Ouran High School [Drabble] Chocolate.

Chocolate​

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La castaña caminaba por los solitarios pasillos del instituto cargando unos libros. Debía apresurarse en devolverlos a la biblioteca o estaría en problemas.

Suspiró. Estaba agotada. Los gritos, las constantes charlas de sus compañeros a veces le daba un mal humor, aunque ni se notaba cuando se sentía así. Los pasos pesados, el único sonido que provocaban sus pies siendo casi arrastrados era lo único que la separaba del silencio.

Entrecerró los ojos; sus párpados ya no soportaban el sueño y cansancio.


—¿Haru-chan…? —Escuchó esa fina y dulce voz del pequeño rubio delante de ella. ¿De dónde había salido? Solamente estaba ahí paradito como si nada, con un chocolate en la boca y mirándola de manera dulce pero preocupada. La chica le saludó y despidió. Ya no tenía más tiempo para atrasarse. Pero luego de dar unos pasos, volvió a escuchar al niño.—No te preguntaré nada que no quieras…—comenzó quitándose la barrita de chocolate de la boca; así no se atragantaría. Mientras que la castaña volteaba hacia él—, pero, ¿quieres un poco? —le dijo estirándole el pequeño trocito de barrita que le quedaba.—Te hará bien algo de azúcar si estás cansada.


El rubio tenía la esperanza de que por un lado, le aceptara el chocolate; después de todo, ella siempre le dejaba algún que otro caramelito. Pero por otro, que dijera que no, ya que realmente deseaba con tanto amor comer el último pedacito del delicioso chocolatito en su pequeña mano.


La castaña enfrente de él sabía que su pequeño amigo deseaba poder terminarse aquel dulce, por lo que el que él quiera dárselo por preocupación dejó que ella observara esa adorable y linda parte del niño. A fin de cuentas terminó por rechazar el dulce. Rápidamente el rubio volvió a morder la barrita con una sonrisa inigualable e única. Ella rió por lo bajo ante aquel acto. Bueno, ya se había atrasado lo suficiente, así que movió los brazos tratando de acomodar bien los libros.


Antes de empezar a caminar en dirección contraria, su estómago la traicionó. Ahora realmente quería el dulce tan apetecible al mirarlo. Dios…, ¿por qué justo en ése momento se le dio por comer algo?


Volvió a verlo bajando la mirada. Ahí estaba todavía, saboreándolo con sus ojos entrecerrados, como si su sabor fuera aún más dulce al hacer eso. Ella aprovechó eso. Le tomó la mano acercándolo a sí misma mientras se agachaba a la altura de su rostro, robándole la pequeña punta del chocolate que tenía en la boca. El pequeño rubio había quedado en shock.


Nunca hubiera imaginado ese tipo de acción por parte de la castaña. Se quedó ahí, callado y quieto, admirando los ojos de la chica que tenía a centímetros de su pequeño rostro. Era como ver a un ángel frente a frente.


Se percató de que su amiga se estaba por irse cuando sintió un beso en su mejilla ardiente, y un susurro diciéndole “Gracias” acompañado de una ligera respiración en su cuello, lo que le trajo nervios a más no poder.

Aunque parecía un pequeño, lindo e indefenso niño por fuera, sentía lo mismo que los adolescentes comenzaban a sentir sin que nadie les dé un previo aviso. ​

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Gracias por leer <3​