ala médica des castillo de Naraku, observa su brazo y ve que esta siendo alimentada por vía intravenosa, mientras que Inuyasha estaba a su lado, mirándola atentamente.
- ¿Satisfecha?- dijo Naraku dese el otro lado de la habitación.
- ¿Qué me pasó?
- Te pasó que 900mlg de insulina te pusieron en coma y….- con una mano señala a Inuyasha- él te trajo aquí- el rostro de Naraku se tuerce en una sonrisa- tuvo que comerse a tu hermana para que no hablara, aunque fue tu culpa por no controlarte.
- ¿QUE? – lo mira incrédula- ¿Qué has dicho? No…eso no es verdad…mi hermana…. ¿murió?
- Si, acabamos con tu hermana, aunque hizo un escándalo innecesario cuando la descuartizamos viva y tuvimos que quemar tu casa para aliviarnos de problemas.
- Quemaron mi casa….- repitió lentamente, tratando de asimilar la información en las detestables palabras de Naraku- dime la verdad….no te creo nada.
- Felicitaciones, ahora eres parte de este castillo, nuestro lindo Inuyasha, casó a tus familiares uno por uno, ya nada de liga al exterior – Inu se le acerca y lame su mano- este pequeño inútil ha sido de mucha ayuda ¿no crees?

Kagome sabía que Naraku no mentía, pero…no podía y no quería creerlo.

- ¿Que ganas con hacer todo esto? ¿Qué fue lo que hice para que me odiaras tanto?
- Jajaja, yo no hice nada, fue él.

Inuyasha se acerca a Kagome, lamiéndola con sangre alrededor de su hocico

- T-te q-quier-ro m-mucho K-Kagome.
- Aléjate…..- se levanta, quitándose de golpe todas las agujas que tenía- no te me acerques perro tonto y tú tampoco ser asqueroso – les dirige una mirada de desprecio a ambos, antes de salir de la habitación corriendo por los pasillos.
- Síguela – indicó Naraku a Inuyasha, el cual obedece, atrapándola al tiempo que la mira con inocencia
- ¿K-Kagome?- balbuceó Inu.
- Aléjate – los ojos de Kagome volvieron a cambiar, pero esta vez ella no había perdido el control.

Lo aparta, y se dirige a donde estaba Naraku, cerrando la puerta tras de si.

- Quiero hablar contigo – dijo son rodeos
- ¿Qué quieres?
- ¿Que soy?... ¿Porqué estoy a si? Y ¿Qué es lo que quieres de mi?- lo mira muy seriamente- no me iré hasta que me respondas.
- Por que podía hacerlo y me dio la gana – sonríe abiertamente- ya no tienes nada que perder, ya no tienes a nadie, más que a mí- se acerca y suavemente acaricia su mejilla- ahora eres como yo…..
- Pero yo no quiero esta vida – aparta la mano de Naraku- yo no soy como tú….yo sé lo que es querer a alguien…no retengo a la gente y lo más importante… no los hago sufrir – hizo hincapié en la última palabra.
- Entonces vete…pero ya no tienes a nadie- se acerca y le susurra- a nadie….
- No me importa, prefiero estar sola que contigo.
- ¿Y con Inuyasha?
- ¿Qué pasa con él? Te recuerdo que tú me obligaste a cuidarlo.
- ¿No lo quieres?
- No
- Entonces…- abre la puerta r Inu entra llorando sin siquiera miarte- ¿ves? Nadie te importa, eres sólo basura – sonríe retorcidamente- Ahora sé amable y termina con su miseria.
- No lo haré….no soy como tú – saca un cuchillo de su bolsillo- antes prefiero…morir…- lo clava en su estómago.
- Que tonta…- Naraku la queda observando mientras va cerrando sus ojos lentamente, al tiempo que se escucha un aullido que se corta de súbito…..


CONTINUARÁ………………..