One-shot de Naruto - Duda Pasajera [Kiba~Hina]

Bien, hace aproximadamente mucho tiempo que no publico nada, así que les traigo este pequeño escrito para ver su opinión de él. Es mi primer KibaHina, disfruten.​

Ah, por cierto, con él participé en el concurso Hating and Loving.​

​

Agradezco a Lady Kyros por el beteo <3!​

​

​

Duda pasajera​

​

La banca que reposaba en el aquel parque había sido testigo de su temerosa presencia. Era una tarde de otoño muy relajante, el viento soplaba con algo de fuerza haciendo que las débiles hojas comenzaran a caer con facilidad al suelo. El aire era fresco, pero lo suficientemente agradable como para no tener que volver a casa. La brisa hacía mecer los lisos cabellos de la joven Hinata Hyuuga, quien permanecía inmóvil en su lugar mirando sus manos entrelazadas sobre sus piernas; de vez en cuando alzaba la mirada buscando señales de alguien en particular.

—¿Y… si fue un error venir? —se preguntó a sí misma en voz baja.

Sus pensamientos estaban muy confundidos en esos momentos: por un lado deseaba que aquella persona no se presentara, tenía una incertidumbre que le hacía dudar ante todo; pero por otro anhelaba verlo después de permanecer un tiempo sin saber de él. Pasaron cuatro largos años de separación, desde que él se marchó para seguir su carrera de veterinario.

¿Y si cambió? ¿Y si ya no es el mismo chico divertido de antes? ¿Y si tiene novia? ¿Y si ella no era lo suficientemente bonita para que él la notara? ¿Y si todas esas preguntas eran producto de su mente que le hacía jugarretas? A decir verdad, no entendía bien el por qué de esa actitud suya. Ellos siempre fueron buenos amigos, los mejores de hecho, ¿cuál era el problema, entonces? Simplemente era un reencuentro normal de amigos que, por ciertas razones, se distanciaban y ya; nada del otro mundo.

De todas formas, ella no lograba concentrarse ni tranquilizarse en absoluto, su imaginación seguía inventando cosas que ni siquiera habían ocurrido aún. La joven heredera de la familia Hyuuga cerró sus perlados ojos llevando las manos a cada lado de sus mejillas y suspiró con algo de alivio. Sabía perfectamente que no debía pensar ni preocuparse demasiado, todo era fruto de su cabeza que le provocaba delirar.

Kiba era un chico divertido, energético y siempre cuidaba de ella; era totalmente ridículo pensar que un ambiente distinto y personas distintas podían hacer tanto efecto en él. Ella era la tonta y dudosa que creía algo semejante.

Sin embargo aún no estaba del todo tranquila. Una pequeña, pero importante cuestión inundó su mente. Una pregunta que nunca se imaginó se presentó justo cuando se había calmado.

Hinata abrió sus orbes nuevamente, mientras sus manos bajaron hasta hacer contacto con el mármol del banco. Miró con intriga el reloj que tenía en su muñeca y sudó frío. El objeto marcaba las 17:00 p.m. Kiba tenía una hora de retraso, cuando realmente la hora de encuentro era a las 16:00 p.m.

La nueva cuestión que surcaba su mente tomó más protagonismo con ese hecho.

—¿Y si se olvidó de… mí?

Esa pregunta fue suficiente para que su tranquilidad se esfumara completamente. Sus ojos comenzaron a cristalizarse al tiempo que se ponía de pie, dispuesta a marcharse de ese lugar.

Pero justo en ese instante, sintió cómo unas cálidas manos cubrieron sus orbes y le impidieron seguir con su paso.

—¿Quién soy?

Palideció. Quedó inmóvil ante el contacto y la repentina aparición. Como el recién llegado notaba que la muchacha no reaccionaba, apartó sus manos del rostro de ella, para situarse frente suyo a fin de verla mejor.

—Perdóname por llegar tarde, Hinata —habló el muchacho mirándole fijamente a los ojos, con las manos sobre cada hombro de la chica—, es la primera vez que no traigo a Akamaru conmigo y se puso un poco loco —rió divertido ante estas palabras—. Espero no haberte hecho esperar, yo quería que estuviéramos solos.

La joven Hinata bajó su mirada apenada. Kiba solamente quería que ambos estuvieran solos para que nadie los molestara; había sido malo malo de su parte pensar aquellas cosas de él. Qué tonta fue al dudar de esa manera.

—Vayamos a caminar. Tenemos mucho de que hablar, ¿verdad? —indicó el joven Inuzuka tomándole de la mano y comenzando a caminar.

—Sí, Kiba-kun —aceptó Hinata sonrojándose levemente por el agarre de su mano.

—Te ves linda, Hinata —susurró Kiba en voz baja, pero lo suficientemente audible para que ella pudiera escucharlo.

La fémina de hebras azuladas se sorprendió por lo dicho y su sonrojo esta vez fue más notorio. Al mismo tiempo sonrió con felicidad al saber que todavía conservaba a su Kiba… No volvería a dudar de él otra vez.

Fin~​

​

Gracias por leer <3!​